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¿Cuál es la diferencia entre

responsabilidad civil subjetiva y


objetiva?
POR
BRANDO JAVIER PAREDES MIRANDA
-
FEBRERO 25, 2018

Para comprender adecuadamente la diferencia entre ambos tipos de responsabilidad,


es necesario situarnos brevemente en el siglo XIX, época en la que se concebía a la
culpa como único fundamento de la responsabilidad civil. Es decir, se hablaba de
una función resarcitoria, dirigida únicamente a reparar el daño ocasionado por
determinado sujeto. Así, ante un hecho generador del daño, se acudía
inmediatamente a analizar el factor de culpabilidad. No sin razón se afirmaba que
“no existe responsabilidad sin culpa”.
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Sumilla: 1. Panorama general previo, 2. Dentro del ámbito de la


responsabilidad civil extracontractual, 3. Dentro del ámbito de la
responsabilidad civil contractual, 4. ¿Quién determina cuándo estamos ante un
tipo de responsabilidad objetiva o subjetiva?

Panorama general previo

Para comprender adecuadamente la diferencia entre ambos tipos de responsabilidad,


es necesario situarnos brevemente en el siglo XIX, época en la que se concebía a la
culpa como único fundamento de la responsabilidad civil. Es decir, se hablaba de
una función resarcitoria, dirigida únicamente a reparar el daño ocasionado por
determinado sujeto. Así, ante un hecho generador del daño, se acudía
inmediatamente a analizar el factor de culpabilidad. No sin razón se afirmaba
que “no existe responsabilidad sin culpa”.

Lea también: La clasificación de los daños en la responsabilidad civil


Sin embargo, con el desarrollo de la sociedad y la interacción del ser humano en
distintos ámbitos de la tecnología y la investigación, se hizo insuficiente hablar
únicamente del factor de culpabilidad como único sustento de la responsabilidad,
siendo necesario concebir el sistema de responsabilidad dentro de una perspectiva
global que abarque no sólo la relación entre los sujetos, sino también enfocada
dentro de un modelo económico-social, cuya función primordial sea el reparto de
responsabilidades, según el modelo ý los fines que persiga determinada sociedad en
un contexto determinado.

Lea también: Lo que hay que saber de la contractualización de la


responsabilidad civil, por Aníbal Torres Vásquez

En tal sentido, se introducen otros factores distintos a la culpa, como por ejemplo el
riesgo y el peligro que genera la práctica de cierta actividad. Así, en estos supuestos
bastará que el sujeto ocasione un daño derivado de una actividad riesgosa o
peligrosa, para que responda por el evento dañoso, no siendo determinante analizar
si se actuó con culpa o dolo.

Situados en este punto, pasaremos adefinir lo que se entiende por responsabilidad


civil subjetiva y objetiva.

Lea también: Efectos nocivos de la contractualización de la responsabilidad civil

Dentro del ámbito de la responsabilidad civil extracontractual

Estamos ante un supuesto de responsabilidad civil subjetiva, dentro del ámbito de


la responsabilidad extracontractual o aquiliana, cuando el sujeto ocasionó un daño a
otro producto de una negligencia o imprudencia. Aquí lo que se analiza es el
comportamiento del sujeto, ya sea porque debió actuar con precaución o con la
diligencia necesaria.

Este tipo de responsabilidad civil subjetiva se recoge en el primer párrafo


del artículo 1969°de nuestro Código Civil, el cual señala que “Aquel que por dolo o
culpa cause un daño a otro, está obligado a indemnizarlo.”
Lea también: Análisis jurisprudencial de la contractualización de la
responsabilidad civil

Por otro lado, la responsabilidad civil objetiva, también dentro del ámbito de la
responsabilidad extracontractual o aquiliana, es aquella que tiene como sustento el
ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa (más allá del riesgo normal existente
en todas las actividades del ser humano), la cual se encuentra recogida en el artículo
1970° del Código Civil, el cual establece, “aquel que mediante un bien riesgoso o
peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a
otro, está obligado a indemnizarlo.” En tal sentido, ante un daño ocasionado, bastará
acreditar que la actividad realizada por el sujeto, o el bien manipulado, se consideran
peligrosas. En este caso, el sujeto sólo se liberará de responsabilidad si acredita que
el daño fue ocasionado por un hecho de fuerza mayor, un hecho determinante de
tercero, o por la imprudencia de la víctima, conforme al artículo 1972°.

Dentro del ámbito de la responsabilidad civil contractual

Estamos ante un supuesto de responsabilidad civil subjetiva, dentro del ámbito de


la responsabilidad civil contractual, cuando el incumplimiento de la obligación sea
imputable al deudor, ya sea por dolo o por negligencia (culpa). Ello se encuentra
regulado en el artículo 1314° de nuestro Código Civil, el mismo que señala, “quien
actúa con la diligencia ordinaria requerida, no es imputable por la inejecución de la
obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. Como es de verse,
bastará en este tipo de casos, acreditar la diligencia con la que actuó el deudor de la
obligación, para que se le libere de responsabilidad.

Por otro lado, respecto a la responsabilidad civil objetiva, dentro del ámbito de la
responsabilidad civil contractual, esta es aquella en la que el cumplimiento de la
misma tiene como consecuencia directa la responsabilidad del deudor. Es decir, si el
deudor incumple la obligación será necesariamente responsable, salvo que ocurra
una causa no imputable, como por ejemplo un hecho de fuerza mayor que impida,
objetivamente, la ejecución de la obligación. Así, un ejemplo de lo señalado lo
podemos encontrar en el artículo 1315° del Código Civil, el cual establece “Caso
fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable, consistente en un evento
extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la obligación o
determina su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.”

¿Quién determina cuándo estamos ante un tipo de responsabilidad objetiva o


subjetiva?

Básicamente lo hace el legislador, dependiendo del tipo de modelo económico que


se adopte. Así, se establece un sistema de reparto de responsabilidades, ya sea para
incentivar o desincentivar un tipo de conducta en el ámbito de la investigación,
medicina o avance tecnológico. Por ejemplo, si se desea incentivar el desarrollo de
la tecnología o de la medicina (como de hecho ha sucedido), resulta más adecuado
optar por un tipo de responsabilidad subjetiva, que es más flexible y en donde
bastará acreditar la diligencia del sujeto, para liberarlo de responsabilidad.

Por el contrario, si se quiere desincentivar una conducta por considerarse, para


determinado ordenamiento, inadecuada con ciertos valores o costumbres (por
ejemplo investigaciones o avances científicos con embriones o fetos humanos), se
preferirá un tipo de responsabilidad objetiva que limite tal actuación.

Comentarios

Benjamín Moisá
Con todo respeto, hablar de «responsabilidad objetiva» es una contradicción
en sus propios términos, y hacerlo de «responsabilidad subjetiva», un
verdadero pleonasmo.
Las cosas «son lo que son»: la responsabilidad necesariamente es
subjetiva; de lo contrario, nos saldríamos del mundo del Derecho.
La llamada «responsabilidad por riesgo», o con mayor propiedad «por
peligro», reconoce como fundamento una «culpa por omisión»: omisión de la
mayor diligencia que exige la introducción de una cosa o actividad
peligrosa. Así, lo entendía ya Domat en el siglo XVII.
Le Tourneau y Cadiet, con razón, señalan que la «teoría del riesgo» sería
ridícula sin la «teoría de la causa adecuada». Esta última, por medio de la
«prognosis póstuma» (previsibilidad) hace entrar por la ventana la culpa que
los objetivistas echaron por la puerta de la responsabilidad civil, al decir de
Berckemeyer Olaechea.
Tampoco es verdad que el hecho de la víctima, de un tercero o el «casus»
rompan el nexo de causalidad, pues, en realidad excluyen la culpa: la
causalidad física se mantiene; lo que no hay, es culpa.
El legislador no puede hacer que el gato ladre...
Cordiales saludos, desde Tucumán, a todos los amigos peruanos.
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