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¿Igualdad?

Nombre: María Jesús Martinic y Constanza Bonilla


Curso: 3ro medio B
Fecha: 23/10/2023
Profesora: Daniela Abarca
Los seres humanos, estamos influidos, desde nuestra concepción por los
cromosomas “XX y XY”, los que determinan si seremos hombres o mujeres, y que
conocemos como el sexo que nos determina bilogicamente. Sin embargo, este
aspecto, que por mucho tiempo fue el único que se consideraba ayudó a generar
una visión unida de lo que es ser hombre o mujer. Sin embargo, dejaba de lado los
aspectos sociales y culturales que nos determinan, los cuales nos entregan
lineamientos de cómo debemos actuar y comportarnos en nuestro entorno social.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el género se refiere a los
conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que
cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres”.

Este término se incorporó a las Normas Internacionales de los derechos


humanos mediante la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por
la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. Ese documento que marca un hito
en la historia de los derechos humanos reconoció que “Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y que “toda persona tiene todos los
derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de
raza, color, sexo, idioma, religión, [...] nacimiento o cualquier otra condición.”
No debemos olvidar entonces que genero no es igual que sexo, ya que el sexo es
una etiqueta que suele poner primero un doctor basado en los genes, hormonas y
partes del cuerpo (como los genitales). Mientras que el género se refiere a la
manera en que la sociedad cree que tenemos que vernos, pensar y actuar como
niñas y mujeres, y niños y hombres.

Según la R.A.E., Real Academia Española, “Se puede definir de manera


general como la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades entre
mujeres y hombres; jóvenes, y niñas y niños. La igualdad de género toma en cuenta
los intereses, las necesidades y las prioridades, reconociendo la diversidad de los
diferentes grupos de mujeres y de hombres.” Sin embargo, a nivel mundial, aún en
el siglo XXI, las mujeres siguen siendo víctimas tanto de discriminación como de
violencia de género. Para demostrar el punto, en muchas ocasiones, las mujeres
tienen menos oportunidades y derechos en el ámbito económico que los hombres,
pues se les paga
menos por hacer el mismo trabajo, de hecho, a nivel mundial, la brecha salarial
entre mujeres y hombres es del 20% y en 93 países no existe tal legislación que
obligue a la igualdad en remuneración económica por un trabajo del mismo valor, o
en términos de derechos económicos en 41 países, las hijas no tienen los mismos
derechos sobre la herencia familiar que sus hermanos varones, y en 43 países las
viudas no tienen los mismos derechos de sucesión que los viudos para heredar los
bienes de su cónyuge fallecido,
En el mundo político también hay una desigualdad de género evidente. En muchos
países las mujeres todavía no tienen la misma representación política que los
hombres y en muchos casos, las mujeres que logran obtener un puesto de este tipo
son víctimas de discriminación y acoso, Esto incluye comentarios, gestos e
imágenes de naturaleza sexista o sexualmente humillante, amenazas y acoso
laboral. Las mujeres solo representan el 27% de los miembros de los parlamentos
en todo el mundo. Casi 2400 millones de mujeres no tienen los mismos derechos
económicos que los hombres. Los avances hacia la igualdad de género han sido
demasiado lentos en muchos ámbitos. Al ritmo actual, se calcula que se tardará 300
años en acabar con el matrimonio infantil, 286 años en subsanar las lagunas de
protección jurídica y eliminar las leyes discriminatorias, 140 años en que las mujeres
estén representadas en pie de igualdad en puestos de poder y liderazgo en el lugar
de trabajo y 47 años en lograr la igualdad de representación en los parlamentos
nacionales.
La pandemia ha conducido a un fuerte aumento de la violencia contra las mujeres y
las niñas. Desde el brote de la pandemia, la violencia contra las mujeres y las niñas,
especialmente, la violencia doméstica, se ha intensificado. Así que, en promedio, las
mujeres sólo tienen tres cuartas partes de los derechos legales concedidos a los
hombres en términos de seguridad económica, crecimiento profesional y
conciliación entre la vida laboral y familiar.

Sin embargo, a pesar de todos estos preocupantes datos, no solo nos


estamos refiriendo a la desigualdad ante la ley, sino también en la práctica de
nuestra vida cotidiana, donde, día a día, vemos actos y conductas machistas y
micromachismo. Primero que todo, entendemos machismo como la actitud de
prepotencia de los hombres respecto de las mujeres, según la Real Academia
Española R.A.E, se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que
resultan ofensivos contra el género femenino.

Los hombres y mujeres son juzgados de manera diferente en función de la


forma en que se comportan, visten, además de como actúan en público. Un
estereotipo claro creado a partir del machismo es la creencia de que los hombres
deben ser más rudos, dominantes y agresivos, mientras que, las mujeres más
dóciles, sumisas y calladas, o el automático papel que se nos reparte donde el
hombre debe proveer, mientras que la mujer tiene que tener el rol de ama de casa.
Este doble estándar también es evidente en ejemplos donde a las mujeres se les
juzga de manera más estricta por su vida sexual e incluso se les puede tachar de
promiscuas. En cambio, a los hombres se les permite tener una vida sexual activa y,
de hecho, esto a menudo es visto como una muestra de virilidad y poder, todos
estos pequeños ejemplos son evidencia del machismo y las conductas micro
machistas que siguen vigentes en nuestra sociedad, sin embargo, muchas personas
no lo logran notar debido a la normalización de estas, pues crecimos viendo en la
televisión, en las calles, libros, cómo se tomaban actos machistas y los convertían
en acciones cotidianas.

Es importante que se tomen medidas para abordar estas desigualdades. La


eliminación del matrimonio infantil, la protección jurídica completa para todas las
mujeres y la eliminación de leyes discriminatorias son pasos importantes hacia la
igualdad de género. Además, es importante que se promueva la representación
equitativa de mujeres y hombres en puestos de poder y liderazgo en el lugar de
trabajo y en los parlamentos nacionales. La pandemia ha demostrado que es
necesario abordar la violencia contra las mujeres y las niñas con urgencia. Se deben
tomar medidas para garantizar que las mujeres tengan acceso a servicios que les
permitan escapar del abuso doméstico durante los confinamientos.

Cada persona, independientemente de su género, debe tener los mismos


derechos y oportunidades, y las diferencias en su trato y expectativas solo sirven
para perpetuar antiguas y nocivas formas de pensamiento que debemos erradicar
de nuestra sociedad, para que las siguientes mujeres puedan crecer en un mundo
en el que su género, no sea un obstáculo para su desarrollo profesional y personal.
Arekapudi, N. & Santagostino, I. (2020). "El camino hacia la igualdad de género en
Chile". Banco Mundial Blogs.

https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/el-camino-hacia-la-igualdad-de-genero-e
n-chile
Sin autor. (2023). "Igualdad de género y educación". Unesco.

https://www.unesco.org/es/gender-equality/education

Sin autor. (2023). "Dónde encontrar datos sobre las desigualdades de género en el
mundo". Focus2030

https://focus2030.org/Donde-encontrar-datos-sobre-las-desigualdades-de-genero-en
-el-mundo

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