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Orígenes[editar]

La demonología confecciona listados que intentan nombrar y establecer una jerarquía de espíritus
maléficos. Así, la demonología es el opuesto de la angelología, la cual intenta recopilar la misma
información al respecto de los buenos espíritus.
En el cristianismo, los demonios son ángeles caídos, así que se puede considerar la demonología
como una rama de la angelología. En Lucas 8,1-3 menciona que algunas de sus seguidoras
(como María Magdalena) habían estado endemoniadas.
Sin embargo, muchas bases de datos demonológicas son conocimientos a aquellos supuestamente
capaces de invocar tales entidades, incluyendo las instrucciones sobre cómo convocarlos y, en el
mejor de los casos, someterlos a la voluntad del conjurador.
Los grimorios de magia oculta son aquellos tomos que contienen los conocimientos acerca de esta
faceta de la demonología, más de una vez estudiada por aquellos que debían perseguir y juzgar a
diabolistas y brujas.
La manifestación histórica más notable de la demonología cristiana occidental fue el Malleus
maleficarum (1486) (del latín: Martillo de las Brujas), de los dominicos inquisidores Jakob
Sprenger y Heinrich Kramer, que sostuvo la existencia y el poder de la brujería como parte integral
de la fe católica y de un peligro real para los fieles, aparte de ofrecer en su tratado toda clase de
formas de reconocer y procesar una bruja, convirtiéndose así en la inspiración de las
posteriores cazas de brujas realizadas por católicos y protestantes durante los siglos XVI y XVII.1
Es la primera fuente a consultar para cualquier comprensión de la historia y la naturaleza de la
brujería del satanismo.2

Demonología y religión[editar]
La existencia de una entidad sobrenatural maléfica que actúa en contraposición a la voluntad de
un Dios benévolo es uno de los ejes centrales tanto en el cristianismo como en el Islam. Dichos
credos adoptan la figura de Satán del judaísmo, que para el islamismo es Shaytán o Iblís.

Las tentaciones de San Antonio por Hieronymus Bosch.


Tal contraste también se aprecia en el zoroastrismo, en el cual un dios benévolo conocido
como Ahura Mazda se encuentra envuelto en una batalla cósmica con una deidad maligna
llamada Angra Mainyu. Esta confrontación dualista, en verdadera igualdad de condiciones, se
mantiene intacta en el corpus del maniqueísmo y las doctrinas de diversos grupos heréticos como
los bogomilos búlgaros.
El Nuevo Testamento afirma explícitamente la existencia de espíritus adversos menores, así como
también lo hace el Corán, si bien este último hace mención a una tercera raza creada (ni ángeles ni
demonios), los yinnūn (plural de yinn), de carácter amoral y conocidos en Occidente como genios,
aunque no siempre son malignos.
El Antiguo Testamento presenta a Satán como un ángel bajo la autoridad de Dios, que actúa a
modo de tentador, buscando la duda sobre la virtud de Job, y provocando todos los males. Esto se
debe a que el mismo concepto del monoteísmo, así como el judaísmo proviene del mismo ámbito
de influencia cultural con otras culturas semíticas y el politeísmo que compartieron hasta que fueron
conocidos como el pueblo elegido y abrazaron el culto único.
El territorio denominado Sheol, analogable al infierno, es, de hecho, bastante moderno en la
sistemática rabínica. En rigor, hay que entender al Sheol más en el sentido de tumba (en cuanto
última morada que como el infierno).
Algunas ramas del budismo postulan la existencia de infiernos habitados por demonios que
atormentan a los pecadores y tientan a los mortales, o actúan para perturbar su iluminación.
También el hinduismo contiene narraciones de combates entre dioses y una serie de adversarios,
como el del dios Indra y el asura Vritra.
En ambos casos citados no hay una especial atención a la organización de las huestes que
encarnan el mal, por lo que no se puede hablar de demonología como tal, si bien su historia
sagrada es tanto o más rica que las tres grandes religiones monoteístas.
En la antroposofía, su fundador Rudolf Steiner describe la potencia de Lucifer como algo que incita
el humano a todas las exaltaciones, los falsos misticismos, el orgullo de elevarse sin frontera 3 y la
de su opuesto Ahriman (equivalente de Satán) como algo que incita el humano a las supersticiones
materialistas.3

Véase también[editar]
 Anexo:Demonios conocidos en la tradición judeocristiana
 Demonio
 Demonio (religión)
 Demon (mitología)
 Demonización
 Malleus maleficarum
 Categoría:Demonios
 Categoría:Demonología
 Demonio (desambiguación)

Referencias[editar]
1. ↑ Bárbara Ehrenreich. «Witches, Midwives, and Nurses: A History of Women Healers, pág.
36». Consultado el 10 de mayo de 2012.
2. ↑ Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger (1975). Prólogo del Malleus Maleficarum (El martillo
de los brujos). Buenos Aires, editorial Orión, traducción Floreal Mazia.
3. ↑ Saltar a:a b Rudolf Steiner, Lucifer y Ahriman, Éditions Anthroposophiques Romandes, 1977,
p.16

 Daemoniacum. Tratado de demonología. José A. Fortea (2002) Belacqva ediciones


S.L. ISBN 84-95894-09-2
Enlaces externos[editar]
 MundoParanormal.com (diccionario demonológico).
 Sacred-Texts.com (colección de grimorios).
 Sacred-Texts.com (archivo de textos sagrados).

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