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TEMA 5: ABRAHAM, EL HOMBRE DE FE

FUENTE BIBLICA: Génesis 14:18-24


Dios llamó a Abram, y Él salió, no sabiendo adónde iba. Lot fue con él.Lot siguió a Abram, y Abram siguió a
Dios. Lot pronto está habitando en Sodoma. Ahora le vemos como un prisionero. La mundanalidad conduce
seguramente al cautiverio espiritual. El carácter de Abram brilla aquí como:

I. Un hombre de simpatía. «Vino uno, y anunció a Abram que su pariente estaba prisionero» (Gn.
14:13, 14). Pensad en lo que podría haber dicho: «La culpa la tiene él. Se lo merece; no debería
haber entrado en Sodoma». Nada más que la paga de la mundanalidad. Pero no. En seguida se
puso en movimiento para librarlo. Los que andan en comunión con Dios no pueden permanecer
indiferentes a los sufrimientos y tristezas de sus hermanos.

II. Un hombre de coraje (Gn. 14:14, 15). Con su puñado de siervos sale contra los cuatro reyes. El hombre de
fe intenta grandes cosas. Sabe que Dios puede usar cosas débiles para confundir a los fuertes. La fe de
Abram obró por el amor. Amaba a su hermano Lot, y se atrevió a hacer este gran hecho. Una fuerte fe
constriñe a procurar hacer lo imposible.
Pensad en Nehemías, Moisés y Pablo (Fil. 4:13).

I. Un hombre de poder. «Recobró todos lo bienes» (Gn. 14:16). Abram, como hombre apartado,
moraba en la presencia de Dios. Fue a la batalla como uno que había salido de la santa
presencia que inspira el alma.La victoria es completa. Lot se mezcló con los impíos, y no podía
siquiera salvarse a si mismo. Solo el separado es capaz de salvar a otros. El poder de Abram
estaba en su vida de fe. Si queremos tener la victoria para Dios, tenemos que estar separados
para Dios. Recordad dónde y cómo Sansón fracasó (Jue. 16:1-31). El pámpano fructífero tiene
que permanecer en la vid.

II. Un hombre de independencia. «Nada tomaré de todo lo que es tuyo» (Gn. 14:23). Abram tomó
todo lo que pudo del rey de Salem, porque éste era sacerdote del Dios Altísimo; pero no quiso
tomar nada del rey de Sodoma, para que éste no pudiera decir: «Yo enriquecí a Abram». DIOS
lo había hecho rico, y Él rehusaba recibir algo que pudiera impedir a Dios tener toda la honra.
Esta no es la independencia del orgullo y la propia suficiencia, sino la de un santo celo por el
nombre y carácter de Dios. Es la independencia que resulta de completa dependencia de Dios
solamente. Que nuestros corazones sean estimulados para ejercitarla. «Mi porción es Jehová»
(Sal. 119:57)

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