Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El recuerdo de Catalina
Montserrat Ordóñez *
1
PORRAS COLLANTES, Ernesto. Bibliograf/a de la novela en Colombia (Bogotá, lns·
t.ltuto Caro y Cuervo, 1976).
2
LUQUE VALDER RAMA, Lucia. La novela femenina en Colombia (Bogotá, Coopera·
tlva de Artes Gráficas, 1g54). Tesis de grado, Universidad Católica Javerlana. La autora pre·
senta cortas notas bibliográficas sobre once escritoras del siglo XI X y veinte del siglo XX,
3
ACEVEDO DE GOMEZ, Josefa. (1803·1861), Soledad A costa de Samper (1833·1g13),
Waldina Dávlla de Ponce de Léon (-1900), Hermlnla Gómez Jaime de Abadía (1862·1925),
Maria Cárdenas Roa, Ellsa Mújlca, Flor Romero de Nohra, Rocío Vélez de Piedrahíta,
Fanny Bultrago. Ante la solemnidad de los nombres habda que anotar que cualquier novato
en mercadeo de libros sabe lo dificil que es vender un autor cuyo nombre tenga más de tres
palabras Impresas y no se pueda Identificar oralmente sólo con una o dos.
4
ANGEL, Alba Lucia, Las andariegas (Barcelona: Argos Vergara, 1984).
Voces lnsurgenres ___________________________________________ 53
5
ARAUJO, Helena, "Algunas post-nadaistas", Revista Iberoamericana 128-129 (Julio-
diciembre 1984) 821-837; y "Mujeres novelistas" Panorama de literatura colombiana, (Bo-
gotá: Procultura). En preparación.
6
GILARD, Jacques, "Ser escritora en Colombia: Cuatro casos de la Costa Atlántica",
Femmes des Ameriques, (Toulouse: Unlverslté de Tolouse-Le Mirall, 1986), 209-230.
7
GILARO,Jacques,210.
54 _________________________________________ Mon~rrat0rdóñez
portaban mejor que ellas ante la ideología dominante: es, pues, otra
forma de doble moral exigirles más a ellas o esperar que las famosas
fuerzas cósmicas femeninas las libraran de su historia. Habría que ver-
las precisamente como representantes delatoras de ese mundo que las
sostenía y que ellas ayudaban a sostener, un mundo que las próximas
generaciones podrán entender y rechazar más fácilmente gracias a lo
que escribieron, igual que ahora podemos cuestionar, con otras lectu-
ras, a La María y a La Vorágine. Por otra parte, estamos en la actuali-
dad tan seducidos por la literatura de la modernidad, y por nuestra
propia habilidad de receptores conscientes y cómplices, que no acep-
tamos otro tipo de escritura y tendemos a confundir ruptura, rebel-
día y posiciones críticas con un concepto tan relativo históricamente
como buena 1iteratu ra 8 .
10
VOLKENING, Ernesto, MLos dos tiempos de E lisa Mújica" (1950) Ensayos 1. ((Bogo·
tá: 1nst ltuto Colombiano de Cultura 1975), 215-220 .
56 ______________________ Montserrat Ordóñez
11
TELLEZ, Hernando, Catalina, la novela de Elisa Mújlca. "Lecturas Dominicales", "El
Tiempo", 10 de mayo de 1964. Reproducido en Hernando Téllez, Textos no recogidos en
libro 2 (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1979) 633-638. La autora recuerda, sin
embargo, una primera cdtlca positiva de Téllez en Semana, poco después de publicada la
novela Los dos tiempos.
12 VOLKENING, Ernesto, 323.
13 VOLKENING, Ernesto, 215.
14 vOLKEN ING, Ernesto, 216.
15 Eiisa Mújica, Catalina (Madrid: Agullar, 1g63), 9. Las citas del texto Que aparecen en
este trabajo pertenecen a la misma edición.
Voces Insurgentes _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 57
16 TELLEZ, Hernando, 6.
7
l TELLEZ, Hernando, 7 .
ISTELLEZ, Hernando, 7
20
cAMACHO GUIZADO, Eduardo, 106.
58----------------------Montserrat Ordóñez
21
cAMACHO GUIZADO, Eduardo, 106. En relación a lo cursi, Hernando Téllez resu·
me el pensamiento misógino y clasista de los intelectuales del momento (1g66), en dos notas
recopiladas en Textos no recogidos en libro 2: "Respuesta a una dama que se cree cursi",
(829-832) y "Consideraciones sobre lo cursi", (832·837).
22
ARAUJO, Helena. "Dos novelas de dos mujeres", Signos y mensajes (Bogotá' lnstitu·
to Colombiano de Cultura, 1976), 125·128.
23
ARAUJO, Helena. "Dos novelas de dos mujeres", 126.
24
coBO BORDA, Juan Gustavo. "Bogotá visto con ojos de mujer", Correo de LosAn·
des, 34-35 (octubre-diciembre 1985), 145·147.
25
ARAUJO, Helena. "Mujeres novelistas".
Voces lnsurgentes _______________________ 59
26
AGOSI N, Marjorle, Silencio e imaginación. Metáforas de la escritura femenina, (Méxi-
co: Katún, 1986).
r
27
TELLEZ, Hernando, P. 7.
62 _____________________ ,Montserrat Ordóñez
rrientes eléctricas cruzan las relaciones entre los personajes, que mu-
tuamente se manipulan con violencias y silencios.
Me referiré brevemente al primer capitulo, porque en él se pueden
encontrar todos los elementos que he mencionado: las caracterlsticas
básicas de la narradora y su evolución como personaje, el efecto de la
mise en abyme, los tiempos y los espacios que aparecen en el texto,
el silencio como eje temático y estructural y la violencia que relacio-
na todo lo anterior :
28
JEFFERSON, Ann. "Mise en abyme and the Prophectlc", Sty/e 17,2 (Sprlng 1983),
196·208. La traducción es mt'a.
Voces Insurgentes _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 63
na queda cortada del mundo: "El también debía querer que nuestra
historia volviera a su punto de partida, la noche de los jazmines en la
hacienda. De lo contrario, yo perderla el medio de comunicarme con
los seres y las cosas. Sólo pod la hacerlo a través de Samuel" (p. 54).
Su aislamiento es una caída en el vado: "Al cabo de muchas punta-
das consegu la sal ir de mí . misma como si tomara un narcótico. Pero
alejarme de la realidad sin crear otra para reemplazarla, no me daba
ningún apoyo" (p. 52). Sus amistades no le ampllan el mundo. Su
amiga Domitila la persigue desde la casa de enfrente. Rebeca, la viuda
rica que al principio la atrae, representa la t !pica mujer de doble
moral, que exige de las otras mujeres lo que ella no está dispuesta a
hacPr. La tertulia que organiza es otro vacío que, entre otras, cumple
la función de presentar un excelente retrato de Ricardo, el pseudo-
intelectual mediocre, de mal aliento, desagradable y autosuficiente,
que en algo recuerda al Charles Tansley de To the Lighthouse de
Virginia Woolf. Para Ricardo, Catalina es su musa e inspiración, y la
desea mientras sea inalcanzable. Su lenguaje progresista se convierte en
parodia ante las contradicciones de su conducta. Por fin, Giorgio es
otra trampa, otro hombre interesado en hacer fortuna en la región,
que como actuante produce el desenlace de la relación conyugal de
Catalina y de la obra como texto. La relación con Giorgio es tan
veloz como el deseo de Catalina, y tan insatisfactoria como el am-
biente que los oprime.
29
oRD0ÑEZ, Montserrat . "Machado de Assis : los adulterios dec i monónicos de Virgilia
y Capltú", Cuadernos de Filosoft"a y Letras, VIl, 3-4 (julio-diciembre 1984), 29-83. Dos li·
bros importantes sobre el tema son el de Tony Tanner, Adultery in the Novel: Contract and
Transgression (Baltimore and London: The Johns Hopkins Unlversity Press, 1979) Y el de
Birute Ciplijauskaité . La mujer insatisfecha: El adulterio en la novela realista (Barcelona:
Edha>a, 1984).
66 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - M o n t s e r r a t Ordóñez
30
0RDOK4EZ, Montserrat. "Escritoras latinoamericanas : Encuentros tras desencuen·
tras" , Texto y Contexto, 7 (enero-abril 1986) , 119-145 .
31
O RDOKlEZ, Montserrat. "Escritoras", 140 .
Voces lnsurgentes _______________________ 67
Elisa Mújica decla, hace pocos dt'as, que hubiera querido haber es-
crito cosas buenas sobre gente buena, y no una narrativa que muchos
de sus amigos rechazaron porque les parecla que expresaba un mun-
do de perfidia. Por el contrario, considero que a pesar de sus conoci-
mientos históricos, su habilidad de escritora, la aparente sencillez de
su frase, su rico vocabulario, no habrt'a obtenido el resultado que lo-
gra si no fuera por su capacidad de seducir con sus autopsias malignas
y poéticas.Para ser sobreviviente de la escritura, como Elisa Mújica, se
requiere esa ironía que perfora superficies y maneja indefiniciones y
contradicciones sin quedar atrapada. La bondad, sola, no explica
nada