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1. Introducción
Las políticas sociales no son ajenas a los modelos de Estado imperantes en cada etapa
histórica y guardan estrecha vinculación tanto con los objetivos del Estado, con su lógica
administrativa y con las transformaciones sociales a lo largo de la historia.
Durante la última década, las políticas sociales se han orientado hacia esquemas masivos de
protección de las familias, a la vez que se ha impulsado la incorporación en la agenda social
de la perspectiva de derechos a través de mecanismos de inclusión de los sectores en
situación de mayor vulnerabilidad social.
Desde la perspectiva del artículo, el desarrollo de herramientas que permitan contar con
información respecto de los resultados y los impactos ocurridos como parte de estas
intervenciones, constituye un aspecto sustantivo de la gestión que permite ajustar y/o
modificar políticas o intervenciones, o conocer obstáculos o barreras que dificultan su
implementación en el territorio.
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las provincias- resulta pertinente dar cuenta de los desafíos pendientes en la consolidación
de las herramientas de evaluación y monitoreo de los programas y políticas en este campo
desde una perspectiva de derechos, que permita fortalecer los avances producidos, y
realizar los ajustes y revisiones en base a la experiencia acumulada de los equipos y las
instituciones.
El inicio de esta transformación se remite a la crisis del Estado Benefactor que comenzó a
perfilarse entrados los años 70 cuando el modelo de bienestar de política social -que
consistía en brindar cobertura al conjunto de la población en materia de seguros sociales,
instituciones laborales y provisión de servicios sociales- y fue reemplazado por un nuevo
modelo de intervención social.
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producción de políticas universales y por lo tanto la base estructural de ese pacto entre
sindicatos, Estado y empleadores- pierda vigencia y surjan nuevos riesgos como la
inestabilidad y la precariedad laboral (Cortés R. y Marshall A.: 1999).
Con el final del modelo de producción orientado al mercado interno basado en el pleno
empleo se transformó la lógica de intervención social del Estado y se pusieron en marcha
una serie de programas focalizados con el objetivo de paliar la situación de pobreza que
aumentaba en forma alarmante a medida que se consolidaba un modelo de estado neoliberal
y que se sucedían una serie de crisis económicas que afectaron a los países de la región.
La matriz de políticas sociales que se consolidó durante ese periodo se definió por la
multiplicidad de programas sociales focalizados, de corta duración y baja cobertura para
aquellos grupos con determinadas carencias que quedaban excluidos del mercado de trabajo
como consecuencia de los procesos de ajuste y reforma del Estado.
Posteriormente, la crisis que afectó a Argentina a partir del 2001, significó la necesidad de
revisar los paradigmas tradicionales con que había operado la política social, y un esfuerzo
significativo por parte del Estado Nacional, los gobiernos locales, provinciales y los actores
sociales, para poner en marcha dispositivos que permitieran la inclusión social de amplios
sectores de la sociedad. (Clemente, A.: 2005)
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gratuita a las personas de bajos recursos que se atienden en hospitales y otros centros
asistenciales del subsistema público.1
Más allá de las debilidades detectadas y de los ajustes que sufrieron estos programas, se
convirtieron en el punto de partida de las estrategias de protección social para los sectores
en situación de vulnerabilidad social.
1
Las prestaciones mencionadas se canalizaron a través de los Programas “Jefes y Jefas de Hogar desocupados” del
Ministerio de Trabajo, “Emergencia Alimentaria” del Ministerio de Desarrollo Social y del “Remediar” del Ministerio de
Salud.
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Este nuevo modelo de Estado demandó mayores capacidades para la implementación de
políticas públicas inclusivas y nuevas perspectivas en el seno de la administración pública
tales como la perspectiva de derechos humanos y el desafío de transversalizar la
perspectiva de género en las distintas instancias de la gestión pública.
2
Respecto de la protección social, se entiende como “aquel conjunto de políticas públicas destinadas a aliviar a los
hogares e individuos de la carga producida por un conjunto de riesgos y necesidades. De este modo, la cobertura
involucra diversas áreas de políticas, entre otras, vivienda y saneamiento, familia e hijos, vejez e invalidez, alimentación
y nutrición, protección contra desempleo, precariedad laboral, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y
acceso a la educación y a la salud.” Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, 2014, pág. 15. Su
conceptualización y alcances de la PS constituye un debate importante en el marco de las políticas sociales y la
arquitectura que se requiere para dar cuenta de las necesidades de las familias y sus miembros en las distintas etapas de
la vida, en particular de aquellas en situación de vulnerabilidad social. Respecto de este debate se sugiere consultar:
Repetto, Fabián (2008), (2012); CEPAL, (2006), MTEySS (2014), Bertranou, F. Coord. (2010), Roca, Golbert, Lanari (2012)
3
Durante la presente década, se han realizado diversas contribuciones teóricas que impulsan la revisión de los patrones
de focalización utilizados en el diseño de los programas sociales y avanzan en la construcción de un marco conceptual
asociado al universalismo básico y la protección social. Entre los trabajos que se destacan se puede ver: CEPAL (2006)
Filgueira, Fernando (2007); Repetto, F y Andrenacci Luciano (2006), Repetto, Fabián (2008).
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Uno de los primeros estudios realizados sobre el impacto del programa, la Encuesta de la
Deuda Social Argentina (EDSA) mostraba que, a fines de 2010 a nivel de los grandes
centros urbanos la AUH, las pensiones no contributivas por hijo o por discapacidad y otros
planes específicos dirigidos a proteger a la infancia, alcanzaron una cobertura de 33,6% de
los niños.4
Un estudio exploratorio realizado por Grupo Pharos en el año 2010 (2011), revelaba que el
89% de los titulares realizan extracciones por cajero automático y un 10% compra con
tarjeta de débito. Dichos porcentajes revelan la experiencia acumulada en los últimos años
por los beneficiarios de los anteriores programas de transferencias de ingresos en cuanto al
uso mayoritario de extracciones por cajero automático y la compra por débito. De igual
forma, ello colabora con la libertad de uso de las transacciones por parte de los titulares así
como en la autonomía respecto del momento y lugar del cobro o retiro del monto.
4
En 2009, un año atrás, dicha cobertura sólo alcanzaba el 24,3%.
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Los avances ocurridos en la protección social han sido significativos si bien persisten aún
una serie de desafíos vinculados a la integralidad de los programas sociales - históricamente
fragmentados- a fin de abordar las distintas necesidades que surgen en el ciclo de vida de
las personas así como los condicionantes de la pobreza (y en particular las situaciones de
pobreza persistente).5
Esta situación implica -desde el punto de vista del artículo - una serie de desafíos en el
futuro que es necesario problematizar e incorporar en la agenda de los próximos años
5
Sobre pobreza persistente se recomienda ver Clemente, A.,(2014)
6
Refiere a las reglas formales e informales, roles que asumen las instituciones y actores en la implementación de las
políticas sociales así como los recursos institucionales, materiales, humanos, simbólicos y financieros que se despliegan
para su implementación.
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Debe señalarse que durante la década del 90, en el contexto de una reforma del Estado que diezmó las capacidades de
gestión de la administración estatal, se desarrollaron no obstante una serie de herramientas innovadoras de gestión
tales como sistemas de información de beneficiarios, modernización e informatización de los procedimientos y circuitos
administrativos) que impactaron en la cultura organizacional del Estado y que constituyeron una plataforma para el
fortalecimiento posterior de las capacidades operativas y de gestión del Estado nacional fundamentalmente.
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entendiendo que una mayor capacidad de los organismos de comprender, sistematizar y
evaluar sus intervenciones y políticas redunda en una mejora de los resultados e impactos
del bienestar de la población sujeto de las mismas.
Para ello, el documento reseña algunos de los principales conceptos en relación al uso de
los SI, el monitoreo y la evaluación en la gestión pública, para luego reseñar los avances
realizados en las herramientas desarrolladas en esta etapa así como los desafíos pendientes
en materia de evaluación y monitoreo de las políticas sociales.
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Estos sistemas según señalan Repetto y Fernández (2012) son un conjunto de herramientas,
datos estadísticos, personal capacitado, equipos de informática y comunicaciones, y
procedimientos organizados para capturar, almacenar, analizar y desplegar la información
respectiva en un mismo sistema de referencia.8 Los autores diferencian distintos formatos y
niveles de instrumentos, con distinto grado de complejidad:
El equilibrio entre estas lógicas y una articulación entre las mismas, -entendiendo que los
criterios técnicos debieran gobernar la producción, sistematización y difusión de
información desde el Estado- constituye un aspecto central para el debate político. Esto no
suprime otros criterios y formas de difusión y producción, pero le compete al Estado
ofrecer un conjunto de informaciones estandarizadas, continuas y crecientes legitimadas
que ofrezcan parámetros técnicos al debate público.
8
Incluyen 4 etapas: a) entrada de información, b) almacenamiento, c) procesamiento, y d) salida de información.
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por diferentes organismos; escasa divulgación de la información, o bien que la misma no
está disponible cuando se la requiere para la toma de decisiones.
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En tanto herramienta de gestión, “la evaluación se realiza con carácter selectivo para dar
respuesta a determinadas preguntas e impartir orientación a los encargados de tomar
decisiones y los administradores de programas, así como para obtener información que
permita determinar si las teorías e hipótesis básicas que se utilizaron al formular el
programa resultaron válidas, qué surtió efecto o no, y porqué.” (UNFPA; 2004: página 1)
Por ello, se podría decir que es una actividad a medio camino entre la investigación y la
gestión, lo que resuelta en muchos casos que sea considerada como un espacio no
puramente de “gestión” ni tampoco una actividad científica en sentido estricto.
En nuestro país, las herramientas analizadas se han incorporado a la gestión de las políticas
sociales de modo heterogéneo y fragmentado durante las últimas dos décadas. En particular
se observa una mayor implementación de SI en general que de procesos de monitoreo y
evaluación como instrumentos de la gestión social.
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En este artículo - por sus objetivos y alcances- se analizan las tres herramientas conjuntamente ateniendo al carácter
interrelacionado de las mismas, y a la necesidad de que las mismas se desarrollen articuladamente si bien se podrían
abrir líneas de investigación específicas en relación a la construcción de SI y específicamente al monitoreo y la
evaluación, atendiendo también a dimensiones regionales y locales.
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Los SI presentan una evolución dinámica y progresiva, se han ido construyendo en forma
paralela al desarrollo y consolidación de los diferentes programas sociales. Inicialmente
como se mencionó en el punto 2 de este artículo, a partir de la necesidad que los Programas
de Transferencias tienen en relación a la identificación de un titular para recibir el
beneficio.
Debe señalarse que a diferencia de los programas sociales, las áreas de salud y de
educación han consolidado SI complejos para el monitoreo y la evaluación de las políticas.
En este sentido, ambos organismos a nivel nacional cuentan con una sólida cultura
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Se trata de un programa gubernamental creado en 1998 para brindar transparencia a la asignación de beneficios
sociales y aumentar la efectividad de las políticas fiscales. Tiene como objetivo lograr la identificación unívoca de las
personas a través de la coordinación del intercambio de las numerosas bases de datos que existen en los organismos
nacionales, provinciales y municipales del país para que la información social y fiscal de la población no resulte
fragmentada, desarticulada e inconsistente.
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institucional, equipos técnicos profesionales y presupuesto sostenido para la producción de
información y para el monitoreo y la evaluación.11
11
A nivel nacional, el Ministerio de Salud ha desarrollado importantes sistemas que brindan información entre los cuales
se destacan el Sistema Estadístico de Salud (SES) con una estructura que sigue la organización federal del país, con
niveles provinciales y locales interrelacionados. La información elaborada por el sistema tiene fines esencialmente
estadísticos y es coordinado en el nivel nacional por la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del
Ministerio de Salud de la Nación. Estos subsistemas si bien tienen continuidad histórica y cobertura territorial nacional
según el documento del proyecto del Sistema Integrado de Información Sanitaria argentina que se desarrolla a partir del
2006 en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación requieren de una mayor articulación a nivel subnacional de las
bases de datos: “Argentina no cuenta con un sistema nacional de información de salud integrado sino que se encuentra
disperso en cada uno de los subsectores que lo conforma (público, de obras sociales y de seguros privados). Cada uno de
éstos administra instrumentos y procedimientos propios para obtener datos indispensables para el desarrollo de sus
funciones. Dentro de cada subsector, tampoco es posible encontrar verdaderos sistemas de información, por cuanto al
interior de los mismos se replica la fragmentación en los diversos niveles y organizaciones.”Fuente:
https://sisa.msal.gov.ar/sisa/#sisa Fuente: www.siempro.gov.ar
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La Red Argentina de Evaluación (EvaluAR) constituye un ejemplo de este posicionamiento e interés de los distintos
actores. Está constituida por profesionales comprometidos con uno de los desafíos principales que persiguen las
Organizaciones Voluntarias para la evaluación profesional (VOPEs): contribuir a la consolidación de la cultura de la
evaluación en diversos ámbitos de gestión. Fuente: http://revaluar.wix.com/evaluar
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En el marco del trabajo se realizaron diversas consultas, entrevistas a referentes y
relevamiento de distintos documentos y evaluaciones realizadas en los años recientes, que
se analizan en el apartado siguiente.
Este organismo que fue creado bajo el paradigma imperante en la década del 90, ha
realizado entre el año 1996 y el 2007 diversas evaluaciones de programas sociales
nacionales entre las que se pueden destacar las siguientes: Asoma, Plan Social
Agropecuario, Trabajar, Fopar, Prani, Programas de Desarrollo Infantil, PAGV, CENOC,
PROSOFA, Alimentarios de la provincia de Buenos Aires, Fopar, Remediar, Plan Manos a
la Obra, Comer en Familia, Tipología 6 del Plan Manos a la Obra, entre otros.
13
Fuente: www.siempro.gov.ar
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evaluación social. No obstante, si bien el organismo mantiene formalmente sus
competencias y funciones en la última década no ha tenido una participación significativa
en el campo de la evaluación de políticas sociales según se desprende de las entrevistas y
consultas realizadas.
Por su parte, y con el objetivo de fortalecer esta instancia de la gestión se creó en el año
2013, el Programa de Evaluación de Políticas Públicas en el ámbito de la Jefatura de
Gabinete de Ministros de la Nación. El mismo se define como una iniciativa que desarrolla
acciones tendientes a contribuir al proceso de institucionalización de la evaluación en la
Administración Pública y a potenciar las capacidades para su desarrollo con miras a
mejorar la gobernabilidad, la calidad de las políticas y los resultados en la gestión de los
asuntos públicos.14 No obstante, a la fecha no se han divulgado evaluaciones u otros
estudios de sistematización de experiencias de gestión que se hayan realizado en el marco
de este programa.
14
Este programa ha sido creado por la Resolución Nº 416/2013. Para su desarrollo, bajo la órbita de la Secretaría de
Gabinete y Coordinación Administrativa, se ha creado una unidad ejecutora del programa integrado por la Subsecretaría
de Gestión y Empleo Público, la Subsecretaría de Evaluación del Presupuesto Nacional y la Subsecretaría de Evaluación
de Proyectos con Financiamiento Externo, de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.
15
Se ha contemplado la medición de las diferentes dimensiones que hacen a la Protección Social en forma integrada,
entre otras, el acceso a bienes sociales como vivienda, infraestructura de saneamiento, trabajo, cuidado de la salud,
16
medición y evaluación de las prestaciones que componen la Protección Social en
Argentina.
educación, jubilación, pensiones y asignaciones familiares, etc. La Encuesta produjo datos representativos de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y de los principales aglomerados y restos urbanos (localidades de 5000 habitantes y más) de
cinco provincias: Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Tucumán.
16
Creado por Resolución 153/2010.
17
A modo de ejemplo ver “Plan Mas Vida, nuevas estrategias en seguridad alimentaria. La experiencia de la Tarjeta
Alimentos”. Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires. Organización de Estado Iberoamericanos (OEI),
“Consumos y características de las familias que reciben la Asignación Familiar por Hijo”. ANSES, Asociación Civil Grupo Pharos¸
”Evaluación del programa Ellas Hacen” , Universidad Nacional de La Plata en el año 2013. Respecto de esta última se puede
consultar Paula Amaya et. al, Evaluar programas sociales para consolidar la inclusión social, VII Jornadas de Sociología de
la Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 2014. http://jornadassociologia.fahce.unlp.edu.ar/viii-jornadas-
2014/ponmesa19amaya.pdf/view?searchterm=None También sobre el Programa Argentina Trabaja se relevó un
documento que analiza las principales transformaciones institucionales que se configuraron a partir del Programa, si
bien no constituye una evaluación aporta un análisis significativo sobre el contexto de creación del programa. Ver
Giménez, S. y Hopp, M. Programa ingreso social con trabajo “argentina trabaja”: una mirada reflexiva desde el corazón
de su implementación. Fuente: http://trabajosocial.sociales.uba.ar/jornadas/contenidos/27.pdf
18
Los programas de ingresos que fueron el antecedente de la AUH contaron con diversas y muy sólidas evaluación de
resultados, en parte porque se trataba de programas con financiamiento internacional (BID- BIRF). Subsecretaría de
Programación Técnica y Estudios Laborales, Segunda evaluación del Programa Jefes de Hogar: resultados de la encuesta
a beneficiarios, 2004. Fuente: http://www.trabajo.gob.ar/downloads/biblioteca_estadisticas/toe1_04encuesta.pdf
17
Con excepción de la AUH - que ha contado con diversos estudios y una evaluación que
han producido información y análisis crítico respecto de sus resultados e impacto- es escasa
la información o documentos de evaluación disponibles de programas sociales.
18
modelo de intervención integral y no resuelve las dificultades de acceso de los sectores
más necesitados.
En algunos casos están vinculados con los intereses específicos de un equipo de gestión o
bien con los requerimientos de los organismos financiadores19 pero la apropiación de los
aportes de los trabajos suele ser escasa. Los programas sociales financiados por recursos
20
nacionales salvo escasas excepciones no cuentan con estudios y/o evaluación de
resultados o impacto.
Las evaluaciones del impacto de los programas parece ser la gran materia pendiente, la
preocupación principal se da en materia de resultados alcanzados, es decir en resaltar la
cobertura de los destinatarios y la cantidad de prestaciones entregadas.
Si bien se observa una valoración positiva de los gestores de políticas públicas acerca de los
beneficios de la evaluación, este tipo de prácticas no forma parte de la cultura institucional
de los organismos que se ocupan de la implementación de los mismos.
19
Gran parte de los documentos de evaluación revisados, se han desarrollado en el marco de las condiciones de los
organismos de financiamiento internacional que las incluyen en las planificaciones sujetas a futuros desembolsos de
recursos y en todos los casos como evaluaciones externas.
20
Que en la actualidad son mayoritarios, en el conjunto de la política social.
19
La institucionalización de la evaluación constituye un desafío pendiente, que requiere de un
debate amplio en relación a las competencias, funciones y modos de coordinación de estas
herramientas en el marco de las relaciones intergubernamentales de los niveles nacional-
provincial y local.
A nivel nacional en el ámbito del CCPS, con casi dos décadas de experiencia institucional
el SIEMPRO, constituye un espacio privilegiado para (re)pensar y planificar un organismo
ligado a la evaluación y el monitoreo de las políticas sociales desde una perspectiva integral
de la gestión social.
Es necesario adecuar las herramientas existentes para que estas sirvan al objetivo (y pueden
medir y evaluar) los avances en relación a garantizar derechos básicos de la protección
social así como a la búsqueda de la integralidad de las intervenciones, tanto a nivel
horizontal entre los distintos organismos nacionales como intergubernamental.
20
En un escenario donde la cultura de la evaluación es inexistente, es necesario profundizar
aquellas estrategias de sensibilización de funcionarios medios y decisores políticos respecto
del uso de estas herramientas.
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5 Bibliografía utilizada
Cao, Horacio (2011) “Cuatro tesis acerca de una gestión pública Nacional y Popular”,
publicado en Realidad Económica No 260 - IADE – Buenos Aires, Argentina
Cao, Horacio y Laguado, Arturo (2014) "La renovación en las ideas sobre el Estado y la
Administración Pública" - Revista Reforma y Democracia Nº 60 - CLAD - Caracas,
Venezuela
22
Di Virgilio, María Mercedes y Solano (2012), Monitoreo y evaluación de políticas,
programas y proyectos sociales, CIPPEC- UNICEF, Buenos Aires.
IPAP (2015) Revisión de los paradigmas conceptuales de la gestión del Instituto Provincial
de Administración Pública y recomendaciones para su actualización. Instituto de la
Administración Pública. Secretaría de Modernización del Estado de la provincia de Buenos
Aires. Buenos Aires.
23
Observatorio de la Seguridad Social (2011) La inclusión social como transformación,
políticas públicas para todos. Anses, Buenos Aires.
OIT (2009) Seguridad Social para Todos. Una inversión en la Justicia Social y en el
desarrollo económico. Documentos de política de seguridad social, Documento 7,
departamento se seguridad social, OIT.
Roca, E., Golbert, L., Lanari, M. (2012) ¿Piso o Sistema Integrado de Protección Social?,
una mirada desde la experiencia argentina, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social. Buenos Aires.
24
Serrano, C. (2005) La política social de la globalización. Programas de Protección en
América Latina. CEPAL, Santiago de Chile.
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