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LOS CUASICONTRATOS
Son actos jurídicos lícitos, similares a los contratos, pero que no pueden ser calificados
como “contratos” porque les falta el elemento del acuerdo de voluntades. Por eso se les
denomina “cuasicontratos” (casi-contratos).
NEGOTIORUM GESTIO
Se trata de la gestión de un negocio (o patrimonio) ajeno que hace una persona
voluntariamente y gratuitamente a favor de otra, no habiendo acordado entre ellos nada.
Presenta una gran analogía con el contrato de mandato, pero no puede ser calificado
como tal porque aquí, en la negotiorum gestio, no existe acuerdo de voluntades entre el
gestor de los negocios ajenos y el dominus negotii (el titular de esos negocios o
patrimonio); sin embargo en el contrato de mandato existe un acuerdo de voluntades o
consentimiento previo entre mandante y mandatario.
Obligaciones:
Gestor:
- Realizar la gestión que asumió voluntariamente.
- Entregar al dominus negotii los beneficios obtenidos de la gestión.
- Indemnizar al dominus negotii de los perjuicios a él ocasionados por su dolo y
culpa.
Dominus negotii:
- Ratificar las gestiones realizadas por el gestor, siempre que fueran de su utilidad
o beneficio.
- Reembolsar al gestor los gastos ocasionados durante la gestión.
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Presenta una gran analogía con el contrato de mutuo, pero no puede ser calificado como
tal, porque falta el acuerdo de voluntades.
El que pagaba perdía la acción reivindicatoria, porque transfería la propiedad del dinero
que entregaba. Por eso, se le concedió una acción especial para reclamar el tantundem:
la condictio indebiti.
COMMUNIO INCIDENS
Es una situación de copropiedad de bienes entre varias personas, sin que entre ellas
existe un previo acuerdo de voluntades, es decir, por hechos ajenos a su voluntad.
DELITOS Y CUASIDELITOS
Las obligaciones no sólo nacen de los hechos lícitos (contratos y cuasicontratos), sino
que también son fuentes de obligación los hechos ilícitos (delitos y cuasidelitos).
Los delitos en Roma estaban perfectamente tipificados por el Ius civile. Por eso todo lo
que fuera un hecho ilícito y no encontrara cabida dentro de las figuras típicas de delito
era un cuasidelito.
DELITOS
Las figuras típicas de delito eran: el furtum, la rapina, la iniuria y el damnum iniuria
datum.
FURTUM (HURTO):
Es la sustracción fraudulenta, con ánimo de lucro, de una cosa (furtum rei), o bien de su
uso (furtum usus) o bien de su posesión (furtum possessionis).
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Furtum rei: Es el hurto de cosas ajenas. Hay que distinguir entre:
Furtum usus: tiene lugar cuando se usa una cosa ajena contra la voluntad de su dueño,
contra lo acordado con él o contra la naturaleza de la cosa.
Da lugar a una indemnización por el simplum, esto es, por el simple valor de la cosa.
Para exigir estas indemnizaciones la víctima del furtum tenía la actio furti.
INIURIA (INJURIA):
Es toda ofensa material o moral que se ocasiona a una persona.
Material se refiere a lesiones físicas. Moral, a daño moral, por calumnias u ofensas.
La acción que tiene la víctima es la actio iniuriarum (acción de las injurias) para pedir
una indemnización.
La indemnización variaba (a juicio del juez) según la honorabilidad de la víctima y la
intención del autor de la ofensa. También variaba según la época.
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La indemnización variaba, según el daño fuera ocasionado a animales y esclavos (en
cuyo caso consistía en el valor más alto que éstos hubieran alcanzado en el mercado el
año anterior a la comisión del delito) o a cosas inanimadas (en cuyo caso, es el que
hubieran tenido el mes anterior a la comisión del delito).
La acción para pedir esta indemnización era la actio ex lege Aquilia (porque fue la ley
Aquilia del 286 a. C. la que tipificó este delito).
CUASIDELITOS
Actos ilícitos, no tipificados como delitos, pero que también originaban, como éstos,
obligaciones civiles.
Constituían cuasidelito:
Si el objeto cae y produce un daño, está obligado a responder quien habite en ese
momento la casa (propietario o inquilino). Se castiga el hecho objetivo del daño,
independientemente del dolo o culpa de las personas que habitan la casa.
La indemnización varía (a juicio del juez), estimando si hubo mala fe o no, esto
es, si la cosa fue arrojada intencionadamente o por accidente.
En todos estos casos, es el pretor quien concede una acción in factum (acción por el
hecho específico de que se trate), para que las víctimas puedan obtener las
correspondientes indemnizaciones.