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TEMA 17

LOS CUASICONTRATOS

Otra fuente de obligaciones la constituyen los cuasicontratos.

Son actos jurídicos lícitos, similares a los contratos, pero que no pueden ser calificados
como “contratos” porque les falta el elemento del acuerdo de voluntades. Por eso se les
denomina “cuasicontratos” (casi-contratos).

Existen tres figuras fundamentales de cuasicontratos: la negotiorum gestio (gestión de


negocios ajenos); el enriquecimiento sine causa (enriquecimiento injustificado) y la
communio incidens (comunidad incidental).

NEGOTIORUM GESTIO
Se trata de la gestión de un negocio (o patrimonio) ajeno que hace una persona
voluntariamente y gratuitamente a favor de otra, no habiendo acordado entre ellos nada.

Presenta una gran analogía con el contrato de mandato, pero no puede ser calificado
como tal porque aquí, en la negotiorum gestio, no existe acuerdo de voluntades entre el
gestor de los negocios ajenos y el dominus negotii (el titular de esos negocios o
patrimonio); sin embargo en el contrato de mandato existe un acuerdo de voluntades o
consentimiento previo entre mandante y mandatario.

Obligaciones:
Gestor:
- Realizar la gestión que asumió voluntariamente.
- Entregar al dominus negotii los beneficios obtenidos de la gestión.
- Indemnizar al dominus negotii de los perjuicios a él ocasionados por su dolo y
culpa.
Dominus negotii:
- Ratificar las gestiones realizadas por el gestor, siempre que fueran de su utilidad
o beneficio.
- Reembolsar al gestor los gastos ocasionados durante la gestión.

La “actio negotiorum gestorum” corresponde al dominus negotii y la “actio negotiorum


gestorum contraria” al gestor.

ENRIQUECIMIENTO SINE CAUSA


Se trata del incremento que se produce en el patrimonio de una persona sin causa
justificada.

El caso típico de enriquecimiento sin causa lo constituye el pago de lo indebido. Éste


tiene lugar cuando alguien paga a una persona, creyendo que entre ellos existe una
deuda que, en realidad, no existe. Por eso, el pago de lo indebido produce un
enriquecimiento injustificado para la persona que recibió el pago y de este hecho lícito
surge la obligación (para quien recibió el pago) de devolver el tantundem de lo que
recibió.

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Presenta una gran analogía con el contrato de mutuo, pero no puede ser calificado como
tal, porque falta el acuerdo de voluntades.

El que pagaba perdía la acción reivindicatoria, porque transfería la propiedad del dinero
que entregaba. Por eso, se le concedió una acción especial para reclamar el tantundem:
la condictio indebiti.

COMMUNIO INCIDENS
Es una situación de copropiedad de bienes entre varias personas, sin que entre ellas
existe un previo acuerdo de voluntades, es decir, por hechos ajenos a su voluntad.

Lo que la diferencia del contrato de sociedad o comunidad voluntaria es que falta el


acuerdo de voluntades.

La forma más antigua de comunidad incidental era el “consortium inter fratres”


(consorcio entre hermanos) o comunidad de bienes que se producía automáticamente,
entre los hermanos, herederos legítimos, a la muerte de su padre, sin que entre ellos
hubieran acordado compartir la herencia del padre.

La acción para pedir la disolución de la comunidad y el reparto de los bienes, que


correspondía a cada hermano era la actio familiae erciscundae.

DELITOS Y CUASIDELITOS

Las obligaciones no sólo nacen de los hechos lícitos (contratos y cuasicontratos), sino
que también son fuentes de obligación los hechos ilícitos (delitos y cuasidelitos).

Los delitos en Roma estaban perfectamente tipificados por el Ius civile. Por eso todo lo
que fuera un hecho ilícito y no encontrara cabida dentro de las figuras típicas de delito
era un cuasidelito.

De los delitos y cuasidelitos no sólo nacían sanciones penales (cumplimiento de penas


de prisión, condena a galeras, deportación o exilio, etc.), sino también obligaciones
civiles. La obligación civil fundamental que surge de los hechos ilícitos es la de reparar
patrimonialmente el daño causado a la víctima (generalmente, a través de una
indemnización pecuniaria).

DELITOS
Las figuras típicas de delito eran: el furtum, la rapina, la iniuria y el damnum iniuria
datum.

FURTUM (HURTO):
Es la sustracción fraudulenta, con ánimo de lucro, de una cosa (furtum rei), o bien de su
uso (furtum usus) o bien de su posesión (furtum possessionis).

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Furtum rei: Es el hurto de cosas ajenas. Hay que distinguir entre:

- furtum manifestum (hurto manifiesto o flagrante): si el ladrón es sorprendido


cometiendo el delito. Este hurto no necesita pruebas. Da lugar a una multa
correspondiente al cuádruplo del valor de la cosa robada.

- furtum nec manifestum (hurto no manifiesto o flagrante): da lugar a una multa


correspondiente al doble del valor de la cosa robada.

Furtum usus: tiene lugar cuando se usa una cosa ajena contra la voluntad de su dueño,
contra lo acordado con él o contra la naturaleza de la cosa.

Da lugar a una indemnización por el doble del valor de la cosa.

Respondían de furtum usus, por ejemplo, el comodatario y el depositario.

Furtum possessionis: ocurre cuando el mismo propietario es el que sustrae la cosa a


quien la está poseyendo. (Por ejemplo, el propietario de una cosa se la quita al acreedor
pignoraticio, a quien se la entregó en prenda, o el arrendador se la quita al arrendatario,
a quien se la entregó en arrendamiento).

Da lugar a una indemnización por el simplum, esto es, por el simple valor de la cosa.

Para exigir estas indemnizaciones la víctima del furtum tenía la actio furti.

RAPINA (RAPIÑA o ROBO):


Se trata del furtum agravado con el uso de la violencia en las personas o en las cosas.
(Por ejemplo, un robo a punta de navaja o un robo forzando la cerradura).
Es equiparable al moderno delito de robo con intimidación.

Da lugar a una indemnización por el cuádruplo del valor de la cosa robada.

Acción para obtener esta indemnización: la actio vi bonorum raptorum (acción de


sustracción de las cosas con violencia).

INIURIA (INJURIA):
Es toda ofensa material o moral que se ocasiona a una persona.
Material se refiere a lesiones físicas. Moral, a daño moral, por calumnias u ofensas.

La acción que tiene la víctima es la actio iniuriarum (acción de las injurias) para pedir
una indemnización.
La indemnización variaba (a juicio del juez) según la honorabilidad de la víctima y la
intención del autor de la ofensa. También variaba según la época.

DAMNUM INIURIA DATUM:


Alude al daño causado injustamente a las cosas ajenas (animales, esclavos y cosas
inanimadas).

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La indemnización variaba, según el daño fuera ocasionado a animales y esclavos (en
cuyo caso consistía en el valor más alto que éstos hubieran alcanzado en el mercado el
año anterior a la comisión del delito) o a cosas inanimadas (en cuyo caso, es el que
hubieran tenido el mes anterior a la comisión del delito).
La acción para pedir esta indemnización era la actio ex lege Aquilia (porque fue la ley
Aquilia del 286 a. C. la que tipificó este delito).

CUASIDELITOS

Actos ilícitos, no tipificados como delitos, pero que también originaban, como éstos,
obligaciones civiles.

La principal obligación civil que generan es la de reparar patrimonialmente el daño


causado a la víctima, a través de una indemnización pecuniaria.

Constituían cuasidelito:

1) la actuación arbitraria de un juez que se inclina dolosamente por una de las


partes litigantes, dando una sentencia injusta que perjudica a la otra parte
litigante.

Aquí, el juez está obligado a dar una indemnización pecuniaria a la parte


ofendida, que varía según la honorabilidad de la víctima, la intencionalidad del
Juez prevaricador, el perjuicio causado, etc.

2) colocar (sin las debidas medidas de seguridad) en balcones y terrazas objetos


cuya caída pudiera dañar a los transeúntes.

Si el objeto cae y produce un daño, está obligado a responder quien habite en ese
momento la casa (propietario o inquilino). Se castiga el hecho objetivo del daño,
independientemente del dolo o culpa de las personas que habitan la casa.

La indemnización es variable (a juicio del juez), según el daño producido.

3) arrojar líquidos o sólidos desde un edificio o vivienda causando daño a los


transeúntes.

La indemnización varía (a juicio del juez), estimando si hubo mala fe o no, esto
es, si la cosa fue arrojada intencionadamente o por accidente.

En todos estos casos, es el pretor quien concede una acción in factum (acción por el
hecho específico de que se trate), para que las víctimas puedan obtener las
correspondientes indemnizaciones.

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