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CONTENIDOS Y ACTIVIDADES.
1. Acercamiento teórico
¿Literatura? ¿Hispanoamericana? ¿Contemporánea?: el
necesario deslinde terminológico.
Independencia / originalidad / representatividad: claves de la
literatura hispanoamericana (Ángel Rama dixit).
La dicotomía unidad/diversidad. La división de Hispanoamérica
en regiones culturales.
La realidad “desaforada” hispanoamericana (García Márquez
dixit)
Una complicación que tenemos nosotros como estudiantes de la academia aquí en España, es
que leemos estos textos desde nuestra propia perspectiva de lectores europeos, acercándonos
a una literatura que no nos pertenece. Esto lo tenemos que tener muy en cuenta, ya que la
conocemos desde fuera, como extranjeras. Nos va a resultar muy complicada alcanzar esta visión
desde parámetros propios hispanoamericanos.
En este sentido, vamos a utilizar las teorías de Ángel Rama, un crítico de literatura
hispanoamericana de origen uruguayo. Publicó Transculturación narrativa en América Latina
(1982) en la que, en los capítulos primeros, da una mirada muy interesante introductoria a la
realidad hispanoamericana. Va a decir, por tanto, que de alguna manera sea propio de la
literatura hispanoamericana, que no estén en el resto de las literaturas.
1. Es una literatura que nace unida y nunca ha dejado de estar unida a la idea de
independencia. Él piensa que esta necesidad de independencia es una necesidad que
sigue estando vigente en la literatura hispanoamericana.
2. La originalidad. Todas las literaturas buscan esa originalidad, pero aquí hablamos de un
sentimiento más fuerte.
3. La representación. Contar con la literatura como un mecanismo de autorrepresentación
Gabriel García Márquez, al ganar su Premio Nóbel, da un discurso titulado La soledad de América
Latina (1982) en el que habla de su identidad hispanoamericana y de la soledad del pueblo
latinoamericano. Él empieza hablando de las circunstancias “pavorosas” de la realidad
latinoamericana: conquista, dictadura, desaparecidos, etc. Él no habla de su nación, sino de su
identidad latinoamericana. Habla de ese continente como “un continente de leyenda”, que
nunca ha estado ajeno a lo asombroso. Habla sobre la dificultad de la literatura y de sus técnicas
para hacer creíble la vida hispanoamericana, porque los recursos tradicionales de la tradición
literaria no estaban hechos para hacer creíble la vida americana, sino la europea. Es decir, ellos
heredan una realidad literaria que no les representa y no les sirve.
Esta cuestión de la representación trae al hilo otro elemento que vamos a ver en la literatura
hispanoamericana, y es que la cultura tiene una importancia super potente, porque es lo único
que ha conseguido atravesar las fronteras y que nos llegue fuera de sus fronteras, por lo que hay
ese sentimiento de representación. Si pensamos en figuras que han tenido proyección
internacional fuera de Hispanoamérica, son principalmente personajes relacionados con el
mundo de la cultura, ya no solo en literatura (Vargas Llosa, Neruda, García Márquez), sino
también en la música (Chavela Vargas, Pablo Milanés, Shakira).
Estas tres nociones de Rama, por tanto, nos permite hablar de Hispanoamérica como una
entidad unitaria, como algo que tiene ciertas fuerzas que la unifican. En ese esfuerzo por
entender la diversidad, baja y comienza a dividir Hispanoamérica en tres regiones culturales,
utilizando términos que vienen de la sociología y la etnografía:
a) Indoamérica: Región cultural de aquellas zonas donde había cultura indígena muy
poderosas que han perdurado. Aquellos países donde hay una base étnica y cultural
indígena. Naciones como Perú, Bolivia, México o Paraguay entrarían en esta
circunstancia. Suelen ser países que vivían mucho de la minería, ya que los indígenas
fueron mano de obra barata para trabajar en las minas
b) Afroamérica: Aquellos países en los que por las condiciones demográficas había poca
población indígena, y debido al tipo de economía que se estableció, necesitaban mano
de obra y entonces se trajeron esclavos desde África, y esa población africana, ya
liberada, forma parte de la identidad de estos países. Eso se evidencia también
racialmente, por la presencia de negros o mulatos. Esto es el caso de Cuba, por ejemplo.
c) Iberoamérica: Aquellos países en los que la base indígena casi desaparece por la
colonización. La había, pero no eran muy potentes, y no dejan casi vestigios, y son países
que se crean por la llegada de inmigración europea. Países que entran aquí son, por
ejemplo, Argentina o Uruguay. Son países de grandes extensiones ganaderas, y países
donde está muy vigente la noción de “inmigración”, del criollo, y de las raíces
deslocalizadas. Son países de acogida, y tienen por eso también ese caos de los orígenes.
Esta división en tres grupos se evidencia mucho en la literatura, ya que ese bagaje cultural está
muy presente en la forma en la que cada uno se va a afrontar al desafío literario.
o LA INDEPENDENCIA LITERARIA
o TRADICIÓN Y REBELIÓN
Este nos va a hablar de dos fuerzas antagónicas que están presente en esta literatura: seguir la
tradición, sobre todo europea, ya que estos países apenas tienen tradición. Empieza a haber
tradición, aunque estamos hablando de únicamente un siglo. Seguir la doctrina de la tradición o
buscar una voz totalmente original. El Romanticismo tiene una fuerte influencia en la literatura
hispanoamericana desde su inicio. La postura de Henríquez Ureña es que […] se ha usado una
tradición y se la ha renovado. Aquí la apuesta de Ureña es por no desaprovechar esa tradición
compartida, que el afán de independencia no nos lleve a borrar una tradición de la que podemos
aprender, quitando el hándicap de no poder aprender y tomar esa tradición, aunque no sea
propia de estas nuevas naciones.
“El problema de la expresión genuina de cada pueblo está en la esencia de la
revolución romántica, junto con la negación de los fundamentos de toda
doctrina retórica, de toda fe en "las reglas del arte" como la clave de la
creación estética. Y, de generación en generación, cada pueblo afila y aguza
sus teorías nacionalistas, justamente en la medida en que la ciencia y la
máquina multiplican las uniformidades del mundo. A cada concesión práctica
va unida una rebelión ideal.”
En comparación con otras artes, como la pintura y la música, sí que la herramienta puede sentirse
más independiente de esos antiguos procesos colonizadores, mientras que la literatura, ese
idioma impuesto es la propia herramienta. La literatura es un idioma impuesto, un idioma
recibido, y que conlleva una forma de pensar y de sentir ligado al idioma, y que es complicado
hacer algo totalmente independiente y puro “nuestro” con algo que no es de esa población.
Aquí estamos hablando de la escritura como una forma de expresión genuina. Está hablando de
cómo encontrar la propia expresión, original, propia e independiente. Si un pintor o un músico
quiere buscar una expresión propia, movida por la independencia y desligada de la antigua
metrópolis, con la literatura no es tan fácil, porque se hace en español. Ya en esa materia básica,
está la huella y la evidencia del proceso colonizador.
Cuando hablamos de “Hispanoamérica”, tenemos el concepto del idioma como enlace entre
todos ellos. Las identidades nacionales se basan mucho en tener el hecho de tener un idioma
diferente, pero aquí no tenemos. Podemos tener idiolectos, pero el idioma es el mismo.
Entonces, de ahí viene esa pregunta. Sin embargo, si hablamos de las lenguas indígenas, estamos
hablando de algo que te imposibilita acceder a un posible lector y a un mercado mucho más
amplio. Si tú escribes en quechua, vas a tener muy pocos lectores. La posibilidad de poder
escribir en español y que te entienda todas las regiones hispanoamericanas y España es mucho
más atractiva. No obstante, ha habido casos de escritores en lenguas indígenas posteriores a la
publicación de este artículo, o que han mezclado la lengua indígena con el español en sus
literaturas, por el interés que surge a partir de los años 80, y ese interés hace que haya posibilidad
de encontrar literatura escrita en esos idiomas. Sin embargo, es muy minoritario. Luego también
porque le exigimos al escritor que conozca ese idioma, porque hay muy pocos escritores que
conocen la lengua indígena, ya que la mayor parte de estos escritores tienen el español como
lengua materna. De ahí surge esa problematicidad. Crear algo original en un idioma no original
presenta ese obstáculo.
Uno de los ejes más importantes es la irreverencia con la que se trata el lenguaje, y su capacidad
de jugar y transformarlo, para tratarlo sin respeto, quizás por sentirlo como un elemento no del
todo propio, que les permitiría jugar más con él. Los escritores hispanoamericanos van a sortear
ese obstáculo, ya que uno de los ejes más importante de esta literatura es tomarse el propio
lenguaje como un juego, y la capacidad que tienen estos escritores de hacer con el español lo
que les da la gana, para transformarlo, tratarlo sin respeto, juguetonamente, quizá por no
sentirlo como un elemento no propio. Por eso se va a sentir con una actitud irreverente. La
vanguardia hispanoamericana va a ser mucho más atrevida que en la literatura española, y parte
de ello es eso, ya que se siente como algo artificioso o ajeno. Otra forma de sortear este
problema sería la de utilizar las lenguas indígenas, sobre todo de aquellos que las conozcan, ya
que los que no, sonarán más artificiosamente.
Una tercera forma es la de utilizar sin sentimiento de inferioridad los idiolectos de cada región.
Los primeros escritores que vamos a ver, cuando utilizan algún termino propio de su país, en
muchos casos se esfuerzan por aclararlo, porque se están dirigiendo a un público que sabían que
no lo entendían. Muchos de ellos incluían incluso un glosario. Este gesto de poner un glosario
implicaba un sentimiento de inferioridad, ya que metían la palabra en los discursos de los
personajes (no del narrador) del lugar, y entonces lo utilizaban como elemento casi folclórico, y
entonces ponían un glosario entendiendo que los lectores no iban a entender esa terminología.
Con el paso de los años, vamos a ver cómo los autores van a tener menos reparo en utilizar esta
terminología, y la van a utilizar más conscientemente. No adaptarán el idioma local a un
castellano estandarizado, sino que usarán sus dialectos, y si los leemos, ya se encarga el lector
en entenderlo, no es trabajo ya del escritor.
o LAS FÓRMULAS DEL AMERICANISMO
Los temas y elementos clave que se han utilizado como fórmulas o mecanismos para generar
una conciencia propiamente hispanoamericana:
1. La naturaleza: Incluso los autores más recientes van a mantener ese juego de miradas
(admiración o crítica) a la natura autóctona, de la naturaleza como un espacio particular,
de conciencia ecologista o de los problemas con el agua
2. El indio: Hay una tendencia a lo largo de la narrativa sobre todo, tanto el indigenismo de
los años 20 y 30, como el neoindigenismo, más de los años 60, de una cultura propia,
que no mantiene la conexión por la metrópoli. Esto, sin embargo, no es algo global, ya
que hay zonas donde no tendrán una valencia a nivel nacional
3. El criollo: Un concepto que va a ir progresivamente teniendo menos vigencia, menos
sentido. Sin embargo, va a haber otras razas que van a estar muy implicadas. También
es visible la influencia del mundo oriental, de la población inmigrante de países como
China y Japón. Esta mezcla de culturas va a ir produciendo una literatura propia. Aquí
entra en escena el concepto de la transculturación, ese dialogo conflictivo entre
distintas culturas.
4. El dictador: Es una temática, la del abuso de poder de una figura unipersonal, que
parecía que estaba superada, pero no. Esto va a producir un tipo de novela, la “novela
del dictador”, que va a coger gran fuerza
5. Las megalópolis: Estas grandes ciudades (Buenos Aires, Ciudad de México, São Paulo),
enormes, creando un paisaje que se entiende como algo caótico, las diferencias entre
los barrios que pueden ser abismales. Esas ciudades que son como entes vivos va a
generar una temática en la literatura muy interesante
6. La violencia: No ya la de la dictadura, sino otro tipo de violencia, en muchos casos en
relación con el narcotráfico
7. El análisis psicológico: Sobre todo en esta parte iberoamericana, es una literatura que
tiende mucho a la introspección
8. Las migraciones: Los desplazamientos interiores y exteriores, en esta huida hacia Europa
o América del Norte, en esta literatura del tránsito. Se abre a esa necesidad de
desplazamiento, muchas veces forzado por razones políticas o económicas.
o EL AFÁN EUROPEIZANTE y LA ENERGÍA NATIVA
Otro elemento problemático, una situación compleja, que tiene que ver con el idioma, aunque
va más allá, siendo también una cuestión de ideología, cómo en algunos países de
Hispanoamérica hay un fortísimo afán por asemejarse a Europa, y hasta qué punto ese afán
puede incurrir, si hablamos de la literatura, en un proceso imitativo acrítico o en una posibilidad
de nutrirse de esos referentes, pero para construir una expresión propia.
Para Ureña, la clave está en la mezcla de ambas cosas, retirando ese afán, pero sí mantener o
respetar una cierta apropiación de la cultura europea y hacerla pasar por la energía de lo propio.
Para Ureña, eso es lo más enriquecedor para un posible escritor. No están intentando imitar a
Europa, pero sí apropiándose de aquello. Tampoco tener como limitaciones a la hora de
apropiarse de lo europeo. Lo más interesante es que, por muy europeizante que sea, va a tener
ese espíritu nativo. Un caso es Borges, un escritor radicalmente argentino pero muy europeísta,
ya que tiene la capacidad para asumir muchas tradiciones europeas, muy diversas, sin quedarse
con ninguna al final. Borges no imita el pensamiento europeo, sino que lo usa, lo utiliza.
Sin embargo, no hay que dejarse llevar por eso de forma acrítica. Tenían que buscar su propio
acento, su propia tradición, dentro de ese “coro” que es la tradición europea.
Hay una actitud optimista, pero para ello tiene que imperar algo tan sencillo y difícil como el
ansia de perfección. No es cuestión de imitar o no imitar, sino que la literatura solo es perfecta
si tenemos la ambición de alcanzar esa perfección artística. Una voluntad de trabajo y de
esfuerzo. Habla de no contentarse con el hallazgo ajeno, del extranjero o del compatriota, sino
que hay que buscar una expresión honesta.
Por otro lado, António Cândido publica también Literatura y
subdesarrollo (1972), recogido posteriormente en América
Latina en su literatura (1972), un artículo donde nos habla
de cómo influyó esa visión del subdesarrollo a lo largo del
siglo XX en los pensadores latinoamericanos, cómo hay un
quiebre para entender este subdesarrollo, y esto cambia la
literatura.
Con la llegada de una educación reglada, él alerta el peligro de que no se está favoreciendo que
la gente lea literatura, no se está creando del todo ese ámbito, ya que la gente lo que suele elegir
es la cultura pasiva, que no dejamos de preocuparnos por ello. Pero no solo eso, sino que si no
hay un público que acepta la literatura. Entonces se plantean dos salidas a esta problemática, y
es que los escritores o se centran en una literatura más light o escribe para lectores extranjeros.
De hecho, muchos escritores se han ido a otras naciones con mucho más desarrollo, como
Estados Unidos o los territorios europeos. Sin embargo, Cândido dice que, si nos seguimos
centrando en Europa, seguimos anclado a los antiguos dominadores, ya que buscamos atraer a
ese público, y no se llegaría a una literatura verdaderamente hispanoamericana.
Otro elemento muy interesante, que vamos a ir viendo para saber cómo funcionan estas
literaturas nacionales es tener o no modelos literarios propios. Cândido habla de que, en estas
primeras décadas, no hay apenas modelos propios. No hay una tradición consolidada de esa
literatura propia. Entonces, la escritura nace de modelos que hemos asumido, aunque después
decidamos romperlos. Sin embargo, un escritor empieza a escribir leyendo, construyendo así su
voz. Cuando estos escritores escriben copiando modelos externos, se va haciendo poco a poco.
Entonces, evidencia la importancia de Rubén Darío, porque sí que somete una voz propia. Por
eso su importancia dentro de la literatura hispanoamericana. Sin embargo, paulatinamente irán
llegando los fundadores de la poesía hispanoamericana contemporánea. Entonces, cuando
asumes que hay referentes no europeos, sino autóctonos, empiezas a tener referentes propios
de esa realidad hispanoamericana. No tiene por qué haber referentes nacionales, pero poco a
poco, surgiendo esto, sí que puedes tener referentes de tu identidad nacional, surgiendo voces
que apelan a tu mundo. Entonces, Cândido comenta cómo a partir de los años 40 o 50, comienza
a haber estos referentes propios, que dejará huella en toda la literatura hispanoamericana a
partir de este momento.
Otro elemento es la capacidad crítica de los estudiosos de la literatura, cómo cuando empieza a
haber una producción más constante y cuando empiezan a haber modelos propios y se deja de
haber una mirada a lo ajeno, esto da como tal una crítica más importante, sin dejarse llevar con
modelos vacuos. La crítica literaria no supo captar al principio que eso tuvo valor. Eso, según el
autor, dice que crea modelos débiles, ya que les daría vulnerabilidad a esas tradiciones literarias.
Con sentimiento de inferioridad, Cândido nos habla de una literatura en la que el autor se
enfrenta a unas fuerzas inmensurables de la literatura. El escritor hispanoamericano siente que
tiene que atraerlo, intentando entrar en ese mercado, poniéndole las cosas más fáciles. En el
mundo hispanoamericano, sin embargo, ese sentimiento de inferioridad irá desapareciendo
conforme se cree esa conciencia propia, en toda la certeza de crear una literatura propia.
Paulatinamente, esta literatura va a poder asumir los modelos europeos sin ese sentimiento de
inferioridad. El escritor no va a sentir que se debe a esas literaturas, sin sentirse minusválidos,
con una capacidad de estar a la altura de los europeos. Eso genera determinadas consecuencias
en el texto: ya no ponemos glosarios que ayuden a seguir las palabras de mi propia realidad