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¿Qué es el COVID 19?

Es un virus que forma parte de la familia de virus “Coronavirus”, que reciben su nombre por su
forma en “corona”. Es el más reciente de los coronavirus, identificado en el 2019 y causa la
enfermedad llamada COVID-19, responsable de la actual pandemia.

¿Cómo se transmite?
La COVID-19 se puede transmitir de 3 formas:

 La principal es al inhalar aire que contenga las gotitas de saliva que emiten personas
enfermas al toser, estornudar o hablar.
 Al estar cerca de personas infectadas, las gotitas de saliva que estas emiten al toser
estornudar o hablar pueden entrar en contacto con la mucosa de ojos nariz o boca e
infectarte.
 A través de superficies (fómites). Al tocarse los ojos, nariz o boca después de haber tocado
superficies contaminadas.

Impacto COVID-19 en la Educación


La afectación en el sistema educativo en el total del mundo influyo en la cancelación de las
actividades presenciales en los institutos educativos, para realizar el cumplimiento de las
precauciones dictadas por las autoridades. De acuerdo con el UNICEF, cerca de 1287 millones de
alumnos, aproximadamente el 90% se encontró afectado al cierre de institutos a inicios de mayo
del 2020. Según un informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Sistema de
Información de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de México, solo el 34.4% de la población
sabe cómo enviar y recibir un correo electrónico o el uso de comunicación electrónica. Misma
encuestas arrojo que, únicamente, el 36.3% sabe crear archivos de texto. En momento de
pandemia esto siendo algunos de los elementos mas importantes de llevar a cabo en el ambiente
educativo.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con la finalidad de aportar información de


interés y actual para la población en general y tomadores de decisión en la política pública, realiza
el levantamiento de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-
ED) 2020, que se lleva a cabo de manera especial con el objetivo de conocer el impacto de la
cancelación provisional de clases presenciales en las instituciones educativas del país para evitar
los contagios por la pandemia de la COVID-19 en la experiencia educativa de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes de 3 a 29 años, tanto en el pasado ciclo escolar 2019- 2020, como en la
actualidad.

Con la información derivada del levantamiento de la Encuesta para la Medición del Impacto
COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, se estima una población total de 54.3 millones de
personas de 3 a 29 años, mientras que en los resultados del Censo de Población y Vivienda (CPV)
2020, se tiene un monto de 57.2 millones, lo que representa una cobertura de la ECOVID-ED del
95% (misma cobertura anticipada por la ENDUTIH4), equivalente al porcentaje de viviendas en el
país que se identifica cuentan con cobertura de telefonía estática y celular en el país, lo que valida
justamente la representatividad de la ECOVID-ED, asimismo, la comparabilidad por nivel de
escolaridad y su similitud.
Según la ECOVID-ED, de los 54.3 millones de personas de 3 a 29 años, el 49.4% son mujeres (26.8
millones) y 50.6% son hombres (27.4 millones), la distribución según nivel de escolaridad es muy
similar entre ambos sexos, y es acorde los niveles según las edades en que se encuentran.

Solo el 89% de la población se declaró inscrita en instituciones públicas, y el 11% en privadas; por
nivel de escolaridad de la población el porcentaje de inscripción entre escuelas públicas y privadas
varía, incrementando la proporción en instituciones privadas conforme aumenta el nivel de
educativo.
Los riesgos de las clases a distancia
El cierre de escuelas por la pandemia de covid-19 no tiene comparación histórica. Casi mil 500
millones de estudiantes, 84% del total en el mundo, dejaron de ir a clases y comenzaron a
aprender desde casa durante periodos que en algunos países se extendieron por más de un año,
como sucedió en México.

Los 36.5 millones de mexicanos que al inicio de la pandemia cursaban el ciclo escolar 2019- 2020
pasaron de pronto a tomar clases desde sus hogares. La SEP optó por una estrategia centrada en la
televisión como medio de transmisión, la cual llamó Aprende en Casa. Los alumnos ven por
televisión o internet contenido específico para su grado escolar, el cual se complementa con
actividades disponibles en línea o repartidas en los hogares en comunidades marginadas.

El 25% de quienes no se inscribieron al año escolar 2020-2021 no lo hicieron debido a que alguien
en su hogar perdió su empleo, según la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la
Educación (ECOVID-ED) del INEGI.

Una de las principales limitaciones de las clases a distancia es la dificultad para lograr un nivel de
participación e interacción comparable a la educación presencial. Menos interacción con sus
maestros durante las clases afecta el aprendizaje de los alumnos, pero también sus probabilidades
de mantenerse en la escuela. Al perder la interacción con sus maestros, los estudiantes tienen
mayor riesgo de abandonar sus estudios de manera permanente.

El IMCO estima que casi 2.2 millones de alumnos tienen alto riesgo de no haber avanzado en los
aprendizajes que les correspondía para este ciclo escolar, de acuerdo con datos de la ECOVID-ED
del INEGI. Esto equivale al 6.6% de los estudiantes, quienes no contaron con el equipo ni el apoyo
necesario. Por otra parte, casi 7.8 millones de estudiantes están en riesgo medio alto, pues,
aunque tuvieron un dispositivo, no contaron con una persona que guiara su aprendizaje en casa.

Los mexicanos alcanzaban 8.8 años de escolaridad ajustados por el aprendizaje, equivalentes casi
a la secundaria completa. El Banco Mundial estima que este indicador disminuya 1.8 años, hasta
llegar a solo 7 grados, un nivel de conocimientos cercano a primero de secundaria. La magnitud de
esta disminución no debe matizarse: representa una reducción de 19% en los años de aprendizaje,
o sea, millones de estudiantes podrían egresar de sus estudios con conocimientos equivalentes a
dos grados académicos menores.

La respuesta educativa a la pandemia debe atender los efectos inmediatos de las crisis sanitaria,
económica y escolar. Al mismo tiempo, las medidas que se implementen deben aprovechar las
oportunidades creadas sin precedentes para transformar los sistemas educativos hacia una mayor
eficiencia, inclusión y resiliencia. Todas las estrategias deben tener como punto de partida la crisis
prexistente, que se refleja en la falta de aprendizajes básicos entre la mitad de los estudiantes. A
largo plazo, la meta debe ser apoyar el aprendizaje de todos los estudiantes, de manera que
desarrollen las habilidades que necesitan para ser exitosos en la escuela, el trabajo y la vida.

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