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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y CONTABILIDAD ESCUELA DE


ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN DE RECURSOS HUMANOS

CURSO:
GESTIÓN DE LA SEGURIDAD Y RIESGOS PROFESIONALES

TEMA:
TRABAJOS DECENTES EN PANAMÁ Y SUS
IMPACTOS FRENTE AL COVID19.

GRUPO:
AN32R

INTEGRANTES:
Briggs Zuleyka 8-712-975

Delgado Ana 8-946-1137

Mckay Naylin 8-960-361

Pinto Silvia 8-969-1243

Smith Nicole 8-982-396

PROFESORA:
MILVIA CHECA

FECHA DE ENTREGA
Introducción

El impacto del COVID 19 fue diverso según sectores y actividades. En los sectores como
la industria, las comunicaciones, la agricultura, que también fueron afectados, los
impactos no están claramente identificados. En el sector terciario, los segmentos
económicos más afectados incluyen actividades como comercio, turismo.
La pandemia por COVID-19, ha detenido a la economía global. Todas las economías del
mundo se encuentran sufriendo los efectos de parar la actividad para contener el virus,
los países se han visto obligados a recurrir a la aplicación de estrictas cuarentenas que
hoy afectan al 81% de la fuerza laboral del mundo. Panamá está entre los países con
mayor informalidad laboral (45 %), por encima de países con mayor población y menor
ritmo de crecimiento.
índice
Introducción................................................................................................................................2
Trabajo decente en Panamá y su impacto frente al COVID-19.....................................................4
Trabajo decente en Panamá.........................................................................................................5
La crisis golpea una estructura productiva y empresarial con debilidades acumuladas por
décadas........................................................................................................................................6
Más de un tercio del empleo formal y un cuarto del PIB se generan en sectores fuertemente
golpeados por la crisis..................................................................................................................6
Es muy difícil prever la intensidad y la duración de la crisis actual. Sin embargo, es posible...6
identificar algunas de sus especificidades................................................................................6
Habría tres etapas, vinculadas con las etapas que se vivirán en relación con la epidemia en
cada país...................................................................................................................................7
El impacto en la industria conduciría a un cambio estructural regresivo.....................................7
Conclusión....................................................................................................................................9
Bibliografía.................................................................................................................................10
Trabajo decente en Panamá y su impacto frente al COVID-19
El impacto económico como consecuencia de la pandemia del COVID-19 en el corto plazo, se
sintió con más fuerza en el sector terciario, con particular efecto en el transporte, el turismo, la
hostelería y el comercio al por menor. En el caso de Panamá, los servicios representan alrededor
del 80% del PIB (Producto Interno Bruto). Para el año 2019, solamente el sector comercio,
restaurantes y hoteles ocupó a cerca de 500,000 personas, es decir, casi una cuarta parte del
total de ocupados a nivel nacional. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario
Internacional estiman una recuperación para 2021.
Habrá que compensar el impacto negativo de la interrupción de suministros y la contracción del
consumo producto de las medidas de contención sanitaria, así como, la afectación de la
actividad del Canal y el transporte aéreo y sus actividades relacionadas, debido a la
desaceleración del comercio mundial.
La situación económica precrisis no solo determino el tipo y la magnitud del efecto de los shocks
derivados, también incidirá en la capacidad de respuesta del país. Las respuestas de política a la
atención de la crisis en el corto plazo y a las medidas para la recuperación requerirán de un
importante esfuerzo fiscal por el lado del gasto. Al respecto, la pandemia del COVID-19
encuentra a las finanzas públicas de Panamá en una situación delicada.
En cada una de estas dimensiones se generarán presiones adicionales a las que ya los países
afrontaban en la precrisis, que, en el mejor de los casos, ralentizará la velocidad de reducción de
los principales déficits de trabajo decente en el país.
El impacto socioeconómico negativo causado por la pandemia del Covid-19 se está revirtiendo.
La necesaria adaptación a los cambios y la capacidad de respuesta para enfrentar la crisis ha
sido clave.
El momento es propicio para hacer un breve análisis de la situación socioeconómica en que se
encuentra el país. En aras de contextualizar, recordemos brevemente la situación antes de, y el
origen de la crisis. El crecimiento promedio en los últimos 10 años pre-COVID fue de 6.2%, cifra
muy por encima del crecimiento de Latinoamérica que fue 2.0%. No obstante, desde hacía
algunos años se venía registrando la desaceleración del crecimiento de la actividad económica y
se incrementaba el porcentaje de desocupación.
Esta situación se agravó a raíz de la pandemia en el año 2020. Al verse interrumpido el flujo
circular de la economía, se ve afectado principalmente el crecimiento económico y el empleo.
Trabajo decente en Panamá
Panamá ha elaborado dos Planes Nacionales de Trabajo Decente (en 2011 y 2015). Estos
planes partían de un entendimiento más amplio de las buenas prácticas para maximizar la
inversión pública y privada en la formación de capital humano en un contexto del alza del
desempleo durante la Gran Recesión de 2007-09 y los cambios tecnológicos que han
transformado lo que se conoce como el “futuro del trabajo”. Similar a los modelos corporativos de
Alemania y Suecia, estos planes proponían que el sector público debe crear las condiciones para
que las personas trabajadoras puedan no solamente conseguir empleos productivos bien
remunerados, sino que también puedan participar del sistema de protección social en espacios
democráticos de toma de decisiones financieras y estratégicas.
el proceso detrás de su desarrollo (incluyendo una gran variedad de diagnósticos) y sus varios
intentos de implementación, nos sirven de guía para informar una respuesta a las necesidades
laborales del país durante y después de la pandemia. Por ejemplo, el Ministerio de Trabajo y
Desarrollo Laboral (MITRADEL) tiene la experiencia de haber implementado iniciativas que
surgieron de estos planes, como programas para incrementar la participación laboral de
personas con discapacidades y el programa de apoyo a la inserción laboral. Igualmente, estos
planes nacionales han reforzado el rol e incrementado los recursos y alianzas con el sector
privado de organizaciones como el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación
para el Desarrollo Humano (INADEH). Frente a la pandemia, existe la necesidad de utilizar
todos estos recursos y reformular e implementar estos planes de tal forma que el sector público y
las organizaciones sin fines de lucro se involucren activamente con los grupos que enfrentan las
mayores dificultades para participar y mantenerse en el mercado de trabajo, incluyendo a las
jefas de hogares con limitadas cualificaciones, personas entre 20 y 30 años, personas residentes
en zonas rurales e indígenas, y personas con discapacidades.
La crisis sanitaria abre la ventana de oportunidad para que este tipo de planes reimaginen las
instituciones existentes de la protección social, incluyendo la creación de un seguro de
cesantías, así como medidas que reduzcan las posibilidades de que las personas desocupadas
pierdan acceso a servicios básicos de salud, jubilación y pensiones.
Es importante destacar que la economía panameña presenta una creciente dualidad entre un
sector de servicios comercializables sólido, con alta productividad, basado en actividades
intensivas en competencias y que genera una cantidad limitada de buenos empleos y un sector
(agricultura, servicios y, en cierta medida, industria manufacturera), con baja productividad, con
empleos de subsistencia e informales en donde se concentra la mayor parte del empleo. Esto
incidirá fuertemente en impactos diferenciados económicos y de empleo.
La crisis golpea una estructura productiva y empresarial con
debilidades acumuladas por décadas
La crisis económica generada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) tiene un impacto
importante en los países de América Latina y el Caribe y golpea una estructura productiva y
empresarial con debilidades que se han originado a lo largo de décadas. La estructura productiva
de la región presenta una gran heterogeneidad entre los sectores y entre las empresas. Pocas
actividades de producción y procesamiento de recursos naturales, algunos servicios de alta
intensidad de capital (electricidad, telecomunicaciones y bancos) y pocas grandes empresas
tienen altos niveles de valor agregado por trabajador, mientras que los demás alcanzan niveles
muy bajos de productividad.

La pandemia golpea en tiempos donde ha sido hegemónico un modelo de desarrollo con serios
problemas estructurales: desigualdad creciente, alta informalidad en el mercado de trabajo,
debilidad y fragmentación de sus instituciones, especialmente las relacionadas a la protección
social, y una estructura productiva y empresarial con reducidas capacidades tecnológicas y
concentrada en sectores dependientes de ventajas comparativas estáticas, como recursos
naturales y bajos salarios.

La heterogeneidad estructural de la región implica que los impactos de la crisis no serán


homogéneos entre países y sectores. Los efectos serán desproporcionalmente altos en los
trabajadores informales, los estratos de ingresos bajos y medio-bajos, las mujeres, los
afrodescendientes, los pueblos indígenas, los migrantes, y las microempresas. En ausencia de
políticas públicas que mitiguen estos efectos, el desempleo, la pobreza y la pobreza extrema
(con el consiguiente riesgo de desnutrición) alcanzarán a millones de personas.

Los gobiernos han tomado medidas sanitarias, sociales y económicas para enfrentar la
emergencia y reducir los impactos de la crisis sobre las personas más vulnerables. Pero más allá
de la búsqueda de un alivio en el corto plazo, hay problemas estructurales que deben ser
enfrentados.

Más de un tercio del empleo formal y un cuarto del PIB se


generan en sectores fuertemente golpeados por la crisis
Es muy difícil prever la intensidad y la duración de la crisis actual. Sin embargo,
es posible
identificar algunas de sus especificidades.

 Es un fenómeno global, que afecta a todos los países del mundo, aunque con
intensidades distintas. En cada economía de la región, se producen consecuencias
económicas asociadas a la demanda y la oferta internas, y también a la demanda y la
oferta mundiales.
 Como sucedió en otras pandemias, se trata de un virus que era desconocido hasta
ahora, para el cual aún no existe vacuna ni remedios universalmente eficaces. La única
manera de controlar la pandemia es mediante la prevención que, en general, implica la
reducción de los contactos sociales. Las medidas tomadas por los países se traducen en
diferentes niveles de restricción social y, por lo tanto, de limitación de las actividades
económicas.
 En la medida en que se logre controlar la etapa de mayor difusión del virus, las
restricciones sociales y al desarrollo de actividades económicas se modificarán, pero no
serán eliminadas del todo.

Habría tres etapas, vinculadas con las etapas que se vivirán en relación con la
epidemia en cada país.
 La primera se relaciona con la emergencia y con las medidas que hay que tomar en un
plazo muy corto.
 La segunda se producirá cuando, una vez controlados los focos de esa epidemia, haya
que “convivir” con un virus que, sin controles sanitarios y sociales, puede volver a
difundirse. Se mantendrán algunas (muchas) de las restricciones a las actividades
económicas y sociales y la economía funcionará “a media marcha”, con diferencias entre
sectores. Esta etapa es la que habitualmente se denomina de reactivación.
 La tercera tendrá lugar cuando no haya peligro de contagio (una vez que exista la
vacuna) e implicará una nueva realidad económica y social. Esa realidad será distinta en
cada país según la duración e intensidad de las dos primeras etapas, las medidas
económicas y sociales que se hayan tomado y las capacidades institucionales,
productivas y tecnológicas acumuladas. Además, habrá cambios en el escenario
económico y político internacional, puesto que los países entrarán a la segunda y tercera
etapas en diferentes momentos y en condiciones distintas.
 La crisis económica tiene su origen tanto en la oferta como en la demanda. Las
restricciones sociales han generado la suspensión, total o parcial, de las actividades
productivas. Este efecto ha sido más fuerte en sectores cuyas actividades implican
aglomeración y cercanía física (turismo, espectáculos, hoteles y restaurantes, transporte
y servicios personales), mientras que ha sido menor en aquellos que se han considerado
indispensables (alimentos, desinfectantes, artículos de limpieza, medicamentos e
insumos y equipos médicos).

El impacto en la industria conduciría a un cambio estructural


regresivo

La consolidación de esta dimensión conceptual a través de estudios como el planteado aquí,


ofrece argumentos sólidos para que el diseño de políticas públicas culturales pueda sustentarse
en las realidades, comportamientos y tendencias de los actores del sector”, agregó el ministro
Aguilar.

La reactivación de los sectores artísticos y culturales se dará de manera paulatina, con una
visión integral de la sociedad post pandemia, entendiendo que tenemos la economía más
dinámica de la región, con panameños siempre solidarios, y todos unidos vamos a contribuir con
la reconstrucción del país.

Para enfrentar la crisis, las instituciones gubernamentales, las cámaras empresariales y


los centros académicos han lanzado convocatorias para iniciativas de innovación. Estas
incluyen desde financiamiento no reembolsable para proyectos que brinden soluciones a
problemas asociados a la crisis sanitaria, hasta llamados para la fabricación de ventiladores
mecánicos de emergencia.
Conclusión
Es importante destacar que la economía panameña presenta una

creciente dualidad entre un sector de servicios comercializables sólido,

con alta productividad, basado en actividades intensivas en competencias

y que genera una cantidad limitada de buenos empleos y un sector

(agricultura, servicios y, en cierta medida, industria manufacturera), con

baja productividad, con empleos de subsistencia e informales en donde

se concentra la mayor parte del empleo. Esto incidirá fuertemente en

impactos diferenciados económicos y de empleo.


Bibliografía
https://cieps.org.pa/la-reactivacion-economica-requiere-de-programas-de-emprendimiento-y-
politicas-de-empleo-decente/

https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-san_jose/documents/
publication/wcms_755525.pdf

file:///C:/Users/house/Downloads/CAD-435-Recuperacin%20economica%20a%20dos%20aos
%20del%20COVID-19%20(1).pdf

https://www.somosiberoamerica.org/wp-content/uploads/2021/03/CAP2-ALICIA-BARCENA.pdf

file:///C:/Users/xx/Downloads/CAD-435-Recuperacin%20economica%20a%20dos%20aos%20del
%20COVID-19%20(1).pdf

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