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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

ONOMATOPEYAS DEL EUSKARA: ANÁLISIS Y EJEMPLOS

Iraide Ibarretxe Antuñano

Indice

1-. INTRODUCCIÓN: ONOMATOPEYAS, IDEÓFONOS, SIMBOLISMO FÓNICO… UN FENÓMENO


POCO ESTUDIADO EN LA LINGÜÍSTICA VASCA

1.1. Posibles razones y causas de la marginalidad de las onomatopeyas en los estudios


lingüísticos.

1.1.1. Influencia de la opinión de los lingüistas más clásicos e influyentes

1.1.2. Diversidad de ‘etiquetas’ y delimitación del contenido

1.1.3. Peculiares características lingüísticas

1.1.4. Utilización en registros orales

1.1.5. Dificultad para su traducción

1.1.6. Uso con marcada carga sociolingüística

1.2. El estudio de las onomatopeyas en euskara: antecedentes

2-. CARACTERIZACIÓN TIPOLÓGICA DE LAS ONOMATOPEYAS

2.1. Rasgos estructurales

2.2. Morfosintaxis

2.3. Semántica

2.4. Pragmática y uso

3-. ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE LAS ONOMATOPEYAS VASCAS

3.1. Rasgos estructurales en las onomatopeyas vascas

3.1.1. Uso de la reduplicación total y / o parcial

3.1.2. Fonología y prosodia inusual

3.1.3. Fonestemas

3.2. La morfosintaxis de las onomatopeyas vascas

3.2.1. Nombres

3.2.2. Adverbios

3.2.3. Verbos

3.2.4. Adjetivos

3.2.5. Interjecciones
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3.2.6. Multicategoriales

3.3. La semántica de las onomatopeyas vascas

3.3.1. Acciones y actividades

3.3.2. Animales

3.3.3. Plantas

3.3.4. Fenómenos atmosféricos

3.3.5. Instrumentos musicales

3.3.6. Características físicas y psíquicas

3.3.7. Herramientas y artilugios

3.3.8. Cosas

3.3.9. Habla infantil

3.3.10. Cantidad

3.3.11. Naturaleza

3.3.12. Términos sexuales

3.3.13. Miscelánea

3.4. La pragmática de las onomatopeyas vascas: función y uso

3.4.1. Funciones de las onomatopeyas vascas

3.4.1.1. Función dramatúrgica

3.4.1.2. Función estilística

3.4.2. Uso de las onomatopeyas vascas

4. CONCLUSIONES

REFERENCIAS

APÉNDICES

Apéndice 1: Las onomatopeyas de los animales. Datos Internet.

Apéndice 2: Sonidos del euskara.

Apéndice 3: Onomatopeyas en cómics.

Apéndice 4: Onomatopeyas como nombres propios.

Apéndice 5: Estímulo para la elicitación de onomatopeyas


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ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE LAS ONOMATOPEYAS VASCAS

Iraide Ibarretxe Antuñano

Resumen
Este trabajo presenta un análisis lingüístico de las onomatopeyas vascas. Primero, se analizarán sus
características fonético-fonológicas, morfo-sintácticas y semánticas. Segundo, se describirá su uso
con respecto a su función discursiva como a su empleo actual. Finalmente, se reflexionará sobre las
posibles aplicaciones del estudio a áreas de la enseñanza y la traducción, y sobre las implicaciones
tipológicas.

Palabras clave: onomatopeya, tipología

1. INTRODUCCIÓN: ONOMATOPEYAS, IDEÓFONOS, SIMBOLISMO FÓNICO… UN FENÓMENO


POCO ESTUDIADO EN LA LINGÜÍSTICA VASCA

Si buscamos la palabra onomatopeya en un diccionario general nos encontraremos con una


definición muy parecida a las siguientes:

“Imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo”
(DRAE)
“Vocablo que imita o recrea el sonido de la cosa o la acción nombrada” (Enciclopedia
Auñamendi)

Fijándonos en este tipo de definiciones, los primeros ejemplos que se nos ocurren serían los ruidos
que hacen los animales, como el guau guau del perro o el croac de la rana, los sonidos de algunos
objetos como el ring del teléfono o el ding dong del timbre de la puerta, o las expresiones tan
comunes en los cómics como el pam de un golpe, el bum de una explosión o el buaa de un llanto.
Ciertamente, este tipo de palabras son onomatopeyas porque ‘imitan’ los sonidos de estos elementos,
es decir, los sonidos que utilizamos para representarlos los escogemos de una manera motivada, ya
que nos parece que son los que mejor representan a estos ruidos, y tal y como decía Saussure
(1916), varían de lengua en lengua, ya que los inventarios fonológicos son diferentes en cada idioma,
y los hablantes tendemos a imitar estos sonidos utilizando los sonidos que conocemos.
Prueba de ello son las diferentes colecciones de onomatopeyas para los sonidos de los
animales, tanto para designarlos como para representar el sonido que imitan, que se pueden
encontrar hoy en día en diferentes lugares, desde estudios lingüísticos (véase Hays 1994 sobre los
sonidos de la rana en Nueva Guinea), pasando por diccionarios como el DRAE, hasta en páginas
web de Internet (véase el Apéndice 1). Estas colecciones describen los sonidos de los diferentes
animales en diversas lenguas, y suele ser curioso darse cuenta que el mismo animal ‘habla’ de
diferente forma. El caso quizás más conocido o el que se suele siempre citar para ejemplificar esta
disparidad es el del gallo, que según la lengua puede hacer kikirikí, kokoriko o incluso el complicado
cock-a-doodle-doo. En (1) se recogen algunos de los cantos del gallo en diversas lenguas:

(1) Cantos del gallo en diversas lenguas

Akan kokrokoo, alemán kikeriki, afrikáans koekelekoe, chino gou gou, cantonés gok4-gok1-
gok3-gok6, coreano kko kko dek, dagaare konkoliirikoo, danés kykyllky, español quiquiriquí /
kikirikí, estonio kikerikii, euskara kukurruku, finlandés kukkoklekuu, francés cocorico, griego
kikeriki, hebreo coo-koo-ri-co, hindi kukuaruku, holandés kukeleku, húngaro kukuriku, inglés
cock-a-doodle-doo, italiano chicchirichì, japonés ko-ke-kok-ko-o, lingala kokolikó, marati
kukručku, portugués cucurucu, rumano cucurigo, ruso kukareku, sueco kuckeliku, tailandés
ake-e-ake-ake, turco kuk-kurri-kuuu, urdu kukiooku…

Si tenemos en cuenta esta definición y estos ejemplos, sería bastante sensato estar de acuerdo con
autores como Saussure ([1916] 1989: 106-07) que decía sobre estas palabras:

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“no son nunca elementos orgánicos de un sistema lingüístico […] no solamente son poco
numerosas, sino que su elección es ya en cierta medida arbitraria, porque no son más que la
imitación aproximativa y ya semiconvencional de ciertos ruidos. […] Son de importancia
secundaria, y su origen simbólico es en parte controvertible”

O con lingüistas más actuales como Newmeyer que las sigue describiendo con un fenómeno
anecdótico:

“the number of pictorial, imitative, or onomatopoeic nonderived words in any language is


vanishingly small” (1993: 758)

En otras palabras, según estos autores las onomatopeyas son casos marginales de las lenguas y
apenas se utilizan diariamente salvo en contextos muy marcados.

El problema con este tipo de opiniones, además de la posible influencia en los estudios lingüísticos
como veremos más adelante, es que solamente se fijan en lenguas como el inglés, el francés o el
español, que ‘teóricamente’ no tienen muchas onomatopeyas en sus inventarios léxicos, pero no
tienen en cuenta otras lenguas, menos conocidas, menos estudiadas o quizás con menos
repercusión en los estudios tradicionales de lingüística.
Si se fijaran en lenguas asiáticas como el japonés, en lenguas africanas como el suto o en
lenguas americanas como el pastaza quechua tendrían que reformular estas opiniones porque este
tipo de palabras no solamente las utilizan en el habla infantil o para imitar a los animales, sino para
representar conceptos tan comunes a la vez que importantes como maza-maza ‘darse cuenta
claramente’, pun-pun ‘oler fuerte’ en japonés (Kakehi, Tamori y Schourup 1996), shokotjho ‘denegar’,
JEkEthE ‘tener sabor salado’ en suto (Kunene 1978) o dzing ‘intuir o ser consciente repentinamente’,
polo ‘atravesar’ en pastaza quechua (Nuckolls 1996). Lo que es más, si se fijaran aún más en algunas
de las palabras de estas lenguas más conocidas se darían cuenta que en la práctica, las
onomatopeyas o palabras derivadas de las onomatopeyas están presentes de manera constante en
inglés, francés o español. Solamente hay que tomar como ejemplo casos como susurrar, sisear,
bambolear o borbotar. Quizás como dicen Hinton, Ohala y Nichols (1994), la cuestión no es si existen
o no onomatopeyas, sino el hecho de que algunas lenguas tienen mayor o menor número de estos
elementos en sus lexicones.
Aunque hemos puesto como ejemplo a dos lingüistas que no consideran como parte
importante del estudio lingüístico a las onomatopeyas, a lo largo de la historia de lingüística ha habido
otros autores que sí han destacado la importancia y la presencia de este tipo de elementos en las
lenguas. Siguiendo el recorrido que hace Magnus (2001), empezaremos mencionando brevemente
algunas de las primeras referencias a este tipo de elementos en obras que llamaremos pre-
lingüísticas, siguiendo un poco la historiografía lingüística que señala el final del siglo XIX como el
principio de la lingüística como área de conocimiento (Černý 1998). Por ejemplo, dentro de los
clásicos se puede mencionar a Platón, que en su Cratilo ya ponía a Sócrates y a Hermógenes a
discutir sobre los nombres, los sonidos y los significados que estos representaban. También se
pueden tener en cuenta las repetidas menciones sobre los significados arquetípicos de las distintas
letras en los alfabetos como la Cábala hebrea, el Abjad árabe o las runas vikingas que se utilizaban
también como oráculos, así como otras referencias en obras de corte religioso como en las
Upanishad o el celta Book of Teliesin (véase Etzel 1983).
Ya en los siglos XVII y XVIII, encontramos pequeños listados sobre elementos
onomatopéyicos en inglés (Wallis 1653), discusiones sobre la arbitrariedad de la relación entre la idea
y la palabra como las mantenidas entre Locke (1689) y Leibniz (1676). Pero quizás es en el siglo XIX
donde se empiezan a encontrar los precursores más influyentes de esta área. Autores como Nodier
en Francia que escribe un Dictionnaire des onomatopées en 1808, o como von Humbolt en Alemania
que, en su obra de 1836 Über die Verschiedenheit des menschilichen Sprachbaues und ihren Einfluss
auf die geistige Entwicklung des Menschengeschlechts, distingue entre tres tipos de relaciones entre
los sonidos y los significados en el lenguaje: los que son directamente imitativos, los que lo hacen a
través de un tercer factor común al sonido y al objeto, y los que designan basándose en una relación
entre el concepto y el sonido. Tampoco podemos olvidar en esta época otro de los autores clave,
Gabelentz, que publica en 1891 su libro Lautsymbolik y que señala que las palabras que tienen este
tipo de relación entre el sonido y el significado manifiestan ‘afinidades electivas’.
Finalmente, y ya en el siglo XX, podemos mencionar a Grammont que veía este tipo de
correspondencias fundamentales en la poesía (1901), a Firth (1930) que acuño el término de
fonestema para designar la asociación entre ciertos fonemas y ciertos significados, a Bloomfield

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(1933) que ya discutía sobre algunos fonestemas de las lenguas germánicas, y a Sapir (1929) y
Jespersen (1922) con sus experimentos psicolingüísticos para demostrar realmente que los hablantes
percibían estos fonestemas. En la segunda mitad del siglo XX, el número de autores que se
preocupan de estas cuestiones es cada vez más numeroso. Podríamos destacar algunos nombres
como Bolinger que publicaba en 1949 un artículo donde afirmaba, contra Saussure, que el signo no
es arbitrario, Fónagy (1983[1991]) en el ámbito francés también trabaja sobre la relación entre los
sonidos y las metáfora, y Jakobson, quizás el más conocido de todos, quien postulaba posiblemente
influenciado por sus conocimientos de poética, la íntima relación entre sonido y significado.
Actualmente, los estudios sobre estas palabras dentro de la lingüística siguen siendo
escasos, pero cada vez se está teniendo más conocimiento no solo sobre las características
tipológicas principales de estos elementos (formales, uso) sino también sobre el funcionamiento de
éstas en lenguas concretas con inventarios onomatopéyicos numerosos y sobre la percepción de los
hablantes de elementos ideofónicos a través de diferentes experimentos psicolingüísticos.

Como hemos visto en este breve repaso 1 , aunque en minoría, este tipo de palabras sí que han sido
objeto de estudio, pero la pregunta clave es ¿por qué aún hoy en día se les siguen considerando
elementos lingüísticos marginales? En la sección siguiente vamos a dar algunas posibles razones.

1.1. Posibles razones y causas de la marginalidad de las onomatopeyas en los estudios


lingüísticos.

A continuación vamos a exponer algunas de las razones o causas que pensamos pueden haber
influido en que las onomatopeyas no sean un tema de estudio común en lingüística. También
aprovecharemos esta revisión para posicionarnos sobre algunos aspectos teóricos y justificar dichas
decisiones.
Hemos seleccionado seis posibles factores de diversa índole, alcance e importancia, pero todos
ellos, y posiblemente algunos otros, pueden explicar de esta marginalidad. Son los siguientes:

• Influencia de la opinión de los lingüistas más clásicos e influyentes


• Diversidad de ‘etiquetas’ y delimitación del contenido
• Peculiares características lingüísticas
• Utilización en registros orales
• Dificultad para su traducción
• Uso con marcada carga sociolingüística

Pasemos ahora a describir en más detalle cada uno de ellos.

1.1.1. Influencia de la opinión de los lingüistas más clásicos e influyentes

Desde que Ferdinand de Saussure (1916: 106) proclamara la arbitrariedad del signo lingüístico y
estimara que las onomatopeyas no podían considerarse ‘elementos orgánicos de un sistema
lingüístico’, sino un grupo muy poco numeroso de imitaciones aproximativas y semiconvencionales de
ciertos ruidos, el estudio de este grupo de palabras ha sido cada vez más rechazado y desplazado de
los estudios lingüísticos generales. Aunque es cierto, como hemos visto más arriba, que coetáneos
de Saussure, como Grammont, Humbolt o Gabelentz, y posteriormente, lingüistas como Jespersen,
Bolinger o Benveniste, han defendido la importancia de las relaciones entre sonidos y significados, lo
cierto es que el estudio de las onomatopeyas en lingüística sigue considerándose algo marginal,
sobre todo en lenguas europeas y desde perspectivas formalistas, como podemos comprobar en las
palabras del lingüista americano Newmeyer que hemos citado en la sección anterior. Este tipo de
pensamiento ha sido rebatido por varios lingüistas en los últimos tiempos, y hoy en día se pueden
2
encontrar cada vez más estudios detallados sobre sistemas onomatopéyicos en diferentes lenguas
que demuestran, por un lado, que el número de onomatopeyas de una lengua es mucho mayor del

1
Véanse los trabajos de Allott (1995), Magnus (1999) y Nuckolls (1999) donde se hace un repaso sobre la evolución que ha
tenido el estudio lingüístico de las onomatopeyas.
2
Una de las lenguas cuyo sistema onomatopéyico mejor se conoce es el japonés, donde se puede encontrar una amplia y
variada literatura sobre este tema que va desde la recopilación en diccionarios (Kakehi, Tamori y Schourup 1996; Ono 1984)
hasta la descripción lingüística sistemática (Hamano 1998; Hirose 1981; Kita 1997). Las lenguas africanas también cuentan con
rigurosos estudios, véase Childs (2003). También los volúmenes editados por Hinton, Nichols y Ohala (1994) y Voeltz y Kilian-
Hatz (2001) ofrecen una buena perspectiva de los trabajos más recientes sobre estos temas.

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que normalmente se piensa, y, por otro lado aún más importante, que estas palabras constituyen una
parte central del sistema de la lengua; algunos autores incluso llegan a afirmar que han de
considerarse como una categoría independiente a la par con el verbo, el sustantivo o el adjetivo
(Doke 1935).

1.1.2. Diversidad de ‘etiquetas’ y delimitación del contenido

Aunque parece un hecho trivial, el de dar una ‘etiqueta’ o designar con un ‘nombre propio’ a un grupo
de elementos, éste es otro de los principales escollos con los que se topa el investigador cuando
trabaja con estas palabras. En este trabajo venimos empleando desde el principio la etiqueta de
onomatopeya (más adelante explicaremos el porqué), pero una característica de esta área es el gran
desacuerdo, o si se prefiere, la enorme disparidad de etiquetas que se dan a estos elementos, con la
dificultad que esto entraña, ya que cada etiqueta puede o no incluir a los mismos elementos según
cómo se definan. Veamos algunos de los nombres y las definiciones de los tres términos más
comunes 3 .

• ‘voz natural’ (García de Diego 1968)


• ‘nombre expresivo’ (Grammont 1933)
• ‘onomatopeya de primer y segundo grado’ (Ullman 1972)
• ‘voz-eco’ (Leslau 1961)
• ‘palabra mimética’: es el nombre genérico que reciben en los estudios sobre japonés (Kita
1997, Hamano 1998, Tsujimura 2001). Se suelen dividir en tres tipos (Shibatani 1990: 154):
fonomiméticas o giongo son las que imitan sonidos directamente, fenomiméticas o gitaigo son
las que simbolizan estados o maneras de algo o alguien externos, a veces relacionadas con
la visión y el tacto, y las psicomiméticas o gizyoogo que representan experiencias internas
(sensaciones y emociones).
• ‘ideófono’: entre los estudiosos de lenguas africanas el término más empleado (Kilian-Hatz
1999). Voeltz y Kilian-Hatz (2001) lo describen como la palabra marcada que representa de
una manera vívida eventos sensoriales. Doke (1935: 118), uno de los autores más influyentes
en estos estudios, dice de él que es:

“Una representación rica e intensa de una idea en un sonido. Una palabra,


frecuentemente onomatopéyica, que describe un predicado, calificativo o adverbial con
respecto a manera, color, sonido, olor, acción, estado o intensidad”

• ‘simbolismo fónico’: otra de las etiquetas más usuales. Hinton, Nichols y Ohala (1994: 1) lo
definen como “la unión directa entre sonido y significado”, y Nuckolls (1999: 228) se refiere a
este fenómeno a casos en los que “una unidad sonora […] va más allá de su función
lingüística contrastiva […] para expresar directamente algún tipo de significado”.

Como se ve en esta lista, la disparidad de etiquetas es sustancial, y depende no solamente del autor
sino también de la(s) lengua(s) en las que se trabaje. Hoy en día, el término ideófono es posiblemente
el que mejor designa al conjunto de estas palabras, aunque también se utiliza frecuentemente el de
simbolismo fónico. En este trabajo, sin embargo, estamos utilizando la etiqueta de onomatopeya a
pesar de que no sea el término más adecuado desde un punto de vista lingüístico actual, sino
solamente un tipo de ideófono o simbolismo fónico. La razón de utilizar esta palabra no es, por tanto,
lingüística sino simplemente, por un lado, histórica, ya que tradicionalmente, en los estudios vascos
se utiliza este término para designar a este tipo de palabras, y por otro lado, de conveniencia, puesto
que es el término que el lector lego más fácilmente puede reconocer.

Además de esta diversidad de nombres, existe un problema adicional, y es que la mayoría de estas
etiquetas no dan cuenta de todo el fenómeno puesto que son, o muy restrictivas o muy amplias.
Términos como nombre expresivo o palabra descriptiva son demasiado generales y por lo tanto, se
pueden aplicar no solamente a las onomatopeyas, que por supuesto son muy expresivas y
descriptivas, sino también a otro tipo de palabras como adverbios, nombres o interjecciones. Dentro
de estas últimas encontramos también a muchas expresiones onomatopéyicas, pero como señala
Kilian-Hatz (1999: 224-227), no es su única función en la lengua. Otros términos como el de

3
Para una exposición más detallada sobre los diferentes apelativos, véanse Childs 1994; Jendraschek 2002; Samarin 1970,
1971; Tedlock 1999.

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onomatopeya son los utilizados tradicionalmente para describir a estas palabras en lingüística
tradicional como hace Saussure o Ullman. Pero, al igual que con el resto, tiene varios problemas
porque es no solamente bastante restrictivo sino también engañoso. Algunas de estas palabras son
realmente onomatopéyicas ya que imitan sonidos como los de los animales (véase apéndice 1), es
decir, palabras como kikirikí, ding-dong o pum sí que pueden considerarse onomatopeyas, pero la
mayoría de este tipo de palabras no solo imita sonidos sino que representa estados psicológicos,
maneras, estados, características visuales y un largo etcétera (Hinton, Nichols y Ohala 1994: 10). Lo
que es más, hay incluso palabras de este tipo que indican paradójicamente ‘silencio’ como el caso de
la palabra !?e de la lengua nama (khoekhoe/damara) que significa ’silencio repentino’ (Childs 2003:
120) o la palabra chun del pastaza quechua que quiere decir ‘silencio absoluto’ (Nuckolls 2006: 43).
En otras palabras, onomatopeya es solamente un tipo de este grupo de palabras. La tendencia
contraria la representaría Doke que utiliza el término ideófono como un paraguas que incluye todos
los posibles tipos. Posiblemente, lo más conveniente es darse cuenta de que hay diversos tipos de
onomatopeyas. Una clasificación bastante útil es la que proponen Hinton, Nichols y Ohala (1994: 2-5)
que distinguen entre:

• ‘Simbolismo fónico corporal’, es decir, el uso de algunos sonidos o patrones tonales para
expresar el estado interno, tanto emocional como físico, del hablante como puaf, ay, auch,
yak o en euskara aiei!, atx! ‘¡ay!’…

• ‘Simbolismo fónico imitativo’, que serían las onomatopeyas que representan sonidos de la
naturaleza como por ejemplo, tic-tac, meow, o en euskara bal-bal ‘ebullición fuerte’, bor-bor
‘ebullición’, pil-pil ‘ebullición superficial’, dzanga-dzanga ‘beber con ruido’, barrast ‘ruido de
incisión, rasgueo’… Aquí se incluye también la subclase ‘palabras imitativas del movimiento’
que serían aquellos casos en que se imitan movimientos diferentes como en japonés sutasuta
‘andar con brío y de una manera decidida’, zara-zara ‘caída de pequeñas partículas en una
superficie’, o en euskera tipi-tapa ‘marchar a paso corto y ligero’, hirrinbili-harranbala
‘moverse torpemente’ (véase Ibarretxe-Antuñano 2006b).

• ‘Simbolismo fónico sinestésico’, es decir, la representación a través de símbolos acústicos


(vocales, consonantes, prosodia) de fenómenos no auditivos tales como las propiedades
visuales, táctiles, o propiocépticas de los objetos, como lo son el tamaño y la forma. Un
ejemplo clásico sería la relación entre el tamaño pequeño y las vocales anteriores (Ultan
1978). En euskara podríamos citar, por ejemplo, ilun-milunka ‘al anochecer’, ñaño ‘débil’, ñika
‘parpadeo’, ñoñorro ‘pequeño de estatura’…

• ‘Simbolismo fónico convencional’, que sería la asociación analógica de ciertos fonemas o


grupos de fonemas con ciertos significados, es decir, el caso de los fonestemas (Firth 1930).
Un ejemplo clásico en inglés serían los sonidos gl- con palabras relacionadas con la luz y la
visión como en glitter ‘relumbrar, relucir’, glow ‘brillar, resplandecer’, gleam ‘relucir, brillar’,
glare ‘resplandecer’, glint ‘destellar, brillar’ (véase Bloomfield 1933, Wallis 1699). Un ejemplo
en euskara sería el uso de sonidos oclusivos velares y laterales en palabras relacionadas con
la acción de ‘tragar’ como en klikatu, klink egin o kulka-kulka.

1.1.3. Peculiares características lingüísticas

Las onomatopeyas tienen unas características lingüísticas que las diferencian de las demás clases de
palabras. Estas diferencias, como veremos en mucho más detalle en la sección 2, se encuentran en
todos los planos lingüísticos: fonético-fonológico (rasgos segmentales y suprasegmentales
diferentes), morfo-sintáctico (procesos de derivación específicos), y semántico (designan unos
campos semánticos en concreto).

1.1.4. Utilización en registros orales

Mayoritariamente, se han descrito como elementos característicos de los registros orales, aunque si
bien es cierto, que su uso no se restringe a este dominio porque también pueden aparecer en
registros escritos. Esta preferencia oral tiene una consecuencia grave, y es que normalmente las
gramáticas y las descripciones lingüísticas suelen estar tradicionalmente basadas en el registro
escrito (Voeltz y Kilian-Hatz 2001: 2), igual que la propia enseñanza de la lengua, que suele basarse
en lo escrito y normativo, por lo que, este tipo de palabras queda fuera como elementos marginales.

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1.1.5. Dificultad para su traducción

Otro factor a tener en cuenta es el hecho de sean palabras que entrañan una gran dificultad a la hora
de traducirlas a otras lenguas. Normalmente, para poder entender el significado de las onomatopeyas
tenemos que explicarlas, parafrasearlas y ejemplificarlas. Pongamos un par de ejemplos tomados del
japonés y del euskera.

(2) Japonés puchi-puchi

Boku wa ikura ga dai-suki da ga, kan.da toki ni puchi-puchi (to) hajikeru ha-zawari ga toku ni
suki da (Kaheki, Tamori y Schourup 1996)
Me gustan mucho las huevas de salmón, y lo que más me gusta de todo es la sensación
cuando puchi-puchi en mi boca

(3) Euskera tirriki-tarraka

Tirriki-tarraka, Ezpeldoiko iturriraiño eldu zen (OEH) 4


‘Llegó hasta la fuente de Ezpeldoi tirriki-tarraka’

En el ejemplo del japonés, podríamos reemplazar en la traducción de la frase japonesa la


onomatopeya de puchi-puchi por un verbo como ‘explotar’ o ‘reventar’. Sin embargo, lo que pasaría
es que solamente estaríamos describiendo uno de los aspectos que describe esta palabra mimética,
el resultado, pero no recogeríamos otros rasgos como, por ejemplo, que además de explotar tiene
que ser algo redondeado, que al aplastar salga algo de dentro y que se tiene que hacer
repetidamente. Kakehi, Tamori y Schourup (1996: 1022) describen esta palabra como “repeated small
popping sounds, as of popping air pockets in plastic parking material”. En el ejemplo del euskera
ocurre algo similar. La onomatopeya tirriki-tarraka podría traducirse como ‘con dificultad’, pero
también se perdería parte de la descripción de este movimiento, ya que además de andar con
dificultad, también implica que se anda despacio, arrastrando los pies. Es decir, en estos casos
tenemos, como diría Noss (1999: 16), “a microscopic sentence” en cada una de estas palabras.

Como hemos visto en estos dos ejemplos, las onomatopeyas se pueden traducir pero, tal y como
señala Diffloth (1972), en la traducción no solo se necesitan varias frases para parafrasear el
significado sino que además se pierde uno de los elementos más importantes de estas palabras, su
rica expresividad. En sus propias palabras:

“In trying to paraphrase an ideophone with ordinary words of the same language, we find that
several sentences are often needed, and even then, the paraphrase is not wholly satisfactory”
(1972: 441)

Además también algunos autores como Mphande (1992, 1994) consideran que al intentar traducir un
ideófono se pierde parte de la cultura de la lengua original (véase también Noss 1985). Este autor,
basándose en la utilización de los ideófonos en la literatura africana, especialmente en la lengua
chimumbuka (norte Malawi), señala que la influencia en la traducción de textos por parte de
misioneros e investigadores ha sido siempre negativa, ya que, además de considerar a estas
palabras coloquiales e inapropiadas para la investigación lingüística, las lenguas europeas propias de
estos traductores no disponían del rico acervo ideofónico de las lenguas africanas, por lo que se
solían evitar a la hora de traducir. Mphande va aún más allá, y llama a esta actitud un “textual
genocida” (1992:119).

1.1.6. Uso con marcada carga sociolingüística

Este es uno de los aspectos más interesantes y que volveremos a comentar en más detalle en la
sección 2. A pesar de que estas palabras en algunas lenguas son imprescindibles, el hecho de que
se relacionen con los registros orales ha derivado también en que se ‘aprecien’ como características
de variedades de la lengua no cultas. Es posible encontrarle también a este caso una razón teórica
en la lingüística. Hay que tener en cuenta los procesos que se siguen para la normalización y

4
Los ejemplos utilizados del euskera llevan entre paréntesis un código con su origen: OEH Orotariko Euskal Hiztegia, ECE XX.
mendeko euskararen corpus estatistikoa (www.EuskararenCorpusa.net), IIA Hizkuntzaren bihotzean: euskal onomatopeien
hiztegia

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estandarización de las lenguas, que dejan fuera muchos aspectos de las variedades orales, incluso
también, tradicionales dicotomías lingüísticas que dividen el lenguaje entre las abstracciones y el uso
particular de los hablantes en una situación concreta, la langue y la parole de Saussure, siendo, por
supuesto, de mayor importancia a la hora de enseñar y de describir una lengua, la primera más que la
segunda. Según autores como Childs (1996, 1997, 1998, 2001), el uso de onomatopeyas parece
estar relacionado con factores sociolingüísticos como la edad, la educación o la rusticidad.

1.2. El estudio de las onomatopeyas en euskara: antecedentes

Como hemos visto en la sección anterior, el estudio de las onomatopeyas en general se enfrenta a
varios problemas no solamente por parte de los propios lingüistas, sino también debidos a su
naturaleza esquiva. En el caso específico del euskara y de los estudios sobre este tipo de palabras,
pensamos que todos son importantes para explicar el trato que han recibido estos elementos a lo
largo de la historia de lingüística vasca.
Al igual que sucede en otras lenguas con inventarios ricos en onomatopeyas (Fortune 1962),
las referencias a este tipo de elementos en las descripciones gramaticales del euskera son pocas. A
pesar de ser un área especialmente notoria en la lengua vasca, ya Schuchardt (1925: 18) decía que
“das Baskische ist sehr reich an deutlichen Schallworten”, y que la mayoría de los autores que
mencionaremos más abajo dan un valor fundamental a estas palabras como rasgo del primitivismo de
la lengua, hay hasta la fecha muy pocos estudios lingüísticos que traten a estos elementos no como
algo anecdótico sino como una característica fundamental y diferenciadora del euskera. Como diría
Trask (1997: 259) en su libro sobre la historia del euskera, “[it] is a topic which has so far received
nothing like the attention it deserves”.

En esta sección vamos a repasar brevemente algunos de los trabajos en los que se han mencionado
las onomatopeyas vascas. El objetivo es poder contar, aunque sea de forma breve, con una
bibliografía vasca de estas palabras.

• Azkue (1923-25) Morfología vasca

Además de las onomatopeyas recogidas en su diccionario (1905-1906 [1984]), en Azkue (1949) y


en su obra Euskalerriaren Yakintza (1934 [1989], véase sobre lenguaje infantil tomo III, 357-361),
Azkue incluye un pequeño capítulo sobre estas palabras en la Morfología Vasca (1923-1925: 401-
405). Los llama ‘compuestos onomatopéyicos’ y, además de considerarlos muy numerosos en la
lengua vasca, los divide en dos tipos: los de primera especie introducen una m- en el segundo
elemento de la reduplicación pero sin cambio vocálico, y los de segunda especie que introducen
un cambio vocálico i-a.

• Zamarripa (1914 [1987]) Manual del vascófilo

Zamarripa recoge en esta obra uno de los primeros listados que aparecen de las onomatopeyas
vizcaínas, unas 140, muchas de las cuales según el propio autor las encuentra en el diccionario
de Azkue. Cada onomatopeya cuenta con una breve explicación de su significado, en algunos
casos muy interesante ya que distingue entre onomatopeyas casi sinónimas; por ejemplo, dice
“se distinguen laprast e irrist, en que laprast es de un resbalón corto y con ruido bastante
perceptible, e irrist, en cambio, es de resbalón más largo y con ruido casi imperceptible” (pág.
189).

• F. Diego J. de Alzo (1961) Estudio sobre el euskera hablado

Al igual que sus coetáneos, las considera elementos característicos del primitivismo del euskera.
Tras dar una breve descripción de alguna de sus características, ofrece una lista con 107
entradas de distintas onomatopeyas y variaciones de las mismas con su significado. Es
interesante destacar las últimas palabras que recoge este autor y que reproducimos a
continuación:

“Las voces onomatopéyicas dan al euskera una nota de primitivismo, de gracia y de candor.
Sería lástima que por la falta de uso ya en el lenguaje hablado, ya en el escrito se fuera
perdiendo este tesoro onomatopéyico” (1961: 257)

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

• Lecuona (1964) Literatura oral vasca

Las considera como elementos fundamentales y constitutivos de la poesía decorativa, ya que


hace un uso muy frecuente de estos elementos. Además Lecuona también ofrece una pequeña
caracterización y define a este tipo de palabras. En sus propias palabras:

“…imita a los sonidos de la naturaleza. […] están formadas, en efecto, de sílabas que quieren
remedar o traducir o interpretar de algún modo los sonidos de las cosas. […] es por demás
notable para nuestro caso, su gran fuerza de expresión. […] es un gran elemento de
estilización. […] La estilización reduce a la mínima expresión el número de los rasgos
escogidos del asunto, compensando el número con la calidad, con el vigor expresivo de los
mismos. […] Las voces onomatopéyicas, si se comparan con las palabras que integran una
descripción literaria al uso, son también verdaderos rasgos sueltos, pero de tal vigor
dinámico, que, como ya lo dijimos antes, cada una de ellas es capaz de darnos una impresión
de los objetos mucho más verdadera que la mejor descripción realista de los mismos” (págs.
134-137)

Es decir, que son elementos expresivos fundamentales porque dan viveza al texto en el que se
encuentran, una característica también reflejada en la descripción de lo que es un ideófono
propuesta por Doke (véase más arriba). Además de estas características, Lecuona también
observa que la propia lengua vasca, o “el genio del Eskera” como él lo llama, ofrece al hablante la
posibilidad de crear nuevas y diversas onomatopeyas para el habla de cada día, aunque se
conservan más en el habla infantil (véase Aurkenerena et al. 1999) y en el rural (véase Lecuona
1921), ya que constituyen un rasgo fundamental del primitivismo del euskera.

• García de Diego (1968) Diccionario de voces naturales

Esta es quizás una de las pocas obras dedicadas al estudio sistemático de las onomatopeyas en
general en el ámbito hispánico (véase también Alvar (1998), Morris y Bernstein (2001), Casas
2009)). A pesar de que no es un estudio exclusivo de las onomatopeyas vascas, incluimos aquí
esta obra porque García de Diego incluye en su exhaustivo diccionario de voces naturales de
diferentes lenguas, muchas entradas y datos del euskera, especialmente tomadas de la obra de
Azkue. Lo interesante de esta obra es que, a través del minucioso trabajo de recopilación de este
autor, vemos desde una perspectiva interlingüística, que muchas de las onomatopeyas propias
del euskera tienen elementos cognados en otras lenguas del filo indoeuropeo. Además del
diccionario, García de Diego incluye varios capítulos de corte ensayista sobre el lenguaje natural,
la etimología patrimonial y la natural, el origen del lenguaje y la onomatopeya, entre otros.

• Orpustan (1997) Basque et français. Méthode abrégée de traduction Navarro-labourdin


classique

Este es un libro que está dirigido a ayudar a los traductores de francés a euskera, y como tal, y
desde esa perspectiva, se incluye un capítulo específico a las onomatopeyas, interjecciones y
locuciones. A pesar de ser pocas las páginas que se dedican específicamente a las
onomatopeyas, es importante destacar algunos aspectos. Orpustan, además de dar una
brevísima pero sucinta descripción de algunas de las características lingüísticas, incluye una lista
de las onomatopeyas más comunes organizadas según su campo nocional: ruidos de la
naturaleza y los objetos, sonidos de animales, sonidos humanos y otros.

• Trask (1997) The History of Basque

Es posiblemente la primera vez que se hace hincapié en la importancia de estas palabras desde
un punto de vista lingüístico. Trask, en la descripción que sobre el léxico recoge en su libro The
History of Basque, hace un pequeño repaso a algunas de las características lingüísticas más
significativas de estas palabras: características fonológicas inusuales, de tres o cuatro sílabas,
reduplicadas. También incide en el hecho de que son muy diferentes dialectalmente tanto en su
formación como en la preferencia de uso. Desde el punto de vista semántico, incide en que estas
palabras sirven para lexicalizar diferentes y numerosos significados, y finalmente incluye una
clasificación semántica de las áreas que cubren estas palabras con ejemplos: criaturas pequeñas,
tipos de actividades, tiempo, instrumentos, características físicas y términos sexuales.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

• Coyos (2000) Les onomatopées rédupliquées en basque souletin

En este excelente y completo trabajo publicado en Lapurdum, Coyos recoge una lista de 280
entradas onomatopéyicas reduplicadas suletinas. Además de dar una descripción sobre algunas
de las características lingüísticas de estas palabras, ofrece una definición de su significado y, lo
más interesante, utiliza a informantes suletinos para saber el uso y el conocimiento de estas
onomatopeyas; sobre este punto concluye:

“Il faut observer que toutes les onomatopées rédupliquées données ne sont pas admises par
tous les informateurs; certaines leur sont inconnues. Pour d’autres, ils les ont entendues mais
ne les utilisent pas” (pág. 14).

También señala que la elección y la forma (características formales) de las onomatopeyas


dependen realmente, no solo de la variedad dialectal—de hecho, la mayoría de los elementos de
su listado pueden considerarse aceptables en cualquier variedad del euskera—sino del propio
hablante, lo que Coyos denomina la liberté du locuteur, ya que a pesar de hablar una misma
variedad son los propios informantes los que deciden de entre todas las posibilidades formales
(reduplicaciones, palatalizaciones, alternancias vocálicas-consonánticas) qué variación prefieren.
Al final del artículo, incluye, entre otras, una sección sobre algunos posibles fonestemas del
euskera que describiremos en más detalle en la sección 3.

• Ibarretxe-Antuñano (2006a) Hizkuntzaren bihotzean: euskal onomatopeien hiztegia

Se puede decir que este es el primer diccionario comprehensivo que existe de las onomatopeyas
vascas, ya que recoge todas las que se citan en los principales diccionarios vascos (OEH, Azkue,
Retana, entre otros). El diccionario consta con una introducción teórica sobre estas palabras y
después un léxico compuesto de más de 4500 elementos, con su traducción al español y al
inglés, además de ejemplos y dibujos ilustrativos (véase Ibarretxe-Antuñano 2006c para una
descripción).

• Ibarretxe-Antuñano (2006b) Sound symbolism and Motion in Basque

En este libro se estudian exclusivamente las onomatopeyas que sirven para describir el
movimiento. En la primera parte, se hace un análisis lingüístico de estas palabras, incluyendo un
detallado análisis semántico basado en estudios de tipología semántica (Talmy 2000). En la
segunda parte, se recogen en un apéndice las más de 800 onomatopeyas encontradas, con su
traducción al inglés y con su clasificación lingüística (fonología, morfología, semántica).

• Santisteban (2007) Onomatopeia eta adierazpen hotsen hiztegia

Este trabajo es un diccionario de onomatopeyas vascas en las que se recogen definiciones en


euskera y algunos ejemplos. Incluye también un capítulo con sonidos de animales en varias
lenguas, y un apéndice con citas de algunos escritores vascos de estas onomatopeyas.

Las obras que hemos mencionado arriba son en general estudios en los que o bien se recogen
listados de onomatopeyas más o menos extensos y con más o menos explicaciones (Azkue,
Zamarrita, Alzo, Coyos, Ibarretxe-Antuñano, Santiesteban) o se describen por su importancia o
función en un determinado contexto (traducción—Orpustan, tipología—Ibarretxe-Antuñano). Como se
puede observar no hemos incluido ninguna gramática del euskara, y es que las menciones a estos
elementos son prácticamente inexistentes (recuérdese lo que hemos mencionado en las secciones
1.1.1. y 1.1.4 sobre los prejuicios en los análisis lingüísticos). Aún así, y por mencionar algunos
ejemplos, podemos poner dos casos ilustrativos sobre gramáticas vascas en las que al menos
aparece una breve mención a estas palabras (véase también Azkue (1949) para una breve revisión
en estudios anteriores). Un ejemplo es la Grammaire Basque de Lafitte (1995 [1944]). En esta obra
aparecen algunas anotaciones en el artículo 37, al hablar de los nombres primitivos, en el artículo 339
que trata sobre la composición depreciativa y se menciona la reduplicación con m- o b-, y en el
artículo 406, donde se da una pequeña lista sobre interjecciones impropiamente dichas en las que se
incluyen las onomatopeyas descriptivas. Otro ejemplo más reciente es la obra A Grammar of Basque
editada por Hualde y Ortiz de Urbina (2003). A pesar de ser esta obra de referencia del euskera una
de las más completas y recientes, solamente se mencionan estas palabras de pasada por sus

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

características fonológicas especiales (capítulo 2, pág. 26) y por su reduplicación morfológica


(capítulo 3, págs. 360-362). Finalmente, y desde una perspectiva más didáctica, también podemos
mencionar la Gramática Vasca de Umandi (1976). Es posiblemente éste uno de los pocos casos en
los que un método de enseñanza del euskera incluye una lección para los elementos onomatopéyicos
(153’gn. Ikaskaya, véase también la 124) con ejercicios de traducción y sus soluciones, además de
un apartado con modismos onomatopéyicos.

Como se ve en estas líneas, a pesar de ser un área bastante importante en la lengua vasca, los
estudios sobre las onomatopeyas vascas no han hecho más que empezar. En este trabajo, queremos
lo primero de todo dar una visión global de las características lingüísticas de las onomatopeyas
vascas; esta caracterización se va a realizar utilizando las características tipológicas descritas para
este tipo de elementos en trabajos anteriores con lenguas de diferente afiliación genética y tipológica.
El objetivo es que esta descripción sirva de base para posibles estudios más detallados sobre ciertos
aspectos concretos de estas palabras en euskera y para una comparación interlingüística posterior.
La base de datos de onomatopeyas con las que trabajamos para dicha descripción proviene
principalmente del diccionario de Ibarretxe-Antuñano (2006a), pero también se han consultado los
trabajos de Coyos (2000) y Santiesteban (2007).
También queremos estudiar, o al menos a empezar a describir, el uso actual de estos
elementos en euskera. Intuitivamente, los hablantes tienden a relacionar las onomatopeyas
solamente con el lenguaje infantil (apa apa ‘ir andando’, kurrin-kurrin ‘cerdo’), con estribillos de
canciones (Tiriki-trauki hiru ta lau dira zazpi, xurruxumurru bat batean dira urrun…), con la imitación
de los sonidos de los animales (el perro zaunk, el polluelo txio-txio) y otros fenómenos puramente
onomatopéyicos (el tañir de la campana dilin-dalan), es decir, identifican el uso de estos elementos
con otro tipo de discurso, ajeno al suyo. Este tipo de identificación está aún presente incluso entre los
propios filólogos vascos, que a pesar de tener un conocimiento profundo la lengua, no parecen ser
conscientes de que palabras tan comunes, y que han pasado incluso al español norteño, como pil-pil,
di-da o sirimiri son realmente onomatopeyas. A través de la descripción del uso queremos demostrar
que las onomatopeyas están presentes constantemente en la lengua, y que a pesar de no ser
utilizadas actualmente tanto en contextos formales (o al menos conscientemente), se las puede
encontrar en situaciones cotidianas, en una novela, en el logo de un evento o como el nombre de una
tienda de ropa.
Finalmente, en la última parte de este trabajo queremos hacer una reflexión sobre el futuro
del estudio de estos elementos indicando ciertas áreas de interés científico.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

2-. CARACTERIZACIÓN TIPOLÓGICA DE LAS ONOMATOPEYAS

Aunque es cierto que las onomatopeyas son creaciones propias de cada lengua como decía
Saussure, y por lo tanto, con unos rasgos únicos para cada idioma, no es menos cierto el hecho de
que puedan considerarse una ‘categoría universal’ con unas características estructurales, morfo-
sintácticas, semánticas y pragmáticas comunes a las lenguas del mundo (Voeltz y Kilian-Hatz 2001).
En esta sección vamos a hacer un breve repaso por los rasgos principales que caracterizan a este
grupo de palabras en general. La caracterización que pasamos a ofrecer a continuación será la base
para el estudio de las onomatopeyas vascas de las secciones posteriores.

2.1. Rasgos estructurales

Con respecto a sus rasgos estructurales, Hinton et al. (1994: 9) señalan tres características
principales:

• El uso de la reduplicación total y / o parcial

La repetición parcial o total de ciertos segmentos en este tipo de palabras. Según estos
autores, si una lengua utiliza este recurso es más que seguro que también aparezca en las
onomatopeyas, aunque las lenguas europeas no parecen usar tanto este recurso.
Por ejemplo, bMzMr bMzMr ‘llover; cosas pequeñas’, ÍindiN ÍindiN ‘andar en una
ciénaga; los osos cuando andan balanceándose de lado a lado’ en el tuvan (túrquica,
Mongolia, Harrison 2004) o ping-bing ‘dar vueltas en círculos’, kam-gam ‘en la oscuridad’ en
el coreano (Yu Cho 2006).
Además, en algunas lenguas como en el chintang (kiranti, Nepal) existe también la
triplicación en los ideófonos como en rep-rep-rep-wa ‘muy brillante’. En este ejemplo, la base
se triplica y ha de seguirle obligatoriamente el sufijo adverbial –wa (Rai et al. 2005). En otros
casos, como en el tibetano, la triplicación es un rasgo específico de los ideófonos no
compartido con otro tipo de elementos (Uray 1954).
Algunos autores también señalan que la re/tri-plicación es un recurso para intensificar el
significado, por lo que además también puede ser un rasgo de iconicidad.

• El empleo de elementos fonológicos y prosódicos inusuales

Las onomatopeyas suelen estar formadas por sonidos que no son muy comunes en el resto
de las palabras de la lengua o, al menos en estadios anteriores, bien porque aparecen en
posiciones diferentes o bien porque su uso se restringe mayoritariamente a estas palabras.
Como, por ejemplo, el uso del tono alto en la lengua nigeriana emai (Egbokhare 2001)
o el empleo de la vibrante simple labiodental vr en mundang (níger-congo) (Elders 2001).

• La asociación de ciertas clases fónicas con ciertos campos semánticos

Aquí se incluirían los fonestemas en los que ciertos sonidos tienen relación con ciertos
campos nocionales. Un ejemplo muy conocido es la relación entre el tamaño y sonido.
Estudios como los de Ultan (1978) revelan que las vocales altas como /i/ están asociadas al
diminutivo, mientras que otros como el de Silverstein (1994) en la lengua chinooka
demuestran que el inventario fonético está estructurado como lo aumentativo y lo diminutivo.
Otros ejemplos de otras áreas semánticas serían el empleo de [x][l] para denotar turbulencias
en el tuvan (Harrison 2004), el empleo de sonidos velares fricativos para denotar el tacto
delicado en emai (Egbokhare 2001: 94) o la relación entre la nasal palatal N- en las lenguas
austronésicas y conceptos relacionados con la boca y la nariz (Blusa 2003). Véase también
Abelin (1999), Bergen (2004), Householder (1949) o Marchand (1959) entre otros.

2.2. Morfosintaxis

En lo concerniente a la morfosintaxis de este grupo de palabras, vamos a centrarnos en este estudio


en dos características principales:

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

• Pertenencia a una categoría sintáctica

Hay diferentes opiniones con respecto a la categoría sintáctica a la que pertenecen estos
elementos, ya que hay una gran disparidad con respecto a la función sintáctica que realizan estos
elementos en las lenguas. Samarin (1965) ya establecía como una cuestión primordial el descifrar
qué eran realmente los ideófonos en cada lengua en particular porque esta pregunta no tenía una
única respuesta.
En general, podemos establecer dos tipos de respuestas: para algunos autores estas
palabras constituyen una clase coherente mientras que para otros se distribuyen en varias clases
diferentes.
Entre los primeros, encontramos autores como Doke (1935), Awoyale (1989) o Kabuta (2001)
que abogan por establecer una categoría aparte, la de los ideófonos, ya que tienen
características lingüísticas suficientemente particulares como para ser considerados diferentes.
Diffloth (1976), por ejemplo, no llega a posicionarse en su trabajo sobre los ideófonos en emai,
pero sí que señala que estas palabras no se comportan sintácticamente como ninguna otra clase,
por lo que al final concluye: “they are not at all integrated in the syntax of the language and
function mostly in the manner of independent clauses, all by themselves” (p. 256).
En el segundo grupo, encontramos a autores como de Jong (2002) que arguye que estos
elementos son multicategoriales porque pueden desempeñar diferentes funciones gramaticales
en una misma lengua. En la lengua sudanesa oriental que estudia, el didinga, los ideófonos
mayoritariamente se utilizan como adverbios, y no se comportan de una manera diferente a otros
adverbios no onomatopéyicos (de Jong 2001). De la misma opinión es Amha (2001) que los
considera parte del léxico en general. Según esta autora, los ideófonos en la lengua omótica de
wolaitta se dividen en dos tipos según su funcionamiento: en adjetivos, como, por ejemplo,
gASASSA.?AsA (ide persona) ‘una persona débil’, o en converbos que acompañan obligatoriamente
a los verbos soporte /g-/ ‘decir’ o ?oott- ‘hacer’ como en sAlAli g-‘moverse de una manera suave y
lenta’ o k>orc>u ?oott ‘tragar algo rápidamente’. Es interesante también destacar que a pesar de
incluirlos como converbos ya que tienen el mismo comportamiento (es decir, no tienen marcas de
tiempo y aspecto, y siempre dependen de un verbo principal), Amha señala que en el caso de los
ideófonos hay una diferencia semántica, ya que, al contrario que en los casos de converbos, el
significado depende del ideófono y no del verbo soporte.
Como se puede ver en estas líneas, es difícil dar una respuesta concreta porque parece
haber bastante variabilidad interlingüística con respecto a la sintaxis de estos elementos. Es más,
autores como Moshi (1993: 210) proponen que estas palabras no tienen porqué identificarse con
ninguna o con todas estas categorías, sino lo considera un modulador discursivo; en sus propias
palabras:

“[…] ideophones may be realized in different forms and need not be exemplified as any ora ll
of the potencial grammarical forms in a language (that is either noun, verb, adjective, or
adverb. Thus, considering the ideophone as a discourse modulator allows the definition to be
fairly general without affecting other language specific characteristics that may be taken into
consideration”

Quizás una posible solución es la que propone Newman (1968), separar la pregunta original de
Samarin en dos: por un lado, ¿qué son los ideófonos?, y por otro lado, ¿cómo funcionan los
ideófonos?. La primera pregunta puede tener una respuesta universal, pero la segunda tendría
que adaptarse a cada lengua, ya que, no se puede hablar de los ideófonos como una clase
gramatical aparte en todas las lenguas, solamente de adverbios ideofónicos, verbos ideofónicos,
etc. o de un tipo de elementos diferentes a todas las clases de palabras tradicionales, pero que
no se pueden describir en términos interlingüísticos.

• Procesos morfológicos especiales

Estas palabras también reciben en algunas lenguas un tratamiento especial con respecto a su
morfología. En numbami, por ejemplo, una lengua austronésica de Papúa Nueva Guinea, los
ideófonos tienen un comportamiento diferente a otras palabras. Son las únicas palabras que, a
diferencia del resto de los adverbios, se marcan con el sufijo –a(n)dala ‘-mente’, como en ambale-
andala ‘ocurriendo irregularmente’ o púpúadala ‘mal oliente, podrido’ (Bradshaw 2006). También
como hemos visto más arriba, en lenguas como el tibetano, los ideófonos son los únicos
elementos que pueden utilizar la triplicación (Uray 1954).

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

2.3. Semántica

En relación a la semántica de estos elementos, diversos autores han coincidido en que estas
palabras se suelen utilizar sistemáticamente desde un punto de vista interlingüístico para describir
ciertas áreas nocionales concretas. Según Hinton, Ohala y Nichols (1994: 10) se podrían incluir las
siguientes:

• Imitación de sonidos internos y ambientales. Por ejemplo, el ideófono kololoc ‘ruido de tripas’
en jabêm (Bradshaw 2006) o xiikii ‘aire’ en tepehua (Smythe Kung 2006).
• Expresión de estados internos, físicos y emocionales. Por ejemplo, en japonés doki doki
‘notar el palpitar del corazón como resultado del estrés o por excitación’ (Akita 2006).
• Expresión de relaciones sociales, estigmas.
• Características importantes de objetos y actividades (movimiento, tamaño, forma, color,
textura). Por ejemplo, en totonaco los colores que se expresan por medio de ideófonos como
snapapa ‘blanco’, tsutsuqu ‘red’ o (s)pupunqu ‘morado’ (McFarland 2006), o en la lengua
australiana gooniyandi, en la que woonboorr- significa ‘caerse a trozos’ y yoowoorr- ‘escapar
mucha gente’ (McGregor 1996)
• Indicadores gramaticales y discursivos.
• Expresión de la relación afectiva y evaluadora entre el hablante y lo que dice. En la lengua del
sur de Etiopía, hamar, ideófonos como ‘ä ‘ä marcan una actitud negativa hacia el tema de la
narración (Lydall 2002).

2.4. Pragmática: función y uso

Finalmente con respecto a la pragmática de estos elementos, es decir, tanto con respecto a las
funciones que cumplen como al uso de los hablantes, parece que hay consenso en que estas
palabras tienen las siguientes características:

• Función dramatúrgica Æ añadir expresividad

En la mayoría de las lenguas estos elementos simulan un evento, una emoción, una percepción
(Voeltz y Kilian-Hatz 2001: 3). Las onomatopeyas añaden expresividad a la situación
comunicativa.
En el caso del registro oral, es muy frecuente que estos elementos además vayan
acompañados de gestos que refuerzan o representan el significado de los ideófonos (Kita 1993,
1997). Moshi (1993) incluso señala que en la lengua bantú kivunjo-chaga, el uso de los ideófonos
está incompleto si no lleva consigo un gesto ritual con la mano u otra parte del cuerpo. Hay
además algunos autores como Nuckolls (2001: 277) que van aún más allá, e indican que los
ideófonos de hecho son formas híbridas, que combinan propiedades tanto del dominio verbal
como del gestual. Es más, según esta autora el ideófono “supplies a verbal gesture of the action
denoted by verb”. Uno de los ejemplos que utiliza es el caso del ideófono dzir utilizado con el
verbo kakuna ‘frotar’ en una descripción sobre la magia utilizada para la caza. El ideófono nos
muestra cómo hay que frotar exactamente, “the way a type of leaf is rubbed repeatedly over a
fishing hook before casting it out in the water to ensure a good match”. Kunene (1978, 2001)
comparte esta opinión e indica que los ideófonos en la lengua africana sesoto son los substitutos
lingüísticos más cercanos los actos físicos no verbales, por los que entiende los gestos
conscientes y cualquier otro acto imitativo.

• Función estilística

Además de la expresividad que aportan los ideófonos, estos elementos son fundamentales por su
aportación estética a la estructura de un texto, es decir, no solamente sirven para destacar ciertos
elementos sino también como herramientas de cohesión narrativa, de intertextualidad.
Noss (2001), por ejemplo, dice:

“the meaning of the Gbaya ideophone is found in the network of ideas and sounds from which
the artist draws; the meaning is in the aesthetic tradition and its interpretation before the
audience; it is in the artist’s selection and placement of the ideophones in their poetic context;

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

it is in the social and cultural setting that is the past and present World of the Gbaya; the
meaning is in the vital and dynamic nature of the ideophones themselves” (pág. 269)

Esta misma opinión la comparten otros autores que trabajan con ideófonos en lenguas tan
diferentes como el pastaza quechua (Nuckolls 2006), el siwu (Dingemanse 2009) o el navajo
(Webster 2008, 2009).

• Función lingüística

Una de las funciones de estos elementos parece ser el de marcar las posiciones o los elementos
de foco en una estructura sintáctica. Alpher (2001) señala que los ideófonos de tres lenguas
australianas, yir-yoront, yirrk-mel y las lengugas wik, sirven para resaltar a los verbos a los que
acompañan cuando éstos están en posiciones de foco o presentan nueva información.
Los ideófonos también se han descrito como marcadores de aspecto. Por ejemplo, en
lenguas como el japonés (Toratani 2005, Tsujimura y Deguchi 2003), el pastaza quechua, en
donde según Nuckolls (1996, 2001), los ideófonos añaden información sobre aspecto puntual y
completivo, o el karo (Gabas y Van der Auwera 2004) donde tienen un aspecto iterativo o
continuativo.
Además, y aunque muchas veces no se menciona este aspecto, otro de los cometidos de los
ideófonos que vamos a incluir dentro de esta función lingüística es el de cubrir conceptos que no
se lexicalizan más que a través de ideófonos. En otras palabras, no siempre han de añadir
expresividad o un toque dramático al enunciado al que acompañan, sino que son vehículos
lingüísticos para expresar ciertas nociones. Por ejemplo, Gabas y Van der Auwera (2004: 407)
dan ejemplos de la lengua karo de los indios Arara del Amazonas en los que el ideófono es el
único vocablo que existe para expresar nciones como parak ’perforar a alguien con un arco’ o
cagam ‘hacer ruido mientras se come’.

• Dependen de factores con base sociolingüística (Childs 1996, 1997, 1998, 2001)

Tal y como adelantábamos en la sección 1.1.6, parece ser que el uso de estas palabras en
algunas lenguas depende de variables como la edad (jóvenes vs. mayores), el entorno (urbano
vs. rural), la educación, o la rusticidad (identificación con un entorno rural o urbano, aunque no se
viva en él).
Childs (1996), por ejemplo, señala que en las variedades de zulu en las que trabaja, el uso de
onomatopeyas parece estar relacionado con la edad, la educación o la rusticidad. Algunos
hablantes, especialmente los de las áreas urbanas que hablan una variante slang del zulu, el
isicamtho, evitan conscientemente el uso de estos elementos, ya que están asociados a una
identidad rural de la que quieren diferenciarse y los relacionan con aspectos negativos tales como
la falta de modernidad. Como consecuencia parece ser que el uso de estos elementos se está
perdiendo, especialmente en los hablantes urbanos más jóvenes. Kabuta (2001) también llega a
las mismas conclusiones en cilubá, otra lengua africana. Según este autor de las 280 palabras
que analiza en su corpus, solamente una docena se pueden considerar como formas frecuentes
en esta lengua, ya que la mayoría son desconocidas para los hablantes. Kabuta puntualiza, sin
embargo, a qué tipo de hablantes se refiere: “‘present-day’, or ‘educated’, or ‘urban’ speakers”
(2001: 139). Amha (2001) también incide en las diferencias de uso entre los hablantes urbanos y
los rurales de la lengua de Etiopía wolaitta (omótica). Al igual que en los otros casos estas
palabras aparecen más en los últimos, aunque señala que todos los hablantes por igual tienen
conocimientos parecidos de estas palabras.
Parece ser también, que en algunas lenguas como la bantú shinzwani, la variable del sexo
también interviene en el uso de los ideófonos. Ottenheimer y Primrose (1990: 79) señalan que los
hombres los utilizan más frecuentemente que las mujeres, e incluso que cuando la audiencia es
mixta, el narrador emplea menos ideófonos que cuando la audiencia es masculina. Estos autores
atribuyen estas diferencias a la influencia islámica de los hablantes.
Además de estos factores, autores como Mphande (1992) también han señalado la influencia
de las políticas educacionales occidentales en los escritores africanos, que a veces evitan usar
estos elementos.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

• Culturalmente dependientes

Algunos autores como Moshi (1993) destacan que los ideófonos necesitan un ambiente cultural
apropiado, ya que en muchos casos el hablante elige utilizar un determinado ideófono según las
necesidades semánticas y sociopragmáticas de su interlocutor. La adecuación cultural viene
corroborada con datos empíricos en el estudio de Ottenheimer y Primrose (1990). Estos autores
observaron diferencias en el número de ideófonos utilizados por el mismo narrador pero ante
audiencias diferentes. Cuando la audiencia era totalmente nativa, el narrador utilizaba un mayor
número de ideófonos que cuando había extranjeros.

• La de-ideofonización de los hablantes (Childs 1996)

Este fenómeno se refiere al hecho de que los hablantes son conscientes de la capacidad
expresiva de los ideófonos, y la usan corrientemente. El problema está en que no son
conscientes de que están realmente usando elementos originariamente onomatopéyicos.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

3-. ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE LAS ONOMATOPEYAS VASCAS

En esta sección vamos a describir las onomatopeyas vascas siguiendo las características que hemos
listado en la sección anterior.

3.1. Rasgos estructurales en las onomatopeyas vascas

Las características estructurales que proponían Hinton et al. (1994: 9) se pueden observar en euskera
de la siguiente manera.

3.1.1. Uso de la reduplicación total y / o parcial

Aunque Hinton et al. (1994: 9) sugieren que el uso de la reduplicación no está muy extendido en las
lenguas europeas, o que es menos común que en otras lenguas, ésta es una de las estrategias más
usadas por el euskera, no sólo en la formación de palabras onomatopéyicas, como veremos a
continuación, sino también como un mecanismo para expresar un uso enfático como en los ejemplos
gorri-gorria ‘muy rojo’, zabal-zabalik ‘abierto de par en par’, txiki-txikia ‘pequeñísimo’, y en menor
medida, para expresar un significado distributivo como en los ejemplos aldian-aldian ‘cada cual a su
tiempo’, banan-banan ‘uno por uno’, lerro-lerro ‘línea a línea’ (Hualde y Ortiz de Urbina 2003: 360,
véase también de Rijk 2008). Algunos autores más clásicos, como Lafitte (1995 [1944]: art. 322) o
Alzo (1961: 191), denominan al uso de la reduplicación enfática como superlativo repetido o
superlativo absoluto de palabra repetida. Además no solo incluyen la reduplicación, sino también la
triplicación que la llaman superlativo de palabra repetida de segundo grado—el que se forma
repitiendo dos veces la misma palabra, como por ejemplo, burni txar-txar-txar ‘un trozo de hierro
pequeñísimo’—o superlativo de palabra de tercer grado—el que se forma repitiendo la palabra tres
veces, como por ejemplo, en estaziora gau; an egon, egon, egon ‘fui a la estación; allí esperé
larguísimo tiempo’ (Alzo 1991: 190-191).

En el caso de las expresiones onomatopéyicas, encontramos numerosos ejemplos de reduplicación


total, es decir, casos donde el segundo morfo repite exactamente la estructura del primer morfo.

(4) Reduplicación total

bolo-bolo ‘esparciendo’, dzarra-dzarra ‘garrapatear’; farrasta-farrasta ‘de cualquier manera’,


gurka-gurka ‘a tragos’, klika-klika ‘comer a dos carrillos, torpemente’, mara-mara ‘nevar
suavemente y sin parar’, nir-nir ‘fulgor’, pafa-pafa ‘fumar en pipa’, puin-puin ‘aficionado a estar
junto al fuego’, trinkulin-trinkulin ‘tambaleando’, zanga-zanga ‘devorar; beber haciendo ruido;
andar torpemente’

Como hemos comentado más arriba, algunos autores incluyen la triplicación en euskera. En los datos
que hemos manejado sobre las onomatopeyas hemos encontrado muy pocos ejemplos de
triplicación; son los que reproducimos a continuación.

(5) Triplicación total

bil-bil-bil ‘reflejar el sol con el calor’, bir-bir-bir ‘hormigueo’, bul-bul-bul ‘borboteo’, buil-buil-buil
‘borboteo’, dra-dra-dra ‘discurso monótono’, fil-fil-fil ‘caer en círculos y suavemente’, gol-gol-
gol ‘beber a tragos’, po-po-po ‘reventar, estallar’, pul-pul-pul ‘ebullición suave’, ter-ter-ter ‘en
línea recta’, ttok-ttok-ttok ‘cualquier persona pequeña que busca algo’, txix-txix-txix ‘chistada’,
za-za-za ‘hablar rápido’

La mayoría de los casos que hemos descrito en (5) solo existen como triplicaciones, es decir, que no
cuentan, al menos documentados, con el correspondiente ejemplo duplicado o sin duplicar. Hemos
incluido también tres casos, dra-dra-dra, fil-fil-fil y ter-ter-ter, que sí cuentan con un homólogo
duplicado o sin duplicar, pero éste tiene un significado diferente: dra significa ‘caída; golpe; aparición
repentina; acertar’, fil-fil ‘ruido de ebullición (superficial)’ y ter-ter ‘poco a poco; en fila’. Además de
estos ejemplos de triplicación, siempre se puede utilizar este recurso para formar onomatopeyas aún
más expresivas que sus homólogos duplicados. En todos estos casos la unidad que se reduplica

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

suele ser monosilábica. Un buen ejemplo tradicional de esta posibilidad es la siguiente canción
popular recogida del Cancionero popular vasco de Azkue:

(6)
¿Bart non otenintzen ni? Azkenik:
Gan nintzen Arbosera ¿Bart non ote nintzen ni?
danbore baten erostera, Gan nintzen Arbosera
danbore orrek ton-ton-ton. antxume baten erostera:
Bart non ote nintzen ni. 10, antxume ori beaka;
Gan nintzen Arbosera 9, oilo ori karaka;
xulubita baten erostera, 8, neskatxa orrek ajaja;
xulubita orrek fri-fri-fri, 7, atso zar orrek marmarmar;
danbore orrek tton-tton-tton. 6, zorotzar orrek farfarfar;
¿Bart non ote nintzen ni? 5, zanbonba orrek bunbunbun;
4, atabala orrek tarrapatapa;
3, kitarra orrek gringringrin;
2, xulubita orrek frifrifri;
1, danbore orrek ttonttontton.
¿Bart non ote nintzen ni?

También es muy frecuente la reduplicación parcial, es decir, casos en los que el segundo morfo no
repite exactamente la estructura del primer morfo. Estas diferencias estructurales, se pueden deber a
varias causas: a una alternancia vocálica, donde el patrón i-a es el más usual como en (7.a, b), a una
alternancia consonántica como en (7.c), a una inserción consonántica, donde el patrón más común es
la adición de la consonante m- como en (7.d, e), o a varias causas a la vez como en (7.f).

(7) Reduplicación parcial

a. alternancia vocálica i-a

birrimirri-barramala ‘ruido sordo, retumbando’, dilin-dalan ‘tañido de campana;


colgando’, firi-fara ‘movimiento del viento suave y templado; tontamente’, ipi-apa ‘con
perfección’, klik-klak ‘tragar’, miliki-malaka ‘comer sin ganas’, nikiki-nakaka ‘hacer
rabiar’, plisti-plasta ‘chapotear’, sigi-saga ‘andar haciendo eses’, tinki-tanka
‘martilleando’, xirmi-xarma ‘sortilegio, encantamiento’, zipirri-zaparra ‘andar sin garbo;
chapucear; zurrar, golpear en muchas partes del cuerpo’

b. otras alternancias vocálicas

binbili-bonbolo ‘suavemente; tañido; balancear’; dingili-dangolo ‘cojo en sentido


burlesco, tambaleándose’, furrust-farrast ‘choque de olas, hojas…’, pilpil-pulpul
‘palpitación’, tikili-tokolo ‘andar con dificultad; hablar con torpeza’, tupus-tapas
‘tropezar’,

c. alternancia consonántica

duda-muda ‘vacilación, duda’, fits-mits ‘mancha, mota’, ganguren-manguren


‘vagueando’, piko-miko ‘detalle’, purru eta murru ‘zumbar’, saski-naski ‘batiburrillo,
desorden’, sinkulin-minkulin ‘gimoteador, quejicoso’, terreil-merreil ‘rebelde,
incontrolado; a la desbandada’, terresta-erresta ‘arrastrarse; andar con dificultad’,
txingili-mingili ‘campana menor de la torre; andar sobre un pie’, xirimiri ‘trabajillos de
poca monta; llovizna’, zalantza-malantza ‘indecisión’, zikili-bokili ‘desaseadamente’,
zinkulin-minkulin ‘melindrosamente’

d. inserción consonántica m-

aiko-maiko ‘alboroto, lío; excusa, pretexto; indeciso’, autu-mautu ‘cuentos’, inkiminki


‘flaquear, mantenerse a duras penas; estar indeciso’, irrimirri ‘apocado, pusilánime’,
uzkur-muzkur ‘remolón’, utxuka-mutxuka ‘cuchicheando’

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

e. otras inserciones consonánticas

arret-zarret ‘en zig-zag; en cualquier caso’, enuxu-banuxu ‘tardío, lento en andar u


obrar’, inura-banura ‘irresoluto’, uko eta buko ‘muy tieso’

f. varias causas

hildo-maldoka ‘renqueando, tambaleando’, ingla-mangla ‘signo de disgusto’, kili-molo


‘indeciso’, txatean-pitean ‘a cada paso’, ziltzi-maltza ‘lío, embrollo’, zikirri-makarra
‘hacer algo a la ligera’

3.1.2. Fonología y prosodia inusual

El empleo de una fonología y prosodia particular es otra de las características fundamentales de


estas palabras. En el caso del euskera encontramos varios casos en los que las onomatopeyas
presentan unos rasgos fonéticos y fonológicos bastante particulares 5 , pero también como
describiremos más abajo, se utilizan recursos expresivos propios y comunes de la lengua como la
palatalización.

Uno de los casos más claros es el empleo de la africada lamino-alveolar sonora dz- ejemplificada en
(8). Este sonido aparece exclusivamente en este tipo de palabras (Hualde 1991: 12).

(8) Africada lamino-alveolar sonora dz-

dzanga ‘sorber; zambullirse en el agua’, dzanp ‘detenerse de repente; romper’, dzarra-dzarra


‘garrapatear’, dzart egin ‘romperse una cuerda o algo tirante’, dzartalahara ‘a borbotones’,
dzaust egin ‘engullir’, dzinka ‘acción fuerte del sol’, dzir-dzar ‘brillar’, dzirrin-dzarran ‘aserrar;
chirriar’, dzist-dzast ‘pinchar una y otra vez; destello; andar desgarbadamente’, dzuintaz
‘apresuradamente’

El uso de las otras dos africadas del euskera, la palato-alveolar tx- y la lamino-alveolar tz-, al inicio de
la palabra como vemos en (9), también es una característica típica de las onomatopeyas, ya que
apenas aparecen en esta posición en otro tipo de elementos (Hualde 1991: 12).

(9) Africadas en posición inicial

a. Palato-alveolar tx-

txankarrankan ‘andar sobre un pie’, txart-txart ’castigar’, txen-plen ‘completamente lleno’,


txikolo-takolo ‘desaseadamente’, tximist ‘rayo’, txonbo ‘zambullida’, txotx ‘palillo’, txuntxur
‘giba; promontorio; orzuelo’

b. Lamino-alveolar tz-

tzainku-tzainku ‘cojear’, tzillo-tzallo ‘andar arrastrando los pies’, tzitzi-pitzi ‘en busca de
noticias’, tzotz ‘leña menuda’, tzurruntzuntzun ‘viajar en carro viejo’

Además, en este tipo de palabras también se utilizan sonidos que, aunque hoy en día aparecen
constantemente en el léxico vasco, suelen considerarse propios de palabras no nativas o préstamos
recientes como por ejemplo, las oclusivas al principio de palabra incluidas la dental palatalizada tt-,
las fricativas labiodental f- y prepalatal x-, y las nasales bilabial m-, alveolar n- y palatal ñ- (Trask
1997:258, v. también Morvan 1996: 184-185, 238-239). Veamos algunos ejemplos de cada grupo.

(10) Sonidos en posición inicial

a. oclusivas

5
En el apéndice 2 hemos incluido un inventario de los fonemas del euskera. Para más información sobre el sistema fonológico
vasco y su evolución diacrónica pueden consultarse Hualde (1991), Hualde et al. (1995), Hualde y Ortiz de Urbina (2003),
Michelena (1985), y Trask (1997), entre otros.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

pil-pil ‘ebullición superficial; copo de nieve; palpitación’, tauki-tauki ‘martilleando’, kirrikili-


karrakala ‘torpe, sin habilidad’, bolo-bolo ‘esparciendo’, di-da ‘golpear; proceder
drásticamente’, gal-gal ‘hervir’, ttakun-ttakun ‘sonido de la txalaparta’, ttirri-tturru ‘gorjeo’

b. fricativa labiodental f-

farras ‘desaliñado’, firri-farra ‘tontamente’, fits-mits ‘mancha, mota’, furrustrada ‘mala


constestación’

c. sibilante fricativa prepalatal sorda x-

xast ‘hacer una cosa rápidamente’, xinta-minta ‘lloriqueando; cuchicheando’, xorrotatu ‘fluir,
chorrear’, xumli-xumla ‘abracadabra’

d. nasales m-, n-, ñ-

marmar ‘murmullo’, mela-mela ‘totalmente calado’, mir-mor egin ‘regañar’, momorro ‘insecto;
bobalicón’, nar-nar ‘dolor sordo’, nistiki-nastaka ‘confundiendo’, nono ‘oveja’, ñauka ‘andar a
gatas’, ñir-ñir ‘brillar, ñoñorro ‘pequeño de estatura’

También es muy común, aunque no exclusivo, en la formación de onomatopeyas, el empleo de la


sibilante fricativa laminoalveolar sorda z- en posición inicial como en los ejemplos de (11).

(11) Sibilante fricativa laminoalveolar sorda z- en posición inicial

zaiki-paiki ‘a empellones, zanbulu ‘columpio; cabezada de sueño; tambaleo’, zaramalka


‘embrollo’, zifri-zafra ‘meneando, azotando, golpeando’, zingulu-zangulu ‘andar arrastrando
los pies’, zinkulin-minkulin ‘melindrosamente, con afectación’, zorro-zorro ‘roncando’,
zunburrun ‘zumbido’, zurrust ‘trago, sorbido; caída de agua’

Otra de las características que se observa muy a menudo en estas palabras es la palatalización de
ciertos sonidos como las oclusivas o las africadas. Al igual que en el caso anterior, la palatalización
es un rasgo característico del euskera en general, aunque más productivo en las variedades
orientales. Se utiliza como un recurso expresivo para crear tanto diminutivos como palabras afectivas.
Una de las palatalizaciones más frecuentes es el cambio de las sibilantes s y z por la prepalatal x
como en el diminutivo sagu-xagu ‘ratón’ o en el afectivo gozo-goxo ‘dulce’. También se puede utilizar
para estos casos la africada tx si es que no hay otra sibilante como en zuri/xuri-txuri ‘blanco’. En estos
casos, en algunas variedades en las que la forma palatalizada es la neutral, la palabra con s o z tiene
un valor aumentativo o despectivo (txakur ‘perro’- zakur ‘perro grande’).Otro de los casos más
comunes es la palatalización de las oclusivas dentales para formar diminutivos como en tanta-ttanta
‘drop’. Aunque menos frecuente también se suelen palatalizar las líquidas (lateral alveolar y la
vibrante simple) y la nasal alveolar. En el caso de las onomatopeyas encontramos varios ejemplos de
estas palatalizaciones documentados:

(12) ddalanddal ‘completamente lleno’ (dalan-dalan), llapa-llapa ‘beber haciendo ruido con la
lengua’ (lapa-lapa), ñir-ñir ‘fulgor’ (nir-nir), ttapa-ttapa ‘andar a pasos cortos’ (tapa-tapa),
txirrist ‘resbalón, deslizamiento’ (irrist), txurrupa ‘sorbo’ (zurrupa)

Es también frecuente el uso de grupos consonánticos compuestos, por un lado, de oclusivas


(bilabiales, apicodentales, velares) o la fricativa labiodental f, y por el otro, de una líquida (lateral
alveolar, vibrante alveolar), una sibilante fricativa (apico-alveolar, prepalatal) o una nasal (bilabial,
alveolar) tanto al principio como al final de la palabra como en (13). Estos grupos consonánticos solo
son frecuentes en este tipo de palabras y en préstamos recientes (Trask 1997: 87):

(13) Grupos consonánticos

a. Posición inicial: oclusiva + líquida

plasta-plasta ‘caerse un objeto a pedazos’, plei-plei ‘en abundancia’, plisti-plasta chapotear’,


plost ‘trago’, plux egin ‘salir mal, fracasar’

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

tlak ‘ruido del molino’, trankula-trankaka ‘haciendo ruido una puerta’, trikili-trakala ‘a trancas y
barrancas’, trinkolo-tronkolo ‘balanceando’, tripili ‘rechoncho’, triska-triska ‘destrozando’

klask ‘devorar; separar objetos pegados; desgarrar; mordisco’, klika-klaka ‘comer torpemente,
a dos carrillos’, kluka-kluka ‘a tragos’, klun-klun ‘sapo’, krak-krak ‘borrachera’, krik-krak ‘cerrar
con prontitud’, kriskitin-kraskitin ‘castañetear, chasquear los dedos’, krosk ‘de golpe,
prontamente’

blin-blan ‘dando tumbos’, blisti-blasta ‘ruido de golpe repetido, esp. con la mano’, braust ‘zas’,
brista-brista ‘andar rápidamente’, bro-bro ‘hervir fuertemente’, brun-brun ‘zumbido’

drai-drai ‘trabajo intensivo’, dranbal ‘tuerca’, drasta-drasta ‘dar moneda por moneda’, dringili-
drangala ‘balanceándose, meciéndose’, drungun-drungun ‘beber con torpeza’

glaska-glaska ‘roer, perro al comer’, gli-gli ‘ruido del agua’, gliska-gliska ‘cortar el pelo’, glok
egin ‘ahitarse’, gran-gran ‘ruido del tren’, grausk ‘morder’, grik-grak ‘crujido de huesos’

b. Posición inicial: f + líquida

flaflada ‘gran cantidad, refiriéndose a cosa blanda y gustosa’, flisk-flask ‘restallar’, fliu-flau
‘golpe de ola’, flost ‘caerse al agua’, frasta frasta ‘andar con paso decidido’, frink ‘faltar a la
palabra’, fristi-frasta ‘de cualquier manera’

c. Posición final: líquida/sibilante/nasal + oclusiva

aurt egin ‘darse la vuelta’, dart ‘sensación brusca, temblor producido por esa sensación’, zirt-
zart ‘dar golpes; crujido, chisporroteo’, xort-xort ‘gota a gota’

arrast egin ‘arrastrar(se)’, ausk ‘ruido del acto de morder’, brixt ‘rápido, veloz’, drisk-drask
‘acción violenta’, irrist ‘resbalar; rasgar’, plost ‘trago’, traust ‘cosa alguna’, firrixt ‘chasqueo’,

benk ‘púa’, blink ‘beber algo de un sorbo’, dank ‘tocar ligeramente algo’, dint ‘fuertemente’,
hint ‘deseo; queja; palabra’, trink egin ‘encontrarse’

3.1.3 Fonestemas

Aunque la última característica, la de la fonoestesia, pueda considerarse muy especulativa, en


euskara sí que hemos observado patrones que relacionan ciertos sonidos con ciertos significados.
Por ejemplo, la asociación de sonidos oclusivos velares a las acciones asociadas con engullir o tragar
como en gurka-gurka, glu-glu, klik-klak, zanga-zanga, zarga-zarga. La utilización de diferentes
sonidos vocálicos para expresar los diferentes grados de una misma acción como en las
onomatopeyas de ebullición, donde la o está asociada a la ebullición fuerte (bor-bor), la a a la
ebullición normal (gal-gal), y la i a la ebullición superficial (pil-pil), es decir, parece que se cumple una
de las tendencias fonoestésicas más comunes desde el punto de vista interlingüístico, la relación
entre el tamaño (entendido no solamente en el plano físico) y las vocales (Utman 1978), es decir, la
progresión de pequeño a grande relacionada con el punto de articulación de palatal a velar. La
relación entre vibrantes y sibilantes con movimientos relacionados con el arrastre, normalmente con
las vocales a y e, como en arrast egin, herrestatu, narratu ‘arrastrar’, karraka, tarra-tarra ‘arrastrarse’,
terrel-terrel ibili, terrest-merrest ‘arrastrar los pies’, y con movimientos relacionados con el
deslizamiento, normalmente con la vocal i, como en irrist ‘resbalar’, zirin-zirin ‘jugar a resbalarse’,
zirristatu ‘deslizar, resbalar’.
A continuación resumimos en la Tabla 1 una propuesta de posibles fonestemas con algunos
ejemplos adaptada del trabajo de Coyos (2000) para el euskera suletino. Este autor toma como punto
de partida los fonestemas universales que propone Fónagy (1983 [1991]). A pesar de algunas
diferencias fonéticas, prácticamente los mismos casos que este autor propone para esta variedad se
pueden aplicar al euskera en general.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Fonestemas Ejemplos
[i] menos pesado que [A] tiki taka ‘ruido de pasos rápidos’ Æ taka taka ‘ruido de pasos rápidos
más pesados
ur pirrista bat ‘una salpicadura de agua’ Æ ur parrasta bat ‘una buena
cantidad de agua’
[i] menos pesado que [u] tilin tilin ‘ruido de una campanilla’ Æ tilin tulun ’ruido de una campana,
mezcla de sonidos graves y agudos’ Æ tulun tulun ‘ruido de una
campana grande’
[A] menos pesado que [u] karraskatü ‘crujir, comer a mordiscos como una manzana’ Æ kurruskatü
‘crujir más fuerte, partir, agrietar’
[i] menos pesado que [A] kiska ‘golpe ligero’ Æ kaska ‘golpe’ Æ kuska ’golpe fuerte’
menos pesado que [u] kirriska ‘crujido leve’ Æ karraska ‘crujido fuerte’ Æ kurruska ’crujido
sordo’
Oclusivas sordas más panpa panpa ‘a grandes golpes’ más secos y violentos que banpa banpa
duras que las sonoras ‘a grandes golpes’
Lateral [l] más ligera que fliu flan ‘ruido ligero’ menos duro que friu frau
la vibrante [r]
Fricativas labiodental y Rapidez y ruido leve como en fixta mixta ‘rápidamente, sin ruido, como
sibilantes una serpiente’
Líquidas Algo resbaladizo como en laka laka, lapa lapa ‘ruido de beber’
[i] con [r] Pequeño, poco como en pirpir ‘poco a poco’
Tabla 1: Fonestemas del euskera según Coyos (2000: 78-82)

Además de los ejemplos de fonestemas que propone Coyos basándose en el trabajo de Fónagy, este
autor también relaciona los sonidos consonánticos con posibles significados concretos que aportan
en varios campos nocionales que pasamos a resumir en la Tabla 2.

Campo Base Significado Ejemplos


nocional consonántica 6
B / B.B / P.P / Efecto de eco, badabim badabam, banba banba, barrabim
B.D.B / B.R.B golpes fuertes, barrabam, barranba barranba, binba banba, binbi
repetidos, banba, birribim barrabam, birrinba barranba, birrinbi
bruscos, barranba, blau blau, briu brau, bunba bunba,
entrecortados burrunba barranba, burrunba burrunba, panpa panpa,
pinpa panpa, pinpi panpa
B.G Golpes repetidos danga danga, dinga danga, dingi danga
F / FL / FL.ST Movimiento farrasta farrasta, farraxta farraxta, fia fia, firrista
/ FR / FX.T/ rápido, ligero farrasta, firristi farrasta, fixta fixta, fixti faxta, flisti
FRX.T / flasta, fliu flau, frista frista, friu frau
Ruido, sonido

F.RX.T
J.G / S.G / S.K Pequeños golpes jiga jaga, jigu jaga, jigu jigu, saka saka, sigu sigu,
repetitivos zigu zigu
H.FL / H.BL / Ruidos al comer hafla hafla, hanbla hanbla, zafla zafla, zifla zafla, zifli
Z.FL zafla
KR / KX / Crujido leve en kirriski karraska, kirriski karraska, kirrixka karraxka,
KRXK / KR.K / monosilábicas y kiska kaska, kiski kaska, kis kas, kixka kaxka, kix kax,
KX.K / KLS.K / más fuerte en bi- kixki kaxka, kliski klaska, klixka klaxka, krai krai, kra
KLX.K / trisilábicas kra, krak krak, krask krask, krixka kraxka, kurruska
K.RX.K kurruska, kurruxka kurruxka
L.K / L.P Ruidos al beber laka laka, lapa lapa, llapa llapa
MS.T Ruidos al comer masta masta, miasta miasta, miaxta miaxta, ñasta
ñasta
T.L Campanas tilin tilin, tilin tilun, tilin tulun, ttilin ttilin, ttulun ttulun,
tulun tulun

6
La barra oblicua separa las diferentes posibilidades de combinación por sílaba. El punto separa los sonidos consonánticos
que componen la misma sílaba

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

X.FL / TX.P / Ruido hecho en plasta plasta, plisti plasta, txafla txafla, txafla txafla,
TZ.P / TX.FL / el agua al andar, txapa txapa, txipi txapa, txipista txapasta, txipista
PLS.T / al agitar o por el txipista, txipisti txapasta, txufla txufla, txupa txupa,
TX.PS.T agua misma tzapa tzapa, tzipa tzapa, tzipi tzapa, xafla xafla, xifla
xafla, xifli xafla
-R / -L Ruido continuado bur bur, far far, kal kal, kar kar, mur mur, pal pal, par
ligero como un par, pur pur, tzur tzur
murmullo
D.L.D / D.L.G Balanceo, dilinda dilinda, dilinga dalanga, dilinga dilinga, dilingo
movimientos dalanga
periódicos
F / FL / F.R Movimiento fia fia, fiu fiu, fliu flau, farra farra, firri firri
rápido, ligero,
Desplazamiento, movimiento

furtivo
T.K / T.P / Andar paso a taka taka, tiki taka, tapa tapa, ttaka ttaka, tanpa
TX.K / TR.K / paso o al trote. tanpa, tinpa tanpa, tinpi tanpa, tipa tapa, tipi tapa,
TR.K.L Ritmo binario toko toko, traka traka, trika traka, triki traka, troko
troko, ttaka ttaka, ttapa ttapa, ttiki ttaka, ttika ttaka,
ttiki ttiki, ttipi ttapa, ttoko ttoko, traka traka, trika traka,
triki traka, trinka tranka, trinkala trankala, trinkala
trunkala, truku truku, ttuku ttuku, tuku tuku, txuku
txuku
Z.B / Z.P Movimiento zanba zanba, zanga zanga, zanpa zanpa, zinba
regular, brusco zanba, zinpa zanpa, zinpi zanpa, zunpa zunpa
ZRT / Z.PR.T Movimiento zirt zart, zipirta zaparta, zipirti zaparta
brusco, rápido,
desatento

DL / DR / NR Sensación dal dal, dar dar, nar nar


Sensación

repetitiva, breve
física

DZST / SST / Dolor breve, dzirt dzart, dzist dzast, dzist dzast, sist sast, sista
ZRT / ZST / picadura sasta, sisti sasta, tzista tzista, tzisti tzista, zist zast,
ZZ.T / TZS.T zizti zazta
B.RS.T /
Brúscamente, de birrista barrasta, birristi barrasta burrusta burrusta,
P.RS.T /
manera pirrista parrasta, pirrista pirrista, pirristi parrasta,
T.RS.T
desordenada, en turrusta turrusta, tzirrista tzirrista, tzurrusta tzurrusta
Evaluación subjetiva

gran cantidad
Ñ.K Pequeños golpes ñika ñaka, ñiki ñaka, ñiku ñaka
repetidos
-R Pequeña ñir ñir, pir pir, ter ter, tter tter, ttir ttir, txer txer, txir txir,
cantidad txur txur, tzur tzur
ZR.T / Z.PR.T Movimiento zipirta zaparta, zipirti zaparta, zirta zarta
brusco, sin ruido,
acción rápida y
decidida
Tabla 2: Relación entre sonidos y significados de campos nocionales de Coyos (2000: 90-95)

Como hemos dicho al principio de esta sección, a pesar de que algunas de las asociaciones entre
sonidos y significados que acabamos de ver también se encuentran en otras lenguas, el ámbito de los
fonestemas sigue siendo un área que necesita de estudios empíricos que cercioren que estas
uniones van más allá de la intuición del lingüista. Estos estudios pueden ser tanto de experimentación
psicolingüística (Bergen 2004, Hutchins 1998) como estadísticos (Abelin 1999, Drellishak 2007). Esta
es un área que se podría desarrollar en futuras investigaciones.

Para terminar con esta sección, vamos a comentar brevemente las características silábicas de estas
onomatopeyas. Según Trask (1997: 258) estos elementos tienen normalmente entre tres y cuatro
sílabas; sin embargo, los datos que nosotros hemos manejado nos indican que hay un gran número,
si no más numeroso aún, de onomatopeyas de una y de dos sílabas, y excepcionalmente también
alguna de cinco. En (14) mostramos algunos ejemplos.

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(14) Sílabas

a. Una

bar-bar ‘engullir’, da-da ‘sopapo’, diz-diz ‘brillar, destellear’, frink ‘faltar a la palabra’, gal-gal
‘hervir’, klask ‘devorar; separar objetos pegados; desgarrar; mordisco’, plaust ‘catapum’, tter-
tter ‘poco a poco’, zart ‘chasquido; ruido seco’

b. Dos

arrast ‘arrastrar’, danba-danba ‘estrepitosamente; con insistencia’, kirriz-karraz ‘arrastrar los


pies’, fara-fara ‘movimiento suave’, giri-giri ‘sumergir, nadar’, talka ‘choque’, tupus-tapas
‘tropezar’, txirri-mirri ‘estar medio enfadado’, zapart ‘estallido’

c. Tres

birristi-barrasta ‘andar de cualquier manera’, firristi-farrasta ‘trabajar sin esmero’, kirriki-


karraka ‘roer’, pinpili-panpala ‘predilecto’, prapapa-prapapa ‘hablar rápido y sin parar’, txitxiri-
bitxiri ‘cachibaches’, zipirti-zaparta ‘a diestro y siniestro’

d. Cuatro

barranbila-birrinbala ‘estrépito’, hirrinbili-harranbala ‘moverser torpemente’, kirrikili-karrakala


‘torpe, sin habilidad’, tiribili-tarabala ‘caer/echar algo rodando’, ttirripitti-ttarrapatta ‘persona
ligera de cascos’, zinkurina-minkurina ‘quejas, lamentos’

e. Cinco

tibiribiri-tibiribiro ‘charla que te charla’

3.2. La morfosintaxis de las onomatopeyas vascas

La función gramatical de las onomatopeyas es uno de los aspectos más controvertidos de su análisis.
Como hemos visto la opinión de los estudiosos está divida entre considerarlos una clase de palabras
aparte o simplemente insertarlas dentro de las clases sintácticas conocidas. En euskara, nos
encontramos con que las onomatopeyas pueden desempeñar diferentes funciones, desde adverbios
como doke-dokeka ‘limping’ hasta nombres como iskimili ‘tropel de gente’, pasando por verbos como
tipi-tapa ‘andar con paso ligero y corto’, adjetivos como topolo ‘gordinflón’ e interjecciones como aida!
‘¡arre!, ijui ‘grito de gozo’. Aunque es cierto que los grupos más numerosos son los nombres y los
adverbios.
Como ocurre también en otras lenguas con listados numerosos de onomatopeyas, muchas de
estas palabras sufren procesos morfológicos como la derivación o la composición. En euskera
además, dada la facilidad de formar nuevas palabras a través de estos mecanismos morfológicos es
muy común y sencillo, crear nuevos verbos, nombres o adverbios a partir de unidades
onomatopéyicas. A continuación vamos a repasar brevemente algunas de estas categorías.

3.2.1. Nombres

Uno de los grupos más numerosos es el formado por onomatopeyas que desempeñan la función de
nombre como en (15). La mayoría de este tipo de palabras no sufre ningún proceso morfológico
(15.a), pero a veces, pueden formarse a partir de sufijos derivativos como –ada que denota acción, y
–ako como en (15.b).

(15) a. Sin proceso morfológico

abrasta ‘ramilla’, armiarma ‘araña’, firingalo ‘jilguero’, gur-gur ‘arroyo; gruñido’, izkirimiri
‘conversación ligera y agradable’, kinrrink-kurrunk ‘arrullo’, nir-nir ‘fulgor’, pilpil-pulpul

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

‘palpitación’, tinta-minta ‘pequeños detalles’, triki-traku ‘batiburrillo’, girriski-garraska ‘persona


que come a mordiscos y ruidosamente la fruta’, furrifarra ‘persona mal vestida’

b. Por derivación

arramaskada ‘rasguño’, dzistada ‘centella’, sartada ‘acción momentánea; incisión’, irristada


‘resbalón’, zalapartada ‘desorden; resbalón’

xinkako ‘empujón’, zanpako ‘trago’, tunpako ‘caída con ruido sordo’

3.2.2. Adverbios

Otro grupo numeroso de onomatopeyas es el que desempeña la función de adverbio, que en su


mayoría son de modo. Muchas de estas onomatopeyas no reciben ningún tipo de afijo derivativo
(16.a), pero otras toman el sufijo derivativo –ka, que tiene un valor iterativo (16.b). Algunas también
se declinan en los casos locativo (-n) e instrumental (-z) como en (16.c).

(16) a. Sin proceso morfológico

traka-traka ‘trotando’, hirrinbili-harranbala ‘atropelladamente’, firri-farra ‘tontamente’, sik eta


sag ‘bruscamente’, trinkilin-trankulun ‘balanceando’

b. Por derivación

urraka ‘rompiendo, desgarrando’, tirritaka ‘chirriando’, garra-garraka ‘revolcándose’, pirritaka


‘rodando’, itzuli-mitziluka ‘serpenteando’

c. Por caso

zanpean ‘de golpe y porrazo’, firrindan ‘rápidamente’, txitean-pitean ‘a bocaditos; a cada rato’

narraz ‘arrastrando’, tirilikaz ‘rodando’

3.2.3. Verbos

Muchas de estas onomatopeyas también funcionan como verbos. En estos casos siempre resultan de
procesos de derivación, a través de sufijo verbal –tu como en (17.a), o de procesos de composición,
en los que se les añade un verbo como egin ‘hacer’, u otros como ibili ‘andar, mover’, o egon ‘estar’
como vemos en (17.b). Este tipo de composiciones, que se les conoce con el nombre de ‘predicados
complejos’ (Etxepare 2003: 285), es muy frecuente en lenguas con onomatopeyas. Como señala
Childs (2003: 125), a estas onomatopeyas les acompañan normalmente verbos, denominados
normalmente ‘de soporte’ (inglés dummy verbs) que significan ‘hacer’, ‘decir’, ‘pensar’, y
‘andar/mover’. Por ejemplo, en japonés encontramos expresiones miméticas con el verbo aruku
‘caminar’ como en yoro-yoro(-to) aruku ‘temblar’, bura-bura(-to) aruku ‘pasear’, teku-teku(-to) aruku
‘caminar’, pero también con el verbo suru ‘do’ (Hamano 1998, Hirose 1981). Lo interesante en este
tipo de construcciones, es que el significado no lo aporta el verbo soporte sino la onomatopeya (Amha
2001).

(17) a. Por derivación –tu

arrastakatu ‘arrastrar’, dunduratu ‘resonar’, firrindalatu ‘girar, blandir’, gongolatu ‘balancear;


pasar buena vida’, karrankatu ‘chirriar’, sastatu ‘punzar’, trenkatu ‘cortar’, txoromorotu
‘ponerse alegre a causa del vino’, xilintxautu ‘colgar’, zarrastatu ‘rasgar’, zirpinzindu ‘rociar,
salpicar’

b. Por composición Æ verbo soporte

aurt egin ‘darse la vuelta’, dzanga egin ‘engullir, sumergirse’, gili-gili egin ‘hacer cosquillas’,
jaurt egin ‘lanzar’, klaska egin ‘morder’, pist egin ‘escabullirse’, tart egin ‘romperse’

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firin da faran ibili ‘andar sin ton ni son, gandulear’, pinpili-panpala ibili ‘caer rodando’, terrel-
terrel ibili ‘arrastrar los pies al andar’

karraka egon ‘graznar’, kuli-mulika egon ‘estar con poco trabajo’, tint egon ‘quejarse’

3.2.4. Adjetivos

También encontramos onomatopeyas con la función de adjetivos como en (18). La mayoría de estos
adjetivos no toman ningún afijo derivativo, aunque si encontramos contados casos en los que estas
palabras se transforman en adjetivos a través del sufijo –tsu.

(18) a. Sin proceso morfológico

bri-bri ‘brillante’, gexa-mexa ‘débil’, mokoplaust ‘torpe’, pinpili-panpala ‘predilecto’, sara-sara


‘transparente’, sino-mino ‘ceremonioso’, zirtzin ‘tacaño’, zirzil ‘desaliñado’

b. Por derivación

zarraparratsu ‘ruidoso’, zizkolatsu ‘estridente’

3.2.5. Interjecciones

Finalmente, algunas onomatopeyas se pueden clasificar como interjecciones:

(19) abija! ‘expresión de cuidado’, afa! ‘expresión de alegría’, afut ‘expresión de asco’, arasut! ‘grito
provocador’, blaust! ‘expresión de algo que sucede repentinamente’, eit! ‘¡bah!’, flost! ‘¡plas!’,
mau-mau ‘expresión de incredulidad’, panp ‘¡pum!’

3.2.6. Multicategoriales

Es importante señalar que algunas de estas onomatopeyas, sobre todo aquellas que no han sufrido
ningún proceso morfológico, pueden desempeñar varias funciones. Es decir, que resultan
sintácticamente ambiguas y en estos casos, es el contexto en el que aparecen, el que nos indica cuál
es su función. Por ejemplo, el caso de fir-fir en (20) o el de traka traka en (21).

(20) a. Aize epela dabil fir-fir, ostoakin jostalari


viento templado anda fir-fir hojas.com juguetón
‘El viento templado se mueve suavemente, jugueteando con las hojas’ (ECE)

b. Hosto gorrien firfir isilak iratzartzen nauenean…


hoja roja.gen firfir callado.erg despertar.hab aux.cuando
‘Cuando el rumor suave de las hojas me despierta…’ (ECE)

(21) a. Traka-traka, zaldi gainean Durangon ziar


traka-traka caballo encima.loc Durango.loc a través
‘Trotando, en su caballo, a través de, Durango’ (OEH)

b. Jabeari baimenik eskatzeke, traka-traka bizi-xamarrean joan zan


dueño.dat permiso.part preguntar.sin traka-traka vivo-bastante.loc ir.perf aux
‘Sin pedirle permiso a su dueño, [el burro] se marchó con un buen trote’ (OEH)

Como vemos en estos ejemplos, tanto fir-fir como traka traka pueden funcionar como adverbios en
(20.a) y (21.a), pero las mismas onomatopeyas desempeñan también la función de sustantivo en
(20.b) y (21b).

3.3. La semántica de las onomatopeyas vascas

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Como ocurre en la mayoría de las lenguas que cuentan con un numeroso léxico onomatopéyico, en el
euskara las onomatopeyas se utilizan principalmente para la descripción de determinados campos
semánticos. Trask (1997: 257) propone cinco áreas donde se puede observar una mayor
concentración de este tipo de palabras: animales de pequeño tamaño, acciones diversas, fenómenos
atmosféricos, instrumentos musicales, características físicas y términos sexuales. Después de
analizar en detalle el corpus de onomatopeyas del que disponemos (Coyos 2000, Ibarretxe-Antuñano
2006a, Santisteban 2007), hemos ampliados las categorías originales de Trask, y proponemos la
siguiente clasificación semántica:

3.3.1. Acciones y actividades

La categoría de las acciones y actividades es el grupo más numeroso dentro del corpus de
onomatopeyas vascas. Lo hemos subdivido en las siguientes subcategorías como vemos en (23):

(22) a. Movimiento

erren egin, herremelka, tangala, trikilaka, txangika-mangika ibili, tzainku-tzainku ‘cojear’,


hinkili-hankala ‘sostenerse a duras penas’, irrist egin, laprast egin, txokoldu, zirin-zirin
‘resbalar’, dzapart egin, punpatu ‘saltar’, antxintxi egin ‘correr’, farrastaz, karra egin, nisnaska,
siltsi-saltsa, tzipi-tzapa ‘correr atropelladamente’, tipirri taparra ‘correr con dificultad’,
tzillotzallo ‘andar arrastrando los pies’, xingi-xango ‘andar a saltitos’, herrestatu, kirrikimarraka,
narrastu ‘arrastrar’, hilinki-halanka, kinki-kanka ‘andar con dificultad’, bulundatu, dzanga egin,
pulunp egin, txonbo egin, zapatz egin ‘sumergirse’, plisti-plasta, tafla-tafla, tiltil, tipisti-tapasta,
xapa-xapa, zifli-zafla ‘patullar’, zafla ‘caerse en el barro’

El grupo de las onomatopeyas que describen el movimiento es uno de los más numerosos en
euskera. Ibarretxe-Antuñano (2006b) recoje más de 800 ejemplos de palabras imitativas del
movimiento como las llaman Hinton et al (1994). Entre la descripción que esta autora ofrece
de estos elementos, da un análisis semántico mucho más detallado basado en varios
subcomponentes semánticos y que pasamos a resumir brevemente y ejemplificar a
continuación:

• ‘Figura’: el objeto que se mueve (características físicas). Ej. Talapast ‘líquido moviéndose
en un contenedor’.

• ‘Base’: la(s) entidad(es) con respecto a la(s) cual(es) se mueve la Figura. Ej. Tafla-tafla
‘chapotear’

• ‘Camino’: la trayectoria que sigue la Figura. Ej. Zirku-mirku ‘ir de un lado a otro’.

• ‘Movimiento’: la acción de moverse en sí misma. Ej. Faia-faia ‘ir’.

• ‘Límites del movimiento’: la duración temporal o aspectual, el inicio o la conclusión del


movimiento. Ej. Krak ‘pararse de repente’.

• ‘Postura’: cambio de postura del protagonista al principio o al final de la trayectoria del


movimiento. Ej. Kirimildu ‘enroscarse’.

• ‘Manera’: la forma en la que se desarrolla el movimiento. Esta a su vez se subdivide en


las siguientes categorías:

o ‘Energía’: la resistencia que se requiere para llevar a cabo el movimiento (alta-baja).


Ej. Zirkin ‘impulsión’, Mara-mara ‘movimiento suave’

o ‘Movimiento forzado’: el movimiento que requiere un esfuerzo para ser llevado a


cabo. Ej. Hirrinbili-harranbala ‘moverse torpemente’.

o ‘Movimiento furtivo’: el movimiento que esconde un propósito. Ej. Jitipiti-hatapata


‘andar a gatas’.

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o ‘Movimiento con obstrucción’: el movimiento que conlleva un impedimento u


obstáculo. Ej. Zirkun-zarkun ‘ir a trompicones’.

o ‘Velocidad’: el ritmo y la velocidad del movimiento (rápido-lento). Ej. Haia-haia


‘rápidamente’, Enuxu-banuxu ‘despacio’.

o ‘Movimiento suave’: el movimiento que fluye. Ej. Dringili-drangala ‘balancearse,


mecerse’

o ‘Patrón motriz’: las diferentes posiciones que el cuerpo adopta para llevar a cabo el
movimiento (andar, correr, saltar, volar, nadar). Ej. Tipi-tapa ‘andar con pasos cortos
y ligeros’; atxi-atxika ‘corriendo’; txingili-mingili ‘andar sobre un pie’; fla-fla ‘volar’; igeri-
migeri ‘como nadando’

b. Comunicación

Además de incluir palabras generales relacionadas con esta categoría, destacan tres grupos
principales: onomatopeyas que describen acciones relacionadas con el cuchicheo o con el
murmurar, con la cantidad y/o la velocidad de lo que se habla, y con el hablar con algún
defecto de dicción:

ink, itx edo atx, murt ‘ni mu, ni palabra’, intzire-mintzire ‘queja’, iritzi-miritzi ‘dimes y diretes’,
ixil-mixil ‘conversación en secreto’, kirimikatu ‘mascullar’, kiskun-kaskun ‘farfullar, balbucear’,
mir-mor egin ‘regañar’

atxumurka ‘murmurando’, autu-mautu, erran-merran, esamesak, ulumulu, zitzimutzika


‘hablillas’, kuxmux, xuxu-muxu, tzutzuputzu, zarzo ‘cuchicheo’, inku-minku, txutxu-mutxu egin,
xuxurlatu ‘susurrar, cuchichear’

bala-bala ‘de boca en boca’, bis-bis ‘parloteo’, inguru-minguruka ‘hablar dando rodeos’, kalaka
‘charlatán’, tal-tal ‘hablar sin interrupción’, tarantula ‘habladuría larga y enojosa’, tibiribiri-
tibiribiro ‘charla que te charla’, zitzipatza ‘verborrea’

erremerre ‘pronunciación defectuosa de la r’, ji-ja, jijimaja, jin-jau ‘gangoso’, sisibasa


‘pronunciar con imperfección’, tirli-torlo ‘hablar defectuosamente, ziza ‘ceceo’, zizo-ziza
‘cecear’

c. Luz

Las onomatopeyas de la luz lexicalizan sobre todo conceptos de relacionados con diferentes
tipos de brillo, resplandor, luz…:

bill-bill egin ‘reflejar (el sol con el calor en el tejado), brizt egin, dirdiratu, diz-diz, dris-dris, dzir-
dzar, nir-nir egin, pindatu, zirt-zart egin ‘brillar’, birrist, printz ‘brillo’, brizdriztadako ‘reflejo del
sol’, gir-gir egin ‘parpadear’, inkatz-zapart, pinda, pirrin, sista, txatar, txintar, txipistada ‘chispa’,
zirpitaka ‘despedir haces de luz’, zirrinta ‘rayo de luz’

d. Sonido

En esta subcategoría se incluyen todos aquellos casos que son propiamente imitaciones de
los sonidos (onomatopeyas), como los sonidos de los animales, de las personas, de los
instrumentos, etc.

arrama ‘gemido’, arranba ‘mugido’, arrantza ‘rebuzno’, bafa ‘resoplido’, banpalahara


‘cataplum’, barranba ‘estrépito’, bilin-banga laun ‘talán’, binbilikatu ‘vibrar’, bir bor ‘ruido de
todo tipo’, birrinbi-barranba ‘estruendo’, brinbraun ‘ruido metálico confuso’, brun-brun
‘zumbido’, bunpa ‘ruido sordo’, dilin-dolon ‘talán talan’, dindatu ‘tintinear’, dulun ‘tañido de
campaña o cencerro grande’, durduratu ‘resonar’, flisk-flask ‘restallar’, furrust ‘refunfuño’,
furruxt ‘zumbido, aleteo’, gara-gara ‘graznido’, girrin ‘chillido’, gran-gran ‘ruido del tren’, irringa

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‘crujido’, izkirrita ‘griterío’, karrak egin ‘graznido, cacareo’, kilin-kilin ‘ruido cristalino (de
espadas)’, kirrinka-karranka ‘chirrido del carro’, marruma egin ‘bramar, aullar, mugir’, orrugu
‘aullido’, purrust-parrast ‘ruido de las olas’, tir-tir ‘ruido de la lluvia’, ttakun-ttakun ‘ruido de la
txalaparta’, zart ‘ruido seco’, zirris-zarras ‘ruido de la sierra’

e. Ingestión

Se incluyen las onomatopeyas que describen diferentes tipos de comer y beber:

glaska-glaska, grask, lafa-lafa ‘roer’, klika ‘gana de comer’, klika-klaka, marru-marru, masta-
masta, mauka-mauka, maun-maun, zurrut eta murrut ‘comer a dos carrillos’, kurruxkaka,
marra-marra, zaka-zaka, zanka-zanka, zanpa-zanpa ‘comer con torpeza’, meleka-meleka,
miliki-malaka, ñasta-ñasta ‘comer sin ganas’, zafla-zafla, zapa-zapa, zausta-zausta ‘comer
devorando’,

hikilimili klik ‘beber de un trago’, hurrupa-mupaka ‘ofrecer a beber a tragos’, krik, txurru-txurru
‘beber’, kluku ‘beber a tragos’, sanga-sanga, tinka-tinka, zarra-zarra, zinga-zinga ‘beber
torpemente’, tala-tala ‘beber agua un perro’, turla-turla ‘beber a grandes tragos’, xurru-xurru
‘beber constantemente’, zuku-zuku ‘beber chupando’, zurga-zurga ‘beber a sorbos’, zurrupa
‘trago, sorbo’, zurrust egin, zurrut egin ‘sorber’

f. Destrucción

Las onomatopeyas de destrucción incluyen toda clase de acciones cuyo resultado cambia el
estado del objeto que ha sido manipulado, como por ejemplo, romper, rasgar, perforar,
punzar:

astrapalada ‘hecatombe’, birrin-birrin ‘devastar; rasgar’, blangatu ‘cortar la madera en troncos


mayores’, dart egin, dzanp, ‘romper’, dzapartatu, klaskaratu, txirtxilatu, zalapart egin ‘estallar’,
dzart egin ‘romperse algo tirante’, dzist-dzast ‘perforar una y otra vez’, flisk-flask ‘restallar’,
gliska-glaska ‘cortar el pelo’, karaskatu ‘romper crujiendo’, karra-karra, tarrat egin ‘rasgar’,
korrok egin, kraskatu ‘quebrar’, krik-krik ‘ruido de romper huesos’, sast edo xixt, sisti-sasta
‘punzar’, zapart egin ‘agrietar’, parrastatu, ris-ras, urratu, xirtxikatu ‘desgarrar’

g. Golpeo

En este grupo incluimos todos aquellos elementos relacionados con golpear en diferentes
grados e intensidades, con partes (mano, palma…) y superficies distintas (puerta):

bla, dzabradako, dzapart ‘sopapo’, blast, blaust ‘bofetada’, blisti-blasta ‘dar golpes
repetidamente con la palma de la mano’, bliu-blau, dibli-dabla ‘abofetear’, da-da ‘golpear a la
puerta’, danbatako ‘golpe violento’, dinbi-danba ‘tundir a golpes’, dzart ‘golpe seco’, farfatu
‘sacudir, golpear’, furrust-farrast ‘chocar las olas, hojas…’, kask-kask ‘golpear en la puerta’,
kiska-kaska, pan-pan, txatxi egin, xafla-xafla, zaflatu ‘pegar’, panpa-panpa ‘golpear
continuamente’, talka ‘tope, choque’, zapla ‘golpecito y bofetada’, zart-zart ‘palmetazo’

h. Ebullición

Estas onomatopeyas distinguen entre diferentes grados de ebullición:

bal-bal, bor-bor egin, bro-bro, bur-bur ‘hervir fuertemente’, bol-bol ‘hervir en el fondo’, gal-gal,
gar-gar, kal-kal, parpaz ‘hervir’, fil-fil, pil-pil egin, txil-txil ‘hervir suavemente (superficial)’,
tastarika, tazt ‘ebullición’, pul-pul-pul ‘ebullición exterior’

i. Emociones

En este grupo incluimos todo tipo de sentimientos, actitudes y emociones, así como acciones
relacionadas con estos como la risa o el llanto.

jusjus, pispilin, ttuntturruntun ‘alegre’, tast ‘desdén’, tarrita ‘provocar ira’

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irri egin, par egin ‘reír’, irri-karkara, irri-zafla ’risotada, carcajada’, irrimurri ‘sonrisa maliciosa’,
kafailaka, kar-kar, santzo ‘carcajada’

hipa, zipa ‘sollozo’, intziri-mintziri ‘sollozar’, taska-taska ‘llorar mucho’

j. Funciones corporales

En esta categoría se encuentras los elementos relacionados con el cuerpo, ya sean


funciones, acciones o sensanciones físicas:

bir-bir-bir ‘hormigueo’, gili-gili, kili-kili ‘cosquillas’, kirri-kirri ‘dentera’, nar-nar ‘dolor sordo’,
panpa-zalaparta ‘palpitación con ruido’, pirri-pirri, pirrit ‘diarrea’, pilpiratu, pilpil-pulpul ‘palpitar’,
taupada ‘latido del corazón’, tirri-tarra ‘cuesco’, txu ‘saliva’, zirri-zorro ‘respiración ruidosa’,
zurrunga ‘ronquido’

k. Miscelánea

Para evitar más categorías en este grupo se recogen otro tipo de actividades que aún
teniendo presencia en el corpus, no son tan numerosos como los anteriores:

bil-bil egin ‘envolver’, bilo-biloka ‘pelearse entre mujeres’, bir-bir ‘extender, derramar’, birri-
barra, bolo-bolo ‘esparcir’, bixilli-baxalla ‘hacer travesuras’, drai-drai ‘trabajar intensamente’,
drasta-drasta ‘dar moneda a moneda’, dri-dra ‘proceder drásticamente’, farra-farran ‘hilar
torpemente’, firrin-firrin ‘hilar’, firristi-farrasta ‘trabajar sin esmero’, lirin-laranka ‘canturrear’,
mela-mela ‘totalmente mojado’, pafa-pafa ‘fumar en pipa’, txatxamurka egin ‘pellizcar’, plot
egin ‘agotarse’, sorki-morki ‘coser torpemente’, telent-telent ‘sin hacer nada, de brazos
cruzados’

3.3.2. Animales

El grupo de las onomatopeyas para designar animales de pequeño tamaño es bastante numeroso, y
engloba diferentes tipos como vemos en (22).

(23) a. Insectos

arkakuso 'pulga’, arkamele ‘escarabajo’, armiarma ‘araña’, bibirritingo ‘mariquita’, burrun bipi
‘carcoma’, burrun ‘abejarruco’, pinpilipauxa ‘mariposa’, tximirrika ‘abejaruco’, txiritxa, zirrika-
mandika ‘saltamontes’, txitxitera ‘cigarra’, txamorro ‘gorgojo’, tximinta ‘chinche’, ziringilo
‘sabandija’, zizka ‘carcoma’

b. Crustáceos, moluscos

karramarro ‘cangrejo’, marraskilo ‘caracolillo’, txangurru ‘cangrejo’, txirla ‘almeja pequeña’,


txirtxita ‘almeja’

baranda ‘limaco’

c. Pájaros

amiamo ‘cigüena’, auxulunt ‘francolín’, bili-bili ‘pato’, bilibarro ‘tordo’, firingalo ‘jilguero’,
goronbilo ‘golondrina’, irra-irra ‘vencejo’, kakamilikuri ‘cacatúa’, kirrikoloka ‘pájaro marino
zancudo’, mozolo ‘mochuelo’, parpara, purruta ‘codorniz’, txantxangorri ‘petirrojo’, txirlet
‘gaviota de pico amarillo’, xirri ‘gaviota pequeña’, xoxo ‘mirlo’

d. Anfibios

atangala ‘rana’, anpalaubri, burrunbilo ‘renacuajo’, apupulunka, klunklun, konka, txantxiku


‘sapo’

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e. Peces

dsibi ‘jibia’, mamar ‘pez marino’, maztranga ‘pez parecido a la raya’, perpelete ‘dorada’,
pinpino ‘pez colario’, txilo ‘pancho’, txitxarro ‘turel’, txipiroi ‘calamar’, xipa ‘bermejuela’,
txitxardin ‘angulas’

f. Otros

igiri-bigiri ‘nutria’, kirikiño, tiriku ‘erizo’, mitxin ‘gato’, mumu ‘vaca, buey’, nono ‘oveja’, pututx
‘hurón’, tximino ‘mono’

Además de todos estos tipos de animales, quizás sea interesante señalar que para denominar a
algunos de estos animales encontramos una gran variedad de apelativos onomatopéyicos. Uno de los
ejemplos más notable es el caso de ‘mariposa’ que cuenta con más 32 posibilidades: atxitamatatxi,
axandalo, falfala, libirita, makara, mitxilikote, mitxirrika, moxorrika, panpiña, pinpilinpauxa, pinpilinpika,
pinpirin, pinpiripoxa, pitixileta, pitxeleta, pitxoleta, pitxilota, txalupitxi, txilipitaina, tximilot, tximirrika,
txipileta, txipiritona, txiribiri, txirripita, txiruliru, txitxildola, txitxipapa, xintxitoil, xinxitola, xirita, zirimita.

3.3.3. Plantas

Aunque es menos numeroso que el grupo de los animales también se encuentran ejemplos
relacionados con las plantas:

(24) kalanba ‘aloe’, kalikola ‘amapola’, malmai ‘cereza negra’, txantxar ‘beleño’, panpun ‘seta muy
grande’, txinrintxo ‘alelí amarillo’, txuatxin ‘hongo’, ziza ‘seta’

3.3.4. Fenómenos atmosféricos

En el grupo de las onomatopeyas relacionadas con los fenómenos atmosféricos, la mayoría de los
ejemplos describen fenómenos relacionados con el mal tiempo, como vemos en (25)

(25) arrabar, kaskabar, kaskabiko, kazkaradar, txingor, txintxerrol, tzitzar, xiskor ‘granizo’; txitxer
‘granizo pequeño’; xirimiri, zirzira ‘llovizna; baurre, burbur, burrunba, burrunbunbun, dulunda,
orro ‘trueno’; dirtada, dzistada, txilibista, ximist, xista-mixta, ‘rayo, relámpago’; xirimola
‘huracán’, gangarabi ‘niebla en un río producida por el frío’, truxalak egin, truxu ‘llover a
cántaros’, xurrupita ‘lluvia torrencial’

3.3.5. Instrumentos musicales

En el siguiente grupo de onomatopeyas, destacan sobre todo los instrumentos de percusión,


cualquier tipo de tambor o campana, y los de viento, cualquier tipo de flauta. Veamos algunos
ejemplos en (26).

(26) bulunba, drunba, zintzila ‘cencerro’, dunbala ‘bombo’, gargal, kirkila, txintxirri ‘sonajero’,
txantxan, txingalango, txingili-mingili ‘campana’, txintxa, txintxila, xilinda, zintzarri ‘campanilla’,
tuntun, txun-txun, xiribika ‘tamboril’, tururu, txilibitu, txirola, txuztu, zinburrun ‘silbo’, txulubi
‘silbato’, turuta ‘bocina’, txirula ‘flauta’, zinburruna ‘albogue’

3.3.6. Características físicas y psíquicas

En la categoría de las características físicas, aunque se describen todo tipo de características


(gordura, belleza…), destacan las onomatopeyas que señalan defectos físicos, o rasgos que tienen
connotaciones negativas. Aunque en la clasificación de Trask (1997: 257) no se incluyen, vamos
también a meter en este grupo las onomatopeyas que lexicalizan características psíquicas, que
normalmente también aluden a una interpretación negativa.

(27) a. Características físicas

bonbili, gangarra, mamanton, motolote, pipor, pottolo, tarrapalot, tontorrobilo, txotxontxu,


zokolo ‘gordo’, danglo ‘persona tosca’, farras ‘desaliñado’, gelge, gexal-mexal, txankil, txepel,

30
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

xistrin, zinlindroin ‘débil’, patal, tatelka, tartalo ‘tartamudo’, tatar, tipi, ttuttu ‘pequeño’,
zitzimutzika, zitzipara ‘zopenco, tosco’

monono, panpoxta, txirripitin ‘bonito’

b. Características psíquicas

barraban ‘picaro’, berrinba-barranba, patraka ‘torpe’, gangun ‘persona floja, vaga’, gelpe,
kokolo-mokolo, momolo, papau, tetele, txaldan, txontxa ‘bobalicón, tonto’, handi-mandi,
pinpirinakeri, ttittulin ‘pomposo, pedante’, indura-bandura, inka-manka, kili-kala, koko-meko
‘indeciso’, melenga, sinkulin-minkulin ‘quejicoso’

3.3.7. Herramientas y artilugios

Otro grupo de onomatopeyas es el que describe diversos aparatos, normalmente pequeños como en
(28)

(28) akulu-makulu ‘zancos’, benk ‘púa’, daratulu ‘barrena, broca’, dranbal ‘tuerca’, firinda ‘polea,
garranga ‘anzuelo’, taunk ‘martillo’, ruedecita’, tarratulu ‘taladro’, txanga ‘bisagra’, txirritol
‘molinillo; rueca; polea’

3.3.8. Cosas

Este grupo recoge objetos y cosas de diverso tipo; destacan las cosas que tienen poco o ningún
valor.

(29) a. en general

arazo-marazo ‘asunto’, bi-bi, muñi-muñi, txin ‘dinero’, birbil ‘botón’, ganga ‘bóveda, arco’, kiribil
‘espiral’

b. de poco valor

kirkira, ziztrin ‘cosa insignificante’, mingil ‘cosa efímera’, hink, tintik, tunt ‘nada’, tinta-minta
‘pequeños detalles’, surruburru ‘trabajillos de poca monta’, txirimir ‘cosa de poco importancia’,
tzirtzil ‘cosa futil’

3.3.9. Habla infantil

Gran parte del habla infantil está compuesto por elementos onomatopéyicos que designan todo tipo
de actividades, objetos, personals y animales como vemos en (30). De ahí que en numerosas
ocasiones se relacionen erróneamente los ideófonos exclusivamente con este registro.

(30) acciones y actividades como apatx egin ‘sentarse’, bitxbitx ‘orina’, mau-mau ‘comer’; objetos
txitxi ‘carne’, txatxa ‘manzana, fruta’; animales como kurrin-kurrin ‘cerdo’, ttotto ‘perro’;
personas como txetxe ‘niño pequeño’.

3.3.10. Cantidad

Si antes mencionábamos que las onomatopeyas sirven para designar objetos de poco valor, como
vemos en (31), también hay un gran número de elementos que indican gran cantidad de algo.

(31) bar-bar, barra-barra ‘en cantidad’, barrasta-barrasta, bedera-bedera ‘con profusión (gastar
dinero), birbirika ‘multitud de cosas pequeñas’, boldroko ‘amontonamiento’, dalan-dalan
‘repleto’, farra-farra ‘profusamente’, gilgil ‘lleno’, kuñkuñkuño ‘lleno de fruta’, naizu-naizu ‘en
extrema abundancia’, parrastan ‘a puñados’

31
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

3.3.11. Naturaleza

(32) argizirrinta ‘alba’, atxuntxua ‘peñasco’, brenk ‘cima escarpada’, draka ‘pendiente muy fuerte
en caminos’, lleba-lleba ‘fuerza creciente del mar’, ost ‘cielo’, zurrumilo ‘remolino de agua’

3.3.12. Términos sexuales

Otro de los campos característicos, aunque no tenemos documentados demasiados ejemplos en


nuestro corpus es el de los términos sexuales como en (33)

(33) txitxil ‘verga, miembro genital del hombre’, txuringa ‘esfínter anal’

3.3.13. Miscelánea

Finalmente, hemos incluido una categoría mixta (características, cosas…) que recogen otros
elementos que quedan fuera de los grupos descritos anteriormente:

(34) asa-asa ‘ligero de ropa’, kinkirrinkon ‘champán’, dsilipurta ‘salpicadura’, sara-sara


‘transparente’, tanta ‘gota’, trikimailu ‘trampa’, tolot ‘podrido’, zurrunpi ‘viruela, sarampión’

3.4. La pragmática de las onomatopeyas vascas: función y uso

Una vez que hemos terminado con la descripción lingüística de los ideófonos el siguiente paso es
preguntarse por su uso. Para responder a esta cuestión vamos a plantear dos líneas de investigación.
Por un lado, vamos a seguir las indicaciones sobre el uso de estas palabras descritas en la sección
2.3, y nos centraremos en la cuestión de las funciones de estas palabras, es decir, responderemos a
la pregunta de ¿para qué sirven estas palabras?. Después nos centraremos en otra pregunta
igualmente importante pero que quizás no tenga una respuesta tan clara en este momento de la
investigación, ¿se utilizan estas palabras en euskera?
Para responder a estas dos cuestiones hemos seguido metodologías diferentes. Por un lado, hemos
recogido ejemplos de diversas fuentes, tanto orales como escritas, en las que se ejemplifican algunas
de las funciones principales de estas palabras (véanse los apéndices 3 y 4). Por otro lado, para
investigar sobre el empleo de estas palabras por hablantes hemos realizado una encuesta piloto tanto
sobre conocimiento de onomatopeyas como sobre su uso a diez hablantes de euskara (véase
apéndice 5).

3.4.1. Funciones de las onomatopeyas vascas

3.4.1.1. La función dramatúrgica

La función dramatúrgica consiste en dar expresividad a las situaciones comunicativas en las que se
utiliza la onomatopeya como, por ejemplo, en los casos que se recogen en los siguientes ejemplos:

(35) Upela oso-osorik atzaparretan artu ta zanga, zanga! ustu arte


cuba lleno-lleno.part zarpa.loc coger y zanga zanga vaciar hasta
‘Agarró con las manos la cuba llena hasta los topes y zanga, zanga! hasta vaciarla (oeh)

(36) Ñir-ñir-ñir hasten dira izarrak zeruan


Ñir-ñir-ñir empezar aux estrellas.abs cielo.loc
‘Las estrellas empiezan a ñir-ñir-ñir en el cielo’ (oeh)

(37) Goizean haizia firi-firi zebillen


Mañana.loc aire.abs firi-firi andaba
‘Por la mañana había un aire firi-firi’ (oeh)

En todos estos ejemplos la manera en la que se produce la acción se describe en la onomatopeya.


En el ejemplo (35), el ideófono zanga zanga describe la acción de beber, pero no de cualquier forma,
sino continuada, a grandes tragos y haciendo ruido. En el (36), ñir-ñir-ñir significa brillar, pero de una

32
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

forma especial, es la luz intermitente, fugaz, destelleante que emiten como en este ejemplo las
estrellas, o cualquier cuerpo celeste por la noche. Firi-firi en (37) también indica un tipo especial de
viento, es el vientecillo suave, como una leve brisa. En estos casos el ideófono es realmente el que
aporta todos los matices del evento; hay que tener en cuenta que, por un lado, en ninguno de estos
ejemplos aparece ningún verbo concreto que lexicalice los conceptos de ‘beber’, ‘brillar’ o ‘soplar’, y
por otro lado, los ideófonos son realmente los que no llevan a imaginar, cómo se lleva a cabo la
acción. Nuckolls (2001, 2006) en su análisis de los ideófonos del pastaza quechua no solamente los
llamaba, gestos verbales, porque describían cómo se realizaba una acción, sino que además, en un
reciente artículo señalaba lo siguiente:

“Although this description [se refiere a un ejemplo] is lacking any finite verb, the ideophones
themselves assume the pragmatic importance of verbs. […] In discourse, ideophones are a
likely locus of intonational and gestural foregrounding, which contributes to their pragmatic
status as performance. […] They capture what is aesthetically salient and absolutely true,
what is emotionally riventing and objectively factual. Insofar as they do this, they are
pragmatically quite different from the occasional whimsical ideophones used in English such
as ka-ching, or bling bling” (2006: 40-41)

Los ejemplos que acabamos de ver demuestran, al igual que en quechua, que el valor pragmático del
ideófono es fundamental en euskera.

Dentro de esta función dramatúrgica, se suele mencionar también cómo estos elementos suelen a
veces ir acompañados por gestos, que no solo añaden significado, sino que refuerzan lo que ya se ha
representado en el ideófono. Este sería el caso que ejemplificamos en los ejemplos (38) y (39) con
sus correspondientes Figuras (1) y (2) donde se ve realizado el ideófono en el gesto. Incluímos
también la imagen original que los informantes estaban describiendo en ese momento.

(38) Aoztarrek hartu dau txakurra gainean eta plisti plasta, plisti plasta, urten dira errekatik
Aoztar.erg coger aux perro.abs encima.loc y plisti plasta plisti plasta salir aux río.abl
‘Aoztar [el niño] se pone al perro encima y plisti plasta plisti plasta salen del río’ [B20e2]

Figura 1: Plisti plasta y gesto de dar pasos

En este caso, la informante está describiendo cómo el niño después de caerse al río, coge al perro y
van caminando por el río. Utiliza el ideófono plisti plasta que significa ‘andar patullando en el agua’, y
al mismo tiempo, gesticula con las manos el andar, los pasos. Este gesto se realiza de forma
sincronizada con el ideófono, es decir, el primer elemento plisti coincide con el movimiento de la
mano izquierda y el segundo elemento plasta con el movimiento de la mano derecha. Como se puede
ver en el ejemplo (38), el ideófono se repite dos veces, así que se puede decir que se dan ‘cuatro
pasos’. En este caso el gesto no añade significado nuevo, ya que el andar o el dar pasos está incluido
en la semántica del ideófono plisti-plasta pero si que se añade una gran expresividad a toda la
escena descrita.

Veamos otro ejemplo, esta vez con una verdadera onomatopeya, brst!.

(39) eta brst! holako hegazti bat atera zion, zera, mozolo bat
y brst! ese.adn ave una salir aux esto mochuelo un
‘Y brst! le sale un ave así, esto, un mochuelo’ [B20d2]

33
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Figura 2: Brst! y gesto de aletear

En este segundo caso, el informante está contando cómo el búho sale del árbol, tal y como vemos en
la Figura (2). El informate utiliza la onomatopeya brst! que indica la velocidad y la forma inesperada
con la que el búho sale del árbol, mientras que gesticula con los brazos abiertos, de arriba abajo al
mismo tiempo, el aletear del búho. El uso del gesto, por tanto, refuerza la intensidad con la que sale
el búho, representada en la onomatopeya brst! pero al mismo tiempo añade información nueva, el
aleteo del búho, información que no está en la emisión verbal como se ve en (39). A este tipo de
casos en los que el gesto añade información se conocen como manner fogs en la teoría gestual de
McNeill (véase McNeill 1992, 2000, 2009; McNeill y Duncan 2000).

3.4.1.2. La función estilística

Otra de las funciones características de los ideófonos es su aportación estética a un texto. En el caso
del euskera, esta función es quizás una de las más reconocidas de las onomatopeyas. Lecuona
(1964) ya reconocía en su estudio sobre la literatura oral vasca que estos elementos son unos de los
constituyentes fundamentales de la llamada poesía decorativa, además de entre otras cosas el ritmo
y la rima. En este librito, Lecuona recoge algunas de los versos más conocidos y que forman parte del
acervo cultural-musical tradicional vasco. Como se ve en (40), (41) y (42), están llenos de elementos
ideofónicos:

(40) baga, biga, higa un, dos, tres


laga, boga, sega cuatro, cinco, seis
zai, zoi, bele siete, ocho, cuervos
harma, tiro, pum! arma, tiro, pum!
xirrixti-mirristi, gerrena, plat xirrixti-mirristi (palabras mágicas), asador, plato
olio zopa, kikili salda, sopa de aceite, caldo de kikili (gallo)
urrup edan edo klik... urrup (sorber), beber o klik (trago)
ikimilikiliklik! ikimilikiliklik! (trago)

(41) din-dan, boleran din-dan volteo de campanas


elizako kanberan en la cámara de la iglesia
din-dan, boleran din-dan campaneo
gure aurra koleran. nuestro niño en cólera (¿)
Dingindin-dangandan, dingindin-dan Dingindin-dangandan, dingindin-dan
Dingindin-dangandan, dingindin-dan Dingindin-dangandan, dingindin-dan

(42) ttun kurrun kuttun, kuttunku ttun kurrun (arrullo) kuttun (querido), kuttunku
ttun kurrun kuttuna! ttun kurrun (arrullo) kuttuna (querido),
run kuttun kuttun kuttunku run kuttun (querido) kuttun kuttunku
run kuttun kuttuna! run kuttun kuttuna (querido)!
loa, loa duerme, duerme
run kuttun kuttuna! run kuttun kuttuna (querido)!

Algunos de estos elementos simplemente representan ritmos específicos, como el dingindin-


dangandan, dingindin-dan o el din-dan que recuerda al repicar de las campanas en (41), otros como
en el caso de la canción de cuna en (43) son todos onomatopéyicos y proporcionan un juego entre
onomatopeyas con significado (kurrunka ‘arrullar’ y kuttun ‘querido’) y su combinación con otras sin un

34
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

significado tan claro, salvo por la parte fonoestética (run), y otros como algunos de los ejemplos en
(41), que dan viveza, expresividad y una carga estilística a acciones como el sorber en ikimilikiliklik
‘trago’.
El cancionero vasco tradicional, así como dichos y juegos (véase Azkue 1971), está lleno de
versos donde las onomatopeyas se reproducen sin cesar. Sin embargo, lo interesante de la función
estilística es que no hace falta solamente centrarse en la poesía oral tradicional o en lo tradicional en
general, también en la poesía contemporánea se encuentran ejemplos de usos estilísticos de estos
elementos. Uno de los mayores exponentes es, por ejemplo, Bitoriano Gandiaga. Veamos algunos de
sus poemas en (44), (45) y (46). Hemos subrayado nosotros los elementos onomatopéyicos, el resto
es original de la publicación.

(44) (1977) Uda batez Madrilen (178)

[ANUNTZIOAK]

Anuntzioak
dir-dir
mila
txaplata
mila
abata
tamaina
tankera
milatan
mila
lekutan
txipizta
tzapasta
hiria
zehar
txapastan.

Argitarako jarri
bonbilen argia baino
anuntzioen bristada,
NEBRASKA, IMPERIAL
ta anuntzio gehiago:
CAMEL, BIMBO, MARTINI
CLUB, PASAPOGA, CAPITOL,
ESPASA CALPE, S.A.
CERTINA…

Anuntzioak
dist-dast
mila
zaplada
mila
blastada
mila
tamaina
tankera
mailatan,
mila
lekutan
ziplika
zaplaka
hiria
zehar
blisti-blast.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Anuntzioak argiz,
argi zirtada biziz,
kolore zirtakariz,
bristakoan, begiz.
Irriz anuntzioak,
eskaintza kilikariz
irritsa irristaraziz
hirrikatuz gizona
tirriatuz zirriz.
Anuntzioak
zirt-zart
mila
zartada
mila
sastada
mila
tamaina
tankera
milatan
mila
lekutan
sistaka
sastaka
hiria
zehar
sisti-sast.

(45) (2004) Adio (93)

Trinkili trankala ari gara Trinkili trankala bizi gara


trinkili trankala betikoan betiko trinkili
trinkilik trankala -trankal trajiko
trankalak trinkili majiko
bizitza bideko sorpresa
egunen orduen handiko bidaia
uneen ritmoan. bizitza beteko
noiznahikoan tranbala

(46) (2004) Adio (110)

Tzi-tzi. tzi-tzi...
Tzi-tzi, tzi-tzi-tzi.
Pinadiz, tzi-tzi-tzi. Pinadiz, tzi-tzi-tzi.

Pinadiz pinadi tzi-tzi-tzi. Tzi-tzi tzi-tzilari,


Gaueko pinadiz, tzi-tzi-tzi. tzi-tzi, xomorroa, tzi-tzi,
hegoak hegoz igurtzi
Tzi-tzi, ta igurtzi.
tzi-tzi,

Como se puede observar en estos tres ejemplos, Gandiaga maneja las onomatopeyas
magistralmente. En el primer poema, se nos habla de los anuncios de neón que hay en una gran
ciudad. Además del efecto visual de la organización y distribución de estas palabras, que aún apoya
más el ritmo de las onomatopeyas y la sensación que causan estos anuncios en una persona no
acostumbrada, tenemos el significado y la utilización de las onomatopeyas que describen lo que
siente y lo que piensa de los anuncios el poeta. Anuncios que brillan (dir-dir, zirta), que nos abofetean
por todas partes (blastada, zartada), intermitentes, decididos y rápidos como pinchazos (sisti-sast,
zirt-zart, brista), que nos salpican (tzapasta), nos producen risas (irri) y nos ofrecen cosas dudosas
(kilika). En el segundo poema, habla de la vida y de como siempre vamos en este viaje trinkili trankala

36
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

‘moverse con cansacio, a trancas y barrancas, ruidosamente como un tren’. Finalmente, en el último
poema, Gandiaga juega con el ruido de los pinares, de los insectos, el tzi-tzi-tzi, que escucha todas
las noches.
Estos ejemplos, sacados de los muchos que utiliza Gandiaga en su obra, junto con los casos
anteriores, son un claro ejemplo de que la utilización de los ideófonos tiene un valor fundamental en
la poesía vasca, son un componente fundamental, sin el cual, la poesía vasca no sería la misma.
Podríamos adaptar perfectamente al caso vasco, las palabras de Burbridge (1938: 234) sobre la obra
africana Uganda Martyrs:

“The ideophone is the key to Native descriptive oratory. I can’t imagine a Native speaking in
public with intense feeling without using it”

Además de los ejemplos de literatura oral y escrita que hemos presentado, vamos ahora a presentar
algunos casos de otro de los campos en los que, no solamente en euskera, sino en todas las lenguas
en general (véase Gasca y Gubern 2008), más se han utilizado estas palabras: los cómics. Los
ejemplos que incluimos en el apéndice 3 los hemos tomado de dos dibujantes vascos, Patxi Huarte
‘Zaldi Eroa’ y Patxi Gallego. Aquí presentamos unos de ejemplos de cada autor.

mar mar ‘cuchichear,


murmurar’

Tiki-taka ‘poco a poco’

Figura 3: Zaldieroa: mar mar, tiki-taka

Ttakun ttakun ‘sonido del


instrumento de la
txalaparta’

Tipi tapa ‘marchar a paso


corto y ligero’

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Zapla ‘bofetada’

Figura 4: Patxi Gallego: ttakun ttakun, tipi tapa, zapla

Hasta ahora nos hemos centrado en ejemplos orales y escritos en donde se ve la utilización de
onomatopeyas con valor estilístico. Sin embargo, los casos que ejemplifican la utilización de estos
elementos con esta función no se restringen a este tipo de textos. Cada vez más, encontramos estas
onomatopeyas utilizadas como nombres propios, es decir, como etiquetas que se dan a diferentes
tipos de tiendas, organizaciones, grupos… En el apéndice 4, hemos recogido algunos ejemplos
encontrados por toda la geografía vasca, y los hemos clasificado en varios grupos: negocios (bares,
clínicas, guarderías, hoteles, tiendas), eslogans, grupos y asociaciones, lugares, revistas y
publicaciones. Mostramos aquí, en la Figura 4, una pequeña selección de ejemplos de cada uno de
los grupos.

Bar
Zurrumurru
Bilbo

Fuente: IIA

Clínica Podología
Ttipi-ttapa
Gernika

Fuente: IIA

Ibilaldi 2003
Dzanga
Lekeitio

Fuente: IIA

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Asociación de montañismo
Pol-pol
Bergara

Fuente: IIA

Euskara elkartea
Zingi Zango
Legazpi

Fuente: IIA

Urbasa-Andia
Durrundurrungo zuloa
Kiskilikaskala

Fuente: Sua

Revista
Xirika

Fuente: IIA

Figura 5: Onomatopeyas en nombres propios.

Como podemos ver en estos ejemplos, la mayoría de estos negocios, asociaciones, etc. escogen una
onomatopeya que tiene una relación directa con la actividad que se desarrolla en ese grupo. Así, por
ejemplo, en una clínica de podología, uno de los nombres más adecuados es ttipi ttapa ‘andar pasito
a pasito, marchar a paso corto o ligero’. Esta misma onomatopeya aparece también muchas veces
ligada a tiendas de calzado (véase apéndice 4). En un bar también es adecuada una onomatopeya
como zurrumurru ‘rumor, susurro, chismorreo’, a fin de cuentas esta es una de las actividades que se
van a hacer a los bares. Pero además de la relación directa entre el nombre propio y lo que designa,
estos ejemplos creemos que ponen de manifiesto que las onomatopeyas se consideran, aunque sea
a nivel intuitivo del hablante vasco, como uno de los rasgos más importantes y característicos de la
lengua vasca. Para más información sobre la relación entre simbolismo fónico y branding, véanse
Klink (2000, 2003), Lowrey y Shrum (2007), Yorkston y Menon (2004), entre otros.

3.4.2. Uso de las onomatopeyas vascas

Una vez que hemos terminado de repasar algunas de las funciones que cumplen las onomatopeyas,
la pregunta que queda por resolver, o al menos plantear, es si las onomatopeyas, se utilizan o no en
euskera. De los estudios sobre las onomatopeyas vascas que hemos revisado en la sección 1.2, se
podían extraer dos conclusiones fundamentales; por un lado, que las onomatopeyas son un rasgo
característico y fundamental de la lengua vasca, y por otro lado, que hay una tendencia a pensar que

39
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

actualmente se utilizan cada vez menos (recuérdese la cita de Alzo (1961: 257). Lo que necesitamos
saber ahora es si realmente estas intuiciones son correctas, o al menos si están bien encaminadas.
Desde un punto de vista intuitivo, y basándonos en conversaciones y obsevaciones
informales, podemos decir sobre el uso actual de las onomatopeyas, que los hablantes, tanto los
legos como los relacionados con la filología, la lingüística o el euskera, suelen normalmente
considerar que las onomatopeyas no son elementos muy usados o importantes de la lengua. La
respuesta que se suele recibir al preguntar por estos elementos es siempre que son palabras que
utilizan los niños y a veces en el ámbito rural, por lo tanto, son elementos que no utilizan a diario,
salvo en contextos muy específicos o marcados. La segunda observación que podemos hacer es que
los hablantes tienden a identificar las onomatopeyas como tales si representan sonidos de animales o
si su estructura morfológica presenta reduplicación. Es decir, un hablante no tiene problemas en
identificar como onomatopeya una palabra como tipi tapa ‘andar pasito a pasito, marchar a paso corto
o ligero’, mara-mara ‘nevar suavemente y sin parar’ o zauka ‘ladrido’, pero no reconoce tan
rápidamente otros elementos onomatopéyicos, muchas veces palabras muy comunes en la lengua,
como txingor ‘granizo’, karramarro ‘cangrejo’ o laprast ‘resbalar’, a pesar de reunir las características
propias de estas palabras. Autores como Childs (1996) llaman a este tipo de casos, la de-
ideofonización de los hablantes, ya que éstos utilizan estos elementos onomatopéyicos pero sin ser
conscientes de ello. Lo que es más, otro fenómeno que también hemos observado en euskera y que
se incluye en este concepto de de-ideofonización, es el hecho de usar la capacidad expresiva de los
ideófonos para formar elementos nuevos en la lengua. En otras palabras, los hablantes crean
expresiones nuevas utilizando los recursos lingüísticos propios de los ideófonos (reduplicación,
alternancia vocálica y consonántica, etc.) aprovechándose de la expresividad de estos elementos.
Para ilustrar este último caso hemos recogido un par de ejemplos reales en donde se puede observar
esta tendencia:

Comida rápida
Ñampa Zampa
Gernika

Fuente: IIA

Grupo cultural jazz


Jizz Jazz
Bermeo

Fuente: Internet

Figura 6: Ejemplos de de-ideofonización

Como vemos en la Figura 6, los nombres que se han utilizado son muy parecidos a las auténticas
onomatopeyas vascas. En el caso de ñampa zampa, el nombre de un negocio de comida rápida,
tenemos una reduplicación parcial, en la que hay una alternancia consonántica, pero que utiliza
sonidos característicos como la palatal ñ y la sibilante z. Esta formación toma sus elementos del
castellano—obsérvese la m antes de la p—aunque el segundo elemento también suena al euskera
zanpa zanpa ‘engullir, comer a dos carrillos’. En el segundo ejemplo, la formación jizz jazz que da
nombre a un grupo cultural de aficionados al jazz, presenta también la reduplicación parcial con
alternancia vocálica entre i-a, una de las más numerosas y características del euskera.
Además de estas observaciones, otro posible factor a tener en cuenta es la supuesta
diferencia del uso actual basada en variables sociolingüísticas como la edad o la educación. Al
preguntar informalmente a hablantes más jóvenes, todos los que procedían de entornos

40
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

euskaldunzaharras han manifestado sin excepción, que ellos no conocían muchas onomatopeyas,
pero sus familiares más mayores (abuelos) seguramente sí que conocen más ya que las utilizan más
a menudo. Como hemos visto en la sección 2.4, autores como Amha (2001), Childs (1996) o Kabuta
(2001) han observado las mismas diferencias de uso en las lenguas africanas. Parece ser que cuanto
más mayor y menos alfabetizado en la lengua sea el hablante hay mayores posibilidades de que
utilice onomatopeyas en su discurso diario. En euskera, estas dos variables, a pesar de ser
diferentes, puede estar interrelacionadas dada la historia del país y los modelos educativos de los
últimos setenta años. Las personas que hoy en día están en la franja de los 65 hacia arriba y cuya
lengua materna es el euskera, suelen no estar alfabetizados en euskera, ya que recibieron su
educación en español. Mientras que los hablantes adultos más jóvenes, pongamos a partir de 20
años, sí que están alfabetizados en esta lengua, y hemos de recordar, que la enseñanza de las
onomatopeyas, dados los prejuicios lingüísticos que hemos comentado al principio de este trabajo, es
prácticamente nula.
Estas observaciones que acabamos de realizar necesitan, por supuesto, pruebas empíricas
que corroboren o niegen las hipótesis que acabamos de formular. Futuros estudios sobre las
onomatopeyas deberían, por lo tanto, centrarse en el diseño de diferentes estímulos cuya finalidad
fuera discernir cuál es el uso actual de estas palabras y qué variables entran en juego para justificar
dicho uso. En este proyecto, solo hemos podido diseñar y realizar un pequeño experimento piloto,
para empezar a probar la primera de las intuiciones que hemos presentado aquí: el conocimiento de
las onomatopeyas. Este primer estímulo se diseñó utilizando la lista de unas 800 onomatopeyas del
movimiento que se recogían en el trabajo de Ibarretxe-Antuñano (2006b). Se presentó a diez
hablantes nativos de edades comprendidas entre los 20 y los 30. Los informantes tenían que
responder con un sí o con un no a siguientes preguntas en cada una de las onomatopeyas: ¿conoces
esta onomatopeya?, ¿has oído alguna vez esta onomatopeya? (¿por escrito? ¿oralmente?), y
¿utilizas esta onomatopeya? (¿por escrito?, ¿oralmente?). La hipótesis de partida principal era que
dado que eran hablantes jóvenes su conocimiento de este grupo específico de onomatopeyas iba a
ser limitado. Otra segunda hipótesis es que los informantes seguramente conocerían más
onomatopeyas de las que utilizan, tal y como concluye Coyos (2000) en su estudio de las
onomatopeyas del suletino. Los resultados preliminares, a falta de un estudio más exhaustivo de las
encuestas en estos momentos, parecen indicar que las hipótesis son correctas. En líneas generales,
podemos decir que los hablantes solo conocen alrededor de un 20-25% de estos elementos, y utilizan
alreadedor de un 15-20%.
Estos datos habría que contrastarlos con otro tipo de experimentos que pensamos llevar a
cabo en un futuro. Un experimento que estamos actualmente diseñando, consiste en la elicitación por
parte de los hablantes de descripciones a videos y fotografías en las que el uso de la onomatopeya
es posible. Las variables que hemos tenido en cuenta para la preparación de este experimento son
las siguientes. Por un lado, hemos seleccionado posibles situaciones en las que el uso de la
onomatopeya es obligado, ya que no hay ninguna otra palabra en euskera que designe esa situación,
el uso es opcional pero probable dad la expresividad, y el uso es raro porque la onomatopeya no es
muy conocida o muy específica. También se han seleccionado situaciones que cubren todos los
campos semánticos que hemos descrito en la sección 3.3. Y finalmente, la otra variable que se tendrá
en cuenta será la de la edad y la alfabetización, se compensarán los grupos de informantes. La
relación de posibles videos está resumida en el Apéndice 5.

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

4. Conclusiones

En este estudio sobre las onomatopeyas vascas hemos intentado dar una visión global sobre los
rasgos lingüísticos que caracterizan a estos elementos. Partiendo de las descripciones tipológicas
que se han llevado a cabo sobre estos elementos, hemos visto que las onomatopeyas vascas
cumplen cada una de las características que comparten estas palabras.
Desde un punto de vista fonético-fonológio, tienen elementos fónicos inusuales, utilizan la
reduplicación total y parcial, e incluso la triplicación y presentan fonestemas. Por lo que respecta a su
morfo-sintaxsis, además de la reduplicación que hemos mencionado, cumplen diferentes funciones
sintácticas, especialmente funcionan como sustantivos y adverbios, aunque también hemos visto que
muchas veces son multicategoriales, y solamente su utilización en un contexto sintáctico determinado
nos revela su posible categoría.
En relación a su semántica, también encontramos numerosos ejemplos que lexicalizan
campos característicos de estos elementos: acciones y actividades—entre los que podemos destacar:
movimiento, comunicación, luz, sonido, ingestión, destrucción, golpeo, ebullición, emociones,
funciones corporales—animales y plantas, fenómenos atmosféricos, instrumentos musicales,
características físicas y psíquicas, herramientas y artilugios, cosas, habla infantil, candidad,
naturaleza y términos sexuales, entre otros.
Desde una perspectiva pragmática, cumplen tanto funciones dramatúrgicas, es decir, dar
expresividad, bien solas o bien acompañadas por gesto, como funciones estilísticas, especialmente
importante su uso en la literatura oral y escrita, en los cómics, pero también en la publicidad, a la hora
de elegir un nombre propio para diferentes actividades (negocios, asociaciones, etc.).
Finalmente, hemos solamente tocado una de las cuestiones fundamentales que esperamos
poder seguir investigando en el futuro, el uso actual por parte de los hablantes de estos elementos.
Basándonos en observaciones y en una encuesta piloto sobre onomatopeyas del movimiento, hemos
concluido que el conocimiento explícito e implícito de los hablantes es diferente. En términos
generales, se puede decir que se conocen más onomatopeyas de las que se usan a diario. Sin
embargo, es necesario hacer dos puntualizaciones. Por un lado, parece que hay diferencias en
cuanto al uso debidas variables sociolingüísticas, especialmente los factores de la edad y la
alfabetización; cuanto más mayor y menos educación formal en euskera haya recibido el hablante
más posibilidades hay de que utilice un mayor número de elementos onomatopéyicos. Por otro lado,
los hablantes, incluso los no legos, no son conscientes muchas veces de que están utilizando
onomatopeyas. Las onomatopeyas que más se reconocen conscientemente son las reduplicadas,
pero el resto de los casos, especialmente aquellos en los que la palabra onomatopéyica es la única
que existe para nombrar a una entidad, no se consideran onomatopéyicos por parte de los hablantes.
Este sería un caso claro de deideofonización. También hemos observado que, a pesar de esta
tendencia decreciente en el uso consciente por parte de los hablantes, las onomatopeyas se utilizan
constantemente y conscientemente, como elementos para llamar la atención y rasgos identificativos
del euskera. Esta actitud se muestra no solo en el hecho de que cada vez más de estas palabras se
utilizan como reclamo en negocios y eslóganes, sino en la utilización de los recursos lingüísticos
típicos de estos elementos tales como la reduplicación o la alternancia vocálica-consonántica para la
formación y creación de palabras nuevas.
Quizás el único rasgo que no parecen compartir las onomatopeyas vascas con la
caracterización tipológica general es el hecho de que sean propias de registros orales tal y como
proponen Voeltz y Kilian-Hatz (2001). Los ejemplos que hemos utilizado a lo largo de este estudio
están tomados de diferentes fuentes tanto orales como escritas, lo que demuestra que en euskera,
las onomatopeyas no se restringen a un solo registro. Es posible de todos modos, explicar esta
diferencia si tenemos en cuenta la propuesta de Koch y Oesterreicher (véanse Koch y Oesterreicher
1985, Oesterreicher 2001) sobre la diferencia entre las lenguas que son conceptualmente escritas y
las lenguas que son conceptualmente orales. Según estos autores, el espacio comunicativo de una
comunidad lingüística, es decir, el uso del lenguaje tanto oral como escrito, se puede colocar a lo
largo de un continuo entre dos polos: el de la inmediatez comunicativa que se relaciona con la
oralidad concepcional, y el de la distancia comunicativa que se relaciona con la escrituralidad
concepcional. Cada uno de estos polos tiene una serie de características morfosintácticas, léxicas y
pragmáticas particulares y unos usos comunicativos concretos. La oralidad concepcional se
caracteriza por construcciones elípticas, violaciones de congruencia, proporción baja de tipo-token en
el léxico, redundancia, expresiones hiperbólicas, repeticiones… mientras que todas estas
características no están presentes en la escrituralidad concepcional. El euskera se puede decir que
es una lengua conceptualmente oral, ya que presenta muchos de estos rasgos como la elipsis o la
repetición tanto en el registro oral como en el escrito (véase Ibarretxe-Antuñano 2004). Si incluimos el

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

uso de las onomatopeyas como uno de los rasgos característicos de esta oralidad concepcional,
entonces se puede entender que estas palabras se usen en cualquier registro ya que mantienen las
características propias de este tipo de lenguas.

A pesar de que se ha intentado ser exhaustivo en este trabajo, quedan aún numerosas cuestiones
pendientes para futuras investigaciones. Vamos a mencionar solamente algunas de las que nos
parecen más interesantes. Por ejemplo, se tendría que llevar a cabo un estudio mucho más profundo
del uso de las onomatopeyas en el discurso natural para observar si es cierto que las variables
sociolingüísticas juegan un papel fundamental en el uso de estos elementos. Este tipo de trabajo
requiere tanto el diseño de experimentos psicolingüísticos en los que se incite al informante a utilizar
estas palabras a través de diferentes técnicas de elicitación de datos, como el análisis de corpus de
datos orales espontáneos así como escritos.
Otra de las áreas que también necesitan de más trabajo es la aplicación práctica de este
estudio a áreas de la enseñanza y la traducción. Si echamos un vistazo a los manuales actuales del
euskera, tanto a las gramáticas pedagógicas (Alberdi 2008, Zubiri y Zubiri 1995) como a libros de
texto, la atención que se le dedica a estos elementos es prácticamente nula. Si realmente estamos de
acuerdo con que estas palabras son un rasgo fundamental de la lengua vasca, no se puede permitir
que se dejen de enseñar puesto que no son, como hemos demostrado en este estudio, simples
elementos marginales de la lengua, propios del habla infantil o rural, sino adaptando una frase de
García de Diego (1968: 5) la sal de la lengua vasca.

Onomatopeiak gatza eta piperra!!!

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Informe final. Eusko Ikaskuntza.

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TRASK, R. Larry. The History of Basque. Londres y Nueva York: Routledge, 1997.
TSUJIMURA, Natsuko. “Revisiting the two-dimensional approach to mimetics: A reply to Kita (1997)”. En:
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ULLMAN, Stephen. Semantics. An Introduction to the Science of Meaning. Oxford: Blackwell, 1972.
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VOELTZ, F.K.Erhard y Christa KILIAN-HATZ (eds.). Ideophones. Amsterdam y Filadelfia: John Benjamins,
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WALLIS, John. Grammatica linguae anglicanae. R.C. Alston (Ed.), Reprint 142 (1969). Menston: The Scolar
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WEBSTER, Anthony K. “’To give an imagination to the listeners’: The neglected poetics of Navajo
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YU CHO, Young-mee. “Sound symbolism in Korean”. En: Ho-min Sohn (ed.), Korean Language in Culture
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ZAMARRIPA, Pablo. Manual del vascófilo. Bilbao: Wilsen Ed., 1987.
ZUBIRI, Ilari y Entzi ZUBIRI. Euskal gramatika osoa. Bilbo: Didaktiker, 1995.

47
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Apéndice 1: Las onomatopeyas de los animales. Datos Internet.

48
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

49
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

50
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Apéndice 2: Sonidos del euskara

Este cuadro presenta el inventario fonético y sus correspondientes grafemas (en cursiva) del euskara
batua. Para consultar el inventario de las otras variedades se puede consultar Hualde y Ortiz de
Urbina (2003: cap. 2), Hualde (1991), entre otros.

51
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Apéndice 3: Onomatopeyas en cómics

COMICS…

Zaldi Eroa (2005) De Rerum Natura. Donostia: Elkar. (ZE1)


Zaldi Eroa (2007) De Rerum Natura2. Donostia: Elkar (ZE2)

Atx(ZE1)

Bor bor(ZE1)

Danba(ZE1)

Di-da(ZE1)

Dinbi-danba(ZE2)

Kar kar(ZE1)

81
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Klik Klak(ZE1)

Katakrak(ZE1)

Krak(ZE1)

Kranka(ZE2)

Krok(ZE1)

Mar mar(ZE2)

Tiki-taka(ZE2)

82
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Topo topo topo(ZE1)

Txak(ZE1)

Txirrin (ZE2)

Zanpa(ZE1)

Zapla(ZE1)

83
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

COMICS…

Patxi Gallego (2004) Pololoak. Poxpoliñen lurriña. Donostia: Elkar. (PG1)


Patxi Gallego (2006) Pololoak. Poxpoliñaren bahiketa. Donostia: Elkar. (PG2)

Brmmfrsst(PG1)

Dolon(PG1)

Fross(PG1)

Glo glo(PG1)

84
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Golo golo(PG1)

Kolonk Kolonk(PG1)

Krsk, Krtxsk! (PG2)

Plisti-Plasta(PG2)

Ttakun ttakun(PG1)

85
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tipi tapa(PG1)

Tonk(PG1)

Txor txor(PG1)

Tuku tuku(PG1)

Tunp(PG1)
Tunk(PG1)

86
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Zapla(PG1)

Zaunk(PG1)

Zzziuuu(PG1)

Ztunk(PG1)

Zurrup(PG1)

87
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

COMICS…

Varios

Ziuuu
Hitzeko, Azpeitia
Marrazkia: Olatz Aguado

88
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Apéndice 4: Onomatopeyas como nombres propios

NEGOCIOS

Descripción Ejemplo

Bar
Batun batun
Bermeo

Fuente: IIA

Bar
Irrintzi
Bilbo

Fuente: IIA

Bar
Irrintzi
Ondarrua

Fuente: Internet

Bar
Kikara
Beasain

Fuente: IIA

60
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Bar
Kili
Amurrio

Fuente: IIA

Bar
Kilikolo
Portugalete

Fuente: IIA

Bar
Tipi tapa
Santurtzi

Fuente: IIA

Bar
Txintxarri
Gasteiz

Fuente: IIA

61
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Bar
Txurrut
Bermeo

Fuente: IIA

Bar
Puzpulu
Mungia

Fuente: IIA

Bar
Zurrumurru
Bilbo

Fuente: IIA

Bar
Zurrupa
Gasteiz

Fuente: IIA

62
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Clínica Podología
Ttipi-ttapa
Gernika

Fuente: IIA

Estanco
Dra
Ondarrua

Fuente: Internet

Guardería
Kukumiku
Santurtzi

Fuente: IIA

Guardería
Txantxiku
Beasain

Fuente: IIA

63
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Guardería
Txirrist
Mungia

Fuente: IIA

Hotel
Tximista
Lizarra

Fuente: IIA

Peluquería
Ponpox
Bermeo

Fuente: IIA

Publicidad
Zauka
Gernika

Fuente: IIA

64
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Supermercado
Txist
Ondarroa

Fuente: IIA

Tienda belleza
Pitxin Pitxine
Bermeo

Fuente: IIA

Tienda complementos
Diz-diz
Bilbo

Fuente: IIA

Tienda fotos
Klik-klak
Ondarroa

Fuente: Internet

65
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tienda música
Talka
Irun

Fuente: Internet

Tienda niños
Kili-kili
Igorre

Fuente: IIA

Tienda niños
Kukupraka
Gernika

Fuente: IIA

Tienda niños
Txio txio
Lekeitio

Fuente: IIA

66
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tienda niños
Txirrista
Zarauz

Fuente: IIA

Tienda telas
Triki
Mungia

Fuente: IIA

Tienda recuerdos típicos


Saski-naski
Donostia

Fuente: IIA

Tienda ropa
Gili-gili
Bilbo

Fuente: IIA

67
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tienda ropa
Karrinkara
Bermeo

Fuente: IIA

Tienda ropa
Kinka
Gasteiz

Fuente: IIA

Tienda ropa
Kixkurra
Lizarra

Fuente: IIA

Tienda ropa
Koska
Bilbo

Fuente: IIA

68
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tienda ropa
Kukuxumusu
(Bilbo)
Fuente: IIA

Tienda ropa
Pott-pott
Bilbo

Fuente: IIA

Tienda ropa
Ttakun
Bilbo

Fuente: IIA

Tienda ropa interior


Txankan
Gernika

Fuente: IIA
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Tienda surf
Dzingua
Lekeitio

Fuente: IIA

Tienda varios
Tirikitrauki
Hondarribi

Fuente: IIA

Tienda varios
Tirikitrauki
Lasarte Oria

Fuente: Internet

Tienda varios
Kriss-kross
Bilbo

Fuente: IIA
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Zapatería
Tipi tapa
Arrasate

Fuente: IIA

Zapatería niños
Tiki taka
Ondarroa

Fuente: Internet
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

ESLOGANS

Descripción Ejemplo
Ibilaldi 1986
Zirt-zart
Arrigorriaga

Fuente: Internet

Ibilaldi 2003
Dzanga
Lekeitio

Fuente: IIA

Euskal eskola publikoa 2007


Dra
Ondarroa

Nafarroa oinez 2005


Oinkenez
Olazti-Ziordia

Fuente: IIA

Korrika 2001
Tipi tapa
Muruguza

Fuente: Internet

Revista 2008, anuncio


ayuntamiento
Barra-barra
Santurtzi

Fuente: Internet

72
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

GRUPOS

Descripción Ejemplo

Asociación de mujeres
Diz-diz
Mungia

Fuente: Internet

Asociación de montañismo
Pol-pol
Bergara

Fuente: IIA

Asociación de tiempo libre


Pinpoil
Sopelana

Fuente: Internet

Asociación de tiempo libre


Txa-txan
Sopelana

Fuente: Internet

Asociación de tiempo libre


Txirrimorraski
Ondarroa

Fuente: Internet

73
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Asociación de tiempo libre


Zirt Zart
Arrankudiaga

Fuente: Internet

Euskal dantza taldea


Dindirrin
Bilbo

Fuente: IIA

Euskal elkartea
Ttiki-ttaka
Oion

Fuente: Internet

Euskara elkartea
Pil-pilean
Soraluze

Fuente: Internet

Euskara elkartea
Zingi Zango
Legazpi

Fuente: IIA

74
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Fanfarre
Tiriki-trauki
Iruña

Fuente: Internet

Grupo de música
Tirri tarra
Pasai San Pedro

Fuente: IIA

Konparsa
Tiriki-trauki
Bilbo

Fuente: Internet

Payasos
Pirritx eta Porrotx

Fuente: Internet

Payasos
Txirri, Mirri, Txiribiton

Fuente: Internet

75
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

LUGARES

Descripción Ejemplo

Urbasa-Andia
Durrundurrungo zuloa
Kiskilikaskala

Fuente: Sua, IIA

76
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

REVISTAS, LIBROS, TÍTULOS…

Descripción Ejemplo

Libro Zamarripa
Kili-Kili

Fuente: Internet

Revista
Kili-Kili

Fuente: Internet

Revista IKA
Karramarro

Fuente: Internet

Revista
Xirika

Fuente: IIA

77
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Libro
Zala eta Parta

Fuente: Internet

Titulares Berria
Ttakun-ttakun

Fuente: IIA

78
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

Apéndice 5: Estímulo para la elicitación de onomatopeyas

VIDEO GOAL IDEOPHONE 1 FUNCTION TYPE SEMANTICS


01-A-B-boilhard Water boiling Bor-bor COMMON DYNAMIC ACTION; BOILING
02-W-hail2 Hail Txitxar, kazkabar, kiski-kaska ONLY, COMMON DYNAMIC WEATHER
03-A-D-break Break branch Karaskatu, kraska DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION
04-A-H-drops Drops, dripping Tanta, tanga-tanga ONLY DYNAMIC ACTION, HITTING
05-A-L-beam8 Lighthouse Light Zinta RARE DYNAMIC ACTION, LIGHT
06-A-M-slide-kid1 Sliding on tobbogan Txirrist, irrist ONLY DYNAMIC ACTION, MOTION
07-G-drill-object Drill Ta(r)ratulu, zaztagin RARE STATIC GADGET
08-A-D-cuthair Cut hair with scissors Gliski-glaska RARE, COMMON DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION
09-A-I-sip2 Sip liquid hurrup COMMON DYNAMIC ACTION, INGESTION
10-A-M-roll2b Ball rolling Firri-farraka RARE, COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
11-C-Ph-hunchback Hunchbacked person konkor ONLY STATIC CHARACTERISTICS, PHYSIC.
12-A-M-trudge2 Walk with difficulty Tikili-takala, hinkili-hankala RARE DYNAMIC ACTION, MOTION
13-A-D-tear Tear cloth Zirrist-zarrast, zarrat COMMON, ONLY DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION
14-A-L-sparkle1 Sparkle Nir-nir, dir-dir COMMON, ONLY DYNAMIC ACTION, LIGHT
15-A-M-helter-skelter Roll down Pinpi-punpaka, dinbilidanbalaka COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
16-Cr-C-crab-object Crab Karramarro ONLY STATIC CREATURES, CRUSTACEAN
17-A-M-drag Drag object arrast ONLY, COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
18-A-D-hammer1 Beat with hammer Tauki-tauki RARE, ONLY DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION
19-A-L-laugh Laugh Kra-kra, irri COMMON, ONLY DYNAMIC ACTION, LAUGHING
20-A-B-fry Fry bacon Txir-txir RARE, ONLY DYNAMIC ACTION, BOILING
21-A-M-swing-kid-1 Swinging kids Dintzili-dantzalaka, zanbulu COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
22-A-D-grind Grind coffee birrindu COMMON DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION
23-A-I-wolfdown2 Wolf down food Mauta-mauta COMMON DYNAMIC ACTION, INGESTION
24-A-M-zig-zag4 Cars zig-zagging, road Sigi-saga COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
shape
25-P-poppy Poppy Kalikola, mitxoleta ONLY STATIC PLANT
26-A-D-pump-explode Burst zart COMMON, RARE DYNAMIC ACTION, DESCTRUCTION
27-W-drizzle7-silent Drizzle xirimiri COMMON DYNAMIC WEATHER
28-A-I-gulps1 Drink in gulps Zanga-zanga COMMON DYNAMIC ACTION, INGESTION
29-A-C-gossip Gossip zurrumurru COMMON DYNAMIC ACTION, COMMUNICATION
30-A-M-wade3 Walk in water Plisti-plasta COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
31-A-BF-heartbreat3 Heart beating Punpada, taupada ONLY DYNAMIC ACTION, BODY FUNCTION

1
This is only one possible answer, there are other possibilities. Please check out Ibarretxe-Antuñano (2006) dictionary of Basque onomatopoeia.

79
Informe final. Eusko Ikaskuntza.

32-A-M-shuffle3 Shuffling Kirriz-karraz, terrel-terrel COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION


33-T-leftovers Leftovers Azur-mazurrak ONLY, RARE STATIC TRIFLE
34-A-H-smack4 Snack on face Zapla, zart, zapart COMMON DYNAMIC ACTION, HITTING
35-A-M-slid Sliding Laprast COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
36-W-snow Falling snow Mara-mara COMMON DYNAMIC WEATHER
37-A-M-spin Windmill Firrindola, firrintaka, COMMON DYNAMIC ACTION, MOTION
38-A-M-helter-skelter3 Run down helter- Tarrapatan COMMON, RARE DYNAMIC ACTION, MOTION
skelter
39-A-BF-snore7 snore Zurrunka COMMON, ONLY DYNAMIC ACTION, BODY FUNCTION
40-A-D-saw Sawing Zirris-zarraz COMMON, RARE DYNAMIC ACTION, DESTRUCTION

80
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

IDEOPHONES

01-A-B-boilhard

02-W-hail2 03-A-D-break

04-A-H-drops 05-A-L-beam8

1
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

06-A-M-slide-kid1 07-G-drill-object

08-A-D-cuthair
09-A-I-sip2

10-A-M-roll2b 11-C-Ph-hunchback

2
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

12-A-M-trudge2 13-A-D-tear

14-A-L-sparkle1 15-A-M-helter-skelter

16-Cr-C-crab-object 17-A-M-drag

3
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

18-A-D-hammer1
19-A-L-laugh

20-A-B-fry 21-A-M-swing-kid-1

22-A-D-grind 23-A-I-wolfdown2

4
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

24-A-M-zig-zag4 25-P-poppy

26-A-D-pump-explode 27-W-drizzle3

28-A-I-gulps1 29-A-C-gossip

5
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

30-A-M-wade3 31-A-BF-heartbreat3

32-A-M-shuffle3
33-T-leftovers

34-A-H-smack4
35-A-M-slid

6
S-S-video-stimuli Iraide Ibarretxe Antuñano

Informe final. Eusko Ikaskuntza.

36-W-snow 37-A-M-spin

38-A-M-helter-skelter3 39-A-BF-snore7

40-A-D-saw

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