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DECLARACIÓN:
Fdo.:
2
AGRADECIMIENTOS
3
ÍNDICE DE CONTENIDOS
RESUMEN ................................................................................................................................ 6
ABSTRACT .............................................................................................................................. 6
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 7
3. CONCLUSIONES ........................................................................................................... 35
4. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 38
5
RESUMEN
Por hacer
ABSTRACT
Por hacer
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1. INTRODUCCIÓN
¿Cuáles son los elementos del Derecho Romano que han persistido en el Derecho Civil
español?
Alineadas con las preguntas presentadas con anterioridad, el presente Trabajo Fin de Grado
(TFG) presenta los siguientes objetivos:
Analizar los conceptos, elementos y principios de la compraventa del Derecho Romano que
perduran en el Derecho Civil español actual.
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1.1.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Enumerar los elementos del Derecho Romano que han persistido en el Derecho Civil
español.
• Analizar los efectos de los contratos de compraventa tanto en el Derecho Romano como
en el español vigente.
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2. DESARROLLO DEL TRABAJO
2.1. METODOLOGÍA
Para alcanzar los objetivos de la investigación, se utilizará el método comparativo. Este método
consiste en comparar dos o más sistemas jurídicos para identificar sus similitudes y diferencias.
Así mismo, se procederá a analizar las adaptaciones que se han introducido en la legislación
relativa a la compraventa en España a lo largo de su evolución histórica. La finalidad es
comprender mejor la influencia del Derecho Romano en la legislación española.
Finalmente, se harán las precisiones que correspondan sobre la influencia del Derecho Romano
en el Derecho Civil español contemporáneo. Esto podría incluir ejemplos de normas históricas
que continúan aplicándose o han influido en el ámbito jurídico actual.
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(CONTRATO O INSTITUCIÓN)
En el Derecho Romano, la compraventa se le conocía como emptio venditio y era uno de los
conceptos fundamentales del Derecho y que sentó las bases para los conceptos modernos de
compra y venta en el ámbito legal.
En el Derecho Romano arcaico (754 a. C. - 367 a. C.) era una venta real, puesto que se entregaba
tanto como el bien que se vendía y se pagaba el precio. En otras palabras, la compraventa en el
Derecho Romano se perfeccionaba cuando el vendedor entregaba la cosa al comprador y el
comprador pagaba el precio. Esto sucedía de forma simultánea, ya que el vendedor no podía
transferir la propiedad de la cosa sin recibir el precio, y el comprador no podía pagar el precio
sin recibir la cosa (Belda, 2002). En el Derecho Romano, la tradición era un acto no formal
mediante el cual el propietario de una cosa (tradens) la entregaba a otra persona (accipiens),
quien pasaba a ser el nuevo propietario.
En el Derecho Romano clásico, tal como señala Belda (2002) las obligaciones del vendedor
(veditor) y del comprador (emere) en la compraventa eran similares a las del derecho arcaico.
La obligación del vendedor consistía en la entrega de la cosa y el comprador estaba obligado a
pagar el precio. Sin embargo, lo que se transmitía era la posesión pacífica de la cosa (vacuum
possessionis), no la propiedad.
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perfeccionaba con la entrega de la cosa por parte del vendedor y el pago del precio por parte
del comprador. (Mayúscula todas las cifras deben se ser iguale)
La nueva tendencia considera a la compraventa como un único acto del cual resulta
directamente un efecto traslativo. Con ello la venta retrocede a su primitiva concepción
de transferencia al contado; directamente produce el cambio de propiedad, y deja de ser
únicamente su causa, como ocurría en el Derecho Romano clásico.1
En otras palabras, la compraventa es un acuerdo entre dos partes para transferir la propiedad de
una cosa a cambio de pagar un precio. Este acuerdo genera obligaciones para ambas partes, lo
que lo convierte en un contrato sinalagmático: el vendedor debe entregar la cosa y el comprador
debe pagar el precio. Con la entrega de la cosa objeto de la compra se transmite la propiedad al
comprador.
2 Código Civil: Real Decreto de 24 de julio de 1889. 34º Edición. España. Tecnos. 2015.
Ahora bien, el contrato compraventa en el Derecho Civil Español es un contrato más complejo
que el existente en el Derecho Romano. No obstante, coincide en algunos aspectos. La
compraventa en el derecho civil español actual es un contrato consensual, bilateral, nominado
y oneroso. Los aspectos en los cuales difiere con el Derecho Romano es que es un contrato:
a) Traslativo de dominio.
b) Permite que el precio se pague tanto en dinero como cualquier otra forma que
equivaliera al precio.
siempre es así, por ejemplo, la compraventa de bienes inmuebles debe realizarse por
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1.2 ELEMENTOS ESENCIALES DE LA COMPRAVENTA
Los elementos esenciales de la compraventa en el Derecho Romano eran los mismos que en el
derecho civil español actual, pero existían algunas diferencias en cuanto a su manifestación.
Refiere a las partes que intervienen en el contrato de compraventa. En ese sentido, tanto en el
Derecho Romano como en el Derecho Civil Español vigente, existen dos partes: el vendedor y
el comprador.
En el Derecho Romano, el elemento personal del contrato de compraventa estaba formado por
dos partes, el vendedor (venditor) y el comprador (emptor). El vendedor era la persona que se
obligaba a entregar la cosa al comprador y el comprador era la persona que se obligaba a pagar
el precio.
En el Derecho Romano clásico, las partes del contrato de compraventa debían ser personas
físicas o jurídicas con capacidad de obrar. La capacidad de obrar, tal cual como se entiende
actualmente, era la capacidad de celebrar contratos y obligarse por ellos.
En el Derecho Romano, la capacidad legal incluía factores como la edad y la ciudadanía, y las
personas consideradas incapaces (como los esclavos) no podían participar en tales contratos por
sí mismos.
Vale destacar que la capacidad para contratar en el Derecho Romano era la regla general y la
incapacidad la excepción.
La incapacidad para contratar podía ser general o especial. La incapacidad general era la que
impedía a una persona celebrar cualquier tipo de contrato, mientras que la incapacidad especial
era la que impedía a una persona celebrar un contrato concreto.
Las causas de incapacidad general en el Derecho Romano eran las siguientes, tal y como señala
Nieves (2014):
● Edad: Los menores de 7 años eran incapaces absolutos, los menores de 14 años eran
incapaces relativos y los mayores de 25 años eran capaces.
● Afecciones mentales: Las personas que sufrían de afecciones mentales graves eran
incapaces. ( furiosi se le llamaban a esa personas)
● Sexo: Las mujeres púberes sujetas a tutela perpetua eran incapaces.
● Prodigalidad: Las personas declaradas pródigas eran incapaces.
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● Esclavitud: Los esclavos eran incapaces, pues no se le consideraban sujetos de
derecho y, por tanto, no podrían adquirir derechos ni obligaciones.
Las causas de incapacidad especial en el Derecho Romano eran las siguientes:
En el Derecho Romano vulgar, las partes del contrato de compraventa podían ser personas
físicas o jurídicas, incluso si no tenían capacidad de obrar. En este caso, el contrato era válido
y eficaz, pero el menor o incapaz podía rescindirlo posteriormente.
Siendo capaces, en el Derecho Romano debían manifestar su consentimiento para ser parte en
un contrato de compraventa. ( BESCA LEY 8/ 2021 ES MUY INTERESANTE ojo
con la nueva ley)
En el derecho civil español, las partes del contrato de compraventa deben ser personas físicas o
jurídicas con capacidad de obrar. La capacidad de obrar es la capacidad de celebrar contratos y
obligarse por ellos.
El Código Civil español establece que la capacidad para comprar y vender es la general para
contratar, es decir, que cualquier persona que tenga capacidad jurídica puede celebrar un
contrato de compraventa4. La capacidad jurídica se adquiere por el nacimiento y se pierde por
la muerte.
Sin embargo, el Código Civil en su art. 1459 también establece algunas prohibiciones para
adquirir por compra, que se aplican a las siguientes personas:
● Los tutores, respecto a los bienes del tutelado. (YA NO EXISTE TUTELA, AHORA
CURATELA)
● Los mandatarios, respecto a los bienes que administran o de los que están encargados.
● Los albaceas, respecto a los bienes que se les han confiado.
4Art. 1456 C.C: Podrán celebrar el contrato de compraventa todas las personas a quienes este
Código autoriza para obligarse.
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● Los funcionarios públicos, respecto a los bienes que administren.
● Los funcionarios judiciales, los abogados y los procuradores, respecto a los bienes en
litigio.
Si una persona que se encuentra en alguna de estas situaciones realiza una compraventa, el
contrato será nulo.
Tanto en el Derecho Romano como en el derecho civil vigente de España, cuando se habla del
objeto del contrato de compraventa, se refiere a la cosa vendida. En el Derecho Romano recibía
el nombre de merx. (PALABRA EN LATÍN CURSIVA)
La merx podía ser cualquier cosa susceptible de apropiación, ya fuera un bien mueble o
inmueble, material o inmaterial, o un derecho.
En el Derecho Romano clásico, la merx debía ser determinada, pero esto no significaba que
deba ser una cosa específica. También podían ser objeto de compraventa cosas genéricas, es
decir, cosas que se identificaban por su género y por sus características esenciales.
En el Derecho Romano clásico, el objeto del contrato de compraventa podía ser cualquier cosa
susceptible de apropiación, ya fuera un bien mueble o inmueble, material o inmaterial, o un
derecho.
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cuando se acuerda el contrato; por su parte, la propiedad de la cosa solo será
transferida si la cosa llega a existir.
El requisito esencial para poder vender una cosa era que esta fuera una res intra commercium,
es decir, que fuera susceptible de apropiación. Las cosas que no eran res intra commercium
eran las cosas religiosas, las cosas públicas y las cosas prohibidas por la ley. (extra commercio)
Ahora bien, en el derecho español vigente, de acuerdo con el artículo 14455 del Código Civil,
el objeto del contrato de compraventa es la cosa que se vende y adquiere. Esta cosa puede ser
un bien mueble o inmueble, material o inmaterial, o un derecho.
Conviene señalar que en el derecho civil español se establece expresamente que, si el objeto de
la compraventa se encuentra perdido para el momento que se celebra el contrato, la venta no es
válida. Si la pérdida afecta únicamente una parte del objeto de la venta, el comprador tiene el
derecho de decidir si compra esa parte o no 6.
En el derecho español también se reconoce la venta de la cosa futura, sea porque se espera que
exista en algún momento o porque hay una expectativa de que pueda existir. En el primer caso,
el comprador no debe pagar el precio, sino hasta el momento que efectivamente el objeto de la
venta exista.
1.2.2.2 Precio
Respecto al precio, ya se han señalado algunas ideas. Durante el Derecho Romano el precio
estaba representado por una cantidad de dinero, lo cual constituía un requisito para considerar
a dicho contrato como de compraventa. Ahora bien, si el pago se realizaba con otra cosa, se
consideraba un contrato de permuta.
Adicionalmente, el precio debía ser verdadero, es decir, que fuera proporcional al valor de la
cosa. Así mismo, el precio debía consistir en una cantidad de dinero precisa o que pudiera
determinarse.
5 Art. 1445 C.C.: Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar
una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente.
6 Art. 1460 C.C.: Si al tiempo de celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa
objeto de la misma, quedará sin efecto el contrato. Pero si se hubiese perdido sólo en parte, el
comprador podrá optar entre desistir del contrato o reclamar la parte existente, abonando su precio
en proporción al total convenido.
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En el derecho civil español vigente, se mantiene el precepto relativo a que el precio debe ser
cierto7. Esto significa que el precio acordado por la cosa debe ser verdadero y proporcional a
su valor. En ese sentido, el código civil expresamente señala que se puede determinar
considerado otra cosa cierta o que sea determinado por otra persona. Si esta condición no se
cumple, no existiría precio y, por tanto, el contrato es ineficaz.
A lo largo de la historia, este contrato ha sido clasificado en diversas categorías para adecuarse
a una variedad de situaciones y contextos.
Las cosas Res Mancipi, incluía bienes de importancia social. Esta clasificación incluye tres
tipos de cosas:
a) Bienes inmuebles: estos comprenden las tierras y las estructuras construidas sobre
ellas. Estos bienes eran esenciales para la economía y la sociedad romana, y su
7 Art. 1447 C.C. Para que el precio se tenga por cierto bastará que lo sea con referencia a otra cosa
cierta, o que se deje su señalamiento al arbitrio de persona determinada. Si ésta no pudiere o no
quisiere señalarlo, quedará ineficaz el contrato.
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compraventa estaba sujeta a procesos legales específicos que garantizaban la validez del
contrato.
b) Esclavos: Al ser considerados cosas y objeto de propiedad de alguien, a estas personas
se les podía vender o comprar de forma legal.
c) Animales: Ciertos animales que eran esenciales para el transporte y la agricultura,
también se le incluía como Res Mancipi. Entre esos animales se encontraban los bueyes
y caballos de tiro. (nota al pie)
Por su parte, tal como señala Iglesias (2010) las cosas res nec mancipi incluía los bienes de
valor y movilidad. En esta categoría se les incluía a los bienes muebles como ropa, utensilios
domésticos, derechos y acciones. A diferencia de los contratos de compraventa de los bienes
inmuebles y los esclavos, la compraventa de res nec mancipi era menos formal y estaba sujeta
a menos restricciones legales.
Esta distinción en las categorías de res mancipi y res nec mancipi permitía una buena dinámica
legal en las transacciones comerciales en la antigua Roma. Este sistema de clasificación no solo
evidencia la meticulosidad del Derecho Romano en la regulación del comercio, sino también
su capacidad para adaptarse a la diversidad de bienes y transacciones en una sociedad en
constante evolución. Estas categorías sentaron las bases para futuros desarrollos en el derecho
comercial y siguen siendo un testimonio del legado perdurable del Derecho Romano en la
jurisprudencia moderna.
Ahora bien, la clasificación actual de la legislación española vigente es mucho más flexible. En
el derecho español actual, la compraventa es un contrato consensual, es decir, que se
perfecciona por el mero consentimiento de las partes, sin necesidad de forma especial. Por lo
tanto, la transmisión de la propiedad de cualquier cosa ya sea inmueble, mueble, fungible o no
fungible, se materializa por el mero acuerdo de las partes.
En todo caso, la clasificación que se realiza según la naturaleza de la cosa que se vende es la
siguiente:
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d. Compraventa de cosa presente, es decir, cosas que existen en el momento del
contrato.
e. Compraventa de cosa futura, es decir, cosas que se esperan que existan en el
futuro.
f. Compraventa de cosa fungible o no fungible: dependiendo que se pueda sustituir
o no, por otra de la misma especie y calidad.
En comparación con el derecho español actual, las formas romanas de compraventa eran más
formales y ritualizadas. En la actualidad, en España y muchos otros sistemas legales, las
transacciones comerciales, incluyendo la compraventa, se basan en contratos escritos que
especifican los términos y condiciones de la transacción. A diferencia del antiguo sistema
romano, la formalidad ritual ha sido reemplazada por requisitos legales y documentación clara
para asegurar la validez de la compraventa.
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2.3 SEGÚN EL PRECIO
En la práctica, el precio suele fijarse de forma precisa en el momento del contrato, pero también
es posible que el precio se fije de forma aproximada o se deje al arbitrio de un tercero. En estos
casos, el precio se determinará de acuerdo con las reglas del derecho común.
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En el derecho español vigente, la compraventa se clasifica según la forma de pago, además de
las modalidades de al contado y a plazos, también existe la modalidad de compraventa a crédito
en la que el precio se paga en un período de tiempo, pero el comprador adquiere la propiedad
de la cosa inmediatamente.
Estas diferencias reflejan la evolución del concepto de compraventa a lo largo de los siglos. El
Derecho Romano era un sistema legal complejo y jerárquico, que reflejaba la cultura de la
sociedad estamental de la época. El derecho español actual es el resultado de la adaptación a
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las cambiantes realidades sociales y económicas. El mundo comercial actual es mucho más
complejo que el de la época romana. El derecho civil español, con su flexibilidad y
adaptabilidad, permite responder a estas nuevas necesidades.
A continuación, se analizan los distintos tipos de compraventa, así como sus partes y
obligaciones, comparándolos a su vez con sus equivalentes romanos y apreciando sus
similitudes y diferencias.
En este sentido, comprendemos el término de compraventa simple como el acto mismo del
acuerdo de intercambio en el que ambas partes involucradas consienten y cumplen con sus
obligaciones, sin complicaciones y procurando mutuamente la satisfacción de lo acordado: el
vendedor hace entrega de un bien, a cambio de una suma de dinero previamente acordada con
el comprador.
El Código Civil define y establece ciertas condiciones que permiten un correcto desarrollo de
un acuerdo de compraventa, e interviene en la conformación del contrato mediante el cual una
persona (el vendedor) se compromete a entregar una cosa determinada a otra (el comprador). A
través del acatamiento de este Código, el Derecho Civil Español ha implementado algunos
requisitos básicos a tomar en cuenta durante el establecimiento del acuerdo, con el fin de
procurar su cumplimiento de forma sencilla y satisfactoria. Para ello, el Derecho Civil Español
determina que la compraventa:
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b) Debe, además, ser bilateral, puesto que genera compromisos y obligaciones recíprocas
entre el vendedor y el comprador, debido a que estos poseen una relación de acuerdo que
conviene y afecta de igual manera a cada una de las partes.
c) Por último, la compraventa debe ser onerosa, ya que supone, para ambas partes, una
serie de obligaciones y ventajas económicas recíprocas originadas por el intercambio de
prestaciones.
Bajo estos requisitos o cualidades atribuidas al contrato de compraventa, se entiende que existen
unas obligaciones mínimas que involucran a ambos miembros del acuerdo, y que, ejercidos
correctamente, aseguran la simplicidad y efectividad del procedimiento.
De esta forma, en tanto que ambas partes involucradas conciban y respondan al cumplimiento
de dichas exigencias, el trámite y la realización del procedimiento se mantendrán de forma
simple y sin complicaciones. En cambio, en caso de variar o modificar alguno de los aspectos
del acuerdo, el contrato por compraventa derivará en uno de los tipos o clasificaciones que el
Derecho Civil Español ha establecido con base en las estipulaciones del Derecho Civil Romano.
La compraventa, con pacto de reserva de dominio, se da cuando el pago del objeto no se realiza
completamente, sino que es aplazado o se entrega de forma incompleta, y las partes
involucradas recurren a un acuerdo que garantiza el traslado de la propiedad una vez que el
comprador culmine la totalidad del pago. Vítores (2009) explica lo siguiente:
Cuando se ha aplazado el pago del precio, puede pactarse que la propiedad de la cosa no se
transfiera al comprador hasta que no haya pagado todo el precio. Es un pacto en garantía del
vendedor. La Jurisprudencia lo admite en general, y se ha recogido legalmente en la Ley de
Compraventa a Plazos de Bienes Muebles. Hecha admite la eficacia de este pacto frente a
terceros, siempre que se encuentre revestido de ciertas garantías, dirigidas a impedir el fraude
de los acreedores (…) El comprador tiene la posesión de la cosa, pero no puede disponer de
ella. Pero como la función del pacto es exclusivamente “de garantía”, tampoco el vendedor
tiene facultades de disposición sobre la cosa mientras el comprador vaya pagando normalmente
en los plazos previstos.
De esta forma, la compraventa por pacto de reserva de dominio alude al derecho de reserva de
la propiedad, que posee el comprador durante el tiempo en que, se estableció, podía realizar el
pago de la cosa. Durante este tiempo, el objeto no pertenece por completo a ninguna de las
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partes, por lo que tanto el vendedor como el comprador deben abstenerse de realizar cambios o
modificaciones que perjudiquen la compra o la transferencia de la propiedad.
Uno de los tipos comunes de contrato por compraventa es el de plazos, que consiste en un
modelo de financiación en el que el vendedor consiente y permite al comprador, realizar el pago
de la propiedad o cosa en diversos plazos establecidos, por lo que este adquiere el dominio del
objeto antes de haber cumplido con el pago establecido durante el acuerdo. Este tipo de
transacción ocurre con frecuencia en los intercambios de tipo inmobiliarios, dando oportunidad
al comprador de obtener la propiedad de una casa, realizando únicamente el pago de la primera
cuota.
Esta modalidad de contrato se conoce desde el período clásico del Derecho Romano. Vítores
(2009) esclarece algunos de los criterios que el Derecho Romano estableció para el contrato de
compraventa a plazos:
a) En primer lugar, y a favor del vendedor, se establecía que en caso de que el comprador
demore en el cumplimiento del pago de dos plazos consecutivos, o en el último de ellos, el
vendedor podía optar entre exigir el pago de los plazos pendientes o por la resolución del
contrato.
b) Por otro lado, y en caso de resolución, las indemnizaciones o penalizaciones que podía exigir
el vendedor tienen límites tasados en este precepto, para evitar los abusos respecto del
comprador incumplidor.
c) Por último, los jueces, por justa causa apreciada discrecionalmente, podían conceder nuevos
plazos al deudor, determinando en su caso el recargo por el nuevo aplazamiento.
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Otra modalidad de la compraventa es la llamada a prueba o de ensayo, como se designa en el
Código Civil. En esta variable de intercambio, el comprador posee la opción de probar o
examinar la cosa antes de llegar a un acuerdo o compra.
En este sentido, el Derecho Civil Español establece que la compraventa a prueba es aquella que
se realiza bajo la condición acordada y suspensiva de que el objeto que origina la compra sea
de agrado comprobado para el comprador, puesto que, de no ser así, la venta no será realizada:
“en otro caso no habrá venta y el comprador devolverá la cosa al vendedor, quien, a su vez,
devolverá el precio o, si todavía no lo cobró, no lo cobrará” (CC. Art. 1.453).
(un punto aquí espacio) Condición resolutoria: en esta modalidad, el contrato extingue la
compraventa ya consentida con base en un hecho futuro e incierto, acaecido en el momento de
contratar. Es decir, que, en caso del incumplimiento de una de las condiciones del acuerdo,
tendrá lugar la resolución del contrato, y el vendedor recuperará la propiedad.
Dada la naturaleza del contrato por compraventa, la principal obligación del vendedor es
transferir la propiedad del objeto de la compraventa.
Desde la época romana, el intercambio por compraventa ha encontrado sus bases en el acuerdo
de voluntad entre el comprador y vendedor, por lo que es una obligación implícita para el
vendedor, la entrega o transmisión de la propiedad del objeto establecido. El Derecho Civil
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Romano consideraba, según lo que ya se ha señalado, que la compraventa era válida cuando las
partes manifestaban su conformidad de transferir la propiedad del bien a cambio de que se
recibiera una contraprestación.
Autores como Vítores (2009) opinan que la compraventa es el contrato traslativo del dominio
por excelencia, por lo que cabe entender que la adquisición de la propiedad es esencial para el
comprador, dato que el vendedor no puede pretender ignorar, sin faltar a la buena fe (art. 1258
CC). Lo que el autor señala es que las obligaciones adjudicadas al vendedor posterior al acuerdo
de compraventa poseen un carácter de compromiso legal y moral que deriva en convenios que
Molina (2009) divide en: ( al pie de pagina)
Dicha obligación se encuentra señalada por el Código Civil (art. 1501) y deriva en el
compromiso implícito que posee el comprador ante las faltas o retrasos de los pagos y cuotas
que se establecieron al momento del acuerdo. El Código establece, por ejemplo, que en caso de
que transcurra tiempo entre la fecha de la entrega y el pago del precio, es obligación del
comprador pagar intereses en tanto que se hubiese convenido entre las partes o si la cosa
vendida y entregada durante el acuerdo, produce algún tipo de ingreso económico.
Los derechos del vendedor en el contrato de compraventa son aquellos que exigen que el
vendedor entregue la cosa vendida al comprador y respete las garantías de evicción y los vicios
ocultos. Estos derechos varían en función del ordenamiento jurídico aplicado, por lo que es
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necesario realizar un análisis comparativo entre el Derecho Romano y el vigente Código Civil
español. Según la legislación romana, el vendedor tiene los siguientes derechos:
● El derecho a recibir el precio del bien vendido debe ser una cantidad fija o determinable.
El pago del precio se considera condición para que el comprador obtenga la propiedad
de aquella cosa, salvo que se pacte otros términos o formas de pago.
● Derecho a conservar la mercancía vendida hasta que el comprador pague el precio, salvo
que se indique lo contrario. Este gravamen sirve como garantía para el vendedor, quien
puede recuperar el artículo si el comprador no cumple con sus obligaciones.
● El derecho a recibir el precio del bien vendido, que debe ser una cantidad determinada
en efectivo o fichas representativas de ese bien. No es necesario pagar el precio para
que el comprador tome posesión del bien mueble mediante entrega o simple imitación,
salvo que se trate de bienes inmuebles, en cuyo caso deberá existir fianza pública. El
Vendedor podrá exigir el pago en efectivo, salvo que se hayan acordado acuerdos de
pago aplazado u otro método de pago.
● Derecho a retener el bien vendido hasta que el comprador haya pagado su totalidad,
siempre que se haya pactado expresamente este derecho de retención o el vendedor esté
en posesión del bien. Este privilegio sirve de garantía al vendedor, que puede oponerse
a la entrega si el comprador no respeta sus obligaciones.
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● El derecho a exigir del comprador el pago de los costes y beneficios derivados de la
venta, tales como los gastos de transporte, almacenamiento, conservación o mejora de
la cosa, así como los intereses legítimos en el precio incluso desde la fecha de
vencimiento de la cosa.
Como se puede deducir, existen similitudes y diferencias entre los derechos del vendedor en el
Derecho Romano y el derecho civil español. Algunas similitudes son:
● El derecho a recibir el precio de los bienes vendidos es el objeto principal del contrato
de compraventa y es la compensación del vendedor.
● El derecho a resolver el contrato de compraventa en caso de impago del precio por parte
del comprador o si surge causa de resolución, lo que constituye un medio de
recuperación del saldo del contrato roto por el incumplimiento del comprador.
Los derechos del comprador en el contrato de compraventa son aquellos que le corresponden
por haber pagado el precio de la cosa comprada y por haber recibido la cosa libre de cargas,
evicciones y vicios ocultos. Estos derechos varían según el sistema jurídico que se aplique, por
lo que se hace necesario un análisis comparativo entre el Derecho Romano y el Código Civil
español actual. En el Derecho Romano, el comprador tenía los siguientes derechos:
● El derecho a recibir la cosa comprada, que debía ser una cosa determinada, existente y
lícita. El comprador adquiría la propiedad de la cosa por la tradición o entrega, siempre
que el vendedor fuera el verdadero propietario o tuviera la facultad de transmitir el
dominio. Si el vendedor no entrega la cosa, el comprador podrá reclamarla mediante
demanda correctiva o demanda pública, según sea el caso.
● El derecho a que el bien adquirido sea conforme al contrato, es decir, que no contenga
ningún vicio o vicio oculto que reste valor o beneficio. Si la cosa es defectuosa o
defectuosa, el comprador puede interponer una acción cautelar para poner fin al contrato
y recuperar el precio, o una pequeña acción de mérito cuántico para obtener una
reducción prorrateada del precio.
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● El derecho a recibir el artículo adquirido debe ser específico, existente y legal. El
comprador adquiere el dominio de la cosa por imitación o entrega, salvo que se trate de
bienes inmuebles, en cuyo caso se requiere documento de validación. Si el vendedor no
cumple con la entrega, el comprador podrá exigir una compensación o un cumplimiento
específico, según sea el caso.
● El derecho a que el bien adquirido sea conforme al contrato, es decir, libre de vicios
ocultos o que lo hagan inadecuado para el uso previsto o reduzcan su valor. Según los
expertos, si el artículo es defectuoso, el comprador puede elegir entre rescindir el
contrato, pagar los costes ya pagados o reducir una parte similar del precio.
● Los derechos sobre el artículo comprado son pacíficos, es decir, libres de reclamaciones
o disputas por parte de terceros que afirman tener mejores derechos sobre el mismo. Si
el comprador es sometido a un inconveniente o privación de la cosa por un tercero, el
vendedor debe defenderlo o indemnizarlo reclamando el cobro por sustracción.
Resulta que existen similitudes y diferencias entre los derechos del comprador en el Derecho
Romano y el derecho civil español. Algunas similitudes son:
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● El momento de la transferencia de propiedad de la cosa comprada, en el Derecho
Romano depende de la tradición o entrega y en el Código Civil español depende de la
tradición o entrega, excepto en el ámbito inmobiliario, que requiere escritura pública.
En la ley romana, el cumplimiento de la venta requerida, además del pago del precio y la entrega
de la cosa, respeto por las formalidades que habían creado el contrato, en particular en los casos
de Mancipatio y en Iure Cessio. Por lo tanto, el comprador tuvo que devolver el peso del cobre
al vendedor, ante los mismos testigos y con las mismas palabras rituales, para extinguir la
obligación. Este tipo de cumplimiento se denomina solutio per-aes et libram y es típico del
cumplimiento estricto. En los compromisos de buena fe, como las ventas son consensuales, el
cumplimiento se logra mediante declaraciones o entrega de objetos o dinero sin mayores
trámites.
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El cumplimiento de la compraventa podía ser total o parcial, según se realizara la totalidad de
las prestaciones o solo una parte de ellas. La ejecución parcial podrá dar lugar a una reducción
similar del precio si es divisible, o a la resolución del contrato si es indivisible o tiene un defecto
fundamental. El cumplimiento también puede ser voluntario u obligatorio, según se haga por
libre voluntad de las partes o por intervención de un juez o juez de instrucción.
En la ley civil española, el cumplimiento de las ventas depende del principio del autogobierno,
por lo que las partes pueden acordar las condiciones y métodos de pago y entrega, siempre que
no contradicen la ley, la moral o un sistema general. Pagar el precio debe ser una cierta cantidad
de dinero, efectivo o signos de representación, a menos que se acuerde otra forma de pago. La
entrega deberá realizarse en el lugar y hora acordados, o en su defecto, en el domicilio del
Vendedor y cuando el Vendedor tenga derecho a utilizarlo.
El efecto del cumplimiento de la venta según el Código Civil español es transferir la propiedad
de la cosa al comprador, salvo que se trate de bienes inmuebles, en cuyo caso se requiere título
público. El cumplimiento también se reveló al vendedor responsable de entregar y limpiar el
accidente, y obligar a los compradores a pagar y beneficios. La extinción de los procedimientos
obtenidos del contrato, como el procedimiento de cumplimiento, una solución de procedimiento
o la recompensa de daños. (inextensible quitarlo no lo quieres)
La ejecución de la venta podrá ser total o parcial, según se realicen todos o sólo parte de los
servicios. El compromiso parcial podrá dar lugar a una reducción similar del precio si es para
arrendar, o a la resolución del contrato si es indivisible o no cumple las condiciones pactadas.
El cumplimiento también puede ser voluntario o coercitivo, según se haga por libre voluntad
de las partes o por ejecución judicial del contrato.
Por su parte, en el Código Civil español, el artículo 1124 establece que se pueden resolver las
obligaciones en el caso de que una de las partes no haya cumplido sus obligaciones. El
perjudicado puede optar entre exigir el cumplimiento del contrato o rescindir el contrato con
los daños ocasionados. Además, si la liquidación se realiza mediante la aplicación de la cláusula
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resolutoria, el contrato se considerará resuelto no desde ese momento sino con carácter
retroactivo desde la fecha de su celebración.
Por tanto, tanto en el Derecho Romano como en el derecho civil español, una transacción de
compraventa es posible en el caso de que una de las partes incumpla la obligación. Sin embargo,
según el Derecho Romano, la transferencia de propiedad requiere una acción adicional por parte
del vendedor, mientras que, según el Código Civil español, la resolución del contrato tiene
efectos retroactivos a partir de la fecha de su celebración.
En el Código Civil español, la nulidad del contrato está recogida en el artículo 1303 del c.c;
Estipula que, si la obligación queda invalidada, los contratantes deberán devolver las cosas que
fueron objeto del contrato junto con sus frutos y el precio con intereses. Además, en los casos
en que, incluso siendo nulo, el contrato haya sido cumplido total o parcialmente por las partes,
inmediatamente después de que el contrato sea declarado nulo por decisión judicial, todo deberá
volver al estado anterior a la fecha de ejecución. ejecutar y firmar el contrato.
Por tanto, tanto en el Derecho Romano como en el Código Civil español, una compraventa
puede ser nula en los casos en que el contrato no existe. Sin embargo, según el Derecho
Romano, la transferencia de propiedad requiere una acción adicional por parte del vendedor,
mientras que, según el Código Civil español, la nulidad del contrato tiene efectos retroactivos
desde el momento de su firma.
En el Código Civil español, a falta de contrato, si una o varias de las causas de cancelación
previstas en el artículo 1265 del Código Civil surgen de una de las partes, esta situación puede
dar lugar a la cancelación, con carácter retroactivo, del contrato. contrato. Según los criterios
establecidos en la disposición antes citada, la inexistencia se produce cuando no existe alguno
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de los requisitos contenidos en el artículo 1261 del Código Civil (consentimiento de las partes
en el contrato, determinadas cosas, motivo de la obligación). (causa)
Por tanto, tanto en el Derecho Romano como en el derecho civil español, puede producirse una
compraventa inexistente en caso de nulidad del contrato. Sin embargo, según el Derecho
Romano, la transmisión de la propiedad requiere una acción adicional por parte del vendedor,
mientras que, según el Código Civil español, la falta de contrato tiene efectos retroactivos desde
el momento de su celebración.
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3. CONCLUSIONES (HAY QUE CAMBIARLA POR LO
VISTO)
A lo largo del desarrollo del presente TFG, se ha tenido tiempo a efectuar una profunda
investigación analizando conceptos, elementos y principios de la compraventa que surgieron en
el Derecho Romano y que, una amplia variedad de ellos, continúan vigentes en el Código Civil
español. Ese es el objetivo general del trabajo, así como el primer objetivo específico; ambos
se han logrado gracias al desarrollo de un sólido índice que se ha ido desarrollando
paulatinamente. (¿?)
En el segundo objetivo específico del presente TFG se hablaba de determinar los principales
elementos comunes entre el Derecho Romano y el Derecho Civil español vigente, en referencia
a la compraventa. Tras desarrollo de la investigación se pueden destacar:
● Los elementos básicos de una venta son el acuerdo de ambas partes, el objeto de la venta
y el precio.
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Alineado con el tercer objetivo específico, se podrían destacar las principales clasificaciones y
regulaciones de la compraventa en ambos sistemas legales, resaltando similitudes y diferencias
claves. Entre las similitudes entre el Derecho Romano y el Código Civil español se pueden
destacar:
● Obligaciones de ambas partes: En ambos sistemas, una de las partes del contrato está
obligada a entregar una cosa específica y la otra parte debe pagar un precio específico
por esa cosa, ya sea en efectivo o en una representación simbólica que represente esa
cosa.
Las principales diferencias pueden ser: (no se de donde saca esto termino)
● Transferencia de propiedad: Según la ley romana, una venta no tiene efecto real, es
decir, no transfiere la propiedad en sí misma. Para adquirir activos de un comprador, el
vendedor debe ejercer uno de los métodos de adquisición de derivados. Sin embargo,
en el Código Civil español la compraventa se realiza entre comprador y vendedor y
obliga a ambos, si convienen en el contenido objeto del contrato y en el precio. asunto.
Cargado. ( es de arrendamiento)
● Normativa legal: La ley romana regula las ventas a través del Anexo Duodécimo del
Código, mientras que el Código Civil español las regula a través de los artículos 1.445
a 1.537.
Finalmente, en el cuarto objetivo específico, se pretendía determinar los efectos de los contratos
de compraventa en el Derecho Romano y en el Código Civil español. Tras realización del
trabajo se podría destacar:
Derecho Romano:
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● Consentimiento de ambas partes: El contrato de compraventa se pacta de mutuo acuerdo
y puede perfeccionarse mediante consentimiento.
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4. BIBLIOGRAFÍA (cambiar todo)
Gayo 2,19
D18,11,78,2
Real Decreto de 24 de julio de 1889 por el que se publica el Código Civil. Boletín Oficial del
Estado. Madrid. 25 de julio de 1889, núm. 206, pp. 13-282. Recuperado de:
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1889-4763
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Vítores, G. d. (2009). EL CONTRATO DE COMPRAVENTA. DERECHO CIVIL II ,
1-16.
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