Está en la página 1de 4

Introducción:

El comienzo del siglo XX encuentra a la Argentina como un Estado organizado 1,


económicamente integrado al mercado mundial como socio estratégico en la producción de
materias primas que abastezcan a las metrópolis industriales europeas.

Este modelo tuvo su sólida defensa en la política nacional, si bien el país se proclamó
republicano, representativo y federal constitucionalmente, la política estuvo rígidamente
dominada por un grupo-clase o sector perteneciente a las más poderosas esferas de la
sociedad rioplatense, organizados dentro del Partido Autonomista Nacional (P.A.N.) 2 ,
fundado en 1874, que gobernará desde 1880 hasta 1916.

Este período encierra también la conformación y participación de nuevos sectores a la


política en general. Ellos son los partidos políticos que comenzaron a forjarse en el siglo
pasado y ya están maduros para entrar al juego político, entre ellos destacaremos a La
Unión Cívica Radical, el Socialismo y el Anarquismo.

Si bien la provincia de Santa Fe había comenzado su proceso de “colonización oficial”


antes de 1860, se seguían extendiendo vías ferroviarias por la provincia y junto a ellas
florecían localidades, entre ellas la nuestra.

Contexto internacional, nuevo imperialismo:


A nivel mundial el siglo XX comienza con muchos interrogantes y pocas certezas.
Más que nunca en la historia de la humanidad Europa ejerce e impone una influencia sobre
el resto del mundo en todos los sentidos, desde la organización de los sistemas productivos,
hasta los ideales filosóficos y políticos 3.

Hasta antes de 1914, los europeos enceguecidos por los desarrollos positivistas 4 pensaron
que su civilización había alcanzado un nivel jamás visto, amparado por un progreso eterno

1
Bajo el lema de “Paz y administración”, propio de los ideales de los hombres del ´80.
2
Creado de la fusión de: Partido Nacionalista (Mitre), Partido Autonomista (Alsina - Sarmiento) y Partido
Nacional (Avellaneda)
3
A éstos procesos se los puede denominar “ideales eurocéntricos”.
y abundante. El período comprendido entre la década de 1880 y 1914 en Europa fue
denominado Belle Epoque, fue un momento de gran desarrollo cultural, filosófico,
económico, nacional, del cuál muchos pensaron que no se terminaría jamás, pero que tiene
su lamentable final en el conflicto bélico más terrible de la historia de la humanidad, la
Primera Guerra Mundial de 1914.

En términos de política económica las potencias europeas llevaron a cabo un proceso que se
denominó “reparto del mundo”. Esta segmentación del planeta, especialmente de países de
África, Asia y Oceanía, determinó un proceso que podríamos denominar “segunda oleada
imperialista”, donde los estados europeos se encargaron de formar según sus ideales a los
estados de estas regiones.

En este sentido, Europa necesitaba encontrar lugares que reciban el excedente 5 industrial
que producían (fundamentalmente textiles y metalúrgicos) y al mismo tiempo abastecerse
de materias primas (carne, madera, minerales) para suministrar a su población los bienes
que ellos no desarrollaban.

Entonces, con el fin de que sus relaciones comerciales no se vieran alteradas por problemas
propios de las colonias de ultramar 6, las potencias europeas buscaron y encontraron las
formas de hacer que las leyes de los países no europeos resulten siempre favorables a
aquellos, en detrimento de los intereses locales. En la actualidad usamos un término para
describir esta situación: Seguridad Jurídica.

Con la acelerada expansión económica que se estaba desarrollando, los estados no europeos
recibieron grandes inversiones destinadas a infraestructura (especialmente vías del
ferrocarril y puertos). Éstas no fueron al azar, sino que tanto los puertos como las vías
ferroviarias sirvieron para dinamizar el traslado de mercaderías desde los lugares de origen
hasta Europa. Al mismo tiempo durante muchos años los puertos y ferrocarriles no

4
Positivismo: paradigma centrado en la idea de progreso indefinido sobre la base del conocimiento científico.
5
Hablamos de excedente, porque el ritmo acelerado de producción industrial que tenían los países como
Inglaterra y Francia era superior al que sus poblaciones locales podían consumir.
6
Eran las colonias que estaban fuera de su continente.
pertenecieron a los estados locales, sino a los empresarios europeos que habían invertido en
ellos7.

Otro factor importante, que luego analizaremos en detalle, es la expansión humana. Entre
1900 y 1914 más de veinte millones de europeos dejaron su lugar y emigraron a otros
continentes.
El aumento de la población en Europa provocó que el trabajo y las tierras escasearan, por
eso muchos optaron por emigrar. El 90% de los europeos desembarcaron en América.
Por su parte, los estados europeos nunca limitaron el éxodo, porque no lo encontraban del
todo negativo a sus intereses. Por un lado, al descomprimir el factor demográfico, en una
supuesta crisis europea, el problema y los reclamos sociales serían más débiles al tener
menos personas que reclamen, por otro el europeo lleva consigo una carga cultural
importante que volcará en su lugar de destino, especialmente en aquellas regiones donde el
“europeo” ejerce funciones dirigentes.

En cuanto a las influencias ideológicas, Europa no dejó de imponerse, siendo el foco


principal del liberalismo político y aportando sus “recetas” al resto del mundo, siempre y
cuando se respeten sus beneficios. Esto lo podemos ver en las constituciones de muchos
estados americanos donde aparecen muy presentes los principios de la Revolución
Francesa.
Los Estados sudamericanos intentaron imitar a las instituciones europeas liberales, pero no
fueron más que eso, sólo una imitación trivial, que en su interior resguardó siempre los
preceptos más conservadores locales.

De la incertidumbre a las propuestas de organización:


Alberdi pensaba que para desarrollar y complejizar una sociedad (nueva) como la
argentina, era absolutamente necesario un despegue económico trascendental. Para poder
hacerlo Alberdi define su postura en lo que llamará “La República Posible”, donde habría
restricciones a los derechos políticos, pero, en contrapartida, una amplia difusión de los

7
Acá vemos cómo el beneficio de los europeos era doble y en algunos casos mayor aún.
derechos civiles, buscando con esto seducir tanto a inmigrantes como a inversionistas de
capitales.
En las “Bases”, Alberdi crea un proyecto de país que deberá transitar por algunos períodos
necesarios para pasar de la “República Posible” a la “República Verdadera”, en donde
todos los habitantes podrán gozar de amplios derechos políticos como civiles.
Esta postura puede ser fundante dentro de nuestro pasado nacional.

Por su parte Sarmiento, que no estaba completamente de acuerdo con Alberdi, supeditaba el
progreso en general, a un cambio sociocultural.
El modelo sarmientino era semejante al de Estados Unidos, presentaba una sociedad
fundada sobre la integración al mercado nacional, donde la alfabetización tuvo un papel
preponderante para direccionar las premisas hacia el progreso.
Según él, el rol dirigencial debía estar a cargo de una elite letrada que se encargue de las
cuestiones políticas.

También podría gustarte