El cristal.

La igualdad de género es clave para la paz, la seguridad, la prosperidad económica, y

el desarrollo sostenible.

Pocas veces en el mundo los derechos de las mujeres y las niñas se han visto
amenazados de una forma preocupante como en Afganistán. Las mujeres recuerdan la
década de los noventa y cómo fue vivir bajo las reglas talibanas, desde que los
talibanes tomaron el poder conformaron un gabinete sin mujeres. Se designaron
ministros y una vez más no hay mujeres que integren estas asignaciones.

Desigualdad y sus diferentes ámbitos que presentan: Educación, la formación

profesional, la sanidad, la seguridad, la salud y los derechos sexuales y reproductivos,
así como las oportunidades económicas. Las mujeres recibieron de no volver al
trabajo o de no salir de sus hogares sin la compañía de un hombre.

Los centros de ayuda para estos casos resultarán atacados o con cupo máximo. Esto
resulta preocupante para las mujeres y niñas que siguen luchando y exigiendo sus
derechos con ayuda de nuevas campañas del mundo.

Nos centraremos en el ámbito laboral, en el “tercer mundo” en el que aún se impide el

ascenso profesional de las mujeres en el trabajo, la realidad en muchos países aún en
pleno siglo XXI. En este cristal impide a muchas mujeres tener puestos sugerenciales
en empresas y que se deja que ganen poco, como los compañeros masculinos, por
hacer el mismo trabajo, entre otras situaciones, pero son naturalizados por la cultura
machista.

Los argumentos que dan para acusar ese tipo de situaciones son: las mujeres prefieren
dedicarse a la familia y no a laborar profesional y piensan que las mujeres piensan lo
mismo o que el embarazo ocasiona un retardo en las carreras o simplemente las
mujeres no se esfuerzan lo suficiente.
Admitir que la competencia profesional entre hombres y mujeres no sé da en términos
de igualdad es un pensamiento que los intimida, los hace sentir vulnerables, los hace
cuestionarse sus propios logros. ¿Alguien me puede explicar de dónde sale esta
fragilidad masculina? ¿De dónde sale esa baja autoestima, esa necesidad de justificar
la existencia en ser impredecibles proveedores?

En ese tipo de casos es donde me pregunto, ¿no piensan que nacieron de una mujer?
¿De tener hermanas, amigas, novias, hijas? Lo grave del asunto es que el cambio se
dará con o sin ellos, pero podría ser mucho más simple, más armónico y más
constructivo si son precisamente ellos quienes nos ayuden a romper el cristal si se
asumen parte de un movimiento por la igualdad para la meta final, sea una sociedad
que el éxito sea celebrado independientemente de lo que uno tenga entre las piernas
cosa que a muchos les tocaría renunciar a sus privilegios y eso es algo que rara vez
ocurre de una manera voluntaria pero de ser así los hombres tendrán que soportar el
ruido de las piedras sin importar si les llega dar a su cabeza, haha.