Contar con recursos suficientes para afrontar una vida digna es vital para nuestra salud mental, ya que evita estrés, depresión y otra serie de problemas cognitivos. El estudio, citado por The Ladders, señala que «las políticas de bienestar social, como el salario mínimo, pueden afectar la salud de la población... los efectos parecen mayores durante los períodos de alto desempleo».
Vínculo entre el salario y la salud mental
El aumento del salario mínimo también podría generar menos estrés y mejoras sustanciales en la salud mental. En los últimos años, múltiples estudios han demostrado un vínculo entre las condiciones económicas y la salud. Cuando no sabes de dónde vendrá tu próxima comida y tienes que preocuparte por pagar las cuenta, esto ciertamente aumenta el estrés y el estrés está asociado con la enfermedad mental. Si bien se necesita más investigación para determinar si el aumento de los ingresos podría reducir las condiciones de salud mental a largo plazo, un estudio de 2011 realizado por JAMA Psychiatry descubrió que las personas en los Estados Unidos con un ingreso familiar anual inferior a $20,000 tenían más probabilidades de tener problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, en comparación con aquellos que ganan $70,000 o más. Los trabajos de salario mínimo son a menudo los primeros trabajos que uno adquiere o los trabajos de último recurso. El Gobierno debe comprender que aumentar el salario mínimo es algo más que dar a estos trabajadores un mejor salario.