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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES


EZEQUIEL ZAMORA
PROGRAMA DE CIENCIAS SOCIALES: DERECHO
UNELLEZ- MUNICIPIO BOLÍVAR

DERECHO
CONTENCIOSO
ADMINISTRATI
VO PARTICIPANTES:

Magdaly Toro C.I V- 13.063.882


Noreida Briceño C.I: V-13.882.682
DERECHO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
Carmen Palencia C.I V- 14.340.507

PROFESOR:
Dr. Hernández

SUBPROYECTO:
Derecho Contencioso
Administrativo

Barinitas, Octubre del 2021


CONTENIDO

UNIDAD III

LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS


 VÍAS O MEDIOS DE PROCEDER EN EL CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO. DIFERENCIAS CON LOS RECURSOS EN
SEDE ADMINISTRATIVA
 LOS REQUISITOS PROCESALES DE ADMISIBILIDAD DE LOS
RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS
 LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS
GENERAL:
 Recurso de Nulidad de actos administrativos de efectos
Generales y de efectos Particulares
 Recurso de Abstención o Carencia
 Recurso de Interpretación
 Análisis Jurisprudencial de los Recursos de Nulidad y
abstención
 Recurso Contencioso de la Responsabilidad Administrativa
Extracontractual
 Demandas de Contenido Patrimonial
 Demandas por el Funcionamiento de los Servicios Públicos.
 LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS
ESPECIALES
 El Contención Funcional
 Contencioso del Inquilinario
 Contencioso Tributario
 El Contencioso de la Expropiación.
 Recurso Contencioso Electoral
 Ubicación
 Síntesis legal y jurisprudencial de cada uno de ellos
 Segunda Instancia.

UNIDAD IV
LAS MEDIDAS CAUTELARES Y LA EJECUCIÓN DE LA
SENTENCIA

 Medidas Cautelares.
·
 Sentencia en el Contencioso administrativo.
 Contenidos
 Efectos
 Ejecución de Sentencia.
UNIDAD V
MECANISMOS EXTRAORDINARIOS CONTRA LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
 Amparo Constitucional.
 Habeas Data
 Recurso de Hecho
 Revisión Constitucional.
UNIDAD III

LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS

 VÍAS O MEDIOS DE PROCEDER EN EL CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO. DIFERENCIAS CON LOS RECURSOS EN SEDE
ADMINISTRATIVA.

En el desarrollo de las actividades de la Administración Pública


pueden producirse actos administrativos ilegales y causar daños y perjuicios
a particulares y entidades privadas y públicas (Lares Martínez, 2001).
Al surgir situaciones conflictivas entre la Administración Pública y un
particular o empresa privada o dos entidades públicas, por razón de actos
administrativos ilegales, es indispensable en el estado de derecho la
existencia de mecanismos que permitan revisar dichas decisiones y controlar
la legalidad de las actuaciones administrativas, en otras palabras, vías de
impugnación.
Existen dos vías para impugnar un acto administrativo, a saber: la vía
del recurso administrativo y la vía del contencioso - administrativo.
En la vía del recurso administrativo, señala Leal (2001), la autoridad
que decide es la propia Administración Pública, como regla la misma de la
cual emana el acto, si bien puede ser el mismo o distinto órgano el que dictó
el acto. En ella los interesados podrán interponer en ciertos casos,
determinados recursos: uno de ellos es el recurso de reconsideración, del
cual conoce el propio autor del acto; otro es el recurso jerárquico, del cual
conoce el superior; existe finalmente un recurso excepcional, el de revisión,
del cual conoce el Ministro del ramo. En fin, “… dentro de la vía
administrativa habrá tantos procedimientos administrativos como instancias
se consagren en el derecho positivo” (Araujo Juárez, 2005: 46).
Por otra parte, en la vía contencioso – administrativa, quien conoce es
un órgano judicial ajeno a la Administración Pública el cual tiene por finalidad
primordial velar por la legalidad de los actos administrativos, por medio de la
anulación de los actos administrativos contrarios a derecho. Estos órganos
forman la jurisdicción contencioso – administrativa con fundamento en el
artículo 259 de la Constitución de 1999.
El fundamento principal del agotamiento de la vía administrativa se
encuentra en la potestad de auto tutela que posee la Administración Pública.
Tal privilegio le permite a la misma dirimir sin intervención de un tercero
independiente e imparcial los conflictos que surjan con los Administrados.
Existen como se estableció, actos que agotan de forma directa la vía
administrativa, caso de las decisiones adoptadas por los ministros, las cuales
pueden considerarse por sí mismas agotan la vía administrativa. Pero como
señala Brewer - Carias (2007) ello no obsta para que el interesado pueda
interponer ante el propio ministro un recurso de reconsideración, que debe
ser resuelto a los noventa (90) días de su presentación, tal como lo estatuye
la LOPA en su artículo 91.
En el supuesto de que el interesado intente el recurso de
reconsideración en lugar de acudir a la vía contenciosa, señala el 92 de la
Ley mencionada up supra, no puede acudir a la vía contenciosa hasta tanto
no se produzca la decisión respectiva o venza el lapso que tiene el ministro
para decidir. Esta tesis fue desconocida por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de justicia en sentencia del 20 de febrero de 2008 por
considerar que “vulnera el orden público y limita de manera indebida el
acceso a la justicia...”.
Por consiguiente, queda claro que contra una decisión que agota la
vía administrativa, el particular tiene la oportunidad de dirigirse a la vía
contenciosa.
También están los actos que no agotan directamente la vía
administrativa, dentro de los cuales se distinguen tres supuestos, a saber: En
primer lugar, los casos en los cuales la vía administrativa debe hacerse
mediante la vía de reconsideración; en segundo lugar, el caso del
agotamiento de la vía con el recurso jerárquico y por último el caso de los
institutos autónomos.
De lo expuesto, se deduce que el agotamiento de la vía administrativa
conforme al ordenamiento jurídico venezolano vigente es de carácter
optativo, lo cual contribuye a garantizar el derecho de toda persona a la
tutela judicial efectiva, criterio este que ha privado en el Máximo Tribunal de
la República, y en la doctrina patria. Esto es así, pues el derecho a la tutela
judicial efectiva reconocido constitucionalmente como un derecho humano en
el artículo 26 de la constitución vigente posee en virtud del artículo 2 ejusdem
preeminencia sobre el ordenamiento jurídico, lo cual se traduce en jerarquía
supraconstitucional, imponiéndose por tanto a toda exigencia legal que limite
el acceso a la justicia, como es el caso del agotamiento de la vía
administrativa entendido como una carga, como una obligación para los
administrados. Debe ser entonces, decisión del particular agotar los recursos
administrativos o ir directamente a la vía jurisdiccional.
En ningún caso se trata de eliminar el agotamiento de la vía
administrativa, ni de mermar la capacidad de la Administración Pública de
revisar la legalidad o legitimidad de sus propios actos, sino de colocar la
opción al administrado de agotar la vía administrativa a través del ejercicio de
los correspondientes recursos administrativos o acudir de modo directo ante
los tribunales de la jurisdicción contencioso administrativa.
Ahora bien, una vez que se opta por una u otra no pueden tramitarse
ambas a un mismo tiempo, es decir, en paralelo, pues si el administrado
ejerció los recursos administrativos debe esperar la respuesta de la
Administración Pública, o el cumplimiento del lapso que tiene ésta para dar
respuesta, y solo de esta manera podrá acudir ante los órganos
jurisdiccionales.
Sin embargo, es necesario hacer notar que el numeral 10, salva el
procedimiento administrativo previo a las acciones contra la Republica, es
decir, el antejuicio administrativo regulado en la Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la Republica, el cual por tanto sigue teniendo
carácter obligatorio antes de acudir al contencioso de las demandas.
Terminado el suspenso legislativo los ciudadanos gozan de una
consagración expresa del derecho a escoger entre la vía administrativa y la
contencioso administrativa, con fundamento en una tutela judicial efectiva
que les permita escoger bien sea por razones de conveniencia o de
oportunidad si agotan o no la vía administrativa u optan por la jurisdiccional.

 LOS REQUISITOS PROCESALES DE ADMISIBILIDAD DE LOS


RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS.

El procedimiento contencioso administrativo está sometido a diversos


requisitos procesales, es decir a diversas condiciones que son de necesario
e indispensable cumplimiento para la admisibilidad de los recursos de
anulación o de plena jurisdicción a que él da lugar. En el sistema jurídico
venezolano son tres:
1) La legitimación.
2) El agotamiento de la vía administrativo
3) Lapso de caducidad.

1) La legitimación activa:

Es el recurso contencioso administrativo de anulación de los actos


administrativos individuales contrarios a derecho o viciados de desviación de
poder, la legitimación activa sólo corresponde a quien dicho acto perjudica al
menos en su interés legítimo. Entendiéndose este como el que tiene ciertos
habitantes, subvención a la especial y particular situación de hecho en que
se encuentra respecto a los demás, en la debida observancia, por parte de la
administración, de las normas establecidas en interés general, puesto que de
tal observancia o inobservancia pueden resultar beneficiados o perjudicados
en modo particular con relación a los demás habitantes.

2) y 3) Agotamiento de la vía administrativa y caducidad.

El recurso contencioso administrativo de anulación está condicionado


por otros requisitos procesales: El agotamiento de la vía administrativa por el
ejercicio de los recursos jerárquicos a que hubiere lugar y el no vencimiento
del lapso de interposición del recurso, que es de caducidad. Estos dos
requisitos procesales se reflejan en el acto administrativo recurrible, en tal
forma, que puede decirse que existen determinadas condiciones de
recurribilidad en los actos administrativos.
En efecto, puede decirse que para que un acto administrativo sea
recurrido por la vía del recurso contencioso administrativo de anulación es
necesario que se trate de un acto definitivo, que cause estado y que no sea
firme. El agotamiento de la vía administrativa como requisito procesal hace
que el acto recurrido siempre cause estado y generalmente sea definitivo. El
no vencimiento del lapso de interposición del recurso hace que el acto no sea
firme.

 LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS GENERAL:

En el proceso contencioso-administrativo venezolano, son diversos los


tipos de recursos y acciones que se pueden interponer ante los órganos que
la ejercen, se habla de un recurso contencioso-administrativo objetivo,
referido a las demandas de nulidad contra los actos administrativos, es decir,
en el que el recurrente persigue sólo la declaratoria de nulidad del acto
administrativo que resulte contrario a derecho. Por otra parte, se habla de un
recurso contencioso-administrativo subjetivo, el cual persigue adicional a la
pretensión de nulidad del acto administrativo, la condena de la
Administración, es decir, se formulan otros pedimentos adicionales como
puede ser la indemnización de una suma de dinero por concepto de daños y
perjuicios ocasionados por la actividad administrativa o el restablecimiento de
las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.

 Recursos de Nulidad de Actos Administrativos de Efectos


Generales y de Efectos Particulares:

El Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad, es un medio


mediante el cual un administrado afectado en su esfera jurídica subjetiva por
un acto dimanado por cualquier órgano de la Administración Publica, recurre
al Tribunal competente para atacar la validez de dicho acto preexistente por
razones de violación normativa, ya sea constitucional o legal, con la
pretensión ulterior de que sea declarada judicialmente la nulidad de tal
pronunciamiento administrativo; por lo que se deduce que el atributo
primordial de dicho recurso, es el hecho de que siempre e invariablemente
estará precedido de un acto previo por el cual se recurre, entendido éste,
como una actuación positiva o material
.Los actos administrativos de efectos generales son los actos normativos,
cuyos destinatarios son indeterminados e indeterminables; en cambio, los
actos administrativos de efectos particulares, son los que no tienen carácter
normativo, y cuyos destinatarios o es un sujeto de derecho (acto individual) o
una pluralidad de ellos, pero determinados o determinables (acto general).
El proceso contencioso de anulación contra los actos administrativos
generales o individuales, se configura cuando la pretensión única del recurso
es la anulación de un acto administrativo. El proceso contencioso-
administrativo en este caso, tiene sus regulaciones adjetivas en la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (Aparte 8 del Artículo 21), a través
de un único procedimiento, con sutiles diferencias en cuanto a la legitimación
exigida para intentarlo, a la solicitud de los antecedentes administrativos y
publicación de la decisión en el respectivo órgano oficial, dicha norma
dispone lo siguiente:

a) La acción popular para la impugnación de los actos administrativos de


efectos generales

El artículo 21, párrafo 9º de la Ley Orgánica, dispone al iniciar la


regulación de los juicios de nulidad contra los actos administrativos, que:
Toda persona natural o jurídica, que sea afectada en sus
derechos o intereses por una ley, reglamento, ordenanza u
otro acto administrativo de efectos generales emanado de
alguno de los órganos del Poder Público Nacional, Estadal o
Municipal, o que tengan interés personal, legítimo y directo
en impugnar un acto administrativo de efectos particulares,
puede demandar la nulidad del mismo ante el Tribunal
Supremo de Justicia, por razones de inconstitucionalidad o
de ilegalidad”.
Mediante este artículo, la Ley Orgánica reguló en igual forma el
procedimiento de impugnación de leyes nacionales y estadales y ordenanzas
municipales que se inicia mediante la acción de inconstitucionalidad ante
La Sala Constitucional, y el de impugnación de reglamentos y demás actos
administrativos de carácter normativo o de efectos generales, los cuales
tradicionalmente y con antecedentes desde mitad del siglo pasado, pueden
ser impugnados por vía de acción directa ante el Tribunal Supremo de
Justicia en Sala Político Administrativa y los demás Tribunales Contencioso
Administrativos, configurándose en ambos casos el recurso como una acción
popular.

b) Impugnación de los actos administrativos de efectos particulares:

Una de las innovaciones de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de


Justicia (2004), es la uniformización del procedimiento en los juicios de
nulidad de los actos administrativos. En efecto, de acuerdo a lo previsto en
el artículo 21, párrafo 9º de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia,
“la nulidad de actos administrativos de efectos particulares sólo puede ser
solicitada por quienes “tengan interés personal, legítimo y directo en
impugnar un acto”.

En esta forma, la legitimación activa para intentar la acción o recurso


de nulidad de los actos administrativos de efectos particulares, corresponde
al menos, al titular de un interés legítimo en que el acto sea anulado. Por
supuesto, el titular de otra situación jurídica subjetiva más protegida por el
ordenamiento jurídico, como es el derecho subjetivo, también tiene
legitimación activa para impugnar el acto administrativo de efectos
particulares que lo lesione.
Este recurso, por supuesto, procede no sólo contra los actos
administrativos de efectos particulares expresos, sino también contra los
actos tácitos denegatorios producto del denominado silencio administrativo
negativo previsto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
Además, por supuesto, los actos administrativos impugnables no sólo
son los dictados por las autoridades ejecutivas, sino los emanados de los
órganos legislativos y judiciales, y de los órganos de los Poderes Ciudadano
y Electoral, así como los emanados de entidades privadas que pueden
emanarlos en virtud de ejercer en alguna forma poderes públicos

 Recurso de Abstención o Carencia:

Es el medio a través del cual el administrado afectado por una


inactividad de la Administración, que es un deber, la exige ante el órgano
jurisdiccional competente para que restablezca la situación jurídica infringida.
Para Mucci (1991) “Constituye un útil mecanismo procesal para el
control de las infracciones de orden jurídico consumadas por la pasividad
administrativa”.
El Recurso por Carencia o Abstención, es un instrumento procesal por
medio del cual, un administrado también afectado en su esfera jurídica
subjetiva , esta vez no por un acto administrativo expreso y precedente, sino
por una inercia en el actuar del funcionario administrativo que se encuentra
inevitablemente conminado a realizar una actuación específica y
predeterminada por el mandato irresistible que le impone el contenido de una
norma de rango legal, recurre de dicha conducta omisa, inactividad,
incumplimiento o inejecución de actuación que vulnera la imposición concreta
del legislador, e inclusive de una veleidosa negativa expresa por parte del
funcionario en cumplir su carga.
La pretensión va encaminada a lograr un fallo sobre la “obligatoriedad
de determinado acto o de realizar una actuación concreta” por la
Administración, y a la cual se constriñe mediante una orden judicial de
cumplimiento efectivo de la obligación impuesta por ley, no obstante, en el
caso de que la Administración se mantenga en una actitud negativa
insistente ante dicho fallo jurisdiccional que le ordena efectuar su obligación
legal, se podrá obtener una dispensa jurisdiccional del acto requerido,
subsanándose de tal forma la omisión impugnada.
Esta última precisión pone en evidencia la utilidad del recurso, su
operatividad y conveniencia, y constituye un paso más, con respecto al de
anulación, en cuanto tiene que ver con el proceso de reducir la arbitrariedad
administrativa; abriéndose con él, por otra parte, nuevo campo al legislador si
deseare garantizar un derecho individual íntimamente conectado al interés
colectivo.
El recurso contra las conductas omisivas de la Administración, tiene su
fundamento, por una parte, en el incumplimiento por parte de la
Administración de una obligación legal concreta de decidir o de cumplir
determinados actos, y por la otra, en el derecho subjetivo de un sujeto de
derecho a que la Administración cumpla los actos a que está obligada. Por
tanto, en la base de este recurso está una relación jurídica (deber-poder)
específica, que se concreta en una obligación también específica de poder
de un sujeto de derecho, que se configura como un derecho subjetivo de
orden administrativo a la actuación administrativa.
Contra la omisión de la Administración Pública a realizar una
obligación que le es exigible, se debe ejercer el recurso por abstención o
carencia, el cual se encuentra regulado en los artículos 65 y siguientes de la
Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativo y
constitucionalmente en el artículo 51 que especifica la obligación genérica de
la Administración a dar oportuna respuesta a las peticiones de particulares y
obtener oportuna respuesta a las peticiones presentadas ante la
Administración.
Esta competencia se encuentra atribuida a la Sala Político
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia en el artículo 5 en los
términos siguientes:

Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia como


más alto Tribunal de la República:
…….
26. Conocer de la abstención o negativa del Presidente o
Presidenta de la República, del Vicepresidente Ejecutivo o
Vicepresidenta Ejecutiva de la República y de los Ministros o
Ministras del Ejecutivo Nacional, así como de las máximas
autoridades de los demás organismos de rango
constitucional con autonomía funcional, financiera y
administrativa y del Alcalde del Distrito Capital, a cumplir
específicos y concretos actos a que estén obligados por las
Leyes;

Se aprecia que es la única disposición en la Ley que hace referencia


al recurso jurisdiccional de abstención y circunscribe la competencia en
razón del nivel a la cual tiene adscripción la persona.

 Análisis Jurisprudencial de los Recursos de Nulidad y


Abstención

Si bien es cierto, que entre el Recurso Contencioso Administrativo de


nulidad y el recurso de abstención existen algunos rasgos de similitud, por
ser ambos mecanismos procesales pertenecientes a la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, los cuales persiguen como finalidad común, el
control de las conductas de la Administración Pública por la intervención de
un órgano jurisdiccional; no es menos resaltante el hecho, que poseen
elementos configurativos propios y característicos, que los diferencian y
distinguen en su origen, naturaleza, objetos y efectos.

Jurisprudencia de Recurso de Abstención y Carencia

En el estudio y análisis de la jurisprudencia se tomaron como muestra


2 decisiones sobre el recurso de Abstención y Carencia de los cuales el
primero es basado según la actualmente derogada ley de la Corte Suprema
de Justicia.
Sentencia del 06 de abril de 2004. SALA CONSTITUCIONAL DEL TSJ
ESTABLECIO QUE EL RECURSO DE ABSTENCIÓN O CARENCIA
PROCEDE ANTE EL INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
GENERICAS DE LA ADMINISTRACION.

El abogado Iván Andrés González, inscrito en el Instituto de Previsión


Social del Abogado bajo el Nº 58.684, actuando con el carácter de
apoderado judicial de las ciudadanas NANCY DÍAZ DE MARTÍNEZ, ESTELA
BERROTERAN, MARITZA HERNÁNDEZ, YVES JOSEFINA CULPA y
ARGELIA ASCANIO, titulares de las cédulas de identidad Nos. 8.799.043,
9.886.731, 9.107.229, 9.884.339 y 8.999.949, respectivamente, presentó
ante esta Sala en fecha 27 de febrero de 2003, recurso por abstención o
carencia "en contra del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, de
conformidad con lo previsto en el artículo 42 Ordinal 23 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia. Para que este órgano Jurisdiccional ordene
dar cumplimiento previsto (sic) en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión
Docente en lo relativo a los concursos para optar a los cargos docentes;
siendo el presente caso la designación como docentes de aula con el
carácter de titulares en el Preescolar Jardín de Infancia Angel Moreno", de
sus representadas.
El 11 de marzo de 2003, se dio cuenta en Sala y por auto de la misma
fecha se ordenó oficiar al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes
solicitando la remisión de los antecedentes administrativos…
Asimismo, señaló que intentaba el recurso aquí analizado, "en contra del
Ministerio de Educación Cultura y Deportes, de conformidad con lo previsto
en el artículo, 42, Ordinal 23 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia. Para que este órgano Jurisdiccional ordene dar cumplimiento (sic)
previsto en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente en lo relativo
a los concursos para optar a los cargos docentes; siendo el presente caso la
designación como docentes de aula con el carácter de titulares". (resaltado
de la Sala).
Ahora bien, vistos los términos en que la parte actora planteó el
presente asunto, debe la Sala precisar que en ninguna parte del escrito
recursorio indicó de manera clara y precisa la autoridad pública que incurrió
en la omisión alegada; en efecto, se observa que se limitó a efectuar
apreciaciones por demás genéricas, imputando, en principio, la abstención,
supuestamente lesiva, al "Ministerio de Educación, Cultura y Deportes", sin
establecer, se reitera, el funcionario que en concreto se abstuvo de cumplir
con la actuación reclamada, mientras que por otro lado, sustentan sus
afirmaciones, en la comunicación de fecha 5 de febrero de 2003, suscrita por
el "Jefe de la División de Personal de la Zona Educativa del Estado
Guárico", dirigida a la Directora de la Unidad Educativa "Angel Moreno", en la
que se informó que no era procedente la asignación de cargos fijos, a las hoy
demandantes. La inconsecuencia en que se incurre al tratar este aspecto a lo
largo del escrito presentado, trasluce una evidente falta de especificidad en
cuanto al sujeto, presuntamente, infractor, lo que imposibilita a este Alto
Tribunal, de ser el caso, el fijar de manera precisa, la obligatoriedad para la
autoridad administrativa de producir un determinado acto o de realizar una
actuación en particular que subsane la vulneración de los derechos
reclamados. (El subrayado es nuestro)
Sumado a lo anterior, se debe recordar que entre los requisitos de
procedencia del recurso por abstención o carencia, se encuentra la
necesidad de que se produzca un incumplimiento por parte de la
Administración (en cabeza del respectivo funcionario), de una obligación
legal, concreta de decidir o de cumplir determinados actos; de tal forma que
es dable afirmar, que en la base de este recurso está una relación jurídica
(deber-poder), que se materializa en una obligación específica de la
Administración de actuar, frente a una situación jurídica, igualmente
específica de poder de un sujeto de derecho, que se configura como un
derecho subjetivo a solicitar la actuación administrativa. (El subrayado es
nuestro)
Así las cosas, vale destacar que de acuerdo a lo argumentado por las
recurrentes no se evidencia, la existencia de esa obligación legal concreta de
actuar sobre la Administración, y cuya inobservancia pueda configurarse
como una conducta omisiva; mas lo que se desprende del escrito recursorio,
es la existencia de su inconformidad con lo aseverado por la autoridad
pública en el sentido de que los cargos, en principio otorgados, no estaban
sujetos a concurso, (El subrayado es nuestro) correspondiéndoles, en
consecuencia, ejercerlos en condición de interinas, por lo que la vía o el
mecanismo destinado a resolver dicho desacuerdo no es el del recurso por
abstención, como erróneamente lo pretendió hacer la parte demandante.
Adicionalmente, no puede la Sala dejar de expresar que tampoco se indica
en el escrito presentado por las actoras que se imputara, de manera concreta
y precisa conforme al ordenamiento jurídico, algún vicio en la actuación
administrativa que la afectara de nulidad, y que por lo tanto pudiera ser
evaluado por este órgano jurisdiccional, a los efectos de verificar su ilicitud.
En vista de todo lo anteriormente expuesto, estima la Sala que en el
presente caso no se materializan los presupuestos necesarios para que
proceda el recurso por abstención o carencia interpuesta, de allí que el
mismo debe ser desestimado. Así se declara…
Es evidente que la parte demandante no sustento suficientemente el
pretendido recurso y por ende el mismo no fue admitido como recurso de
abstención o carencia. En tal sentido es de suma importancia que cuando se
pretenda intentar este tipo de recurso se haga de una manera más explícita,
detallada y pertinente para que la misma sea aceptada y posteriormente la
decisión sea declarada con lugar a la parte demandante.
JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DE LA REGIÓN CENTRO NORTE.-
Valencia, 23 de febrero de 2006.Años 194º y 145º

Visto el recurso de abstención o carencia interpuesto conjuntamente


con recurso de abstención o carencia interpuesta por los abogados MIGUEL
ANGEL PROSCIA MARIN y VICTOR SCOCOZZA PIÑANGO, venezolanos,
mayores de edad, abogados en ejercicio, inscritos en el I.P.S.A. bajo los
Nros. 67.232 y 32.875, respectivamente, actuando en su carácter de
apoderados judiciales de la sociedad mercantil INVERSIONES CONCORDE
C.A., inscrita por ante el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción
Judicial del Estado Carabobo, bajo el Nro. 45, Tomo 57-A, de fecha 25 de
septiembre de 2003, este Tribunal pasa a pronunciarse sobre la
“admisibilidad” del recurso de abstención o carencia haciendo un análisis de
de los requisitos establecidos en el artículo 19 aparte 5 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela.
Ello así, observa este Tribunal, que no existe prohibición legal alguna
para su admisión; que el conocimiento del presente recurso corresponde a
este Órgano Jurisdiccional; que el mismo fue interpuesto en tiempo hábil;
que en el mismo no se acumulan acciones que se excluyan mutuamente o
cuyos procedimientos sean incompatibles; que no se evidencia la falta de
algún documento indispensable para verificar si la acción es admisible; que
el escrito recursivo no contiene conceptos ofensivos o irrespetuosos, o de tal
modo inteligible que resulte imposible su tramitación; que la recurrente
ostenta suficiente interés o cualidad para la interposición del presente
recurso, y que no existe cosa juzgada, razones por las cuales, debe este
Juzgado admitir el presente recurso. Así se declara.
Una vez asumida la competencia y admitido el presente recurso,
corresponde pronunciarse en torno a la solicitud de amparo constitucional
cautelar.
Con respecto a las medidas cautelares en el contencioso
administrativo, tales posibilidades cautelares -amparo cautelar, suspensión
de efectos y medidas innominadas- deben acompañarse de una
argumentación que se conecta con los requisitos o extremos para que
puedan adoptarse y dispensarse la tutela cautelar necesaria.
Esto último hace que se le impongan anclajes a la solicitud cautelar,
dejándole en este caso al recurrente la carga de justificar los extremos
necesarios, vale decir, la apariencia de buen derecho y el peligro de daño
constitucional.
Sería impensable dispensar tutela cautelar alguna sin ni siquiera
prestar un fundamento sólido que justifiquen su adopción.
Una de las imposiciones que se revelan al momento de adoptar tales
medidas, tal como lo ha impuesto la Sala Político Administrativa, radica en el
deber del Juez de “(…) velar porque su decisión se fundamente no sólo en
un simple alegato de perjuicio, sino en la argumentación y la acreditación de
hechos concretos de los cuales nazca la convicción de un verdadero
perjuicio de los derechos constitucionales del accionante” (Sentencia de la
Sala Político Administrativa de fecha 20 de marzo de 2001, caso Marvin
Enrique Sierra Velasco). (El subrayado es nuestro)
En el caso en concreto puede constatarse la presencia de la
apariencia de buen derecho al momento de verificar la posición jurídica que
sostiene el recurrente, vale decir, la de ser una sociedad mercantil que
cuenta con los requisitos para el ejercicio de la actividad económica en ese
sector, tal como lo ha constatado la Comisión Nacional de Casinos, Salas de
Bingo y Máquinas Traganíqueles y que demuestra la posición jurídica que
valida su condición e interés, no sólo para recurrir sino para solicitar la
protección cautelar que impida la generación de algún daño que nunca podrá
ser subsanado por la sentencia definitiva que resuelva el recurso propuesto.
Por lo que respecta periculum in damni constitucional, este encuentra
manifestaciones concretas en el alegato formulado por el recurrente. En
primer lugar, puede constatarse a prima facie al observar que existe una
inactividad administrativa, sin que esto se pueda calificar y tomar como un
juzgamiento sobre el fondo del asunto, pero que afecta el libre ejercicio de la
actividad económica que se traduce en el incumplimiento de la obligación
constitucional de pronunciarse sobre la solicitud de la “licencia de
funcionamiento” que el recurrente acredita cumplir con los requisitos
impuestos por Ley y el Reglamento para el Control de los Casinos, Salas de
Bingo y Máquinas Traganíqueles. (El subrayado es nuestro)Asimismo, los
recaudos y pronunciamientos de la referida Comisión son prueba sólida de la
seriedad del derecho reclamado.
Con base a los argumentos anteriormente expuestos, este Juzgador
sin entrar a emitir un pronunciamiento de fondo que corresponde al escenario
del recurso de abstención o carencia, considera que debe protegerse
constitucionalmente al recurrente ordenando la instalación “provisional” y
funcionamiento de la Sala de Bingo denominada “Bingo Rey” mientras se
tramite el presente recurso por abstención o carencia. Tal medida se adopta
para evitar los serios perjuicios y lesiones constitucionales que pudieran
tomarse como irreversibles.
Analizada la situación, este Tribunal de conformidad con el texto
constitucional DECRETA AMPARO CAUTELAR de conformidad con lo
establecido en los artículos 26, 27, 49, 257 y 259 en concordancia con el
artículo 5º de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales y, en consecuencia ORDENA: …

Estudiada y analizada la anterior sentencia se denota que cuando el


recurso de abstención o carencia se realiza de manera adecuada y
pertinente, el Tribunal Supremo de Justicia está en el deber de Admitir y si es
el caso decidir a favor del particular y a si mismo sancionar al funcionario por
la abstención de su obligación alegada por el demandante en el cual este
tenía el deber de actuar o por sus conductas omisivas.
En el artículo 2 de la constitución de la República Bolivariana de
Venezuela dentro de la concepción del Estado Derecho se ampara como
uno de los valores fundamentales la necesaria existencia de una garantía a
los ciudadanos del control no solamente de las actuaciones de los diferentes
entes y órganos de los poderes públicos, sino también de las omisiones en
que incurren los funcionarios públicos en un sentido integral. Así una vez
realizado un estudio de las normas que prevé la pretensión de carencia o
abstención, que en definitiva constituye una adaptación de la norma en forma
progresiva a la sensibilidad, pensamientos y necesidades de los nuevos
tiempos a fin de ponerlas a tono con el nuevo orden establecido, dejando
atrás las concepciones arcaicas y dogmáticas que perdieron validez, no se
justifica distinguir dentro de los supuestos de procedencia para la pretensión
de Carencia o Abstención, entre omisión genérica y específica, debido
fundamentalmente que independientemente que la norma establezca una
obligación genérica, el ciudadano se encuentra en una posición especifica
que le obliga al ente u órgano a decidir. De igual forma, no se debe
interpretar la noción de Ley, en el aspecto formal, por el contrario debe ser
interpretado en el sentido material, es decir que exista una omisión en
contraste con el ordenamiento jurídico, sea Constitución, Reglamento u acto
administrativo. Así mismo, dicha omisión no solo debe provenir de la
Administración en sentido orgánico o material, sino de cualquiera de los
entes u órganos de los Poderes Públicos, independientemente del ejercicio
de funciones en la cual se produce la omisión.
Aun cuando el recurso tiene algunas cosas en común con otros
recursos del contencioso administrativo, cabe destacar que los supuestos
que configuran su procedencia son muy distintos a los de los demás, de ahí
viene la diferenciación respecto de otros.
Por otra parte es importante destacar que cuando una persona
pretenda intentar este tipo de recurso, es indispensable que se demuestre y
sustente que realmente el funcionario o la administración pública incurrió en
tal abstención o carencia de sus obligaciones ante el particular que desea
hacer valer su derecho.
Del estudio, análisis e investigación de las sentencias que se han
dictado durante los últimos años sobre los recursos de abstención o carencia
es importante resaltar que la mayoría de estas decisiones son inadmisibles o
son declaradas sin lugar por parte de quienes intenta este recurso, ya sea
porque el tribunal lo considere improcedente, o por falta de suficiente
argumentación en el libelo de la demanda según las decisiones publicadas.
Lo cual pone en tela de juicio la seguridad jurídica de los administrados y de
los recursos que el estado les ha otorgado.

 Jurisprudencia del recurso de nulidad


Por otra parte, en el ámbito jurisprudencial se han evidenciado una
serie de decisiones contradictorias, lo cual describe un avance y un
retroceso, sumándose al estado de confusión el hecho de que en la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, instrumento que derogó la Ley de
la Corte Suprema de Justicia, no está contemplado el agotamiento de la vía
administrativa en el artículo 19, 5 aparte dentro de las causales de
admisibilidad, situación considerada por un sector de la doctrina como la
eliminación del carácter obligatorio del agotamiento de la vía administrativa,
pero el asunto no acaba allí por cuanto a esta disposición la ha seguido
algunas otras decisiones judiciales contradictorias..

 Recurso de Interpretación:

La interpretación constitucional representa una de las facultades más


básicas de la actividad jurisdiccional y se configura como la determinación
del sentido de una normal o una regla de derecho con respecto a un caso en
concreto, así como mantener la seguridad jurídica dentro del marco del
Estado de Derecho.
Este tipo de interpretación, es una actividad ejercida principalmente
por los Tribunales Constitucionales, a quienes se les encomienda la tarea de
darle sentido a las normas de carácter constitucional en atención a la tutela
y preservación de la Constitución y sus normas, así como, los derechos
fundamentales de los individuos, y el ejercicio de actos de control de la
constitucionalidad sobre los actos del Poder Público y en consecuencia a la
salvaguarda del Estado de Derecho
Es necesario resaltar que, la importancia de la interpretación
constitucional parte de la preponderancia de la Constitución en el
ordenamiento jurídico interno, por considerarse como la norma primigenia y
jerárquicamente como la norma suprema.
Por su parte, es debe mencionar que las labores interpretación en
materia constitucional constan de múltiples principios que sirven de base
para su desarrollo, entre los cuales se mencionan los siguientes:
 Principio de la unidad de la Constitución: se debe entender al texto
como una unidad, lo que implica que la interpretación de una
disposición debe considerar al resto.
 Principio de la eficacia integradora: la Constitución también debe
observarse como un motor de formación y mantenimiento de la unidad
política, por lo que su lectura debe dirigirse a encontrar soluciones que
refuercen esa unidad como norma política.
 Principio de la eficacia o efectividad: la interpretación hecha tiene que
dirigirse a la optimización y maximización de la eficacia de las normas
constitucionales sin perjudicar su contenido.
 Principio Pro–Homine: La interpretación debe ser en el desarrollo y
beneficio de los derechos fundamentales de los individuos.

En Venezuela la interpretación constitucional, con base a lo


establecido en el artículo 335 de la Constitución, le corresponde al Tribunal
Supremo de Justicia como máximo y último intérprete de la misma, a través
de diversos medios procesales, como lo es el amparo constitucional, el
control de la constitucionalidad, entre otros.

En lo que respecta al recurso de interpretación constitucional,


considerada como una acción que realiza la parte interesada con el objeto de
esclarecer dudas sobre el alcance de las normas constitucionales.
En cuanto a la competencia es la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia el órgano judicial competente por mandato
constitucional y con base a las facultades desarrolladas en la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, en realizar interpretaciones sobre el
alcance de las normas y principios constitucionales, las cuales además son
de carácter vinculante para las Salas del Tribunal Supremo de Justicia y
demás órganos jurisdiccionales.

 Recurso Contencioso de la Responsabilidad administrativa


Extracontractual

Es la vía procesal, general o especial, iniciada por los particulares a


través de demandas o recursos en contra de los entes de la Administración
Pública nacional, estadal y municipal; con motivo de la ejecución de actos,
generales y particulares, y hechos e inactividades, lícitas e ilícitas, que hayan
generado daños antijurídicos, la cual se inicia y desarrolla
predominantemente en sede de jurisdicción contenciosa administrativa.
Los elementos del concepto se desglosan de la siguiente forma:
 “Es la vía procesal, general o especial, iniciada por los particulares”.
El proceso contencioso administrativo obviamente es judicial, debido a
que la palabra proceso equivale a juicio, en el cual se dan una serie o
secuencia de actos, los cuales van a desembocar en la emisión de un fallo
que adquiere fuerza de cosa juzgada. Se establece una relación jurídica
procesal entre las partes, donde la Administración Pública es parte y en el
caso de la responsabilidad extracontractual, parte demandada. En lo relativo
a la vía procesal de carácter general o especial se relaciona con la
jurisdicción ordinaria contencioso administrativa y la jurisdicción especial
contencioso administrativa. La primera conformada por el Tribunal Supremo
de Justicia en Sala Político Administrativa, la Corte Prim era de lo
Contencioso Administrativo, los Tribunales Superiores en lo Civil y
Contencioso Administrativo. La segunda compuesta por el Tribunal de la
Carrera Administrativa, los Tribunales Superiores en lo Contencioso
Administrativo con competencia en inquilinato, los Tribunales Superiores de
lo Contencioso
Tributario y el Tribunal Superior Agrario.
 “...a través de demandas o recursos en contra de los entes de la
Administración Pública nacional, estadal y municipal”
El ordenamiento jurídico venezolano permite iniciar procesos en
materia de responsabilidad extracontractual de la Administración Pública, a
través de demandas contra los entes públicos y recursos, ya sea por motivo
de nulidad contra los actos administrativos de efectos generales y
particulares o por abstención de la administración. Es importante examinar el
ámbito subjetivo de la responsabilidad extracontractual de la Administración
Pública a los efectos de determinar los entes político territoriales, las
personas jurídicas de derecho público y de derecho privado, según la
distribución vertical del poder público: nacional, estadal y municipal cuyo
patrimonio es responsable administrativamente y por ende atacable en vía
judicial.
 “...con motivo de la ejecución de actos, generales y particulares, y
hechos e inactividades lícitas e ilícitas que hayan generado daños
antijurídicos”.
Este proceso contencioso administrativo permite controlar no sólo la
legalidad y legitimidad de los actos administrativos, de efectos generales y
particulares, sino también de los hechos e inactividades.
 “...la cual se inicia y desarrolla predominantemente en sede de
jurisdicción contenciosa administrativa”.
La vía procesal debe iniciarse de forma predominantemente la
jurisdicción contenciosa administrativa, general o especial, y por vía de
excepción, sólo cuando se trate de acciones en contra de los Estados y
Municipios derivadas en actuaciones materiales, se acudirá a la jurisdicción
ordinaria.
El proceso contencioso administrativo de la responsabilidad
extracontractual de la Administración Pública conlleva a la satisfacción de las
siguientes pretensiones, las cuales pueden o no concurrir en un mismo juicio:
Pretensiones de condena al pago de sumas de dinero o a la reparación de
daños y perjuicios por la responsabilidad de la Administración o acciones pre
determinativas de la responsabilidad de la Administración, pretensión de
restablecer las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad
administrativa y pretensión de reclamos por los daños generados del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos.

 Demanda de Contenido Patrimonial

Ubicación
La sección primera del Capítulo ii del Título iv de la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa, aparece intitulada como demandas
de contenido patrimonial. A su vez, el encabezamiento del artículo 65 de la
misma Ley excluye expresamente de la tramitación por el Procedimiento
breve, a aquellas demandas que (…) tengan contenido patrimonial o
indemnizatorio, y la misma norma en su parte final señala que la inclusión en
las demandas relacionadas con servicios públicos, vías de hecho o
abstención de peticiones de contenido patrimonial no impide que el tribunal
dé curso a las que no tengan tal naturaleza por el trámite del aludido
procedimiento breve. Adicionalmente, la referencia a las demandas de
contenido patrimonial también se encuentra en los artículos 37 y 104
eiusdem.
De tal forma que, dada la amplitud del término contenido patrimonial
en el Derecho Civil, cabe concluir que la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, al referirse a las demandas de este tipo, no está
vinculando estas con la noción general de patrimonio, pues de ser así
comprendería prácticamente a la mayoría de las pretensiones que, de
acuerdo con el texto legal, se tramitan por otros procedimientos. Por ende,
expresa las pretensiones de condena al pago de sumas de dinero y la
reparación de daños y perjuicios originados por responsabilidad contractual o
extracontractual de los órganos que ejercen el Poder Público a que se refiere
elartículo 9.4 eiusdem, supuesto competencial que desarrolla parcialmente el
artículo 259 de la Carta Magna
A su vez, la referida norma legal armoniza con la correspondiente
exigencia formal que debe contener todo escrito libelar en cuanto a la
indicación del fundamento del reclamo y su estimación, si lo que se
pretendes la indemnización de daños y perjuicios, que establece el artículo
33.5 de la misma Ley.

 Procedimiento Administrativo Previo a las Demandas de


Contenido Patrimonial.

Este es un elemento clave para la procedencia o no de una demanda


de esta naturaleza en el contencioso administrativo, motivado a que la
ausencia de este es una causal taxativa para su inadmisibilidad, y así
lo establece claramente la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa (2010) en el numeral 3 del artículo 35 cuando versa
acerca del: “Incumplimiento del procedimiento administrativo previo a las
demandas contra la República, los estados, o contra los órganos o
entes del Poder Público a los cuales la ley les atribuye tal prerrogativa”.
De igual manera la Ley Orgánica de la Procuraduría General
de la República (2015), establece en su artículo 76 que: “Los funcionarios
judiciales deben declarar inadmisibles las acciones o tercerías que se
intenten contra la República, sin que se acredite el cumplimiento de las
formalidades del procedimiento administrativo previo a que se refiere este
Capítulo” .
Este procedimiento se encuentra regulado en el Título IV de la
Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, artículo 70 y
subsiguientes, disponiendo en ellos que quienes pretendan instaurar
una demanda de contenido patrimonial deberán manifestarlo previamente
por escrito al órgano al cual corresponde el asunto, exponiendo
concretamente sus pretensiones; luego de ello dicho organismo deberá
entregar al interesado un documento en el cual quede constancia de haber
sido recibido.

Procedimiento

Una vez que el órgano ha recibido tal pretensión, cuenta a partir de los
20 días hábiles siguientes con el plazo necesario para la formulación del
expediente del asunto sometido a su consideración, en dicho expediente
debe constar: 1. Los instrumentos donde conste la obligación. 2. Fecha en
que se causó. 3. Certificación de la deuda. 4. Acta de consignación
suscrita entre el solicitante y el representante del órgano. 5. La opinión
jurídica acerca de su procedencia o no 6. Cualquier otro documento que se
considere indispensable para ello.
Una vez concluida la sustanciación del expediente administrativo,
el órgano deberá remitirlo a la Procuraduría al día hábil siguiente, para
su consideración, la cual contará con 30 días hábiles luego de su recepción
para remitir al ente respectivo su opinión jurídica, indicando de manera
vinculante la procedencia o no de la pretensión
Una vez recibida la opinión emitida por la Procuraduría en el
órgano respectivo, este contará dentro de los 5 días hábiles siguientes a su
recepción para notificarle al interesado dicha disposición. Teniendo
entonces el interesado un lapso de 10 días hábiles, para acudir a la vía
judicial contencioso administrativa en el supuesto de no estar de acuerdo con
dicha opinión. De igual manera, podrá acudir a la mencionada jurisdicción en
aquellos casos en los cuales no haya recibido oportuna respuesta el
interesado dentro del lapso señalado,

 Demandas por el funcionamiento de los servicios públicos:

Fue la Constitución de 1999 la que en su artículo 259 que modificó


puntualmente la redacción del entonces artículo 206 constitucional al incluir
dentro de las competencias de los órganos de la jurisdicción contencioso-
administrativa, la de “conocer de los reclamos por la prestación de los
servicios públicos”
La Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa de
2010 reguló un medio procesal al que denominó demanda de prestación de
servicios públicos, el cual se tramitaría a través del procedimiento breve
creado y desarrollado también en esa Ley.
La Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (LO
JCA) dota a los ciudadanos de una herramienta útil para demandar de
quienes presten un servicio público lo hagan de forma regular, continua y
eficiente, de conformidad con lo establecido en los artículos 65 y siguientes
del referido instrumento normativo.
El procedimiento es sumamente corto, basado en el principio de
concentración, oralidad y conciliación, dotado de una audiencia oral en la
cual las partes plantean sus argumentos y presentan sus pruebas y cuya
sentencia estará sujeta a apelación en un solo efecto.
Para realizar las demandas por la omisión, demora y deficiente
prestación de los servicios públicos, están los siguientes pasos:

1) Realizar el reclamo respectivo ante el ente, órgano, empresa o


cualquiera que preste un servicio público, electricidad, aseo, agua,
transporte, alcantarillado, aguas servidas, entre otros, el cual deberá
contener de forma detallada las razones que justifiquen la deficiencia del
servicio.
2) En los supuestos que el reclamo haya sido resulto insatisfactoriamente,
el interesado ejercerá una demanda ante los tribunales de Municipio, la
cual deberá ir acompañada de los documentos que justifiquen el trámite
realizado ante el prestador del servicio público.
3) El tribunal requerirá con la citación que el demandado informe sobre la
causa de la demora, omisión o deficiencia del servicio público.
4) De igual manera se notificará a la:
 Defensoría del Pueblo.
 Superintendencia de Precios Justos.
 Consejos comunales locales.
5) Recibido el informe, dentro de los 10 días el tribunal realizará la audiencia
oral y oirá a las partes, a los notificados y demás interesados. En dicha
audiencia el tribunal propiciará la conciliación.
6) Finalizada la audiencia, la sentencia se publicará dentro de los 5 días de
despacho siguientes. La decisión ordenará las medidas que garanticen la
eficiente continuidad del servicio público reclamado.

Esa garantía de los derechos prestacionales y el control de la eficacia


administrativa se logra en Venezuela a través de un medio procesal especial:
La demanda de prestación de servicios públicos, cuyo objeto es la pretensión
de condena mediante la cual se ordene el efectivo cumplimiento de la
prestación de servicios que no ha cumplido la Administración o que lo ha
hecho de una manera deficiente. Ello no obsta, y es importante hacer énfasis
en esto, para que a través de otras vías procesales administrativas y
constitucionales como son el amparo constitucional y las demandas
patrimoniales se logre el restablecimiento parcial o total de los derechos e
intereses lesionados por la ausencia o deficiencia de prestación de servicios
públicos. No obstante, es la demanda de prestación de servicios públicos el
medio por excelencia para ello pues logra el cumplimiento en especie del
servicio público.

 LOS RECURSOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS ESPECIALES:

 El Contencioso Funcional:

Son Procedimientos judiciales utilizados para contradecir


disposiciones generales o actos expresos o presuntos de la Administración
Pública, ya sea central, autonómica o local que pongan fin a la vía
administrativa.

Procedimientos especiales
-Procedimiento para la protección de los derechos fundamentales de la
persona.
-Cuestión de ilegalidad.
-Procedimiento en los casos de suspensión administrativa previa de
acuerdos.
Estos recursos son llamados también Querella Funcionarial, es una
acción judicial que se origina como consecuencia de una controversia no
resuelta en la sede administrativa entre un funcionario público de carrera y la
administración pública.
Cabe señalar que se trata de un proceso contencioso administrativo
especial que no constituye un procedimiento autónomo, según la derogada
Ley de Carrera Administrativa, pues requiere ser suplido por las
disposiciones previstas tanto en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, como en el Código de Procedimiento Civil. El cual tiene por finalidad
someter a la vía jurisdiccional la relación laboral entre el Estado y los
funcionarios bajo su dependencia.
La Ley del Estatuto de la Función Pública en su artículo 92, establece
que los actos administrativos de carácter particular dictados en ejecución de
la ley por los funcionarios o funcionarias públicas agotarán la vía
administrativa, en consecuencia solo podrá ser ejercido contra ellos el
Recurso Contencioso Administrativo Funcionarial dentro del término previsto
en el artículo 94 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, conforme a la
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la cual establece un lapso
de 90 días para ejercer el recurso, contados a partir de la notificación del
acto administrativo al interesado.
El órgano judicial competente para este tipo de casos es la
jurisdicción Contencioso Administrativa: Sistema judicial encargado de
conocer y decidir todas las controversias entre los funcionarios públicos y la
administración, y procede siempre, cuando sean de las dos formas
siguientes:

a) Las reclamaciones que formulen los funcionarios públicos o aspirantes


a ingresar en la función pública cuando consideren lesionados sus
derechos por actos o hechos de los órganos o entes de la
Administración Pública.
b) Las solicitudes de declaratoria de nulidad de las cláusulas de los
convenios colectivos.

Entre las Principales características esta:


 Su naturaleza es netamente funcionarial debido a que se rige por una
norma estatutaria para funcionarios públicos.
 No admite la injerencia del derecho laboral.
 Constituye el único medio procesal por el cual se puede accionar
contra los actos dictados por la Administración Pública de naturalezas
funcionarial que hayan lesionado derechos subjetivas del funcionario
público.
 Es una rama específica que forma parte la jurisdicción Contencioso
Administrativa que actúa únicamente como revisor de la actividad
administrativa funcionarial relativa a la relación existente entre la
Administración Pública y los funcionarios públicos.

Ámbito material del proceso contencioso funcionarial

El ámbito material del proceso contencioso funcionarial atiende a las


materias que pueden ser objeto de la querella como medio típico de
impugnación en el proceso contencioso funcionarial.
La querella puede tener por objeto cualquiera de los contenidos que
informan la competencia de la jurisdicción contencioso administrativa
regulados en el artículo 259 de la Constitución, esto es, la anulación de actos
administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por
desviación de poder; la condena de la Administración al pago de sumas de
dinero y el resarcimiento de daños y perjuicios; y el restablecimiento de la
situación jurídica infringida. Por lo tanto la querella acción el órgano
jurisdiccional y en ella se expresa las pretensiones de los accionantes para
ser satisfechas por el juez como director del proceso y como fin último
obtener un pronunciamiento del órgano jurisdiccional a través de la
sentencia.
Requisitos de la querella

El artículo 95 de La Ley de Estatuto de la Función Pública esta debe


ser por escrito de manera breve, inteligible y precisa, la cual debe contener
en su escrito los siguientes requisitos: Identificación del accionante, el acto
administrativo o la cláusula de la convención colectiva cuya nulidad se
solicitad o los hechos que afecten al accionante, si tal fuera el caso, las
pretensiones pecuniarias, si fuere el caso, las razones y fundamentos de la
pretensión, sin poder explanarlos a través de consideraciones doctrinales, los
instrumentos en que se fundamenta la pretensión esto es, aquellos de los
cuales se derive inmediatamente el derecho deducido, normalmente el
Instrumento Fundamental es el acto administrativo contenido en una
resolución o por otras vías administrativas, lugar donde deberán practicarse
las citaciones y notificaciones.
Cualesquiera otras circunstancias que, de acuerdo con la naturaleza
de la pretensión, sea necesario poner en conocimiento del juez o jueza.

 Contencioso del Inquilinario

Es una jurisdicción especial cuyo procedimiento se rige por las


disposiciones establecidas en la Ley de Arrendamiento Inmobiliarios, en la
ley del Tribunal Supremo de Justicia y en la Ley que regule la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, sobre esta última cabe destacar que
actualmente todavía no está en el ordenamiento Jurídico con la promulgación
de un texto legal especial en materia contencioso administrativa, es por ello
que se debe guiar por las disposiciones especiales para cada materia
teniendo como punto de partida las normas señaladas en la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia.
El régimen legal en materia Inquilinaria, su regulación actual y el
procedimiento a seguir tomando primeramente lo que señala la Ley de
Arrendamientos Inmobiliarios actual y vigente, la cual en su texto legal trae
dos títulos referidos el primero de ellos:

1) Procedimiento Administrativo Inquilinario


2) Contencioso Administrativo Inquilinario.

Para acudir a la vía Contencioso-Administrativa Inquilinaria, se


requiere el agotamiento de la vía administrativa a los fines de impugnar el
acto o resolución dictado por el ente gubernativo. Esta disposición
consagrada en la Ley de Arrendamientos.

- Existen posiciones doctrinarias y jurisprudenciales, estas


últimas emanadas de la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo, cuyos criterios son contradictorios, pues, los
primeros consideran que el agotamiento de la vía administrativa
o gubernativa para acudir a la vía contencioso-administrativa es
inconstitucional, ya que limita el derecho a la defensa; por otra
parte la extinta Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
algunas de sus sentencias exigían como requisito ineludible de
admisibilidad el agotamiento de la vía administrativa.

 Contencioso Tributario

La existencia del orden jurisdiccional contencioso-tributario, radica en


la necesidad de un conjunto de órganos judiciales especializados para
controlar a la Administración Pública, cuando ésta se relaciona con los
administrados como consecuencia de la relación jurídico-tributaria. En tal
sentido, el orden jurisdiccional contencioso-tributario resulta en garantía de
los derechos e intereses de los administrados en su condición de
contribuyentes y como sujetos pasibles de un estatuto constitucional y legal
que les protege de las arbitrariedades del Poder Público.
Así pues, este orden jurisdiccional está integrado por un conjunto de
órganos judiciales especiales creados con el propósito de conocer en
primera instancia los procedimientos judiciales previstos en el Título VI del
Código Orgánico Tributario relativos a los tributos regidos por dicha norma, a
saber: el Recurso Contencioso Tributario, el Amparo Tributario, la
Transacción Judicial y el Arbitraje Tributario. Con la excepción de los
procedimientos relativos a los ilícitos sancionados con penas restrictivas de
libertad, cuyo conocimiento corresponde a la jurisdicción penal ordinaria.
Dichos órganos judiciales especiales son los Tribunales Superiores de lo
Contencioso Tributario (Artículos 337 y 338 del COT).
Asimismo, de las decisiones dictadas por los Juzgados Superiores
Contencioso Tributarios podrá apelarse dentro de los términos previstos en el
Código Orgánico Tributario, ante la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, la cual será competente para conocer de las causas en
segunda instancia, según se establece en el artículo N° 12 de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa: “La jurisdicción
especial tributaria forma parte de la Jurisdicción Contencioso Administrativa,
su régimen especial es el previsto en el Código Orgánico Tributario”.
Ya es sabido que es competencia de los Tribunales Superiores
Contenciosos Tributarios el conocimiento en primera instancia del Recurso
Contencioso Tributario previsto en el Título VI del COT en ocasión de los
actos dictados por la administración tributaria. Sin embargo, es importante
acotar que no todos los actos dictados por los órganos fiscales son de
naturaleza tributaria, debido a que esas autoridades también pueden dictar
actos de naturaleza propiamente administrativa. Es decir, el carácter
tributario que pueda tener un órgano o ente, no es suficiente para determinar
de manera definitiva que los recursos interpuestos sean competencia de los
tribunales de lo contencioso tributario; ya que para ello, debe analizarse si los
términos en que se encuentra comprendida la relación jurídica están
determinados dentro del campo de la actividad administrativa general o, si
por el contrario, se está en presencia de una relación netamente de
naturaleza tributaria (Sentencia número 1426[G1] de fecha 23-10-2013 de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia). Por eso se insiste, que
la “medida de la jurisdicción y su ámbito de acción” de los Tribunales
Superiores Contenciosos Tributarios “frente a las distintas acciones que
ejerzan los justiciables”, viene dada por su “competencia judicial” que deriva
de una “relación jurídica” “netamente de naturaleza tributaria”

 Contencioso de Expropiación

La expropiación es una figura del derecho público, consagrada en el


artículo 115 constitucional. La Administración Pública, con fines de utilidad
pública o social, adquiere coactivamente bienes pertenecientes a los
ciudadanos, conforme al procedimiento determinado en la Ley de
Expropiación por causa de Utilidad Pública o Social, y mediante el pago de
justa indemnización. Así, el Estado tiene la potestad de ordenar a un
particular la transferencia forzosa de un bien mueble o inmueble de su
propiedad, sin acuerdo de voluntades.
Ahora bien, vale destacar que la expropiación se aplica, solo cuando
existe efectivamente una causa de utilidad pública. Esta específica razón que
obliga al Estado a expropiar es denominada por la doctrina causa
expropiandi o causa de la expropiación, y solo puede ser ejercida para la
realización de una obra o actividad declarada por Ley como de utilidad
pública e interés social, tal y como lo señala el numeral primero del artículo 7
de la Ley de Expropiación.
En la expropiación es necesario conciliar dos aspectos fundamentales
del orden social: por una parte, el interés público que requiere de un
determinado bien y por el otro el legítimo derecho de propiedad de los
particulares. Integrarlos armónicamente constituye el desiderátum de toda la
normativa expropiatoria y la medida de su eficacia.

Fundamentos Legales

 Ley de Expropiación por causa de utilidad pública y social.

El Artículo 1 establece como objeto de la ley, la expropiación por


causa de utilidad pública de bienes pertenecientes a la propiedad privada, el
Artículo 2 ofrece un concepto de expropiación que abarca los caracteres que
ya hemos expresado. Y el Artículo 3 establece cuando una obra es
considerada de utilidad pública.
De manera tal que no puede considerarse como causa de utilidad
pública aquella que sólo beneficie a algún particular o a un grupo reducido de
estos.
Objeto de Ley
Artículo 1. La presente Ley regula la expropiación forzosa por causa de
utilidad pública o de interés social, de los derechos y bienes pertenecientes a
los particulares, necesarios para lograr la satisfacción del bien común.

Concepto de expropiación
Artículo 2. La expropiación es una institución de Derecho Público, mediante
la cual el Estado actúa en beneficio de una causa de utilidad publica o de
interés social, con la finalidad de obtener la transferencia forzosa del derecho
de propiedad o algún otro derecho de los particulares, a su patrimonio,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización.

Concepto de obras de utilidad pública


Artículo 3. Se consideraran como obras de utilidad pública, las que tengan
por objeto directo proporcionar a la República en general, a uno o mas
estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos o mejoras
que procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por cuenta de la
República, de los estados, del Distrito Capital, de los municipios, institutos
autónomos, particulares o empresas debidamente autorizadas.

 Código Civil Venezolano


Artículo 545°
La propiedad es el derecho de usar, gozar y disponer de una cosa de
manera exclusiva, con las restricciones y obligaciones establecidas por la
Ley.

Requisitos de la declaratoria de utilidad pública

Artículo 13. La Asamblea Nacional y, en su receso, la Comisión


Delegada declarara que una obra es de utilidad pública, siempre que en todo
o en parte haya de ejecutarse con fondos nacionales, o se le considere de
utilidad nacional.
De igual modo procederán los Consejos Legislativos de los estados, cuando
se trate de obras que respondan a la administración de éstos. En los
municipios la declaratoria de utilidad pública o social es siempre atribución
del respectivo Concejo Municipal. El Ejecutivo Nacional queda facultado para
decretar de utilidad pública la posesión de aquellos terrenos y construcciones
que considere esenciales para la seguridad o defensa de la Nación. En tales
casos, el Ejecutivo Nacional dispondrá que se siga el procedimiento de
expropiación establecido en la presente Ley

 Procedimientos para la Expropiación

En congruencia con el artículo 115 de la Constitución, la citada Ley


estipula puntualmente los requisitos mediante los cuales podra llevarse a
efecto la expropiación. Estos son
1. Disposición formal que declare la utilidad pública.
2. Declaración de que su ejecución exige indispensablemente la
transferencia total o parcial de la propiedad o derecho.
3. Justiprecio del bien objeto de la expropiación.
4. Pago oportuno y en dinero efectivo de justa indemnización.

Una vez que la Asamblea Nacional, los Concejos Legislativos de los


estados, o el Consejo Municipal, declaren la utilidad pública o social, y por su
parte, el Presidente de la República, Gobernadores o Alcaldes, dicten el
Decreto de Expropiación, comenzara el procedimiento respectivo, el cual
sintetizaremos de la siguiente manera:
En primer lugar, se procede a iniciar el trámite de adquisición del bien
sobre el cual recae la declaratoria de adquisición forzosa, mediante un
arreglo amigable, designándose tres (3) peritos (uno por el ente expropiante,
uno por el propietario y uno nombrado de común acuerdo por las partes),
quienes procederán a valorar el bien afectado. Los propietarios o sus
representantes legales, tendrán un lapso de cinco (5) días hábiles contados a
partir de la notificación por escrito del justiprecio, para manifestar la
aceptación o rechazo del mismo. En caso de no estar de acuerdo con la
tasación practicada, o no haber contestado el escrito de notificación, se dará
por agotado el arreglo amigable y el ente expropiante podrá acudir a la vía
judicial para solicitar la expropiación del bien afectado. (Artículos 19 y 22 de
la Ley).
El Órgano Jurisdiccional Competente para conocer de los juicios de
expropiación, será el Tribunal de Primera Instancia en lo Civil de la
jurisdicción donde se encuentre ubicado el bien. En los casos en que la
República sea quien solicite la expropiación, la competencia recaera en la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo. (Artículo 23 de la Ley).

El procedimiento de expropiación se llevara a cabo siguiendo las


formalidades señaladas en los artículos 24 al 33 de la Ley. De ser declarada,
por la autoridad judicial, la necesidad de adquirir todo o parte de la propiedad
del bien, se señalara día y hora para que las partes concurran a fin de lograr
un avenimiento (acuerdo - conciliación) sobre el precio del bien objeto de la
expropiación, teniendo como base el valor establecido por la Comisión de
Avalúos, constituida por los tres (3) peritos ya indicados (Artículo 34). De no
lograrse el avenimiento, se convocara para el nombramiento de una nueva
Comisión, para entonces efectuar eljustiprecio del bien, siguiendo las reglas
del Código de Procedimiento Civil. (Artículo 35).
El justiprecio deberá representar el valor equivalente que corresponda
al bien expropiado. En este sentido, los peritos para fijar su justo valor,
deberán tomar en cuenta obligatoriamente, según la naturaleza del bien, los
siguientes componentes
Cuando se trate de Bienes Inmuebles: (Artículo 36).
1. El valor fiscal del inmueble declarado o aceptado tácitamente, por el
propietario.
2. El valor establecido en los actos de transmisión, realizados por lo menos
seis (6) meses antes del decreto de expropiación.
3. Los precios medios a que se hayan vendido inmuebles similares, en los
últimos doce (12) meses contados a partir de la fecha de elaboración del
avalúo.
Cuando se trate de Bienes Muebles: (Artículo 38).
1. El valor de adquisición.
2. El valor actualizado, atendiendo al valor de reposición y a la depreciación
normalmente aplicable.
3. Los precios medios del mercado para bienes muebles similares, y
4. Cualesquiera otras circunstancias que influyan en los análisis y cálculos
necesarios para realizar el avalúo.

Además del derecho que tiene el propietario de recibir el justiprecio del


bien expropiado, la Ley establece que cuando en el inmueble objeto de
expropiación exista un establecimiento industrial, comercial, mercantil o
fondo de comercio, también tendrá derecho a recibir una indemnización por
los daños causados con motivo del cese de actividades y el traslado para su
reinstalación en la nueva sede. (Artículo 39).
La Comisión de Avalúos será la encargada de definir los daños a ser
indemnizados, debiendo tener en cuenta, los siguientes aspectos
1. Los gastos por concepto de desinstalación, transporte y reinstalación de
materiales y equipos a la nueva sede.
2. La declaración de Impuesto sobre la Renta, que demuestre la utilidad neta
declarada de los tres (3) últimos ejercicios fiscales anteriores, contados
desde el momento de elaboración del informe de avalúo.
3. Cualesquiera otros gastos debidamente comprobados, que sean
consecuencia directa e inmediata de la expropiación. (Artículo 40).
Estando las partes de acuerdo, en cuanto a la indemnización o el
justiprecio del bien expropiado, el ente expropiante, antes de proceder a la
ocupación definitiva de aquél, deberá consignar la cantidad correspondiente
ante el tribunal que conoce la causa para que sea entregado al propietario, o
bien hará constar que éste ya recibió el pago, de ser el caso. (Artículo 45).
Artículo 19. La Comisión de Avalúos a que e refiere esta Ley estará
constituida por tres (3) peritos, designados: uno por el ente expropiarte, o por
el propietario y uno nombrado de común acuerdo por las partes. Cuando una
de ellas no concurriese o no pudiere avenirse en el nombramiento del tercer
miembro, el Juez de Primera Instancia en lo Civil, de la jurisdicción
respectiva, hara el nombramiento del que le corresponde a la parte, y del
tercer miembro, o de éste solamente, según el caso.

 Contencioso Electoral
El artículo 297 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1.999) dispone: “La jurisdicción contencioso-electoral será
ejercida por la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia y los demás
tribunales que determine la ley”. La jurisdicción electoral, es una jurisdicción
especial con competencia exclusiva y excluyente de controlar los actos,
actuaciones y abstenciones de los organismos electorales

El Recurso Contencioso Electoral

El recurso contencioso electoral podrá ser interpuesto por personas


naturales o jurídicas que tengan interés legítimo o detenten un derecho
subjetivo para impugnar los actos, actuaciones u omisiones emanadas del
ente electoral. Siendo opcional el agotamiento de la vía administrativa.
Cuando los actos que se recurren son en ejecución directa de la
Constitución, aunque su naturaleza sea electoral, sólo pueden ser conocidos
por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, a tenor del
artículo 336 de la Constitución que le otorga esta competencia.
Entonces tenemos que el Recurso por excelencia para impugnar los
actos de rango sublegal que emanan del Poder Electoral es el contencioso
administrativo electoral. El mismo se encuentra definido en el artículo 235 de
la LOSYPP de la siguiente manera:
El recurso contencioso electoral es un medio breve, sumario y eficaz
para impugnar los actos, las actuaciones y las omisiones del Consejo
Nacional Electoral y para restablecer las situaciones jurídicas subjetivas
lesionadas por éste, en relación a la constitución, funcionamiento y
cancelación de las organizaciones políticas, al registro electoral, a los
procesos electorales y a los refrendos.

Artículo 235.- El Recurso Contencioso Electoral es un medio breve,


sumario y eficaz para impugnar los actos, las actuaciones y las omisiones del
Consejo Nacional Electoral y para restablecer las situaciones jurídicas
subjetivas lesionadas por éste, en relación a la constitución, funcionamiento y
cancelación de organizaciones políticas, al registro electoral, a los procesos
electorales y a los referendos.
Los actos de la administración electoral relativos a su funcionamiento
institucional serán impugnados en sede judicial, de conformidad con los
recursos y procedimientos previstos en la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia o en otras leyes.
Artículo 236.- El recurso Contencioso Electoral podrá se interpuesto, por los
partidos políticos y los grupos de electores, y por las personas naturales o
jurídicas que tengan interés según sea el caso, para impugnar la actuación, o
la omisión de que se trate, contra los siguientes actos o actuaciones del
Consejo Nacional Electoral:

1. Los actos administrativos de efectos particulares;


2. Los actos administrativos de efectos generales;
3. Las actuaciones materiales y las vías de hecho;
4. La abstención o negativa a cumplir determinados actos a que estén
obligados por las leyes; y
5. Las resoluciones que decidan los recursos jerárquicos en sentido distinto
al solicitado o cuando no se dicte decisión en el plazo estipulado.

Artículo 237.- El plazo máximo para interponer el Recurso


Contencioso Electoral a que se refiere el artículo anterior, contra los actos o
actuaciones del Consejo Nacional Electoral, será de quince (15) días hábiles,
contados a partir de:

1. La realización del acto;


2. La ocurrencia de los hechos, actuaciones materiales o vías de hecho;
3. El momento en que la decisión ha debido producirse, si se trata de
abstenciones u omisiones; o,
4. En el momento de la denegación tácita, conforme a lo previsto en el
artículo 231.

Parágrafo Único: Si el recurso tiene por objeto la nulidad de la elección


de un candidato a la Presidencia de la República, afectado por causales de
inelegibilidad, no habrá lapso de caducidad para intentarlo. No así para el
caso de las demás elecciones en las cuales deberá agotarse previamente la
vía administrativa y, una vez decidida el recurrente deberá efectuar su
impugnación en sede jurisdiccional, dentro del lapso legalmente establecido.

Artículo 238.- El Recurso Contencioso Electoral se regirá por las


disposiciones de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia en todos
los aspectos no regulados por esta Ley.
Artículo 239.- Pendiente de sustanciación y decisión el Recurso Contencioso
Electoral, ningún órgano electoral o público puede dictar providencia que
directa o indirectamente pueda producir innovación en lo que sea materia
principal del mismo, a menos que la Sala o la Corte ordene lo contrario.

Del Procedimiento del Recurso Contencioso-Electoral

Artículo 241.- El Recurso Contencioso Electoral deberá interponerse por


escrito, con las menciones que se expresan en el artículo 230 de esta Ley.

Para la admisión del recurso se exigirá el agotamiento previo de la vía


administrativa, mediante la interposición del recurso jerárquico ante el
Consejo Nacional Electoral, si el acto, la actuación o la omisión provienen de
organismos electorales subalternos.
Artículo 242.- El recurrente no residenciado en el área metropolitana
de Caracas, podrá presentar el Recurso Contencioso-Electoral y la
documentación que lo acompañe, ante uno de los tribunales civiles que
ejerzan jurisdicción el lugar donde tenga su residencia. El mismo día o el día
hábil siguiente, el tribunal dejará constancia de la presentación al pie de la
demanda y en el Libro Diario y remitirá a la Sala o a la Corte, según el caso,
el expediente debidamente foliado y sellado.
Artículo 243.- El mismo día o el día hábil siguiente a la recepción del
Recursos por la Sala o Corte, según sea el caso, se dará cuenta y se remitirá
al Juzgado de Sustanciación, con sus anexos, para que éste forme
expediente.
En la audiencia en que se dé cuenta, el Presidente de la Sala o de la
Corte, según el caso, remitirá copia del Recurso al Consejo Nacional
Electoral y le solicitará los antecedentes administrativos y el envío de un
informe sobre los aspectos de hecho y de derecho relacionados con el
Recurso, los cuales deben ser remitidos en el plazo máximo de tres (3) días
hábiles.
El Presidente de la Sala o de la Corte, según el caso, remitirá al
Juzgado de Sustanciación el informe y los antecedentes administrativos el
mismo día en que los reciba, a los fines de que éste se pronuncie sobre la
admisión dentro de los dos (2) días de despacho siguientes a la recepción de
los documentos.
En el auto de admisión la Sala o la Corte ordenarán notificar al
Ministerio Público y a la Presidente del Consejo Nacional Electoral.

Artículo 244.- Si en el recurso se pide la declaratoria de nulidad de


actos administrativos, el Juzgado de Sustanciación emitirá, el mismo día en
que se pronuncie sobre la admisión del recurso, un cartel en el cual se
emplazará a los interesados para que concurran a hacerse parte en el
procedimiento. El cartel deberá se retirado y publicado por el recurrente
dentro de los cinco (5) días d despacho siguientes a su expedición y su
consignación en el expediente se hará dentro de los dos (2) días de
despacho siguientes a su publicación.
La falta de publicación o de consignación del cartel en los plazos
establecidos, dará lugar a que la Sala o la Corte declare desistido el recurso,
salvo que por auto expreso y motivado determine continuar el procedimiento
cuando razones de interés público lo justifiquen, caso en el cual la Sala o la
Corte podrá hacer publicar el cartel a expensas del recurrente.
Artículo 245.- Dentro de los cinco (5) días de despacho siguientes a la
consignación del cartel de emplazamiento, los interesados podrán
comparecer y presentar sus alegatos.
Vencido este lapso se abrirá un período de cinco (5) días de despacho
para promover las pruebas en relación al Recurso.
La Corte admitirá las pruebas que no sean contrarias a derecho, al
día de despacho siguiente, las cuales serán evacuadas dentro de los cinco
(5) días de despacho posteriores.
Artículo 246.- Las partes podrán presentar sus conclusiones escritas
dentro de los tres (3) días de despacho siguientes al vencimiento del lapso
probatorio.
La Corte dictará su fallo en un tiempo no mayor de los quince (15)
días de despacho siguientes al vencimiento del lapso anterior.

De la Sentencia del Recurso Contencioso-Electoral y sus efectos

Artículo 247.- En la decisión del Recurso, la Sala o la Corte tendrá


facultades para anular los actos administrativos de efectos generales o
particulares contrarios a derecho, suspender con respecto a los recurrentes
la aplicación de normas legales que infrinjan la Constitución de la República,
ordenar, a los organismos electorales que dicten o ejecuten determinados
actos, que realicen determinadas actuaciones o que se abstengan de hacerlo
y acordar cualquier disposición que sea necesaria para restablecer los
derechos e intereses vulnerados por los organismos electorales.
Artículo 248.- La decisiones de la Sala o la Corte se cumplirán de
acuerdo a lo dispuesto en la sentencia y el desacato de la misma acarrear
las sanciones previstas en esta Ley.
Artículo 249.- Cuando la sentencia de la Sala o de la Corte tenga
como efecto la modificación de los resultados que se tomaron en cuenta para
la totalización, o de la totalización misma, ordenará al organismo electoral
correspondiente que proceda a practicar una nueva totalización y la
realización de los actos consecuencia de esta.
Artículo 250.- En caso de declaratoria de nulidad total o parcial de
elecciones, el Consejo Nacional Electoral deberá convocar las nuevas
elecciones que correspondan dentro de los treinta (30) días continuos
siguientes, las cuales se efectuarán dentro de los treinta (30) días siguientes
a su convocatoria.

 SEGUNDA INSTANCIA

Las decisiones objeto de apelación y plazo para ejercer el recurso,


son aquellas que ponen fin al proceso, acogiendo o rechazando la pretensión
del demandante (recurrente), en el marco del procedimiento contencioso
administrativo.
Del procedimiento de segunda instancia

Previsto en la LOTSJ para conocer de apelaciones contra sentencias


definitivas, se encuentra consagrado en el parágrafo 18 del artículo 19 de la
LOTSJ. El referido procedimiento se regirá conforme a las siguientes reglas:

a) Fundamentación

Iniciada la relación de la causa, la parte apelante deberá presentar un


escrito mediante el cual expondrá las razones de hecho y derecho que sirvan
de fundamento a la apelación. Deberá presentarse en un lapso de 15 días
hábiles siguientes al inicio de la relación de la causa. Dicho lapso correrá
desde el día siguiente a aquél en que se dé cuenta del expediente enviado
por el tribunal de primera instancia en virtud de la apelación.

a.1) Desistimiento
Si el apelante no formaliza la apelación dentro del lapso establecido se
entenderá que ha desistido de la apelación ejercida. El desistimiento será
declarado de oficio o a instancia de parte.
Según la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
mediante sentencia N° 1542, de fecha 11 de junio de 2003, se estableció la
obligación de todos los Tribunales de la jurisdicción contencioso
administrativa, en los casos donde opere la consecuencia jurídica prevista en
el aparte 18 del artículo 19 de la LOTSJ, el tribunal superior deberá examinar
de oficio y de forma motiva, según el aparte 17 del artículo 19 de la LOTSJ,
el contenido del fallo apelado con el objeto de constatar que: (i) no viole
normas de orden público, y (ii) no vulnere o contradiga interpretaciones
vinculantes de la Sala Constitucional, sobre el sentido y aplicación que debe
darse a determinadas normas del ordenamiento jurídico para garantizar su
armonía con las disposiciones del Texto Constitucional (Vid. Sentencia de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia N° 1542 de fecha
11/06/2003, caso: Municipio Pedraza del Estado Bolívar).

b) Contestación a la apelación

Una vez vencido el lapso de 15 días para fundamentar, correrá


inmediatamente un lapso de 5 días en el cual la contraparte podrá presentar
un escrito de contestación a la apelación (aparte 18 del artículo 19 de la
LOTSJ). La no presentación de dicho escrito no acarrea consecuencia
jurídica alguna a la parte que no lo presente.

b.1) Término de la distancia

La Sala Político Administrativa mediante decisión Nº 578 de fecha 06


de mayo de 2008, estableció que aunque en el procedimiento de segunda
instancia previsto en la LOTSJ, no se encuentra establecida -como si se
encontraba en el artículo 162 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia- la previsión del término de la distancia para adicionarse al lapso de
presentación de alegatos, resultará procedente el otorgamiento de dicho
término en tales supuestos.

c) Lapso probatorio

Una vez vencido el lapso de contestación a la apelación se abrirá uno


de 5 días mediante el cual ambas partes podrán promover las pruebas que
quieran hacerse valer (aparte 18 del artículo 19 de la LOTSJ). Sobre la
admisibilidad de las pruebas se pronunciará el Juzgado de Sustanciación en
un lapso de 3 días una vez recibido el expediente (aparte 19 del artículo 19
de la LOTSJ).

Admitidas las pruebas se abrirá un lapso de 15 días prorrogable por


igual número de días, más el término de la distancia que haya sido
concedido, mediante el cual se evacuarán las pruebas que hayan sido
admitidas o las que ordene de oficio el Juzgado de Sustanciación.

d) Informes

Vencido el lapso de evacuación de pruebas el Juzgado de


Sustanciación remitirá el expediente a la Corte o Sala respectiva, a los
efectos que en un lapso de 5 días se fije la hora y fecha en la cual se
celebrará el acto de informes orales (aparte 21 del artículo 19 de la LOTSJ).

e) Sentencia
La decisión deberá dictarse en un lapso de 30 días luego de los
informes, prorrogable por 30 días y por una sola vez, tal y como lo establece
el parágrafo 7 del artículo 21 de la LOTSJ.

En síntesis:

1. El procedimiento de segunda instancia es una garantía a favor de los


recurrentes, en cuanto a que las decisiones judiciales que les afecten
sean revisadas por un Juez independiente y superior al que la dictó.
2. Se trata de un derecho humano, el cual constituye un segundo grado
de jurisdicción mediante el cual el juez de alzada se debe pronunciar
sobre aquellos aspectos de la decisión de primera instancia que el
justiciable considera no está ajustada a derecho.
3. La jurisprudencia ha jugado un papel muy importante, a efectos de
determinar los procedimientos y las decisiones objeto del recurso de
apelación.
4. El procedimiento de segunda instancia que ha sido previsto en la
LOTSJ para conocer de apelaciones contra sentencias definitivas, se
encuentra consagrado en el parágrafo 18 del artículo 19 de la LOTSJ.
5. La Sala Político Administrativa ha fijado un procedimiento breve para
conocer las apelaciones de decisiones relativas a medidas cautelares
a través de sentencia Nº 01317 del 6 de abril de 2005.
6. La Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, mediante
sentencia señaló que se aplicará el procedimiento para la
sustanciación en segunda instancia de los recursos de apelación que
se intenten contra sentencias interlocutorias previsto en los artículos
516 y siguientes del CPC
7. El recurso de hecho, ha sido objeto de importantes modificaciones en
la LOTSJ, tal y como lo expresado la Sala Político-Administrativa
mediante la decisión N° 768 de fecha 1 de julio de 2004.
8. El procedimiento para la tramitación del recurso de hecho se
encuentra establecido en el aparte 24 del artículo 19 de la LOTSJ, en
concordancia con lo establecido en el artículo 305 del Código de
Procedimiento Civil.

UNIDAD IV
LAS MEDIDAS CAUTELARES Y LA EJECUCIÓN DE LA
SENTENCIA

 Las Medidas Cautelares y la Ejecución de la Sentencia

Las medidas cautelares son decisiones judiciales de carácter temporal


que un tribunal dicta, a solicitud de las partes o de oficio para mantener una
situación jurídica, asegurar una expectativa o derecho a futuro o prevenir un
daño irreparable antes de la terminación del juicio. Ejemplo: “Una medida de
embargo de bienes es una medida cautelar para evitar que el deudor
disponga de los mismos y evada el pago de la deuda”.
La tutela cautelar, se ha visto reforzado por la aparición de la vigente
Constitución de 1999, que reconoce de manera expresa el derecho de
acceso a la justicia y a la tutela judicial efectiva, mediante un proceso breve,
expedito, que debe desarrollarse sin dilaciones indebidas, con interdicción de
la presencia de formalismos que no sean esenciales (artículo 26). El
desarrollo de la tutela cautelar en el proceso administrativo ha sido objeto de
algunas reinterpretaciones recientes por parte de los tribunales.
Las medidas cautelares existentes en Venezuela de acuerdo al
contenido del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil venezolano,
pareciera que solo se pueden decretar medidas cautelares cuando exista
una causa en proceso. Ello se desprende de la frase que dice:
En cualquier estado y grado de la causa…. Así, las medidas
cautelares se solicitan de ordinario junto con la demanda principal. Pero
también pueden solicitarse durante la pendencia del proceso. No están
previstas claramente en el Código Procesal venezolano las medidas
cautelares anticipadas, es decir, que se solicitan antes de producirse la
demanda y de existir propiamente la causa a que alude el artículo referido.
Existe la facultad de solicitar el inicio de un proceso cautelar antes de
incoado el juicio principal, derivado de lo establecido en leyes especiales.
Cuando la medida cautelar se solicita antes de la interposición de la
demanda, es preciso que el solicitante acredite, además de los presupuestos
generales (apariencia de buen derecho y peligro de que la mora procesal
torne ilusoria la ejecución del fallo), las razones de urgencia o necesidad
para que puedan acordarse las cautelas con carácter previo. Normalmente
estas situaciones están vinculadas con la necesidad de que la medida se
acuerde sin audiencia de quien vaya a ser demandado, con el objeto de no
comprometer el buen fin de la medida cautelar.
Las medidas dispuestas en el artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil venezolano son el embargo de bienes muebles, el
secuestro de bienes determinados y la prohibición de enajenar y gravar
bienes inmuebles.
Pero además dispone el mismo artículo que también el Juez puede
acordar cualesquiera otras disposiciones complementarias, y acordar las
providencias cautelares que considere adecuadas, cuando hubiere fundado
temor de que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difícil
reparación al derecho de la otra, pudiendo el Tribunal autorizar o prohibir la
ejecución de determinados actos, y adoptar las providencias que tengan por
objeto hacer cesar la continuidad de la lesión.

Caracteres:

La doctrina ha asignado una gran variedad de notas distintivas a las


medias cautelares. Aquí enunciaremos en primer término las más corrientes,
para luego tratar brevemente las restantes características. Así se tiene:

Accesoriedad: Las medidas cautelares no tienen un fin en sí


mismas, dependen de una pretensión principal y se sujetan a las
contingencias y vicisitudes de ella. Esta nota de accesoriedad existe en todas
las medidas cautelares, incluso en aquellas que han dado en denominarse
autónomas. Son un accesorio o instrumento de otro proceso, ya sea actual,
ya sea futuro. Se otorgan siempre en razón de una pretensión principal que
se quiere salvaguardar, pues aún las medidas autónomas deben estar
referidas a un derecho controvertido cuyo reconocimiento se quiere lograr en
virtud del ejercicio de una acción en juicio. Es por ello que la mayoría de los
ordenamientos incluyen una cláusula de caducidad para el caso de que,
otorgada que sea la medida cautelar, la acción a la cual sea referida no sea
intentada dentro de un cierto plazo, que puede ser más o menos extenso. En
nuestro ordenamiento procesal, esta exigencia se encuentra prevista en el
art. 700 del Cód. Proc. Civ.
Algunos autores han sostenido la idea de la autonomía de las medidas
cautelares, afirmando que es una forma en sí misma de acción, al constituir
un poder jurídico actual de solicitar del órgano jurisdiccional la tutela de un
derecho cuya existencia es aún dudosa3. Otros autores señalan que existen
medidas cautelares que tienen una finalidad en sí mismas, vale decir la no
promoción del proceso del cual deberían depender no afecte su eficacia ni su
existencia porque cumplen una finalidad por sí mismas. En este supuesto la
medida cautelar estaría relacionada con una pretensión cuya nota es no solo
su futuridad, sino también su eventualidad, vale decir la mera hipótesis de su
existencia. En este orden de ideas se ha mencionado el caso del
otorgamiento de litis expensas, el cual cumple su objeto si importar el
resultado del proceso para el cual fueron dadas, o también el caso del
otorgamiento de alimentos provisorios.
En este sentido, dada la formulación de nuestro ordenamiento jurídico,
las medidas cautelares deben estar siempre referidas a una pretensión
actual o futura. Esta última puede se incluso eventual o hipotética, pero
siempre debe mencionarse al solicitar la mediad. De otro modo la protección
cautelar no puede otorgarse. Como hemos dicho más arriba, aún las
medidas cautelares autónomas no existen por sí mismas, precisan
necesariamente estar referidas a una acción posterior que será promovida.
La autonomía de estas medidas solo radican en su anterioridad temporal a la
causa que deberá seguir luego. Es por ello que el pedido debe mencionar la
acción a la cual la medida cautelar será referida.
Provisionalidad: Esta es tal vez la nota más distintiva de las medias
cautelares y también aquella que encuentra coincidencia en la gran mayoría de
los autores. La medias cautelares pueden modificarse o suprimirse si cambian
las circunstancias dadas al tiempo de decretarlas. Esta característica ha llevado
a los autores a decir que la decisión sobre las medidas cautelares, ya sea para
desestimarlas o acogerlas, no hace cosa juzgada. Por lo tanto esta decisión
puede ser modificada o revocada, aun cuando ya se halle preclusa la
oportunidad procesal para impugnarla. En efecto, la medida cautelar ya
consentida puede, no obstante ello, ser revisada a posteriori, si resultan
falsos los hechos alegados para obtenerlas, o ciertas circunstancias
relacionadas con ellos, como también si la situación fáctica original sufre
cualquier alteración o cambio. Y también puede ser nuevamente solicitada,
aunque ya se halle firme el auto que las denegó en un principio.
Igualmente las medidas cautelares son provisionales en el sentido de
que su destino está ligado a la pretensión principal que pretenden asegurar.
Vale decir, el pronunciamiento sobre la cuestión principal debatida determina
la suerte de la medida cautelar, la cual se extingue de pleno derecho. Este
efecto tiene lugar independientemente del sentido en que se decide el litigio,
dado que si la sentencia acoge la demanda, esta decisión reemplaza –o en
ocasiones modifica– la resolución que ha ordenado la medida cautelar. Si por
el contrario, la sentencia desestima la pretensión deducida, la medida
cautelar se extingue ipso iure, sin necesidad de una declaración expresa en
este punto. Las medias cautelares se extinguen además cuando el proceso
al cual se hallan vinculadas termina por cualquiera de los modos anormales
previstos en el derecho procesal, a saber: por caducidad, desistimiento,
allanamiento, y demás. Del mismo modo terminan cuando se produce la
caducidad de la medida cautelar misma, al no haberse intentado la acción en
vistas a al a cual fueron dictadas.
En nuestro ordenamiento jurídico esta provisionalidad está regulada
en los artículos 697, 698 y 692 del Cód. Proc. Civ. El primero de ellos
dispone expresamente: “Carácter provisional. Las medidas cautelares
subsistirán, mientras duren las circunstancias que las determinaron. En
cualquier momento que éstas cesaren se podrá requerir su levantamiento.”
Concordante con dicha disposición el art. 698 del citado cuerpo legal
establece la facultad del afectado de solicitar la sustitución de la medida en
los siguientes términos: “Sustitución o reducción a pedido de parte. En
cualquier momento el afectado podrá pedir la reducción o sustitución de una
medida cautelar por otra, cuando la decretada fuere excesiva o vejatoria.
Podrá también dar garantía suficiente para evitar alguna de las medidas
cautelares reguladas por este Código, o para obtener su inmediato
levantamiento. Dicha garantía consistirá en fianza, prenda, hipoteca u otra
seguridad equivalente.”
Una derivación de la nota de provisionalidad es lo que se ha dado en
llamar la mutabilidad o flexibilidad de las medidas cautelares, que importa la
exigencia de que en todo tiempo se ajusten a las necesidades del caso y por
ende, aún ejecutoriada puede modificarse ampliarse o limitarse a pedido de
parte; así como el poder otorgado al magistrado para decidir,
independientemente de la pretensión intentada por la parte, cuál es la
medida más idónea. En este sentido el art. 692 completa las disposiciones ya
citadas al otorgar amplias facultades al juez permitiéndole utilizar su prudente
arbitrio a la hora de decretar la medida cautelar, teniendo en vistas
especialmente la finalidad de la cautela y la índole del derecho y pretensión
que se pretende amparar. El artículo textualmente dice: “Facultades del juez.
El juez, para evitar perjuicios o gravámenes innecesarios al titular de los
bienes, podrá disponer una medida precautoria distinta de la solicitada, o
limitarla, teniendo en cuenta la importancia y naturaleza del derecho que se
intentare proteger.” Y el art. del Cód. Proc. Civ. que establece: “Modificación.
El que solicitó la medida podrá pedir la ampliación, mejora y sustitución de la
medida cautelar decretada, justificando que ella no cumple adecuadamente
la función de garantía a que está destinada.”
Inaudita parte: En los procesos cautelares el trámite es
esencialmente sumario y por ende la resolución en él tomada tiene una
impronta de superficialidad en cuanto a la verdad de la pretensión deducida.
Las medidas cautelares son, pues el resultado, no de un proceso amplio de
cognición, donde se proveen los mecanismos necesarios para la
consecución de certeza, sino de un proceso abreviado que no requiere de la
participación de la parte contra la cual se dictan.
Esta característica está muy relacionada y encuentra su explicación en
el requisito de la verosimilitud, que como veremos es uno de los
presupuestos ineludibles de la medida cautelar. Se basan en los hechos que
acredita sumariamente el peticionante. Esta característica encuentra su
pendón o contrapeso en otro de los requisitos indispensables para su
procedencia, cual el la provisión de una adecuada y suficiente contracautela.
El art. 694 del Cód. Proc. Civ. dispone que: “Cumplimiento y apelación de las
resoluciones. Ordenada una medida cautelar, se la cumplirá sin más trámite,
y sin necesidad de conocimiento de la parte contraria, la que en todos los
casos será notificada personalmente o por cédula dentro de los tres días del
cumplimiento de la misma...”
El carácter sumario y la falta de sustanciación que identifican al
proceso cautelar no importa una exclusión absoluta del derecho a la defensa,
sino tan solo su diferimiento a un momento posterior: aquél en el cual el
afectado puede impugnar la medida o solicitar su modificación o
levantamiento. Esto significa que en un primer momento se sacrifica el
principio de contradicción, atendiendo a la urgencia de la necesidad que la
medida cautelar pretende satisfacer.

Requisitos de las medidas cautelares:

Los peculiares caracteres de las medidas cautelares exigen el


cumplimiento de ciertos requisitos para su procedencia,. La doctrina
tradicional los ha agrupado en la clásica trilogía de: verosimilitud en el
derecho, peligro en la demora y provisión de contra cautela. Estos requisitos
han sido previstos en nuestra ley procesal en el art. 693: “Presupuestos
genéricos de las medidas cautelares. Quien solicite una medida cautelar
deberá, según la naturaleza de ella:
a) acreditar prima facie la verosimilitud del derecho que invoca;
b) acreditar el peligro de pérdida o frustración de su derecho o la
urgencia de la adopción de la medida según las circunstancias del caso;
c) Otorgar contracautela para responder de todas las costas y de los
daños y perjuicios que pudiere ocasionar si la hubiese pedido sin derecho,
salvo aquellos casos en que no se la requiera por la naturaleza de la medida
solicitada.” Trataremos por separado cada uno de estos supuestos:
Verosimilitud en el derecho: Como hemos visto más arriba, las
medidas cautelares se otorgan en el marco de un procedimiento sumario en
el cual no es posible un conocimiento exhaustivo de la causa, sino que basta
un conocimiento periférico o superficial de ella, que se satisface con la mera
probabilidad de la existencia del derecho litigioso. Esta nota de sumariedad y
falta de contradicción exigen acreditar un alto grado de probabilidad,
entendida ésta como “posibilidad razonable” de que se reconozca en la
sentencia definitiva la certeza de verdad del derecho o pretensión deducido
en el marco del juicio. Es lo que los autores han dado en llamar fumus bonis
iuris.
La demostración de la existencia de este requisito no requiere una
plena prueba, ni la demostración concluyente de ese derecho, sino tan solo
la acreditación prima facie del mismo. Esta acreditación, de ordinario, se
lleva a cabo por medio de una información sumaria. El análisis y conclusión
de la existencia de este presupuesto exige del juzgador un acto de
prudencia.
Debe sopesar las circunstancias que se le ofrecen y apreciarlas
cuidadosamente para evitar caer en uno de dos extremos: por una parte el
otorgar ligeramente y en cualquier ocasión la cautela solicitada, y por otra,
negar la concesión de la medida en aras de un rigorismo extremo. De
ordinario los autores aconsejan que, en caso de duda, se esté por la
concesión de la medida cautelar, apuntando a una credibilidad objetiva y
seria, y descartando por supuesto las pretensiones infundadas, temerarias o
muy cuestionables. Como quiera que sea, el juzgador debe tomar en cuenta
que la verosimilitud en el derecho se encuentra en una relación inversamente
proporcional a los dos requisitos restantes: el peligro en la demora o urgencia
de protección y la provisión de una adecuada contra cautela.
En tanto mayor sean la urgencia y la contra cautela aportada, menor
rigor será exigido en la verosimilitud del derecho. Y viceversa, cuanto menor
sea la verosimilitud en el derecho, mayor deben ser la urgencia y la contra
cautela demandada.
En cualquier caso, el peticionante de la medida debe invocar la
existencia de un derecho, pues si bien es dable prescindir de su plena
justificación, nunca podrá darse el supuesto en que se prescinda de su
existencia.
En lo que hace a la eficacia de los medios probatorios, si bien hemos
dicho que la información sumaria es un medio idóneo, rigen al respecto las
exigencias y limitaciones requeridas en la prueba de los hechos y derechos,
en especial cuando se invocan contratos u obligaciones que demandan la
forma escrita para su prueba. Debe atenderse pues, en cada caso, a lo
dispuesto por el Código Civil en los art. 703, 704, 705 y 706, así como las
excepciones en ellos previstas.
Presunciones: En materia de verosimilitud en el derecho nuestra ley
procesal prevé una serie de disposiciones en las cuales se establecen
presunciones respecto de la existencia de la verosimilitud en el derecho. En
estos casos, la ley supone a priori que la apariencia o grado de veracidad del
derecho se encuentra dado; y compete a la parte afectada por la medida la
demostración de la tesis contraria.
El art. 709 del Cód. Proc. Civ. establece algunos de estos supuestos
de excepción, que se dan en las causas en trámite:
“Proceso en trámite. Durante el proceso, podrá decretarse el embargo
preventivo: a) cuando uno de los litigantes hubiere sido declarado en
rebeldía, en el caso del artículo 72; b) siempre que la confesión expresa o
ficta resultare de la verosimilitud del derecho, o ello surgiere de la
contestación de la demanda o reconvención; y c) si quien lo solicita hubiere
obtenido sentencia favorable, aunque estuviese recurrida.”. Podemos pues
hacer la siguiente enunciación:
a) Declaración en rebeldía: como bien es sabido la rebeldía es el
estado en que se encuentra la parte que no comparece al proceso dentro del
plazo de citación, o que habiendo comparecido, abandona el proceso. La
rebeldía no debe confundirse con el decaimiento del derecho, como a
menudo suele suceder. En éste último se da una mera inacción respecto del
ejercicio de un derecho procesal dentro de un determinado plazo de tiempo,
lo cual provoca la extinción de ese derecho y la preclusión de la posibilidad
de ejercerlo en adelante, pero no afecta la estructura total del proceso. Por el
contrario la rebeldía es propiamente incomparecencia a la citación, lo que en
el derecho Romano se daba en llamar contumax.
En nuestro ordenamiento procesal, la rebeldía está normada en el
Cap. IV de. Cód. Proc. Civ. y requiere para su pronunciamiento la existencia
de una citación notificada con todas las formalidades legales a persona cierta
y de domicilio conocido. La ignorancia respecto de la identidad de la persona
o de su domicilio exige la citación por edictos y el eventual nombramiento de
un defensor público. Por consiguiente, la excepción respecto de la
verosimilitud en el derecho no se aplica en los casos de ausencia, en los
cuales se acude a la defensa oficiosa. Coincidente con el artículo que hemos
transcripto, el Cód. Proc. Civ. dispone en el art. 72 del Cap. IV que: “Medida
precautoria.
Declarada la rebeldía de un litigante, podrá decretarse, si procediere y
la otra parte lo pidiere, la medida precautoria apropiada para asegurar el
objeto del juicio o el pago de las costas.” Y a continuación dispone la
permanencia de la medida cautelar hasta la terminación del juicio, no
obstante la comparecencia del rebelde, reconociéndole sin embargo los
derechos de sustitución o reducción que se acuerdan a todo demandado, así
en el art. 74 dice: “Subsistencia de la medida precautoria.
La medida precautoria decretada de conformidad con el artículo 72
continuará hasta la terminación del juicio, a menos que el interesado
justificare haber incurrido en rebeldía por causa que no estuvo a su alcance
vencer. Serán aplicables las normas sobre ampliación, sustitución o
reducción de las medidas precautorias.” Creemos que el afectado puede
igualmente obtener el levantamiento de la medida si se dan las condiciones
previstas en el art. 697 y 698 ya citado, y siempre que las nuevas
circunstancias por él alegadas hagan referencia a otros hechos no
vinculados con su actual comparecencia, pues este último supuesto está
contraria. La confesión puede ser expresa o ficta y puede tener lugar dentro
de un proceso o fuera de él. A su vez dentro del juicio puede darse en forma
provocada, en el ámbito de una absolución de posiciones, ya en el período
de prueba; o bien producirse en forma espontánea al contestar la demanda.
En cualesquiera de estos supuestos, la confesión da lugar al otorgamiento de
la medida cautelar, teniendo en cuenta que la pretensión deducida en la
demanda resulta verosímil y hasta aún cierta, al producirse el reconocimiento
de los hechos alegados por el peticionante.
c) Sentencia definitiva: la sentencia es el pronunciamiento del órgano
jurisdiccional que acoge o deniega definitivamente la pretensión deducida,
una vez agotadas todas las etapas del proceso. La medida cautelar se otorga
en este caso aun cuando la sentencia se hallare recurrida, dado que la
existencia de un pronunciamiento favorable, tomado en el curso de un
proceso de generalmente mayor o menor cognición, con la participación de la
parte contra la cual se ha dictado, hace suponer con suficiente convicción la
verosimilitud del derecho invocado, aún cuando la certeza no sea total, por
encontrarse pendiente un recurso que permita la revisión del fallo. Como
hemos visto, la verosimilitud no implica certeza, por lo cual la recurrencia no
es óbice para el otorgamiento de la medida.
Peligro en la demora: El peligro en la demora es el requisito común
de todas las medidas cautelares, constituye la razón de ser de ellas, el
interés jurídico que las justifica y se consustancia con su misma esencia.
Constituye éste el peligro probable de que la tutela jurídica definitiva que
pretende el accionante sea reconocida en la sentencia definitiva, se pierda y
la decisión final no pueda hacerse efectiva por el transcurso del tiempo. Se
debe pues acreditar el interés jurídico del peticionante en evitar un perjuicio
por el transcurso del tiempo que pueda durar la tramitación del proceso
principal, al provocar o determinar la frustración de la ejecución de la
condena. Como ya hemos dicho, este presupuesto se encuentra en relación
inversa o asimétrica con la verosimilitud en el derecho, y por ello en tanto
mayor sea la probabilidad de certeza de la pretensión, menor importancia
revestirá la urgencia del caso. Por el contrario, si el riesgo de frustración del
derecho es superlativo, al punto de ser irreparable, entonces el rigor de
apreciación de la verosimilitud en el derecho debe ceder expresamente
excluido de la posibilidad de levantamiento, según el art. 74 transcripto.

Lineamientos constitucionales de la ejecución de sentencias en


Venezuela
1) El derecho constitucional a la tutela judicial efectiva y el derecho
a la ejecución cabal de la sentencia como atributo de este.
Como lo ha señalado un destacado administrativista y procesalista, la
Constitución venezolana de 1999 consagra en una fórmula generosa el
derecho constitucional a la tutela judicial efectiva, al disponer en su artículo
26 que:
“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso
los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con
prontitud la decisión correspondiente”.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y
expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.
Este derecho, como apunta la doctrina, comprende múltiples
manifestaciones, como lo son el derecho de acceso a la jurisdicción sin más
restricciones que las que imponga la Ley sobre la base de criterios de
racionalidad y razonabilidad; la garantía del debido proceso, que comprende
los Derechos a un juez natural e imparcial, a la asistencia profesional, a
defenderse, que implica a su vez el derecho a ser oportunamente citado y a
Hacerse parte, a presentar alegatos y a contradecir los argumentos de la
contraparte (principio del contradictorio) ; el derecho a la prueba (presentar y
evacuar los medios probatorios tendientes a llevar a la convicción del juez
Por su parte, ese derecho a la tutela judicial efectiva, en consonancia
con las diversas manifestaciones de la garantía del debido proceso, ofrecen
una sólida base constitucional al ejercicio de los Derechos Constitucionales
Procesales, como bien ha destacado la doctrina, y en general recogen las
diversas manifestaciones de ambos a que previamente se ha hecho
referencia. A ello cabe sumar la visión constitucional que del proceso judicial
ofrece la misma Carta Fundamental venezolana en su artículo 257, al
concebirlo como “un instrumento fundamental para la realización de la
justicia»; para luego ordenar que «Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión
de formalidades no esenciales”
2) La potestad judicial de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado La potestad
de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado siempre ha correspondido a los
órganos del Poder Judicial en el ordenamiento jurídico venezolano.
Tal potestad ha sido incorporado a las normas constitucionales
respectivas, específicamente en el artículo 253 de la Carta Fundamental de
1999, el cual establece que corresponde a los órganos del Poder Judicial
conocer de las causas y asuntos de su competencia mediante los
procedimientos que determinen las leyes y ejecutar o hacer ejecutar sus
sentencias. De tal suerte que resulta claro entonces que el Derecho positivo
venezolano recoge la regla general atinente a que, dentro del ejercicio de la
potestad jurisdiccional, está incluida la de ejecutar las sentencias, lo cual de
suyo implica la ejecución forzada o en contra de la voluntad de la parte
perdidosa de ser el caso, como faceta objetiva de la ejecución de las
sentencias, y como atributo del derecho constitucional a la tutela judicial
efectiva, es decir, en su faz subjetiva.
UNIDAD V

MECANISMOS EXTRAORDINARIOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN


PÚBLICA

 AMPARO CONSTITUCIONAL

 Definición

Es una acción que puede interponer cualquier ciudadano, cuando


esté en presencia de una violación o una amenaza inminente a sus
derechos y garantías constitucionales por una acción u omisión de alguna
autoridad pública o por particular investido de autoridad.

 Aspectos Fundamentales

La acción de amparo puede ser ejercida contra normas, actos


administrativos de efectos generales o particulares, sentencias y
resoluciones judiciales, actuaciones materiales, vías de hecho,
abstenciones u omisiones de las autoridades o particulares, que vulneren
o amenacen vulnerar un derecho constitucional, cuando no exista un
medio procesal breve, sumario o eficaz acorde con la protección
constitucional. También tutela y protege la libertad y la seguridad
personales a través de la acción de Habeas Corpus, la cual debe ser
ejercida ante los tribunales de la jurisdicción penal.
El amparo constitucional es un medio procesal que tiene como
finalidad asegurar el goce y ejercicio de los derechos y garantías
constitucionales, se caracteriza por ser oral, público, breve, sumario,
gratuito y no sujeto a formalidad alguna, no se requiere el empleo de
papel sellado o estampillas, y para su interposición ante los órganos de
justicia, todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a
cualquier otro asunto.
Esta acción puede ser interpuesta ante el tribunal en forma escrita o
verbal, caso en el cual, el Juez deberá recogerla en un acta. En caso de
urgencia, podrá interponerse por vía telegráfica, e incluso por correo
electrónico, según la Sentencia No. 523 de fecha 09/04/2001, dictada por
la Sala Constitucional, supuesto en el cual, el accionante deberá
ratificarla ante la sede del tribunal, personalmente o mediante apoderado,
dentro de los tres (3) días siguientes.

 Breve Origen del Amparo Constitucional en Venezuela

El proceso constitucional de amparo fue introducido en Venezuela en la


Constitución de 1961, y se estableció, siguiendo la orientación del
constitucionalismo moderno latinoamericano, como la garantía judicial
específica de los derechos y garantías constitucionales, configurándose,
además, como un derecho constitucional de todas las personas a ser
amparados por los tribunales en el goce y ejercicio de todos sus derechos y
garantías.

 Base legal

Tal derecho constitucional ha sido regulado ampliamente en el artículo


27 de la Constitución de 1999. Que expresa textualmente:
Artículo 27. “Toda persona tiene derecho a ser amparada por los
tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales,
aun de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en
esta Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos.
El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público,
breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente
tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica
infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será hábil y
el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por
cualquier persona, y el detenido o detenida será puesto bajo la custodia del
tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por
la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales”.

 La universalidad del amparo: derechos y garantías protegidos, y


actos lesivos de particulares y de autoridades

La acción de amparo procede en Venezuela para la protección de todos


los derechos constitucionales enumerados en el texto de la Constitución
(artículos 19 a 129: derechos civiles, políticos, sociales y de las familias,
culturales y educativos, económicos, de los pueblos indígenas, y
ambientales), y en los tratados internacionales sobre derechos humanos, que
conforme al artículo 23 de la Constitución tienen jerarquía constitucional, y
además respecto de todos aquellos otros derechos inherentes a la persona
humana que no figuren expresamente, ni en la Constitución o en dichos
tratados internacionales (artículo 22 de la Constitución), los cuales, además,
prevalecen incluso sobre el orden interno si contienen regulaciones más
favorables para el goce y ejercicio de los derechos.
Por tanto, no hay derechos o garantías constitucionales y fundamentales
que no sean justiciables mediante la acción de amparo, correspondiendo su
ejercicio a todas las personas tanto naturales como jurídicas o morales,
debiendo estas últimas estar domiciliadas en el país (artículo 1o. de la LOA).
Lo único que se requiere para que proceda el amparo, sin embargo, es que
sea violación inmediata, directa y clara del derecho constitucional. La
consecuencia de esta universalidad del amparo es que, en Venezuela, el
llamado derecho de hábeas corpus se haya configurado como parte del
derecho de amparo o, si se quiere, como una manifestación del derecho de
amparo, a cuyo efecto, la Ley Orgánica de Amparo establece en su artículo
1o. que "La garantía de la libertad personal que regula el hábeas
corpus constitucional, se regirá por esta ley"; destinando a ello los artículos
38 a 47 de la misma.

 Requisitos de la solicitud de amparo (Artículo 18 de la Ley


Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales)
1) Los datos concernientes a la identificación de la persona agraviada
y de la persona que actúe en su nombre, y en este caso con la
suficiente identificación del poder conferido;
2) Residencia, lugar y domicilio, tanto del agraviado como del
agraviante;
3) Suficiente señalamiento e identificación del agraviante, si fuere
posible, e indicación de la circunstancia de localización;
4) Señalamiento del derecho o de la garantía constitucionales
violados o amenazados de violación;
5) Descripción narrativa del hecho, acto, omisión y demás
circunstancias que motiven la solicitud de amparo;
6) Y, cualquiera explicación complementaria relacionada con la
situación jurídica infringida, a fin de ilustrar el criterio jurisdiccional.

 Las formas de ejercicio del derecho de amparo: acción autónoma


de amparo y pretensión de amparo acumulada a otras acciones
judiciales

La acción autónoma de amparo, al ser una acción que se ejercita en


forma autónoma e independiente, no se vincula ni se subordina a ningún otro
recurso o procedimiento, mientras que la ejercida conjuntamente con otros
medios procesales se regula tres supuestos: a) la acción de amparo
acumulada a la acción popular de inconstitucionalidad de las leyes y demás
actos estatales normativos, b) la acción de amparo acumulada al recurso
contencioso administrativo de anulación contra actos administrativos de
efectos particulares o contra las conductas omisivas de la Administración, y
c) la acción de amparo acumulada con acciones ordinarias.
 Condiciones de Admisibilidad de la Acción de Amparo
En primer lugar, respecto de la legitimación activa, siendo la acción de
amparo de carácter personalísimo, el legitimado activo sólo puede ser el
agraviado en sus derechos o garantías constitucionales por un hecho, acto u
omisión realizado por un agraviante preciso. La consecuencia del carácter
personalísimo de la acción de amparo es, por tanto, que nadie puede hacer
valer en el proceso de amparo, en nombre propio, un derecho ajeno, y quien
lo intente debe ostentar un interés personal, legítimo y directo.
Sin embargo, dada la garantía de la tutela efectiva de los derechos
colectivos y difusos establecida en el artículo 26 de la Constitución, la
legitimación activa se ha ampliado para proteger tales derechos.
En segundo lugar, en cuanto a las condiciones de la lesión a los derechos
o garantías constitucionales, la misma puede tener su origen tanto en una
violación de los mismos, como en una amenaza de violación.
En tercer lugar, también son inadmisibles las acciones de amparo en los
casos en que exista algún recurso paralelo, sea porque el agraviado haya
recurrido a otra vía judicial de protección o porque exista otra vía judicial para
la protección constitucional que haga inadmisible la acción.

 El procedimiento en la acción de amparo


Una vez admitida la acción, el juez debe ordenar "la citación del presunto
agraviante y la notificación del Ministerio Público, para que concurran al
tribunal a conocer el día en que tendrá lugar la audiencia oral, la cual tendrá
lugar, tanto en su fijación como para su práctica, dentro de las noventa y seis
(96) horas a partir de la última notificación efectuada". Dicha notificación,
dispuso la Sala, para dar cumplimiento a la brevedad y falta de formalidad:
La notificación podrá ser practicada mediante boleta, o comunicación
telefónica, fax, telegrama, correo electrónico, o cualquier medio de
comunicación interpersonal, bien por el órgano jurisdiccional o bien por el
Alguacil del mismo, indicándose la fecha de comparecencia del presunto
agraviante y dejando el Secretario del órgano jurisdiccional, en autos,
constancia detallada de haberse efectuado la citación o notificación y de sus
consecuencias.
En cuanto a la audiencia pública y oral en el proceso del juicio de amparo,
las partes, oralmente, deben proponer sus alegatos y defensas ante el
tribunal respectivo, el cual debe decidir si hay lugar a pruebas, si es así, el
presunto agraviante podrá ofrecer las que considere legales y pertinentes;
todo lo cual debe recogerse en un acta del tribunal.
La falta de comparecencia del presunto agraviante a la audiencia oral
significará reconocimiento de las denuncias efectuadas, y la falta de
comparecencia del presunto agraviado dará por terminado el procedimiento,
a menos que el tribunal considere que los hechos alegados afectan el orden
público.
Una vez concluido el debate oral o las pruebas, la Sala Constitucional
dispuso que, en el mismo día, el juez o el tribunal debe estudiar
individualmente el expediente o deliberar (en los caso de los tribunales
colegiados), con la posibilidad de decidir inmediatamente, en cuyo caso debe
exponer de forma oral los términos del dispositivo del fallo, el cual deberá ser
publicado íntegramente dentro de los cinco (5) días siguientes a la audiencia
en la cual se dictó la decisión correspondiente.
Debe mencionarse que, por supuesto, en los casos de la acción
autónoma de amparo, el juez tiene amplias potestades para adoptar las
medidas cautelares necesarias para la protección constitucional, en
particular, conforme a las previsiones del Código de Procedimiento Civil
(artículo 588), que le permite "acordar las providencias cautelares que
considere adecuadas", cuando hubiera "fundado temor" de que una de las
partes, particularmente el presunto agraviante, pueda causar "lesiones
graves o de difícil reparación al derecho de la otra", en concreto, el agraviado
La esencia de la decisión en materia de amparo, es la determinación "de
la orden a cumplirse", relativa a la protección y al restablecimiento en el goce
y ejercicio de un derecho o garantía constitucionales violado o amenazado
de violación; dicha orden a cumplirse, en definitiva, se formula contra "la
autoridad, el ente privado o la persona" cuya resolución o acto u omisión
produjo la violación del derecho constitucional, y puede ser de dar, de hacer,
de no hacer o de deshacer, según los casos, o puede ser una decisión de
restablecer directamente la situación jurídica infringida, si ello es posible con
la sola decisión judicial, o disponer una situación lo más parecido a la
infringida.

 HABEAS DATA

El Habeas Data es un Recurso por el cual una persona puede tener


acceso o pedir la corrección, modificación y eliminación de los datos que se
tengan de ella en cualquier banco de datos, así como conocer el destino y
las políticas de protección de información que le puedan afectar. Ejemplo:
“Todo paciente de un hospital tiene el derecho de acceder a sus informes
médicos”.
Contemplado en el Artículo 28 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, señala textualmente:
“Toda persona tiene derecho de acceder a la información y a los datos
que sobre sí misma o sobre sus bienes consten en registros oficiales o
privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el
uso que se haga de los mismos y su finalidad, y a solicitar ante el tribunal
competente la actualización, la rectificación o la destrucción de aquellos, si
fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos. Igualmente, podrá
acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan información
cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas.
Queda a salvo el secreto de las fuentes de información periodística y de
otras profesiones que determine la ley”.
Este recurso busca por una parte garantizar el acceso a información
propia almacenada en algunos lugares (pues existen algunas excepciones),
ofreciéndole a la persona la posibilidad de seguridad individual y hasta
colectiva. Por la otra, pretende favorecer el secreto periodístico, asi como
otras profesiones consideradas determinantes dentro del control de
información a nivel nacional como esel caso de la seguridad.
A pesar de haber expuesto los múltiples beneficios del Recurso, este ha
sido expuesto a constantes críticas y debates sobre su objetividad en la
aplicabilidad y los posibles riesgos en los derechos reservados al respecto y
su implicación personal y social respectiva.

El derecho de Acceso a la información, es un derecho humano de tercera


generación, de esa manera lo manifiesta Salazar (2006), quien cita a
Ekmekdjian y Pizzolo (1995):

Luego del logro jurídico sobre las libertades individuales y los derechos
sociales se ha arribado a la tercera generación de los nuevos “derechos
fundamentales donde figuran entre otros- el derecho a la mejor calidad de
vida, el derecho a la defensa del ecosistema, el derecho de los pueblos al
desarrollo, al progreso, a la explotación de los propios recursos, a la paz, a la
autodeterminación, a la integridad regional, también está incluido el derecho
a la protección de datos o libertad informática”. (p. 25).

El mencionado dispositivo legal es el encargado por medio del Habeas


Data, de proteger el acceso a la información y datos que sobre si mismo o
sobre sus bienes consten en registros oficiales o privados, así como conocer
el uso que se le haga de los mismos.

Esto ocurre no de una forma absoluta, ya que del mismo artículo se


transcribe que todas las personas podrán acceder a dichos datos con las
excepciones que establezca la ley, teniendo su justificación más relevante en
los casos de secretos empresariales y periodísticos, entre otros, ya que en
estos casos no siempre podrán ser revelados los datos mediante el habeas
data, al permitirlos así la Ley.

 Habeas Data y Derechos Constitucionales


El mencionado artículo 28, que establece el Habeas Data, puede dividirse
en 2 derechos que están unidos estrechamente: De acceder a la información
y a los datos que sobre si misma o sus bienes, conste en registros oficiales o
privados. Y de conocer la finalidad y uso de los mismo.

El derecho a conocer si alguien lleva registros sobre los demás, y que a


su vez es previo al derecho de acceso, no aparece expresamente señalado
en el artículo 28 de la carta magna, pero ha sido reiterado el análisis
jurisprudencial de que el mismo puede ejercerse previamente al de acceso
como un requisito fundamental para que opere el Habeas Data, ya que se
tiene que tener la certeza de que los mismos existen sobre todo si se intenta
un Amparo Constitucional.

Por otra parte, el derecho de acceso tendrá sentido cuando quien lo


ejerce realmente constata que la información o datos están en un registro,
bien sea público o privado, así como la persona que lo tiene bajo su guarda,
y que además va a operar siempre y cuando este acceso haya sido negado
por parte de la persona que prohiba el mismo, ya que de esta manera será
cuando el derecho de acceso es violentado y podrá el Órgano Jurisdiccional
competente actuar de manera eficaz a los fines de solucionar la violación,
mediante el Habeas Data.

Sin embargo, estos derechos que se encuentran consagrados en la


Constitución podrán ser protegidos por medio de la intervención judicial, pero
no siempre por medio de los amparos constitucionales, como la acción de
Habeas Data, ya que, por ejemplo, en el caso del derecho a conocer es de
naturaleza inquisitiva, es decir que se va a evaluar si realmente existen estos
datos y si están registrados, además de que se analiza si realmente se
puede conocer el uso de los datos ya que el tema de secretos profesionales
o de estado no podrán ser revelados, por lo que este derecho tendrá que ser
propuesto por la vía autónoma y no por medio de un Amparo Constitucional.

En la sentencia 1420 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia se analiza el Amparo Constitucional del Acceso a la Información y los
datos personales

De allí, que en Sentencia de la Sala Constitucional se dirimió que la


acción de habeas data no procede contra cualquier tipo de información
almacenada en la variedad de archivos y registros con los que cuentan el
país, de la lectura del citado artículo 28, se deduce que el derecho a conocer,
y el llamado habeas data en general, no funciona en relación a expedientes
personales de orden laboral que reposan en un archivo, a datos sueltos que
alguien tenga sobre otro, anotaciones en diarios o papeles domésticos o
comerciales, sino que funciona con sistemas -no solo informáticos- de
cualquier clase de ordenación de información y datos sobre las personas o
sus bienes, con fines de utilizarlos en beneficio propio o de otros, y que real o
potencialmente pueden serlo en forma perjudicial contra aquellos a que se
refiere la recopilación, se trata, por lo tanto, de bancos de datos, no referidos
a alguien en particular, con independencia de que estén destinados a
producir informaciones al público.

 RECURSO DE HECHO

 Definición
Se entiende como el medio para reparar el agravio que pretende el
interesado, con motivo de haber ejercido el Recurso de Apelación obteniendo
como resultado una negativa. Puede igualmente definirse como el Recurso
que puede interponer el apelante ante el tribunal contra la decisión del Juez
que niega la apelación o la admite en un solo efecto, solicitando se ordene
oír la apelación o admitirla en ambos efectos conforme a la ley

 Base Legal

La Ley Orgánica del Tribunal supremo de Justicia de la República


Bolivariana de Venezuela, apartes 23, 24, 25 y 26 en su artículo 19
señala:“El Tribunal Supremo de Justicia será competente para conocer de
los recursos de hecho en los casos contemplados en los códigos o leyes
procesales, o cuando el tribunal de instancia haya omitido o se haya
abstenido de hacer una consulta, o de oír un recurso cuyo conocimiento
corresponda a éste, o cuando se abstenga de remitir el expediente o las
copias requeridas para decidir la apelación u otro recurso”.

Se deberá interponer en forma oral ante el tribunal que negó la admisión


del recurso, en el lapso previsto en el Código de Procedimiento Civil; para
ello el Secretario o Secretaria del tribunal deberá recoger por escrito y
mediante medios audiovisuales grabados, el contenido exacto e idéntico de
la exposición, sin perjuicio que la parte consigne por escrito los términos en
que efectuó la exposición oral, dentro de los tres (3) días siguientes a la
exposición; asimismo, dentro de este lapso, la parte deberá consignar los
alegatos necesarios para decidir, en caso que no se hayan presentado al
momento de interponer el recurso; expirado este plazo, el tribunal deberá
remitir las actuaciones al Tribunal Supremo de Justicia, dentro de los tres (3)
días siguientes.

El Tribunal Supremo de Justicia, con vista del mismo, sin otra actuación y sin
citación, ni audiencia de parte, declarará, dentro de los cinco (5) días
siguientes, si hay o no lugar al mismo.

Declarado con lugar el recurso de hecho, y el alegato fuere suficiente para


conocer del asunto principal, el Tribunal Supremo de Justicia entrará a
conocer del mismo, para ello solicitará del tribunal respectivo, el expediente
original del juicio o copia de las actuaciones requeridas para decidir la
consulta; el procedimiento se tramitará en los términos previstos en el Código
de Procedimiento Civil.”

 Supuestos para dar lugar a este Recurso

Contenidos en el Artículo 305 del Código de Procedimiento Civil, el cual


resulta aplicable por remisión del Artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, siendo los siguientes: a) La negativa del Recurso Apelación; b) Para
la revisión del efecto que se haya concedido.
Se tiene así, que el Recurso de Hecho se puede interponer siempre que la
sentencia cuya apelación negó la primera instancia, este comprendida dentro
de los siguientes supuestos:
• Que sea aquella que la ley permite apelar en ambos efectos, y sólo se
oyó la apelación en un solo efecto
• Que sea una sentencia que por su naturaleza procesal tiene
apelación, y sin embargo el Juez de primera instancia se niega a oír el
recurso
Dictamen de la jurisprudencia venezolana:

 Legitimación para ejercerlo

La legitimación para ejercer el recurso se encuentra únicamente en la


persona del apelante a quien se le niega su derecho, ya que es la parte
gravada por la providencia que niega la apelación o la admite en un solo
efecto. La parte contraria sólo tiene la facultad de indicar actuaciones o
documentos cuyas copias debe remitir el tribunal a quo al superior, a costa
de esta parte, pero no interviene de otro modo en el recurso.

 Procedimiento para la Admisión

a) El recurso se interpone directamente ante el Tribunal Superior respectivo a


quien compete decidir si es o no admisible la apelación. Es lógico que sea a
esa misma superioridad a la que deba ocurrirse cuando el sentenciador de
quien se apele niegue el recurso o lo acuerde en un solo efecto.

b) El recurso se propone contra el auto del juez a quo que niega la apelación
o la admite en un solo efecto que es la providencia que causa gravamen al
apelante; de modo que no es admisible contra los autos que nieguen la
apelación interpuesta contra actos que no constituyen decisiones judiciales,
como ocurriría, si se apelase de un acto de remate que no tiene tal carácter y
se negase el recurso de hecho contra la negativa de dicha apelación.

c) Debe proponerse dentro del plazo de cinco días más el término de la


distancia, computado conforme a la regla del Artículo 197 C.P.C. y el término
de la distancia, según la regla del Artículo 205 ejusdem, a partir del día
siguiente al de la fecha del auto en que fue negada la apelación u oída en un
solo efecto.

d) Con el recurso debe acompañarse copia de las actas del expediente que
el recurrente crea conducentes y de aquellas que indique el juez de quien se
apele (Art. 305 C.P.C. ) ; pero el tribunal superior debe darlo por introducido
aunque no se acompañen con el escrito las indicadas copias de las actas
conducentes (Artículo 306 C.P.C.).

 REVISIÓN CONSTITUCIONAL

Consiste en la potestad de revisión de sentencias por parte de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
En la actual Constitución se reformo el sistema de justicia en la cual se
agregaron nuevos procesos, como se puede observar en las atribuciones de
la Sala Constitucional ya que se le dio la facultad expresa de revisión de las
sentencias definitivamente firme con el fin de controlar su constitucionalidad
y además puede revisar el control difuso de constitucionalidad ejercido por
las otras salas y demás tribunales de la Republica, así como las sentencias
de amparo constitucional.
 Naturaleza Jurídica
De conformidad con el articulo 336 numeral 10 de la Constitución, la Sala
tiene la facultad de revisar las decisiones definitivamente firmes dictadas por
los Tribunales de la República, en materia de Amparo Constitucional o
cuando hayan ejercido el control difuso de la constitucionalidad de las leyes,
con el objeto de garantizar la uniformidad de la interpretación de la normas y
Principios constitucionales, la eficacia del texto fundamental y la seguridad
jurídica.

La competencia de esta sala, no puede ni debe entenderse como parte


de los derechos a la defensa, tutela judicial efectiva y amparo consagrados
en la Constitución, sino, según lo expuesto, como un mecanismo
extraordinario de revisión cuya finalidad constituye únicamente darle
uniformidad a la interpretación de la norma y principios constitucionales.

 Funciones y fines de la naturaleza jurídica de la revisión


constitucional:

Funciones: son tres funciones dadas por el poder constituyente la cual


especifica el mecanismo extraordinario de revisión:
Garantizar la uniformidad de la interpretación de las normas y principios
constitucionales, por ser la Sala Constitucional su máximo y último interprete.
Garantizar la eficacia de la Constitución, con especial énfasis en materia
de derechos constitucionales.
Garantizar la seguridad jurídica, porque se puede controlar la actividad
jurisdiccional de las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia y de
todos lo tribunales de la Republica.
Fines: conforme a las funciones mencionadas, lo que se busca es el fin
público, que tiende a la defensa del derecho objetivo y a la uniformidad de la
interpretación de las normas y principios constitucionales.

 Procedimiento de Revisión constitucional:

La sala constitucional ante la ausencia de regulación de procedimiento a


seguir para solicitar revisión de una sentencia y conforme a lo dispuesto a los
artículos 26 y 27 de la constitución, en caso de ser admitida la solicitud de
revisión extraordinaria de sentencia definitivamente firmes, el procedimiento
de apelación de sentencias de amparo constitucional el cual supone un
únicamente un lapso de treinta días para decidir, en los que la sala posee
una potestad discrecional de admitirlas o no admitirlas cuando así lo
considere.

Es necesario advertir que al examinar la jurisprudencia de la sala


encontramos fallos que han ido estableciendo los supuestos de
inadmisibilidad de la solicitud por otra parte, asignándole al procedimiento de
apelación, particularidades que como tal le resultan ajenas y que generan
inseguridad jurídica, en este sentido señalaremos los aspectos más
importantes.

1. Inicio del procedimiento:

La revisión supone la apertura de un juicio, el cual puede iniciarse a


solicitud de algunas de la partes del juicio principal o tercero interesado, o
bien por la remisión que hiciera el juez de instancia a la Sala Constitucional.
1.1 Por Instancia de Parte:

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia desde sus


primeras sentencias ha sostenido que la revisión de sentencia depende de la
iniciativa de un particular, quien debe presentar su solicitud directamente
ante la sala constitucional, además ha sostenido que el solicitante debe
manifestar un interés personal y directo en su condición de parte de juicio, a
cumplir lo dispuesto en el fallo que sería objeto de la revisión. En virtud del
carácter excepcional y limitado de la revisión constitucional ha establecido
que en los procedimientos de revisión no es posible invocar un derecho o
internes difuso o colectivo.

Para la interposición de la solicitud de revisión constitucional es


necesario que el solicitante posea interés directo y personal en el proceso
que pretende iniciar, por haber sido demandante, demandado o tercero en el
juicio que dé lugar al pronunciamiento que se impugna.
La solicitud de revisión puede ser presentada por el interesado en
cualquier momento, pues no esta sometida a lapso de caducidad, dado su
carácter objetivo, y debe ser realizada de manera inequívoca, es decir los
alegatos deben ser expuestos de forma clara, para que la Sala aprecie que lo
que se pretende es precisamente la revisión de la sentencia.

En principio, solo es necesaria la sentencia para examinar la


conformidad del proceso de juzgamiento a la Constitución, pero la Sala ha
estimado en ocasiones solicitar información adicional acerca de la causa
principal.

1.2 Por remisión del juez de instancia:


La Sala constitucional, en sus primeras decisiones reiteraba que la
revisión no procedía ipso iure, ya que dependía de la iniciativa de un
particular, y no del juez que la dictó.

En sentencias más recientes La sala constitucional estableció una


distinción, a los efectos de ejercer la revisión que ha llamado de oficio que
se sustenta en la precisión que el fallo del que se pretende una tener una
revisión, haya sido dictado en materia de ampara constitucional o en ejercicio
del control de la constitucionalidad de las leyes

Ahora bien ante tal exigencia resulta necesario precisar el órgano


jurisdiccional encargado de hacer la remisión.

La sala constitucional se ha pronunciado en señalar que debe ser


juzgado de primera instancia, encargado de ejecutar la decisión, el que
informe a la sala, al ser este el que puede dar certeza de la firmeza de la
sentencia en materia de amparo constitucional.
La nueva ley orgánica del tribunal supremo de justicia, aun cuando
reconoce que la sala constitucional puede revisar de oficio las sentencias
definitivamente firmes de amparo y de control difuso de la constitucionalidad,
no obstante solo en este último caso dispone la obligación para las salas del
tribunal supremo de justicia de informar sobre los fundamentos de la
desaplicación de la norma realizada, mas no para los demás Tribunales de la
Republica, lo cual solo tendría como supuesta justificación que en el primero
de los casos, el legislador quiso distinguir que no puede la sala constitucional
entrar a conocer del merito de la causa y en el caso de los demás tribunales
si le esta permitido.

2. Supuestos de inadmisibilidad:
Los supuestos de inadmisibilidad de la revisión, son los siguientes:

a) Que no se trate de una sentencia definitivamente firme, es decir, que aún


no haya agotado los recursos dispuestos en el ordenamiento jurídico,
garantizado el principio de la doble instancia.

b) Que no se trate de un fallo a los que se refiere la sentencia Nº 93/2001.


aunque este supuesto es empleado indistintamente para declarar la
inadmisibilidad y la improcedencia de la revisión.

c) Que se configure en una de las causales previstas en el artículo 19 de la


Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia.

d) Que el solicitante no tenga legitimación para acudir a la Sala


Constitucional y requerir la revisión o no se acompaña de abogado.

3. Audiencia:

Aun cuando al Sala a establecido el procedimiento de segunda


instancia de amparo constitucional para decidir la revisión que se solicite, la
misma a precisado que dicho procedimiento operara luego de admitida la
solicitud, pero que antes de esa oportunidad y a los fines de emitir la
decisión correspondiente a la admisión, la Sala puede fijar la realización de
una audiencia en que las parteas expongan sus alegatos.

4. Supuestos de procedencia:
Los supuestos de procedencia, están directamente vinculados a los
fines de la revisión. Procede la revisión si se trata de una sentencia, cuyo
control supone un apoyo significativo a la uniformidad de criterios sobre
normas y principios constitucionales, como ocurre con la sentencia en la que
se haya ejercido control difuso de constitucionalidad.

Otro supuesto para la Sala, es que se trate de una sentencia


definitivamente firme que desconozca la interpretación que de manera previa
y vinculante haya fijado la misma.

En materia de amparo constitucional, la sala ha estimado la


procedencia de la revisión cuando considera que el fallo, en el cual se ha
realizado una interpretación a los derechos constitucionales denunciados
como violados, se ha incurrido en una lesión constitución o en un
desconocimiento de las normas y principios constitucionales, al efectuar tal
interpretación. La revisión no puede proceder contra una omisión judicial
pues precisamente el texto constitucional exige la existencia de una
sentencia definitivamente firme.

Es forzoso concluir que conforme a la forma comentada, las


sentencias de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia,
independientemente de la materia de que se trate, puede ser revisadas, pero
únicamente cuando se trate de violaciones a principios jurídicos
fundamentales previstos en los textos referidos por la misma, y cuando la
decisión, objeto de revisión sea producto de un error inexcusable, dolo,
cohecho o prevaricación.

5. Sentencia, Efectos:
La Sala Constitucional puede desestimar, es decir, declarar
improcedente o sin lugar, la revisión solicitada, sin motivación alguna,
cuando en su criterio constate que la decisión que ha de revisarse, en nada
contribuye a la uniformidad de la interpretación de normas y principios
constitucionales ni constituyan una deliberada violación de preceptos de ese
mismo rango.

Hay casos en los que la Sala Constitucional estima que está una de
las causales de inadmisibilidad, a las que aludimos anteriormente, y se
declara, en consecuencia, inadmisible la solicitud de revisión.

En la práctica, al examinar el gran cúmulo de casos de revisión que


han sido desestimados, apreciamos que efectivamente que en la sentencia
de la Sala se hace ver, que se constatan los fundamentos de la solicitud, y
seguidamente en la parte motiva, una vez declarada la competencia, se
procede a afirmar que el caso de autos en nada contribuye a tal uniformidad
ni constituye una deliberada violación de preceptos constitucionales, de
manera que simplemente se niega, aun cuando no se haya verificado ningún
supuesto de inadmisibilidad.

Por el contrario, en los fallos que la Sala Constitucional ha estimado


procedente, con lugar, la solicitud de revisión planteada ha resultado
abundantemente motivadas las sentencias, bien justificando porque si
resulta importante el caso para lograr la uniformidad en la interpretación
constitucional.

Ahora bien, tratándose la revisada de una decisión de fondo sobre el


amparo constitucional solicitado, la sala anula la decisión y ordena emitir
nuevo pronunciamiento acogiendo las normas y principios constitucionales
interpretados en su sentencia incluso ha sido mas alla al estimar que si
verifica que el juez de amparo, con su interpretación erronea de las normas
y principios constitucionales ha ocasionado una lesion por no cumplir con su
misión de garante de la Constitución, para salvar la supremacia de la misma

Anular decisión revisada y ordenar la emisión de una nuevo


pronunciamiento u ordenar la continuación del juicio dependiendo del caso.

Respecto a las sentencias de control de constitucionalidad, ante el


efectivo supuesto de que la revisión solicitada se haga sobre una sentencia
definitivamente firme que comporta la desaplicación de una norma legal o
jurídica al caso concreto, por considerarla inconstitucional podrá, al examinar
el criterio por el juez, concluir que el mismo no resulta contrario a las normas
y principios constitucionales, y por tanto, con su declaratoria de
improcedencia , puede pensarse que confirma la inconstitucionalidad de las
norma.

La sala puede estimar que la norma, como tal, no es inconstitucional,


sino una interpretación que de ella se realice, de modo que al decidir la
revisión solicitada pudiera reconocer que si la norma se interpreta de
determinada manera, solo así, será estimada inconstitucional, y de esa
interpretación la que se debe desestimar y acoger aquella que resulte
conforme a la Constitución, emitiendo en tal sentido, una sentencia
interpretativa.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Administrativo. Editorial hermanos Vadell

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Cortes Domínguez, Valentín (2000). Derecho procesal civil. Madrid: Editorial


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Referencias Legales

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial Nº


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Ley Orgánica de la Orgánica Suprema de Justicia. Editorial. Eduven. 30 de


julio de 1976. Caracas

Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia. Gaceta Oficial Nº 37.942. de


fecha 20 de mayo de 2004

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