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Señala la relevancia de la constitución de 1812 y de las Cortes de Cádiz en el

proceso de construcción del Estado Liberal.

España, dirigida por Godoy (valido de Carlos IV) se alió con Francia y firmó con Napoleón el
Tratado de Fontainebleau (1807) que permitía a su ejército atravesar la península para invadir
Portugal, aliado de Inglaterra. Sin embargo, el Emperador ocupó España provocando la crisis de la
monarquía que culminó con las abdicaciones de Bayona y la entrada en España de José I. La
invasión y la marcha de la familia real hacia Francia produjeron el levantamiento del 2 de mayo en
Madrid, dando lugar a la Guerra de Independencia.
Los españoles quedaron divididos en: afrancesados, favorables a Francia; patriotas, unidos
contra la invasión, pero divididos entre absolutistas, ilustrados (defensores de una monarquía
reformista) y liberales (que pretendían hacer una revolución liberal-parlamentaria).
Ante el vacío de poder, el pueblo español, en un acto revolucionario, recogió la soberanía y
se formaron numerosas juntas locales y provinciales, que se coordinarán a través de la Junta
Suprema Central. No obstante, las derrotas militares llevaron a su sustitución por una Regencia que
convocó las Cortes de 1810 en Cádiz. Estas se convirtieron en una Asamblea Constituyente y el 19
de marzo de 1812, se aprobó la primera constitución española.
Entre sus características podemos destacar estos principios básicos:
a) La soberanía nacional: la autoridad suprema reside en el conjunto de la nación, representada por
las Cortes. Así, el modelo de Estado sería una monarquía constitucional, no absoluta.
b) División de poderes: el poder legislativo correspondía a las Cortes (unicamerales) junto con el
rey; el poder ejecutivo correspondía al rey, que presidía el gobierno; el poder judicial correspondía a
los tribunales de justicia.
c) Derecho de Representación: los diputados representarán a los ciudadanos y no a los estamentos.
El sufragio era universal, masculino e indirecto para mayores de 25 años.
d) Derechos y libertades fundamentales del individuo: la libertad civil, la libertad de imprenta, la
propiedad privada, la inviolabilidad del domicilio y garantías penales y procesales, la educación
primaria obligatoria y gratuita, etc.
e) Reconocía la religión católica como oficial de la nación a modo de concesión a los absolutistas.
f) Igualdad ante la ley: se ponía fin a los privilegios, máximo exponente del Antiguo Régimen.
g) Organización territorial: el estado quedó dividido en provincias, para cuyo gobierno se crearon
las diputaciones provinciales; los ayuntamientos regularían la administración local de los municipios.
h) Organización militar: se nacionalizan los ejércitos, atribuyéndose las Cortes todo lo relativo a su
organización, estructura y funcionamiento. Se creó, además, la Milicia Nacional, un cuerpo militar de
voluntarios para la defensa de la constitución.
Además del texto constitucional las Cortes llevaron a cabo una serie de decretos para acabar con el
Antiguo Régimen: supresión de los señoríos jurisdiccionales, los territoriales se convirtieron en
propiedad privada de los señores, eliminación de los mayorazgos, derogación de los gremios y los
privilegios de la mesta, abolición de la Inquisición, etc.
“La Pepa” solo estuvo vigente desde 1812 a 1814 y durante el Trienio Liberal. Sin embargo,
se convirtió en la referencia permanente del liberalismo posterior, tanto español como americano,
siendo el modelo a seguir para las constituciones de los nuevos países que surgirán tras la
independencia.

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