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LA MEMORIA EN LA POSMODERNIDAD

Hace unos años atrás era algo común que en las aulas escolares circularan historias cuyas enseñanzas
llamaran a la reflexión, a quienes además de disfruta de estos relatos en forma de fabulas o cuentos,
encontraban en las acciones de quienes las protagonizaban enseñanzas de vida y un modelo moral al que
describir sus propias acciones.
Ya hace bastante tiempo que no escucho hablar del uso de la fabulas en las aulas posmodernas, y aunque se
usan relatos ya no producen los mismos resultados, como si hubiera perdido el valor y el sentido que
alguna vez produjeran.
La memoria se va perdiendo en el escenario de la posmodernidad y parece que ya no sabemos como hacer
lo que antes parecía simple de realizar. Cada vez y con mayor frecuencia utilizamos la política del avestruz
para enfrentar la verdad en comunidad, nuestros actos parecen ajenos a nosotros mismos como sociedad.
Pensar se vuelve algo pesado entre tanto dislate sin ton ni son, disfrutar mientras se pueda es el mensaje…
hasta morir.
Sin memoria, no hay aprendizaje. El nuevo discurso posmodernidad priva al hombre de recordar, de evocar
sus ideales, por lo que ya ni siquiera es posible afirmar que “todo tiempo pasado fue mejor” pues no tengo
con que comparar el presente, puesto que desconozco el pasado y no comprendo este presente, me aferro
solo a los momentos, es más, podría sugerir que el futuro ni siquiera es pensando, porque ya no canta para
nosotros.
A mayor preocupación, mayor indiferencia y desmovilización, la idea es que nos parezca que todo seguirá
igual y entonces para que esforzarse en trata de cambiar algo.
Nada del pasado parece rescatable, hay que hacerlo todo de nuevo, todo debe ser nuevo, hasta la manera en
que se cría a los niños o se educa a los jóvenes, el lema parece ser “todo se puede mejorar, aun las
personas” pero esto no es así, los seres humanos no pueden ser tenidos como meros objetos, las modas
cambian, pero, los valores y la moral debe preservarse aun en escenario dispares, así como ser padre,
hermano o hijo no puede cambiar el significado de ser parte de la existencia de otros, con los que me siento
ser parte de un proyecto que nos une.
El problema es que el tiempo avanza a una velocidad que nos supera, y en el intento de alcanzar cierto
grado de comprensión de este tiempo, también por su efecto crece la intensidad del olvido. El olvido es lo
que nos hace mas adaptable a los contextos movedizos y frágiles que habitamos.
Si todo esta en cambio, se debe aprender rápido y tener la misma capacidad para olvidar, para luego volver
a empezar, adaptarnos todo el tiempo es una tarea que distrae nuestro tiempo. Hoy es casi jurásico afirmar,
que en algún tiempo: era algo común ver niños jugando en las veredas o salir de la casa sin pánico, ni
temor a la inseguridad.
La vida se ha convertido en un show, donde se debe para alcanzar buen rating, todo el tiempo pensar en
cambios que los hagan mas atractivos, vean a Tinelli si no me creen.
Esta vida llevaba a un show ya no es tranquila, ni puede ser segura, es salvaje, de supervivencia. Donde
todos podemos ser eliminados como en Gran hermano, cuestión de peso, etc.
La T.V sueña y enseña, alumbra nuestras ideas, es la nueva religión que impone los valores de un mundo
salvaje sin percepción del daño que causa, no hay “Nos” por que todo es posible en ella. La sociedad imita
a la T.V, pero la T.V no tiene vida propia, sino la que le insuflan los personajes que día a día trasuntan por
su pantalla ávidos de éxito y carentes de inhibiciones ni vergüenza, son capaces de hacer lo que fuera para
dejar de ser anónimos. El tiempo es veloz, la vida es fugaz, el olvido es la moda posmoderna y los modelos
y valores se pierden o desaparecen por desafiarnos de la memoria y reemplazarla por la imagen televisada
y el discurso posmodernista dice que: lo viejo no sirve, ¿Cuántas veces ya cambiamos el celular? Por
ejemplo.
Supongo que la banda del Titanic prefirió seguir tocando mientras su hundía el trasatlántico, quizás por
consideras innecesario esforzarse en lucha, en pensar, que era aun posible escapar del vértigo paralizante
que da el medio, mientras aun nos quede tiempo.

Responde a las siguientes preguntas, una vez leído el texto:

1- ¿En qué forma podemos relacionar este texto con el de las guerras de las palabras?
2- Relaciona el texto con las vicisitudes de la posmodernidad.
3- ¿En que momento se señalan la aparición de imaginarios sociales nuevos y en que forma se
representan en nuestro texto de trabajo?

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