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Economía Política

Lic. Bartolo Coyoy Juárez


Segundo Semestre, Sección A
Administración de Empresas

Impacto económico y político del


Covid-19 en Guatemala.

Nehemías Emanuel Velásquez Ordoñez - 201930100


Josué Estuardo López García - 201831325
Álvaro Amílcar Ortiz Macha – 201932239
Andrés Rolando Ajca Saquic - 201931438
Javier Alejandro Woc de León - 202030527
María Fernanda Pérez Martín - 201703069
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Índice
Introducción: ............................................................... 3
Impacto económico del COVID-19 en Guatemala ....... 4
Sector Agrícola .......................................................... 5
Sector Pesquero: ....................................................... 8
Impacto económico político del Covid-19 en
Guatemala. ................................................................ 10
Conclusión: ................................................................ 13
Bibliografía: ............................................................... 16

2
Introducción:
En Guatemala podemos observar la capacidad nata de laborar, proveer y producir lo que como
ciudadanos nos caracteriza, somos gente acostumbrada a aprovechar la luz de día e incluso las
dificultadas presentadas en esta época, para nosotros es una oportunidad de renacer,
reinventarnos, buscar las opciones varias para poder brindar sustento diario a nuestra familia, sin
siquiera hacer un previo análisis de cómo podría resultar, solo sabemos que debemos de trabajar,
trabajar arduamente para poder salir adelante.

De las 17 actividades económicas de Guatemala nueve tendrán un desempeño negativo en 2020,


confirmaron autoridades del Banco de Guatemala.

Los datos fueron proporcionados por Sergio Recinos, presidente de la Junta Monetaria y del Banco
de Guatemala a empresarios de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).

Recinos expresó que la economía de Guatemala registraría una caída de 0.5 por ciento este año.
Pero en 2021 habría un crecimiento de 4.0 por ciento.

Recalcó que estos son los nueve sectores más afectados por el coronavirus Covid-19.

1. Sector turismo y de restaurantes -9.6%

2. Otras actividades de servicios -5.7%

3. Construcción -5.5%

4. Explotación de minas y canteras -4.6%

5. Transporte y almacenamiento 3.7%

6. Industrias manufactureras -1.9%

7. Actividades profesionales científicas y técnicas -1.2%

8. Comercio y reparación de vehículos -1.1%

9. Actividades de servicios administrativos -0.6%

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Impacto económico del COVID-19 en Guatemala
En nuestro país a pesar de que la economía ha crecido a una tasa promedio de 3.5 por ciento en
los últimos 20 años, el ritmo al que el empleo crece es insuficiente. En contraste, muchos
guatemaltecos encuentran trabajo en los Estados Unidos y envían sus remesas a miembros de sus
familias en 2019 representaron el 12 por ciento del PIB. Dicho país es también nuestro principal
socio exportador e importador.

Guatemala, al igual que muchos otros países, ha venido impulsando medidas para evitar la
propagación del virus y más recientemente para atenuar el impacto del confinamiento sobre la
economía. Un reciente estudio del CIEN sobre las medidas adoptadas, enmarcado en la estrategia
denominada Recalculando la ruta al desarrollo, concluye que existió una justificación convincente
para las medidas iniciales adoptadas por el gobierno de Guatemala en materia sanitaria. Es hasta
esta semana en que se han superado los 700 casos confirmados y el número de fallecimientos está
cercano a la veintena. El Banco Interamericano de Desarrollo estima que el país se encuentra en
una etapa de propagación acelerada, por lo tanto, no se ha alcanzado el pico de la primera ola de
contagios y los pasos que se sigan para flexibilizar las medidas de confinamiento deben
implementarse con prudencia.

Las medidas para evitar el contagio y minimizar la pérdida de vidas han sido drásticas y
aumentaron de manera gradual, y aunque han sido exitosas en su objetivo, pusieron freno a la
economía, con las respectivas repercusiones negativas en la producción, inversión, consumo y
generación de empleo. Para contrarrestar estos efectos indeseados, se adoptaron medidas para
ayudar a las familias y a las empresas.

Se aprobaron subsidios y transferencias monetarias y en especie, entre ellas el subsidio al


consumo de energía eléctrica, apoyo alimentario, el Fondo Bono Familia, el Fondo para la
Protección del Empleo para apoyar a los trabajadores del sector privado, cuyos contratos de
trabajo hayan sido suspendidos. Y, se aprobaron tres fondos para proveer de capital de trabajo a
las empresas y el fondo de protección de capitales para otorgar crédito con tasas de interés
preferenciales a comerciantes individuales, profesionales, empresas, y cooperativas de ahorro y
crédito, un fondo para las Mipymes, el Fondo de Crédito para Capital de Trabajo para otorgar
créditos en condiciones blandas a personas individuales y jurídicas. La mayoría de los programas
aún no están siendo ejecutados, aunque se ha anunciado será en los primeros días de mayo en
que éstos arranquen.

El estudio del CIEN también señala que la crisis del COVID-19 ha generado mucha incertidumbre,
que se refleja en las revisiones a la baja en las perspectivas de crecimiento económico publicadas
por diversos organismos internacionales. Dicho indicador ha sido ajustado hacia la baja, a medida
que se dimensiona el impacto que el confinamiento está generando sobre distintas actividades
económicas; se prevén tasas positivas de crecimiento en el 2021; sin embargo, que ese escenario
se haga realidad depende del tiempo que duren las medidas de confinamiento. Las remesas
también decrecerán, se perderán empleos formales lo que llevará a un aumento de la
informalidad; se prevé un aumento en el déficit fiscal como no habíamos visto en el país;
limitaciones para reorientar el presupuesto al combate de la pandemia y deficiencias en la
institucionalidad para implementar las respuestas a la crisis.

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Todo ello aunado a presiones fiscales en los próximos años nos pone a pensar seriamente en que
debemos reinventarnos. Desde la forma de producir, comerciar, brindar servicios o estudiar, todo
será distinto. Y, la institucionalidad del Gobierno también deberá ser diferente, es la oportunidad
de organizar los sistemas con mayor eficiencia, simplicidad y enfoque en el usuario.

Su impacto económico en el corto plazo, hasta que la tasa de contagios retrocede, también ha sido
dramático. Como toda epidemia es finita, sus efectos económicos a largo plazo no son tan
dramáticos e incluso alguna vez ha sido positivo, debido a la rápida recuperación que se produce
una vez concluye el pico infeccioso y a los cambios tecnológicos, sociales e institucionales que lo
siguen.

Las políticas de prevención y cuarentena, anqué indispensables, ocasionan que se reduzca la


inversión y que los consumidores disminuyan su gasto. La OCDE ya redujo su pronóstico de
crecimiento global para 2020 de 2.9% a 2.47% y con perspectiva a la baja.

Para la economía guatemalteca las consecuencias son ineludibles. Su vulnerabilidad está


relacionada con tres factores; el grado de solidez de sus políticas macroeconómicas, su nivel de
apertura hacia el resto del mundo y la eficacia de sus sistemas de salud pública. Aunque se necesita
mayor flexibilidad en tiempos de crisis, puede afirmarse que existe un aceptable grado de re silencia
ante choques externos

Sector Agrícola
A pesar que hace pocos días nuestro país volvió a abrir diferentes sectores después que estuvo
cerrado por casi medio año a causa del covid-19 ha dejado a muchas personas afectadas no solo
en nuestro país si no en diferentes países.

Y una de las áreas que fue afectada es el sector agrícola

Si bien el sistema de salud de Guatemala es débil y la cobertura es escasa, durante las últimas
semanas el gobierno adoptó medidas específicas para enfrentar la pandemia. Se implementó una
cuarentena desde el 16 de marzo, se cerraron las fronteras marítimas, terrestres y aéreas, se
estableció un toque de queda, se restringieron los viajes entre departamentos, se suspendió el
transporte público y se cerraron los centros comerciales (salvo las actividades económicas
vinculadas a los productos esenciales). Estas medidas, sumadas a la apertura de hospitales
provisorios en diferentes puntos del país, pretenden reducir la propagación del virus, que aún no
tiene cura y genera una enorme incertidumbre con respecto al futuro.

El gobierno brindo asistencia a 200.000 familias, proporcionando alimentos y vales de dinero


durante tres meses, lo cual pudo beneficiar a 1,2 millones de personas. Sin embargo, esta
cobertura subestima que son 3.4 millones las personas que viven en situación de pobreza
extrema. Además, una gran parte de esta población vulnerable vive en zonas rurales remotas en
las que no podrán mantener su medio de vida ni tendrán acceso al apoyo del gobierno.

Gran parte de la población de nuestro país se dedica al área agrícola y siempre ha sido esta
actividad laboral la que sostiene económicamente a las personas.

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Cuánto podría caer la producción agrícola en Guatemala por el covid-19

El sector agrícola evidencia una baja en las demandas, en las ventas y la productividad como
impacto de las restricciones por el covid-19 en el país, reveló encuesta del Central American
Business Intelligence (Cabi). Especialmente bajaron las ventas relacionadas a hoteles, restaurantes
y sector turístico, a quienes se les venden vegetales especializados como tomate manzano,
espárrago, carne de cerdo y res.

La Cámara del Agro organizó un webinar sobre Los Efectos Económicos y Perspectivas del Sector
ante la Pandemia covid-19, donde revelaron las proyecciones de crecimiento y una encuesta
elaborada por Cabi. En el caso de Guatemala la firma hizo un ajuste a la baja en las estimaciones
de crecimiento económico y son más pesimistas que las del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La firma proyecta un crecimiento negativo del Producto Interno Bruto (PIB), que se ubicaría entre -
2.8 y -3.2%, un golpe del más del 4% del PIB para Guatemala.

Para el sector agrícola también hay un recorte para la producción y proyectan que la expectativa
del PIB agrícola será entre -1.5 y -1.8% para el 2020 y en términos de facturación se prevé una
caída de un -3.5% para este año. En el segundo trimestre del 2020 se evidencio las caídas y en el
tercero se percibirá más el golpe, luego se mantendrá una baja en el cuarto trimestre, y se
empezará a recuperar el sector agrícola en el primer trimestre del 2021.

A pesar del panorama poco alentador, De los 17 sectores que miden el PIB, el agrícola es uno de
los mejores en sus proyecciones.

Daño colateral

Ricardo Rodríguez, economista de Cabi presentó los resultados de la encuesta: Impacto general
covid-19, que confirman las proyecciones al evidenciar entre las 123 empresas encuestadas una
baja en las demandas, en las ventas y la productividad. La encuesta se llevó a cabo durante la
semana del 3 al 17 de abril, y posee una representatividad de los 22 departamentos del país. Entre
los principales retos de las empresas por medidas adoptadas por el gobierno se encuentran en
primer lugar, la restricción de horarios, por el lado de (proveedores/compradores) con un 64% y
en la restricción de horarios para operar de un 56%. El efecto no solo es a lo interno de la
empresa, sino con el tema de proveedores, y poder llegar a sus compradores, entonces son en
ambas vías

El 80% de los encuestados ha percibido una disminución en las ventas o cancelación de contratos a
causa de la crisis. De ese 80%, el 63% indicó que la caída ha sido más del 20%, por lo tanto, el
impacto es generalizado y es fuerte, pero es coyuntural, al medirlo más adelante hay que observar
si estos porcentajes cambian. la encuesta confirmó varios puntos, el primero que todas las
actividades agrícolas están operando, el segundo que la demanda cambió y tercero que las ventas
están bajando. Especialmente bajaron las ventas relacionadas a hoteles, restaurantes y sector
turístico, a quienes se les venden vegetales especializados como tomate manzano, espárrago,
carne de cerdo y res Como consecuencia de la caída en las ventas se genera un problema de
liquidez en las empresas y un 73% de los consultados afirmaron que no recibieron ingresos

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normales y algunas empresas se han visto en la necesidad de recurrir al sector financiero. En ese
sentido, un 34% ha acudido a créditos para obtener recursos, préstamos desde pequeños para
cubrir planillas y otros de largo plazo con desembolsos más fuertes. Entre los problemas que
manifestaron con proveedores se encuentran la entrega tarde de insumos, otros están cerrados y
no pueden obtener materia prima, y otro no tiene problemas, otros tienen problemas con
proveedores de índole cualitativo y administrativo.

Otro eslabón son los insumos que vienen de Asia o Europa por la falta de existencia de materias
primas importadas y en el cambio de procesos de cobros, donde las empresas han pasado a la
digitalización de cobros, pero han tenido problemas.

En el tema de compradores solo un 23% no ha tenido problemas y el 77% sí los tiene, por un lado,
con los clientes locales -el 33%- y por otro, los internacionales con un -74%. Por la fecha hay que
tomar en cuenta que varios de los países ya llevaban semanas o meses con el problema del covid-
19.

El 36% de los participantes indicó que tienen problemas de logística, otro 24% manifestó
dificultades en mercados cantonales, por la restricción de horario.

Al consultar a los productores si las medidas sanitarias continúan por uno o dos meses más cuál
sería el impacto para su empresa:

 50% dijo que tendrían pérdidas en ventas.

 8% dijo que la consecuencia sería no sembrar en la siguiente cosecha.

 17% tendría dificultad en la disponibilidad de materia prima.

 13% despedirá más trabajadores.

 20% incrementará costos.

 Y el 16% los llevaría a la quiebra.

Sobre la expectativa a mediano plazo, los encuestados revelaron que el 52% espera que las ventas
se reduzcan, el 27% espera que se incrementen y el 21% espera que se mantengan igual.

Para el 57.3% de los consultados sus costos se incrementaron en las últimas tres semanas, y va
subiendo conforme avanza el tiempo, para los próximos tres meses, un 65.3% espera que se
incrementen y de aquí a finales del 2020 casi un 70% esperan que se incrementen los costos, un
alto porcentaje ya lo ha experimentado y sino ya lo percibirán. Entre los costos qué más le
preocupa al sector agrícola son: El costo laboral, es decir, los pagos de planillas y el costo de
insumos agrícolas, el resto al empresario agrícola no le resulta relevante, sino mantener su planilla
de empleados y tener los insumos para producir.

Contrabando

Existe una preocupación por el tipo de cambio mexicano y el aumento del contrabando. Previo a la
crisis en fronteras, de cada 10 productos que ingresan de contrabando al menos 6 y 7 son de
contrabando. La preocupación es alta no solo por tema comercial sino por los efectos que tienen
en la salud, el consumidor se encuentra en una situación vulnerable. Según análisis más del 80%

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de los productos de contrabando corresponden a la canasta básica, por lo tanto, el riesgo es
evidente si ingresan en malas condiciones y este tema les compete a todos los integrantes del
sector de alimentos.

El contrabando debe ser atendido con mayor atención por parte de las autoridades encargadas
para evitar y prevenir este flagelo y así minimizar el impacto que el sector ya está resintiendo.

El sector agrícola es uno de los que más fue afectado sin embargo hay otros sectores que tuvieron
una repercusión más negativa a causa del covid-19 pero a pesar de todo siempre hay
problemáticas que en el tema de agricultura afectan a la población, desde las personas que se
dedican a sembrar y luego distribuir, como las personas que las venden, y por ultimo también el
comprador y a pesar de que el covid-19 es uno de los problemas que tiene que enfrentar y superar
este sector existen otros que también fueron grandes obstáculos para superar en este año como la
canícula, o también como la llegada de insectos que acababan con las siembras.

Sector Pesquero:
Sector pesquero cada vez más golpeado por la pandemia

Vender el producto sigue siendo un desafío para el sector. La FAO señala que el problema es
mundial pues toda la cadena es afectada por las restricciones.

El covid-19 ha provocado un "shock sin precedentes" en la actividad pesquera a nivel global, pues
aunque el virus no afecte las especies marinas, las restricciones que cada país ha implementado a
nivel de economía y movilidad, limitan las operaciones en toda la cadena. El Salvador no es la
excepción.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó la


semana pasada el informe sobre el estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA, por sus
siglas en inglés), aunque este se elaboró con datos recogidos previo al impacto de la pandemia, se
incorporó un anexo con consideraciones sobre las afectaciones.

La institución señala que el virus ha provocado un shock "sin precedentes" para el sector, ya que
las medidas de protección, aunque necesarias, han impactado cada eslabón de la cadena, desde la
pesca y la producción acuícola hasta el procesamiento, transporte y la comercialización, de
acuerdo al documento, originalmente en inglés.

Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), las medidas para la


contención del (Covid-19) coronavirus han cambiado las “condiciones operacionales” en cuanto a
la flota pesquera artesanal tanto en el Litoral del Pacífico como en el Atlántico, lo cual ha generado
pérdidas para las personas que se dedican a este oficio.

Afectados:

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Los datos del Maga reflejan que solo en el Litoral del Pacífico se tienen registradas 3 mil 276
lanchas para la pesca artesanal, de las cuales solo 983 están trabajando, lo que representa que el
30% de las embarcaciones, por lo que unos 13 mil 200 pescadores se han visto afectados
directamente con pérdidas estimadas en Q11 millones 577 mil aproximadamente.

Ventas disminuyeron

La venta en restaurantes y hoteles ha disminuido, siendo esta la principal fuente de comercio, lo


que ha afectado a unos 1 mil 516 pescadores con pérdidas por Q155 mil, según el Maga.

Según la información, las autoridades de la cartera se encuentran trabajando en diseñar un plan


de acción para reactivar la economía de los pescadores artesanales ya que la Semana Santa es
temporada alta de consumo de pescado.

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Impacto económico político del Covid-19 en Guatemala.

El escenario actual de una crisis de salud pública, representa un nuevo reto para la población
mundial, especialmente para países con sistemas económicos y sociales más precarios como
Guatemala, por lo cual es necesario mantener funcionando la economía. Si bien es evidente el
efecto negativo de esta pandemia (lo que inevitablemente conllevara costos económicos). La
población en general y las empresas necesitan un importante respaldo económico temporal,
oportuno y focalizado para mantenerse a flote.

En este caso se distinguen dos tipos de efectos. Uno, se refiere a la repercusión en términos
macroeconómicos que tendrán las ampliaciones presupuestarias y el otro, el efecto que las
medidas tendrán en la economía nacional en términos de pérdida de ingresos, reducción de la
recaudación tributaria, reducción en los niveles de ventas, pérdida de empleos y el posible
impacto financiero en las empresas. A futuro, se busca avanzar de forma coordinada con esfuerzos
de ayuda financiera para los hogares y al mismo tiempo empezar a delinear una estrategia de
recuperación economía a mediano plazo, que permita la apertura gradual de la actividad
económica.

A pesar de que el monto de la ayuda ofrecida por el gobierno para mitigar el efecto de la
pandemia del Covid-19 que suma casi Q15, 000 millones, en total de las aplicaciones
presupuestarias, aprobadas por el congreso de la republica suman Q19, 806.40 millones, de las
cuales el 80% será financiado por medio de la colocación de bonos del tesoro y el 20% restante
por medio de préstamos de organismos e instituciones regionales e internacionales.

Indudablemente este endeudamiento tendrá repercusiones importantes en las principales


variables fiscales del país como el déficit fiscal, el nivel de endeudamiento respecto al PIB y el nivel
de endeudamiento respecto a los ingresos tributarios.

En cuanto el déficit fiscal, asumiendo que se toma como base el presupuesto aprobado del 2019 y
tomando en cuenta el efecto consolidado de las tres aplicaciones presupuestarias el déficit fiscal
en el 2020 sería del 5.7% más de 2.58 veces el déficit del año 2019, asumiendo también una
reducción importante en el crecimiento del PIB para este año. Habria que tomar en cuenta que, si
la recaudación tributaria cae un 10% respecto al 2019, el déficit fiscal podría llegar incluso a un
7.2% del PIB, que equivaldría a 3 veces el déficit de 2019.

El impacto que tendrían las aplicaciones presupuestarias en el nivel de endeudamiento público, es


importante mencionar que tomando en cuenta las tres aplicaciones presupuestarias aprobadas

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por el congreso, la deuda pública total aumentaría en un 13%, al pasar de un saldo de Q152, 001
millones a finales de enero 2020 a 171, 207.40 hasta abril 2020.

Esto implica que el indicador de deuda pública como proporción del PIB estaría llegando a un 29%,
comparado con el 25% que teníamos hasta enero 2020, aun relativamente lejos del valor critico
definido como límite por los estándares a nivel internacional que es de 40%.

Para analizar el nivel de sostenibilidad de la deuda pública es importante también analizar los
indicadores que muestran la capacidad de pago que tiene el país. Se define como sostenibilidad de
la deuda, la situación en la que se espera que un prestatario continúe atendiendo el servicio de su
deuda sin necesidad de que en el futuro tenga que corregir el equilibrio entre sus ingresos y pagos,
por encima de unos límites razonables. La deuda se torna insostenible cuándo esta sigue
acumulándose a un ritmo más rápido que la capacidad de pago del país.

Hay que notar que tanto el indicador de deuda como proporción del PIB y sobre ingresos totales
se ha deteriorado notablemente para Guatemala, incluso el segundo indicador sobrepasando el
valor crítico. En cuanto al indicador de servicio de la deuda pública, este se estaría casi duplicando
respecto al valor del 2019, afectando significativamente su capacidad de pago. En Guatemala es
uno de los países con mayor pago de intereses de la deuda pública como proporción de sus
ingresos fiscales de la región.

El COVID-19 ha forzado una reducción de la actividad económica que ha afectado alrededor del 80
por ciento de la fuerza de trabajo global (OIT, 2020). La contracción a gran escala del trabajo ha
puesto a millones de trabajadores y sus familias en riesgo de perder su ingreso y sus medios de
subsistencia, estimándose una pérdida equivalente a 195 millones de puestos de trabajo a tiempo
completo durante el segundo trimestre de 2020 en todo el mundo, y a 24 millones en las Américas
(OIT, 2020). En América Latina y el Caribe se espera la mayor crisis conjunta que haya
experimentado la región en la historia con una caída del PIB de 5.3 por ciento (CEPAL/OIT, 2020),
unos 11.6 millones de desempleados más que en 2019, y un aumento de la pobreza de 28.7
millones de personas (CEPAL, 2020).

Los gobiernos han implementado diversas políticas para contener el impacto de la pandemia en el
mercado laboral y en los ingresos de los hogares. Hemos revisado la experiencia en torno a ocho
políticas laborales en 18 países y sintetizado los cambios más importantes que podría adoptar el
Gobierno de Guatemala para mejorar su política laboral durante el COVID-19 a la luz de aquellas
adoptadas en la región. Los países y políticas analizadas se listan en el Cuadro 1. También se
describen brevemente otras políticas de apoyo a los hogares. La información fue obtenida del
mapa de medidas y acciones a nivel nacional elaborado por CEPAL y su Informe Especial COVID-19
N° 3 (CEPAL, 2020), y complementado con informes de la OIT (2020), la CEPAL y la OIT (2020), el
BID (2020), Deloitte (2020) e información pública de gobiernos. El informe completo está en la
página web de la UVG.

En Guatemala solo se han adoptado dos de las ocho políticas laborales listadas (ver Cuadro 1 para
un resumen comparativo). Las dos políticas adoptadas han sido licencia laboral remunerada y
protección laboral. Se han adoptado otras políticas para apoyar hogares, como el “Bono Familia”,
pero estas no son políticas laborales propiamente tales.

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La adopción en Guatemala de más políticas laborales podría ayudar a minimizar la pérdida de
trabajo e ingresos, el daño económico a los hogares, y la consiguiente tensión social. Las políticas
que se podrían adoptar son:

1) Licencia por enfermedad remunerada a personas contagiadas o en cuarentena a raíz del COVID-
19. Esto podría implementarse con un pago directo como en Perú o bien en base al IGSS como en
Costa Rica. 2) Seguro de desempleo a personas que pierdan su trabajo dada la coyuntura. Sería
lógico que este nuevo seguro sea implementado a través del IGSS con nuevos aportes del gobierno
como lo ha hecho Colombia. Una vez superada la crisis, la mantención de este seguro con aportes
tripartitos entre trabajadores, empleadores y el Estado contribuiría de forma importante a la
seguridad social del país. 3) Licencia de trabajo opcional para que se puedan usar las vacaciones
para minimizar el impacto económico sobre empresas. Esto mantendría salarios y evitaría
despidos, como lo ha hecho Brasil y Paraguay. 4) Prohibición de despido de trabajadores haciendo
uso del Fondo de Protección de Empleo y en empresas que no tengan una justificación objetiva
para invocar fuerza mayor (e.g., caída en ventas debe ser mayor al 20 por ciento para poder hacer
despidos). Esta política, tal como se ha implementado en Colombia, El Salvador y Brasil, busca
evitar el aprovechamiento deshonesto del empleador por la coyuntura.

Por otro lado, la reducción de horas de trabajo y el teletrabajo han ocurrido de facto sin ser
normados. Formalizar estas nuevas modalidades laborales serviría para evitar abusos,
malentendidos y conflictos. La regulación de la reducción de horas de trabajo podría basarse en las
iniciativas de México y/o Costa Rica, mientras que la del teletrabajo podría basarse en la de
Panamá y/o Chile.

Es importante considerar que estas propuestas pueden no causar mayor impacto por la baja
cobertura que tendrían al limitarse al sector formal, y por la baja capacidad de ejecución del
Estado. Lo primero resulta problemático ante una informalidad del 70 por ciento (INE, 2018), lo
que no tiene una solución de corto plazo. En el mediano plazo se podría aumentar la formalidad
promoviendo las iniciativas de la Política Nacional de Empleo Digno 2017-2032 (Mintrab, 2017). Lo
segundo ha sido resaltado por la baja ejecución presupuestaria (un uno por ciento de los fondos
asignados al 14 de mayo) de los fondos de emergencia del COVID-19 (Cuevas, 2020), e implicaría
que las políticas laborales, aunque estuvieran bien intencionadas y escritas, carecerían de fuerza
para hacerse respetar. Este problema tampoco tiene una buena solución de corto plazo, y en el
mediano plazo podría abordarse a través de reformas al Servicio Civil y al Sistema de Compras del
Estado.

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Conclusión:
La economía de Guatemala podría recibir un fuerte impulso si se concretan siete proyectos para
mejorar la movilidad terrestre y aérea de Guatemala. Debido a los US$1 mil 580 millones de
inversión, se requieren fondos del sector privado para concretar obras públicas.

Una mejor carretera hacia los puertos del Pacífico, nuevos medios de transporte en el área
metropolitana y mayor infraestructura en el Aeropuerto Internacional La Aurora, son los proyectos
que requieren inversión privada para avanzar.

Pero las construcciones no solo requieren fondos del sector privado, también deben ser
aprobados por el Congreso de la República, punto que ha complicado avanzar en las obras.

En Guatemala, la encargada de la gestión y promoción de proyectos con la modalidad del sistema


de Alianzas Público Privadas (APP), es la Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de
Infraestructura Económica (Anadie).

La entidad busca atraer capitales para la construcción de proyectos de infraestructura con el fin de
reactivar la economía.

Érick Uribio, director interino de Anadie, explica que para dinamizar la competitividad de
Guatemala, es necesaria la aprobación de los siete proyectos de infraestructura porque ayudarán
a reactivar la economía.

El proyecto que está más avanzado es la Autopista Escuintla-Puerto Quetzal. Y si el proceso en el


Congreso no se detiene de nuevo, es posible que dentro de un año ya se estén generando
empleos. Ahora depende de la decisión de los diputados que aprueben el primer proyecto de este
tipo”, afirma Uribio.

También explica que el Metroriel es el proyecto con mayor inversión. “En este proyecto el Estado
debe otorgar un cofinanciamiento porque la tarifa de transporte público no ha sido modificada
desde hace más de 18 años. Y para evitar que la tarifa se eleve a Q11, el Estado debe cofinanciar
las obras”.

“En el caso del tercer proyecto, modernización del Aeropuerto Internacional La Aurora, ya se
terminó el estudio de factibilidad, pero es necesario que el Gobierno Central decida si se realiza
con modalidad de APP o no. Debido al impacto del coronavirus en el sector aéreo, se debe evaluar
si el proyecto se realiza a corto plazo”, dice el director interino de Anadie.

El portafolio de los siete proyectos

Para que el país sea más competitivo y atractivo, en materia de infraestructura, la Anadie estima la
posible inversión de US$1 mil 580 para ejecutar siete proyectos. Algunos de estos deberán ser
conocidos por el Congreso, otros tienen estudios de prefactibilidad o factibilidad, pero no se han
licitado.

1) Autopista Escuintla-Puerto Quetzal

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Se estima una inversión inicial de US$80 millones para la rehabilitación, administración, operación
y mantenimiento de la Autopista Escuintla-Puerto Quetzal con cobro de peaje. Se estima la
generación de 1 mil 500 empleos durante el plazo del contrato.

• Plazo contractual: El contrato tiene un plazo de 25 años (3 de construcción y 22 de


operación)

• Cantidad de dinero al Estado sobre ingresos brutos: 1 a 8 años de operación: 4% y 9 a 25


años de operación: 41.13%

• Ingresos del proyecto: Peaje por uso de infraestructura

• Usuarios diarios beneficiados: 14 mil durante el primer año de operación

2) Metroriel

Son necesarios US$772 millones para la interconexión vial y transporte urbano de pasajeros del
eje norte-sur de la ciudad de Guatemala. Tres mil 500 empleos se pueden crear durante el plazo
del contrato.

1. Plazo contractual: plazo 30 años (3 de construcción y 27 de operación)

2. Ingresos del proyecto: Ticket MetroRiel más peaje puente “El Frutal”, más ingresos
comerciales y coparticipación del Estado (debe definirse).

3. Usuarios diarios beneficiados: hasta 252 mil durante el primer año de operación.

3) Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA)

Se requieren US$158 millones para la modernización, eficiencia y seguridad del AILA. Se


proyectan seis mil empleos directos y 75 mil 900 empleos indirectos.

• Plazo Contractual: 25 años de proyecto con 24 y 9 meses de operación. Las obras de


modernización comienzan al año de firmarse el contrato y duran dos años.

• Estado actual: estudios de factibilidad hechos. Listo para precalificación en 2021.

• Ingresos del proyecto: tarifas aeroportuarias e ingresos comerciales.

4) Vía Exprés

Para la construcción, ampliación y mejoramiento del libramiento a la ciudad de Guatemala a


través de la Interconexión CA-09 Norte- CA-01 Oriente, se requieren uno US$310 millones. Se
podrían generar tres mil 800 empleos directos e indirectos.

1. Plazo contractual: el contrato se tiene contemplado por un plazo de 28 años (4 de


construcción y 24 años de operación.

2. Ingresos del proyecto: Peaje por uso de la infraestructura, coparticipación del Estado (a ser
definida).

3. Usuarios diarios beneficiados: 8 mil durante el primer año de operación.

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5) Centro Administrativo del Estado (CAE)

Se estiman US$240 millones para la construcción del CAE en la ciudad de Guatemala.

• Usuarios: 12 mil personas

• Plazo del Contrato: 23 años en total

• Fase: Pre-calificación finalizada (seis empresas), estudios técnicos y aprobaciones locales.

• Ingresos: pagos por disponibilidad e ingresos comerciales

6) Puerto Intermodal Tecún Umán II Fase 1

La inversión es de US$20 millones. Se podrían generar mil 200 empleos directos y 35 mil
indirectos. Hasta la fecha está construido un 99%. Es necesaria la habilitación del Puente Rodolfo
Robles. El Proyecto pretende mejorar la infraestructura y los servicios logísticos de carga
ferroviaria para dinamizar la competitividad de Guatemala por medio de:

1. Rehabilitar la conexión ferroviaria entre Guatemala y México

2. Construir infraestructura necesaria y adquirir equipo para el desarrollo de las actividades


de servicio logístico de tren y vehículo pesado

3. Mejorar la infraestructura, tecnología y seguridad en los procesos de importación y


exportación de mercancías en el Paso de Frontera.

7) Corredor oriente-occidente

Por el momento no se ha establecido el monto de inversión para el sistema del transporte público
masivo del eje oriente–occidente del área metropolitana de Guatemala. Con el proyecto se
podrían crear cinco mil empleos durante el plazo del contrato.

• Plazo Contractual: será evaluado a partir de los resultados de los estudios de


prefactibilidad, con un máximo de 30 años.

• Estatus del proyecto: en proceso de estudios de prefactibilidad.

• Ingresos del proyecto: pasaje, ingresos comerciales, coparticipación del Estado (debe
definirse).

• Usuarios diarios beneficiados: aproximadamente 300 mil durante el primer año de


operación.

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Bibliografía:
https://www.prensalibre.com/

https://elperiodico.com.gt/

https://nomada.gt/

https://www.ine.gob.gt/ine/

https://www.guatemala.gob.gt/

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