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En los últimos años se ha planteado el debate acerca de la utilidad de las ciencias sociales. Sin
embargo, las carreras humanísticas son las que más crecen en el ámbito educativo, además de
que la producción de conocimiento entorno a estos saberes nos permite comprendernos como
sociedad.
Leandro Bruni
Politólogo, sociólogo y consultor político;Docente UBA y UCA; Miembro de la Asociación Argentina de
Consultores Políticos (ASACOP).
@leandro_bruni
16-06-2019 06:00
Nuestra avidez por conocer ha ido adquiriendo múltiples formas a través de la historia.
Progresivamente nos liberamos de supersticiones y creencias fantásticas –fundamento del
conocimiento y la cosmovisión durante la Edad Media-, hasta erigir al saber científico
como una práctica accesible a cada vez más cantidad de personas. No conocemos hoy lo
que nos rodea -incluso lo que no nos rodea- de la misma forma en que lo hacíamos hace
dos o tres milenios. Lo que parece una constante en nuestro proceso evolutivo es la
insaciable necesidad por el conocimiento, una aventura que sin duda presenta un camino
sinuoso con desafíos constantes.
Dos mil quinientos años después, el objetivo de las ciencias no está tan alejado del que
tenía Edipo: conocer, tener certezas, alcanzar la verdad. Esto no solo incumbe a las
ciencias que se ocupan de los fenómenos naturales, como la física o la química, sino que
también a las Ciencias Sociales. Como esgrime el célebre sociólogo Manuel Mora y
Araujo en El poder de la conversación (Crujía - Parmenia), “la realidad está lejos de ser
obvia -si lo fuera, no necesitaríamos de ciencia, ni método, ni siquiera demasiadas teorías-
; aún la realidad social, que está más cerca de la experiencia sensible de los seres humanos,
dista de ser obvia”.
Uno de los desafíos de las Ciencias Sociales es cómo construir certezas a partir de un
sustrato común entre el científico y el ciudadano de a pie. Como señala la licenciada en
Sociología y becaria doctoral de CONICET, María Luna Kelly, “en nuestra vida
cotidiana, constantemente afirmamos cosas acerca del mundo que no siempre son verdad.
Es lo que solemos llamar “sentido común”. En las ciencias, muchas veces nos servimos
de esos sentidos comunes, de aquello que se dice en la calle, en las redes sociales, para
ponerlo a prueba y ver cuánto de verdad hay en eso. A veces se da el camino inverso y
un descubrimiento científico se da a conocer, difunde y hasta se viraliza, hasta convertirse
en parte de la “cultura general” de una sociedad. Conceptos que usamos a diario como
clases sociales, desigualdad de género, brecha salarial, violencia institucional son objeto
de estudio de las ciencias sociales. Se trata de procesos históricos de las estructuras
sociales y económicas en las que vivimos, de los fenómenos culturales en los que
participamos, como podría ser el movimiento feminista o las relaciones sociales que se
dan en una fábrica, en un sindicato, una familia o entre vecinxs.”
Haciendo científicos
Existe un sentido común más o menos extendido el cual les otorga mayor prestigio a
carreras como ingeniería, economía, abogacía y medicina. Sin embargo, las carreras
enmarcadas en las ciencias sociales convocan año a año -y cada vez más- a miles de
jóvenes que inician sus vidas académicas.
Es evidente el atractivo que las Ciencias Sociales representan, volviéndose una de las
opciones educativas con mayor incremento en el número de sus graduados. En términos
comparativos, masivas carreras como Derecho –la cual contó en 2016 con 15.238
graduados- o Medicina -la cual contó en el mencionado año con 5.512 graduados- no
experimentaron en el trayecto 2002-2016 un crecimiento tan alto como el de las carreras
de Ciencias Sociales. Así, la cantidad de egresados de Derecho a nivel nacional creció un
74,4% y en Medicina solo un 3,8%.
En la Universidad de Buenos Aires, una de las casas de estudios con mayor cantidad de
egresados por año en la carrera de Ciencia Política, el aumento que se produjo entre 2002
y 2016 superó la media nacional (165%), alcanzando un incremento de egresados del
176%. Sobre este aumento, el Doctor en Ciencias Sociales, profesor e investigador en la
UBA y en la Universidad del Salvador, Hernán Toppi, señala que “la ciencia política ha
crecido mucho en los últimos años, no sólo en términos de graduados sino también en
términos de espacios (públicos y privados) donde se encuentran politólogos y politólogas
desarrollando su actividad profesional. Claro está, que una de las áreas donde se ha notado
el impacto de este crecimiento es en la investigación. La participación y calidad de los
congresos de la disciplina ha crecido, así como las publicaciones de politólogos y
politólogas en diferentes ámbitos de divulgación: desde revistas, pasando por libros y
hasta en los periódicos. También se ha expandido las áreas de investigación, llevando a
la emergencia de nuevas líneas y grupos de trabajo. La ciencia política ha crecido y la
investigación politológica también.”
Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/ciencias-sociales-para-que.phtml
(fecha de consulta: 18 de marzo de 2024)