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El Yo: los mecanismos de defensa.

Hernández Álvarez Julieta Naomy


Represión: Es un mecanismo de defensa que impide que se hagan conscientes las fantasías,
representaciones, los pensamientos que están ligados a una pulsión y cuya satisfacción
podría ser una fuente de conflicto por no cumplir con los requerimientos del Yo o del
Superyó. El proceso de la represión es inconsciente, no sólo en cuanto al contenido, sino
también a los movimientos que el Yo realiza para impedir la descarga motora del impulso.
Lo reprimido busca continuamente una salida y, como consecuencia, hay un fuerte y
constante desgaste de energía psíquica, esto se puede ver en el caos del neurótico que tiene
un empobrecimiento general, pues todas sus energías las emplea en mantener la represión
de determinadas fantasías o hechos, no quedándole energía psíquica libre para realizar otras
tareas. Como consecuencia de la represión se origina una oposición entre el Yo y el Ello.
Aislamiento: Este mecanismo de defensa consiste en separar o aislar un determinado
pensamiento o una acción, de manera que se destruyan las conexiones con otros
pensamientos o afectos con los que se encuentra en relación. En los casos normales una
persona experimenta simultáneamente la representación o la idea junto con el afecto que le
corresponde, pero en el mecanismo de aislamiento ocurre que el afecto es expulsado de la
conciencia; al aislar la idea de su carga emocional, el sujeto parece no sentir ningún afecto,
aunque en su pensamiento esté algún recuerdo o alguna idea que sea dolorosa o
vergonzosa.
Regresión: En el mecanismo de regresión, una parte de la personalidad del individuo
pierde el grado de desarrollo que había obtenido y regresa a un modo de funcionamiento de
una etapa anterior del desarrollo. Una experiencia traumática o un evento que resulte
frustrante para una persona puede ocasionarle que responda de una manera menos adulta y
que recurra a una forma de ser que utilizaba en su infancia, cuando se enfrentaba a
situaciones angustiantes y durante ese periodo le servía y le era muy adaptativa. La
regresión tiene propósitos adaptativos, pero suele ser destructiva y no promueve la
adaptación con la realidad externa. Las formas y grados del uso de la regresión ocasionan
una desorganización en la personalidad, como en el caso de la esquizofrenia.
Racionalización: Este mecanismo consiste en tratar de explicar o justificar, de una forma
aparentemente lógica, coherente, congruente y socialmente aceptada, la forma de actuar y
de pensar. El propósito de la racionalización es neutralizar las cargas y las pulsiones para
mantener alejados los efectos de la conciencia. La racionalización es un componente del
pensamiento normal, pero interviene de forma significativa en la formación de delirios. Al
uso excesivo de este mecanismo se le clasifica como patológico. El uso de la
racionalización se puede observar en la vida cotidiana: vemos cómo las personas, para
conservar su estatus social, tratan de disculpar o explicar sus defectos o fracasos. La
racionalización puede o no partir de premisas falsas, utilizar o no la realidad.
Fijación: Durante el desarrollo del individuo se da un proceso de maduración gradual y
progresiva, epigenético, en las pulsiones, en lo emocional, en los aspectos psicosexuales y
en el pensamiento: conforme va madurando una persona aprende a responder en forma más
adulta a las diversas situaciones que va a enfrentar, aprende también a postergar la
satisfacción de sus pulsiones, a tolerar la frustración, a manejar la realidad de una forma
adaptativa, y puede expresar mejor sus emociones. Pero el desarrollo de todos estos
aspectos no es uniforme; algunos de ellos pueden detenerse en su desarrollo o en alguna
etapa y no evolucionar al mismo nivel de los otros, se han quedado fijados en etapas
anteriores.
Sublimación: En la sublimación un impulso abandona su objeto original pues, de acuerdo
con el principio de realidad, su satisfacción del impulso no sería aceptada por el Superyó y
lo castigaría, entonces se busca otra salida a través del Yo en la que concibe las exigencias
del Superyó, del principio de realidad y que esté socialmente aceptado. Para lograr la
sublimación el impulso es de sexualizado o desagresivisado, se cambia el objeto y el fin
impulsivo por uno altruista. El impulso que se sublima puede provenir de lo sexual o de lo
agresivo.

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