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Relato contado por Doña Otilia Padilla.

Pero cuando se monta al caballo, más adelante, vuelve a ver el


ataúd, pegado al puente de Lombardilla.
Miren, mi papa nos contaba a todos los hermanos que por andar de
tunante, a mi papa lo asustaron dos veces, pero una de ellas, llego Aquel ataúd, del mismito modo.
mudo a la casa, pero mudo que ni por un modo ni otro lo hacíamos
hablar. -¡Padre bendito! Dice que dijo él.

Esa vez, mi papa venia de San Juan Pueblo, de ver una mujer, -Si por andar atrás de mujeres, este muerto, damo de ella, que me
llegaba y tenía que pasar por Piedras de Afilar, eso era cuando ya anda siguiendo, yo mejor dejo, dejo de visitarla.
venía para la casa, de repente en el camino encontró un ataúd Rodeó y rodeó, por el dicho puente, pero ya no podía. Por donde
cruzado, así, por donde él iba a pasar por la calle. quisiera irse, ya no podía.
Nos contaba eso, y eso nos daba terror. Tenía que dejar el caballo.
A pues, dice que, cuando el llego allí, dice que dijo. Dice que por el cabezal del puente, rodeó, pero ya sin la bestia y se
-A saber a quién mataron, y no ajustaron a llevarlo al panteón y lo quedó en tal parte el dicho animal y el cruzó.
dejaron aquí. Pero de allí, él se empezó a morir del gran tufo a candela. Aquel
Llegó hasta cierta parte y miro las cuatro candelas a las del ataúd y tufo a candela y eso que el ataúd ya había quedado atrás.
dijo: Cuando él llega a la casa. Entre cansado y mudo, él se tira a la
-Esto no me suena nada bien. puerta de la entrada de la casa.

-Esto es pura maldad, picardía, que ha hecho alguien, o es el diablo Una de mis hermanas oyó, como que se calló en la puerta.
que me tiene trabado aquí, por esa mujer que yo vengo a ver. Entonces le hablamos a mi madrastra y le digo yo:
Pues dice que, se bajó del caballo y lo llevó jalado porque este no -Rosa, yo creo que mi papá viene bien bolo, vamos a levantarlo.
pasaba, al querer pasar el ataúd, se paraba en dos patas, entonces se
bajó del caballo y lo llevó agarrado, rodeando, rodeando y Y nosotros hable que hable, y que mi papa no hablaba.
rodeando, hasta que logró pasar el ataúd.
- ¡Hasta miedo me da contar esto!
Dice una mujer: Pero mi papa logró decir que había visto al diablo metido en un
cajón y que se daba por muerto para atontar a la humanidad y que
- Échenle agua en la cabeza, para que suelte la lengua, ya no creyeran en el diablo.
échenle agua.
Mi papá hasta allí, en ese momento dejo de viajar todas las tardes
Le echamos agua, de allí le regaron un poco de ruda con no sé para San Juan Pueblo.
qué otra cosa.
Ya allí, ya había miedo, se infundió en él, miedo, temor al ver algo
- Uno de cipote no se fija tanto. aparte de lo normal y eso lo contaba cuantas veces, miraba cipotes.
Pues le hicieron un montón de cosas allí a mi papa. Les decía:
Después, con un pañuelo nuevecito, otra persona les dijo que -Cipotes no vayan hacer tunantes hasta las doce de la noche.
fueran a comprar ese pañuelo sin usar y que con eso le abrieran la
boca y que le estiraran la lengua. Que no estuvieran hasta las doce afuera de la casa.

Jue cuando vino hablar mi papá. Pero cuando mi papá mueve la Ahora yo le digo a un nieto que tengo:
boca, que ya va a hablar, lo que él había visto.
-Hijo si usted tiene una novia, que no pase de las doce. A las diez y
Se aparece un gran personaje en la esquina de la casa y los perros media u once, usted ya tiene que estar en la casa, porque le va salir
salieron corriendo. el diablo aparejado, por andar buscando algo que no es legal
todavía.
- No dijo, este el diablo que ha jugado a este señor: dijo un
que estaba allí.

Ha jugado a Don Conce: dijo. El diablo jue.

Y también empiezan unas rezadoras a rezar y hacer unas oraciones


bien raras.

Que yo no sé, uno de cipote, no sabe que hacen.

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