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DICEN QUE CAPERUCITA

Mónica López y Valeria Dávila

Dicen que Caperucita Dicen que los lobos comen


por el bosque caminaba. cosas feas y podridas.
Llevaba una canastita. Gallinas y chanchos muertos
A su abuela visitaba. en su aliento se sentían.

—Ve a casa de tu abuelita —Buenos días, Señor Lobo,


sin parar en el camino. voy a ver a mi abuelita.
Y aunque así ordenó su madre Le llevo estas cosas ricas
a ella le importó un pepino. que preparó mi mamita.

El lobo se relamía
pensando en la canastita.
Pero más rico sería
¡comerse a Caperucita!

Dicen que Caperucita


era muy desobediente:
nunca hacía la tarea
ni se lavaba los dientes.

Pero volviendo a esa tarde


en que el bosque atravesaba,
dicen que escuchó que alguien
Y aunque era un lobo ordinario,
por su nombre la llamaba.
tenía buenas ideas.
Pensó un plan para comerse
a la niña y a la abuela.

—Pequeña Caperucita,
corramos una carrera
a casa de tu abuelita,
a ver quién primero llega.

—¡Magnífico! —gritó ella—.


¡Comencemos ahora mismo!
—¡Caperucita! ¡Pequeña! Y como un rayo partió.
¿Dónde vas tan apurada? Tenía diez en atletismo.
Y ella creyó oír la voz
del chico que le gustaba. —¡Guau! —dijo el lobo aquel,
que ya no tenía estado.
Es por eso que, feliz, Me parece que veloz
la niñita se detuvo. mi comida se ha escapado.
Y se encontró frente a frente
con un lobo muy peludo.

Mas, como era muy valiente


nuestra pequeña heroína,
no le asustaron los dientes.
Sí, el aliento que tenía.
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Pero dicen que fue el lobo —Abuela, hoy estás tan fea,
quien llegó antes a la casa. discúlpame que te diga,
Es raro. Pero en los cuentos pero hueles a pescado,
cosas raras siempre pasan. a chancho y carne podrida.

Dicen que él golpeó la puerta: Y el lobo, que era coqueto,


—¿Quién es? —dijo la viejita. se sintió muy maltratado.
—Tu nieta —respondió el lobo, —¡Mi boca es para comer
poniendo la voz finita. nenas tontas de un bocado!

Y se tragó de un bocado En cuestión de unos segundos


a la pobre y dulce abuela. se tragó a la niña entera,
Dicen que ni masticó, que fue a parar a la panza
pues le dolían las muelas. donde ya estaba la abuela.

Y el lobo se puso entonces —¡Auxilio! —gritaron juntas,


un camisón con florcitas. a coro y con tantas fuerzas
De un salto, se fue a la cama que las oyó un leñador
disfrazado de ancianita. que pasaba por la puerta.

Dicen que entonces Dicen que de un solo hachazo


golpeó la puerta Caperucita. le abrió la panza enterita
—¡Adelante! —dijo el Lobo a aquel lobo en camisón
con la voz de la abuelita. disfrazado de abuelita.

Dicen que la pobre niña


—¡Albricias! —gritaron ellas,
la miraba sorprendida,
que quiere decir: “¡Qué suerte!”.
¡Qué fea estaba su abuela!
Y lo llenaron de besos
¡Qué mal aliento tenía!
a ese leñador valiente.
—Abuela, ¡qué ojos tan grandes!
—Para verte a ti, preciosa.
—¿Y esas orejas en punta?
—Para oír tu voz hermosa.

—Pero esa nariz horrible…


—Para oler tu perfumito.
—Y esa bocaza con dientes,
no me gusta ni un poquito.

Y así termina esta historia;


no puede ser de otro modo.
Tiene un final muy feliz
(no muy feliz para el lobo).

Dos enseñanzas nos deja:


—no seas muy desobediente,
y si quieres oler bien,
2 ¡anda y lávate los dientes!
FIN
3
EL MÁGICO MUNDO DE LOS CUENTOS
Silvia Beatriz Zurdo

Un día, un hada buena Los príncipes en sus corceles


salió a pasear no encuentran a sus princesas,
y trajo muchos cuentos de tanto andar y andar
para regalar. ya les duele la cabeza.

El hada los puso en una caja Una calabaza Pinocho encontró


pero algo sucedió, y le pide a la abuelita (de Caperucita)
a tres brujitas traviesas que le haga un rico puré
algo se les ocurrió. para comer con salchichas.

–¡Tengo una gran idea! El lobo quedó sin fuerza,


¡Hagamos travesuras! porque sopló y sopló,
¿Por qué no mezclamos todo? por más esfuerzo que hizo
¡Los libros en una ensalada! el castillo no tiró.

¡Enloquecerán los cuentos! Lo vio una bruja buena


¡Bidibibadi bibidi bidú! y al lobito consoló.
¡Ya está todo mezclado! A su casa de golosinas
¡Bidibibadi bibidi bidú! la brujita lo llevó.

Las brujas se van felices Blancanieves,


por la gran confusión Rapunsel y Peter Pan
que dejaron en los libros. preparan sus valijas
¡Presten todos atención! y de vacaciones se van.

Allí van Hansel y Gretel Las hadas madrinas


que en el bosque se han perdido, se cansaron de buscar.
van dejando miguitas A Pinocho y Cenicienta
para encontrar el camino. no pudieron encontrar.

Lo que ellos no saben Campanita preocupada


es que la hormiguita viajera quiere una explicación.
va juntando esas miguitas Los cuentos están mezclados
sin que ellos la vieran. y busca una solución.

Aladino y Jazmín El hada busca a las brujas


le piden a Cenicienta y las obliga a decir
que barra pronto la alfombra las palabras que al embrujo
porque ella es la sirvienta. de los cuentos ponga fin.

Allí va el Gato con Botas –¡Abracadabra!


corriendo a la Sirenita ¡Vamos a ordenar!
pero la salva el lobo, ¡Abracadabra!
que busca a Caperucita. ¡Cada cosa en su lugar!

El Flautista de Hamelín, Y así todos volvieron


con su dulce melodía, a su historia original.
despierta a la Bella El bosque está de fiesta.
Durmiente al mediodía. ¡Música y a bailar!

Caperucita hace ronda La magia y la fantasía


con los siete enanitos. no se pueden perder.
Hace ronda y un tren Los cuentos son necesarios
también con los tres cerditos. y ayudan a crecer.
4
AMOR EN LA BIBLIOTECA
Liliana Cinetto

5
LA BELLA QUE NO
DUERME
Liliana Cinetto

La bella durmiente
no puede dormir.
Cierra los ojitos
y los vuelve a abrir.

¡Arroró, mi niña,
arroró, princesa…”,
le canta la reina
al ver que bosteza.

Y le cuenta un cuento
que escucha en piyama
la bella durmiente
sentada en la cama.

—Que cuente ovejitas


—ha ordenado el rey—
que empiece por una
y llegue hasta cien.

El hada madrina
que siempre la cuida
intenta con magia
dejarla dormida.

Pero no hay hechizo


que dé resultado.
la bella durmiente
hoy se ha desvelado.

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