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CUSCO – PERU
2020
EL SISTEMA BANCARIO Y EL COVID
La crisis sanitaria mundial producto de la pandemia por COVID-19, representa un gran reto
para todos los países del mundo, ya que no solo pone a prueba los sistemas de salud, sino
que también profundiza sus problemas económicos y sociales. En nuestro país, el gobierno
decretó la paralización total a causa de la pandemia, el 16 de marzo del 2020, suspendiendo
todas las actividades económicas y el trabajo presencial. Dicha medida se implementó con
la finalidad de salvaguardar la integridad sanitaria de toda la población, en vista de que los
casos de personas contagiadas se incrementaba exponencialmente, pero dicha medida puso
a la economía nacional en una situación precaria y excepcional, afectando a la economía de
todos los hogares a lo largo del territorio, pues los costos que implica detener la actividad
económica y la jornada laboral son incalculables. Los indicadores que dan cuenta de la
magnitud de estas afectaciones son el Producto Interno Bruto (PIB), el nivel de ventas de
las empresas y el aumento del desempleo.
A raíz de las disposiciones aplicadas por el gobierno, la tasa de desempleo subió de manera
acelerada, ya que, al detenerse todas las actividades productivas, las empresas no podían
asumir las planillas de los trabajadores, estando ellos en casa. De esta forma, la población
en general, así como las empresas, se han visto sometidas ante la crisis sanitaria, la
disminución de su liquidez, causada por la pérdida o reducción de sus ingresos mensuales.
Así, su capacidad de consumo y pago de sus obligaciones financieras se vieron
comprometidas. Ante ello, el Estado, a fin de aliviar la presión financiera de los hogares y
de las empresas, así como del sistema financiero, emitió varias resoluciones y programas
durante los meses más graves de la pandemia para tratar de paliar la situación adversa de
las familias. Así, el reto de las entidades financieras tanto públicas y privadas, es lograr un
manejo óptimo de sus operaciones, mantener indicadores de desempeño financiero y de
riesgo de crédito y liquidez adecuados y a la vez entregar productos crediticios y facilidades
a los hogares y empresas que más lo necesitan.
En medio de la crisis actual ocasionada por la COVID-19, resulta vital para muchos
negocios realizar solicitudes crediticias con éxito ante el sistema financiero por la necesidad
de una inyección de liquidez para afrontar la falta de ingreso. En ese sentido, si bien
Reactiva Perú alivia el bajo nivel de liquidez actual, no es suficiente para dar una solución
completa e integral al negocio, por lo cual las empresas deben tomar en cuenta algunos
aspectos críticos antes de hacer una solicitud formal de crédito a la Banca, pues requieren
de un crédito que les permita ordenar sus finanzas y cumplir con la reformulación de su
planeamiento estratégico.
REACTIVA PERÚ
El sistema bancario ha sido un actor principal durante esta crisis sanitaria a causa de la
pandemia del COVID 19, especialmente en las políticas diseñadas para mitigar los efectos
del COVID-19 en las condiciones económicas y financieras del país, el programa Reactiva
Perú ocupa un rol principal. La inyección de liquidez permitió que el sector productivo se
mantuviera operativo durante el estado de emergencia y que la cadena de pagos no
afrontara una ruptura que habría minado la estabilidad del sistema financiero.
El 15 de marzo, se decretó el estado de emergencia y el distanciamiento social obligatorio
con el objetivo de salvaguardar la salud de las personas ante la crisis sanitaria derivada del
brote del COVID-19. Estas medidas, sin embargo, afectaron negativamente la actividad
económica del país, por la paralización de la mayoría de las actividades productivas, lo que
redujo la capacidad de las empresas para generar ingresos y con ello se elevó el riesgo de
incumplimiento de pagos de las empresas con sus trabajadores, proveedores y con las
entidades del sistema financiero. El Programa de Garantías del Gobierno Nacional
“Reactiva Perú” se diseñó con el objetivo de contener estos riesgos, de tal manera que el
sector productivo se mantenga operativo al término del estado de emergencia y se pueda
generar una reactivación rápida de la economía. De no haberse implementado, el impacto
inicial del choque generado por el COVID-19 habría generado un rompimiento de la
cadena de pagos con consecuencias significativas para la estabilidad del sistema financiero.
Esta ruptura en este sector, que es más apalancado que otros, habría magnificado el impacto
inicial del Covid-19 y dañado la economía de manera más permanente, comprometiendo su
recuperación posterior. Para cumplir con este objetivo, el programa incorporó 3
características innovadoras que permitieron que las entidades financieras puedan otorgar
montos significativos de crédito, y a tasas históricamente bajas, en un escenario de alta
incertidumbre y de caída del PBI.
LAS CLAVES DE LA RECUPERACIÓN DE LA BANCA
Una banca más sostenible.- Los bancos son absolutamente conscientes de que su papel
debe ser más activo en la gestión de los riesgos medioambientales y otros que amenazan la
sostenibilidad de la economía y en buscar oportunidades, tanto de inversión como de
captación de recursos, en un mercado financiero más sostenible, adaptando para ello sus
modelos de negocio. Con esta crisis, se ha añadido (o se ha potenciado) un riesgo que
amenaza nuestras vidas, nuestra salud y nuestra economía, como es el riesgo de pandemias
como la COVID-19. Las lecciones de esta crisis deberán incorporarse a esos modelos de
negocio sostenibles.
Es una evidencia que el gobierno está apostando por utilizar a los bancos como herramienta
clave para canalizar sus ayudas. A diferencia de crisis anteriores, la banca se vislumbra
como una parte importante de la solución, y no como una parte del problema.
Es clara la estrecha relación que existe entre el desarrollo de la economía del país con el
Sistema Financiero Nacional, ya que al analizar la distribución de la cartera de crédito, por
actividad económica podemos identificar claramente como las entidades financieras,
contribuyen a la dinamización de las empresas, negocios, microempresarios y personas. Por
lo que, uno de los factores más importantes para soportar y superar esta crisis ha sido el
apoyo de estas al brindar alivio a sus socios y clientes en tanto puedan recuperarse y
reactivar sus negocios.