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Imposibilidad material
Aquel impedimento de carácter físico que no permite ejecutar la sentencia
porque el objeto de la misma ha desaparecido o porque se ha destruido, o que
concurre si físicamente no resulta posible llevar la sentencia a efecto en sus
términos estrictos” (STS 21 de septiembre de 2017, rec. 477/2016).
En la STS 9 de febrero de 2022, rec. 7128/2020, se resume la doctrina del
Tribunal Supremo al respecto:
- Se trata de supuestos individualizados casuísticamente en atención a las
circunstancias concurrentes, debiendo ponderarse los distintos intereses
concernidos.
- El superior coste o la mayor complejidad de las demoliciones a realizar no
son causa suficiente para afirmar que la sentencia sea de imposible
cumplimiento.
- La complejidad no puede ser equiparada a la imposibilidad.
Imposibilidad legal
Concurre cuando la situación creada con la sentencia es contraria al
ordenamiento jurídico vigente al momento de instarse la ejecución, como
consecuencia de la modificación o reforma de las anteriores.
En su gran mayoría, los supuestos de imposibilidad legal analizados por la
jurisprudencia vienen referidos al ámbito urbanístico, cuando se modifican
los instrumentos de planeamiento y legalizan situaciones que no tenían
cabida con el planeamiento anterior.
La jurisprudencia ha señalado que no concurre la imposibilidad legal
cuando la nueva ordenación se aprueba con la finalidad de eludir la
ejecución de la sentencia y las responsabilidades que de ello se derivaren
para la Administración (STS 27 de octubre de 2004, rec. 3209/2002).
En su apreciación, es importante reparar en el momento en que se lleva a
cabo la modificación normativa, pues no puede valorarse igual una reforma
realizada antes de ser dictada la sentencia que después de ésta, una vez
conocida por la Administración. Aunque la jurisprudencia también ha tenido en
cuenta las llamadas reformas “preventivas”, realizadas antes de dictarse
sentencia pero a la vista de perspectivas desfavorables, con la finalidad de
legalizar la situación existente (STS 29 mayo de 2015, rec. 3301/2014).
Expropiación de derechos
La expropiación de derechos o intereses legítimos reconocidos por
la sentencia frente a la Administración.
Los efectos que produce son los mismos que la declaración de
imposibilidad de ejecución, pero se diferencia de ésta en dos
aspectos:
1) su declaración, que no corresponde al Juez o Tribunal sino al
Gobierno de la Nación o al Consejo de Gobierno de la Comunidad
Autónoma;
2) las causas que la justifican, como son el peligro cierto de
alteración grave del libre ejercicio de los derechos y libertades de los
ciudadanos, el temor fundado de guerra o el quebranto de la integridad
del territorio nacional.
El Juez o Tribunal sentenciador no se mantiene al margen en estos
casos, pues una vez declarada la causa debe proceder a fijar la
correspondiente indemnización –derivada de la expropiación de
derechos– y, en el caso de alteración grave del libre ejercicio de
derechos y libertades, es quien aprecia su concurrencia en última
instancia, en contra del criterio de la Administración.
Tramitación
Como decíamos, no es la Administración quien declara la imposibilidad de ejecución,
limitándose a realizar la petición al órgano judicial sentenciador.
La legitimación para solicitar la no ejecución no corresponde exclusivamente a la
Administración, pues la jurisprudencia la ha ampliado a las partes procesales y demás
afectados por el fallo, si bien con la exigencia de acudir previamente a la Administración para
que sea ésta quien la plantee y, en caso de no hacerlo, acudir entonces directamente al órgano
judicial (STS 29 de diciembre de 2015, rec. 4179/2014).
La petición deberá razonar suficientemente los motivos de imposibilidad, pudiendo aportar
los documentos necesarios para sustentarla y, como es evidente, no es vinculante para el
tribunal sentenciador.
El plazo para presentarla será el de dos meses a que se refiere el art. 104 pero que, según
reiterada jurisprudencia, no es un plazo de caducidad absoluto, y su inobservancia deberá
valorarse en función de que sea o no justificada (STS 14 de febrero de 2013, rec. 4311/2011) y
las circunstancias del caso, como su aparición sobrevenida (SSTS 13 de mayo de 2014, rec.
2417/2013, 28 de junio de 2018, rec. 1/2016, ATS 20 de febrero de 2019, rec. 599/2017).
A partir de ahí, la petición se tramitará como un incidente (art. 109), debiendo el LAJ dar
traslado, no solo a las partes, como dice el art. 109.2, sino también a los terceros interesados
que se hubieran personado en el incidente (tal y como dice el art. 105.2, “con audiencia de las
partes y de quienes considere interesados”). El plazo para alegaciones es de veinte días.
Aunque no se prevea expresamente, es posible la práctica de prueba (STS 12 de mayo de
2009, rec. 5101/2007)
Resolución
El incidente se resuelve por medio de auto, que se dictará en el plazo
de diez días, declarando la imposibilidad de ejecución o rechazando
la solicitud.
En el primer caso, se concretarán las medias necesarias para
asegurar la mayor efectividad de la ejecutoria, así como la
indemnización que proceda, en su caso.
En el caso de imposibilidad de ejecución, debe fijarse una
indemnización por la parte de la sentencia que no pueda ser objeto de
cumplimiento pleno. La indemnización se fija por el tribunal (no por un
órgano administrativo como pudiera ser el jurado de expropiación).
Lo normal es que ésta se fije en el auto que declare la imposibilidad
de ejecución, pero admite la jurisprudencia que se haga en incidente
separado (STS 4 febrero de 2009, rec. 1745/2007) o incluso en la
misma sentencia, por advertir de antemano esta imposibilidad (STS 6
de mayo de 2016, rec. 3615/2014)
CONDENA DINERARIA
Presupuestos
En el art. 106 de la LJCA se recoge un régimen especial para los casos de ejecución de
sentencia con condena dineraria a la Administración.
El primer presupuesto es que la sentencia sea de condena al pago de cantidad “líquida”. Es
líquida “toda cantidad de dinero determinada, que se exprese en el título con letras, cifras o
guarismos comprensibles” (art. 572.1 de la LEC). Por lo tanto, si la sentencia condena al
pago de una cantidad ilíquida, es preciso previamente calcular el importe exacto de la misma
y, entonces, proceder en los términos de este art. 106.
Cumplimiento voluntario
Para el cumplimiento del fallo, el art. 106 fija un plazo de tres meses desde que es notificada
la sentencia en lugar de los dos meses previstos en el art. 104. Pero la redacción del artículo
106 es algo confusa.
El artículo menciona dos plazos distintos: 1) el plazo de tres meses, transcurrido el cual podrá
instarse la ejecución forzosa (art. 106.3); y 2) el plazo de tres meses para acordar la
modificación del crédito presupuestario.
Por lo tanto, debemos entender el artículo del siguiente modo:
a) Si el crédito presupuestario existe y es suficiente para el pago de la deuda, este pago
debe hacerse en el plazo de los tres meses siguientes a la notificación de la sentencia.
b) Si no existe crédito presupuestario, la Administración dispone de tres meses para
aprobarlo y, una vez aprobado, dispondrá de tres meses para efectuar el pago, transcurrido
el cual podrá instarse la ejecución forzosa. En caso de que el procedimiento para la
modificación presupuestaria no finalizase en el plazo de tres meses, podría igualmente
instarse la ejecución forzosa
Devengo de intereses
Toda sentencia que condena al pago de una cantidad de dinero lleva consigo el devengo de
intereses. El pago de intereses tiene como finalidad compensar la mora o retraso en efectuar
un determinado pago, como complemento de una prestación de dar una cantidad de dinero y
obtención de una restitutio in integrum, para lograr la efectividad del derecho a la tutela
judicial (STC 16/1997, de 11 de febrero).
Es preciso distinguir entre los llamados intereses procesales (art. 106.2 LJCA) y los
indemnizatorios (art. 1100 Código Civil).
Los primeros se devengan ex lege, de modo automático sin necesidad de ser expresamente
reclamados o mencionados en la sentencia.
Los segundos, en cambio, sí exigen su reclamación, y la sentencia debe especificar su devengo a
favor del acreedor, calculándose desde la fecha de la reclamación en vía administrativa.
Con carácter general, los intereses procesales se regulan en el art. 576.1 de la LEC (véase parte
general). En el orden jurisdiccional contencioso-administrativo, es preciso acudir al art.
106.2,LJCA según el cual los intereses consistirán en el interés legal del dinero, calculado
desde la fecha de notificación de la sentencia dictada en primera o única instancia.
Es preciso subrayar las diferencias entre ambos artículos:
1) Por un lado, el tipo de interés devengado, más ventajoso para la Administración
deudora. En el art. 576.1 LEC es el interés legal del dinero incrementado en dos puntos. En el
art. 106.2, en cambio, sólo el interés legal, pudiendo aumentarse dos puntos en el caso
previsto en el art. 106.3, al que a continuación nos referiremos.
2) En segundo lugar, la fecha de inicio del cómputo. En el caso del art. 576.1, es desde que
se dicta la resolución en primera instancia, mientras que en el art. 106.2 se fija desde la
notificación de la sentencia, fecha necesariamente posterior a la primera.
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La
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referencia es a la sentencia de primera o única instancia, de modo que la interposición de un
recurso de apelación o casación no altera el dies a quo, que no será la notificación de la
sentencia resolviendo el recurso de apelación o casación, sino la recurrida.
El cómputo del plazo es la fecha de notificación de la sentencia de única o primera instancia a la
representación procesal de la Administración demandada, y no al órgano administrativo autor del
acto impugnado (STS 31 de octubre de 2018, rec. 3132/2017).
3) El incremento de intereses del art. 106.3, que puede acordar el órgano judicial si la deuda no
se paga en el plazo de tres meses y apreciare falta de diligencia en el cumplimiento. Por lo
tanto, su devengo no es automático por el simple transcurso del plazo de tres meses sin abonar
lo debido, pues exige además “falta de diligencia en el cumplimiento” por parte del órgano
administrativo. Esta falta de diligencia se aprecia por el Juez o Tribunal previa audiencia del
órgano encargado de cumplir. Será necesario apreciar falta de diligencia en el pago, es decir, cierta
desidia o indiferencia.
Los intereses del art. 106.3 LJCA se devengan desde la notificación del auto en el que se
imponen, y no con carácter retroactivo desde la notificación de la sentencia, dado el carácter
represivo o disuasorio de dicha medida (ATS 26 de junio de 2012, rec. 556/2010).
Por último, la Administración puede consignar la cantidad debida. De acuerdo con las reglas
generales de la consignación recogidas en los arts. 1176 a 1181 del Código Civil, para que la
consignación libere al obligado es necesario acreditar el previo ofrecimiento de pago, “pues sólo
cuando el acreedor, a quien se hace dicho ofrecimiento, se niega sin razón a admitirlo, el deudor
queda libre de responsabilidad” (STS 11 de marzo de 2008, rec. 11203/2004).
Ha de ser un ofrecimiento real y efectivo que permita la posibilidad de retirar la cantidad, pues de lo
contrario no produce efectos liberatorios. Por lo tanto, no es suficiente con ingresar la cantidad
en la cuenta del Juzgado o Tribunal si no va acompañada de ofrecimiento
INCIDENTES E INVALIDEZ DE ACTOS PROCESALES
En el mismo título VI de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa que nos encontramos analizando, el capítulo III,
comprensivo de los arts. 137 y 138, se encuentra dedicado a los incidentes e invalidez de actos procesales.
INCIDENTES
En relación con los incidentes, el art. 137 se limita a establecer dos cuestiones:
• Todas las cuestiones incidentales se sustanciarán en pieza separada.
• Las cuestiones incidentales no suspenderán el curso del procedimiento
INVALIDEZ DE ACTOS PROCESALES
Esta cuestión aparece regulada en el art. 138 LJCA, donde, como manifestación del principio de conservación de los actos, se prevé la
posibilidad de subsanación de los defectos de que adolezcan los actos procesales de las partes, siempre que sean susceptibles de
subsanación.
Los defectos en los actos procesales pueden ser apreciados de oficio o a instancia de parte:
• Si el juzgado o tribunal advirtiere de oficio la existencia de defectos subsanables en los actos procesales de alguna de las partes, el
secretario judicial lo pondrá de manifiesto mediante diligencia de ordenación, en la que además otorgará a la parte el plazo de 10 días
para su subsanación. En su caso, el plazo para dictar sentencia quedará en suspenso.
• Si la existencia de defectos en los actos de las partes no se aprecie de oficio, sino que se pone de manifiesto mediante alegación
escrita de parte, la parte cuyos actos no reúnan los requisitos establecidos en la ley, siendo, por tanto, defectuosos, contará con el
mismo plazo de 10 días para su subsanación o para oponer lo que estime pertinente. El precitado plazo se contará desde la
notificación del escrito que contenga la alegación.
• Tales disposiciones parten del supuesto de que el defecto de que adolece el acto procesal de que se trate, es susceptible de
subsanación o corrección. Para el supuesto de que el defecto sea insubsanable o, admitiendo subsanación, no se subsanare en plazo
(10 días), el recurso podrá ser decidido con fundamento en el defecto no subsanado
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LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-
ADMINISTRATIVA
Para que la jurisdicción contencioso-administrativa pueda conocer de un asunto es
necesario que se formule una pretensión contra un acto de la Administración Pública y
que dicho acto sea administrativo, es decir, esté sujeto al Derecho administrativo.
De esta forma, podemos señalar la existencia de unos límites positivos y unos límites
negativos.
• Positivos. Además de las pretensiones mencionadas, también conocerá de las que se
deduzcan en relación con (art. 1.3 LJCA):
• Los actos y disposiciones en materia de personal, administración y gestión patrimonial sujetos
al Derecho público adoptados por los órganos competentes del Congreso de los Diputados, del
Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del Pueblo, así
como de las asambleas legislativas de las CCAA y de las instituciones autonómicas análogas al
Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo.
• Los actos y disposiciones del CGPJ y la actividad administrativa de los órganos de gobierno de
los juzgados y tribunales, en los términos de la LOPJ.
• La actuación de la Administración electoral, en los términos previstos en la LO del Régimen
Electoral General.
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Asimismo, según el art. 2 LJCA, conocerá de las cuestiones que se susciten en relación con:
Los contratos administrativos y los actos de preparación y adjudicación de los demás contratos sujetos
a la legislación de contratación de las administraciones públicas.
La responsabilidad patrimonial de las AAPP, cualquiera que sea la naturaleza de la actividad o el tipo
de relación de que derive, no pudiendo ser demandadas aquellas por este motivo ante los órdenes
jurisdiccionales civil o social, aun cuando en la producción del daño concurran con particulares o cuenten
con un seguro de responsabilidad.