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D. Más riqueza.

El aumento de las posesiones ayudó a la posterior disputa entre los pastores de Abraham y los de Lot. Más tarde
Abraham rehusaría la riqueza del mundo (14.17–24).
E. Lot disfruta en Egipto.
A este joven le gustó mucho Egipto (13.10), y aunque Abraham sacó a Lot de Egipto, no pudo sacar a Egipto de
Lot. Es siempre trágico cuando un creyente maduro hace descarriar a un joven cristiano. En 12.8 Lot usa la
tienda y el altar de Abraham, pero cuando sale de Egipto, sólo tiene tiendas, no altar (13.5).
No sorprende que Lot se dejara atraer por Sodoma y acabó siendo un desastre moral y espiritual. GÉNESIS
13.5–14.24
Empezamos aquí el trágico relato de la reincidencia y fracaso de Lot. Si no fuera por 2 Pedro 2.7–8 nos
preguntaríamos si Lot fue salvo alguna vez.
Es una ilustración del creyente mundano que pierde todo en el fuego del juicio (1 Co 3.11–15). Salvo, ¡pero sólo
como por fuego!
I. El conflicto (13.5–7)
Lot andaba en la carne y Abraham en el Espíritu. Esto siempre lleva al conflicto. La causa externa fue el
incremento de la riqueza; la causa real fue la incredulidad y carnalidad de Lot.
Cristo divide (Jn 7.43; 9.16; 10.19). Su presencia trae conflicto entre las personas de la misma familia (Lc
12.49–53).
El conflicto con Lot debe haber sido un peso para Abraham y Sara, al mismo tiempo que un pobre testimonio
para los paganos que vivían en la tierra.
II. La elección (13.8–18)
La gente revela su verdadero ser por las elecciones que hace. Nótese lo que Lot muestra aquí:
A. Su orgullo (vv. 8–9).
El más joven debe someterse al mayor (1 P 5.5), sin embargo Lot tomó la delantera. Qué hombre lleno de gracia
fue Abraham. Ansiaba hacer las paces (Sal 133). Mientras que Abraham se preocupaba por mantener un buen
testimonio, Lot se preocupaba sólo por sí mismo. Pero: «Antes del quebrantamiento es la soberbia» (Pr 16.18),
¡y Lot lo perdería todo!
B. Su incredulidad (v. 10a).
«Levantó sus ojos», vivía por vista, no por fe. Si Lot hubiera consultado a Dios, hubiera descubierto que Sodoma
estaba en la agenda para ser destruida, pero en vez de eso confió en su vista y escogió la ciudad rica, pero impía.
C. Su mundanalidad (v. 10b).
La tierra que Lot vio era «como la tierra de Egipto»; ¡eso era todo lo que importaba! Andaba conforme a la
carne, vivía para las cosas del mundo.
A Lot le pareció que los alrededores de Sodoma era tierra de riego y fructífera, pero para Dios era perversa (v.
13).
Los incrédulos de hoy, como Lot, anclan sus esperanzas en este mundo y se mofan de la idea de que un día Dios
destruirá el mundo con fuego (2 P 3).
D. Su egoísmo (v. 11).
El éxito de Lot se debía mayormente a la bondad de Abraham, sin embargo, el joven dejó a su generoso tío y
trató de conseguir «lo mejor» para sí mismo. Por supuesto, Dios quería separar a Lot de Abraham (12.1), pero
desde el punto de vista humano, fue una separación dolorosa.
E. Su descuido (v. 12).
Primero Lot miró a Sodoma. Luego se mudó hacia Sodoma. Antes de que pasara mucho tiempo (14.12 y 19.1) se
hallaba viviendo allí. El versículo 11 nos dice que Lot se fue hacia el oriente; en vez de marchar con la luz,
avanzó hacia las tinieblas (Pr 4.18).
1. Mientras que Lot se alejaba cada vez más del Señor, ¡Abraham se acercaba más!
2. Lot se convertía en amigo del mundo (Stg 4.4); Abraham se convertía en amigo de Dios (Stg 2.23).
3. Lot tomó parte de la tierra, pero a Abraham se le dio toda la tierra. Dios siempre da lo mejor a los que le dejan
a Él escoger (Mt 6.33).
4. Dios prometió bendecir a la simiente de Abraham, pero la familia de Lot fue o destruida en Sodoma o
mancillada en la cueva (19.12–18).
5. Lot había perdido su altar y pronto perdería su tienda (19.30), pero Abraham todavía tenía su tienda y su altar.
¡Vale la pena andar por fe y confiar en la Palabra de Dios!

III. El cautivo (14.1–12)


Los arqueólogos han confirmado la exactitud histórica de este relato de la primera guerra en la Biblia. Cuando
Lot se mudó a Sodoma (v. 12), perdió la protección del «Juez de toda la tierra» (18.25) y tuvo que sufrir las
consecuencias.
Lot siguió la senda de la amistad con el mundo (Stg 4.4), luego amó el mundo (1 Jn 2.15–17), más tarde se
conformó al mundo (Ro 12.2) y por último lo juzgaron con el mundo (1 Co 11.32).
Lot pensó que Sodoma era un lugar de paz y protección; sin embargo, ¡resultó ser uno de guerra y peligro! Rara
vez «el mundo captura» a los santos súbitamente. Entran poco a poco en el lugar de peligro. Con Lot el proceso
empezó cuando adoptó a Egipto como su estándar y empezó a andar por vista en vez de por fe. Prefirió a la gente
del mundo antes que a su piadoso tío, y las casas de Sodoma antes que a las tiendas de Dios. El resultado: ¡lo
capturaron!

IV. La conquista (14.13–24)


El piadoso Abraham estaba en un lugar seguro, aunque vivía en una tienda. Al oír de las dificultades de Lot, hizo
algo generoso y fue a rescatarlo. Sólo el creyente separado tiene el poder de ayudar al descarriado Por fe vence
al enemigo, recorriendo casi doscientos kilómetros para hacerlo.
Véase 1 Juan 5.1–4. En 19.29 Abraham libra a Lot con sus oraciones (18.23–33). ¡Un cristiano mundano es
afortunado si tiene un ser querido consagrado que ora por él!
Lograda la victoria, Abraham enfrentó una tentación mayor al encontrarse con el rey de Sodoma. Casi siempre es
cierto que Satanás nos tienta inmediatamente después de una gran victoria espiritual. Satanás le salió al
encuentro a Cristo en el desierto después de su bautismo.
Elías huyó atemorizado después de su gran obra de fe en el monte Carmelo (1 R 19). El rey de Sodoma quería
regatear con Abraham y lograr que hiciera una componenda al aceptar la riqueza de Sodoma, pero Abraham
rehusó. La riqueza de Egipto había demostrado ser una trampa. La de Sodoma sería peor. Si Abraham no hubiera
estado atento, hubiera caído por esta sutil tentación y le hubiera quitado la gloria
a Dios. La gente hubiera dicho: «Abraham rescató a Lot por lo que podía sacar, no debido a su fe y amor.
Abraham rehúsa vivir en Sodoma con Lot, pero disfruta de los bienes de Sodoma por igual». Abraham hubiera
destruido su testimonio.
Abraham ignoró al rey de Sodoma, pero honró al rey de Salem. Hebreos 5–7 aclara que Melquisedec («rey de
justicia») es un tipo de Cristo, nuestro sumo Sacerdote celestial. Como Rey de Salem («paz») Cristo nos da la
paz mediante su justicia, hecha posible por su muerte en la cruz. ¡Qué alentador es ver a Melquisedec saliendo al
encuentro de Abraham cuando el rey de Sodoma lo tentaba! Como Rey y Sacerdote, Cristo puede darnos «gracia
para el oportuno socorro» (Heb 4.16). El pan y el vino (v. 18) tipifican el cuerpo de Cristo y la sangre derramada,
porque la cruz hace posible el sacerdocio celestial de Cristo. Melquisedec salió al encuentro de Abraham, le
alimentó y le bendijo.
¡Qué maravilloso Salvador! Abraham honró a Melquisedec al darle los diezmos de todo. Este es el primer caso
del diezmo en la Biblia y ocurre muchos años antes de que se diera la Ley Mosaica. Hebreos 7.4–10 indica que
estos diezmos se pagaron (en tipo) a Cristo, sugiriendo que los creyentes de hoy siguen el ejemplo de Abraham
al traer los diezmos al Señor. Abraham rehusó las riquezas del mundo, pero dio su riqueza al Señor y Él le
bendijo ricamente.
¿Hizo esta batalla y noche de peligro recapacitar a Lot? ¡no lo hizo! En 19.1 le vemos de nuevo en Sodoma. El
corazón de Lot estaba allí, de modo que allá era donde su cuerpo tenía que ir.

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