2 Sentidos de creación Sentidos locales

Contarse, contar y ser

tenido en cuentai

Por: María Paula Martínezii

“contar
Dirección de Comunicaciones. Ministerio de Cultura

Muchas de las posibilidades de ser reconocidos, tenidos en cuenta,

en las decisiones que nos afectan, dependen de la veracidad y ciudadanos están siendo utilizados por pobla-
la legitimidad de los relatos en que contamos la tensión entre lo que ciones civiles para restablecer solidaridades
somos y lo que queremos ser”. tradicionales y recrear nuevas formas de soli-
(Martín Barbero, 2001) daridad, para reapropiarse de los espacios
públicos”.
(Rodríguez, 2008)
Un ensayo en tres momentos: el primero sobre el reconocimiento y la soberanía cultural que se
vuelca en la comunicación comunitaria; el segundo, sobre las estéticas y las formas propias de con- Sentidos locales. Reflexiones sobre los colec-
tar; y el tercero, sobre la incidencia de la comunicación comunitaria como una forma de evidenciar tivos de comunicación en Colombia es, de algún
los relatos que se escapan a los medios masivos y las agendas del poder. Este texto habla sobre la modo, una actualización de aquel libro, que evi-
comunicación ciudadana como experiencia de resistencia, de memoria y de reconocimiento; intenta dencia que una década después, y luego de tres
definirla desde el concepto de las raíces locales que amplían el panorama de interpretaciones de la años de firmado el proceso de paz con las Farc,
realidad de las personas que se basan en un proceso de producción cultural en el que la comunidad los colectivos de comunicación en los territo-
puede verse, construir su agenda y poner a circular historias con sentido propio. rios le siguen quitando a la guerra los discursos
cotidianos, siguen ganándole, por un lado, posi-
Palabras clave: territorio, narrativa, sentido, relato, contar bilidades de relato y de reconocimiento, por el
otro, terreno al miedo y al silencio, a través de
Desde hace más dos décadas estos colectivos
producen y circulan piezas sonoras y audiovisua-
les que dan cuenta de que la comunicación está
trenzada en la diversidad de lenguajes, códigos,
escrituras y medios que afirman la diferencia y
la diversidad de las que estamos hechos1. Se han
consolidado como una forma efectiva de comba-
tir la violencia de la representación, la ausencia
de relatos nacionales y las formas de ensimisma-
miento y aislamiento descritas por Jesús Mar-
tín-Barbero (2001). Una posibilidad de combatir
esa Colombia que hasta el SIGLO XX fue un
país que se confundió con la capital y marginó
los relatos de la periferia.
1. Contarse

Hace 11 años, en 2008, se publicó Lo que le

vamos quitando a la guerra como un primer
estudio sobre los colectivos de comunicación, que
demostró, en palabras de su compiladora, que la
guerra en Colombia no lo agota todoiii;
“ducción
que la comunicación, el arte y la pro-
cultural pueden contribuir a repa-
rar lo que la violencia armada destruye con
su impacto devastador en la vida cotidiana
de una población civil (…) y que los medios
la transformación de los imaginarios colectivos. Contar es una acción catártica. Una forma
de autorreconocimiento a través de los lengua-
jes de la comunicación. ·La identidad se cuenta,
1 Martin-Barbero, Jesús. “Colombia: ausencia de relato y desubicaciones de lo nacional.” En Cuader-
nos de Nación: Imaginarios de Nación. Pensar en medio de la tormenta. Bogotá: Ministerio de Cultura,
2001.

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la nación existe en cuanto se hace relato. Somos
como las historias que nos representan y recono-
cen” (Rincón, 2014). Contar para existir desde el
territorio, desde las raíces locales, desde la sobe-
ranía cultural. La comunicación comunitaria es
un ejercicio de reconocimiento de la diversidad
que ha logrado que las narraciones de la perife-
ria y las estéticas propias de los campesinos, las
mujeres, los jóvenes, los niños y los ambientalis-
tas, entre otros, se encuentren en relatos que se
hacen públicos para ampliar las interpretaciones
de la realidad y para el goce colectivo.
Dice el periodista y ensayista Omar Rincón
que la comunicación ciudadana es política en
cuanto hace visibles los saberes subyugados. Dice
el colectivo Carchansa, de los pueblos Kamsa
e Inga, que la comunicación es la posibilidad
de entender y ser entendido, reconocer y reco-
nocerse; reconocerse en los videos, los audios,
animaciones, cantos, performances; la acción de
reconocer la historia propia y de identificarse en
la historia de los demás.
dice el slogan del colectivo Mejoda en Cali, en
el relato con irreverencia, contar realidades en
los propios términos. Los pueblos indígenas lla-
man comunicación propia a una forma de narrar
en la que la ciudadanía se ve integrada en sus
propios códigos culturales, y donde se legitiman
sus estéticas, a contar para producir información
como parte de un proceso cultural de reconoci-
miento en el que la comunidad crea relatos sobre
sí misma, convierte a sus vecinos en protagonis-
tas para crear historias cotidianas y significativas:
historias desde las cocinas, los ríos, la cosecha, el
cuerpo, los ciclos y la memoria.
Una forma de transformar imaginarios colec-
tivos y hacer evidentes la diversidad de identi-
dades de un territorio. Identidad en el sentido
descrito también por Martín Barbero como un
imaginario que se relaciona cada vez menos con
“mismidades y esencias y mucho más con narra-
ciones, con relatos”, con identidades diversas que
se expresan en una “heterogénea multiplicidad
de narrativas”.
juegos, la medicina tradicional, las rezanderas,
la champeta y los velorios.
3. Ser tenido en cuenta
Uno de los denominadores comunes de estos
colectivos de comunicación es la transformación
de imaginarios colectivos. No es la narración
mediática en sí misma un fin, pero sí lo es la
construcción y validación de identidades diversas
(Couldry & Rodríguez, 2018). Es importante el
proceso individual y colectivo de vinculación, de
ser tenido en cuenta. Uno de los casos más ilus-
trativos es el del colectivo de comunicación de
Montes de María Línea 21 y la inauguración del
Museo Itinerante de la Memoria El Mochuelo,
que desde 2018 se ha establecido como un espa-
cio de reparación simbólica en el que la comuni-
dad se ve reflejada en sus propios relatos, dibujos,
Escuela popular de cine y video comunitario Ojo al Sancocho
serigrafías, audios, tejidos y videos, y se encuentra
para cantar, llorar y bailar.
Otros denominadores que aparecen en la
muestra de esta investigación son la paz, la ciu-
dadanía y la convivencia pacífica. Muchos, si no
todos los colectivos, mencionan proyectos y pie-
zas audiovisuales y sonoras alrededor de estos
ejes, ven la comunicación como una estrate-
gia para vencer el miedo y reconstruir el tejido
social. Un ejercicio de dar cuenta del pasado para
entender el futuro posible.
También son significativos los relatos comu-
nitarios que logran llegar a los medios masivos
y ser tenidos en cuenta en las agendas mediá-
ticas, como el caso del colectivo Mejoda, que
se ha ganado dos premios India Catalina con
sus producciones audiovisuales Matachinde
(2015) y Navidad pacífica (2018), que fueron
emitidas, bajo un acuerdo, por el canal público
Foto de Mauricio Arroyave

Así es el caso del Tejido de comunicacio-
nes Wejxia Kasenxi, que realiza producciones
audiovisuales sobre rituales Nasa, como El naci-
miento del año Sekbuy, El ritual de las semillas
el Saakhellu, La ofrenda de los muertos el Cxa-
cpux o La Apagada del fogón, y también lo que
hace la Esquina Radio en Medellín contando la
ciudad desde los barrios y las dinámicas de una
ciudad violenta. O lo que hace el colectivo Kuchá
Suto contando la memoria de resistencia de San
Basilio de Palenque, o Ajodeniu, cuando narra
la supervivencia y desplazamiento interno del
departamento del Chocó.
Mucho de lo que hacen los colecti-
vos de comunicación es construir una
agenda que no se define desde la hege-
monía del poder, sino desde un tejido de
nodos de poderes diversos: las mujeres, los
campesinos, los jóvenes y los niños. En
cada colectivo este proceso de contar es
único y depende de sus raíces locales. Se
dan experiencias distintas de participa-
ción de la comunidad en la construcción
de la memoria colectiva social, política y
cultural.

2. Contar El colectivo Kuchá Suto, por ejemplo, cuenta

en lengua palenquera para fortalecer la narración
A través de la creación audiovisual y radial, así y la escucha. Se esfuerza por narrar su identidad
como de las otras formas y espacios de comuni- cultural desde la tradición oral y la cocina, los
cación, contar es existir en colectivo, existir, como

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regional Telepacífico. O los que les compiten a
los medios masivos, como es el caso de Vokaribe
radio, que hace 20 años lucha en Barranquilla
con el dial FM para llegar a 90 barrios y ejercer
su derecho a sonar.
Lo comunitario en digital
Las interfaces de la comunicación han cam-
biado, las relaciones entre los medios y los espa-
cios ciudadanos se han transformado por la vía
de las multipantallas y lo que sucede en los gru-
pos de WhatsApp. “Los avances logrados en las
tecnologías mediáticas durante los últimos 30
años han ampliado masivamente la capacidad del
ser humano y de los sistemas automáticos para
crear, usar, difundir y almacenar información y
contenidos de todo tipo a través del tiempo y el
espacio” (Couldry & Rodríguez, 2018).
Desde hace dos décadas los medios
de comunicación participan de nuevos
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espacios de ciudadanía que se dan en esfe-
ras virtuales y tejen nuevas audiencias y
relaciones con la información. Lo comu-
nitario también se ve afectado por este
contexto de digitalización, a pesar de las
desigualdades y del poco acceso al servicio
de internet disponible en el país.
Colombia es un país de tradición oral,
con 8 de cada 10 hogares conectados al
cable, con la mayor parte de su territorio
desconectado de internet, pero al mismo
tiempo con más celulares que habitan-
tes. Un país con un ecosistema de medios
masivos escaso y concentrado en agendas
y en propiedad, que contrasta con un sis-
tema de medios comunitarios que agrupa
más de 600 emisoras comunitarias.
En este contexto, la comunicación digital no
es significativa en muchos de estos colectivos.
La falta de conectividad impide que puedan
Dirección de Comunicaciones. Ministerio de Cultura
Sentidos locales
desarrollarse procesos de creación convergente,
pues estos necesitan de una velocidad de descarga
o una plataforma de streaming. Sin embargo, hay
iniciativas audiovisuales, transmedia y de podcast
que empiezan a gestarse desde los territorios.
Final
Desde hace 25 años la comunicación
alternativa, comunitaria y ciudadana le
ha jugado y ganado al conflicto armado
una partida contra el miedo y el silencio.
A pesar de la transformación en el ecosis-
tema de la comunicación, los medios ciu-
dadanos se mantienen como canales de
batalla por el progreso social. Con el desa-
fío de vencer las barreras de acceso y lograr
formas estables de sostenibilidad, se han
ganado la legitimidad de las comunidades
que atienden. No adolecen de falta de cre-
dibilidad, como los medios tradicionales
masivos, y su existencia permite la circu-
lación de relatos que dan mejor cuenta de
este país no narrado.
Bibliografía
Couldry, N., & Rodríguez, C. (2018). Coordinadores. Desigualdad y luchas comunicativas en tiempos digitales. In-
forme global por una comunicación comprometida con el progreso social. Fes -C3. .
Martín Barbero, J. (2001). Colombia: ausencia de relato y desubicaciones de lo nacional. En Cuadernos de Nación:
Imaginarios de Nación. Pensar en medio de la tormenta. Bogotá: Ministerio de Cultura. Obtenido de https://
library.fes.de/pdf-files/bueros/c3-comunicacion/07330.pdf
Rodríguez, C. (2008). Lo que le Vamos Quitando a la Guerra: medios ciudadanos en contextos de conflicto armado en
Colombia (No. 5). Centro de Competencia en Comunicación para América Latina, Frierich Ebert Stiftung.
Rincón, O. (2014). Hacia el periodismo-experiencia en las figuras del Dj y el militante. Quito: Ciespal.
i
Habla Martín Barbero (2001) sobre la polisemia de la palabra contar en español “que es tanto narrar historias como ser
tenidos en cuenta por los otros. Lo que significa que para ser reconocidos necesitamos contar nuestro relato; no existe
identidad sin narración, ya que esta no es solo expresiva, sino constitutiva de lo que somos”.
ii
María Paula Martínez Concha - Politóloga con especialización y maestría en Periodismo de la Universidad de los Andes.
Becaria (2015) del programa de Chicas Poderosas en la Radio Pública de los Estados Unidos NPR. Desde octubre de 2018
es directora de Comunicaciones del Ministerio de Cultura.
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Clemencia Rodríguez 2008. Lo que le vamos quitando a la guerra. Medios ciudadanos en contextos de conflicto armado
en Colombia. Centro de Competencia en Comunicación para América Latina C3fes. ISBN 978-958-8101-34-7. https://library.
fes.de/pdf-files/bueros/c3-comunicacion/07330.pdf
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