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Viajar gratuito con WWOOF

Las viajes juegan una gran parte en nuestro desarrollo personal. Nos
ayudan cambiar de perspectiva, conocer a otras culturas y otros
costumbres. En general, no es un secreto que las viajes nos enseñan
mucho. Desgraciadamente, suelen exigir un presupuesto amplio y de ahí
mucha gente tiene que ahorrar por años para poder viajar o totalmente
abandona esta práctica. No obstante, hoy en día existen formas alternativas
de viajar por el mundo sin mucho dinero y en este artículo voy a presentar
una nueva forma de la que no mucha gente ha oído.

¨WWOOF (World Wide Opportunities on Organic Farms) es un


movimiento mundial que conecta a voluntarios con granjas y productores
ecológicos. Generalmente consiste en un intercambio, en el que los
productores reciben a los voluntarios y éstos en lugar obtienen comida y
hospedaje. Para convertirse en WWOOFer hay que pagar 20€ o 36€ por año,
depeniendo si viajamos solos o juntos en grupo. La contribución incluye el
seguro de accidentes mientras se ayuda dentro de la granja.

Los trabajos en los que se puede involucrar dependen en gran medida


del tipo de granja a la que se llega. Se puede sembrar, cosechar, alimentar
animales, limpiar la maleza y hacer otras actividades relacionadas a la
agricultura. En vista de que las actividades no son asignadas por la
organización, aparecen algunos malentendidos y confusión entre los
voluntarios y los agricultores. Por muy agradable que pueda parecer toda la
idea, los ex-wwoofers cuentan historias que se oponen con el imagen
perfecto. Aquí debemos mencionar Charly Cheer, una profesora
estadounidense que tras haber estado animada por muy buena experiencia
en WWOOF de su amigo, decidió intentarlo y fue a un rancho en Costa Rica.
Al llegar al pueblo, estaba abrumada por el paisaje abundante de flores
exóticas, animales salvajes y árboles frutales cargados de papayas y
plátanos listos para ser cosechados. Parecía un paraíso. Pero cuando le
mostraron su habitación, esa imagen de perfección comenzó a
desvanecerse. Durante el mes siguiente, durmió en una cabaña de madera
sobre un colchón mohoso con una almohada que le producía dolor de
garganta y tos constante. Tuvo que ducharse con agua helada mientras la
temperatura exterior alcanzaba los 10 grados. En lugar de aprender sobre la
agricultura orgánica, como se promociona en los sitios web de WWOOF, le
ordenaron que hiciera el mismo trabajo monótono día tras día: arrancar las
malas hierbas.

Después de terminar su turno de trabajo de 6 horas, la mayoría de las


veces no hizo nada. Las bicicletas que estaban disponibles para explorar
solo se podían alquilar y por un costo ridículamente alto. El pueblo más
cercano estaba al menos a tres millas de distancia. En resumen, se sintió
como una prisión. Debido a su propia experiencia negativa, comenzó a
investigar cómo habían sido las experiencias de otros voluntarios en otras
granjas. Descubrió que largas horas de trabajo duro y la sensación de ser
explotado son quejas bastante comunes entre los WWOOFers. Habló con un
hombre, David de Estados Unidos, que visitó dos granjas diferentes, una en
Irlanda y otra en Turquía, donde debía trabajar hasta 8 horas diarias, 6 días a
la semana. Estaba humillado por los dueños de una de las granjas
constantemente. La otra característica negativa de las granjas fue la
alimentación inadecuada. Tanto Charly, como David se quejaron de la
escasez de alimentos. Eso afectaba su bienestar e incluso causó mareos y
dolor de cuerpo. Durante su estadía, la mujer vio a su compañera llorando
por todo el sufrimiento por el que había pasado. Dentro de poco, se fue de
la granja. Lo más molesto, es que la página web de la organización oculte
las reseñas negativas. Casi no se ven comentarios que presenten el imagen
verdadero de los destinos ofrecidos por WWOOF.
Para resumir, es realmente posible viajar gratuito. Sin embargo,
debemos tener cuidado e investigar atentamente los lugares a donde
queremos dirigirnos. Las historias presentadas no deberían desanimar a los
viajeros, sino mostrarles que el aspecto más importante de viajar es la gente
a la que encontramos. Entonces, si llegamos una granja con personas
cordiales, la experiencia seguramente será inolvidable.

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