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Expedición al Centro de Memoria, Paz y Reconstrucción

María Camila Delgado

Miércoles 26 de Abril del 2023

Debo contarte que después de un viaje largo y de recorrer Bogotá gracias a mi

despiste en Transmilenio, logre llegar al centro de memoria, paz y reconstrucción.

Entramos con normalidad, y nos indicaron que a las 3 de la tarde debíamos entrar a un

auditorio para ver un documental, ya que se cumplían 33 años del asesinato de Carlos

Pizarro, líder del grupo guerrillero M-19, así que mientras era la hora fuimos con mis

compañeros a la zona donde estaban los cuerpos de las personas no identificadas. Mientras

salíamos leímos unos avisos que se decidió construir el centro de memoria en ese lugar

precisamente porque estos cuerpos eran enterrados en esa zona, dato que realmente no

conocía. En ese pequeño recorrido entre los jardines se podían ver distintas esculturas que

reflejaban distintos personajes importantes en la historia Colombiana, como los

sentimientos de dolor y angustia de las víctimas. Por el lado de las tumbas, pese a que los

cuerpos ya no se encontraran ahí ya que se podía ver que muchas de las pequeñas bóvedas

estaban abiertas y vacías, se sentía un ambiente pesado, eran demasiadas, tantas que siento

que si hubiera intentado contarlas hubiera tardado un largo rato, se sentía como si esas

personas aun siguieran ahí, estancadas buscando que sean reconocidas por sus familias y

seres queridos para por lo menos descansar en paz.


Foto: Centro de memoria, paz y reconstrucción
Ya era la hora de volver para ver el documental, así que nos dirigimos hacia allá, no

pude evitar entrar a un cuarto que funcionaba como una pequeña biblioteca, habían varios

libros acerca del conflicto y que visibilizaban a las víctimas, pero lo que más me impactó

fue que en la pared habían fragmentos de vidrio con los rostros de varias personas

desaparecidas, como en todas decía la fecha que habían desaparecido, no pude evitar notar

que la mayoría llevaban desaparecidas más de 30 años, y que no se limitaban a un rango de

edad ni a un género especifico, jóvenes, personas de la tecrcera edad, la violencia no

discrimina. Así mismo, habían una especie de tejidos exhibidas alrededor del museo, en

estas tambien habían rostros de personas que llevaban más de dos décadas desaparecidas, lo

más crudo fue que en estas los familiares que las realizaban dejaban mensajes de amor y

esperanza por sus familiares, me llevó a pensar cuántas familias no habían sido destruidas

por la violencia, y así mismo, me hizo pensar en que sentirían los familiares de estas

víctimas, lo que sentirían, y también me hizo pensar en que estas personas son muy fuertes,

ya que tienen viva su esperanza a pesar de que pase tanto tiempo.


Foto: Centro de memoria, paz y reconstrucción
Finalmente entramos al salón para ver el documental, se nos explicó que este no era

nuevo, y que el material había sido reunido por una de las hijas de Carlos, Maria José, la

misma mujer que llevo en su chaqueta el rostro de Pizarro el día que Gustavo Petro subió a

la presidencia. La reproducción del documental duró por lo menos dos horas, ya que

además del documental hubo una pequeña charla entre las personas allí presentes, me

sorprendió que algunas en su momento habían pertenecido al grupo que Pizarro había

ayudado a fundar, el M-19. Con mis compañeros discutíamos después del documental que

este estaba sesgado, ya que al ser dirigido por la hija de Carlos y que los entrevistados

fueran sus amigos y familiares, claramente exaltaban únicamente las cualidades positivas

de este personaje, haciéndolo ver como un revolucionario y un pacifista, sin embargo el

también estuvo incluido en el conflicto armado, y fue el rostro y principal responsable de

uno de los eventos más traumáticos en la historia del país: La toma del palacio de justicia,
tema que por cierto fue pasado por alto en el documental, pero que sin embargo cobró

muchas vidas y en su momento, las personas que vivian en la capital colombiana sufrieron

y temieron. No se puede negar que Carlos Pizarro es un personaje importante en la historia

colombiana y que es importante conocerla como lo dijeron muchos de los participantes ya

que “El que no conoce su historia está condenado a repetirla”, sin embargo, hay que ser

críticos con esta, porque pese a que Pizarro quisiera generar un cambio que el país

necesitaba, la manera de hacerlo fue violenta, y a la larga agravó más el problema incluso

generando otras.

Foto: Centro de memoria, paz y reconstrucción


Posterior al documental siguió un recorrido libre por las instalaciones del museo, y

una de las exposiciones más representativas y diría impactantes es la denominada “Resisto

luego existo”. En esta se mostraban distintos medios como periódicos, videos, imágenes y

objetos que permitían reconocer la lucha de las víctimas, su dolor y las causas que

defienden día a día, como el nombre de la exposición lo indica, el motivo por el cual
resisten. La idea es mostrar como pese a la violencia y el dolor y perdidas que esta causa, se

puede llegar a la paz si se reconoce a las víctimas, si se les da un espacio para expresarse y

transformar este sufrimiento y experiencias. La exposición muestra lugares de Bogotá

donde han ocurrido sucesos trágicos, revictimizantes, pero a su vez, movilizaciones por la

paz y la reconciliación, reflexionando acerca de la historia que cada lugar y objeto tienen,

lo que han logrado representar, y como cada rincón esta lleno de historias y sentimientos,

pero sobre todo de dolor que busca ser transformado, tal como en la sección “Yo resisto por

amor a”, que demuestra estos sentimientos de preservación por personas victimas y que

reconocen ese valor histórico y de lucha de estos lugares.

Foto: Centro de memoria, paz y reconstrucción

Como afirma Romero et. Al., (2019), los objetos y lugares logran reconstruir

prácticas y memorias sociales, ya que debido a estas vivencias individuales, en este caso lo

sucedido dentro del conflicto armado, configuran la dimensión colectiva, regulando tanto la
vida individual y colectiva, resultando en estos objetos que reconstruyen una realidad

individual, como una realidad social dentro del país (pp. 68). Estos objetos tienen historia,

reflejan una realidad que aún se vive en el país, no solo lo que queda después del dolor,

sino el cómo se sobrevive y se lucha para lograr llegar a un mejor país, a una mejor realidad

a pesar del dolor que se ha sufrido, para dejar una sociedad libre de estas penas, que

perdona, pero nunca olvidará.

Referencias
Centro de memoria histórica, paz y reconciliación (s.f.). Exposiciones. Gobierno de

Colombia. http://centromemoria.gov.co/

Romero, C., Moreno, M., Romero C., Cediel, D., & Díaz, L. (2019). Prácticas, memorias y

corotos: Los objetos como portales de la memoria. En Cediel, D., Durán, D.,
Vernot., T. Roa, L., Martínez G., & Puentes, E. (Eds.), Lugares, recorridos y

sentidos de la memoría histórica: Acercamientos metodológicos (pp. 77–106).

Universidad de la Sabana. http://www.jstor.org/stable/j.ctvn1tcjr.7

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