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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

1.ª EVALUACIÓN
1.º BTO
Apuntes de literatura medieval:
Cuestiones generales. Poesía lírica y poesía narrativa

CUESTIONES GENERALES

1. CONTEXTUALIZACIÓN

La Edad Media es el periodo histórico que se desarrolla desde el siglo V, en el 476 a. C. (momento que representa la
caída del Imperio Romano de Occidente) hasta el siglo XV, en el año 1492 (llegada de los europeos a América). Como
se trata de un periodo muy amplio, se divide en Alta Edad Media (siglos V-XII) y Baja de Edad Media (siglos XIII-XV).
Ahora bien, la literatura medieval no abarca todos estos siglos, puesto que en la Alta Edad Media apenas existen
textos literarios en romance castellano, y el siglo XV ya se considera un momento de transición entre el Medievo y el
Renacimiento.

En España, la Edad Media está condicionada por un hecho que marcó tanto la historia como la cultura de la
Península Ibérica: la llegada y conquista árabe del año 711. Este acontecimiento provocó la organización del
territorio en reinos cristianos y musulmanes, así como su enfrentamiento.

El Medievo está caracterizado por una serie de rasgos que afectan principalmente a la sociedad del momento. Dos
de estos rasgos serán comunes a toda Europa, y desembocará en el surgimiento de las distintas nacionalidades.
Estos rasgos son la visión teocéntrica del mundo, basada en la religión cristiana, y la pervivencia y evolución del latín
como lengua de cultura.

2. CARACTERÍSTICAS GENERALES

El Medievo está caracterizado por una serie de rasgos que afectan principalmente a la sociedad del momento. Dos
de estos rasgos serán comunes a toda Europa, y desembocarán en el surgimiento de las distintas nacionalidades.
Estos rasgos son la visión teocéntrica del mundo, basada en la religión cristiana, y la pervivencia del latín como
lengua de cultura.

Junto a estos rasgos, destaca la organización social feudal. La sociedad medieval estaba dividida en estamentos
perfectamente diferenciados: el pueblo llano (laboratores), dedicado a la agricultura, la ganadería, la artesanía y el
comercio; los clérigos (oratores), encargados de divulgar y proteger la palabra de dios, así como de conservar la
cultura desde sus monasterios; y la nobleza (bellatores), encabezada por el monarca, propietarios de las tierras y
entregados a la guerra. El vínculo entre estos tres estamentos se basaba en las relaciones de vasallaje: la obediencia
de un siervo a un señor feudal a cambio de tierras y protección. El pueblo llano rendía vasallaje directo a la nobleza,
e indirectamente al rey; mientras que los nobles rendían vasallaje a otros nobles más poderosos y al propio
monarca. Esta relación de vasallaje recibe el nombre de feudalismo.

Al final de la Edad Media comenzará a aparecer una nueva clase social: la burguesía. Estaba integrada por
comerciantes y artesanos que se establecieron en los burgos (ciudades medievales).

2.1. Rasgos generales de la literatura medieval

La inmensa mayoría de la población medieval era analfabeta; los únicos que recibían una educación eran los clérigos
y algunos nobles. Por ello, la literatura del Medievo se caracteriza por estar transmitida oralmente (solo a partir del
siglo XIII las obras se recogerán por escrito en manuscritos de pergamino) y por perseguir una finalidad didáctica.
Además, no existían el concepto moderno de autor ni sus derechos, de modo que las obras eran fundamentalmente
anónimas.

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A cada estamento estaba destinado un género literario distinto. El pueblo llano era el receptor de la poesía popular
(jarchas, cantigas de amigo, villancicos), del mester de juglaría y de algunos mesteres de clerecía. Los clérigos eran
los protagonistas y receptores del mester de clerecía y de algunas obras didácticas de tema religioso. Los nobles eran
los destinatarios de la lírica culta, y además eran los protagonistas del mester de juglaría.

Además de estas características, a literatura medieval española estaba determinada por las circunstancias históricas
del periodo; en especial, por la presencia árabe. Así, las obras literarias remitirán a temas vinculados a la
Reconquista, estarán protagonizados por personajes cristianos y musulmanes, y la lengua empleada estará repleta
de arabismos propios de la época.

LA POESÍA LÍRICA CULTA Y POPULAR

1. LA LÍRICA CULTA Y EL AMOR CORTÉS

Prácticamente toda Europa recibió la influencia de una escuela poética que condicionó las características más
relevantes de la poesía medieval: la lírica provenzal, desarrollada en la Provenza, al sur de Francia. La lírica provenzal
se caracterizaba por ser poemas refinados y cultos cantados por trovadores, una figura muy similar a la del juglar,
aunque a diferencia de él los trovadores desarrollaron su actividad en la corte, ante un auditorio noble. Los
trovadores acompañaban sus recitales con música.

El tema por excelencia de sus poemas era el amor cortés. El amor cortés trata
de recrear en la literatura la relación medieval feudal, de modo que se rinde
vasallaje de amor a una dama idealizada, a la que el poeta se somete y canta
como midons, «mi señor». La dama está tan idealizada que se considera hecha
de naturaleza divina, por lo que el poeta no encuentra sentido a la vida fuera de
esta fe que le profesa. Esta relación se conoce como servicio de amor o religión
de amor.

La relación entre el trovador y la dama es tormentosa, pues la dama siempre


está casada y, de acuerdo con los ideales morales de la época, no puede
corresponder al poeta. El desprecio produce en el trovador sufrimiento, si bien
este dolor es gozoso. Se puede llegar a dar la enfermedad o muerte por amor.
Por la situación social de la dama, el trovador debe guardar silencio y ser
discreto; por lo tanto, esta relación exige secreto. También aparecen otros
personajes, como el marido celoso (gilós), las camareras, los escuderos...

El enamoramiento atraviesa cuatro fases: feñedor, «suspirante»: el trovador no se atreve a expresar sus
sentimientos y suspira por la dama; precador, «suplicante»: el trovador manifiesta su amor a la dama; entendedor,
«oyente»: el amante es correspondido por la dama con una prenda; y drudo, «amante»: el trovador y la dama
culminan su relación con un encuentro íntimo.

2. LA LÍRICA PENINSULAR

En España, la influencia de la poesía provenzal será importantísima, especialmente en Cataluña, por cercanía, y
Galicia, gracias a la afluencia del camino de Santiago, el vehículo de transmisión de la cultura europea por la
Península Ibérica en la Edad Media. En la Península se desarrollaron tres corrientes: la lírica gallego-portuguesa, la
castellana y la hispano-árabe.

Pese a surgir en regiones con lenguas, religiones y culturas distintas, estas tradiciones tienen numerosas semejanzas.
En todos los casos, se trata de poemas anónimos, más o menos breves y transmitidos oralmente. Sobresale la voz
poética femenina, que se dirige a un confidente, normalmente otra mujer (hermana, madre, amiga), si bien puede
apelar directamente al amigo. El tema principal de estas composiciones es el amor, desde su celebración hasta el
lamento. Normalmente recurren a elementos de la naturaleza o la vida cotidiana para crear símbolos y metáforas: el
ciervo (hombre), remover el agua o el cabello suelto (actividad amorosa), flores (virginidad), la noche (encuentro
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amoroso-sexual), la mañana (separación), etc. Estos poemas están cargados de interjecciones y preguntas retóricas
(¿qué haré?, ¿qué será de mí?, ¿cómo viviré?).

Se perciben diferencias junto a estas semejanzas. La lírica gallego-portuguesa es la escuela poética más importante
de la península (el propio rey Alfonso XII compuso según esta corriente). En esta escuela se desarrollan las cantigas
de amigo, poemas en los que una muchacha canta en primera persona a su amigo, en los que se repiten muchas
estructuras (paralelismos). La lírica castellana consistió en la composición de villancicos de temas muy variados
(amor, fiesta, trabajo, humor...), cuya estructura está formada por un estribillo de dos, tres o cuatro versos y una
estrofa dividida en dos partes (mudanza y vuelta). La lírica mozárabe estaba escrita en una lengua creada a partir de
la unión del árabe y el romance castellano (mozárabe). Destacan las jarchas, los versos finales de poemas más
extensos cultos, las moaxajas, escritas en árabe, en los que una mujer se queja ante una mujer confidente (hermana,
amiga, madre...); el amado se identifica con el arabismo habib o habibi.

LA POESÍA NARRATIVA: MESTER DE JUGLARÍA Y CLERECÍA

Junto a la poesía lírica, destacó la poesía narrativa. La narrativa medieval en verso también se difundió de forma oral
principalmente, y tiene clara función propagandística e ideológica: por un lado, difundir por medio de los juglares
hazañas de los caballeros cristianos relacionados con la Reconquista (mester de juglaría); por otro, explicar los
dogmas y valores de la religión cristiana medieval, a través de textos escritos por clérigos (mester de clerecía).
Ambos mesteres utilizan el romance como lengua con la que dirigirse a un público popular y analfabeto. Comparten,
además, recursos para captar la atención del público, como el empleo del diálogo y expresiones en 2.ª persona del
plural, que aluden directamente a los receptores.

1. LA POESÍA ÉPICA. MESTER DE JUGLARÍA Y LOS CANTARES DE GESTA: CANTAR DE MÍO CID

La poesía épica es una narración heroica en verso cuyo tema esencial es la persecución del honor a través del riesgo.
La narración relata las hazañas de un héroe, individual o colectivo, tomando como base una serie de materiales
reales o legendarios. En la Edad Media este tipo de poesía era difundida por cantores que viajan de pueblo en
pueblo para recitar composiciones que aprendían de memoria y acompañaban de música. En la Península Ibérica
esos cantores recibirán el nombre de juglares, pero también existieron los bardos en la tradición anglosajona o los
escaldos dentro del mundo escandinavo.

Dentro de la épica castellana destaca el Cantar de Mío Cid, la primera gran obra conservada de nuestra literatura. El
tema central del cantar es la recuperación de la honra de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.

Argumento y estructura:

Cantar del destierro: Don Rodrigo, vasallo del rey Alfonso VI, es acusado injustamente de haber robado las parias
(impuestos medievales para el rey), es desterrado por el monarca y tiene que abandonar en un monasterio a sus
hijas (Elvira y Sol) y a su mujer (doña Jimena). El Cid se declara inocente y quiere demostrar que es un buen vasallo,
por lo que decide conquistar territorios árabes para el rey cristiano.

Cantar de las bodas: Don Rodrigo conquista Valencia, antes en manos árabes. El rey acepta los regalos del Cid y lo
perdona. Se reúne con su familia. Como premio, Alfonso VI casa a las hijas del Cid con los infantes de Carrión.
Transcurren algunos años de paz y armonía.

Cantar de la afrenta de Corpes: El Cid vuelve a perder la honra: sus hijas son agredidas y violadas por los infantes de
Carrión porque estaban resentidos por la fama de cobardes que los hombres del Cid propagaban de ellos. Además,
se llevan la dote que el héroe les había entregado por el matrimonio de sus hijas. El Cid recupera su honra por
segunda vez: se convocan las Cortes de Toledo para juzgar la humillación ejercida por los infantes de Carrión. Las
Cortes dan la razón al Cid, por lo que los infantes deben devolver la dote; tres guerreros del Cid los derrotan en
combate; y Alfonso VI casa a las hijas con los infantes de Navarra y Aragón.

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El cantar posiblemente fue compuesto en el siglo XII, aunque nos ha llegado a través de una copia manuscrita del
siglo XIV, que a su vez es una copia de un manuscrito anterior, perdido en el siglo XIII, cuyo copista fue Per Abbat.
Este hecho nos lleva al problema de la autoría: mientras algunos investigadores defienden que el cantar lo compuso
un único escritor culto, otros investigadores defienden una doble autoría: un juglar que vivió próximo al tiempo del
Cid habría compuesto las partes históricas del poema y otro, más alejado en el tiempo, habría compuesto los pasajes
más novelescos.

Como se ha señalado, la figura central es el Cid, que encarna el ideal de héroe medieval: buen cristiano, buen
guerrero y vasallo. El tema, la pérdida y la recuperación de la honra, atraviesa todo el cantar: primero, el poema
trata de los esfuerzos del Cid para recobrar su honra pública, perdida por el exilio y recuperada política y
militarmente mediante las conquistas guerreras; después, trata de recuperar la honra privada familiar, perdida tras
la afrenta de Corpes, y rescindida en las Cortes de Toledo mediante los duelos judiciales. Hay, por tanto, un doble
proceso de pérdida y restauración de la honra.

2. LA POESÍA DE TEMA RELIGIOSO. MESTER DE CLERECÍA

Frente al mester de juglaría, el mester de clerecía surge en el siglo XIII y presenta una clara conciencia de escuela
culta y una fuerte voluntad de afirmación, que se manifiesta en el Libro de Alexandre: «mester traigo fermoso, non
es de juglaría / mester es sin pecado, ca es de clerecía / fablar curso rimado por la cuaderna vía / a sílabas contadas,
ca es gran maestría». Esta estrofa es muy importante, porque en ella podemos extraer algunas características de
esta escuela: se opone a la de juglaría porque tiene un lenguaje claro y artístico (fermoso), utiliza la cuaderna vía
(sílabas contadas, verso alejandrino [catorce sílabas]) y trata de temas religiosos (sin pecado).

Esta escuela presenta dos etapas. En el siglo XIII encontramos poemas que se ajustan perfectamente a la descripción
del Libro de Alexandre; a ella pertenece el escritor y clérigo Gonzalo de Berceo. Berceo es el primer escritor conocido
de la literatura española. Su vida y su obra están ligadas a los monasterios de San Millán de la Cogolla y Santo
Domingo de Silos. Escribió obras sobre las vidas de los santos (hagiografías), como Vida de San Millán y Vida de
Santo Domingo, y otras dedicadas a la virgen, como Milagros de Nuestra Señora. Esta, escrita en 1260, es su obra
más importante, y en ella el personaje central es la Virgen María. La estructura siempre es la misma: se presenta a
un personaje como pecador y devoto de la Virgen; se castiga al personaje por sus pecados; la Virgen intercede por él,
y lo salva; el narrador finaliza pidiendo al público que alabe a María.

En el siglo XIV, el mester de clerecía evoluciona: introduce temas que no son exclusivamente religiosos y emplea más
estrofas además de la cuaderna vía; en este momento destaca el Arcipreste de Hita con el Libro de buen amor. Esta
obra tiene características mester de clerecía (escrita en cuaderna vía con un propósito, en teoría, moralizante) y del
mester de juglaría (emplea recursos lingüísticos propios de los juglares e incluye escenas satíricas y jocosas que se
apartan de lo religioso). En teoría, el Arcipreste intenta demostrar los peligros del «loco amor» frente a los beneficios
del «buen amor», aunque no niega que también se puede gozar de él; es el lector quien tiene que decidir con qué
clase de amor se queda.

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