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Se puede considerar a la sepsis como una respuesta hormonal ejecutada por el huésped
frente a una agresividad de la noxa, basada en la genética de cada individuo. Sin embargo, se
plantea directamente que es la primera causa de muerte en los hospitales, centralizándose en
las infecciones nosocomiales. Se postula una conceptualización nueva conocida como nRODs,
que es la falla multiorgánica crónica, haciendo mención a la disbiosis patobioma y señalando
condicionantes. Por esto, parte del hecho de que debe haber una insuficiente resucitación o
gérmenes multirresistentes que puedan ocasionar tanto la muerte como el síndrome de
posterapia. Sabiendo que no estamos aquí para exponer conceptos, sino más bien para hacer
énfasis en realizar una especie de conciencia o resaltar que en unos años llegaremos a tener una
gran cantidad de muertes frente a lo antes mencionado.
Mediante esto, iniciemos sobre dónde está el origen de todo, que son los microbiomas.
Estos son elementos genéticos en conjunto con la interacción medioambiental de un ambiente
biofísico particular. Esto es lo que generalmente mencionamos como virus, bacterias, entre
otros, donde se produce una cadena que se expande de manera secuencial. Comenzamos por el
microbiota, que son netamente gérmenes que están en un órgano, llegando a la producción de
la metaboloma, que es básicamente lo habitual que tiene el microbiota. Con esto, llamamos
disbiosis si esta se ve modificada o alterada, y si se expande, la llamamos patobiosis, que es
cuando un germen se expande y empieza a ser perjudicial para el individuo. Entendamos que
el hecho de tener estos gérmenes en nuestro cuerpo nos aporta un sinnúmero de beneficios,
como en la parte intestinal, que contribuye netamente con metabolidotos bacterianos que
circulan de manera directa por vía venosa.
Existe una profunda interrelación entre la salud de cada sujeto y la estabilidad del
microbioma, manifestándose aquellas disrupciones o disbiosis como problemas en la salud o
enfermedades de variada gravedad. Ejemplos clásicos de estas manifestaciones son el síndrome
de intestino irritable, enfermedad de Crohn los problemas inmunológicos, diabetes, depresión,
entre otros. Este conocimiento ha llevado al desarrollo de terapias destinadas a restaurar la
salud del microbioma, como los probióticos y los trasplantes fecales, que se han mostrado
prometedores en el tratamiento de enfermedades relacionadas con la disbiosis.