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Digitalizado por Osterman

Argentina, 2012
SUZANNE RO'.'v1AINE es catedrática de la Suzanne Romaine
Por una cultura libre y sin precio.
Universidad de Oxford. En el campo de la
::;ociolingüistica y afines es autora o
editora de obra~ tan conocidas por los
especiali~tas como Socio-historicaJ
El lenguaje
Linguistics. lts Stallls ami Methodolngy
( 1982)~ Sociolinguistic Varicaion in en la
Speec/1 Conwumities ( 1982), Language in
Australia (1991), Bilitzgualism (1994),
Pidgin and Cfeole f...anguages (1988).
sociedad
Una introducción
a la sociolingüística
Otros títulos de Aricl :
Tniducción y versión española de
Juuo B ORREGO NIETO
Fram:isco Mar:-;á Universidnd de Salamanca
Dicdonario normativo y guía
práctica de la lengua espaliola

Grcgorio Salvador
Lengua española
y lenguas de Espafia

Vidal Lamfquiz
Lengua espaiiola.
Método y estructuras lingiiúticas

Santiago Alcoba
Léxico lituario espmiol

S•~ntiagu Alcoba
[,l;rico period1Stico espaiio/

Frnm·i-;ct' Marsá
Nuevos modelos para ejercicio lingii1~fifico EditorialAriel, S.A.
Ur1ra~/01m
Disello cubierta: Nacho Soriano

Título original:
la11guage in Society
This translation originally published in English in 1994
is published by arrangement with Ollford Univcrsity Press

l.' edición: sepricmbre 19%

O 1994: Suzanne Romaine

Derechos ellclusivos de edición en espailol


reservados para todo el mundo
y propiedad de la traducción:
O 1996: Edirorial Ariel, S. A.
Córcega, 270 - 08008 Barcelona A mis colegas del FUMS
ISBN: 84-344-8216-9

Depósiro legal: B. 30.583 - 1996

l.mpreso en España

1996. - Talleres Gráficos HUROPE. S. L.


Recarcdo, 2 - 08005 Barcelona

Ninguna pane de esta publicoción, incluido el disello


de la cubieru, puede ser reproducida, almaccoudn o tr.tnsmitida
en manera alguna oi por ningún medio, ya sea eléctrico,
químico, mcc:lnico, óptico, de grabación ode fotocopia,
~in penniso previo del editor.
10 CARACTER1STICAS DE LA TRADUCCIÓN Y ADAPTAC!ÓN

Agradezco a la profesora Romaine la delenida s upervjsión que ha


hecho de la versión española y las mejoras introd ucidas po r sus suge-
rencias. Como agradezco vivamente a mi colega y amigo Jesús Fernán-
dez su disponibilidad, su sabiduría y su tiempo a la hora de a tender las
consultas que le he planteado, mucho más n umerosas de lo que é l esta-
ría dispuesto a reconocer.

Juuo BORREGO NlETO


SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS
DE LA TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN

En la versión española de la presente obra han traLado de conju-


garse dos criterios: la fidelidad al tex to y al espíritL1 de l o riginal inglés,
y la utilidad para el lector español. Tales crite1ios explican la configu-
ración final, que responde a las siguientes características:

l. La autora adopta deliberadamente un tono muy didáctico


que la lleva, entre otras cosas, a prescindir de las notas a
pie de p ágina. Así pues, todas las que el lector encuen tre en
este libro son responsabilidad exclusiva del traductor/adap-
tador.
2. Debido a ese mismo tono didáctico, la autora libera también el
cuerpo del texto de todo aparato erudito, para el que reserva
un espacio a l final de cada capítulo. Éste no es propiamente
una bibliografía, sino un catálogo de referencias surgidas al
hilo de la exposición y dispuestas, por tanto, por orden de a pa-
rición. El traductor/adaptador sigue el mismo criterio, es decir,
hace sólo las referencias bibliográficas exigidas por las notas
que añade y coloca tales referencias entre las de la autora, se-
ñalándolas con corchetes.
3. En el cuerpo del texto se respetan, en la medida de lo posible,
los ejemplos originales, aunque con frecuencia se añaden
otros o algún tipo de aclaración que facilite la tarea del lector
español. Las pequeñas adiciones van e ntre corchetes en el
cuerpo del texto; las adiciones de mayor exten sión se recogen
en nota.
4. Los términos técnicos, los topónimos y los nombres d e lenguas
se traducen al español cuando existe un equiva len te amplia-
nw.nte acepta do. Si no es el caso, se mantiene el nombre otigi-
nal. solo o acompañado de su posible correspondencia en la
ot1 : 1 lcng11;1.
l2 PRÓLOGO

tólogos se han ocupado de las variedades de habla y del cambio Un-


güístico, cuestiones de sumo interés para los sociolingüistas, aunque
lo han hecho empleando métodos de recogida de datos completamente
distintos y se han concentrado más en las hablas rurales que en las ur-
banas (véase el capítulo 5).2
Algunos de los diferentes autores que han escrito sobre lo que ahora
se ha convertido en un campo muy amplio, han dividido éste de varias
maneras. Algunos distinguen, por ejemplo, entre sociolingüistica teórica
y aplicada: la primera se ocupa de los modelos formales y los métodos
para analizar )as comunidades y las variedades de habla, y para dar
PRÓLOGO cuenta, de modo generaJ, de la competencia comunicativa; la segunda
tiene que ver con las consecuencias sociales y políticas que se de1ivan de
las desigualdades en el uso del Lenguaje observadas en diferentes áreas
La lingüística moderna ha dado por supuesto en general que las de la vida pública, como la escuela, los lribunales de justicia, ele. Una
gramáticas están desligadas de la vida social de sus hablantes. Así, los hojeada al trabajo en dos volúmenes titulado Sociolingui.stics: An lnter-
lingüistas han solido tratar el lenguaje como un objeto abstracto del national Handbook of the Science of Language and Society [Sociolingiiis-
que se puede dar cuenta sin ningún tipo de referencia a.! contexto so- tica: Gula Internacional de la Ciencia del Lenguaje y la Sociedad], Berlín:
cial. Los sociólogos, por su parte, han [endido a ocuparse de la socie- Mouton de Gruyter, 1987-1988, que contiene entradas para casi 200 te-
dad como si pudiera constituirse sin el lenguaje. Yo he llamado a este mas, dará idea de las múltiples facetas que abarca el campo.
libro El lenguaje en la sociedad, justamente lo que la sociolingü(stica es Es más frecuente, sin embargo, subdividir el campo en dos grandes
en todas partes. El término «sociolingüística» fue acuñado en la dé- aparlados: microsociolingüística y macrosociolingüística, este último
cada de los cincuental para intentar conjugar las perspectivas de lin- también llamado «Sociología del lenguaje)) .J La macrosociolingüística
güistas y sociólogos en cuestiones relacionadas con el lugar que ocupa toma la sociedad como punto de partida y consídera el lengÜaje como
la lengua en la sociedad, y, en particular, para enfrentarse con el con- un factor primordial en la organización de las comunidades. La micro-
texto social de la diversidad lingüística. Aunque es todavía una disci- sociolingüística parte del lenguaje y trata a las fuerzas sociales como
pUna joven, alcanzó un gran auge en las décadas de los sesenta y se- factores esenciales que influyen en su estructura. Un ejemplo reciente
tenta y lo mantiene en la actualidad. La política educativa y lingüística de esta aproximación está constituido por un trabajo de dos volúme-
tuvo su influencia en la atención p1·eslada por los lingüistas a algunas nes, uno de los cuales se ocupa de lo que llama «Sociolingüística de la
de estas cuestiones, como la tuvo también la insatisfacción con los mo- sociedad», y el otro de la C<Sociolingüística del lenguaje». En su prólogo
delos lingüísticos dominantes, que, desde los últimos años de los cin- al segundo volumen, el autor dice que no es capaz de ver mucho en co-
cuenta, se han convertido en un aparato fonnal progresivamente di- mún entre cuestiones que atañen a la forma y uso del lenguaje en pe-
vorciado del estudio de las lenguas tal y como se usan en la vida de queña escala y las cuestiones sociopolilicas de alcance muy amplio. De
cada día. modo que acaba presentando la sociolingüística como una serie de te-
La sociolingüística muestra conexiones estrechas con las ciencias mas desconectados, dado que no encuentra un marco teórico común
sociales, en particular con la sociología, la antropología, la psicología que los integre a todos. Yo siemp1·e he considerado que esta forma de
social y la pedagogía. Abarca el estudio del multilingüismo, los dialec- proceder es una arbitraria división del trabajo que lleva a un reduccio-
tos sociales, la interacción conversacional, las actitudes hacia la len-
gua, el cambio lingüístico y otras muchas cuestiones. Es imposible dis-
poner las diferentes aproximaciones a un tema en ordenadas casillas, 2. De hecho, buena pilrte de la investigación sociolingülstica llevada a cabo en el mundo hispá·
nil"'l. :il meno.~ en una pri1nera époc;i, surge de la nece$itlatl tic acerc;<J"se a l:<s hablas clialccr.ales con
cada una de ellas distinla a las demás en metodología, objetivos, etc. m{·lot\1" <¡ne dieran itlea tle SU Silu:>ción real y de las circunslnncbs <¡ue la e;(p)ican. así COOIO <lel pro-
El solapamiento es considerable, de modo que, por ejemplo, los dialec- 111·1.">Jl11 1h: <..'~l1..:nUcr h1 1uve... tigac1ón a las mudahd(lcles 1...u·bnnas.
1 S111 c111h:ll'~11 h:l\' 1:i111b1.'n muchos que conside!11n qu~ •SuciologJa tlel lengu:ije» .Y ·•sociolin·
~:111.... lw:1 .. 'º'ª dc11ci;1~ prfro111:1 .... pero tlhlintas. . que c.onv1en~ desli11tl°"r. Véase t!l capflulo (1Condusio-
1w~ .. • le· ,··.1c· 111J~1no lil1Jc1 v l.1 hihlío.t!r:tfí:1 q1a.~ :dlf ..:..e: c,;ilc.1.
PRÓLOGO 13

nismo estéril. No es casualidad, en mi opinión, que no existan teoiias


socioli.ngi.i ísticas de carácter global que resulten convincentes. Y no
su rgirá ninguna mientras los estudiosos sigan empeñándose en mirar
los árboles ignorando el bosque.
Joshua Fishman, cuyo trabajo es adscrito generalmente a Ja sociología
del lenguaje, decfa recientemente que la sociolingüística está sufriendo,
vaJga la personificación, «la cdsis de los cuarenta». En lugar de progresar
con firmeza sobre las dos piernas (la lingüística y la sociológica), se está
apoyando sobre todo en la pierna de la lingüística y se limita a anastrar la
otra. Y añacüó que le gustaría ver lo «socio» ele la disciplina en un lugar
más relevante. Una de las razones por Jas que he llamado a este libro El AGRADECIMIENTOS
lenguaje en la sociedad y no Lengua y sociedad es la de destacar el hecho de
que el estudio de la sociedad debe reservar un lugar al lenguaje, del mismo
modo que el estudio del lenguaje debe tener en cuenta a la sociedad.
Escribí este libro mie ntras trabajaba como profesora visitante en
No puedo prometer una te01ía sociolingüística en este libro. Con-
Suecia, en el curso 1991-1992. La deuda más grande la he contraído,
fío, sin embargo, en que algo de lo que pueda decir contribLtya a elabo-
pues, con mis colegas del FUMS (Avdelningen for forskning och utbild-
rarla. Lo que ofrezco e.n esta especie de texto iotroductorio es uoa pa-
ning i modern svenska [Departamento para la Investigación y Fo-
norámica de esta parcela de la inves tigación realizada por alguien que
quizá ha pasado más tiempo entre los árboles, pero intentando no per- mento del Sueco Moderno]), en el Ins titute for Nordic Languages [Ins-
der de vista el bosque. La elección de \os temas ha sido, tratándose de tituto de Lenguas Nórdicas] de la Universidad de Uppsala, y también
un campo ahora tan amplio y diverso, en gran medida arbitnu·ia. Cada con el Swedish Research Council for the Humanities and Social Scien-
librn refleja inevitablemente las presunciones del autor acerca de lo ces [Consejo Sueco de Investigación en Humanidades y Ciencias So-
que es más importante y tiene mayor interés. Yo he hecho la selección ciales] por haberme concedido la plaza de Profesor Vis itante Kerstin
basándome en las áreas en que los nuevos descubrimientos han cre- Hesselgren, que hizo posible mi estancia, y habem1e así recompensado
cido de forma significativa y también en aquellas en que tengo expe- tanto intelectual como personalmente. Mi percepción de los proble-
riencia y datos de primera mano. mas sociolingüísticos fundamentales se ha hecho más penetrante gra-
Mi labor de investigación en los últimos diez años me ha llevado a cias a los contactos con mis colegas del FUMS, cuyos intereses y expe-
enfrentarme con problemas de multilingüismo social, cambio lingüís- riencia abarcan prácticamente el campo entero de la disciplina.
tico y contactos entre lenguas en el más amplio sentido, al principio en Querría también dar las gracias a Isabel Forbes por haberme en-
relación con el estatuto de las lenguas habladas por las minorías étnicas viado el artículo sobre el uso francés, y a mi colega del FUMS Olle Jo.
en d Reino Unido y en otras partes de Europa, y, más recientemente, a sephson por llamarme la atención sobre nord, casos ambos utilizados
través de mi trabajo sobre las lenguas pidgin y c1i0Uas del Pacífico, so- como ejemplos al tratar el cambio lingüístico en el capítulo 6. Le agra-
bre todo de Papúa-Nueva Guinea y Hawai. El llevado a cabo en Papúa- dezco Lambién a Nancy C. Dorian el haberme a yudado a localizar va-
Nueva Guinea en particular me ha convencido de que hay cruciales co""':" rias informaciones que necesitaba, y a Jim y Lesley Milroy sus útiles
nexiones entre las cuestiones sociopolíticas a gran escala investigadas comentarios sobre la primern versión de este libro.
por Ja sociología del lenguaje, y las formas y usos lingüísticos a pe- Varias de las figuras y cuadros de las páginas que siguen han sido
queña escala que constituyen el objetivo de la sociolingüística. En am- reproducidos o adaptados de otras fuentes, y agradezco a los poseedo-
bos casos se manifiestan u operan principios similares, pero en niveles res del copyright el haberme permitido usar esos materiales. La figura
diferentes. La variabilidad es inherente a la conducta humana. l.1 es adaptación de la que aparece en A Survey of New Guinea Lan-
guages (Capell, 1969), p. 125, con el permiso correspondiente de la
S.R. Universidad d e Sydney. La figura 2.1 está tomada, con penniso del au-
tor, de Gillian Sankoff, «Language Use in Multi-lingual Societies», en
Socioling11istics (P1·ide y Holmes, eds., 1971; Penguin), pp. 33-51. La vi-
ikl<1 d<· 1:1 í'i1.,111";1 :~ . l <·s de Ro llnjL's<~ ll, apareció por p1·irncrn vez en Po-
16 AGRADECIMIENTOS

litiken (23 de marzo de 1963), y es r·eproducida con el pem1iso del ar-


lista. La figura 3.2 procede, con permiso d e Mouton de Grnyter, de Wi-
Uiam Labov, «The Reflection of Social Processes in Linguistic Structu-
res», en Readings in the Sociology of Language (Fishman, ed., 1968),
pp. 240-25 l. La viñeta de la figura 4.1 es de Mary Gauerke, apareció
por primera vez en The Register and Tribw1e Syndicate (1973), y se re-
produce en Male!Fernale Language (Key. 1974).' p. 23. La figura S. 1 está
adaptada del dtV-Aclas zu deutschen Sprache (Konig, 1978), p. 4, publi-
CAPÍTULO 1
cado por Deutsche Taschenbuch Verlag. La figura 5.3 es adaptación de
la que aparece en The Pronunciation of English in the Atlantic States LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/
(Kurath and McDavid, 1961 ), con el pern1iso del servicio de publica- LA SOCIEDAD EN LA LENGUA
ciones de la Universidad de Michigan. La figura 5.4 está tomada de Pe-
ter Trndgill, «Linguistic Change and Diffusion: Description and Expla-
nation in Sociolinguistic Dialect Geography», en Langiwge in Society, Ya señalé en el prólogo cómo las corrientes lingü fsticas hoy predo-
3: pp. 215-246. Se reproduce con el permiso del autor y de Cambridge minantes han dejado de lado el estudio del papel soci<il del lenguaje. Al
University Press. La viñeta de Remi M. Grey que constituye la figura analizar las diferencias e.ntre los objetivos de la sociolingüística y los
5.5 apareció por vez primera en Libération (5 de febrero de 1991 ), con de la lingüística, Noam Chomsky, la figura señera de la lingüístic<1 teó-
cuyo permiso se reproduce. El anuncio de la figura 6.1 fue creado por rica, observó que la sociolingüística no se ocupaba de la «gramática»,
Jada Wilson, apareció por primera vez en Wantok (1 de marzo de sino de conceptos de diferente tipo, entre los que se encontrn.ba, quizá,
1986), y se reproduce con el permiso del artista y de la Word Publish- el de «lenguaje». Y añadió: «Si es que tal objeto pt1ede llegar a ser un
ing Company. La figura 6.2 procede, con permiso del Longman Group objeto serio de estudio». Señaló a continuación que las cuestiones que
UK, de Pidgin and Creole Languages (Romaine, l 988), p. 155. La figura tienen que ver con «el lenguaje1• son básicamenre cuestiones de poder,
6.3 está tomada de Variety in Conternporary English, publicado por Un- y que no son ésos precisamente los proble mas que la lingüística debe-
win Hyman (O'Donnell y Todd, 1980), p. 42, con permiso de Rou- ría abordar. Ciertamente, la primera parte de tal afirmación es co-
tledge. El cuadro 2.3 se encuentra en el Jibro f,anguage Shifi: Social De- rrecrn, pero la segunda es opinable. El hecho de que la lingüística mo-
ten11inants of Linguistic Change in Bilingtcal Austria (Gal, l 979), derna se haya restringido al estudio de la grnrnática ha dejado fuera de
p. 135, y se reproduce con pem1iso del autor y de Academic Press. El la investigación muchas cuestiones inter·esantes acerca de cómo fun-
cuadro 5. 1 está tomado, con permiso de Penguin Books, de Sociolin- ciona el lenguaje dentro de la sociedad.
guistics: An lntroduction to Language and Society (Trudgill, l 974; edi- Me 1·esulta difícil precisar el número de veces qt1e me han hecho
ción revisada en 1983), p. 36. preguntas como cuántas lenguas hay en el mundo, cuántos dialectos
Me gustaría, para terminar, agradecer al traductor de esta edición tiene el inglés, si el inglés americano es una lengua o un dialecto, etc.
española sus concienzudos esfuerzos por mantener la fidelidad al texto De lo que sí estoy segura. sin embargo, es de que mis respuestas ha-
inglés y por adaptarlo para el lector español. brán s ido considerndas, en general, insatisfac torias, porque invaria-
blemente suelo conleslar que eso depende de lo que se entienda por
«lengua» y «dialecton, y que esas cuestiones no son lingüísticas, sino
sociales. De entrada, a los no língliislas les puede parecer increíble
que los lingüistas no puedan definir en términos puramente lingübti-
cos conceptos tan básicos y esenciales. El propó::>ito de este capítulo
es explicar por qué l<1s nociones de «lengua» y «dialecto>) son cons-
t.ructos funclam.ent<1ln1ente sociales ·v no Jingüíslicos. Simultánea-
mente introduciré otros conceptos _(ales com';; «Competencia c:omu-
nicativa»- y mostraré cómo, al depender de modo cruc ial de la socie·
18 EL LENGUA.JE EN LA SOCIEDAD
LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 19

dad en que se inscriben, son también objeto primario de la sociolin- los problemas que resultan de aplicar c1iterios puramente lingüísticos
a la hora de decidir s.i estamos ante una lengua o un dialecto. El Pací-
güística.
fico es un buen lugar para comenzar, porque se trata de un á1·ea muv
extensa donde conviven numerosas lenguas indígenas, más numerosa~
Lengua frente a dialecto aún, seguramente, an tes del contacto con los europeos. En muchas
?artes de _esta región existen largas cadenas de variantes lingüísticas
El término «dialecto» se ha usado generalmente parn referirse a las mterrelac1onadas y sin claros límites internos. La d.íversidacl se con-
variedades de una lengua que se ven como subordinadas. Por ejemplo, centra sobre todo en Melanesia (fo1mada por una serie de países insu-
lares del suroeste del Pacífico como Papúa-Nueva Guinea, las Islas Sa-
es habitual decir ·q ue el inglés [o el español] tienen muchos dialectos.
Tales dialectos pueden ser d e diferentes clases. Así, un <<dialecto regio- lom_ón, Vanuatu, Nueva Caledonia y las l slas Fiji), donde se hablan poi·
en~1ma de l.500 lenguas, más de la mitad de ellas en Papúa-Nueva
nal» es una variedad asociada con un determinado lugar, tal como el
dialecto de Yorkshire en Inglaterra, o el dialecto bávaro en Alemania [o Guinea. Las lenguas de Pap1ía-Nueva Guinea son usadas en su mayor
el dialecto leonés en España]. Los d ialectos de una lengua tienden a di- parte por gn.1.pos pequeflos de hablantes: probablemente menos de 500
en el 40 % de los casos. E xiste una gran diversidad de tipos de lenguas
ferenciarse unos de otros tanto más cuanto más separados se encuen-
y sólo un puñado de ellas han sido investigadas con detalle. Nueva Bre-
tran geográficamente. A este respecto el estudio ele los dialectos, es de-
cit~ la dialectología, tiene que ver con cuestiones de límites, que con
taña es una de las islas más grandes del Archipiélago de Bismarck,
situado frente a las costas nororientales de Nueva Guinea, isla que a
frecuencia coinciden con accidentes geográficos como ríos v montañas
su vez se encuentra a unos 160 kilómetros al norte del extremo de
(véase el capítulo 5 para un análisis más profundo). Los '1rrnites, sin
Qucensland, en Australia. Nueva Bretaña, como el resto del archipié-
embargo, tienen a menudo naturaleza social, por ejemplo los existen-
la_go, está adscrita polílicamente a Papúa-Nueva Guinea (indepen-
tes entre clases sociales distintas. En tal caso podremos hablar de «dia-
chente desde 1975), y se divide en dos provincias: Nueva Bretaña
lectos sociales» (véase en el capítuJo 3 un análisis de éstos). Los dialec-
Oriental y Nueva Bretaña Occidental (véase fig. 1.1 ). E n la parte
tos sociales pregonan quiénes somos, y los dialectos regionales ele
noroccidental de la isla, que es la que ahora nos interesa, la población
dónde venimos. 1
habita pequeñas aldeas distribuidas a lo largo de la costa y en el inte-
El término «dialecto» tiene también connotaciones históricas. La
rior. Todas las personas son multilingües, y muchas de ellas hablan
linguística diacrónica, por ejemplo, habla de los ccclialectos germáni-
cuatro o cinco lenguas.
cos» para referirse a los antepasados de las variedades que hoy catalo-
Los diez ejemplos que se ofrecen en el cuadro 1.1 son formas de pe-
gamos como lenguas germánicas modernas: inglés, holandés, alemán,
dir, en diferentes aldeas, nuez de areca para mascar. Usemos por el
etcétera. Las entidades que etiquetamos como «lengua inglesa» o ccdia-
lecto Oamenco» no son, sin embargo, discretas. Cualquier variedad lin-
güística forma parte de un continuum, sea éste espacial, social o tem-
CUAORO l. l. Un emmciado sencillo («dame nuez de areca para in asear•)
poral. Y las discontinuidades que, pese a todo, a veces se detectan son en die~ variedades lingiiísticas de Nueva Bretaña noroccidental
reflejo de ba1i-eras geográficas y sociales y <le un debilitamiento en las
redes de comunicación. (INue!. de arctca)> •Venir" (3." pers. sing.) •Mascan• (J.' pers. sing. )

1 ezim o-m~n da-kln


2 eliep max nga-ngas
Lengua y dialecto en Papúa-Nueva Guinea 3 bile me nge-nges
4 bile me nga-nges
La si tuación lingüística de la Nueva Bretaña norncci<lental, en la s bile me nga-ngcs
6 vua i-nama ng<J-son go
zona del Pacífico, nos servirá como ejemplo de partida para ilustrar 7 vua i·nama n g<1-songo
B bu<' i-nam nga-songo
9 VUC\ i-mai nga-songo
. l. En la trndición hispanica el término ·dialecHJ• alude sobre todo a I ~ di''~rsificación go:ogr;i- 11) l'Ílep i-mc a-ngas
fica. Es much o rncnos frecuente para aludir a la diver~ificación socill. nunt 111 ~ ca1.la vez esrá rná5 exten-
dido con tal <ignif1c.'.\r.ln.
- -----·
Lt\ LF..NGUA EN LA SOCJ[ b AD!LA SOC IEOf\[) E.'.'< L_.' LEN( ;L·A 21

momento «Var·iedad» como un rénn ino neutro que nr1 nos obliga toda-
vía a torna1- Ja dec isió n de si estamos an te una len gua o un dialeclo. La
grarn6tica es la mism;:i en ~odos los ejem plos de¡,, li~La: e n prirner lu-
gar se menciona la cosa deseada (en <::sic. caso, Ja nu c%.), despu és sigue
u11a Forma de Lercera persona del s ingu lar d el verbo que s ignifica ((ve-
"'"'
u nir>>. y, por últim.o, un verbo en p rirn e1·a pe!·sona que indica lo que
·¡;;
"'uo
.i'
·Q)
e 'éi;
ro
o quien pide la cosa va a lwcer con elh. Es decir. In petic ión ten dría !it.e-
e •Q)
e
¡;:::
·¡¡; ralmente esta forma: «la nuc:1. - viene- y0 la masco ». rn ;:)s libremen te ,
~· ~ e <ll
¡¡¡ v; o «da1ne nuez de areca parn rn~1scan>. La nuez el.:: ~1reca es la p1:~quel1a se-
o :;) e
z <( Ü) milla verde del betel y ac tú a, c u:rndo se m<1sc<.1, corno uno especie de
droga blanda (con efeclos e<mcerí¡;enos, pm cierLO). Se mase~ Lípi ca -
on~ mente con lima y produce én la boca una abundante salivación de co-
lor rojo leja, hasta que finalmente sr; escupe. CornrarLir ésle '! otros
productos semejantes ( tabaco, 1'i::rn1e, ele.) ':! ..:; cuiLur<.1lmenle imro1·-
ta nte e n Nueva Bre laiia ncroccidcnlal y '-'n otras :1.on~1 s de Papt1<1 -
N ueva G~1inea. OFrecedos es un signo ele a1-,1isl:.1d, y aceptarlos o pedir-
los un signo d e confianza e n que> quien Jos ofrece no h<; suí1·ldo ningún
tipo de hec hi zo.
Inten temos por el momento distribuir esos die'l. t:n u nciados en gru-
'p os basándo n os en el g rado de semejanza de 1<1s pé!labras usadn s , y tra-
temos, en térm inos puram e nte lingi.iísLicos. e.le (;'.~ Lahlecc1· a lguna hipó-
tesis sobre e l número d e lenguas y cEab.:ws i mpUc~1dos. Desde luego b
p1imera variedad ti e ne t0do e l aspl:'c l o d .::: Ser" u na lengua d isrin ta,
puesto que no comparte ninguna de sus pie-.:as lé\i~·a s con la s 0 Ln1s va-
1iedades, exce pción hecha. quizá, dt> cierrn rem eta semejanza en el
verbo que s ignifi ca «venir» . Sin embargo, las otras va1iedades m\\es-
lran evidenLes relaciones ent:-c: sí. aunque unas más que o!rns. Por
ejemplo, las variedades 6 y '? son idé.nlicas, d e moc!o que p;:irece 1azo-
nable suponer que las aldeas que usan eSéls variedades no hablan len··
guas Lotalmente diferentes , sino la in is m u [.'?ngua o a l menos dialectos
de la mísm<:1 lengua. Las variedadr~s 8 y 9 S(ln t:.:: nbié n rnuy semej.-:;i.tes
a 6 y 7, puesto que sólo difieren !igna~11t'n!e e n b pronunciación ele las
palabras para «nuez de ar<~G1 r· :< «Veni: ». Así q u e podría m os <; L;poner
que esas cuatn:> varicdm.ks co nst iluven diakcw~.; de una mis rn ::. len-
gua. Las VGriedades 3. 4 y 5 tarnbi~n rnues 1 r~1n ~1¡:·e s í una relación t~s­
u·echa, dado que difieren ~;ó)o en las vocai<::s l; .~ in rnL~ y preil.jo dd
··~
••• <\ verbo panl «mascar•>, de (ori na qu<: La. ín 1:ioco ~~ '.l : .1ra ::;~~dn desca.b,,Uado
c o ns ide.radas dialectos de cHi<: 11. is ma J.::•·1gu:.1. [\!o muy d i f'.::1·er1L~ de
t lbs es la variedad 10, s i cxceµLLW IY1os su us~i d e:" eíf.?.p pnr hile (en lo
n1~d coincide con la var :edad 2) y la fa lt:a de conson<1nLe ir: icial en el
pn·J'i.i(• d\~ la palabra pa1·a «masc:::.:T ".
l ·:,xislen procedi rnii.>nt os lingLi ísl!cos explícilo!> p<.tra re:,;paldar c::stas
JH i111,T: t··: : t¡'>l'<:ci<1cio1 1es itnp;·es ionislas. De hecho, Ir rnavo1· p;.¡;·[c: de Ju
22 EL LENGUAJE EN LA SOClEDAD
LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 23
que se sabe sobre las relaciones lingüísticas en Papúa-Nueva Guinea se
por lo que a las no austronésicas o papúes se refiere. Sin embargo ge-
basa en la llamada «lexicoestadística» o «estadística léxica», método
neralmente se acepta que los hablantes del último grupo de lenguas
que todavía goza de predicamento porque constituye un procedi-
llegaron a Oceanía mucho antes que los de las lenguas austronésicas.
miento de medida sencillo para comparar el habla de comunidades di-
La distribución costera de la mayor parte de las lenguas austronésicas,
ferentes. El método se basa en la constitución de una lista de entre
distribución visible en la figura 1.1, se suele tomar como indicador de
cien y doscientas unidades y en un recuento posterior que establezca esa JJegada más Lardía.
para dos o más lenguas el porcentaje de coincidencias, esto es, el por- La lengua anem, hablada en el noroeste de Nueva Bretaña, perte-
centaje de formas similares para los mismos conceptos. nece a la familia no austronésica, pero no está relacionada, a juzgar
Quienes usan este método suelen aceptar que las variedades que por lo que en este momento se sabe, con njnguna otra lengua conocida
comparten entre u.n 81 y un 100 % de las unidades de la lisla son dia- en Papúa-Nueva Guinea. De hecho, sus hablantes pretenden que ésta
lectos de una misma lengua. Si el porcentaje oscila entre el 28 y el es la lengua p1imitiva de la zona, en lo cual probablemente tienen ra-
81 % catalogan las variedades como lenguas de la misma familia. Un zón. Es también verosímil que el anem sea la única superviviente de
porcentaje más bajo revelaría que la relación es aún más distante. Lo un gTupo de lenguas no austronésicas antiguamente extendidas por un
que esos porcentajes no dicen, desde luego, es el estatut<? .9~e sus ~:o- área más amplia de Nueva Bretaña. Así que, desde todos los punlos de
pios hablantes atribuyen a caqa_va.r iedad. - ..-.. -· . . vista, tenemos que considerada una lengua distinla de las demás, al
Y es que cuando investigamos qué variedades son lenguas distintas menos a nivel léxico. En la actualidad se habla en cuatro aldeas, tres
en opinión de los hablantes mismos, encontramos que los datos lin- de las cuales están en la costa, y la otra en el inlerior, separada de los
güísticos son interpretados de otra manera. Si analizamos, por ejem- hablantes del litoral por el ten-itorio Jusi. Los hablantes de anem que
plo, qué nombre aplican a cada variedad encontraremos que todas son viven en el interior se han casado con hablantes de mouk, aria y lusi,
reconocidas como lenguas distintas, puesto que cada una tiene su pro- leno-uas todas ellas clasificadas como austronésicas, aunque haciendo
pio nombre. Pueden verse éstos en la figura 1.2, donde se ofrece una un "'análisis lingüístico más preciso podemos dividirlas en tres subgru-
agrupación basada en similitudes lingüísticas y supuesLas relaciones pos: bibling, siassi y whíteman. Sin embargo esas lenguas a ustronési-
históricas (el número que acompaña a cada nombre es el que corres- cas son estructuralmente diferentes de las habladas fuera del área me-
ponde a los ejemplos del cuadro 1.1). lanesia. Como es sabido, las lenguas geograficamente adyacentes son
Los lingüislas generalmente agrupan las entre 700 y 800 lenguas las que más se parecen, y las que han vivido en estrecho contacto du-
habladas en Papúa-Nueva Guinea en dos grandes familias: austronési- rante más largo tiempo exhiben simi.litudes estructurales que se deben
cas y no austronésicas (o papúes). Estamos todavía lejos de tener una más al contacto que a la herencia.
clasificación de esas lenguas que satisfaga a todo el mundo, sobre todo El mouk y el a.tia están claramente relacionados, y muchos mouk,
especialmente los más viejos, conocen relativamente bien la lengua
anem. Debido a sus contactos con los hablantes de anem, las lenguas
NO AUSTRONÉSICAS AUSTRONÉSICAS mouk y anem comparten ciertos rasgos lingüísticos que excluyen a las
lenguas circundantes. Dentro del grupo bibling, el aria, el lamogai y el
tourai están estrechamente ligados, y las personas que se llaman a sf
mismas tourai consideran que su lengua está a medio camino entre el
Bibling Siass1 Whiteman aria y el lamogai, aunque más cerca de aquél, impresión que los datos
lingüísticos apoyan. Dentro del grupo siassi, el lusí y el kove son muy
semejantes, y algunos lingüistas los han catalogado como dialectos de
anem (1) mouk (2) Jusi (6) amara (10) la misma lengua, pasando por alto las manifestaciones de los hablan-
aria (3) kove (7) tes. El kilenge está menos ligado al Jusi, el kove y el kabana. El amara,
tourai (4) kabana (B)
lamogai (5) kilenge (9) único 1-epresentante del grupo white(man en esta á1·ea, parece estar a
punto de extinguirse. El amara y el kabana inleractúan tan estrecha-
mente que el kabana se está convirtiendo rápjdamenle en la opción
F1r;. 1.2. f.er1,r:;1111s de Nw!Va Brelaña 11omccidl(.11/al. JH\·i'cn.'.nle de Los niños amara.
24 EL L.ENGUA.IE EN LA SOCIEDAD l.A LENGUA EN LA SOCJED..\Di LA SOCIEDAD [N l.A L ENGUA 25

E s obvio que fo:; límites rdkiados por los nombres que se dan a fica simplemente «hablar o héthlé.l,,. P1·oh<'tbleme-nle hav muchas rntís
cad a variedad son rnús de naLuralcza soci<tl que lingi.dstica. Pero ¿por lenguas de lo que dan a en tender los nombres exisLen L~s. y los límites
qué i-azó n Ladas .::~as variedades emergen como entidades a utónomas entre ellas son bon-osos. Gran parte d e la primiLiva ini'orrnación conte-
con la su ficienLe luern corno pDn' q ué sus hablantes les den nombres nida en los rela tos de los e:xplornclorc:s y en los informes de los funcio-
distintos, cuando algunas de ellas s on virLualmenle idénticas desde el narios es anecdótica. L o que aho ra algunos li ngüi stas llaman «ka-
punto d e visLa lingliíscico? No e~ sorprendente que los primeros inves- bana» fue antes llamado por o lrn::; «ba rri::ii », que ..;sel nombré' que los
Ligadores se quedarnn pc1-ple_ios ante la complej idad de las relaciones kabana y los amara dan a su Lit' JT<.1 . E! Jusi se lbrnó «kaliai-kove» en
lingüis!icas de Nueva Guinea. A las conexiones históricas se ha n unido una primiL-iva descripción, d1tbido, por un l<~do, <1 la prnximi d acl g ra-
contactos a gra n c-sc:1la enlre hablanles de knguas a usLrnnésicas y no matical enLre el kove y e l lu si , y por otro ~ti hecho d e que: los hahi tnn tcs
austronésicas. q11c: se lwn Iraducido tam bién en una acusacla conver- de la zona eran llamados « bdi ~1i » por lo:- que no v iví;in l~J1 ella. En n.:><i-
gencia gramat ical. 'fodavía hoy se discnle sobre la filiación de muchas lidad kaliai es el nombre de uno de los clanes !u.si. El pueblo de Salkci,
de bs lenguas, puesto que los lingüistas ~e re.sisLen a admitir que una que habla rnouk, íue incluido en el ún:~a de ia kngLt~1 aria, pot\.¡ue ll)s
lengua pueda ser ausLroné;;ic;:i en un 20 ~/o y no austronésica en el 80 % encues ta<lo 1·es, inadvenic.lamenle, no cnlr.ovisLaron a un hablante lo-
restante. Las relaciones iéxic:as (esto es, el parenLc:sc:o en el vocabula- cal, sino a uno de lengua aria que- liabí;1 <1cudic\o al pu~slo de socorro.
rio) l1an cons l i tu ido t>I íu 11<l<rn1e.nlo de Ja cbsi ficación histórica. En la Aunque existieran descripciones e.le todas bs variedades habladas
misma línea, pndcmos ver que son las palabras (l<ls fomrns léxicas) las en cada puehlo. 1odavk1 supond r La un desai"ío considcrabk c.k~errninar
qu<:: p rincipalmente dt>terminan qut> los pueblos de Nueva Brctañ::i no- cuáles son le nguas y cuúks dinleclos . desde el inornento en que.: d
roccidemal vean s11s respectivas vadedacles como lenguas distintas. punto de vista de los propios habbn Lcs difiere de 10:; date.>~ lingüísticos.
Los nombres dados a los pueblos po1· lus lüncion::u-ios de los primi- Por otl'a parle, la opinión de los hablantes r~o es homogénea. Vimos,
tivos gobiernos eu ropeos y las divisiones cen sales n o s iempre se co- por ejemplo, cómo el Lou n:ti y el al"ia pueden ser con~ideraclos dialectos
n-esponden con diferencias lingi"líslicas, aunque no falle quien parta de la misma lengua <lcsdc un punto de vis la esLrictaincntc lingi"ríslico,
de este supueslo. La mayor parte de los nombres que aparecen en los pero los hablan Les ele Lo urai (corno los de lamogai y los de a ri a) los
mapas son nombres ele. subclistrilos adminis trativos y no cunstirnycn consideran lenguas d isL in L<1s. La v<iri.:-dad hab lada en Bolo es también
bnse fiable para clctcnnimn- la composición lingüísLica del área. Los lingüísLicamente idén t ica al a r ia, pc::ro los habianL;:'s de a!'ia ele o Lros
europeos e ligen a menudo de tonna arbitn1ria e l nombre de uno de los pueblos di cen que no c:s aria . s inv rno u k. Sin embargo la gente d~ Sa l-
c lanes parn designar el conjunto de los grupos humanos de un pueblo kei, que habla mou k, di ce que !o" de Bolo h ablan aria. iY los de B olo
o una <1 ldea. El propio 1.énnino «pueblo» sugiere un grado de centrali- pretenden habL1r anem ! Esr.o íuc cierLo en o t ros tiempos, pero ahm-a
7.adón ':)U e no existe en las sociedades tradicionales, donde no se da- sólo un puñado de ancianos !-:abe an.0-m y en general se reconoce que
ban unidades i·esidenciales c:.ornpaclas. Los pueblos ~on simples pun- dicha lengua ya no se habla en d pueblo. I.os a nem, ro r s u parle, no
to!'; de conraclo entre l<i administración y l<1 población local, que puede creen que los de Bolo hablen y<1 un ancrn aceptable. Re:,ulta así que
perfecLamcnlc residir fuera de ese lugar. Desde una perspectiva euro- Bolo, del que se dice c¡t1e habla anem , <.'u-ia y mouk, uli liza una vn1·it~­
pea resuha natural que coincidan el nombre de un lugar, el nombre de dad que nadie acepLa corno miembro iegítimo de s u pmpio grupo lin-
:-.us ocu p;uues y el nombre de. la lengu;1 que hablan. EsLo e~ lo que su- güístico.
cede lípicamente E:n Europa, do nde existe una asociación estrecha en- Lo. contrapanida, en d nivel li ngüístico, a esla situación ~s que hay
n-e el n•)fflbrc del país, e! de los habitnntes y el de la lengua: Inglaterra/ palabras ampliamen l<.: ll S~td::is en l<:1 zona para la comunica c ión en tre
i ng lés/i ng!és , Alemani~1/al.::rn~n/alerná11, Francia/francés/Francés [Es- grupos dis ti nLos que nadit: ac:epL<l corno pa1·te del «Verdadero» vocabu-
pa ií.a/españoliespa 11ol], eLc. lm·io de su lengua . Cad::i. uno de los g r upos que se atribuye 1.:-ngua p rn-
En Papúa-~m·va Guinea. sin embargo, no se dan télles correspon- pia tiene lo que con s iclera su voc:abulari o au léntico, pero és Le con vive
dencias y a veces se aplican has La cumrn nom brcs a lo que el funciona- con sinónimos identicos por su fonna a b::-. pa labras usado.::; por ha-
rio de turno decidió que ern q1n» pueblo; o al contrario: a lgunos nom- bla ntes de otras lenguas. He aqt: í lll13 lisL<l ( incomrie 1·a ) d e pala-
bres son comunes a Lres o e;uatrn lugares. Por otra parte, muchos gnr- b1·as que sign ilican «(canguro) u::i.b bí» en alg11nas d e las le nguas en
pos no aplican ningún nombre a su lengua. Lns sarc de la zona del c11csLicín:
Sq>ik. por 1'iv111pln. 11~11)1~\11 "s11 lcng11<1 «s<1rl~». per·o csb palahrn si~ni-
26 EL LENGUAJE. EN LA SOClEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/u\ SOCIEDAD EN LJ\ LENGUA 27

Anem: apose, gauxu, kis, naiaus, zei. Para dar cuenta de la extrema fragmentación lingü(stica de Nueva
Amara: narus, kope, ~lcio. Guinea, se ha propuesto un buen número de explicaciones. En primer
Mouk: natu.s, apose, sokolo. lugar, 40.000 años de poblamiento humano es un período de tiempo lo
Aria: apare, ''apose. suficientemente dilatado como para que el cambio y la dive1·sH;cación
Tourai: ''apare, apose. produzcan una multitud de lenguas. En segundo lugar, la naturaleza
Lamogai: airo!<, apare, k.eneng. accidentada del ten-eno ha puesto bafferas físicas a la interacción so-
cial. En tercer lugar, las actiludes cu11 tu-ales fomentan y mantienen la
Las palabras marcadas con asterisco son las que Jos hablantes de diversidad que, por ejemplo, es cultivada en Melanesia como divisa de
cada lengua tienen por verdaderamente suyas, micnlras las otras se identificación y es por tanto, en buena medida, una reacción cons-
consideran sinónimos que ayudan a la comunicación entre los grupos ciente. Sin embargo lo más importante, en mi opinión, es que en la
sin que cada uno pierda su propia identidad. Existen, sin embargo, pa- época precolonial no actuó ninguna de las fuert.as de convergencia
labras conocidas por varios grnpos que ninguno reclama como pro- presentes durante largo tiempo en Europa y en otras partes: creación
pias. El progresivo solapamiento léxico entre lenguas facilita lo que se de escrituras y alfabetización (literacy), normalización (standardiza-
ha llamado «dual-lingüismo»: 2 los hablantes se comunican entre sí ha- lion), cenh·alización administrativa, escolarización, medios de comu-
blando cada uno su propia lengua, lo cual facilita el aprendizaje activo nicación, etc. Factores, sin embargo, que han adquirido más relevan-
de las otras. cia desde que el contacto con los europeos ha favorecido la extensión
Las lenguas siassi funcionan ampliamente como lenguas francas de lenguas francas corno el tok pisin y de lenguas metropolitanas
(esto es, lenguas adicionales usadas en amplias áreas para la comuni- corno el inglés.
cación intergrupal) de la zona, y la mayoría de la gente habla Jusi, kove La dialectología tradicional creía que el aislamiento llevaba a la di-
o kabana. Las lenguas bibüng también funcionan con el «dualismo lé- versidad lingüística y que, por el contrario. la mezcla de poblaciones
xico» antes mencionado, de modo que saber una da acceso a la com- creaba homogeneidad. Está claro, sin embargo, que la geografía sólo
prensión de las otras. El anem y el amara, sin embargo, no tienen valor no es suficiente para explicar la diversidad, y que ni la concentración
como lenguas francas, dado que ni siquiera admiten el uso «dual» con de gente en un área garantiza la uniformidad, ni el aislamiento el con-
otra lengua. Los contactos con los europeos en el siglo XlX añadieron servadurismo, como han mostrado las investigaciones sobre dialectos
tma nueva lengua al repertorio de la zona: un pidgin de base inglesa sociales urbanos (véase el capítulo 3). Compárese, por ejemplo, una de
llamado «tok pisin» (de «Lalk pidgin" [= «habla pidgin»; también nugi- las áreas de rnavor diversidad, la del río Sepik, fácilmente navegable,
niano, en español]), desarrollado a partir de una lengua de contacto con la de Enga, ·en las tierras altas del interior, que, pese a ser la más
surgida en las plantaciones de Queensland entre los braceros proce- accidentada del país, es una zona con mucha menor diversidad. La
dentes de diversas islas del Pacífico. El reclutamiento fue particular- franja costera del norte, con un mayor nlimero de pequeños grupos no
mente intenso en el archipiélago de Bismarck, donde en alguna época emparentados lingüísticamente, es más diversa desde el punto de vista
[ueron muy pocos los hombres que quedaron en las aldeas. Cuando re- de la lengua que áreas del interior más aisladas.
gresaron a ellas era frecuente que enseñaran cok pisin a los varones jó- A Ja distribución de la diversidad lingüística contribuyen adicional-
venes (véase el capítulo 6 para más información sobre el tok pisin y mente factores demográficos. Parece probable que la existencia de en-
otros pidgin y criollos). El tok pi sin llegó así a ser una lengua adicional fermedades endémicas como la malaria en las zonas bajas del litoral
tan útil que se extendió por la Nueva Guinea continental y hoy es la restringiera no sólo la .movilidad de la población, sino también su cre-
lengua franca más hablada en el país. En Nueva Bretaña se ha usado cimiento. En las tie1-ras altas, Libres de malaria en su mayor parte, los
desde hace por lo menos ochenta años y todas las lenguas del noroeste grupos lingüísticos son de mayor tamaño que en Ja costa. Compárese
han incorporado palabras del tok pisin a su vocabulario. el enga, que tiene más de 150.000 hablantes , con el erima, con sólo
400, distribuidos en cuatrn aldeas. La amenaza de la enfennedad,
pues, limitó probablemente tanto la expansión de los grupos fuera de
2. Ho~keLL <.lenomi.J1a •.semi·bilinguahsm• a W1 concepto que parece coincidir con es te: bdin-
güis~?-~n_.!~1 recepc•~_>J:<;H'>1<).Rcl.i.Qfil0!1~?-C!1J~..J:!!:•>duc~ión. f.rnm<> Gregores y Jurge Albc110 Su;í1w. su propio territorio como Ja difusión de su lengua.
lo tfnducen córlio s6 quili11;:/Jis1110 (cfr. Ch~r\es F Hflcke11. Cmso rfc U11¡;ilfs1 ic<1 Mi)(h •1·11a, Buen u< Ain·s. Desde la imposición de.\ aparato administrativo colonial en varias
E U DEBA. 1971. § 3~ 3 ~· 39.3).
isbs del Pm.:ífico, como Papúa-Nueva Guinea, ha habido sin duda un
. ''
l '~' 1-'I l.LN<;1:,\.ll-' l·.N 1 :\ :..;<)("11'.ll;\ll LA LENGUA EN L1\ SOClED;\D/L.A SOCIEDAD EN LA LENGUA 29

dl'sn·11:-.o v11 4·/ 111.'111wrn de lcng.ua~. Al rnismo Liernpo las que sobrevi- que hemos encontrado en zonas de Nueva Bretaña noroccidental,
Vl·11 han surrido cambios rnuy antsados, sobre todo a través del con- dado que J<1 gramática de las lenguas implicadas es muy similar y la
tado con las lenguas de; ln metrópoli, y han dado origen a nuevas len- mayor pane de las diferencias radica en el vocabulario y la prnnuncí.a-
guas frnncas: el k3Le (o caté) y el yabem --extendidas por los niisione- ción, aunque en muchos casos tampoco son muy graneles. El danés y
rns corno lenguas francas de l::-1 lglesia·--, y el tok pisin y el hiri motu se el noruego tienen un núcleo importante de vocabulario común, pero
cu en tan entre las rrdis irn porLa n tes. difieren en la pronunciación, mientras el sueco y el nornego difieren
C:.ilcular, pues, el nlírnero ele lenguas habladas en un área como Pa- más en vocabulario, pero la pronunciación es más parecida. Si toma-
púa-Nueva Guinea es una l~1rea llena ele escollos debido a la prnpia di- rnos del noruego una muestra de mil palabras, al menos el 50 % son
ficultad interna de definir términos corno «lengua» y «dialecto». El idénticas, y otro 25 % son variantes ele la misma forma. Olrn 15 % se
conc<.::ptu mismo de «lengua» t:'lllencJida como wrn unid;:1cl discreta es pronununcia igual pero se escribe ele forma distinta. De moJo que sólo
probablemente un constn1cLo ligado ah cultura europea y Favorecido el 10 % restante está constituido por palabras realmente distintas. Los
por procesos lales como l.a escl'iturn y la normalización. Cualquier in- siguientes ejemplos permiten apreciar las semejanzas:
tento de «contan> lenguas ser<.Í más un procedimiento operativo de cla-
sificación qué un rcfle_io de rr:.'tcticas comunicativas 1·eales. La estadís- Danés: Hu.n sidder i vinduer og ser ud over gaden.
tica léxica no proporciona ning:urw definición técnica no arbitraria ele Noruego: l:fw1 sitter i vinduet og ser¡.¡/ o ver gafan.
términos como «lenp:l!o», «dialecto», «familia», ele. Sueco: Ho11 sitter i fonslret och ser ut over gara11.

[«(Ella) está sentada junto a h.t ventan<1 y csLá mü-ando/mira la


Lengua y dialecto en Europa calle.»1

Del propio ám bi lo europeo pueden tomurse otros ejemplos que de- Las tres lenguas actuales proceden históricamente ele= un antepa-
muestren la arbi tr·ariedaJ de lo::; cri lerios lingüísticos y la importancia sado nórdico común, y su creciente fragmentación .relleja la historia
de los facto1~es sociales a la hora de decidir cuándo una variedad política de sus pueblos. De hecho sólo razones políticas · explican que
cuenta. como lt>nglléJ. y cu:mdo corno díaleclo. Son casos clásicos el hoy se consíderen lenguas distintas. Hacia 1700 el sueco y el danés es-
co11Lin1111m ele los dialecws romúnicos occidentales y el ele los dialectos tándar estaban _ya firmemente establecidos, pero el noruego se encon-
germánicos. El con1i1w1;rn de diaJectos románicos occidentales <lbarca tTaba todavía bajo la norma danesa. En el momento de normalizar
una serie de cornuniclades rurales que empiezan en la costa occidental cada una de las lenguas se exager<1ron conscientemente sus diFeren- .,
de Franci3 y se extienden por ll<dia, Esp;1ña y Portugal. Cada pueblo se cias. Así, por ccíemplo, antes de 1906 las lres esc1ibían la palabra que se
entiende con el de al lado, pero los h<1bbntes medios dd rrancés, el ita- corresponde con el inglés «what» como lzvacl_ /\hora sólo el danés lo
liano. ::_·: español o·el portugués en su versión es1<:1ndar tienen dificulta- hace. En sueco se escribe vad, y en noruego hva. De modo que bajo las
des ck diverso gradu pai<i. entenJer:>e. De forma sirniln1; el c.:ontinuiim diferencias ortográficas se escond~ una pronunciación similar y
de los djaleclos ge1111ánicos conecta una serie de variedades histórica- las tres lenguas ofrecen divergencias más acusadas cuando se escriben
mente emparentadas que difieren unas de otras en uno o más rasgos. que cuando se hablan. 3
El grado de inteligibilidad mutua se \'e influido en buena medida Los estudios de inteligibilidad mutua revelan asimet1ias interesan-
por la intensidad ele los contacto:; ~ocialt'S e:> de olro tipo ent1·e los gru- tes. Los daneses dicen entender a los noruegos, pero los noruegos afir-
pos ~tfectados, usí corno ro1· las acliLUdcs de unos hacia otros, y no man entender a los daneses en un grado menor. La comprensión más
tit:nc mucho que ver ncces~1riarne11lt> éon relaciones de estadística lé-
xica. En Escan<lina\'ia, pur eit~mplo, un viajero que sepn sólo danés,
3 . EJc•.rnplo.< ¡k) u.s<¡,.Q~Ja_ono.grnfí;1 para u°'1<1c;u· o '1l''nua1· cl.ifNencias l<>s te11,,mo~ tamblén en
Stteco o noruego se comunic<1r<'1 sin dificu]iades por encima de las ien'ilo1 io español As( e.i bi~n i.:Onocida la pÜlérruc.a qu~ cri Gahcin ha ei1fren1itdo ·a los llHn1fl.dos «rein-
h·omt~.-as oficiales enlre las tres leng11as. Y c:-s que las ves están muy 11.::graciornstaso. p:Jl'l idrt1 :os de <"tdopl~ff para :-1 ~:·diego lí."1 onr.<'!,rníia ck.J -- "1rl ugw.::·'· di;:: modo que quede
cen:,'.i;l dc~de el punLo Je vista linguí::;tico, lo bastante como parn que dara J" unidad b<\.S1t;:t de las dos vc.u·icdadt: ... "los. Ucno1111i.,1Jo'i (1~Lbl~cioiüst:..t"-:>'. p~rlill:l:·ios dt• una es:·
cnlur1\ q11e rd:lejc la ;~11tonomia dtl galle~: 1. Dd n1iS.n\(1 lYl.odo, los dl'fen,c,>rL~., J.~l 11 ... ah.~nci,1nt1 )'¡ C(H)'l11
pudit:rnn consiJer<:t1·se dialer:tos de b n1is11w lengua. Esln1cluralrnente lengua <..Hs1int~ del ~ c.1¡;-1..;ln~ han In.nado con <.:Jl!rl:'\ ín.:c•.1end:\ dt e~t1mub r difor('ncia~ , orcogr<'.fkas _v
liablandu existe un ¡Mrnklisrnu p•.::rt'ecJ.rJ con la situación lingüística de otro;, lipo~. que enc-ubran una 1c~l)i<.lad común .
30 EL L.CN0UAJE EN LA SUCJ.EOAO
LA LENGUA EN L.I\ SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 31

mismos símbolos, mientras la versión oral de esas palabras es comple-


pobre se da entre daneses y suecos, y la más fluida entre nornegos Y
tamente distinta. En cierto modo es lo contrario de lo que ocurre en
suecos. Sin embargo noruegos y daneses afirman entender a los suecos
Escandinavia, donde las diferencias en la escriLura oscurecen las se-
mejor de lo que los suecos dicen entender a los daneses _Y a los. no1'.-1~­
mejanzas de pronunciación. Muchos hablantes del llamado «servo-
e:os. ¿Cómo es posible eslo? Porque en realidad los esLud.10s de 111tel1g1-
croala» dicen que en realidad se Lrata <le dos lenguas porque los croa-
bilidad mutua no detectan parcnlescos lingüísLicos-:Slño-Yclac10íYes·s-o-
tas escriben con alfabeto latino y los servios con caracteres cirílicos.~
ciales, puesto que son las personas y no las variedades las que se en-
Determinadas va1iedades del continuwn conslituido por los dialec-
Lienden entre sí. Los noruegos y daneses han estado más en Suecia que
tos germánicos occidentales se consideran dialectos del holandés y
los suecos en los otros dos países. Sólo la cuarta parte de los suecos de-
otras dialectos del alemán únicamente por las relaciones que cada va-
clara leer cosas escritas en las otras dos lenguas. Mientras el 41 % de
riedad mantiene con sus lenguas estándar respectivas. El proceso de
los daneses y el 52 % de los noruegos escuchan la radio sueca, sólo el
nonnalización de una lengua tiene que ver con factores socio-históri-
9 % de los suecos escucha las emisoras danesas o noruegas. Resulta
cos corno creación de escritura, nacionalismo e identidad cultural y ét-
evidente que los noruegos y daneses muestran mayor capacidad de
nica. El resultado es la selección y fijación de una norma de uso que es
acomodación a Suecia y lo sueco, ya que Suecia es un país más ex-
fomentada por los diccionarios, las gramáticas y la enseñanza. Una
tenso, más rico y más autosuficiente económica e intelectualmente.
lengua estándar es una variedad deliberadamente codificada para que
Como era de espera1~ es también Suecia el país que muestra menos in-
varíe lo menos posible en su forma pero sea máximamente útil en su
Lerés por los acuerdos ele cooperación nórdica, mientras los daneses
funcionamiento. La mayor parte de las lenguas europeas fueron nor-
son los más partidarios, sin duda porque son los que esperan más be-
malizadas en períodos de nacionalismo intenso, cuando la existencia
neficios. Por lo general son eUos también los que pretendidamente re-
ele una lengua común se vio como un importante símbolo de unifica-
sultan peor entendidos por noruegos y suecos. ción política.~ En los capítulos 3 y 7 se revisarán algunas de las conse-
La directora de un colegio danés me contaba que había dado una
u1encias de estos procesos.
confe1·encia en Estocolmo utilizando un texto traducido al sueco. Me
Al(J'unos lingüistas consideran útil sustituir. las etiquetas «lengua» y
decía: «El público me entendía muy bien, pero en un determina?~ mo- b - ~- . ,/'
«dialecto» por «variedad autónoma» y «Vanedad het~rón~ma». As1,
mento vacilé buscando una expresión sueca y enlonccs me pidieron podemos decir; jJor ejemplo,-que los dialectos del holandés son depen-
que lo dijera en danés, que me comprendían perfectamenle. Me pasé al
dientes o «heterónomos» con respecto al holandés estándar, los dialec-
danés, y los suecos, para general sorpresa, ¡no entendían nada! Pensa-
los del alemán los son con respecto al alemán estándar [los del español
ban que había estado hablando en danés todo el tiempo.» En las cir-
('011 respecto al cspañoJ eslándar], etc, Esto significa que, dado que los
cunstancias políticas actuales, la convergencia hacia una fom1a de ha-
il<1blantes del alemán ven la televisión en alemán, reciben las clases en
bla común a toda Escandinavia sólo sería posible planificándola cui-
;dcmán leen en la misma lengua, etc., tienen el alemán estándar como
dadosamenle y fomentando los contactos sociales.
p1111to de referencia. Lógicamente las similiLu<les 11ilgüísticá.s ·serán
La línea divisoria entre las lenguas que Uamamos sueco, noruego y
1nayores entre las variedades de alemán y holandés habladas cerca de
danés es lingüísticamente arbilraria pern política y cu]Luralmente rele-
vante. La repetida cita de Max Weinreich «una lengua es un dialecto
que tiene ejército y armada» recoge Ja importancia del poder político y ~- Que Los conceptos de •leng1.1h, odialecto•, <hab(a,.. 1ongan Lm [urrlc conlemdo soci~I y polí-
111., r sean. por tanto, cliflcilrnerne objeli1•ables cle,cle d punto ele vista lingüístico, explica diversos he-
la soberanía de una nación-estado para que Ja variedad que habla sea '¡,,.,· de la situación esp;1nola y peninsular. Nótese, por ejemplo, que si aplicamos dos ele los cntenos
llamada «lengua» y no «dialecto». El acuerdo general para considerar .,.,¡, 1cii,·os• m.;:b e~tendidos (comprensión mu1u,., diferencias siniácticas) el esp~iíol esrándar y lo que.
que estamos ante una lengua lo produce la ~.º.~"llU.!:~~?n--:d..Llactores "' Ji:ibl<t en ciertos valks arag;oneses •J asturianos clebe1fan ser leng1ms distin tas con más derecho que el
,··.p:1i""1nl y el üalit\no. Nótes~ igualruenle Ja frecuencia con qu:.~?7 ~ci~~~dica,7ione~ <le aulonomJa ~olf-
sociales, políticos, psicológicos e históricos, y no nmgun -~1po. d~.J~tg­ 11. ,, un cieno Lcrri 1orio 1·an acompañadas de¡,, búsqueda, :. toél"a cósta, i:le una •lengua• propia (o
1i:11·"
piedades Hngüísticas inherentes ..P,n China existe toda una sene .de va- .d <le un •tdi 41 lccto", con10 si de uníl escílla Lle vaJorf:s se tratara), a veces ron resultados suma-
11 ><: 110-..

111,.11¡,. p1tllorescos. Repárese en qt1e :. muchos les resulta más fácil pensar en el gallego y en el porlu-
riedades que un lingüista consideraría lenguas diferentes y que sin em- ~:•i···, l 411H<• li:ngirns <l)scintas que cn l:I bable:--· en el e~pañol, porejt:n1plo, sin que ahí el concepto <le se-
bargo pasan por dialectos del chino porque esLán unidas por un sís- 1111·j:u11.a l1ng~ifs1ica \eugíl nn1cho que ver, e~c .. ele.
Lema común de escritura. Los hablantes de canlonés o chino mandarín '>. l':ira d "spa1)0), en efecto, sude pcn.~a.-se en finales del xv y en el siglo ;w1. en ll""' conflu~en la
jiHili, .u ion de Jo~J\:inos <le Espai1a. la Gramc1uca dt' Nebrijo.. l"' expo.nsiún e-~terior, e.Le. Es también en
no se entienden cuando hablan, pero escriben de forma sernejanle, de: , .... \ .. P',. .1 ~ 11.1odo crnpie1.;:l •~ tntpQne1:sc la denomin?.ción .. espruiol~ sobre .. castcBano 11 •
modo que cada uno de ellos represen la las « 111 isrnas" pnl<:ibr~is por los
32 CL LE~GUAJE E,N LA SOCIEDAD LA LENGUA EN LA SOCIBDAD!LA SOClEDAD EN l.A LENGUA 33

_la frontera entre los dos países que entre el alemán eslándar y e\ holan- Mencken decidió llamar a su libro The American Language [La lengua
dés est<.~ndar. Una lengua estándar~ sin embargo, sirve para crear senti- d."t"'E.úa'd~s- Urildos] y no n1e English Language in America '[La len-
mientos de unidad entre los hablantes que la toman como pLullo de rc- gua -inglesa en Esrados Unidos] estaba haciendo una afirmación de tipo
fo.rencia, sobre todo si hablan variedades disrantes geográficamente. político. Sentimientos similares animaban a Noah Webster cuando en
Así, entre el inglés llamado «cockney» de los barrios bajos de Londres su diccionario de inglés americano se apartó deliberadamente de las
y los dialectos locales de l8 zona del 1ío Tyne, en el cen Lro norte ele In- normas británicas escribiendo color, crilicize, cte. [en lugar de colozir,
glaten-a, las difercncié1s pueden ser tan sustanciales que obstaculicen se- criticise, ele.]. De h.echo Webster señaló hace un siglo que« ... el gusto
riamente la comunicación oral, pero ambos grupos elidan que, en sen- de sus autores [de los británicos] ya está corrompido y su lengua en
tido lato. «lw.fJlan la misma lengua», puesto que tienen el inglés estándar declive». Las apreciaciones de Websler sobre el eclipse del inglés britá-
corno varieclacl superordinada. íücu1Tc lo mismo en cspaílol con un ha- nico por el americano han despertado en ciertos britanos y en el Bri-
blante de Huelva, del pirineo de Huesca. de Buenos Aires y de Zamora.]6 tish Council la preocupación por garantizar la supremacía de su pro-
El término <~l~ngtta->> se aplica a toda variedad que sea autónoma, e pia variedad, particularmente en el lucrativo mercado de la enseñanza
incluye las variedades heterónomas con respecw a ella. Puesto que lo del inglés como lengua extranjera. Pero todas estas disquisiciones so-
autónomo y lo heterónomo dependen más de factores políticos y cul- bre la lengua lo son en realidad sobre la política, y lo cierto es que
turales que lingüísticos, pueden cambiar. En primer lugar, las varieda- Gran Bretaña ha pcrdtdo el estatuto de superpotencia en beneficio de
des heterónomas pueden alcam.ar Ja autonomía, con rrecuencia <le la su antigua colonia. En una entrevista reciente la anterior primera mi-
mano del desarrollo político, como es el caso del africans {o afrikaans) nistro Margaret. ThaLcher (Ne,wsweek, 8 ele octubre de 1990), que veía
en Sudáfrica, que Fue nonnalizado en los años veinte y empe7.Ó a ser posibilidades de sacar partido de sus coincidencias políticas con el en-
considen:ido lengua y no dialecto del holandés. Y al contrario, varieda- tonces presidente Reagan, concedió muy generosamente que Shakespea-
des autónomas pueden perder su aui:ononiía, corno le ocurrió al esco- rc pertenecía tanto a los estadounidenses como a los británicos para ca-
cés cuando c.lejó de funcionar como la lengua de la corte ele Escocia ractelizar los «especiales lazos» que existen entre Estados Unidos y
después de la unión de ambas coronas en 1603.7 Nada hay de inheren- Gran Bretaña. Hablando con un periodista de Estados Unidos, declaró:
temente mejor en una variedad cuando alcanza la autonomía. Factores
de tipo político y social son los responsables en la selección de una en- ... la Carla Magna les penenece a ustedes tanto como a nosotros: el
tre las muchas variedades que podían haber siclo candidatas a la nor- procedimiento del habeas corpus les pertenece a ustedes tanto como a
malización (véase el capítulo 3). nosotros ... Existe una herencia común además de una lengua común.
Shakespe<u-e les penenece a usLi::des tantu corno ¡¡ nosotros. Esto es lo
que nos une y nos ha unido -una filosofía-. pero también la historia, y
Inglés: lengua y dialecto la lengua y el modo de pensar...

De Lodo Jo dkho se desprende que la respuesta a la pregunta que a La declaración de independencia 1ingüística en Arné1ica no tuvo
menudo me plantean sobre si el inglés americano es un dialecto del in- paralelismo en Australia hasta la aparición del libro de Sidney Bakcr
glés o una lengua distinta depende del punto de vista que se adopte. The Australian Language [La lengua australíam1] (1945), cuyo título rei-
George Bernard Shaw caracLerizaba a Inglaterra y Estados Unidos vindicaba la autonomía del inglés australiano en la lfnea intentada por
como dos naciones divididas por una lengua común. Cuando H. L. Mencken para el americano. Baker señaJaba que los australianos «tie-
nen que abordar el problema desde el punto de vista de Australia, no
desde el punto de vista de Inglaterra y de sus juicios sobre nuestra len-
ú. •No bocr u~Led m1 boh~ta. proftson~. me dijo ttna vez una oi.lumn11 h.lspanoau1Prk..ana pilra que no
1uc: despri>ndi~n1 d~ su fü.:h,1. Apen;~s ia ~nlendf t!fl un pnn1cr n1nmcnto, pa1·que. ;¡o hubicri\ transn1111do
gua porque allf no la conocen como nosotros». Sin embargo tendría
C::,t! ('(1nlP?)ido e.le::: l'f•i ?TI ~ diícrcntc::, pero a.n-ibos Laníanto:; c.oncie.n.:-1 :\ <.k· esLa1· utihzanda la misma lengua. i¡t1e pasar tiempo para que a muchos australianos no les importase
7 En e1 :il!jlo XVI, :.rncc.." <le b in<li:µendtncia d~ PnnugaJ con re.i;;;µecto a EspafJa, i::staba v1gcn1e el «sonar» a australianos, y a muchos todavía hoy les sigue importando.
~c·rHJn-lien[() de que el ponugu~s )' <"l ca.stdlano csC\,n cJn, \':l!'h_"{_la.Uc ..; de \lll<'\ r11lsn1a lc.n gu8 l.:i conslilu-
c1<)n de f'<JJ 1ur.al .._o rn o pai~ ;t 1lt<j1H1mo <lcab6 LOl~lrnL'1 llt: (:011 ~.');\ idea, pero no con la de qut e.! gallego
M icnlras Vcirios lingüisLas declaraban que la forma de hablar de Aus-
dept>11dí.a Ji~h...~ L 1 . f n1L·111e del esµ:.11~Lol Bi~n sabido C;'; t;trnb1én que .sól'l ctrciJl\stancia::¡ hi.Hónc.éls dt! 1ipc1 11·;ilia no tenía nada de incorrecta, no dejaban al mismo tiempo de
políliLO a111..H"f.dl'un b :...·on.:;1iluci1·m dd :-.r:;goné-s o ...-l koné.~ <.·orno it!ng~1:J..s _v lo-.s: ;11Lrodu.1ero11, ...:Off'IO dí;i.-
,·,,111parar los acentos ausLralianos con los de \os de la gente culta del
h:~ 10..,, en b w hil.l <..k·I c¡1'iLel1;1n<1.
34 EL LENGUAJE EN LA SOClEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 35
CUl\PRO 1.2. Algunas diferencias emre inglés anzei"icano y británico
sur de Inglaterra. Para algunos esto consti Luía un desagradable recor-
datorio del grado en que el inglés ausLra1iano se desviaba ele la norma Americano Británico
de prestigio. La Australian Broadcasting Corporation (ABC), creada en
1932, confirmó para la radio la norma b!'itánica y los locutores recono- Pronu.nciación ate (rima con mate) ace (rima con met)
Gran1./sinL<c<is Jane had gotten uscd lO il Jane hacl gol used to i t
cidos corno idóneos eran, en su mayor parte, ingleses. Hoy día ya no se Vocabulni·io Sam LOok Lhe e/eva/Or Sam Look the lift
necesila acento británico para trabajar en la ABC. Desde J 983 se oyen ra1he1· lh<m the stairs rather than the stairs
en la radio y en la Lelevisión ausLralianos con inequívoco acento aus-
traliano, y las cuestiones referidas a pronunciación, estilo y uso se con-
Lrastan con diccionarios australianos y no briLánicos. El aumento del
lengua en al menos tres niveles: pronunciación, gramática o sintaxis y
interés por el inglés australiano, e incluso la sustitución de la ver-
vocabulario. Así, se considera que los hablantes cultos de inglés ameri-
güenza hacia él por el orgullo i·epresentan un decidido apartamiento
cano y de inglés b1·itánico hablan dialectos de la misma lengua porque
de lo que ha sido llamado el «complejo cultural».B
entre ellos existen diferencias de esos tres tipos. En la práctica, sin em-
Un continuum dialectal puede ser también de naLuralcza social y
bargo, los hablantes de las dos vaiiedades comparten una gramática co-
no geográfica. Encontramos un buen ejemplo en Jamaica, donde e~
mún y se diferencian sobre todo en térn1inos de vocabu.la1io y pronun-
cierta época los que ocupaban la parte alta de la escala social-los bti-
ciación. En la Labia 1.2 se recogen ejemplos de esas diferencias.9 [Las di-
tánicos- hablaban inglés, mientras los ele abajo se expresaban en crio-
Ecrencias entre el español del none peninsular y el español de América
llo jamaicano. Con el paso del tiempo el hiaro entre ellos ha sido cu-
podrían reflejarse en un cuadro semejante: véase el cuadro 1.2 bis.]
bierto por una setie de variedades que se parecen, según los casos, más
La gente manifiesta opiniones rolundas sobre los acentos incluida
al inglés o al criollo (véase el capítulo 6). La mayoria de los hablantes
la idea de que son siempi-e oLros los que tienen «acento» y n~inca uno
usa do::; o más variedades de las que ocupan un tramo de ese conti-
mismo. Estrictamente hablando, sin embargo, es imposible hablar una
nuum postcriollo y pasan de una a otra según el contexto o el inlerlo-
variedad totalmente desprovista de acento. Se han hecho estudios sobre
cutor. Cualquier in ten Lo de dividir el continuum lingüístico jamaicano
evaluación de acentos que han mostrado que en Gran Bretaña la ú'enle
en dos parles: inglés, frente a criollo serfa tan arbitrario lingüística-
califica el habla de áreas urbanas corno Birmingham, Liverpool y Glas-
mente como distribuir el continuum dialectal germánico ent~e el ho-
gow mucho menos favorablemenle que la de zonas rurales como Dcvon
landés y el alemán. No hay ninguna razón social, políLica o geográfica
para decir que el inglés empieza en un clelenninado punLo y el criollo Y. Cornwall. 10 Esas diferencias de juicio evalúan, en realidad, el tipo de
vida (rural o urbana) y no propiedades inherentes a los acentos mismos.
jamaicano en otro.
Personas más ajenas a la cuestión que no saben dónde se usa cada
acento no siempre evalúan negativamente a los esLigmatizados. En
Acento frente a dialecto Gran Bretaña el prestigio de la variedad llamada RP ( «Received Prn-
nuntia tion») 11 es tan alto que con mucha frecuencia la gente considera
que usa tal variedad cuando ello no es cierto. La RP Ja usan los que
Algunos lingüisLas distinguen, además, entre «acento» y «dialecto»,
y entienden poi· «acento» una forma determinada de pronunciar una
variedad. Un dialecto, en cambio, se diferencia de otros de la misma
9. En el mundo hi.5pánico el termino .;tcenlo' pertenece más al uso común que al c1cntffico. Las
variedades que difieren .lobre todo en pronunciación )'. más secund ariamente, en vocabulario, suelen
S. Aunque de fo1ma esporádica, en el eopilDol de Aménc~ cambién bn tenido lugar algún inlcnl..O denomin;1rse «hablas .. o "modalidades regionales» Se m~ncionan asr bs hahl~s 1.1 111odoiirlodes ·•rio-
semeJame "los menc1011a<los p;u·a el inglés de Es1ados Unidos y Aus1ralia sobre todo e11 México\' Ar· i:ina», 1<e.xt1·emei'ia», .-murciana>1, "'andalu1a11, "can~1rb-.,, a:an1erica_na¡.¡, ele., frente a los d1alec1os )~onés
gonlina. Duranr.e :tños S<' habló en esos\' 01ros paises 111) d~ «esµaiioln, sino Je . Jerni;ua nacional. ~len· o astur-lconé.> y arn¡;onés, que ofnxedan diferencias en iodos los aspec1os de la lengua.
gt.H'l parrin» t! incluso de 1d!.!ngua americana~ y de <=idiom<' a:rgentino11_ Las razones- poHlicas que:,expli· 1O. En España m~s bien sucede lo conlrfü·io: las hablas urbanas eslÍUl más prestigiadas, aunque
can e so explican también que allí se baya p refc1ido, en general. la cle11oni..in;ición .castellano• [rente a pet'tene1,(a.11 a zonas don<l~ son frecuentes lenómenos que violan las 11orn1ils aca<l¿niica,:. Manricne to-
tres:parioh-.. daví;i \~gencia el tópico (poco ¡ipoyado en Jatos lingüislicos) <le que VaUa<loli<l es modelo <le coJl'eccióo
Por lo que respect<1 '' la valoraciún <le la propia vat"ieclacl, los lingilis111S reconocen la cxistencfo idiomática. ·
para el esp;ii1ol <le dos grandes normas cultas, la cas1ellana o noncñn v la meridion;1! o ,1tlánli«n . Amb~s 11 L11e1alrnei:i1c •P1011v11c1a~ión Recibida". esto es. 1ec1b1<la o accp•a<la en la Corle\' pot' ende
son vfil),,hi.s, pero con frccuenda s e ha c.l1::tectado en habbn1es c,dscnt~.c; :\la segunda 1.11) cierto tLo;o <lt! tn "ºl i.\lrncnk pre5llgJO$a )' .,doprn<lit ''º"'º n<Jrn1a de c011 ~C:t:ión. A1L11que ln1~:ida en el 1n"'lés Ionch..nense
pr ímcrn cnnio pu1\lo lk n..:lc1·c1'u:.1;1 .. crn1·t')r1n » , ..¡ (h·l s\11. en 1cal1d ..\d, cmn1) se1iah:l la ''utora. es más un 1nd1cc de prO<-t.denc1a ~oc1.I..\ ~uc geográfica
36 EL LENGUAJE EN LA SOCTEDAD LA LENGUA EN L1\ SOCIEDADil.A SOCJEDAD EN LA. LENGUA 37

(CUADRO 1.2 bis. Algunas diferencias entre el espai'lol del norte peninsular usuarios y obliga a prestar atención a la situación o contexto, los pro-
y el espaPiol americano
póSiti:>"s, el tema y contenido del mensaje, y las relaciones entre los par-
Espnih1/ ainerica no F.spatio/ ticipantes. Por ejemplo, dos abogados que discuten sobre temas lega-
les usan un registro «jurídico»; el lenguaje de dos policías que investi-
Prnnunciación caza(= caso) caw (#caso) gan un caso adopta un registro adecuado a su profesión y al asunto
Gram.lsinraxis Vos sos muy buena Tú eres muy buena
Vocabulario Boraron los sacos Tira rori las chaquetas
que se traen entre manos. Si oímos cosas como «Padre celestial y mise-
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~) ricordioso, danos fuerzas para cumplir Tus designios», sabemos al ins-
tante que nos encontramos ante un registro propio del ámbito reli-
gioso. Del mismo modo si leemos «Se busca un hombre que refuerce la
han sido educados en «public schools» (esto es, en colegios privados) y Jínea de zagueros, debilitada tras la lesión del veterano capitán, lesión
no se Localiza en ningún lugar concreto. A veces se la llama también que lo mantendrá dos meses en el dique seco», reconocemos sin dilación
«BBC English» («Inglés de la BBC»]. «Üxford Englísh» («Inglés de Ox- el lenguaje de las crónicas deportivas. Las c!_i~~.'~ncias en el vocabulario
fo1·dii Jo «the King's English» [«el Inglés del Rey»]. y es el acento que se -uso de palabras distintas o bien significados distinlos para las núsmas
enseña a los extranjeros que aprenden inglés británico y no americano. palabras- son las que distinguen principalmente a unos registros de otros.
Como han puesto de manifiesto mi.s comentarios sobre Australia, la En otras lenguas encontramos también buenos ejemplos de cam-
RP se ha utilizado mucho tiempo corno importante norma de prestigio bio de registro. Así en javanés, lengua hablada en Indonesia, existen
más allá de las fronteras británicas. distintas variedades o niveles de habla cuyo uso viene determinado por
La naturaleza relativamente arbitraria de los rasgos que alcanzan el estatus social del interJocutor. Estos niveles se caracterizan porque
prestigio (y de los que no lo alcanzan) y el papel, a la hora de definir ta- cada uno de ellos cuenta con cuasi-sinónimos de las mismas palabras,
les rasgos, de quienes tienen poder social y político queda bien ilus- y son al menos tres: un nivel «alto» (krama). un nivel «medio» (maclya)
trado en el ejemplo siguiente: durante la presidencia de Jimmy Carter, y un nive'J «bajo» (ngoko). La secuencia que sigue m uestra los tres nive-
georgiano y con acento de Georgia, en un famoso programa de televi- les, empezando por el más alto:
sión aparecía un personaje que hacía el papel de un funcionario del
me napa pand¡enengan hadé da!uzr sekul ka lijan
Departamento de Estado y que se expresaba con un acento ostentosa-
napa sampéja11 adjeng neda sekul lan
menle georgiano. Entonces un neoyorquino se lo hacía notar y él repli-
apa kowé arep mangan sega lan.
caba: «nosotros ya no tenemos acento. Ahora el que lo tiene es ustedn.
«¿Va u::;ted a con1er arTOZ y
Lo que hace que.un modo de hablar sea considerado superior es que lo
kaspé samen.ik.a?
use un poderoso. En los capítulos 3 y 4 hablaré de nuevo sobre este
kaspé saniki?
tipo de prejuicios y examinaré cómo algunas variedades llegan a ser
lcaspé saiki?
más prestigiosas que otras simplemente porque a quienes las hablan se
mandioca ahora?» 12
·,les atribuye un estatus más alto. En el capítulo 7 se analizan algunas
consecuencias prácticas de estos hechos. El registro usado por las personas de superior estatus presenta ma-
yor e]abornción que el de las personas de estatus más bajo. Nólese
lam bién que las diferencias entre los niveles de habla dentro del java-
Registro y estilo nés son más grandes que entre las variedades consideradas lenguas
distintas en Nueva Bretaña noroccidental, lo cual ilustra una vez más
Ya hemos visto que podemos considerar c¡_lda variedad como un la naturaleza relativa de los términos «lengua» y «dialecw».
conglomerado de rasgos. Además de dialectos sociales y regionales o El lenguaje llamado «de la suegra" («mother-in-la.v..:» language) que
geográ6cos los sociolingüistas manejan también orras variedades que ~·xiste en la mayoría de las lenguas aborígenes de Australia es otro
llaman «registrosn y «estilos». Mientras los dialectos regionales n~ve­ l"il:mplo de registrn. El reg1slro «de la suegra» consiste en la fom1a es-
lan de dónde procedemos y los dialectos sociales· quE"estatus cenemos,
el registro da indicios de qué estarnos haciendo. Este concepto tiene 12 En inglé~. b1 d1s1nhuc¡(m t:n col~1mn~s e.-:. i:1 sigui~nle · 01Ar~ - yn11 - going 10 ~l · Jice · eincl ·
, .1~•·.n·:1 . no\,•!,,,
que ver típicamente con la variación ligada a los usos m~1s que a los
LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/ LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 39
38 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

CUADRO l .3. Palabras para «so[,, en dialectos del dyirbal


Comunidades de habla y competencia comunicativa

~~~~~~~~-
Regis!m ¿Qué nos enseñan los ejemplos manejados en este capítulo para
Tribu G111v(I / (coiidfono) Dyn/11g11y ("di! /r¡ suegra») analizar el lenguaje dentro de la sociedad? He mostrado cómo la socie-
dad afee.ta al lenguaje de varios modos; de hecho la propia existencia
Yidin bungan gari:man
Ngadyan gari bungan de las lenguas depende decisivamente de la existencia de un grupo so-
Mamu gari gambu.lu cial que reclame como propia u na variedad y la mantenga distinta de
las variedades habladas por sus vecinos. Tal grupo recibe el nombre
de «comunidad de habla>> y las convenciones que sus miembros com-
pecial de hablar que deben adoptar los hombres cuando se dirigen a su parten .e n ·refac.ión éon Ta variedad que usan se llama et competencia co-
suegra y a otros parientes de su mujer sobre los que pesa algún tabú. La municativa». Las d os nociones son fundamentales para comprender
gramática y la fonética coinciden con las de la lengua normal, pero el los modós en que los grupos sociales organizan sus repertorios lingüís-
vocabulario es totalmente distinto. El cuadro 1.3 muestra las palabras ticos.
para ~<so],, en varios dialectos del dyirbal (o chirbal), lengua hablada en Una comLmidad de habla (speech comvnunity) no es necesa1ia-
North Queensland, comparando las propias del habia cotidiana (guwal) rnente coextensiva con una comunidad de lengua o comunidad lin-
con las del registro «de la suegra» (dyalnguy). Las va1iedades usadas güística (language community). La primera consiste en un grupo de
por las diferentes tribus (Yidin, Ngadyan, Mamu) son lo suficiente- personas que sin compartir necesariamenle la misma lengua sí com-
mente parecidas desde el punto de vista lingüístico como para ser ads- parten una serie de normas y reglas sobre el uso del lenguaje. Los lími-
critas a la misma lengua, pero cada ttibu considera que su habla es una tes entre comunidades de habla no son propi.amente lingüísticos sino·
lengua distinta de la de sus vecinos. Tales «lenguas>>, en efecto, poseen ~odales. Esto significa que términos como «lengua" y «dialecto» son,
sistemas gramaticales y fónicos casi idénticos y comparten entre el 80 y desde el punto de vista lingüístico, nociones no técnicas,, puesto q ue no
eJ 90 % de su vocabulaiio, con lo que encontramos de nuevo más dife- hay ningún procedimiento objetivó para determinar 'cuándo los ha-
rencia entre registros distintos que entre variedades tenidas por dialec- blantes encontrarán que dos variedades son lo suficientemente pareci-
tos regionales. Cada tribu, sin embargo, tiene sus propjos niveles guwal das como adscribirlas a la ccmisma» lengua. Cualquier intento de con-
y dyalnguy, si bien un término puede ser guwal para una tribu y dyaln- lar lenguas distintas es un artefacto clasificatorio pero no necesaria-
guy para sus vecinos. Por ejemplo, la palabra yidin normal para «sol» es mente un reflejo de prácticas comunicativas reales. En Pap!la-Nueva
bungan, pero para los ngadyan esa forma es ((de la suegra». ( iuinea la gente presta mucha atención a las pequeñas variaciones lin-
Ligada a la noción de registro está la de ((estilo», que puede ser más v:L\íst1cas que le sirven para diferenciarse de sus vecinos. Los habitan-
o menos fom1al o tnfo_f.!1}?1 dependiendo &t"cóñtexto social, las rela- I L'S de una aldea o clan insis ten en que hab1an una lengua distinta de la
ciones eñfre los-
participantes, la clase social, el sexo, la edad, el en-
de al lado, aunque se da con frecuencia entre ambas un grado de com-
,, tomo físico y el tema. Las diferencias de estilo pueden reflejarse, como
prensión mutua muy alto. Precisamente el grado de comprensión mu-
antes, en el vocabulario (((El profesor mostró disgusto» frente a <(El
r 11a depende de la intensidad del contacto social o de otro Lipo en tre los
profesor se cabreó»), en la sintaxis (por ejemplo, incremento de las
¡•.rupos y no va parejo necesariamente con las di ferencias lingüísticas
construcciones pasivas al aumentar la formalidad: <(La reunión fue
rl'ales.
suspendida por el presidente» frente a «El presjdente suspendió la reu-
Los modelos de interacción social trascienden a menudo los lími-
nión») y en la pronunciación (usoldao», ((pa», «usté» frente a ccsol-
r 1·s marca<los para las lenguas. Los lingüistas de la llamada Escuela
dadoi>, «para», «usted»). Volveremos a hablar de diferencias de estilo
en el capítulo 3. 13 •k Praga introdujeron las nociones de ccSprechbund» (ccvínculo.. d~
/1;1bla») y «Sprachbund» («vfnculo de lengua»): el primer término
l3 En la lrachción hispiinic~
térrníno.s como wr~gisll-or>, «eSBlO», .:i:nh·el1>, etc., se trarnn ante· ;1li1dc a modos compartidos de hablar que atraviesan las fron teras de
l)UÚO COITIO sinón_imOS y .St subSUlll~ll bajo b c.JenOJninadón de a\.-:lfiación c.Jifás{C(P>, (IJ>UCSW H «\'.aria· l:1s lenguas, mfenfras C1 segundo llene que ver con las formas lingi.lís-
ción d;astrática)< o socia~ por un lado, y .cvariadón di::\lópica" o geográ[ka por olro No 1·:,ll~\H ;:iulor e.'.
l i1·as en sí. Un ccSprachbund » y un «Sprechbund» no tienen por qué
sin emb~-u-go. que hc.'lc~n ~a rni:-;mli <listincü)n q(_H~ b m11ora ~nlrc 1..St1lo, hgal~O a b fonn.ihc.Jad, y fC.l:i''""·
l'í>~acionado má-.. hi~n c•)n ~n:-; Uilc.:rcn1~..:; (1mhilo..;; prolt·s io11~1lcs" \'11.1.h.::..: 1.·11 qn(' ·""'" UH11..·Vi..' 11n i1uJi\"ldU<1. 1·oi11L.idir. Ptleden ser perfectamente las normas de in teracción social
v 110 l;is lingüísticas las Qlte de modo primordial establezcan y man-
40 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN Lt\ LENGUA 41

tengan la pertenencia a una comunidad. En algunas comunidades bi- menos importante, que consisle en evi Lar la auwcomplacencia cuando
lingües en gaélico e inglés de la costa este de Sutherland (Escocia), se reciben. 14
hay hablantes que tienen sólo una competencia pasiva en gaélico y El término «comp~tencia comunicativa» es usado por los sociolin-
que sin embargo son capaces de establecer contactos y participar en güistas para referii·se al conocimiento subyacente que tiene el hablante
conversaciones con hablantes más fluidos. No controlan la lengua lo de las reglas de la gramática (entendida en su más amplio sentido: fo-
bastante bien como para usarla, pero siguen el hilo y saben cuáles nología, morfología, sintaxis, léxico y semántica) pcl·o también de las
son las normas lingüísticas apropiadas. En suma, tienen «Competen- reglas para su uso en circunstancias socialmente apropiadas. Los ha-
cia comunicativa». aunque su competencia gramatical en gaélico sea blantes nativos de español saben. por ejemplo, que una secuencia
débil. La comunidad c.:omo un todo comparte ciertas normas para in- como Yo os declaro marido y nrnjer se oye en boca de alguien con auto-
teractuar, ya sea en un gaélico 11uido, en un gaélico no fluido o en r-idad para celebrar matrimonios. Saben también que ¿Te importaría
inglés. Y al contrario: compartir una gramática no garantiza el éxito poner la mesa? no es normalmenle una pregunta a la que haya que res-
de La comunicación. Hablantes que dominan la misma lengua a veces . ponder sí o no, sino una petición cortés de que pongas la mesa. is Los
no se entienden, porque no siempre comparten las mismas conven- niños y los extranjeros pueden no captar en un primer momento esos
ciones para inteq)felar lo que se dicen o para usar· el habla del sentidos no litera.les, puesto que se aprenden a través de la socializa-
mismo modo. ción en una comunidad de habbntes nativos, exactamente de la
Por poner un eiernplo, hablar del tiempo es un estereotipo asociado misma manera que Jos niüos javaneses aprenden cómo usar Jos disli.n-
más con los hablantes británicos que con los americanos. Hay, claro tos niveles de habla. A éstos, en efecto, cuando están aprendiendo a ha-
está, razones evidentes para que d tiempo sea un tema habitual en bla1~ las per·sonas rnayores los ayudan mostrándoles ostensiblemente a
Gran Bretaña. Una es la inestabilidad y el carácter con frecuencia de- quién se dirigen y qué forma adopta su habla para que la copien, del
sagradable del clima. Más importante, sin embargo, es que el tiempo mismo modo que a los niños españoles los adultos los entrenan para
es un tema impersonal y poco comprometido del que pueden hablar decir gracias o adiós en .los momentos oportunos . De manera que el co-
dos extraños que quieren mostrarse amigables pero no demasiado nocimiento social es imprescindible para pertenecer a una comunidad
amigables. Un estereotipo común entre los británicos es que los esta- de habla.
dounidenses muestran demasiada familiaridad con los desconocidos y
les hacen preguntas personales que les suenan a intromisiones imper-
tinentes. Los estadounidenses replican, sin embargo, que al hacer esas Lengua, sociedad y realidad:
preguntas sólo intentan ser amables. ¿palabras diferentes, mundos diferentes?ló
Los hablantes del inglés americano utilizan más cumplidos que los
anglohablantes de Sudáfrica y, lo que resulta muy interesante, aquéllos Las relaciones entre lengua y sociedad no son necesariamente tan
también aceptan mejor los cumplidos que éstos. A todos, desde luego, eslrictas c.:omo para que se correspondan elemento por elemento.
se nos enseña de pequeños a aceptar un cumplido como «Tienes un Como presupuesto de trabajo, sin embargo. podemos aceptar que pro-
jersey muy bonito» diciendo simplemente «Gracias». Sin embargo bablemente no existe ninguna comunidad de habla en la que la socie-
existen estudios sobre el tema que muestran que dos de cada tres res-
puestas no son de este tipo. Lo más Frecuente es que se evite la acepta-
14. Un ejemplo de nues1re. propia c11l1urn para completar los dados poi· la autora: En Espr>ñ.a
ción rotunda del cumplido y se digan cosas corno "Ya es viejo el po- Cll~HldO dos personas apefl::iS Sto conocen pueden resoh·er lus µiimei·os n10111~u1os de un concacin que.
bre», «Me lo hizo mi m<1drc», «Me lo pongo par<-i estar en casa»; o in- .Já~dos~: ele! tiem po. ele la c irc11J"c ión. del país. etc. Eslo •elÍa impensable en c icrios palsc;, dond,,·qucc
jarse "'pone re\ac1011es de ?.b•o\uta fa1rnlian<l•d. Pero lo que >qui impon?. dc,tac<>r es que el que en
cluso que se cuestione el cumplido («¿Te gusta?>>) o se devuelva («Ese una zona se aclúe de uno manera o de la otra no clepende de la lengua que se hable: pue<le hablarse es.
tuyo también es muy bonito»). En esto hay también diferencias entre pai1ol y no seguir esD. cun,•ención ~ vice~·e-rsi:\ Pa.s01 lo niis mo ('On Ja forma de divl<.Jir el CÜC\ en periodos
hombres y mujeres: cuando es la mujer la que h rtce el cumplido, se di- tr:por la-; com>das o por el n~~oj"J), con el riLual pari;'I 1m·itar, et<~ .. etc. · ":.~ ~
15. Y sallen l:1mbit11 que )a prcg11ma «Qw! 1a/? ~~ con mucbíSJma frecuencia un s1111plc s~ludo y
rija a un hombre o a una mujer, lo norrnal es no decir sólo «gracias»; no una i nvüación a que hables LJc Lll estado o tus circtulscandas per$onales. OQ ahf la ~tnécdota en que
cuando lo hace el hombre, sobre todo si va dirigido a una mujec re- algu1e_1' ~ . o\r ; Oui! tnli 1·espmH-1i:l. 8u.!11. <O te cu.ciuo!
lt\. H ay Jtu:igo de p¡i};;oht·as en el ong:inal, pu.e.o;;to qu t.' t.. I ;·ocablo ing lés ;~·ords ("palabras"') e:;
sulta más normal. Si. en la sociedad americana es importante mostrar LU I
L'~h 1 i~ 11:d "" ""(.,~·in :::\~ 11·orlr!s ( .. n1u.ndn.5u)
solidaridad haciendo cumplidos, hay otro princ ipio, implícito pero 110
42 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 43

dad no tenga en absoluto influencia sobre el lenguaje. Es tarea de la pañol] el estado de la nieve es accesorio, salvo cuando van a esquiar.
sociolingüística examinar las varías conexiones posibles entre los dos Pero debemos manejar con cuidado generalizaciones de este tipo. Los
aspectos. Hace algún tiempo comentaba un lingüista que no existen anglohablantes [y los hispanohablantes] son perfectamente capaces de
dos lenguas lo suficientemente parecidas como para considerar que re- hablar de diferentes clases de nieve, aunque para ello tengan que usar
presentan la misma realidad social. Tal afirmación supone un recono- expresiones de más de una palabra, como nieve en polvo, nieve helada,
cimiento del papel crucial que tiene el lenguaje como transmisor de la etcétera. Palabras inglesas como slush 'nieve semiderretida' y sleet
cultura. A menudo se repite que el vocabulario de una lengua consti- 'nieve granulada' se refieren a la nieve según el estado en que se en-
tuye el inventario de las entidades de las que se habla en una determi- cuentre, y son de uso común. Lo más probable es que de variaciones
nada cultura, i nvenLario ordenado y categodzado de modo que esta- léxicas de este tipo no 1·esulcen diferencias conceptuales impo1tantes.
blezca un cierto orden sobre el mundo. Sin embargo el lenguaje no es Piénsese que dentrn de una misma lengua especialistas como los biólo-
simplemente el reflejo de una realidad «objetiva» que cada lengua mo- gos, los decoradores o los lingüistas tienen un amplio vocabulario para
dela a su manera. La lengua nos ayuda a dar sentido al mundo. Al cla- hablar de sus propios temas, y que esas diferencias se subsumen con
sificar las cosas les damos una estructura, y el lenguaje nos ayuda a naturalidad bajo la noción de registro.
construir el modelo. Un buen ejemplo lo tenemos en Ja concepción oc- El análisis de la tenninología del parentesco en las diferentes len-
cidental de la semana de siete días, con cinco laborables y dos de des- guas sí puede revelar algo sobre la conceptualización de la realidad so-
canso. El tiempo no está dividido así por su propia natmaleza, sino cial en la cultura correspondiente. Incluso lenguas muy pl·óximas
que esos conceptos reflejan la interacción de los seres humanos con su como el inglés y el sueco <liberen a este respecto. El inglés tiene térmi-
entorno y el acuerdo consciente de varias sociedades para fraccionarlo nos como aunt 'tía', grandfather 'abuelo', grandmother 'abuela' que
de esa manera. Pero otras culturas distintas tienen una visión distinta distinguen el sexo de ciertos parientes, 11 mientras que lo que al sueco
del tiempo. le importa no es eso sino si una tía es hermana del padre ([aster, lite-
Todas las lenguas dan nombre a conceptos que tienen relevancia ralmente una combinación ele las palabras para 'padre' y 'hermana')
cultural y marcan en su gramática ciertas categorías conceptuales, o de la madre (master, combinación de las palabras para 'madre' y
como la diferencia entre macho y hembra, la dife1·encia entre uno y 'hern1ana'), y si un abuelo es el padre del padre (ja:rfar, repetición de la
más de uno, etc. Las múltiples lenguas del mundo son, pues, una rica palabra para 'padre') o de la madre (morfar, combinación de los térmi-
fuente de datos sobre la estructura de las. categorías conceptuales. Una nos que significan 'madre' y 'padre'). En la lengua fox de los indios
antigua enciclopedia ch!ria div.idía el mundo animal en las s[guientes americanos, los tíos, los tíos abuelos y los sobrinos se llaman de la
clases: a) los que pertenecen al emperador; b) los que están embalsa- misma forma.
mados; e) los amaestrados; d) los cerdos de leche; e) las sirenas;/) los La categorización del mundo a través del lenguaje es una actividad
animales fabulosos; g) los perros perdidos; h) los que están incluidos social continua, puesto que constantemente aparecen nuevas cosas
en esta clasificación; i) los que tiemblan como si estuvieran locos; j) los que han de ser nombradas. Y al contrario: en algunas cultul·as, cuando
innumerables; k) los dibujados con un pincel muy fino de pelo de ca- una persona muere debe evitarse tanto su nombre como las palabras
mello; l) otros; m) los que han roto un florero; n) los que a distancia que suenen parecido, de modo gue han de acuñarse o tomarse presta-
parecen moscas. dos nuevos nombres para las mismas cosas. Cuando clasificamos las
Se han explotado mucho en lingüística hechos corno que el inglés cosas y los conceptos sólo pa1-cialmente lo hacemos por las semejanzas
no Lenga ninguna palabrn correspondiente al alemán Schadenfreude que percibimos entre ellos. La categmización tiene también una base
'felicidad por la desgracia ajena', o que en muchas lenguas de Papúa- cultural, de modo que entidades percibidas como similares en una cul-
Nueva Guinea se use la misma palabra para 'pelo', 'pluma' y 'piel' tura pueden no serlo en otras. Aunque existen, desde luego, considera-
(véase el capítulo 6), o que en Rusia mir signifique 'paz' y 'mundo', bles coincidencias a este respecto en las lenguas humanas. Sería muy
etcétera. Quizá el ejemplo más tópico sea la existencia en esquimal de raro, por ejemplo, encontrnr una lengua que marcara como miembros
varias palabras para referirse a la 'nieve', cuando en inglés [y en espa- de la misma clase «las cosas que uno se lleva del despacho a casa un
ñol] tenemos sólo básicamente una. Es fácil ver, desde luego. el porqué
de algunas de esas clífe1·encias. La nieve es importante para el esqui-
17 r:.sl :• di~1inci ó n e< lfünhivn b que impon11 en e.<p~úol. S e recoge soh.re iodo 111cdi¡;Jlle prncC·
mal, mientras que para la mayoría de los hablantes de inglés [o de es- 1lu1111 · ¡ 1111 ... 11111rl <1lt'11~inh (liu/rr. ,,,¡,, 1110/0 .. . ) , v, 1n:"1s r~1raml'llk, !(·," it:o'i {r,·nml111wm: 111adn·/¡u1drr).
44 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 45

Fin de semana», pese ague ello tiene relevancía para profesores, inves- vit~qle que diga. El inglés es una lengua relativamente pobre si la
tigadores y personas en general que se llevan trabajo a casa los fines de comparamos ·con.mras como el javanés en términos de las distinciones
semana. sociales que tienen que ser expresadas gramaticalmente, pero hay otras
Un vistazo a lenguas no occidentales revela clasificaciones para no- lenguas con gramáticas mucho más permeables a los aspectos sociales.
sotros sorprendentes, como la cuatripartita del dyirbal o chirbal, que En japonés, por ejemplo, la referencia a uno mismo está en función de
sigue el siguiente sistema: cada nombre debe ir precedido por un clasi- las relaciones sociales. Donde eJ. inglés dice «h [y el español «YO»] el ja-
ficador que ma1·ca a qué categoria pertenece. La clase bayi incluye a ponés puede emplear c;uatro pronombres según la formalidad de la oca-
los hombres, los canguros, las zarigüeyas, los murciélagos, la mayoría s ión y la nalliraleza del interlocutor. En algunas lenguas aborígenes de
de las se1-pientes, la luna, etc. En la clase balan están las mujeres, los Australia se usan las formas pronominales para marcar relaciones de
bandícuts [mamíferos marsupiales), los pen-os, todo lo relacionado parentesco. Así en adnyarnadhanha hay diez fomrns diferentes para el
con el fuego y el agua, el sol, las estrellas, etc. A la clase balam pertene- inglés «you and l» («we») [o el español «tú y yo» (<mosolros»)J, cuyo uso
cen todas las frutas comcslibles y las plantas que las producen, los he- depende del clan, parentesco y nivel generacional. De modo que pode-
lechos, la miel, los cigaITillos, etc. Por último la clase bala incluye las mos concluir que no se puede abordar el análisis fom1al de la gramálica
partes del cuerpo, Ja comida, las abejas, la mayor p<irLe de los árboles, del adnyamadhanha sin tener en cuenta una serie de requisitos sociales.
el barro, las piedras, etc. ¿Qué principios de organización subyacen a En chino las fom1as equivalentes al pronombre de p1·imera persona son
esle sistema? En la ciase primera obviamente están los varones y los una especie de títulos, puesto que significan «hermano más joven», ual-
anima les; en la segunda las mujeres, los pájaros, el agua y el fuego; en guien menos digno», «el Lonto», mienlras las formas para la segunda
la Lercera los alimentos que no son carne, y en la úl.Lirna el resto de las persona significan «hennano mayor», «alguien juicioso», etc.
cosas. Existe además una regla gencrnl gue clasific a todo lo que se re- En lenguas tales los hablantes no pueden hablar de sí mismos sin
laciona con una cosa en la misma categoría que esa cosa. Así, los peces tener en cuenta su lugar en la sociedad. Un estudiante coreano que ha-
están en la clase bayi con los hombres porque son animales, y con ellos blaba también inglés me dijo que cuando se encontraba en Estados
entran las cañas de pesca1~ los anzuelos, etc. Lo cual muestra que la se- Unidos con coreanos bilingües prefería hablar en inglés, puesto que así
mejanza de aspecto no es Ja única base posible para clasificar. Las evitaba el escollo de adivinar el estatus y la edad del interloculor. En in-
creencias culturales también afectan a la clasificación: para entender glés podía decir simplemente «l» y ccyou» . Igual que en japonés no es
por qué los pájaros no están en la primera categoría hay que saber que posible referirse a uno mismo sin hacer ciertas distinciones sociales, en
para los dyirbal lo~ pájaros son los esp(ritus de las mujeres muertas, de espafiol y otras muchas lenguas europeas no es posible decir ccyou are ti-
a hí su pertenencia a la segunda clase. La afinidad entre los pájaros y el red» s.in aludir al sexo y relación con el interlocutor. Porque, en efecto,
espíritu de las mujeres es aún más evidente en el registro «de la suegra», decir estás cansada hace algo más que aludir al cansancio de la olra per·
que cuenta con una palabra única para Jos dos signiGcados. De la misma sona: indica, además, que estamos hablando con una mujer y que el ha-
forma, según la mitología dyirbal la luna y el sol son, respectivamente, blante tiene con ella la suficiente confianza corno para usar la forma tú.
marido y mujer, por lo que la luna va en la clase de los hombres y los Ya hem os visto que el inglés no, pero la mayor parte de las lenguas
maridos, mienlrns gue el sol pertenece a la de las mujeres y las esposas. de Europa obligan al hablante a elegir entre más de un .p r,o nombre de
segunda persona de acuerdo con la situación de habla nte y oyente en
Funciona además otra regla: si algún miembro ele la se1ie difiere cla-
un espacio social mulLidimensional, donde entran en juego considera-
ramenle de los demás por su carácter peligroso o dañino, se coloca en
ciones de solidar idad, eslatus, edad, ele.
otro grupo. Por eso los peces eslán en la clase 1 con olros se1·es animados,
Si comparamos a esle respecto el español y el inglés vemos que los
mientras el pez piedra y el pez aguja, que pueden causar daño y son, por hablantes de español, por el simple hecho de hablar español, tienen
ende, potencialmente peligrosos, están en la 2 . Nada hay en la 1·ealidad
que hacer constantes distinc iones de estatus y sexo. Tales distinciones
objetiva que se COffesponda con las calegolias nominales del dyirbal, es
se pueden expresar en inglés (por ejemplo, a través de Jos títulos), pero
decir, los miembros de cada clase no parecen mostrar propiedades objeti- no están «grarnaticaliza<las» y por ende no son obligatorias como en
vas similares: los motivos de la clasificación hay que buscarlos en la l~spaflol, que las codifica en sus pronombres [y de rebote en su sistema
forma en que los dyirbal conciben su enlomo social e interactúan con él. Vl~rbal]. Los pronombres son u na parte importante de la gramáLíca de
Una forma útil de conceptualizar las direrencias eMre las lenguas 1:1-; lenguas y es precisamente en dios donde se gramaticali :t.a a me-
es fijarse no tanto en lo que cada una puede deci1· sino en lo que eo.; inc-
46 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD LA LENGUA EN LA SOCIEDAD/LA SOCIEDAD EN LA LENGUA 47

nudo este tipo de distinciones, que pueden ser usadas para mantener~ cho cuando en plena jornada laboral. mis vecinos me ven en casa, por-
crear o transformar las relaciones sociales. que en seguida dan por supuesto que no estoy «trabajando». Par'1 ellos
E l inglés sí ha codificado ciertas distinciones sociales: así sus pro- la casa no es un lugar de trabajo y lo que se hace fuera del horario la-
nombres de tercera persona (shelhe «ella/él»; her!him «la/lo»; herslhis boral no es trabajar. Incluso mis padres, que conocen en qué consiste
«Suya/suyo») varía.o en género, mientras ello no ocurre, pongamos por mi trabajo más que la mayoría de los vecinos, estaban un poco perple-
caso, en finlandés. En el capíLulo 4 examinaremos la afümación hecha jos sobre el empleo que yo iba a dar a mi año sabático si no tenía que
por muchas mujeres de que el inglés y otras lenguas han codificado dar clase. El profesorado universitario a menudo se queja de que gran
una visión sexista de la sociedad, y consideraremos qué se puede hacer parte del liempo que consume en investigación «no se ve» y, por tanto,
al respecto. En el capítulo 5 veremos cómo los cambios en la codifica- no se valora, pese a que se espera de él una dedicación intensa a tales
ción gramatical de las distinciones sociales reflejan cambios en el con- menesteres. Hay profesores, entre los que me cuento, que hacen una
cepto que la sociedad tiene de sí misma. distinción entre «job» y «my work». Si hablo con otro profesor de «my
De los ejemplos expuestos podemos concluir que ninguna lengua worb hablo de la investigación, no de la enseñanza. El contraste lo
puede ostentar el privilegio de ver el mundo «Como es en re~lidad». El dejó muy claro una colega mía que me escribió para decirme que su
mundo no es como es, sino como lo hacemos nosoh·os través del len- a trabajo («es decir, mi trabajo pagado>>, añadía) no iba muy bien. Al ca-
guaje. La~ lenguas gramalicalizan los dominios de experiencia más lificar la noción de trabajo con la palabra «pagado» quena decirme
importantes para la cultura a la que sirven, de modo que lo.s <::onceptos que se estaba quejando de sus clases y de sus obligaciones ad mi nistrn-
gramatica1izados pueden considerarse fLU1dameutales, mientras los tivas más que de su investigación.
conceptos sólo asociados con palabras (o «ítcms léxicosn, como a ve- Este ejemplo pone de rnanjfiesto la relatividad contextual de toda
ces se dice) lo son menos. La comprensión de unos y otros nos facilita observación y demuestra que hay que contar con el contexto social y la
el acceso a las categorías cognitivas. Conste, de todos modos, que las intención a la hora de juzgar qué significa «trabajar». Y más que decir
múltiples perspectivas que podemos tener sobre la realidad no son sólo que una interpretación· es la «Correcta» y corresponde a «la verdad»
producto de hablar diferentes lenguas con diferentes categorías asocia- hay que pensar que los diversos individuos aportan a la interpretación
das a cada una de ellas, sino que son pem1anentemente accesibles a to- de un acto o situación esquemas conceptuales, presupuestos y asun-
dos nosotros, de modo que, en cierto sentido, toda comunicación es in- ciones distintas y acaban por interpretar lo más consistente con las po-
tercultural. Por ejemplo, si una serie de personas distintas ve a un hom- sibilidades de que disponen. Existen entre nosotros conceptuaJizacio-
bre segando el césped el sábado por la mai'lana a una hora temprana y nes múltiples de los «m ismos» eventos incluso CLLando. hablamos la
les pregunLamos qué esLá haciendo ese hombre, unas lo considerarán «misma» lengua. Y todo ello es parte de nueslra con1petencia comuni-
como un buen ciudadano que contribuye al buen aspecto de la vecin- cativa.
dad, mientras otras, por ejemplo, el que viva a su lado y le guste levan- La noción de competencia comunicativa viene a susliLuir en socio-
tarse tarde los sábados, pensará que su actitud es poco sociable. Podría- lingüística a la dicotomía competencia/actuación, central en las con·
mos preguntarnos, por otra parte, si ese hombre está «trabajando». cepciones lingiiíslicas más extendidas. Se llama «competencia» al co-
Como hablantes de inglés [o español] estamos acostumbrados a nocimiento de las reglas de la gramática, mientras que «acluación» se-
consultar el diccionario cuando queremos saber qué significa «real- ría la forma en que se aplican tales reglas en el uso real. Los hablantes
mente» una palabra. Un diccionario de inglés propone, entre otras, las echan mano de su «competencia» cuando son capaces de poner juntas
siguientes definiciones para «worb («trabajo»): «Actividad o esfi.1erzo las oraciones que son «gramaticales», es decir, producidas por la apli-
físico o mental dirigido a la producción o realización de algo; empleo, cación de las reglas de la gramáti.ca. Ahora bien, no todas las oraciones
gramaticales pueden usarse en las mismas cit·cunstancias, y ello es vá-
ocupación; el medio por el cual se gana uno la vida.» ¿EnLra o no entra
lido incluso para lenguas como el inglés, que no tjene gramalicalizadas
«cortar el césped» en esas definiciones?l 0 En genera l me divierto mu-
en su sistema pronominal ciertas distinciones sociales. Así, Cierra la
ventana; e-Te importaría cerrar fa vencana(; fla ce w1 poco de frío aquí,
18. E.n .:spal'lol s111 dudil ese hombre estarla 1ral111jan<lo, sobre todo si µone algo de primor, ya
(:rzo? son oraciones gramaticales en español. pero no son apropiadas
que, según el DRAE ( 1992), • 1t<1b>.jar• es: "1. O<:uµ:.rse en cualquier ejercicio, obrn o rninis1crio. 2. So-
licil<>.r, procurru· e irnenlar alguna cosa con eficac ia, ¡\clivi<l:i<l y cui<la<lo. 3. Aplicarse uno con <k<v~lo:; para las mismas situaciones [sobre todo si además hacemos entrar en
c11ida<lo a Ja ejecución <le algt1rn1 cos<>..• ¿Lll mayo rfa de los hablante.~ <le. e.~panol <liria, <in cmhaqio, j11ego la distinción tú/usted]. En virtud de su competencia comunica-
que e.i::t~ l l(lbai'4.nc.lo?
48 EL LENGl'A.JE El-i LA SOCIEDAD
LA LENGTJA EN LA SOCIEDAD/LA SOC!EDAD E;,N LA. LENGUA 49

liva los hablantes eligen no sólo qué van a decir sino también cómo y Las obsecvaciones sobre el javanés proceden del artículo de Clifforcl Geertz
cuándo decirlo. En el próximo capítulo examinaré algunas de las moti- «Linguistic Eliquette,,, en J ohn Pridc y Janet Holmes (c<ls.), Socioli11gi1is1ics
vaciones que están detrás de la elección de los hablantes. {Hatmondswort.h: Penguin. 1972), pp. 167-179. Ejemplos referentes al lenguaje
«de la suegra" pueden encontrarse en R. M. W. Dixon, The Dyú-bal Language of
Norlh Queensland (Camb1idge: Cambridge Universi ty Press, 1972).
Bibliografía anotada El estudio sobre el gaélico de East Sutherland es de Nancv C. Darían, «Dc-
finíng the Speech Communíty to Includc ils Working Margins,,, en Suzanne
Para una visión de conjunto de los presupuestos teóricos de Ja lingüística Romaine (ed.). Sociolinguistic Varia1io11 in Speech Co111.1111.111ilics (Londres: Ed-
chomskyana puede consultarse el libro de Neil Smith y Deidre Wilson, Modern ward Arnold. 1982). pp. 25-33.
Lingllistics: The Results of Chomsky's l<.evoluiio11 (Harmonclsworth: Penguin, La noción de «competencia comunicativa» se expone en el art ículo de Dell
1979). [Existe tra<lucción española: ÚI lingiiísrica moderna. Los resliltados de la Hymes. uün comnrnnicative competence», en Janet Pride y John Holmes
revolución de Cho1mky, Barcelona, Anagrama, 1983.] (eds.), Sociolinguisrics (Hannondsworth: Penguin, 1972), pp. 269-293.
Los ejemplos tomados de Nueva Bretaña noroccidemal proceden de Wil- El esrndio sobre la inteligibilidad mulUa en Escandinavia se encuentra en
liam Thurston, Processes of Change in the Languages of North- Westem New Bri- e) artículo de Einar Haugen, «Semicomunication: The Language Gap in Scan-
tain (Pacific Linguistics, B-99; CanbeITa: Australian National llniversity, 1987), dinavia>>, publicado por primera vez en 1966 y recogido después en la colec-
Puede encontrarse más información sobre la situación lingüística d~ Papúa- ción editada por Anwar Dil que lleva por tftttlo The Ecolugy o( úmguage: Essays
Nueva Guinea en Stephcn Wunn, Papuan La,.1guages of Oceanía (T~ibinga: by Einar Ha1A.gen (Stanford: Scanforc.1 Univcrsily Pi·ess . 1972), pp. 215-236 .
Gunter Narr Verlag. 1982), y en la colección editada por el Ne\V Gi1inea Area La anécdota sobre el <1cento está tomada <lel libro de Dwight Bolinger, La11-
Languages and La11g~1age Study, 3 vols. (Pacific Linguistics, C-38, 39, 40; Canbe- guage. The Loaded Weapon: Thc Use a11d Abuse o( ú.mguage Today (Londres:
1i-a: Australian Nat.ional University, l 975, 1976, 1977); también en William Fo- Longman, 1980).
ley, The Papi1an Langi1ages o( Ne1v Guinea (Camb1idge: Cétmbridge Univcrsily Se investigan los cumplidos en el trabajo de R. K. Herbert, «Say Thank You
Press, 1986) y en muchos de los trabajos recogidos en Gillian Sankoff, The So- -or Someth.ing», American Specch , 61 (1986), pp. 76-88.
cial Life o{ l.-<mg1A.age (Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 1980). [Para una buena exposición de usos del español ligados a la cultura y por
[En el libro <le Gregorio Salvador. Leng~1a espaiiola y lenguas de Espal'ia, tanto propios de una comunidad de habla véa:;e el anic ulo de Low·des M.iquel
Barcelona, Ariel. 1987 se ofrecen buenos ejemplos de hasta qué punLo tras las y Neus Sans, «El componente cultural: un ingrediente más ele las clases de len-
gua», Cable, 9, 1992. pp. 15-21.]
etiquetas de •<lengua» o «dialecto" se esconden motivaciones extralingüísticas.
El libro de George Lakoff Women, Fire and Dangerous Things: \A/hat C11.1ego-
a veces con resultados pintorescos.]
ries Revea./ about 1he Mi11d (Chic<igo: Universit:y of Chicago Press, 1987), es un
[Para cuestiones referentes a la constitución del español como lengua na-
estudio sobre las relaciones entre categorías cognitivas y lingüísticas. Sobre las
cional, sus relaciones con otras vai-iedades y los problemas ligados a su deno-
implicaciones del ejemplo del esquimal véase John B. Carroll (ed.). Lang11age,
minación en España y América puede consultarse aún con prnvecho el libro de
Though! and Reality: Selected Writings o{ Benjamin Lee Whorf (Cambridge,
Amado Alonso, Caslellano, espa11ol. idioma nacio1wl. Buenos Aires, Losada, Mass.: MIT Press. J956) [traducción española: Lengita, Pensamimro y Rea lidad,
1968 (4.ª ed.).] Barcelona, Barral Ed., 1971]. y Geoffrey Pullum, The Grear Eskimo Voccrbulary
Jack Chambers y Peter Tiudgill propusieron los términos «heteronyrnous» Hoax and 01her lrreverenI Essays on the St~1dy o( Language (Chicago: Urúversity
y «autonomous» («heterónomo» y «autónomo») en su libro Dialeciology (Cam- of Chicago Press, 1991 ).
bridge: Cambridge lJ níversit:y Press, 1980), que constituye llna excelente intro- El ejemplo del hombre que siega el césped está tomado Je! artículo de Rag·
ducción al estudio de los dialccws en el más amplio sentido del término. nar Rommetveit «Ün 'Meanings' of Acts and vVhat is Meant and Made Known
(Existe traducción al español bajo el título La Dialectología, Madrid, Visor Li- by vVhat is Said in a Pluralis1 ic Social World,,, en Michael Brenner (ed.), The
bros, l 994, adapLada y anotada por Bustos Gisberl.] Slruclure o( Action (Oxford: Blackwell, 1980). pp. 108-149.
H~ L. Mencken es el autor de The American Language (A. A. Knopf: Nueva
York, 1919), y Sidney Bake'r de Thc Ausrralian úingr.iage (Melboume: Sun
Books, 1945).
[Llorente Maldonado es quizá el dialectólogo español que más se ha preo-
cupado de delimitar las nociones «lengua>>, «dialecto» y «habla». Véase. por
ejemplo, El lengtraje estándar espai1nl v si1.~ variantes. Salamanca, Instituto de
Ciencias de la Educación de la Universid<1d de Salamanca, 1986. También muy
citíldo es el articulo de Manud Alvac «Hacia los conceptos de lengua, dialecto
V h;1hh1s». Nireva R.evíslo d<' Filnlo¡j11 His17ánica. 15. 1961, J)p. 51-60.1
52 EL LENGUAJE EN LA SOUED,\D

calcula que existen en el mundo entre cuatro y cinco mil lenguas, pero
sólo unos 140 estados. Probablemente la mitad aproximadamente de
la población del mundo es bilingüe, y el bilingüismo está presente en
práclicamente todos los países del mundo (o el multilingüismo. En
lo sucesivo emplearé ambos términos, «bilingüismo» y «multilin-
güismo», indistintamente). En el proceso de formación de nuevos esta-
dos se plantea siempre la cuestión de qué lengua (o qué modalidad de
lengua) se convertirá en lengua nacional, cuestión que hn desembo-
CAPÍTULO 2 cado a menudo en agrias contrnversias. Incluso se da el caso de que en
países con más de una lengua oficial como Canadá (donde son coofi-
ELECCIÓN DE LA LENGUA ciales el francés y el inglés) determinados sectores han tratado de con-
seguir ventajas políticas explotando cuestiones de lealtad lingüística.
Es habitual distinguir entre multilingüismo individual y social,
Entonces toda la tierra tema una misma lengua y unas mismas pala- aunque no siempre la distinción pueda mantenerse con nitidez. Algu-
bras ... Y se dijeron unos a otros ... «Vamos, construyamos una ciudad y nos países, como Canadá, son oficialmente bilingües en francés y en
una torre, cuya cumbre llegue hasta el cielo y nos haga famosos, por si inglés a pesar de que no todos Jos canadienses son bilingües. Hay mu-
tenemos que dispersamos por Ja faz de la tíerra. n Bajó el Señor a ver la
chos más francófonos que aprenden inglés que anglófonos que apren-
ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres. Y el Se-
ñor dijo: «Esle pueblo es uno, pues tienen todos una sola lengua; ... baje- dan francés. [En España existen vatias zonas con bilingüismo social,
mos y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a pero el bilingüismo individual es distinto en unas y en otras: resulta
otros.» Y el Señor los dispersó poi· toda la faz de la tierra, y así dejaron mucho mayor, por ejemplo, en Cataluii.a o en Galicia que en el País
de edificar la ciudad. Por eso se Uamó Babel, porque allí confundió el Se- Vasco.] En otros países, como la India o Papúa-Nueva Guinea, hay un
ñor la lengua de toda Ja tierra. alto grado de bilingüismo individual, de modo que la media es saber
(Génesis, 11: 1-11.) dos o más lenguas. La conexión entre bilingüismo social e individual
resulta Lambién evidente cuando consideramos algunas de las razones
La mayoría de Jas culturas tienen relatos que tratan de explicar el ori- por las que ciertos individuos son o llegan a ser bilingües. Habitual-
gen de la vida y de hacemos ver por qué las cosas son como son en el mente los grupos más poderosos de la sociedad están en condiciones
mundo de hoy. Según el Génesis, la culpa de la diversidad lingüística la de imponer su lengua a los menos poderosos. Si nos fijamos en Finlan-
Luvo la maldición de Babel. Originariamente Lodos los seres humanos dia, por ejemplo, encontramos que los sami (lapones), romaníes y sue-
hablaban la misma lengua. Dios, sin embargo, decidió castigarlos por la cos tienen que aprender finlandés, pero los fineses no tienen que
presunción de la torre y lo hizo obligándoles a hablar lenguas diferentes.
De esta forma el multilingüismo se convirtió en un obstáculo para la coo-
¡Jeración y puso barrerns a toda hazaña humana de alcance universal. La dos los e"pertos). Existen ou·~ variedades que no han llegado al grado de normalización y reconoci-
miento ofirfol de las anteriores pero que. por mouvos diversos, cuentan c()n 1•aledor~s que U'.ac.an de
idea de que el multilingüismo divide, mientras que el monolingüismo es conseguirlo o aumentarlo. Tales vaciedades son el bable (o lliHg11a asturiana), el ,·alenciano (modalidad
un estado normal y deseable, está todavía hoy presenle entre nosotros. del ca1alán llevado al Reino de Valencia) o el ai'3nes ( 1•ariedi!d del gascón habl<td<> en el Valle de Arán).
Más dificil resulta parll los restos de las habl~s aragonesas que aún manLienen cien a vi lali<lad en los"ª"
A pesar de que las corrienles lingüísticas dominantes buscan como lles pirenaicos de Huesca y para las que, fi.iera de Asturias. formaron parle del ;1n1iguo complejo de ha-
ideal metodológico las comunidades de habla monolingües y homogé- blas leonesas.
1i¡;as, de hecho es más normal encontrarse con siluaciones de bilin- t\un concedicudo el estalUIQ de lengua a todas las variedades documenradas en cspal\a. ésta no
entraña ni con mucho en la lista de los 20 paJscs •<lingüfsucamemc mas ricos• que Cita J. C. Moreno
¡~üismo y multilingüismo como las descritas en e1 capítulo 1 para la Cabrera, lisia que em.:abez" Papúa-Nueva Gc1inea con 894 lcnguas y ciemi la República Ce.i11roafrican~
Nueva Bretaña ooroccidental [o como la que se da en España, donde con 105. El único pais de h•bla cspanola presente en1re Jos 20 '" México, que ocupa la sexta posición,
;ti menos cuatro lenguas gozan de pleno reconocimiento oficial]. 1 Se con 241 lengua.!'.
Son precisamente la< lenguas indígenas l• s rcspon;ables princip• les del bili ngú ism() o el mul!ilin·
guismo pre.seme en muchos p aises de !~1 Aménca 1-Uspana, como Boli,•i•, donde a)áS de la mirad d" la
población habla el que.chua o el 11imara. o como en Parag11ay. donde falta poco parn que la totalidad ele
Se u·ata del ¡:allego. el vasco (o euskera o cusk~ra). el ca1alán y el esp;1ñol (o c;is1ella110) (como IH pohlrn..:ic".>11 1.:11110·1 (·,1 ,.¡ gu:1r::\ni.
~·-.. . . :d·ild<l, las opriont.'=' 1mida-c; por o no son cquiva)e1ue..; para to<lc\....:; Jos h~hkin1c.." .\' nl "iquk·ra p~1ra 11~
ELECCJÓ~ DE LA LENGUA 53 54 El LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

aprender ninguna de esas lenguas. De la misma forma en Gran Bre- Sería ingenuo, sin embargo, suponer que los países bilingües se crea-
Laña el niño inglés no tiene que aprender panjabí (penyabí) o galés, ron para promover el bilingüismo y no para garantizar los derechos le-
pero se espera que los hablantes de estas lenguas sí aprendan inglés. gales de las distintas lenguas que conviven en el seno de una misma so-
En Papúa-Nueva Guinea, y como legado de Ja época colonial, es nor- ciedad. Si hacemos una distinción entre bilingüismo de iure y bilin-
mal la educación en inglés. Los canadienses anglófonos ele clase media güismo de facto, suele haber menos individuos bilingües en los estados
que inscriben a sus hijos en programas de inmersión en francés no tie- bilingües de iure que en los que lo son de facto. Un buen ejemplo es
nen, sin embargo, ninguna obligación ele obrar asf, y si lo hacen es por Suiza, donde existe unilingüismo territorial bajo un multilingüisrno fe-
dar a sus hijos una formación más rica y porque creen que es una ven- deral. De los veintiséis canlones, veinLidós son oficialmente monolin-
taja conocer otra lengua. gües. El poder económico y político está sobre todo en manos de los
En Europa ha sido habitual que las diíerencias de lengua se hayan hablantes de alemán. En un estudio hecho para investigar los proble-
asociado con territorios bien definidos y, más tare.le, con los estados mas de los no gennanohab]antes a nivel federal se pone de manifiesto
que han ocupado esos Lerritorios. Lengua y nación coinciden. A causa que los hablantes de las demás lenguas se consideran en desventaja.
de esta identificación entre entidad nacional e integridad lingüística, Sólo los que hablaban alemán consideraban que tener ésta como len-
se ha tendido a limitar la heterogeneidad a las fronteras, convirtién- gua madre es irrelevante para situarse en sociedad.
dola así en local y periférica: véase el ejemplo de los vascos, reparlidos En todas las comunidades multilingües los habJanres pasan de una
entre España y Francia, y de la "franja céllica», a caballo entre las Islas lengua o variedad a otra como los hablantes monolingües cambian de
Británicas y Francia. De esta forma, veinticinco de los treinla y seis estilo. La elección de una lengua u otra no es arbitraria y no todas las
países europeos son oficialmente unilingües. En la mayor parle e.le comunidades de habla siguen en esto las mismas reglas. Al hacer la se-
ellos, sin embargo, hay minorías (autóctonas y no autóctonas) cuyas lección los hablantes realizan lo que poddamos llamar «actos de iden-
lenguas no tienen los mismos derechos que las lenguas oficiales. La tidad», de modo que eligen los grupos con los que desean identificarse.
marginación de la lengua y la cultura de las minorías europeas puede El propósito de este capítulo es examinar los motivos para la elección
ser considerada una forma de «colonialismo interno». Algunos Ungüis- en diferentes sociedades. ·
Las y Lratadistas políticos han acuñado el término «Cuarlo Mundo»
para reíet"irse a esas minorías autócLonas desposeídas que han que-
dado encapsuladas en el interior de alguno de los estados modernos o Multilingüismo social
repartidas entre dos o más de ellos, por ejemplo los pueblos sami e
inuí (inuit) de la región ártica. Son pueblos que no rienen su propio es- El primer paso para comprender qué opciones rienen a su alcance
tado, pero que se ven a sí mismos étnica y hngüísticamente distintos los hablantes es averiguar qué lenguas o variedades pueden elegir en
de la población mayoritaria de los países donde viven. un conlexto social determinado. Y aquí contexto puede enrenderse en
Incluso en países donde las lenguas minoritarias gozan de recono- su sentido más amplio (variedades disponibles, oficialmenle o no, den-
cimiento para determinados propósitos, varia en la pr{lctica el signifi- Lro de un estado como Canadá) o en un sentido muy restringido: varie-
cado que esto Liene. Con «lengua minoritaria» me refiero a la que dades disponibles para una ocasión particular, por ejemplo, para hace1·
cuenta con un número relativamente pequei'io de hablantes que viven compras en un mercado urbano de Etiopía. Las fonnas en que se ha
dentro del dominio de olra lengua más exlcndida, cuyo conocimiento abordado la distribución de las variedades en el seno de una determi-
~;uele ser necesario para participar plenamenle en la vida social. Los nada sociedad reflejan precisamente esas diferentes perspectivas.
:;uecos de Finlandia son probablemente el grupo rninorilario que goza
de mejor prnlección legal en el mundo. Le siguen las lenguas minorita-
r·i;:is que Lienen derechos más limitados (a menudo ten-itoriaJmente). demás lenguas .ospa1iolas serán también oficiales en sus re..pecl1va5 cOmllnidades autónomas de
acuerdo con sus estatutos f....).º De modo que, rnien trns el castellano o cspailol ··-)' .vo en est" denomi-
Es el caso de Canadá, donde cierlas provincias son oficialmente bilin- nación empie>.a la polcmíca: no es casu.;i.l la fo1mulación «el ca~tellano es 1:1 lengua esparioln ...• - es
gües y otras, como Ontario {donde radica la capital del estado), no. 2 oficial ~n roda Españ~. -01ra' lenguas (el c.ialán. el g;>.llego. el vasco.. ) lo >on en sus re<f'<?Cti\'OS 1eni10-
ri<is. Pero el c<intcnido y repercusione.~ de t~I ofici;ui<la<l o coofi6.~lic\ad ha ~ido y es motivo constante
de discrep.,nci~s, sobre todo por el reílejo qoe puede toener en la organiwción del .;isrema oducaliYO. De
2. F.11 E<p;!.ñ :I el ~niculo 3 ele I~. Con$tit11uón e~t11blccL' cwe .,J. E: ~ :1~tdl¡ino ~~ l:i l~n~t1:1 e.~pa­ h<?cho ¿st:1 ufrccc difcrcnci:o.s notabl<!.~ en .::.da una di; la~ comunidades bilingües. como veremos en el
,,~ 11.~ e 1( wi:1I 1 li·I n-..1:1d11
·rodo ... li ,.., t•,.;,p~11-111li;·:-: 1i1•n1.:I) d drlJc 1· de: l 1)1 H ll l'rt1 y d 1 ll'l\.'\.·ho tk l l!'-:1rl:1. 2' r .. 1~.
0
L'rtf)ilulo 7.
ELECC[ÓN DE LA LENGUA 55 56 EL LENGUAJE El'\ LA SOCIEDAD

La mayor parte de los estudios sobre biligüismo social han tomado hasta 1941 los censos canadienses definían (<lengua madre» como la
el estado como punto de. referencia y han recLtrrido a los datos de Jos lengua que se aprendió en primer luga1- y que se habla todavía; sin em-
censos para determinar su cornposición lingüística. Hay que recordar, bargo, de 1941 a 1976 se tenía por taJ la lengua que se aprendió en pri-
sin embargo, que los proyectos a gran escala y las estadísticas censales mer lugar y que se entiende todavía, siguiendo así la definición de len-
ofrecen una perspectiva sobre el uso del lenguaje muy diferente de la gua madre dada en la Official Language Act [Ley de la Lengua Oficial]
proporcionada por el estudio detallado de casos concretos. Una varie- de 1969. Este cambio de definición dificulta en buena medida la com-
dad se considerará o no lengua minoritaria según la escala a la que se paración lineal de estadísticas.
haga la observación y el contexto soci.al en que se use. Más profundo fue el cambio dE' definición del concepto «lengua
Lis investigaciones sobre rnultilingüismo basadas en las estadísti- madre)> aplicado a los inmigrantes de la segunda generación en Esta-
cas de los censos trnpiezan con muchas dificultades. Para empezar, pe- dos Unidos. En 1910 y 1920 la segunda generación fue clasificada por
san restricciones diversas sobre los tipos de preguntas que en ellos la lengua madre del progenitor que hubiera nacido en el extranjero. En
pueden hacerse acerca del bilingüismo. Un censo está st1jeto a limita- 1940, sin embargo, se consideró lengua madre la hablada en casa
ciones de tiempo y dinero, por lo que muchas facetas del bilingüismo desde la primera infancia. Consecuentemente, en los primeros censos
como la intensidad de las intei-ferencias entre lenguas, los cambios de ningún individuo de la segunda generación tenía oficialmente el inglés
una a otra, ele., no se pueden investigar con un mínimo de detalle. como lengua materna, a menos que fuera ya la lengua de sus padres
Pero, por otra parte, este tipo de panorámicas amplias puede propor- antes de que emigraran a Estados Unidos.
cionar datos sobre bilingüismo para secto1·es de población mucho más Al igual que ocurría con «lengua» y «dialecto», «lengua madre» no
extensos que los que un lingüista o un equipo pueden abarcar en toda es un término Lécn.ico y su uso plantea muchos problemas. En ·u'no- de
una vida. En los casos de bilingüismo de iure, es necesario conocer la sus sentidos, evoca en la gente la figura de la mad1·e como la deposita-
concentración demográfica de las minorías étnicas a la hora de aplicar ria pasiva de la lengua, encargada de transmitüfa a sus hijos. Sin em-
las leyes. Sin esa infon1rnción en Canadá, por ejemplo, no puede do- bargo en algunas comun.i.d;:ides son los padres los que se ocupan de esa
tarse a los llamados «distritos bilingües» de los ser·vicios en francés y transmisión. Así ocurre, por ejemplo, en la región de Vaupés de Co-
en inglés que las leyes les conceden. lombia y Brasil, donde los grupos son patrilineales y la primera lengua
Un problema muy importante en estudios de este tipo ya fue to- de cada pe1-sona es la del padre. Puesto que los matrimonios son exo-
cado en el capítulo 1 cuando observé que en Nueva Bretaña norocci- gámicos, una persona puede buscar pareja en un grupo que no hable
dent.al -corno en otras pat·tes- no siempre es fácil decidir quién ha- su misma lengua ni una lengua <(hermana». Maridos y mujeres seco-
bla o no una determinada lengua. 3 Las afirmaciones al respecto de los munican por medjo de un dual-lingüismo semejante al que vimos en
propios sujetos pueden verse afectadas por factores como el prestigio, Nueva Bretaña. Los hijos pueden llegar a hablar con fluidez ambas
la pertenencia étnica, la afiliación política, etc. E incluso cuando esos lenguas, pero considcrnn que su lengua es la del padre.
factores tienen poca presencia, puede suceder que el que hace las pre- El término «lengua madre» aparece usado en un documento de la
guntas y el que las contesta no tengan las mismas ideas sobre el signi- UNESCO de 1953, ampliamente citado y muy influyente, en el que se
ficado de «lengua madre», «lengua usada en casa,,, etc., máxime si te- defienden las ventajas de LUla educación vernácula. En él se dice que:
nemos en cuenta que ní los Ungüistas se ponen de acuerdo a la hora de
definir el bilingüismo. Generalmente los censos no recogen el hecho En el teneno educativo recomendamos que el uso de la lengua ma-
de que un individuo puede tener más de una «lengua madre,,, o de que dre se prolongue tanto como sea posible. Los alumnos deberían iniciar
la lengua aprendida primero puede no ser la que mejor se domina. Así, su escolarización en la lengua madre porque la entienden mejor y por-
que comenzar su vida escolar en la lengua madre mit.igará Ja ruptura en-
tre la casa y la escuela.
3. Rccuórclesc. como C<•SO c.'tremo, que Pedro de Yríz.ar. en su re<:uenco ele hablantes v~scos,
,·onsider(' vnscófo.nos a los que \i:san eJ \1asc.o co11'1(l lengua única. a los biHngties, aunque no usen d
\':\ ....Lo como primcr<i lengua, a los. que lo lrnblan>n E'll su jll\ entu<l, aunque lo hayan perdido más o me- El mismo término puede encontra1·se también en otros textos lega-
th1". ~'los que lo <-':;t~i11 ~1p1·c11diem.lo. a los que dicen enlen{lcrlo ).: a los aiflos c.n que el inlen:!s de los pa- les importantes, por ejemplo en la Directiva del Consejo de Europa de
1t1 '-'" h.h'~ ¡)l'\'!'-\111\11' • 1Hv l(• :1\'''l'.nl_l~rfln. E.n cuanLQ Olro :nvl!s1;g:a.dor plan lee ei\ige.ncias n1~yorc.s e.n un
¡•nu1o" '•1111, '-.!Ul~lt.'11! L\·, dt·.1 n·p:llh'f:tli. que: Pl\L'dcn llegar h&\:;l:.' la polémica :lgri.::i .si cr rc;cucnlo lk·nL'.
1977 sobre lo educación de los hijos de los ernigranLes (Bruselas
• l lll 14' ',l 11'1°d,. , l l IC~ ·1 u\• 1. 1. \ 1·1 " .• ' 11" 11 •i 11'' 11' ~1 il ll" :1.... ' 77/486/EEC). En ella se insta a los estados miembros a «tomar las me-
ELECCIÓJ'\ DE .LA LENGUA 57 58 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

didas necesarias para promover el aprendizaje de la lengua madre y de es intensa la iivalidad entre los hablantes de hindi, que tiene estatuto
la cultw·a del país ele origen de los emigrantes y también, como parte de lengua nacional en sustitución del inglés, y los hablantes de otras
ele la educación obligatoria y gratuita, a ensei'\ar una o más <le las len· lenguas regionales, como el panjabf y el urdu. Las tres lenguas están
guas oficiales del país anfitrión». estrechamente emparentadas y en la mayoría de las variedades son
Cuando varios grupos minoritarios luchan por la llamada «ense- mutuamente inteligibles, pero usan diferentes sistemas de escritura.
ñanza de la lengua mad1·e,,, Ja cuestión de determinar cuál es en cada Después de la independencia los líderes hindihablantes <lefen<lieron
caso Ja Jengua madre resulta fundamental, puesto que de la respuesla que el urdu y el panjabí eran dialectos de] hindi, mientras que algunos
depende en qué lengua tiene cada cual derecho a ser educado. En Gran grupos sijs reclamaban un estado panjabí Jingüísticamenle homogé-
Bretaña. por ejemplo, los hablantes paquistan.íes ele panjabí reclama- neo. De resultas de este antagonismo las autoridades censales abando-
rán el urdu (o urdú), lengua nacional de Paquistán, como su lengua naron en 1951 la tabulación separada <le las tres lenguas antes citadas
madre, en lugar del panjabí, que se usa pma hablar en casa. Por razo- y todos los hablantes indostánicos füeron contados como un grupo
nes religiosas el urdu es también un punto de confluencia para mu- único, lo cual fue aprovechado por los defensores del hindi para pro-
chos paquistaníes, mientras que el panjabí no lo es. Sin embargo los clamar que la suma total de esas tres lenguas reílejaba fielmente el nú-
s\js de Gran Brelaña dirán que su lengua madre es el panjabí y aduci· mero de hablantes <lel «hindi». Las respuestas a los censos, pues, no
r·án las mi.srnas razones. Para ellos es la lengua de la casa, pero tam· son una base fiable para obtener el perfil sociolingüístico de un país
bién la lengua pública. Al ser la lengua del estado de Panjab (o Pun- como la India, desde el momento en que esas respuestas pueden estar
jab), tieoe una evidente importancia en la India y para Jos sijs una deformadas hacia arriba o hacia abajo por el nacionalismo, la solidari-
especial relevancia religiosa. Con frecuencia un grupo étnico es consi- dad con el grupo o el prestigio.
derndo minoría lingüística sobre la base de su lengua madre. A algu- Incluso en naciones con menor incidencia del multilingüismo
nos miembros de algunos grupos minodta1ios, por ejemplo los antilla- puede haber problemas de definición a la hora de decidir qué cuenta
nos que viven en Gran Bretaña, les gustaría que las variedades del crio- como lengua y qué como dialecto. En Francia, por ejemplo, el término
llo que hablan se consideraran una lengua y que tal lengua fuera «bilingüe» se aplica habitualmente sólo a personas que manejan dos
reconocida como su lengua rnaclre. La idea de que tener lengua propia lenguas nacionales, de modo que un francés que hable brerón y fran-
es un requisito de etnicidad puede ser usada por los estados y su po- cés no será considerado bilingüe, puesto q ue el bretón es una variedad
blación dominante para rechazar las demandas de estatuto especial de de bajo estatus considerada más un «patois» que una lengua. 4
cualquier gn1po que haya cambiado su lengua nativa por la lengua de Es frecuente que en muchos lugares del mundo exista una baja
la mayoría. Trararé de algunas de estas implicaciones prácticas en el conciencia lingüística, y que ciertos grupos no tengan para aquello que
capítulo 7. hablan otra denominación que «nuestra lengua», lo cual no les impide
Al interpretar las estadísticas censa1es topamos de nuevo con el considerarla distinta de la de sus vecinos. El pueblo gitksan de la Co-
prnblerna lengua/dialecto. Por t·egla general los censos se imeresan por lumbia Británica (Canadá), no tiene un nombre fijo para su lengua, di-
las lenguas, no por los dialectos, aunque no se trata, como vimos en el ferente, sin embargo, de otras variedades como el nisgha y el chime-
capítulo l. <le términos técnicos desde el punto de vista lingüístico. En siano (tsimshian). Los gitksan por lo general se refieren a su propia
la India, por ejemplo, el maitilí (maithili) fue citado como su lengua lengua como sim'algax («la real o verdadera lengua»), pero los que ha-
madre por más de 6 millones de personas en el censo de 1971. Esta va- blan nisgha o chimesiano hacen lo mismo. Lingüísticamente las tres
riedad tiene escritura propia y tradición literaria, pero debido a la can· · ·variedades podrían adscribirse a la misma lengua, pero sus hablantes
tidad ele préstamos léxicos del hindi (o hindí) se considera un dialecto constituyen, desde el punto de vista étnico y social, unidades separa-
de éste. En el estado de Madrás, los hablante~ de sournshtra pidieron das, dentro de las cuales existen normas y patrones distintos en rela-
al gobierno que la instrucción primaria se hiciera en su propia lengua, ción con Ja lengua. Tanto los funcionarios de emigracíón como el
pero se denegó la petición alegc.ndo que no se trataba de una lengua
sino de un dialecto. Resulta interesante comprobar que el sourashtra
f"igura enrre las lenguas de la India en el censo de 1950, pero en 1960 se 4. Y en España muchos .~umarán a los hablames <le catalán los que usan la vadeda<l <le Valencia
l·L1sifica corno 1111 dialecto del guyaratí (gujarati). y a los hablantes <le portugué.< los que se expresan en gallego. mie111r;1s que 01ros cunsi<lernrin que ~e
1rala <le cuatro lenguas diferentes, Cl..-o que esta úliima poslurq no c·s precisarncme la más <lefcndi<la
Di~¡>L1L1' li11¡·i·1í-.;I ¡,·;,.-; dv csL;1 cl;1se son habi1uale-s en la India, como por los p1·ofo...;io11¡\ICS de. h\ lingl\íslica.
ELECCIÓN DE LA LENGUA 59 60 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

CUADRO 2. 1. flablmlles de irlandés segtín las estadísiicas de los censos Sin embargo, cuando se examinan más detenidamente los datos,
(porcentaje.~ sobre Ja población toral) vemos que entre los hablantes de irlandés se han ido incluyendo no
.41io del censo Personas que hablan sólo irlandi.s Towl de lw.blo.111es de irlandés sólo las personas, en número siempre decreciente, que lo hablan corno
lengua nativa sino también aquellas que en realidad henen el inglés
!851 4,9 23,3 como primera lengua y que, en su mayor parte, manejan el irlandés de
1901 0,5 14.4 forma poco fluida y a durns penas encuentran ocasiones para usarlo.
1971 28,3
1981 31.6 El censo de 1926 intentó distinguir dentro de los hablantes de irlandés
los que lo tenían como lengua nativa y los que lo hablaban como se-
F11c11lc: R. Hinilley, Tlie Deflll1 o{ lrish: A Q1-1alified Ob1l11a1~· (Lon<lre;;, 1990), l 9, 23. gunda lengua, pero terminaron por contarlos a Lodos como hablantes
de irlandés, sin ningún Lipo de especificación. Con el paso de los años
las cifras de los censos se han ido haciendo progresivamente engaño-
sas. A efectos prácticos ello es irrelevante: ningún organismo estatal de
censo de 1910 registraron en Estados Unidos algunas respuestas extra- planificación lingüística utiliza tales cifras como guía para su política,
ñas, al menos en apariencia, al preguntar a los campesinos proceden- como queda patente en el caso de Canadá, por ejemplo, pero este
tes del sudeste de Europa qué lengua hablaban. En efecto, miles de mismo hecho revela que no son un diagnóstico fiable para determinar
personas dijernn hablar «eslavo» y otras variedades inexistentes o mal la probabilidad de supervivencia de una lengua entre sus propios usua-
denominadas desde un punto de vista estrictamente lingüístico. rios nativos.
Dados todos estos problemas, es difícil saber qué pregunlar. Algu- Desde la fundación en 1893 de la Gaelic League [Liga Gaélica], que
nos censos, por ejemplo, preguntan: «¿Qué lengua usa en casa con más reivindicaba el reconocimiento del irlandés, la posición de esta lengu a
frecuencia?» En Escocia, en el censo de 1961, trataron de averiguar se ha transformado, aunque no siempre en total beneficio del irlandés
quién hablaba sólo gaélico y quién gaélico e inglés. Qué se entendía. o de sus hablantes nativos. El irlandés ha continuado languideciend o
por «hablar gaélico» se dejó al criterio del encuestado. Como vimos en como lengua propia de un campesinado rural situado en áreas bien de-
el capítulo 1, en muchos lugares de Escocia, donde el gaélico escocés finidas geográficamente, en su mayor parle pertenecientes a la cos ta
está desapareciendo, puede no estar claro para los miembros de la co- oeste. El irlandés, sin emba1·go, se convirtió en un componente i.mpor-
munidad quién es o no es un hablante solvente, puesto que personas tante de la ideología del Irish Free State [Estado [rJandés Librel. es ta-
que muestran un dominio de la lengua mLty limitado a la hora de pro- blecido en 1922: fue orgullosamenLe proclamado lengua nacional por
ducir mensajes tienen, sin embargo, la competencia comunicativa su- la nueva constitución y comenzó a usarse en la escuela (a veces de ma-
ficiente como para integrarse en la comunidad de habla gaélica. nera obligatoria) bien' como asignatura en sí misma bien como medio
Tampoco está claro cuál es el estatuto de los hablantes que eslán para estudiar otras materias. Pronto tendió a considerarse que quien
representados en las estadísticas censales'. Si echamos un vistazo, por había recibido enseñanzas ele idandés en la escuela era capaz de ha-
ejemplo, a los resultados de los censos irlandeses del último siglo y me- blarlo. Por la época en que se hizo el ce11so de 1971 se estaba llevando
dio que figuran resumidos en el cuadro 2.1, vemos que el irlandés ex- a cabo una investigación sobre actitudes hacia el irlandés, y el equipo
perimenta un claro retroceso en la segunda mitad del x1x, pero que en decidió indagar en las cifras del censo, puesto que era bien sabido que
1971 resurge con foerza, de modo que el 28,3 % de la población dice no podían existir setecientos y pico rni.l hablantes de irlandés. Se des-
hablarlo. Eslo supone nn incremento de casi un cuarto de millón de cubrió que el 28 % t'eílejado en el censo representaba en realidad a las
hablantes en una década. Las cifras representan a los adultos y a los personas que apoyaban firmemente la lengua. De hecho sólo un nú-
menores de edad que según el cabeza de familia son capaces de hablar mero muy pequeño de irlandeses estaba dispuesto a expresar ac titudes
irlandés. En 1981 podríamos tener la tentación de concluir que los in- negativas hacia el iTlandés. La cifra «real» de hablantes ele irlandés
tcnlos de reavivar e1 irlandés han dado la vuelta al enorme declive su- corno primera lengua se estimó en un 2 % aproximadamente, tomando
frido por esla lengua en los cien años anteri.ores, puesto que, pese a la como base los datos del censo de 1971. Los demás lo ten (an como se-
emigración masiva propia de los años en que se hicieron las entrevis- gunda lengua. Éstos, sin embargo, son un sector no representativo,
l:1s, los q11c h:1hl:111 i1l11Hló:; constituyen casi una tercera parte del total aunque iníluyente, de b sociedad irlandesa culta. Fuera de los distri tos
v v;1si 1111;1 li'r1·1·1:1 ¡1:11lt'111:i~; c.k \ns qt11.: lo hablaban en 18:'i1. en que ~e habla como lengua nativa, el uso fluido del irhlndés consti-
ELECCIÓN DE LA LENGUA 61 62 EL Ll::NG UAJE EN LA S OC IEDAD

tuye u n indi cador bastante fiable de pertenencia a la clase media, rado «Capaz» (de hablar) para los propósitos del censo cualquier p er-
mientras la clase obrera lo ignora. Los n uevos bilingües no constituyen sona que pueda mantener una conversación sencilla sobre temas nor-
una comunid ad de habla, sino que forman parte de una red de relacio- males en tagalo, inglés o español. En olros casos, como el censo israelí
nes (network) básicamente urbana y de clase media, y sólo de un pe- de 1948, se pregun taba qué lenguas se usan y no qué lenguas se saben.
queño número de ellos es esperable que transmitan la lengua a Las nue- La frecuencia con que los encuestados decían hablar hebreo resultó
vas generaciones. Como deda una persona idandesa, «aunque todos exagerada probab lemen te aquí también, lo mismo que ocurría en Ir-
estamos a favor del irlandés como estamos a fovor de los precios bajos landa, debido al orgullo patriótico típico de los primeros a ños de vida
en los autobuses, a favor del cielo o a favor de la bueoa vida, nadie está de la nueva nación . La cuestión de si una persona usa· o no usa una
dispuesto a hacer un esfuerzon.5 La clase rnedia u rbana puede, por así lengua hay que verla también dentrn de un contexto, puesto que se
d ecirlo, cos lear·se el Lujo de usar el irlandés , puesto que están cómoda- usan lenguas y variedades diferentes para cosas diferentes. Pero los de-
mente instalaJos en su estatuto de J1abJantes de inglés, pero es este talles referidos a es ta clase d e información surgen generalme nte de un
mismo grupo el que antes se quitaba d e encima el Lastre del irlandés en tipo distinto de estudios.6
un esfuerzo por obtener seguridad socioeconómica en una época
en que nadie lo hablaba.
Una estimación más recieme, basada cr1 informes sobre uúmero de Dorrúnios
becas conced idas a escolares por el hecho de ser h ablantes nativos,
llega a la conclus ió n de que los hablantes de irlandés que viven en co- En una investigación sobre La comunidad puertorriqueña d e Nueva
mun idades con suficiente apego a esta lengua como para velar por que Yor k un equipo de socioling üistas confeccionó una lista de cinco «do-
la generación siguiente la use e n casa surnan la pobre cifra de 8.75 1 minios» , en los cuales se usaba de manera consistente bien el español
pe rsonas. Incluso en es te caso, sin embargo, res ul taba difícil para un bien el inglés. Los dominios, establecidos mediante observación y en-
extra ño obteuer datos fiables , puesto que en las escuelas se recibían trevistas, fueron los siguientes: familia. amigos, religión, trabajo y edu-
con suspicacia Las preguntas ace rca de la extensión e n ellas del irlan· cación. Esos dominios servían a Los hablantes como puntos de anclaje
dés, por miedo a perdcc becas y subvenciones. De hecho en los ptime- de los sistemas de valores vinc ulados al uso del españo l por contraste
ros arios algunos inspectores habían concedido b ecas a d eterminadas con el inglés. El «dominio» es una abstracción referida a toda una ~
famili as simplem e nte por el grado de pobreza en que vivían. Resulta, fera de acüvidad~s en que se combinan tiempos, lugares y papeles so-
en definitiva, que mieotras Irlanda es el único país europeo que ha de- ciales es·pecfficos. Los investigadores mencionados trataron de probar
clarado o ficialmente como lengua principal una lengua minoritaria, es
también el único miembro de la Comunidad Europea que no necesita
traducción de los documentos comuni tarios a la que constitucional- 6. Pese al multilingil1sm o e~istente en Espnña y al inc~rés poliLico de los <la10; que poclrlan oble-
mente es su primera lengua oficial , Lo cual cons ti tuye un indicio claro acrsc, les censos y p oc.lroncs oficiales de població n aplicados ¡>0r las i n.~iitucio nes del Estado sólo de
forma 1 ~rdfo y en algunas comnnidades han cmpe1.a<lo a incluir p regun tas sobre la lengua o lcngu;1;¡
del estatuto meramente ceremonial y simbólico d el irlandés. La lengua u;adas por los ciudadanos. ton cfecro, h ay que cspcrM al padrón de 1986 p a1-a enconlrar cuestiones de
nativa de la mayor parte de la gente de I rlanda es el inglés. este tipO referidas a las islas Oalcare,;, Comunidad Valenciana, País Vasco y Nava na. Para Ca1alurla .va
Fácilme n te podemos ver los problemas que plantea la falta de espe· exi$tlan <:n el cemo d e 1981 , pero para Galicia ni siqu iera e n el de 1986 se ind11yen. En ~onsecuencia,
much us de l"s ci[r.n manejadas h asi.a :-hora procetlcn de fuentes dil'ersas, J esd" investig11dones parti-
cificación, habitual en los cen sos, sobre el grado de bilingüismo. La culares hasta encuesias más o m"nos ofidalcs promovidas por organi~inos au1on6micos como el lnsli-
rregunta que durante años se hizo en Canadá [i.1e simplemente ésta: tul de Sociol ingui~la Cntabna o el lns titut<J Galcgo de Estalfstlca. Ello ha acentuado la disparidad de
(c¿Sabe usted hablar francés/inglés? » En el censo de las Islas Filipinas las cifras.
Por lo que respecra al tipo e.le preguntas re~Uzadas. en Cataluña, Comunidad Valenciana _y Balea ·
de l 960 se especificaba con un criterio conversacional: será conside- res sólo se pedía a los ciudac.lanos qu~ se clasificaran a si mi.smos en una de estas cuarro ca1egoóas e.n
relación con la lengua implicada: n o la entiende; sólo la entiende; la habla; la escribe. En el PMs Vasco
y Nava1rn las ca1egorfa.s para la au toadscripción er:in diferentes: Eusk.o./dwie:; (capaces de entender)'
h:iblar va.seo, cun Lres snbcategorlas). Cuasi-Euskáldw1es (con ;ilguna compe1enci~ activa o pasiva,
l·l3ce "" c~.s1 JO años Rona scf1<>ló una ac1i1ud r;irec1da en Pai·aguay <:011 respecto al guarnni. también con u·es subapartados) y C.rda/duues (con ning(in conoc•mlenlO de la lengua vasca). Las r~s­
'"'•/.'.11~1in<llgcna que con'''"" c:on el espof'iol en ese pais. Son llll!Chos los qL1e <lefíenden su idolleidad p11eslas sobre el vasco se complementaron con dos añl'clic.los impona ntes: a) Una e11cuesta externa so-
11>1\m lengtrn de l·uh url\ v b colwerHenci.a de Slr.l des:-ln oli o. pero no mlle\'ell un dedo para L"Qn...;cguido y bre las habilidades lingüísticl'ls reales. que detectó Lin ci~no grado de exag.,rac1ó11 en el apartado se-
, no 11111<.: h¡¡ frec uencia, t1unque sean biJingües, 1vcw·n:n aJ cspatil)) µ;un los te 1nas que conllevan \JT.\a gundo, el de los Cua;¡1-Eusk.aldu nes. b} U11a pregunta sobre la lengua en que se aprendió a h:ib)!ll". es de-
' l\'l t.l difi<:ultacl (.) rarrt ~as funcio nes de niá.~ pre:::.s lig}o. cí1·, ...:;obre l.\ k·ngua n)al1trna del Sl\ic.:tn.
ELECCIÓN DE LA LENGlJA 63 64 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

su hipótesis de que cada dominio acarreaba expectativas distintas con en Irlanda, por ejemplo, se requiere saber irlandés. 7 En varios otros las
respecto al uso del español o del inglés. expectativas de conocimiento de una segunda lengua se extiende a las
Tras construir conversaciones hipotéticas que diferían ya en el tipo personas cultivadas en general, como ocurre probablemente en todos
de interlocutores, ya en el lugar en que se situaban o en el tema, se ma- los países eurnpeos. Ello era aún más acusado en épocas pa.sadas de
nipuló cada una de estas variables para determinar en qué medida la determinados lugares como la Rusia prerrevolucionaria, donde habla-
configuración resultante era percibida como congruente o incon- ban francés todos los individuos cultos y refinados. El griego y el latín
gruente. Por ejemplo, una configuración altamente congruente sería han gozado también de gran prestigio como segundas lenguas de las
una conversación con un cura, en la iglesia, ace1·ca de cómo ser un personas de cultura. Como sucede con el acento, el prestigio de una
buen cristiano. En cambio sería altamente incongruente una discusión lengua está en función del poder que se perciba en quienes la hablan.
con una persona que trabaja para mí. en la playa, sobre cómo ser un Una persona puede aprender también otra lengua por razones religio-
buen hijo o una buena híja. sas: son muchos los hijos de las minorías musulmanas de Gran Bre-
A las personas entrevistadas se les pidió que se imaginaran en una taña que reciben en árabe su formación religiosa.
situación hipotética en que se les daban dos de los tres componentes Debido a que las presiones pueden operar en distintos sentidos, no
citados del contexto conversacional. Por ejemplo, que se imaginaran es posible predecir con absoluta certeza qué lengua usará un individuo
hablando con alguien en su ámbito laboral acerca de cómo hacer me- en una situación determinada. Para tratar de dar cuenta de las eleccio-
jor el trabajo. Luego se les preguntaba quién podría ser verosímil- nes hechas por los hablames de buang en Papúa-Nueva Guinea pode-
mente ese alguien y qué lengua emplearían. Las respuestas proporcio- mos nacer uso de un modelo que tenga en cuenta una serie de varia-
nadas tendieron a ser congruences en cualquiera de los domi.nios, bles sociales y situacionales como formalidad, interlocutor, etc. Los
como consistente era también la lengua elegida. El dominio más vero- hablantes pueden elegir entre tres lenguas: buang, yabem y tok pisin.
símil para el uso del español resultó ser el familiar; seguido por el ele La figura 2.1 mLLestra los factores que sirven para definir cierto tipo de
los amigos, la religión, el trabajo y la educación. situaciones y las lenguas que en ellas suelen ser aceptables, apropiadas
Un estudio anterior sobre bílingües en japonés e inglés residentes y verosímiles.
en Estados Unidos reveló componamientos similares, aunque en él no Consideraré a continuación cómo las elecciones hechas en el plano
se utilizan especííü:amenle los conceptos de dominio o de congruen- individual pueden Uegar a institucionalizarse <!.. n_iyel social en comuni.-
cia. Se manejaron tres variables: tema, oyente y lengua. Pues bien, la dades donde el bilingüismo está ampliamerrfé-extendida·:
fluidez del habla se rompía cuando los sujetos tenían que hablar en in-
glés sobre temas japoneses con interlocutores japoneses. Había más
vacilaciones, la sintaxis sufría desviaciones y aparecían préstamos de Diglosia
palabras japonesas en inglés, todo ello Eruto de no respetar la regla de
coocurrencia que prescribe e1 uso del japonés para hablar con japone- Ocurre con frecuencia que cada lengua o va1iedad de las presentes
ses sobre temas propios del Japón. Estos hallazgos lienen importantes en una comunidad multilingüe se especializa en una detenninada [un-
consecuencias para medir el grado de competencia en las diversas len- ción y sirve para propósitos espccfficos. Esta situación recibe el nom-
guas: si las pruebas rompen las expectativas contextuales que el domi- bre de «diglosia». Como ejemplo pueden aducirse países en que se ha-
nio hace esperar congruentemente, la competencia del bilingüe puede bla árabe como Egipto, donde la lengua usada en casa puede muy bien
verse deteriorada (véase el capítulo 7). ser una versión local del árabe, mientras que la que tiene reconoci-
En cada dominio puede haber presi.ones de varios tipos (económi- miento público es el árabe estándar moderno, muchas de cuyas pres-
cas, administrativas, culturales, políticas, religiosas, etc.) que inclinan cripciones normativas están tomadas del árabe clásico del Corán. La
al bilingüe a usar una lengua u otra. Con frecuencia..el conq~ir¡J.J.\'!nto y¡.
uso de una lengua es una necesidad !;!C_on~mica. Tal es el caso de mu-
chos hablantes dé una lengúa rninorila1-ia como es el guyaratí en Gran
7. En Esp,,;\a la lev 31.111984 ?rescribe que los funcio:rnrios ')lle desempeflen ~us p11cs1os en teni-
Bretaña o el francés en las provincias de Canadá donde los francófo- lOrio-~ dondt? sean ohciall~' dos l~ngu~'t;;, w1-.drán que es1ar c.ap,1c1l¡.:i<los lingüist1t.:amente en arnbas. El
nos están en minoría, Los sistemas políticos de algunos países i·equie- grAdo en que este precepto se lle\'n a l<t prAt:'D<'n t:S objeLo de opiniont.s cnconltCl.das .;;;cgún el ~ector qu~
opine
irn q11c lo~ 11111< i1111:1rios tengan conocimiento de una segund¡i lengua:
66 EL LENGUAJE EN LA SOCfEDAlJ

lengua esrándar se usa para func iones «al tas» (cu1il<'1"<·11..:iéls, lectura,
escritura, medios de comu nicación), mientras la ol1'<1 V<H·iedad se re-
serva para funciones «bajas» como las conversaciom·s con los amigos
~n casa. Las variedades «Alta» (A; H en inglés) y «Ba.i~t » (B; Len inglés)
se diferencian no sólo en rasgos gramaticales, fonn l ú~i cos o léxicos,
sino también e n un buen n úmero de características sociales: func ión,
::E prestigio, tradición literaria, adquisicióñ;·no'rmalización y estabilidad.
WQ.
--~1- La variedad B se adquiere típicamente en casa como len gua materna y
>-
continúa usándose de por vida. S u ámbito p1incipal de empleo son las
interacciones en que existe parentesco, familia1idad o confianza. La
::E variedad A, por otro lado, se aprende más tarde a través de la escolari-
w
((J
zación., y nunca en casa; está ligada a las instituciones socia les y finan-
--~ ci~9a y m a ntenida por el las. El necho <le que A y B se a prendan e n do-
nlinios distintos las dota de inmediato de sistemas de a poyo institucio-
~~ <l.
nal diferentes.
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1 Las sociedades diglósicas eslán mat·caclas no sólo por esta. compar-
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limemación de variedades, sino también por las restricciones d e ac-
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(.!) ceso que imponen. Entrar en instituciones form ales wmo la escuela o
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--+---<{ la administración requiere conocer A. El grado en que esas funciones
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.o ::J
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están compartimentadas queda ilustrado por la imponancia que los
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e miembros de la comunidad conceden al hecho de usar Ja. variedad ade-
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e c uada en el contexto ad ecuado. Un extraño que aprenda By la use en
o situac iones ío1-males hará el ridículo. Los habla ntes consideran la va-
riedad A como s uperior en un buen número de aspectos. E o a lgu nos
(¡¡ -¡¡¡ casos se 11eg<i a considerar que A es la única versión «auténtica » de
~ E
.e o una lengua hasla tal punlo que los hablantes manifiestan que no ha-
Ql :§
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e e blan B. En ocasiones la supuesta superioridad se justifica por nr¿ones
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·¡¡; -~ ::E religiosas y/o lilernrias. Por ejemplo. el hecho de que el árabe clásico
·¡:;
Q) 2 --------~~ sea la lengua del Cor.:in le confiere un significado especial. En otros
o Ui
~ casos. como es el del sánscrito, la variedad A esLá respaldada por u na
O>
larga tradición liLer;;1ria, a la que suele unirse también una fuerle tra-
e (.!) dición de estudios gramaticales formales y una no1malización conso-
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lidada .
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Por analogía se ha exLendiclo también el concepto a otras comu ni-
o dades en que las variedades en dis tribución diglósica tienen esta lu to
(.)

de lenguas distintas, como el español y el guaraní (lengua indígena sin


o- en (.!) parentesco alguno con e l español) en Paraguay. El español actúa como
.. E·º Zo.. la variedad «Alta » y es usada, por LanLO, para las funciones «Altas », de
·~,g! 8 - - --:§ 1-
.!!¡.g ¡¡¡> ((J modo ·que constituye la lengua oficial de la administración y del sis-
CQ O> e:
tema educativo, aunque el 90 % de la población habla guaraní y éste
goza de estaruto d e lengua nacional. La diglos ia y el bilingüismo son
estables, como prueba la resistencia a sacar a l guaraní del ámbito do-
méstico con qu e ban tropezado los recientes intentos de aplicarlo en e l
68 EL LENGLiAJE EN LA SOCIED.o\D
F.LECClÓN DE LA LENGUA 67
en estricta distribución complementaria con la suyas propias. El inglés
dominio de la educación. 8 La noción de diglosia se ha ampliado carn- es específicamente excluido de los usos domésticos y religiosos. Sólo
bLén a veces a los casos en que en la distribución descrita están impli- penecra, y de forma limitada, en los d.omi.nios de la economía.
cadas más de dos lenguas. En Túnez, por ejcmp.lo, el francés, el árabe
clásico y e] árabe tunecino se encuentran en situación trig]ósica: el
francés y el árabe clásico f-tincionan como A frente al árabe de Túnez, y Desplazamiento (shift) y muerte de una lengua
el francés desempei'ia el papel de A frente a las olras dos. Se ha usado
también el término «poliglosia» para referirse a casos como el de Sin- La noción de estabilidad, sin embargo, es subjetiva. Hay muchas si-
gapur, donde coexisten muchas variedades con especialización funcio- tuaciones de bilingüismo que no duran más de dos o tres generacio-
nal. El i.nglés, el chino mandarín, el tamil y el malayo comparten esta- nes. En algunos casos las lenguas autóctonas pueden ser ahogadas poi·
tuto de cooficialidad, pero cada una de ellas tiene variames locales B. otras lenguas invasoras en un pe1iodo relativamente corto de liempo,
Un niño (o niüa) que hable hokkien en casa puede recibir educación como ha sucedido con las lenguas aborígenes <le Australia y con las
escolar en chino mandarín. Por otra parte el inglés funciona como va- lenguas célticas de las Islas Británicas. En otros lugares las lenguas de
riedad A respecto de las otras tres, puesto que tiene más prestigio. los inmigrantes han desaparecido al adoptar la del nuevo entorno. Es
La relación entre bilingüismo individual y diglosia social no tiene lo que ha ocurrido en Gran Bretaña con muchos hablantes de lenguas
por qué darse necesariamente ni estar en situación de causa-efecto. sudasiáticas como el guyaratí y el bengalí. En los casos de bilingüismo
Cualquiera de los dos fenómenos puede aparecer sin el otro. La diglo- sin diglosia las dos lenguas compiten por los mismos dominios y los
sia, con bilingüismo o sin él, puede darse de forma relativamente esta· hablantes son incapaces de establecer la compartimentación necesaria
ble y a largo plazo si las circunstancias lo permiten. Nos ofrecen un para que sobreviva la lengua B. Cuando ello ocurre parece inevitable el
buen ejemplo de esto los menonitas (es decir, los «Old Order Amish», desplazamienlo de una lengua por la otra.
también llamados los «Pennsylvania Dutch» u «Holandeses de Pensil- Muchos intentos de incremenlar los dominios de uso de la varie-
vania») y los judíos chasídicos (Hasidic Jews) de Estados Unidos. Am- dad Baja lerminan en fracaso, tal como ocurrió en Irlanda, donde el
bos grupos muestran bilingüismo con diglosia estable. Cada cual con- conocimienlo de la variedad clásica escrita no se extendió y el uso de
lrola sus propias escuelas. La utilización de la cultura ajena está res- la lengua hablada continuó decreciendo. En Israel. sin embargo, la re-
tringida a las actividades económicas, e incluso en ese caso se somete surrección del hebreo sí ha tenido éxito. En ese caso se trataba de Lo-
a reglas muy csrrictas. Por ejemplo, los menonitas usan la electricidad mar una lengua ampliamente conocida en su forma escrita y añadirle
para la elaboración de la leche porque lo exige la ley, pero no les es per- un uso vernáculo y una comunidad que lo hablara como lengua nativa.
mitida en sus casas ni para la refrigeración nJ para la maquinaria de Así, en Irlanda el problema era cómo extender la lengua a funciones A
las granjas. Los compromisos con el mundo exterior sólo se jusLi[ican que habían sido asumidas por el inglés, 9 y en Israel cómo añadir fun·
en la medida en que conlribuyen al mamenimiento del grupo. Sin ciones B a una va1iedad Alta.
<tceptar en su integridad las prácticas culturales ajenas, las mantienen Son varios Jos investigadores que han hecho observaciones sobre la
extrema inestabilidad del bilingüismo en los Estados Unidos. Proba-
blemente 'úíngún otro país ha acogido mayor número de personas bi-
8. En Espa.ña d c.oncep10 tle dig/osw ha conocido un ¿,j10 notable. no sóio 1~n1r« lm sociolinguis- lingües. Sin embargo cada nueva ola de inmigrantes ha visto declinar
'"-' ven Jos ámbitos académico>. 3ino también fuer~ de dios, al habe1 adquirido una evidente carga po- su propia lengua. En Australia el abandono de otras lenguas distintas
li11~a y rc1vindic¡tLi\'J.. E.:; b(\SLCtnte 1rn1uJ"Cl\. por tanfo. que Jos teóricos espafJoles -sobre. todo los. n1ás
":on1pron1elidos con ideologfas nacionalistas- dlsnngan con frecuencia entJ'e non1iaúvi:l1ciórz y 11vr·
del inglés ha sido igualmente acusado. Sólo el 4,2 % de la poblacióo
1111rii:11ció11 de un<1 lengua. Encienden por .. nom1ativirncicin" ~1 establecimiento tle una ,.a.nedad están· nacida en Australia usa regularmente una lengua que no sea el inglés,
1h.l1, con :;u grnmá1Jca. su <liccion~uio, sus r&xto~ escri'tós y ~us' medios de djfu:l\ión. De ene re la:s lengua.~­ y en esta cifra se incluyen también las lenguas aborfgenes. En el cua-
pl·ninsuhnes tue el cnt.:Ü;\n e} que más pronto Uc\'Ó a r.érn1íno esW proceso, gracii,s a los trab<tjos de Fa-
l>r ,, t Ja ortografía e• de 191.'>, la gr:\mática es de 19 l 8 y el tliccion3íJO de 193'.!.). mientras que el •eusk,,.-:\ dro 2.2 podemos observar diferencias importantes en el grado de fide-
l1:1h1a,., \';ffi(lnl<::. 110J"n1alizada dr1 Yasl'.u, sólo e'.':l~t~ <le.s<l~ el Congre5o de An'i..nzazu de l 968. La l(norn1a-
li1:1nc·ntr. ¡>~)f nLn1 p;:\f'l(', :-5ería Ja €:-\lt:nsión de una k:ngua ya noln1aci\:)zad:-i &1i ladas ln5 tirens de Ja vida
1111hl\\·:1., rnv\uíd:.\ b"- 01~)-., púhJicas y forn'""liJleS, ~O 4lle ile\'a.rfo a lo S\Jpt"I"~dón cJ~ h1 diglosia. 9. Lo m1s1110 que en C<tHcia. por ejemplo."" ha intcntatlo terminar con el uso exclusivamente rn·
Cnu l1 .. ·l'llL'11n~~ '<.'~dude L.nn1hién aJ dife1-cnle carácter que la diglosi;). 11ene en los dH'ersos teJTll0- ral y las connot<l.cioncs pe.voran,·as dd g3llego y ~xlenderlo a funcione.--; 1radicwnalmente <.fo:sen1peña~
1111 ... 1~11l1n:i11•..., 1\:--.1. b r:ir:1bn;:1 e:O:. p1...•udrnr. pu esw (Jue. Stendo ~J ~~patiül O C;\SC.e.IJano ia lengua do111i- da• por el castellano.
H.1l1l1· ti'. pUJ t .111\11, I:. l,'ll!:u;1 ,.1\l1:1") <lv:--d-. ~111 p1n111> tlc \ 1i....t:1 gJoh..11. .;..'.'), :o;1n L·nib.arg<1. lengu:1 de p1.:"li-
"'' • \' , k .•· , ,·1~·.1• •,111 i.iJ \ •·11 ;1 111.._ rl11111~·1 .0111'' .d°H>LIL 111-. t'l 1 ( '.11 :d11i1 ..l
El.ECCIÓ.t-\ DE LA LENGUA 69
70 L:.L LENGUAJE EN LA SOCIEDAD
< ' "' '<<> 2.2. Con~ervaóó11 de s 1t lenguu por los dis1i11los grupos étnicos de Aus1mlia
mienro de una lengua por otra gen eralme nte supone una elapa de bi-
Porcr.11rnje de encrrcslat los q ue dicen lingüismo (a menudo sin diglosia) como paso previo al eventual mo-
Lugar de nacimiento usar regHlannt!H.'lr el i 11glt!s
noliogüismo en Ja nueva lengua. El proceso L(pico es que una comuni-
Holanda 44 dad que antes era monolingü e se convierta e n bilingüe por contacto
Malta 30 con otro grupo (en general más poderoso desde el punto de vis ta so-
Alemania 28 cial) y mantenga este bilingüismo de forma transitoria hasta abando-
Polonia 20 nar totalmente su propia lengua.
Yugoslavia 10
Encontramos ilustración detallada de este proceso en una i nvesti-
Italia 6
Grecia 3 gación sobre el uso del alemán y el húngaro llevada a cabo en el pueblo
austríaco de Oberv,;art. Sus habitantes, al principio monolingües en
F1.1w1e; Adaptado de M. G . Clyne , Multili11gw1/ A11s1rnlia ( Melbourne. 1982). húngaro, se fueron haciendo progresivamente bilingües en los dos o
tres últimos siglos hasta llegar, en el momento actual, a un desplaw-
rniento casi consumado de s1..1 lengua por el alemán. Obe1wart está si-
lidad de los grupos étnicos a sus lenguas respectivas. Los porcenLaj es tuado cerca de la aclual frontera entre Austria y Hungría y eslá rodea-
muestran la profondidad del cambio al inglés. Los australianos de ori- do por pueblos de habla alemana desde hace por lo menos 400 años.
gen griego son los que más conserva n su lengua, y los de orLgen holan- Después de que las invasiones turcas del siglo xvi: forwran a la mayor
dés los que menos. parte de los húngai-os de Jos pueblos circundantes a abandonar la re-
Estos datos, desde luego, sólo nos cuentan parte de la h'isto1"ia de la gión, la zona se repobló con gentes que eran étnica y lingüísticamente
diversidad lingüística australiana. Las lenguas aborígenes han snfrido germanas. El influ_io de éstos se acentuó en el siglo XJX a medida que
un declive progresivo desde el momento en que sus hablantes entraron Oben.vart fue pasando de ser una localidad agrícola a convertirse, a la
en contacto con los europeos en el siglo xvm. Por ejemplo, la pobla- sombra del ferrocarri l, en un .;entro comercial socialmente diversifi-
ción aborigen de Tas mania (entre 3.000 y 4.000 aproximadamente) fue cado. Al final de la Primera Guerra Mundial la zona de Ober-wart se in-
extem1inada e n Jos setenta y cinco primeros años de contacto con los corporó a Aust1ia y el alemán fue su lengua oficial. El Tercer Reich
e1..1ropeos. Algunos lingiiis t<ls predicen que si no se Loman medidas <:ti desterró de las escuelas el uso del húngaro y al final de la Segund<i
respecto habrán muerto para el año 2000 casi todas las lenguas aborí- Guerrn Mundial se cerró la frontera con Hungría.
gen es. En América del Norte las lenguas nativas han sufrido lambién Sólo e n esLe siglo, sin embargo, es cuando los hablantes húngaros
un grado extremo de abandono d esde el primer conLaclo con la pobla- ha n pasado a ser minoría en el pueblo. En 1920 hablaban húngaro tres
cuartas parles de la población, pero en 1971 sólo la cuarta parte sabía
ción eLtropea.
esa lengua. Todos los hablantes de húngaro hablan también alemán y
Vis tas las cosas con una pen;pecLiva global, la tendencia es la
son agricl1ltores o hijos de agricultores. Observando los patrones de
mism a e n Lodas partes. A causa de la expansión de unas pocas lenguas
elección de lengua seguidos por los diferentes grupos de la comunidad
como el inglés, el fra ncés, el chino, el ruso, el árabe [y el espafiol] están
de acuerdo con el interlocutor al que se dirigen (abuelos y abuelas, co-
muriendo otras muchas más mino1itnrias. Se ha csLimado que los h<i-
legas, personal ele la admistración, etc.) es posible hacerse una idea del
blantes de tan sólo o nce leng11as repn.:senLan d 70 % de l<l población ,,~
desplazamie nto lingüístico que se está produci.en.do. E! cuadro 2.3
del mundo.1° Teniendo esto en cuenta, hay que concluir que la rnayor muestra los patrones d e elección de 32 hablantes.
parle de las lenguas son minoritarias. El diferente uso del alemán y el húngaro refleja el contraste social
Las elecciones hechas por los individuos en su \tida cotid iana pro- enLre el t1·abajador urbano moderno y el campesino tradicional. La pe-
ducen su efecto a largo plazo en las lenguas afectadas El desplaza- netración a gran escala de préstamos del alemán en el húngaro es ín-
dice larnhién del mayor pres tigio de aquella lengua, máxime cuando
raramente aparecen en secuencias del alemá n elementos del húngaro.
1O. Es muy diffc1l ~abcr a qué 11 Jongu•s se J el'i~1·e l;1 <1t1101-a. dada la imprecbio n y d :spi111<la d º" Ante un interlocutor pot·encial, la posición de ésLe en una escala que
los d"tos. De creer a . po r eJcn1p!o. J ua_n C;u-los Morr:no Ca br~ra, Sl!1ian 1~.~ sigu1entt:s, orde.na<..bs ele 1nt!- mida el carácter urbano o rural deter mina.rá qué lengua se u sa. Para
yo>· " menor número de \1;,hlillil~'" chino mand¡u·!n. 111glés. hindi , c<>pafl<1l. ueng"lí. :ír.i be. rnso. pon n-
gue~. h1do11e5¡io~ ;apone~ :i1 alemi.in
medir el grado de «11.1ralidad" de las redes sociales en que interacn'1an
ELECClÓN DE LA LENGUA 71 72 f.L LEN(;UAJE EN LA SOCIEDAD

Cui\IJRO 2.3. Pacro11es de elección de le!lgua en Obenwm Cuantas más person<is con alto índice de «ntralid<id» entraban en la
/11ter/oc111ml!.<
red interactiva de un bablante mayor era la tendencia a usar el hún-
garo. Las mujeres jóvenes estaban a la cabeza del desplazam iento del
tlablan:e Edticl del lia/Jt.1111~ l 3 4 5 6 7 8 9 10 11
húngaro por el alemán. Aunque los jóvenes de ambos sexos usaban en
A 14 H AH A A A A A general más el alemán que la gente ele mayor edad, las mujeres jóvenes
B 15 H i\H A A A A A lo usaban más que los hombres. Aquéllas no se limi taban al uso del
e 17 H .<\H A A A A A húngaro ni siquiera cuando se movían en redes rurales. Este compor-
D 25 H AH AH AI-1 A A A ¡.\ A A
E 27 H H AH J\ A A A tamiento femenino puede interpretarse como la expresión lingüística
F 25 H H AH A A A A de un rechazo hac(a la vida rural. Dado que las perspeclivas sociales de
G 42 H AH A A A A A A la mujer estaban muy condicionadas por su ma trimonio, las mujeres
H 17 H H H AH A A A fueron eligiendo cada vez más maridos no ag1icultores, los cuales ten-
1 20 l-1 H H H AH A A A A A
J 39 H H H AH AH A A
dfan preferentemente al uso del alemán. Como a su vez los campesi-
K 22 H H H AH AH A /\ nos varones tropezaban cada vez con mayores d ificultades para en-
L 23 H H H AH H J\J-1 ¡\ ¡\ contrar esposa, tenían que casarse exogámicamente. En el capítulo 3
M 40 H H H AH AH A A A diré algo más sobre los efectos de las redes de interacción en la elec-
N 52 H H H AH H AH A ¡\ A A
ción de lengua, y en el 4 hablaré del papel de la mujer en el cambio
o 62 I1 rr H H H H 1\H AH AH A A
p 40 J-I Il H H H H AH AH AH A lingüístico.
Q 63 lI lJ H H H H AH A Una vez que el cambio ha comenzado en alguno de los dominios y
R 64 H H H H H ll H AH AH A que las funciones de las lenguas implicadas se han reestructurado, po-
s 43 H H H 1-l H H A T·I A dernos prever razonablemente que el proceso continuará hasta que
T .~5 H 1-l H H H H H AH H /\
u 41 H [{ H H H H H AH ll H toda la comunidad se haya pasado al alemán. Sin embargo de un pa-
V 61 H H H H H H AH H /\ norama como el descrito no se desprende necesar iamente la muerte
w 54 H H H H. H H H H /\ del húngaro. Los patrones detectados podrian muy bien ser cíclicos de
X 50 H H H TI I-1 H H )-[ H /\ acuerdo con la edad de los individuos. En efecto, pod1ía suceder que
y 63 H H H I-1 H H l-l H H AH 1\
z 61 H H H 1-1 lI fI H A AH A los hablantes cambiaran sus comportamientos lingüísticos de manera
Al 74 H H fl lI H H H H AH H regular al avanzar en edad, de modo que en cada generación los jóve-
BI $4 ir H H H H H H H AH H nes usaran más el alemán, para después, con el paso ele los años, vol-
CI 63 H 11 H H H H H H AH H ver al húngaro. O también que cada generación mantuviera los esque-
DI 58 A H H H H H H H H
El 64 H H H H H H H H H H mas habituales toda su vida, pero que la siguiente rompiera sistemáti-
FJ 59 H H 1-1 H H 1-l H 11 M H H camente con la anterior. O incluso que se hubiera pasado de un estadio
en que se usa la misma lengua toda l<i vida a otro en que los jóvenes
N o1as: LO& (!,¡¡(('$ proc.e.den do encuc~la5 Los ~sp~c.ios ~n bl~J"\CO indican rregun•a~ ina plka ble,;.
escalabili<bd (SC(;/ab11ilyl • 97 'l'c·. Número de habl:mtes. 32 (homhre.< y mujeres).
emplean más el alemán, pero sin que sepamos si van a volver al hún-
/11;er/oci1/or.s: ( l) Dios; (2) abuelos y abuelas y .~\I gene raci<'.m; n) cliente del me 1 ·c~<io tiegro: t ~ ) garo o no cuando sean más viejos. Serán necesarios nuevos estudios
proge.n1torc< y ;u ~cncración: (S) i:nlega~ . <:001p~ñ~ ros/as (kollt!¡,;ak) . H dno:;/¡1s ele la mism~ e<la<l; (6 1
0

que delem1inen, en puntos posteriores del tiempo, si el cambio de len-


herm~nos y h<1J11a11as; (7) cónyuge: (8) "'"º' y niñas y su gen er~ción : (9¡ personal de la administr;i-
ciú n , (!O) oie1os y niel~s y su genemc ión: i 11} 111Ci.lico. gua ha progresado (véase lo que se dice en el capítulo 5 sobre el cam-
Cla1,e: A ~ ~lern.ín: H a hún~ ~ro. bio lingüístico).
F11m"· S. Gal, f.1111~1w.f¡e ShiJi· 8oc1nl De1er111inaill.< o( /.i11¡:1m11c Chm1¡;c 111 Bilinsrl(,/ Aus11i.i
(Nueva York, 1979), cuacko 5. 1.
Para los habitantes de Oberwart la li bertad de elección se ha res-
tdngido. Antes era práctica habitual de los hombres de negocios ger-
manohablantes aprender húngaro, pero esto no sucede ahora casi
nunca. Hoy es costumbre casi universal de los bilingües hablar sólo
los diferen tes hablantes, se ideó un fndice que incluía factores tales
como el número y tipo de animales poseídos, si el pan consumido se alemán en presencia ele monolingües en alemán, que incluso pueden
hacía en casa o se compraba en la panad~ría , el típo de empleo, etc. sentirse molestos si delante de ellos se emplea otrn lengua. Si éstos son
capaces de imponer su lengua en los encuentros públicos, sea por d is-
ELECClÓN DE LA LENGUA 73 74 EL LENGUAJE E:--< LA SOCIEDAD

posiciones oficiales o por otros medios, se producirá una ruptura sig- dos ün.idos ciertas estructuras sintácticas complejas han perdido Ere-
nificativa en el equilibrio de poder enLre las dos lenguas. cuencia porque los es tilos formales y poéticos de esas lenguas ya no se
En a lgunos casos el cambio de lengua es resultado de migraciones usan _ E l grado de asimilación lingüística puede med.ir el grado de asi-
voluntarias o forzosas a un lugar donde no es posible mantener la len- milación social de un gn1po por otro, proceso que depende de muchos
gua propia, caso de los italianos en Estados Un idos, o es debido a ta factores, tales como la receptividad del primer grupo a la cultura y len-
conquista por parte de otro pueblo, caso de los· primitivos hablantes de gua del segundo, la posibilidad de aceptación por el grupo dominante,
gaélico en Escocia e Irlanda. Si el proceso llega a su culminación se el grado de similitud entre los dos grupos, etc. Los hablantes albanos
habla de la «muerte de la lengua». Son muchos los factores responsa- que emigraron a Grecia han perdido su lengua y se han asimilado más
bles del cambio de una lengua prn· orra y de la muerte de una de ellas: fácilmente que Jos que lo hicieron a Italia, donde las acti tudes hacia la
contexto religioso y educativo, tipo de asentamiento, vínculos con el diversidad son más favorables.
país de origen (en el caso de los inmigrantes), extensión de la exoga- Aunque el bilingüismo, la diglosia y la alternancia o mezcla de có-
mia, actitudes de los grupos de lengua mayoi-itaria y minoritaria, polí- digos se han citado con frecuencia como factores que llevan a la
tica lingüística y educativa, etc. Cuando se concentran grupos amplios muene de una lengua, lo c ierto es que en algunos casos la mezcla de
de emigrantes en deterrniJ1adas áreas geográficas, suelen tener mayor códigos y la diglosia son fuerzas positivas para mantene1· el bilin-
capacidad de preservar su lengua: las personas de origen chino de la güismo. El alemán de Suiza y el faroés (lengua de las Islas Faroe o Fe-
tercera generación que residen en las Chi11a-lowns o Barrios Chinos de roe) pueden no salir de la diglosia, pero no se encuentran probable-
Estados Unidos han cambiado menos al inglés que los que tienen :>u mente en peligro de muerte. En muchas comunidades la alternancia
misma edad pero viven fuera de esos lugares. Es frecuente que un des- entre lenguas sirve a importantes funciones.
plazamiento de áreas rurales a á reas urbanas ponga en marcha un
cambio de lengua: así en Papúa-Nueva Guinea, donde el tok pisin (que
es, como se recordará, un pidgin basado en el inglés y usado como.len- Alternancia o mezcla de códigos (code-switching)
gua franca) es la lengua que más se usa en las ciudades, muchos niños
crecen sin hablar la lengua vernácula de sus padres. Cuando una len-
gua sirve a funciones religiosas importantes, como ocui-re con el ale- Tomemos como ejemplos las secuencias ( l) a (7) de abajo, proce-
mán entre los menonitas, tiene mayores posibi.lidades de sobrevivir. dentes de un número variado de hablantes bilingües o m ultilingües.
La incapacidad de las minorías para impedir- la intromisión de Aunque los hablantes que actúan en situaciones diglósicas deben co-
otras lenguas en el ámbito doméstico ha sido a menudo decisiva para nocer más de un código, to normal es emplear uno solo cada vez. Ello,
sin embargo, no ocurre aquí:
el desplazamiento de la suya. Los matrimonios mixtos producen un
alto grado de pérdida, como ocurre por ejemplo en Gales, donde si el
galés no es la lengua del hogar, el peso de la transmisión pasa a la es- l. Kio ke six, seven hours re school de vic spend karde ne, they are
cuela. La identificación con una lengua y las ac titudes positivas hacia spealcing English all lhe linie (recogida en Gran Bretaña de una persona
ella pueden no garantizar su pervi vencia. Asi, en Irlanda la necesidad bilingüe en panjabí y en inglés): «Corno pasan seis o siete horas al día
de usar el inglés se ha impuesto sobre la antipatía hacia esta lengua y en la escuela, están hablando inglés lodo el tiempo.»
sus hablantes. En algunos casos el uso de una lengua puede estar total- 2. Will you. rubim off? O/ man will come (recogida en Papúa-
mente prohibido. como les ocui-re a los curdos en Turquía [o a las len- N ueva Guinea de un niflo bilingüe en Lok pisin e inglés): «¿Quieres bo-
guas peninsulares distintas del español bajo el régimen de Franco]. En nar [eso de la pizarra]? Van a venir los hombres.»
una comunidad cuya lengua vive bajo amenaza es difícil aprenderla to- 3. Sano elti:i tulla tiinne ettü J'm vei:v sick (de una persona bilingüe
talmente. Las lenguas que están sufriendo desplazamiento ofrecen a en finlandés y ~n inglés): «Diles que vengan aquí, que estoy muy en-
menudo tipos característicos de cambios, como la simplificación de fern10.»
estructuras gramaticales complejas, cambios que suelen resultar del 4. Kodonwtachi liked il (biüngüe en japonés/inglés): «A los niflos
uso decreciente de la lengua en ciertos contextos, con la correspon- les gusla.,,
diente pérdida de opciones estilísticas [en sentido técnico. Véase el ca- 5. Have agua, plea.se (bilingüe en español/inglés): «Agua, por fa-
pítulo anterior]. En algunas lenguas amerindias del suroeste de Esta- vor>> [líl. es algo .similai· a «tener agua, por favor»].
F.LECCJÓN DE LA LENGUA 75 76 EL LENGUAJE EN L \ SOCTF.DAD

6. Won o arrest a single person (bilingüe e n yoruba/inglés): «No sistema disti n to a los dos d e particl3, formado por la mezcla o conver-
detuvieron a una persona sola.» gencia de éstos.
7 . This morning I hantar my baby tu dekat babysirter tu lah (bilin- Casos análogos p ueden encontrarse entre las secuencias dadas por
güe en malayo/inglés): «Esta mañana llevé a mi bebé a la ca nguro.» 11 adultos en los ejemplos de a n ·iba: aunque ahora nos las vemos con sis-
temas lingüísticos m ad uros, no parece h aber base firme para asignar
Como puede verse, todas esas secuencias se apoyan en d iferente la emisión como un todo a una lengua particular. Los ejemplos ( 1) y
grado e n elementos tomados de más de una leng ua, que se combinan (7) son casos ilustrativos: la segunda mitad de la secuencia está clara-
d e forma diversa. Ta les secuencias son normales, pertenecen al uso co- mente en inglés, pero en la primera conviven elementos de las dos len-
tidiano de los individuos en cuestión. He tomado los ejemplos delibe- guas . Los nombres ingleses hours y school y el verbo spend se inse rtan
radamc::nte de una gama variada de .lenguas para mostrar que proba- en una estn 1ctura sintáctica propia deJ panjabí. como pone de mani-
blemente se dan en alguna medida en la mayor parre de los hablantes fiesto , por ejemplo, el hecho de que el verbo se coloque al fi na1 de Ja
bilingües de ciertas comunidades. También es intencionada la inclu- cláusula, verbo, por cierto, que constituye una formación híbrida entre
sión de ejemplos procedentes de niños para llamar 13 atención sobre el el inglés spend y el auxfüar del panjabí kama. En (7) se yuxtaponen ele-
hecho de que aprender a hablar más de una lengua pi-oduce con fre- mentos del malayo y del inglés, pero dado q ue las dos lenguas mues-
cuencia mezcla de material tomado de dos distintas. Ello forma parte tran un orden de pala bras semejan te, sed a difícil decir si la secuencia
d el proceso normal de desarrollo d e la competencia bilingüe. es inglesa con palabras malayas o viceversa.
Las secuencias tempranas de un niño que crece en un medio bilin- Los ejemplos (2), (4 ) y (6) p resentan problemas similares. ¿Es posi-
güe conttndrán a menudo piezas léxicas de las dos lenguas, como ocu- ble decir si el hablante es tá usando una lengua u otra en un momen to
rre tn (5). La longitud de las secuencias infantiles (se tra te de monolin- dado? En d caso de (4) tendriam os la tenta~ión de señalar que la len-
gües o de bilingües) es muy limitada en las primeras etapas de la ad- gua usada es básica men te el inglés y que el hablante ha «pedido pres-
quisición de la lengua, y las 1-elaciones entre la len.gua del niño y Ja del tado» momentáneamente al japonés la pala bra para 'n iños' . Pero a la
adulto resultan sólo inc.lirectas, de modo que con frecuencin. es difici l hora de trasladar este esquema al análisis de (2) la s cosas resultan mu-
dar la versión expandida ele la frase infantil. Aunque lo que el niño cho más diffciles. La primera parte e.le la secuencia parece estar e n in-
hace en la secuencia (5) es, evidentemente, pedir agua, la frase adulta g lés, excepto el verbo rub , que reci be del tok pisin el su fijo -im, marca-
equivalente en inglés o en español no ha ría uso con toda probabilidad dor de los verbos transitivos, es deci1~ los que llevan objeto directo.
de to have o tener. Los equivalentes más próximos serían l wan.t water, Aqu( se supone que el objeto directo es la pizarra, sobre la cual ha es-
please en inglés, y quiero agua, por favor en español. tado escribiendo y de la que es tá hablando. La segunda parte también
No parece haber principios seguros para determinar si el niño está parece estar en inglés, excepto por lo que se refiere al sintagma nomi-
hablando en inglés, pero con paJabras espa ñolas para ciertas unidades, nal, que consta de o/, marcador del plural en tok pisin, y del nombre
o viceversa . Todo lo que puede dec irse es que e l léxico del niño mezcla man. E l tok pisin no tiene un sufijo como el inglés -s para marcar los
elem e ntos de más de una lengua, mientras que la gramática se encuen- plurales, d e modo que e l nombre es invariable en singular y en plu ral.
tra todavía en estadios tempranos d e su d esarrollo y .sus reglas no son En (6) el pronombre, la negación y parte del sintagma verbal proceden
ni las de la gramá1ica inglesa ni las d e la e.spai'tola. Sería, por lo tanto, del yoruba, mientras que el resto de la secuencia es inglés.
erróneo describirla como desviación de una le ngua o la otra. En si tua- E l ejemplo (3) es de diferente tipo: en medio de la oración tiene lu -
ciones de contacto lingüístico intenso es posible que eme1ja un tercer gar un cam bio de lengua, de modo que la p1imera cláusula está en fin-
landés y la segunda en inglés. No hay mezclas en d interior d e cada
cláusula. Se ha u tilizado el térn1ino de «alternancias intraoracionales»
11. Vénsc un ejemplo mi;; largo de ahom~nci a inglés-e$pr11,ol pmcc;dente de El Oarrio. w n<i de (intra-sentenrial switches) para aquellos casos en que el cambio o mez-
Nueva York con alca d~us idaú de puei10 1nqu ~rios cla de lenguas ocurr e dentro de los lím ites de una cláusu la u oración,
Bt11 1 11sed to e~"\1 bofe, lhc hrnin. Ancl 1\ien they s1opp etl s,•l\ing: i 1 b•·c aus~ 1en fn11. e.su. le en-
conlraro11 que rerri'a w o1ms. l nscd Ln mnkc ; ome bufe! Drs¡•rJ~s ro /iac(" 1.1110 d'esos concoction• · lhc mientras que en casos como (3), donde d cambio coincide con los lí-
garlk co11 abo//,l, y hacil• w1 111ojo, y yo dc¡a/;a qu~ º" cu "'"'~><> hn· a cuuplc o ( boun;. mites de la cJ¡íusu la , la alternanc ia sería «in tcroracional» (i nler- senter1-
( f"l:'rO Sl)Jta co1nr1 d bofe. Jos .se!!OS. Y cn luJ :cl~s dcj:11·on dt: vl.·nderlo porc¡u t: 1en{3n,_i:.sL1.? le i:':n-
contrnron que lenia gusf\ nO~. rOu~ bofe h,\c.ia ~10! D <:sp u~s yo h:u.:fa una de e.s~'s: 111t:;:t.colanz..<l s· el ajo
1
tial). Sin embargo, y ciado q ue en ning uno d e los dos casos parece ha-
c.oll '" c ~bolb, y h adn t•n m lljO y vo dej¡1 ba que <~cu rara e~o un p.• r de ho .-as.) berse producido u n carnbio de tem a ni d<:: interlocutor, ambos contrn-
ELECCIÓN DE LA LENGUA 77 78 EL LENGUAJE J:N LA SOCTEDAD

dicen el punto de vista oormalmente aceptado según e1 cual el bilingúe que tal cambio debe ser tratado corno un fenómeno de discurso que no
ideal cambia de una lengua a otra cuando se producen los cambios co- puede explicarse satisfactoriamente desde la estntctura interna de las
rrespondientes en la sillladón de habla (interlocutores, tema, etc.), oraciones.
pero no si todo sigue como estaba. De aceptar esto tendríamos que Se han propuesto ciertos principios gramaticales para dar cuenta
concluir que los hablantes de arriba no son bilingües ideales y que su de la alte1-nancia o mezcla de códigos, como la llamada «constri cción
competencia es inferior a la ideal. d~_ equivalencia», que predice que el cambio de código tiende a ocmiir
El tipo de habla «mezclada» que hemos encontrado en (1) es total- donde la yuxlaposición de elementos procedentes de las dos lenguas
mente normal entre los bilingües en panjabí e inglés que viven en Gran no viola reglas sintácticas de ninglrna de la dos. Dicho de otra manera,
Bretaña, 1i donde el contacto con el inglés es tan intenso, sobre todo en ~\cambio ocu1Tiría en puntos donde las estructuras superficiales de
el caso de la generación más joven, que muchos temen que su lengua las dos lenguas son coinciden tes. Esto significa que el cambío d e có-
rrativa se perderá en el futuro, sentimiento ampliamente compartido digo debe darse sólo en límites de unidades comunes a ambas lenguas
por miembros de muchas otras minorías lingüísticas. Se ha dicho con y que no debería producirse en medio de dos constituyentes de la ora-
frecuencia que el bilingüismo es una etapa en el camino que conduce a ción si no tienen normalmente e1 mismo orden en las dos. Desde u na
la extinción ele urra lengua. Se ha dicho, sin ir más lejos, que la alter- perspectiva interlingüística esw supone que cuanto más parecidas es-
nancia galés/inglés y las interferencias del inglés son síntomas de la tructuralmenle sean dos lenguas más lugares idóneos ofrecen al cam-
inestabilidad lingüística que lleva a la muerle. Y realmente no es difícil bio de código. Y menos cuanto más diferentes sean (piénsese, por
encontrar casos en que la muerte de una lengua ha sido precedida por ejemplo, en el japonés y el inglés). Las incompatibilidades surgirán en
un período de bilingüismo y de mezcla generalizada ele códigos. cualquier punto donde el fenómeno afecLe a dos constituyentes conti-
No obstante. hay evidencias de que tal modo mezclado de hablar guos que se ordenan de forma d iferente en las dos lenguas implicadas.
sirve a importantes funciones en las comunidades donde se produce, y En el caso del español y el inglés, por ejemplo, que son lenguas em-
que no sucede al aza1-. Pese a ello, en prácticamenle todas las comuni- parentadas y similares, lo dicho s ignifica que las alternancias pueden
dades donde se da está socialmente despresligiado. En Nigeria, por darse, dentro del sintagma nominal, entre determinantes y nombres,
ejemplo, usos como el ele (6) son descritos por los miembros de la pro- pero no entre nombres y adjetivos. Así, si ntagrnas como his favorile
pia comunidad como amulumala o ada.lu ade, «ensalada verbal». A pe- spotlsu lugar favoriLo no pueden sufrir mezcla, poi-que combinaciones
sar de esta generalizada visión negativa, hay toda una generación de como ., su favorito spot, '' his favorito luga1; .,, his favori to spol resulta-
yorubas que está creciendo con este tipo de habla mezclada como su rían agramaticales en las dos lenguas. De modo que el español p resu-
primera lengua. Mi experiencia en el trabajo con niños bilingües en miblemente tiene una regla esLrucLural que de termina que en la expan-
áreas urbanas ele Papúa-Nueva Guinea parece sugerir que aquí está sión del sintagma nominal (SN) la mayor parte de los adjetivos (adj) si-
ocuniendo lo mismo. El no reconocer el habla mezclada como un gan a los nombres (N) -es decir: SN -7 (det) N (adj)-, mientrns que
modo legítimo de comunicación con derechos propios tarrto dentro en inglés lo preceden: SN ~ (del) (aclj) N. (« Del." equivale a «determí-
como fuera de la comunidad implicada ha acarreado una serie de con- nanlc,,, como his, su, etc.) Otros muchos lugares son, sin embargo, ac-
secuencias, que veremos en el capítulo 7. cesibles a la alternancia españoliinglés: entre un SN sujeto y un SV,
Los estudios recientes sobre la mezcla de códigos han prestado entre un verbo y su objeto, etc. Para la formulación original de la
atención a diversos aspectos del fenómeno. Uno de estos aspectos son constricción de equivalencia se usaron datos procedentes de las comu-
las constricciones gramaticales que determinan en qué partes de los nidades puertorriqueñas bilingües en espaüol e inglés que viven eu Es-
enunciados puede aparecer. ¿Son tales constricciones específicas de tados Unidos. En ellas La[ constricción parecía dar cuenta satisfacto-
cada lengua? ¿O surgen más bien de un principio de la gramática uni- riamente de los patrones de alternancia observados.
versal motivado independientemente? Los otros aspectos investigados Si tomamos dos lenguas que no son semejantes, como el panjabí y
tienen que ver con los motivos de los hablanLes para cambiar de có- el inglés, y tratamos de aplicar es Le pri n.cipio para predecir los puntos
digo, a partir de la asunción de que son básicamente estilísticos y de accesibles al fenómeno, observamos que la regla ya no funciona tan
bien. Así, el cambio 110 deberfa proc\ucirse dentro del s.intagma prepo-
sicional puesto que el inglés tiene preposiciones y el panjabí po~posi­
12. O entre los puenon1queflo.s ele Nueva York. Ver nOt<' .é\Oterior, ciones. La constricción ele equivalencia predeciría la no aparición d e
EL.ECCTÓN DE LA LENGUA 79 80 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

" parents te o *te parents 'en los padres', y la ele,., (a.mily de nal, *de nal rreos, los saludos y las preguntas sobre la familia tienden a producirse
fámily 'dentro de la familia' po1·que violan el orden normal de una de en el dialecto local, mientras que la transacción (compra de sellos, por
las dos lenguas (uso la convención de marcar con un asterisco las ejemplo) se hace en noruego estándar. Éste sería un ejemplo de alter-
construcciones que no son gramaticales). El panjabí tiene presumible- nancia o cambio de código transaccional. El metafórico, por otra
menLe una regla que sería violada por construcciones como " te pa- parte, tiene que ver con los efectos comunicativos que el hablante trata
rents, dado que es una lengua posposicional {es decir, que las partícu- de provocar. .Por ejemplo, Jos profesores hacen sus exposiciones for-
las identificables con las preposiciones del inglés no van de lante del males en noruego estándar, pero cambian a] dialecto regional c uando
nombre sino deLrás), mientras que el inglés tiene una regla que sería quieren fomentar la discusión entre los alumnos. Resulta así que ha-
violada por cons trucciones como'' parents le. Sin embargo, a pesar de blante, oyen te, tema, lugar y demás componentes de la situación no
esta fa.Ita de equivalencia estnictural. se dan casos en que nom br~s in- han cambiado, pero sí el tono de la interacción, y e Uo se ha conseguido
gleses aparecen como objelos de una posposición del panjabí, como en mediante un cambio de lengua.
farnilv de nal 'en/con la familia'. Hay varias razones por las que la En la elección de variedades hay implicada una distinción simbó-
constricción de equivalencia no funciona aquí. Una podría ser que lica entre el "nosotros» y el «ellos». En términos generales, se tiende a
cada pareja de lenguas en contaclo impone reglas adicionales específi- aplicar el «nosotros» a la l.e ngua minoritaria, y el «eUos» a la variedad
cas. Otra, que la constricción no haya .sido formu lada de forma sufi- de la mayoría. La variedad del «nosotros» remite típicamente a activi-
cie:nlemente precisa. Habrá que evaluar cuidadosamente qué se en- dades intragrupales, informales y personalizadas. mientras la variedad
tiende por alternancia o rnezcla de códigos en el terreno gramatical. de «ellos» mat·ca las relaciones exteriores al grupo y de carácter más
Aunque la mayor parte de los invesligadores pone de relieve la grarna- formal. En el siguiente ejemplo de alternancia p anjabílinglés, el pan-
Licalidad de casi todos los enunciados bilingües, asumen que son las jabí sirve para marcar el ámbi to del grupo y el inglés el ajeno al grupo:
normas de cada lengua tomada aisladarneme las que proporcionan la
base para delerminar qué es gramatical y qué no. Pero las variedades [EN PANJABi] esi engrezi sikhi e te
de dos lenguas en contacto duranLe un largo período de tiempo pue- [EN INGLÉS] why can'r they leam?
den llegar a ser muy diferentes de las variedades de esas mismas len· [EN PANJABí] Nosotros aprendem os inglés.
guas cuando se hablan en otra parte. Esto les ha sucedido, por ejecn- [EN INGLÉS] ¿Por qué no pueden ellos aprender (lenguas asiáticas)?
plo. a las lenguas auslronésicas de Papúa-Nueva Guinea, como vimos
en el capítulo 1. Otro factor que puede afectar a la mezcla de códigos Es decir, se espera de los hablantes de panjabí que aprendan inglés,
son las actitudes de Jos participantes. En algunas comunidades bilin- pero a los hablantes de inglés no se les pide que aprendan panjabí. El
gües en español e inglés se ha n observado actitudes favorables hacia e] cambio de una lengua a otra d urante la emisión e nfatiza los límites en-
fenómeno, que se ha convertido en marcador de identidad étnica y ha tre el «ellos» [i._nglés] y el «nosotros» [panjabí].
incrementado, así, su frecuencia de aparición. Un hablante puede mezclar códigos por una variedad de razones,
Muchos lingüistas han puesto de relieve que la mezcla dt;! códigos por ejemplo para redefinir la interacción y llevarla a un terreno social
es una opción disponib le para cualquier miembro bilingüe de una co- diferente o para evitar precisamente mediante continuos cambios de
munidéld de habla de la misma forma que lo es el cambio de estilo o de código la definición de ese terreno. Esta última función es importante
dialecto parn un hablante monolingüe. En amb¡;s" ca~os el cambio en la medida en que consagra la alternancia de lenguas como estrate-
ti.ene funciones expresivas y .se carga de significado. En un estudio gia frecuente para mantener la neutralidad o como medio para explo-
temprano, llevado a cabo en una población rural de Noruega llamada rar qué código es más apropiado y aceptable en una particular si tua-
Hemnesberget, se introdujeron los conceptos Je «metafórico» y «Lran - ción. En muchas oficinas de la administración canadiense los funcio-
saccional» {también llamados a veces «no siluaciona.l» y «situacional» narios tienen por costumbre contestar al teléfono me.diante la fórmu la
respectivamente) para aludir a dos ripos distintos de cambio de có- «Bonjour [SAUJDO EN l'RANCÉS]. hdlo [SALUDO EN INGLÉS]» para ofrecer al
digo. El transaccional es el más comúnmente esLudtado y tiene que ver que llama la posibilidad de elegir en qué lengua quiere continuar la
con los componentes del intercambio lingüístico (Lema, participan tes, conversación.
etcétera), tal como quedó ilustrado en la figura. 2. l. Cuando los resi- En algunos intercambios multilingües la elección de código queda
dentes en !lernnesberget ~e acercan al mostrador de la oficina de ca- sin resolver porque las partes implicadas no se ponen de acuerdo en la
ELECCIÓN DE LA LENGUA 81 82 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

elección del Lerreno social. El ejemplo que sigue prncede de Kenia oc- El joyero se dirige a .las mujeres primero en inglés aunque son sol-
cidental: un hermano y una hermana mantienen una conversación en dados israelíes y, lógicamente, hablanles nativas de hebreo. Dado que
la tienda de[ hermano. Lo habitual es que las conversaciones entre am- el hebreo tiene un estatus más alto que el árabe en Israel, si el árabe
bos tengan lugar en el ámbito domésrico y en calidad de hermanos, no hubiera usado el hebreo se habría atrib u ido a sí mismo una posición.
como propietaúo de una tienda y cliente. En casos como ésLe, en que la subordinada, Al elegir e l inglés minimiza la d imensión nacional del he-
elección de código no está regularizada, debe negociarse sobre la mar- breo y opta por el estati.1s aún más a lto asociado con la lengua inglesa.
cha. La hermana quería que la conversación transcuniera sobre la base La primera soldado acepta esta elección, lo que permite al .ioyero con-
de su solidaridad como hemianos puesto que buscaba lln trato especial a Linuar en la línea lingü ísLicamenLe más neu tra que ha escogido. La se-
la hora de hacer la compra. Eligió, por tanlo, la lengua madre compar- gunda soJdado ínLroducc el hebreo para hacer un comen tario a su
Lida por ambos, el lwidakho. Pero el hem1ano quería tratar a su he1mana amiga, lo cual constituye, a l menos en parte, un truco para rega lear in-
simplemenle como clirnle y por ello se decidió por el suahiJi, opción élni- directamente, pues to que sabe que el joyero la va a entender. "La pr:i-
camente neutra en esta comunidad de habla y, por tanto, no marcada e r:nern soldado, en tonces. se pasa al árabe, para dejar claro que ella no
idónea para este tipo de servicios. Los enunciados en lwidakho van en es ni un turista que habla inglés ni un simple cliente que no habla
mayúsculas en las transcripción del diálogo. De alguna fomrn esta con- árabe y del que se puede abusar por eso. El joyero respo nde en árabe y
versación es similar a las que tienen lugar en Hemncsbergct (Noruega). después en hebreo, pa ra remachar su propia habilidad para hablar he-
excepto en una cosa: la hermana no pasa al suahili después de los salu- breo y dar la réplica a la acomodación lingüíslica de su intcdocutora.
dos, y el hermano no se acomoda a su hermana pasándose al lwidakho. Las funciones a las que sirve la alternancia de códigos están presu-
La hermana entonces se va sin llevarse todo lo que quería: m iblemente al alcance de todo!'> los hablantes, sean monolingües o bi-
lingües. Sin embargo, los medios lingü ís Licos para marcar.las o el
Hermano: BUENOS DÍAS, HERMANA. grado en que se culminan con éxito dependerá de Jos recursos de que
Hermana: BUENOS DiAS. cada cual disponga. En algunos casos tales rec ut·sos se toman de más
Hermano: ¿_QUÉ TAL? ¿BTEN? de una lengua, mientras que e n otros proceden todos de lo que se con-
Hermana: Sl, VAMOSTlRANDO. sidera la misma lengua, como suced(a con los registrns del javanés que
Hermano: ¿Qué querías? vimo$ en el capítulo l. De ahí el uso del término «code·swilching»,
He111'/Qna: DAME U!\ POCO DE SAL cambio o alLernancia de códigos: el ténnino «cód igo », lo mismo que
Hermano: ¿Cuánta necesilas? «VariedacL, es neutro y no nos obliga a decidir si las variedades o códi-
Hermana: DAME SESENTA CÉNTI.\.!OS gos implicados consLituyen lenguas o d ialec!os .
Hermano: ¿Qué más? Es fácil encontrar el fenómeno incluso entre monolingües. Los ca-
Hennana: QUERÍA ALGUNA COSILLA MÁS, PERO N:O TENGO DL\IERO. sos más claros son aquellos ~n que la a l ter nancia se da entre dialectos
Hennano: Pues muchas gracias, hennana. Hasta luego. muy distintos, como e l llamado inglés negro (Black E nglísh Vernacular)
Hernuma: GRACIAS. ADIÓS. y el inglés estándar. Véase un ejemplo:

En Jerusalén las preferencias en las transacciones comerciales van WeJJ, i's long linc, y'start off, an' y'shoot-y'shoot into skellies. An' 'en
hacia el multilingüismo, como muestra el siguiente ejemplo, en el que ef you make in in skellies, you shoot de onesies. An" den like IF vou MISS '
cuatro mujeres soldados están mirando pulseras en una joyería: ONESIES, de OTHuh person shool to skelly; ef he miss, den you go again.
An' IF YOU GET IN, YO\J SHOOT ro TWOSlES. An' IF YOU GET lN TWOS!ES. YOU GO ro
Joyero: You want bracclcts? [¿Quieren alguna pulsera?] tthreesies. An' lF YOU MISS tthreesies, THEN THE PERSON tha' miss skdly
Soldado /: How rnuch? [¿Qué precio tienen?] shoot THE SKELUF.S an' shool in TH'E ON.E.SlES: An' IF HE M\SS, YOU GO from

Joyero: You want this one or Lhis one? [¿Ésta o ésta?] t1.hi·ees ies to foursies.
Soldado 2: (EN HEBREO) Ésas no son bonitas.
Soldado J: (EN ÁRABE) ¿Ésta no es bonita? Las partes escritas en versalitas son inglés eslándai: Como muchas
Joyero: (EN Á.RADE, y DF..SPUÉS EN HEBREO). Preciosa. Como las muje- unidades son compartidos por ambos sistemas, con frecuenci<:\ es difí-
res soldados. cil decidir en qué lugares se ha producido cambio de código
ELECCIÓN DE lA LENGUA 83 84 EL LENGUAJE EN LJ\ S OClEDAO

La diferencia entre el enfoque de los que ven la alternancia de códi- por otro el libro de G. Salvador Lerzgira Española y lenguas de España, Barce-
gos en función de los cambios de tema, escenario, ele., y el de los que lona, Aricl, 198 7 .]
la ven como elecciones de los hablantes para conferir a SLL discurso uri La noción de «actos de identidad» ha sido tomada de Roben Le Page y An-
detem1inado significado es que la última perspectiva otorga a los dré Tabouret-Keller. Acts of Jdenlily: Creole-Based Approaches to Langua.ge and
usuarios un papel activo a la hora de situar socialmente su discurso. Echnicity (Cambridge: Cambiidge Universit:y Press, l 985).
La elección no les es impuesta por factores externos. como el entorno y Para los problemas relacionados con el uso de los d atos de los censos véase
el terna. Pero, dado que este enfoque es interpretativo, los analistas se J. de Vries, «Sorne Methodological Aspects of Self-Repon Questions on Lan-
guage and Eth.nicily», Journal o{ Muliilingua1 and Mulliwllural Development , 6
encuentran con dificultades a la hora de decidir cuándo 1os miembros (! 985), pp. 347-369; S. Lieberson, «How Can We Describe and Measure the ln-
de la colectividad adscriben una emisión al ámbito del «nosotros» o al cidence and Distribution of Bilingualism?» , en Louis G. Kc lly (ed.), Description
del «ellos». Y esas dificultades 110 pueden resolverse empíricamente, and 1\tleasureme nl o(Bilingualism (Toronto: University ofToronto P1-ess, 1969),
mientras que sí admiten este tipo de contrastación la posibilidad o no pp. 286-295; y para la India en panicuJa1·, J. Das Gupta, Language Conflict and
de cíertos tipos de alternancia o la validez de principios como la cons- Natirmal Development: Groups Politics a.1u.l National úmguage Policy (Berkeley:
tricción de equivalencia. La mayoría de los estudios sobre bilingüismo Universily of California Prcss, 1970).
se han llevado a cabo en comunidades ubicadas en sociedades moder- [Los criterios de Pedro de Yrízar rnencionadns en la nota se encuentran en
nas, con una lengua minoritaria hablada en casa distinta de la em- su trabajo «Los dialecto~ y variedades de la lengua vetsca. Estudio lingüístico-
demográfico», Boletín de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País,
pleada por la mayoría. Las generalizaciones sobre tales comunidades
XXIX. 1973, pp. 3-78. Éste y olros trabajos han sido recogidos con posleriori-
pueden no tener valide7. u niversal. Diversos antrnpólogos qLLt:: trabajan dad en Co1111-ihució11 a la dialectologfa de la lengua vasca , Caja de Ahon-os Pro-
en comuni.dades tradicionales del Tercer Mundo han pueslo en cues· vincial de Guipúz.coa/Gipuzkuako Au1Tczki Kt1tx.a Probinrziala, 1981. Para la
tión las concepciones occidentales sobre la intencionalidad y el carác- situación actual del multilingüismo en España véase Miquel Siguan, Espa fí a
ter individual de la conducta humana. Se ha señalado que en Samoa, plurilingúe. Madii.d, Alianza Universidad, 1992; para la de l gallego y el catalán
por ejemplo. el significado de la emisión de alguien es fruto de una ne- pueden consultarse también los infonnes contenidos en Rebecca Posner y
gociación comunal. No es posible atribuir un único significado a un John N. Green (eds.), Trerzds in Romance Li11guislics arzd Philology. Vol. 5: Bilin-
determinado cambio de código, puesto que tales cambios pueden cum- gualism and Linguislic Conflicc in Rornance, Berlfn-Nueva York, Mouton de
plir más de una función simultáneamenlc. Gniyter, 1993 (en las pp. 117-173 esL;í. el de Henrique Monteagudo y Antón
Sant<imarina sobre el gallego, y en las pp. 175-207 el de :'\1iquel St.rubcll i
La diversidad lingüística se da también en comunidades de habla Trueta sobre el catalán). La disparid<1cl de las dfras que con frec uencia se ma-
monolingües. De hecho la investigación sobre dialectos urbanos, parti- nejan en los recuentos de hablantes es comentada irónicamente por G. Salva-
cularmente en el mundo anglohahlante, se ha convertido en el núcleo dor en el artículo «Los alegres guarismos de la demolingüfslica, op. cit. , pp. 45-
fundamental de la investigación considerada inequívocamente socio- 67.]
lingüíslfiica. Pero eso será objeto del próximo capítulo. El ejemplo de Papúa-Nueva Guinea de la figura 2.1 es de Gillian Sankoff,
«Language Use in Multilingual Societies: Sorne Al ternale Ap proach es», en su
The Social Life o( Language (Filadelfia: Universily of Pennsylvania Press, l 980) ,
pp. 29-46.
Bibliografía anotada La noción de diglosia fue in troducida en 1959 por Ch::trles Ferguson, en un
artículo reimpreso en Pier PauJo Gigliolo (ed.), Langllage and Social Corz te..x 1
El Jibrn de Suzannc Romaine Dihngualism (Oxford: Blackwell, 1989 [ahora (Harrnondsworth: Penguin, 1972), pp. 232-25 1 [entre otros muchos lugares.
existe una 2:' ed., de 1995, revisada y aclualizadaj) es una panorámica de cues- Hay traducción al español en P. L. Gardin e Y. Lastra de Su árez, Antologfa de
Estudios de Etnolingiiística y Sociolingüística, México, UNAM, 1974, pp. 247-
tiones ligadas al multiJingüismo individual y social; véanse especialmente los
265]. Una discusión más reciente y completa puede encontrar se en el manual
capítulos 2 y 4 para todo lo tratado aquí.
de Ralph Fasold The Sociolinguistics o( Socieiy (Oxford: Blackwell, J 984) . Más
[En lo~ últimos años es abundantísima la biblíograüa que se refiere al mul-
exhaustivo aún es el tratamiento que hace del tema el libro de Francis Britto
til.íngüismo español y al estado actual, desde todos los punlos de vista, de las
Diglossia: A Stiidy of the Theory with Applicalio11 co Tamil (Washington, OC:
lenguas de España. Como ejemplo de posturas encontradas, con frecuencia de-
Georgetown University Press, 1986), así como la colección de Alan Hudson-Ed·
fendidas con apasionamiento, pueden compararse por un lado los trabajos
wards Sllidies in Diglossia (Denlon, Tex.: Un.iversity of North Texas, 1992).
c(intenic\os en Alberl Bastardas y Emili Boix (cds,), ¿Un. eswdo. ima lengiw? L.a
Véase asimismo el artículo de Joshu;:i Fishman «Bílingualism with and w itbouL
or.~anirnción po/ílica de la rliversida.d lingiiística, Barcelona, Ocwedro, 1994, y
ELECCIÓN DE LA LE..l\!GUA 85
86 H LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Diglossia; Diglossia with and without Bilingualism», Joumal of Social lssues.


El ejemplo de Jerusalén procede de Bemard Spolsky y Roben L. Cooper,
23 (196 7), pp. 29-38. [Recogido como un capítulo -el Vl- de su libro The So-
The Languages o[ lerusalem (Oxford: Oxford University Press, 1991).
ciology o[ Language, que cuenta con traducción española: Sociología del len-
El ejemplo del inglés negro est{l tomado del articulo de \.Villiam Labov.
guaje, Madrid, Cátedra, 1979. Una revisión sobre el concepto ele diglosia apli- «The Notion of "System" in Creole Languages», en Dcll Hymes (ecl.), Pidginiz.a-
cado en el dominio español puede encontrarse, por ejemplo, en G. Rojo, «Di-
rion and Creolization of Languages (Cambridge: Cambtidge University Press,
glosia y tipos de diglosia», Philologica Hispaniensici in Honorem Manuel 1971). pp. 447-472.
Alvar, vol. 11, Madrid, Gredas, 1985, pp. 603-617. En el trabajo de Henrique
Monteagudo y Antón Santarnarina sobre el gallego citado más arriba puede
verse una exposición breve de los conceptos de anormalivización» y c<110rma-
lizaciónn.]
El estudio sobre la comunidad puertotTiqueña se encuenu·a en Joshua
Fishman, Robert L. Cooper y Roxanna Ma, Biliiigualism in the Ban·io (Bloom-
ingron: Indiana University Press, 1971 ). [El texto puertorriqueño con alternan-
cia de inglés y español recogido en nota está tomado de López. Morales, Socio-
lingúística, Madrid, Greclos, 1993 {2.' ecl.), p. 171 y pertenece a un trabajo de
Shana Poplack y David Sankoff sobre la misma comunidad.]
El libro de Reg Hindley The Death o[ lrish: A Qualif!ed Obiuwry {Londr·es:
Rouledge, 1990) proporciona una buena visión de conjunto sobre el esLatuto
del irlandés a fines del siglo XX.
lLo que ~e dice en nota sobre Ja actitud hacia el guaraní procede ele J. P.
Rana, nThe Social and Cultural Status of Guaraní in Paraguay», en W. Bright
(ed.), Sociohnguislics, The Hague, Mouton, 1966, pp. 277-298.]
Una panorámica global de la situación sociolingü.ística de Australia apa-
rece en el libro de Suz.anne Romaine úmguage in Australia {Cambridge: Cam-
bridge University Press. 1991 ); los datos del cuac.lro 2.2 proceden de Michael G.
Clyne, Midlilinglial Aiistralia (Melbourne: River Seine Publications, 1982).
El lihro de Nancy C. Dorian, lnvesligating Obsolescence: Stl1dies in Lan-
glwge Contraction and Death (Cambridge: Cambridge University Press, 1989)
conliene un informe de la investigación sobre lenguas en peligro de muerte.
[La lista de lenguas más habJadas que se atzibuye en nota a J. C. •1\for·eno
Cabrera procede de su libro úmgiias del Mundo, Madiid, Visor, 1990. También
la nómirfa de «los veinte países lingüísticamente más ticos del mundon.]
El ejemplo de Oberwart está tomado del estudio ele Susan Gal, Language
Shifl: Social Detemúnanrs o( lingllístic Change in Bilingual Av.siria (Nueva
York: Academic Press, J979).
El ejemplo ele Kenia procede de Carol Myers-Scotton, Motivalions for Code-·
Switclúng: Evidence /rom Africa (Oxford: Oxford University Press. 1993).
El estudio sobre Hemnesberget (Noruega) se expone en Jan Petter Blom y
John J. Gumperz, «Social Meaníng in Linguistic Structures: Code·Switchíng in
Norway», en John J. Gumpen. y Dell Hymes (eds.), Direclions in Sociolinguis-
rics (Nueva York: Holt, Rinehan and Winston, 1972). Para un análisis de las
constricdones estrncturales sobre la mezcla de códigos véase Shana Poplack y
David Sankoff, «Code-Switching», en Ulrich Ammon. Norbert Dillmar y Klaus
J. Matthi::ier {ecls.), SociolingL1istics· A11 ln!emario11al f/andbook of Language
and Society (Berlín: de Grnyter, 1988); y para las motivaciones pragmáticas,
véase el capitulo 3 ele Discow-se Slrategies (Cambridge: C<1mbriclge University
Press, 1982), de John J. Gumperz..
88 EL LENGUAJE EN LA SOCJEDAD

«Setvilleta», por citar el indicador lingii.ístico de clase mejor conocido


e ntonces para el inglés. Antes de esa época la mayor parte de los estu-
dios sobre variabilidad se centraban en las variaciones regionales, es
decil~ tenían que ver con la dialectología.
De los años sesenta en adelante Jos sociolingüistas han concen-
trado su atención en el habla de las ciudades, donde vive actualmente
una proporción creciente de la población del mundo. la urbanización
tiende paradójicamente a producir tanto diversidad como uniformi-
CAPÍTULO 3 dad. l as ciudades han atraído a inmigrantes ele muchas áreas rurales
que hablan lenguas y dialectos regionales diferentes. Londres, por
PATRONES SOCIOLINGÜÍSTICOS ejemplo, constituyó un foco de ÜTadiación del inglés estándar, pero en
la actualidad se ha convertido en una ciudad crecientemente diversifi-
cada por el influjo de emigrantes extranjeros procedentes de Asia y de
la .zona del Caribe. El resultado es que e n la ciudad pueden oírse no
menos de cincuenta lenguas diferentes. Del mismo modo, Melbourne,
ciudad en otro tiempo monolingüe, tiene ahora la mayor concentra-
ción de hablantes griegos del mundo. En los centros urbanos las va1ie-
dades estándar y las lenguas de más amplia extensión sirven para ho-
mogeneizar la diversidad pero, al mismo tiempo, la intensidad en la
urbanización va ligada al increme nto de la estratificación social, con
la variabilidad lingüística consiguiente. De ahí la paradoja antes men-
cionada.
Un estudio llevado a cabo en Nueva York en los años sesenta fue el
primero en aplicar una metodología sistemática a la investigación de
dialectos sociales y también la primera panorámica sociolingüística a
gran escala de una comunidad urbana. A diferencia de los estudios
dialectales anteriores, que generalmente U[ilizaban a una sola perso-
na como representante de una determinada á1·ea, el estudio mencio-
nado se basó en entrevistas grabadas con 103 inform antes, elegidos
aleatoriamente, que constituían una muestra representativa de las
distintas clases sociales, edades, grupos étnicos, etc., de Nueva York.
Este enfoque resolvió el problema de cómo hacer que el habla de
una persona cualquiera pueda representar a una zona urbana muy
amplia.
F1 c. 3. t. Patriotismo vocálico: el conflicto lingiiistico nomego ha culniinado por Investigaciones previas habían llegado a la conclusión de que el ha-
ahora en una n111arga disputa sobre si se sirve mejor a la patria promtnciarulo sne o bla de los neoyorquinos parecía variar al azar y de una manera impre-
snci (~nieve » ).
decible. A veces pronunciaban de la misma forma los nombres lan y
Ann y otras veces los diferenciaban; a veces pronunciaban la /r/ posvo-
Desde hace algún tiempo se sabe que hay diferencias lingüísticas li- cálica [es decir, Ja que aparece tras una vocal en posición final de. sí-
gadas a la clase social. E n la década de los cincuenta se sugirió que laba] en palabras como car, y otras la omitían. Tal fluctuación fue eti-
quetada como «Variación libre» (free vari.ation), porque no parecía ha-
ciertas variaciones léxicas y fonológicas del inglés podían ser clasifica-
das como A (propias de las clases Altas) o no-A. (usadas por las otras ber explicación para ella. El estudio ya mencionado y los que se
hicieron después siguiendo el mismo modelo mostraron, sin embargo,
clases) [en inglés, U/non -U]: es el caso de serviette frente a tabfe-nnplcin
PATRON'ES SOCIOLINGülSTICOS 89 90 El. LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

que cuando tal variación Libre se veía en el contexto global de la comu- Cu.~DRO 3.1. Porcentaje de /r/ posvocdlica pronunciada en la ciudad
nidad ya no era libre, sino que, por el contrario, estaba condicionada, de Nueva York y en [(l de Reading
de forma predecible, por factores sociales como la clase, la edad, el
Nuel'a York Readíug Clas~ social
sexo y el estilo. Así, mientras los idiolectos (es decir, la forma de hablar
de cada individuo) considerados aisladamente parecían variar de 32 o Clase media alta
modo caprichoso, la comunidad ele habla como un todo seguía patro- 20 28 Clase media baja
nes regulares en su conducta lingüística. Mediante este método era po- l2 44 Clase obrera alta
sible predecir que, dada la clase social, el sexo, la edad, etc., de una
o 49 Clase obrera baja

determinada persona, omitiría la /r/ posvocálica un cierto número de


veces en ciertas situaciones. AJ poner en correlación variables sociolin-
güísticas y factores sociales, los socioli ngüis tas han sido capaces de
dos grupos: las que la prnnuncian (<eróticas») y las que no la pronun-
trazar un cuadro global de cómo se produce la diferenciación social
cian («no róticas»). Hoy en Gran Bretaña las hablas que, como resul-
de los dialectos en Estados Unidos, Gran Bretaña y en general en todos
tado de un proceso de cambio lingüístico, han perdido esta lrí suelen
aquel.los Jugares donde se han hecho estudios con una metodología si-
tener más prestigio que las que la mantienen (así sucede, por ejemplo,
milar.1
con el inglés de Escocia). Pero en muchos lugares de Estados Unidos, y
aunque esto no haya sido siempre así, ocurre lo contrario (véase capí-
LtJlo 5). El cuadro 3.1 compara la pronunciación de la /ri posvocálica
Lengua y clase social
en Nuevél York con la de Reading, en Inglaterra. Las cifras muestran
que, en Nueva York. cuanto más bajo es el estatus social, medido en
Para demostrar que existe una relación regular entre factores lin- télll1inos de profesión, estudios y nivel de renta, menos se usa esa Ir/,
güísticos y sociales debemos estar en condLciones de medir unos y mientras que en Reading sucede jusLamente al revés.
otros de una forma fiable. Las principales dimensiones sociales que los Como muchos de los rasgos investigados por los sociolingüistas, la
sociolingüistas han manejado son: clase social, edad, sexo y estilo. De pronunciación de esta /r/ muestra una dislribución signí ficativa no
ellos el factor clase social ha sido el más investigado. Muchos estudios sólo desde el punto de vista social sino también geográfico (véase capí-
sociolingüísticos han comenzado por agrupar a los individuos en cla- tulo 5). Esta diferencia entre los dialecto!> del inglés es resu ltaclo de un
ses sociales sobre la base de factores como los estudios, la ocupación, proceso de pérdida de /r/ en posición preconsonán tica, pero no ante
el nivel de renta, etc., para tratar de ver a continuación cómo se mani- vocal, que comenzó hace siglos en el sudeste de Inglaterra y se exten-
festaban en cada grnpo determinados rasgos lingüísticos. El método dió hacia el norte y el oeste. La disLribución de tal Ir! en Estados Uni-
usado en la ciudad de Nueva Yo1-k para estudiar los rasgos lingüísticos dos refleja el asentamiento de los colonos procedentes de di ferentcs
fue seleccionar unidades fácilmente cuantificables, en concreto varLa- lugares de Gran Bretaüa e lrlanda. Como el factoi- relevante para el
bles fonológicas como la /r/ posvocálica, que podía aparecer o no. En cambio era la presencia o ausencia de consonante en la palabra inme-
relación con esta variable, una de las primeras que los sociolingüi.stas diatamente siguiente (por ejemplo, car key frente a car engine), en los
analizaron con detalle,2 las variedades del inglés podrían dividirse en hablantes uo róticos surge una especie de «Ir/ de enlace» (linking Ir/)
delante de palabras con vocal inicial. Con posteri01·idad este patrón de
comportamiento parece haberse reestructurado y generalizado, de
l. En España l<1 pnmeca gran ciudad en que se e~ploró la vari~c16n social, aunque de fomla me-
nos precisa, fue. probablemente, Las Palmas de Gran Canaria, que con posterioridad ha sido objeto <l~ modo que la /r/ se inserta en muchos contextos prevocálicos donde
nuevos estudios mucho más cercanos al modelo neoyorquino. Enll·e la.s capitales <le provinci<• t!Spario· nunca existió, como the idea of it, que se convierte en the idear of it, o
las cuya variedad <le habla ha sido abm dada teniendo en Clienta factores ,)ocia les fíg11ran larnhién Sevi-
lla, Burgos, Valladolid, Toledo, Bilbao y Grnnada. .
Shah o{ Jran., que se convierte en Shar of lran. Este fenómeno seco-
La metodología de l..abov se "plicú tambien rdalivamente pronto a las grandes c1L1da<les l11spano· noce con el nombre de «r intrusa» (in.tr11sive r). 3
americ;urns: Buenos Aires. Panamá, México, Caracas o San Juan <.le Puerto Rico, entre otrns. cuen1an
con estu<hos de este tipo sobre aspectos parciales de ;u habia.
2. En el mun<lo hispámco también ha h,,bido prele1>?ncia, <lcnn-o de es1e 1ipo de es1udios, pm· las 3. Trunb1en en csce aspeoc10 la -s final de: silabn del ~spaf>o] nlUesrra .~en1~j?.nz~s con In-ringles~.
variables fonológica.>, y, <lel mismo modo que en mglés, ha sido u na conscm:rnle final de silaba,¡.,>, la pues~o que las \'a11ed~<les qne 1(1 c1i1ninan la suplen .J vec~s l'I) p>!bbr~s do11<lc no deberfa aparec.:er. y <lj.
que ha mcrecic.lo sin eluda rnayor ale"nción. cen pe1os1 cuandosi eic.
PATRONES SOCIO LINGÜÍSTICOS 91
Y2 EL LENGU/\.IE EN LA SOCIEDAD

La estratificación social puede detener la difusión de los rasgos lin- CUADRO 3.2. Porcentaje de fonnas que en Nonvich no se ajllstan a la RP
güísticos exactamente de la misma fo1ma que lo hacen las barreras
geográficas. Y también de la misma fonna los límites entre los dialec- Clase social (ingi (t) (h)
Los sociales tienden la mayor parte de las veces a no ser absolutos. El Clase media media 31 41 6
patrón de variación para la /r/ posvocálica ly, en general, para la /s/ fi- Clase media baja 42 62 14
nal de sílaba en el mundo hispánico] muestra «estratificación cont[- Clase obrera alta 87 89 40
nua» (fine stratification), es decir, la variación es gradual y sin solución Cl<1$c obrera media 95 92 59
Clase obrel-a baja 100 94 61
de contimLidad tanto desde el punlo de vista de la dimensión lingüís-
tica implicada (en este caso de tipo fonético) como por lo que respecta
a la dimensión exlralingüísLic:a (en es\e caso la clase social). Los índi-
ces suben y bajan según la clase social, pero no hay co1·tes abruptos en- no tienen /hf inicial o ésta aparece sólo de forma intermitente. Para los
tre los grupos. Un hallazgo destacab.le de los trabajos de sociolingüís- hablantes «que se comen la h», art y lzeart se pronuncian lo mismo. Y
tica urbana es que las diferencias enlre dialectos sociales son cuantita- otra vez cuanto más bajo es el estatus de una persona, más verosímil-
tivas y no cualitativas. mente «se comerá» l<i h. Los hablantes del norte de Inglaterrn, de Es-
Hay otras muchas variables en inglés l:y en español] que, corno cocia y de Irlanda ta mantienen, al igual que los de Estados Unidos.s
ésta, muestran distribuciones significativas desde el punto de vista so- La variabJe (t) se refiere al uso de una oclusiva glotal para /t/ en pa-
ciolingüísrico.4 Por ejemplo, las analizadas en los años setenta en un labras como bottle, que a veces se escribe estereotípicamente bot'le en
un intento de representar esa pronunciación, La mayoría de los ha-
estudio sobre el dialecto urbano de Non,vich que sigue las pautas del
blantes de inglés glotaliza la /t/ final en palabras como pat, pero en este
de Nueva York. Se investigaron lres variables consonánticas que cova-
caso el [enómeno carece de marca social. Sí la tiene, sin embargo, Ja
riaban con la clase social: (i.ng), (l). (h). El Clladro 3,2 -en que las ci- extensión de esta pronunciación a otros contextos, como sucede en
fras recogen el pon:entaje de formas cuya pronunciación no responde muchos dialeclos urbanos del inglés británico, particularmente entre
a la norma estándar conocida corno «Received Pronuntiation» (RP)- los jóvenes de la clase obrera de Londres, Glasgow, cte.
muestra los resultados obtenidos para los diver~os g11Jpos sociales. La Comparando los resultados obtenidos en Nonvich parn las oclusi-
variable (ing) hace referencia a la alternancia entre /n/ <ilveolar y /ng/ vas glotales con los de (ing) y (h) se puede exLraer alguna conclusión
velar en palabras Lerrnin.c1cbs en -ing, como reading, singing, ele. Con interesante sobre la forma en que se relacionan lengua y clase social en
esos térrni nos técnicos la fonética desc1ibe la variación entre fonnas esta ciudad inglesa. Si observamos en primer lugar la frecuencia, nota-
en que suena la «g» final y las que son pronunciadas como si se escri- remos que incluso las clases medias de Norwich usan oclusivas glota-
bieran readin', sin.gin', etc. De los hablantes que usan las últimas for- les muy a menudo, en concreto casi el 50 % de las veces, pero ello no
mas se dice populatmentc que «Se comen las ges)>. Esta variación es un ocurre con (h). No hay,. desde luego, ninguna razón para dar por su-
marcador de estatus social (y de estilo) bien conocido en el mundo an- puesto que cada uno de los casos de variación de una lengua derermi-
glohablante. El cuadro 3.2 muestra que cuanto más bajo es el eslatus nada se coffesponderá con La estructura social de la misma manera o
social de una persona, más prnbable es que sustituya los finales velares en la misma medida que los demás casos. La mayoría de las variables
por alveolares . sociolingüísticas tienen una historia complicada. Algunas variables
La vaiiable (h) se refiere a la alternancia entre /h/ y su supresión en servirán para est.ratific<ir la población de una forma más precisa que
palabras que empiezan por este sonido, como heW'l, hand, etc. A dife- otras; es más, algunos casos de variación no parecen estar en correla-
rencia de lo que ocurre en la RP, ll mayor parle de las hablas urbanas ción con ningún tipo de varible externa: la pronunciación de la pri-

5. De las varibles: ci[ada.s para el españo l en una nota anlerior, ta1nbién algunas son daros. Jllar-
4. Ackmas de -s han resuli~do frucLifcras en el 'irnbiro esp<>ñol otra> l'a1iables fonológi <a ~ corno cadore.s de clase. ~· dt:cir, se dan con má.~ frecuencia en fos cla.-;es m~s b01jas, rnienLras que en otras lal
)~. pron1.1nciad6n dr. -r, -1, -11 final<>~ J~ <:5!aba, );1 pronuncl;.c1tJn dP/x/. fa vdari1J:ici6n de lri, el ye:fsmo. el íactor parece tener menor ío}pCH·tanci~. Aunt1ue la:-:; cos~L'i pueden \O::\riat rnucho Je uti.a ion~ a Olrn del
seseo y ceceo, -k. -.~. -¡;, -b, -t, .¡J finales de sílaba, .d. in1ervon\lic>i. ere. Como 'e ve, y a dit".ercnd;. de lo amplls·imo mundo hispánico, en gMeral enl1e 1~, pn meras se "ncuenlran el ceceo, la veh1.nzacj,;n de
que ocurre en inglés, la \:a.riabliiJad par~(·c :::er u1ayor en las consonante-!:. que en l.:tS voca]Q-s. Enn·e Lis Ir/. cierL«s pronunciaciones - o suµressone."i~- <le las conson~-mL.!s finales de sflab.1.1 <liferentc.s de !si o el
1·aiiable., s1111ác1ic.as m :rnr:.1adas par~ el esp:n'iol l1glu<1n el dequeísm o (•pienso d.e. qt1e ... >·, • creo d•. carnbiu en el orde-n de los L:JiOcos: enlrt~ las segunda:>, la s11presión de -d- >.nlervocálica. el )'eísn10, la as.
que ... ), l ~s cundicio11,;.le.s 1 ivs clíLico~ [.'i'u c. ..1i"áCL1~r redundanLt: --~ ;,fa vi a /\llaría. :-.-; b fonna ur1Jiz~da pi radón d e -s o ~-\ le is.n10 .
-leísmo, laísmo, loísmo-. el u1den · • l!IC se ca)'Ó») o b cumplejfdad d e los cnunciatlos.
PATRONES SOC[OLJNGÜÍSTICOS 93
94 EL LE.'.'JGUAJE EN LA SOCiEDAD

mera vocal de economic, por ejemplo, que algunas personas realizan CUADRO 3.3 . Incidencia de las oclusivas glotales en Glasgo\\', comparando
como !.a de bee y orras como la debed, está problablemente en esta si- la posición inlcrvocrilica con la totalidad de los contextos !%)
tuación [y lo mismo parece ocurrir en español con La elección entre las
terminaciones de imperfecto de subjuntivo -ra/-se (cantm-a/cantase)]. Clase

Las variables fonológicas tienden a mostrar «estratificación continua» [Ja. l!b IIT A'ledia
y hay más variación socialmente significativa eu la pronunciación de Totalidad de los contextos 48,4 72,9 84,3 9 l,7 74.3
las vocales del inglés que en Ja de las consonantes [aunque en otras Posición inlen:ocálica o 7,2 42,S 68,8 29,6
lenguas, por ejemplo el español, puede sucede1· lo contrario]. En
el caso de las oclusivas glotales, lo que resulta significativo desde el
punto de vista social no es que una persona las use o no, sino con qué La visión del lenguaje que emerge, pues, del estudio sociolingüís-
frecuencia las usa en determinados contextos lingüísticos y sociales. lico de los dialectos urbanos es la de un sistema estructurado, pero va-
Este uso, en efecto, está particularmente estigmatizado en posici6n in- riable, cuyo uso está condicionado por factores internos y externos.
terior, es decíi~ en bottle, butter. Parece que la probabilidad de apari- Existen variables que, a diferencia de las vistas, muestran una es-
ción de las oclusivas glotales responde para el conjunto de los hablan- lratificación abrnpta o discontinua (sha1p stmtification). Es deci1: esta-
tes a la siguiente jerarquía de contextos lingüísticos: blecen una clara barrera entre la clase media y la clase obrera. En in-
glés tales rasgos son más de índole gramatical o sintáctica (por ejem-
Máxima frecuencia final de palabra + consonante: that cal plo, la negación múlLiple: «l don't want no trouble», «Ningún prnblerna
ante nasal silábica: button6 no quiero») que fonética_ 8 El cuadro 3.4 muestra los resultados del es-
final de palabra + vocal: that apple tudio de una variable gramalical en Detroit y Norwich. Se trata de Ja
ante /U silábica: bottle tercera persona del singular del presente empleada sin la desinencia en
Mínima frecuencia posición intervocálica: butter -s que exige la norma estándar, es decic he go en lugar de he goes. Sólo
la clase obrera usa esas formas con una frecuencia llamativa, sobre
Aunque todos los hablantes son afectados de la misma manera por lodo en Nol\Nich. El hueco abierto entre las normas de la clase media y
estas constricciones internas, las aplican con djferente frecuencia de- las de la clase obrera es también más grande en Nonvich que en De-
pendiendo de la clase social a la que pertenezcan y de otros factores ex- troir, reflejando así la mayor movilidad del sistema social americano_
ternos. El cuadro 3.3 muestra los índices de aparición en Glasgow de Hay también 01ras variedades de inglés británico, por ejemplo en zo-
las oclusivas glotales según la clase social, y permite comparar Jos rela- nas del norte, suroeste y sur de Gales, donde el paradigma del presente
tivos a la posición intervocálica con los que se chrn en la totalidad de los es regularizado en la dirección opuesta, y Lodas las personas del verbo
contextos. Por clase I se entiende la más alta y es la de los profesionales, reciben la desinencia en -s: I goes, yoit goes, he goes, ele.
mientras que la clase III es la más baja, y está constituida poi· obreros Existe una estrecha relación entre di<tlectos sociales y regionales
no especializados. Los resultados reflejan gue las oclusivas glotales
constituyen la norma para esta comunidad (74,3 %) si tenemos en
cuenta t~dos los contextos, dado que la clase social más alta las usa casi CllADRO 3.4. Verbos sin-sen Derruir y Norwich (%)
la mitad de las veces y la más baja en la casi totalidad de los casos. Pero Ciase Derroi1 Norwicll
si nos fijamos en la posición intervocálica, la clase más alta no las uti-
liza, mientras que el porcentaje para la clase más baja es del 68,8 %. 7 Clase media alla 1 o
Clase media baja 10 2
Clase obrern alta 57 70
6. la nasa.\ n se llanta usilábic..:a,. pm·que l;,, voct1l o que aparece en la es.cnt\.\rC\ no se prnn~,1ncia. y Clase ob1-era media 87
es la consonan Le citada el núcleo de b .,liaba. Clase obrera baja 71 97
7. Lógicamr.11te. también en los eSt\Jdio~ sobre el español llevados a cal:io con esta metodologfa
se tienen en c\_1cnt21. las rcshi-cciones. irnpl1est"s por el contex:o hngüfslico y su inlen·elndón con los fav
lores sociales. Enl re los puertorrique1io_, de FiladeJ(iQ, por ejemplo, I"-' conw."os que fovorccell el debi-
Jitamienw de (s} e.n posición fínal de pn.Jabra .o;~ ordenan a.si de mayor a menor: consonante slguiente 8. E._iemp!os semcJan1es p:>.ra •\ t>paJ)ol serian el orclen de Jo; cli1icos ( .. Me se cayó») n <let~nni­
(no huy d1ferenci:.t :-;ignificativa por d hecho de que sea sor<la o sonora): \'Oc<11 siguienle: pausa La or- nac.las formas verbales- (::e11105, h1H.!;,ü. jhuno~). Lenón1cno"' r:'l<lic:a~m~nu~ a1.1~eJ1r.;.•s <le c·1€'rlo!-. grupos;-·,
denación rrob?ab~erne.n!e .ser~ vAHda para muchas otras zonas c.lonc.le ocurra 1~ nnsrn« \'Arittble. por t;ull<J, ;:;uj..:?Los .:d cipo rle ~.'Stt"aLifka.cl ón que se ha mencion~-t<lo.
PATRONES SOCIOUNGUÍSTICOS 95 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

CUADRO 3.5. Difere11cías regionales y de casta en canarés, 11l sur de la India


mos diciendo: el cuadro muestra algunas diferencias regionales y de
hrahmcinPs 110 hmhmcmes casta en el vocabulario y Ja gramática, recogidas en dos dialectos re-
Di1a1wm· Barrgnlore Dharva r Ba;1galore gionales del canarés (kanarese), lengua drávida h<iblada al sur de la In-
dia. Los dialectos son los usados en Dharwar y Bangalore, y dentro de
'es' [suj. no persona] xfo icle a.y(i ay tí ellos, se recogen datos para las castas de los brahmanes y de los no
'dentro' -o{age -alli -aga -aga brahmanes.
afijo de infiniiivo -likke -6k -<Yk -ak
afijo rlc panicipio -(j -(i -á -á La dimensión regional de la variación puede apreciarse observando
'siéntate' küt- kfil- kunr- lwr11- las formas que son diferentes en las dos ciudades, distantes unos 400
refle.'<.lvo ko ki5 kont- lcont- kilómetros. La dimensión social se ilustra comparando el uso de los
brahmanes, la casla más alta, con el de los no brahmanes. Para estos
Fuc1J1r.: P. Trudi¡iU, Socwiillguislics (lfam1ondsworth, l974i, cuadro 2.
últimos las formas son las mismas independientemente de la región,
pero los brahmanes sí muestran variación. Su habla no sólo es disLinta
de la de los no bral1manes, sino que además camb.ia de una ciudad a
tanlo en Estados Unidos como en Gran Bretaña. En concrelo parece otra (compárense sobre todo los tres primeros ejemplos). De modo que
que· las variedades de la clase ob1·era eslán más lo~alizadas en el espa- en canarés, frente a lo que ocurre en inglés, las formas típicas del
cio. Ello es especialmente cierto en Gran Bretaña, donde los que están grupo social más alto están más restringidas espacialmente que las de
en la pétrle alla de la escala social hablan RP, variedad neutra que no los grnpos más bajos. En este caso la distancia social es más impor-
delata el lugar de origen del hablante, sino sólo su estatus social. No tante que la geográfica.
hay nada semejanle a la RP en Estados Unidos, que cuenta con nor-
m~s estándar regionales en las distintas zonas de l país. Es períecia-
mente posible que personas muy cultas tengan acentos locales muy Estilo
marcados: el presidente John f. Kennedy, por ejemplo, hablaba ele
[orma perfectamente reconocible la variedad de Nueva Inglalcrra, y el Algunos rasgos lingüísticos no sólo muestran a la vez diferencia-
presidente Jimmy Carter mostraba un inequívoco acento del sur. Aun- ción geográfica y social, sino que también entran en correlación con
que, naturalmente, las personas cultas de ambos países no suelen usar otros factores sociales. Uno de los hallazgos más importantes de la so-
rasgos gramaticables contrarios a la nonna estándar.9 ciolingüística cuanlitativa es la intersección del contimw.m social con
La naturaleza de las relaciones en[re variedades sociales y regiona- el estilíslico. Esto quiere decir que si un rasgo ocurre más frecuente-
les necesita ser investigada con mayor profundidad, puesto que es po- mente en el habla de \a clase obrera, ocurrirá más frecuentemente en
sible que varíe considerablemenle en sociedades no occidentales, el habla informal de todos los hablantes . El cuadro 3.6 muestra esto
donde las di fercncias de estatus social se organizan de forma cornple- para la variable (ing) en Norwich, cuya distribución en clases sociales
iamente distinta. Por e.iemplo, en la India deberíamos esperar una es- ya hemos visto. Io La conducta de cada clase social varía según se trate
Lratíficación discontinua de los rasgos lingüís ticos en correlación con de habla espontánea (casual) o formal. El estilo puede pasar de formal
las diferencias de casta, dado que las casias son grupos bien etiqueta- a informal por razones que comprenden el contexto social, la relación
dos, altamente estables y rígidamente separados unos de ot~os. Lamo- entre los partkipantes, la clase social, el sexo, la edad, el entorno físico
vilidad es muy escasa, puesto que la penencncia a una determinada y el tema. Aunque cada clase presenta índices de uso diferen[es en
casla es heredila1ia. En el cuadro 3.5 aparecen indicios ele lo que veni-
1O. Véase parn el esp~iiol el corre.po1)dienre a (s) en C:magena (Colombiu) (lus ci frus son por·
9, En el n1undo hispánico ia :-; 1tuaCl<.~n a e,t;lc respec{o es 11,l .\\s pan.:cidél a l.:\ b1itámcf\ que ¡i lil C.'i- centu~les):

tadounidcnse, dac..lo que en ~I st cxislen nonnas e.\'.ternas de correc:c1ún aceptadas por todos e induso
ins.ütucionaliz.:1das De \,oc.las forma'\ también el español cuila pue:de obedec~r ¡1 s.u bnormas qnc ~t: coJJ .. fati/o [s) [liJ (pérdida]
s idcrnn legHll11•s, de rnoclo que detcrm111 ~1<los fenómenos fon0ucos (.<esco. aspirnción d.:·-'· }eÍSJllO) o
sinrácticos: (lci:-.1no) re.suh\ln perfectan··2nrc. 1'H..·ep1a.bles. Por lo que res;:>ecta .n las vadantes usnUas por
cas u(\I 20 35 45
~;.;s d~ses. 1n~~ b ~1j:.\s, hay que distinguu· c.ntTe aqudlas rn ~\s o m~.n os: \!:'<li!.n<lid:;L~ por roe.Ir, el donitnio del cuidadoso 23 39 33
~ $p~:1ot a las que ~o ale denorrdn;;lrse. ·~ vulgo ns:n1os »,y bs que tienc:n tirl~\ cvi<le1ue ru.an:a fegional, 11.1u-
lec lur-a. M 17 16
lista e.le p.Uabras 87 8
i:.ht1~ veces rl.!.HO.' i <le.: viejos d1;;dec1us en rq~ resió n (o:.c..li.;:l lcc:l«Hsrnos.::io), '
PATR.ONI:::S SüClOLINGUiSTJCOS 97 EL LEN (; l.AJE l:N l.1\ SOCJEOAlJ

CuAD!{O 3.6. Porcer-1rnje de fomrns sin g finul en Norwich CSE

30 6-8

Clase social Formal

9
Clase media media 28 3
-- -- .
60
Clase media baja 42 15 / 4-5
/
2-3
Cb~e obrera alta 87 74
Clase obn~ra inedi<~ 95 88 ~

<D
l
Clase obrera b<1ja 100 98 1J
<D
u
40 o
'6
.E

20
cada escila, todos los grupos, conforme crece la l"ormalidad, cambian
de estilo en la misma dirección, es dt::cir, ~n dirección a la norma es-
tándar. Esta similiwd puede también tomarse como indicio de perle-
nencia a una comunidad de babia. Todos los grupos reconocen el de- o
A B e D D'
clarado prestigio de la variedad estándar y pasan a ella en los estilos Estilo
más formales. En el es ludio mencionado .la noción de "forrnalicladn
fue definida principalmente en [unción del grado de atención que los Escala de CSE (" clases soc\oeconómicas): Es\i\o:
hablantes prestan a su propia habla. 0-1: clase baja A: habla espontánea
2-4: clase obrera B: habla cuidada
5-6, 7-B: clase media baja C: eslilo de lectura
9: clase media alta D: lisias de palabras
Lengua y estilo D': pares mínimos

Se ha observado, sin embargo, que pueden aparecer desviaciones fiG. 3.2 . Estratificaciún social y estilfs tica de Ir/ posvocálica en la chtdad
del esquema, como rd1eja la figura 3.2, dondes~ recoge la distribución de Nueva York (esrratifh·ación por e/oses de una vm1able lingliistica en proceso Je
estilística de la Ir/ posvocálica en Nueva York. El gnipo más alto y el cambio: Ir! en guare\, car. beer, bcard, board, ele.).
r.nás bajo muesrran líneas que van subiendo gradualmente , pero el más
alto menos uno, la da~e media baia, muestra un carn b)o de estilo lan
radical que, en Jos niveles más for~rnles, usa es La Id con mayor intensi- norma externa de corrección y su conducta se caracteriza por es le re-
dad incluso qne el grupo más alto. E:5te «patrón cruzado» (crossover conocimien\o y por la ínsegmidad acerca de su propia habla. Ven el
pattem) se considera síntoma de la Llamada «hipercorrección>) o «Ul- uso de la Ir/ posvocálic.'1 como un marrndor de prestigio ligado al
tracorrección» (hypercurrection). 11 La clase media baja reconoce una grupo social más alto, y en su intento por adoptar la norma de este
grupo, reflejo al fin y al cabo de sus aspiraciones de ascenso social, «Se
11. F.n realu.Jnd es cnd<> "ez m~s ÍTecuenle (;\uso espe.dalizado ele ambo' 1¿nnino~. Je ~iodo qu~
pasan de la raya», y en eslo consisie la hipercorrección. 12 Los casos
h1percon-ecció11, ajeno haS1• hace poco a la tradición hi~p:\nicn , define d fen6meno <lescnto por b au· más claros de esta conducta hipercorrecta se dan cuando el rasgo lin-
tora, esto e>. la C(\nductn de un hablnn lc o grupo <le hab1i1ntcs eµ;~. >in ocupar la rima de la pir¡.,níde güístico en cuestión está experimentando un cambio «desde arriba,,,
socinl. vrt n.1ác; allá C}U(!' la d('sc socicj1ó.~1ca111en le rnas a.ha en el use, dt:' las fonnas consideradas cOJ"l'CC·
!as y aproprnclas para los es11tos forn1nles de habla. Por ullrw:(Jl"l·ecció11 , en C:'=.n1bio, se h~ Yen1clo ellten-
es decir, como respuesta a la presión e_jercida por la norma de la clase
die.ndc) S!eff~pre el fenón1cr10 aJ QUt' )a propHl FIUIOra alude tn;'Í ;) ~\b~jo. ;~S ._Jcc1r, aquE-1 ucp.le .'ie produce alta. En la ciudad de Nueva York la pronunciación de la /rl mencio-
cuando un lwblante 1nterpre1;.1 una fornrn. 1..01n~ct:1 del t~ 11~u ~1Je --pcw q \'mplo bacair10- como rnco· nada es una nom1a nueva recientemente introducida en áreas del es te
Jit>Ct<\ v 1(1 ri!SI i(uve fl b forni4' qu¿ él cree rw1n,~¡ ~n ~ste '-'~~o. IU1calt1do111; o. arnplbw 1o \111 JiuCc) ~1 con-
cep10 ..cJ fonónleJ;O <.1ue se p:-n<luoe CH<rndo un hablante, por compfl1"3C1Ún con ou-as formas que con~:­ de Estados Unidos que antes no la pronunciaban (véase capitulo 5). La
dera correcrn.'-"". ~rea unidaJ s?..-lrngúfqicas o altera otras habuuako;; ~n ¿.),con Jo que resuhan forn1~.s que
1H> cxJstcn en ninguna pé\1·tio» J)(>r t!Jen1pio, por hlllr dd co:\n1b1 .. é 1P ;.. · r"1... , :~uc d::i lugar· a verbos c ODlcJ
h"'bhmtt! pt1~<le fl:'HUllCH\r a e11c.;h11rc¡1.1,.w.r, l jª· ,,...
pa.sin1· o cocm.r , un nl'.1 e-~ es1;11.Ja1 pero que t:xiS.lt:: tn e' l~ScJ t 1. .El fonó1111euo e~ t~1 m hii· n h~bi1ual eri cd n1un<lo hi ~ p<'í.n i co, de 1noc.Jo que- se lrn Uetc..;tn<lo t::mto
i"cal <le SU comunidad,)' dar lug_rir ..\ c;1t·Julrtl/.lit?r, lrt~X.iStl.!Tl lt •~11 Loda~ p~trWs. en l1Jt11 ei·:\ndt::;: núcleos ÚL' población COlHO, J111..ilo."s muwnrlis. ~n }os. pequeúos núcleos no·ales.
PATRONES SOCTOLINGVÍSTICOS 99 100 EL LENClJ1\JE EN LA SOCIEDAD

hipercorrección practicada por la clase media baja acelera la introduc- marcada por sus informantes. La convergencia es un signo de solidari-
ción de tal n orma nueva. dad. As í que este resultado no es sorprenden te, pueslo que el lingüista
Por é'.l contrari o, la variable (ing), que no está sufriendo ningún que dirigió el estudio era de Norwich y estaba identificado positiva-
cambio, no muest.ra tamp oco indicios de hipercorrección. Es un mar- mente con la ciudad y sus habitantes. En un estudio de tipo d iferente
cador social y es tilístico estable y así ha siclo, que sepamos, durante si- llevado a cabo en u na agencia de viajes de Cardiff. los empleados adap-
glos. H ay otro tipo de hipercon:ección, que consiste en la producción taban su habla a lél de los clientes. Tales conclusiones serían difíciles
artificial de formas que son incorrectas. Así, en NLteva York, prnnun- de exp li car sólo en términos de la atención pre~Lada a la propia h abla.
ciaciones alt<lmente estigmatizadas, como «toity loid s treetn (para En otro estudio reali zado en Nueva Zelanda, los locutores de radio que
«33rd Strcet») [es decit~ h ablando en términos sólo aproxinwdos, y trabajaban en m á s de una emisora cambiaban su es Lilo de habla de
para entendernos, la ap arición de oi por er] se asocian popularmente acuerdo con el tipo de oyentes (definidos por su estatus social) que se
al llamado «acento de BrookJ yn», aunque en realidad pueden encon- presurnía para cad<l una de ellas. Como en la agenc ia de vü1jes de. Car-
trarse en la cJase obrera de toda la ciudad. DeLcrminaclos h ablantes diff, tales cambios de estilo se hacían con sum;:i rapidez: fuera de las
que quieren distanciarse de esta forma de h<1blar a m enudo «con-igen» horas punta un mismo locutor podía ocuparse de dar las noticias en
(falsamente) formas que conlienen sonidos representados por oi, de dos emisoras diferentes con apenas un inteI"vaJo de diez minutos, y; del
modo que (la estándar) toilet se convierle en (la inexislente) ter/et, y mismo modo, en la agencia de. viajes, eran ntenclidos nllmerosos clien-
boíl se convierte en berl. Los hablan tes alteran esos soni dos porque son tes, tanLo en persona como por Leléfono, a lo largo del día.
conscientes del estereotipo asociado a «toity toicln, esrereotipo que les Sin embargo, hay tam b ién ocasiones en que los hablanLcs optan
indica que oi es una pronunciación incorrecta de ei·, ele modo que «co- por un eslilo «divergente», con el fin de dista nciar al hablante del
uigen» indiscriminadamente todos los casos de oi y los cambian a er. oyen te. Un determ inado estilo (e i ncluso una lengua entera) puede
En casos como terlet , el fenómeno produce una forma que no sólo es usarse para establecer barreras. Por ejemplo, si una persona bilingüe
hipercorrecla, s ino también inexísteme en la fo1ma prestigiosa de ha - en español e inglés e lige consc.iem em ente no pasar al inglés al dirigirse
bla que están tra tando de imitar. 13 Tales incorrecciones llegan a ser a a alguien de quien le cons ta que sólo habla inglés ha tomado la deci-
menudo tan frecuentes que se convjertcn a su vez en es tereo tipos. sión de no adaptarse al oyente. Jóvenes negros de origen caribei'io 11<1-
Del mi smo modo que los hablantes prestan a su habla más aten- cidos en Gran Bretaña que se identi fica n con la cultura negra han
ción en unas c ircu nstancias que en otras, también hacen ajus tes según adoptado deliberadamente una forn1a de hablar que se diferencia con-
la persona con la que están h ablando. Al elegir qué formas usar no sólo sidera blemen te de la ele sus cornpañerns blancos y que se apoya en
fijan la fo1malidad o inform alidad relativa del conlexlo, sjoo también gra n medida en los ctiollos propi os de b zona. Cuando usan ese estilo
el interlocutor o interlocutores a los que se dirigen. Esta última opera- de habla se están apartando voluntariamenle de la sociedad blanca do-
c ión puede depender, evidentemente, del estatus de los participan tes, m in a nte y sus valores.
como vimos en el ejemplo del javanés que usamos en el capítulo 1 p ara Los hablantes tienen a su disposición una gama de fonnas (o de
il Lts trar el concepta de regis tro, Ín[imamente ligado al de estilo. Pe ro, lenguas ) que pueden utilizar para indicar cómo debe ser interpretado
como expond1·emos a continuación, puede depender también de otros su mensaje, cómo ven el contexro o el tema de !él conversación y cómo
factores . se s itúa n en rdadón con sus interlocutores. Todo lo cual muestra que
En algunos casos, e n efecto, los h a blantes se acomodan a la per- el estilo es un fenómeno mullidimensional.
sona o personas con las que hablan usando formas semejantes a las
que éstas utilizan . En tales casos se habla de «convergencia», porque el
habla de quien la practica se L\Caba pareciendo a la de s us intel&locuto- Género
res. Por ejemplo, en el es tudio sociol ingüfstico so bre Norwich , el lin-
güista que realizó las entrevistas notó, al escuchar .las grabaciones, que Hay Lambién conexión entre los patrones de estratifie<ición social y el
había cambiado su propio uso de las oclusivas glotales en la dirección género. Una serie de estudios sociolingCtísticos han llegado a la conclu-
sión de que las 1m~jeres tienden a usar las varia ntes ligadas a un estatus
afro más frecuentemente que los hombres. EIJo ocw·re, por ejemplo, con
l3 Ya se ha alucli<lú 'es1e fenó men<>. Cúll al~un ei<!mplo c.spruiol . en la norn 11 la /ri posvocálica y con (ing) lo, en espafíol, con los trueques
PATRONES SOCIOUNGU1STICOS lül 102 EL Lf.NGUAJE EN LA SüCIEOAD

CrJAORO 3. 7. Negación múltiple en Detroit (%) como «hoy no han venido a clase los alumnos(= ahunnos y alumnas}» o
Mujeres
«el hombre (==el ser humano) h a progresado muc ho»J. Algunas de estas
Clase Hombres
cuestiones serán analizadas con más detalle en el capítulo 4.
Clase media alta 6.3 o Los rasgos que he venido describiendo se recogen a menudo bajo el
Clase media baja 32.4 1,4 rótulo gen eral de patrones o modelos sociolingiiísticos (sociolinguistic
Clase obrera alta 40,0 35,6 patterns), es decir, se trata d e correlaciones recunentes y regulares en-
Clase obrera baja 90,1 58,9
Lre lengua y factores externos como clase social, estilo, edad, sexo, ele.
Para muchos este aspecto de la sociolin güística es sinónimo del campo
entero. A partir d el Lrabajo desan-ollado hasla ahora se pueden estable-
-r!-l en final de s(laba o incluso, en varias comunidades. con la alteración cer una serie de generali zaciones sobre la relación e n tre variables lin-
de -s en la misma posición]. El ejemplo del cuadro 3.7 muestra los resul- güísticas y sociedad. Se han identificado un cierto número de tipos de
tados para la negación múltiple («l do1ú have no money», aproximada- variables como los «indicadores» (indicators), cuya dis tribución viene
mente «Ningún dinero no tengo») en varones y mujeres de Detroír. En condicion a d a regularmente p or fac tores socioeconómicos, étnicos, de
cada una de las clases sociales J.as mujeres usan las vaiiantes estándar edad, etc., p ero que en un mis mo individuo n o varían con el con lcx-
m ás a menudo que los hombres de s u mismo estatus. La va1iable está to; los «ester eotipos» (stereotypes), fonnas Lópicamente estigmatizadas
más abrupLamenle estratificada para las mujeres que para los hombres, y dentro d e la comunidad, tal como el «toity toid» o el «terletn de
los huecos más amplios entre los dos sexos se dan en la clase media baja Brooklyn [o como el ceceo andaluz], con juicios q ue pueden coincidir o
y en .la clase obrera baja. Las mujeres tienden a ser más h ipercorrectas [y no con la realidad objeLiva; y los «marcadores» (ma1·kers), como (ing),
más ul[racorrectas (veáse la distinción establecida en la nota 11)] que los que reflejan tanto la clase social como el esLilo [pero que no son habi-
hombres, especialmente en la clase med ia baja. Resultados similares se tual y explícitamente condenados por el conjumo de la colectividad].
han encon trado en otros lugares, como Suecia.1" No falla n investigadores
que defienden que, al menos en el caso del inglés hablado, el habla de los
hombres y de Las mujeres consLituyen dos variedades dis tintas. Los análi- Lengua y edad
sis han encontrado diferencias fono.lógicas, enlo nativas, léxicas (ciertos
adjeLivos e intensificadores aparecen con más Erecuenda en boca de mu- Los patrones sociol.ingüfs ticos se adquieren muy pronto en algunas co-
jeres),15 así como un uso dis tinto de rasgos sinLácticos como las «pregun- munidade.<>. Diferencias lingüísLicas ligadas al género, al estilo y a la clase
tas de confümación» («questions tags», es decit~ adición de una pregunta social se han deLectado ya a los seis años entl."e los escolares de Escocia.
corno «isn't iL?)>, «¿ no?», a una afirmación para solicitar acuerdo, cosa Muchos de ellos eran también conscienLes del significado social de las va-
que se aLribuye a l.as m ujeres más que a los h ombres) y otros rasgos. Mu- riantes (véase capítulo 4). En otras comunidades tal conciencia puede de-
chos de los estud ios han surgido de los movimientos ~e liberación de la sarrollarse más tarde. El cuadro 3.8 muestra los resultados d e una investi-
mujer y se han centrado en denunciar el sesgo sexista de la lengua, por gación sociolingüfstica llevada a cabo en Suecia, que muestrn que la varia-
ejemplo. el uso genérico del masculino para r eferirse a hombres y muje- b le (t) es un marcador de clase tanto para los adultos como para la
res, como ocurre en inglés con he o his [o en español con expresiones población escolar. El gmpo más alto (l) rnuestrn el m ayor número de rea-
lizaciones estándai~ esto es, pronuncia más veces la /t/ final , que e n sueco
indica o el artículo definido neutro singular, como en hu.set 1a casa', o el
1~ - O c.n todo el mundo hlspánico, donde el fen ómeno se ha reg1$1rado con h'sistcncfa, 1an l'O en participio de ciertos verbos, como kastal ' tirado'. El uso general de /tl en
Españ a como ~n Améiícn. ranto <"n los graralcs núcleos urba.-ios C00\(1 eu l~s pequeña$ comunidades
J'"l\rale..t\. H~~y qne ad\·ertir, n() obstC\nte. que con frcc..\.t~nclt\ cs,e mu-otiucen rnal12 ac10nes: conviene tener tales formas se ha incrementado en Suecia bajo la influencia de la lengua
en cuenta, por «Jemplo. la <ituación concreca d " J;, mujer en catlo .:01ounid"d. los jue~os de inlerforcn· esc1ita. El mismo patrón de los a<lullos se da en los dos grupos más jóve-
cias que se protll1cen entre ~I sexo -o el gi!n~ ro . como qu iere la :iutora- '!!o tro.> facrores, -y el grado d e
consc\enei;1 qu<· u ene b comunidad de lo valn1 acitin social ele los fcnón1cno>. <ie mnc\t, que la rnuJ<:r es
nes. De hecho los hablantes más jóvenes, los que tienen entre 7 y 16 años,
par11c ula rml!nle -::emdblc a aqt.1e1lo."i cuy o prestigio se 1u<:>nifiec;1a abierta•ne rne- usan más formas estándar que los que están entre 16 y 20.11.
1S. Para el ~.spa1)ol suel<en mencion~r"' cienos c.!rminos valor~ ll\ os e hiperbólicos: 1111 horror,'"'
amor, t!.tu:anrn.dor, mor10. lmt!o, 1ico. cuco; c1r.::rra~ mLetjecdon~s. :'hu·: 1)01· Dios.:. ¡av, 110 111t d1ga.s.1, jJJlua,
muul; cierh'L!i d efon11a.cione$ u sust.iLucjont-s cuft:1nhLic01;-;: cu1i a, co11e, co•ifa·, le.lie~ on1e duele el ¡wtnj)is ". 16. Nótese que, en rel~c ión con d factor socioling(1 (stico •edad • . <:ilb(: 1ra1:.1 ul meno~ d os cucs·
mes más t:Sf> ql lt' In-; s:-ill1na.')1o. liones distint<IS'. cu~nd o comienza el oil'lo a percibir l ~s ••alorncion"' socrnles que h ac<n los adulLO.$ va
PATRONES SOCJOUNGÜ1STICOS 103 l04 EL LENGUAJE EN LA SOCU'.DAD

CUADRO 3.8. Porcentaje de formas con Ir/ en el habla de tma muestra de escolares cómo en Ober\.varc cuanws menos contactos con campesinos tiene una
y de adultos de Eskilstuno orderwdos por clases sociales persona tanto más probable será que se exprese en alemán, y que los
Edad
hábitos de habla de las mujeres jóvenes con aspiraciones sociales esrán
Gmpo social 7-16 16-20
-·- - -
Adu/Jos
favoreciendo el abandono del húngaro en favor del alemán.
El contacto entre grupos en una sociedad urbana puede también
l 39,5 15,7 78 acelerar el uso de los rasgos no estándar y en algunos casos inhibir el
Il 31,3 12,9 52 cambio hacia el estándar. En un estudio sobre los hablantes de Puerto
lll 20,5 2,8 37 Rico que viven en la ciudad de Nueva York, resultó que los puertorri-
quenos que estaban en contacto con hablantes negros suprimían t/d fi-
nales (por ejemplo, fas' lrain por fast /rain 'tren rápido': gol' watch por
gold watch 'reloj de oro') más a menudo que los negros, blancos o puer-
La distribución por edades de una variable puede ser una clave im- torriqueños que no convivían con los negros. Ello pone de manifiesto
portante a la hora de analizar los cambios en progreso dentro de una que las personas con las que se interactúa constituyen una poderosa
comunidad, pero esto será objeto del capítulo 5. fuente de influencia sobre el habla.
El concepto de «red social» (social network), tomado por los socio-
lingüistas de la antropología, tiene en cuenta los diferentes hábitos de
socialización de los individuos y su grado ele implicación en la comu-
Lengua y red social (social networf,) nidad local. El uso de la red social como enLidad teórica para el análi-
sis no exige la agrupación de los individuos en clases sociales. Las re-
En ocasiones se ha manifestado cierta insatisfacción con los estu- des de interacción cruzan por encima de los límites de clase y pueden
dios basados en la división en clases sociales, muchos de los cuales revelar diferencias dentrn de Jas clases mismas.
dan por supuesto que los individuos pueden ser agrupados en clases. El análisis por medio de redes sociales se ap1icó al estudio de tres
Una vez que éstas quedan establecidas, se limitan a correlacionar las comunidades obreras de Belfast, en Irlanda del Norte. Se analizaron
variables con ellas, sin que haya por lo general ninguna mención al los diferentes tipos de redes en que se movían los individuos y se puso
grado en que esos grupos sociales son lingüísticamente homogéneos. en correlación la fuerza de cada red con determinadas variables lin-
En otras palabras, la variación dentro de esos grupos es generalmente güísticas. Dicha fuerta se midió por la «densidad» (density) y «multi-
ignorada, basándose en la asunción de que quienes pertenezcan al plicidad» (nmltiplexity) de los diferentes tipos de redes. Por ejemplo,
mismo grupo acturarán de Forma homogénea. Frente a esto se ha ar- una red es «densaii o «Compactai> cuando las personas a las que co-
güido, sin embargo, que debeliamos comenz.ar por el individuo y ver noce y con las que interacLúa un determinado hablanle se conocen
qué patrones de conducta manifiesta, sin tener en cuenta la clase so- cambién entre ellas. Una red es «múltiple» cuando los individuos que
cial a la que se adscribe. Este tipo de estudios sociolingüísLicos ha he- interactúan están ligados entre sí por aspectos diversos: así, si dos
cho hincapié en ]as redes de contacto que se establecen en una sociedad hombres se relacionan corno compañeros en la misma fábrica y como
y en la naturaleza de tales conLactos. Ya hemos visto en el ca9ítnlo 2 primos, su relac.ión se basa en más de un aspecto. Los resullados ex-
cómo la clase de gente que se relaciona con un individuo tiene efectos puestos en el cuadro 3.9 muestran cómo dos mujeres, Hannah y Paula,
sobre las elecciones lingüísticas que tal individuo realiza. Recuérdese que ocupan el mismo tipo de vivienda en la misma zona de BelfasL
y que tienen un empleo similar. actúan sin embargo de fonna comple-
tamente distinta desde el punto de vista lingüístico: Hannah se adapta
mucho más a la norma estándar que Paula. Aquí se dan sólo los valo-
imeriodzan¡.s. y ha>ta qué punto Jos Jiverso; gnipos de edsd manifiest~n conduelas peculiares. En re- res para dos de las ocho variables del estudio: (th) se refiere a la ausen-
laDón con c.ste último ospeclo y por l(J que ill 01undo hi:sp<\nico ~e refiere:, puede mencionarse. por
ejomplo, Ja autocorrccc16n rnás incensa practicada por Jas ~dades intermedias. es <le~ir. bs más irnpli-
cia de th intervocáüca en palabras como mother, y (e) a Ja frecuencia
codas en d mundo labor•) (20-50 años). Ja p1·ope11sió11 de los adolescentes y postadolescentes a utilizar de una vocal baja o abierta en palabras como peck, que se confunde
jerg<.'.\S y l!Xpres¡ont:s que }os l<le111ificp.1t;J1, y el in1puls.o dado porlo.s jóvenes a los c.a.nlbios no cstign1ati- entonces con pack. Los valores más altos indican un uso más local o
2aclos (d 1rel~~1\o €:1.i ul)O de \os fenón1r.:>..nos ni.:r,s. n'lention?.dos r>or lo'5 ~su1d\osos)
menos estándar.
PATRONES SOCIOLINGÜÍSTICOS JOS 106 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

CUADRO 3. 9. Comparación entre dos mujeres de. Bel{ast {%) sido más lento en las mujeres, con con tactos sociales más restringi-
(th) (e} dos que los hombres.11
La noción de red social es así más útil que la de clase social y se
Hannah o 66,7 aplica con la misma eficacia a entornos multilingües y monolingües.
Paula 58,34 100 Corno quedó ilustrado en el capítulo anterior con el estudio sobre Aus-
Fuente: L. Milroy, l.Ang1w¡;e a111l Social N1~ 1words (Oxford, 1980). tria, comprender la estructurn de las redes sociales de una comunidad
bilingüe equivale a esclarecer el proceso de cambio de lengua que se
está produciendo en ella. A nivel más general, podemos decir que Jos
mismos tipos de procesos tienen capacidad de operar sobre hablan.les
La explicación estriba en sus patrones de social ización, que son
de culturas diferentes. Redes densas puedeo encontrarse en cualquier
claramente diferentes. Paula, cuya habla es menos estándar, es miem-
estrato de la sociedad, ya se trate de obreros de Belfast o de hablantes
bro de un grupo local de jugadores de bingo y mantiene abundantes la-
británicos de clase alta, y en todos los casos producen normas lingüís-
zos de pa rentesco en Ja zona. Hannah no tiene parientes en esa área ni
ticas diferenciadas. Los hablarnes cuyas normas son más difusas parli-
participa en asociaciones con gente de ella. De hecho pasa mucho cipan en redes sociales más móviles geográfica y socialmente, como
tiempo en casa viendo la televisión. En general, quienes se mueven en
ocurre, por ejemplo, con las mujeres en O berwart o en Belfost.
redes con valores altos, que indican la fuerza de su vinculación con la
comunidad local, usan más formas de habla locales y no estándar. En
cambio las redes más abiertas y menos local.menle constreñidas con- Normalización o estandarización
llevan un comportarnienlo lingüístico m ás acorde con la norma están-
dar. Las redes en que los individuos interactúan localmente dentro de Los patrones sociolingüís ticos que he examinado en este capítulo
un territorio bien definido y cuyos miembros están ligados entre sí por se derivan en su mayor parte de estudios sobre }labias urban.a ~. ~n ~o­
diversas facetas (parentesco, vecindad, trabajo, etc. ) suponen una po- ciedades occidentales industrializadas. Esos hallazgos constituyen en
derosa influencia en el mantenimiento de las nonnas loca les. Si tales buena medida la razón por la que la mayoría de los sociolingüistas
redes se rompen, Je gente se abre más a la in.l:luencia del habla están- parten ahora de la base de que la es[ra ti ficación soc.:ial constituye una
dar. Los hablantes usan sus variedades locales para afirmar la ident i- dimensión importante a la hora de explicar la variación lingüística en
dad del grupo y su lealtad a él. todas las comunidades de habla. Asimismo, constituye premisa básica
Hay una relación clara entre red y clase social en la medida en el que las desigualdades de la sociedad se reflejarán en la d isnibución
que los hahlantes de clase media tienden a establecer redes menos es- de los dialectos sociales (Lambién llamados «sociolectos»). En m uchas
tables, más laxas que las clases obreras. No obstante, en los niveles otras partes del mundo, sociedades estrncturadas en [Orno a aldeas y
más altos, también es posible encon trar redes compactas, y así ocurre primitivamente estratificadas siguiendo los tradicionales criterios de
en Gran Bretaña, donde Ja llamada «old boy network» («red de los parentesco y similares, se han jerarquizado ahora en clases sociales a
antiguos alumnos»), cuyos miembros se han educado normalmente la manera de las naciones industrializadas. Un buen ejemplo lo tene-
en escuelas públicas inglesas [que son, pese al nombre, recuérdese, mos en Papúa-Nueva Guinea, donde ha empezado a emerger una es-
centros privados] y en Oxford y Cambridge, han dado lugar a una va- tratificación en clases sociales que ya se está reflejando en la dist1ibu-
riedad de habla igualmente distintiva: la RP, ya mencionada en otros ción de las variedades lingüísticas. ¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Existen
lugares. En Belfast los hombres se mueven en redes densas o com- sociedades igualitarias en que no encontremos tales patrones socio1in-
pactas más habitualmente que las mujeres, lo que sugiere una expli-
cación para algunos patrones de diferenciación según el sexo que
otros sociolingüis tas ya ha bían encontrado. El enfoque por redes so- 17. Una explicaciónsemejan<e podría clarse a los i:;lotes ele conse1·vacluri.sn10 femenino encontra·
dos en los flliO$ c incuenta "11 cienos pueblos d~ Gran;1da: las mujeres, en efecto, con(inadas en su:; pe·
ciales se ha aplicado también en entornos no occidentales, corno c¡ueiias comunida<l~s. mar.<enfan los rnsg:ns c<1.>!ell~nos, más consen•adorcs: cli,tinci(ln ///y, conscrv~­
África y Brasil. En Brasil, por ejemplo, se usó para estudiar en qué ción ele -s final <le stlab<1. distinción .IJ.r ... Los homb1·es, '"' c.•mbio, en conracto pem1anentc con un en-
lomo mis inn<.>Vaclor. lo~ habi::in perdido. Lógicamente. dada la épOca en que se del~C<al"On estos
medida los emigrantes rurales hacia áreas urbanas asimilaban las fenómenos. fueron descri tos <le fonna impresionista, y no ;;e les aplicó la mewclologfa (lll~ aquf <les·
normas li.ogüíst icas estándar propias de las ciudades. El cambio ha ..:ribe la auLora.
PATRONES socroUNGülSTICOS 107 108 EL LENGUAJE EN LA socrEDAD

güísticos? Un examen más detenido de casos como éstos puede ayu- del «Inglés Medio» [etapa del desarrollo del inglés que va de 1100 a
damos a entender mejor dichos patrones en las sociedades urbanas 1500] hablada en la zona centro-oriental del país (East Midland) la que
occidentales de boyen día. se constituyó en estándar, dado que la zona en la que se usaba era la
Para responder a preguntas como las anteriores necesitamos dete- más importante por riqueza y población: en ella se encontraban, por
nemos un poco en los procesos de est~_mdarizac_ión o normalización de ejemplo, Londres, ya entonces destacado cenlro comercial, y las uni-
l~s le~ta~ 1..11110._dsdo.s .ptfodp9-le~ agentes. de desigualdad. Porque lo versidades de Oxford y Cambridge. Esta variedad, además, había sido
qu-eTos patrones sociolingüísticos reflejañ-soñ las ..~Mererites posibili- usada por Chaucer y otras figuras literarias. De modo que lo que ahora
dades de acceso a_lq \lariedad estándar En el capítulo l introduje la es un dialecto social fue en otro tiempo una variedad regional del in-
·noción -de le ngua eslándar, ~definida como una v~riedad altamente co- glés [como respecto del español lo fue el castellano, rústico dialecto de
di6cada, que ha recibido el grado de desarrollo y elab~ración necesa- aquellas personas que, allá por el siglo X!, se ocupaban de defender las
rio pma servir a una ~mplia gama de f-unciones. EJ proceso de norma- fronteras 01ientales del reino asturleonés en un pequeño reducto de las
lización convierte a una vatiedad en estándar fijando y regulando su montañas cántabras].
ortografía, morfología, sintaxis, etc., por medio de diccionarios y gra- En algunos países hay instituciones especiales, como la1-~cadémie
máticas, que sirven como autoridad en Ja enseñanza pi-escriptiva de Frarn;:aise [Acad emia Francesa] en Francia [o la Real Academia Espa-
.nalivos y extranjeros .. La normalización no es . un$l. m:opieqad inhe- ñola en España], 19 que li.enen control y responsabilidad sobre cuestio-
-~~nte, sino una caracterfsÜca adquirida, o mejor, deliberada y artifi- nes lingüísticas. Tales instituciones definen qué cuenta o no como (<co-
cial_!I)~.l}t~_impuesta;..Las ,lenguas está~da'r no surger:i ~n- el lranscu1·so rrecto», por ejemplo, qué es o no «español estándai-1>. Sin embargo no
~~una evofución lingüística «fültur~l » ni nacen a la existencia de re- es suficiente para una lengua tener _normas de facto, o gramáticas y
pente~ sino que son creadas mediante pla9ificación consciente y deli- diccionarios. P robablemente todas las comunidades evalúan cienos ti-
berada. Quizá resulte útil establecer una analogía con la acuñación de pos de lenguaje como «buenos » o «malos». En el criollo jamaicano,
inoriéda o la fijación de unidades de peso y medida. En todos estos ca- por ejemplo, funcionan de hecho nom1as evaluativas de esle tipo, y
sos, el objetivo es tenninar coo la variación y establecer un sistema existen gramáticas y diccionarios, pero no puede hablarse de un «crio-
único y uniforme para todo un grupó socia l. llo jamaicano estándar», y lo mismo ocurre con las lenguas de Nueva
Pi.tecle argüirse con cierta .-azón que la normalización y las lenguas Bretaña norocciden tal que analizamos en el capítulo l. Las gramáticas
estándar son invenciones europeas. La mayor parte de las lenguas es- y diccionarios del criollo jamaicano fueron escritos por los lingüistas
tándar actuales de Europa s urgieron en un clima de intenso naciona- para otros lingüistas. No tienen ningún tipo de reconocimiento oficial
lismo político y fueron en part~ fruto d~ la necesidad de crear símbo- ni papel alguno en la enseñanza: el inglés británico estándar es la
los ideológicos ~9m.unes e ideales de patria compartidos. 18 Los mode- única variedad aprobada para su uso en las escuelas jamaicanas.
los sélecdonados para la codificación fueron los que se u::;aban en Ahora bien, tampoco todas las lenguas estándélr tienen el respaldo de
capitales como Copenhague, París o Londres [Burgos o Toledo], que instituciones como la Academia Francesa [o española]. El inglés es un
eran sede de la corte, centros comerciales y financieros y lugares de buen ejemplo de lengua estándar que carece de este tipo de aparato re-
educación para la aristocracia. La difusión de las nuevas lenguas nor- gulador. De hecho los dos principales países anglófonos, Esladós Uni:
malizadas la llevaron a cabo con éxtto
Ta imprenta y las clases medias dos y Gran Bretaña , han desechado en algún momento la idea de esla-
flamantemente letradas, que las conviertieroo muy pronto en instru- blecer «academias» y han buscado la auloridad en gramáticas y diccio-
mentos de movilidad y progreso sociales. En lnglaterra fue la variedad

19. En real idad e'islen veintidós Acíl<len1ias d e la l..e11gua Espa1,ob, puesto que a la ele Espa1i:t
18. Ya hemo5 c'lmerHado en olr..< nota cómo el csp-.lol también responde a e.sras condiciones: el hay que sumar las veiniiuna correspo11d1cnt<."S al resro cid muntlo h•spánk·o. Como os sabido. la .Real
cast•llano e•pc> irnen ta sl• primera n o1mallzación ;erfa con Alfonso X. pero es en el Renacimiento (si- Academia Espanola fue- fundada en 1713. E.n 1870 se acordó la creación ele las academias a.s0ciadM de
glo.s xv y xv1) cuam.lo, coincidienc.lo con la unificación lle valla " cabo por los Reyes Catól icos y con la ex· llispano~mérica . y un año d espués, en 1981. nació la primc1'1 lle ellas. la de Colombia . Le s i!;'lieron la
pansión c~1c.rfo1". Nebrija publ ica la primera GraH1ática ( 1492) y el primer Diccio1111rio ( 1495) de una de México (1875). Ecuador (l8i5}. El Salvador (111110). Venczutla (18~ 1 ). Chile (1886), Perú (1887) v
lengua que jus tamenC< entonces se ompieza n llamar 1ambié n ·~•-paf10J, L:i normalización de las otras G11a tema!a ( 1888). En 1985. bien es verdad que no .;in dificul ta<l.-.s. ,;e admi te como miembro <le pleno
len !?,11as penm, ulnres ha coineidido asimismo con periodos Lle :iu¡¡e nac 1ona llsla, y no es casualidad q,1e derecho a la Academia No11eamerican~ de la Lengua Española. Ya en 195 1 se habí" .:re;11:lo <n México
se• prccis:1mem~ ahora . en la lla111ada •Espal'la de las autono111fas., cuando se e;té inlenlando la con- l¡, Asocia.:ión de Acaclemias de la Lengua EspR1iola, que viene c".lebrand.:i 1·..unione~ p le11;>1ias calla cua-
\'crs16n en k11guas ~f¡\ndanle ''"ri<."clade.s h;>Sl"- ahora t~nidas p<lr .clial.,,c<os-. l.ro años y que es representada de c.:onrinuo por una Corfli..:;ióri Pe1manenlc.:'.
P.ATRONES socwu:-.:cO!STICOS 109 110 GL LEN GUA.JE EN LA SOCIEDAD

narios no oficiales como el de Webster en EsLados Unidos y el O:Ajord nas personas hacen esas cosas, de la misma forma que muchos ha-
English Diclionary [Diccionario Inglés de Oxforcl] en Gran Bretaña. blan tes no siguen las reglas de las gramáticas normaLivas o prescripti-
Ninguna arra variedad tiene los recursos y el prestigio del estándar vas.
e~crito. El hecho de que exista como lúi objeto descrito en los libros de N.Qrn1aliz~c:J2n y alfabetización son dos procesos que van de la
gnlmátíC-a produce la idea ele que es, de alguna manera, la lengua «ver- mano, puesto que ápre-ñder-a leer y a escribir presupone la existencia
dadera» y «legítima», y que las otras variedades son versiones degene- de una variedad escrita codificada, y una lengua sólo está normalizada
radas o corruptas de ella. 20 Pero se trara de una realidad «falsa», pro- cuando es posible p roducir en ella textos escriLos. Una lengua q ue se
ducto ele una obra de ingeniería lingüística conscientemente planifi- escribe admite normas reguladoras mucho más fácilmen te que aquelia
cada. Ya mostré en el capítulo l cómo los hablantes de inglés creen que sólo existe de forma oral. La posibilidad de prescribir cienos usos
·-que los significados «auténticos» de las palabras son los que se en- como correcros y de proscr¡bir otros como incorrec tos se funda en la
cuentran en los diccionarios, pt'se al hecho de que nuestro juicio sobre existenci.a ele medios que pennitan registrarlos y a bstraerlos del acto
si un enunciado es verdad o no depende del contexto. Suele haber una ,mismo de la emisión. Sólo enLonces las rormas li.ngüísticas pueden ser
fuerte resistencia a los cambios ele la lengua esLándar, corno puede gobernadas mediante la super¡:iosición de una «lógica» que en realidad
apreciarse con sólo hojear periódicos y revistas: son muchos los lecto- se deriva de la forma en que las palabras aparecen impresas. Es La Ló-
res que escriben para quejarse de usos nuevos que estiman incorrec- gica artificial que los gramáticos norn1ativos aplican contra expresio-
tos. En los últimos años, por ejemplo, algunos hablantes de inglés pro- nes como Machado escribió ese poern.a mientras viajaba hacia Soria en
testan porque mucha gente usa disinterested con el signiocado de 'de- la parte trasera de u n sobre, que, en su opinión, es incorrecta porque
sinteresado', y basan sus protestas en que antes la palabr-a significaba significa que Machado iba a Soria montado en un sob1·e. Pero el más
'ill1parcial' y as[ figura todavía en la mayor parte de los diccionarios. elemental sentido común nos dice que un sobre no es u n medio de
Casi todos los miembros de la lista de personas con las que por ejem- transporte y sí un Lugar donde se puede escr"ibir algo, de modo que no
plo el Tlze American Herilage Diclionary (1975) conLrasta los usos, lista hay ningún peligro de entender mal la frase. Es la posibilidad que te-
que incluye autores, críticos, editores y profesores universitarios, re- nemos de escribirla y de ver juntas determinadas palabras lo que crea
chaza como no estándar el nuevo significado de disinterested. Del el «problema». El novelista Norman Mail.er ganó recientemente una
mi.smo modo, hopefully ha cambiado su significado: en principio signi- batalla a sus edi tores. que habían corregido una frase semejanre t'n
ficaba 'con esperanza', 'de forma ilusionada', pero ahora significa parn una de sus novelas. Mailer se quejó de que la frase original recogía me-
muchos 'se espera que', nuevo significado que en este caso cerca de la jor lo que él quería decit:
mitad de la lista de consultores sí acepta. [Algo parecido a lo comen- Usar la lengua de forma apropiada en la escuela y más tarde en la
tado para el inglés sucede en espar1ol con pabbra:> como incierro, que \ 1ida pública implica una concepción del lenguaje que debe ser ense-

muchos utilizan ahora corno sinónimo de falso, o con ene1var, cuyo ñada explícitamente. Los profesores pregu ntan a menudo en clase y en
sentido actual, «poner nervioso», es casi el contrnrio del que venían re- los exámenes por el propósito del autor al escr ibir una histor ia, y cosas
cogiendo los diccionarios y del que recomiendan Lodavía los más pu- parecidas, como puede verse en el s'igi.lienle ejem plo, usado eo N ueva
ristas.] Con el tiempo las diferencias entre el estándar escrito y la len-, Zelanda para evaluar la comprensión lector a:
gua hablada pueden llegar a ser sustanciales. Las normas establecidas
por diccionarios, gramáticas, editoriales, etc., son más «presc1·iptivas» «El seüor Brown quería a los animales. Tenía un pato, un cerdo y
que «descriplivas», es decir, su intención es decirle a la gente qué debe una oveja. El1os también querían al señor Brown. El se ñor Brown era
hacer y no describir qué es lo que de hecho hace, de forma semejante a amable con ellos.» ¿Para qué se ha escrito esta hisL01·i::i?
como los libros de buenos modales enseñan a la gente que no es ele
buena educación pelar una naranja con las manos o ponerse la servi- 1. Para hablar de alguien .
2. P<1ra contar algo divertido.
llcLa a modo de babero. Sin embargo es un hecho describi.ble que algu-
3. Para decir cómo hacer algo.

10. E inclu'5o se les. n1~ga la ex1slencia: •,;uando he re~l i7..ado en¡;uesr~·u; de 1.:<lnlpO con frecuer.cw Quienes disei'í.aron !a prueba habían decidí.do ql\e la ún.ica res -
he l't!eogu1ü ubs~r-vrKioa~s cumo •1<:tquf no c11cic:n r¿ficg1·cusc. dicen l.1!:,W1m l¡rs1.:. pero es-u.~ paJ.a:bra no puesta co1Tecta era la primera. S in embargo, los alumnos que escogi e-
l'~Í'\l~~·
PATRONES SOCIOLINGC!STLCOS 111 1 12 Et. LL;NGl!AJE EN LI\ SOC!EJ);\D

ron J::is otras eran capaces de justificar adecuadamente su elección Al- nen una capacidad referencial que va m ás a llá de este cerrado sistema
guien que se inclinó por la lercera, por ejemplo, explicó que si tú ti.enes .lógico. Veámoslo cambiando el si1ogismo anterior por· éste:
uno de esos animahtos, la historia del señor Brown te ensefia a tratar-
los y a ser amable con ellos. La respuesla número dos fue justificada Nada es mejor que e l cielo a :- b
alegando que tener en casa un pato, un cerdo y una oveja debe de ser Cualquier cosa es mejor que nada C=a
muy divertido. Quien se expresaba as[ no había aprendido l!na carac- Cualquier cosa es mejor que el cielo e"" b
ter/stica muy importante no de la historia. sino de la lengua escrita,
a sabc:'r: que objetos que nunca aparecerían juni·os en la vida real Lo que convierte al silogismo en contradictorio es p recisamente el
puedenjuntarse en los textos, justo como en el ejemplo del viaje en el significado de las palabras que representan a a, b y c. Si bien en algún
sobre. momento se llegó a pensar que el razonamiento silogístico era univer-
Del mismo modo gramáticos y profesores aplican una especie de sal, ahora sabemos que en realidad se deríva de la formación escolar
lógica cuasialgebraica a la hora de hacer correcciones sobre elementos en un determinado Lipa de lengua escrita. Las sociedades sin cscrilura
como la negación. l.En algunas 'lonas de España se dice Ningún dinero Lienen dificultades para resolver esa el.ase de rompecabezas, porque no
no tengo, y a veces los maestros corrigen esta construcción haciendo se les ha enseiiado a separar la lengua de su contexto social.
ver al alumno que negar una cosa negada es afirmarla, de modo que lo Precisa.mente es i nstruclivo observar cómo en esas sociedades sin
anterior equivaldría a «tengo alg(1n dinero».] Ln misn10 ocurre en in- escritur a unas lenguas empiezan a adqu i1~ir prestigio y otras a perderlo
glés con 1 don~ ha ve lli2 mon.ey, con una doble negación. Pero es evi- cuando se inician en ellas los procesos de normalización y alfabetiza-
dente que ningún hablante de español o de inglés inlerprelaría mal fra- ción. En el momento en que se introd uce la escritura en la comunidad
ses como ésas, porque las lenguas no funcionan con tal tipo de reglas. de habla sufren u n vuelco las rel aciones de poder. Quienes saben leer· y
De hecho el español, y muchas otras lenguas, utilizan habitualmente la .' /escribir se convier-ten en una minoría poderosa que tnita de imponer·
doble negación (No le1igo ningún primo) y así ocurría también en in- sus normas lingüísticas a los demás. Ya hice nota r en los capítulos l y
glés antiguo, hasta que se estableció la convención social de que la ne- 2 que las sociedades de E11ropa se han basado en el principio de «una
gación múltiple no perlenecía al inglés estándar. Lo que refleja el pa- nación, w1a lengua» , modo caracleríslicamen te europeo de o rganiza-
trón sociolingüfstico que vimos en el cuadro 3.7, en que aparece el uso ción socíolingliística. El m.ultilingüismo se concebía como una ame-
en Non.vich y Detroit de la negación múltiple por parte de hombres y naza para eJ estado. y la lengua com ún corno u na herr<imienta Funda-
mujeres de diferentes clases sociales, es la desigual difusión de esta mental de u nificación. Todavía hoy la d iversidad lingüística es vista
ide~logía presc'.:p.ti~~--asociE_~a. a) i~ts..estjn.Q_ar. con:10 un obstáculo para eJ desar rollo . La ideología del desprecio cons-
· Enc·ortl'rah"ios otro ejemplo de la lógica arlilicial de las lenguas es- tituye un rasgo esencial de la estratificac ió n lingüistica en Europa : len -
tándar en el razonamiento silogístico, que tan ÍTecuentemcnte se eva- gua subordinada equivale a lengua desdeñada. Desde el siglo xv1, quie-
lüa en Jos llamados «tests de inteligencia». Los silogismos constan típi- nes hablaban las lenguas dominan tes aplicaron e l calificativo de «bár-
cameme de tres aseveraciones: la primera es la premis~1 general. la se- baros» a los hablantes de lenguas subor<lin<idas.
gunda se refiere a un hecho específico y la tercera exlrne una Fieles a su papel de colonizadores, los europeos llevaron !-ill ideolo-
conclusión de las premisas anteriores: gía a l Nuevo Mundo, donde la usaron para j ustificar la política de im-
posición de su propia lengua como instrumento de cbn trol socioeco-
Todos los hombres son mortales a=b nómico. Los colonizadores hablaban en SLt mayor parte le nguas que ya
Sócrates es hombre C=a habían teni do un papel prominente en los movi mien los políticos que
Sócrates es mortal e"" b desembocaron en la constitución de las naciones correspondientes, y
que habían sido cuidadosamente normalizadas y prepa.radas para pro-
El silogismo es ínmanente, el.e modo que las conclusiones deben ex- pagar la ideologia del nuevo estado. Ejem plo paradigmá tico lo consti-
traerse sólo de las premisas y no del mundo exterior a é1. lo mismo tuye Frnncia, donde la unidad lingüística fue considerada par te inte-
que ocurre en matemáticas, si a "'b y e o= a., entonces e= b. En las ecua- grante de la Revolución en un tiempo en q u e la mayoría de la pobla-
ciones matemáticas, sin embargo. los números no representan más ción hablaba variedades del francés d ist.intas de la de París y su área,
que valores de un sistema cerrado. Pero en la lengua las palabras tie- elaborada después como estándar. Simullánea mente la R evolución se
PATRONES SOCIOLTNCÜ)STICOS ll3 l l4

enfrentó a las distinciones lingüísticas empleadas por la aristocrncía, pai1aba de ningún tipo de estratificación sociolingüíscica semejante a
en un intento por crear un francés sin marca de clase. La Revolución la que se d<.i hoy en las sociedades occidentales industrializadas. Las
abogaba por una educación primaria igua1itaiia y universal, en que to- ideas sobre la idoneidad de las lenguas para la enseñanza ernn puro re-
dos l.os ciudadanos fueran adiestrados en el uso del francés. La varie- Elejo de las creencias de los europeos en su propia superioridad CLJtu-
dad lileraria de esta lengua se reservó, sin embargo, para las escuelas rai y rncial. Muchos pensaban que los nativos eran mentalmente infe-
secundarias y los altos niveles de la educación y la administración. Así riores, y de ahí la imttiliclad ele prepararlos para otra tarea que no
el nuevo estándar se difundió de forma desigual y, lejos de acabar con fuera la de servir al Hombre Blanco. La determinación de la cornuni-
las jerarquías lingüíslícas, se limitó a sustituirlas por otras nuevas. d<id blanca en mantener su prestigio y su privilegiada posición queda
En 1os casos en que los colonizadores toleraron una cierta plurali- puesta ele manifiesto en los medios habilitados en los primeros años
dad de lenguas, establecieron también relaciones jerá1·quicas ent1·c para la educación de los nativos, medios gue no pasaron de ser pura-
ellas. En Papúa-Nueva Guinea, por ejemplo. el dominio colonial alteTó mente sirnbólicos. No existían por aquel entonces escuelas dependien-
la relación tr·adicionalmente igualilaría entre las lenguas para producir tes del gobierno, y sólo Funcionaban las de las misiones, que utili7.aban
una situación en la cual las indígenas quedaron devaluadas en relación la lengua que más les gustaba, sin ponerse previamente de acuerdo so-
con el lok pisin (el pidgin de base inglesa que ya conocemos) y el in- bre el tema con olras misjones. Casi todas ellas estaban de acLterdo en
glés, lenguas de mayor circulación y, en consecuencia, d<:! má~ alta co- que las lenguas indígenas eran primitivas e inferiores a las europeas,
tiz,~ción "en-el mercado lingüístico. En una escuela de pueblo me tro- pero algunos, corno los luter;mos, las usaron con fines educativos ar-
pecé unet vez con un indicador particularmente elocuente de la jerar- gumentando que el .inglés era demasiado sofisticado para los nativos.
quía lingüística a la que aludo: en una del~ aulas había un aviso que Otras misiones usaron el tok pisin, aunque no tenían una alta opinión
clasificaba los actos de Los alumnos en «buenos», «malos» y «muy ma- de él, dada su evidente utilidad como lengu<t franca: muchos de los po-
los», y en esta clasificación se inclu(a también la conducta lingüística; tenciales conversos que acuclínn a las misiones ya lo hablaban. 21
pues -bien, hablar inglés se consideraba «bueno», hablar· tok pisin era Uno de los primeros pasos que daban los misioneros en las escue-
«malo», pero hablar tok ples (literalmente «Lalk place», «habla de las primitivas era escoger y codificar una variante de una lengua para
aquí», es decir, Ja variedad local) ern «muy ma]o». Todas las escuelas convertirla en la lengua es[ándar de la misión. Esto significaba crear
que visité tenían avisos que recordaban a los alumnos que el inglés era una ortografía para ella y un vocabulario adaptado a los nuevos con-
la lengua de Ja clase. ceptos cristianos. Los misionerns eligieron en 1892 el dialecto wemo
l"os misioneros tuvieron un papel especial en la tarea colonizadora. para Ja lengua katc o caté. Hoy los demás dialectos importantes casi
Su implicacjón en la política lingüística y en la extensión de la alfabeti- han desaparecido. Lo mismo ha ocurrido con los dialectos «no esté'in-
zación distó mucho de ser secundaria, desde el momento en que el dar" del yabem, lengua auslronésica usada como kngua f-ranca por
propósito de la colonización era el control de la gente. La educación se una de las misiones. Para un uso esco.lar semejante se norn1alizó t<:im-
consideró instrnmento fundamental para la difusión de la cultura de bién el tok pisin. Curiosamente, y en contraste con otros casos de nor-
los colonizadores. Proporcionar edLtcación a los pueblos indígenas se malización, cuya base foe la variedad usada por las elites de capitales
vio también como Ltna de las responsabilidades del Hombre Blanco, y como París y Londres, en Papúa-Nueva Guinea se ha erigido en mo-
se usó así como coartada para justificar el dominio colonial. De modo . delo el tok pisin rural, que puede encontrarse, por ejemplo, en el Nu-
que los procesos ae normalización lingüística y la lengua o lenguas ele- pela Tes/amen (Nuevo Testamento). La gente se mostraba al principio
gidas para el ámbito educativo no constituyen desinteresados eje:rci- muy dispuesta a aprender tok pisin, a menudo llevada por la errónea
cios académicos. Las preferencias por una determinada variedad se· creencia de que era \a leugua del Hombre Blanco.
inscriben siempre en el contexto de una ideología que refleja la imagen Cuando, en la década de los cincuenta, el gobierno asumió la res-
que la sociedad tiene de sí misma. En el caso de Papúa-Nueva Guinea, ponsabilidad de la escolarización, estableció el inglés como lengua
la imagen de los indígenas sobre la lengua y la sociedad chocaba con la
de sus co!oni7.adores: en la época precolonial la diversidad lingüística
era más grande que en Europa, pero no había sociedades rígidamente 21 T~nnb1én en el rnundo h1...-:pAnlco los 1nisi.-11wros. pre(i1ieron uriliz~u· p~ira su labor l~tS lengu:.ts
estratificadas, ni ideas imperiales trascendentes ni conciencia nacio- intlígeh~~, de n)odo que la Cédub Lh: .~«ll)U~7.. expedida por Cado~ 111 y qu1;.• dispone «que de una \:ez se
Hegue a. COl'ISt!gni · .. -: 11i.• ··1· •!Xl1nga11 l0Ji dif<.:l"L:ni~:; iJionK1S de ql1:· :·<.:usa en los rnismos <lon1inio:::: y ~ó} o
nalisla, <le mo<lo que la diversidad ~ingüística horizontal no se acom- s:.• IJ;l~le d cas1eiit\n01•, se ha c.011 ... i<lc1,;.ah) un 11iunfo de lo::; turista .... fn:ntc ;1 lo-~ t~1~logo-s.
PATRONES SOClül.JNGL)ÍSTICOS 115 l 16 EL LEN<_;UJ\.JL' EN LJ\ SOClEDJ\D

para la educación primaria y subvencionó sólo a aquellas misiones que


dad más importante del país, la Iglesia Católica y la Iglesia Adventista
usaran el inglés en sus escuelas. En este momento la gente intenta por del Séptimo Día son las que cuentan con un po1·cenlaje más alto de ha-
todos los medios hablar con fluidez el inglés y aprender a escribirlo, blantes de inglés y tok pisin y en ellas predominan también los obreros
dado el acceso casi mágico que proporciona a los empleos en la ciu- especia.lizados sobre los no especializados. Las cuatro iglesias que tie-
dad. Corno ocurre en rnuchos países en vías de forro.ación, hay una re- nen una proporción más alta de miembros con oficios especializados
lación evidente enLre estudios y emigración, de modo que cuanto .ma- son también las que reúnen mayor proporción de hablan tes de inglés.
yor es el nivel educativo mayor es la proclividad a emigrar. Se han es- La ci[ra más alrn de éstos (87 %) corresponde a \a Iglesia AngHcana,
Lablecido también correlaciones entre migración y tamarlo de la mientras que los luleranos muestran el porcentaje más bajo (22 %).
localidad de origen, reflejo, a su vez, de los vínculos entre acceso a los Pues bien, ningún anglicano trabaja en el servicio doméstico (es decir,
estudios y ubicación geogr<\fica: los puC'blos más aislados y dislantcs como criados -h.ousebois- o criadas -housemeris-), y el 50 % lo
son menos afect<1dos por los cambios educativos y socioeconómicos y hace en tareas especializadas, pero sólo un 15 % de luteranos go?..a de
gozan, por ello, de menos posibilidades laborales. La inrroducción de la misma suerte. En la Immanuel Hall, una nueva iglesia fundamenta-
la economía cid dinero ha tenido dectos estraLificantes, separando a lista que atrae a un amplio número de inmigrantes de las tierras alrns,
los que ganan un sueldo de los que no lo ganan. Dicho de otro modo, la sólo el 4 % de las personas tiene conocimiento dél inglés, y el 24 % de
existencia de una economía dual basada por unv. parte en la agricul- sus miembros trabaja en el servicio doméstico. Son estadísticas que re-
Lura de subsistencia, y por otra en el empleo a sueldo ha Llevado a la flejan el aspecto lingüíslico de la cstrati6cacíón en las zonas urbanas
constitución de clases sociales y a la eslrnlificación de b comunidad. de Papúa-Nueva Guinea, estraliFicación que tiene sus raíces en la polí-
Las ciudades son una novedad reciente y constituyen antes que tica lingüística aplicada por las escuelas de las misiones. La Iglesia An-
nad<t el ámbito natural del tok pisin. Del mismo modo gue la ciudad es glicana tiene una larga tradición de uso del inglés en sus escuelas de
la tierra de nadie, el tok pisin es la lengua de nadie. No es patrimonio Norther Prov:ince, de donde provienen la mayoría de los anglicanos
de ningún grupo y Lodo el mund<J tiene acceso a él. La marca de identi- de Lae. En el contexio de un país en formación como Papúa-Guinea,
dad de las áreas urbanas de Papúa-Nueva Guinea es la significativa donde más del 86 % de \a población carece totalmente de escolariza-
concentración de gente que no ha nacido en ellas, y, por tanto, de gru- ción, la educación puede .crear con rapidez enormes desigualdades . La
pos Jingüístkos diferentes: de al1í la necesidad de una lengua franca escuela divide a los ciudadanos en dos sectores bien diferenciados: los
común. Más del 85 % de los habitantes de las ciudades habla iok pisin, que saben leer y escribir y los que no saben; o, lo que es lo mismo,
de modo que se ha convertido en la lengua vernjcula de la etnia mela- los que tienen credenciales para acceder a un salario en la ciudad y Jos
nésica para la comunicación dentro del grupo, sob1·e todo para bs ge- que no las tienen. El inglés es un capital cultural que se coriza en el
neraciones más jóvenes, que a mem1do no disponen de otra lengua. La mercado; de ahí el recelo que empezó a surgir entc·e los aldeanos hacia
educación en inglés al estilo occidental ha creado una elite urbana in- aquellas misiones que enseüaban en las lenguas vernácttlas, e11 la sos-
dígena y d<1do lugar a una dicolomía entre las áreas rurales y ur·banas, pecha de que les ocultaban la verdad.
que se refleja en el uso del lenguaje. La movilidad social, la rique'l.a y el En la sociedad tradicional el analfabetismo o el desconocimiento
prestigio están casi exclusivamente ligadas al tipo dC' educación: las de determinadas lenguas nunca supuso, desde luego, ningíin pro-
minorías selectas ele las ciudades son. ante Lodo, personas de sólida blema. En la ciudad, por el contraiio, coexisten el inglés estándar, el
formación en inglés y que Jo hablan con íluide7,, a hi VE'Z que hablan inglés más o menos fluido hablado como segunda lengua, el tok pisin
también e] tok pisin y en ocasiones un<\ o más lenguas vernúculas. Sus fuertemente cont<1m.inado de anglicismos, el tok pi sin más rurnl de los
hijos suelen jugar con anglohablanles y asisle11 a escuelas frecuentadas inmigrantes, y el tok pisin usado como lengua nativa por l.os nacidos
por europeos expatriados, y no a las escuelas loca.les. en las ciudades, y estas lenguas se han convertido en un rd1ejo, si-
El valor económico que tiene en lcis ciud<:1des el sabe.r tok pisin y quiera sea aproximado, de la incipiente estratificación social. En este
ahora inglés, frente al conocimiento de las lenguas vermícuJas queda momento comienza a verse la influencia del inglés como un factor que
ilustrado en un estudio que, sin cenLrarse directamente en la religión o debilita 12. [·unción integrnclora del tok pisin y ws valores como lengua
la lengua, pone de relieve que la afiliación a una determinada iglesia se nacional. Por otra parte, e\ tok pisin rural se con:>idera la variedad
asocia con las posibilidades educativas y las aspiraciones sociales de la «verdadera» o «pura», frente a las variedades urbanas, «impuras» por
gente. De todas las congregacione~ exislenLes en L<le, la segunda ciu- su mezcla con el inglés. La mayor parte de los hablantes urbanos iu-
PATRONES SOCIOLTNGÜÍSTlCOS 117 118

cluyen el tok pisin rural en su competencia, pero lo contrarío no es llevado a su actmd estado, no es r·ealisla pensar que un simple cambio
cierto: muchas de las palabras utilizadas en Jos medios de comunica- de política lingüística pueda deshacer los efectos de la colonización.
ción y usadas habitualmente en las ciudades no son inteligibles para el Un sociólogo del lenguaje ha observado que toda liberación que no
hablante adulto medio del en tomo rural. desmonte las superestructuras lingüísticas no libcrn realmente a la
Las quejas sobre la contaminación del Lok pisin por el inglés se han gente que habla la lengua dominada sino a la clase social que signe ha-
hecho más frecuentes desde la década de los setenta. Por otro lado, si blando la Jengu<i dominante. Pero no resulta fácil g<inar una revolu-
los hablantes rurales y los urbanos no hablan ya variedades mutua- ción lingüística. En Ja India. por ejemplo, la decisión de sustituir el in-
mente inteligibles, aumentará inexorablemente la barrera entre la vida glés por el hindi como lengua nacional tuvo que enfrentarse a no pocos
y el lenguaje de las ciudades y el campo. Y esas tensiones se manifies- distLt1-bios. Es prnbablemente imposible derribn.r la jerarquía lingüís-
tan también en otros niveles de la jerarquía lingüística, puesto que en tica sin ernp1·encler al mismo tiempo una reforma sociopolítica de
algunas áreas el tok pisin es visto como una amenaza para la pureza de largo a lcaoce. Si durante el período colonial el cnfrenlamienlo se pro-
las lenguas vernáculas. Algunos grupos tanto eo las aldeas como entre dujo entre los europeos y los pueblos colonizados, el papel de los colo-
las elites urbanas están ahora usando el purismo como una ideología nizadores se ha transferido ahora a quienes han heredado su lengua y
para hacer frente a normas lingi.iísticas exógenas. Se trata de un Eenó~ su estilo de vida: las minorías selectas que hablan inglés. Cualquier in-
meno frecuente también en otras partes del mundo durante cienos pe- tento de reducir el papel de esta lengua se considerará una amenaza
iiodos de r~istencia nacional. de reafinnación y de conflicto étnico o para el equilibrio político, y sin la politización del tok pisin será difícil
de. clase. A menudo la lengua se manipula para convertirla en símbolo mejorar su estatus.
consciente de un pueblo que busca su identidad histórica y social, y en He tratado de mostrar hasta aquí cómo los intereses de las socieda-
esos casos el mantenerla pura puede ser un imporlanle factor de sin- des tradicionales de Mclanesia enrraron en conflicto con las presiones
gularidad. Un ejemplo extremo del papel del purismo como expresión culturales europeas, encaminadas a integrar a aquéllas en los modelos
del nacionalismo y de la conciencia racial lo tenemos en la Alemania de educación, de desauollo, de centralización política y de economía
nazi. En Ja misma línea, la Academia Francesa ha percibido una ame- salarial propios del modo de vida occiclental. Hemos visto asimismo
naza en la expansión del inglés y ha dado normas contra el uso de cómo dicho conflicto ha creado una jerarquía social que abora se re-
préstamos extranjeros. La Fmncophonie (Francofonfo), movimiento fleja en el uso del lenguaje. Los procesos foeron semejantes a los que
üngüístico internacional promovido desde el gobierno y desde fuera de se dieron antes en Europa: alfabetización, escolarización generali:¿_ada,
él por las elites de más de trejnta países donde se usa el francés, tiene normalización de las lenguas, etc. De hechu poclría decirse que simple-
como uno de sus objetivos purificar la lengua de los préstamos ingle- rncnte se exportaron a otras parles del mur¡do. Anle la cuestión de si
ses. En ello se ha visto la reacción a la pérdida de poder de Francia las jera1-quías lingüísticas son inevitables, debemos preguntarnos si las
como potencia mundial, reflejada en el declive internacional del fran- comunidades de habla igualilatias son posibles en las sociedades
cés. Otro tipo de purificación lingüística lo tenemos en el intento de industrializadas modernas en que vivimos hoy la mayor parte ele
convertir el «nynorsk» («nuevo noruego») en Ja lengua nacional de No- nosotros.
ruega en oposición al danés, que había funcionado como lengua es- El intento nóruego de legilirnizar el nynorsk produjo su aceptación
crita de 1380 a 1814, periodo de la dominación danesa sobre como una de las dos lenguas normalizadas oficiales, lo que convirtió a
Noruega. 22 Noruega en la única nación europea con una situación lingüística se-
Dado el complejo de variables sociales, culturales y políticas que mejante. Creado por el maestro de escuela Iv<ir Aasen, que lrató de ha-
transformaron la ecología llngüística de Papúa-Nueva Guiuea y la han cer de él el común denominador de los diversos dialectos rurales, se
presentó como una norma más democrática y más noruega. Los inten-
22. L6gict\mente también el espailo~ ha conocido n-1ovimíe-11Lo::i: purisLai roas o menos fuertes. tos de fundir las dos variedades han fracasado, dado que los política-
como el que se produ.io e11 el xv111 conira la supremacía de la cultura france.sa, o el que s~ est.;\ prndu- mente poderosos se resisten a la sustitución de Ja variedad asociada
dendo ahoYa, sobre tntlo (.:n ~lgunos pafses hispanl)Dlllt::ricano~. contra el inglés En cien0s casos se
llega a lo CJLte 'e ha lbma<.Jo ,.Juperalienación' o •hiperidc111 ificac1ón": en gol/ego. por eje111pta, hay es-
con las clases altas de Oslo, variedad más anligua y más prestigiosa. Y
critores qLtc. eiitre dos sinónimos, prefieren siempre d más ale,1ado del castellano, por más que sea tan es que establecer prioridades lingfüsticas equivale a defender priorida-
p<1 triinon1~l conl(> d otro; ii1cll1.<50 ~ vece~ s.c fucr2:an los cambjos fonéLico.~ para consegtur b diferenda- des sociales. En Ja viñeta que encabeza est~~ capítulo dos noruegos se
c1ón os.e 0cha m:mo <.le localismos o de pabbras qne no significan exac1a1nente lo mismo o ele vulga·
risn1os
aferran obstinadamente a sus respectivas pronunciaciones de la pala-
PATRo;-.rES SOCIOL11'G0iSl'ICOS 119 120 EL LENGU,\JE E:\ Li\ SOCIEDAD

bra pnra 'nieve': sne y sne. En el capítulo siguiente analizaremos otro que no sólo sobre ella (véase, po r ejemplo, «Comportarn.iento anlc -s d e h abhm-
caso en que las diferencias lingüísticas reílejan diferencias sociales, y tes femeninos y masculinos del español bonaerense», Romance Philology , 27,
veremos cómo los palroncs de com1-ll1icación masculinos hZln vedado a 1973, pp. 50-58) y Dinámico. social de un camhio lingi.iísrico, México, Universi-
la mujer el vcceso igualitario a las insLituciones de la sociedad. dad Autónoma de México, 1979.]
Los datos sobre Nor\.vich y Reading proceden de las investigaciones de Pe-
ter Tnidgill en InglatetTa: véase especialmente su libro The Social Dif(erentia·
¡ion of F.nglish ir1 Non vich (Camb ridge: Cambridge Universi ty Prc.~s. 1974).
Bibliografía anotada [Para una panorámic<1 de las variables más fecundas en la investigación so-
cioli ngü !slica del mundo hispánico, 111encionZ1das en nota, puede verse H. Ló-
El concepto de «habla A» y «habla no A» (ing. U/non-lJ) aparece en el ar- pez Morales, Sociolingüística, Machid, Gredos, 1993 (2.° ed.).]
tículo de Alan Ross. «U an<l nnn-U», publicado por primer<t vez en 1956 y reim- Los datos para Glasgow c:it~n tom·.\dus del eswdio de R. K. S. Mac:aulay
preso en Nanc:y Mitfor<l (ccl ), Nob/e;,sc Oblige (Londres: Futura, J980), pp. 11-38. Language, Social Class, ami Edt1catim1: A Glasgo\V Study (Edimburgo: Univer-
El t:sLudio sobn.: Nueva York rue re;:iliz.a<lo por Williarn Labov, y descrito en sity of Edínburgh Press, 1977).
su libro The Social Strolificalio11 o{ L11glish in New York Cilr (\Alashirigton, DC: [Los datos sobre el debil.it<1miento de (s ) entre los puertorriquei'ios de Fila-
Cemer for Applicd Linguislics. 1966). La compilación de! artículos de Labov <lelfia p1·oceden de C. Silva-Corbalán, Suciolingfüslica. Teoría y andlisis, Ma-
titulcida Sncioli11guislic Pu11cr11s (FilZ1dcllia: University of Pcnnsylvania l'ress, drid, Alhambra, 1989, pp. 92-93, quien a su vé.z Jos loma de Popla.::k. En eJ
1972) resulta también un útil punto de 1·cfcrcncia. [Existe lr;:iduccicín español¡¡ mismo manual (p. 91) se loman de Lafford las cih"<\S sobre la v;nianlc estilís-
de este último libro: 1\1/odelos Sal"iolil-1¡~úfs1icos, Madrid. Cáledrn, 1983.) tica de la misma variable (s) en Cartageru.1 (Colombia).]
íE.I estudio sobre Las P<tlmas que se cita en nota es de M. Alvar, Niveles sn- Los datos de Detroit se basan en Ja panorámica que del dialecto de Detroit
cioculrnmles e1·1 el hall/a de Las Palmas de Gran Conaria, Las Palm<ts, Ediciones hace Walt Wol fTam, A Sociolínguistic Descripliorr o/" Delroil Negro Speech
del Ccibildo Insular. 1972. El que aplica a la misma ciudad una metodología (Washington, OC: Centcr for Applied Linguistic.s, 1974)
más laboviana es J. A. S;:irnper. Es1uclio socioli11güís1ico del cs¡1ai10/ di~ Las Pal- El ejemplo indio se cuenta en el manual de Peter Tmdgill. Sociolingi.ristics:
mas de Gran Canaria. Las Palrn<i~ de Gran Canaria, Caja de C.rnarias, 1990. So- An ln1roducctio11 (Harmondswortb: Penguin, 1974 ).
bre Burgos versa el libro de F. M. i\fa1·tíncz Martín, F<-mélirn y socioliirg1.ifs1ica [Para las matizaciones sobre los conceptos de ul1racorrección e hiperconec-
en la ciudad de Burgos, Madrid, CSIC. 1983; de Valladolid se ocupa L Williams, ción puede consultarse J. Borrego, Norma y clialecw en el sayagi1és ac/1.ral, Sala-
AspeclOS sociolingi'ü'sriws del habla de la ciudad de 'v'alladolir.l, Valladolid, Uni- manca, Universidad de Salamanca, 1983. pp. 75-76. La cita literal de l<t n o ta 11
versidad de Vallado.lidfUnivcrsiJad de Excte\·, 1987; el estudio sobre Toledo es en que se mcncion<111 estos conceptos, es de F. Láz<1ro. Diccionario de tér111i11os
de M." A. Calero (F.widio sociolingú1'.l-tico del lw.bln de Toledo, Lleida, P;iges edi- filológicos, Madrid, Gredos, 1968 (3.º ed.) (s.v. ul!racnrrección).]
tors, 1993), y el de Bilbao de M. ELxebania (Sociolingi1ísliw urbana. El habla El libro de Lesl.ey Milroy, Observir1g a11d Analysing Nati1ra/ Llmguage (Ox-
de Bilbao. Salamanca, lJniversidad de Salamanca/Universidad de Deusto. fo rd: Blac:kwell, l 987) contiene una 1-cvisión critica de la metodología SOl:iolin-
L985); Sevilla ha sido obielO Ul: varios trabajos publil:ados por la Univero,idad, güística.
aunque la n1etodología i::s diferenk y heterogénea (véa~e, por ejemplo. la serie Un análisis m;í.s profundo y detallado de los patrones sodolinguísticos pro-
dirigida por Larníquiz. Sociolingiiística anda/u w.); El habla de Granada y si1s pios de los jóvenes puede encontrnrse en Suz.anne Roma ine, The l.anguage of
barrios, de J. A. Moya y E. J. García Wiedemann (Universidad de Granada, Childre1·1 ami Adolescen1s (Oxford: Blackwell, 1984).
1995) es una de las investigaciones socioUngüísticas más recicntt:S sobre capi- La investigación sociolingüistica sobre Suecia fue llevada a cabo por inves-
tales españolas.. tigadores del FUMS, en la Universidad de lí ppsala, y la mayor parte se ha p u-
En cuanto a las ciud<1des hispanoameiicanas mencionadas, conslituyeron bücado en sueco en 1ma serie de informes del FUMS. Puede verse bibliografía
trabajos pioneros las tesis clol:torales -por lo que sé, aún inéditai;- de H. J. reciente sobre el tema en Bengt ~ordberg. «Svensk sociolingvistisk bibliografi
Cedergren (lnre1play of social and linguistic factors i11 Panamá, Ithaca, Cornell 1989» («Bibliografía Sociolingüfstica Sueca»), FUMS Rapport Nr. 152, 1990.
University, 1973) y ele B. Lavaudera (Linguistic _\lntclure and sociofi,.,guístic [La idea de que existe una relación estrecha ent1·e sensibilidad li ngi.iística
condilioning in the use o{ vaha/ endings in "si>,-cla11se.s (Bi1enos Aires Spanish), de la mujer y grado manifiesto de: prestigio que tiene u n fenómeno se deñend e,
Filadelfia, University of Pennsylvania, 1975), investigadoras cuya aportación por ejemplo, en H. López Morales, «SLyle variation, scx and linguistic cons-
postetior· al desar-rollo mismo de la tcorí<1 ha resultado imporrante. Algo pare- ciousness», en F. Moreno (ed.), S ociolingtústics and Stilistic Varia/ion , LynX
cido puede se!'lalarse de H. López Morales (su Eslrulificación social del espaii.ol (voL 3), University of Minnesola/Universitat de Valencia, 1992, pp. 43-54. Por
de San Juan de Pi.1erto Rico. México. Universidad Autónoma de i\-Iéx.ico, 1983, cierto que todo este número se dedica a presentar, con especial referencia al es-
es modélico en muchos aspecto~) o de M:' B. Fontanella de Vv'einberg, varios de paüol, el estado de la cuestión de una pat·eja de conceptos. registra y estilo , que
cuyos trabajo~ se h:rn centrado en la variedad española de Buenos Aires, aun- son ob_ieto de es ce capíl.lllo.)
l'J\TlWN~S ~ULl()l.IN(j(:ÍSTICO~ l21 122 H. Lf.NGUAJE l.',N LA SOC.:lEDll.D

[Los términos y expresiones atribuidos al habla femenina en español están [Los ejemplos de «hiperalienación» del gallego se han Lomado de H. Mon-
turnados de A. López. y R. Morant, Gramática femenina, Madrid, Cátedra, teagudo y A. Santamarina. «Galicían and Castilian in conlact: historical, social
l 991.] and hnguistic aspects», en Rebecca Posner y John N. Green (eds.), Trends in
El estudio sobre BelfasL se describe en el .libro de Lesley Milroy, Langirage Romance Linguistics a11d Ph.i/ology. Vol. 5: Bilingualism and Lillguistic Conflic;
und Social Ne1works (Oxford: I3lackwe\L l 980), a.sí como en el de James Milroy in Romance, Berlín-Nueva York, Mouton de Gruyter, 1993, pp. 117-173.]
Linguistic \lan'ation and Cliange (Oxford: BlackweJJ, 1991). Un ejemplo del c~­ Para una crítica desde una perspectiva marxista a los enfoques sociolin-
[oque por redes sociales aplicado a África puede verse en el arúculo de Joan güísticos de tipo estructura\ basados en e\ concepto de da.se social véase Glyn
Russell, «Networks ond Sociolinguistic \iariation in an African Urban Setting», William, Sociolinguistics: .4 Sociological Critique (Landre:;: Routledge, 1992).
en Suzanne Romainc (ed.), Sociolinguistic Variation in Speech Cnmmwzities Véase también el artículo de John Rickford •Thc Necd for New AppYoachcs to
(Londres: Edward Arnold, 1982), pp. 125-140; y, aplicado a Brasil, en el libro Social Class Analysis in Sociolinguistics», l.anguage ami Coi11mi1nica1ion, 63
de Stella Bononi-Ricardo, The UrlJm1ization o( Rural Dialect Speakers: !\Socio- ( 1986), pp. 215-221, así como los artículos recogidos en Norben Dillmar and
linguis1ic Sludy in Bra.zil (Cambridge: Cambridge University Press, 1985). Peter Schlobinski, The Sociolingilistics of Ur/}{m Vernacu/ars: Case Sllldies and
[Los islotes de conservadurismo fomcnino en la provincia de Granado fue- Iheir Evaliwtion (Berlín: de Grt1yter, 1988)_ El artículo ele Leslcy y James Mil-
ron detectados y descritos poi- M. Alva1·, u Diferencias en el hcibla de Puebla de roy, "Social Nclwo1·k and Soci;il CJass: Toward on Integrated Sociolinguistic
D. Fadrique (Granada), RFE, XL, 1956, pp. 1-32, y por G. Salvador, «Fonética Model», Language in Sociely, 21 (1992), pp. l-26, intenta reconciliar los estu-
masculina y fonética femenina en el habla de Venientes y T<irifa (Granada)», dios basados en el concepto de clase social y los que utili7.an la •red social»
Orbis, 1, 1952, pp. 19-24.) como noción básica.
Las nociones de «concentración» o «enfoque» (focusing) y «dispersión" o El artículo de Alan Bdl, «Languagc Style as Audiencc Dcsign», La.ngiiage in
«difusión» (diffúsion) se analizan en R. B. Le Page y André. TobOLtrcL-Kellcr, Sociely, J3 ( 1984), pp. J45-204, explica los «CSLilOs» como adaptacione:; de los
Acts o/ ldentity: Creule-Based Apprunclies lO wngiiage and Ethnicity (Cam- hablantes a sus interlocutores, siguiendo el modelo de Howard. Giles y otros,
b1idge: Cambridge University Pre~s, J 985). ta! y como puede verse en el número especial de !111enwt1011al Joumal of !he So-
El concepto de jerarquía lingüístic.a es desa1Tollado eu Ralph D. Grillo. Do- ciology of Language, 46, que con el título de The Dy1·1wnics of SJ7eedz Accommo-
minan/ J...anguages: Langtwge (IJ'lcl Iiierarchy in Britai11 und Fnmce (Cambtidgc: dation (J 984) edita el propio Howard Giles.
Cambridge Universiry Press, J 989). El estudio sobre Cardiff se describe en Nicholas Cou11land, «Style Shifting
Puede encontrarse una buena visión de conjunto de los procesos de norma- ma Cardiff Work Setting», Lnnguage in Snciety, 9 (1980), pp. 1-12.
lizcición lingüística en el libro de John E. Joseph, Eloqiience and Po1ver: The lnfmmación sobre el inglés negro biitánico puede encontrn1-se en Viv Ed-
Rise of Larigiiag,e Sumdards and Sta1zdard Langtiages (Londres: PinLcr, 1987); wai·cls. Langiwge in lllack Cmm111111i1y (Clevedon. Avon: Multilingual Matcei·s.
asimismo en el de James and Lcslie Milroy Authority in Langiwge. /m1es1igati11g 1986). .
Language Prescriptiou a11d Stuwhlfdisntion (Londres: Routledge and Kegan La compilación de artículos editada por Eclwarcl Finegan y Douglas Biber y
Paul, 1985). Otra fuenle es Louis-Jean Calvct, Linguistique el colonialisme: Petit titulada Perspeclives on Regisier: Siliwring Regisler Varialion 1vithi11 Sociolin-
trailé de glouoplwgie (París: Payot, L974). guisúcs (Nueva York: Oxford Univcrsity Press, en prensa) ilustra el renovado
[El ejemplo de Machado escribiendo un poema en la parte trasera de un so- interés de los sociolingüisLas por cucsliones de estilo, género, n~gistro, y por las
bre e~ adaptación al español del que pre~enta la a11Lo1·a sobre Lincoln, y que relaciones entre las variedades escricas y orales de una lengua.
toma de Dwight Bolinger, U.mguuge. The Loaded Weapon: The Use. and Abuse of El libro de Ronald K. S. Macaulay, Locazing Dialec1 i!7 Discottrse (Nueva
Languuge Toda)' (Londres: Longman, 1980).] York: Oxford Vniversity Press, 1991), maneja una serie de vw·iablcs sintácticas
íLos datos sobre las Academias de la Lengua Espai'lola proceden de H. Ló- y de discurso propias del inglés de Escocia.
pez Morales. «Las academias americanas», t:n M. Seco y G. Salvador (coords.),
La lengua espa11ola, hoy, Madrid, Fundación Juan March, 1995, pp. 281-290.]
[La observación que se hace sobre los misioneros y las lenguas en la colorli-
zación de América se ba:;a en A. Ro.scnbh1t, «La hispanización de Amécica. El
castellano y las lenguas indígenas desde 1492,,, en Presente y fil tu ro de la len.gua
española, Madrid, Ediciones Cultw-a Hispfoica, 1964. vol. Il, pp. 189-216.1
El ejemplo de los tests de lectura tk Nueva Zelanda procede de una investi-
gación dirigida poi· Barbara Horvath.
la situación noruega se analiza en Einar Haugen, Langiiage Conf].icl and
Larigucige Plwmi11g: The Cuse o(.o//odeni Norn·egiun (Harvard: Hardvarcl lJniver-
sity Press, l 966).
124 EL LENGUAJE EN LA SOC1EDAD

blar de las mujeres. Y si parece natural que estas ideas sean tachadas
hoy de sexistas por prácticamente todos los lingüistas, qujzá sor-
prenda más saber que alguno de los primeros trabajos propiciados, en
la década de los setenta, por los movimientos feministas, y que defen-
día la existencia de un «lenguaje ele las mujeres», haya sido también
acusado recientemente de sexismo por los propios movimientos fcmi-
n.istas. Así ocurre con un libro particularmente influyente en que, al
tratar de identificar las caracte.1isticas del habla de las mujeres, acaba
presentando a éstas corno unos seres inseguros, dubitaLivos, fallos de
CAPÍTULO 4 autortdad y superficiales. Veamos, por ejemplo, el caso de las llamadas
«tag questions» [preguntas de confirmación] del tipo de lt's a nice dny
LENGUA Y GÉNERO isn't it? [Hace un día precioso, ¿no?] Como es sabido, esLe tipo de pre-
guntas puede tener varios significados. Así, el hablante puede emplear-
las para hacer una aserción sin parecer dogmático, dejando abieru.1 Ja
Ayer ~e puso a la venta la p1imera Biblia no sexista publicada en
posibilidad de que los demás no estén de acuerdo; o puede querer tan-
Gran Bretaña. En la revisión se han carnbiadrJ SÍ!>Lcniálicameme expre-
siones como «any man» [:i.lgún hombre. ningún homb1·eJ por «anyone» tear cómo cae la idea que propone, o hacer una sugerencia quitándole
[alguien, nadie]. pero se ha mantenido el masculino en otros ca_<;os, espe- toda apariencia de orden. Pues bien, en aíguno de los trabajos tempra-
cialmente para Dios, alegando fidelidad¡¡] origin<1L nos anles mencionados se interpretaba que las muje1·es usaban más
este tipo de coleti!Jns debido a su inseguridad: tenían miedo de no es-
(G11ardian, 4 de octubre de 1985.) tar cualificadas para bacer afirmaciones más rotundas. También se ha
asociado con el habla de las mujeres el alto Lono ascendente con que
terminan muchas de sus secuencias, especia!men te si se lrata de afir-
En el capítulo 3 vimos que uno de los patrones sociolingüísticos maciones, lo que hace que suenen a preguntas. Esto se intc1·prctó
que reflejaban las investigaciones de tipo cuanlitativo centradas en los igualmente como indicio de inseguridad y [alta de con(ianza a la hora
dialectos sociales era que las mujeres, independicnlemenle de otras de exponer las propias opiniones.
características como edad, clase social, etc., usan más fonn<1s lingüísti- Tales argumentos son, sin embargo, circulares: las mujeres son ta-
cas estándar que los hombres. Incluso un sociolingüisLa ha llegado a chadas de inseguras porque usan más preguntas de confirmación, y las
decir que esla diferenciación es tan ubicua en las sociedades occiden- preguntas de confinnación indican inseguridad porque son usadas por
tales actuales que bastada con observar qué usan las mujeres para sa- las mujeres. Desgraciadamente, gran parte de las investigaciones sobre
ber cuáles son las íormas prcsligiosas en la comunidad; y lo contrario, lenguaje y sexo se han resentido de este tipo de circularidad o han bus-
qué usan los hombres para detectar las estigmatizadas. Se han alegado cado simplemente Ja anécdota o muestran deficiencias en algún otro
muchas razones (mayor conciencia de estatus en la mujer, más preo- aspecto. De hecho, cuando se han hecho estudios empíricos para com-
cupación por la cortesía, etc.) para tratar de explicar tales resultados, probar las afirmaciones de arriba, no faltan los que llegan a la conclu-
pern la verdad es que hasta el momento no se ha dado cuenta de ellos sión de que los hombres usan más preguntas de confirmación que las
de una manera satisfactoria. mujeres, sin que a conlinuación se interprete que eso indica inseguri-
La mayor parte de las veces, sin embargo, el habla femenina h<1 dad o falta de confianza.
sido simplemente ignorada. Es cierto que un lingüista ampliamente ci- Todo lo cual mues[ra, una vez más. que Ja forma de plantear 1<1 in-
tado, que escribió sus obras en las primeras décadas de esle siglo, de- vestigación tiene un peso importante sobre los resultados, como ya
dicó un capítulo de su libro sobre el lenguaje a «The Woman» [La Mu- puse de manifiesto en el capítulo 2 Si las comparaciones se hacen to-
jer]; pero, aparle de que, en su opinión, éstas ejercen un efecto debili- mando como modelo el habla masculina, entonces la femenina o es se-
tador sobre la lengua, se echa de menos un capílulo simétrico sobre cundaria o es una desviací.ón que hay que explicar. De la misma foima
«The Man» [El Hornb1-e]. Creía el citado lingüista que la lengua corría que si pensamos que lo normal es el monolingüismo, veremos el bilin-
el peligro de volverse lánguida e insípida si se imponía el modo de ha- güismo como problemático y como necesilado de explicación, cuando
LENCiUA Y GÉNERO 125 126 U, Ll',NC;t J¡\J I'. LI\! U\ SOC 1EDAIJ

no de remedio (véase el c;:ipíLulo 7). Los que tienen autoridad definen (Urnbrarnos a usar esta distinción supone poder separar las diferencias
el mundo desde su perspectiva: por ello no es sorp1·endente que las dis- innatas de las producidas por el entorno cultural, cosa que no sucede
ciplinas académicas sean a la vez androcéntricas y eurocéntricas, ni mucho menos en el momento actuaL 1 Una vez más, parte del pro-
puesto que son los varones emopeos los que han dennido la civilíza- blema rndica en que la posición cultural que la sociedad percibe en la
ción del mundo, y lo han hecho en sus propios tém1inos. Ellos ocupan mujer hace que los hombres sean vistos, inclLtso en biología, como ge-
el poder y ellos imponen el mito de la superioridad masculina. Las mu- néricamente superior·es. Esta postura «Ínnatista» fue muy bien resu-
jeres y su habla se han medido tomando al varón como referencia, y mida por John Sluan Mi l] cuando escribió:
los resultados han sido tachados de deficienLes y desviantes, justo de 1~1
misma manera que h<isLa hace no tanto Liempo habfa un amplío Esto significa ser chico, crecer en la c1·eencia de que sin ningún mé-
acuerdo en considerar que «algo fallaba» en el habla de la clase obrera, rito ni esfuerzo personal, por el mero hecho de haber nacido varón , tie-
en la de los negros, ele. nes derecho a ser super io1· a la mi trtd del g¿nero humano.
Las mujeres ocupan lo que podríamos llamar un espacio semántico
problemálico o negativo: son vistas como derivados del hombre o Muchas de las primitivas investigaciones sobre las diferencias en-
como versiones inferiores de él. En prácticamente todos los campos de tre mujer y varón fücrnn emprendidas con el propósito principal de
la investigación, son las diferencias de la mujer con respecto al hom- confümar esta suposición, lo cual entrañaba un grave riesgo para las
bre o a las normas del varón lo que debe ser explicado. Dado que las mujeres, puesto que se trat<iba de probar cienLíficamcnte que determ i-
m11jeres (y otros grupos minoritarios de b sociedad) están poco vaJo- nadas caracteristicas, como la divis ión social deJ trabajo, que reser-
radas, su forma de hablar lo estará también. "Pero ¿cuántos rasgos lin- vaba a las mujeres el simple papel de arnas de casa, eran «naturales»,
gi"ifsticos tenidos por característicélmente femeninos lo son de verdad? esto es, biológicamente condicionadas, y, por tanto, inevita bles y no
Algunos de ellos los usan Larnhién los hombres cuando se encuentran sometidas a discusión. De modo que. pot- ejemplo, cuando se midió el
en una posición subordinada. ¿Quiere esto decir que el lenguaje de las volumen del cerebro femenino y resul tó ser rná:; pequeño que el del
mujeres es realmente <•el lenguaje de la debilidad»? hombre, el hecho se inLerp1-etó como un signo evidenle de inferioridad
Las mujeres habl.an típicamente corno hahlan porque están en po- genética (véase también el capítulo 7). Tod<ivía en 1873 se a rgüía que
siciones de menor poder con respecto al hombre; sin embai·go, desde una educación superior para las mujeres daiíaría su aparato rep roduc-
el feminismo se at·guye hoy día con frecuencia que las lenguas como tor y las haría estériles. E incluso ya en Jos primeros años de este siglo
el inglés han sido literalmente «hechas por los hombres» y todavía es- se sugirió que pennüir a las escolares que jugaran al hockey petjudica-
tán básicamente bajo control del varón. Así que, en su opinión, sólo ría su capacidad f1_ilura para amamantar. De este modo los varones
mediante reformas radicales puede crearse una situación en que las han usado las diferencias observadas entre los sexos para justificar su
mujeres puedan expresarse en sus propios términos y no como varo- prioridad y su dominio.
Desde un punto de vista biológico, sin embargo, el huevo fertili-
nes deficientes. En otras palabras, la liberación de la mujer requiere
zado se desarrolla de un modo básicamente fem enino. Durante las pri-
una liberación lingüística. La cuestión de la le ngua y el género vista
m.eras siete semanas de la vida de u n fo Lo los genitales exlernos e inter-
desde una perspectiva feminisla debe responder a dos preguntas fun-
nos presenlan el mismo asp ecto en amhos s~xos. La masculinidad se
damentales: cómo hablan las mujeres y cómo se habla de ellas. En este
produce cuando las gónad<is del embrión. que son las glándulas que
capítulo expondré con más deralk algunos de los hallazgos ligados a
más tarde se convertirán en restículos u ovarios, com ienzan a producir
tales preguntas.
la hormona masculina conocida como testostero na. Tal honnona hace
que los genitales se conviertan en los propios <le! var ón y es la respon-
sable de la aparición posterior de los caracter es sexuales secundarios .
Sexo y género

He llamado a este capítulo «lengua y género» y r10 «lengua y l. Se b~ 1ti':iiSt1 do m~1chn . 1..'on ra¿{1JJ. ~ni..~ di.s1.i;1 ción que l;-i úulora plan ten. Pero, aJ menos en es~
palio! !!~ l~rr.ni110 ~{::i lt?l'O ~:S de::;afortuna<lo. p ueslo QU t' .:onn ibuye a fomen tar ~Útl mí.is Ja con[H.'i>fÍn YH
sexo» parn destacar que lo que me inleresa aquí de la división de los exisrcnli:- entre do~ rc~-t hdé-ldeo.;- :.Jm bi¿n muy <h len.!ll!"2S -:<)r:no ~on se~'º y g;Jur.ro t;1-rm·JaílL-1~i: p<ih~b1'~"'
seres humanos en varones y mujeres es su dimensión sociocultural (es Cúm(I pl'rSOi rn O )'fC/ ;/l:'(J ( ICnen g.._~JH:.' (U f<2'llkJ) ino . {>CHJ l)C) ")!;.' 1·c fi ('ren sQ}o (l. fl1lljef~$ 111 Úcsd~ una J-.'elS·
pe...~ t i va biológ_1L:t. ni 1o.lc s-ck~ un:-\ pe:·.")p~..::IH·~· co l1ur~-.i .
decir, el género) y no su dimensión biológica (es decir. el sexo). Acos-
L27 128 EL LENGUAJE EN LA SOClEOAD

El que las gónadas se convienan en ovarios o en testículos viene deter- ciad de lo femenin.o es que la falta de un segundo cromosoma X [re-
minado por los cromosomas recibidos de los padres en el rnomenlo de cuérdese que la mujer tiene una fón1rnla genética XX, mientras que en
la concepción. Todos los óvulos ferneninos contienen uno de los cro- el hombre es XYJ coloca al hombre en inferioridad biológica. Algunas
mosom<ts delerminantes del sexo, el X. Los espermatozoides masculi- enfermedades ligadas al sexo pasan de padres varones a hijos varones
nos pueden ser portadores de este mismo cromosoma X (que dará ori- a través del cromosoma Y, y otras ocurren con mayor probabilidad si
gen a una niña), o del cromosoma Y (~entonces nacerá un varón). Se no existen dos cromosomas X. La hemofilia y el daltonismo se encuen-
da el caso de que algunas investigaciones presentan el cron1.0soma Y tran entre el centenar largo de rrastornos ligados al sexo que se dan so-
como un cromosoma X incompleto: es uno de los más peqLteños y no bre todo en los varones. Éstos, por otra parte, padecen más altas Lasas
parece comportar otra información que la «masculinidad". de mortalidad en el período de gestación y también después en la ni-
Quienes defienden el feminismo concluyen con frecuencia, a partir ñez o en la edad adulta. Muchas cnferrnedaclcs infantiles afectan rnás a
de datos como los anteriores, que la fornu1 humana básica es la feme- los hombres que a las mujeres, lo que sugiere que los varones son los
njna y que lo masculino es una adición a ese plan general. Todo lo cual miembros frágiles de la especie humana, hecho que choca de nuevo
choca frontalmenle con el peso ele la Lradición cullttral, que nos pre- con el eslereotipo cultura) de ta mujer como el sexo débil y pasivo.
senta a la mujer como derivada ele\ horn bre: recuérdese cómo nos re- Pero distinguir lo innato de !o cultura! se hace en seguida muy di[ícil,
lala la Biblia la creación de los dos sexos: Dios creó a Adán en primer de modo que una de las razones para la mayor monalídad de los hom-
lugar y después le extrajo una costillu para formar. a Eva. Curiosa- bres puede sei- también que recurren al médico menos que las mujeres.
mente esta idea de que !a mujer es un apéndice del hombre Liene su La mayor fuer¿a, la agresividad y la actividad física conforman, como
contrapartida en lenguas como el inglés, donde muchos términos de se sabe, eJ es1.ere0Lipo masculino. y este eslereotipo conduce a estilos
profesión femeninos se derivan formalmente de la versión masculina de vida bgados a ciertas enfermedades: cáncer de pulmón, infarto, ci-
(managerlmanegeress) y muchos nombres de mujer son dimirllltivos de rrosis hepálica_ No obslanle, <thor·a que la sociedad acepta más fácil-
los de varón (Henrieue, Georgette., Pauline); [en olras, como el español. rnen te que la mujer beba, fume o desempefle trnba.ios de al Lo eslrés, las
la adición de una marca para femenino es habitual también fuera de diferencias en !as Lasas de modalidad entre hombres y mujeres ligacbs
los nombres de profesión: campeón-a, lector-a, señor-a, conde-sa, etc. a esas causas se han reducido mucho.
Con nombres de profesión incluso puede ser necesario afiadir no sólo A partir de casos como el de dos varones gemelos, uno de los CUé1les
un .morfema, sino la propia palabra mujer (mujer policía)l. La eviden- Eue criado como si fuera una niña, podernos obtener cierlos dalos so-
cia biológica de que la forma básica y superior es la femenina se ve for- bre la influencia de la socialización en Jos papeles masculinos y feme-
talecida por el hecho de que algunas especies como la lagarlij<.'I corre- ninos. Los gemelos en cueslión fueron circuncidados a Jos siete meses
dorn o de cola de látigo, que vive en el suroeste de Estados Unidos, con una técnica de caLltefr1_ación. eléclrica, y uno de ellos recihió una
sólo tienen hembras. En otras las bembras se comen a los machos en descarga excesiva que le quemó totalmente el pene . Un especialista en
cuanto éstos han culminado sus labores rcprodunoras . Si aplicamos cirugía plástica recomendó criarlo corno a una niila. Pues bicXl,
la lógica tan [Tecuenternente masculina de que Ja cultu_ra no es más cuando el niño tenía 17 meses se le cambió el nombre y la fonna de
que un reílejo de la naturaleza, resulta sorprendente que hablemos en vestir y de peincirse, y cualro meses más tarde f-ue sometido a una ope-
inglés de rricm.ki11d [o en español de hwnonidad (derivado de homo ración para readaptar sus genitales a la fonna feroenina. Cuando los
«hombre»)] y no de wornankind [o de mulieridad], o que sea precisa- gemelos tenían 4 años. la madre manifestó estar pasmada de lo feme-
mente la palabra aplicada a la mujer la que reciba una adición (mana- nina que era «la njña»: «Nunca he vislo -dijo- nna niñita tan acic~­
ger~ poetesses, [señora]). Pero la práctica d e nombrar es una práctica lada y pulcra ... Se muestra muy presumida cuando estrena un vesLido
social y una actividad simbólica reflejo de un orden en que los hom- o cuando le marco el pelo. Le encanta que le marque el pelo; podría es-
bres vienen primero: véase si no la pura colocación material de las pa- tarse todo el día debajo del secador.. De modo que, en palabras de
)>

labras en expresiones convencionales como Adán y Evo, hombre y inu- una fcminisla, «una no nace mujer, sino que se hace mujer». Más ade-
jer, marido y muje1; chicos y chicas, etc (el inglés llldies and gentlemen lante añadiré otras cosas sobre la forma en que bs chicas aprenden a
[o el español señoras y caballeros}, es una noLable excepción). Las mu- hablar como sefroriLas.
jeres son el segundo sex.o. El tono de voz con s tit11ye otro de los rn'-'gos de habla en que in-
Otro <la lo citado por los grupos feministas en apoyo de la superiori- teractúan la biología y la cullura. El tono masculino medio es más
LE:-IGUA Y GENERO 129 130 EL LENGUAJE EN L1~ SOCLEIJAD

bajo que el femenino , y esta diferencia es parcialmente anatómica: con otros en el acceso a las hembras. En las luchas entre animales ga-
dado que los hombres tienen la laringe más grande y las cuerdas voca- nan los más grandes y agresivos, de modo que resulta ventajoso para
les más lar·gas y gruesas, producen vibraciones de frecuencia funda- los machos, desde el punto de vista evolutivo, lograr un tono de voz
menlal más baja. La frecuencia fundamental es el elemento más im- que dé la impresión de gran tamaño corporal. Antes de ver cómo la so-
portante (aunque no el único) a la hon:1 de determinar el tono que per- cialización distribuye los papeles de mujeres y varones, tenemos que
cibimos. Se ha observado también que las mujeres utilizan una gama examinar con más detalle si es verdad que, como defienden los grupos
entonativa más amplia que los hombres, y ello es lo que ha dado lugar femenistas, el lenguaje refleja el sexismo que existe en la sociedad.
al estereotipo de que las mujeres se excitan y emocionan más que los
hombres. Ahora bien, las diferencias de tono entre los sexos no pueden
explicarse totalmente sin recurrir a factores sociales. Y as( resulta, poi· ¿Lenguaje a la medida del varón?
ejemp lo, que los varones polacos adultos tienen un tono de voz más
agudo que los varones de Estados Unidos [y, al parecer, los varones ita- Vimos en el capítulo 1 que uno de los faclores cruciales en nuestra
lianos lo tienen más alto que los españoles]. Y es que a las personas se conceptualización del m undo es el lenguaje, él mismo creación hu-
les puede enseñar a usar niveles tonales que no son los adecuados a la mana. Pero desde el feminismo se arguye que es un lenguaje hecho por
forma y tamaño de su laringe. Un caso bien conocido es el de Margaret los varones y para los varones, con el objeto de encarnar en él sus pun-
Thacther, cuya femenina voz fue considerada un obstáculo para la tos de vista y perpetuarlos, puntos de vista en que las mujeres son el
imagen pública que quena darse de ella a través de los medios de co- desvío y la deficiencia. Hay muchos tipos de datos que evidencian se-
municación. De hecho alguna fuente apuntó que la «venta>> de Marga- xismo en el lenguaje. Las palabras que se aplican a la mujer tienen
ret Thatcher como figma política se había retrasado años por la voz connotaciones negativas, incluso en aquellos casos en que el contenido
tan «chillonan con que Lcnía que hacerse oír poi· encima del estrépito puramente denotativo es similar para el varón. Véase, si no, lo que
en las sesiones de preguntas al primer ministro que la radio transmi- ocurre en inglés con bachelor y spinster [o con sus correspondencias en
tía. De modo que comenzó a hacer ejercici.os para bajar el tono medio español solterón y solterona, pese a que ambos términos designan a la
de su voz y para reducir su gama entonativa, hasta que resultara una «persona ya entrada en años que no se ha casado» (DRAE)J. Las dife-
voz de tono firme y constante capaz de imponerse a través del ruido y rencias que se perciben son puro reflejo de las expectativas sociales so-
no por enclma del rnido. bre el matrimonio y, sobre todo, de la edad en que debe llevarse a cabo.
Todas las pe1-sonas suben más o menos el tono de voz cuando ha- El Papa también es un solterón, pero, por convención, nadie lo llama
blan en público para que se les oiga mejor, pero como la voz femenina así, puesto que su obligación es no casarse. Una solterona, a l haber so-
es ya de por sí más aguda que la de los hombres, las mujeres tienen
brepasado la edad normal para el matrimonio, es algo más que una
menos margen para elevar el tono sin parecer «chillonas» o emotivas.
mujer que nó está casada: es una mujer desechada. No po1·que lo sea,
De ahí que hayan sido típicamente excluidas de los informativos o las
naturalmente, sino porque así lo quieren los estereotipos cultura les.
crónicas de radio, dada la falta de autoridad atribuida a sus voces, que
El sesgo va más lejos y se aplica incluso a las asociaciones ligadas a
se consideraban, por tanto, poco adecuadas para transmitir infonna-
ción sobre temas serios, como las noticias. En apariencia es todavía di- las palabras man y woman en inglés [u honzbre y mujer en español]. No
fícil convencer a la BBC para que utili ce a Las mujeres como comenta- es un insulto llamar a una mujer «old man», pero sí llan1ar a un hom-
ristas. bre «old woman» [del mismo modo que en español decirle a una mu-
Es en la pubertad cuando aparecen diferencias tonales significati- jer que se ha portado como un hombre no suele ser un insulto, mien-
vas entre hombres y mujeres, pero se ha demostrado también que las tras que sí suele serlo decirle a un hombre que se ha portado corno una
voces de los varones sordos, que no han oído nunca hab1ar. no cam- mujer]. Los términos como mother [madre] y falher [padr·e]. en las len-
bian dllrnnte ese periodo. l Jn dato más que indica que el tono es, al guas en que existen, suelen tener asociados significados diferen tes . De-
menos en parte, una convención cultw·al, aunque sin duda existan cir que una mujer mothered a sus hijos es señalar que se ocupó de
también componentes biológicos. A 1o largo del ti.empo los machos criarlos y sacarlos adelante; pero un hombre que fathered un hijo, úni-
animales y humanos han ido desarrollando voces de tono bajo que camente lo engendró. Por otra pa1-te la noción de rnothering se puede
suenen dominantes y agresivas, probablemente. para competir unos apllcar a los hijos propios o a los ajenos, mientras q ue no es posible
hacerlo con la de fathering. [En espa1'iol no se da un paralelismo exacto
LENGUA Y GÉNERO 131 132 EL LENGt.:AfE EN LA SOCIEDAD

con las palabras inglesas mencionadas, aunque sí aproximado: padrear CUADRO 4.1. Matriz de rasgos serná111icos para hombre. mujer, niño y rúña
~s «ejercer el macho las funciones de la generación»; madrear no
Hombre M11;er Ni11o Niiia
existe.] Muy recientemente han aparecido términos como su.rrogate
mother [madre sustitLtta; e n español son expresiones semejantes madre [+animado] [+animado] [+animado] [+animado)
prestada, madre de alquiler] para referirse a la mujer en su puro papel [+humano] [+hu.mano] [+humano] [+humano]
biológico de madre. Cuan.do estaba escribiendo este libro una de esas [+adulto] [ + adulto] [-adulto] [-adulto]
[+macho] [-macho] [ + machol [-macho)
madres fue la primera en da1· a luz a su propio nieto. Así que ahora hay
muchos tipos de madres: biológicas, prestadas, de alquile1~ solteras, tra-
bajadoras, e incluso naturales. El hecho de que esas nociones se salgan
del estereotipo cultural que tenemos de Ja «madre de familia» hace que
utilizaron como términos cariñosos. Tart. nombre de un d e terminado
habililemos términos especiales para referin1os a ellas. Términos que
pastelito, pasó a expresar afecto, pero después se aplicó progresiva-
producen deterrninadas inferencias y que modelan nuestrn forma de
mente a una mujer sexualmente deseable y a una prostituta . En gene-
pensar sobre los hombres y las mujeres. No existe el término padre tra-
ral, parece que el inglés [y el español) tienen muchos m ás ténuinos
bajador porque es redundante, ni hablamos normalmente de padres para r·eferirse a una muje1· sexualmente promiscua que a un v~rón en
solteros porque no hay ninguna marca ligada a este estado en el caso las mismas circunstancias. Alwien ha contado 220 palabras inglesas
de los varones . para tal tipo de mujer; pero sÓÍo 20 para el hombre [el Diccionario de
Precisamente porque la palabra woman [mujer] no es tá en igualdad Casares registra 85 sinónimos de prostituta e n espafiol, sin contar las
de condiciones con la palabra man [lwmbre]. los términos referidos a creaciones posteriores a su edición]. Por otra parte, algunos de los in-
Las mujeres han adquirido connotaciones peyorativas. Si examinamos su..ltos que más comúnmente se aplican al hombre, como bastardo o
pareja~ de términos marcados por el género como lord!lady, baronetl hijo de puta, apuntan de hecho a la honorabilidad de su madre. Puesto
dame, Sir!Madam, nwslerlmistress, kinglqueen, wiz.ard (warlock)lwitch que son los varones los que hacen los diccionarios y elaboran las defi-
notaremos cómo el co1relato femenino empieza en pie de igualdad n.iciones. reservan tenazmente para ellos m ismos el espacio semántico
para irse progresivamente devaluando o degradando. Lo1-d, por ejem- positivo mientras relegan a las mujeres al negativo.
plo, conserva su valor original y se aplica únicamente a caballeros de La idea preponderante de que todo el mundo es varón mientras no
alto rango, mientras que no ocu1Te lo mismo con lady . Dame ha adqui- se demuestre lo conrra rio se manifies ta de varios modos en la lengua y
rido, sobre todo en Estados Unidos, usos despectivos que no existen en los modelos ele análisis lingüístico. Algunos análisis suponen que
para baronet. Sir es un título, pero madam. es la que regenta un prostí- «macho» es una categoría semántica más básica que «hembra», de
bulo. Master sigue significando 'dueño, maestro, director; etc.', mien- modo que las hembras son fonnalizadas como [-macho] (como se
tras que mistress ha adquirido connotaciones sexuales, de modo que es sabe, es una convención lingüística hacer figurar entre corchetes los
muy diferente hablar de un old master ('viejo maestro') o de una old rasgos que tienen valores +/-).De modo que si quisiéramos descompo-
mistress ('solterona'). Tan to hussy 'pícara, fresca, lagarta' como hou- ner nombres como hombre y mujer. chico y chica en sus primitivos se-
sewife 'ama de casa , madre de familia' proceden del inglés antiguo hus- má nticos (véase cuadro 4.1) los analizaríamos como sigue: todos lo s
wif, pero el primer término ha sufrido un proceso de degradación se- términos comparten el rasgo [ + animado]. que los distingue de los ob-
mántica. También queen 'reina', frente a láng 'rey', ha desarrollado con- jetos inanimados como las mesas o las sillas, y las palabras niño, nfria
notaciones sexuales. Wi zanl 'brnjo' se ha ennoblecido: llamar así a se distinguen de hombre, mujer mediante la combinación de los rasgos
un hombre es un cumplido; pero llamar witch 'bruja' a una mujer su- «sexo)) y «edad». También necesitamos el r'asgo [humano] para distin-
pone marcarla (o quemarla, si nos trasladamos a la Edad Media). [En guir entre los seres humanos y otros seres animados como gatos y pe-
español ocurre igual con la última de las parejas, y con otras que po- rros, que serían marcados como í- humano]. La distinción [- humano]
drían mencionarse: hombre público/mujer pública; zorro/ zarra; corte- y [-adulto] supone un nuevo sesgo, puesto que sugiere que la eda d
sano/cortesana; prójimo/prójima; gobemante/gobernanta; coronel/coro- adulta es más básica, y que los niños y niñas se definen, en el fondo,
11ela, e tc.] como adultos deficientes, y que los animales [iguran en un plano dis-
Palabras corno bidc~y ['vieja', aplicado peyorativamente a uha mu- tinto. Pero desde el pLmlo de vista biológico se podría argüir jus ta-
je r] y tart han cambiado radicalmente, puesto que en un p1incipio se
LENGUA Y Gl';.NERO 133 134 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

mujer son un lobo y Ltna loba para el hombre y la mujer mutua y res-
pec tivamente».]
Una noticia de prensa, por ejemplo, jugaba con el título d e la cono-
cida obra de Arthur Miller Death of a Salesllifill. [«La muerte de un via-
jante»; salesnw.n = lit. hombre de las ventas) y lo convertía en DeMh of
a Salesperson [lit. persona de las ventas]: otra procedente de N u eva Ze-
landa hablaba de una snowperson [lit. 'persona de nieve'], en lugar de
referirse a un snowman ['muñeco d e nieve'; algo así como si en español
alguien hablara de «La abominable persona de las nieves»]; se han cre-
ado incluso términos como one upspersonslúp [sobre upsman.ship, el
que siempre pretende quedar encima en todo], y un humorista (varón)
sugirió Mush (abreviado Mh) como fo1·ma de trntarnienlo para Jos
"¿Es usted la persona ama de casa que necesita una persona asistenta?,.
hombres solleros. 2
Cuando empecé a dar clases en Gran Bretaña me quedé muy sor-
F!G. 4.1. Personas arnas de crua )'persona$ a.si.sientas. prendida al ver que en las listas de alumnos los varorres aparecían sólo
con Ja inicial del nombre y el primer ap e llido, mientras que a las muje-
res se les añadía Miss [Srta. lo Mrs [Sra.]). Cuando pregunté la razón a
un colega, me dijo que era para que co nociéramos el sexo de los alum -
mente lo contrario, puesto que todos los adultos fueron niños o niñas nos. Pero ya no supo contestarme a lo que le pregu nté d espués, que fue
alguna vez y, yendo más lejos, los hu ma nos representan formas de vida para qué era necesario conocerlo o por qué las mujeres iban marcadas
más tardías desde e l punto de vis ta evolutivo que los animales. Un aná- con su estado civil. Me dijo simp lemente que siempre se había hecho
lisis com o el presentado puede resultar elegante, puesto que da cuenta así y que nunca se le había ocurrido que fuern una práctica machista.
de una serie de contrnstes semánticos con un mínimo de rasgos bina- E ste sistema de marcar a las mujeres se usa todavía en todos Jos ni-
rios, pero es sexista y puede percibirse fácilmente que están en des ven- veles de la sociedad. En la época en que tomé posesión de la cá~edra de
taja las mujeres, definidas mediante un rasgo negativo y, sobre todo, Oxford había sólo tres mujeres de este nivel académico entre más de
las nifi.as, que cargan con dos. ¿Es sorprendente que chicas ya crecidi- 200 profesores (la verdad ~s que tampoco ahora hay muchas más). E n
tas se hayan resistido con frecuencia a que se las llame (<niñas»? los boletines destinados al profesorado y en las di ferentes listas oficia-
No resulta difícil ver por qué las mujeres se ha n mostrado part.icu- les de la Universidad , los nombres de los varones figuran todavía en la
larmenl.e sensib1cs a los usos sociales de los nombres y apellidos y de forma que se señala arriba o añadiendo un tratamiento, y van segu idos
los tratamientos, dado que éstos son indicadores particularmente elo- por una lista de títulos y la mención del lugar donde fueron obtenidos;
cuentes del estatus que se a tribuye a 1os interlocutores. A la pregunta así, por ejemplo, un varón llamado John Smith que sea profesor de
de Shakespeare: «¿Q ué hay en un nombre?», podemos responder: «una His toria Moderna aparecerá en las 1istas com o «J. Smith, MA [Master
ubicación socia l». La referencia a las mujeres como «la señora de ... » o of Arts = con "Maestría" en Humanidades], Ph. D. [Doctor of Philo-
«n e na» indica el estatus inferior en que los hombres las han colocado. sophy = Doctor en Filoso fía y Letras] (Edinburgh), Profesor de Histo-
Para muchos hombres el feminismo se identifica con una inútil y a ve- ria Moderna». En c ambio a mí y a m is colegas del sexo femenino se
ces divertida o fas ti.diosa insistencia en suprimir la distinción se11ora/ nos aplica siem pre el tratamiento Miss o Mrs [Srta. o Sra.] en lugar del
señorita o en cambiar los interesllllos por las personas interesadas. En la simple Professor [Profesora] delante del nombre. El tratamiento Ms
prensa aparecen con mucha frecuencia artículos o chistes sobre este [creado como forma neutra femenina que anule la distinción entre
terna, como el de la figura 4.1, cuyo tono jocoso sugiere que d e alguna Miss y Mrs] no está tan ex tendido en Gran Bretaña como en Estados
manera los términos sexualmente neutros que se recomiendan resul-
tan ridículos y absurdos. [En la mism a línea va la fom1ulació n «femi-
nista)) que a lguien ha propues to en es paiíol para la conocida máxima l. El humorista bllSa su chis1e en la semejanza gráfica de los 1n11amie1nos propuesLos para las
m11jeres y tl que él mismo propone par" los 'aro~es, .Y que en inglés alud e a cualquier tipo <le ~ustancia
de Hobbes «El hombre es un lobo para el hombre» : «El hombt-e y la pringos" y des~gradable .
LEJ\iGLJA Y GÉNERO 135 136 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Unidos, donde funciona legalmente desde 1973 como Lratamiento op- mismos, aunque ahora algunas feministas han comenzado a usar
cional; basta para comprobarlo consultar reporlajes deportivos como boke. Pero también se encuentran ejemplos en las sociedades occiden-
el relativo al torneo de tenis de Wirubledon: la jugadora Chris Everl es tales: en algunas escuelas de Italia las profesoras eran llamadas con
Miss Evert (o más recientemente Mrs Uoyd) y Jean King Mrs King, frecuencia signora o sig,norina [y algo parecido s ucede todavía en las
m ientras que a los hombres se les llama simplemente por su a pellido. 3 españolas, en que !os escolares de los niveles primarios se dirigen a
Desde el feminismo se ba señalado que incluso resulta difícil ras- ellas con señorita]. m ientras que no sucede lo mismo con sus colegas
trear la historia de las mujeres, dado qu e la historia de la mayoría de varones. A algunas esto no les importaba, puesto que veían signora
Jos países es, como dijo Virginia Woolf habl.ando de Inglalena, «la his- como un término respetuoso, y ellas mismas valoraban más su papel
toria de la línea masculina». El padre transmite su apellido a hijos e hi- de mujeres que s u dedicación profesional. En una determinada es-
jas, y cuando las mujeres se casan cambian su apellido por el de su cuela un director hizo una declaración de intenciones en que especiCi-
marido, de modo que sólo los hombres tienen derecho a la permanen- caba que se dirigiría a las mujeres usando signora o signorina más ei
cia de sus apellidos. La tradición patronímica escandinava es particu- apellido, mientras que a los varones los llamaría por su nombre de
larmente significativa de la importancia dada a la línea hereditaria pila. Los profesores podían también llamarlo a él por el nombre, pero
masculina, puesto que tanto los hijos como Jas hijas d e la familia lle- pedía a las profesoras que lo llamaran director o Sr. director. Fuera del
van apellidos como Joha11sson (de Johann 's son, «hijo de Johann»), e mundo anglohablante se han intentado soluciones semejantes a la de
incluso e n ls landia, donde se usan apellidos como Jolzansdoztir («hija Ms antes comentada, como el tratamiento danés Fr. para reemplazar a
de Johaun ») Ja hija es vista como una propiedad del padre. Es práctica Fru «Sra.» y frdken «Srta. », el francés Mad. parn Madame y Mademoi-
común de algunas feministas cambiar el apellido (reci bido del padre) selle [y el español Sa. -aunque sólo en la lengua escrita- para Sra. y
por el nombre de una amiga o pariente, o sirnplemen le presciridir de Srta.] .
él. De este modo Julia Stanley se convirtió en Julia Penelope. En reali- Existe también una mayor propensión a llamar a las mujeres por
dad motivos similares subyacen a los cambios de designación atesti- su nombre de pila [y de tú, e n las lenguas en que es posible]. Éstas pro-
guados en detenninados países cuando acceden a la independencia testan con frecuencia de que los médicos varones se dirigen así a ellas,
(así, Nuevas Hébridas ha pasado a VanuaLu y Rodesia a Zimbabwe) o a incluso en la primera conswta. A los hombres, sin embargo, tiende a
la costumbre de ciertos mus ulmanes negros d e Lomar nombres nuevos llamárseles por el apeliido precedido de un tratamiento (o, al menos,
porque, como señala Malcolm X e n s u autobiografía, los nombres de de usted]. Las mujeres romperían las normas sociales si se dirigieran a
los negros les fueron asignados por sus a mos blancos. Al cambiarse el los médicos de tú y por su nombre de pila. Es claro que los pacientes
nombre las mujeres y demás minorías están proclamando su derecho están subordinados a los médicos, pero parece que si aquellos son mu-
a ser llamadas de Ja forma que ellas elijan y no como quiso su opresor. jeres lo están más. Los médicos intern.1mpen más a las que a Jos pa-
Y es que los nombres son parte fundamental de nuestra identidad. cientes, y cuando el médico es una mujer, los pacientes varnnes la inte-
La no reciprocidad entre hombce s y mujeres en la forma de diri- rrumpen más que cuando es un hombre, como si la mujer estuviera
girse al interlocu tor es también un rasgo de muchas sociedades. Las predestinada a una situación subordinada, independientemente del ni-
mujeres javanesas hacen un mayor uso de niveles respetuosos de habla vel profesional que alcance. Algunas feministas recomiendan a las mu-
para cUrigirse a sus maridos que al contrario. Ya dije en el capítulo l jeres que empiecen a Uamar de tú y por el nombre a los médicos, para
que en javanés el pronombre para "Yº" tiene cuatro formas distintas. que caigan en la cuenta de lo sexista de sus prácticas. Recuerdo ha-
Pues bien, las formas usadas por las mujeres representan un grado benne quedado sorprendida por una cana comercial en que el hombre
menor de respeto que las usadas por los hombres. Tradicionalmente que me la dirigía, al que no conocía y con el que nunca había hablado,
sólo los hombres usaban los términos boku y ore para referirse a ellos aunque sí era cliente de una compañera suya más joven, me llamaba
por mi nombre de pila. Entonces le contesté utilizando con él el
3. En Es pa.i1a el uso de los títulos y tratamientos tampoco es .s imétt lco: piénsese que también
mismo tratamiento. El uso recíproco del nombre de pila es en
aqul c:tlslc la chsunc ión Sra /S1·ta. y qu~ s(>\(l las 1nujeres c¡,sadas. son Sra de .... mientras q~1c los bom- el mundo anglohablante y en otros muchos lugares indicio de familia-
b1·es cas:1dos no so1J Sr. de . . Pero, en oLrn.s aspectos. la situación es m~ s igmúi1ai·i¡i q11e In descrita para ridad, mientras que el uso no recíproco revela desigualdad de poder.
el mundo anglosajón: en las listas 3C<>dérnicns y de o rro tipo no so praclica I" a.simetría de tratamientos
de que ~e nos habla en el te¡¡to. los hijos llev"n el apellido de la madre -bien que en segundo lt1gó\r- y [Lo mismo sucede con el uso del tuteo en las lenguas en que, como en
la mu,ier no sustituye los suyos por lo> del mariJo al conuac:r matri monio español , ello es posible.]
LENGUA Y GÉNERO 137 138 El. LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Otra forma de marcar a las mujeres es usar lady, woman, female ejemplos alemanes [y españoles] podemos ver una diferencia significa-
[lit. «Señora, dama», «mujer», «hembra»] al lado ele nombres de profe- tiva entre el inglés y muchas otras lenguas. En inglés, en efecto, eJ. ar-
s iones como el inglés doctor, y decir ladyAvomanlfemale doctor. Como tículo y oo·as palabras semejan tes no tienen formas diferenciadas por
se da por supuesto que los médicos son hombres, cuando se trnta de el género, mientras que en otras lenguas europeas -como las dos cita-
una mujer hay que indicarlo expresamente, lo que conduce a la idea das- existen dos y hasta tres géneros distintos: el masculino, el feme-
de que ella no es el méclico qLte se esperaba. Del mismo modo, pero en nino y el neutro. Todos los nombres, y no sólo los que se refieren a ma-
dirección contraria, rnale nurse [lit. «enfermera varón»] lleva explícita chos o Liembras, tienen su género y los artículos, adjetivos y otros mo-
la marca «varón», porque la norma es que tal profesión sea femenina dificadores reciben el del nomb1·e al que en cada caso se 1·eficren.
(compárese también widow 'viuda' y widower 'viudo': la forma mascu- Véase en francés la semaine derni.ere 'la semana pasada' frente a Le bu-
lina es menos «básica» porque en el hombre no tiene tanta trascen- reau nouveau 'el despacho nuevo' [o e n español la calle ancha frente a
dencia este estado). Y, como lo esperable es que los hombres tengan el pasillo estrecho]. En consecuencia las mujeres dirán Estoy contentq_,
carreras, c uan do una mujer la tiene se marca el «desvío» cabficándola i\lle considero aforlunadq_, y los hombres Estoy conten tQ, Me considero
de career woman [lit. «mujer de carrera»]. En mi centro de Oxforcl, afortunadQ.
cuyo profesorado era en un principio totalmente masculino, a menudo En tales lenguas, sin embargo, el género es una categoría gramati-
se referían a mí como «lady professor» y era habitual comenzar las cal simílm- al sistema de clasificación cuat1-ipartita del dyirbal (o chir-
reuniones de la junta de gobierno con un «Caballeros» incluso después bal) que vimos en el capítulo l. Así, el que un nombre sea femenino,
de que yo -ei-a la primera vez que una mujer lo conseguía- me hu- por ejemplo, no garantiza que la entidad a la que se refiere sea hem-
biera incorporado a ella. Asimismo se me comunicaban rutinaria- bra, con lo que nada impide que un nombre clasificado como feme-
mente eventos tales como «La Cena Anual de las Esposas de l.os Miem- nino en una lengua sea masculino en o tra: es lo que sucede, pongamos
bros,, y se me pedía que indicara si mi esposa roe acompañaría o no. por caso, con /g_ voiture en francés [v d. coche en español] o d!Z. wagen
Son incontables las veces en que al verme rettoida con los demás cole- en alemán. El inglés, en cambio , maneja un género que podríamos 1Ja-
gas se me tomaba o por la esposa de uno de e llos o por una becaria de rna1· «natural»: las unidades a las que nos referimos con el femenino
investigación. Es la marca automática que recibe una mujer cuando she son de hecho (con ciertas excepciones, que luego mencionaremos)
pasa a ser miembro de una institución académica cuyos componentes seres femeninos en la vida 1·eal. El contraste es humorísticamente ilus-
son literalmente catedráticos (y no caledráticas).~ trado por este fragmento de una de las historias de Ma1·k Twai.n , donde
Los muchos términos femeninos ingleses formados por adición de confunde el género gramatical y el natural cuando sugiere que «una
sufijos (por ejemplo -ess) a los masculinos constituyen otro ejemplo en damisela no tiene sexo mientras que una zanahoria sí», dado que la
que la mujer es marcada frente al varón. Se trata de pares como ac- palabra alemana para «chica» -das Madchen- es neutra, pero no
torlactress 'actor/actriz', majorlmajorette 'mayor, jefe militar'!'majo- la palabra para «Zanahoria ».
rette, mujer que desfila en los fes Lejos públicos', a los que pueden aña-
dirse selies como saleswomenJsaleslfilb!!salesFtir.1 (aunque no salesÍ2Q::i_) Gretchen: WL!helm, ¿dónde está la zanahoria? (alemán die Riibe).
formadas a partir sa.lesman. «vendedor» mediante el cambio de la ter- Wilhelm: Ésa está en Ja cocina.
minación man 'hombre' por woman 'mujer', lady 'señora' y girl Gretchen : ¿Dónde está la hábil y bon.ita doncella ingl12sa? (alemán
'chica'. El mismo fenómeno se percibe Lambién en otras lenguas,
das Miidchen).
Wilhelm: Eso se ha ido a Ja ó peni.
como el alemán, donde el masculino de 'estudiante' es der Studen.I, y el
femenino, die StudentiJ:l., (y en español, cuyos femeninos son, en mu-
chos casos, el masculino más -a: pintorq_, doctor{b diosª-. ctc.].5 En los
los dos sexos' La respuesrn no es unánime ni s1qll1cra en el seno d el pcnsamien10 feminista, dado qu<>
hay quien opina -y ésta parece ser \a línea de la autora, aunque el caso del inglés es muy clifcre·n tc-
4. En inglés se juega, de fonua i111posible de lraducir, con la palabr" ff:llow. que significa, 1<11110 Qt1e la variación fonnal •ma rca•" la mujer. mientras qt1e pa1·a 01ros el uso del masculino para lo.~ clos
miembro de un claustro ricacJén11co como inchdduo masculino. .;e,os I• •oculca•. Di:sdr. 01ros pumos de vista se «rgu:;c que. si emprendemos ese tipo d¿ cambios, de-
5. El hecho cJe que en espa1'ol los nombres que se ref1.,ren a las mujerc.5 sean habilualmentc fe- berían tambi én afectar a lM profesiones o ÍLtncion<'-5 lcrminacJa.s en ·a, que habrl"n de nrnda.1 ~Ll tem>I·
meninos v vayan con frecuencia provistos de niarca propia (que suele ser -a) ha suscil:ido una comrn- n~ción cuando es tin hombre el que las desempeña (cicliJro, atlew, c.e1un1elo ... J; o que df:tcrminados fe-
vers ia qu~ at~cla sobre tocio a las profesiones y cargos tradicionalineme cJesen1pe1~ados por hombres. meninos están ncganv~mcm c marcados: 11u!d1cu e.< vulgar y parn muchos fil. significado 'mujer del mé-
(debcn1os decir métlicol médica. 1nini....;;trnlmi11istr11. ¡ue¡/jr.¡e¿a , o sin'p'ernentc mitlico, mn11srro, juez pan dico·. sargeJJ la suena a 'mujer manc.Jona', ~Le.
LENGUA Y GÉNERO 139
140 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Pero esta distinción entre género «natural,, y «gramatical,, tiene


sus quiebras desde el momento en que incluso en el género puramente cias el hecho lingüístico de que ciertos tfrminos que se refieren a los
gramatical se producen «filtracjones» procedentes de la realidad so- machos puedan incluir a las hembras, es decir, el hecho de que en pa-
res como e] inglés dog y bitcl1. [o el español perro y perra], dog [o perro]
cial, lo cual tiene repercusiones, como veremos luego, sobre el particu-
se usen a veces para los dos sexos, fenómeno que se ha extendido tam-
lar ti.po de reforma que pueda emprenderse en cada lengua. Es evi-
bién a los pronombres. Los gramáticos nos dicen que tales pronom-
dente, desde luego, que ni alemanes ni españoles conciben los árboles
bres y también palabras inglesas como rnanking 'humanidad', m.an-
como machos ni las hojas como hembras sólo porque en sus lenguas power 'mano de obra', man-made 'artificial', pese a la inclusión formal
las palabras correspondientes sean masculinas o femeninas, pero no de la palabra man 'hombre', abarcan de forma natural a las mujeres
deja de ser significativo que para insultar a los varones se usen con [igual. que sucede en las lenguas, en que la forma de la palabra no
ÍTecuencia palabras femeninas: poi· ejemplo, alemán die Mernme evoca para Jos hablantes ninguno de los dos sexos]. E incluso se dice lo
'hombre cobarde', die Tunte 'homosexual' (pero der Zahn. 'chica se- mismo de man [y hombre] en sintagmas corno prehistoric man [u hom-
xualmente deseable') [y español gallina, mariposa, bombón para signi- bre prehistórico]. Pero quienes defienden el feminismo arguyen que si
ficados similares]. Y en inglés, lengua con género supuestamente «na- Lales términos fueran realmente genéricos oo tendrían nada de cxtrai'lo
lural», los barcos, las lanchas, los coches e incluso recienlemente los secuencias como ésla: El hombre, qiie es un rnamífero, amamar1ta a sus
huracanes son mencionados utilizando she, el pronombre femenino de crías. En Francia los grupos feministas han explotado la fuerza sorprc-
persona. Tales usos reflejan el punto de vista de los varones segün el siva de eslóganes como 1,m homme sur deux esl une femme [perfecta-
cual los homb1·es afeminados no son masculinos y los coches y las em- mente válido también en español: un hombre de cada dos es una mu-
barcaciones. como las mujeres, son generalmente poseídos y controla- jer].6 Los términos de varón usados para incluir a las mujet·es se han
dos por los hombres, mientras los huracanes son fuerzas irracionales y Llamado «gené1icos androcéntricos». Los gramáticos nos dicen tam-
destructivas, lo cual nos recuerda a las clasificaciones del dyirbal, que bién que en inglés everyone should get his hat [lü. «todo el mundo de-
agrupaba a las mujeres con el fuego y las cosas peligrosas. bería coger su sombrero»] se refiere a horn bres y mujeres, pese a que
Como señalé ya en el capítulo 1, debemos tomar la precaución de his 'su' alude en inglés a un poseedor masculino. Desde luego existe en
no establecer correspondencias simplistas entre las categorías menta- inglés coloquial la variante eve1ybody should get tMr. hat, con un pose-
les y las gramaticales. Mostré asimismo cómo la clasificación del dyir· sivo de plural no marcado en cuanto al género, pero tal variante ha
bal establecía similitudes y asociaciones a veces derivadas de la propia sido condenada corno no estándar. Mucha gente considera, sin em-
naturaleza perceptible de las cosas y otras de su propia concepción bargo, que es más elegante que citar a la vez la forma masculina his y
cultural, lo que llevaba a agrupamientos coino el que acabamos de la femenina her, así: everyone should get his ar her hat. Por lo que res-
mencionar: mujeres, fuego y cosas peligrosas en la misma categoría. pecta a los pronombres de sc1jelo she 'ella', he 'él', se ha sugerido la
El fuego pertenece a esta categoría porque se asocia con el sol, y el sol creación de una forma tey, neutra en cuanto al género, o una combina-
-recuérdese- entra en el.la poi· su carácter de esposa ele la luna que le ción del tipo slhe. 1 Claro que, ante todo esto, uno puede preguntarse
atribuye un mito dyirbal. Pero ¿podemos concluir que este esquema
lingüístico induce a los hablantes a ver conscientemente una motiva- 6. En todos los países los grupos feministas han intentado •juegos lingüisticos• qu~ afím1en la
presencia de la mujer mediante la sorpreso del inlerlocucor: en Espai\a, por ejemplo, se ha ilabiado de
ción detrás de esas asociaciones? Una cierta evidencia de ello lo consti- darse la vida niadr<. de una promuíer (paralelo a ¡nohomhre) o <le m11icrcras (por hom/lreras).
tuye ej hecho de que un hablante varón ligara de forma expresa el 7. Algún destacado defensor del femin ismo ha hecho ver recientemente cómo Jos llamados • ge·
néricos androcéntrícos• tienen 1"!0pe!'cusiones distintas ell español y en inglés, debido precisamente a
fuego y el peligro a las mujeres con estas palabras: «huni (el fuego) es la< caracteristicas dcl género gramatical en las dos lenguas. Nos recuerda que -c.omo señala la au-
una señora. Ban buní [= "Euego" con la marca indicadora de la clase Lora-, en inglés el género ~s •natural• y masculino •quivale a varón o macho. de modo lJ.Lle cuando un
padre le dice a su hijo P"que1ío en el zoo look al hí111 soar ( miralo cómo vuela) refiriéndose a un halcón,
U]. Nunca digas bayi buni [= "fuego" con la marca de la clase I]. El le está enseñando dos cos;is: cómo vuelan Jos hakone> y t¡lle lo.5 halcones sün machos. En espa1lol, en
fuego es una señora. La mujer es destructora, destroza todo. Una mu- cambio. el halcón puede .ser macho o hembra, puesto que ser de ¡¡<!11ero masculiuo no preJ11zga. en e..<la
jer es un fuego». Esto, sin embargo, requiere una comprobación más lengua. nada sobre el sexo. La reeducación del hablante espaitol, por tanto, no p"sar[a por evita.· el
masculino genérico sino poi· "nseñarle a emplearlo de modo que no ve" sólo machos <lebo.jo de él. Pe.se
sistemática, Jo cual es difícil puesto que el dyirbal es una lengua mori- a es{!! Lipo de opiniones, ot.ras personas siguen recomend.?1Jldo qu~ se e\lile d masc ulino geoérico y$'!
bunda y su sistema de clasificación está brutalmente simplificado y no 1·ecurra. a dobletes del 1.ipo queridol~a amigol-a o í\ p11lribras no marcada.'i en CU<.UHO al g¿nero, con10
quieu, al¡:wen en lugar ele el que, algwH>s. El problema es que, <ladn la oinnipreocncia Jcl género en es·
es ya utilizado por los hablantes más jóvenes. pañol, r~sulta inviable aplicar esw regla de fo1ma .llSt<>rnáLica.
Ha llegado ahora el momento de preguntarnos si tiene consecuen-
LENGUA Y GENERO 141
142 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

¿es que realmente el genérico androcéntrico tiene influencia en la


forma de concebir el mundo? Pacífico suroccidental, en virtud del cual los brazaletes iban en una di-
rección v los collares en otra. Esta red comercial, a cat·go de los hom-
Hay experimentos que demuestran que las mujeres se sienten ex-
bres, fu~ considerada [undamental en todos los aspectos de la cultura
cluidas cuando leen textos en que aparece e.1 he genérico o cualquier
de este pueblo, mientras que 1a recolección y comercialización de ho·
otro procedimiento semejante. Cuando se pide a la gente que dibuje jas secas que llevaban a térm.ino las mujeres ha pasado desapercibida
escenas que ilustren el contenido de tales textos, tienden a dibujar mu- hasta que hace poco tiempo se ha visto que desempeñaba un papel
chos más hombres que mujeres. Tales resultados muestran que la es- crucial en los ritos de iniciación a cada etapa de la vida prnpios de la
truclura de la lengua puede afectar los procesos del pensamiento y po- comunidad, ritos que corrían a cargo de las mujeres.
nen de manibesto el coste psicológico que supone para muchas muje- No obstante, en algunos de los primilivos trabajos de anuopo1ogía
res ser no personas en ~u propia lengua. Y es que las mujeres ocupan se hacen ciertas interesantes menciones a culturas con lenguas espe-
los márgenes de Ja categoría «Se1·es humanos», no son el prototipo de ciales para el hombre y la mujer. En yana, una de bs lenguas amcrin-
ella, justo de la misma [01·ma que prototípicamente no pensamos en ruas, la mayoría de las palabras Lieneo formas dislinlas según el sexo
un pollo cuando se nos habla de Ja categoría «pájaros», sino en un ca- del usuario. Las fom1as del varón las usan exclusivamen lc los hombres
nario o un gorrión. Claro que debernos proceder con precaución por- cuando hablan con otros hombres, pero las formas de la mujer las
que hay algunas lenguas aborígenes australianas en que el género no usan no sólo las mujeres cuando hablan con otras mujeres, sino tan1-
marcado es el femenino. Desgraciadamente no tenemos info1macíón bién ellas mismas cuando hablan con lo~ hombres, y los hombres
adecuada sobre los grupos sociales en que se hablan tales lenguas. Hay cuando hablan con las mujeres.
olras en que [a dif-erencia de lo que ocurre, por ejemplo, en español] se
alude a los integrantes de un grupo con personas de ambos sexos utili-
zando un pronombre femenino plural, pero al menos en una de ellas se Aprender a hablar como una dama
usa la forma femenina porque Ja presencia de una sola mujer basta
para contaminar el grupo, lo que exige la presencia de un pronombre En los últimos años se ha prestado menos alención a las palabras
marcado. concretas usadas sólo por los hombres o por las mujeres, y más a su
Los ejemplos manejados nos autorizan en general a concluir que estilo de conversación. Todos eslamos familiarizados con el estereo-
las categorías gramaticales pueden hacer que percibamos el mundo de tipo de que las mujeres «parlotean» y «Cotillean». mientras que los
una delerminada manera, de modo que las mujeres queden de hecho hombres «hablan de trabajo», pero la investigación actual revela que
contaminadas por su asociación con el fuego y las cosas peligrosas en los hombres tienen oportunidad de hablar en una gama mucho más
dyirbal, perjudicadas por el uso en inglés de Lérminos femeninos para amplia de contextos que las mujeres, por ejemplo, en la interacción
crear o expresar una visión negativa de ellas [u ocultas por el empleo marido-esposa, en los dcbalcs televisivos, en las reuniones, etc. De las
de los masculinos genéricos]. La cita que encabeza este capítulo llama mujeres se espera que permanezcan en silencio, de modo que cuando
la atención sobre hasta qué punto la imaginería mental asociada con hablan se nota y sus intervenciones se juzgan negativamente. Los te-
Dios es masculina. Después de todo, Dios hizo el mundo a imagen de él mas que eligen las mujeres son distintos de los de los hombres, y estos
mismo. temas -los niños, las relaciones personales... - se consideran banales
Si la percepción de las mujeres está culturalmente condicionada, comparados con los de los hombres: deportes, política, ele. Sin em-
sería esperable que la investigación antropológica revelara alguna dife- bargo esos juicios son un puro reflejo de nuestra concepción de hom-
bres y mujeres, concepción que tiende a considerar más importante lo
rencia interesante entre culturas por lo que respecta a la posición de
que hacen los hombres, sea lo que sea. Un perióruco br itánico encabe-
hombres y mujeres. Y, en efecto, estas diferencias existen, pero hay
zaba con el titular «Charla de muchachas» (<<girl lalk») un encuentro
que advertir que, la mayor parte de las veces, Jos antropólogos se olvi- ent1·e Ma1·garet Thatcher e lndira Gandhi CLwndo las dos desempeña-
daron de las mujeres y convirtieron a los hombres en el objeto de estu- ban el cargo de Primer Ministro en sus respectivos países. En algi'.m es-
dio legítimo a la hora de entender una cultura. Uno de los estudios pio- tudio se demosn·ó que si partimos de una lista de temas juzgados pre-
neros, que marcó el tono de la disciplina y trazó un método de trabajo viamente como banales por ambos sexos, las mujeres no hahlaban más
todavía hoy ampliamente prncticado, se centraba en el lwla, sistema que los hombres de tales lemas. De hecho, casi Ja mitad de todas las
de comercio organizado a través de grandes distancias en la zona del
LENGU..1. Y GÉNERO 143 144 EL LENGUAJE EN LA SOCJEDAD

conversaciones estudiadas, va fueran mantenidas por· hombres solos, siguientes muestras de habla, obtenidas en grupos de niños o niñas de
mujeres so1as o grupos mixtos. tocaron ternas que habían sido consi- i-aza negra, de dase obrera y de edades comprendidas entre los 8 y los
derados de forma independiente como insustanciales. 13 años. La primera muestra corresponde a un grupo de niños que se
Lo que los estudios sí han revelado es la radical diferencia que están fabricando tirachinas con unas perchas, y la segunda a un grupo
existe en los patrones de interacción verbal entre mujeres solas y hom- de niñas que están usando cierres de botellas para hacer aniUos:
bres solos, patrones que comienzan a perfilarse en los primeros años
de vida, cuando ambos juegan en grupos de su mismo sexo. Los niños M1:chael: Dame los alicates.
se mueven en redes sociales más amplias que las niñas, que tienden a Muy bien. Dame tu percha Tokay.
jugar regularmente con una o dos amigas. De alguna forma el tamaño Huey: Lárgate.
del grupo puede estar condicionado por los diferentes tipos de activi- Fuera de aquí Gitty.
Micha.el: Quita de aquí Buey.
dades a que se dedican. Se necesitan sólo tres niñas para saltar a la Hue.y: No me quilo de ninguna parte.
comba o dos para jugar a las casas, pero hace falta más gente para de-
portes de equipo como el fútbol. La imeracción intensa en grupos del Sharon: Vamos a dar una vuelta por Subs y Suds.
mismo sexo es quizá una de las razones fundamentales para la diferen- Pam: Podíamos buscar más botellas.
ciación ligada al género que han descrito los sociolingüistas. Terry: Quizá podemos corladas así.
Aunque se ha prestado mucha menos atención a las i·edes sociales Pam: Tenemos que encontrar m<\s botellas_
de las nii':ias que a las de los niños, son fácilmente visibles las diferen-
cias en el habla empleada por cada uno de los sexos cuando juegan. Ejemplos como los mencionados no corroboran una de las explica-
Las niñas usan la lengua para crear y mantener la cohesión, y sus acti- ciones manejadas a veces por los sociolingüistas para dar cuenta de las
vidades son generalmente cooperativas y no competitivas. La diferen- diferencias ligadas al género. Dicen que tanto los niños como las niñas
ciación entre ellas no se establece en términos de poder. Cuando sur- aprenden en primer lugar la «lengua de las mujeres», dado que son las
gen conflictos, el grupo se deshace. Tiende a no tolerarse la tiranía y madres en casa y las maestras en la escuela quienes se ocupan de ellos.
las niñas usan formas como «Vamos a ... » o «podíamos ... » para instar a Que luego, generalmeme durante la adolescencia y por influencia de
las ob:as a hacer cosas, en Jugar de echar mano de su poder personal. sus amigos, los niños adoptan una forma de habla menos estándac
Cuando discuLen argumentan más con las necesidades del grupo que mientras las niñas siguen más apegadas a la norma. Ciertamente hay
con las suyas per·sonales. abundantes datos que indican que los nifios varones intervienen más
Los niños, en cambio, suelen organizar los grupos más jerárquica- en clase y se atraen más la atención de los profesores, pero eso mismo
mente, y la posición que se ocupa en esa jerarquía es primordial. Usan sucede también en casa. Por otra parte hemo~ visto en el capítulo 3
el habla para asegurarse el dominio, y para atraerse y mamener la au- que Jos patrones de diferenciación según el género ya están presentes
diencia cuando otros tienen la palabra. Más que sugerir lo que debería en los primeros años de la escuela. ]o cual sugiere que niños y niñas to-
hncerse, lo ordenan. Valoran .determinadas actividades lingüísticas man contacto con las normas que coITesponden a su género incluso
como el bromear o el conta1· cuentos. Cada nii'lo ha de aprender a con- antes de ir al colegio. Las madres prestan más atención a sus hijos va-
seguir cancha para labrarse su prestigio personal. Algunos de los tra- rones y los libros de texto, ya desde preescolar, típicamente presentan
bajos sociolingüísticos más detallados sobre las habilidades verbales a los varones en papeles más activos y más variados. En los cómics y
de las pandillas de niños se han llevado a cabo en fas comunidades ne- en los dibujos animados el dominio masculino también es notorio.
gras de Estados Unidos; en ellas se valoran determinadas actividades Incluso niños de 6 años de edad con los que trabajé en Edimburgo
de tipo competitivo, como salmodiar o recitar aleluyas (playing íhe do- eran conscientes de las diferencias de habla entre nillos y niñas. De-
zens) en las que se intercambian insultos, generalmenLe referidos a la cían que las niñas hablaban de forma más fina y que los nifios eran
madre. A veces adoptan fa forma de coplillas pareadas y otras son sim- más toscos y usaban más argot y más tacos. Existe además un cierto
ples retos o puilns del tipo «Tu madre va a la iglesia con zapatillas de entr·enanüento por parte de las madres y de los maestros (¡e incluso de
tacón alton. Gana el niño que tiene mayor reperto1io de aleluyas y que los vecinos!), que Jes dicen a los niños y niñas cuál es la forma correcta
las dice mejor. Se da mucho valor al lenguaje obsceno y a los tacos. de hablar. Hay recogido un caso en que una mujer recuerda vívída-
Algunas de las diferenci.as mencionadas pueden observarse en las mente cómo cuando era niña su madre le saltó un diente de una bofe-
LENGUA Y Gf,NERO 145 146 EL LENGUAJE EN LA SOCIED.l\D

tada por usar la palabra ken, propia del dialecto local, en lugar de you su pen-o. En casa y con los miembros del propio grupo, ta] forma de
know 'sabes'.s Se trata quizá de un e_iemplo exrremo de la presión ejer- hablar es la nom1al y no marcada, pero fuera significa «hablar mal».
cida sobre los niños para que se adapten a la forma de hablar que los Los niños varones también son corregidos, como se desprende de
adultos estiman adecuada. Una niña de l O años me contó lo siguiente, lo que me contó uno cuyos vecinos lo corregían: 1ll
en respuesta a la pregunta de si su madre le había dicho alguna vez
que hablara correctamente: Los vecinos de al lado (me corrigen) porque tienen un niño <le 4 años
que se llama Andrew y no quieren que coja malas coscumbres y siempre
Nir1a: Si hay alguien fino delante. Por ejemplo, hay personas que están controlándome para que no lo diga («done» en lugar de «did»),
vienen, hay gente nueva que vive en la misma escalera adonde nos hemos porque normalmente voy allí a cenar cuando no hay clase y siempre me
mudado y llega y yo siempre est.oy diciendo «dnon Shep» (lit. «abajo, están corrigiendo por eso. Cuando yo digo -y no sé si está bien o no-
Shep». Shep es el perro y doon es la forma local de pronunciar down, yo digo algo como «l done something today» [«hice algo hoy»]. ellos sal-
'abajo']. porque Shep es mi perrito, y yo le digo «doon» ['abajo']. Mi lan «DlD no DONE». y así todo el tiempo.
mamá dice: «Eso no :;e dice, se dice sil clown [':;iéntate'],,. Porque a eUa
no le gusta que yo hable mal. Está claro que muchos niños y niña~ de preescolar tienen nociones
Siiwnne Rornai11e: ¿Por qué piensas que no le gusta? consistentes acerca de lo que es cccotTecto» o «incon-ecto», pero no to
Núia: Bueno. si hablo mal, a ella no le gusta CLtando hay otra gente está tanto el momento en que empiezan a asociar la «corrección» espe-
delante porque van a pensnr que somos poco elegantes. cíficamente con el habla femenina. Un estudio trató de investlgar a
SR: ¿Tu mamá habla siempre <le un modo fino?
Ni11a: No habla fino realmente, pero corrige todas sus palabras.
qué edad se aprende a distinguir el hé!bla rnascul_ina de la femenina
SR: ¿Y los profesores? ¿Te dicen algo alguna vez sobre tu forma de mostrando a los niños y niñas una serie de dibujos acompaüados de
hablar? frases como «Vaya, se ha estropeado la tele» y preguntándoles si pen-
Chica: Yo no le digo nunca «doon» al profesor. saban que eso lo había dicho un hombre o una mujer. Se hizo lo
mismo con Jos adultos, y sus respnestas se compararon con las de los
Queda claro que esta niña sabe mucho sobre la significación social sujetos infantiles, cuyas edades oscilaban enl1·e los 6 y los 11 años. Sin
de las opciones de que dispone, que son usar !;:is formas escocesas pro- embai·go los resultados son difíciles de intetpretar, porque en realidad
pias de la localidad o hablar una variedad más ce1·cana al inglés están- a unos y otros se les estaban pidiendo cosas diferentes: mientras
dar. Y evalúa esas formas de hablar de la misma forma qLLe lo hacen los adultos manifestaban sus propias intuicio11es sobre el habJa de los
sus paisanos adultos, es decir, emplear la variedad ]ocal de Edimburgo adultos, a los niños se les pedí<in inferencias sobre la conducta ling'Ctís-
es «hablar mal», mientras que acercarse más al estándar es «fino». 9 tica de los adultos. Dicho de otrn forma, Jas respuestas dadas por los
Además es consciente de que la forma en que uno habla determina de más pequeños indicaban que ellos asociaban el sexo con el tema. Así,
forma importante Ja impresión que causa en los otros, y de que los suponían que la frase: «Vaya, se ha estropeado la tele", era más bien
otros hacen valoraciones sociales basándose en el habla. Ha aprendido propia de un hombre porque es papá el que ve la tele, el que la pone a
también que hay al menos dos contextos en que debe cuidarse el ha- punto, etc. Los juicios de los niüos mayores, sin embargo, coincidían
bla: delante de exn-años y con el profesor en el aula. Es capaz también con los de los adultos.
de identificar lé! pronunciación local «doon» como inadecuada para ta- Al entrar en relación con sus amigos, los niños y niñas pueden su-
les contextos. Ésta es la forma que probablemente utiliwrá con más frir presiones divergentes. Los niños varones sienten que rienen que
frecuenciél en casa con la familia y, como ella dice, cuando se dirige a hablar de fonna «poco fina,, , sin remilgos de corrección, si no quieren
ser ridiculizados. Las niñas se ven obligadas a algo parecido para inte-
8. Me <.:ue111a un comptiñero l<ci rt=ba.fdnas .-e mch.1so alg\Jn cúscon-ón que or:ro- que luvo que
grarse en el grupo, pero tienen que tener cuidado de no pasarse, por-
sopol'lar de nino por us~r la P"labrn 11í11. v:H'iante local de nido. Lt>:; dialectólogos hispánicos han reco- que entonces la gente las juzgai·á de forma negativa. Expresaba muy
gido con Frecu~ncia ci:::.srin1onios de corn:cdón e.le un h~blante por pa1·te de sus bmiJia.re.s: y convecinos. bien ese conflicto una de las niñas entrevistadas cuando se estaba estu-
9. E~ frecu~nce,
.:--cde-nuí..s, que exi.sran en las dh·ersas cor11un1dades forn1as especiales paca refe-
rirse ~ese•hablnr mal• que d<:be ser evi!atlo, .-obre todo porque ·h~blar 1nal• es una exprc<ión rnuy diando en Binningnarn la influencia sobre el tas de sus compañeras de
amb1guci en espcú'iol (puede s1gn1fk.ar "hab;ar en t6JTmnus no t>s.LáncJar». pero tv.n1bi~n <"{expresarse 1ra-
h<~j(>Sdn1en1c~, <tllO tener ~locucncb o e:-:..presH:id:H.h. 1o:d(;:cir pah\hrota.c; .. , (.:;te.). Así, en una peqlH::Da CO·
niunidad e'tud1ada por mi. erCI •hablar ~hosco•· lo que pro¡>iantenl~ ;1Judía" lo que aquj 3hor" inLeresa. 10. Los parenLes1S :>on aclarac1ones de Suzanne Romaine. Los cnn.:hele$. Jd traduclor.
LENGUA Y Gf.NERO 147
148 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

juegos. Decía: «Siempre tratas de ser como los demás. No quieres que largo tiempo la igualdad profesional y educativa con los hombt·es, esas
se iian de ti, ser más fino que los demás. Entonces se meten contigo. variables no constiluyen indicadores fiables de su estatus real nj del
Pero si usas palabras vulgares y esas cosas, Ja gente no piensa muy estatus al que aspiran. Relacionada con lo anterior está también la hj-
bien de ti.» póteis de que usar formas de habla no estándar arrastra connotaciones
En un estudio sobre el francés, las niñas se corregían unas a otras de masculinidad. Para probar estas hipótesis se aduce, por ejemplo,
las desviaciones de la norma estándar, como puede verse en este ex- que, cuando a las mujeres se les pregunta expresamente por su con-
Lracto: ducta lingüística, dicen usar más formas estándar de las que realmente
usan, justamente lo contrario de Jo que hacen los hombres . De ello se
Ni1'1a 1: Moi. j'ai un onde qui s'appelle Gérard [Yo tengo un lío que deduce que, para éstos, las formas no estándar gozan de un prestigio
se llama Gerard].
«encubierto» (covert presrige), mientras que el prestigio «abierto» o
Niña 2: Ah, bon [¿Ah sí?].
Nifia !: Ouais [Sí (con pronunciación no estándar)].
<<manifiesto» (overt prestige) asociado con la variedad estándai· es más
Niña 3: On dit pas «ouais». On dit «oui» [No se dice «OUaiS>>. Se importante para las mujeres. Puede que en roda eslo haya algo de
dice «oui»]. cierto, pero tal explicación sigue reposando aún en los presupuestos
Nifia !: Mois. j'sais dire les deux [Yo sé decir las dos cosas]. de que hay ciertas cualidades inherentes a uno u otro sexo, en concreto
Nir'1a 3: lci, on dil «Olli» [Aquí se dice «oui»]. ahora la preocupación de la mujer por el estatus.
La mayor parte de los primeros estudios sociolingüísticos fueron
Algunas veces, sin embargo, los grupos de amigos y compañeros de de hecho realizados por hombres, y muchas de las pregunlas que se
juegos ejercen sobre sus miembros una poderosa presión hacia nor- planteaban acerca del comportamiento de varones y mujeres tenían un
mas que chocan frontalmente con las de la familia y la escuela. La in- sesgo masculino. Por ejemplo en Nueva York un investigador (varón)
fluencia de tales grupos puede incluso afectar al rendimiento acadé- pedía a mujeres y hombres que leyeran un pasaje cuyo 6nal recogía
mico y la habilidad de lectura. En una escuela de Edimburgo, donde una nada halagadora comparación enlre el primer perro y la primera
llevé a cabo una serie de entrevistas con los alumnos. un grupo de ni- novia: «Me imagino que a la mayor parte de nosotros nos sucede lo
ños varones aplicaba un sistema de multas a los que cooperaran dema- mismo: nuestro primer peno es como nuestra plirnera novia. Nos pro-
siado con los profesores. El éxito escolar es irrelevante para el presti- duce más preocupaciones de las que merece, pero no podemos olvi-
gio dentro del grupo_ Algunos niños están menos integrados que otros darla.» En otra parte de la entrevis ta se preguntaba también a infor-
en las actividades del grupo y pertenecen al sector de los «Cojos»J t por- mantes de ambos sexos poi· diferentes piezas léxicas. Pero mientras las
que no conocen sus reglas. Son precisamente esos niños los que usan de las mujeres tenían que ver, por ejemplo, con sus juegos de infancia.
formas de habla más cercanas al estándar. En cambio los más integra- las de Jos hombres hacían referencia, entre o tras cosas, a los ténni.nos
dos rechazan la ética de la escuela y su forma de hablar rompe cons- aplicados a las chicas e incluso a los órganos sexuales de éstas. A partir
tantemente las normas de con-ección establecidas. Eslo es justamente de datos como éstos, los investi.gadores poste1iores se han planleado,
lo que habían descubierto algunos de los trabajos sobre redes sociales nataw·alrnente, las relaciones establecidas entre los sociolingüislas va-
descritos en el capítulo anterior, es decir, que ciertos tipos de estruc- rones y sus informantes femeninas. Muy probablemente un cambio de
tura grupal pueden tener consecuencias sobre la conducta lingüística. impresiones sobre el juego de la pata c~ja entre un hombre y una mu-
Una de las explicaciones manejadas para el hecho de que las muje- jer no creará el mi.smo ambiente que una charla entre hombres sobre
res usen más que los hombres las formas de prestigio y den mayor im- el lenguaje obsceno.
portancia a la cortesía es que los medios de expresión lingüística cons- Los vínculos habla femenina-dialectos sociales necesitan también
tituyen para ellas la forma de alcanzar el estatus social que el hombre ser reexaminados desde un punto de vista nuevo que no se base en las
consigue pot· otros procedimientos. tales como la profesión y, ligada a clases sociales, pues las relaciones de hombres y mujeres con la estruc-
ésta, la educación. Dado que a las mujeres se les ha negado durante tura de clases son desiguales. Desde una perspectiva marx:isla, es evi-
dente que las mujeres no tienen la misma relación que Jos hombres
con los medios de producción: se dedican a ocupaciones muy específi-
cas, principalmente trabajos de oficina mal remunerados, y, natural-
11 El término ha siclo empleado en \in conocido estudio sobre los .Je1s•. p<'ndilla juvenil de
Harlcn1, para rc::fenrs~ ~ kJ.5 t11le1nhros peiiféricos que rna.n1enfan \azos d&biles con eUa. mente, a labores del hogar, empleo que normalmente ni se paga ni se
Lt:;NGUA Y GÉNERO 149
150 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

liga con la estructura económica general. De hecho la existencia de pa- nes de relación entre lengua y sexo, sino también las explic¿¡ciones que
labras marcadas como la inglesa lwusework [lit. «trabajo de casa»] se han dado para ellos. Si hombres y mujeres de la llamada «clase
frente a la neutra worlc «trabajo» (o la aplicación del sintagma «sus la- obrera» no tienen realmente el mismo estatus, entonces las compara-
bores» para describir la profesión de una mujer que se dedica al hogar] ciones encre clases no son váJidas por igual para los dos sexos. La me-
son una muestra más del carácter «desviantc» de la mujer y sus activi- todología basada en las «redes sociales» que presenté en el capítulo 3
dades. El mundo del trabajo es un mundo masculino, de modo que lo muestra que determinadas estratificaciones de clase se entienden me-
que las mujeres hacen en casa no es realmente un trabajo y hay que jor si se plantean como diferencias entre hablantes masculinos y feme-
llamarlo de otra manera. De donde viene también !a idea de que la mu- ninos. En el estudio sobre Belfast había un grupo de mujeres de clase
jer que se dedica a su casa «no trabaja», a pesar de que muchas amas obrera que se movía en redes más impermeables y más densas que las
de casa con hijos tienen un horario laboral de noventa horas a Ja se- de los hombres, y también superaban a éstos en el uso de formas no
mana. A mayor abundamiento, una «madre trabajadora» sólo lo es si estándar.
trabaja fuera de casa, lo que comporta un doble sesgo contra la mujec
es «desviantc,, una mujer que trabaja, como lo es también una «ma-
dre» que trabaja. Sin embargo, como han señalado los movimientos «Cotillear» frente a «hablar de trabajo»
feministas, es precisamente el trabajo de la casa el que hace faclible la
moderna economía capitalista, puesto que permite al hombre trabajar Observando el comportamiento adulto, vemos cierta continuidad
en el meTcado exterior al liberarlo de las servidumbres domésticas, por entre la forma de hablar de los adolescentes y las estraLegias de in-
cuya realización tendría que pagar. Según cifras de la Naciones Uni - teracción social desplegadas en épocas posteriores de la vida. Hay ele-
das, las mujeres realizan casi dos tercios del trabajo del mundo, pero mentos comunes entre los estilos de habla de chicos varones y hom-
reciben por él la décima parte de la renta generada y poseen un 1 % de bres, visibles por ejemplo en la forma en que cuentan historias, toman
sus bi.enes. postura verbalmente o discuten. Los hombres tienden al desafío, mien-
Sólo en las últimas décadas, con Ja aparición de los movimientos tras que las mujeres no valoran la agresividad y sus conversaciones
feministas, los departamentos gubernamentales y las disciplinas aca- tienden a ser más interactivas y a buscar la cooperación. Emiten y bus-
démicas (poi· ejemplo, la sociologia) se han planteado la relación entre can señales de acuerdo y ligan lo que ellas dicen a Jo que dicen los de-
mujer y clase social como una cuestión política y corno un problema más. En los grupos exclusivamente femeninos es frecuente hablar de
técnico para las estadísticas oficiales. Los censos y otros informes se un mismo tema más de media hora; los propios sentimientos se com-
basan en un concepto patriarcal de clase social: la familia es la unidad parten y las relaciones personales son tema de conversación. Los hom-
básica del análisis, el hombre es el cabeza de familia y su profesión de- bres, sin embargo, saltan de un tema a otro y compiten por contar
tem1ina la clase social de todos los miembros que la integran. La mu- anécdotas sobre sus logros. Raras veces hablan de sus sentimientos o
jer desaparece del análisis, puesto que sus actividades no se tienen en de sus problemas personales.
cuenta y su estatus viene definido por la profesión del marido. Las pa- Existen también diferencias en la forma de llevar la conversación.
norámicas sociolingüísticas sobre dialectos urbanos que comenté en el Las mujeres son respetuosas con los turnos ajenos, tienden a pedir dis-
capitulo anterior han adoprndo acríticamente esa noción de estarus so- culpas por bablar demasiado y no les gusta que nadie monopolice la
cial. Pero si nos basamos en !os datos del censo británico de 1971 re- conversación. Los hombres compiten por el dominio, algunos hablan
sulta que en más de la mitad de las parejas habría que atribuir una claramente más que otros y no se sienten obligados a Ugar lo que ellos
clase distinta a cada uno de sus miembros. También ha quedado obso- dicen a lo que dicen los demás, sino que, por el contrario, suelen pasar
leto el concepto de familia nuclear compuesta por el hombre, la mujer por alto lo que se ha dicho antes y acentuar su propio punto de vista.
y los hijos. Estudios !levados a cabo tanlo en el Reino Unido como en ¿Qué sucede cuando homb1·es y mujeres comparten la conversa-
Estados Unidos han puesto de manifiesto que ya a finales de los se- ción? La existencia de esos modelos discursivos diferentes es una
senta la mayoría de las familias no eran de este tipo y en los últimos fuente potencial de conflictos. Un reciente éxito editorial sobre este
años los informes de Jos gobiernos vienen señal<indo cómo la quiebra tema defiende que la comunicación entre hombres y mujeres es seme-
de tal estructura familiar tiene serias consecuencias para la sociedad. jante a la comunicación entre miembros de dif'erentes culturas. De he-
Todo esto significa que no sólo hay que volver a examinar los patro- cho la falta de comunicación es una de las 1cizones para el divorcio que
LENGUA Y GtNERO 15 l L52 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

más frecuentemenle se alega en Estados Unidos. Resulta muy común diante un cambio en la propia consciencia, pero el poder deJ varón
que las mujeres dirijan a sus maridos quejas del tipo «¿Por qué no me debe combatirse por procedimientos más radicales. Algunas voces fe-
preguntas cómo me ha ido el dfa?» o «¿Por qué no me escuchas?». To- ministas defienden que mientras las mujeres se vean forzadas a usar
dos nosotros estamos familiarizados con cómics o dibujos animados un lenguaje no hecho a su medida, el cambio es imposible. De ahí los
que presenlan a un silencioso marido pai-apetado tras el periódico a la intentos no s6lo de purificar la lengua de resabios machistas, sino tam-
hora de la comida. Las mujeres quieren que su pareja sea ·como aque- bién de darle connotaciones positivas a términos como solterona o
lla amiga de la escuela a la que contaban todos sus secretos, y valoran bru;a. Insistir en el tratamiento neutro Ms [o en desterrar la distinción
los detalles en la conversación porque representan un signo de interés Sra.!Srta.] es minar de fomrn bien visible el poder del varón. Muchas
por los demás; pero los varones no son educados para ocuparse de los mujeres usan deliberadamente en sus esc1itos el femenino con valor
demás, y por ello tampoco usan el habla con esos fines. La mujer hace genérico [es decir, por ejemplo, «Las que piensen eso están equivoca-
lo que se ha llamado el <<trabajo sucio» (ccshitwork») de la conversa- das» en lugar de «Los que/quienes piensen eso eslán equivocados»]
ción: a ella se le ha dejado tradicionalmenle la responsabilidad de ini- para producir un choque sorpresivo en -:::us leclores. Una feminista es-
ciarla, de buscar temas que sean de interés para el hombre y de mante- cdbe que los varones que se sienlan incómodos podrán darse cuenta
nerlos vivos. Con todo y con ello suele terminar las conversaciones en de cómo se sienten las mujeres a los pocos minutos de abrir la mayor
desventaja, dado que e.l hombre acaba dominándolas. parle de los libros. Hay que reformar d uso si quiere conseguirse una
En las conversaciones mixtas los hombres interrumpen más a las autoimagcn positiva. El caso de las mujeres puede compararse al de
mujeres, con lo que éstas tienen dificultad para compleLar su turno de otras mino1ias como los negros: señalan éstos cómo el término «ne-
palabra y tienden a hablar menos. No es sorprendente, por tanto, que gro>) tiene connotaciones negativas, bien visibles en palabras del tipo
los hombres dominen los temas de conversación. De hecho podríamos «mercado negro», «oveja negra», «bola negran, «Suerte negran, etc., y
incluso decir que para los hombres el objetivo de la conversación es tratan de convertirlas en positivas no cambiando la palabra por otras
ser el hablante. Ellas valoran más que ellos el saber escuchar. Muchas como «de color», sino afirmando por todos los medios que lo negro es
mujeres han pasado por la experiencia de ver ignorado su punto de bonito.
vista hasta que un varón dice lo mismo: entonces el grupo lo considera Las mujeres se han quejado de que existen en inglés [y en otras len-
una valiosa contribución a1 tema. guas] lagunas léxicas para referirse a las experiencias femeninas. Por
ejemplo, ni el inglés [ni el español] tienen ninguna expresión con-es-
pondiente a virilitylvirilidad en el sentido de «capacidad sexual del va-
La reforma de la lengua: ¿un intento femenino equivocado rón»13 por lo que se ha propuesto gynergy [en español sería ginergia o
de cambiar la historia?ll ginergfa]; en inglés ern.asculate [y en español emascular, castrar] se apli-
can básicamente a los varones; [en correspondencia con histeria, com-
Hemos visto que la lengua refleja el estatus de la mujer, pero ¿signi- portamiento típicamente asociado con las mujeres, incluso desde el
fica esto que tiene que cambiar la sociedad para que cambie la lengua? punto de vista etimológico (procede de la palabra griega parn «ma-
¿O puede la reforma lingüistica contribuir a la reforma social? La Len- triz»)], se ha creado y utilizado testeria [conducta propia de quien, ab-
gua, que forma parte del problema, ¿puede converlirse en parte de la sorbido por su trabajo, descuida la ternura hacia sus hijos y su fomi-
solución? Como dice una feminista, la superioridad del varón no debe lia].14 Como indica el epígrafe con que he iniciado esta sección del ca-
confundirse con el poder del varón. La superioridad del varón es un pítulo, hay hombres que consideran algunos de eslos cambios como
mito que puede pone1·se en evidencia mediante la educación o me- ridículos.

) 2. El lllulo es mucho más expresivo .v cargado de intenciones y sugerencias que en español, ! 3. Nóles~ que, en efecto, tamo fi·i¡¡ida como 11111/omawi aluden" las capacidade> sexnales cfo la
pero resulln in1raduciblc: en luf¡ar de •intento femenino equivocado• en inglés dice 111.Sguided, palabrn n1ujcr. pero se trara de c..apacidades a.norn1ales, pcyoraL1va01ente marcadas o po>· defeclo o por exceso,
incxisieme creada sobre mis¡;uidul 'equlvoc<1do' mediante el cambio de 1·111s por ms. que. como se recor- sjn término~ medios.
dará, es la fómwla habilitada parn sustituir a 111iss o 111rs fSra., Srta.). Por lo que 1-especra a hislOJifl. en 14. Oa·os •''ílCÍOS léxico.si~ mencionado::i para el csp.:ulol son Ja:i <..:orrespondenc1a$ femeninas
.;1 original no aparece his1ory, que e.s la palabra habitual, smo herstory. en que se ha susLiwido el su- pan• hon:blia, n1brdlerosu/(ld, lu>nibre de l11en, hombre de E.swdo. h1dal¡:uia e incluso ,·,ene, que. ha.'la la
pnesto pose~ivo masculinu his por el íemenino her. En realidad el ep(gr;1fe procede del tftulo de trn ar- habilüación hoy n\ás o rncnos e~dendída de ~u/va. ~6lo contaba. con contrnpanichu 111alsonnnte.<> y \'Ul-
ticulo publicado en Time ~n 1972 (véa.<e la bibliogrnffa del final del capltul<>). gares {cofto~ parrús, d11uw110. eLc.).
LENGUA Y GtNERO t 53 154 EL LENGUAJE EN LA SOCJEDAD

Pero probablemente todas las innovaciones deliberadas son acogi- «What's your name, boy?», the policeman asked. [«¿Cómo te llamas,
das en principio con una sonrisa. 1s Cuando, por ejemplo, ya hace mu- chico?». preguntó el policía.]
chos años se propuso en alemán Frau 'señora' para sustituir como «Doctor Poussaint. I'rn a physidan.» [«Doctor Poussaint. Soy mé-
tratamiento a Madame un historiador predijo imprudentemente que clico».)
la! cambio nunca sería aceptado, pero de hecho lo ha sido. Un colega «What's your first name, hoy?» [«¿Cómo te llamas de nombt·e,
alemán me confió divertido que hoy día todas sus ayudantes exigían chico?»]
«Alvin.»
que se las llamara Frau, cuando tradiciona.lmenLe les hubiera corres-
pondido, como a jóvenes solteras, el tratamienlo Fráulein 'set'ioritas',
Muchos argumentos se han manejado contra algunos de los cam-
con el sufijo diminulivo -lein. Como era de esperar no existe el corres-
pondiente Herrlein para varones solteros [y lo mismo pasa en otras len- biüs propuestos por los movimientos feministas. Por ejemplo, hay
quienes objetan que la forma de escribir Ms no se corresponde con la
guas, español incluido, donde sefzorilo no es, lógicamente, el correlato
pronunciación. Pero pasa lo mismo con Mrs, Mr y con un buen nú-
neutro de súiorita]. lJoa mujer alemana, ahora catedrática, me contó
mero de palabras del inglés. La verdad es que muchos de los razona-
en una ocasión cómo su director de tesis se resislía a llamarla Frau
mientos no parecen sino nacidos del resenlimiento de algunos hom-
Professor Dokt01· en lugar de Fri:i.ulein Professor Doktor. La batalla de
bres al ver peligrar el actual estado de cosas. Como dijo uno de ellos,
las mujeres por su derecho aJ Frau. continúa hoy lodavía. Y lo cu1ioso
resulta «horriblemente dificil saber hoy en día si una mujer está ca-
es que la razón para introducir este tratamiento en lugar de Madame sada o no, por cuJpa de esa ridícula manfa de no tomar el apellido del
no tuvo en princlpio nada que ver con el feminismo y sí con el intento marido». ¡Pero es que de eso se trata precisamente! El estado civil de
de purificar el alemán de préslamos extranjeros, franceses sobre lodo. una mujer es irrelevante y cuando se marca es sólo por con\'eniencia
Ahora algunas feministas a.lemanas sugier·cn que frau debería reempla- de los hombres. El apellido del marido o la distinción Sra./Srta. son
zar también al indefinido man, que funciona como genérico androcén- símbolos de la posición de la mujer como propiedad del hombre y
trico cuando se emplea en frases del tipo man soll das nicht machen. como objeto sexual cuya disponibilidad o no para otro debe quedar
'uno no debería hacer eso'. muy claramente marcada.
Por mi parle he notado cierta resistencia, sobre Lodo en Gran Bre- Muchas mujeres han defendido la desaparición de todas las pala-
taña, al tratamicmo Ms, e incluso a otras fórmulas posibles para eviLar bras sexistas, pero ello no parece factible ni en inglés ni en otras len-
la distinción «Sra.» y «Srta.". Yo tuve que discut.ir seriamente con mi guas. Y es que se1·ía preciso eliminar no sólo casi codas las palabras es-
banco para que pennilieran que en los cheques Eigw·ara m.i nombre pecíficamenle referidas a la mujer, sino también las que se refieren al
sin ningún tipo de tratamienLo. Lógicamente, para algunas mujeres hombre, dado que, al ensalzar la figura de éste, atenlan del mismo
cabe Lambién la opción de recurrir a sus títulos profesionales, pero modo contra la igualdad lingüística. Tampoco eslá claro qué hacer con
también aquí puede haber problemas. Una vez tuve la experiencia de palabras aparentemente neutras, pero que tienen connotaciones muy
dar mi nombre precedido de Dr, y recibí la agresiva réplica de «¿Pero distintas cuando se aplican a uno u otro sexo, como ocurre en inglés [y
es Señora o Seiiorita? Acabamos discutiendo, porque yo entendí que se en español] con professional [profesional]: aplicada a] hombre, la pala-
me estaba queriendo poner en mi lugar y me negué a comestar La si- bra es un cumplido, pero entre una profesional y una prostituta hay,
tuación me recordó a Jo que ocurre con boy 'chico' usado para refe1irsc para mucha gente, poca diferencia. Lo mismo ocurre parn el inglés
a hombres negros adultos, sobre todo en contextos coloniales, y que es con agressive 'agresivo/a': de un varón se acepta e incluso se espera
un insulto evidente. El doctor Poussainl cuenta cómo en una ocasión que lo sea, pero en una mujer es una cualidad indeseable por la ame-
fue detenido por un policía blanco en una ciudad del sLu· de EsLados naza que supone para el hombre. [En español la aplicación de esta pa-
Unidos y cómo el policía lo humilló negándose a darle el título que le labra a uno u otro sexo tiene los mismos efectos que en inglés, pero su
conespondía [los subrayados son del traductor]: fonna no es invariable; igual sucede con otros pai-es como zorro/a, cor-
tesano/a, verdulero/a, prójimo/a, etc.] ¿Qué hacemos con esLos ténni-
15. O, <:n rndo caso, con un gesto d~ e:urarkza . Así succdia en Espaiia cuando lo~ m"dios de co· nos? ¿Los eliminamos también? Es obvio que para que Ja reforma lin-
mnnicació11 emp.,zamn a 11sar --con oca>ión de Ja JJegada al cargo de 1vlargaret Tharcher- la exprnsión güística que se pretende renga éxito debe cambiar la forma en que la
pnrne/'a rninis1rn: o ;'l.iez_a. a1gü11 ln:inpo 1nJs laHJI!. Huy, aunque n.1uchos h<'1bl.c1nles no usen estos tér-1ni-
nos e incluso s.-: opongan ellos. ,;e han aco>tumbr;ido '' oírlos y a leerlos y ya no les re..<ultan sorpren- sociedad ve a hombres y mujeres. Ahora blen, el lenguaje no es un
dentes.
LENGUA Y GÉNERO 155 156 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

mero reflejo pasivo de la cultura, sino que también contribuye a como der!die Studierende («Quien estudia») para reemplazar a los mar-
creada, de modo que la interacción entre lengua y sociedad es cons- cados der Student/díe Studentin Le/ estudiante/la estudianta]. 17 Estos po-
tante, y existe el peligro de que los nuevos términos que se van intro- cos ejemplos son suficientes, sin embargo, para mostrar que la exten-
duciendo adquieran el sesgo machista que ya tenían los otros. De he- sión y el tipo de reforma necesaria para desterrar de\ lenguaje las dis-
cho así está sucediendo con algunos de los supuestamente neutros. tinciones sexistas varían de una lengua a olra.
El Departamento de Trabajo y otros organismos del gobierno de Tenemos algunos datos sobre los efectos de otro tipo que la re-
Estados Unidos han hecho algunos intentos de eliminar el lenguaje se- forma lingüística puede producir, datos procedentes de una serie de
xista en sus documentos. El Departamento de Trabajo, por ejemplo, re- experimentos ideados para dilucidar si quienes han abandonado el uso
visó los títulos de casi 3.500 profesiones para que fueran sexualmente de los _genéricos androcéntricos han cambiado lambién su imaginería
neutros. Así stewardess 'azafata' y su correspondiente masculino ste- mental. Dicho de otra forma: quienes se muestran más igualitarios en
ward fueron uniformados en fligl-zt attendant «asistente de vuelo». (De su forma de hablar ¿lo son también de hecho en su forma de pensar:>
nuevo puede verse que el uso b1-itánico es más conservador, puesto que Se seleccionó un grupo de estudiantes de la Universidad de Harvard.
las líneas aéreas británicas -British Airways- mantienen las palabras aún no licenciados, entre los cuales había personas que habían cam-
tradicionales.) El gobierno australiano incluso tiene un lingüista que biado sus usos escritos en el sentido antes mencionado, y personas que
actúa como asesor para cuestiones sexistas en sus publicaciones. 16 no los habían cambiado, y se les pidió que hicieran dibujos alusivos al
Hay estudios que muestran, sin embargo, que el sesgo se mantiene contenido de la siguiente frase: an unhappy persorz could still have a
también en el uso de los térrni.nos presuntamente neutros y que se em- smile on h.is/her (o herltheir) face [lil.: «Una persona infeliz puede tener
plean de tal forma que perpetúan las desigualdades que los antiguos sin embargo una sonrisa en su cara.» De toda la frase inglesa, la única
recogían. As.í, se han cambiado chainnan 'presidente', sales man 'vende- palabra marcada en cuanto al género es el posesivo correspondiente a
dor' por chairperson, sal.esperson haciendo la composición sobre per- «SU>l: si el poseedor es varón se emplea his y si es mujer her; their no in-
son 'persona' en lugar de sobre man 'hombre'. Pero resulta que dica género]. Pues bien, independientemente del pronombre usado y
ahora el término neutro se aplica sobre todo a las mujeres (véase la cu- de si el sujeto había reformado o no sus usos escritos, los dibujos de fi-
riosa expresión Madam Chairperson!), con lo que de alguna forma guras masculinas seguían superando a los de figuras femeninas. Sólo
vuelve a estar" marcado y hay que plantearse hasta qué punto este tipo las mujeres que habían modificado sus usos produjeron más figuras
de reformas pueden !legar a buen puerto. Y es que, por e1 momento, la femeninas, y ello con cualquiera de los tres pronombres. De donde se
neutra\iad sexual no es una categoría reconocida. deduce que el cambio de los varones había sido meramente superficial
Como señalé al hab1ar de ias lenguas que tienen género gramatical, y continuaban manteniendo esquemas mentales androcéntricos. Esto
como el alemán [y el español), los nombres que se refieren a personas muestra que, al menos en algunos aspectos, las reformas li.ngüísticas
tienen formas masculinas y femeninas: al. der Kollege!die Kollegin; han tenido sólo un éxito limitado. Propuestas en su mayor parle por
[esp. el compafíero!la compañera]. En inglés, en cambio, muchas veces mujeres, son también ellas quienes las toman más en serio. A Jos hom-
el término es ya neutro. Las feministas alemanas han luchado por el bres cuesta más convencerlos; pero, claro, ellos pierden con laies cam-
uso de la forma femenina para las palabras en que existe, puesto que bios y son las mujeres las que sacan más provecho de ellos.
hasta muy recientemente se ha dado por supuesto que el masculino El cambio es significativo, sin embargo, si lo vemos desde la pers-
era genérico. Del mismo modo han abogado por términos neutros pectiva de ciertos experimentos llevados a cabo en la década de los se-
tenta. En ellos se ofrecía a Los sujetos una serie de articu1os para que
los evaluaran. En unos casos, los anículos aparecían firmados por una
16. En Espal'la, corno es sabido. también se han tornado y se siguen tomando determinadas me- mujer; en. otros los firmaba un hombre, pero los artículos eran idénti-
didas Je tipo administrativo. muchas ck ellas p.-omovi<fas por eJ Instituto de !a Mujer. <>rgaoismo de
nueva cr.,ación. Entre. l~s 111;\s recientes dest.Ka la sustitución de hembra por mujer en el a perlado de
formularios v documentos que se refieren al se.'o de la person~. as.! C<lmo la introducción del femenino 17. Como ya he señalado, el feminismo ha seguido p:.ra el espa1'iol linca< de actuación semejan-
en lo.~ 1ín1l0< 11nivcrsi1arios hesta ahora sólo fon»ul~dos en masculino (nótese. por cierto, que esta me- 1es, si bier1 ni siquietl\ e.n su sc:no hay una poscw·a uniforme con respecto a sustantivos con10 j1.1c z. . u-a.-
dida corre paralela a la pro111ov1t.la poi· Estados Unidos, pern con recui-,;o., comrapuesros: elli se unifi- didonaln1ente invarjahle.s e{1 cuanto .al género: ¿se manLiene c~la Fomio para los dos sexos, ca1nhiando
can los Hlrrn1nos en uno común; "qui se pone en circulación el fernenino). Han sido cdit«dos, por otra sólo el •rllcnlo y demás aclyacenl•'S (el jue!lln. ¡uez) o .se !a dota de tenninación femcnin~ (d juez/In.
pane, folletos o •manuales <.le estilo• que recorniend"n 1• JH1.ldencia en el uso c.lel masculino gené1ico. iuew)? ¿Deberíamos haCTr k' mismo .::on los te1minatlos en-<<, y habilit:1r {w/10/islo. ar1is10, junc<> a {UI·
la no distinción Sr,üSna .. etc. bolis1a., anista?
LENGUA Y GÉNERO 157
158 EL LENGUAJE EN LA SOClEDAP

1.·os. Pues bien, tanto hombres como mujeres los consideraban mejores «correcta»] para ser percibidas como más andróginas, según han
y más científicos cuando llevaban firma masculina. Las mujeres, desde
puesto de manifiesto interesantes experimentos. Y es que hasta hace
.luego, no necesitan experimentos para percibir este tipo de sesgos. Fue poco tiempo a las mujeres se les ha negado el acceso a los registros
en parte por esto por lo que Emily Bronte publicó su Wuthering precisos para triunfar en sociedad. Fenómenos similares se observan
Heights bajo el pseudónímo masculino de Ellis Bel!. Desde entonces en otras culturas, donde son los hombres los que controlan la lengua
los estudios sobre la novela se han encargado de demostrar qué valo- ritual «alta» y la variedad escrita. En la mayor parte de los países en
raciones tan diferentes recibió tras conocerse que su autor era una desarrollo las mujeres muestran tasas de analfabetismo mucho más
mujer.is elevadas que los hombres por su menor asistencia a la escuela. Pedirle
Los hombres han interpretado los resultados descritos corno una a una mujer que se comporte «Como un chico más» es atacar los sínto-
indicación de que la imagen negativa asignada por los varones a las mas de 1a desigualdad Eemenina y no sus causas. Mucha gente además
mujeres se había extendido también a e11as mismas, e incluso semos- aduciría que algunos aspectos del esrilo conversacional de las mujeres,
traron sorprendidos de «los prejuicios de la mujer contra la mujer». más cooperativo que competitivo, deberían ser adoptados por los dos
Pero esto es connatural a cualquier posición subordinada: quienes sexos, y así Jo han hecho los grupos feministas en mítines y reuniones.
ocupan la superordinada son más poderosos e imponen su propia En principio no hay ningún motivo para que una adecuada planifica-
forma de pensar (y su lenguaje) como la 1'.mica válida. La conducta de ción lingüfstica no pueda cambjar las connotaciones y estereotipos ne-
esas mujeres 1·ecuerda la de los niños y niüas negros que, en algunos gativos asociados con la mujer. Después de todo, beber cerveza pilsen
experimentos llevados a cabo en los años cuarenta, preferían las mu- se consideraba antes afeminado en Inglalerra y ahora es, por obra y
ñecas b1a.ncas a las negras; y recuerda también la de los hablantes de gracia de las campañas publicitarias, una actividad de machos.
variedades no esLándar que considernn a quienes usan las estándar Se detectan ciertos sign.os de cambio a la hora de tratar las asime-
más inteligentes, LTiunfadores, etc. Con frecuencia tales estudios se trías lingüísticas en inglés [en español] y en otras lenguas. Muchas
utilizan para reforzar la situación ex.istente: los productores de dibujos agencias oficiales, periódicos y empresas publicitarias tienen manua-
animados, por ejemplo, sostienen que tanto los niños como las niñas les de estilo que prohíben el uso de tenninología sexista. Antes era fre-
prefieren que los protagonisLas príncipaJes sean masculinos. Estudios cuente que los artículos pedodísticos se refirieran a las mujeres ha-
posteriores sobre preferencias han mostrado, no obstante, que algunas blando de «girls» [«chicas»] en contextos donde para los vaeones se di-
de las mencionadas actiLudes negativas han carnbiado de signo. Por lo na «men» [«hombres»]. Del mismo modo, la tendencia a cornenrar la
que respecta a la televisión, la asignación a las mujeres de papeles más apariencia física de las mujeres, pero no la de los hombres es algo que
positivos mejorará, con toda probabilidad, la imagen femenina. yo experimenté personalmente cuando tomé posesión de mi plaza en
Las mujeres que ejercen una profesión tienen que emplearse a Oxford. Un periodista habló entonces de mi "blusa de seda llena de
fondo para competir con los hombres en igualdad de condiciones. ringorrangos bajo un informal suéter a rayas» y describió mi peinado
Siempre estarán en desventaja si no adoptan algunos rasgos del estilo como partido al medio por la raya y <<primoroso como las cortinas de
de interacción de los varones, pero cuando lo hacen son consideradas una casa de muñecas». Me molestaron tales 1·eferencias no sólo por su
menos femeninas y criticadas por hombres y mujeres, en aplicación de irrelevancia para el contenido del artículo, sino también por su inexac-
un doble canon de medida. Así les ha sucedido, poi· ejemplo, a mujeres titud: nunc<i. me he hecho la raya en el medio, y no tengo blusas de
como Margaret Thatcher, y probablemente a todas aquellas que tienen seda ni con ringorrangos ni sin ringorrangos. Sólo me pongo camisas
que hablar en público, aunque en realidad a las mujeres británicas les totalmente lisas, sin frunces, volantes ni adornos (de hecho juraría que
basta con utilizar la RP [es, recuérdese, la pi-anunciación (<estándar» o no se diferencian en nada de las de los hombres). Pero la forma rutina-
ria y detallada con que se comenta el vesluario femenino muy rara vez
se aplicaría a un varón.
18. Sin embai·go resu\1a muy diffcil decidir a µrion", al menos hoy día y a pa1·1ír del p1~opio te><co. Hay, sin embargo, como digo, indicios de que 1as normas de uso
e! sexo -o el género- J d escritor, corno puso de rn~llili<'SLO un cu1 ioso pasatiempo ideado por el din-
rio El Paü: p11blicó (23 ele octt.:bre de 1993) cuatro n·laws breves 'mónimos, rel'eló que dos pcncnecian público de la lengua están cambiando. El Deskbook on Style [Libro de
¡1 hombres y dos a mujer.,s, e invitó a los lectorc5 a descubiir cuáles de tina ruaner~ razonada. El 11 de Estilo] del Washington Post, por ejemplo, dice que en la segunda refe-
scpdc1nbre haci<'I un ei\tracto de Jos 1-e.suh0:tdos: ··De !us nunwrosi.sü'l1as cana.s re.c1biclas, proceden1e.s de rencia a una persona dentrn de un artículo se usará sólo el apellido
~O ciuda<le.• españolas y nri~; ele Holamla, Suiza y Alen1~nia, s6lo el 4 % ha acert.ado los cuatro ... Y
111uy pocos de los: razonl'\mientoc:: cxtra(;rados son propia1nentc ling.íi1süco~. tanto para hombres como para mujeres. y que se evitarán expresiones
LENGUA Y GP,NERO 1.59
l60 F.L LENGUAJE EN 1.1\ SOCIEDAD

como «la preciosa morena» o «el sexo débil». En el mismo periódico


[Hay traducción española: El lenguaje y el lugar de la rnu jer. Barceloaa, Ed. Ha-
han dis.minuido sustanciaimente en la pasada década los genéricos an- cer, 1981.] Buenas apreciaciones de co njunto sobre la coneld6n de 1a lengua
drocéntricos y el uso de las iniciales intermedias en la primera referen- con el género pueden encontrarse en Jennifer Coates, Womerz, Men a11d J..an.
cia a las mujeres es más frecuente desde la introducción del manual de guage (Londres: Longman, 1986), 1;:n Deborah Ca.meran y Jenn.ifer Coales
estilo. 19 Los límites para el cambio los marcan las diferencias que no (eds.), Women in Their Speech Com m u nities (Lonc.l.res: Longman. 1988), en Da-
son enteramente arbitrarias y convencionales, como el tono medio de vid Graddol y Joan Swan, Gender Volees (Oxford: Blackwell, 1989) y en Philip
voz. Aunque es posible imaginar que la asociación tono alto - falta M. Smith. Larzguage, the Sexes arul Society (Oxford: Blackwell, 1985).
de autoridad cambiará en el futuro, la verdad es que resulta poco pro- El sesgo masculino de la teoría lingüística se discute en Deborah Cameron,
Femin.ism arid Linguislic Theory (Londres: Macmillan. 1985).
bable.
Estudios mús específicos son los de Betty Lou Dubois e Isobel Cro uch,
Muchas voces feministas proclaman que no basta con esperar el «The Question of Tag Questions in Women's. Speecb: They Dmú Really Use
cambio social y que Las reformas lingüísticas son un medio de acele- More o[ Thcm, Do TheyJ [sobre el supuest.o mayo r uso d<.:". las «tag questions»
rarlo. El proceso es un camino de ida y vuelta y resulta irrelevante dis- por las mujeres), Language irz Society. 4 ( 1975). pp. 289-294; Pamela S. Kipers,
cutir si fue primero el huevo o la gallina. El conocimiento humano en «Gender ::md Topic» [sobre las relaciones entre tem a y género). f.a11g11age irz So·
general ha sido construido por los varones, y las mujeres se han limi- cie1y. 16 ( 1987), pp, 543-557; Caro! Edelsky, «Acquisítion of an Aspect of Co m-
tado a ser, hasta hace poco tiempo, compañeras silenciosas. El estudio municative Competcnce: Learning what il Means to Talk Like a Lady» [sobrt!
de las conexiones entre lenguaje y género ha experi01entado un qué s ignifica «hablar como una dama " y cómo se aprendt!]. en Susan E rvin-
Tripp y Claud.ia Mitchell-Kernan (eds.), Child Discourse (Nueva York: Acade-
enorme crecimiento en las últimas décadas, pero, en el mejor de los
mic Press, 1977), pp. 225-243 .
casos, se considera todavía un terna para mujeres y un área banal de La cita de John Stuart Mill está tomada de su libro The Subjectiou o{ Wo-
investigación que alrae a pocos varones. men (1869. No se indica la editorial).
Digamos, a modo de conclusión. que el estudio del habla mascu- El aná.li;;is por m edio de rasgos semánticos puede encontrarse. por ejem-
lina frente a la femenina es mucho más complicado de lo que a pri- plo, en Geoffrey Leech, Sema111ics (Harmonds worth: Penguin. 1974). [Traduc·
mera vista parece. La i.nlluencia del género cambia de cultura a cul- ción española. Semántica, Matlrid, Alianza Edito rial, 1985 (2 .'' ed.: la p1·imera
tura e interactúa, en grados diversos, con muchas otras características es de 1977). En España han difundido e!'; te sistema, tomado de Pottier y Cose-
sociales de los hahlaT1tes . tales como la clase social, b edad, el con- riu fundamentalmente, G1·egorio Salvador y Ramón TrujiUo. I
El estudio sobre el habla de las niñas <le Ilirmingham Fue reali7.ado por
texlo, etc. La existencia de un lenguaje sexista no es sólo un problema
Jane Cullum y se expone en su tesis de MA «Peer fnflucnce on lhc Choice of
Jingü(slico, s ino también social y requerirá, por tanto, cambios tanto Sorne Linguistic Varianls» (University of 13irmingham, l 98 l ).
en la lengua corno en l<i sociedad. El ejemplo de las pandillas de niños y nii'las prncede de Marjorie Hames~
Goodwin, «Di.rective/Response Speech Sequences in Girls' a nd Boys' Task Acti-
vities», en Sa Uy McConnell-Gine L, Ruth l3o rker y NeUy Fumrnn (elb .), Wom<!n
Bibliografía anotada and La11g11age irz l..iterature and Socie!y (Nueva York: Praeger·, 1980), pp. 157- l 73.
Véase también e l libro de Goodwin He-Said-She-Said: Talk as Social Organiz.a-
El libro de Otto Jespersen, Language: lts Naiure, Development arul Origin tion. among Black Children (Bloomingt on: Indiairn Universi ty Press, 1990).
(Londres: Allen and Unwin, 1922), dedica un capítulo a la mujer y su lenguaje, [Par a los equívocos a que puede dar luga1· la ex.prcsi15n «hablar mal», véase
Uno de 1os estudios pjoneros más influyentes (aunque ahora criticado) en el J. Borrego, «Actitudes y prejuicios lingülsticos: la norma interna <lel hablante•,
que se defiende la existencia de un «lenguaje de las mujeres» es el Lbro de Ro- en Eswdios Filológicos en Homenaje a Eu¡::enio de Bustos To va r, Salamanca,
bín Lakoff, Language cwd Womwú Place (Nueva York: Harper and Row, 1975). Universidad de Salamanca, l 992. vol. l. pp. l2 1 -135.)
El ejemplo francés está toméldo di! Claudine Dannequ in , Les Enfants bai-
llon.11és (Los niños amorda7.ados) (París: CEDIC, Dif(u.sion Nathan . 1977).
[El estudio sobre los <dets», panc.1.illa juvenil de I-Iarlem, es de W. Labov,
19 La • m ic1:<I iniermedía. es b que co1Tcspo nde al Sfgundo nombre ele u n" persona, es ded.r, el «The linguist.ic consequences of being a lamen, en Language ir1 !he fon er City,
que prN'.e de al a¡:iellído. Lo que la aut(H':\ se1lala es que t-n lil prensa se hace figu1·11r habitualmente tal
inicial er: la pnm•ra 01e11ción que se hace de una person:\ si es varón (por ejemplo: J ohn I. Jones), pero
University of Pennsylvania Press, 1972.]
no, o no hasta a h o.-a. :>1 es rnukr (por ejemplo Mory Smith en lugar d~ Ma1y S . Smi1.h ). Para una c rítica de las teorías de la estr<\tificación apli.cadas a las muje.res
'farul.11én ~" l(JS periódicos españoles pue<..lcn observar;e c:.mbios t~ndenle8 a h1 elimmac ión de las puede verse el libro di! Ann Oak.le Subjell Wome11 (Lond res: f ontana, t 982).
a,i1uet.ria;. Asi, c:on frecu¡,nc;ie se alude a l o~ mujeres utili iando :>ólo s1.1 apellido, cosa que hasta "hora El libro de Ashle.y Montague The Nawral S1.1periorily o/" \iliomen (LOJn dres:
sólo .1~ hacC" ~1lt~po n1 endole el an lculo: ÚJ Cnualif!, /..a Pard" Baui.11.
LENGUA Y Ub:NE.lW 161 162 E.L LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

MacmiJJan, J968) da argumentos a favor de la superioridad biológica de la El libro de Marlis Hellinger Kontrastive /éministischc lin.guis1ik: Mecanis-
mujer. men. sprachlicher Diskriminierung im Englischen und Deutschen (Lingwstica
El concepto de «lenguaje hecho a la medida del hombre» se maneja y dis- Contrastiva Fem\11ista: Mecanismos de Discriminación Lingüfstica en Inglés y
cute en Dale Spencler, Man Made Langunge (Londres: Routledge and Kegan Alemán) (M unich: Max Hueber Verlag. i 990) expone los esfuerzos del femi-
Paul, 1980). y también en Mary DaJy, Gyn!Ecology; The Melaethics of Radical nismo alemán para cambiar Ja lengua, y hace un análisis contrastivo muy útil
Feminism (Boston: Beacon Press, 1978). de los diferentes problemas planteados por el alemán, el inglés y otras lenguas
El artículo de R[)ger Brnwn y Albert Gil.man «The Pronouns oE Power and europeas.
Solidarity» e.s la fuente habitual a la horn cle describir las reglas que rigen el
funcionamiento de los tratamienros, y ha sido reimpreso en múltiples compila-
ciones; por ejemplo en Paolo GigliolÍ (ed.), Language and Social Concex1 (Har-
mondswor<h: Penguin. 1972), pp. 252-282.
El ensayo d e Mark Twain sobre uThe Awful German Language» [«La terri-
ble lengua alemana,, J pmcede dE;: A Tramp Abrond (Nueva York: Ha1per and
Brothers. 1935), pp. 1147-1148.
[Pani ICJs «juegos lingüísticos .. puestos en práctica ~n Espar'ia por el femi-
nismo militan re. así como para las cuestiones ligadas a l sexil>-mo y a las relacio-
nes entre sexo (o «géne ro » en sentido cu..ltw-al} y género gramatical puede verse
cou mucho provecho el libro de Álvaro Garcí<1 Meseguer ¿Es sexista la lengua
espw10la?, Barce lona, Paidós, 1994. De él protedcu las observaciones, recogi-
das en nota, en torno a las distintas repercusiones que tiene en inglés y en es-
pañol el uso del masculino genérico. Por cierto que tales observaciones coni-
gen las ideas del mismo auror sobre el tema expuestas en su libro Lenguaje y
discriminación sexual. 3:' ed .. Barcelona. Montesinos, 1988.]
El libro cle Annette Schmidl Young People's Dyirbal (Cambridge: Cam-
bridge University Press, 1985) doc!lmenla la muerte del dyirbal.
La relación entre percepción del mundo y uso de pronombre~ genéricos se
aborda eu el articulo de Fatemeh Khosroshashi «Penguins Don't Care, but Wo-
men Do: A Social 1dcntity Analysis of a Whorfian Problemn, languagc in So-
ciety, 18 (1989), pp. 505-526.
El libro de Deborah Tannen You Jusi Don 't Undcrstand: Men and Women in
Conversa/ion (Nueva York: William Morrow, 1990) [traducción española: Tú
no me enliendes. Buenos Aires/Madrid. Javier Vergara editor. 1991] es un estu-
dio muy fiable sobre el estilo conversacional de hombres y mujeres, aunque h a
sido criticado por no prestar suficiente ate nción a las fundamentales diferen-
cias de poder entre los dos sexos: véase la reseña de Sen ta Troemel-Ploetz, «Se-
Jling the Apolitical», Discourse and Society, 2 (1991), pp. 489-502, y el articulo
de Aki Uchida uWhen Ndifference" is "Dominance'': A Critique of the "Anti-Po-
wer-Based" Cultural Approach lo Sex Differe nces», language in Sociely, 21
(1992), pp. 547-568.
Sobre el tema de la reforma de la lengua véase Stefan Kanfcr. «Sisspeak: A
Misgu.idc<l Attcmpt to Change Herstory». arúcu.lo publicado en el Time del 23
de ocrubre de 1972.
[Entre las publicadones y Jocumentos oficiales en español que tienen como
finaüdad terminar cou el sexismo en el lenguaje pueden citarse Recomendaciones
para el uso no sex.isw de fo lengua, Ministerio de Educación y Cíenci¡:¡, Serie Coe-
ducación, 1988. e Igualdad de sexos en el lenguaje, Consejo dt.: Ew·opa, Comisión
de te1minologfa en el Comité para la igualdnd enrrc mujeres y hombres. 1986.)
164 EL LENGUAJE EN 1-A SOCIEDAD

como una disciplina histórica y sus principales preocupaciones consis-


tían en es tudiar el desarrollo de las lenguas. Desde el principio la in-
vestigación histórica de los dialectos contribuyó teórica y m etodológi-
camente al esrndio del cambio li ngüístico y sus hallazgos, centrados
primariamente en la extensión de las formas en el espacio geográfico,
han servido de base a la sociolingüística histórica. Los primitivos estu-
dios llevados a cabo en Alemania y Francia pusieron de manifiesto la
relevancia lingüís tica de las isoglosas: se llama así a los límites máxi-
mos que alcanzan los rasgos (o conjunto de rasgos) que definen una
CAPÍTULO 5 variedad de Jengua . 1 Lo más importante, sin embargo, es que, desde
una perspectiva teórica, esta forma de investigación desafió seria-
EL CAMBIO LINGÜÍSTICO mente las concepciones anteriores sobre el cambio lingüfstico. Por iro-
DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL nía del des tino los primitivos estudios dialectales se habían empren-
dido para reforzar la hipótesis de que los cambios fonéticos se p rodu-
cían de acuerdo con leyes que no admitían excepción.2 Este principio
Cuando estaba en Suecia escribiendo este libro, me llamó la aten- permitiría predecir, entre otras cosas -y se trata de un test clásico
ción un interesante caso de cambio lingüístico_ Parece ser que la ju- para la teoría- que Lodos los casos de /p/ del protogenn ánico pasarían
ventud sueca ha empezado a usar la palabra nord (del inglés ameri- a íf/ en alto alemán, independientemente de las pala bras en que apare-
cano nerd) p ara referirse a alguien tonto o estúpido. Existe igualmente ciesen. Las investigaciones mostraron, si n embargo, que esta llamada
el adjetivo derivado ndrdig 'tonto'. El nuevo uso ha sido comentado «muta ción consonántica del alto alem án» tenía excepciones.
por la prensa y la radio, y algunos de mis colegas comenzaron a no- Ello puede verse en la [igura 5.1, que m uestra las isoglosas que se-
tarlo h acia el vera no de 1991 . Tras una cierta d iscus ión del asunto, mis paran la variedad llamada bajo alemán del alto alem án. Las isoglosas
colegas y yo llegamos a la conclusión de que nerd probablemcn.Le atraviesan de este a oes le Aleman ia (ligeramente al sur de Berlín) y
cruzó el Atlántico y entró en Suecia a través de la película americana Holanda y reflejan la pronunciación de las consonante finales p, t y k
Revenge of the Nerds («La venganza de los tontos»), traducida a l sueco en palabras como dorp!dorf ('pueblo'), datldas (forma del artículo) e
como Nordama lwmmer ((<Que vienen los tontos»). Otra apare nte vía
de entrada de la palabra son las visitas de los jóvenes a Estados Uni-
1. Por ejelllplo "n la di a l e~ tol ogla española e~ ilJlportante Ja isoglosa de la ¡:. inicial conservada
dos. Algo parecido a lo dicho para Suecia sucede también en Dina- (fecho. {orca, filo, forniiga ... ). que sirve. jun1.o con orras . para esr~blec.ec· los lím ites ~nm: castellano y
marca. No cabe duda de que la iníluencia de la cu ltura pop americana leonés o en tre aragon és y CilStellai10; o la cmwen;\ón de L- en /J. (Uobo. liino.. .), que sep:ira el leonés del
sobre la juventud de todas partes ha introducido un buen número d e gallego. Si para las variedades gem)ánicns tiene gran i mponancí~ le. línea de isoglosas Benralh-Ürdin-
geo. que cita Ja autora líneas m ás abajo. en la Romania desempeft:• u11 papel ~imilru- la llaniada . Jfnea
anglicismos en otras lenguas. Hoy día las posibilidades de que se pro- Spezia·Rímini,., limite entre la Romanía Oriental (rumano, dialecL<JS centrales y meridionales de Italia)
du·¿can cambios de este tipo son enormes: piénsese en cuánto m ás se y la Occidental (dialectos del norte de Italia, dialectos réticos, francés, occitan o. español. ~a ra lán, ga-
Jlego-ponugués). En esa lln~a confluyen las isoglosa.' de varios fenómen os imponante.s: sonCJri7.ación o
mueve la mayoría de la gente y en qué gran medida está expues ta, a no de oclusivas intervocálicas (cspal'lol: Cílb.o, cadwa. amiga; italiano: cauo. ca¡ena, ami¡;:a ); solución pa-
través de los medios de comunicación, a normas lingüísticas ajenas latal para - KT- (espMol noche) frente a solución no pala tal (italiano 11.o/1c}; conversión de C + ~. i en u n
a su propia comunidad. En este capítulo me propongo examinar algu- sonido den i.al o in tert.lenlal (Romania Occidenl:lll: csp~ñol r;.iuvo, vedno) frente a palatal (Romania
Orien<al: italiano c.;e1vo, vic;i110, con prom111ciac1ón de Ja consonante s ubray~da ele forma muy cere<ma
nos de los mecanismos del cambio lingüístico y sus motivaciones so- al sonido que en espai'lol se escribe clt); conservación ()pérdida de -s final (españo l hombre5. llrlvCS: ita·
ciales. liana uomini. chiavi).
2. Es decir. habla una ley fonéLica del castellan() qu~ predecia, por ejemplo, que -kl- llegaba a é
(sonido esc1ito ch) a trnvés de los siguientes pasos: il > ic >e: FACTV > feito > f'ciclio >(echo. Pero Sll·
pong:iruos que uno de los pasos intennedios. /eichu, no estuviera documentado y fuera. por r:anco , una
Dialectología y cambio lingüístico pura hipótesis. Es posible, sin embargo - y de hecho asi sucede-- que se mantenga en alguna zon a dia-
lectal. De ahí la importancia de la in vast1gación de los dialectos p~rn conl'irmar la regu!aiidad ele !;<~ !c-
'yes fonéticas. El problema. como en sc:gtlid~ se1íala ia a11torn. es qlle el acopio de datos d ialectales puso
Hace mucho tiempo que los lingüistas se vienen interesando por el i..,mbién de manifiesto que las leyes fonéticas establecidas no afectaban por igual a !od as las palabras
que contenían los sonidos implic.,dos, lo cu:i..I, parndójicamcntc:. atacaba su supues<a 1·cgularidad.
cambio Lingüístico. En el siglo x1x la lingüística misma se concebía
l:::L CAMBIO i.INGÜÍSTLCO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 165
166 EL LENGUAJE CN LA SOClEDAD

Y es que en la práctica la mayor parte de los cambios oo son com-


pletamente regulares debido a que las innovaciones no gozan del
mismo grado de difusión ni en el tiempo ni en el espacio. Muchas de
las variables estudiadas hoy por los sociolingüistas tienen de hecho
una considerable antigüedad y representan cambios de largo y lento
desarrollo que aún no se han completado y que puede que no JJeguen a
completa1-se nunca en todas las variedades de la lengua. Y si ello a ve-
ces no se percibe del todo es porque la historia de la lengua se escribe
normalmente desde la perspectiva de la variedad estándar y procesos
como la segunda mutación consonántica germárúca se tratan como
faits accomplis (hechos consumados). Pero ya tuvimos ocasión de ver
en el capítulo 3 cómo los patrones sociolingüísticos revelan la desigual
difusión de la lengua estándar en los diversos sectores de la jerarquía
sociaJ..l Por su parte, otras variables estudiadas hoy por los sociolin-
güistas pueden haber surgido recientemente y ser, por tanto, variables
nuevas: la naturaleza e importancia de la variación que afecta a una
lengua en un momento determinado es cuestión que debe ser investi-
gada eo cada caso. De cualquier modo, el estudio de la variación fó-
Vlan:t
nica en las sociedades industrializadas de occidente ha llevado al desa-
rrollo de métodos que permiten radiografiar la extensión de las inno-
vaciones, y la variación en el espacio y en el tiempo, tal como ha
200mm.as
quedado ilustrada aniba, hace de la diferenciación dialectal un fenó-
meno lo suficientemente complejo como para que necesitemos recu-
FTG. S. l. La mwación con.sonántica del alto alemán: distrihr.tción de formas dialectales
rrir a factores externos que nos ayuden a explicarla.
de detern1inadí1s palabras pertenecientes al vocabulario común. Las palab;·as son: ich
1.°'; 1;1ª,~he~ '/1:~icer:: Dorf 'piieblo'; das (forma del artíwlo); Apl'el 'manzana'; Pfund En concreto, los patrones de variación encontrados en el «abanico
libra ; Kmd ntno-a . del Rhin» son fruto de la historia cultural. La «línea Benrath» se co-
rresponde con la zona de influencia de la ciudad de Colonia desde el
siglo xm, y la «línea Ürdingen» con la de su influjo a partir del X\11. Las
ikJich ('yo'). El primer miembro de cada una de esas parejas es la va- fonnas para machen quedaron [ijadas en fecha más temprana que las
ri.anle del bajo alemán, t::\l como hoy aparece en neerlandés (u holan- de ich. La no coincidencia de las isoglosas puede explicarse supo-
dés) moderno, y el segundo la variante del alto alemán, que se corres- niendo que el cambio fonético se originó en el sur de Alemania y des-
ponde con la usada hoy en alemán estándar~ Las isoglosas para ma- pués se extendió hacia el norte, cubriendo una extensión variable en
chen cruzan el Rhin cerca de Benrath, ligeramente al sur de Ürdingen, función de factores geográficos y sociales. Entre los últimos se encuen-
punto donde lo hace la isoglosa de ich. Es Ja llamada «línea Benrath- tra el prestigio social de los hablantes urbanos que usaban las nuevas
Ürdingen», uno de los límites dialectales más importantes del alemán, formas y que convertieron las ciudades en focos de itTadiación de las
que separa el alto del bajo alemán. Pues bien, conforme se avanza ha- innovaciones, En los límites periféricos de tales centros de difusión en-
cia el este, las isoglosas para esas dos palabras, y también para dat!das,
dorp!dorf, etc., son las mismas. Pero cuando todas ellas confluyen con
el Rhin se separan y dan lugar a una especie de abanico, el llamado 3. Un buen ejemplo p•ra el español de lo que aqui se seiírua -enlJ·e los muchos que podrían adu-
«Rhenish fan» («abanico renano» o «abanico del Rhin»). Y ahí se cir.;e- lo constituye el yeísmo o conl\1Sión de los sonidos escritos!/ e y: antes se consiclernba un fenó-
meno relativamente n:ciente (su antigueclad rondada el >iglo y mc<lio), pero lo que oc11rría es que ;mtes
rompe la regularidad, porque en los pueblos de esta zona los hablantes no go1.aba <le la suficiente difusión geognlftc• o social como parn que tuviérnmos noric1as ele él. Por Jo
pueden mezclar rasgos del bajo alemán y del alto alemán, por ejemplo que hoy sabemos, pareee que ya se daba en el XVI, tanto en Espal't:. tomo en Amélic3, pero aún no se ha
dat y dorf impuesto 1otalmente (sigue siendo un ~mbio en progreso) nis~ ha admitido en Ja no1111a eseiila.
U. CJ\ML!IU LINGU[STlCO LlESDE UNA PERSPEC'l'JVA SOC.l1\L 167 168 EL LENGUAJE EN LA SOC!EOAD

Ct!ADRO 5.1. Represen1ación esqwmwtizada de las i.soglosas que separan al alto y CuADRO 5.2. Escala implicativa de fos isoglosas qLte separ(rn al alto y bajo alemán y
bajo alemán y que con·esponden al cambio /p, l, k/ ~ /(p)f, s, x/ que corresponden al cal1'tbio /p, t, k/ ~ /(p)f, s, xi
Piezas /é;¡cicas Pie¿as lé.xicas
Dialectos ich m achen Dorf das Apfel P{und Dialectos ich mache11 Do1f rias Ap/'el Pfiwd

l ik maken dorp dat appel pund l


Bajo alemán { 32 ich
ich
maken dorp
machen' ~
dat appel
appel
pund
pund
Bajo alemán
{ 2
3
+
+ +
4 ich machen appel pund 4 + + +
das~und ...
Alemán central
r\ 56 ich
ich
machen
machen
dorf
dorf das apfel und
Alemán central
( 5
6
+
+ +
+
+
+
+ ,.
Alto alemán 7 ich machen dorf das apfel pfund Alto alemán 7 + + + + ~· +

contramos zonas de transición que Lípicamente muestran característi- pronunciaciones nuevas seguían coexistiendo con las viej as, pero iban
cas propias de cada uno de los focos implicados. Más allá de esas áreas ganando terreno progresivamente. Las líneas 1 a 7 pueden conside-
quedan otras no alcanzadas por las isoglosas, que conservan diversas rarse dialeclos distintos: el dialecto l no ha sufrido cambio, mientras
reliquias lingüísticas y que suelen coincidir con lugares poco accesi- que en el 7 éste se ha completado del todo y los números 2-6 corres-
bles. De modo que con frecuencia resulta posible trazar patrones de ponden a etapas intermedias. Para todo tipo de propósitos p1·ácticos, si
asenlamiento o rastrear el prestigio de las innovaciones examinando sólo tenemos en cuenta las dos variedades de Jos extremos el cambio
las isoglosas correspondientes o analizando la toponimia. 4 Se da in- parece haber afectado de fonna uniforme y simultánea a todos Jos dia-
cluso el caso de que las innovaciones salten de un centro w-bano a lectos. Pero el esquema entero viene a ser una radiografía de las fases
otro, corno veremos que sucede con la /r/ posvocálica en Estados Uni- de transición y la línea que lo cruza dibuja la trayectoria del cambio,
dos, y dejen en medio Rreas no contaminadas por el cambio, aunque al que se va extendiendo progresivamente de un dialecto a otro y de una
final acaben propagándose por ellas. pieza léxica a otra. En discusiones teóricas más recientes se aplica el
El «abanico del Rhin,, es una isoglosa importante no sólo para la témlino «difusión léxica11 a los modelos de cambio que muestran esta
dialectología sino para la lingüística histórica en general por las cues- misma Eoi-ma, ·modelos que llevaron a un conocido dialectólogo fran-
tiones que suscita acerca del cambio. En el cuadro 5.1, representación cés a señalar que «chaque mota son histoire» («cada palabra tiene su
esquemalizada del haz de isoglosas que separan, en el espacio, las va- propia historia») .s
riantes alemanas del norte y el sur, vemos que tales isoglosas se dispo- En trabajos más recientes sobre vaiiación dialectal se ha intentado
nen formando una especie de escalera. Este modelo sugiere que las formalizar esta concepción del cambio según la cual la.s innovaciones
se extienden en forma de olas, y se han propuesto modelos que predi-
cen que el cambio (en el caso de la mutación germánica, una regla que
4. Un claro ejemplo espa!iol lo conslituyen los lfmites entre el catalán y el aragoncs: al no1te de sustituye p por f, etc.) avanza progresivamente por la lengua afectando
Hues~·.a, por encima de Benaban-e, las isog)•)Sas se sepa!·an y fonnan Lambi~n una especie de abanico,
reproduciendo la disliibución de las tribus prerromanas, de modo que en cada una de ellas el IMfn se
diversificó de fom1a propia. Pero el tenitorio situado al surde flen:iba1Te se repobló de una manera ho-
mogénea confonne se iba conquistanclo a los musulmanes, de fomla que la franja ocupada por los re- 5. Por poner un ejemplo de nue5u·o \!l"ltOn\O, es un hecho bien conocido que Ja pérdida de¡: iní·
yes de Aragón se separa nfli<larneme. mediante un haz de isoglosas que disct11Ten todas unida.5, de la cial en los viejos dialectos qlle hasla ahora la habilln venido conservando (leonés, aragonés) no se h:'I
franja ocup.,cla por los conde~ de Barcelona. Por otro lado, la Unea Spezia-Rimilli, antes mencionada. producido como Ul\ [cnómerio global de dimlnación dd fonema. sino como u na susli tucion término a
sto ha relaciunado con los Um.íles del ~sentamienlo celta y con la diferente condición sociológica de los término inici~da por los bablan1es de mayor con1ac1n con d exterior y en 11quellas parcebs del vocabu-
repobladores a uno y otro bdo ele la lfnea. lario más fácilmente arcesíbles para t<Jdos y de mayor ernpleo. De modo que, pongamos por ca,o.
Por Jo que respcct:i a la roponlmia como indicio, recuérdese que en detenninadas 7.onas del norce mientras codos los hablanle.s de una comumdad d icen horno. h.ori11ig1t. se encuentran d1vi<J.iclos casi al
de España se dan una serie ele fenómenos coinc1de111es con 01rns que aparecen en el área del sur <le Ita- 50 % por lo que se refiere l\ fimo/heno, tienden hacia la conse1vadún de (en el ca>o Je f<u·11urJ/u1ci11a. y
lia ocupada por los oscos, y que probablemente no se deba a la casualidad qlle en lales zonas norteñas se muestran de ouevo unánimes (pern ahora ell la solución dialectal} cuando se l rnt~ de fcrm¡e "óxiclo' o
españolas aparezcan iopónimos como Los Oscos (comarca de i\s(u1ias) v Huesca . /'iiri11t1to 'tipo de cmbu1ido'.
EL CAMBIO LINGÜÍSTICO DESDE UNA PERSPEC'llVA SOCIAL 169 170 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

primero a un entorno determinado en un (iso)lecto determinado y en Número de


un tiempo determinado para después pasar a otros. El término lecto personas afectadas
designa a un conglomerado de rasgos lingüíst.icos que aparecen juntos,
y muchos lingüistas lo utilizan Uunto con variedad) para evitar las con-
notaciones ligadas al término dialeclo, a partir del cual se ha formado
lecto por regresión. El cuadro 5.2 muestra un modelo fonnal para el
cambio llamado escala i.mplicativa (implicational scale), en el cual los
lectos y las unidades léxicas aparecen ordenados implicativamente.6
Determinados entornos tienen una regla(+) o no la tienen(-), mien-
tras que en otros la situación es variable, esto es, se encuentran en pro- Tiempo
ceso de transición de +a - o viceversa. Dado que los lectos incüviduales
(llamados a veces isolectos) están situados en un espacio y en un
tiempo determinados, no recihi1·án todos con la misrna rapidez cual- F1c. 5.2. «Cwva en s,, de un cambio lingüíslico.
quiera de los cambios que comiencen a producirse en alguno de los
puntos del continuwn espacio-temporal. El modelo permite integrar
numerosos lectos en una gramática ((po!ilectah o «panlecta]» que re-
coja todos los conjuntos de reglas posibles en un área temporal o espa- Sabedo res de cómo ac túa hoy la variabilidad en el contexto lingüís-
cial arbitrariamente delimitada. Algunos autores dirían que tales mo- tico y social de las comunidades de b.ahla, los sociolingüistas han tra-
delos responden incluso a una base psicológica real puesto que los ha- tado de revitalizar el estudio del cambio diacrón ico incorporando a él
blantes tienen una «competencia po\ilecta1» que no se reduce a la de su tales patrones de variabilidad. En o tras palabras, podemos usar el pre-
propio lecto. sente para tratar de explicar el pasado. Está muy claro ahora que la va-
El modelo permite asimismo hacer predicciones sobre la dirección riabilidad es un requisito para el cambio y que de la forma que adopta
y el grado de difusión de una regla, y decir, por ejemplo, que cuanto tal variabilidad podemos extrapolar predicciones sobre la dirección
más se aleje de su punto de origen menos serán los entornos que están que tal cambio va a Lomar. Así, los estudios sociohngüísticos más re-
por encima de ella en una escala irnplicativa. El cambio comienza por cientes sobre la extensión del alemán estándar, es decir, e l al to a lemán,
los entornos más complejos y se va extendiendo progresivamente entre los hablantes de diversas pat·tes del país muestran un avance
por la gramática de la lengua hasta afectar a los menos complejos. Tal muy acusado de la solución estándar /pf/ (Pfimd , etc,) frente a las vie-
esquema de difusión trae como consecuencia que las reglas se genera- jas formas con /p/ en fas generaciones jóvenes de la Renania meridio-
licen en el tiempo pero menos en el espacio, porque los cambios más nal. Por otra parte, un estudio sobre el habla de cincuenta hombres de
tempranos llegan más lejos que los más recientes. En realidad, y gene- la pequeña ciudad de Erp, en algún tiempo básicamente un área agrí-
ralizando, 1.a difusión de los cambios lingüísticos es scme_jante a la que cola, pero ahora un modernizado satélite de Colonia, puso de mani-
experimentan otras innovaciones, e incluso a la que muestran las en- fiesto que la sustitución de /vi por la están dar lb! es mucho más fre-
fermedades. De hecho los modelos empleados por los biólogos para re- cuente en el habla formal que en la conversación espontánea.
coger los avances de una epidemia se pueden aplicar perfectamente al Esta difusión del habla estándar. «desde .arriba,,, .desde los estilos
cambio lingüístico. La figtU·a 5.2 muestra una «curva en S», llamada así formales a los espontáneos, es la esperable cuando entran en contaclo
por su semejanza con una S aplastada, que podria conesponder tanto a variedades lingüísticas estándar y no estándar. Los cambios pueden
la difusión de una epidemia como a la de un cambio: al principio afecta afectar también a la variedad estándar, pero entonces llegan, por así
a pocas personas, pero después cobra fmpetu y prosigue su curso. decir, «desde abajo», se producen antes en los estilos menos formales.
EUo es visible; ·por ejemplo, en eJ impacto que ciertos rasgos del cock-
ney (el habla de las clases obreras londinenses), entre ellos la glotaliza-
6. La esc.aJa ha de enLenderse de la siguiente manera: s.í d cambio ha afectado a Pfw11I en un de· ción, han tenido en la pronunciación RP [es, visible también en la ex-
l<rm111ado lec({.>. ofeclar<l 1arobién • Apfe/, das, etc.: si ha afectado a Do•f afectará a machen, ich, pem tensión de determinadas características del argot juvenil en el español
no necesali<1mcnte a las voc1>s ele la <lene.cha. c.s <leci1. a das, Ap(d, P(wu/, el que haya afectado a ich 110
implic::\ que tcng.a que afectaf a ningún CH.ro entorno, etc estándar, o en la propagación del yeísmo e n esta misma lengua]. De
EL CAMBIO LlNGüiSTICO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL J7 l 172 EL LENGUAJE EN LA SOClEDAD

ahí que los sociolingüistas distingan precisamente entre camhio desde ron el fenómeno de una manera realmen te satisfactoria, aunque algu-
arriba y cambio desde abajo para refe1irse a los diferentes puntos de nos sí se extendieron en comentari.os sobre la mayor locuacidad de las
partida de las innovaciones lingüísticas. mujeres. No carece ciertamente de lógica re1acionar los dos comporta-
El trabajo de la socioliogüística cuantitativa nos permite ahora en- mientos, dado que quien más usa la lengua tiene más oportunidades
tender mucho mejor cuál es el mecanismo del cambio dentro de un de cambiarla: el problema es que el es tereotipo de la mt\jer habladora
sistema funcional al habemos mostrado cómo los esquemas de varia- no parece ser confirmado por las investigaciones empfricas que expuse
bilidad pueden adoptar una determinada dirección a través de Jos gru- en el capítulo 4.
pos sociales, el espacio geográfico o el tiempo. Así, las investigaciones El papel desempeñado por mujeres y hombres per se depende en
indican que los estilos formales y los registros altos son más conserva- gran medida del tipo ele comunidad. La investigación llevada a cabo
dores, mientras que el habla informal acoge las innovaciones más re- sobre los inmigrantes noruegos en Estados Unidos revela que los hom-
cientes. A veces determinados elementos lingüísticos se retrasan en los bres al p1incipio aventajaban en la adqu isición del inglés a las mujeres,
cambios y permanecen en el habla de los más viejos como variantes es- que llevaban mayor retraso, pero éslas parecían ponerse al día en la se-
tilísticas. Es frecuente que las variantes nuevas aparezcan primero en gunda generación. En un estudio hecho sobre el área primitivamente
el habla coloquial. mientras las más antiguas se refugian en estilos for- sami o saamí (lapona) del norte de Noruega llamada Furuílatcn, y si-
males más en[áticos [véase, por ejemplo, qué ocurre en español con tuada a unos 120 kilómetros de la ciudad de Trnrns.0, las mujeres se
formas verbales como hubo dicho o dijere]. Éstos, por su parte, pueden comportan de forma üu10vadora en unos aspectos, pero conservadora
ser vía para la introducción de cambios prestigiosos. en otros. Esta parte de Noruega fue samihablante hasta finales del si-
Los capítulos 2 y 3 nos pusieron de manifiesto que las mujeres ac- glo pasado, pese a la presencia de algunos inmigrantes fineses. De
tuaban a menudo en Ja vanguardia de los cambios lingüísticos presti- acuerdo con un informe realizado en 1860, en cada una de las 16 fami-
giosos. Así, en el caso de Oberwart, iban a Ja cabeza de los hombres a lias que vivían por entonces en el pueblo había al menos una persona
la hora de abandonar el húngaro a favor ele] alemán. En muchas de las que era trilingüe en finés, sami y non1ego, aunque la primera lengua
variables fonológicas estudiadas en Estados Unidos y el Reino Unido para todas ellas era el sami. La mayoría de las personas b11ingües y Lri-
son las mujeres, en especial las de clase media baja, las que llt!van el li ngües tendían a ser varones, mientras las mujeres y los niños sólo ha-
peso de la introducción de las nuevas far-mas estándar. Frente a este blaban sami .
ca1-ácter innovador, otros estudios han atribuido a las mujeres mayor Hoy, sin embargo, todos los niños del pueblo son monolingües en
conservadurismo, parcialmente debido a sus menores oportunidades noruego. aunque las generaciones más viejas son todavía bilingües o
de mo\t.illdad social y a su confinamiento en el ámbito ele! hogar, con trilingües. El conocimiento del finés está en declive, pero la mayor
escasos contactos exteriores. No es extraño, pues, que los primeros parte de la gente de mediana edad tiene un conocimiento pasivo del
dialecLólogos mantuvieran posiciones encontradas por lo que se re- sami. Las razones para el mayor bilingüismo de los varones en épocas
fiere al carácter comervador o innovador de las mujeres, 7 aunque a la anteriores estaba en relación con la división del trabajo. La fuente
hora de la verdad, creyeran una cosa o la otra, acabaron basándose p1incipal de renta la constituían las labores pesqueras y agrícolas, y la
casi enteramente en el habla de los hombres, de modo que la mayor mayor parte ele los varones adultos partía hacia los caladeros de Lofo-
parte del vocabulario cartografiado por la geografía lingüística -por ten y Finnmark dos veces al año. Las mujeres carecían ele esos contac-
ejemplo, todo el relacionado con los aperos y hen-amientas agrícolas- tos con el exterior y, por tanto, no necesitaban el noruego, pero trata-
tiene más que ver con los papeles y el esLi]o de vida de los hombres. ban de que sus hijos Jo aprendieran, dado que ésta era la lengua exclu-
Los que pensaban que las mujeres eran innovadoras nunca explica- siva del ámbito educativo y Jos niños que ya la supieran sacarían
mayor partido ele su escolarización. Innovadoras, por tanto, en este te-
rreno, las mujeres eran, sin embargo, conservadoras en otros aspectos.
7. Nótese que en realiclacl e~\a discrepancia ca.s~ muy bien c:on otra <:araclerlstica aLribuicla al ha- Así, los hom brcs hablan un nomego más libre de rasgos del sustrato
bla femenina y que ya se lrn mencionado: su "Pego ~ las normas e_,;11indar de pre,;tigío. Patrocinarlas sami que las mujeres. Uno de tales rasgos es, por ejemplo, la ausencia
cloncle al\11110 e>isten pero ac~bar:in imponiéndose (por e¡emplo en una aldea del Pirineo ele Huesca) es
ser Jnnovadoras; hacerlo donde e~tán 1.nunfa.n<l<J ter1<lenc1as <..Eferentes (1nanLc11tr, por ejemplo , l.n -s fi.
de artículo en sami, que, al pasar al noruego, produce frases como det
nal sin aspirac en Andalucfa, frente a la aspiración clomiJ1ante} es ser conservaclora.<. !\Us abajo la a11- er lang historie en lugar de la estándar clet er en¿ei lang historie 'es una
wra insiste en In misn1a idea. aunque cjemµlificando con las clases sociales. larga historia'. Esos rasgos sustratísticos se han convertido en estereo-
EL CAMBIO UNGÜÍSTICO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 173 174 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

tipos, ampliamente reconocidos y estigmatizados, del noruego ha- tiempo aparente») son una etapa del cambio a más largo plazo (es de-
blado por los sami, y se clan, como decimos, con más frecuencia en el cir, un «cambio en tiempo real»). Uno de los primeros testimonios de
habla femenina que en la masculina. esa variación entre las edades como preludio de un cambio posterior
De modo que por w1a parte las muje1·es han encabezado la intro- nos lo ofrece el estudio llevado a cabo en la aldea suiza de Charmey en
ducción de la lengua prestigiosa y dominante, el noiuego, pero por 1905. Por entonces los hablantes de mediana edad alternaban en su
otra hablan una variedad de éste más localista y estigmatizada que la uso las formas patrimoniales propias de la gente mayor y las innova-
de los varones. Una de las razones de este comportamiento es, con ciones detectables en los jóvenes. Veinte años más tarde éstas se ha-
toda probabilidad, simplemente el tiempo. Las mujeres sami pasaron bían impuesto y conslitLúan la norma habitual. Quedaba así puesta de
del monolingüismo en sami al monolingüismo en noruego en un lapso manifiesto la importancia que en el mecanismo del cambio tiene la va-
muy corto, sin un período suficiente de bilingüismo de Lransidón, riación de usos entre las edades.
mientras que para los hombres el cambio no fue tan brusco. Las dimensiones sociales del cambio lingüístico se exploraron con
Volviendo, pues, a la idea inicial, parece que los hombres y las mu- más detalle en Martha's Vineyard, pequeña comunidad isleña situada
jeres no son ni conservadores ni innovadores por sí mismos, sino sólo frente a la costa de Massachuselts. En ella un grupo de pescadores es-
en relación con un cambio dado en una comunidad determinada. In- taba produciendo un fenómeno fonético consistence en centralizar las
rerpretando desde esta perspectiva Jos hallazgos de la sociolingüística vocales de palabras como n.ight y house. Tales variantes centra1i7:adas
urbana, podríamos decir que las mujeres de clase media están simple- no habían sido registradas antes por los dialectólogos, de modo que
mente siendo conservadoras en su apego al estándar, mientras que las eran nuevas en la comunidad. Pero Jo más relevante ahora es que exis-
aspiraciones al estándar de las mujeres ele clase obrera sedan innova- tía una fuerle correlación entre el grado de centralización de las voca-
doras. les y la intensidad con que Jos hablantes se identificaban con la vida de
la comunidad y querían permanecer en ella
Podemos ahora retomar uo tema que ya tocamos, la difusión de /r/
El tiempo del cambio: posvocálica [es decir, la situada en la «coda» silábica o parte de la sí-
real versus aparente laba que sigue a la vocal] en Estados Unidos y Gran Bretaña, y enmar-
carlo en un perspectiva histórica y geográfica. La disponibilidad de
La edad, evidentemente, también establece diferencias. Un estudio at.las dialectales y de un cierto número de investigaciones sociolingtiís-
sobre el criollo gullah (o gulá) hablado en zonas del sudeste de los Es- ticas a ambos lados del Atlántico nos permitirá hacer comparaciones
tados Unidos reveló que las mujeres de mayor edad eran las que más lo detalladas a este respecto ent1·e los dos países. En general las isoglosas
empleaban porque trabajaban en labores domésticas y agrícolas. Los americanas rara vez terminan de una manera abrupta, lo que ya indica
hombres mayores trabajaban sobre todo en la construcción, mienlras una diferencia básica en las estructuras de fragmentación dialectal: la
los jóvenes de ambos sexos gozaban de un acceso más fácil a puestos mayor movilidad social y geográfica de la población americana favore-
administrativos y de servicios, que los ponían en contacto con el in- ció mucho menos que en Europa el desarrollo y mantenim iento de
glés estándar, en cuya adquisición las mujeres aventajaban a los va- dialectos locales. 8 Ya vimos algo de esto en el capítulo 3 al estudiar una
rones. serie de variables fonológicas y ver que respondían a unos esquemas
En algunos casos las variaciones ligadas a la edad son modas pasa- de csLratificación social más graduales y menos bruscos en Estados
jeras (como ocurre con el uso de n.orcl por los adolescentes suecos) o Unidos que en Gran Bretaña.
fe.nómenos cíclicos que cada generación va repitiendo y abandonando Sin embargo los hallazgos de la dialectología estadounidense ter-
(por ejemplo, todo el vocabulario ligado a Jos juegos infantiles, muy lo-
calmente condicionado), pero en otros casos pueden represemar ver- 8. Tan1biéo en el mundo hispanico la variación geogr<ifica de b lengua es comp¡ir<iliv<lmenre
daderos cambios en progreso. Cuándo se trata de una cosa u otra úni- menor en el eJ<tensfsimo le.nilorio ametic.~110 que en la pri111i1h•a meu-ópoli. lo cual no quiere de<:ir. na-
camente puede determinarse comparando los usos de una misma co- 111ralmente, que allf sea homogénea. P:irecc que con11iblly6 a h nivelación el peso que lo<; habl;:mtes an-
daluces luvieron en h coloni7.atión de Aménca. la tendencia a la simplificación que se estaba produ-
munidad en dos puntos del tiempo. Sólo entonces cabe decir si los ciendo en su forma de hablar y que la conver1fa e11 variedad apea para la comunicación enu·e hoblanl.c.s
patrones de variación entre las edades que se perciben en un determi- ele <livers3s procedencia:; (el;min11ción de la dis1 inción ;/z. y!ll, .J/-r. 1•oso1rosl:wales). v la irnponanua
de S~villa como cemro ele in-adición cuhur.1\ y Üngüíslica.
nado momento (es decir, lo que podríamos llamar el «cambio en
EL <.:AMBlO LlNGOtsnco DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 175 176 E L LENGUAJE EN LA Sú<.:JEDAD

minaron con el mito de que había un habla general para todo el país.
Lo que en realidad existían eran una serie de áreas, a su vez divididas
en áreas más peqLteñas.9 Cada una de las grandes regiones constituía LA PRONUNCIACIÓN DEL INGLES
EN LOS ESTADOS ATLÁNTICOS
unri unidad y ten ía su propia nomrn de pronunciación. En Gran Bre-
taña, por e l contrario, la mayor parte de los dialeclos locales se asocia-
ban con los grupos situados en las parres bajas de la jerarquía social,
mientras que los grupos del otro extremo hablaban el estándar cono-
cido como RP, totalmente limpio de regionalismos. En el este de Esta-
dos Unidos se identificaron tres dialectos mayores: el del Norte (NOR·
THERN; abarca New England y el Hudson Valley), el del Centro (MJD.
LAND; corresponde a Pennsylvania y los Allegheny) y el del Sur (SOUT·
HERN; comprende Chesapeake Bay, Virginia Piedmont y las Carolinas),
como vemos en la figura 5.3. Cada una de estas áreas mayores está de-
limitada por un amplio número de isoglosas que representan diferen-
cias en léxico, gramáti.ca y pronunciación. Exten•lón oe ir/ posvocil~ca
en d(iOr
También resulta posible rastrear el paso de los fenómenos lingúísli- o Ir/ prooun°'ada
cos desde Gran Bretaña a Estados Unidos. La opinión dominante era • Ir/ no pronunciada

que e] inglés americano procedía esencialmente del inglés estándar ha-


blado en el sur en los siglos xvrr y xvm. Las investigaciones realizadas
con posterioridad demuestran, por el contrario, que la mayor parte de
las diferencias dialectales detec tadas en E s tados Unidos tienen su
base, al menos parcialmen te, en las variedades regionales del i.nglés
británico llevadas al nuevo conlinenle por los plimitivos colonizado-
res. As(, por ejemplo, en Inglaterra las palabras para 'an-oyo' brook,
bum y beck muestran distribución regional: brook domina en Ja zona
centro (thc Midlands) y sur; beclc se encuentra en el área de la primi-
tiva colonización danesa; el término escocés bum ha pasado desde Es-
cocia a los condados limítrofes del norte de Inglaterra. Fue el término
brook el que cruzó el océano y, pese a su fuerte carácter regional en 1n- •.. ~

glaterra, se aceptó en pri.ncípio como estándar. Las variantes rivales


quedaron atrás, pero en Estados Unidos se desarrollaron dos nuevas fJ G.5.3. Mapa del E. de Estados Unidos en el qi1e se muestran algLLnas áreas
formas regionales: nm y branch. ex tendidas por las hablas del centro y lingüísticas y la extensión de la Ir/ posvocálica.
el sur respectivan1ente. La palabra brook, de amplia distribución en In-

glate1Ta, acabó siendo una forma norteña bastante restringida local-


9. Es lo mismo que sucede con el espacio! de América, aunque las áre~s distinguidas no i.:oncuer-
d~n en los diYerso~ aulo1·<'s . El priiner intemo ele delimitación 5e1 ia lo Uevó a cabo P. Henrfquez Urel'.la
mente. 10
en 1921, q<1ien defendió )a existencia de cmco zonas bas:lndose de fo1·ma imponanie en el c.onracto del
español con una lengua in<líg"n~• principal. Los internos posteriores han temdo en cuenta, más bi•n. la
<lisposiciún de l:is isoglosas cr>rres pondicnres a unos cuantos fenómeno.< representatil'DS: realización ele l O. Como ocun-e con el in¡;lés d e Estados Unidos, también ha sido objeto de viva dí s~1.isi ón la va-
-s final de silaba, realiz.•c1ón del fonema/:</, \'OSeo, yefsmo. etc. Conviene destacar. no obslanle, que l~s riedad española que constituyó el germe n fundamental c..lel español de Amé1ica. Los c..l~tos de que. hoy
áreas lingüís ticas no lienen por qué colncidil -y <le h~cho no coinciden- con las divisiones poliLicas. disponemos. tanto de lipo Jingilfsrico como demográfic.o. parecen clar la 1·azón a los qlle han defendido
Coinn tambilln mdíca la autura varn Es1.ados Unidos, los g•«mcles centros urbanos <le la Amé.-ica que sus peculiaridades más sobresalientes 'ºn ls.s qu« lleva.ron al Nt1•vo M1rnclo, en una empa más o
hispana difunden nornrns cullas J~ pre;.1igio que pueden no coincidir to111lm~n1e enir" si ni con las menos avanzada <le su <lesarrollo. los colon izaclores and~l1.1ces . Lo cual no impide, lóg1camen1e, la pre-
emanad~s c..le Espaih
:;enc.ia de msgos lingli(sti co~. sobre to<ln c..I" tipo léxico, procedentes de. otra:; zonas c..le Espai\a.
EL CAM!3IO LINGUÍSTICO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 177 178 EL LENGUAJE EN LA SOCU:.DAD

del este de Nueva Inglate1Ta procedía de los condados suclorientales de


Inglaterra, que hablan las variedades más próximas a la estándar o RP.
carente de /r/ posvocálica. En la parte occidental de Nueva Inglaterra.
en cambio, se asentó un buen número de inmigrantes irlandeses y es-
coceses, cuyos dialectos no perdían la Ir!, inmigrantes que también
ocuparon las regiones orientales y costeras del sur de Virginia. En ge-
neral la pronunciación sin Ir/ se convirtió en típica de las zonas de la
costa, mientras su mantenimiento era más propio de las regiones del
interior. El mapa de la figura 5.3 muestra agrupaciones de habla no ró-
tica en torno a los grandes puertos de Boston. Nueva York y Charles-
ton, agrupaciones que se explican no sólo en virtud de los patrones de
asentamiento que hemos mencionado, sino también por razones cul-
turales: las áreas costerns que perdían la Ir/ encontraban que este com-
portamiento sintonizaba con el de las clases selectas locales, en con-
tacto con los modelos prestigiosos ingleses. La población de los esta-
dos del Atlántico Central (Miel Atlantic) mostraba una mezcla mayor.
Debido al asentamiento cuáquero, Filadelfia constituyó una excepción
a la tendencia de los grandes puertos a no pronunciar la /r/. Los cuá-
queros atrajeron inmigrantes de todas las partes de Gran B retaña y del
resto de Europa, mantenían menos relaciones comerciales con la me-
trópoli y enviaban menos a sus hijos a las universidades inglesas,
mientras los colonos y comerciantes del sur y la aristocracia de Nueva
Inglaterra educaban a sus hijos en Inglaterra o importaban tutores in-
gleses. Manteniendo abiertos estos canales de comunicación se asegu-
raban que las innovaciones prestigiosas cruzaran el Atlán tico, en tra-
FIG. 5.4. Área.s (sombrea.das) de Inglaterra donde aún se oye Ir/ t>n boca de hablan1es ran en las grandes ciudades portuarias mencionadas y se difundieran
de cierta edad, de origrm rural y de clcLse ohrera. geográficamente a otros lugares y socialmente a o'tros estratos infe-
riores. 11
Sin embargo, a partir de la Segunda Guerra Mundial la pronun-
ciación de la Ir/ ganó prestigio en Estados Unidos y es este prestigio
Hay datos lingüísticos que penniten establecer conexiones históri-
creciente el que se refleja en el estudio socioli.ngüíslico de Nueva
cas entre las hablas del norte y oeste <le Estados Un[dos y las del norte
de Inglaterra, y en cierto modo también entre las del sur del país ame-
ricano y la pronunciación del sur de Inglaterra. Esas similitudes lin- 1I . Vemos, pl!es, cómo en lu configuración de un;i lengua colonial es irnporlame la varied~d ger-
güísticas se ven apoyadas por la historia de la colonización, los patro- men en que lal lengua se asienta, pen• también l~s vici,itudes sociales. cuit.l!rales y ckmográficas que
afectan con posteiiorid;id a cada zona €Jl particular. Así. lo~ grandes puertos americanos q ue después
nes de desplazamiento hacia el oeste y las inmigraciones posterfores, y de la piimem etapa cnloni7.adora del xv1siguieron en contacto, a través de la flota de Indias, con Sevilla
quedan ilustradas en la distribución de la Ir/ posvocálica (es deci!~ la de y Cádiz, recibian las innovaciones mc u·opolitanas de fon.na 1n>ís direcra qur las regiones aisladas, lo
que sin duda influyó en la configuración de ;;u habla. Como iufluyeron igualmente la rápida urbaniz.a.
cart, barn, etc.) que recoge la figura 5.4. En Gran Bretaña la investiga- ci6n y de.san-olla social y culwrnl de zonüs corno México, e.n conh·astc con la m'1rginación y el baio ni·
ción dialectal ha puesto de manifiesto que los dialectos no róticos, esto vel de vida que padecieron durante si¡;lo s otras como Paraguay.
es, los que pierden la Ir/, lo son debido a una innovación que comenzó A veces la<:; circunstancias sociales que intervienen son rnás recientes. Asi, en eJ espa.iicJ de Nuevo
México, por ejemplo, conviven dos estratos perfectamente difen'nciados: uno, m ás conservador, ahora
en algún punto del este o del centro de Inglaterra y se extendió después en rc'¡?·osión en el norte del estado, rep resenta la variedad implantada µo~ los conqu istador1'.s, y en él se
hacia el norte. mantienen té1·minos dialectales espailoles perdidos en las d emás wnas del Nue•·O Mundo; sobne este es-
Antes <le la inmigración irlandesa a Estados Unidos l;:i población u·atn se está impomendo el otro, d import3do por les inmignin!es que llegan ~hora proceden les del ''<"-
cino México. Agradezco a S. Romain~ la sugerencia de éste último ejemplo.
EL CAMB.!O LTNGO ISTICO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 179 180 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

York que ya comentamos en el capítulo 3: la clase media usa más la Cambio lingüístico e ideología social
Ir/ que la clase trabajadora (véase e l cuadro 3.1) , lo que en principio
es indicio de un cambio desde aniba. En Inglaterra, sin embargo Ya señalé en el capítulo 4 que los títulos y las formas de trata-
el mecanismo del cambio parece haberse desencadenado desde miento en general son importantes (y con frecuencia obligato1ios)
abajo. marcadores de estatus. Debido a la significación social que tiene la
La discriminación por el acento llegó a ser una cuestión ele cierta forma de referirse a las personas, los pronombres son particularmente
relevancia en épocas en que la pronunciación de la Ir/ posvocálica es- proclives a modiEícarse en respuesta a los cambios ideológicos y socia-
taba ya perdida en muchas variedades del inglés. Algunos asociaron les. Tales cambios pueden proporcionar una clave importante para de-
tal pérdida con Ja variedad obrera cockney de Londres. Henry Alford terminar la jerarquía de clases y la asignación de valores sociales a las
escribió en 1864 (A Plea far the Queens E'nglish [«Alegato por el inglés [ormas lingüísLicas. Ya vimos en el capítulo 4 cómo las mujeres han
de la reina»]) que la pérdida de /r/ era una falta más grave que el mal tratado de provocar cambios en la forma en q ue la sociedad las percibe
uso de /h/ aspirada. Reproduce c itas extensas , del tenor de la si- introduciendo tratamientos nuevos como, por ejemplo, Ms en inglés.
guiente, tomadas de una carta supues tamente escrita por un corres- Dado que se trata de un campo que permite percibir directamente la
ponsal en la Cámara de los Comunes: «¡Ay de aquel desafortunado relación enlre lengua y sociedad, parece instructivo examinar qué su-
miembro que llene el ambiente con sus "haches": cosechará son risas cede cuando se modifica el sistema de tratamientos de una lengua.
descaradas: pero los honorables miembros pued en hablar de la - En.la mayoría de las lenguas europeas hay dos formas para el con-
"lawrr" [por "law", ley, con la r intrusa , ligada, como vimos, al fenó- tentdo del pronombre inglés you: una de ellas se reserva para dirigirse
meno de pérdida de Ir!] del país o despreciar una "idear" [por "idea"] a personas de estatus más alto q ue el hablante o con las cuales éste no
con perfecta impunidad. » Aunque Alford denu nci a estos usos como mantiene una relación personal lo suficientemente estrecha; la otra
«suficientes para poner los pelos de punta a cualquiera que no sea un forma se usa cuando exis te confianza entre las personas, y refuerza la
consumado cockney», de éste y otros ejemplos se deduce sin ningún solidaridad que las une. En m uchas de esas lenguas, cales como el
género de dudas, que la vocali zación de /r/, la caída de /h/ y el fenó- francés o el sueco, la forma de la lejanía cortés es una Eorrna de plural,
meno de la «r intrusa» estaban extendidos entre la mejor sociedad in- mientras que la cercanía se expresa con el singu lar (cfr. francés tu/vous
glesa del s iglo x1x. Tales rasgos pudieron surgir originariamente de las [o español ant. vos]). En otras, el pronombre de cortesía tiene la
clases bajas y constituir, por tanto, «cambios desde abajo». No fueron misma forma que el de tercera persona del plural (alemán Sie).1.1 Tales
las clases más altas las primeras en 'añó'p tar lo qu e un historiador de sistemas de tratamiento han sido denominados s istemas TN, debido a
la lengu a llamó e l inglés <<new-fangled», 12 es decir, el estándar de que en la tín y en francés [-lo mismo que en español antiguo-], las
nuevo cuño que estaba comenzando a emerger. E ran más bien los formas fami lia res empiezan por T y las corteses por V. De hecho el sis-
nouveaux rf..ches [n,uevos ricos) .l~s qll~ bl!SC<!ban áv.idamente los ref-i- tema francés sirvió de modelo a otras lenguas, como el ruso. Tal
'i'famientos que pudieran ofrece.r. lo.s .gramáticos como signos de su sistema de tratamienLos es menos comp lejo que los «niveles de habla»
emergente esta tus de pe1·som1s ed.ucadas., ~l ·Ír::'J~e~u e!-~. la normalizac que con el mismo fin se usan en javanés, pero lo es más que el del in-
cló"n'-se difundió así tanto hacia arriba como haci a"''abajo"a p artir de glés, que sólo usa you. En algún momento de su his toria el inglés tam-
lasnuevas clases medias. bién distinguió entre dos formas, th.ou y you, pero tal distinción acabó
Por el momento los patrones sociolingüísticos que se vis lumbran perdiéndose.
no son s ino tendencias que a grandes rasgos se desprenden de los estu- Pueden averiguarse bastantes cosas sobre el sistema de tratamien-
dios disponibles. El problema de extrapolar desde ellos para llegar a tos del inglés en el siglo XVll examinando el uso de Jos cuáqueros, quie-
construir teorías globales radica en parte en que las relaciones entre
lengua y estruc tura social pueden variar considerablemente, tanto e n J 3. El pronombre español 1<Sterl coincid~ ~on el J<: tercera persona en In concordancia con el
el momento actual como a lo largo de la historia. verbo, pero no en la forma. Como es sabido. el origen <le Us ttíl está en Vue.;;ra Muced .Y· por tanto, en
una fom1a posesiva de plural seguida de un nombre abstracto. Vuestra Merca{, y las forma:; que resull!\·
ron <le su evolución (\fiie.sa Me:rcw. l'ucssasted, V1Jr.ssarccrl. Us1ed... ). empe>.aron a compelir ya a p:inir
del xv con el pnmitivo pronombre de r~sp<>to vo.<, qtJe ><:abó desaparec1.,11do del uso pcninsubr. pero
pervivir) en amplias zonas <le América, aunque con vnlores distintos del origin~J y con alternciones •n fo
12. • Nove<loso• . pero con un matiz p~yoralivo cerc~no al <Jlle tienen en espa11ol coloquial <mo·
concorda_11c1a.
delno• o • moclemoso• .
EL CAMBIO LlNGÜiSTlCO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 181 182 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

nes deliberadamenLe rechazaban, por razones religiosas, las conven- más conservador, se ha dado un quiebro ideológico en la dirección
ciones ligadas a la cortesía. As(, se negaban a usar Lítulos honorfficos opuesta.
y formas de tratamiento que supusieran deferencia como your ex- Si repasamos la historia, el sueco antiguo tenía sólo un pronombre
ceUency, my lord, etc., alegando que no eran literalmente cienas. Salu- para dirigirse al interlocutor~ el singular du. En el siglo xv11, por in-
dar a alguien con la fórmula your lrnmble servant («su humilde servi- fluencia.tl~.la.<:!o:rte bizantina, se empezó a usar el pronombre plural l
dor») cuando el hablante no lo era se consideraba hipócrita. Además, parn dirigirse a una sola persona, y ésta es la fuente del sueco moderno
actuar así iba en contra de las ideas cuáqueras sobre la vanidad y el ca- ni formado cuando a aquel pronombre se le adhirió la desinencia de
rácter mundano de tales títulos, puesto que creían que Cristo no hacía plural del verbo anterior en contextos como haven !? La nueva forma
distingos entre las personas. Los cuáqueros rechazaban también el uso de cortesía fue adoptada por la elite social, pero no arraigó nunca en el
de you («usted») como forma de tratamiento cortés y preferían thou mundo rural, que siguió fiel al uso del du como forma de solidaridad y
(«tú»), que para ellos indicaba intimidad e igualdad. Al actuar así pro- confianza. Para dirigirse a los superiores usaban títulos profes ionales
vocaban la hostilidad de los demás, que consideraban taJ conducta como Herr Tagbefdlhavaren, «Sr. jefe de tren». Este uso campesino de
como un signo de menosprecio. Las consecuencias fueron graves para da extendido entre la clase obrera llegó a ser una marca de pertenencia
algunos cuáqueros, como Richard Davis, quien cuenta que cuando se al Partido Social Democrático. En la década de los setenta muchos
dirigió a la señora de la casa en que trabajaba con un th.ou, «cogió un suecos decían que ellos se dirigirían al Primer Ministro usando du por-
palo y me dio tal golpe en la cabeza que la tuve hinchada y dolorida que era socialdemócrata. El uso creciente del du de solidaridad es un
durante mucho tiempo. Estaba tan enfadada que juraba que me iba a buen ejemplo de cambio desde abajo.
matar». Pero antes de la aparición de Ja socialdemocracia, ya desde media-
En. inglés el paso a la forma socfalmenle neutra you está .hoy to- dos del XIX, hubo pre.siones para regulari7,ar ni como forma de trata-
talmente consumado, de modo que tho1~ se reserva sólo para ciertos miento, y lo mismo ocurrió otra vez en las décadas de 1920 y 1930.
contextos religiosos, pero en otras lenguas siguen produciéndose Para mucha gente, el sislema de títulos era molesto. Algunas escuelas
cambios en la actualidad. Así ocurre en sueco [o en español], donde y hospitales colocaron carteles en que se leía: «Aquí decimos ni.» La
la forma propia de la solidaridad du. [español, tú] se ha hecho mu:. poca disposición a usar ni en casos en que tampoco du parece ade-
cho más frecuenle y ha ampliado considerablemente su campo de cuado origina referencias indirectas, de modo que, por ejemplo, un de-
uso en las últimas décadas. Algún historiador ha puesto en relación pendiente puecf~··d1:rigtr-se:a:··ana-jeven desconocida preguntando vad
el fenómeno sueco con el hecho de que el Social Democratic Party vill froken ha?, «¿qué quiere Ja señora?», o recurriendo a fórmulas que
(Partido Social Democrático), dominador de la escena política evitan toda fonna de tratamiento, como vad far det vara' «¿Oué va a
sueca a lo largo de casi seis décadas del presente siglo, basara en ser?» En 1944 el sondeo Gallup mostraba una considerable vadación
las relaciones igualitarias su programa de reformas sociales, educa- en la fomrn en que Ja gente decfa dirigirse a un desconocido: el 37 %
tivas y económicas. Cuando los sisLemas de tratamiendo están en con ni, el 24 % mediante títulos como frun, herm, ·froken, el 17 % con
proceso de cambio las 1101·mas para su uso pueden resultar ambi- du, y el 15 % con min dam, min herre, damen. Claro que en el sondeo
guas y variables. El cambio sueco se produjo, de forma rápida, en no se tuvieron en cuenta factores como la edad o el estatus social que
los años sesenta y setenta, de modo que en 1965 los policías de los el hablante presumía en el inlerlocuto1~ con lo que resulta dificil preci-
coches patrulla usaban entre ellos títulos y apellidos, mientras que sar qué significan esos resultados, fuera de la conslatación de que, en
hoy todos se hablan de tú. Pues bien, en la década de los setenta las opinión de la genlc, tanto ni, como du como los diversos títulos tenían
normas no siempre estaban claras, y algunos suecos confesaban vigencia de uso.
que en ocasiones elegían el tratamiento según estuvieran de buen o Las reformas del ni fueron en gran parte ineficaces. En los años se-
mal humor. Evidentemente el sistema lingüístico y el social no tie- senta un buen número de instituciones públicas (universidades, hosp i-
nen por qué cambiar de forma sincronizada: la sociedad sueca ac- tales), empresas y fábricas del sector privado instituyeron el uso recí-
tual está todavía fuerlernente estrahficada, y algunas de las tribula- proco del du, que fue también adoptado, pese a la oposición a ello, por
ciones a la hora ele elegir el tratamiento derivan de los intentos de la Crnz Roja y organizaciones afines, de modo que di1 ha venido ga-
salvar el conílicto entre tal estratificación y la ideología igualitaria nándole ten-eno a ni durante la mayor parte del presente siglo. La tran-
de la socialdemocracia. En 1991, con la elección de un gobierno sición de un sistema a otro queda gráficamente reflejada en la campa-
EL CAMBIO UNGUÍSTICO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL J 83 184 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

ración entre generaciones de una misma familia, puesto que no es raro E l conflicro entre las dos formas distintas de entender du puede
encontrar padres cuyos hijos no los trataban de du, mientras que ilustrarse con esta anécdota, relativa al uso que hacen del pronombre
ahora sus nietos sí lo hacen. La mayor parte de los nacidos en los años el señor y la señora N, matrimonio de clase media (si bien de origen
sesenta y setenta han aprendido el dlt como la forma habitual de trata- obrero), y el señor y la señora B, miembros de la clase alta de Esto-
mieoto.1~ Pese a todo, puede que se equivoquen los que predijeron que colmo. El señor N cuida la granja del señor B. y ambos tienen aproxi-
en el siglo xx1 ya no habría ni, puesto que esta forma parece estar re- ma damente la misma edad. Dado su supe1io1· rango, Jo normal es que
surgiendo entre los jóvenes de los ochenta y los noventa. sea el señor Bel que sugiera al señor N el paso al du. Así lo ha hecho, y
Para comprender estos cambios hay que tener en cuenta la signifi- éste es el trato habitual entre ellos. Ahora bien, de acuerdo con las nor-
cación social que du y ni tienen para los diferentes grupos. Du signi- mas del señor B, corresponde siempre a la mujer proponer que se
fica tamo solida1idad [es deci1~ falta de distancia social] como intimi- apeen los títulos y se pase al du. Pero la señora N opera con una con-
dad , mientras que ni puede indicar superioridad y también respeto. vención diferente según la cual es el sup erior el que debe proponer el
Hoy en día du como marca de intimidad suele aparecer solo o acompa- cambio. De ahi que ella se dirija al señor B con un Direlctór B que dis-
ñado del nombre de pila o de un nombre que indique parentesco; no es gusta profundamente a éste. La señora B, por su parle, sabe que los se-
imposible que vaya acompañado de un título, pero resulta extraüo. Los ñores N preferirían usar el du con ella y su maiido. En este caso no
libros de etiqueta y buenos modales señalan que la elección entre el hay conflicto entre posición social y género, puesto que, por cual-
cortés rzi y el íntimo du se rige por el sexo, la edad y el rango social del quiera de los dos criterios, debería ser ella la que propusiera el cambio
interlocutor, de modo que el paso al du debería ser sugerido por la mu- al du; pero no quiere hacerlo, y la razón es sencilla; la señora B no se
jer antes que por el hombre, por los mayores antes que por los más jó- da cuenta de que para los señores N du es sólo indicio de solidaridad y
venes, etc. no de intimidad, mientras que, por el contrario, ella reserva tal trata-
Los dos usos distintos que tiene du (solidaridad e intimidad) no miento sólo para sus íntimos. Con lo cual es muy probable que la se-
siempre se reconocen dado que están separados por límites de clase. ñora N considere a la señora B una engreída que quiere mantener las
Pero los dos usos existen. Una estudiante graduada, por ejemplo, me distancias de clase. Las diferencias entre los N y los 8 reflejan el con-
dijo que ella siempre se dirigiría a una profesora de su departamento, flicto entre un cambio desde arriba y un cambio desde abajo. 15
por mayor que fuera, usando du, pero que nunca la llamaría por su Cuando no queda claro a primera vista el estatus social o la edad
nombre de pila. En este caso du i.ndica solidaridad, es decir, ausencia del interlocutor muchos hablantes entran en un período de transición
de distancia social entre los interlocutores, pero no intimidad. La dis- durante el cual no saben qué hacer porque, como decía un hombre.
tancia social no existe, pero la personal se mantiene. La intimidad se «no quieres usar Lítulos por si son obreros, y no te atreves a usar rlu
manifiesla en el uso del nombre de pila junto con el du, de modo que por si oo lo son». Como resultado del conflicto de normas en este sis-
dos personas que mantengan entre sf relaciones de solidaridad, pero tema cambiante, algunos personas desarrollaban estrategias diversas
no de intimi.dad, evirarán aquél. para sugerir el paso al du; es el caso de una persona joven, que se diri-

14. L.<1 evolución d~I sistema de trallnnientos en esp.1ñol es más co111pltoj<1 que en sueco, en pri· 15. Como ya queda indicado. es !11F1cil señalar cuáles son en esle mornenro los factore; que rigen
mer lugar porque el uso ele los 1r;uamien1os es cues1ión más d e relaciones sociales que ele formas lin· entre oosoLTos d empl~o del tú y el r.rsted dada l.i heterogeotidacl de ámbi1os. E l uso creciente del tú. no
obsrant~. responde n)ás que a un superficial cambio de frecuencias a un vuelco en 1a ~m6.rníca oliSnla
güís11cas, y tales rcla<.:ioue' no son m mucho m enos ho1nogéneas en el inn1enso ámbito t e1~· i1ul"i"I de)
e;pai'lol: en segUJ1dQ lugar porque <'.n CStll lengua no son dos lus pmnombrcs implicados s ino tres, Jada de los 1nta1nien1os. Dicho d~ fo1ma poco ma1i:z.<1d:i pero sucinta, s1 en un 1iempo aplicarle el 1ú a un in-
la interferencia de vos. Digamos sucini:imente que durante la Ecl:\d Media alternab:1111tl y vos, pero que 1erlocu1or era negru·Ie poder y respe10, a.hora sería otorgarle confianza. Las dos dimensiones í l. V s po-
la aparición en d xv ele fónnulas conio vuestra merced > usted fue rebajRndo el grado de fom1alielad d~r; T: no poder. Z. V~ distancia: T = no distnncia) han ido sll!mpre mezcladas. pero en cada época ha
atribuido a vos, que en el xv1 ya aparecfa. en general. e n una posición imermeelia enu·e lú )' vuesl>'a mer· tenido más peso una de ellas y abora parece predomin•r la segunda. Diversos t!Sludins han mosirado
ced. aunque las meicbis de uso que reOejan los textos son notables. Mientras la. degradación prog(csiva que esa distancia la cre:i hoy sobre todo la edad y, con mucha meno r foerza, d papel W<:íal. Pero dado que
de vos condc1jo en E.spa''" y en "mpl111s wnas de América a s u desaparición. en otras de) Nuevo Conti· los l'alores no son los mismos para todos los hablantes, también aqui son frecuentes si1uaciones ele con·
ncole se m~muvo hasta hoy. pero colorndo en el polo opues to a l de la fon na lid<1d en q<1to había nacido, flicto corno la descrila por la autoni: mriessar un 1ú para eliminar ba1n:r-.>s (cl1mensión 2) puocle ofen.
y, µor 1an10. sustituyendo a"' o alternando con él. Es el fcn<lmeno conocido c.omo •;ose.o, cuya ccn$i<lc· eler a quien lo irHerprcr.. como menosprecio (dtme11s16n 1).
ración so<·.1al t;impoco es homog.;nea en los diversos lug¡¡res en que se da. Por otra parte, a lo la1·so del Incluso enu·e los que ac:eptr.n que In m1S16r. runda.ment<Ú del t1í es m~n:ar pfO>Hnidad. puede ha-
presente siglo S<' ha ido prodl!c1e.~do. al 111enos en Espal'\a, un il\"ance Jel 11l en detrimenlO del r.utctl d<' ber n1alen[enditlos resp1;:¡;10 a los factores que .)on !!t"Uficientes par~ qu.e ta.1 prnx1nüdad e.xi·•;ca. ¿Es sufi.
c tenle una edad sm1ilar . ,1112 profesió n semejante. un" i<l1:ok1gia ¡tfir.? ¿O se requ1er~ una cierta inun:ti-
1nodo sun114lí al clescr;lo poY '" ;it1lOHl para ti sueco y otras lenguas. de 1110Uo que li\mbié.n aquí c., írt·-
cuenlc el hechQ ele q1.1e a una persona la ll"men ele mrctl ~us hijos y de tú sus nleco.s. dad personal? Es Ja clifo.-encía enrro: el tú de solidandad v d lli de intimidad de que habla la auwra.
EL CAMBJO LINGüfSTlCO DESDE UNA PERSPECTlVA SOCIAL 185 186 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

gió a otra de más edad con un «yo no me atrevería a sugeiir que usára-
mos du porque usted es mayor», insinuándole así que iniciaran el cam-
bio. Aunque los miembros de las clases altas están adoptando el dtA de
solidaridad, algunas veces el tratamiento no es correspondido por los
obreros, que siguen percibiendo a su interlocutor como superior. De
lodos modos la gente parece actuar bajo el supuesto de que debe espe-
rar a que los demás se dirijan a ella y seguir sus pautas. Por otrn parte,
el uso institucional del du produce ciertos problemas a los hombres de
negocios que entran en contaclo con otros colegas de Europa, puesto
que no está claro cómo hay que traducir el du de solidaridad a otras
lenguas europeas, como el francés, el alemán [o el espaüol]. Aplicando
sus propias normas de uso, una secretaria sueca, por ejemplo, podría
tratar de du al presidente de una sucursal danesa, cuando resulta que
ésle no tutea a su propia secretaria, con la que lleva trabajando 30
años. Los ejecutivos alemanes [o españoles] que se tratan de V (Sie,
[usted]) entre sí se encuentran violentos si tienen que tulear a sus cole-
gas suecos, y les cuesta mucho volver a hablarse de usted entre ellos
después de haber usado el du con un perfecto desconocido. Lógica-
mente el uso del inglés evita estos problemas,y de ahí Ja preferencia
por esta lengua en el mundo internacional de los negocios.
Justo cuando el du parecía haber ganado definiLivamente la bata- Frc. 5.5. «Vous as unjoli vouvor1» [«Usted tienes irn bonito vouvou (= tulú)»J.
lla, da la impi·esión de que ni está renaciendo. Una lingüista sueca que
esLudió la cueslión a mediados de los ocbenta noló que las personas
desconocidas se dirigían a ella con ni cada vez con más frecuencia, du no deseado que por un ni. Esa opinión, sin embargo, puede no ser
aunque fueran de la misma edad o más jóvenes.l6 A algunas personas de hecho correcta: a algunas personas may01-es no les gusta que las
les disgusta este nuevo «regreso al ni" y escriben a los periódicos para traten de ni. Dado que las generaciones jóvenes no están familiariza-
pedir que se detenga, puesLo que el ni denota barreras de clase en una das con el viejo sistema, desconocen las connotaciones negativas liga-
sociedad que se supone democrática y basada en la igualdad. Otras das a ni, presentes, sin embargo, en hablantes de más edad. Para los
personas, sin embargo, nunca han vislo con buenos ojos las reformas jóvenes simplemente establece una barrera de cortesía entre extraños,
parn la extensión de dtt. Una mujer hacía notar en una carta a un pe- sobre Lodo cuando existen diferencias de edad.
riódico que si entraba en una tienda o una oficina y la llamaban de du En otras lenguas europeas la semántica de las formas familiares
se saldría inmcdiatamenle. frente a las de cortesía no parece estar libre de significaciones encon-
El estudio llevado a cabo a mediados de los ochenta con estudian- tradas. Para algunos alemanes, por ejemplo, Du. es el pronombre de so-
tes de bachjllerato nacidos en la década de los sesenta y educados, por lidaridad no marcado, mientras que para otros implica intimidad. Sie
tanto, en el uso generalizado del du de solidaridad puso de relieve que, indica por una parte distancia social y por olra formalidad. Anles de fi-
según sus propias manifestaciones, usarían ni para dirigirse a alguien nales de los sesenta estudiantes universitarios y profesores usaban Sie
de mayor edad y/o que estuviera en una posición de auloridad. Esos jó- para dirigirse tanlo a miembros del olro estamento como a sus cole-
venes parecen pensai~ por otra parte, que con desconocidos es menos gas, pero por esa época los estudiantes comenzaron a llamarse ele Du
aniesgado usar ni, puesto que la genre se siente más ofendida por un entre ellos. Ahora, con la vuelta al conservadurismo, las normas pue-
den cambiar otra vez. En períodos de cambio la gente no está segura
de lo que debe usar y pueden surgir malentendidos.
16. EfocL\\:~n-1enL~. l~\ Lorma d~ dirlgil°.)C .(!un desconocido ni<.i.r<.:a de tofll.Jél rápida. In paula en Las normas para el uso de TN parecen estar cambiando también
que los fraraiuienws s~ m11e\•en. p11t"·s10 que e..;t;i m-1s1.mJe lada inre1·tcrenci¡\ J e~ íacrore-s personales
Tarnbién ~~n ~sla .siu1ación se percibe en Esp:.lli:t un µruf_.,·esu del u~. Oo\l rncnos en tre los _¡óvt'1lcs.
en Francia. El problema queda bien ilustrado en la viñeta que recoge
EL CAMBJO UNGÜÍSTJCO DESDE UNA PEl~Sl'ECT IVA SOC'IAL 187 188 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

la figura S.S. en la que un hombre se dirige a una mujer con vous, pero pectivos de, por ejemplo en este caso, tendero y cliente. Del mismo
usa la forma «tú» del verbo. [Y completa su lío mental llamando «Vou- modo, el uso de la forma T puede ser una humillación cuando se es-
vou» al «tutú» de la bailarina.] El artículo en que va inserta la viñeta se pera recibir el tratamiento V; y al contrario: la forma cortés se usa a ve-
titula «Monsieur, ou est ton dossier?» (<<Señor, ¿dónde está tu expe- ces para poner a uno en su lugar, como ocurrió en Suecia cuando, a
diente?»), con un choque entre el tíLulo monsieur y el pronombre fami- mediados de los setenta, después de las fiestas de Navidad, los depen-
liar torz . Un estudio reciente hecho en una empresa francesa puso de dientes de las tiendas se dirigían con ni a las hordas de clientes que de-
manifiesto que el género, la edad, la jerarquía social y la proximidad volvían regalos, tal vez porque dichos dependientes estaban sobrecar-
d eterminaban la elección de tu o vous. Cuando hablaban entre ellas, gados de trabajo e irriLables. 111 Los clientes de clase alta probablemente
las mujeres de la oficina nunca usaban el apel.lido de una colega sin considerarian cortés este trato, pero a los de clase medi.a y obt·era les
anteponerl e el preceptivo madame. Si recurrían al nombre, lo acompa- debió de parecer ofensivo. Tales elecciones estilísticas, ya sean cons-
ñaban de tu. Los hombres, en cambio, llamaban de tú a s us colegas in- cientes o no, pueden desembocar, a largo plazo, en cambios defini-
cluso cuando se dirigían a ellos con el apellido, si bien algunos decían tivos.
sentirse incómodos ante esa combinación. 17 Comportamientos similares han tenido lugar también en lenguas
Cuando se incorporaba una persona nueva, ¿cómo encajaba en el no occidentales como respuesta a cambios políticos y sociales. Desde
sistema establecido? Una mujer decía que ella llamaba de vous a todo la Revolución islámica de 1959 las fonnas persas de tratamiento han
el mundo porque quena ser respetuosa. Un antiguo militar recién lle- sufrido una serie de transformaciones que reOejun el muyor peso ad-
gado a la empresa decía no usar nunca morzsieur porque era un trata- quirido por los valores que indican solidat;dad, frente a los que indi-
miento ajeno al ejército. Hay siempre un peiiodo transitorio de ajuste can poder. Han decaído las formas de tratamienlo asimétl;co que re-
a la nueva situación, y es durante ese período cuando aparecen las producían la compleja estructura social del Irán pren-evolucionario, y
aparentes rarezas del tipo «Monsieur, ou est ton dossier?» que comen- se han extendido las que marcaban relaciones soli.darias, como las
tábamos antes. Por otra parte, una vez que los colegas han usado enti·e equivalentes a «hermano» y «hermana », de un modo similar a Jo que
sí 1a forma T pueden en ocasiones volver al v; con lo que los tratamien- ocurrió con «camarada» en las Revoluciones china y soviética.
tos con frecuencia se «negocian)) sobre la marcha. Un hombre seña- OtTo ejemplo de cambio en los sistemas de tratamiento motivado
laba que dependiendo de si por teléfono llamaba a su jefe Frémorzt o por la transformación de los valores sociales es el que ha tenido luga r
monsieur frémont, el jefe le contestaba con T o V. En otros casos, la en la lengua náhuatl, habluda en detenninadas zonas de México. El
entrada de un extraño en un contexto donde está establecido el T náhuatl se ha convertido en la lengua de lu solidaridad, frente a la
puede llevar al V, corno cuando el jefe se dirige a su secretaria en pre- amenaza que suponía el español, impuesto desde fuera . El náhuatl
sencia de una persona desconocida diciéndole: Mireille, voulez-vous me tuvo en algún tiempo un sistema de tratamientos honoríficos que afec-
passer le dossier? [«Mireille, ¿me pasa el expediente?»]. O, por poner taba no sólo a la elección de pronombres, sino también a la de verbos y
olro ejemplo, si el jefe y uno de sus empleados h.acen deporte juntos el. sustantivos. El náhuatl tradicional tenía a este respecto cuatrn niveles,
fin de semana se tratarán de tú, pero volverán al usted en la oficina. como se pone de manifiesto en las diferentes maneras de expresar la
Estos ejemplos nos recuerdan .la cuestión de la elección de código idea de 'darme' (maca es el verbo 'dar'). El nivel I es el más bajo, y se usa-
que vimos en el capítulo 2: los hablantes, tal como ocurría con el her- ria para dirigirse a íntimos y subordinados; el nivel JI era el adecuado
mano y la hermana en la tienda de Kenia occidental, usan un código u para desconocidos y parientes; el nivel III para personas distinguidas o
otro para definir la situación en términos favorables a sus papeles res- muy ancianas; el nivel IV es como el ITI excepto en que con él se designa
a alguien a quien nos dirigimos con posesivo de tercera persona:
17. En Espa ñ!l el se.~o (o el genero) tiende a influir cada ''eZ menos en la de1em1inación del Lra·
1:rn1iento. Por lo que se re(iere al llSO del nombre de pita, <?I apellide y los títulos, tiene menos relevancia Nivel I: teh linehmacha 'me das'.
que en inglés, donde no existe un prOnllrnbre u¡ul\•alentc: al usted. pero sirve para ma lii.llr el !rata· Nivel 11: rehhuatzirz tinechonmacha 'me das'.
miento elegido: véanse las difo1·e11cias entre usted. D. A11touio; usted. Sr. Lflpe'!.; usted. Anionfo; usted,
Ló11ez.; tú. A11to11io: fu, Lópe-¡_. Incluso se d~n conibinaciflnes •agrarn:-.ticales• como • tú, D . Arzlonio:
., tú, Sr. l6pez. El apellido, por 011·n parle. remite há~ icamence a ámbitos a(Aldérnicos o labor-.1lcs y toda·
via hoy, pese a los cambios rngistrados, se u.•a poco par~ las mujeres cunndo no 'a ncornpañ3do de 18. Cualquier hablante de e:spa1fol ~abe el 1•1olento chü<¡Ll<" qu< se prnduce .;n u.n in1erlocu to1
SmJSnlL cuando alguien que lo trata habitu~lmcnl< de tú r.ambia de pronto al usred. Tan ,•ioknco 4uc es un re·
curso ca.si 1.!Xl.rt:n-10.
.EL CAMBIO LCNGúfSTlCO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCl.AL 189 190 EL LENGUAJE EN LA. SOCJEDAD

Nível 111: rnomaJwizatzin. tinechonmomaquilia 'vuesLra reverencia diente, se ha fundado incluso la Asian Peoples' National Association
me da'. [Asociación Nacional de los Pueblos Asiáticos]. EJ presidente suplente
Nivel N: únahu.izoczin nechonrnomaquililzi11oa 'su reverencia me cL'\'. de la CRE, que es un guyaratí de la India, estimaba que al1·ededor de
un 70 % de los asiáticos rechazaban que se les llamara «negros>i, mien-
Este sis rema ahora se ha vuelto más restringido y se está perdiendo tras que el 10 % se identificaba con tal clasificación. Éstos lo hacían en
en las referencias indirectas, aunque se usa todavía para dirigirse di- principio porque creían compartir con los afrocaribeños una situación
rectamente a la gente, quizá por miedo a producir algún tipo de ofensa similar de marginación. Pero algunos líderes influyentes ele la comuni-
en la interacción cara a cara. En cambio cuando las personas no esLán dad a!Tocaribeña se rebelaron contra la posibilidad de que la perte nen-
presentes es m enos verosímil que oigan las referencias que se hacen a ci<.\ a Ja comunidad negra se definiera por ese camino. La cuestión pa-
ellas sin u·atamientos honoríficos. El desarrollo de la conciencia étnica rece haber dividido también a algLtnas familias asiáticas. El artículo
y el igualitar.-i s1~ 10 ha llevado a este estrechamiento del sistema de tra- destacaba el caso del propietario de un restaurante y de su hija de 27
tamientos. Los sentimientos de solidaridad de grupo expresados en re- años, que era abogada en Londres . El padre defendía fümemente que
lación con el náhuatl han producido también la estigmati7.ación de los él no era negro, mientras que su hija decía: «Negro no es ofensivo. Yo
préstamos españoles. El porcentaje más alto de hispanismos se detecta me considero negra y lo mismo hace la mayor parte de la juventud
en el habla de los varones jóvenes que no se sienten comprometidos asiática.» El relativo carácter discreto de las lenguas y variedades, así
con la vida de la comunidad.19 como su relieve y prestigio como marcadores de las distin tas identida-
El significado mismo de identidad y etnicidad puede cambiar de des étnicas afectarán a las ideas de la gente con respecto a cuál es la
acuerdo con el contexto, en especial frente a una amenaza exterior. lengua que hablan y a cómo de ben ser llamados ellos mismos. Tales
Así. durante la Segunda Guerra Mundial muchas personas que se hu- percepciones pueden cambiar a lo largo del tiempo en respuesta a pre-
bieran dir igido una a oLra de forma asimét1·ica en sueco adopLaron el siones sociales de distinta índole. Las elecciones que hacen las perso-
dude igualdad. En los últimos años -y es un segundo ejemplo- esta- nas siJ\len para definir sus lealtades hacia los grupos a los que se sien-
mos asisLiendo en Gran Brelaña al nacimienlo de una etnicidad de ten más afines.
tipo general que podríamos llamar asiática o incluso negra, -y que in- La.l~_p_orta~cia _de _!_
a s ~e~e.s sociales c;:omo factor de .carnhio fue
cTuye a las dos etnias. A los ojos de lu mayoría de los británicos , «Sud- puesta en claro por algunos de los esLudios de los que hablé en los ca-
as iático» designa una ca1egoría «étnica» o «raciali> , pese a que los indi- pítulos 2 y 3. Una investigación llevada a cabo en una escuela subur-
viduo:> incluidos en este rótulo muesLran diferentes orígenes lingüísti- bana de educación secundaiia de Detroit con dos pandillas de adoles-
cos, culturales y religiosos. Así, una tienda regentada por una familia centes, los Jocks y los Burnouts, mueslra cómo la configuración de la
bengalí podrfa ser llamada por los británicos blancos «paquistaní», estructura social adolescente sirve de empuje al cambio fónico. El sus-
«india>i o «asiática», independientemente de la exac.:La afiliación nacio- trato de los Jocks es básicamente de clase media y están bien integra-
nal. religiosa o élnica de sus propietarios. Pero ahora los propios ex- dos en las actividades escolares. mientras que los Bu.mou ts proceden
Lranjeros de Gran Brelaña están llegando más lejos y -como un sím- sobre todo de familias de trabajadores manuales y algunos están meti-
bolo de unidad ante lo que consideran la «amenaza blanca»- englo- dos en el mundo de las drogas y en otras actividades peligrosas no re-
ban a negros y asiáticos bajo cualquiera de los dos nombres, dado su frendadas por el medio escolar. Las relaciooes de los Burnouts con
similar estatuto de minorfos raciales. compañeros de zonas más próximas al centro urbano (inner city) 20 los
El Sunday limes del 26 de junio de 1988 incluía un artículo Litulado ponen en más estrecho contacto con los cambios que se están desaLTo-
«¿Negros'? Nosotros no, proteslan los asiáticos». En él se describe la llando en la ciudad, y lratan de moslrar que conocen y aprueban los
reacción negativa de algunos líderes de la comunidad contra el in- modos urbanos de vida mediante la adopción de las fo1mas urbanas de
forme anual de la CRE (Commission for Racial Equality [Comisión habla. Muchos tienen amigos en Detroir, van allí a las fiestas y miran
para la Igualdad Racial]) en el que los asiáticos eran clasificados como la ciudad como un buen lugar para vivir. Cuando dejen el instituto, la
«negros». Para luchar por su reconoc.imienro como grupo índepen-
20. En rea.lidnc\ el término mgl~s i1mcr city sólo parcialmeo te se co rresponde con el centro de la
l 9. Es!u<l1os recientes han puesto de 111u111b ~s10 la coll.lplcjiclacl ele 1;,; actitudes manifesrnda& ciudad. dado que en ingi<'• conlle\'a un componente J,- co11íl1ctiv1cla<l social y económi<:<l ausente del
por los hllbl:tntes ele ná huatl. y que van del orgl1lln al r~ch azo . ~qlll•·~lenle i:,,;par)l•I propuesto
1'. L CAMBIO LING lJlSTICO DES DE UNA PERSPECTIVA SOClAL 191
192 EL LENGUAJE EN' Ll SOCl.EDAD

mayoría buscará un empleo en la localidad y mantendrá en parle las res de lengua dislin ta, pero que todos se entiendan] con ninguna on-a
mismas amistades. Pues bien, este grupo va más adelantado que los lengua. Una lengua que no cruza las fronleras del grupo parn ser usada
Jocks en el empleo de ciertos cambios de sonidos que se eslán produ- , por olros como segunda puede permitirse el lujo de mantener comple-
ciendo ya entre la población adulta. Los Jocks, por su parte, se mueven . jidades e irregularidades que deben desaparecer en una lengua fran ca
en redes sociales más localizadas en el área suburbana, tienen menos si queremos que ésta se aprenda más fácilmente y funcione, por tanto,
contacto con la cultura propiamente urbana y gozan de mayor movili- con eficiencia. 2 l Por eso las lenguas siassi son las más simples. En el
dad hacia arriba. Al terminar en el instituto la mayoría proseguirá sus ' capítulo siguiente veremos qué sucede en situaciones d e intenso con-
estudios fuera de la comunidad. taclo en las que se forman unos tipos especiales de lenguas llama das
Hemos visto en este capítulo cómo la lengua es esencialmente un «pidgins» y «criollos>>.
producto cultural humano situado en un contexto histórico siempre
c'ambiante. El concepto de espacio social y geográfico es vital para
comprender la difusión del cambio. Diferentes tipos de estructuras so- Bibliografía anotada
ciales pueden dar lugar a diferentes tipos de carn bios. Las variedades
más innovadoras tienden a ser utilizadas por quienes se mueven en re- El lector interesado puede encontrar una panorámica de Ja sociolingi.iística
des sociales con vínculos más débiles, mientras que las redes compac· alem a na en d libro de Stephen Barbour y Pa1rick Steven.son Vu.ria1io11 in Ger·
tas y de lazos múltiples lienden a conservar las variedades locales . man: A Critica[ Approach to German Sociolinguisiics (Cambridge: Cambr idge
Desde el punto de vista geográfico, las áreas centrales son innovado- Unive rsity Press, 1990). Véanse también el artíc ulo de W. 1-lefner y P. S ture
ras, mientras que las periféricas son conservadoras. Las ciudades re- Ureland «Areale und soziolinguisLische Variation: die p-/pf Isoglosse im Raum
Rhein-Neckar-Main», y el de Klaus Maltheier, «Sprachveranderungen im
presentan, lógicamente, áreas de intensos contactos, y en ellas las posi- Rheinland». en P. S. Ureland (ed.). Spru.chvariwion z.md Sprachwandel: Pro-
bilidades de interacción con desconocidos son significativamente más bleme der l nier- und fnfrali11.gi1is1ik (Linguis t ische Arbeiten, 92; Tubinga, 1980),
grandes que en los pequeños pueblos rurales. pp. 5J -94y 121 -138.
Es interesante comparar a este respecto el curso del cambio lin- [Por lo que respecta al «abanico dd Rihn» y la separación e ntre el AJ to y el
güístico en inglés y en islandés. Mientras el inglés ha cambiado com- Bajo Alemán la autora sigue más o menos de ce1·ca la exposición que h ace Blo-
p.letamente en los últimos siete siglos, el islandés no, y esle conse1·va- omfield en su libro Language, traducido al español como Lenguaje, Lima, Uni-
durismo sólo parcialmente se explica por SL'. a islamiento geog1·áfico. versidad Mayor de S. Marcos. 1964. Los elementales ejemplos españoles y ro-
Posiblemente tiene más importancia el tipo de es tructura social de Is- mánicos que se citan en las nocas a parec:eu, ju nto a o lros muchos. en Jos ma-
nuales más conocidos, corno Ja Dialeclologfa Española de A. Zamora Vicente,
landia, que se basa en redes fuertes de amislad y parentesco. La histo- Madrid, Gredos. 1967 (2.• ed.); la Histo rü1 de la Lengua Española de R. Lapesa
ria socíopolítica y de asentamienlos poblacional.es en Gran Bretaña es, Melgar, Madrid, Gredos, 1981 (9.º ed. ), y La Fragmentación Lingüística de la
por otra parte, muy diferente. El curso de la historia del inglés fue Romania, de W. von Wartburg, Madrid, Gredos. 1971 (2.' ed.).]
drásticamente interrumpido dos veces, prímern por los pobladores da- El artículo de Uriel Weinreich , William La bov y Ma11in Herzog «EmpiricaJ
neses de los siglos IX y x y después por la conquis ta anglo-normanda Foundatíons for a Theory of La nguage Change», recogid o en Winfred P. Leh·
del XI. Londres ya había comenzado a sobresalir como centro comer- ma1m y Yakov Malk.iel (eds.), Dire.ctions for Historical Linguistics (Austin, Tex.:
cial en los s iglos xm y XJV, cuando la urbanjzación de Islandia era casi University of Texas Press . l 968), pp. 95- l 88 muesLra cómo la lingüística hístó-
to talm ente nula. tica tradicional puede ser reelaborada en mol des sociolingüísticos. El libro de
James Milroy Lingui~·tic Variation and Change (Oxford: Blackwell. 1991) ofrece
La .migración a los centros urbanos ha producido una nivelación de
una perspectiva sociolingüfs tica de Ja historia del inglés.
las dife.i'.encias dialectales. Las comunidades pequeñas, como los pue- La noción de «difus ión léxica» se trata en Matthew Chen and Wil\iarn
Sios de Nueva Bretaña norocciclental que vimos en el capítulo 1, están Wang, «Sound Change: Actualion and lmplementation». Language, 51 (1975).
en posición más ventajosa para mantener, a Lravés de interacciones pp. 255-2 81.
que no salen del propio grupo, estrucluras lingüísticas complejas y
bien diferenciadas. Vimos que !.a s lenguas siassi eran ampliamente
aceptad as como lenguas francas en el área, mientras que el anem y el 21 Ya se ha .•cM1l~d o en otro lugar cómo algunos e>l udiosos \'Cn en las simpl.1ficadones llevadas
amara carecían de valor al no poder ser usadas de forma «dual» [es de- a cnbo por d andaluz una de las razones de s u éxito como vari~dad c.:1>11figurado ra del ~spañol de
Anlt!rjcn .
cir, de modo qu e cada hablan te use su propia lengua con interlocuto-
liL CAMBlO LINGÜÍS'DCO DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL 193
194 EL LENGUAJE EN LA SOCJEDAD

[El ejemplo que se aduce en nota sobre la desaparición gradual de f- es real, guage Variation and Change, 2 (1990), pp. 205-254, y el de Penelope Eckerl
y es tá tomado de J. Borrego Nieto, Norma y dialecw en el sayagués actual, Sala- «The Whole Woman: Sex and Gcnder Differences in Variation», mismo lugar,
manca, Universidad de Salamanca, 1983, pp. 32-35.] año 1989 (1: pp. 24 5-267).
El libro de C. J. Bailey Variation. and Lingt1istic Theory (Arlington, Va.: Cen- El estudio sobre el náhuaú fue llevado a cabo por Jane H. y Kenneth C.
ter for Applied Linguis Lics, 1973) es un intento de explic ar la disposición impli- 1-Iill, «Mixed Grammar, Purist Grammar, and Language Altitudes in Modern
cativa que adopta la variabilidad. Nahuall», language in Sociely, 9 (1980), pp. 321-348.
El estudio sobre Martha's Vineyard fue realizado por William Labov y se ti- Puede obtenerse infonnación sobre los cambios sucedidos en el persa con-
tula «The Social Motivation of Sound Change», Word, 19 (1963), pp. 273-307. s ultando el articulo de Mohammad H. Keshavarz «Forros of Adress in Post-Re-
Un tratamiento posterior del cambio en tiempo «aparente» frente al «real» volutionary lranian Persian», Languagr. in Society, 17 (J 988), pp. 565-576.
puede encontrarse en la colección de artíc ulos de mismo autor titulado Socio-
linguis1ic Patterns (Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 1972). [Traduc-
ción española: Modelos S ociolinguisticos, Madrid, Cátedra, 1983.]
Las apreciaciones sohre los cuáqueros pertenecen al libro de Richard Bau-
man Let Your Words be F e1v: Symbolism of Speaking and Silence among Sevente-
enth-Cen.tury Quakers (Cambridge: Cambrid ge University Press, 1983).
La investigación sobre el gullah se encuentrn en e l a1tículo de Patricia Ni-
chol «Linguistic Options a11d Choices for Black Women in Lhe Rural South», en
Barric Thornc. Che1;s Kr amarae y Nancy Henley (eds.). Limguage, Gender and
Society (Rowley, Mass. : Newbury House, 1983).
[las apreciaciones que se hacen en nota sobr e el español de América proce-
den ele M." Beahiz Fontanella de Weinberg, El espM10/ de América , Madrid,
Editorial Mapfre, J 992.]
En relación con el uso pronominal en s ueco, puede encontrarse infon11a-
ción en Ch1istina Bratt Pauls ton, «Pronouns o f Adress in Swedish: Social Class
Semantics anda Changing System », Language in Society, 5 (1976), pp. 359-386,
y también en Ev<-t Manennsson, «Det nya niandet» («El regreso del ni»), Nor-
lu.rzd, lO (1986), pp. 35-79.
El e.-;tu<lio. sobre el uso pronominal en la empresa francesa fue realizado
por Denis Guigo y difundido en el número <le! 5 <le febrero ele 1991 del diario
Libération.
[El uso del usced por parte de los hijos frente al del ILÍ por parle de los nie-
tos aparece recogido, por ejemplo, en J. Borrego, J. G. Asencio y J. A. P. Bowie,
«Sobre d tú y el u sled», Sltldia Philologica Salmanticensia, 2, 1978, pp. 53-79.
Sobre el sistema de tratamientos en E spaña y América y su evolución histórica
hay ya bas tantes trabajos publicados. Véase J. Medina López, «Esbozo de una
guía bibliográfica del trntamiento», Anuario de Letras, 30, 1992, pp. 233-248.]
El estudio sobre los adolescentes de Det.roit se expone en Penelope Eckert,
Jncks and Bumouts (Nueva York: Teachers College Press, 1989).
La investigación sobre el no1uego en Estados Unidos se recoge en el lib1·0
de Eina r Haugen The Nonvegian langu.age in. A111erica: A Swdy irz Bilingual
Behavior (Filadelfia: Univen;ity of Pennsylvan.ia Press, 1953 ), y la realizada so-
bre el norte de Noruega en e l artículo de Tove Bull «Wornen and Men Speak-
ing: The Roles Played by Women a ncl Men in the Process of Lungu age Shift»,
Wor/.:ing Papers on Lariguage, Gender and Sexi.sm, 1 (Internatíonal Associatio n
o f Applied Linguíslics, 1991 ), pp. 11-24. Otras fuentes de info rmació n sobre el
papel dd sexo en el cambio Hngüfslico so11 el a rticulo de William Labov «The
Inte1·sec tion of Sex an<l Social Class in the Course or Linguistic Change», Can-
196 EL LENGUAJE EN LA socrEDAD

criollas para señalar que «en esa espléndida lengua se rcfer(an a él


como 'Fella belong Mrs Queen' ['Hombre que pertenece a la
Reina']». Aunque el duque estaba en lo cierto al considerar al tok pisin
(nombre derivado, recuérdese, de «talk pidgin») que se habla en Pa-
púa-Nueva Guinea como una lengua y no como un dialecto del inglés,
estaba equivocado con respecto a su propia designación, que era más
bien «man bilong kwinl>. Contra1iamente a lo que muchos europeos
piensan sobre el tok pisin, {ella [del inglés fellow 'compañero. pareja']
CAPiTULO 6 no puede en absoluto ser usado de esta forma para significar 'hombre'
o 'marido', de modo que el enunciado del duque es agramatical. Fella
LENGUAS PIDGINS Y CRIOLLAS sólo puede usarse como sufijo con un cierto número de [·unciones gra-
maticales: sirve, por ejemplo, para marcar adjetivos y numerales,
como en tupela blalcpela pik ('dos cerdos negros') y para man.:a1· a you
como segunda persona del plural (yupela i no l<en go, 'no podéis ir').
Aunque no hay acuerdo a la hora de definir los pidgins y criollos en
términos lingüísticos precisos o a la hora de dete1rninar de dónde pro-
ceden, todos los lingüistas reconocen que este grupo de lenguas existe.
Su peculiaridad estriba no tanto en unos orígenes históricos comunes
cuanto en las circunstancias de desarrollo sociohistórico y de uso que
comparten. Por el momento no hay forma de decidir si una lengua
constituye un pidgin o un criollo si no se hace referencia a tres crite-
rios: el llngüísitico, el social y el histórico. El término «criollo» se
aplica generalmenle a los pidgins que se han convertido en lengua na-
tiva de alguien. aunque no todos los lingüistas piensan que eJ criollo
deba pasar nécesariamenle por un estado de pidgin. Los pidgins, por
contra, no son lengua materna de nadie: nacen en situaciones de con-
tacto, en las que son usados por hablantes que tienen lenguas diferen-
tes para satisfacer propósitos comunicativos restringidos, típicamente
los comerciales. Desde el punto de vista estruclural, se trata de lenguas
simplificadas que poseen un léxico mínimo, poca o ninguna morfolo-
gía y una sintaxis limitada. En esLe capítulo tocaré aspectos relaciona-
dos con la distribución, orígenes, estrucru.ra y uso social de los pidgins
y criollos.

FJG. 6.1. Anuncio de las conse1vas de pescado Sun Flower escrico en rok pisin'. El
eslogan dice: «Es mi propio s1.1scenlu.» Distribución

Los pidgins y criollos se hablan sobre Lodo en países del Tercer


En el discurso que dirigió a la English-Speaking Union Conference Mundo, y su papel está íntimamente ligado a una serie de cuestiones
[Congreso de la Unión Anglo-Hablante], el duque de Edimburgo hizo políticas y sociales. En este momento se usan probablemente más de
referencia a una de Jas lenguas mejor conocidas entre las pidgins y cien en todo el mundo y cuentan con más hablan Les que, por ejemplo, el
sueco. Es difícil, de todos modos, establecer su número exacto, puesto
l. También llamado, a l menos por alguno> es1udiosos espal\ole,, 11t.<gv. (11ia110. que depende de c6mo definamos los tér minos «pidgin>) y «criollo».
LENGUAS PJDGTNS Y CRJOLLAS J 97 198 EL LENC LiAJE EN LA SOCIEDAD

Estas Lenguas se basan en su mayor parte en lenguas europeas, en que incluye su ubicación y su principal lengua lexificadora, por ejem-
panicular en el español, el portugués, el francés, el inglés y el holan- plo, Chinese Pidgin Englbh [pidgin inglés de China], Berbice Creole
dés. Las que se basan en el inglés son, no obstante, más numerosas, Dutch [criollo holandés de Berbice], Rabaul Creole German [criollo
atestiguando a sí la mayor difusión de esta lengua. Le siguen las que se alemán de Rabaul], elc.J Dado que algunos pidgins y criollos cambian
basan en el francés.2 Hay un número mucho más pequeño basado en a veces su filiación léxica a través de un proceso conocido como «rele-
lenguas no eLtropeas, tal como el sango, hablado en la República Cen- x.ificación», tal como le ocurrió al holandés de Berbice, que sustituyó
troafricana. el superestrato neerlandés por el inglés, esos róLulos no son totalmenLe
El término «basado» significa que el grneso del vocabulario está Lo- satisfactorios. Otro:; criollos, como el tok pisin y el sranan o surina-
mado de la lengua en c uestión, mientras que la estructura gramatical més, variedad de base inglesa hablada en Surínam, han sido también
muestra tfpicamentc la influencia de otras lenguas, generalmente no afectados por cambios ele este tipo, pero nadie ha sugerido cambiar la
europeas, conocidas corno <<..,su2P.~ato». De modo que cuando los estu- denominación Berbice Creole Du tch [criollo holandés de Berbice] por
diosos hablan de criollos « b<isados en el inglés » o «de base inglesa» se Berbice Creole English [criollo inglés de Berbice]. Esos rótulos son
están rcCiriendo a los que han tomado del inglés la mayor parte de su también insatisfactorios por oLras razones. Una de ellas es que impli-
vocabulario. Otros ténninos empleados [en el mundo anglosajón] son can Ja separación entre léxico y sintaxi:;, y dan mi'.'\s peso a aquél a la
<cEnglish-lexicon» o «E nglish-lexifier pidginicreole» [ «pidgin/criollo de hora de decidir las relaciones entre lenguas. Otra e:; que el término que
léxico inglés » o «de lexificador inglés»], y a la lengua lexificadora [es alude al lugar puede no d ejar claro, sobre Lodo en inglés, si con él nos
decir, a aquella que proporciona el léxico] se la denomina también a referimos a una lengua, LU1 grupo de hablantes o una localización geo-
veces «superestrato». Con frecuencia se ban tratado los pidgins y crio- gráfica. Así, en el nombre <•Hawaiian Creole English» el adjetivo «Ha-
llos de base inglesa como dialectos del inglés, los de base fran cesa [o waiian» es ambiguo, porque puede referi.r:;c a las Islas Hawai, a la
española] como dialectos romances, etc. , pero la mayoría de lo:; estu- gente que procede de ellas o a la lengua hawaiana.
dioso:; reconoce ahora que se trata ele lenguas de pleno derecho y con Los nombres que dan los lingüistas a los pidgins y criollos no siem-
su propia estructura independiente, y no sistemas parásitos o versio- pre son usados por los propios hablantes. Así, el tok pisin ha sido de-
nes corruptas de las lenguas a las que están ligadas en el nivel léxico. nominado a veces «Neomelanesian» [«neomelanesio»] o «New Guinea
Es práctica habiiual referirse a pidgins y criollos con una fórmula Pidgin English» [«pidgin inglés de Nueva Guinea »; en español también
«nuguiniano», como ya ha quedado señalado], mientras que los ha-
blantes lo llaman «tok pisin» o simplemente «pidgin». Del mismo
2. Pa ree~ que 1.,s <le b;i.;e ~spat\ola habria qu~ buscarlas sobr" todu en Hispal'JoílmériC<i, Jugar es· modo, los hablantes del criollo inglés del Estrecho de Torres llaman a
pecialmente propicio para que el español encrara en contacto con lenguas radicalmente discintas, ya su lengua «broken » (es decir, inglés «deteriorado»), los del cliollo in-
[ueran las indrgenas, ya la; habl3<las por los esclavos negros importados <le tierras afriCllnas. Pero los
ciiollo> de base hispana son tan esc~sos en la zona que algunos autores han nega<lo su existencia y
glés de Australia llaman a la suya «kriol», los de Hawai dicen simple-
los que la <lefiendcn explican)" esca..,ez de ejemplos como un resulta<lo de I~ rnten;;a asimibción alcas- mente «pidgin» [los del Palenque de San Basilio, en Colombia, dicen
cellano que Sllfrieron est~s lenguas a parrir de pnnc1pios del XLX. Los restos m{.s \'Ívos se .:ncuentran en «lengua»], etc. El sranan se denomina en ocasiones ccsranan tongon
locali<lades o áreas que por su aislamiento o por sus especiales condiciones sufrieron menos ese pro-
ceso asimilador. No es casual que varias de esas localidades lleven el nombre de Palenque. palabra qu~
(de «Surinam tongnc» [«lengua de Surinam»]) o «taki-taki» (de «talk-
alude a los lugare> que sirvieron de refugio a los e.sdavos cimmTcmes que hufan <le \as plantacion es: as! talk» [«charla-charla»]).
oculTe con San s~silio de Palenque, en ColC!mbia. o con los Palenque~ de Ecu~dor o Panamá. Indicios Teniendo en cnenta facLores hisLóricos, geográficos y lingüú;ticos se
de lenguas criolla' desaparecidas se h~n detectado cambién -aunque no todo~ lo, autores están de
acuerdr, en que hay<1 que incerpretar así los datos- en Ur~ y Chocó (Colo mbia). y e:n el habla de ciertos <econocen dos grandes g:iupos de lenguas c1iollas: las del Atlántico y las
negros puertorriquc1ios y cubanos. del Pacífico. El grupo atlántico se fonnó en los siglos XVII y xvru en el
I'uera del rerri101io quo hoy h~bla espat\ol. pero denu·o del Mtiguo lmp~rio H ispánico, pueden Caribe y el África occidental, mientras que el grupo del Pacífico se ori-
mencionan;e o tras leng11as criolla..' de fuerce componente español como el pn7Jia111e1110 (hablado en las
Antillas holandesas - C11ra~ ao, Oonaire. Aruba- y formado sobre un criollo negro·portugu.!s, m~z · ginó fundamentalmente en el XIX. Los criollos
-------- atlántiC<?.S
__ ___ ___..- fueron en
cl;ido luego con e.l español ~influido por el holandés en su vocab11lario) o las varias hablad..u en las Is·
las Filipinas (c::ll·ite11o y P.n11ilmio. diabaca110 o u1111boa11gue1io, dnvoao1io).
Existen rambi~n va1ieda<les de contacto que no son lenguas criolla~. como ~! pnchuco {compro-
3. Como se verá. he elegido un orden distinto al del ingle~ y traduzco •pidgin inglé,, y 110 , inglés
m iso enu·e español e ingle<. de uso restringido en Arizona y p~rtes del sur de Californi>.) y d ¡;·0111cri;:o,
pidgin•. -.c.-iollo hohrndés• y no . holandés eriollo•, e1c .. porque ésr:i par~ce ser la COSll11nbr.: más ex-
vaiianres mezclada; de ~spaflol y ponug,u~s que pueden o[rse en !a frontera entre Uruguay y Bra:;il.
tendida en espacial. De 1ocla< forma; la practica no O$ sis1emáuca. y 110 falta11 c:jemplos en contrario in-
Mucho menos ilJ son el • coco/iche" n el .. fra¡;11ol• modalidades habl;;.<las en B11enos Aires que represen-
cluso en uu n:üsnlo autor.
tan 11na mezcl a <lel español wn. r"spec11vamence, el italrnno y el Erances.
LENGUAS PIDGINS Y CRIOLLAS 199 200 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

buena medida producto del comercio de esclavos en el occidente de que entraron éste y otros vocablos de la mano d el comercio de pieles
África, que dispersó un buen número de africanos por el Caribe. Las va- desarrollado en .la costa noroeste de América del Norte en el sigk;, XVIll.
riedades criollas del Caribe han sido también trasplanladas al Reino Del mismo modo en el pidgin esquimal existe kaukau 'comida', prés-
Unido por los inmigrantes procedentes de la zona. Las lenguas del tamo también en hawa iano, procedente del pidgin inglés de China
Atlántico poseen un sustrato común y comparten muchos de sus rasgos chowchmv. El término kaukau se usa todavía en el cr iollo inglés de Ha-
En el Pacífico el sustrato está constituido por lenguas distintas y wai con el significado de 'alimento' o 'comer', aunque para este úl-
las condiciones socioculturales fueron también de algún modo dife- timo significado la generación joven suele utilizar grind.
rentes a las del gn1po atlántico. Aunque l.as plantaciones fueron cn1cia- Durante el siglo XlX los contactos a lo largo de la zona norte del Pa-
les para la aparición de los pidgins en las dos áreas, en el Pacífico su cífico se hicieron habituales. Las islas Hawai constituían escala casi
explotación se llevaba a cabo en general con trabajadores reclutados y obligada y un buen lugar para q ue los barcos pasaran el invierno. In-
contratados y no con esclavos. Dejando aparte el caso de Hawai, la vestigaciones recientes destaca n sobremanera el papel de los marine-
criolliwción del Pacífico se ha distinguido de la del Atlántico (particu- ros en la extensión y estabilización del pidgin ele base inglesa en el Pa-
larmente la del área caribeña) en que ha sido un proceso más gradual cífico. Algunos estudiosos han defendido la relación entre los pidgins y
y menos abrnpto. De Lodos modos, esta agrupación tradicional es geo- criollos de base inglesa y los existentes en otras partes, pero no hay da-
gráficamente conveniente, pero puede oscurecer un pa norama más tos que demuestren claramente la existencia de un pidgin inglés náu-
complejo ele interrelaciones. No tiene en cuenta, en efecto, que hubo tico universalmente extendido. Aunque se ha identificado un cierto u ú-
probablemente contactos enti·e el Atlántico y el Pacífico, y que los jui- mero de características compartidas por las variedades del Atlántico y
cios sobre el grado en que la criollización fue abrupta dependen de da- el Pacífico, los rasgos atlánticos proceden de registros con temporá-
tos históricos que generalmente no tenemos. Sí parece haber fonda- neos y no de tipo histórico, y no se ha realii.ado en el área del Atlántico
mento lingüístico para sostener que los marineros desempeñaron un una invest"igación suficiente como para avalar la conexión histórica.
papel importan te en la extensión de ciertos rasgos lingüísticos por H ay todavía una cierta controversia sobre el estatuto de la variedad
áreas muy amplias, dadas las coincidencias léxicas entre pidgins dis- de inglés hablado en las islas Pitcairn y Norfolk. Las condiciones en las
tantes como el de Hawai, el chinook o chinuco (lengua de contacto que se desarrolló esta variedad fueron excepcionales y están ligadas al
usada con fines comerciales en el Pacífico noroccidental) y el es- famoso motín del Bounty. Antes de 1790 la isla Pitcairn estaba desha-
quimal. bitada, pero la llegada de 28 personas (nueve de ellas amotinados del
Así, el término kanaka (del hawaiano 'ser humano', 'persona', Bounty y el resto polinesios) supuso el comienzo ele una comunidad
'hombre') aparece a través del Pacífico en pidgins y criollos ele base que vivió aislada durante 33 años. La mayoría de sus habitantes se
tanto inglesa como francesa, aunque su significado y en particular sus reins taló en la isla Norfolk a partir de 1856. Ciertamente ha habido po-
connotaciones varían de unas lenguas a otras. En tok pisin, por ejem- cos estudios del habla de Pitcairn-Norfolk, pero de elfos no ha salido
plo, fue en su origen una palabra usada por los europeos para referirse ningún acuerdo acerca de su clasificación. La varj.edad de Pitcairn
a la población indígena, a menudo en términos peyorativos, y esa tiene un vocabulario claramente basado en el inglés y comparte mu-
carga negativa se conserva aún hoy en tok pisin: decir de alguien que chos rasgos con los criollos de base inglesa y también con otros crio-
es un «kanaka» -y, sobre todo, un «bus kanaka»- es insultaute por- llos, pero junro a ellos tiene algunos «excepciona/es». Por ejemplo, la
que implica que es atrasado y rudo. Sin embargo en el territorio fran- presencia de consonantes agrupadas, que no existen en tahitiano, es
cés d e Nueva Caledonia el término se ha convertido en símbolo de la dificil de explicar, d ado que la mayoría de los pidgins y criollos tienden
unidad y orgullo melanesios frente a la administración colonial fran- a Wla estructura silábica muy simple del ti.po consonante más vocal
cesa. En 1984 los activisras m elanesios declararon un estado indepen- (véase más abajo). A partir de alguna de las descripciones podríamos
diente al que bautizaron como Kanaky, si bien tal independencia no ha suponer que la variedad Pitcairn-Norfolk muestra un buen número d e
sido aún reconocida por Francia. Curiosamenre, en el criollo ele Hawai las características típicas de los criollos en general. aunque no las que
el término ya no se usa, a pesa r de su presencia en hawaiano. La pala- son específicas de los criollos del Pacífico. De todos modos esto no es
bra kanaka se encuentra también en variedades basadas en le nguas no sorprendente, puesto que no tiene lazos históricos con ellos y se desa-
rrolló, como hemos dicho, de fonna aislada. .
eu ropeas como el chinook o chínuco, lengua ele co mercio usada, como
hemos dicho, a lo largo de fa costa noroccidental del P acífico, en Ja
LENGUAS PIDGINS Y CRlOLLAS 201
202 EL LENGUAJE EN lA SOCIEDAD

Orígenes
existe también un componente universalista en Ja hipótesis poligené-
tica (véase más abajo).
Las aproximaciones tradicionales al cambio histórico se han ba- Los proponentes de las explicaciones sustratís ticas para los oríge-
sado sobre el modelo del árbol genealógico, que parte del supuesto de nes de pidgins y criollos alegan que los modelos para muchas de las es-
que las lenguas se van diferenciando gradualmente a partir de un ante- tructuras cornunes a esas lenguas pueden encontrarse en el sustrato;
pasado común. Este modelo se ha aplicado con [Tecuencia para expli- en concreto a las lenguas del occidente de África se les supone una in-
car los orígenes históricos de pidgins y criollos y ha sido denominado fluencia grande en los criollos atlánticos, y argumentos similares sobre
la «hipótesis monogenética»; según ésta, los pidgins y c1iollos tienen la importancia del sustrato oceánico se han dado más recientemente
todos un origen común. Muchos defienden la idea de que todos los para los pidgins y criollos del Pacífico.
pidgins y criollos basados en lenguas europeas descienden original- Tipológicamente puede argüirse que 1.os criollos mueslran, inde-
mente de un pidgin portugués del siglo XV, usado en primer lugar en la pendientemente de la lengua que les sirve de base, más semejanzas en-
costa africana y llevado luego a la India y el Extremo Oriente. 4 Este tre sí que con esa lengua. Algunos lingüistas encuentran evidente que
pidgin sería, tal vez, un resto del Sabir, la lengua Eranca medieval que, existe una «sintaxis c1iolla», aunque ya no sea tan fácil determinar
según se c.:ree, pudo habe1· sido hablada por los cruzados y constituyó exactamente qué rasgos incluye. Otros, sin embargo, ven con escepti-
la lengua común del comercio mediterráneo. El origen portugués da- cismo la idea de que los criollos puedan considerarse un tipo estruc.:tu-
ría cuenta, desde luego, de un cierto número de similitudes léxicas que ral diferente. Esto ha llevado a muchos estudiosos a explicar el origen
se encuentran en lo!:i pidgins y criollos tanto del Atlántico corno del Pa- de pidgins y criollos en términos universalistas. Así, en un determi-
cífico, pero, de seguir esta hipótesis, habría que invocar la noc.:ión de nado nivel de abstracción, se puede recurrir a las presiones de tipo
«relexificación1> para dar cuenta de las muchas diferencias existentes funcional que existen en cualquier siluación comunicativa en que los
entre los criollos románicos y los germánicos. La teoría monogenética, hablantes no compartan la misma lengua. Se trata de presiones hacia
por olrn parte, no tiene nada que decir, lógicamente, sobre los orígenes la simplificación, hacia una mayor dependencia del contexto,
de los pidgins y criollos de base no europea. hacia una forma de hablar más lenta, etc. La lengua usada con los ex-
La mayoría de los lingüistas rechaza la hipótesis rnonogenética tranjeros (mí no hablar inglés y emisiones similares) es un buen ejem-
porque los pidgins y criollos se producen típicC1mente por la conver- plo ele las estrategias que pueden llevar a un pidgin incipienle. Algunos
gencia de estructuras lingüísticas de más de un origen. Fue el roma- rasgos similares se encuentran en la forma de hablarles a los niños pe-
nista Hugo Schuchardt (l 842-1927), a menudo considerado el padre queños (Papi marchar, adiós). En situaciones en que los interlocutor es
de los estudios sobre los criollos, el que usó datos de este tipo de len- no tienen el mismo estatus social el acceso del grupo subordinado a la
guas para argumentar contra la idea de la regula1idad de los cambios lengua del dominante puede ser sólo parcial; se produce entonces un
fonéticos, predominante en el siglo XIX. aprendizaje imperfecto que puede llevar a una versión simplificada de
Por contra, las teorías poligenéticas hacen hincapié en la idea de dicha lengua.
que los pidgi.ns y c.:riollos nacen independientemente pero se desarro- Otra explicación universalista de más largo alcance se basa en la
llan de modo paralelo porque usan material lingüístico común y se for- supuesta existencia de un «bioprograma» que contiene los rasgos que
man en condiciones sociohistóricas similares. Vistas así las cosas, todo criollo debe tener. La hipótesis del bioprograrna relaciona la apa-
rición de los criollos con la adquisición de la lengua materna y con la
evolución general de la lengua en la especie humana, y defiende que
4. Y, lógicamente. a América. dondes~ habria •rele:<i6cado• de una forma u otra según la lengua los rasgos que los niños aprenden pronto y sin esfuerzo ocupan un lu-
con la que entrara en c.onracto. Para la Amé1ic<1 hispana se ha aducido d tesumonio ele! padre Alonso gar destacado en las lenguas criollas. Lo que lleva a postular la exis ten-
de Sandoval. nacido en SeviUa en 1576 y residente durante cnu<0hos años en Canagena de Indias. y se-
gún el cual los esclavos negros llegados a C;irtagena procecl.,r\leS cli: Sáo 1"omé e islas acly«cenics hahla- cia de un bioprograma es el hecho de que los niüos carezcan de un in.-
ban .. un género de lenguaje muy c·o•nipto y revesado de la ponuguesa,., que serla el protopidgin ponu- pul adecuado, de una entrada de daros suficiente, en la comunidad en
gi.ré::; mencionado. Sometido en e_,a <ona a rdexificación por parte del <:astell;1110 circundante (relex.ifi- que se habla el pidgin. En tales c.:ircu11stancias los niños recurren al
cación d" la qm: ya da no11<:ias el mismo padre Sandoval, qut: menciona la versión coJTtrpla del
castellano hablado por lo' e'clavos), habl'ia dejado hoy dí.- resws aislados, de los c.uales ~-más vivo es bioprograma a la hora de producir unas reglas para las cuales no en-
el •palenquero. hablado en San Dasilio el~ Palenque (Depanarne.nlo de Bolivar, Colombia). Cotno ocu- cuentran modelo en los datos que les llegan ele los mayores. Esta teoría
rre con otros criollos de codo el rnun<lo. hr.y i1we.s1igaclure,; de las hablas hispánica~ c¡uc no est~n de ha provocado una áspera controversia, sobre todo porque sus ideas no
acuerdo con la génesis propuesta .
LENGUAS PIDGINS Y CRIOLLAS 20.3 204 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

pueden ser comprobadas directarnente. Ningún niño está en este mo- Tipo 1 Tipo 2 Tipo 3
mento adquiriendo una lengua criolla en las circunstancias requeridas
para confirmar el funcionamiento del b.ioprograma. 5 jerga jerga jerga
Dada la pluralidad de explicaciones, son muchos los lingüistas que
prefieren no recurrir a una fuente única para dar cuenta del desarrollo
de los criollos, y apelan a una confluencia de factores diversos (más
t
pidgin estabilizado
t
pidgin eslabíliiado

t
l
adelante proporcionaré ejemplos). Así, mi.entras algunas característi-
cas de determinados criollos se deben de forma evidente a las lenguas pidgin expandido
de sustrato, otras requieren una explicación universalista.

criollo criollo
t
criollo
Estructura Ej.: Criollo Ej.: Criollo del EJ.: Tok plsin de
inglés del Caribe Estrecho de Torres Nueva Guinea

Los límites entre pidgins y c1-iollos no pueden definirse en términos


puramente lingüísticos. Así algunas lenguas, tales como el tok pisin y
el West African Pidgin English [pidgin inglés del África Occidental], F1G. 6.2. Ti"es lipos de criollización.
pidgin de base inglesa ampliamente extendido por el occidente de
África, pueden existir en fonm1 de pidgin y en fonna de criollo, con di-
ferentes grados de expansión estructural y de estabilidad dependiendo los cambios que acercan a un criollo a la lengua que le sirve de su-
de si se usan como lenguas nativas o no. La criollización puede produ- perestrato, aunque no es del todo satisfactorio, puesto que algunos
cirse en cualquier punto del ciclo vital del pidgin, que va desde el es- cambios pueden no ser motivados por J.¡;¡ inOuencia de dicha lengua.
tado de «jerga» hasta el de pidgin ya desarrollado. El término "jerga» En otras palabras, no todos los cambios son unidireccionales. Para re-
(jargon) alude a una variedad de habla dotada de un sistema lingLiís- fe1irse a la gama de variedades que es posible enconrrar cuando ya se
tico mínimo y una gran variación individual que usan hablantes de ha iniciado el proceso de descriollización se emplean los términos «ba-
lenguas distintas para comunicarse en s.ituaciones muy restringidas, silecto», «mesoleclo» y «acrolecto», ilustrados en la figura 6.3, referida
por ejemplo el intercambio comercial; el pidgin, en cambio, tiene ya al criollo de Guyana. El orden de las vari~dades en este modelo no su-
un cierto grado de estabilidad. En la figura 6.2 se esquematizan tres pone ninguna afirmación sobre su desarrollo diacrónico, puesto que es
posibles rutas hacia la criolUzación. muy posible que en muchos casos las variedades mesolectales y acro-
Una vez que se ha producido Ja criollización, el proceso evolutivo lectales estén ya presentes incluso en las fases más tempranas de \a
que tiene lugar posteriormente puede hacer imposible la identificación formación del criollo, de modo que no siempYe aparecen después de
de un estadio previo de pidgin o criollo. Es el caso del inglés negro de la criollización para adaptarse al superestrato. Es decir, las variedades
Estados Unidos, que muchos lingüistas consideran una variedad en acroleclales no siempre son más tardías que las basilectales. C1iolliza-
sus últimas etapas de «descriollización» .6 Con es le término se alude a ción y descriollización pueden coexistir, como ocurre por ejemplo en
Papúa-Nueva Guinea: el Lok pisin se está convirtiendo en la lengua na-
5. Ha h;ibido algtín 10ren10 de reproducirhs art1ficialmellle haciendo convivk en un ámbito c~­ Liva de la generación más joven (criollización), al rnisrno tiempo que
rrado (isla desierta o similar) varias parejas co11 hiJOS pegue1\05 de lenguas muy alejadas ripológica· la progresiva facilidad de acceso a la escolarización en inglés está
mente. Pero razones de dísponibilidad de sujetos e impcc\1memo.< legaks han abortado. ele momento. creando una gama <le variedades que no son ni tok pisin ni inglés (des-
este tipo de e.,perímcn1os.
6 En"''" "'"Pª se encontrarian rnmbión los res LOS c:nollos -5i es que se a~epta que Jo so11--de- criollización).
u~c1a<l1),s e:n Colo1n\ü,t, P<J.ncu11á, Ecuaclof, C\.1ba y Puerto RicCJ, y que he1T;os mcncionaclo en una llt)ta Puesto que la criollización puede ocurrir en cualquier etapa del
anccrior. Salvo, quizá, el •palenquer0• de San B<1sillo. Lodos los dem~s cst;in ya prácticamente con fu11-
didos con el espafiol de Ja zona y sólo drteimmadas pecu)i,,ridadcs a¡sladas y asis1emáticas. aunque no-
proceso que va de la jerga a\ pidgin desarrollado, pueden ser necesa-
torias. perrmten ras1re<1r su posible 01igen criollo, rias reformas de diverso tipo y en diverso grado para hacer del pidgin
El proceso e:;Lá n.1enos avanzado en el caso del papüwlen Lo, aunqut! y~ hace mis de ''dnre allos se ~­ un instrumento adecuado a su uso como lengua nativa. Las füentes de
lialaba qu€ d 85 'X) d~ su l~Aico era espa.1"'!01 y sólu el 15 <fo r¡;stante guardaba re1n1r1i~enci<ls holandesas.
po11ugue.'>éls }. f!hicnna.s. No ob~!ana.' St:! dcsrncub~ ~u «.Jllo valor dt:! ..:on1unlcac>ón :wciaj y h;i.s1a J11era1·:0..,..
donde se tomarán las nuevas eslruc.turas serán también variables. Al-
LENGUAS PIDGINS Y CRIOLLAS 205 206 EL LENGUAJE. EN LA SOCIEDAD

Criollo de GuyaM - - - - - - - - - - - - - . . . _ Inglés


basiJeclo mesoJecto acrolecto
dos cosas], paucal [para más de dos cosas, pero no muchas] y plural) y
el pidgin tres, lo cual parece suponer una convergencia hacía el ara-
Criollo de Guyana (basilecto} mi giiam fundi (lengua hablada por los principales socios comerciales de los yi-
mí bin gli am mas), que también tiene tres.
mi bin gii ii La mayor parte de los rnsgos gramaticales habituales en las lenguas
mtbingi ii
europeas, por ejemplo, el géJ1ero, el caso [y el número), se suelen per-
midigiiii
midigiii der.7 La pérdida del génern, que en las lenguas europeas se corres-
a di gil ii ponde sólo vagamente con el sexo, no supone una pérdida conceptual,
mesoleclo adi gi ii pero sf una sustancial simplificación. La lexicalización del género (es
a dldgi ii decir, su expresión por procedimientos léxicos) produce iiregularidad,
adid giv ii
como puede verse en la comparación del inglés covvlbull, mare/stallion
a did giv hil
a glv li [o del español vacaJwro, yeguaJcaballo J con el Lok pis in bulmalw.u
a giv lm meri/bulmakau man, has manlhos meri (donde meri. significa 'mujer' y
a giv him man 'hombre'). Compárese también el inglés boarlscnv 'cerdo/cerda'
ageev ii con el criollo de Jamaica man hagluman hag. En el criollo alemán de
ageev lm
ageev hlm
Rabaul hay sólo una forma invariable del artículo, de, en lugar de la
Inglés (acrolecto) 1gave him triple distinción genérica del alemán estándar (cfr. der Bawn 'el ár-
bol', das Madchen 'la chica', y die Katze 'el gato'). Tal artículo carece
además de marca de caso y las formas del infinitivo de los verbos se
F1G. 6.3. El continuum del criollo de Guyana. usan con frecuencia en lugar de las formas flexionadas (Wenn de Baby
weinen, de Mama muss aufpicken 'Cuando/si el bebé llorar la madre
debe cogerlo').S Pidgins y criollos Lienen rambién pocas preposiciones.
En tok pisin, por ejemplo, sólo dos formas, long y bilong, indican todas
gunos investigadores, cuyo interés se centra sobre todo en el primer las relaciones gramalicales: Migo lon¡; taun 'fui ª[direccional] la ciu-
tipo de criollización, eso es, aquella en que un pidgin se transforma dad'; Em givim wpela pik l!2nJ; mi 'me dioª [o. indirecto] mí dos cer-
abruptamente en criollo en el transcurso de una sola generación, creen dos'; Haus bilong papa bilong mi í stap long hap 'la casa de mi padre [el
que los universales contenidos en el bioprograma proporcionan los padre de mí] está QQI allí'. Otros pidgins o etiollos, como el bislamá,
materiales más importantes para consolidar el nuevo criollo en for- tienen hasta cinco preposiciones, pero ninguno iguala el número de las
mación. que aparecen en sus respectivas lenguas de superestrato.
Hay relativamente poco que decir sobre la morfología de pidgins y Otras distinciones gramaticales ausentes de los pidgins parecen
ctiollos, puesto que la falta de ella es precisamente una de sus caracte- más esenciales para el adecuado funcionamiento ele la lengua, y deben
rísticas más destacadas. La ausencia de una morfología flexiva alta- ser recuperadas en el proceso ele criollización. Habitualmente se recu-
mente desarrollada se solía equiparar con la falta de gramálica, reflejo, rre para ello a formas léx.icas de la lengua de superestrato. A este res-
a su vez, del primitivismo de la lengua y de sus hablantes. La pidgini- pecto hay muchas semejanzas entre los diversos criollos. Así, en los de
zación puede acarrear la pérdida de todos los morfemas ligados, de base inglesa el artículo indefinido suele derivarse del numeral one,
muchos de los libres e incluso de buena parte del vocabulario. Así, po-
demos comparar el yimas o yimaso, lengua hablada en la región de Se-
como en el criollo inglés de Hawai l got one dog en lugar de I got dog ª
pik, en Papúa-Nueva Guinea, con la variedad pidgin de esta lengua o
pidgin yimas, usado en Jos intercambios comerciales entre las tribus. 1. Y asi suct!c..le, efecth:~rnc:nlt:, t!Jl los su~1anti\'O)" y éu..ljc1ivo~ t!Spai'iolcs utiHz.iidOs por d µa!en-
quero y el pap1aruen10. En k1s dos l~nguas se encarga a la SmLa.xi:i, mcd1anlc la adición de ua afiju -ma
Mientras el yimas es una lengua morfológicamente muy compleja, el en palcnquero, '""' en paµiam~nto- l<1 in<lic~ción de plural: palcnqucrn 1110 mea •\'acas•: papiamento
pidgin yimas está enonnemente simplificado: el yimas, por ejemplo, muclurna11 gracio~o .~1nuchacho::;/as gr(lc1ososh1s ... Obs~rvt!Se lc1 fahu d~ corH.:ordanc1().
8. Exac¡an1erl(e l~ual en palenquero y papi::\m~nLo. donde los H1finit1Yos: ~s\n 1· fina.\- \•alen por
hace siete distinciones de tiempo, y el pidgin sólo dos; el yimas distin- vnri.o.s de las fornias llexiona.ci,(ls: p.o.Jenquero n o Jerlé so 'no licn~ eso', 111a11.~°'11b~ cr.fmé ·el g"n"<lo co ~
gue cualro números en su paradigma pronominal (singular, dual [para mi6"; paµian1e1Ho lu ini canui. 'canrzu é'_
LENGUAS PTDGTNS Y CRlOLLAS 207 208 EL LENGUAJE EN LA SOCTEDAD

'tengo un pen-o'; un verbo que significa 'ir' se usa como marcador de Hawai) 'ídem'. Compárese también c.on el criollo portugués ele Malaca,
futuro: l ¡;Q leave orn outside for you por l 1>vill... 'lo sacaré para ti'; el en el que las formas del verbo 1em 'rener' se usan también para posesión
marcador de perfecto es un verbo que significa 'terminar', como en tok y existencia: irmang machu ~ rw nia 'mi hermano e~tá en la calle'; yo
pisin mi toktok pinis [de finish], 'he terminado de hablar', etc.9 ~ irmang machu 'gmgQ un hermano'. [Lo mismo sucede en el palen-
Los interrogativos se componen generalmente de dos elementos: quero de Colombia: ai Le11 eso 1w 'ahí no hay eso'.] 1º
crioJJo de Guyana wisaid ( < which side 'qué parte') 'dónde'; criollo ca- e) Negación preverbal: flongri man 1JQ [negación] de sel [verbo] dan
1von ples (pidgin inglés kru o cravf) 'un hombre hambriento no se sienta
mernnés i-veti11 ( < what thing 'qué cosa') 'qué'; to.k pis in \Manem
en un lugar"; Melabat 11Q [negación] Íiflill1 [verbo] go garram ywnoh (kriol
(< whaL name 'qué nombre') 'qué'. Se ha dicho igualmente que ningún de Australia) 'no podernos ir contigo'. 1 1
criollo muestra diferencias de estructura sintáctica entre preguntas y
aseveraciones: si alguno tiene partículas especiales para las preguntas, Se cree que todos los pidgins y criollos comparten estos y otros ras-
se colocan al final de la oración y son opcionales. En el criollo de Gu- gos, independientemente de su base léxica, lo cual sugiere o relaciones
yana un enunciado como 1 bai di eg dem 'compró los huevos' no mues- genéticas muy amplias o principios universales de desarrollo. No obs-
tra ningún tipo de diferencia formal cuando su estructura es afirma- tante, hay criollos en que tales rasgos no aparecen. Véase, por ejemplo,
tiva (pregunta) o declarativa (aseveración), y la diferencia sólo la ori wa fiki (criollo holandés de Berbice) 'estaba enfetmo', donde la par-
marca la entonación. tícula wa funciona de alguna forma como una cópula, y hemia se wa-
Pero es en el área de la sintaxis donde se han hecho las afirmacio- nem ia? (bislamá) '¿Qué es esto?', donde se (probablemente del francés
nes más audaces sobre la peculiaridad de los criollos. De hecho hace c'est) actúa también como cópula en ciertos contextos. Y algunos ras-
ya algún tiempo los estudiosos notaron, en relación con el criollo de gos son claramente debidos al sustrato, por ejemplo la distinción en el
Jamaica, que las diferencias más llamativas entre las variedades basi- pidgin melanesio de una primera persona de plural y dual incluyente y
lectales v las acrolectales no radicaban tanto en el componente fónico otra excluyente en los pronombres: yumi 'nosotros (hablante + oyente)'
o léxico ~uanto en el gramatical. Aunque la razón aducida por muchos frente a mipela 'nosotros (oyente excluido)'. De modo que mipela go
era que tales peculiaridades gramaticales tenían origen africano, se lle- long taun 'nosotros (exc.) vamos a ir a la ciudad' indicaría que el
gaba a la conclusión de que el criollo jamaicano basilectal no podía ser oyente no va.
considerado simplemente como un dialecto del inglés, sino como una Las gramáticas pidgins tienden a no utilizar herramientas sintácti-
lengua nueva y diferente. cas para la subordinación o la incrustación de unas estrucn.iras en
Entre los rasgos gramaticales [sintácticos] ampliamente comparti- otras. En general no llevan marcas formales para indicar que una
dos por Jos grupos del Atlántico y del Pacífico están los siguientes: parte de la secuencia está subordinada a otra. Las marcas distintivas
de determinadas estructuras, como las oraciones de relativo, aparecen
a) Ausencia de las fo1111as del verbo «lo be» ('ser') o uso de la Ua- más tarde, en la fase de estabilización o desarrollo del pidgin, o surgen
macla «Cópula ceron: De pikni [is] sik (inglés criollo de Jamaica), Pilcinini en el prnceso de c1·iollizaci.ón. Mientras en la mayor parle de los crio-
[is] sik (tok pisin) 'el niño [esta) enfo1mu' f.que asina nu 'que así no fue' Uos no hay pasiva, casi todos tienen oraciones de relativo. El orden de
(palenquero)]. palabras predominante es, con mucho, el de SVO (sujeto-verbo-
b) Uso de la misma palabra para indicar posesión y existencia, por objeto).12
ejemplo gel en la mayor parte de los criollos de base inglesa: ~ 1va1i
wnan we ~ gyal pik1ú (criollo inglés de Guyana) 'h.m!. un hombre 4ue
El rasgo más discutido de la sintaxis criolla es el sistema de marca-
tiene una hermana'; Gel 1van wahine shi w_ 11'an data (criollo inglés de
10 También en porlugué~ y en espailol un mismo verbo (haber o haver) ha ~sumido en algún
momento los dos valores. por lo que es aiín m;l.s normal que dio suceda 011 Jo, cdol\os ligado; ~ osas
9. También d palenque ro y el papiamento e~presan el fururo de Forma ~nal!tica y no sintérica: el
lenguas.
primeTo Tecull'e a la paTlicula lo . de1i,·ada del ponugu~s /ogo "en seguida. inmediatamente' (/o bo muri
l 1. En rc¡¡liclad lo que sucede es l1n cambio en el orden habirual ele la negación. de modo qu~ en
'morirás'): el segundo utdii<> u111. que pant unos procede de estar y para otros de 1m1do 'ír' (i tan ca111á las lenguas en quo va amepiiesia. como<') esp~1~ol. se pospone: palenquero í sabo 110 "yo no sé".
"canl~rl!'), v haber" (ele n c11siuá p/a11da 'ella va a cocinar plát>no.<') En el habl'1 negra de Cuba que. al
t 2. Una vez ffJás los rai;gc1s que se enumeran han sido descrnos en los e.si:asos c1iollos --0 que
rn~nos p;u:A a.Jg11nos auLores. consen•a restos de un criollo prin1Íti\'O, la particu)() vc1 recoge el aspecto ~llPll•~l•menie lo ~011- ligados al cspafiol: "5í, en d habl" •hoza) .. de Cuba s.: daban c.on fwcu~n~1a
.oon1.111geme y la 1er11poralicfad de hnuro (yo va entrd \·oy a entra•') El fewimeno no resultá e.xtraüo a frases como dice iaA:J.iey 1á chiquito o¿ 11111110 die[ tt1 ui olé {i:. robando)~ sin el subonJinanL~ que. de e,sta.
las lcngu;\S de sup~resu·ato, que ~l fin y al cabo c."presan la idea dt! futuro <:on reC\Jr$Cs s~nlejantes ln- misma habla y de! palenque ro se ha dicho expre.sam~n1e que no cono.:en la pasiva. etc.
cJ uso las fo1n1as .sin léuca~ (canNa-.f} ttn?e1'0n, corno se sabe. el mú;mo o:i~en,
LENGUAS PIDGINS Y CRIOLLAS 209
210 EL LENGUAJE. EN LA SOCIEDAD

dores verbales. Ya en el XIX los estudiosos especularon sobre los mar- maca no (Saramaccan) y el sranan o surinamés: me ben sa ego 'habria es-
cadores de tiempo, modo y aspecto compartidos por diversos criollos tado yendo' (sranan).
de bases léxicas diferentes. Muchos han defendido que, aunque tales Los mejores ejemplos del sistema completo tiempo-modo-aspecto
marcadores están léxicamente ligados a la lengua que constituye el su- suelen enconlrarse más en los criollos del Atlántico que en los del Pací-
perestrato, actúan sintáctica y semánticamente corno los marcadores fico, aunque ha habido un notable desarrollo de estos elementos en déca-
preverbales respectivos en las lenguas de susb·ato. das recientes, por ejemplo en tok pisin. Todavía a Finales de los sesenta y
He aquí algunas de las similitudes observables: principios de los setenta el tok pisin era reacio a tener dos partículas en
posición preverbaL pero tal tendencia ha sido abandonada claramente
por algunos hablantes, como ponen de manifiesto los ejeznp.los siguien-
a) L<l forma .~imple del verbo. sin ningún tipo de marcador, vale
tes, en .que se combinan varias partículas: ok, Yll ken bai kisím 'de
para cualquier momento temporal. En el siguiente ejemplo un hablante
acuerdo, puedes cogerlo'; yumi mas bai helpim 'Nosotros (incluyente)
del inglés criollo de la Costa de los Mosquitos, en Nicaragua, está expli-
tendremos que ayudarle'. Las n1zones para estas diferencias entre los
cando cómo cada espíritu de Ja jungla guía a los animales que tiene bajo
criollos atlánticos y los del Pacífico todavía no están claras, pero pueden
su protección para librarlos ele los cazadores: Him a di wma. Him lek
tener que ver con la antigüedad, pueslo que los criollos del Pacífico son
den-1 (111 pul de111 al'! dis wie... die kum an him liiv dem ali hiia an gua de 'Él
relativamente más recientes. No está claro tnmpoco en qué medida con-
es su dueño. Los coge y los pone en el camino adecuado ... ellos vienen y
tribuye la dcscriollización al desarrollo del sistema tiempo-modo·<lS·
él los deja a todos en ese sitio y se marcha'. Todos los verbos se refieren a pccto.
un estado de cosas pennanente. En este otrn ejemplo. sin embargo, los Mientras Ja mayor parte de los criollos tienen partículas preverbales
verbos no marcados se refieren al pasado: Wi liiv from der an kom doun y no 11exión, el holandés de Berbice es el único entre los criollos basilec-
hiir fo srodi 'Nos fuimos de al]( y vinimos aquí y así podíamos estudiar'. tales del Caribe que usa una mezcla de partícula$ preverbales v de sufijos
[Del mismo modo en palenquern la forma simple del ve1·bo -el infinitivo en sus sistema de tiempo-modo-aspecto.
con -r finaJ perdida- expresa valores temporales y modales diversos: la d) Otro ra~go común de la sintaxis criolla es la serialización de los
hende gritá 'la gente grita'; mangombe cwné 'el ganado comió'; a lo que sa- verbos: Jos verbos fonnan seiies o cadenas de dos o más con los mismos
bélo 'quien lo sepa'.] sujetos. Véase im lek im ful kik me (lit. he take foot kick me. 'él coge pie
b) Todos los criollos tienden a tener tres marcado(es: uno parn golpea me') 'me dio una patada' (criollo de Jamaica). Estas series de ver-
tiempo anterior (pasado simple para los estados y pasado anterior a bos se usan para marcar fonciones como dit"ección o instrumento, ma1·-
otro pasado para las acciones), otrn para modo irreal (futuro y condicio- cas que en otras lenguas corren a cargo de los casos o las preposiciones:
nal) y otro para aspecto no puntual (progresivo y habitual). En el caso a ,~.-aka go a wosu (lit. he walk go Lo house, 'él camina va a casa". Ejernplo
del criollo inglés de Hawai, por ejemplo, los marcadores son bi11 (ante- del sranan) 'caminó hacia casa' (dirección); a leke nefi koli a 111eti (lit. he
rior), go (in-eal) y ste (no puntual). como en estos ejemplos: ;\ /tiJ.L.gQ si take knife cut meat, 'él coge el cuchillo corta carne'. Ejemplo del djuka)
Toni abaur ill2. sna1isa da kidz, ae, da haesketbalVl tim, da wan aisle koch 'cortó la carne con un cuchillo' (instrumento).
fo 'B!i a ver a Tony a ver si patrocina a los chicos. eh, el equipo de ba- En realidad se trata de un nuevo caso en que la sintaxis suple las pér-
loncesto, el que estoy entremmdo'; Bambai til ll!moro he go teli teli[on didas acaecidas en otras áreas. En muchos casos los verbos que van en se-
'más tarde. mañana lo llamaré'. f.En el habla uboza.h> de Cuba los marca- rie pueden traducirse al inglés [o al español] mediante un ve1·bo simple, y
dores parecen ser ya (per(ectivo-du.rativo). vá (contingente) y lá (imper- el primero de la serie suele ser come, go, 1ake. etc. En algunas lenguas la
fectivo-durativo).] 13 extensión de las cadenas parece no tener rest1icciones, como ocurre en el
e) Cuando acompaña al verbo más de una partícula, van todas en p.idgin inglés de Nigeria. donde no es raro encontrar tres o más verbos
posición preverbal y en el siguiente orden: tiempo-modo-aspecto. Aun- concatenados: dem come lake night carry di wife, go give di man (lit. they
que en todos los criollos no aparecen todas las comhinaciones, pueden come takc night carry thc \.vife go give the man. 'ellos vienen toman por la
verse ejemplos de este esquema en criollos conservadores. como el sara· noche llevan la esposa van dan al marido') 'viniernn por la noche, se hicie-
ron con la esposa y se la dieron a su marido'.
Es una creencia extendida que la serialización, en los pidgins y c1io·
llos del Allántico, se debe a la.s lenguas africanas que constituyen el sus-
J 3. En palenqucro y papiamenta el sistema es el mismo: unn fo1ma simple nv mal"calla del verbo
trato. panicularmente al gn1po hva. Puede verse el paralelo en ejemplos
(que adoprn la fom1a del infinitivo sin r final, corno he,mos visco)'!' una serie de afijos aspectuales·tem·
poralcs Así, en palenqt1crn se hM n.1 encionado los siguientes: n (terminativo: el a mori ayá "111<1116 allá'): como akaro1na no kyeree akoko no wee ( twi) y di haak kets di tskikin iir ic
(a)se(n) (h~bitual. ro 1111mdo .<e crv·111! 1111 'todos gcnerahnenle no c~ntan'); la}tri. !com:11ua1ivo_ a1á r:u111< (criollo jamaicano) (lit. Lhe hawk caughr the chicken ate, 'el gavilán co-
1>ic1.11da 'están comien<lo plátanos'): ba (imper(ecti\'O pasado: lllll lo qw: >abé /;11 110 1niu{ 'los que ;abfan gió el pollo comió') 'el gavilán cogió el pollo y lo comió'. Compárense.
no vienen'), 1a11 ([uturo: ele 1w11ocú 1a111/;ó ·~1 va" toca1 el tambor").
LENGUAS PIDG!NS Y CRIOLLAS 211 212 EL LENGUAJE EN L>\ SOCIEDAD

también Kóhl so asórr wá dxi (fon) y Jan pran krab <ile nan mache (crio- trato. Aunque a veces se ha dicho que los criollos representan el mí-
llo francés <le Haití) (lit. 'Koku/Juan coger cangrejo ir al mercado')
nimo común denominador de las lenguas fuente, esto no es verdad
'Koku/Juan trajo un cangrejo al mercado'. Del mismo modo. para el Pa-
cífico se ha sugerido la intluencia del sustrato austronésico en las cons- siempre, dado que a veces poseen segmentos que no se encuentran en
lrucciones en serie del tok pisin. Compárense, poi· ejemplo, boro di-rai1- ellas. El sistema consonántico del tok pisin usado por los hablantes
111ate-i (manam) (lit. 'cerdo ellos golpean mucre éste') y oí i kilim in.dai usarufa muestra mucha mayor diversidad que el sistema del usarufa,
pik (tok pisin) (lit. 'ellos golpean muere el cerdo') 'mataron el cerdo'. No tanto en términos de distribución como de inventario. Muchos hablan-
obstante, como se ha dicho, la serialización tiene una <iparición mucho tes de tok pisin, por ejemplo, en concreto los de las zonas altas, tienen
m<'S limitada en el Pacífico y ofrece, presumiblemente, un carácter dife- oclusivas prenasalizadas (por ejemplo ngut 'intestino'). En el sara-
rente. macca o saramacano, criollo inglés hablado por unos 20.000 «Bush-
negroes», negros cimarrones cuyos antepasados huyeron, a finales del
En conjunto la fonología de las lenguas criollas ha sido menos in- XV!J y principios del xvrn, al interior de Surinam desde las plantaciones
vestigada que su sintaxis, y dentro de la fonología es particularmente cercanas a \a costa, muestran las agrnpaciones de oclusivas JkpJ y /gbJ,
escasa 1a información sobre fenómenos suprasegmentales como el conservadas de las lenguas de sustrato. Lo mismo ocurre con algunas
tono, el acento y la entonación. Muchos han comentado que la fonolo- variedades del pidgin inglés del África Occidental.
gía suprasegmental de los criollos atlánticos de base inglesa ha sido in- Los sonidos típicamente ausentes o infrecuentes en las fonologías
fluida por los sistemas tonales de las lenguas africanas de sustrato. El criollas son a menudo los que están ausentes o cambian de estatuto fo-
criollo jamaicano tiene tonos léxicos en unas cuantas parejas mínimas. nológico en las lenguas de sustrato. Así, tanto en el criollo jamaicano
Así, /at/ con tono alto significa 'sombrero' o 'herida', mientras que con como en el tok pisin no existe oposición regular entre los fonemas /p/ y
tono alto descendente significa 'corazón'. La oposición se da también /f/; en tok pisin y en sranan o surinamés no existe la distinción /r/-/1/. 1'5
en /bit/: con tono alto equivale a bit 'trozo', y c:on tono alto descendente Ambas carencias se atribuyen al hecho de que las lenguas de sustrato
a beal 'golpe' o beet 'remolacha'. del criollo jamaicano y del sranan, así como muchas lenguas de Pa-
Como en sintaxis, se necesita una investigación más detallada so- púa-Nueva Guinea carecen de oposición sistemática enire los fonemas
bre los diversos casos particulares antes de extraer conclusiones gene- mencionados.
rales relativas al peso de las tendencias universales frente a la influen- En tok pisin, por ejemplo, se usa /p/ en palabras que derivan de vo-
cia ele\ sustrato. No siempre es posible atribuir el origen de un rasgo a cablos ingleses con fpf, como fp\iv (de pig), /planli/ (de plenty), etc. Pero
una fuente única. Por ~jemplo, señalé más arriba la tendencia a una la /p/ del tok pisin también procede de /f/ inglesa, y entonces se pro-
estruclura s.ilábica simple. La preferencia por sílabas abiertas, termi- nuncia de una de estas tres formas: como el inglés /pf/, como el inglés
nadas en vocales y no en consonantes, puede proceder tanto de ten- /f/ o como /p/. Lo cual significa que algunos hablantes de tok pisin
dencias universales visibles en todas las lcnguas1 4 como de la influen- usan /p/ para todos los usos de /pi y /f/ (por ejemplo, /pik/ para pig o
cia del sustrato. Compárese, por ejemplo. el tok pisin /giraun/ con su /prnt/ para fruit); otros usan /fJ o /pi para palabras que derivan de las
origen inglés ground, la palabra Jfilis/, del criollo holandés de las Islas que tienen /f/ en inglés (por ej., /fruti, /prut/); la mayor parte de los ha-
Vírgenes (Negerholiands), con el holandés vleis, el pidgin inglés de blantes usan /f/ para voces esci·itas con f (/futi para foot).
África Occidental Jsikinl con el inglés skirl, y el criollo jamaicano /raki/ Sin embargo, a la vez que la fonología criolla refleja las presiones
con el inglés talk, o /habi/ con ha ve. del sustrato, actúan también sobre ella las tendencias universales pro-
Muchos esLudiosos han comentado la reducción o el pequeño ta-
rnaño de los inventarios fonológicos de pidgins y criollos cuando se
comparan con las lenguas que constituyen su sustrato o su superes-
1S. Llama la a1ención la fr•cllencia c<Jn que se confunde.n ~sl<.ls fonemas <>n las lenguas criollas
de lodos lo$ odgen.,s. La confusión'" ha documentado también, como era de esperar, en los vincul•dos
con el español, y afecta no sólo a la p<.lsición final de ,fiaba, lo cual no haría sino r<>spondef a la 1enden-
C1a general de muchas hablas españolas, sino también en p<JSicí6n m le11mc~lica: esorái 'eso lo hay' (p<i-
14. La tendenci<.l es muy ~cns(l.da en español. cuyas hablas son proclive$ a altc:rar v supnro1r los lenquero). El fonómeno so h~ a1rib.1ido al s"so-ato africano. lo mismo que 01rns pccuhrui.dade.• fonéli·
gn1pos consonfintko.~ e- indu.i;o ]a~ ccnson~ntcs en fina1 de S.HC1ba. P'énses.e s.i no en la l.:autida<l de can1- cas y fonológicas ajenas al espafiol corno las oclusivas p1·errn.salizadas (111boyo <bollo; lllioló ~ dolor) y,
bios foné1i cos que han af-ec1ado y ~fecia1' ,, esla pnS1c1ón. en general, la abundancia de fonemas nasales. o la velal'izac1ón de r múlliple (l• de l'<l.l"l!, ¡11<rro).
LENGUAS P!DGINS Y CRlOLLAS 2 l3 214 EL LENGUAJE EN Li\ SOCIEDAD

pias de la adquisición de una primera o una segunda lengua, presiones decir, la que se reduce al grupo de fonemas compartidos por todos los
que tenderán a eliminar los sonidos marcados (esto es, los altamente hablantes.
inusuales o que ocmTen con muy poca frecuencia) y a reducir el nú- En principio quien habla con fluidez el tok pisin y el inglés tiene a
mero total de oposiciones fonológicas. Podemos observar, por ejemplo, su disposición el inventario fonológico completo de esta lengua cuando
la repugnancia general hacia las fricativas (sonidos como f) y las afri- habla tok pisin. Debido a la exposición c1·ecien.te al inglés, donde fun-
cadas (sonidos como la ch de chicharro) en los inventarios fonológicos cionan significativamente oposiciones como /p/-/f/, /r/-/1/, los hablantes
del pidgin. Y es que las fricativas están más «marcadas» que las oclusi- están comenzando a remodelar las fonnas del tok pisin sobre patrones
vas como p, de modo que la presencia de aquéllas en una lengua presu- ingleses. Es la dimensión fonológica ele la descriolli.zación, en yjrtud de
pone la de éstas.16 Éste es un buen ejemplo de cómo la influencia del la cual se están introduciendo nuevas distinciones fonológicas, sobre
sustrato y las Lcndencias universales pueden converger en una solu- todo en el tok pisin hablado por los jóvenes de las áreas urbanas. Al
ción común. Sin embargo, la ausencia de otros sonidos puede deberse mismo tiempo, en las áreas rurales, se empie?.a a desarrollar un intere-
a la acción del supereslrato. Por ejemplo, el hecho de que /hJ esté en sante fenómeno, también motivado por la exposición al inglés, pero
general ausente del criollo jamaicano y del tok pisin se debe probable- que tiene el efecto contrario: algunos hablantes rurales jóvenes dicen
mente a la omisión variable de /b/ inicial en variedades no estándar del ahora /fik/ en lugar de /pikl (de pig) y /fikinini/ en lugar de /pikinini/. Se
inglés a las que los criollos están expuestos. En otros aspectos los crio- trata del fenómeno conocido como "hipercorrección», ya mencionado
llos han sido conservadores a Ja hora de preservar los esquemas fono- en el capítulo 3 a propósito del comportamieMo sociolingüístico, parli-
lógicos encontrados en la Jengua <le superestrato durante la formación culatmentc frecuente en mujeres jóvenes de clase media baja, que con-
del criollo. Por ejemplo, en el criollo jamaicano la pronunciación de /k/ siste en producir mayor número de formas estándar que las clases me-
y /g/ de la forma en que aparece en /kyar/ (de car) y /gwain/ (de going) dias que constituyen el modelo normativo. De todos modos el caso del
era habitual en algunas de las variedades del inglés británico llevado a tok pisin es de alguna manera diferente. Los hablantes rurales mencio-
Jamaica en el siglo XVUI ly en el papiamerno, y quizá en el palenquero, nados saben que donde ellos tienen formas que empiezan por /p/ mu-
se conserva la h- procedente de f~ que luego desapareció del español es- chas veces los hablantes de inglés pronuncian /f/, pero no conocen el in-
tándar]. glés lo suficientemente bien como para manctar correctamente la dis-
Los pidgins y ciiollos no tienen un solo sistema fonológico, dado tribución de ambos fonemas. Así, al intentar corregir su uso de /p/ por
que la fonología es el componente menos estable en los pidgins que ya /f/ van más allá de lo debido y producen formas que no existen en in-
han estabilizado todos los demás. Como he señalado, la variabilidad glés. Esta clase de comportamiento [al que acabamos llamando ultraco-
fonológica puede deberse tanto a las influencias del sustrato y/o del su- rrección para distinguirlo de la hipercorrección] se da también en in-
perestrnto como a tendencias universales. pero se ve también afectada glés, y probablemente en la mayoría de los casos en que entran en con-
por factores externos, corno la educación, el sexo, la edad, la forma en tacto dos variedades que difieren en prestigio. Ya dijimos que en
que se adquiere la lengua, etc. Esto significa que se encuentran pro- Brooklyn, por ejemplo, se oye el incorrecto terlet por el estándar toilet,
mmciaciones distintas para las mismas palabras incluso en grupos pe- debido al cambio estigmatizado pero habitual de /er/ por /oi/ en secuen-
queños de hablantes. El desarrollo de un pidgin suele suponer un in- cias corno thirty-rhird street, pronunciado toity toid... [y que en español
cremento continuo de las distinciones fonológicas. Durante la descrio- son frecuentes los incorrectos Bilbado, bacalada en hahlantes conscien-
llización, cuando el superestrato ejerce presión sobre el criollo, el tes de la caída de Id/ intervocálica, pero desconocedores de su distribu-
sistema fonológico de éste puede mezclarse parcialmente con el de ción exacta].
aquél. Así, la fonología de c<:ida hablante de tok pisin varía desde la
ampliamente coincidente con la inglesa hasta la de los que tienen sólo
lo que algunos han llamado «fonología nuclear» (core phonology), es Vocabulario

Por lo que se refiere al léxico de pi<lgins y criollos, pueden hacerse


al menos dos observaciones generales. Una es la existencia de elemen-
tos náuticos comunes, lo que no resulra sorprendente, dado que la ma-
16 En efecto, hay muchas lenguas que tienen /pi pcm carecen de /f/. prn ejemplo. en nuestro en· yor parte de los pi<lgins y criollos se ubican en ámbitos marinos. Otra
con10 cercano. el ""seo.
LENGUAS PTDGINS Y CRIOLLAS 215 216 E L LE~GUJ\JE E:N LA SOCIEDAD

es la presencia de un núcleo común de palabras compartidas por pid- porado mayor número de vocablos ingleses. Compárese el número me-
gins y criollos que no tienen relación enlre sí. Algunas de ellas sonpiki- dio de piezas léxicas que tiene l!n hablante de una lengua normal
nini 'chico', 'nii'lo' L< porlugués pequeno o pequeninho; español pe- como el inglés, en tre veinticinco y treinta mil, con el de un hablante
qi1eño, peqi1e11ín(o)], que se encuentra en el c1iollo jamaicano, tok pi- medio del tok pisin, 1.500. Sin embargo, esas 1..500 palabras se pueden
sin y muchos otros, y save (< espaüol saber, portugués sabir), combinar en las frases suficientes como para decir en esta lengua lo
documentado en Lok pisin y en la mayo1· parte de los crio1los atlánti- que pueda ser dicho en inglés o en c ualquier olra. De modo que no hay
cos. Este último lérmino ha pasado al inglés más general (he has a lot reducción en los dominios semánLicos cubiertos por un pidgin, sino
of business savvy 'tiene una gran vista para los negocios'). sólo en el número de p iezas .léxicas usadas para recub1irlos.
Los pidgins y criollos generalmente toman al menos el 80 % o más Así, la reducción en el número de vocablos no simplifica, por sí
de su vocabulario de la lengua que les sirve de supereslralo. Así, el misma, una lengua. aunque implics, evidentemente, ciertos aj ustes en
criollo holandés ele las lslas Vírgenes (Negerhollands) tiene a1 menos la estruclura léxica, ajustes que pueden hacer que una lengua sea más
el 84 % de su vocabulario derivado del holandés, el 7,5 % del inglés, el regulat; como quedó ilustrado más arriba al hablar dcJ género. Cada
2 % de las lenguas ibéricas, el J .4 % del danés y el 5 % de lenguas afri- uno de los vocablos de los pidgins cubre en principio un dominio se-
canas.17 Estas eslim<lciones eslán basadas en 1.300 palabras recogidas mántico más amp]jo que el m ismo vocablo en la lengua base. Por
en la década de los veinte. El elernenlo africano parece compartido por ejemplo, el tok pisin usa pisin (del inglés pigeon 'pnloma') pa ra 'pájaro',
otras lenguas de la región: bukra rhombre blanco'(< lv,;i, efik o cala bar, lo cual, desde el punto de vista hi.stóri.co, representa una extensión de
ibo mbakara) (cfr. también el criollo jamaicano) y funtji 'plalo de ha- la referencia, es decir. la conversión de un término especifico en más
rina de cereales'. genérico.
Por comparar con el tok pisin. éste se estima que tiene del 11 al Debido al reducido inventario de piezas que poseen, los pidgins
20 % de su vocabulaiio derivado de lenguas indígenas como el tolaí o asocian diferentes informaciones gramaticales con los mismos ele-
cuanúa, hablado en Nueva Bretaña. Hay también palabras del malayo, mentos semánticos y fonológicos. A esto suele llamárselc «multifun-
como binatang 'insecto'; al menos el 5 % procede del alemán, aunque cionalidad», es decir, uso del mismo itcm léxico para más de una fun-
mucbos de estos vocablos ahora son arcaicos y han sido reemplazados ción gramatical. Por ejemplo, el tok pisin askim pued e ser nombre o
por los ingleses correspondienlcs. No siempre es posible asignar las verbo: Mi gac wan.pela askim (lil. 'Lengo una pregunla'). Mi laik askim
piezas léxicas a una fuenle inequívoca: el tok pi sin gaden, por ejemplo, em, 'quiero preguntarle'. El uso del mismo elemento léxico en un nú-
puede proceder del alemán Garlen y del inglés garden, y lo mismo pasa mero de f-unciones gramaticales diferentes coutribuye a la simplicidad
con bel 'estómago'. derivado del inglés belly o del tolai bala. Con fre- de la entrada léxica, pero viola el principio de «un.a forma equivale a
cuencia en el léxico de pidgi.ns y criollos se encuentran los restos de un significado», a menudo citado como caraclerístico de pidgins y
falsos análisis, como bow and arroiv 'a1·co y flecha', convertido en una criollos. La rnultifuncíonalidad lambién arroja dudas sobre la medida
pieza única, bunara. (Compárese también trausel, de tortoiseshell 'con- en que las categorías tradicionales (nombre, verbo, etc.) son aplicables
cha de tonuga'.) Eslas formas fundidas persisten parcialmente debido a los criollos.
a la falta de acceso a los modelos de corrección. Como consecuencia de la reducción fonológica, los pidgins ríenen
El número de piezas léxicas de un pidgin es altamente restringido. asimismo un buen número de fonnas homonímícas, es decir, de pala-
Se estima que oscilan entre 300 y 1 .500 palabras, dependiendo de la bras con un c ierto número de significados distintos, sí bien el fenó-
meno raramente lleva a la ambigüedad, puesto que los significados en
lengua de que se trate. En el caso de la generación joven de hablantes
cuestión suelen ser muy diferentes: así en tok pis in sip puede equivaler
de Lok pisin, por ejemplo, parece que maneja alrededor de 800 pala-
a sheep 'oveja', ship 'ba rco' o jeep, de modo que lo nonnal es que el con-
bras en las áreas rurnJes y de 2.500 en las u1·banas, donde se han incor-
texto admita sólo una interpretación.
Es evidente que habrá lagunas en el léxico ele un pidgin. sobre todo
en los primeros estadios de su desarrollo, lagunas que pueden ser su-
plidas mediante préstamos o circunloquios. Sólo en una etapa más tar-
17. En nom "nLcrior han queJado expu.:sros los p()rcenl<1jes lt'x1cos <.Id p~pi amemo. No dis- día el pidgin desarrolla in ternamente formas productivas de extender
pongo de cifras precisa~ p11ra rl p~lenquero, pe1 o su acervo léxico esu\ formado nwyo1i\armm~n1e por el vocabulario. El circunloquio es una estrategia p01· la que la sintaxis
p3labrns i:spañola.s:. "'las: qui! se añ"<lt::n alguna.<; pcrvjvencias portugt1es;1s y sub:;ahati..(1.né:'l~
LENGUAS Pl.DGJNS Y CRIOLLAS 217
218 EL LE1'<GlJAJE EJ'-J LA SOCIEDAD

suple la falta de los procesos morfológicos productivos que usaría para Cl!Al)RO 6.1. Cwnpo conceprua/ expresado poi· el tok písin grns, comparado
formar palabras la lengua lexificadora, es decir, aquélla en la que se con el 1varapic o varapú.
basa el pidgin o el criollo.
Tok P1~i11 f nglés [Esµañof Wampll
Los europeos se apresuraron en el pasado a citar las circunlocucio-
nes y perífrasis como un argumento definitivo para demostrar la ina- gras ha ir pelo, vello pei
decuación de los pidgins. Una de las más socoJTidas era la que usaba gras bilong fes beard barba
para 'piano' el pidgin melanesio: big fellow bokkes. suppose missis he mausgra.s nJOUStadie bigote
gras antap long ai eyebrow ceja
fight him, he cry loo mucl1. 'la caja grande, que si la mujer europea la gr.is bilong pisin bird's fealhcr pluma ndru pei
golpea, grica mucho'. Es posible gue tal descripción fuera usada en el gras bilong <log <log's fur piel de pen-o naki pei
primer encuentro con un piano, pero es tambi.én altameme improba- gras nogut weed mala hierba]
ble que perdurara. Seguramente son frecuentes las peiifrasis ocasiona-
les, creadas para salir del paso, como ésta para 'eructo', documentada
en bislamá: oli pulwn win afta sakem bakegen 'respiran aire y después
lo echan otra vez'; pero una vez que la innovación ha arraigado y es
coherente desde el punto de vista conceptual, puesto que comiene ele-
usada, adopta una forma convencional más corta. lnicialmente tales
mentos entre los que normalmente no vemos semejanzas. En tok pisin,
innovaci.ones eran en realidad descripciones que más tarde, en res-
por contra, hay una especie de relación icónica entre tales element_os,
puesta a las demandas de una comunicación eficiente, adoptan formas visible en el hecho de que hayan sido codificados mediante com;truc-
más económicas en boca de los hablantes y se estabilizan. A medida ciones que contienen gras. En otras palabras, esos téiminos, en tok p i-
que el léxico se expande, los compuestos pesados y las expresiones pe- sin, son motivados, mientras que en inglés [y en español] son arbitra-
rifrásticas van desapareciendo: el lok pisin kot bilong ren 'impermea- rios. Esto represent<l una buena ilustración de Jo que se llama <dconici-
ble' [lit. 'abrigo de la lluvia'] es ahora kotren o renkot, y bel bilong mi dad diagramátican , es decit~ una disposición sistemática de signos,
hat (lit. 'el estómago de mí eSlá caliente', es decir, 'tengo hambre') es ninguno de los cuales se parece a su referente, pero cuyas relaciones
ahora mi belhat. Todo ello motivado por el deseo de dar una expresión mutuas reflejan las de sus referentes. Así, podríamos decir que cés-
reducida a los conceptos más habituaJes. ped tiene la misma relación con el suelo o la tierrn que las plumas tie-
Como consecuencia directa de su reducido vocabulario, los pidgins nen con el pájaro, la barba con Ja cara, e tc. En este dominio semán-
y criollos muestran un alto grado de molivación y transparencia en sus tico concreto la solución al problema de la codificación léxica viene
compuestos. Muchos aspectos del léxico y la gramática del tok pisi.n reforzada por la existencia de un sistema similar en las lenguas indí-
reflejan una orientación semántica básicamente no europea, mientras genas.
que otros aspectos responden a los principios universales que detenni- En efecto, muchas de las lenguas de Papúa-Nueva Guinea, austro-
nan la regularidad en la codificación de Las categorías gramaticales y nésicas o no, tienen el mismo vocablo para 'pluma' y para 'pelo'. A me-
de las distinciones léxicas. En ciertas áreas del vocabulario vemos una nudo se incluyen 'piel' y 'hoja' en el alcance referencial del mismo tér-
conjugación de ambos factores. Por ejemplo, el cuadro 6.1 ilustra mino. En warapu , se usa una sola palabra para 'pelo de la cabeza' y
una serie de conceplos que en tok pisin se expresan mediante términos para 'hoja'. La misma palabra en warapu también significa 'vello', 'piel'
que contienen ia palabra gras (del inglés grass 'césped'): 'pelo de la ca- y 'plumas', corno vimos en e.l cuadro 6. t. Lo mismo sucede en karam,
beza', 'vello'. 'piel', 'plumas', 'bigote'; se comparan, además, con lo que lengua el.e las zonas altas de Nueva Guinea . Tal distribución de domi-
ocurre en warapu o varapú, lengua no austronésica hablada en Papúa- nios no es infrecuente en las lenguas austronésicas de Nueva Guinea,
Nueva Guinea noroccidenlal pero en las no austronésicas es más no1mal tener urn1 palabra sólo parn
'E\ hecho de que significados tales corno 'césped', 'barba', 'pluma' y todas las clases de pelo y otr a distinta para 'hoja'. Ahora podemos ver
'rn<ila hierba' se expresen en inglés [y en español] mediante palabras cómo el tok pisin sirve pam canalizar la intToducción de un sistem<1
independientes y no relacionadas entre sí es un indicio de su mayor conceptual ajeno en otro nativo, a la vez que constituye un medio de ex-
grado de lexicalización, es decir, de la ex.islencia de palabras completa- presión simplificado que contribuye a eliminar o a reducir drástica-
mente diferentes para cosas distintas. Nótese de paso que los hablan- mente las complejidades gramaticales de otras len.guas.
tes de inglés [o de español] no consideraríamos que éste es un campo
LENGUAS PlDGlNS Y CRIOLLAS 219 220 EL LENGUAJE EN LA SOCLEDAD

Hay, por otra parte, una relación inversa entre el desarrollo léxico un nivel, cierta econom(a sobre la perífrasis maiis!ai bilong pot 'bocaJojo
de una lengua y la iconicidad de su gramática. Ahora se están usando del puchero', pero en otro esta solución lleva a la complejidad. El precio
cada vez con más Erecuenci.a términos ingleses como feda [ = feath.er que hay que pagar cuando un concepto está tor.almente lexicalizado es
'pluma'], especialmente entre la juventud urbana, que está expan- que tiene que ser aprendido por completo como una unidad nueva.
diendo rápidamente el vocabulario del tok pisin. En tales casos los
préstamos del inglés hacen la estructura léxica del tok pisin más irre-
gular y compleja. Pidgins y criollos en su contexto sodaJ
Determinados nombres para las partes del cuerpo, como ai 'ojo' y
maus 'boca' se emplean corno metáforas tanto en tok pisin como en el Aunque tienen un amplio uso entre la mayoria de la población. la
pidgin de Camerún. Por ejemplo, el tok pisin Liene aipas 'ciego' (de eye mayor parte de los pidgins y criollos no han gozado, en toda su historia,
'ojo' +clase 'ceITado'), y el pidgin camerunés lolcai; en tok pisin existe de ningún tipo de reconocimiento oficial en los países donde se hablan.
también muuspas 'callado' [de 'boca cerrada'], yaupas 'sordo' (de ear En el área del Pacífico, por ejemplo, sólo el tok pisin y el bislaroá han te-
'oído' + close 'cerrado'), ai lJilong sua 'boca de una úlcera, ai bilon.g bo- nido tal reconocimiento. El lok p isin, hablado por más de la mitad de los
to! 'tapón de unn botella', ai bilong kolconas, 'hueco de un cocotero'. tres millones y medio de personas que constituyen la población del país,
Evidentemente, otras lenguas como el inglés o el español también tienen es de facto la lengua oficial de Papúa-Nueva Guinea, pero el inglés es el
extensiones metafóricas de las partes del cuerpo (ojo del huracán., ojo de instrumento oficial de la educación escolar. Existe también otra lengua
la aguja, cabez.a de ajo, boca de la núna). pero eJ hecho de que en ellas pidgi.n, basada en la lengua indígena motu, el h i ri motu ( «molu del co-
haya muchos más tém)inos arbilrarios corno ciego, sordo, mudo para mercio»), que comparte con el rok pisin el caráct1::i- de lengua o ficial de
significados fonnalmentc motivados en tok pisin constituye un indicio facto . En la práctica esto significa que e! hiri motu y el tok pisin pueden
del mayor grado de lexicalización del español o el inglés. usarse en la House of Assembly, la principal cámara legislativa del país,
Hay otro proceso general de gramaticalización que está probable- y que la mayor parte de los negocios se gcsLionan en tok pisin, Ja lengua
mente actuando también. Las partes del cuerpo constituyen la fuente más ampliamente compartida por quienes se dedican a ellos.
más importante para la creación de conceptos espaciales en el len- El bislamá es reconocido por la constitución de Vanuatu corno la
guaje. Así, las preposiciones y posposiciones que expresan situación lengua nacional del pafs, pero, paradójicamente, está prohibido en las
están, en muchas lenguas, emparentadas con los términos que desig- escuelas. Vanuatu debe de ser ser el ú nico pa ís del mundo que prohíbe
nan las partes del cuerpo, o se de1ivan de ellos. Por ejemplo, las pala- el uso de su lengua nacional. El inglés y el francés, lenguas de los p 1i-
bras para 'boca' y 'ojo' son con frecuencia habilitadas para expresar la mitivos poderes coloniales, son todavía las lenguas oficia les de la edu-
dimensión espacial de 'frente', 'cnfrenLe', 'delante'. En Lok pisin sanaµ cación. Aunque el kriol australiano no goza de estaluto oficial, ha sido
long ai bilong ol significa 'ponerse delante de Lodo el mundo'. Del usado en programas de educación bilingüe aplicados a cierLas zonas
mismo modo, la palabra para 'cabeza' sirve en muchas lenguas para la de Australia. Muchos lingüistas del Cari be y del Pacífico han luchado
dimensión de 'encima' o 'delante', La que significa 'espalda' se aplica para que pidgins y criollos incrementen su estatus y avancen en su
para decir 'detrás', y las 'nalgas' o el 'ano' se habilitan para 'debajo'. En normalización. de modo que puedan ser usados con fines educativos,
tok pisin, por ejemplo, tenemos as bilon.g diwai!flatw 'la base del ár- pero los gobiernos respectivos suelen hacer caso omiso de estas pre-
bol/de la flor', y asples 'el lugar de origen de una persona' y a.s bilong Lensiones y prefieren continuar con el legado colonial y usar la lengt1a
kros 'la razón/causa de la cólera', ejemplo este que mueslra una exten- metropolitana ya instalada en el pais. El criollo ele Hair.í, de base fran-
sión metafórica desde el dominio concreto de las panes del cuerpo a cesa, es el único que p arece haber recibido una atención 5eria por
un concepto más abstracto que no tiene la dimensión espacial literal parte de los encargados de la planificación gubernamenta J. 18
de 'parte más baja' o 'debajo de'.
Los usos metafóricos descritos son un importante instrnmento con ! S. El papiamen1 0, pc'e ol proceso µ rog1·csivo de desc1inlliwción <kb1do" la in fluencia dei espa-
que cuentan los pidgins y criollos para ampliar su restringido vocabula- ilo) y ahcr~ del inglés, ha concc1do dosel.o amigue un cieno cultivo Jitera1io, plasm,do en periódicos,
poesías_, ~uenios, ~ incluso graniálica.s y dic:donados. Y a en 184 3 .~~ ~di t 3ro n C:<lfLillas c.~rolares en p:1.
rio con medios sintácticos limitados. Los préstamos del inglés, sin em- pic:,mento, y deJ ª•'º.'i lg\lknlC ">e conscn·a una lra.ducdó n Jd E \1ang.dio de s~m. Mi.\\CO. N~;..\(I. p~rec i<lO
bargo, amenazan con romper la unidad de un gran número de campos sucede i.:on el palenquel'o. al que incluso hasla. fecha muy r~c ientt.' s~ !e url n<tgado el e~ ~ ~)luln Lll" lengua
c.no1b, confundido con Las vaneda.des lnás o rnenos peculian:s 1..kl ~sp~f\ol de \a zona.
conceptuales ligados por esas metáforas. El préstamo lid representa, en
LENGUAS PIDGTNS Y CR!OLU..S 221 222 EL LENGUAJE El'< LA SOCIEDAD

El bajo estatuto de esas lenguas se debe generalmente a que no son larmente a través de la influencia de Estados Unidos, que las anexionó
consideradas como lenguas plenas, sino como versiones bastardas y poco tiempo después de que los intereses de los colonos consiguieran
corruptas de otra lengua. Todavía en 1986 el Times Higher Educational derriba1· la monarquía hawaiana en 1893. El criollo no se ha usado
Su.pplement del 17 de enero incluía un reportaje de un periódico de nunca en el ámbito educativo y el Department of Education local ha
Ghana que lamentaba el uso del pidgin de base inglesa en los campus hecho campaña activa contra él durante muchos años, en un esfuerzo
universita1ios ghaneses y recomendaba que se tomaran severas medi- por erradicarlo por complelo. Este criollo no cuenta con ortogra fía ni
das para evitarlo. El roportaje señala que en ningún otro país sus fu tu- va1iedad estándar oEicial. No obstante, algunos escri tores han in ten-
ros líderes hablan «una mezcolanza en que todos los tiempos verbales tado usar este criollo para componer poesía, cuentos cortos y obras
se usan al azar, y las palabras se toman de aquí y de allá y se ensartan dramáticas.
sin orden ni concierto». Todos estos géneros exis ten Lambién en tok pisin, pero además esLa
La m ayoría de los pidgins y criollos carecen de escrilLtra y, por lengua cuenta con versiones del Viejo y Nuevo Tes tamento, u na revista
Lanto, no están normalizados, lo que alimenta la idea popular de que semanal con viñetas, anuncios, etc., y otros tipos de materiales impre-
no son «verdaderas» lenguas. Los pocos que, como el tok pisin, han sos. El anuncio de la figura 6.1 es un buen ej emplo de cómo el tok pi-
sido dotados de escritura y someLidos a algún tipo de normalización, sin se usa en los medios de comunicación de forma creativa. El eslo-
sirvieron en principio de instrnmenro para el proselitismo de los mi- gan dice literalmente «It bone belong me straighl», expresi.ón colo-
sioneros. Muchos de los que intentaron crear ortografías para Jos crio- quial que sign ifica que el producto en cuestión es juslo la cosa que
llos partían de la base de que estaban manejando una versión del in- siJve como fundamento (bun) de una buena dieta. En su sentido literal
glés o de otra lengua europea, con lo que los sistemas de escril'Ura re- bun, la palabra con la que se juega, significa 'hueso' o 'esqueleto', de
sultanLes, al Lransparenlar sus semejanzas con el modelo, hicieron un modo que, por ejemplo, un bun nating (de bone nothing, lit. 'una nada
flaco favor a los criollos, puesto que acentuaron la tmpresión de que ósea') es una persona muy delgada. El tok pisin se oye también por la
éstos eran variantes inferiores y graciosas de las lenguas europeas. radio y los m isioneros lo usaron durante muchos a ños coo fines edu-
Con frecuencia la alfabetización en criollo se promovió para que calivos, y se usa todavía en algunas escuelas financiadas por la Iglesia.
sirviera de puente a la posterior en la lengua europea correspondicnle, Aunque la mayoría de los autores clásicos de la naciente literatura de
lo que acentuaba la importancia de usar una ortografía que subrayara Papúa-Nueva Guinea h<ln escrito en inglés, hay algunas obras de crea-
las semejanzas con dicha lengua y no disfrazara ru distorsionara las ción en tok p isin, en forma de poemas y obras de teatro.
conexiones etimológicas. Por ejemplo, en una de las ortografías pro- El poema que sigue fue compuesto en el criollo inglés de Hawai
pueslas para el criollo de base francesa hablado en la República Domi- por Josepb Balaz, escritor local autor de Ramrod, una publicación de
nicana, «hoy estoy enfermo» se escribiría zordi mwe malad, mientras carácter literario. «Da History of Pigeon » («La historia de la paloma» )
que en francés sería aujourd'h ui je suis malade. La forma mwe 'yo' de loma su punlo de parLida de lo que llam a la asociación «fónica » entre
arriba es la equivalente al francés je, y eslá tomada de la fonna tónica el término lingüís tico pidgin y el nombre pigeon «paloma» .19 El poema
francesa de primera persona, que en francés se escribe rnoi. Pues bien, se escribió para su presentación oral en un coloquio sobre pidgins y
mucha gente se opuso a que en criollo se escribiera mwe, reílejo de la criollos celebrado en la Universidad de Hawai en Manoa (Honolulú),
pronunciación real, porque oscurecía su procedencia. en 1986.
Parn dar una idea de lo va1iados que pueden ser los usos de un pid-
gin o un criollo, podemos comparar dos de la zona del Pacífico que di- Da History of Pigeon (in phonic associalion to p idgin)
fiei·en completamenle en sus funciones: el tok pisin y el criollo inglés
de Hawai. ÉsLe constituye probablemente la primera lengua de la ma- [la historia de la paloma (asociación fónica de Jl~ Y ~]
yoría de los niños de Hawai, pero no tiene reconocimiento oficial. Sur-
gió en las plantaciones de azúcar, adonde se imporlaron trabajadores
de muchas nacionalidades diferentes - sobre Lodo ja poneses, chinos y
19. El-a\\tor tlel peen'" iuega copstan1einente c.on los dos significatlos Je una íornu1 imposíhle tle
filipinos- y, por tanto, de .lenguas también diferen tes. Es tá mucho 1n1ducir, lo que, unido a la ambigüedad inherente a la µoc,;fa, huce que d frag1m:n10 res.die poco coro-
más descriollizado que el tok pisin debido a que las Islas Hawai han pn:nsible parad l<:~tor español. En l(>do caso, la ide~ i:en trnl es 111 que Rotname sei\íl la más ~bajo: 111 co-
mu>l16n del pitlgin con la nflluralen y S\I tlifl1sión imposible tle cl~tener. Por cierto, la pal;1bra inglesa
adquirido un tono metropolitano más intenso y más rápido, parlicu- pi¡;eo11 C$ precisamem<' una cl ~ las vari~s c Limologfos µropL1~sca,; pa1·a pir/gi.11 .
LENGUAS PlDGINS Y CRfüLl.AS 223 224 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Like different kind words, da world was full of different kind birds: tar casi cualquier forma átona pronominal de tercera persona [lo, la,
ye!low birds, blue birds, red birds, love birds-and den carne da pigeon. los, las, le, les]. Se reflejan también algunos rasgos sintácticos específi-
[Como las palabras de di(ererlles clases, el mundo estaba lleno de pájaros de cos, como el uso de wen (del inglés went [pretérito de 'ir']) para marcar
clases diferenles: pd¡aros amarillos, pájaros azules, pájaros rojos, pájaros
de amor (periqi1i1as} -y despi1és vino la paloma (o el pidgin}.]
el pasado simple, como en wen conquer 'conquistaron'. La construc-
Da hislot)' of da word pigcon is Ji' dfa-Wcn da Frencb-spcaking No1·- ción for gel moa pigeon es también característica: ya otros criollos de
mans wcn conyuer England in da year len-six-six, dey wen bi-íng along base inglesa usan fa r donde el inglés usada to o in arder co [ «para + in-
wit dem da word pigeon, for da typc of bird it was. Da resident Anglo-Sa- finitivo»]. Otro rasgo es el uso de get en construcciones existenciales:
xons used da worcl dove, or D-U-F-E. as <ley used to spell'Ltm, to mean <la get pigeon by da zoo 'hay palomas en el zoo'. Esta frase también ilustra
samc bird. [La hisloria de la pa!J1bra «piReon» («paloma., pero lambién la falta de marcador de plmal, con \o que e\ ténnino para 'palomas',
«pidgir-1») es ésta: Cuando los normandos, qiie hablaban francés, conquis- pigeons, y el nombre de la lengua , pidgin, suenan igual; ello permite
taron lnglaterra e11 el año 1066, llevaron con ellos la palabra «pigeon» pw-a a Balaz jugar humo1ísticamente con las palabras y señalar que pa-
este pá(aro. Lo~- anglosajones usaban la pal.abra «dove», o «D-U-F-E" , lomas y pidgin están por todas p artes y es imposible librarse de
corno elfos so/fan delelrearla, para significar el mism.o pájaro.J
ambos. 20
Il jusi so happcncd dat tetms in Norman-french wen blend wit Oid
English sentence struclurc, Lo form what we know as Middle English. [n
Otros escrilores se han enfrentado a problemas simi.lares a los de
da process, da French word became da one dat rcfcrrcd to da pigcon as Balaz en otros lugares, por ejemplo en Sierra Leona. Allí Thomas Dec-
foo<l. Today in England, if you look [or dem, you can find recipes for pi- ker tradujo al crío e l Julius Caesar de Shakespeare, con el fin de pro-
geon pie. [Sucedió que los lénninos del /iw1cés 1wrma11do se me-¿clarrm mocionar el uso de esta lengua para actividades serias y prestigiosas.
co11 el inglés antiguo para formar lo que conocemos como inglés 1nedio. En La representación de la obra por la National Thea tre League anunció
este proceso, la palabra francesa pasó a referirse a la paloma como ali- el nacimiento del drama en crío, a cuyo desarrollo contribuyeron crea-
mento. lloy en /ng,laterra, si las bi1scas, atín puedes encontrar recetas de ciones posteriores, que ya no eran traducciones sino trabajos o rigina-
rias/e/ de paloma.] les sobre temas locales. La falta de un sistema ortográfico aceptado
Food fo1- taught, eh-Even back den, da word pigeon wen b!end with por todos es, sin embargo, todavía un obstáculo para dramaturgos y
pigcon for get sorne moa pigeon. [Tema para la reflexión ílit. tlfirnen10 actores .
para pe.nsarl eh -incluso en aquel cntol'lces, «palonian se mezcló con pa-
loma (o pidgi11) para producir más paloma (o pidgin) .]
So now days gel pigcon by da zoo-gel pigeon on da beach-ge1 pigeon
in town--get pigcon in coups-and no ma<lda wat anybody 11)' do, <ley can- Bibliografía anotada
not gel ri<l or pigeon-I guess wit such a wide blue sky, everytjng dcsc1-ves
to fJy. [Así que l10_v d{a hay palomas (o pidgin) en el zoo - hay palomas (o Exislen varias panorámicas recientes sobre el tema; por ejemplo, los <los
pidgin} en la playa - hay palomas (o pidgin) en la cii1dad - hay palomas (o volúmenes de John Holm, Pidgin and Creo/e Langiiages (Cambridge: Cambridge
pidgin) en los palomares - y no imporla lo que hagan, no pi1eden librnrse de University Press, 1989): el ptimer volumen es una visión <le conjunto sobre teo-
las palomas (o del pidgin) - s11pongo qi~e con tan amplio cielo azul, todo ría y estructura, mientras el segundo incluye una muestra de textos y una breve
merece volar.] descripción de esas lenguas. Una bibliografía general, ahora ya algo desfasada,

Balaz trata de reflejar en la escritura un cierto númern de rasgos


20. 8 lec1or de lengua española puede hacerse u na idea del ••.spec10" general de lln criollo a 1ra-
fónicos específicos del criollo de Hawai; por ejemplo, la pronunciación '"'s de esta breve mues ira, que es rnmscripción de un rela10 o .-al:
de th como algo cercano ad o t, según puede verse en da «Lhe», dis • Hislória di una mám.a ku jtí. Un d ía taba 1rn un mama ku su jú, i nan taba ta masha póber. E
«this», den «then>>, dey «they», dem «them», dat «that» , wit «With», táta taba la p1skadó, i 1ur dla k'<! bín fe Jaman, e máma 1.::i·~ m:\nd'e jú bá; h<ndé piská.•
taught «thought», everyting «everything», lo que ilustra la tendencia a (His1orif, de una madre y s11 h ijo. Habla 1nu, ve!""ª "'adte y su IH¡o y el'an rlll<)' pob res . El pa-
dre era pesc-ador, y lodos los d fa.s que venía del mar, la. 111adre enviaba al hijo 11 vrnder ¡;escado.)
que las mc::i.tLvas interdentales del inglés se conviertan en oclusivas en
Entre los rnsgo.s ya mencionados que aquf apal'ecen podemos destacar: l) L• expresión del asp~cto
criollo. Grafías como moa [por more] y madda [por matter] indican median te la comb inación de la palabra 1a b11. (derivad~ a~ eswba) .Y el \'erbo simple en infinitivo: sob1·e
que además pierde la /r/ posvocálica, Por otra parte tal criollo carece 1(11 'tener' se fo1ma cabe 1ú1 = tenfa; sobrera, 1aba 111 'era'. 2) Uso del mismo verbo para indicar posesión

de marcas de caso, género o número, de modo que 'um (probable- y e.xistencia: nótese cómo 111ba 1i11 '1cnía" aqul se esiá e111pleanclo con el sen! ido de 'había'. 3) f'aha de
concorclaneia: µóbu no adop1a la forma de plural que 11a11 'ellos' rcq1.1erir ra. -'!) l nvariabilid"d de l "'~­
mente forma fonéticamente reducida de hirn o thern) puede represen- tan 1ivo: ,,,,. día= todos los d las. 5) Arlfculo único:~ 1c!1a l t 111tfow 'el padre/ l<> madr<>'.
LENGUAS PlDGINS Y CRlOLLAS 225 226 El LENGU/\JE EN LA SOCIE DAD

puede encontrarse en John Reinecke. David DeCamp, Ian Hancock y Richard


ción y criollización», en Frederick Newmeyer (ed.). Panorama de la Lingiifs1ic11
E. Wood, A Bibliography of Pidgin and Creole Lauguages (Honolulú: University Moderna. IV. El lenguaje: contexto ~ocio-ciilwml, Madrid, Visor, l 992.)
of Hawaii Press, 1975). Son también panorámicas generales los libros <le Peter La narración del motfn e.le! Bounty puede leer~e en la trilogía de James Nor-
MüWhausler, Pidgin an.d Creo/e Linguistics (Oxford: Blackwell. 1986) y de man Hall y Charles Nordhoff, M.utiny 011 1he Boumy.
Suzanne Romaine, Pidgin and Creole Languages (Londres: Longman, 1988), El ejemplo del criollo <le Guyana procede de Willia m O'Donnell j' Loreto
trabajos que se centran más bien en el área del Pac!fico, mientras que el de Todd, Variely in Contemporary fa1glish (Londre.s: George Allen an<l Unwin,
Holm c.ra1a de la aL]ántica. ExisLen también algunas úLiles compilaciones <le ar- 1980). Para más información sobre la situació n de Guyana véase el libro de
tículos, como la de Dcll Hymes, Pidginization and Creolization of Languages John Rickford, Dimensions o{ a Creole Continuum (Stanford: Stanfor<l Univer-
(Cambridge: Cambridge University Press, 1971 ), la de Albert Val<lman, Pidgí11 sity Press. 1986).
and Creole Language (Bloomington: fadiana University Press, 1977), la de Ken- · Los problemas que rodean el uso del cdollo inglés de Hawai son expues tos
neth C. Hill, The Genesis of Lan.guage (Ann Arbor: Ka roma, 1979), la de Albert en el a11fculo de Charlene Sato «Lingui~tic lncquali ty in Hawai.i: The Post Creole
VaJdman y Arthur Highfield, Theoretical Orientations in Creole Studies (Nueva Dilcmrna'" en Joan Manes y Nessa Wolfson (eds.), umguage ami In equality (Ber-
York: Acaderníc Press, 1980), la de Ar1hur Highfidd y Albert Valclman, Híslo- lín: Mou10n, 1985); por lo que .<>e refiere al estatuto social del Lok pi.sin, véanse l~s
ricity and Varialion in Creo/e Studies (Ann Arbor: Ka roma, 198 J), la de Ellen ar1ículos de Suzanne Romaine «The Status of Tok Pisin in Papua New Guinea:
Wo~lforcl and Wil.liam Washabaugh, The Social Concext of Creoliz.ation (Ann The Colonial Predicament». en Ulrich Ammon y Marlis Hellinger (eds.), Stali1s
Arbor: Karoma. 1983), y la cl<:: Pieter Muysken y Norv<1l Smith, Substrata vs. Cha11ge of Languages (Berlín: Mouton de Gruyter, 1991), y «Pidgin English A<l-
Universals in Creo/e Ge1wsis (Amsterdam: John Benjamins, 1986). vertising», en Christophcr Rich y Leonard Michacls (eds.). The Slale 0{1he Lan-
fLos datos y ejemplos sobre lenguas criollas relacionadas con el <::sparíol guage (Berkeley: University o l" California Press. 1990). pp , J 89-203.
proceden de !<1s siguientes fuentes: Germán de Granda, Estwlios liugü(sticos Para obtener información sobre las diversas cuestiones sociopolíticas del
hispánicos, afrohispá1iicos y criollos, Madrid, Gredos. J 978; Espaflol de Amé- Caribe. resulta útil el libro de Hubert Devonish Language a11d Lil~eration : Creole
rica, español de Africa y hablas criollas hispánicas, Madrid. Gredas, 1994; Lin- Language l'olWcs in the Caribbean (Londres: Karia P1·cs!l, 1986).
güística e Historia: temas afrohispánicos, Valladolid, Universjdad de Valladolid, El libro de Sarah G. Thomason y Te1·ence Kaufman umgua.ge Con tacl Creo-
1988. Wil1iarn W. Megenney, El palenquero. Un lenguaje posl-criollo de Colom- /iz.alion and Cenetic Ling11islícs (Berckeley: University of California Press.
bia. A. Z<1mora Vic<::nte, Dialectología Espar'iola, Madtid, Gredos, 1967 (2.ª ed.), 1988) intenta conjugar la metodología de la lingüística h.is1órica tradicional
pp. 441-447. H. López Morales, SociolingüCstica, Madrid, Grcdos, 1993 (2.ª ed.). con halla?gos procedentes de los cs tud.ir;s de lenguas <::n contacto.
David Crystal, Enciclopedia del Lenguaje (cd. española dirigida poi- J. C. Mo-
reno Cabrera), Tallllls Ediciones, 1994, pp. 334-.139. De este último libro pro-
cede el fragmento t~n papiamento de la nota 20.)
La hipótesis del biuprngrama fue propuesta con detaUc en Derek Bicker-
ton, Roots o{Language (Ann Arbor: Karnma, 1981) y subsiguientemente modi-
ficada. Una buena visión de las cuestiones que suscita puede encontrarse en
Romainc, Pidgi11 and Creo/e Languages. capítulo 7, y en d artículo de Bickerton
«Creole Languages and the Bioprogram», en Frederick Newmeyer (ed.), Lin-
gu.islics: The Cambridge Survey, 2. Lirzguislic Theory: Exte11sions ai1d lmplica-
lions (Cambridge: Cambridge University Prcss, 1988). pp. 268-284. [Traduc-
ción española: «Las lenguas criollas y el bíoprograma», en Frederick Nevvme-
ye1· (ed.), Panorama de la. Lingü[stica. Moderna. ll. Teoría Lingüística:
Extensi011es e ímpNcaciorus, Madrid, Visor, 1991.]
[Se hace mención al experimento para originar artificialmente un criollo
en AJberlo Noccntini, «Roots of Langl1agc: The forbidden cxperiment», en Jan
Wind y otros, Liln~1ia~e Origin: A Mulci.disciplinary Approach, Dordrecht. Klu-
wer Academíc Publishers, 1988.]
El ejemplo procedente del pidgin yimas está tomado ele William Foley,
uLanguage Birth: The Processes of Pídgin.iwtion and Creolizaüon» . en Frede-
rick Newmeyer (ed.), Linguisti:cs: Tite Cambridge Swvey, 4. Language: The Socio-
Cultural Co111ex1 (Carnbrjdge: Cambridge University Press, 1988), pp. 162-183.
[Traducción espaiiola: «El nacimiento de una lengua: los procesos de pic.lginiza-
228 .EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

tendrán grandes posibilidades de sufrir algún tipo de conflicto. Ello es


cierto incluso p<lra los alumnos de clase obrera que pertenecen a l<i
cultura dominante, pero lo es mucho más para los que proceden de
minorías étnicas.
En Grao Bretaiia, por ejemplo, ha,y una clara jerarquía de éxito y
fracaso escolar que tiene en un extremo, el positivo. a los alumnos au-
tóctonos de clase media, y en el otro, el negativo, a los de origen anti-
llano. Los datos del Toronto Board of Education [Comité de Educa-
CAPÍTULO 7 ción de Toronlo) correspondientes a 1969 y 1975 pusieron de mani-
fíesto que los alumnos no anglo11ablantes que hablan llegado a Can.adá
LOS PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS como inmigrantes obtenían peores calificaciones y eran clasificados
en grupos más bajos que los que habían nacido en Canadá. En el
COMO PROBLEMAS SOCIALES
«grado 12» 1 de Estados Unidos, los alumnos hispanos llevan entre tres
y tres años y medio de retraso con respecto a las normas nacionales ele
Un catedrático de educación, de visita en una escuela de integración rendimiento académico. Lo mismo ocune en otros muchos lugares
de Londres, estaba hablando con los alumnos de una clase sobre Ja len- de Europa. Hay que tener en cuenta, no obstante, que un alto porcen-
gua que usaban en casa. Un chaval levantó la mano y dijo que su familia taje de chicos pertenecientes a minorías marginadas simplemente no
hablaba un criollo francés. «Ah, estupendo,., contestó descuidadamenlc as!sten a la escuela. En Alemania Occidental, por ejemplo, ese porcen-
el catedrático. «¿Qué tiene de estupendo?», preguntó el chico. . ta.ie ha llegado a ser del 25 %, y más del 50 % no obtiene ningún tipo
de certificado académico. Los fndices de abandono en Ja educación se-
La investigación sociolingüística, sobre todo la centrada en los dia- cundaria son siempre má:; altos en los hijos de los inmigrantes que en
lectos sociales y en las lenguas minoritadas, al ocuparse de las desi- la población autóctona. En Dinamarca, entre los años 1975 v 1978, no
gualdades flagrantes que se dan en el uso del lenguaje, tiene muchas term inó la enseñanza media ni un solo alumno turco o paq~istani, las
implicaciones prácticas. Hay muchas parcelas de la vida pública en dos minorías étnicas más significativas del pais.
que el lenguaje adquiere una importancia especial: así sucede, por Pasada la etapa escolar, esas minorías tienen ta1nbién mayores diO-
ejemplo, en el ámbito de las profesiones médicas y jurídicas y, sobre cultades para encontrar trabajo que el resto de la población. En 1982,
por ejemplo, las tasas de desempleo en Suecia eran dos veces más altas
todo, en la escuela . Los sociolingüistas se han implicado de forma muy
para los extranjeros que para los sueco:; de nacimiento. La escolariza-
activa en el estudio de los problemas que sw·gen del uso de la lengua
ción, por otra parte, acaba por reportar beneficios económicos mucho
en esos contextos, especialmente cuando tal uso implica diferencias
más grandes <l los más aventajados, es decir, a las clases medias, de
entre los participantes en el acto de habla, como puede ser el caso de
modo que aunque los hi.jos de las minorías obtuvieran mejores resulta-
médico y paciente, abogado y cliente, juez y jurado, etc. En este capí- dos académicos y consiguieran COI!lpletar su educación, e!lo no les ga-
tulo nos centraremos en los que son propios del ámbito escolar. rantir.aría necesariamente LLn empleo. Las minorías, eo la mayor parte
de los países, tienen un acceso más restringido a los recursos económi-
cos disponibles, lo cual se reflqja en los alt,os porcentajes con que están
Lengua y fracaso escolar representados en todos los índices que miden el fracaso educativo, psi-
cológico, económico y social: tasas de alcoholismo, delitos, desórdenes
Con frecuencia se considera que la lengua es la causa fundamental mentales, etc. La:; estadísticas, sin embargo, enmascaran. a menudo las
de los mayores índices de fracaso escolar que se detectan en los grupos diferencias que puedan existir entre los diversos grupos mi norítarios:
sociales minoritarios. Al ser uno de los principales instrumentos de so-
cialización, la escuela desempeña un importante papel de control so-
bre los alumnos, y les transmite los valores y usos lingüfsticos domi- Correspondo m~s o m•?OO~ al COU esp~ñol. es decir. al ~..n-saclo poi· alumnos que tienen en
nantes, en bLtena medida los de las clases medias, de modo que quie- tomo a f 7.18 ano<.
nes lleguen a ella con un trasfondo cultural y lingüístico diferente
LOS PRUl3LEMl\S U~<;li[STICO!-i l-OMU l'RllllLl'.M1\S SllCIAl.1'..')
230 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

tanto en Estados Uní.dos como en Gran Brctüña existen, por ejemplo, bilingüismo ejercía una negativa influencia sobre el desarrollo infantil.
alumnos del sudeste asiático que superan a sus compañeros blancos. Tales creencias sobre los efectos nocivos e indeseables del bilingüismo
Sus éxitos, sin embargo, les han supuesto un enorme esfuerzo, y tanto se han usado para justificar políticas de inst1ucción monolingüe en la
ellos como el grupo al que pertenecen han tenido que sufrir las reac- lengua mayoritaria, en particular para los alumnos de grupos minori-
ciones de quienes son sus competidores a la hora de acceder a plazas tarios. El bilingüismo se aducía, y todavía se aduce, como explicación
un.iversi tarias, empleos, etc. para el fracaso de ciertos escolares, dado que se suponía contraprodu·
Durante algún tiempo ha existido una relación no reconocida ofi- cente desarrollar y mantener las capacidades lingüísticas en más de
cialmente entre bilingüismo y educación especial. Son varias las razo- una lengua. Los lingüistas han replicado, sin embargo, que esto no
nes por las que un número desproporcionado de alumnos hablantes tiene por qué ser asi: si lo fuera, entonces los británicos ricos no envia·
de lenguas minoritarias han sido adscritos a programas especiales y de rían a sus hijos a centros privados de Suiza [o los españoles él Estados
integración en muchos países. La aplicación indiscriminada de tests Unidos o Inglaterra], donde aprenden el francés, el alemán o el inglés y
psicológicos a irunigrantes recién llegados a Estados Unidos en los pri- están expuestos a otra cultura. ¿Por qué se considera, entonces, una
meros años del presente siglo condujo a la deportación de personas te- desventaja para un niño británico que sepa y conserve el p<lnjabí?
nidas por débiles mentales en buem1 medida por su deficiente conoci- Los educadores también han combatido el uso de los dialectos en
miento del inglés. El número de extranjerns deportados por esta causa la escuela porque los consideran formas subestándar de habla.2 Bas¡¡-
se incrementó en aproximadamente el 350 % en l 913 y en el 570 % dos en estudios hechos sobre la lengua de los grupos minoritarios, los
en 1914. sociolingüistas han señalado, sin emba1·go, que las formas de habla no
Del mismo modo, el uso erróneo de instn.nnentos de evaluación estándar son tan complejas, sujetas a reglas y aptas para argumentar
psicológica tiene la culpa·, en buena medida, de la inf1ación de repre- lógicamente como el inglés [el español o cualquier otra lengua están-
sentantes de las minorías étnicas en las clases destinadas a dc&cientes dar]. Es más, dado que t¡¡[es variedades configuran <le forma impor-
mentales. Conceptos como «inteligencia», «dificultades de aprendi- tante la personalidad del hablante, éste puede resistirse a cambiar al
zaje•>. «Capacidad lingüística» o «bilingüismo» son pobremente com- estándar. Recuérdese (cfr. el capítulo 5) que en Detroit los jóvenes ne-
prendidos por muchos educadores. En Gran Bretaña, por ejemplo, un gros del centro de la ciudad [inner city: véase nota 20 del capitulo 5],
in[orme del gobierno sobre educación especial dedicaba sólo un pá- cuya socialización se efectuaba en el seno de pandillas callejeras, eran
nafo a Ja evaluación ele los alumnos perLcnecientes a grupos minorita· los que más usaban las formas no estándar de habla y también los que
rios. En él se establece que siempre que se evalúe psicológicamente a más se oponían al sistema de valores de la escuela. No sólo mostraban
alguien cuya primera lengu¡¡ no sea el inglés, al menos uno de Jos eva- los índices más altos de fracaso escolar, sino que sus profesores ya pre-
luadores debe entender y hablar la lengua del alumno. Nada se dice, veían que iba a ser así.
sin embargo, en las recomendaciones oficiales del infonne, sobre las Son muchos los factores responsables del pobre rendimiento de
necesidades y derechos educativos de las minorías. ciertos escolares: escasa exposición a la lengua de la escuela, desajuste
Dado que el éxito escolar se mide en función del dominio del inglés lingüístico y culturnl entre la casa y la escuela, inferior calidad de la
estándar (o de la lengua estándar correspondiente), e\ habla no están- educación proporcionada a los estudiantes de los gntpos minoritarios,
dar es vista como ilógi.ca, y el bilingüi.smo como un rroblema. No hace
mucho tiempo que en las escuelas de países como Australia, Estados
2. De dos libros de texto de bachilleralo. editados en 1960 y 1962, proceden lo> siguicnles p~·
Unidos, Gran 13retafía o Suecia los alumnos suErían violencia física si 1r.<fos:
hablaban la lengua de casa. En la zona de Tornedal, en Suecia, algunos •Hay pe17;onas que al hablar españo l comélell clefocros )' e1l'OíCS ue pronunciación que debemos
evitar Hay dos muy importantes: el seseo y el Ct'ceo.>
escolares fineses se veían obligados a llevar sobre los hombros troncos <>Cecean l"s que dicen ;:awr por s<lber o e;.le por esre. Este clefeclo es abso/111t1men1e iluuh11isibir. en
pesados o a vestir un cuello duro especial por haber hablado finlandés. la lengua .:1.1//d [la cursiva es del autor].•
En otros lugares de Suecia, como Norrbotten, había centrns de aco- a El yeísnto es lln d(·fccto q\1e debe ser cvltado cuitla<ln='a1ncn [e . .'\>
<•Es1e es el uso corn~cto [de los pronombres persnnnles :itonosJ. Pero en Castilla y otros lug<1rcs
gida para niños pobres, que se ganaban el sustento haciendo la mayor suelen cometer inconecciones lv aluue a conti11uación al lei.m10, lai.smo y lofs1noJ•
parte de las labores domésticas. Cuando uno de ellos hablaba finlan- El uso de léxico de án1b1to regional o local suele ser concgido en la t•scu~la, y"º es rarn que algu.
dés los ponían en fila a todos y les daban un cachete. 110.s de estos término; susdtc.n la hiluidad de Ja clase: recuerdo que asf ocu1Tió, µor ejemplo, con .,)
leoné ..; horaco ·~gujero' , en1plendo ~n pt"1blic:o por un nlun1no para ft?~p01lJ12r ~1 una preguu!a <ld
En muchos de los primeros trabajos sobre el terna se decía que el nu\estro.
232 EL LENGUAJE EN LJ\ SOCIEDAD

eslalus socioeconómico, rupt1.ira de la LYansmisión cultural entre gene- tácLica, visible, por ejemplo, en el mayor número de proposiciones su-
raciones, actitudes de las mayorías hacia las minorías y viceversa. Mu- bordinadas, conjunciones, etc. Ello produce una transmisión expücüa
chos lingüistas piensan ahora, sin embargo, qL1e las actitlldes negati- de significados, de modo que no es preciso encontrarse en una particu-
vas hacia ei habla no estándar y el bilingüismo son más importantes a lar situación para entenderlos. La significación depende sobre todo del
la hora de determinar los resultados académicos que las propias dife- texto, y no del contexto.J Se suponía que cada uno de los códigos se ad-
rencias lingüísticas. quiría mediante la socialización en clases y estructuras familiares dife-
Se ha hecho ver, en efecto, que los profesores ricnden a mostrar renles. El fracaso escolar de los alumnos de la clase obrera se expli-
prejuicios negativos hacia los escolares procedentes de los grupos mi- caba en [unción de su falta de acceso al código elaborado. ·
noritarios. En uno de los estudios realizados se pedía a los profesores Como mueslra de ambos tipos de código podemos tomar las si-
que evaluaran muestras de habla, escritura, dibujos y fotografías de guientes descripciones, hechas por escolares de 5 años cuando se les
dete1minados alumnos y que señalaran, en función de ellas, qué posi- pedía que contaran lo que veían en una serie de dibujos. Tiene particu-
bilidades de éxito atiibufan a cada uno de eJlos. Los investigadores ob- lar interés el uso que los niños hacen de nombres y pronombres para
ten\an valoraciones independientes de cada una de las muestras y des- referirse a Jos personajes que aparecen en las viñetas. La versión «ela-
pués las presentaban en diferentes combinaciones. Así, un alunrno po- borada» señala explícitamente quién hace qué, de modo que puede en-
día tener una muestra de habla independientemente juzgada como tenderse perfectamente sin mirar Jos dibujos:
descuidada, junto a una foto o una muestra de escritura consideradas
buenas, etc. Pues bien, las posibilidades <le éxito atribuidas a los estu- Versión elaborada
diantes se ligaban sobre todo a las muestras de habla, de modo que los
Tres ch.icos están jugando al fútbol y uno de los chicos le da una pa-
que las tenían pobres en opinión de los profesores eran etiquetados
tada al balón y va hacj¡1 la ventana y el balón rornpe el cristal y los chicos
como deficientes, aunque hubieran producido muestras de escritura o e..<;tán mirando hacia allí y un hombre sale y les grita porque han roto el
dibujos valorados como buenos. clistal asi que se van corriendo y entonces esa mujer se asoma a la ven-
En otro estudio se peclía a los profesores de una guardería de To- moa y riñe a los nit1os.
ronto que señalaran tres alumnos que verosímilmente fracasarían en
el tercer curso y otros tres que lo acabarían brillantemente. Resultó Versióll res1ringida
que a los que tenían el inglés como segunda lengua y no corno primera
Están jugando al fútbol y él le da una patada al balón y va hacia allí
se les predijo el fracaso dos veces más q11e a los otros. Une1 vez que se rompe el cristal y miran y él sale y les grita porque lo han roto así que se
ha adjudicado a <1lguien el rótulo «dominio limitado del inglés» o «li- van corriendo y entonces ella se asoma y los riñe.
mitado para el aprendizaje» ya se ha encontrado la explicación para
todos sus problemas, y se olvidan otros posibles factores presentes en
el entorno escolar o social. Se ha visto lambién que los prejuicios de
los profesores sobre el dominio que sus alumnos tienen del inglés
afecta a la calidad de 1a instrucción que se les da, de modo que lcs asig- 3. Pese a que d autor de )a teorla trata de moverse en !?rados mayores de ge;neralizarión. cae ;1
nan, por ejemplo, tareas mecánicas relacionadas con la lectura en lu- veces en la ten1aoi6n de ofrece!" una lista de rasgos lipicos del (·óchgo restringido, lista que los libros ele
tex10 se apresuraron a adaptar pani los es rolares españoles. De ~cuerdo ron un" de estas adaptac1ones,
gar de actividades que tienen que ver con la auténtica comprensión de <el córli¡;o resrri111;ido ernple.1do ~!hablar por una ingente masa de la poblac16n hi;panohablante• se ca-
los textos escritos. racce1iz.a por:
l. Limitación clel número de vocablo$. Escaso empleo de sinónimos.
l. La limJ1aci6n es acusada en el caso de adjetivos v adverbios .
.t Oraciones cortas, simples, co11 frecuencia inacabadas.
Düerencia frente a déficit 4. Empleo simpl<? y repetitivo de conjunciones.
5. Desorganización informaliva.
6. Empleo frecuent" d" la con~trucción 1mpersonai.
En la década de los cincuenla, una lcor(a muy influyente sobre la 7. Aserc¡one..s. negaciones y n1:'lndncos categórico~
conexión entre lengua y éxito escolar distinguíz1 entre dos tipos de «Có- 8. Pudor ar.re las nfirmacionc., futuras.
digos» denominados «restringido" y «elaborado». Por «código elabo- 9. Frecuente ;.µelación RI consenso del interlocutof.
10. Empleo de refranes.
rado» se entendía una variedad dotada de una mayor complejidad sin- 11. Uso abundante de imeriecc1ones.
l Z. Resis1enc1a (fru!o ca.;1 ;ienipre d.- la Incapacidad) a la c.< presión individualizad~
234 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD
LOS PROBLEMAS LlNGUÍSTfCOS COMO PROBLEMAS SOCL.\LE'.S 233
portante» y es evidente, a juzgar por los comentarios hechos por algu-
Para muchos, esta teoría implicaba que los hablantes de los grupos nos alumnos, que no tienen claro qué es lo que el profesor considera
desfavorecidos podían triunfar si se les enseñaba el código elaborado. importante. Así, en una ocasión le preguntó a un chico que se ofreció
Tal forma de pensar fue denominada ~!.~5?.r~.?- .di::!.,9.é.f:i.ci_t.~>, y en Estados como voluntario para contar una historia: «¿Es muy, muy importante?
Unidos y en otras partes se pusieron en marcha programas de «edu~a­
Porque esta mañana tenemos poco tiempo.» El chico contestó: (cYo no
cióD_~o.!Upensatoria» para proporcionar a los niños de preescolar des-
sé si lo es o no, pero quiero contarla, de todos modos.» No obstante, si
favorecidos una exposición suplementaria especial a la culturn de Ja
clase media, de forma que pudieran empezar la andadura escolar en analizamos las contribuciones hechas por los alumnos y las reacciones
del profesor, tendremos una idea de lo que éste quería.
pie de igualdad con los niños que habían entrado en contacto en casa
con el código elaborado. Entre 1965 y 1970 se gastaron 10.000 millo- Al parecer una buena historia debería contener una afirmación
nes de dólares en programas de este tipo, eJ mejor conocido de los cua- sencilla sobre un terna y una serie de comentarios que llevaran a Ja re-
les fue el «Proyecto Headstart». En algunos casos se propusieron pro- solución de algún tipo de acción relacionada con él. Los temas no eran
gramas educativos que usaban métodos diseñados para la e-nseñanza importantes o banales por sí mismos, sino que se trataba de hacerlos
del inglés como lengua extranjera, porque se suponía que los alumnos parecer importantes por la manera de hablar de ellos. Pero algunos
simplemente carecían de lengua. Cuando los resultados no fueron tan alumnos se expresaban de tal manera que al profesor le parecía que
buenos como se esperaba, algunos sugirieron que los programas apli- allí no había tema de ningún tipo. Él esperaba narraciones semejantes
cados en preescolar Jlegaban demasiado tarde, dado que las madres no a las de los libros en el sentido de que se decallaran e hicieran explíci-
estaban socializando a sus hijos en el tipo de ambiente apto para el tos todos los pormenores, como en el «código elaborado» descrito
éxito escolar. En definitiva, eran las madres las que sufrían algún tipo arriba. Apenas se suponía en la audiencia un sustrato de conocimiento
de déficit. Llevado al extremo, este argumento supone, obviamente, compartido y Jos objetos tenían que ser mencionados por su nombre,
que ya no estamos hablando de diferencias ambientales sino genéticas. incluso aunque estuvieran claramente a la vista.
Y, en efecto, algunos creían que las diferencias de cociente intelectual Examinemos ahora cómo reacciona un profesor ante dos estilos di-
entre niños que pertenecían a clases sociales y grupos étnicos distintos ferentes de naJTación a cargo de una chica negra y otra blanca. En el
estaban determinadas genéticamente. fragmento que sigue, D es la chica negra y P el profesor, en este caso
Los lingüistas que han atacado la teoría del déficit arguyen que lo una mujer:
que ocurre en reaJidad es que los diferentes grupos tienen maneras
distintas de usar la lengua, no que la de alguno de ellos sea deficiente. P: Quiero que compartas con nosotros algo que sea importante.
Los datos proceden de- muchas fuentes. Para empezar, puede demos- D: En el verano, quiero decir, cuando vuelva a la escuela en sep-
trarse que las variedades no estándar del lenguaje son tan complejas tiembre, voy a tener un abrigo nuevo y ya lo tengo y es muy molón y
desde el punto de vista estructural y están tan su,ietas a reglas como las cuando lo tuve ayer y cuando lo vi, mi hermano iba a salir. Cuando vi el
variedades estándar, y son ran aptas como ellas para la expresión de abrigo sobre el sofá y se lo enseñé a mi hermana y yo estaba leyendo en
argumentos lógicos. La lógica, sin embargo, se relaciona con la lengua alto algo en la bolsa y mi hermana mayor dijo: «Deena, tienes que poner
de la clase media porque son los escolares pertenecientes a esta clase eso pa que no lo coja. Keisha», porque es mi hermana bebé y yo dije "no»
los que funcionan mejor académicamente. y dije la bolsa de ph"istico pórque cuando ella estaba conmigo y mi primo
y ella ...
P: Espera un minuto. Sigue con lo del abrigo. Te dije que podías
hablar de una sola cosa.
Diferencias lingüísticas en el aula D: Esto tenía que ver con mi ...
P: Bien, bien. Continúa.
En un estudio hecho sobre el «sharing time» [«tiempo para com- D: Y ayer cuando tuve el abrigo mi p1imo salió corriendo y quiso
partir»]. actividad verbal frecuente en muchas escuelas, podernos ver cogerlo y cuando entró en casa se tiró en el suelo y le dije que se levan-
cómo la idea que tiene el profesor sobre lo que es una «buena contri- tara porque estaba gritando.
bución.» no se señala de rnanera explícita. Esta actividad suele iniciarla P: ¿Qué tiene que ve1· eso con el ab1igo'
eJ profesor preguntando: «¿Quién tiene algo importante, especia} o ex- D: Porque él queda salir.
dtante que compartir?» Es él quien decide qué se entiende por «im- P: ¿Por que?
D: Porque mi madre quería que nos quedáramos en casa.
LOS PROBLEMAS LINGUISTICOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 235 236 EL LENGUAJE EN LA SOCfEDAD

P: ¿Y qué tiene que ver eso con el abrigo::> La profesora y la chica en este caso están en sintonía. La profesora
D: Porque ... No lo sé. estimula a la alumna y la orienta respecto de lo que es importante para
P: Muy bien. Muchas gracias, Deena. que la nanación avance. Cuando le pide a la chica que suponga «que
nosotros no sabemos nada sobre velas,, le está diciendo que no dé
De acuerdo con el concepto que de esta actividad liene la profe- nada por supuesto y que sea explícita. La chica capta las pistas y cons-
sora, una narración como la expuesta es dificil de seguit: No parece te- truye sobre ellas. Las historias que se cuentan en casa y las funciones
ner tema, principio ru fin. El hilo de la historia debe deducirse de rela- que estas historias desempeñan ayudan a unas personas cuando pasan
ciones que en ningún momento quedan explícitas. La profesora inte- a la escuela, pero para otras suponen un obstáculo. En un estudio he-
rrumpe a Deena en un detem1inado momento para tratar de que cho sobre dos comunidades de clase obrera a las que se dieron los
recupere lo que ella considera el tema principal, esto es, el abrigo. nombres ficticios de Roadvil.le (integrada por blancos) y Trackton (in-
Cuando más tarde se habló con la chica acerca de su historia, explicó tegrada por negros) se puso de manifiesto que, aunque ambos grupos
la relación entre su primo y el abrigp diciendo que lo que ella quería es dedicaban mucho tiempo a contar historias, tenían conceptos diferen-
que él no lo tocara con sus manos sucias. El otro tema tenía que ver tes sobre qué es contar una historia y para qué sirve.
con el abrigo y la bolsa de plástico. De modo que, por un lado, Ja chica En Roadville las historias se mantienen fieles a la verdad y cuentan
estaba hablando de proteger de la bolsa de plástico en que esraba el hechos. Terminan con un resumen y una moraleja. Si en el relato inter-
abrigo a su hermanita bebé, y por otro, y ésLe era el segundo tema, viene la [icción ya no es una «historia,, en absoluto, sino una mentira. En
quería salvaguardar el abrigo de las manos sucias de su primo. El re- cambio los Trackton llaman «hist01ias» a narraciones que no tienen nada
sultado del desajuste en estilo y expectativas entre la profesora y la de serias. Las mejores historias son «basura)), «tonterías>), y los mejores
alumna es que la profesora no alcanza a coger el hilo de la narración, narradores son los que las dicen más disparatadas, es decir, los que hacen
no capta las transiciones entre los diversos temas y, en consecuencia, las comparaciones más locamente exageradas. Ni Jos objetivos relatos
no ayuda a la alumna a desarrollar la ac!ividad de modo adecuado. La de Roadville ni las historias de la Biblia serían «hisLOrias» en Trackton.
chica dijo después qoe se sentía frustrada por las interrupciones de la Para Roadville las historias de Trackton serían simplemente patrañas,
profesora, que ella había tomado como símoma de falta de interés por mientras para Track.ton las historias ele Roadville no merecen ese nom-
lo que estaba contando. bre. Esa diferente concepción deriva de ideas que hay que poner en rela-
El fragmento siguiente corresponde a una chica blanca, M, que usa ción con la lengua escrita. Los padres de los Trackton no leen libros con
un estilo más acorde con el que la profesora espera. Cuando ésta inte- sus hijos ni tienen razones para hablar de las historias que cuentan los li-
rrumpe, lo hace de forma que ayuda a la alumna a completar la na- bros. Los hijos de los Roadville sí suelen hojear libros en su casa. No obs-
rración: tan.Le, ninguna de las dos comunidades prepara a sus hijos para los usos
escritos y orales de Ja lengua con que se van a encontrar en la escuela. AUí
M: Cuando estuve en el campamento hice estas velas. aprenderán no a contar o esc1ibir histmias, sino a hablar sobre ellas.
P: ¿Las hiciste túJ
M: Lo intenté con diferentes colores en las dos _pero una salió bien.
De un modo similar, las preguntas que los niños oyen en casa no son
Ésta salió azul y [ésta] yo no sé qué color es. como las que los profesores les dirigen en la escuela. En efecto, la mayo·
P: Es bonita. Di a los niños cómo hiciste desde el _principio. Supón ría de éstas versan sobre cuestiones cuya respuesta ya conoce el profe-
que nosotros no sabemos nad'<l sobre velas. Bien. ¿Qué h.icL<;te primero? sor" o simplemente preguntan por el nombre de las cosas (¿Qué color es
¿Qué usaste? ¿Harirn:i? éste?) o son preguntas retóricas que no tienen en cuenta el contexto
M: Hay cera caliente, un poco de cern caliente que coges una (¿Por qué haría eso?). Así nos explicamos que una de las quejas del pro-
cuerda, le haces un nudo y la metes en la cera.
P: ¿Qué haces para que Lenga form<1?
M: Pues la moldeas. 4. La d1sonananci" eotrc el discurso real v el eocolar qucd~ muy bien refle,ia<la en una tira có·
P: Ah, le das forma con las manos. mica de lvJajruda . el conocido pe.rson?.Je <.le Quin~ E11tr" !'vi igt1elito. LlOo ele los perS<)naje>. v Mafalda se
esfablcce d .siguiente diálogo, que no L.ransc:1·ibo en su tnlegTidí'\cl:
M: Pero tienes primero tienes que meterla en la cera y después M1C1JEL1TO: Estoy cmpez<mdo a sospechar qm· cuando b m•estra pr"gunca algo n o e.~ porc¡uc ella
agua y después seguir haciendo ese> hasta que coj<t d tamaño que tú quie- nrJ lo· sepa.
ras. MAFALl.M: Decin1e. papafriLa. ¿recién l~ das cuenta <le t!SO, o n1c est:,js 1o n1anc10 t::I p elo?
l\.11GUELITO'. ;;Y yo conleslándolc todo a e.>a simul:i<.lor:; con mí est.Jp1tlo lo rnto p'1L~rnal!!
LOS PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS COMO PROBLEMAS SOClALES 237 238 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Eesor era que tanto los escolares de RoadviJle como los de Trackton pare- La respuesta que la profesora qui.ere es Le papa de Daniel promene
cían incapaces de contestélr a las preguntas más sencilJas. Una <ibuela de la chevre «El padre de Daniel pasea a la cabra», pero no consigue obte-
la wna destacó la diferencia entre las preguntas de casa y de la escuela nerla y rechaza otras varias. Al principio, cuando la niña no hace explí-
con este comentario: «Nosotros no les hablamos a nuestros hijos como cito e1 su_ieto de pasear, la profesora trata de que 1·epita el papá de Da-
ustedes; no les pregunLamos los nombres de los colores y esas cosas.» niel diciéndole que no sabe a quién se refiere y la anima a que sea más
A escribir se aprende en el ámbito escolar. En el capítulo 3 ya men- explícita; pero rechaza de nuevo su respuesta sin decirle por qué y des-
cioné que lo que se entiende por «lógica» en una lengua es principal- pués le repite la primitiva pregunta. La niña interpreta que se le está
mente una forma de pensar y hablar sobre el lenguaje que se debe en pidiendo una oración completa, pero la que elige tampoco satisface a
buena medida a su canícter escrito. Hay muchos usos escolares de la la profesora.
lengua cuya interpretación se deduce de la fom1a en que se emplea en Y es que en realidad no está nada c1aro por qué sólo le papa de Da-
la escritura. lomemos. por ejemplo, las clásicas preguntas del tipo niel promene la chevre ccel papá de Daniel pasea a la cabra» es la res-
«Enrique VIII tuvo dos esposas. ¿.Verdadero o falso?» La respuesta co- puesLa «correcta}>. Tanto si decimos el granjero pasea como si decimos
rrecta es «falso», pero ¿por qué"> Ciertamente tuvo más de dos esposas, simplemente pasea queda perfectamente claro por el contexto a quién
pero ello también supone que tuvo dos. Convencionalmente interpre- nos referimos. Al contestar como lo hace, la alumna está siguiendo
tamos que lo que se nos pregunta arriba es si Enrique VIH tuvo sólo una regla perfectamente normaJ en el discurso hablado y escrito: un
dos esposas, pero en Ja pura forma lingüística de la secuencia nada in- referente consabido por hablante y oyente puede ser mencionado por
dica que debería .interpretarse así. procedimientos distintos a un nombre (un pronombre, una desinencia
Es muy difícil tene1· opiniones sobre Ja fonna de hablar que sean in- verbal. etc.). Imagínese q~e la conversación de arriba hubiera tenido
dependientes del concepto de corrección que nos enseñaron en la es- lugar en casa de la profesora, entre ésta y una amiga, que .estuvieran
cuela cuando aprendimos a leer y escribir: Diversos estudios han demos- hablando del padre de Daniel y que de pronto la profesora dijera: «no
trado que los profesores corrigen mecánicamente a los a1umnos formas sé a quién se refiere pasea». La amiga pensaría que esa persona no
que son completamente accptabks en la lengua hablada. Es más, ellos sabe llevar una conversación. Sólo en el aula un uso tan anon11al del
mismos his usan en el aula. Asf que no es sorprendente que los alumnos lenguaje puede convertirse en un intercambio legítimo. Con «anor-
no sepan exactamente qué es lo que el profesor quiere. El ejemplo que mal)) quiero decir que no tiene nada de agramalical, pero viola las re-
sigue procede de un trabajo francés, y en él una profesora trata de ense- glas que gobiernan la competencia comunicativa. El profesor trata de
ñar a una alumna a ser explícita. En el fragmento que sigue, la profesora imponer al alumno un lenguaje que en realidad resulta demasiado ex-
(P) le pregunta a la alumna (M) sobre un relato que han leído en clase: plícito para ese contexto sin explicarle por qué es umejor,, hacerlo así.S

P: Que fait le Papa de Daniel? [¿.Oué hace el papá <le Daniel?] 5. La poca na<uralida d de las secuencias empleadas en el aula es l:imbien una cueslión cen1ral
M: U promene la chcvrc. [Pasea a la cabra.J en la.s modernas ieorlas de la enseñanza de un idioma como len,gua extranjera. la tran~misión de C()n-
P: Bon. AJors elle répond: «U promene la chevrc.» Quj esl-ce uihi? tenido~ es una misión fundamen1al <le lr..s lenguas. y sin emh<1rgo-con frccu~ncia se emb:irca a los alutn·
[O sea, me dice: u pasea a Ja cabra». Pero. ¿quién la pasea?l nos en diálogos en que para nada importa Jo que se transmile y que ningún hablante emplearía en con-
tlicio1~t!.5 normales:
P: Elle m 'a dit «il». Moi, je ne sais pas qui c'est il. [Me ha dicho «pa-
sea», pero yo no sé qwéo.] PROFESOR [rocd,.dose la camisu]: ¿Es ~si.a fa chaqueta de Pedro>
M: Promene la chevre le... (Pase:J a la cabra el...] ALUMNO: No señor, es la camisa del profesor.
P: Qui' [¿Quién?)
Una vez más los humoristas han sabido recoger perfectamente la i<lea. Malalda •dialoga• con su
M: Le fermier. [El granjero.] amiga Susaníla:
P: Alors je repose ma question: «Que fait le papa de Daniel?» [En-
tonces te hago la pregw1ta otrn vez: «¿Qué hace el padre de Daniel?,,] SUSM«<A: Mi mamá amasa.
M: Le fem1ier promene Ja chevre. [El granjero pasea a la cabra.] M.<FALOA: ¿Amaso sola'
P: Oui. Est-ce que je t'ai demandé ce que fait le fermier? J'ai de- SusANITA: Sí, amas:i sola y sala la 11\."ISa.
i\1.AF1'LO.\: La n1asa se amasa en la mesa_
mandé <;:a? J'ai clem(lnclé i;:a les petites blles? [Pero bueno. ¿He pregun- SUSANITA: La masa es sana.
tado yo qué hace el granjeroJ ¿He pregun1ado yo eso? ¿lle preguntado yo M.AF,\LDA: Sf, esa rn.-.i.~a c.~ s~n~.
eso. hijas mías?] MAF·\LDA [consigo misnta]'. Lo bueno <l~ ir a lo escuela t?s qui:: uno ya pu~de: convcn•nr en un nivd
IHei-ario.
LOS PROBLEMAS LlNGürSTICOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 239 240 EL LENGUAJ'E EN LA SOCIEDAD

Por qué Johnny no sabe leer las pruebas escolares se miran longitudinaJmente parece que el nivel
cultural de la población está bajando. En Estados Unidos ha cun<lido
El uso de la lengua estándar y las lenguas estándar son esencial- Ja alarma porque las calificaciones del SAT (Scholastic Achievernent
mente convenciones arbitrarias que sólo en la escuela pueden ser Test [Test de Rendimiento Escolar]) han descendido. No existen, sin
aprendidas. De ahí su efectividad para mantener las barreras entre los embargo, razones para el pánico. El test se diseñó para ser aplicado a
grupos. Se ha discutido mucho tanto en la prensa como en los ámbitos una pequeña minoría de estudiantes blancos de clase media y evalúa
académicos sobre el deterioro de la lengua estándar. Las normas están- en qué medida se han adquirido las normas de la clase media que se
dar cambian, y esto es verdad tanto de la lengua como de otros pro- consideran necesarias para afrontar con éxito niveles educativos más
ductos culturales, como la moda.6 La gente se ha quejado del deterioro altos. No es sorprendente, por tanto, que los resultados desciendan
del inglés al menos desde el siglo xv [y los frecuentes lamentos sob.re el cuando se usan las mismas normas para evaluar a una población étn.i-
que sufre el español tampoco son invento de hoy]. En 1989 el príncipe camente más diversa. La crisis en el domiilio de la lengua es en algu-
Charles provocó Ja cólera del profesorado cuando se quejó pública- nos a<>pectos un problema académico creado cuando las definiciones
mente de que su staff no hablaba ni escribía el inglés correctamente. de capacidad de lectura y escritura, competencia, etc., se estrechan
Por las misma (echas el Trines Higher- Ed~cation Supplement recogía en tanto que producen un corte entre la experiencia lingüística con la que
primera página un artículo en que varios profesores de Oxford lamen- e] alumno se enErenta en la escuela y la que tiene en su vida cotidiana.
taban el pobre inglés usado por los estudiantes de su Universidad y su- Dado el sesgo hacia la lengua y la cultw·a del grupo social domi-
gerían Ja posibilidad de introducir una especie de instrucción suple- nante que es inherente al curriculum académico. sería sorprendente
mentaria de tipo terarapéutico. Resulta interesante destacar que esas que los alumnos de los grupos minoritarios obtuvieran mejores resul-
apreciaciones aparecieron a raíz de un informe del gobierno británico tados que los que imponen la norma, incluso en aquellos casos en que
sobre la enseñanza del inglés lleno de llamadas a la tolerancia para con el hecho de tener como primera una lengua extranjera no sea una va-
las distintas variedades usadas por Los alumnos.7 Y el mismo informe riable relevante. Las investigaciones han demostrado que cuando se
también acentuaba la necesidad de que el inglés estándar formara diseñan pruebas que miden específicamente el tipo de conocimientos
pa.rte de un nuevo currículum nacional. propios de las minadas, los alumnos que pertenecen a éstas las hacen
bien. Un grupo de alumnos negros de enseñanza media obtuvo 36 pun-
tos más que los blancos de su curso en un test llamado BITCH-100
Exámenes y tests: ¿quién decide lo que es correcto? (Black Jntelligence Test of Cultural Homogeneiry [Test de Inteligencia
de Homogeneidad Cultural para Personas de Color]), 8 que contenía
No cabe duda de que cualquier conocimiento que se mida me- 100 unidades léxicas usadas en el argot afroamericano. Tal diferencia
diante exámenes y tests aparecerá desigualmente distribuido entre los reíleja el hecho de que los estudiantes blancos tienen menos posibili-
aJumnos de un modo que recuerda la estratificación por clases y las di- dades que los negros de adquirir esas palabras a través de la experien-
visiones étnicas de la sociedad en cuestión. Cuando los resultados de cia cultural previa.
Ya señalé en el capítulo 3 que el que los alumnos no escojan las res-
puestas que los examinadores han decidido que son las correctas no
6. Buen• pruebn de este cnmbio de norma• ~s In po<1ura de Ja R.,aJ Academia Espafwla sobre el significa que su experiencia anterior sea deficiente o que tengan ine-
uso de los pronombres átonos: en la Gram.iítica de 1771 da como ejemplo correcto d1.ganfil lo que q¡.¡i.e-
ra11, y en la de l 796 dice que al pronombre lo ·~lgunos le han atribuido género masculino, pero nunca
nos inteligencia, sino simplemente que no han estado en contacto con
puede lenerk• (subruyado nllo]. las materias a las que se dirigen prioritariamente las pruebas. No
7. Algo pareddo sucede con la reciente reforma educativa e;pañola, en la c¡ue se insiste en un en-
foque funcional -enseñanza de la leng\\a para emplearla como insirumenlO de aclu"ción eficaz, par-
liendo <lt! ~u::; pn>pio~ <::unuciruü;n1us. del '1.l\1ffmu- y en. el tt:.Sveto ah.ti \'llriedades distintas al es~af,o]
normativo. Tales piincipios han merecido c::ornen1.anos ir611kos, coolo eJ siguiente:
8. La denominación resulta un lanto extraña por u1lención expresa de :su creadnr. que Juega co1l
«Ya no ha)• que <ie<eer viol~ncia so))1·e el adolescente imponiéndole maneras de expresarse que no
l"s palabras para l'rit1car egtos sistema$ de evaluación. En efecto. el "crónin10 resultanie, BlTCfl, existe
son las Sllyas. cnstrando su maravillo.so ,<Jan cspont~neo, p1ivándole de algo 1·an sagrado como es su
co1110 apela1ivo en inglés l' ciene un significado robsceno ( ~'pl'Osri1uta'). Por otra parte. decwde algo que
1dcnuclad. Conceptos como 'vulgarismo·, 'd1alecialis010·. 'falla ele orl<tgr..fia', 'mala conco1·clanda'. y
ts ,.::(t bircl:n" es c;ilifícarlo de "'puuida,,: y justo eso puede ser un Lesl Oc ~sros parl'l quien ~o ..::ufre. Tan1·
otros asl, ínhibicJores de la personaliuad. van siendo am.1mbauos para que Ja patria se pueble de ciuda-
poco parece ingél\11<\ Ja ah1Sión a la •hnm<>gene1uad culrnnih qu• la mclusl>:i\\ d~ los t"'-ts da por •11-
d~uos libre:-::, 1ndu.'io para n1ugir.,.
pucs<a y que dista mucho ele esrnr ~aranuiada. Agradezco a la autora In aclaración ele. estos extr<0mos.
LOS PROBLEMAS LlNGÜÍSTlCOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 241 242 EL LENGUAJE EN LA SOCl .tDAD

existe una relación inequívoca entre experiencias culturales por un ti co de sus hijos, la cuestión de la lengua, en particular la autonomía
lado y ese concepto abstracto que llamamos «inteligencia» por otro. del inglés negro, resulLó pertinente porque se alegó que un grupo lin-
Los tests de inteligencia están diseñados para excluir el sustrato cultu- güís tico, los hablantes de inglés negro, coincidía en este caso con un
ral específico a través del cual las personas perteneciente a las mino- grupo social. 9 El caso de Ann Arbor probablemente no se habría pro-
rías han ido consiguiendo su inteligencia. Pero, dado que muchos ducido o no habda sido ganado si la investigación sobre dialectos so-
aspectos de la inteligencia se aprenden a través de experiencias cultu- ciales llevada a cabo en la década de los sesenta y setenta no hubiera
rales o son mediatizados por ellas, es imposible diseñar un test inde- defendido que el inglés negro no era un sistema lingüístico deficiente,
pendiente del contexto y la cultura. Lo cual significa que todos los tests si.no diferente. El juez, que falló a favor de los padres, se dejó influir
tienen que ser interpretados desde el sustrato cultural de aquellos a los claram ente por el testimonio de los ex penos en socio.lingüística.
que se aplican, y desde un conocimiento de lo que el bilingüismo im- Tras la aprobación por el Gobierno Federal de Estados Unidos de la
plica, cuando entra en juego una segunda lengua. Bilingual Education Act [Ley de Educación Bilingüe) de 1968, se invir-
En un test de inteligencia aplicado a niños de baja renta hablanles tieron más de siete millones de dólares durante el curso 1969-1970 en
de portugués y res identes en Massachusetts, muchos de los sujetos se prngramas que atendieran a las necesidades educativas de los alumnos
mostraron incapaces de responder a la pregunta r.·De qué animal obte- «de limitado dominio del inglés,, en aquellas escuelas con una concen-
nemos el bacon? El cerdo es comida co1Tienle para la mayoría de las tración alta de alumnado de este tipo procedente de familias de bajo
familias portuguesas, pero a los oiüos les resultaba extraño el término nivel de ingresos. E ste presupuesto experimentó un incremento cons-
bacon. Si se hubiera preguntado ¿De qué animal obtenemos el chorizo? tante hasla 1980, en que alcanzó su punto máximo, 191 ,5 millones de
la cosa hubiera sido diferente. También se les preguntaba en d mismo dólares. El dinero se destinaba a promover iniciativas en educación bi-
test si era mejor dar dinero a una organización humanitaria recono- lingüe, que más tarde serían financiadas por el Estado y las fundacio-
cida o a un mendigo. Pero en la cultura de los entrevistados las organi- nes locales. En los p1imeros años se puso el acento en la educación ele-
zaciones humanitarias son casi inexistentes por lo que la única opción mental.
real para ellos era el mendigo. Los examinadores, sin embargo, que- Aunque la Ley de Educación Bilingüe proporcionaba a las escuelas
rían que el chico se inclinara por la otra solución. Tales sesgos cultura- la oportunidad de aplicar este tipo de programas, no les imponía la
les en los tests han llevado a los investigadores a recomendar medios obligación legal de hacerlo. Pero los pleitos promovidos anre los Lribu-
alternativos de evaluación menos basados en pruebas formales. nales en nombre de las minorías condujo en algunos casos a progra-
mas de educación bilingüe obligatoriamente impuestos. El caso más
famoso fue el de La.u contra Nichols (1970). en el que se interpuso una
Tomar las medidas adecuadas demanda contra el San Francisco Unified School District por parte de
los estudiantes chinos de la escuela pública. Se alegó que no exislían
La movilización de las minorías lingüísticas y la legislación enca- programas especiales para atender a las necesidades lingüísticas de
minada a promover Ja igualdad de oporLunidades han llevado en algu- esos estudiantes, que ello h acía que no se beneficiaran conveniente-
nos lugares al desarrollo y financiación de programas cuyo objeto es mente de la instrucción en inglés y que, por ende, no estaban reci-
terminar con las desigualdades lingüísticas. En algunos casos, sin em- biendo un trato igualitario.
bargo, se han dirimido en los tribunales cuestiones que, aunque no Los demandantes fundamentaban su argumentación no en razones
primariamente lingüísticas, sí han tenido implicaciones lil\::,cüísticas lingüísticas. sino en la Civil Rights Act [Ley de Derechos Civiles) de
importantes. El fallo de los tribunales de Ann Arbor sobre el inglés ne- 1964, que establece que «ninguna persona en E s tados Unidos será ex-
gro en Estados Unidos en 1979 es un buen ejemplo de litigio empren-
dido al amparo de la legislación sobre Igualdad de Oportunidades,
pese a que ésta no hace ninguna mención a la lengua: simplemente ga-
rantiza que a nadie se le negará una educación equitativa por razones 9. Dicho de OLJ'i\ [orma. existía un grupo 'c.>cüu al que 110 se oEreda iguald"<l de opor\unidacles
educati>a.• porque no ;e hacía n3da por removC'r una importante barrera que obstaculizaba su cau1ino.
de raza, color, sexo u origen nacional. Y así. cuando los padres de los º
la lengua que hablaban, la sazón el mglés 11c·gro. Dado que, según el <<"stimonio aporlado por los lin-
alumnos negros de Ann Arbor (Michigan) emprendieron ~m pleilo con- güiSl<1>. no 'e !!'ataba de Uila simple variedad del mgles. smo de una lengua diferente. crio lla en su ori-
tra la administración escolar por no tener en cuenta el sustrato lingüís- gen. era pr.,ciso tomar las medidas adecuad~ para que el !(Tupo en cu~;tión no resultara p erjudicado
por ella, y. por ende. ed<Kativameme discrimmado.
LOS PROBLEMAS I.JNGütsncos COMO PROBLEMA~ SOC IA U'.'-' 24. ~ 244 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

cluida por su raza, color u origen nacional, de ningún programa o acti- g]és como segunda lengua fuera una solución en los niveles elementa-
vidad subvencionada con fondos federales, ni se verá privada de sus les. Cuando en 1978 se propuso la renovación de la Ley de Educación
beneficios ni discriminada». Sobre esta base reclamaban un programa Bilingüe, un buen número de sistemas escolares habían aplicado ~das
de educación bilingüe. Perdieron el caso en primera instancia, pero el soluciones Lau» y puesto en marcha programas de educación bilingüe.
Tribunal Supremo les dio Ja razón en 1974: concluía este organismo En 1975 la US Civil Rights Task Force [Agrupación para los Dere-
que «la minoría chinohablante recibe menores beneficios que la mayo- chos Civiles de Estados Unidos] examinó un cierto número de centros
1·ía anglohablante por parte del sistema escolar de los demandados, escolares de diversos lugares del país que recibían ayuda federal. En el
que les priva de buena parte de sus posibilidades de participar en el condado de Dade. en Florida, 10 por ejemplo, descubrió que se estaban
programa educativo. cuando las disposiciones legales pertinentes pro- violando los derechos constitucionales de más de 10.000 alumnos de
híben cualquier signo de discriminación». El Fallo constituyó un hito, nivel elemental con sustratos lingüísticos diversos (portugués, griego,
puesto que por primera vez en Estados Unidos los derechos lingüísti- árabe, coreano, etc.). Puesto que el documento Lau había establecido
cos de los hablantes de una lengua distinta al inglés eran reconocidos que la enseñanza del inglés como segunda lengua no era un remedio
como derechos civiles. adecuado, se instó al condado a que proporcionara educación bilingüe
Para entonces, sin embargo, los estudiantes chinos ya habían re- a todos los estudiantes que no hablaran inglés o, de no hacerlo así, per-
nunciado a sus peticiones de educacjón bilingüe. Corno en el fallo de dería las subvenciones federales.
Ann Arbor. que establecía simplemente que la administración de la es- El modelo de educación bilingüe prescrito por el gobierno federal
cuela «tomara las medidas adecuadas» para asegurar Ja participación chocaba, sin embargo, en sus objetivos y principios, con una especie
igualitaiia de todos los estudiantes en sus programas educativos, el de «programa de eniiquecimiento» puesto en marcha por el condado
Tribunal Supremo no prescribía ningún remedio específico y sólo pe- de Dade en los primeros años de la década de los sesenta. Las regula-
día a la escuela que subsanara Ja situación de desigualdad existente, ciones federales defendían sólo un bilingüismo transitorio. lo cual sig-
apuntando hacia dos posibilidades: enseñar inglés a los estudiantes nificaba que los estudiantes y el centro serían juzgados por el dominio
chinos o darles las clases en su propia lengua. La solución adoptada del inglés proporcionado a los alumnos, de modo que éstos pudieran
fue organizar un programa de educación bilingüe para chinos, filipi- pasar sin problemas a la instrucción sólo en esa lengua. No había, por
nos e hispanos, que constituían más del 80 ºlo de los estudiantes con tanto, previsiones ni intención de conservar Ja lengua materna de los
poco o ningún conocimiento del inglés, y ofrecer la enseñanza de] in- estudiantes, que la abandona rían, presumiblemente, por su propia vo-
glés como segunda lengua a los demás grupos minoritarios. luntad, ante la falta de oportunidades para usarla y la ausencia de so-
Este fallo desencadenó otros casos y también alentó la expansión porte escolar. Los estudiantes irían recibiendo. por tanto, cada vez me-
de los servicios y Ja capacidad de elección propiciadas por la Ley de nos instrucción en su lengua nativa hasta que dejaran el programa,
Educación Bilingüe. Además muchos estados aprobaron preceptos le- mientras que en Dade se ven.fa preconizando una instrucción similar
gales que obligaban a la educación bilingüe, siguiendo el precedente en las dos lenguas y, por tanto, un bilingüismo más que transitorio.
establecido por Massachusetts en 1971. El fallo Lau sin1ió también de El resultado ha sido que aunque a los alumnos de origen cubano
i.nstrumento para establece1: a nivel federal. las directrices políticas les va mejor en las escuelas públicas del condado de Dade que a otros
que permitirían decidü· a las autoridades educai.ivas si un centro esco- hispanos en las escuelas públicas de otros lugares de Estados Unidos,
lar cumplía o no lo establecido por Ja Ley de Derechos Civiles. En un siguen sufriendo mayor fracaso escolar que los angloparlantes. Exis-
documento, conocido como «Lau Remedies» [«Las soluciones Lau »] ten también, sin embargo, escuelas privadas de bajo coste pai-a hijos
se pedía a la dirección de los centros que detectara a ]os alumnos que de obreros en el condado de Dade (y en otras partes de Estados Uni-
Lenían como primera una lengua dislinta del inglés y evaluara su do- dos) y en ellas se aborda de otra manera Ja educación bilingüe. El pro-
minio de las dos lenguas. En los niveles elementales la enseñanza de- fesorado está formado principalmenle por cubanos, nacidos y educa-
bía llevarse a cabo en la lengua que mejor dominara cada alumno, dos en su mayor parte en la Cuba anterior a Cash·o, Ja instrucción im-
hast.él que fuera capaz de sacar todo el partido posible a una i.nstruc- partida en las aulas refuer7.a los valores ac~prados en e] entorno
ción impartida totalmente en inglés.
El significado del documento es que prescribía una fom.1a transito-
ria de bilingüismo y rechazaba expresamente que la enseñanza d el in- 1O. En e~le condado vi"e Ja mayor panc de 1a <1bun<l:inte población cuban;1 <ld est~<lo.
LOS PROBLEMAS LlNGÜÍSTlCOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 245 246 F.L LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

predominantemente cubano de Miami. y el español es la lengua social vocabulario. b información general y otrns aspectos ve1·bales que supon-
en esas escuelas. Aunque la mayoría de Jos temas se explican en inglés, gan trato desigual. A los niños de 01igen mexicano y cliino ya ubicados
el desarrollo del español en todas sus facetas se considera fundamen- en clases para alumnos retrasados se les aplicarán nuevos tests en su len-
tal. Se espera y se consigue que los alumnos lean y escriban en espa- gua nativa y se evaluará de nuevo solamente su rendimiento en tests o
secciones de tests de tipo no ve1-bal [ ... ] Cualquier centro que tenga un
ñol, de acuerdo con las normas de los hablantes monolingües de Cuba.
desajuste significativo entre el porcentaje de alumnos de origen mexi-
El éxito que obtienen estas escuelas puede atribuirse aJ prestigioso es- cano que asisten a las clases normales y el de los ubicados en dases para
tatus concedido al español. Qué lengua ostenta la preeminencia no es retrasados deben explicar tal desajuste.
cuestión importante en ellas, puesto que ninguna de las decisiones cu-
niculares depende de eso. En los años siguientes a este fallo, cerca de 10.000 alumnos perte-
El número real de alumnos que en este momento está recibiendo necientes a grupos minoritarios fueron recolocados en clases normales
en Estados Unidos educación bilingüe representa sólo la cuarta parte en el estado de California. No obstante, el uso de la lengua nativa para
de la población potencial a la que está destinada. En la mayoda de los evaluar a los alumnos que muestran discrepancias entre su inte)jgen-
casos no se intenta mantener la lengua nativa de los escolares y en más cia verbal y no verbal sólo es adecuado en los primeros años de resi-
de la mitad de los centros no se usa en absoluto para materias tales dencia en el nuevo país. Después de ese pedodo van perdiendo progre-
corno matemáticas, ciencias, etc. 11 sivamente el dominio de su lengua debido a la intensa exposición a
Los pleitos ante los tri bunalcs en los últimos años de la década de Ja otra.
los sesenta y primeros setenta pusieron también en claro el derecho La legislación y las recomendaciones de los tribunales sobre los de-
de los estudiantes bilingües a evaluaciones no sesgadas y a procedi- rechos lingüísticos de las minorías han ido por delante de las técnicas
mientos de clasificación adecuados. Uno de los casos cla\(es fue el fa- y la experiencia requeridas para ponerlas en práctica. En los años se-
llado en California en l.970 (Diana contra el State Bom-d o( Education). senta y setenta nadie tenía muy claro cómo diseñar, en la lengua nativa
Se presentó una demanda en nombre de nueve alumnos de origen me- corre¿pondien te, tests para estudiantes procedentes de las minorías
xicano que habían sido colocados en una clase para deficientes menta- sociales o cómo determi.nar cuándo los estudianres tenían «Un domi-
les basándose en los resultados de un test de inteligencia aplicado en nio limitado del inglés» y les eran, por tanto, aplicables <das solucio-
inglés. El tribunal dictaminó que el sesgo cultural inherente al test su- nes Lau».
ponía una discriminación contra los demandantes.
Las partes llegaron a un acuerdo que establecía lo siguiente:
Educación bilingüe: ¿conservación o asimilación?
Todos los alumnos cuya lengua nativa sea disrinta del inglés deben
ser evaluado~ en ella y en inglés. [ ... ]Tales alumnos deben ser evaluados
sólo con tesis o secciones de tests que no dependan de factores como el De alguna manera resulta curioso que una de las razones por las
que mucha gente ha visto tao negaLivamente la educación bilingüe en
Estados Unidos haya sido el miedo a que ello sea un intento de preser-
v-a1~ las-leñ.'g uas -y, por implicación, Ja's 'cultw·as- diferentes del in-
J]. Mie111rns e11 los paises di: Hispanoaniérica pueden plantearse problemas de educación bilin·
güe semeJa.nte8 -•l/l.lta1U r11u11Jndis- a los descritos parn Estados Unidos, dada la existencia de len- glés. A menudo los que más abiertamente se oponen son los· inmigran-
guas indígenas \'ariad~s. nlgl1nas ml•Y ex1end1das, ~n Espa1b el enfoque d e la cuestión ha de se~ forzo- -t~s a los que no se aplicó ningún tipo de medida y que desde el princi-
same.nlc diferente. Ell Galicia y el País Vasco, en efecto, los que hablan sólo casrellano no se siente11 es-
ponlanean>ente impelidos a ap1·cnder galkgo o eusquera. dado que su lengua madre les permite
pio hicieron lo posib.le por asimilar cuanto antes el modo de vida
perfeclamente la comunicación. está implantada en el entorno --eon frecuencia d.o forma exclusiva o americano. Una persona que emigró de Alemania a los 9 aüos y que re-
mayorit:ui.a- y se rrata de una lc.ngt111 .ixcendida y prestigiosa. Los motivos para rccíbi1· instrucción en cibió una escolarización normal en inglés escribía una carta a l New
la on·a Jengrn1 Licnen, por 1a1110, raíces distinu1s a las u1ilita1ias (solidaridad, idcolog(a, etc.). y si esa ins-
tn1cción se nace oblig<1toria puede pm·ecer" ;;lgunos lll'bltraria y generar conílicw. Las mismas condi- York Times (18 de febrero de 1981) en la que decía: «Tengo el convenci-
<.:iones se repiten bá.sica1nenlc en Catah11)a, si bien nqui interfiere la llamada · doble diglosia• , rótulo miento de gue una educación biJingüe me habría impedido la integra-
que trala de recoger el l'alor que par~ muchos ca.~tellanohablante~ li~ne el ca1alán como insln1men10 ción.» Otra persona, hablante de yiddish , esctibía (Ne>v York Times, 3
de avance social.
En <.lcfinili\'a, mienlrll.> 4'"' cm Estados Unidos la .:ducación bílingue es ñntC todo una concesión de noviembre de 1976): «El método bilingüe probablemente confunde
sod;)I a lo.~ inmigl'anlcs. en Espatia ~e convierte con fre~ucncia en una conquisrn poJíuca, lo que ncct:~ más que ayuda. La exposición dia1·ia al inglés produce un progreso
sariarnente ha de marcar ~u 1111plan1ació11 y aplkac1ón. '·
LOS PROBLEMAS LINGUÍSTfCOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 247 248 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

más rápido y más efectivo que la dilución en un proceso bilingüe.» 12 rios a corto plazo y controlar la Lnmigración, para que no se refuercen
El ex pres idente Reagan se manifestó también rotundamente en las tendencias a la segregación llngüística. La organización abre sus
contra del mantenimfento-·dé las lenguas nativas de los emigrantes y puertas a todas aquellas personas «que consideren que el inglés es y
~!1d~n?. la idea como anlipatriót_ica. En un discurso pronunciado a nte
debe seguir siendo la única lengua del pueblo de Estados Unidos.»
un grupo <le alcaldes dijo (según el New York Tímes de 3 de marzo de Ya en 1988 Hayakawa enviaba una carta a sus vo tantes del área de
198 1): «Es completamente errón eo y antiamericano man tener un pro- Washington, DC, para informarles de que:
grama de educación bilingüe que persigue expresa, abiertamen te,
Nos hemos embarcado en la polflica del llamado «bilingüismo» que
mantener su lengua n ativa y plivarles de un dominio adecuado del in -
convierte a las lenguas extranjeras e n competidoras de Ja n uestra [ ... ] la
glés que les permita acceder al mercado de trabajo.» Las palabras de educación bilingüe prolongada que p rac tican los centros públicos, y las
Reagan son un ceo de las de uno de sus predeceso res. Roosevdt, q ue papeletas de voto multilingües a menazan con dividirnos en fracciones
en 19 18 decía: «No tenemos habitación aquí sino para una sola lengua, marcadas por la lengua [ ... ] ayúdanos a reunir el dinero necesario pa ra
y es a lengua es el inglés, porque intentamos ver cómo del crisol surn:e emprender una vigorosa campaña que devuelva al inglés el derecho a ser
el pueblo d e Es tados Unidos, la nación estadounidense y no u na pol í- la lengua de todos los ciudadanos de Estados Unidos. Todas las aporta-
glo ta casa de huéspedes, y no tenemos habitación sino para u na sola ciones son deducibles en la dedaración de la renta. Ya Lenemos bastan-
lealtad, la lealtad a E stados Unidos.» tes problem as como nación para que e ncima te ngamos que habla r con
La antipatía hacia el multiculturalismo y el multilingüismo parece intérprete. Todavía estamos a tiempo de cambiar el desviad o curso de las
inherente a l carácter del ciudadano de Estados Unidos. Una deºsus más cosas y asegurar para nosotros y nuestros hijos las ven tajas de una len-
gua común [ ... ]. En una nación plural como la nuestra el gobierno debe-
recientes manifestaciones es la English Language Act [Ley de la Lengua
ría fomentar las semeja nzas que nos unen y no las diferencias que nos
Inglesa], aprobada en California y otros estados, que hace del inglés la
separan.
lengua oficial de uso público. El precepto legal es resultado en buena
m edida de los esf"\.1enos de la organización Hamada «US English», fun-
En I 983 el presidente Reagan propuso recortar los presupuestos
dada por el ex senador Haya kawa para presionar en favor de una en-
para educación bilingüe y hacer más flexibles las soluciones adoptadas
mienda constitucional que convierta el inglés en la lengua oficia l del por los diversos centros escolares para educar a los alumnos con un
país. 13 La o rgaruzación busca tarnbLén abrogar las leyes que establecen dominio deficiente del inglés. El Congreso escuchó las alegaciones de
que las papeletas y el material el ec toral se ofrezcan en varias lenguas,
la NABE (National Association for Bilingual Education [Asociación
restringir Ja financiación por parte del gobierno de programas transito-
Nacional para la Educación Bilingüe)) y de US English. NABE arguyó
que la educación bilingüe tenía ventajas demostrables, como eran los
mejores resultados de los alumnos en las evaluaciones, y su mayor au-
12. Con moti\·o del rno\•imien10 <'n fal'or <le Ja oficializ:1ción <ld ingMs que, b:1jo Ja consigna Ea-
g/ish 011/.r (.Sólo inglés• ). se ~stá produciend.1 en lO•ta<los Unidos. el cliiu·io El Paú de 15 de noviembre toestima e integración en la comunidad. Acentuó tam bién el v~ lor de
de 1995 recoge el 1esumonio <le Mari& L<•¡;ez Olfn. una cubo.na enviada <le n.inu pm· sus padres a l:sta- las lenguas disüntas al inglés como un recurso natural digno de ser de-
dos Unidos, que hoy go7.a <le una privilegiada posicióu c·n ese país.
•Si tenernos que ser frn ncos - les <lijo en inglés Maria López Otfn " Jos congrcsisl"as-. tenemos
san-oJJado y aprovechado para construir sobre él. US English, por su
que reconocer que algunos n or lc.~mericanos son ho.<l iles a la inmigraci,ln y a los inmigrantes, y apoyan par te, alegó que la educación bilingüe retrasaba la adquisición del in-
el ingl ~s por r azone• de exclusión. no <le inclu•ión. Sin e mbargo, este hecho desafortunado no debe im- glés y la integración del estudiante_
pedimos ver la reall<lad de q11e el conoc1miento del I nglés~ d"cis1vo para triunfar en fo sociedad norte-
ame-ricann.:.
Con ugunwntos sm"l.Ílares. s1e1e de las ocho personas que prestaron declaración anee la CámaJ-a de
Represe n1.:intes, entre ellas un~ <loctor¡, de origen ind io. un JLl&Hdor d<' fútbol húng<1ro y un empresar.~9
chile no. ~-e ~>rom111ciaron '' (avor <le la o(\cia\i1.ación del inglé.s. Su preocupación ~' qt1e. mientra-' los in-
¿Inmersión o swnersión?
migrantes se mantengan apegados a su lengua y a sus costumbre.<. nun.a progresarán ad•'Clladarnemc.
13. Como queda clicho en nor:i au1erior, en eslos momentos. finales de 1995. tornando como diS< Muc hos políticos y educadores estadounidenses han ci tado de
ct1lpa el rdef.!ndum reciente mente celeb!'lldo en el ve.cm<> Quebec, Ja.., presioues son can fuertes qt1e
una Comisión dd Co11greso está e.<tudhuido propucslas d~ ley que cstnblc.:cn . en efecto. esa oficializa-
forma inapropiada el éxito de los programas de inmersi6o en Canadá
ción del inglés, con la consiguiente cliounación de ayudas al español v otJ"as lcngt1as. El presidente de la para justificar una actuación similar con las minorías lingüísticas de
Cámarn de Represen:ames. Newt Gingrich. ha pron 1eudo que el Congreso votará en los próximos me- Estados Unidos. Pero las cuestiones que se pla n Lean son diferentes en
ses ~ fo"or de un~ ley de exeh1si1"idad del m gles, y .us Engh>h• procl~ma que e\ 91> % de l• población
c.s partidann de 1a1 n.1edida, ranto por razones ~u lt urul~s con10 ccon6m1cas. los dos países, y en consecuencia lo son tam bién los contextos en que
LOS PROBLEMAS LINGÜÍSTICOS COMO PROBLEMAS SOCJALES 249 250 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

la adquisición tiene lugar. En Canadá los estudiantes son predominan- Podemos comparar, por ejemplo, la política educativa practicada por
temente de habla inglesa y la lengua en que reciben instrucción (el Alemania y Suecia con los hijos de los trabajadores que llegaron en
francés) es la minoritaria si consideramos la sociedad como un todo, gran número en los años sesenta y setenta con motivo de la expan-
aunque en el contexto internacional se trale de un idioma de conside- sión económica. En Alemania los hijos de los inmigrantes pueden re-
rable prestigio e importancia. A pesar de sus semejanzas superficiales, cibir su instrucción en seis tipos de clases diferentes: pueden asislir a
los programas estadounidenses de sumersión de las minorías y los las clases normales impartidas en alemán, con mínima o nula consi-
programas de inmersión d e Canadá son distintos y llevan a d istintos deración especial hacía su falta de dominio de esa lengua. Pueden
resultados. En Estados Unidos. en efecto, no hay intención de dar re- también optar por clases diseñadas para hijos de emigrantes, en las
conocimiento institucional a las lenguas minoritarias y el hecho de que siguen los planes alemanes ordinarios, pero separados de los ha-
que algunos grupos de estudiantes sobrevivan tanto a los prngramas blantes de alemán. Si asisten a escuelas preparatorias internaciona-
de inmersión como a los de sumersión no significa que sean necesaria- les recibirán cursos intensivos de alemán como segunda lengua. Se
mente los medios de educación más adecuados para todos los estu- trata en todo caso de situaciones Lransilorias cuyo objetivo natural
diantes. pretende ser la integración fina.! de los alumnos en las clases alema-
El tipo de programa elegido tendrá típicamente, aunque no siem- nas ordinarias.
p re, consecuencias diferentes en contextos dife1-entes. Los programas Hay otro tipo de programa transi torio que proporciona instrucción
de inmersión suelen desembocar en un bilingüismo aditivo, es decir, en la lengua nativa durante varios años y clases de alemán como se-
tratan de añadir una segunda lengua sin amenaza1· la primera. La len- gunda lengua. En algunos casos es obligatorio el cam bio a las clases
gua nativa del alumno se conserva y desarrolla, aunque no haya tenido ordinarias en alemán al llegar a sexto curso. En otros casos el paso es
una instrucción tan intensa como sus compañeros monolingües de opcional, pero ocurre con frecuencia que los profesores de la lengua
centros en que esa lengua es mayoritaria. Es en este tipo de contexto nativa no quieren que los alumnos se cambien para no quedarse sin
en e] que los investigadores canadienses han obtenido la mayor parte trabajo, y los profesores alemanes pueden también recibir presiones
de los frutos positivos ligados al bilingüismo. Los resultados de los lla- por parle de los padres alemanes porque no quieren que sus hijos es-
mados «programas de protección» ( «shelter programs») en Escandina- tén en la misma clase que los alumnos extranjeros. Así que, en la prác-
via podrían también ser descritos como bilingüismo aditivo. tica. muchos dejan la escuela en sexto o no cambian. Por último algu-
En los programas de sumersión, en cambio, la segunda lengua va nos alumnos tienen la opción de asistir a clases organizadas por sus
minando gradualmente el dominio de la primera. Es lo que se ha lla- países con los planes de estudios propios de éstos e impartidas en su
mado «bilingüismo sustractivo o destructivo» y es un bilingüismo in- lengua materna. Se trata también de un modelo segregacionista y no
completo. De Eragmenta1io e incompleto en las dos lenguas lo han cali- .persigue el bilingüismo, aunque al mismo ·-llempó ·e·s el único pro-
ficado, en efecto, muchos investigadores, particularmente en Escandi- grama que intenta conservar la lengua y cultura originales. Y desde
navia, que llaman a los que lo muestran «semilingües» o «doblemente luego es la única opción razonable si el alumno tiene la intención de
semilingües». Los resultados negativos asociados con el bilingüismo volver de nuevo a su país y reintegrarse en él, porque las clases alema-
(cociente intelectual más bajo, rendimiento más pobre en tests lingüís- nas ordinarias lo seg1·egan y alienan asimilándolo a los valores e ideo-
ticos, etc.) se han obtenido en buena medida en programas de sumer-
sión con bilingüismo sustractivo. Las implicaciones políticas están cla-
ras, aunque continúan pasándose por alto. establece que en la •educación infantiJ. y primer ciclo <le •pnmaria>• se utilizará la lengua matema del
En la práctica la situación en cad a país es compleja y a menudo alumno, í\unque ya St! le irá inh.:¡aodo en la orra; en Jos ciclos segundo y tercero de aprin1a ri.a~. en «se-
cundaria• y en •b<1chiller;no" se e.,tnblec:en una serie <.le materias que deberJn impartirse nhhga1ona·
son posibles soluciones individualizadas dependientes de cada tipo de mente en gallego, y .~e deja a criterio dd ccotro la len~ua u tilizada para las otras, aunque, en tocio ca.<o,
alumno y de una serie de circunstancias cambiantes según el lugar. 1•1 •se cuidará y respetará d equilib1io cnlre las dos lengu<ls oficiales•. En C..talw1o, a p;1rtir de la Ley de
Nomialización Lingúísrica (l 983), lo habi1ual era que los colegios ofreeieran una linea ele instrucción
en castellano y otra r.n cataMn según la lengua matema tli: los alumnos. más una lerecra /1úea, ll:11w<da
14. Ello es can cierto que el tenrn de la educación bilini!i"ie en Espai'la no sólo resuJta peculiar en .de inmeJ"Sión,., para castellanohablantes que qu1sier:rn recibir las enseñanU1s sólo en ca1aiá11 nada
co11.1paración con otros pafses, sino qtte ílclem;I,; prcsenlil difcrt:ncias tle unas comun idades a oiras. Así. más pisar la escuela. La aumi1ústración aucónoma b" aprovechado la reforma .,ducaliva <le la LOGSE
la A<ln1inístr<1ci<"i11 vasc:l propone a los padres .2legir entre el n1odelo A (educac ión 5<\lo en castellano). el p;1ra generalizar de [orni" obliga to1ia esta 1erc.,ra linea y ha establec1clo una lla.mad:i ..a1e11c·i ón :nd.ivi-
D (educación sólo en 1•asco. ~alvo las asignalurns de l<'ngua y liceraturn espM>olns). y un modelo mixto di1alizaua• para aq11ellos alu1nnos ca.>\cllanohablentes que ¡:rndi.,rru1 aei:cSirnrla. T:1\ general11.ació11 cJ,,
- el B- en que las <los lenguas se equilibran . E11 Galic1a un deaeco muy reciente (s;,p1iembre de 1995) la t.!nseiiarrz.a en catal~1n ha 5uscitado una vi\'a. con tro\'tr.$!a social. Ju rfd1ca e ;nduso dcntíf.ic:\
LOS PROBLEMAS l.INGl:ís-ncos COMO PROBLEMAS SOCIALES 251 252 EL LENGUAJE EN l.A SOCIEDAD

logía de Alemania . Podemos ver claramente cómo la educación que re- ..minorías en el lugar donde se instalan.1 s Así, los programas que preser-
ciben los hijos de los inmigrantes contribuye a reproducir el estatus . van el monolingüismo en la lengua materna igualan a los alumnos con
subordinado de sus padres y permite al país receptor consen1ar el con- sus compañeros del país de origen, pero a Ja vez los mantienen en una
rrol sobre su destino final. Cuando la expansión económica comenzó a posición tan débil como la de sus padres en el pais que los acoge: no
declinar en la década de los setenta era preferible exportar capital a los están en condiciones de reclamar sus derechos y son siempre poten-
países subdesarrollados, cuyos salarios eran bajos, que importar traba- cialmente repatriables.
jadores. Como las tasas de desempleo comenzaron a crecer en los paí- El monolingüismo en la lengua mayorita1ia conseguido por medio
ses europeos, mucha gente comenzó a decir que los trabajadores ex- ·de la sumersión protege a los alumnos mediante su asimilación a la
tranjeros debeiian volverse a casa, porque eran una carga pai-a los ser- cultura dominante. La diferente política educativa que predomina en
vicios sociales y quitaban empleo a los nacidos en el país. Alemania frente a Suecia se explica por el distinto estatuto y función
La educación para los hijos de extranjeros en Suecia pertenece a que tienen las minorías en los dos países. No es extraño, pues, que los
tres categorías. La más habitual es la asistencia a las clases suecas or- investigadores alemanes y suecos no se pongan de acuerdo sobre las
dinarias, aunque es posible que e l a lumno reciba antes algún tipo d e estrategias educativas que hay que aplicar a los hijos de los inmigran-
enseñanza del sueco como segunda leng ua e incluso instrucción suple- tes. En Escandinavia, en efecto, r ecomiendan que se les eduque en su
mentaria sobre algunos temas en sueco y/o en la lengua materna. El lengua nativa y se les enseñe la lengua mayoritaria como segunda. Se
centro decide si el alumno necesita enseñanza suplementaria en sueco, oponen, como se oponen también las personas implicadas, a que se in-
y si es así, debe seguirla obligato1iamente. En cambio la enseñanza cluya a los alumnos directamente en las clases normales ünpartidas en
de y en la lengua mnrerna es voluntaria, excepto en áreas donde haya la lengua del pais. En Alemania, por e l contrario, muchos expertos re-
el suficiente número de estudiantes qu e la quieran. Una segunda op- comiendan la integración rápida en las clases en alemán y se oponen a
ción es que el alumno asista a clases atendidas por un profesor sueco y la instrucción en lengua nativa. Las minorías inter esadas están dividi-
un profesor de su misma nacionalidad y en las que se mezclan estu- das con respecto a esta cuestión: en Berlín, por ejemplo, los tu rcos
diantes sue<.:os y estudiantes extranjeros de un solo país. Son las llama- quieren la enseñanza en alemán para sus hijos desde el comienzo de la
d as «clases compuestas o d e cooperación ». Durante una parte del escuela primaria, mien tras que los griegos prefieren la enseñanza sólo
tiempo los grnpos se separan y cada uno recibe las clases de su propio en griego durante los primerns años. Las actitudes de las minorías ha-
profesor y en su lengua nativa; el resto del tiempo se juntan y la e nse- cia la enseñanza en su lengua materna y hacia su conservación refleja
ñanza es en sueco. En la práctica, la enseñanza recibid a en la lengua la opinión que tienen sobre la asimílaci.ón cultural en general. No obs-
materna por los inmigrantes es escasa y decrece gradualmente, dado tante, tanto en Alemania co~-e·ri Si.i"ecia·fos· expeirtos piensan que es-
que el objetivo es que en cuarto sean ya capaces de seguir las clases tán recomendando lo mejor para los niños en las presentes circunstan-
sólo en sueco. De modo que en definitiva se trata de un modelo asimf.=-1 cias socioculturales. Así, lo que los investigadores alema nes quieren es
• •• ••·• ·- . .• 1
lacionista de bilingüismo transitorio. -· asegurar la no segregación y por eso envían a los alumnos a las clases
--p·~¡·¿ltimo cabe también la posibilidad de asistir a clases donde la alemanas normales.
instrucción se imparte principalmente en la lengua materna, con el
sueco como segunda lengua, y donde los alumnos son todos de la
misma nacionalidad . Esta situación se mantiene durante tres años, en Semilingüismo: una nueva teoria del déficit
los que se va incrementando progresivamente el tiempo dedicado a l
sueco. Sólo el 10 % de los alumnos hijos de inmigrantes se beneficia- En Suecia la política adoptada se ha visto influida en parte por
ron de este tipo de clases en J 981 y, dado que es el modelo que ellos cie1·tas polémicas conclusiones de los investigadores referemes al «Se-
mismos prefieren, ha habido presiones crecientes para se aplique con
más extensión. Su objetivo final es el mantenimiento de la lengua ma- 15. Y de circunstnncias socia l ~ y poll!ic;;s diversas. cQn10 las que.., dan en hu coniunitlades bi-
terna. lingües de Espa11a y a l:1s que ya se aludjó en u.na nota an1e1ior. As!. el hecho de que los castellanoha.
blan1es no V"'1n rnzones prác1icas en la adquisición de la m 1ev• lengua y si posibles ti·ab~s para el pe,..
Sólo es posible evaluar cada una d e las modalidades que venimos fe.;cion"mico10 de la propia y para el sprcndizaje de otras niatcnns. puede tlar lugm -y de hecho a!;f
exponiendo dentro del contexto de las relaciones entre los países que na O<:un ido- a con(hclOS diversos, que han sallRdO a Ja pJ'cMa y« J~ lrib\lnnl<"S \"que han imp) icacJo
envían y que reciben a los emigrantes y d el estatuto y función de las C<•n frecucnci• a l•s instituciones polrricas y lingúfsticas.
LOS PROBLEMAS UNGÜfSTICOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 253 254 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

milingüismo". Este término se ha usado para describir las capacidades algo sobre el valor de sus contenidos, Jos tests de inteligencia se han
lingüísticas de algunos hablantes bilingües cuando se cons.idera que convenido en un imento más sofisticado de cosificar la misrna metá-
son deficientes o incompletas. Desde una perspectiva histórica y polí- fora. Las medidas que resullan de ellos son considerablemente más
tica es significativo que el término haya surgido en conexión con el es- absu-actas, pero su relación con el concepto general de inteligencia no
tudio que del uso del lenguaje hacen las minorías étnicas. El término está dara, como no lo está la noción misma de «inteligencia». Muchas
se ha usado mucho en el debate canadiense sobre bilingüismo y ha ad- personas son conscientes de ello, pero, pese a todo, los resultados de
quirido también cierta notoriedad en el Reino Unido. Los términos los tests han sido mal ulihzaclos, particularmente en el caso de los grn-
«semiiingüismo» y «doble semilingüismo» suelen, sin embargo, defi- pos de lenguas minoritarias.
nirse tomando como referencia la noción, más bien idealizada y estre- Vemos también que la__'.'.metáfara del r~cipientch interactúa con
cha, de «Competencia plena o total» en una determinada lengua. Se una metáfora espacial que-fomenta J ai-~fo-a de liria relación en tre forma
dice de alguien, por ejemplo, que es «semilingüe» si conoce menos vo- y contenido. Suponemos que más fonm1 equivale a más conteni.do. Las
cabulario que Jos individuos monolingües del mismo grupo social y del expresiones lingüísticas son concebidas como recipien tes cuyos conte-
mismo nivel educativo. Puede esperarse, además, que el sernilingü.e se nidos son los significados. La metáfora del recipiente resulta proble-
aparle de la norma en las dos lenguas que maneja. mática cuando se traduce a medidas desarrolladas por la industria del
Subyace a estas ideas, sin embargo, una concepción equivocada de test. Es decir, desde d momento en que nociones corno uha bilidad
la naturaleza del lenguaje y de lo que constituye la competencia en una para extraer sign.iCicados» se convierten e11 cif-rns rn.ed:iante, digamos,
lengua. Para conceptual:izar ésta, en efecto, se ha empleado de forma uo test de lectura, la persona que no tiene éxito con él no es sólo un in-
implícita la «metáfora del recipiente": como éste, Ja competencia dividuo que hace ma l Jos tests ele lectura, sino alguien «incapaz de ex-
puede estar «llena» o ·«parcialm.ente llena». Desde la perspectiva de la lraer significados». Del mismo modo, cuando los aspectos cognitivos
historia de la ciencia ello quizá no deba resultamos sorprendente, del lenguaje son evaluados mediante lesls de producción de sinónimos
puesto que la metáfora del recipiente es básica en el sistema concep- o de creación de nuevas palabras, de quien no los haga bien no se dirá
tual humano y se ha aplicado a las capacidades intelectuales en gene- sólo que no sabe buscar sinónimos o creat· palabras sino que i<carece
ral también en otros campos científicos. Basta con reparar simple- de los aspectos cognüivo·s necesarios para el desarrollo dd lenguaje».
mente en que la craneometría, es decir, la medida del tamafio y volu- Por este camino es fácil llegar a ercer que medidas de tipo abstracro,
men del cerebro, es una aplicación literal de la metáforn: «La mente es generalmente cuantitativas, como número de piezas léxicas, tiempo de
un recipiente.» Una vez reificada la noción de que Ja mente está si- respuesta, etc., son más reales y fundamentales que los datos mismos.
tuada en el cerebro y de que éste es el centro de la inteligencia es fácil Una vez que cienos rasgos como dominio de la sintaxis compleja, orto-
comprender por qué algunos científicos del XTX creyeron que se podía grafía, puntuación, e tc. , se establecen como medida de la capacidad
medir la inteligencia midiendo el volumen de lo que la contiene. lingüística, a duras penas se plantea ya nadie qué significa usar la len-
La polémica suscitada p01· la craneometrfa no quedó confinada a gua de forma eficiente y qué papel desempeñan en ese uso eficiente los
las publicaciones académicas o especializadas, sino que llegó a ser rasgos señalados. Los tests usados en el ámbito académico sólo indi-
centro de interés de la prensa popular, particularmente cuando los re- rectamente tienen algo que ver, corno ya he mostrado, con lo que el
sultados se usaban para probar que la supuesta inferioridad de algu- sentido común Jlamaría un usuario competente de la lengua.
nos grupos raciales, y también de las mujen~s, estaba genéticamente Muchos estudiantes pertenecien tes a los gn1pos minoritarios consi-
condicionada. El trabajo de los antropólogos contribuyó a rechazar la guen desarrollar capacidades comunicativas en la nueva lengua dentro
influencia de las medidas craneanas corno índice de la capacidad men- de los dos primeros años de contacto con ella, mientras que en o tras
tal al mostrar que variaban ampliamente entre individuos de un áreas se quedan atrás y necesitan más de siete años para alcanzar el ni-
mismo grupo y a lo largo de la vida de un mismo individuo. vel de sus compañeros monolingües. La razón por la cual la capacidad
Lo que fue para el siglo XIX la craneometría lo han sido para e! XX conversacional se adquiere más fácilmenle estriba en parle en que está
los tests de inteligencia. El mal uso de los tests mentales no es inhe- siempt·e ligada a till con texto y los niños Ja aprenden por medio de la
rente al uso mismo de tests, pero procede en buena medida de la fala- interacción con sus compañeros. En cambio la clase de corrocirnientos
cia de la reificación. Del mismo modo que la craneometría se asentaba requeridos para hacer bien los tests es considerablemente más abs-
sobre la ilusión de que lo que llenaba la cavidad craneana nos decfa tracta y se aprende en buena medida mediante entren amiento escolar:
256 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD
LOS PRODLEMAS UNGüiSTICOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 255
lugares en que las lenguas están en contacto suele darse una conside-
La mayor parte de los tests y demás instrumentos de evaluación se ba- rable va1iación intergeneracional en la fonna de usarlas y cambios
san en el supuesto de que es posible tomar analíticamente aspectos di- muy rápidos en los repertorios comunicativos. Es fácil ver cómo no-
versos de la competencia lingüística y manipularlos sin referencia a su
ciones del tipo «dominio a medias», «dominio total», etc., suponen
contexto de uso, lo cual es muy discutible.
procedimientos de evaluación. Pero por el momento no existe acuerdo
Es verdad que algunos de los rasgos superficiales de 1<1 lengua pue-
entre los investigadores del lenguaje infantil acerca de cuál es el pro-
den medirse fácilmente, pero también lo es que hay una relación in-
versa entre lo que puede medü·se y cuantificarse fácil.mente y su im- ceso de desatTollo c<nonnal» en los niftos monolingües, y no digamos
portancia para la comunicación eficiente. Los rasgos más visibles y re- nada en los bilingües. Para empezar, la mayor parte de los estudios se
C\.11Tentcs. como el vocabulario o la pronunciación, son medidos desde han centrado en niños de la clase media. Para seguir, aunque podría
el momento mismo en que el niño inicia su andadura escolar, y se hace alegarse que algunos fenómenos de contacto reflejan las consecuen-
sin tener en cuenta su relación con otros niveles de la organización lin- cias de una incompleta adquisición de la lengua, est<i noción resulta
güística. La razón por la que se miden esos rasgos y no otros es porque imposible de definir: si suponemos, en efecto, que para que la adquisi-
creemos tenerlos bien identificados y porque su inventario es relativa- ción sea completa ha de conocerse la variedad estándar que maneja el
mente fácil e.le delimitar y no por su verdadera significación para el monolingüe, entonces el español de los bilingües californianos de se-
aprendizaje y desarrollo lingüísticos. Con frecuencia el progreso del gunda y tercera generación debería considerarse una variedad adqui-
alumno se mide longitudinalmente, comparando las puntuaciones ob- rida de forma incompleta, pese al hecho de que tales hablantes son ca-
tenidas en Jos mismos o similares tests a lo largo de los ;.1ftos. Esta paces de comunicarse tluidamente en español en todos los dominios
práctica parte del supuesto de que si un rasgo resulta signiñc:ativo en donde es apropiado que usen esa lengua. No debe evaluarse la compe-
una determinada etapa, seguirá siéndolo en las sucesivas. Se ha de- tencia de esos hablantes midiendo el control que tienen de las catego-
mostrado, sin embargo, que esto no es así, por ejemplo, para la lec- rías y reglas del código monolingüe, algunas de las cuales no existen
lura, habilidad esencial en el éxito escolar: en el proceso de aprender a en su propia habla. Sí la evaluación aspira a ser m edianam ente fiel ha
leer, los niveles pertinentes del lenguaje varían de una etapa a otra. de estar sóHdamenle basada en un conocimiento de las normas de de-
De1 mismo modo que no está claro quién puede ser tachado de «SC- sarrollo para las dos lenguas, de los fenómenos de interferencia y de
milingüc,,, lampoco lo está cuándo alguien es un hablante bilingüe los patrones de sociaJización.
ideal. Ya indiqué en el capítlllo 2 que allf donde hay bilingüismo social Las consecuencias lingüísticas y sociales de usar dos o más lenguas
o individual, las dos lenguas están diferenciadas desde el punto de para diferentes funciones no son las mismas en todas pa1·tes. L<i com-
vista funcional y coexisten en una re.lación de diglos"ia. En situaciones petencia comunicativa se configura de una manera o de otra según
tales, no se desarrolla la misma competencia en las dos lenguas o va- sean los patrones de uso, y lo mismo pasa con las actitudes y creencias
riedades, aunque juntas sa tisfagan todas las funciones encomendadas de la comunidad acerca de esa competencia. Ciertos tipos de bilin-
a la lengua única en 1as comunidades monolingües. En muchas de las güismo pueden llegar a ser «problemáticos» cuando una sociedad per-
investigaciones sobre bilingüismo, sin embargo, la noción de bilin- cibe las capacidades de un hablante como «inadecuadas» o «inapro-
güismo equilibrado o compensado (balanced bilinguczlism) ha funcio- piadas)) para hacer determinadas cosas con dete1minados medios lin-
nado como sinónimo implícito de bilingüismo «bueno» o «completo» güísticos. Es evidente que la noción de habilidad lingüística ha de
y utilizado como patrón para medir los otros tipos de bilingüismo y ca- definirse d e modo que miremos la producción de los niños bilingües
lificarlos como «inadecuados» o «poco desarrollados». Muchos de es- más como estrategias en su actuación que como déficit en su compe-
tos términos retlejan el sesgo introducido por una teoda lingüística
tencia.
que convierte en centro primario de su "interés la competencia ideal del
La pregunta que ha de hacerse es qué objetivos persiguen las dife-
bablahte monolingüe de las comunidades de Europa occidental y ele
rentes sociedades cuando tratan de convertir a los alumnos en mono-
Estados Unidos, comunidades que, en conjunto, muestran un alto
grado de estabilidad y autonomía y poseen lenguas estándar altamente lingües o bilingües. Éstos se ven con frecuencia atrapados en un
codificadas y aITaigadas tradiciones prescriptivas. círculo vicioso: puesto que la escolarización no es capaz de mantener
El término «bilingüismo equilibrado» o «bilingüismo compen- la lengua nativa, el dominio de ésta suele ser pobre; pero al mismo
sado» reíleja también una concepción estática de. la lengua. Pero en lo!> tiempo no hacen progresos en la leugua de la escuela, y son tachados
de semilingües, a menudo argumentando que el bilingüismo impide su
LOS PROBLEMAS LlNGüfSTICOS COMO PROBLEMAS SOCIALES 257 258 EL LENGUAJE EN L4 SOCIEDAD

desarrollo en la segunda lengua. Con lo que resulta que la incapacidad ción española: Clases, códigos y control, ll, Ton-ejón de Ardoz, Akal Universita-
de la escuela para desarrollar la lengua materna del alumno acaba sir- ria, 1988.]
viendo para legitimar la opresión que se ejerce sobre él. [La lis ta de características del código restringido que aparece en la nota 3
Hemos visto que «educación bilingüe» puede significar cosas dife- está tomada de F. Lázaro, Curso de LengHa Espai'íola, Madtid, Anaya, 1979,
p. 435. Véase lambién al respecto el arlículo de Rita M. Radl Phillip y Miguel A.
rentes en contextos diferentes. Si operamos a partir del sentido común Santos Rego «En lomo a los códigos sociolingüísticos de Basil Bernstein»,
y llamamos así sólo a los programas educativos que usan las dos len- Educación y Sociedad, 4, 1985, p. J 14.]
guas en la misma medida, muchos no merecerían realmente ese nom- El libr~ de Kenji Hakula Mirror of Language: The Deba1e on Bilingualísm
bre. Por otra parte, la «misma» política educativa puede llevar a resul- (Nueva York: Basic Books, 1986) y el de Tove Skutnabb-Kanga Bilingua/ism or
tados diferentes, dependiendo de las variables ele partida. La política Not: The Education of Mirwrities (Clevedon, Avon : Multilingual Matters, 1984)
tradicional que han aplicado la mayor parte de las naciones a las diver- proporcionan buenas panorámicas de las implicaciones políticas del bilin-
sas minorías que hablan una lengua distinta ha sido, ya lo manifiesten güismo.
de manera expresa, ya se deduzca implícitamente de sus actuaciones, Una revisión crítica del s.emilingilismo puede encomrnrse en el artículo de
la de erradicar la lengua y cultura nativas y asimilarlas a las de la ma- Ma.ri.lyn Martin-Jones y Suzanne Romaine "Semilingualism: A Half-Baked The-
yoría. Un ejemplo muy claro sería el de los gitanos en Finlandia, cuyos ory of Communicative Competence», App/ied Linguistics, 6 (1985). pp. 105-J l 7.
El es tudio de la actividad Llamada «sharing time» se em:uentra en el ur-
hijos son colocados en las clases ordinarias, sin ninguna consideración
tículo de Sarah Michaels «Sharing Time: Children's Nan:alive Styles and Diffo-
hacia su lengua o cultura y sin ningún intento de proporcionar ense- rcntial Access to Literacy», Language in Society. 1O (1981), pp. 423-443 .
ñanza en la lengua madre o entrenamiento extra en finlandés. Eso sin [Los ejemplos sobr·e el cambio de normas en la Gram<'i.tica de la Academia
contar que con frecuencia la educación de esos alumnos supone alejar" están tomados de José J. Gómez Asencio, «Gramálicos para lodos los guslos:
los de sus padres y de su propio grupo culttu-al. leístas, laístas y lo fs l<ls», en Philologica. Homenaje a D. At1t0nio Lloren.re, Sala-
Quienes proponen programas educativos que conserven la lengua manca, Universidad de Salamanca, J 989, l. n. pp. 377-378. El comentario iró-
malerna tienen unas detenninadas ideas políticas acerca del valor del nico sobre el nuevo enfoque de Ja enseñanza de la lengua es de Femando Lá-
pluralismo cultural y de los aspectos negativos de la asimilación for- zaro Can-eter, y fue publicado en el diario !\F.JC de 9 de julio de 1989.]
zosa. Parten del supuesto de que el derecho a la propia lengua es un El libro de George Lakoff y Mark Johnson Metaphors We Live By (Chicago:
derecho humano fundamen t~)-_: · · Univcrsity of Chicago Press, 1980) mueslra cómo las metáforas inlluyen en los
procesos humanos de conceptualización. [Traducción española: Metáforas de
la vida cotidiana, Madrid. Cátedra, 1986.]
El libro de Stephen J. Gould The Mismeasurement o{ Man (Harmonds-
Bibliografía anotada worth: Penguin, l981) discute algunas de las concepciones erróneas que subya-
cen a los tests de inteligencia. [Traducción española: La falsa medida del hom-
El epígrafe que encabeza este capítulo eslá tomado de Ralph Grillo, Domi- bre, Ban;elona, Orbis, 1987 (2.º ed.).]
nanr La11guages: Language and Hierarchy in Britain and France (Cambridge: El estudio sobre los Roadville y los Trackton se encuentra en Shidey Brice
Cambridge University Press, 1989). Healh, Wa.ys wíth Words (Cambridge: Cambridge University Press, 1983).
Para una exposición de las cuestiones ligadas a la educación de las mino- Los sociolingüistas se han ocupado también activame nte de los problemas
rías en Canadá véase Jim Cumrnins, Bilin.gualism a;1d Specia! Educa/ion: l ssues ligados al uso de la lengua en profesiones como la medicina y el derecho. La
in Assessment and Pedagogy (Clevedon, Avon: MulLilingual Malters; 1984).
compilación de Trudgill Applied SocioLinguistü.:s (Nueva York; Academic Press,
Uno de los artfcuJos m<ís importantes entre los que demuestran la gramati- 1984) revisa algunas de las aplicaciones de la sociolingillstica a los problemas
calidad del inglés negro es uThe Logic of Non-Standard Englishn, de William
comunicativos de la sociedad; la de Robert Di Pietro Linguistics and the Profe s·
Labov; se recoge en su libro language in the Jnner City (Filadelfia: University of
sions (Norwood . NJ: Ablex, 1982) examina el funcionamiento de la comunica-
Pennsylvania Press, 1972). pp. 201-240. [Existe traducción española de los
ción en la esfera profesional. Hay también muchos otros volúmenes de especia-
fragmentos más importantes: «La lógica del inglés no standard», Educación y
listas que tienen que ver con áreas conc1·etas como la lengUé1 en los juzgados
Sociedad, 4, 1985, pp. 145-168.]
-por ejemplo, el libro de William. M. O'Barr, Linguistíc Evidence: Language Po-
Los ejemplos de código restringido y elaborado están tomados del articulo
wer aiul Slrategy in the Courtroom (Nueva York: Academic Press, 1982)- o la
de P. R. Hawkins «Social Class, the Nominal Group and Reference», en Basil
lengua de los sordos -véase la compilación de Ceil Lucas The Sociolinguis1ics
Bernstein (ed.), Class, Codes and Control, 2. Applied Sti1dies towards a Soci.o/ogy
o( the Dea( Community (New York: Academic Prcss, 1989).
of Lan.guage (Londres: RoutJedge and Kegan Paul, 1973), pp. 81-92. [Trnduc:-
260 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

Este típo de sociolingüística no se opone realmente al difundido


paradigma de la lingüística chomskiana salvo en que loma sus datos
de hablantes auténticos en situaciones efectivas de comunicación, y
no de la introspección y los juicios sobre la gramaticalídad de una se·
rie de enunciados sacados de contexto. Podría verse, pues, simple-
mente, como una nueva forma de recopilar datos, lo cual es un logro
importante, pero no una forma radicalmente distinta de construir una
teoría del lenguaje. Ello lleva a plantear la relación entre una teoría so·
CAPÍTULO 8 cial del lenguaje y la teoria lingüística al uso.
No todos los estudiosos están de acuerdo en los límites y relaciones
CONCLUSIONES entre lingüística y sociolingüística. Cierto manual de sociolingüística,
por ejemplo, defiende que la sociolingüística es la rama de la lingüís·
tica que estudia «esas propiedades del lenguaje y las lenguas que
Desde la perspectiva adopLada en este libro he defendido que la lengua requieren referencia a factores sociales y contextuales para su explica-
no tiene una existencia separada de la realidad social de sus usuarios. ción». Otro comenta que la «verdadera sociolingüfstica» debería pro·
Aunque el lenguaje es condición previa para la vida en sociedad, no existe ponerse «mejorar la teotia lingüística y desarrollar nuestra compren-
por sí mismo ni se limita a reflejar ningún tipo de realidad preexistente. sión de la naturaleza del lenguaje», pero -y ello se afirma de manera
He intentado mostrar cómo los conocimientos acerca de la lengua y de la muy categórica- no convertir la lingüística en una ciencia social.
sociedad se enn·emezclan, y para ello he puesto de manifiesto las diversas Otros, en cambio, no estarian satisfechos con tan limitadas y estrechas
maneras en que los hablantes codifican las diferencias sociales al elegir caracterizaciones de la sociolingüística como rama de la lingüística, y
ciertas variantes y no otras de lo que se considera una misma lengua, o al han propuesto una teoría del lenguaje «socialmente constituida». Uno
elegir una lengua y no otra de entre las que tienen a su disposición. de ellos señala, por ejemplo, que él siempre se ha resis tido al término
Comenté en el prólogo que la sociolíngüística carece de un marco «sociolingüfstica», porque «implica que puede haber una leoría lin-
teórico convincente en el que situar y explicar sus hallazgos. Los socio- güística satisfactoria que no tenga carácter sociah>. Para elaborar esa
lingüistas han mostrado \a importancia de la heterogeneidad y desa- sociolingüística «socialmente constituida», sus hallazgos deberán ser
rrollado poderosos métodos estadísticos para analizarla, pero algunos interpretados en el marco de una teoría social, pero ello nos retrotrae a
críticos señalan que no la han «explicado,,. Claro que en los debates la acusación de que tal marco no existe. ¿Cuáles son las perspectivas
sobre el tema no se han puesto de acuerdo en qué signi[ica «explicar» para desarrollarlo? 1
algo ni tampoco en lo que implican las nociones de causa y efecto. Ello Parece razonable suponer que uno de los fines de la sociolingüís-
es particularmente cierto en estudios que hacen uso de los análisis tica sería explicar los patrones de variación del lenguaje identificando
cuantitativos para poner en correlación variables lingüísticas y socia- las fuerzas o agentes sociales que los producen. Serfa semejante a lo
les. De hecho, es casi paradójico que para muchos esle tipo de trabajo que un físico, por ejemplo, tratatia de decir sobre las relaciones regu-
(expuesto en el capítulo 3) sea sinónimo de «sociolingüística,,, y digo lares entre la presión y el volumen de un gas: las diferencias de presión
que es paradójico porque en muchos casos, una vez que han obtenido explican las diferencias de volumen porque las causan. De hecho esta
muestras de habla de un grupo de hablantes que representan determi-
nadas categorías sociales, la investigación se centra casi enteramente
en cuantificar, fom1alizar y analizar las variables lingüísticas. Las cate- 1. Los manuales hispánicos más frecuentes -véase bibliograffa- insisten, aunque wto• con ma-
gorias sociales, corno clase, género, etc., se tornan como dadas, y el yor rigor y claridad de idellS que otros, en el carácter intrínsecamente lingUfslico de 111 disciplina, que se
contexto social que motivó en primera instancia la recolección de da- apresut'llll a dt!Slindar de Olnls coincidenies parcialmente en su objelo, como Ja sociologin del lenguaje,
la dlalectolog!a, la einografra, la elnometodología y la lingUíslic;i a seca,. También insisten en general
los se pierde a menudo de vista en el producto final. En tales estudios -aunque ahOl'a 1ambi~ n u nos más qu~ otros- en la ciL;i que l• propia autora ;icaba de mencionru·: no
se olvida con frecuencia que los hablantes crean e interpretan la len- es posible una teoría !ingliísrica satisfactoria que no renga carácter social. Bien es venlad que lue~o to-
gua y no se limitan a responder pasivamente a variables como estilo, dos ellos, como parece obligado en un manu;il y como hace t<1mbién el que el lector tiene entn: las ma·
nos, van tocando aspeecos 1¿má1i cos dil'ersos que 1rndicionalm¿ntc se han 1·elacionado con In sociolin-
pertenencia a una clase social. etc. giiística y que no neccsariamenL~ vienen enhebrados en un hilo ll!órico L1ni1ario.
CONCLUSlONES 261 262 EL LENGUAJE EN LA SOCrEDAD

regularidad constituye una ley física, conocida como ley de Boyle. Po- como los gases. Los objetos inanimados no eligen ni deliberan sobre
dríamos formalizar así este razonamiento (x es la presión del gas e y su las acciones que van a emprendet: Las elecciones humanas, además,
volumen): son significativas. Es altamente improbable, por ejemplo, que a mí me
dé por empezar a usar más oclusivas glotales en mi habla [o que un es-
x establece correlación con y pañol decida conservar sistemáticamente la -d- en las terminaciones
x explica (causa) y en -ado) si no tiene u na razón para hacerlo así, como podría ser el de-
seo de identificarse con la geme que procede de la misma forma. De
Tratemos ahora de trasladar este esquema a la sociolingüística_ En hecho yo cambio sistemáticamente cierras palabras de mi vocabulario
el capítulo 3 examinamos cómo la red social en que se mueve una per- según esté en Gran Bretaña o en Estados Unidos, y, para referim1e al
sona tenía un efecto sobre el habla. Comparábamos, en concreto, dos ascensm~ uso lift en vez de elevator o viceversa; [de la misma manera,
mujeres de clase obrera de Belfast, Paula y Hannah, que actuaban de los hablantes argentinos que vienen a Espaüa suelen emplear coche y
una forma completamente distinta, y explicábamos sus elecciones lin- no cano como en su país]. Alguien podría entonces decir que hay una
güísticas en función de las diferentes redes sociales que les eran pro- correlación regular entre estar yo en Estados Unidos y decir elevator,
pias. Muchos otros estudios sociolingi.iísticos mencionados en este li- pero no es una correlación necesaria. Siempre puedo decir lifi si me
bro establecen corI"elaciones similares entre el uso de la lengua y facto- apetece e incluso en alguna ocasión me he olvidado de dónde estaba y
res sociales como clase social, género, estilo, etc. Pero ¿podemos decir he dicho la palabra «equivocada». Tampoco el mero hecho de estar en
que esos factores «causan» en algún sentido Ja conducta lingüística en un país o en otro explica, en el sentido riguroso del término, por qué
cuestión? Es decir, el objetivo es intentar formalizar los hallazgos en el hago esa elección. Se trata de un simple acto de acomodación moti-
esquema explicativo de arriba y reemplazar x por un concepto como vado por mi deseo de ser entendida.
red social o clase social, e y por una conducta lingüística determinada, El resultado de cualquier evento lingüístico vendrá dele1minado
como el uso de oclusivas glotales o la elección del español en lugar del tanto por las elecciones efectuadas por los hablantes como por las con-
inglés. diciones sociales, económicas y políticas imperantes. ExisLen, además,
Pero en seguida resulta evidente que las correlaciones sociolingi.iís- otras limitaciones, gue son las que me impone la lengua que hablo y
ticas no son explicativas en el mismo sentido causal que la ley de mi propia capacidad física y mental. Vimos en el cap(tulo l que algu-
Boyle. En otras palabras, el hecho de pertenecer a la clase media y no a nas lenguas exigen la codificación de ciertas distinciones de género,
la clase obrera, de ser una mujer y no un hombre, de moverse en una cortesía y deferencia y que tales distinciones pueden resultar difíciles
red social densa o difusa no «causa» que hable de una detenninada si no imposibles de evitar. 2 Del mismo modo de nada sirve que yo pre-
manera. Las correlaciones entre categ01ias lingüísticas y sociales no tenda hablar como un neozelandés si raramente he estado expuesta,
nos dicen qué clase de lengua elegirá un determinado individuo en una como es el caso, a los modelos de habla de Nueva Zelanda.
determinada situación o por qué. Por el contrario, conocer la presión Algunas personas consideran una mala noticia la incapacidad de la
de un gas pennite hacer una predicción sobre su volumen. La razón sociolingüística (y de las ciencias sociales en general) para ser explica-
por la que las explicaciones sociales tienen un carácter distinto es que tiva de Ja forma en que lo son las ciencias fCsicas. Para dkhas personas
los se1-es humanos son, hasta un cje1·to punto, agentes libres y, dentro esto significa que la lingüística ni es ni puede ser una ciencia. Sin em-
de ciex1os límites, pueden elegir. Son, además, capaces de reflexionar bargo, examinadas más de cerca, leyes como la de Boyle no son tam-
sobre sus actos y modificarlos en virtud de las decisiones que toman. poco explicaciones realmente satisfactorias a menos que sepamos algo
Mientras que yo no puedo, por ejemplo, desafiar la ley de la grave- sobre lti estructura molecular y tengamos una teoría sobre el compor-
dad y decidir salir indemne tras tirarme de un edificio de cincuenta pi- tamiento de las moléculas cuando son sometidas a presión. Es más, la
sos, sí puedo tomar la determinación de usar en a<lelante más oclusi- ley de J3oyle predice la conducta de los gases «ideales» en condiciones
vas glotales o incluso, más arbitrariamente, llamar cegatos» a los pe-
rros. La existencia de elección significa que cualquier estudio sobre la 2. Cualquier h~blanre d~ espal)ol sobe. e11 efecto, lo dificil que 1·.-.suha el diálogo con u11;i persona
conduela humana debe tener en cuenla qLte el resultado de un deter- con h:l que no se tiene claro s1 ulil.Pz.ar el 1U o el usted. Más cliflc1l ~ún e.s e"·irnr Ja~ referencias al se"to
minado evento no estará enteramente gobernado o no será predecible de los ínLerlocutorc~. que se rcfleJ& coustanten>ente en la 1erminación dé noo\bre.s, pronon..bres y acl-
_ieú\:os
por la misma clase de leyes que se aplica a los objetos o sustancias
CONCLUSTONES 263 264 EL LENGUAJE EN LA SOCIEDAD

«ideales», es decir, en situaciones experimentales rigurosamente con- dad simbólica del gobierno para controlar y mantener el carácter fran-
troladas en que, por ejemplo, la temperatura de los gases es constante. cés de un territorio situado en un entorno predominantemente angló-
Lo mismo se aplica en buena medida a nuestros ejemplos lingüísticos: fono. Los hablantes de inglés de Quebec y de otras partes sentían que
las correlaciones entre estructura lingüística y estruclura social no ex- esos rótulos representaban un asalto a sus derechos individuales. El
plican nada a no ser que las enmarquemos en una teolia más general Tribunal Supremo de Canadá dictaminó, en 1988, contra el uso de ta-
sobre la conducta de los seres humanos. les rótulos, considerándolos una violación de la Carta de Derechos Hu-
De modo que conceptos como clase social o red social no explican manos del propio Quebec.
satisfactoriamente el origen, mantenimiento y cambio de los patrones Los rótulos, lógicamente, contienen una carga simbólica conside-
de habla si no fonnan parte de una teoría más general de la conducta rable. No se limitan a identificar plazas y lugares: revelan las jerar-
social y del significado de las acciones humanas. Los hallazgos de las quías sociales. 3 La historia política de Jerusalén queda resumida en los
investigaciones basaili'ls en el concepto de clase social suelen partir del rótulos multilingües que llenan la ciudad. Los escritos en tres lenguas,
consenso como fundamento de la sociedad. Así, la «explicación» ofre- con el inglés arriba y el árabe y el hebreo debajo, datan del período en
cida en el capítulo 3 para los fenómenos de hipercorrección y ultraco- que Palestina estaba bajo dominio británico. La conquista jordana
rrección supone que la gente que forma parte de una comunidad de dejó sólo dos lenguas, árabe e inglés, con aquél en primer lugar como
habla tiene nom1as de evaluación compartidas, de modo que, por símbolo de la preeminencia de Jordania. La ausencia del hebreo pro-
ejemplo, todo el mundo, independientemente de la clase a la que perte- clamaba 1a ilegitimidad de las pretensiones judías. Cuando los israelíes
nezca, sería consciente del mayor prestigio asociado con el uso de Ir/ se hicieron con la Ciudad Vieja en 1967, los rótulos volvieron a ser tri-
posvocálica [en inglés, o de Id! final de sílaba en español] dado que la lingües, pero esta vez el hebreo ocupaba la cabecera, y el inglés y el
usa la clase media. Por esta razón la clase obrera trataría de adoptar árabe quedaban debajo.
esta norma en los estilos formales de habla. Pero tal explicación no da Las lenguas y las variedades lingüísticas están siempre en compe-
cuenta de por qué la clase obrera sigue conservando su forma de ha- tencia, y a veces en conflicto, como en los casos de Quebec y Jerusalén
blar y no usa Ir/ posvocálica en su habla cotidiana. Por otra parle, si con los que hemos ejemplificado. Los sociolingüistas han tendido a ig-
todo el mundo compartiera siempre las mismas normas, las lenguas norar las teorías sociales basadas en el conflicto, pero merecerían ma-
no cambiarían. La coexistencia de normas diferentes dentro de una co- yor atención. Se ha intentado también una aproximación basada en la
munidad de habla es un requisüo para el cambio noción de «mercado lingüístico», que toma como punto de partida
La pe1vivencia de variedades no estándar .y de lenguas minoritarias la idea de que la lengua es una especie de capital social y cultural que
sugiere, en contraste con el modelo basado en el consenso, que hay puede convertirse en capital económico. En la mayor parte de las so-
confüclos y divisiones en la sociedad. Ya señalé en el capítulo 3 que los ciedades urbanas occidentales, objeto típico de los esludios sociolin-
patrones sociolingüísticos pueden ser vistos como índices de desigual- güísticos, el uso ele la lengua estándar funciona como la ((divisa fuerte»
dad y del grado diferente ele acceso que tienen los hablantes a las len- del mercado lingüístico.
guas de prestigio. También he mostrado aquí cómo las lenguas esrán- Sin embargo, en la época en que la ciudad de Berlín estaba divi-
dar quedan constituidas en virtud de lm acto de poder político y social dida, el alemán estándar no solía representar capital económico al-
por parte de sus hablantes, y cómo las diferencias lingüísticas instau- guno en la z.ona Este, dado que los profesionales no tenían ni el presti-
ran y transmiten desigualdades en poder y eslatus. Es interesante a gio ni el poder adquisitivo de sus colegas de la zona Oeste. En el Berlín
este respecto que Chomsky confesara su perplejidad cuando se le pidió occidental el dialecto local se asociaba con un sistema de valores vir-
que hablara sobre lenguaje y libe11ad. Pese a haber dedicado su vida al tualmente no existente en el Oriental, donde incluso lo utilizaban los
estudio del lenguaje y a pesar de su intenso activismo político, encon- profesionales. Puesto que el prestigio social no estaba relacionado con
Lraba problemático tal título. «¿De qué forma -se preguntaba- pue- la profesión, la variedad lingüística utilizada no reportaba beneficios
den conectarse lenguaje y Libertad?»
Los hablantes de lenguas minoritarias a los que se niega el derecho
3. La polémica de los r61ulos salla a la v1s1a de cualquiera que viaje por la< c~rreteras españolas.
a usar su propia lengua Lendrían muchas respuestas para Chomsky. En sobre todo si pertenecen a comunidades bilingües. Los hay sólo en castellano. sólo en la 01ra lengua de
Quebec, por ejemplo, la polémica ley que obligaba a que todos los ró- la comunidad, los hay bilingües en w1 onlen y en el otm, y los hay ptirnorosamenle trazados. modifica-
dos. redise1\ados o anulado~ por el e5pománeo loc.11 de la brocha y el aerosol.
tulos e indicadores estuvieran sólo en francés representaba la capaci-
CONCLUSlONES 265
266 EL LEJ'.;Gl/AJE EN LA SOCIEDAD

económicos significativos. A lo sumo, el dialecto de Berlín represen-


taba en la zona Este, bajo el régimen socialista, algún tipo de capital todolog(a sociolingüística en una concepción lingüística que se em-
cultural. La reuníficación de la ciudad bajo una democracia capitalista peña en permanecer asocial con su distinción entre conocimiento de la
lengua (es decir, compelencia) y uso de la lengua (esto es, actuación.).
debería ser aprovechada por los sociolingüistas para observa1· las in-
Por eso yo he llamado a esta introducción a la sociolingüfstica «El len-
teracciones entre lengua y cambio en la estructura social.
guaje en Ja sociedadn y no «El lenguaje y Ja sociedad».
Otra posibilidad de acercamiento no basado en las clases sociales y
en el consenso entre e1!as es el que toma como punto de partida el
modo de vida y los tipos diferentes de redes sociales que surgen en
Bibliografía anotada
el seno de Jos subgrupos sociales y económicos. Por ejemplo, el modo
de vida de la mayor parte de los profesores universitarios de las socie- Se dan varias definiciones de la sociolingüistica y se exponen sus rdado-
dades occidentales se caracteriza por el establecimiento de redes so- nes con la lingüística en William Do1,.1J11es. La11g¿1age arid Sociely (Londres: Fon-
ciales laxas. Presentan una alta movilidad geográfica y social, desde el tana, 1984 ), Pe1er Trudgill. «lntroduclion: Sociolinguisti<.:s and Sociolinguis-
momento en que su carrera se desalTolla a menudo en niveles interna- tics», en Sociolinguislics Pa11erns in Britislz En.glish (Londres: Edwarcl Arnold.
cionales. En el curso de sus contactos con otros colegas a través de 1978), pp. 1-18, Del! Hymes, Fo1.mdatiOn$ irz Sociolfrrgiú>!i<;s (Filadelfü1: Unj-
conferencias o del correo electrónico contraen relaciones superficiales versity of Pe(lJlsylvania Press. 1974), y William Labov, Socíoli11.guistic Patlems
con personas cuya capacidad profesional conocen pero con las que no (Filadelfia: University of Pennsylvania Press. 1972) [traducción española de
este último libro: Model.us sociolingiiíslicos, Madrid, Cátedra, 1983). [Para el
conviven en la vida diaria. Una idea importante que no se maneja en
mundo hi.sp~nico pueden ver;;e los t.r:es manuales siguientes: H. López Morales.
los primeros estudios sobre redes sociales y que sí aparece en el mo- Sociolingiilstica. Madrid, Credos, 1993 (2.ª c<l.); C. Silva-Corvalán. Sociofin-
delo del «modo de vida» es el potencial que tienen los diferentes tipos güística. Teoría y análisis. Madrid. Alhambrn. 1989; K. Rotaetxe, Sociolingaís-
de redes sociales para ejercer un poder económico y social fuente de tica, Madrid, Ed. STntesis. 1988. Los tres conciben la sociolingüístic.a como una
conflictos y desigualdades. Cuanto más poderosas son las redes más ciencia lingüística y los tres tratan lemas diversos. pero d de S ilva-Corvaltm es
fácilmente imponen sus normas a los demás. La habilidad de las redes el más «Variacionista», de rnodo que dedica más de las tres cuartas partes del
para ejercer este poder variará dependiendo del tipo de sociedad, de la libro a la variación de elementos dentro del sistema; el <le Rotaelxe es c.I más
estructura política, etc., como ya he puesto de manifiesto en el ejemplo orientado sociológicamcnte a la hora de seleccionar los temas tratados. mien-
tras que 1;.•J Je Lópcz Morales mantiene al respecto un de1·to equilibrio.]
de Berlín. Dentro de esta visión de la estructura social, ]as redes ope-
Los comentario~ de Noam Chomsky sobre lenguaje y libert<.1d pueden verse
ran sobre una base de consenso, mientras que las diferencias de clase en su libro For Reasom o{ State (Nueva York: Panthcon, 1970) (traducción es·
crean conflicto. paii..ola: Por raz.ones de Estado, Ariel, Barcelona, 1975].
Si bien es cierto que no existen por el momento teorías sociales que El análisis de los rótulos de Jerusalén está tomado del libro de Bcrnard
permitan a los sociolingüjstas integrar sus datos en ellas y cubrir todos Spolsky y Robe11 L. Cooper The languages of Jerusalem (Oxford: Oxford Uni-
los aspectos del uso del lenguaje que he tratado en este libro, tampoco versíty Pre.SS, 1991 ).
hay razones para abandonar la empresa. La sociolingüística es todavía El artículo de Suzanne Romaine «Tbe Status of Sociofogical Modcls and
una disciplina joven y se requiere más investigación empírica sobre so- Categodes in Explaining Language Variation•>, linguistische Berichie, 90
(1984), pp. 25-38, examina el estatuto explicativo de la sodolingüística.
ciedades y culturas no occidentales. Como señalé en el prólogo, lama-
La noción de «mercado lingübtico» :;e ha uliliz.ado en bs investigaciones
yor parte de los sociolingüistas ha preferido ignorar el papel que tiene sociolingüísticas llevadas a cabo en Monrreal. como el arlfculo de David San-
la lengua a la hora de construir la sociedad,4 de modo que para fortale- koff el al. «Montreal French: Language, Class and Ideofogy», en Wah Wolfram
cer los cimientos de Ja teoría probablemente habrá que recurrir a una and Deborah Sh.riffrin (eds.), Language Change and Varialion (Amste rdam:
colaboración más estrecha entre lingüistas y sociólogos. También John Benjamins, 1989), pp. 107-118. Norben. Dittmar, Peter Schlobinsky e Inge
tengo muy claro que hay pocas posibilidades de llegar a una teoria so- Wachs tratan sobre el modelo del mercado lingü(stico en relación con el dia-
cial del lenguaje que sea satisfactoria si nos limitamos a injertar la me- lecto de Berlín en su artículo «The Social Signifícance of the Berlín Vernacu-
lar», en la compilación de Norbert Diltmar y Peter Scltlobinsky The Sociolin -
guisrics o{ Urban Venwculo.rs: Case Snidies and Their Evalualion (Berlín: De
Gruyter. 1988), pp. 19-43. En ot ro artículo de los mismos autores recogido
4. Con frecllellcia cons1tleran. al m~nos en el muntlo hispánico, que dio co!Te.>pontle a una ele tarn bién en esta co1npilación y tiwlado uComponents for an Overarching Theo-
las eient1•s colintlame., con la snciolingt.ifslica. que S\1elc denominarse •sociología tlel lenguaje•.
CONCLtJSION"ES 267

retical Perspective in Sociolinguisrics» (pp. 114-144) se esta blecen los paráme-


tros que deben ser lenidos en cuenta para la constrncc ión de una teoría socio-
lingüistica.
El artículo de Lesley y James Mil roy «Social Netwo rk and Social Class: To-
ward an lntegi·ated Sociolinguistic Model», Language in Society, 21 (J 992).
pp. l -26. explora el uso de los m odelos basados en el <.:onílicto social y la no-
ción de «modo de vida», en u n intento de reconc iliar los estudios basados en la
dase y los basados en las redes sociales.

ÍNDICE

Sobre las características de la traducción y adaptación . . . . . . 9

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1. La lengua en la sociedad/La sociedad en la lengua . . . . 17

Lengua frente a dialecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18


Lengua y dialecto en Papúa-Nueva Guinea. . . . . . . . . . . . . . 18
Lengua y dialecto en Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Inglés: lengua y dialecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Acento frente a dialecto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Registro y estilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Comunidades de habla y competencia comunicativa. . . . . . 39
Lengua. sociedad y realidad: ¿palabras diferentes, mundos
diferentes? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Bibliogra(fa anotada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

2. Elección de la lengua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

Multilingüismo social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
Dominios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
Diglosia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Desplazamiento (shift) y muerte de una le ngua . . . . . . . . . . 68
270 i NDlCE INDICE 271

Alternancia o mezcla de cód igos (code-switclúng) .. . .... . 74 Estructura ........ . ....... . .. . ..... ... ... .. . . .... . 203
Bibliografía anotada . .. . ... ........ . . ... . . . ........ . 83 Vocahula1io ... .. . ................. . ............ . . . 214
Pidgins y criollos en su contexto social ................ . 220
Bibliograffa anotada ......... . ....... . .. . ....... ... . 224
3. Patrones sociolingüfsticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

Lengua y clase social . ... ............ . . . .. . .. . ... .. . . 89 7. Los proble mas lingüístic os como problemas sociales .. 227
Estilo ........... .. . . ... . .. . ... . .... .... . .... . .. . . 96
Lengua y estilo .. ...... .. . ............. . .. .. .. . . ... . 97 Lengua y fracaso escolar .. . .. ... .. .. ... .... . .. ...... . 227
Gén ero .. . ... . .. . . ....... . .. ...... . .. . ... ........ . 100 Diferencia frente a défidt ...... . ... .. . . .. ... . ...... . . 23 1
Lengua y ed ad . .. . ... ... ... . .. ... . ...... . ... . ... .. . 102 Diferencias lingüisticns en el a ula .... . .... . .. .. .... . . . 233
Lengua y red social (socia l net work) . ................. . 103 Por qué Johnny no sabe leer ......... . . .. .... .. ...... . 239
Normal ización o estanda1izació n ......... . ....... . . . . . 106 Exámenes y tests: ¿quién decide lo qu e es correcto? .. ... . 239
Bibliografía anotada ............ ..... .. ..... ....... . 119 Tomar las medidas adecuadas .... . ... . .......... . ... . 241
Educación bilingüe: ¿conservación o asimilación? .. . . . . . . 246
¿Inmersión o sumersión? . . ......... . . .. . ... . ....... . 248
4. Lengua y género.... .. .. . ... . .................. . .. . 123 Semilingüisrno: una nueva teoría del déficit ....... . .... . 252
Bibliografía anotada ... .. .. ...... . . . . . . ......... ... . 257
Sexo y género ........ ... . ..... ........... ... . .. .. . . 125
¿Lenguaje a la medida del var-ón? . . .. . ... . ........... . 130
Aprender· a hablar como una dama .. . . . .... . . . .. . ... . . 142 8. Conclusiones ..... . . . ......... . ...... . . . ...... .. . . 259
«Cotillear» frente a «hablar de trabajo» ..... . ... . ... . .. . 150
La r eforma d e la lengu a: ¿un in Lento fe menino equivocado Bibli ografía a notada ...... . . ..... . .... . ............ . 266
d e cambiar la historia) ........... . . .... . . . . . ..... . 151
Bibliografía a notada . . .. . ... .. ...... . ....... . . .. ... . 159

5. El ca mbio lingüístico desde una perspe ctiva s ocial . . . . 163

Dialectologfa y cambio lingüís tico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163


El tiempo del cambio: real versus aparen te. . . . . . . . . . . . . . 173
Cambio lingüístico e ideología social... . . . . . . . . . . . . . . . . 180
Bibliografía anotada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192

6. Le nguas pidgins y criollas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . J95

Distribución. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
Orígenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 1

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