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Ksenija Bilbija: Semblanza de YERBA MALA CARTONERA

El bolero triunfal de Sara, por Juan Pablo Piñeiro, publicado por Yerba Mala Cartonera en 2006.

Yerba Mala Cartonera (2006- ) fue fundada en El Alto, la cuarta ciudad más poblada
y la más pobre de Bolivia. Un grupo de escritores alteños (Crispín Portugal Andrade,
Roberto Cáceres y Darío Luna) decidió editar libros hechos en cartón, inspirados por
Eloísa Cartonera de Argentina y Sarita Cartonera de Perú. En 2008 se integra Aldo
Medinaceli, quien representará a la editorial en el Primer Encuentro de las Editoriales
Cartoneras auspiciado por la Universidad de Wisconsin-Madison. Vista como rebelde y
contestataria, Yerba Mala adoptó el nombre de la planta que simbolizaba la persistencia
de las yerbas que, aunque arrancadas, siempre vuelven a brotar. La referencia también
tiene que ver con los pobres en América Latina que son como yerba mala a la que
siempre se quiere hacer desaparecer, frecuentemente utilizando herramientas injustas. El
primer nombre que se le quería dar a la editorial era en idioma aymara «Saxra t’ula»,
pero se decidió cambiarlo al español para que más personas pudieran identificarse con
el proyecto, ya que la editorial quería que todos, sin importar su condición económica,
pudieran acceder a buenos textos literarios.
Yerba Mala Cartonera, la segunda editorial cartonera boliviana y la cuarta de
América Latina, nació después de la Guerra del Gas (2003), cuando el gobierno de
Gonzalo Sánchez de Lozada (un radical de ultraderecha acusado por las violaciones de

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los derechos humanos y en exilio en los EE. UU.) utilizó la fuerza militar en contra de
un grupo de civiles, lo que provocó decenas de muertos y cientos de heridos. Esta
masacre por el reclamo de los recursos naturales ocasionó un giro radical ideológico-
político que significó la llegada al poder de Evo Morales (2005). Tales hechos
históricos impulsaron el nacimiento de Yerba Mala, cuyo principal objetivo era acercar
la literatura al mayor número de personas posible en un momento en que un libro
costaba alrededor del 20% de un salario mensual básico.
La relación de Yerba Mala con las otras cartoneras fue cercana y familiar desde
el principio cuando compartieron varios títulos (con Sarita Cartonera de Perú, por
ejemplo) y el ánimo de libre circulación de saberes y novedades del ámbito literario. La
posición de Yerba Mala era que, además del material con que se fabrican los libros, las
editoriales cartoneras compartían el espíritu que las unificaba con un proyecto
ideológico y rebelde, muchas veces antisistémico, y una profundización en las estéticas
literarias de vanguardia, sin olvidar el contexto social donde estas se desarrollaban, para
lo cual era imprescindible crear una red. Aunque otra cartonera boliviana, Mandrágora
Cartonera, ya funcionaba desde 2005 en Cochabamba, la falta de colaboración y
contacto entre las dos se explica con su orientación editorial diferente, enfocada más
bien en temas académicos y materias que se dictaban en la Universidad.
Actualmente el equipo de la editorial lo componen Lourdes Saavedra, María
Gabriela Flores y Roberto Oropeza. Según el manifiesto de Yerba Mala en Akademia
Cartonera, su lema es «literatura para todos». En Bolivia, el 12% de la población es
analfabeta, y un libro tradicional es inalcanzable para la mayoría de la población por ser
demasiado caro. Yerba Mala crea los libros más baratos y accesibles para descentralizar
y democratizar la literatura. Según su sitio web, fabrican «literatura para leer en las
imposibles calles de La Paz». Su meta es eliminar el analfabetismo para que Bolivia se
convierta en el tercer país latinoamericano con alfabetización completa. Con este
propósito Yerba Mala organiza ferias de libros e impulsa actividades para adquirir
competencias literarias.
Otra meta de Yerba Mala es salvar a escritores marginales, motivo por el que
publican autores incipientes, innovadores, interesados en propagar y apoyar nuevas
propuestas literarias. Por ejemplo, cuando el jurado del Premio de Literatura Nacional
determinó que todos los textos eran mediocres y decidió no otorgar el premio en el año
2008, Yerba Mala publicó los textos de todos los competidores bajo el título
Destamayados para que los lectores pudieran juzgarlos.
Al inaugurarse, Yerba Mala lanzó los libros de cinco autores: Roberto Cáceres,
Crispín Portugal, Darío Manuel Luna, Gabriel Pantoja y Jessica Freudenthal que no
sobrepasaban las tiradas de 30 ejemplares con un precio de 71 centavos, que los
convertía en los más baratos de todas las editoriales del país, lo que indica que dentro
del mercado de libros cartoneros, el boliviano era el más pobre. Todos los libros son
únicos y hechos a mano en los talleres semanales a los que están invitados amigos,
aunque los tres miembros de la editorial mencionados se ocupan de la confección de los
libros en gran parte de las ocasiones. Yerba Mala no cuenta con un archivo físico, pero
sí con uno virtual en el que se pueden leer y descargar todos los libros. Hasta ahora han

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publicado 104 títulos repartidos entre poesía y narrativa, aunque también se ha acudido
al género epistolar.
En sus planes para el futuro está incorporar la novela gráfica. Entre los autores
publicados por su sello aparecen los nombres del fundador de Eloísa Cartonera,
Washington Cucurto, los peruanos Fernando Iwasaki, Santiago Roncagliolo y los
argentinos Alan Pauls y Ricardo Piglia, autores de renombre y también publicados por
las editoriales multinacionales como Alfaguara, Planeta y Anagrama. El catálogo de la
editorial también incluye a los autores bolivianos como Aldo Medinaceli, Milenka
Torrico y los ganadores de concursos literarios entre los que destaca la citada
publicación de los autores Destamayados.
Ksenija Bilbija
Universidad de Wisconsin-Madison

Selección bibliográfica

BILBIJA, Ksenija y Paloma CELIS-CARBAJAL (eds.) (2009). Akademia Cartonera: A


Primer of Latin American Cartonera Publishers. Madison: Parallel
Press/University of Wisconsin-Madison Libraries.
BILBIJA, Ksenija (2014). «Fiction’s Mysterious Ways: Eloísa Cartonera», Literatures
and Arts of the Americas (2014), vol. 47, n.º 1, pp. 13-20.
COLECTIVO 7 (2010). «Yerba Mala». Partes 1, 2, 3 y 4, en
http://colectivosiete.blogspot.com/2010/11/yerba-mala-parte-1-de-4.html [17
octubre 2017].
EID ASBÚN, Claudia (2009). «Yerba Mala Cartonera: la plataforma sin censura» Los
Tiempos, 30 julio 2009, en
http://www.lostiempos.com/actualidad/cultura/20090730/yerba-mala-cartonera-
plataforma-censura [17 octubre 2017].
FRIERA, Silvina (2008). «Editoriales cartoneras de América Latina», Página 12, 3
junio 2008, p. 8.
YERBA MALA Cartonera (2006). «Yerba mala cartonera, para que la literatura nunca
muera», en https://yerbamalacartonera.blogspot.com.es/2006/06/yerba-mala-
cartonera-para-que-la.html [17 octubre 2017].

Sitio web: https://yerbamalacartonera.blogspot.com


El catálogo de la editorial:
https://drive.google.com/file/d/0B7HgP0w8_brjcXN5SV9FTkljLVk/view
El depósito para descargar los títulos publicados:
https://issuu.com/yerbamalacartonera

Para citar este documento: Bilbija, Ksenija (2018). «Semblanza de Yerba Mala Cartonera (2006- )». En
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes - Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI)
- EDI-RED: http://www.cervantesvirtual.com/obra/yerba-mala-cartonera-2006--semblanza-928703/

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