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Busca las palabras con mayúscula

01- Era de noche. Nevaba y hacía frío.


02- Mi perra Sira es joven pero muy lista.
03- Yo nací en un pequeño pueblo de España.
04- En Ribadeo hay una hermosa playa.
05- Nunca estuve en Asia ni tampoco en África.
06- Lucas es médico. No es piloto ni abogado.
07- Le llamaban Adonis porque era muy guapo.
08- ¿ Quién escribió ' Cien años de soledad'?
09- ¡ Cómo llueve! Esta tarde no salgo de casa.
10- Tú, Ana y yo ya no estaremos juntos.
11- Tiene un bar con terraza en la calle Delicias.
12- El Miño es el río más importante de Galicia.

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01- De Madrid a Cuba voy en avión.
02- Se llama Carlos y su apellido es López.
03- ¿ Has vuelto a esquiar en los Alpes?
04- Durante la Edad Media hubo guerras.
05- ¡ Qué frío hace! Me pondré un abrigo.
06- Tenían arroz, sopa, carne... Yo pedí sopa.
07- Mi padre siempre dice: " Así es la vida".
08- El planeta Venus está muy cerca del Sol.
09- Estuvimos en Perú. A Chile no fuimos.
10- ¿ Eras tú? No sabía que estabas por aquí.
11- ¿ Qué pintor español pintó el " Guernica"?.
12- El gato se llama Micho y la gata Maika.

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Y provisto de víveres para el camino, montó en la mula y se alejó rápidamente. No bien
salió del Cairo, anduvo tan ligero, que al mediodía llegó a Belbeis, donde se
detuvo. Bajó de la mula para descansar y dejarla descansar, comió algo, compró
en Belbeis cuanto podía necesitar para él y para la mula, y reanudó el viaje. Dos días
después, al mediodía, al paso de su mula, entró en Jerusalén. Allí se apeó de la mula,
descansó y la dejó reposar. Se durmió, pensando siempre con indignación en la conducta
de su hermano.
Al otro día, al amanecer, Nureddin montó de nuevo y no dejó de caminar a buen paso,
hasta llegar a la ciudad de Alepo.
Cuando salió de Alepo ya no sabía adónde dirigirse. Cabalgó día y noche, hasta que una
tarde, después de puesto el sol, se encontró en la ciudad de Bassra.

Falta un coma en cada oración.


- Era un hombre alto, rubio y muy guapo.
- Yo tengo un libro, un lápiz y una goma.
- Conocí a Andrés, mi último novio, en una fiesta.
- Según me han dicho, por allí no había niebla.
- ¿Quieres beber agua, vino o una cerveza?
- Vimos leones, cebras y jirafas en el zoo.
- Cuando te vayas, apaga la luz y cierra la puerta.
- Si alguien llama ahora, dile que no estoy.
- Tú ya sabes, cariño, que te quiero mucho.
- El que hoy llegue tarde, quedará sin entradas.
- Todo estaba bien, excepto el pastel de postre.
- Toda la semana, menos el lunes, habrá tenis.

¿Dónde hay que poner las comas?


- Ayer compré peras, uvas y fresas frescas.
- Por mí, si tu quieres, nos quedamos aquí.
- Luis, Juan y Ana son muy jóvenes y alegres.
- ¿Vienes con nosotros, te quedas o que haces?
- Lo haré, o eso espero, antes del próximo lunes.
- Una de sus hijas, la más joven, es doctora.
- Mi vecino, el del quinto, no sale nada de casa.
- Juego al tenis, al fútbol y también al pádel.
- A pesar de todo, yo sigo hablando con ella.
- Cervantes, el autor de 'El Quijote', era español.
- Cuando me fui, sobre las diez, no había nadie.
- En España, en la parte norte, llueve mucho.

¿Dónde están los guiones de diálogo?


Un hombre que iba paseando se encontró con una culebra atada a un árbol.
- ¡Sácame de aquí, por favor! - exclamó la culebra.
El hombre se acercó y desató a la culebra, la cual, al verse libre, saltó al cuello del hombre y le dijo:
- Tengo mucha hambre y voy a comerte.
- ¿Así me pagas el favor que te hice? -se quejó el hombre.
Acertó a pasar por allí una raposa, que al ver la situación preguntó:
- ¿Cuál es el motivo de la disputa?
Después que la raposa hubo escuchado las razones de la disputa, habló de esta manera:
- Para saber quien tiene razón, es necesario que yo revise la situación desde el principio.
La culebra bajó de nuevo al suelo y el hombre la ató al árbol tal como estaba.
- ¿Era así como estabas cuando te encontró este hombre? - preguntó la raposa.
- Sí. Así estaba, sin poder soltarme.
- Bueno. Pues así quedas y se acabó la disputa.
Y los dos siguieron tranquilamente su camino.

Completa con los signos que faltan


Una noche clara y tranquila, un lobo flaco y hambriento encontró a un perro y, al ver que estaba
gordo y bien cuidado, le preguntó:
- ¿Cómo es, amigo mío,que estás tan cuidado? ¡Ya se ve que te das buen trato!
- Pues mira - dijo el perro-, si quieres estar bien, haz lo que yo hago.
- ¿De veras? -replicó el lobo-. ¿Qué es lo que haces?
- Muy sencillo - contestó el perro-, guardar la casa y cuidar de que no entren ladrones de noche.
- Con mucho gusto lo haría- respondió.
- Entonces sígueme -dijo el perro.
Mientras iban andando, el lobo notó que el perro llevaba el cuello pelado y le preguntó:
- ¿Qué significa eso?
- Pues nada - repuso el perro-. Tal vez sea del collar al cual está sujeta la cadena.
- ¡Estás sujeto a una cadena! - exclamó el lobo sorprendido.

Completa con los signos que faltan


Sacaba la hormiga al sol en invierno, parte del trigo que había recogido en el verano. Una
cigarra hambrienta que vio sus provisiones, se acercó y le pidió que le diese un poco de
aquel trigo, a lo cual respondió la hormiga:
- Amiga mía, ¿qué has hecho durante el verano mientras yo trabajaba?
- ¡Oh! - contestó la cigarra-. No he permanecido ociosa. Todo el verano lo he pasado
cantando.
A esto repuso la diligente hormiga, sonriendo y encerrando el trigo en su granero:
- Pues si cantabas en verano, ¡danza ahora en el invierno!

Completa con los signos que faltan


Mientras bebía un lobo en el nacimiento de cierto riachuelo, observó que más abajo estaba
bebiendo un cordero extraviado. Habiendo hecho el propósito de apoderarse de él, empezó
a idear una excusa para llevarlo a cabo y acercándose le dijo:
- ¡Villano! ¿Cómo te atreves a enturbiar el agua que estoy bebiendo?
- ¿De veras? -contestó el cordero-. No comprendo cómo haya podido ser esto, porque el
agua corre hacia mí desde donde tú estabas.
- De todos modos - replicó el lobo-, hará poco más de un año que tú te burlaste de mí.
- ¡Pero Señor! - respondió el cordero-. ¡Si aún no hace un año que he nacido!
No encontrando otra justificación, insistió:
- Pues bien; si no fuiste tú, fue tu padre, y es lo mismo.
Y sin decir una palabra más, se arrojó encima del inocente cordero, y le devoró.

Completa con los signos que faltan


Habiéndose hecho amigos un hombre y un demonio, se sentaron a comer
juntos. Como el día era en extremo frío, el hombre se llevaba ambas manos a la
boca y soplaba en ellas.
- ¿Por qué haces eso, amigo mío? -preguntó el demonio.
- Tengo frío en las manos -respondió el hombre-. Lo hago para calentarlas.
Al poco rato les trajeron un poco de comida caliente, y como el hombre, cada vez
que se aproximaba la cuchara a la boca, soplaba, el demonio le preguntó:
- ¿Y qué significa eso que haces ahora?
- iOh! - replicó el hombre-. Como está muy caliente, soplo para que se enfríe.
- ¡De veras¡ - exclamó el demonio-. Desde ahora renuncio a tu amistad, pues no
quiero estar con uno que tanto sopla para calentar como para enfriar.

¿Entre qué palabras falta un punto y seguido?


El rey, que quería librar a su querida hija de tan gran desgracia, dio orden de que quemasen
los husos de todo el reino. Al llegar el día en que cumplía los quince años, la joven se
hallaba sola en el palacio. Comenzó a recorrer aquella casa hasta que llegó a una
torre elevada. Subió por una estrecha escalera de caracol y llegó a una pequeña puerta.
En la cerradura estaba puesta la llave, y al darle la vuelta se abrió la puerta y vio a una
anciana con un huso. Aquella anciana era el hada mala.
-Buenos días abuelita - dijo la princesa...
Llegó el príncipe al patio y vio dormidos a los perros y caballos. En el tejado vio a las
palomas con la cabeza debajo de las alas. En la cocina las moscas estaban dormidas en las
paredes y el cocinero con una olla al fuego. Un poco más lejos vio un salón con el rey y la
reina dormidos en su trono. Siguió el príncipe adelante, y en una rica estancia encontró a
una hermosa joven profundamente dormida.

¿Entre qué palabras falta un punto y seguido?


El hijo de un pobre aldeano oyó decir en la iglesia al párroco, que para ir al cielo se tiene
que andar el camino derecho. Se puso en marcha, pues, siempre en linea recta, por montes
y por valles, sin dar ningún rodeo. Al fin llegó a una gran ciudad, y en ella había una
hermosa iglesia. Admirado de las luces y de la pompa que la rodeaba, el inocente niño
creyó haber llegado ya al Paraíso.
Una anciana pedía a la puerta de la iglesia a los fieles que salían del templo. El niño le dio
la mitad de su pan. Cuando miró atrás creyó ver que la vieja le sonreía. Tal vez esa era su
única comida del día.
Al día siguiente volvió a la iglesia. Se sorprendió al no ver a la vieja pidiendo limosna.
En su lugar había otro pobre con algunas monedas en un sombrero que tenía en el suelo.
De vez en cuando tocaba alguna melodía con su vieja guitarra. Esta vez el niño no tenía
nada que darle.

Completa con los signos que faltan


Jugó con ellos y perdió algún dinero. Al dar el reloj las dos, todo desapareció de sus
ojos. Se echó al lado del fuego y se quedó dormido. A la mañana siguiente volvió el rey a
visitarle.
- ¿Cómo has pasado la noche? - le preguntó.
- Me he divertido jugando un rato.
- ¿No has tenido miedo?
- No sé lo que es eso. ¡Ojalá supiera lo que es el miedo!
Volvió la tercera noche al castillo, se sentó en el banco, encendió el fuego, y dijo :
- ¿Quién me dirá lo que es el miedo?

Completa con los signos que faltan


El lobo y el oso paseaban un día por el bosque, cuando el lobo oyó cantar a un pájaro
que estaba en un árbol.
- Hermano oso, ¿quién es ese hermoso cantor? - le preguntó.
- Es el rey de los pájaros - contestó-. Debemos saludarle.
- En ese caso - dijo el lobo-, el rey tendrá un hermoso palacio. Me gustaría verlo.
El lobo no podía dominar su curiosidad. Se dirigió al nido y, después de echar una
mirada, dijo:
- ¡Bah! Si este es el palacio, es bien triste. Y en cuanto a vosotros, pajarillos, sois unas
criaturas despreciables.
El padre, que estaba cerca, escuchó estas palabras y le dijo al lobo:
- Viejo lobo, ¿por qué has insultado a mis hijos? Te aseguro que te pesará.

Completa con los signos de puntuación


En cierta ocasión fue el molinero a hablar con el Rey, y para darse importancia le dijo:
- Tengo una hija que sabe hilar paja, convirtiéndola en oro.
El Rey dijo al molinero:
- Eso es un arte que tiene su mérito. Si es como dices, tráela mañana a palacio y la someteré a una
prueba.
Cuando la muchacha llegó, la llevó a un aposento lleno de paja, le dio una rueca y un huso, y le
dijo:
- Ponte al trabajo, y si no hilas toda esa paja, convirtiéndola en oro, creeré que os habéis querido
burlar de mí, y os haré ahorcar.
La muchacha no sabía qué hacer. Cada vez tenía más miedo, y al fin se echó a llorar.
Entonces se abrió la puerta de repente y entró un hombrecillo que dijo:
- Buenas noches. ¿Por qué lloras?
- ¡Ay!. -contestó la muchacha-. Tengo que hilar esta paja y transformarla en oro, y no sé cómo
arreglarme.
Y dijo el hombrecillo:
- ¿Qué me das si yo lo soluciono?
- Mi collar -dijo la joven.

Faltan 20 comas en este texto.


No dejaba, sin embargo, de acordarse de su viejo padre, del que no tenía noticias, y sintió
deseos de verlo de nuevo. La reina no veía con buenos ojos esta decisión pero, fue tal el
empeño de Rafael, que al fin ella le entregó un anillo mágico con el cual podía verse
transportado a cualquier lugar o hacer que cualquier persona, por lejos que estuviera,
viniera inmediatamente.
Rafaelito, aunque algo disgustado por los deseos de su mujer, ofreció cumplir con lo
mandado; se puso la sortija mágica, le dio una vuelta y, después de contar hasta cinco,
se vio transportado, como en una nube, a su lugar de origen.
Como nadie se fija en los pobres, entró de nuevo en la ciudad, sin que de esta vez le
impidiesen el paso, y llegó, por fin, a la casa de sus padres.

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