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SCJ: “Ganancias ilícitas deben provenir de infracciones graves para considerarse lavado de

activos”
Sostiene el criterio de que el debido proceso exige de los jueces el respeto al principio de taxatividad. La
Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia ratificó este lunes el criterio de que para que un ilícito que
genere ganancias se considere lavado de activos este debe provenir de infracciones graves establecidas
en la ley, como el tráfico de drogas, armas, terrorismo, seres y órganos humanos.

“Esta Sala Penal de la Corte de Casación llega a la indefectible conclusión, de que no cualquier delito
fuente que genere ganancias de forma ilegal puede considerarse como elemento constitutivo del tipo de
lavado de activos, sino que, tal y como se expone de manera taxativa en la ley que rige la materia, esas
ganancias ilícitas o bienes lavados deben provenir de una infracción grave, específicamente de las
previstas en la propia ley, tales como el tráfico ilícito de drogas y sustancias controladas, tráfico ilícito de
armas, cualquier crimen relacionado con el terrorismo, tráfico ilícito de seres humanos (incluyendo
inmigrantes ilegales), tráfico ilícito de órganos humanos por tanto, no es suficiente la preexistencia del
delito previo, sino que ese delito ha de estar íntimamente arraigado a delitos graves en consonancia con
la norma que lo rige”, retiene el alto tribunal.

El artículo 3, literal b, de la Ley núm. 72-02 contra el Lavado de Activos, dispone que “incurre en lavado
de activos la persona que, a sabiendas de que los bienes, fondos e instrumentos son el producto de una
infracción grave: […] b) Oculte, encubra o impida la determinación real, la naturaleza, el origen, la
ubicación, el destino, el movimiento o la propiedad de dichos bienes o de derechos relativos a tales
bienes”. La Segunda Sala de la SCJ sostiene el criterio de que el debido proceso exige de los jueces el
respeto al principio de taxatividad, que implica que el contenido de la ley material no puede ser alterado
ni interpretado en sentido amplio debido a que donde el legislador no estipuló, el intérprete no puede
agregar.

“Conforme a lo transcrito ut supra (anteriormente), esta Sala comparte el razonamiento comparado


sobre el estándar de prueba plasmado en líneas anteriores, en estricto respeto al principio
constitucional de inocencia y las reglas generales sobre la carga de la prueba, los cuales reconocen la
responsabilidad exclusiva del acusador público de acreditar todos los elementos probatorios, tendentes
a demostrar la configuración del tipo penal de lavado de activos y la existencia del delito precedente,
más allá de toda duda razonable, toda vez que admitir lo contrario implicaría invertir la carga de la
prueba, lo que indefectiblemente afectaría el principio de presunción de inocencia”, enfatiza la Segunda
Sala.

El criterio jurisprudencial está contenido en la sentencia núm. SCJ-SS-22-1437, de fecha 30 de


noviembre de 2022, e indica que, en caso de existir oscuridad o ambigüedad, la interpretación debe
operar pro reo (a favor del acusado) en el marco del criterio de la favorabilidad. La decisión firmada por
los jueces (zas) Francisco Antonio Jerez Mena (quien preside la Sala), Nancy I. Salcedo Fernández, María
G. Garabito Ramírez y Francisco Antonio Ortega Polanco, casa la sentencia penal recurrida núm. 502-01-
2020-SSEN-00065, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito
Nacional el 27 de noviembre de 2020 y, en consecuencia, ordena el envío del presente caso ante la
presidencia de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, a fin de que apodere una
de sus salas, distinta de la que provino el fallo, para una nueva valoración de los méritos de los recursos
de apelación.

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