Las incapacidades médicas se dan cuando un trabajador sufre de una enfermedad
o accidente y para su recuperación requiere un tratamiento médico con descanso físico, lo que no le permite trabajar. En ese caso el colaborador que se reporte enfermo deberá informar sobre su ausentismo presentando al empleador la respectiva incapacidad médica que lo justifique. Sucede que muchos colaboradores cuando no les dan incapacidad médica, incurren en una mala práctica como por ejemplo, valerse de una incapacidad falsa para justificar su ausentismo al lugar de trabajo. Esto no solo puede llevar a su despido; tiene también consecuencias penales. Desde el punto de vista laboral, faltar al trabajo usando como excusa una incapacidad médica falsa es equivalente a una ausencia sin permiso ni justa causa. Lo primero que pueden hacer los empleadores en ese escenario es no pagar el día no trabajado, en la medida que no hay obligación de remunerar un servicio que no se prestó. Adicionalmente, la empresa puede adelantar un proceso disciplinario que podría concluir en el despido con justa causa tal cual lo estipula el Reglamento Interno De Trabajo de la empresa. Ahora, teniendo en cuenta que la falsificación de documentos es un delito, la empresa podría, además de despedir al trabajador que presentó una excusa médica falsa, denunciarlo penalmente por falsedad en documento privado. Según el artículo 289 del Código Penal, “el que falsifique un documento privado que pueda servir de prueba, incurrirá, si lo usa, en prisión de 16 a 108 meses”. Además, el artículo 291 del citado Código establece que “el que sin haber concurrido a la falsificación hiciere uso de documento público falso que pueda servir de prueba, incurrirá en prisión de cuatro a 12 años”. Entonces, teniendo en cuenta que presentar una incapacidad médica falsa podría incluso dar cárcel, es importante que los trabajadores piensen dos veces antes de recurrir a este mecanismo para faltar al trabajo.