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CONTESTACIÓN AGRAVIOS QUEJA REBECA

2º AGRAVIO.- SÍNTESIS- Afirma el recurrente que la interlocutoria que


impugna resulta contraria a derecho, debido a que el juez natural tomó en
cuenta unas copias certificadas de la averiguación previa número
1580/2005/TLAX-2 que contienen una inspección ocular y fe de documentos;
siendo que esas documentales sólo se exhibieron en copia simple y que él
objetó oportunamente; que el juez de origen también se basó en unas copias
certificadas que le remitió el Juez Primero de lo Civil y Familiar de este Distrito,
en las que consta que el expediente número 559/2001 se refiere a un juicio de
usucapión promovido por Emiliano Pérez Pérez en contra de Manuel Manzano
Pérez, más no por los señores José de Jesús Escobar Coyotzi y Faustino
Tecozahuatzi Zempoalteca en contra de Luciano Serrano Hernández, del
representante legal de Julia Cabrera y de quien o quienes se creyeron con
derecho, siendo que al dictarse el auto de radicación de este incidente, el día
22 de agosto del 2006 no se tuvo por presentada esa copia certificada y que en
la audiencia incidental tampoco se solicitaron dichas copias, ni se tuvieron por
exhibidas; y que por tal motivo no existe medio de convicción que corrobore lo
afirmado por el actor de este incidente; además de que la ilicitud declarada por
el juez del conocimiento sólo puede hacerse a través de un juicio ordinario.- - -
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Lo así expuesto por el recurrente, deviene infundado por un lado y fundado


pero insuficiente por el otro; puesto que si bien es cierto malamente el juez
natural consideró que las copias de las actuaciones de aquélla averiguación
previa eran certificadas, siendo que sólo fueron exhibidas como copias simples;
también lo es que no fue el único medio de convicción que el incidentista
aportó para demostrar sus pretensiones y que a juicio de esta autoridad, como
más adelante se demostrará, resultaron procedentes; motivo por el cual esa
parte del agravio debe considerarse fundada pero insuficiente para provocar la
revocación de la sentencia interlocutoria combatida.- - - - - - - - - - - - -
Por cuanto hace al motivo de inconformidad relacionada con las copias
certificadas remitidas por el Juez Primero de lo Civil y de lo Familiar de este
Distrito Judicial, relativas a la existencia de aquél juicio de usucapión que se
tramitó bajo el expediente número 559/2001, el mismo resulta infundado;
debido a que si bien es cierto no fueron exhibidas conjuntamente con la
demanda incidental ni se solicitó su remisión en el desahogo de la audiencia
incidental; también lo es que a petición del actor incidentista, el juez natural
solicitó la remisión de esas copias en su acuerdo dictado el día 5 de enero del
año 2007, y las mismas fueron remitidas el día 14 de febrero de esa anualidad
por el juez citado, mediante oficio número 330 y se tuvieron por recibidas
mediante el auto dictado el día 28 de ese mes; con lo anterior queda en relieve
lo infundado del motivo de disenso, puesto que sí se realizaron las gestiones
pertinentes para la remisión de esas copias certificadas y su recepción fue
debidamente comunicada al inconforme, por lo que está impedido para alegar
que esas pruebas no debieron tomarse en cuenta al momento de dictarse la
interlocutoria que impugna. Pero el motivo de mayor importancia que provoca
lo infundado del agravio que se contesta, estriba en que el juez del
conocimiento para haber determinado la ilicitud del documento materia de este
incidente no sólo tomó en cuenta las copias certificadas o finalmente simples de
las actuaciones de la averiguación previa antes citada, las copias certificadas
que le remitió el Juez Primero de lo Civil y de lo Familiar de este Distrito
Judicial, sino también las copias ministeriales certificadas relativas a la
comparecencia de los licenciados Mariano Reyes Landa y Luís Alberto Lima
Hernández, a quienes se les imputa haber firmado la sentencia y demás
actuaciones del juicio de usucapión que sirvió de antecedente para la escritura
pública que se le otorgó al recurrente y quienes formalmente desconocieron
haber firmado esas actuaciones; puesto que la decisión interlocutoria que ahora
se impugna se encuentra ajustada a derecho, al haber analizado con
exhaustividad todas las pruebas aportadas por el actor incidentista y con las
cuales efectivamente se demostró la ilicitud de esa escritura pública, al tener
como basamento un documento confeccionado de manera ilegal. Y siendo así
las cosas, la sentencia que se combate deberá confirmarse por sus propios y
legales fundamento, puesto que el recurrente no logró demostrar con sus
conceptos de violación que el documento impugnado no esté afectado de la
ilicitud hecha valer por el actor incidentista; es más, no pasa desapercibido para
esta autoridad que el recurrente en ningún momento, al contestar la demanda
incidental o en su escrito de agravios que ahora se contestan, haya tratado de
justificar la legalidad del acto jurídico impugnado y que sirvió como antecedente
de su contrato público de compraventa, sino que sólo ha tratado de impugnar
cuestiones meramente procesales, pero omitiendo referirse a la sustancia del
asunto planteado en el incidente penal que nos ocupa, es decir si la sentencia
de usucapión en comento fue debidamente expedida y a consecuencia de la
legal tramitación del juicio correspondiente. Todo lo anterior permite concluir
con que también resulta infundado el motivo de disenso que se hace consistir
en que la ilicitud de un acto jurídico sólo pueda decidirse dentro de un juicio
ordinario civil como según lo establece el artículo 823 del Código Civil del
Estado, puesto que si la sustancia de este incidente consiste en determinar si
una prueba deberá ser tomada en cuenta o nó al momento de dictarse
sentencia definitiva, por cuestiones que puedan revestir orígenes o efectos
delictuosos, resulta indispensable que para tomar la decisión correspondiente el
Juez natural esté facultado, como lo establece el artículo 737 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, para analizar la licitud del documento
impugnado, pues de otra forma no podría decidirse al respecto y entonces
resultaría nugatoria la existencia de los incidentes penales o criminales en los
juicios civiles que previenen los artículos 736 al 741 del Código antes invocado.
Ahora bien, el estudio de dicha licitud sólo queda circunscrito
intraprocesalmente a este juicio y sin que produzca efectos generales, pues
entonces sí se requeriría de la tramitación de una acción, principal o
reconvencional, de nulidad o de inexistencia; es decir, la circunstancia de que
en la interlocutoria que ahora se analiza se afirme esa ilicitud, no equivale a
sostener que se esté declarando esa nulidad o inexistencia, puesto que ello
efectivamente debe ser materia de una sentencia definitiva que se dicte en un
juicio ordinario ad hoc y en el que, inclusive, se llame a todos los interesados;
por lo que la sentencia interlocutoria combatida sólo tiene efectos meramente
procesales en el juicio principal que nos ocupa.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

4º AGRAVIO.- SÍNTESIS- Afirma el recurrente que la interlocutoria que


impugna resulta contraria a derecho, debido a que el juez natural no decidió si
en el documento impugnado por el actor incidentista existió dolo y si debe
declararse nulo el mismo, como dicho actor lo solicitó en su demanda
incidental; y agrega que de por sí ese Juez estaba impedido para realizar esa
declaración de nulidad, puesto que de acuerdo al Código Civil del Estado la
nulidad sólo puede decretarse en juicio ordinario y nó a través de un simple
incidente como el que nos ocupa; y que por tanto es ilegal la decisión judicial
de que no se va a tomar en cuenta su escritura pública al momento de dictar
sentencia definitiva en este juicio. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Esos motivos de inconformidad resultan inoperantes en una parte e infundados


en lo demás. En efecto, debe considerarse esa inoperancia, por cuanto hace a
que el juez de origen no haya abordado lo relativo al dolo que reclamó el actor
incidentista, toda vez que él mismo refiere que dicho juez estaba impedido para
analizar las cuestiones relativas a ese dolo y su correspondiente nulidad en un
simple incidente, lo que evidencia inclusive una contradicción en los
argumentos de disenso y los torna inoperantes; a más de que esa circunstancia
en nada le agravia al recurrente y por ello está impedido para inconformarse al
respecto. Por otro lado, su discordancia con la sentencia combatida por lo que
hace a la decisión interlocutoria de que no habrá de tomarse en cuenta su
escritura pública de propiedad al momento de dictarse sentencia definitiva en
este juicio, deviene infundada por los mismos razonamientos que se expresaron
al dar contestación a su segundo agravio expresado; puesto que como ahí se
sostuvo, dicha decisión sólo tiene efectos intraprocesales en este juicio y nó
efectos generales de nulidad o de inexistencia de su título de propiedad, por lo
que esa interlocutoria si puede ocuparse de la ilicitud de esa documental. - - - -

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