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SECCIÓN I

LA ACCIÓN PENAL

Artículo 6. – Excepciones.
1. Las excepciones que pueden deducirse son las siguientes:
a) Naturaleza de juicio, cuando se ha dado al proceso una sustanciación distinta a la prevista en
la Ley.
b) Improcedencia de acción, cuando el hecho no constituye delito o no es justiciable
penalmente.
c) Cosa juzgada, cuando el hecho punible ha sido objeto de una resolución firme, nacional o
extranjera contra la misma persona.
d) Amnistía.
e) Prescripción, cuando por el vencimiento de los plazos señalados por el Código Penal se haya
extinguido la acción penal o el derecho de ejecución de la pena.
2. En caso que se declare fundada la excepción de naturaleza de juicio, el proceso se adecuará
al trámite reconocido en el auto que la resuelva. Si se declara fundada cualquiera de las
excepciones previstas en los cuatro últimos literales, el proceso será sobreseído
definitivamente.

PRONUNCIAMIENTOS JURISPRUDENCIALES:
1 Configuración de la Prescripción de la Acción penal.
“6. Conforme a lo expuesto, la prescripción de la acción penal tiene relevancia
constitucional, toda vez que se encuentra vinculada al contenido del derecho
al plazo razonable del proceso, el cual forma parte del derecho fundamental
al debido proceso. Es por ello que muchas de las demandas de hábeas corpus,
en las que se ha alegado prescripción de la acción penal, han merecido
pronunciamiento de fondo por parte de este Tribunal. (Cfr. STC Exp. N.° 2506-
2005 PHC/TC; Exp. N.° 4900-2006-PHC/TC; Exp. N.° 2466-2006-PHC/TC; Exp
N.° 331-2007-PHC/TC).
7. Sin embargo, es preciso indicar que, no obstante la relevancia
constitucional de la prescripción de la acción penal, el cálculo de dicho lapso
requiere, en algunas ocasiones, la dilucidación de aspectos que no
corresponde a la justicia constitucional. En efecto, conforme al artículo 82º
del Código Penal el plazo de prescripción se cuenta desde la fecha en que se
consumó el delito (para el delito instantáneo) o desde el momento en que cesó
la actividad delictuosa (en los demás casos). Como es de verse, determinar la
prescripción de la acción penal requerirá previamente establecer la fecha en
que cesó la actividad delictiva o el momento de la consumación, lo que es
competencia de la justicia ordinaria.
8. En caso de que la justicia penal determine todos los elementos que
permiten el cómputo del plazo de prescripción, podrá cuestionarse ante la
justicia constitucional la prosecución de un proceso penal a pesar de que haya
prescrito la acción penal. En caso contrario, la pretensión deberá ser
rechazada. Así, este Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp.
N.° 5890-2006-PHC/TC, no obstante la relevancia constitucional que ostenta
la prescripción de la acción penal, no pudo estimar la pretensión incoada toda
vez que la justicia ordinaria no había establecido la fecha de consumación del
ilícito, aspecto crucial para determinar el plazo de prescripción de la acción
penal, lo cual no puede ser dilucidado por la justicia constitucional.
9. En tal sentido, siempre que la prescripción de la acción penal implique la
dilucidación de aspectos que concierna evaluar a la justicia ordinaria, la
demanda deberá ser rechazada”. (EXP. N° 05922-2009-PHC/TC; FJ. 6 al 9).

2 Alcances de la excepción de improcedencia de acción.


“Cuarto. Que desde ya cabe afirmar que la excepción de improcedencia de
acción presenta dos alcances, conforme lo establece el artículo 6, apartado 1,
literal b, del Nuevo Código Procesal Penal: 1. El hecho no constituye delito. 2.
El hecho no es justificable penalmente. El primer punto abarca la antijuricidad
penal del objeto procesal: tipicidad y antijuricidad. El segundo se ubica en la
punibilidad y comprende la ausencia de una condición objetiva de punibilidad
o la presencia de una causa personal de exclusión de la pena o excusa
absolutoria –son circunstancias que guardan relación con el hecho o que
excluyen o suprimen la necesidad de pena– [SAN MARTÍN CASTRO, CÉSAR
EUGENIO. Derecho Procesal Penal. Lecciones, Lima: INPECCP, 2015, página
284]. (…)
Quinto. Que, ahora bien, es obvio que para deducir una excepción de
improcedencia de acción se debe partir de los hechos descritos en la
Disposición Fiscal de Formalización de la Investigación Preparatoria. A su vez,
el juez, al evaluar dicha excepción, solo debe tener en cuenta los hechos
incorporados por el fiscal en el acto de imputación pertinente. En efecto, la
excepción de improcedencia de acción se concreta, por su propia
configuración procesal, en el juicio de subsunción normativa del hecho
atribuido a un injusto penal o a la punibilidad, en tanto categorías del delito,
distintas de la culpabilidad -tanto como juicio de imputación personal cuanto
como ámbito del examen de su correlación con la realidad- [Recuso de
Nulidad número seiscientos veintiocho guion dos mil trece diagonal Cusco, de
cuatro de octubre de dos mil trece].
Sexto. Que, analizando el caso concreto, resulta evidente que, conforme lo
expresado en el fundamento jurídico segundo de esta Ejecutoria Suprema, el
Tribunal de Apelación realizó una valoración del material instructorio para
definir los hechos y su mérito, pues sobre esa base estimó si es dable, desde
las máximas de la experiencia, inferir tanto el conocimiento de la procedencia
delictiva de los bienes incautados cuanto una vinculación a nivel de
organización delictiva entre el imputado y el remitente de los paquetes
cuestionados. Realizó, pues, una inferencia probatoria en un momento
procesal inoportuno.
En virtud de lo precedentemente expuesto, es pertinente concluir que los
hechos -sin ingresar a realizar una valoración de los materiales
instructorios-, como ha quedado expresado, constituyen en principio delitos
de receptación y de asociación ilícita para delinquir. La valoración de los actos
de aportación de hechos, por estar referidos al juicio procesal de la
responsabilidad penal, no corresponde ser examinados en una excepción de
improcedencia de acción. (CAS. N° 407-2015-TACNA; FJ. 4 al 6/S.P.T.).

3 La Naturaleza Jurídica de la Excepción de improcedencia de acción.


“Excepción de improcedencia de acción: Vigésimo octavo. La excepción es un
medio de defensa que ataca directamente la relación procesal, consiste en la
expresa oposición que formula el imputado a la prosecución del proceso, por
entender que este carece de alguno de los presupuestos procesales
establecidos por el ordenamiento jurídico procesal.
Vigésimo noveno. El Código Procesal Penal contempla estas excepciones en
el artículo 6, en el apartado b) se regula la excepción de improcedencia de
acción, refiriendo que procede cuando: a) el hecho no constituya delito. b)
cuando el hecho no sea justiciable penalmente.
Trigésimo. La Sala Penal Permanente a través de la Ejecutoria Suprema -
Recurso de Nulidad Nº 318-2007, refiere sobre la institución citada que: “el
primer supuesto, comprende todos aquellos casos de atipicidad penal
absoluta o relativa del hecho objeto de la imputación o de la concurrencia de
una causa de justificación, en cambio, en el segundo supuesto hace referencia
a la ausencia de una condición objetiva de punibilidad o a la presencia de una
causal personal de exclusión de pena o excusa absolutoria”
Trigésimo primero. El inciso dos del artículo 6 del Código Procesal Penal,
señala que si se declara fundada, el proceso será sobreseído definitivamente.
Este medio técnico de defensa, como refiere el artículo 7 del Código Procesal
Penal, se plantean una vez que el Fiscal haya decidido continuar con las
investigaciones preparatorias y se resolverán necesariamente antes de
culminar la Etapa Intermedia, pudiendo ser declarados de oficio.
Trigésimo segundo. El artículo 8 del mismo cuerpo normativo, sobre el
procedimiento, establece que será planteada mediante solicitud debidamente
fundamentada ante el Juez de la Investigación Preparatoria, que notificará la
admisión del medio deducido, señalará fecha para la audiencia, que se
realizará con quienes concurran.
Trigésimo tercero. Es decir, no se establece que para que el imputado
interponga este medio técnico de defensa, la persona jurídica a la que
representaría, haya sido incorporada al proceso como sujeto procesal, por lo
que, no constituye un presupuesto”. (CAS. N° 134-2015-UCAYALI; FJ. 28 y
33/SPP).

4 Excepción de naturaleza de juicio en el delito de estafa.


QUINTO.- Este Supremo Tribunal considera que la Sala Superior Penal debió
proseguir con el trámite del presente proceso, al haber quedado subsistente
el delito de estafa, pues si bien dicho delito corresponde ser tramitado en vía
sumaria conforme lo dispone el Decreto Legislativo número ciento
veinticuatro; sin embrago, el A-quem –y en general los operadores de
justicia– no debe ser puramente formalista, sino debe efectuar un juicio de
ponderación frente a las situaciones que se presenta en el proceso a favor de
los justiciables (encausados y agraviados); en tanto, ellos en puridad buscan
que sus pretensiones sean resueltas de una manera rápida y eficaz, viéndose
ello reflejado en un pronto fallo, por lo que para lograr ello se debió tener en
cuenta los principios de celeridad, economía procesal y el derecho a ser
juzgado en un plazo razonable; el primer principio en mención alude al
derecho que les asiste al justiciable de que las diligencias se lleven a cabo sin
postergaciones indebidas ni impertinentes, mientras, que por el principio de
economía procesal entendemos al mandato de que se evite toda dilación o
demora del proceso innecesarias, puesto que son más onerosas para los
sujetos procesales y para el Estado, no solo en términos presupuestarios sino
también en los de carga procesal; de otro lado, el derecho a ser juzgado sin
dilaciones indebidas es un derecho que tiene el procesado y se dirige a los
órganos jurisdiccionales creando en ellos la obligación de actuar en un plazo
razonable el ius puniendi; asimismo, se debió tener presente el derecho a la
tutela judicial efectiva que constituye el derecho de acceder al sistema
judicial, precisando que esta solicitud de acceso a la justicia debe ser resuelta
de manera rápida y oportuna. SEXTO.- La Sala Superior Penal debió
considerar que al emitir su resolución declarando fundada las excepciones de
naturaleza de acción y cosa juzgada por el delito de asociación ilícita para
delinquir, subsistía aún la acusación –ver dictamen a fojas ciento catorce–
contra los encausados Jesús Ernesto Rosas Benavides, Juan Carlos Buendía
Aservi, Miguel Arturo Cornejo Días y Luis Samir Cereceda Durand como co-
autores del delito contra el patrimonio, en la modalidad de estafa, en agravio
de Jaime César Luza Elías y Ezequiel Vargas torres Celiz; por tanto, debió
llevar a cabo el juicio oral, y no declarar insubsistente la aludida acusación,
tanto más, si proseguir con el proceso no implicaba afectar o vulnerar
derecho alguno a los acusados; menos aún, a las demás partes procesales,
por el contrario, el proceso penal ordinario resulta más garantista, en tanto,
someterse a un juicio oral implica desarrollar los principios rectores del
proceso, tales como inmediación, oralidad, publicidad y contradictorio.
Aunado a ello, se debió interpretar la segunda disposición transitoria del
Decreto Legislativo número ciento veinticuatro, que establece: “las
instrucciones que se encuentren en los Tribunales Correccionales con
audiencia iniciadas o pendientes de realizarse y las que tengan dictamen
fiscal, continuarán el trámite procesal con el que se iniciaron”; evidenciándose
que el sentido de la norma está orientada a no dilatar el proceso y que se
culmine en un plazo razonable. SÉTIMO.- La Sala Superior Penal al disponer
la adecuación del proceso al trámite sumario lo único que originó fue retardar
el trámite del proceso, tan es así, que los actuados principales no fueron
remitidos al juzgado de origen conforme se había ordenado; en consecuencia,
se debe disponer se lleve a cabo el juicio oral por delito de estafa, toda vez
que los actuados siguen en la Instancia Superior, teniendo en cuenta los
plazos procesales a efectos de evitar la prescripción de la acción penal.
(R.N.N° 4003-2013-LIMA SPP).

5 La Excepción de cosa juzgada en el código de procedimientos penales.


“Noveno. El artículo cinco del Código de Procedimientos Penales señala, que
la excepción de cosa juzgada procede cuando el hecho denunciado ha sido
objeto de una resolución firme, nacional o extranjera, en proceso penal
seguido contra la misma persona ; así, la cosa juzgada constituye una causa
de extinción de la acción penal y tiene como fundamento la prohibición de
revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada, como lo contempla el
artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado,
prohibición que se encuentra ratificada en el artículo noventa del Código
Penal, que establece lo siguiente: “nadie puede ser perseguido por segunda
vez en razón de un hecho punible sobre el cual se falló definitivamente”.
A efectos de declararse fundada la excepción de cosa juzgada debe
constatarse la triple identidad requerida para su configuración; a saber: a)
Identidad de la persona perseguida (límite subjetivo de la cosa juzgada); es
decir, que el sujeto contra quien haya recaído la sanción y el incluido en el
segundo proceso, sea el mismo; b) Identidad del hecho punible y de
fundamento (límite objetivo de la cosa juzgada); conforme a este segundo
requisito, ambos procesos deben estar referidos al mismo suceso histórico y
subsumirse en tipos penales de carácter homogéneo, lo cual podrá
corroborarse al comparar los fundamentos de hecho de la decisión judicial
firme y de la denuncia o acusación de la causa en que se promueve la
excepción; y, c) Resolución Firme; que puede ser un fallo absolutorio o
condenatorio, o un auto consentido o ejecutoriado, dicho de otro modo, que el
primer proceso haya fenecido totalmente y no sea susceptible de medio
impugnatorio alguno”. (R.N. N° 3641-2011-LIMA; FJ. 9/SPT).

6 La excepción de improcedencia de acción procede por ausencia de una


condición objetiva de punibilidad.
OCTAVO. […], la excepción de naturaleza de acción, como es línea
jurisprudencial constante de este Supremo Tribunal, se circunscribe, desde la
acusación fiscal, que define el objeto procesal, a que el hecho acusado no es
típico, no es antijurídico o no es punible –ausencia de una condición objetiva
de punibilidad o presencia de una causa personal de exclusión de pena o
excusa absolutoria–. Esta ausencia de objeto se define desde los términos de
la propia acusación, sin que sea posible negar –total o parcialmente–, variar
o recortar los cargos, en suma, cuestionar de algún modo la realidad de los
hechos acusados. El imputado se limita, en esta específica posición respecto
de la acusación, dado los hechos que se le atribuyen, a controvertir su
relevancia jurídico penal en cualquiera de los tres ámbitos anteriormente
establecidos. La presencia de un dato adicional, distinto o alternativo, así
como la desestimación de algún dato fáctico enunciado en la acusación,
enervando de este modo la relevancia delictiva del hecho, en todo caso, dará
lugar a una sentencia absolutoria, pero no a la estimación de la excepción de
naturaleza de acción. (R.N. N° 2868-2014-LIMA SPT).

7 Supuestos en lo que procede excepción de improcedencia de acción.


DÉCIMO SEGUNDO: […] es un medio técnico de defensa contra la acción penal
que procede, cuando el hecho denunciado no constituye delito o no es
justiciable penalmente. La improcedencia de acción, por tanto, comprende dos
supuestos: el primero, relacionados a todos aquellos casos de atipicidad
penal absoluta o relativa del hecho objeto de imputación o de la concurrencia
de una cosa de justificación; y un segundo supuesto, que hace referencia a la
ausencia de una condición objetiva de punibilidad o a la presencia de una
condición objetiva de punibilidad o a la presencia de una causal personal de
exclusión de pena o excusa absoluta.
DÉCIMO TERCERO: La alusión a que el hecho denunciado no constituya delito,
comprende dos supuestos: a) que la conducta incriminada no esté prevista
como delito en el ordenamiento jurídico penal vigente, es decir, la conducta
imputada no concuerda con ninguna de las descritas en la ley penal. No es
una falta de adecuación a un tipo existente, sino la ausencia absoluta del tipo,
por lo que estaríamos ante un caso de atipicidad absoluta por falta de
adecuación directo; y, b) que el suceso fáctico no se adecúe a la hipótesis
típica de la disposición penal preexistente, invocada en la investigación o
acusación fiscal, esto es, cuando el hecho esta descrito en la ley, pero la
conducta adolece de algún elemento del tipo: sujeto –activo y pasivo–,
conducta –elemento descriptivo, normativos o subjetivos– y objeto –jurídico
material–, por lo que en estos caos se estaría frente a un caso de atipicidad
relativa, por falta de adecuación indirecta. (CAS. Nº 392-2016-AREQUIPA 2da
SPT).

8 Para deducir excepción de improcedencia de acción se debe partir de los


hechos descritos por el Fiscal.
Quinto. Que, ahora bien, es obvio que para deducir una excepción de
improcedencia de acción se debe partir de los hechos descritos en la
Disposición Fiscal de Formalización de Investigación Preparatoria. A su vez,
el juez, al evaluar dicha excepción, solo debe tener en cuenta los hechos
incorporados por el fiscal en el caso de imputación pertinente. En efecto, la
excepción de improcedencia de acción se concreta, por su propia
configuración procesal, en el juicio de subsunción normativa del hecho
atribuido a un injusto penal o a la punibilidad, en tanto categorías del delito
distinto de la culpabilidad –tanto como juicio de imputación personal cuanto
como ámbito del examen de su correlación con la realidad–. (CAS. N° 407-
2015-TACNA SPT).

9 No puede estimarse fundada una excepción de improcedencia de acción sobre


la base de alegaciones de irresponsabilidad penal expresadas a partir de la
actividad probatoria o investigativa comprendida en los actuados.
3.3. En lo que respecta al primer supuesto de procedencia, debe señalarse
que comprende la antijuridicidad penal del objeto procesal: tipicidad y
antijuridicidad. Atañe a dos extremos: a) cuando la conducta incriminada no
se encuentra prevista como delito en el ordenamiento jurídico (atipicidad
absoluta); y b) cuando el suceso descrito no se adecúa a la hipótesis típica de
la disposición penal preexistente invocada en la investigación o acusación,
esto es, en el supuesto de que el hecho esté descrito en la ley, pero la
conducta adolece de falta de algún elemento típico exigido, tales como la
ausencia del sujeto activo o pasivo, de elementos descriptivos, normativos o
subjetivos de la conducta, o de objeto jurídico o material (atipicidad relativa).
Conviene hacer énfasis en que el juez, al evaluar la excepción de
improcedencia de acción, solo debe tener en cuenta los hechos incorporados
en el acto de imputación pertinente.
3.4. Asimismo, debe precisarse que no puede estimarse fundada una
excepción de improcedencia de acción sobre la base de alegaciones de
irresponsabilidad penal expresadas a partir de la actividad probatoria o
investigativa comprendida en los actuados, toda vez que con ello se hace
referencia a un problema vinculado al aspecto probatorio de los hechos
materia de incriminación y no a la imputación en sí misma consignada en la
disposición fiscal de formalización de investigación preparatoria o en la
acusación. El ámbito propio o específico de la excepción de naturaleza de
acción es el juicio de adecuación típica.
3.5. En el presente caso, de lo expuesto por el impugnante, corresponde
evaluar si el hecho que se le atribuye no constituye delito por ausencia del
tipo subjetivo y, asimismo, a partir de ciertos aspectos del tipo objetivo, en lo
que respecta al delito de falsedad ideológica.
3.6. Respecto a la alegación del casacionista en torno al tipo subjetivo, se tiene
que alegó, centralmente, que, si bien elevó las dos escrituras públicas de
donación, ello obedeció a que fue sorprendido por los solicitantes del acto
protocolar, en el sentido de que un sujeto simuló la identidad de Herbert Frey
Bullón, fallecido días antes, y expresó, en la minuta y ante el notario, su
voluntad de donar los bienes muebles a Nalda Aurora Bullón Ames, quien
había manifestado ser la madre de la persona que se presentó como el
donante.
3.7. Lo señalado precedentemente no aparece en la acusación fiscal (cfr.
fundamento de hecho uno punto dos de la presente sentencia de casación).
Más bien, constituye un alegato de defensa referido a su irresponsabilidad
penal que requiere verificación de actuados. Consta en el requerimiento
acusatorio la existencia de una conducta decidida o dolosa en el accionar del
encausado con relación al delito de falsedad ideológica; se desprende, de tal
requerimiento, que la hipótesis fiscal radica en que habría tenido
conocimiento y voluntad del vicio en el otorgamiento de las escrituras
públicas: hay necesidad de valoración de actividad probatoria y de las
respectivas alegaciones que a partir de tal actividad se planteen. Por ello, no
podría estimarse fundada la referida excepción de improcedencia de acción y
la Sala Superior, al haberse basado, en lo esencial, en fundamentos
semejantes para desestimarla, emitió una decisión conforme a derecho. (CAS.
Nº 702-2017-UCAYALI-SPP).

10 Los medios técnicos de defensa en el procero penal.


6.1. Los medios técnicos de defensa se constituyen como el derecho de
impugnar provisional o definitivamente la constitución o el desarrollo de la
relación procesal, denunciando algún obstáculo o deficiencia que se basa
directamente en una norma de derecho y no incide sobre el hecho que
constituye el objeto sustancial de aquello.
En un Estado Constitucional de Derecho los medios técnicos de defensa
contribuyen al fortalecimiento de las garantías procesales; y, se dividen en
dos grandes grupos: el primero se refiere a aquellos que observan la acción
penal y requieren la subsanación de algún requisito o la reconducción del
procedimiento (cuestión previa y cuestión prejudicial), mientras que el
segundo está referido a aquellos que elimina la acción penal (excepciones).

Supuestos en lo que procede excepción de improcedencia de acción. 8.1. La


excepción de improcedencia de acción es un medio técnico de defensa que
otorga al justiciable la potestad de cuestionar preliminarmente la procedencia
de la imputación ejercida en su contra, cuando el hecho denunciado no
constituye delito o no es justiciable penalmente¸ ello en virtud a la exigencia
del principio de legalidad, conforme lo prevé el artículo 6°, inciso 1, literal b,
del Código Procesal Penal.
8.2. Asimismo, se tiene que “(…) en el proceso formalmente iniciado, las partes
pueden hacer uso de los medios de defensa técnico para evitar un proceso en
el que no se haya verificado los presupuestos esenciales de imputación”.
Piénsese, por ejemplo, en la declaración de atipicidad a través de la excepción
de improcedencia de acción (…) [El subrayado es nuestro], cuyo fin es atacar
la potestad represiva del Estado y evitar la prosecución del supuesto delito
que se investiga.
8.3. En cuanto al primer supuesto, referido a cuando el hecho denunciado “no
constituye delito”, se tiene que la teoría general del delito parte del derecho
penal positivo, conforme al artículo 11° del Código Penal de 1991: “Son delitos y
faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas penado por ley”. Dicho
concepto formal nada dice sobre los elementos que deben contener toda
conducta sancionada por la ley con una pena. Por lo que, se recurre a la
doctrina penal, a fin de establecer que la teoría jurídica del delito es una teoría
de la atribución de responsabilidad penal, esto es, un instrumento conceptual
que nos permite determinar judicialmente si determinado hecho tiene la
consideración del delito y merece, en consecuencia, la imposición de una
sanción penal. Se trata, entonces, de una elaboración de la dogmática
jurídico-penal, con base en el derecho positivo, por exigencia explícita del
principio de legalidad penal, que ha ido evolucionando en el decurso del
tiempo y que permite una aplicación racional de la ley, a través de un sistema
conceptual unitario. Con ello el ciudadano gana en seguridad jurídica en la
medida que posibilita una jurisprudencia más racional, predecible y unitaria
en la interpretación y aplicación de la ley penal.
8.4. En alusión a que el hecho denunciado no constituye delito la atipicidad
presenta determinados supuestos que “comprende dos extremos: 1) la
conducta incriminada no esté prevista como delito en el ordenamiento jurídico
penal vigente, es decir, la conducta realizada no concuerda con ninguna de
las legalmente descritas, no es una falta de adecuación a un tipo existente,
sino la ausencia absoluta del tipo, estamos ante un caso de atipicidad absoluta
por falta de adecuación directa; y, 2) el suceso no se adecua a la hipótesis
típica de la disposición penal preexistente invocada en la investigación o
acusación, esto es, cuando el hecho esta descrito en la ley, pero la conducta
adolece de algún elemento allí exigido, se plantea frente a la ausencia de
cualquier elemento del tipo: sujetos –activo y pasivo–, conducta –elementos
descriptivos, normativos o subjetivos– y objeto –jurídico o material–, estamos
ante un caso d atipicidad relativa por falta de adecuación indirecta”.
8.5. El segundo supuesto, referido a cuando el hecho denunciado no es
justiciable penalmente, entiende que toda relación jurídica que requiere una
intervención y solución judicial mediante la aplicación del derecho es
justiciable, y todo acto delictuoso es justiciable penalmente.
Sobre la base de dicha afirmación, se puede llegar a otro razonamiento: la
conducta merece ser justiciable pero no penalmente; no se requiere de la
intervención del juez penal para su solución, es decir es justiciable pero en
otra vía distinta a la penal, pues la argumentación se reduce a la ausencia de
tipicidad en la conducta que se ha calificado de delictiva.
8.6. Asimismo, se inste en que el tipo penal se configura, pero éste señala
puntualmente aspectos a tener en cuenta por el juez penal, tales como las
condiciones objetivas de punibilidad, excusas absolutorias, supuesto de
inculpabilidad y otros, que deben necesariamente requerir de un
pronunciamiento final y no limitados cortados en aplicación de una excepción.
Por ejemplo: lo señalado en el artículo 208° del Código Penal, referido a los
delitos de hurto, apropiaciones, defraudaciones o daños que se causen entre
cónyuges, concubinos, ascendientes, etecétera, no son reprimibles; así, quien
hurta un televiso de su casa, perteneciente a él y a su esposa, no es reprimible
penalmente. (CAS. N° 581-2015-PIURA SPP).

11 Las excepciones de Cosa Juzgada.


“11. Desde el punto de vista procesal, el artículo 5° del Código de
Procedimientos señala: “Contra la acción penal puede deducirse las
excepciones... de Cosa Juzgada, cuando el hecho denunciado ha sido objeto
de una resolución firme, nacional o extranjera, en el proceso penal seguido
contra la misma persona”. Ello significa, en cuanto a los límites subjetivos de
la cosa juzgada, que la única identidad que cabe entender es la pasiva o del
condenado, esto es, a quien se le atribuye el hecho punible materia de
condena firme –nunca la activa o del acusador– [en el proceso penal se busca
la declaración de que existe el deber y el derecho de castigar, de imponer
penas; este deber–derecho incide directa y solamente sobre la persona del
acusado, lo que por razones de certeza y seguridad jurídicas prohíbe la
extensión subjetiva de la eficacia de la cosa juzgada penal a un tercero,
distinto del imputado].
Respecto a los límites objetivos de la cosa juzgada, se requiere que se trate
tanto del mismo suceso histórico –identidad de una conducta que sucedió en
la realidad externa– [hechos que han sido objeto de la acusación y posterior
juicio], cuanto del mismo fundamento –que se subsuma en tipos penales o
administrativos de carácter homogéneo–. Esto último –la denominada
“consideración procesal del hecho”– debe entenderse desde una perspectiva
amplia, de suerte que comprenda los concursos de leyes y reales de delitos
o de ilícitos administrativos, con exclusión de los supuestos de delitos
continuados y concursos ideales en que el bien jurídico fuera heterogéneo.
El delito de asociación ilícita está descrito en el artículo 317° del Código Penal.
Dice la citada disposición: “El que forma parte de una organización de dos o
más personas destinada a cometer delitos será reprimido, por el sólo hecho
de ser miembro de la misma, con pena privativa de la libertad no menor de
tres ni mayor de seis años...”.
Así queda claro que el indicado tipo legal sanciona el sólo hecho de formar
parte de la agrupación –a través de sus notas esenciales, que le otorgan una
sustantividad propia, de (a) relativa organización, (b) permanencia o
estabilidad y (c) número mínimo de personas– sin que se materialice sus
planes delictivos. En tal virtud, el delito de asociación ilícita para delinquir se
consuma desde que se busca una finalidad ya inicialmente delictiva, no
cuando en el desenvolvimiento societario se cometen determinadas
infracciones; ni siquiera se requiere que se haya iniciado la fase ejecutiva del
mismo.
Por ello mismo, tampoco cabe sostener la existencia de tantas asociaciones
como delitos se atribuya al imputado. La asociación es autónoma e
independiente del delito o delitos que a través de ella se cometan –no se
requiere llegar a la precisión total de cada acción individual en tiempo y lugar–
, pudiendo apreciarse un concurso entre ella y estos delitos, pues se trata de
sustratos de hecho diferentes y, por cierto, de un bien jurídico distinto del que
se protege en la posterior acción delictiva que se comete al realizar la
actividad ilícita para la que la asociación se constituyó”. (Acuerdo Plenario N°
4-2006/CJ-116. FJ. 11 y 12).

12 Procedencia de la excepción de improcedencia de acción.


“La excepción de improcedencia de acción es procedente cuando se inicia un
proceso penal por conductas que no han sido previstas previamente como
conductas punibles o sobre las cuales existe una causa que impide que sean
justiciables, pero no resuelve la responsabilidad o irresponsabilidad de los
imputados; por consiguiente, solo procede cuando el hecho no constituye
delito o no es justiciable penalmente”. (EXP. N° 2007-2435-15, Juzgado
Liquidador de La Libertad; VOLUMEN 2: JURIPRUDENCIA SOBRE LA
APLICACIÓN DEL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL ob. cit., p. 159).

13 Acreditación del error de prohibición en la excepción de improcedencia de


acción.
“No procede la excepción de improcedencia porque el error de prohibición
alegado por la defensa no es manifiesto o evidente en lo actuado, debiendo
ser objeto de demostración en el curso del proceso. No debe confundirse este
medio procesal con un alegato de descargo de responsabilidad, cuyos
términos serán apreciados en la instancia correspondiente por incidir
directamente sobre el fondo del asunto, máxime si los hechos imputados se
encuentran comprendidos como delito en nuestro ordenamiento penal
vigente”. (EXP. N° 2009-00011-21, Sala de Apelaciones de Arequipa; VOLUMEN
2: JURIPRUDENCIA SOBRE LA APLICACIÓN DEL NUEVO CÓDIGO PROCESAL
PENAL, ob. cit., p. 161).
14 Procedencia de la excepción de improcedencia de acción.
“La Excepción de Improcedencia de Acción procede no solo cuando el hecho
no es típico o no reúne los elementos objetivos de un tipo penal, sino además
cuando de los hechos objeto de la imputación fiscal surge con claridad la
inexistencia de los elementos subjetivos del tipo o la presencia de una causa
de justificación o una circunstancia que elimina la culpabilidad; circunstancias
que deben aparecer, reiteramos, con suficiente claridad de manera
indubitable y que no requieran probanza”. (EXP. N° 03273-2009-25, Sala de
Apelaciones de Arequipa; VOLUMEN 2: JURIPRUDENCIA SOBRE LA
APLICACIÓN DEL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL, ob. cit., p. 164).

15 Finalidad de la excepción de improcedencia de acción.


“La excepción de improcedencia de acción tiene por finalidad discutir la
relevancia penal del hecho que se imputa, de manera previa a cualquier
actividad probatoria. Cuando los hechos imputados se encuentran
comprendidos como delito en nuestro ordenamiento penal vigente, no debe
confundirse este medio procesal de defensa con un alegato de descargo de
responsabilidad, cuyos términos serán apreciados en la instancia
correspondiente por incidir directamente sobre el fondo del asunto; es decir,
la existencia del delito y su responsabilidad penal, lo que constituye una
cuestión de probanza y objeto mismo de la investigación”. (EXP. N° 2009-
01981-60, Sala de Apelaciones de Arequipa; VOLUMEN 2: JURIPRUDENCIA
SOBRE LA APLICACIÓN DEL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL, ob. cit., p.
167).

16 Diferencia entre la interrupción y la suspensión del plazo de prescripción.


“La diferencia cualitativa entre la interrupción y la suspensión del plazo de
prescripción está relacionada con la condición interna o externa de la
paralización de dicho plazo. Así, mientras que en el primero de ellos, la
paralización se produce por las actuaciones de las autoridades fiscales y
judiciales competentes en el mismo proceso penal (condición intraproceso),
en la suspensión son autoridades distintas al fiscal o al juez penal quienes,
en procedimiento administrativo o judicial distinto, deben pronunciarse sobre
la satisfacción o no del requisito legal habilitante para la iniciación o
prosecución del proceso penal (condición extraproceso).
Pese a estas diferencias, se ha producido una antinomia entre las hipótesis
normativas del art. 84 del CP y el art. 339.1 del CPP, en la medida que para la
norma sustantiva, la formalización de investigación preparatoria es una causa
de interrupción, mientras que para la norma adjetiva es una causa de
suspensión.
Para resolver la antinomia resulta aplicable el principio de favorabilidad
reconocido en el art. 103 de la Constitución y el artículo VII.4 del Título
Preliminar del CPP, en donde se reafirma que en caso de duda insalvable
sobre la ley aplicable debe preferirse a la más favorable al reo; por tanto,
tratándose de la prescripción penal, la norma más beneficiosa está contenida
en el CP, por adecuarse más a su naturaleza jurídica, como una garantía del
individuo ante la persecución penal estatal que no puede prolongarse ad
infinitum.
El art. 339.1 del CPP no solo vacía de contenido el derecho constitucional
protegido por la prescripción, sino que maximiza la persecución del Estado
hasta la expedición de una sentencia firme, sin importar que la duración del
proceso pueda exceder incluso el plazo legal de prescripción extraordinaria
contenida en el art. 83 del CP, convirtiendo en la práctica cualquier delito en
imprescriptible sin consideración alguna a la naturaleza o gravedad del
mismo”. (EXP. N° 4430-2008-19, Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria
de Trujillo; VOLUMEN 2: JURIPRUDENCIA SOBRE LA APLICACIÓN DEL NUEVO
CÓDIGO PROCESAL PENAL, ob. cit., p. 179).

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