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Y MEMORIA
Cuatro aproximaciones biográficas a
la realidad social del país
NARRATIVAS DE VIDA
Y MEMORIA
Cuatro aproximaciones biográficas
a la realidad social del país
NARRATIVAS DE VIDA Y MEMORIA CENTRO NACIONAL DE MEMORIA
Cuatro aproximaciones biográficas a la HISTÓRICA
realidad social del país
Gonzalo Sánchez Gómez
Director General Centro Nacional de Director General
Memoria Histórica
Gonzalo Sánchez Gómez Asesores de Dirección
Andrés Fernando Suárez, Patricia Linares
Prieto, María Emma Wills Obregón, Paula
Andrea Ila, Doris Yolanda Ramos Vega,
CONSEJO DIRECTIVO César Augusto Rincón Vicentes, Janeth
CENTRO NACIONAL DE MEMORIA Cecilia Camacho Márquez.
HISTÓRICA
Directores técnicos
Presidenta
Tatyana Orozco de la Cruz Camila Medina Arbeláez
Directora Departamento para la Dirección para la Construcción de la
Prosperidad Social Memoria Histórica
Diseño y diagramación:
Christian Benito Rebollo
Ilustradores:
Jovanny Galeano Muñoz
Omar David Taborda Perneth
Impresión:
Imprenta Nacional de Colombia
© Centro Nacional de Memoria Histórica
Carrera 6 No 35 – 29
PBX: (571) 796 5060 comunicaciones@
centrodememoriahistorica.gov.co www.
centrodememoriahistorica.gov.co
Bogotá D.C. – Colombia
4
El texto Narrativas de Vida y Memoria.
Cuatro aproximaciones biográficas a la realidad
social del país, reúne los escritos ganadores en
la categoría Reconocimiento a la Creación de
Narrativas de Vida de la II Convocatoria
Nacional de Propuestas Artísticas y Culturales
de Memoria 2014 del Centro Nacional de
Memoria Histórica.
CONTENIDO
PRÓLOGO 8
ANA FABRICIA CÓRDOBA CABRERA 12
NOMBRES PROPIOS 28
MARÍA, LA MEMORIA, EL GRITO Y LA TIERRA 46
MEMORIA DE VIDA Y MUERTE 62
AUTORES 71
ILUSTRADORES 73
Narrativa de los
acontecimientos: entretela de
la memoria compartida.
El ejercicio más generalizado de la
sociedad colombiana ha sido la inclinación
constante al olvido, una especie de
ceguera que no admite la posibilidad
de evaluar críticamente la gravedad de
los acontecimientos que han marcado la
historia, de la que todos somos, de una u
PRÓLOGO otra manera, participes. En cierto modo,
la impunidad que ha prevalecido, tiene
soporte en la amnesia de la que parecemos
revestirnos, desde la indiferencia y
P O R : J U A N C A R L O S M O YA N O O R T Í Z el desconocimiento de lo que sucede
diariamente. Eso acrecienta el drama de
una realidad acosada por largos periodos
de violencia, que han tendido cerco a la
posibilidad de avanzar como nación y
como sociedad. Negarse lo que es evidente
no resuelve nada, sólo genera condiciones
para que los ciclos del conflicto se reiteren
y sigan proyectando las secuelas de
confrontaciones que hace mucho se han
convertido en el drama de cientos de
miles de colombianos y colombianas que
no conocemos la paz y que poco sabemos
de las causas que han ocasionado la
hecatombe nacional. Causas y efectos que
no sólo pertenecen a los análisis socio-
8
políticos: están en la cotidiana aventura que contribuyen a sanar algo de difícil
de vivir, en vastas regiones donde existir superación, es el verdadero poder del verbo
es algo peligroso y recordar se torna en convertido en testificación, en desahogo y,
riesgo, en incierto atrevimiento. sobre todo, en herramienta de recuperación
de dignidad, pues hacer memoria es
En ese contexto, proclive al desconocimiento impedir que algunas situaciones queden
de los hechos reales, cobran importancia las sepultadas en la negación de la verdad.
diferentes Narrativas de vida y memoria,
pues la recuperación de historias de los Los relatos que fueron premiados en la
líderes comunitarios se convierte en una II Convocatoria Nacional de Propuestas
especie de antídoto contra el olvido. En este Artísticas y Culturales del Centro Nacional
volumen se reúnen textos distinguidos por de Memoria Histórica, son ejemplos de
la calidad en la escritura, la veracidad de escrituras de la memoria, paradigmas
sus variantes testimoniales y los hallazgos indispensables para comprender la
creativos. En este caso entendemos la necesidad apremiante que tiene la
creación como elaboración sensible de sociedad civil de oponerse a los hechos
materiales reveladores, donde la crudeza violentos. Las guerras, desde la época de
logra transmitirse a través de lenguajes la Independencia -y mucho antes- hasta
que enriquecen los relatos sin extirparles nuestros días, se han convertido en males
lo verosímil y sin mermarle fuerza a endémicos que azotan los campos y
los contenidos, más bien revitalizando vulneran de tajo las urbes y los pueblos.
las palabras, logrando re-significar las Sin duda, es importante escribir, hablar
situaciones, permitiendo encontrar la desde la experiencia de quienes han
reflexión y cierto alivio para dolores tenido que lidiar con las contradicciones
colectivos que no han tenido el duelo de cada momento, con adversidades
necesario. La escritura testimonial tiene donde la gente común y corriente lleva
efectos que contribuyen a comprender, la peor parte. Los textos que componen
adquiriendo consciencia de lo que es este volumen tienen cualidades desde el
difícil aceptar, sin perder la intención punto de vista literario y tienen el valor
esclarecedora, ayudando a sobreponerse vibrante de la memoria, desde la escritura
al peso agobiante del silencio. Son textos y la concepción estructural de cada relato.
Por eso resultó importante la manera de mínimos, capaces de transmitir estados
plantear cada testimonio, sin alterar los del espíritu, dibujando a contraluz los
hechos, dándole aliento a personajes que destinos truncos de una generación que
han tenido historias personales que son fue llevada a las peores encrucijadas. Así
parte del tejido de la historia colectiva. mismo, Memoria de vida y muerte, hace
un homenaje al profesor universitario
El primero de los textos está dedicado Alberto Alzate Patiño, que fue asesinado
a la gesta y sacrificio de Ana Fabricia porque sus estudios chocaban con intereses
Córdoba, una líder afrodescendiente que económicos de proyectos hidroeléctricos
padeció el exterminio de sus seres queridos que vulneraron la estabilidad ambiental
y que nunca se permitió el silencio y de territorios Embera y Zenú, en Córdoba,
tampoco dejó de exigir justicia. Terminó un departamento que ha padecido la
huyendo, acorralada por persecutores expansión de la violencia en todas sus
que le arrancaron las raíces, le atacaron expresiones. Se trata de un texto que
los afectos, la intentaron intimidar una y recurre al monólogo interior, estructurado
otra vez y, finalmente, segaron su derecho casi como un documental narrativo.
a vivir. Su historia nos conmociona, nos
confronta, nos hace pensar en la tragedia Finalmente, María,la memoria, el grito y
de una nación donde la vida está expuesta la tierra, es un testimonio ejemplarizante,
a la guadaña de una muerte desquiciada. donde la protagonista no perece y, por el
También, Nombres propios es una creación contrario, logra resucitar del infierno al
de mérito literario donde la escritora que fue empujada por acontecimientos
logra poetizar recuerdos y percepciones que expresan los erráticos procedimientos
desde la íntima perspectiva de su propia de quienes, apoyados en la fuerza bárbara
mirada. Entre el amor a la vida y a la de las armas, abusan de la población civil
palabra, se decanta la memoria y queda y la someten a escarnios inimaginables.
el vacío insondable de las ausencias. Es La protagonista de esta narración tiene la
la revelación de lo que ha pasado con los capacidad de rehacer su existencia y asumir
muchachos que fueron depredados por lo creativo como algo posible, saludable,
la insaciable voracidad de la violencia. benéfico para ella y para personas que
Relatos bien logrados, conmovedores, han tenido que bregar desbrozando
10
caminos para lograr un acercamiento a
la paz desde sus experiencias directas, esa
paz incierta, huidiza, perentoria, que está
en la vida misma, más allá de protocolos y
discursos. Seríamos un país fructífero si nos
atreviéramos a sembrar la concordia con
la sinceridad necesaria para que florezca
una Colombia ecuánime, libre de los
flagelos que nos han colocado en el filo del
abismo. Si tenemos claridad y consciencia,
quizá podamos posibilitar prácticas de
resarcimiento y reconciliación que ocurran
de manera auténtica y comprometida.
La memoria es el diálogo entre lo que ha
sucedido y lo que tal vez no deba ocurrir
nunca más. Ahora, los relatos tienen la
palabra.
Iba camino a San Francisco, un pequeño
poblado ubicado en el oriente antioqueño,
para acompañar una jornada de
grabación de un documental colectivo
realizado por jóvenes rurales sobre la
infancia y la educación en el campo. Era
martes 7 de junio del año 2011 y el trayecto
transcurría sin novedades hasta que,
pasado el mediodía, recibí una llamada
de Piedad Morales1, muy consternada
por la noticia que me anunciaba: habían
asesinado a “La Negra” al interior de
ANA FABRICIA un bus en el nororiente de Medellín. Se
llamaba Ana Fabricia Córdoba Cabrera,
CÓRDOBA la había visto por última vez dos semanas
antes, encaramándose por las empinadas
CABRERA lomas de la Comuna 13 para acompañar
a las madres de los desaparecidos en la
búsqueda de sus seres queridos. Ella,
P O R : G U S TAV O A D O L F O H I N C A P I É V E R A como muchas otras mujeres en este país,
se atrevió a desafiar el macabro destino
que nos imponen. La sacaron de su tierra,
fue señalada y encarcelada en la ciudad,
le mataron a sus hijos, la persiguieron y
finalmente le dispararon en la cabeza con
12 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
un arma con silenciador. Ella siempre lo vida no la pudieron acallar y quienes
advirtió, el dolor la volvió fuerte y pudo la conocimos no vamos a olvidar sus
vencer el temor para expresar lo que palabras ni su historia. Este texto es un
sentía, para contar lo que había vivido, homenaje a la memoria de esta mujer
para denunciar lo que había visto. En afrodescendiente, una indagación en sus
Título: Cazada
Autor: Jovanny Galeano Muñoz
propios relatos y testimonios, en el fuerte la impunidad en un país en guerra. En los
ritmo de sus palabras, en los recuerdos de noticieros apareció su foto y los periodistas
quienes compartieron su lucha, de quienes repetían su nombre, citaban una y otra
la escucharon y aprendieron a quererla. vez sus frases premonitorias, lamentaban
Para que otros la conozcan, para traerla el hecho y exigían culpables. La respuesta
de vuelta y sentir su fuerza, para no de la Policía fue el ofrecimiento de una
dejarnos arrebatar su aliento, para que no recompensa de “hasta 150 millones de
nos condenen al olvido, para que no nos pesos, por información sobre el paradero de
siga gobernando la amnesia. los responsables”.
14 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
de su intervención: “Yo soy Ana Fabricia que fueron llegando obreros para trabajar
Córdoba Cabrera, vi matar mi padre, en las plantaciones.
mi madre y todos mis hermanos. Quedó
Arsenio y quedó Fabricia, acabaron con El ambiente social se enrareció y las
Arsenio porque iba con la verdad. Quedó disputas políticas, así como los intereses
Fabricia y me mataron a mi hijo porque económicos, propiciaron el surgimiento
me lo desaparecieron en La Cruz, yo conocí de movimientos sindicales y expresiones
a mis enemigos. Y eso no me amedrentó sociales fuertes en la región. Las guerrillas
porque yo con enloquecerme o ponerme a de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
llorar en una esquina no hago nada, eso Colombia –FARC, y el Ejército Popular de
me calienta más el corazón y me da más Liberación –EPL, también se fortalecieron
fortaleza para seguir luchando y hablar y se arraigaron en los sectores rurales y en
en estos escenarios2”. los sindicatos de los obreros del banano. En
1985 surgió la Unión Patriótica -UP, una
La guerra en Urabá propuesta emanada de los diálogos de paz
entre el gobierno de Belisario Betancur
Ana Fabricia Córdoba era oriunda de la y la guerrilla de las FARC, a la cual se
zona bananera en el Urabá antioqueño, fueron articulando muchas organizaciones
lugar donde su familia había llegado a finales de la década de los ochenta. En
huyéndole a la violencia bipartidista en Urabá este partido político logró elegir un
Norte de Santander. Allí se instalaron en número significativo de ediles y ganar siete
predios baldíos y colonizaron tierras para de las once alcaldías de la región. Arsenio
la siembra que con el paso del tiempo Córdoba, hermano de Ana Fabricia, fue
fueron bastante productivas y atrajeron la uno de los concejales electos en varias
presencia de empresarios, terratenientes y ocasiones por la Unión Patriótica en el
grupos armados a la región. En particular, municipio de Apartadó, mientras ella se
la siembra del banano se extendió por destacaba como líder comunitaria en las
una amplia zona de Urabá en la cual se zonas rurales.
construyeron improvisados poblados a los
Asesinos a sueldo comenzaron a generar
2 Verdad abierta, 9 de junio de 2011. A Ana Fabricia
Córdoba la persiguió la violencia: http://youtu.be/aNQ16rpOhAk
temores en la zona, que luego se afianzaron
16 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
con las disputas internas entre los dos grupos
guerrilleros por el control de sus bases
sociales, cometiendo abusos de autoridad
con la población, asesinatos selectivos y
masacres entre los simpatizantes de uno
y otro bando. El EPL entregó sus armas
en 1991 y se convirtió en un movimiento
político denominado Esperanza, Paz
y Libertad, conocidos luego como “Los
Esperanzados”. Perseguidos y declarados
traidores por los que continuaban alzados
en armas, muchos de los desmovilizados
terminaron conformando Comandos
Populares en alianza con las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá -ACCU,
y con las fuerzas de seguridad del Estado,
todos compartían un enemigo en común:
la guerrilla de las FARC.
18 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
Los milicianos de la Comuna 13 no la Antiterrorista de la Policía Nacional. Un
aceptaron en el barrio y se desplazó informante la señaló, junto a otros líderes
hasta el otro extremo de la ciudad, en las del barrio, de ser auxiliadora de las
laderas de la comuna nororiental. En el milicias del sector, siendo trasladada a la
barrio La Cruz se destacó desde el inicio cárcel de mujeres del Buen Pastor donde
por su fuerte carácter y sus reclamos para estuvo recluida durante dos meses. El 14
promover la organización y la exigencia de septiembre precluyó la investigación y
de sus derechos como desplazados, esto le Ana Fabricia salió absuelta, luego de que
generó la desconfianza y el señalamiento Alias Cristian reconociera ante la Fiscalía
por parte de los actores armados que que sus señalamientos fueron producto de
operaban en el sector. las torturas a las que lo había sometido
la Policía Nacional, con el fin de obtener
En el año 2002 se intensificó la guerra en información que comprometiera a los
las comunas de la ciudad con el incremento líderes barriales con los grupos armados.
de la presencia paramilitar en los barrios.
Ana Fabricia se enfurecía ante los abusos Sin embargo, persistieron los hostigamientos,
y denunciaba sin vacilación los atropellos los allanamientos sin orden judicial y
a los que eran sometidos los jóvenes, entre las acusaciones de ser colaboradora de
ellos sus propios hijos. Valientemente las milicias. Al poco tiempo, en confusos
denunció, ante organismos internacionales hechos, fue asesinado su hijo Carlos Mario,
de derechos humanos, excesos por parte de tan solo 13 años. Ella culpó a la Policía,
de la autoridad y la connivencia de dados los malos tratos a los que siempre
miembros de la fuerza pública con los había sometido a sus hijos.
grupos de civiles armados que ejercían un
control social de facto y combatían a los “Pero que tenga el dolor de
reductos de las milicias. nosotros”
En retaliación y con testigos falsos, el La situación económica nunca fue fácil
11 de junio de 2004 Ana Fabricia fue en la ciudad, sus otros dos hijos hombres
acusada de ser colaboradora de la trabajaban lavando carros y en muchas
guerrilla y detenida por el Comando Élite ocasiones tuvo que realizar el “recorrido”
con otras personas desplazadas para
recolectar alimentos y ropa en los barrios
vecinos. Sentía nostalgia por su tierra y
siempre hablaba de ella, de cómo era su
vida en el campo donde nada le faltaba,
añoraba recuperar algún día lo que le
habían quitado. El compendio de injusticias
que cargaba consigo la motivó a liderar
organizaciones de víctimas, espacios de
encuentro con los demás desplazados del
barrio y de la ciudad en los que promovía
proyectos productivos comunitarios y
participaba en las movilizaciones y
denuncias que exigían el respeto a sus
derechos.
20 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
Senado, en el Congreso, allá estemos. Sea
blanco, sea negro o sea indio, pero que
tenga el dolor de nosotros. Eso es lo que
nos ha faltado aquí en Medellín y por eso
nos tienen chupando la sangre, estamos
explotados y seguiremos en la esclavitud
sino ponemos de nosotros mismos para
salir de esa esclavitud4”.
22 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
Popular I, entonces mi hijo le quitó la ropita fueron ellos y la comunidad sabe que
a su bebé y salieron los dos muchachos. fueron ellos”.
Al llegar al Terminal este joven Julián
hace una llamada telefónica, llama a los Ella sabía que las denuncias la ponían
agentes Carmelo y Osorio, agentes de la en riesgo pero no podía quedarse callada,
Policía que operan en La Cruz... No sé si el no era capaz, tenía la sangre hirviendo y
pelado era informante de ellos, no sé por su dolor de madre sólo podía remediarlo
qué pero él los llamó. Entonces, me dicen en parte con sus reclamos de justicia. Sin
a mí las personas que tengo de testigos temblarle la voz, con rabia pero con la
y que vieron el caso, que lo cogieron y misma fuerza de siempre, Ana Fabricia
lo montaron a la patrulla de la Policía, llevó el caso de Jonathan a todas las
a la 301384. Y a las 9 en punto de la instancias nacionales e internacionales de
noche me hacen a mí una llamada, era derechos humanos, las amenazas en su
mi hijo Jonathan asfixiado y él me dice: contra se incrementaron y se vio obligada
<<Mamá me va a matar la Policía>>, a salir del barrio donde vivía. Las noches
yo le digo que por qué si la Policía está las pasaba en los hoteles del centro de la
para cuidarnos no para matarnos, qué ciudad y los días de oficina en oficina,
pasa mijo, llorándole a Dios que no fuera visitando organizaciones y personas
a ocurrir eso. Lo cogieron, lo llevaron 15 cercanas, tocando puertas para exigir
minutos al Comando de La Cruz, de ahí respuestas a su situación, anunciando que
le dieron la vuelta por encima, y si a mi la iban a matar, como lo hicieron con sus
hijo me lo mató una banda fue porque hijos, con sus padres, con su esposo, con su
ellos lo entregaron, porque mi hijo con hermano, con su gente.
su boquita santa, que ya está hecho un
santo, me dijo a mí: <<Mamá me tiene “Señores, no me dejen matar”
la Policía, me tiene el agente Carmelo y
Osorio>>, yo no sé si se llaman así Yo sé El 29 de abril de 2011, en una sesión
que son unos gigantes grandes y al salir del Comité Metropolitano de Derechos
de aquí puedo morir, pero si me matan Humanos que tuvo lugar en el auditorio
el mundo entero sabe quiénes son porque Guillermo Cano de la Alcaldía de
yo los conozco, los acuso porque sé que Medellín, Ana Fabricia denunció las
amenazas contra su vida y señaló como humanos, señalando que su muerte se
directos responsables a miembros de hubiera podido evitar, que poco o nada se
la Policía. Ese día, ante el secretario de había hecho para proteger su vida.
Gobierno de Medellín, representantes de
la Procuraduría, la Fiscalía, la Policía, Su asesinato significó un duro golpe para
la Vicepresidencia y más de cien líderes el movimiento social y comunitario en
barriales, suplicó: “Señores, no me dejen Medellín, algunas de sus compañeras
matar”. tuvieron que salir exiliadas y otras
por temor se dispersaron. En su funeral,
La propuesta de la Policía Metropolitana del realizado al día siguiente en el cementerio
Valle de Aburrá fue realizarle un análisis de San Pedro, muchas personas expresaron
de riesgo, que únicamente implicaba una el dolor y la angustia de vivir en un
evaluación para eventuales medidas de país en el que la impunidad alienta los
seguridad. Ana Fabricia se negó desde el crímenes más atroces contra personas
primer momento a dicho análisis por parte indefensas, sobrevivientes de otras guerras,
de la Policía y así lo manifestó por escrito, perseguidas en todos los rincones.
desconfiaba que quien la cuidara fuera
precisamente la misma institución a la que Sus hijos denunciaron la continuidad de
ella denunciaba. las amenazas y de la persecución que no
cesaron tras el asesinato de Ana Fabricia.
Pasó poco más de un mes de aquella El 1 de febrero de 2014 también fue
reunión y la mañana del 7 de junio, asesinado su hijo Carlos Arturo de cuatro
mientras se desplazaba en un microbús disparos en el sector de Naranjal. Él había
de la ruta Santa Cruz, le dispararon en regresado a la ciudad y estaba trabajando
la cabeza con un arma con silenciador y en un lavadero de carros. Se convirtió en
salieron huyendo. El hecho produjo total el tercer hijo asesinado de esta líder, cuya
indignación por el contexto de su muerte familia sigue siendo perseguida, incluso
y las denuncias que había realizado. De después de su muerte.
inmediato, se pronunciaron el gobierno
francés, el Vicepresidente de la República Ana Fabricia Córdoba Cabrera quiso esclarecer
y diversos organismos de derechos el asesinato de sus hijos, gritaba los nombres de
24 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
Título: Solicitud a la memoria
Autor: Jovanny Galeano Muñoz
los asesinos y no la quisieron escuchar, alguien
dio la orden de silenciar sus reclamos. Tres años
después de pagar con su propia vida, a pesar
del escándalo y de los lamentos, su crimen
permanece en la total impunidad y no se
conocen los nombres de los autores materiales e
intelectuales, la justicia incluso ha puesto trabas
a los abogados de los familiares para acceder
al expediente y poder hacerle un seguimiento
al proceso. Pero es su nombre el que todavía
resuena con fuerza en las calles, es su rostro
el que aparece dibujado en los muros, son
sus palabras las que están estampadas en los
corazones de muchos, y son sus reclamos los que
siguen cobrando vigencia todos los días, en ese
eterno viacrucis que padecen quienes siguen
huyendo de una guerra que no termina.
26 A na F a b ri c i a C ó rd o b a C a b re ra
Nombres Propios
Eva
va y viene perdida en el gris negro color
de las ciudades
tiene apariciones místicas en mis sueños
Eva
anda errante entre los hombres
ahora ninguno se parece a Adán
su compañero de presidio
de siglo en siglo
NOMBRES
Eva
PROPIOS es una simple alegoría
de nuestro encantamiento
Eva sale triste de su cueva de invierno
P O R : M A R TA Q U I Ñ O N E Z nadie la persigue
nadie la reconoce
uno que otro la ha visto
pararse en lo alto de la montaña
o dibujarse en las desgastadas paredes
de una casa vieja
Eva
anda solitaria
con todos sus fantasmas a cuestas
Eva es la viuda mayor de mi pueblo
ha visto morir todos sus parientes
digo
su árbol genealógico
ha desaparecido
28 Nom b re s p ro p i o s
de la incertidumbre de los tiempos
Josepo
A Josepo
La primera vez que fui a preguntar por Las calles de nuestra infancia eran
Josepo después de unas largas vacaciones polvorientas en verano y enormes
me llevé una gran sorpresa: se había ido barrizales en invierno, pero así, con todo,
a prestar el servicio militar. Y el servicio éramos muy felices. Jugábamos al futbol,
militar obligatorio para un joven, pobre, cantábamos las canciones de moda y
en zona de conflicto, sí que era obligatorio. amábamos secretamente a quien se nos
A penas había iniciado la secundaria atravesara por el camino, sin decirle nada,
cuando decidió que lo mejor sería trabajar amores de niño simplemente y de nadie
en lugar de continuar estudiando, pero más. Época de gozo y libertad en la que
para lograrlo debía antes obtener la libreta íbamos al potrero para montar caballos a
militar, documento que por entonces pelo, —no sin un poco de miedo—, pues ya
todo empleador requería para contratar habíamos perdido a un amigo por uno de
a alguien. De este modo, sin ni siquiera aquellos belfos que lo arrastró desbocado
haber cumplido la mayoría de edad, a lo largo y ancho del barrio, golpeándolo
había decidido enrolarse en el ejército. con todo lo que encontraba en su camino.
Daba miedo, pero igual lo hacíamos. Ir
Josepo tenía una familia numerosa, con a los potreros a cabalgar, subirnos a los
unos papás que de hecho eran tan viejos en árboles para provocar la rabia de los
esa época que parecían nuestros abuelos, y perros y comer mangos hasta hartarnos,
hermanos y hermanas de todas las edades. esos eran nuestros mayores placeres en las
Tuti, uno de los menorcitos, era nuestro tardes de verano.
gozo, callado, tímido, pequeño, siempre
atado a nuestras andanzas ya que por Jos y yo fuimos amigos desde muy chicos
ser el más chico le tocaba hacernos los y compartimos gran parte de nuestros
mandados. Él y Josepo se querían mucho sueños. También, durante los veranos,
aunque en realidad todos nos queríamos solíamos recorrer incansablemente largos
30 Nom b re s p ro p i o s
trayectos conversando de esto y lo otro; Sandrina
creo que él, sin saberlo ni proponérselo, era
un filósofo nato al que le gustaba mucho Melancólicamente
reflexionar sobre la vida. el rostro de una mujer
se dibuja en mi tarde
Al terminar la secundaria me fui a la ciudad
y no lo volví a ver, solía preguntar por él a Está triste
los amigos que teníamos en común y con los siente una inmensa herida
cuales seguía teniendo conversaciones sobre en su piel
nuestra historia y nuestro origen. ella ama lo que nadie ve
es el cielo donde se recrean
La última vez que supe de él fue una mañana los pájaros migrantes
de abril de 1996, en la que había llegado al
pueblo invitada para un recital. Caminando Cuando Sandrina se casó con Rafa fuimos
por las calles que me habían visto crecer me muy felices. Ella era una de esas muchachas
topé con uno de mis antiguos amigos al que bonitas del barrio, buena persona, a quien
le pregunté por Jos; tras quedarse mirándome todos queríamos mucho. Rafa se había
por largo rato, como teniendo algo para decir enamorado perdidamente de San y fueron
sin decidirse a hacerlo, finalmente repuso: novios hasta que ella quedó embarazada,
noticia repentina para todos, pues no hacía
—¿Josepo? ¿No sabes lo que ha pasado? mucho celebrábamos sus quince y ya su
—No, no sé, ¿qué ha pasado? madre arreglaba lo más rápidamente
—Josepo ha muerto, lo mataron los posible el matrimonio.
paracos.
—¡Cómo! A veces los acompañaba a las heladerías,
—Sí, lo mataron. Unos hombres le pidieron como se le decía en aquellos años a
que les hiciera una carrera en su taxi, no los lugares adonde iban los novios a
le pagaron y le dispararon. encontrarse y tomar refresco, pero también
—¿Pero quién te contó eso? a besarse y mentirse con juramentos de
—pregunté incrédula. amor eterno que yo nunca le hice a nadie.
—Todo el mundo lo dice, —concluyó. Mientras ellos se dedicaban canciones de
Galy Galeano en medio de apasionados
besos, yo aprovechaba la generosidad
de Rafa devorando los helados a los que
amablemente me invitaba, haciéndome
de paso muy feliz a mí también.
32 Nomb re s p ro p i o s
Título: Desazón
Autor: Jovanny Galeano Muñoz
Los días que por alguna razón no era algunas ciudades de la costa donde esto
necesario ir al colegio me gustaba llevarle era preferible a la muerte. Así pasamos de
el almuerzo a Rafa hasta la finca donde la alegría a un llanto cotidiano.
trabajaba, iba en mi monareta azul cobalto
armada con retazos de muchas bicis La primera muerte cercana a nuestro
viejas, pero como era mi primera bicicleta entorno fue la de Julio, el hermano de
la amaba por sobre todas las cosas. Él era Tavo, un negro mestizo, divertido y
moreno, de cara casi redonda y marcados juguetón que nos hacía morir de la risa
rasgos indígenas, alegre, risueño, nunca de con sus historias, siempre metido en unos
malgenio pues pasaba mucho tiempo en pantalones superanchos que había traído
casa junto a San. Ella, a su vez, era una de la ciudad. Una mañana tocaron a la
esposa ejemplar, enamorada de su marido puerta de la casa de doña Lilia, para
y de la bebé que había nacido meses informarle que en el hospital había un
después del casamiento. joven cuyas características correspondían
a un hijo suyo. Ella comenzó a gritar y a
Nuestras vidas por entonces discurrían llamar a toda la parentela que a esa hora
sin ningún inconveniente y todo parecía aun dormía, entre ellos a mí, que había
perfecto, pero nada es para siempre y pasado esa noche en la casa, y a Nancy,
las cosas empezaron a cambiar de un la hermana de San, que desde hacía años
momento a otro. Cada vez más a menudo estaba felizmente casada con Tavo.
aparecían cadáveres esparcidos por el
pueblo sin saberse quién los mataba. Esa La noticia fue devastadora. Ese día
mano negra venía ajusticiando a numerosa Tavo se encontraba trabajando como de
gente en las fincas bananeras acusándola costumbre en la finca, desde el amanecer,
de pertenecer a la guerrilla o de ser su cuando fueron a avisarle que debía
auxiliadora, y muchas veces bastaba un ir a la morgue a reconocer a su único
rumor o una discordia entre vecinos para hermano. Y sí, allí estaba, era el propio
acusar a alguien y condenarlo al sepulcro. Julio inexplicablemente muerto, que
Por esta razón muchos resolvieron salvar a eso de la cinco de la tarde llegaba a
la vida y salir del pueblo para engrosar casa nuevamente pero en un ataúd gris
los cordones de miseria de Medellín o de brillante. Ante él, doña Lilia se desmayaba
34 Nom b re s p ro p i o s
y volvía en sí, incapaz de ver a su hijo, En la noche, después del entierro, se hizo
a su alegría asesinada. Tavo también una primera novena en la que rezamos
lloraba por quien además era su mejor por las benditas almas del purgatorio.
amigo, su inseparable compinche desde Mientras la gente lo hacía le pregunté
que lo convenciera de dejar la ciudad a la señora Herminia quiénes eran las
para vivir allí junto a él y su madre. benditas almas del purgatorio y ella
Lloraba culpándose por haberlo traído al me respondió con un coscorrón para que
pueblo, en cuanto Nancy se esforzaba por dejará de preguntar bobadas, entonces ya
tranquilizarlo haciéndole entender que lo no insistí más y continué rezando por las
que había pasado no había sido su culpa. benditas almas.
36 Nomb re s p ro p i o s
de las casas de otros barrios y los únicos más querida por todos nosotros, siempre
muertos de los que se hablaba por entonces ofreciéndonos de comer o llevándonos a
eran guerrilleros llegados en mal estado veces al matadero donde nos regalaban
al cementerio, escena cotidiana que sin las vísceras de los marranos para hacer
embargo no nos desvelaba pues ninguno morcilla, o preparándonos también huevos
de ellos era vecino, amigo o pariente. con seso de vaca y cebolla los domingos
por la mañana; era ciertamente como una
Un día el Secre salió de su casa en la abuela para nosotros, los amigos de su
mañana hacia su trabajo en un taller nieto loquito, como solía llamarlo.
de motos. Por andar siempre tan serio
se había ganado desde chico el apodo
que le precedió incluso al anuncio de su
muerte. Ese día estábamos sentados en
la acera frente a la casa de don Andrés,
cuando Resorte, su hermano menor, vino
a contarnos que la abuela había tenido
que ir al hospital a reconocer su cuerpo.
Lloraba mientras lo hacía pero ninguno se
atrevía a decirle nada, porque la muerte,
con la que tanto tiempo convivimos,
nunca había aparecido de frente ni se
había llevado a ninguno de nosotros.
38 Nom b re s p ro p i o s
también, que al lamentarse en realidad cuerpos llenaban rápidamente al aire con
preguntaba por el rostro, la identidad, el su muerte, haciéndolo difícil de respirar.
nombre de los verdaderos culpables de la Pero no podía preguntar nada, hubiera
muerte de Carlos. quedado como una insolente, ya que
a esa edad, al menos en nuestra época,
Al día siguiente salimos en triste caravana nos estaba prohibido preguntar sobre casi
hacia la iglesia, en medio de un calor cualquier cosa.
sofocante que calcinaba la piel. Mientras
caminábamos bajo ese cielo azul marino Así que reservé la cuestión para la escuela
una nube negra se posó encima de nuestras y seguí de cerca el cortejo fúnebre cuando
cabezas, << quizás llueva >>, —dije en éste salía de la iglesia para dirigirse al
voz alta—, <<quizás>>, —me respondió cementerio. Íbamos conversando de la
una voz que nunca supe de dónde venía. vida y de la muerte como envueltos en un
Gracias a esa nube de presagiosa lluvia letargo, sin comprender totalmente lo que
logramos llegar a la iglesia protegidos del pasaba cuando los amigos y los familiares
sol iracundo del trópico. Allí, el sacerdote morían, la noticia llegaba de golpe, sin
oficiante se demoraba en aparecer y al aviso, uno estaba en casa por la mañana,
recinto lo inundaba un silencio revestido y de noche, o al otro día, alguien llegaba
de eternidad y cansancio, posiblemente a como un ave de mal agüero hasta la puerta
causa de la falta de sueño por haber velado de la casa para dar la noticia éramos un
toda la noche al Secre y no dejarlo solo. pueblo pequeño y todos nos conocíamos.
Enseguida, como salido de una caverna,
apareció un hombre joven y bien parecido Cuando llegamos al cementerio
hablando en su sermón del perdón que reconocimos de inmediato al sepulturero,
debíamos dar los buenos cristianos; a un señor viejo y jorobado parecido a la
continuación vino una perorata sobre muerte misma, parado frente a la tumba
la muerte y la resurrección, y entonces en la que iban a dejar al Secre. Tenía
tuve ganas de preguntarle si los muertos un balde con arena, bloques, cemento y
podían resucitar a pesar del espantoso una pala; lo observaba atónita, mientras
hedor que los acompañaba, pues en el los amigos del fallecido depositaban la
calor y la humedad de nuestro pueblo los caja en el suelo para que lo viéramos por
última vez. Asustada, me abrí paso entre saliéramos adelante y pudiésemos dejar
el gentío para mirarlo y me sorprendió su atrás la cerrazón de esa jornada, pues Dios
rostro ceniciento, tan irremediablemente y nosotros éramos buenos.
quieto.
Finalmente, con los ojos arrasados en
La tía Marina continuaba llorando sin lágrimas, repitió unos versículos de la
consuelo y doña Esther miraba incrédula, biblia que todavía recuerdo:
como si la vida se hubiese derrumbado
con la partida del ser querido. Y así, Abre, Señor, mis labios,
entre alaridos y maldiciones, el Secre se y publicará mi boca tu alabanza.
dirigió hacia su última morada, dejándose Pues no te complaces en sacrificios,
llevar lentamente entre varios hombres si ofrezco un holocausto, no lo aceptas.
que empujaron una, dos, tres veces, Dios quiere el sacrificio de un espíritu
hasta que por fin todo el féretro estuvo contrito,
dentro, apagando de a poco el clamor un corazón contrito y humillado, oh Dios,
de los dolientes. Mientras la tarde caía no lo desprecies.1
lentamente y el cementerio se desocupaba,
nos quedamos apenas los vecinos y los Allí estuvimos hasta casi llegada la media
amigos más cercanos acompañando a la noche, tomando café y conversando sobre
vieja que le decía todavía unas palabras la corta vida del Secre, unos contando
incomprensibles a su nieto. las anécdotas vividas con él, otros las
maldades que solía hacerle a los más
De vuelta a la desolada casa un silencio chicos. Me devolví a casa muy cansada,
agazapado en el corazón difícilmente me quité la ropa que traía puesta y la
contenía la rabia y la desdicha de los dejé en el patio, me puse un camisón para
presentes, aun nadie imaginaba que era dormir y me metí en mi pequeña cama de
el primero de muchos y terribles adioses. hospital a vivir las primeras pesadillas de
Esa noche, durante la novena, misia la vida, que aún, tantos años después, no
Esther oró maternal y dadivosa pidiendo terminan.
que nadie más pasase por el dolor que
ella ahora sentía, rogó para que todos 1 Salmo 51, versículos17-19. (Nota de la Autora)
40 Nomb re s p ro p i o s
Jairito Jairito era además el típico niño que molía
a golpes a todo el mundo, le encantaba
Llegan anuncios pelear. Recuerdo que una vez salí de casa
de mariposas negras porque escuché una algarabía en la calle,
una sospecha me asomé y había un tumulto que impedía
se apodera de nuestras firmezas ver lo que pasaba, entonces me acerqué
y cuál no sería mi sorpresa al comprobar
Todo se nos va que Jairito estaba encima de mi hermana,
entre los párpados cerrados golpeándola a puño limpio. Y mientras ella
sin pavura más lloraba él más le pegaba. Furiosa ante
sin ninguna costumbre
vamos entrando en ese lugar común
con nuestros muertos
sin nada de prisa
nada de lloros
para sublimar el instante
42 Nom b re s p ro p i o s
al presunto miliciano, al hipotético ladrón, al qué hacer, además de esperar. Ya se había
aparente vago, al supuesto mariguanero, en averiguado sin éxito en el hospital y en
fin; cualquiera que anduviera mal parqueado la morgue, por lo que aún pervivía la
recibía su sentencia anticipada. Así se desató el esperanza de que en cualquier momento
infierno en las calles del pueblo y se volvieron Jairito apareciera. Pero nada. Por la noche
cotidianos los desfiles de dolientes, viudas y la gente se iba retirando hacia sus casas,
huérfanos a las tres de la tarde. Durante más deseando que a la mañana siguiente todo
de quince años no hubo un solo día en que estuviera bien. No era la primera vez que él
las campanas de la iglesia no doblaran por se perdía provocándole un susto a la familia,
alguien, en realidad, el milagro era que no lo incluso lo habían mandado un tiempo a la
estuvieran haciendo por uno. costa a ver si por allá su cabeza se asentaba,
pero lo cierto es que las personas no cambian
Una mañana de diciembre doña Hilda pasó de súbito y él era necio y travieso desde
por cada una de las casas del barrio donde la cuna. La vida de estos muchachos se
suponía que Jairito, su hijo desaparecido había convertido pues en un constante
hacía tres días, podría encontrarse. Él fue el drama para aquellas familias incautas,
último de la larga prole que concibiera. Era que al principio no sospecharon, —ni tenían
una mujer bella, maternal, que siempre nos porqué—, de que con cada amistoso saludo
hacía pasar hasta la inmensa cocina cuando de sus hijos a algunos de esos jóvenes policías
íbamos a su casa, donde unas ollas igualmente que rondaban el pueblo, estrechaban en
grandes, llenas de comida, nos aguardaban. realidad las manos de sus propios verdugos,
Todos emprendimos entonces la búsqueda de los destructores de su vida.
de su muchacho sabiendo quizás dónde
encontrarlo, pero esa mañana la zozobra y la Por la mañana temprano nos sacudió la
amargura enfriaron nuestros corazones como noticia. Lo habían encontrado muerto
una ráfaga de viento que se aleja y vuelve, en una zanja, degollado, con signos de
presagiando las nefastas noticias que luego tortura, la cabeza casi cercenada, como si
vendrían. lo hubiesen querido matar mil veces. La
conmoción de los vecinos, sin embargo,
La preocupación comenzó a impregnar el no se comparaba a la de su madre, que
ambiente de la cuadra pues nadie sabía a partir de ahí experimentó la rápida
e indetenible vejez que producía la produce en mi alma el repique de las
devastación del mundo en que vivíamos. campanas que anuncian de nuevo las
Apareció, sí, porque los muertos de tres y hace que asista otra vez a todos
mañana tenemos que enterrar a los de los funerales. Estoy callada, ahora oigo el
hoy, porque la vida, al fin de cuentas, no murmullo de la calle intentando apagar
puede ser una completa canallada en la inútilmente este recuerdo, este breve
que los asesinos del amanecer, disfrazados retorno a la vida de la voz de los ausentes.
de maridos, padres, amigos, estiran los
pies en la cama y continúan inocentes a “A dónde van los desaparecidos”
lo largo del día. Apareció, en definitiva, Rubén Blades, Desapariciones.
para que lo recordáramos y lo lloráramos
sintiendo su muerte como ninguna otra. No caminan por la calle
desprevenidamente
<< Me lo mataron, me mataron a mi niño, No van a sepelios
—gritaba doña Hilda en el paroxismo del a campos de paz
dolor— pero por qué, Dios, lo permitiste, si o al cementerio universal
sólo era un niño>>¬—, lloraba dirigiéndose No los vemos en el bar de siempre
a un cielo incapaz de darle respuesta brindando por la vida
o consuelo, aunque en realidad, nadie “Pues todo es oropel”
habría sido capaz de dárselo. Así, la hora No les dieron ocasión
de un entierro se vuelve la hora suprema para despedirse de la madre
de la humanidad, el momento en que ni de los amigos
todos nos vamos al hoyo con el muerto, A dónde realmente van
no al baile, como dicen por ahí, ya que los desaparecidos
una parte de nuestro cuerpo y de nuestra Pregunto
memoria queda sepultada con él. Tal vez
a una fosa común
Hoy, mientras escribo, es imposible no como seres invisibles
verme reflejada en el devenir de nuestra quizá
historia, en ese llanto de nuestras madres, a una ceremonia con la providencia
hermanos y amigos de infancia que o a una fiesta sin previa invitación
44 Nom b re s p ro p i o s
A dónde van
oh Dios
atiende nuestra súplica
has que los infames hablen
de una vez y para siempre
o fenezcan de la misma forma
Pero responde
a Marta
la vieja
a dónde van
a dónde van
MQ
Herminia me pidió que la acompañara,
decía que Armenia no iba a pasar por
buenos momentos y entonces, más por
escasez que por gusto, decidí emprender
junto a ella un largo viaje. El camino que
terminé recorriendo me llevó a San José
del Guaviare, un pueblo de infinita belleza
que se confunde con la espesura de la selva,
formado por casas de barro construidas a
MARÍA, la orilla de un río de aguas torrentosas,
tristes como la lluvia, en donde el eco de los
LA MEMORIA, gemidos y la angustia probablemente aún
se esconden. Recuerdo que todos los años
EL GRITO Y LA por el mes de febrero llegaban familias de
indígenas a ofrecer sus obras tejidas con la
TIERRA mejor palma, la palma de curame Pueblo,
en fin, impregnado de olores, silencios,
soledades y ausencias indefinibles.
46 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
Título: Retén marino
Autor: Jovanny Galeano Muñoz
Allí, los labriegos que bajaban a pie hasta pueblo. Aún recuerdo los días en que
el pueblo, cargados de plátano, yuca y aparecían fajos de billetes en las canecas
cacao, o halando sus burros repletos de de los baños, era la generosa propina de
frutas y legumbres para ser vendidas en los nuevos visitantes. Entonces los sacaba
la plaza principal, contaban mientras con cuidado, sin miramientos, sin asco, y
compartían un tinto, un guarapo o una luego acabé sintiéndolos como parte de
cerveza, las historias de muerte que sufría mi paga, sin cuestionar el dinero fácil o el
la región, como la de aquel líder nukak que derroche. Así San José se fue inundando de
se suicidó de tristeza al ver el sufrimiento dinero, fiesta, peleas de gallos, pasquines,
de su pueblo.1 desolación y muerte. La tensión y la
incertidumbre se convirtieron en el pan de
Esas historias sin embargo no le cada día.
importaban a la mayoría de la gente, su
consigna era ganar dinero y la milagrosa Por esta época empecé a sentir unos
hojita verde empezaba a dar sus frutos. fuertes dolores de cabeza que se hicieron
Pero así como los jóvenes, las fachadas, cada vez más frecuentes, viniendo luego
las calles de repente cambiaron de ropaje, acompañados de fiebre y escalofrío. Los
así mismo hasta las casas de las familias conocidos me decían que no andaba de
más afincadas del pueblo comenzaron buen semblante y los médicos al fin
a cerrar sus puertas antes de las 8 de la concluyeron que estaba embarazada y
noche, temerosas del rumor de que habían que éste no iba a ser un embarazo fácil,
llegado hombres armados desplazándose por lo que me recomendaron viajar a
por las calles, visitando los negocios e Bogotá. Como apostándole a una lotería
instalándose en los hoteles. salí con las pocas cosas que tenía y llegué
a la ciudad.
Yo trabajaba lavando baños en alguno de
los extravagantes restaurantes y negocios Ésta me recibió con una llovizna que
que comenzaron a diseminarse por el atravesaba hasta mis huesos y bajo la
cual se movía una muchedumbre de traje
1 Mow be,líder Nukak asumió la vocería de más de 200 oscuro y aspecto sombrío que escondía
indígenas que llegaron desplazados a San José del Guaviare y
se suicidó en octubre de 2006. (Nota de la Autora).
su rostro bajo los paraguas. Era como si
48 M ar í a , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
toda la ciudad estuviera de luto. Llevaba Por algún tiempo mi techo fue un puente
apenas el pedacito de carne que crecía en y el grupo de parceros que lo habitaba
mi vientre, una bolsa con dos mudas de mi familia; mientras tanto hacía gala de
ropa, el teléfono de una amiga que nunca un talento increíble para disimular las
me contestó y cien mil pesos. Llegué a una ganas de llorar, talento para contener
posada, una casona en el centro, cerca a la esas ganas inmensas de gritar. En las
plaza de Bolívar, vieja, húmeda, barata, a noches el frío era tan insoportable que
tres mil pesos la noche, aunque el dinero ocasionalmente conseguía dormir y con
difícilmente me alcanzaba. Sabía que si frecuencia me asaltaba la visión de
dejaba de pagar un solo día me sacarían mí misma sentada en esa silla rímax
del lugar sin ninguna contemplación, por en medio de la oscuridad. Entonces
eso conseguir para la posada y las visitas comenzaba a suplicar, a pedir a gritos
al médico se me convirtió en un rebusque desde mis entrañas que algo sucediera, lo
diario. necesitaba, lo intuía, me obsesionaba. Una
noche estuve con una ansiedad profunda,
Entre tanto mi barriga crecía. Un día no el día me había encontrado con un
pude reunir los tres mil pesos y le pedí sinsabor, con una sensación parecida a la
prestado a unos vecinos que me recordaron desdicha, el tiempo era implacable, hostil,
inmediatamente la deuda que tenía en el mi niño me acompañaba y los dolores de
restaurante. Entre la angustia y el desespero cabeza y el escalofrío eran cada vez más
completé apenas dos mil, y así, casi sin darme recurrentes.
cuenta, sin tener tiempo para reaccionar, la
noche me sorprendió en medio de la calle. El rumor de que nos iban a sacar de aquel
Como último recurso y tratando de ignorar sitio se confirmó el día que el puente fue
el frio, le obedecí cabizbaja a mis pasos que cercado por el ensordecedor ruido de las
finalmente me llevaron a una calle estrecha, botas y las explosiones. El olor a gas
cerca de un parque del centro, donde me hizo correr desesperadamente con
habitaba una gran cantidad de personas de el niño a cuestas, bajo un sol húmedo,
distintos lugares del país; allí entre carretas sin sospechar jamás que ese camino me
llenas de reciclaje y en una silla rímax sin llevaba, a punta de sacrificios, a un
espaldar, pasé mi primera noche en la calle. nuevo destino.
Poco después de eso, un hombre severo, Una vez allí volví a tener contacto con el
autoritario, gruñón, me tomó por los padre de mi hijo, un extranjero con quien
hombros y me llevó a trabajar a un nunca había sostenido una verdadera
restaurante. Fue así que pasé buena parte relación y que, inesperadamente, se
de los años que siguieron, soportando mostraba empeñado en compensar su
las largas jornadas y el trabajo pesado, ausencia llevándose al niño a su país,
celebrando y divirtiéndome cuando podía. garantizándole las oportunidades que
jamás tendría aquí conmigo. Acepté con
Pasaron seis o siete meses cuando por gran dolor, obedeciendo al profundo amor
casualidad di con Roberto, un hombre que una madre siente por sus hijos.
enamorado de su oficio de constructor
que aceptó andar conmigo, hasta que A San José había regresado por presión
tomamos la determinación, medio y soledad, pero ya no era una forastera,
repentina, de vivir juntos. Así comenzamos me conocían y por eso pude hacer parte
a trabajar para mantener a nuestra nuevamente de la vida del pueblo, de
familia, nos amábamos, nos odiábamos, otra forma no, pues el conflicto hacía que
nos comprendíamos, nos encontrábamos los grupos armados ejercieran un control
en los sueños y nos separábamos en las permanente sobre la entrada y salida de
frustraciones, en fin, era mi esposo, mi las personas. Conseguí un trabajo en el
compañero de vida. Sin embargo una almacén El Proveedor, el más grande del
noche no regresó más; tiempo después municipio, pero San José ya no era el mismo.
supe que lo habían asesinado por andar La tensión por el negocio de la coca había
rebuscándose la vida en negocios peligrosos llegado al límite, el dinero escaseaba y la
con gente ambiciosa. tierra olía diferente, a cadáver. Los gritos
silenciosos de los muertos reclamando por
Estaba conmocionada y sumida en la la vida perdida recorrían el pueblo.
mayor desolación, entonces resolví regresar
a San José del Guaviare, esperando que la Los días que siguieron los pasé atormentada
vida me regalara un mejor porvenir. A mí por una enorme tristeza, pero ese dolor
también me habían asesinado por dentro, fue lentamente transformándose en un
me habían arrancado nuevamente la fe. profundo deseo de recomenzar. Tras
50 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
unos meses conocí a un hombre alegre y
conversador con quien más tarde me casé
y me fui a vivir al Retorno2. Aquellos
días fueron de mucho trabajo, las manos
nos hacían olvidar los pensamientos.
Trabajábamos en silencio, y así, en silencio,
el proyecto de tener una tierra para
nosotros se hizo realidad, la Santa Rosa, así
llamamos a ese pedazo de tierra que para
mí era el mundo. Era una tierra hermosa
y próspera que nos abría el camino para
vivir la vida que queríamos. Pero la
guerra le resta valor a la vida, impone el
precio de la muerte, carcome la dignidad;
lo cierto era que toda la región vivía una
situación verdaderamente dramática.
52 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
los días. Entonces le dije a mi esposo que <<cagada porque eso no lo hacen ni los
hablara con el comandante porque ya iba mismos guerrilleros, ustedes son solo unos
a cumplir ocho meses de embarazo. Había lambones>>.
otras tres mujeres embarazadas conmigo,
pero mi estado era el más lamentable pues Ahí supe que algo iba a suceder; observé
me encontraba en las últimas semanas. sus rostros enfurecidos mientras se decían
<<oiga lo que dice esta vieja>>. Con temor
Por primera vez el comandante dio intenté caminar hacia donde estaba el otro
una muestra de compasión, me dijo grupo pero sentí que me halaron el cabello
que trabajara dos días más y que ya con rabia, me derribaron y me destrozaron
luego podría irme a descansar a casa. la ropa que tenía puesta. Intenté gritar y
Nuevamente madrugué al siguiente me taparon la boca, recuerdo que uno de
día, siempre con dolores, los cólicos no ellos dijo: <<esta vieja está embarazada
cesaban, los pies cada vez más hinchados. pero está buena>>.
Aquella mañana había llevado un tarro
de salchichas y un pan para calmar el Evidentemente abusaron de mí, yo me
hambre durante la jornada, pero llegado el defendí, alcancé a correr como un metro
corto momento concedido para el descanso con la esperanza de llegar al lugar donde
ni pan ni tarro aparecieron. Extrañada, le estaba trabajando el otro grupo, pero
pregunté a unas muchachas muy bonitas fue imposible. Había una miliciana muy
que había por ahí y me advirtieron que joven que intentó defenderme, pero la
unos milicianos se los habían comido. amenazaron y la obligaron a agarrarme
bien fuerte las manos para impedir que me
Desesperada por el hambre y los terribles fugara. Recuerdo perfectamente la tristeza
dolores les reclamé que se hubieran de su mirada en ese momento, la lágrimas
llevado mi único alimento, les alegué que corriéndole por el rostro. Ese sentimiento,
estaba embarazada y necesitaba comer sin embargo, no fue consentido y al ver
bien. Me miraron con desprecio y uno de su llanto le dispararon en una pierna.
ellos me respondió, <<sí, yo me lo comí y Estaban intentando cortar con un bisturí
qué>>. Sentí que me quemaba por dentro, mis partes íntimas para poder abusar más
lo miré a los ojos y le dije llena de coraje, fácilmente de mí, cuando comencé a sentir
los dolores del parto y un río de sangre que 18 puntos. Entonces empezaron los dolores
se deslizaba entre mis piernas. En eso otra que sin duda han sido los peores de toda
de las milicianas dijo: <<yo me voy así mi vida. No teníamos nada, ni siquiera
me maten>>, e intentó correr, pero uno de un algodón. En medio de esa agonía le
esos desalmados le enterró una puñalada pedí a Manuel que alistara el agua
en la pierna que no evitó que escapara y y desinfectara el cuchillo de la cocina,
pudiese llegar al lugar donde estaba el otro mientras le imploraba a mi cuñadito de
grupo. Allá logró contar todo lo sucedido ocho años que me ayudara, pero él era
y cuando llegaron me encontraron en el un niño, y con susto e impresión, me pidió
suelo, con el corazón enterrado, sin siquiera que lo mordiera si era necesario. No tuve
poder llorar. Siempre será indescriptible lo más remedio que levantarme, no sé de
que sentí en ese instante, no quería seguir dónde saqué fuerzas, pero mi hija nació,
respirando, pero el movimiento de mi hija yo sola la recibí, estaba viva, la sentía
dentro del vientre me llenaba de fuerza llorar aunque su rostro estaba lleno de
para continuar. golpes. Después de ese momento no sentí
nada más, mi cuerpo y mi espíritu por fin
El Comandante, con una rara indignación, se derrumbaron.
le dijo a mi esposo: <<Vaya y atienda
a su mujer, pero no salgan del caserío Me desperté cuando ya íbamos en un
porque los mato>>. Entonces él y otros potrillo3 remontando el río Inírida, mi
ocho obreros me llevaron a la casa; en ese esposo a su vez llevaba a la niña en
momento no sabía cuál dolor era mayor, otra canoa. Cuando llegamos al Retorno
la herida, recordar lo que me hicieron, o íbamos muy mal, una trabajadora del
pensar que podría perder a mi hija. centro de salud de allí nos indicó que
solo en San José podrían atendernos.
De ahí en adelante todo cambiaría. Ahí Manuel no aguantó más, el llanto
Manuel temblaba del dolor y la rabia se apoderó de su cuerpo y se derrumbó
que lo invadieron, e intentaba pensar totalmente. Teníamos que continuar y
solamente en la niña. Con sus manos
temblorosas y una aguja capotera, pues 3 Canoa enteriza, construida utilizando el tronco de un
árbol; es un medio de transporte muy utilizado en las costas y
en el momento no había más, me tomó ríos de Colombia. (N. de la A.)
54 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
Título: Femina ludens / Autor: Jovanny Galeano Muñoz
en el centro de salud nos embarcaron en Todas las noches lloraba a mi hija con el
una ambulancia, pero llegando a Caño corazón lleno de rabia, y en mis sueños no
Mico4 un grupo de guerrilleros se dio lograba salir de un río de barro. Tenía
cuenta que nos dirigíamos hacia el pueblo miedo, trataba de superar lo sucedido
e intentaron acabar con la ambulancia a pero en mi mente solo veía su carita
tiros; ésta consiguió pasar pero ya la niña desteñida, sentía sus latidos vibrando
moría a lentamente. en mi cabeza y la voz de mi esposo
que llegaba por momentos. Después
En el hospital de San José no había pediatra de mucho llorar, la rabia finalmente
y Manuel, con ayuda del ejército, se fue me abandonó y fue remplazada por
en una avioneta con la ilusión de salvarla, la fuerza y la frialdad necesarias para
pero fue inútil. Alrededor de la 1 y 10 de tomar la determinación de levantarme.
la madrugada escuché por los pasillos del
lugar que la niña había muerto. Nos contaron que nos habían quemado
la casa y la finca por la que tanto
Manuel tuvo que enterrarla solo. Yo ya trabajamos para levantarla. Manuel
llevaba muchos tiempo en el hospital y entró en un estado de locura y una
no me recuperaba, entonces uno de esos mañana no amaneció, lo busqué,
días decidí escaparme y refugiarme con pregunté por él sin obtener respuesta. A
Manuel en casa de una señora amiga las pocas horas me llegó el rumor de que
que nos dio posada, comida y ropa. Allí se había ido otra vez para el monte y sí,
estuvimos escondidos varias semanas, alcanzó a llegar hasta La Golondrina y
hasta que nos enviaron en una bolsa los ahí mismo lo cogieron y se lo llevaron
dedos de mi cuñadito, un niño de apenas para La Paz otra vez. Como era de
ocho años que no sabía qué estaba esperarse, lo amarraron y le quemaron
sucediendo; así de envenenada estaba el la espalda con una marca de ganado,
alma de esos hombres. lo apuñalaron y lo tuvieron dos noches
así, tal vez esperando que se muriera de
a poco, pero las cosas que no tienen que
4 Caserío construido alrededor de un caño afluente del pasar no pasan. Uno de los trabajadores
Río Guaviare, en la vereda Nueva Primavera, en el Departamen-
to del Guaviare. (N. de la A.)
de la finca se dio cuenta que lo tenían
56 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
amarrado y se arriesgó a soltarlo, le dio recuperarse, no le encontraba ningún
un arma y lo dejó ir. sentido a la vida, se refugió en el alcohol
y no quiso salir más de ahí.
Los disparos iban y venían. Manuel mató
a un miliciano y a él le rozó una bala en la Yo perdí nuevamente a mi esposo, parecía
nuca. Malherido se tiró al río y logró llegar condenada a estar sola porque él había
al Retorno con ayuda de Pedro Ariza, el muerto en vida, y me culpaba. A veces, en
hijo de Don Carlos Ariza, dueño de buena las noches en que el alcohol lo enloquecía,
parte del pueblo. Allí el Padre le brindó que eran casi todas, abusaba de mí,
refugio y lo mantuvo a salvo todo el día, gritaba que estaba sucia, que ya no era
hasta que en la noche pudo tomar una moto la misma, que las cicatrices le recordaban
y llegar nuevamente a San José, donde a los hombres que habían pasado por
permanecimos escondidos casi dos meses, con ahí: << ¿Por qué dejó que mataran a la
la zozobra permanente de que la muerte niña y que esos hombres la jodieran?>>
nos alcanzara. En las noches Manuel se Y repetía: << Me mataron a mi hija, a
despertaba gritando que lo dejaran, porque mi hermano, me quitaron la tierrita, me
en medio de todo quería vivir. jodieron a mi esposa, qué queda ya>>.
La policía supo que estábamos escondidos Yo siempre pienso que mi hija está en el
y por eso cada vez nos frecuentaban más; cielo y sabe que no fue que no quisiéramos
les pedimos que no volvieran porque sus tenerla, sabe que me la arrebataron y que
sospechas y sus visitas nos ponían en no permitieron que viniera a este mundo.
riesgo y ya era justo que nos dejaran en Por eso un día tomé la decisión de no
paz, pues no soportábamos un nuevo dolor continuar llevando más cargas injustas,
en nuestras vidas. Decidimos alejarnos de el cuerpo me pesaba, el alma me dolía.
todo, buscar un lugar para vivir aunque Mi esposo y yo habíamos padecido esta
realmente ya no éramos los mismos. Esta historia pero para mí el sufrimiento era
tragedia había devastado profundamente mayor, porque si bien las heridas del
nuestros sueños, el amor que nos teníamos, cuerpo sanan, el dolor de haber perdido
la esperanza que nos sostenía firmemente. un hijo de esa manera tan cruel no tiene
Con la fe perdida Manuel no pudo consuelo. Ahora miro mi cuerpo y sé que
Título: A los no natos de la guerra
Autor: Jovanny Galeano Muñoz
58 M ar ía , L a me mo ri a , e l g ri to y l a ti erra
quedaron muchas marcas, sé que ya no Manuel anda por ahí, entre copa y
soy la misma, sé que las marcas de las copa, más trastornado que nunca. Lleva
heridas son imborrables y ya no duelen, tristemente entre sus cosas unas cuatro
aunque el dolor que se siente por dentro fotos de la niña, golpeada, morada, ya
cuando pienso en todo lo que pasó no cesa. muerta. Ese vacío en su pecho fue tan
En la guerra todos pierden, pero un día definitivo que jamás podrá cerrarse.
me levanté, miré el cielo de otra manera y Decidí entonces separarme porque mi
me dije a mí misma: “No, ya no más, aquí amor propio sí me permitió levantarme,
estoy, estoy viva”. Nuevas motivaciones las mujeres somos más fuertes que los
brotaron en mi vida. hombres ante las adversidades y eso nos
llena de tenacidad. Ahora tengo dos hijas,
Me refugié en Dios, me confortaba y no me la mayor ya tiene 17 años pero hasta hace
juzgaba, tan solo me escuchaba y creo que muy poco se enteró de lo que nos había
lo sigue haciendo. Sin embargo esos días sucedido, no había querido contarle, no sé
no dormía pensando en venganza, quería si por miedo o vergüenza.
meterme en algún grupo armado para
aprender a defenderme, a usar las armas, A San José llegó un proyecto de formación
a moverme bien por la selva. Inquieta por teatral, jamás había hecho teatro, no sabía
ese deseo contacté un grupo en San José con que era eso, pero cuando me acerqué a
quienes estaba todo listo, cuando una tarde una de las clases me gustó, me llenó de
yendo para La Concordia5, por el Trincho6 motivación y continué asistiendo sin faltar
, los asesinaron. Esto me sirvió para pensar a una sola. Comenzamos trabajando la
mejor en lo que estaba haciendo y fue así respiración, localizando el centro de cada
que me reafirmé en Dios, sin reclamarle uno, buscando el movimiento. Pensaba
nada, pues todo lo que pasó fue en parte a que el teatro se parece a la vida misma,
causa de nuestras decisiones. la memoria que hasta entonces me hacía
tanto daño, se convirtió en instrumento
de creación y sentí que era la primera
5 Puerto Concordia, municipio ubicado al sur del de- vez que me redescubría sin los acosos de
partamento del Meta cuya cabecera se localiza en la margen
izquierda del río Ariari. la guerra.
6 Zona Selvática cerca al municipio de Puerto Rico,
Meta. (Notas de la Autora.)
Antes solía mantener oculto lo que cuento vivía prisionera en él, prisionera de los
ahora, lo escondía, lo sufría en silencio, músculos, de los huesos, de los nervios.
lloraba continuamente en las noches sin
que nadie pudiera darme ese consuelo Paradójicamente estaba compartiendo el
que en vano buscaba en el guarapo, en la espacio con desmovilizados de la guerrilla
parranda. Creo que una fe inquebrantable y las Autodefensas que no sabían
hizo que el teatro apareciera en mi camino. exactamente quién era yo. Iniciamos las
Cuando me hablaron de él solo imaginaba prácticas teatrales, —yo sacaba todo el
risas, payasos. Nunca imaginé que llegase dolor de mi cuerpo, expurgaba dolores
a ser tan importante, tan especial para ocultos¬— y trabajábamos en una historia
personas como yo que hemos vivido y en la que yo sería la protagonista. En el
sufrido dolores tan profundos. El teatro grupo había incluso personas conocidas,
me permitió romper con el miedo y sentir reconocí por ejemplo a la miliciana que
que aquel era mi espacio. Un día le dije aquella vez recibió el disparo, no nos dijimos
al maestro: <<necesito hacer algo con lo nada al comienzo pero las dos sabíamos
que llevo por dentro porque si no me voy que necesitábamos de ese encuentro.
a morir, si este dolor no me ha matado
lo hará el silencio. Solo quiero que no me Continuamos con el montaje, cada día
tengan lástima y dar a conocer mi historia expurgaba y sacaba los dolores ocultos
para que la gente sepa cómo sufren tantas de mi cuerpo en tal vez la mejor de las
personas. Quisiera enseñar algo, decirle a terapias. Cuando hicimos la función de
muchas mujeres que hay que vivir la vida estreno en la plazoleta de la gobernación
con verraquera>>. del Guaviare sucedieron tres cosas muy
importantes. La primera fue que mi hija
Aunque sabía que iba a ser muy duro vio la obra y lloró de la tristeza que le
le conté al maestro todo lo sucedido y produjo, preguntó a quién le había sucedido
empezamos a trabajar, entendiendo que todo eso y así se enteró de que esa era mi
el teatro era amigo íntimo de la memoria. historia. Cuando salí de escena me abrazó
Mi cuerpo, tantas veces reprochado por y lloró desconsoladamente. La segunda fue
mí, impregnado de cicatrices y de historia, que desde entonces dejé mi sufrimiento, mi
era la principal herramienta. Descubrí que cólera y todo aquello que me carcomía;
60 M ar ía , L a m e m o ri a , e l g ri to y l a ti erra
me di cuenta de que el teatro me había a muchos hombres y mujeres. Ahora sé
liberado. Y la tercera fue muy especial. Al que lo que realmente produce la guerra
siguiente día tocaron la puerta de mi casa es deshumanización, odio y destrucción.
y era Cecilia, la miliciana que obligaron Aprendí con el teatro que todos los que
a sujetarme mientras aquellos infames estábamos allí guardábamos inmensos
me destruían. Venía acompañada de un dolores, unos por terminar convirtiéndose
muchacho del grupo teatral que también en victimarios y otros por todo el daño
había sido guerrillero. Me preguntó: << recibido.
¿Usted estuvo en La Paz cierto? ¿Usted fue
la que perdió una niña recién nacida?>> He tenido inclusive la oportunidad de seguir
Yo le contesté que sí y ella rompió en encontrándome con personas de grupos
llanto pidiéndome perdón. Me dijo: <<Yo armados. Una vez llegó gritando un herido
fui la del disparo, la que la agarró de las a la vereda donde hasta hace poco vivía:
manos, perdóneme, yo no quería eso, pero <<sálvenme, sálvenme, quiero volver a ver
ahí no podía hacer nada>>. Era cierto, mi mamá>>. La guerra hace que esas cosas
ella no podía hacer nada, estaba a merced pasen; las mismas cosas que él gritaba las
de unas fieras. Cecilia logró escaparse con grité yo en su momento, solo que esa vez
un novio que asesinaron antes de coronar pude hacer algo por él y me sentí bien. Lo
la fuga, y ahora que el tiempo ha pasado curé, le di comida y logró recuperarse. Esto es
y somos amigas, nos comprendemos y lo que me ha enseñado la vida. No guardo
andamos pendientes una de la otra. odios, tengo mucho amor para dar.
62 M em o ri a d e v i d a y m u e rte
Autor: Omar David Taborda Perneth
Pensé en exponerle de forma precisa los extenuantes caminatas por toda la zona
resultados de los estudios sobre el impacto selvática donde finalmente se construyó la
ecológico y humano que, junto con otros represa de Urrá, así como también de mis
investigadores, anunciamos que traería la observaciones etnográficas y mis charlas con
construcción de los embalses de la Central los Emberas y colonos sobre sus problemas
Hidroeléctrica de Urrá1, tanto para la y sus maneras de vivir en las vegas del
comunidad indígena Embera2 como para río Sinú y del alto San Jorge; le describiría
los colonos que habitan la región sur del las ciénagas y los afluentes de aquellos
Alto Sinú. Así que tendría que seleccionar ríos que proveían de alimento a todas esas
los textos de los informes que había escrito comunidades, le contaría de las familias
para la Fundación Interamericana del que vivían en tambos construidos justo
Banco Mundial y Corelca3, las entidades en la frontera boscosa, de los gigantescos
que nos contrataron para realizar dichos árboles de roble, florisanto, ceiba y camajón;
estudios. de los pájaros anidando en las alturas para
salir después en bandada alborotando la
Aunque luego me dije que para hacer una quietud del bosque, de los niños que eran
entrevista aún más interesante, le enseñaría criados y educados alrededor de aquellas
a la periodista el libro Impactos Sociales del fuentes de agua desde mucho tiempo
Proyecto Hidroeléctrico de Urrá4, que escribí antes de la llegada de los conquistadores
junto con mi esposa Bertha, el profesor y saqueadores de tumbas al final del siglo
Misael Díaz Urzola, Ángel Massiris, XV y comienzos del XVI.
Roberto Yances, y los investigadores
asociados Antonio Cardona y Oscar Díaz. Me convencí de que daría una formidable
Además, le hablaría también sobre el libro entrevista y que mis textos alcanzarían
que publiqué en Montería en junio del 92, una relevancia aún más importante entre
Problemática Social de los Aborígenes de los demás del área a nivel nacional e
Córdoba, a Propósito de los 500 Años del internacional.
Descubrimiento de América5.
Miré por una ventana del salón. Un conjunto
En efecto, ya me imaginaba hablándole de nubes bajas, cargadas de humedad
a la periodista sobre mis extensas y avanzaba con lentitud. No había forma
64 M em o ri a d e v i d a y mu e rte
en ellas, solo presagiaban lluvias
intempestivas y sobresaltos de Era impresionante cuando a veces
truenos como descargas en una las primeras luces de la madrugada
guerra silenciosa que estalla sin trascurrían muy rápido y me sorprendían
aviso alguno y a la distancia. en mi estudio frente a la máquina de
escribir eléctrica Brother, elaborando,
—Se parecen a las que rondan escribiendo, reescribiendo documentos
el nudo del Paramillo6—, pensé. sobre el quehacer pedagógico, y en especial,
Entonces recordé el ambiente sobre un tema apasionante que ahora
cargado, tenso, del campamento veo como uno de los ejes esenciales de la
en Urrá donde llevábamos a educación en Latinoamérica y el mundo:
cabo las encuestas para el censo el medioambiente. —Sí. Esta va a ser la
de la población que iba a ser preocupación más profunda que tendrá
reubicada. Siempre llegaba con la sociedad en el futuro más próximo—, le
los nervios crispados por el temor decía a Bertha.
de un asalto de la guerrilla del En este cuarto tengo ordenados archivos
E.P.L7 que se asentaba ahí. históricos, libros, y casetes de grabaciones
que realicé en mis diversos viajes, y
—Alberto, no te preocupes, mira ahora organicé en las paredes columnas
que si estás nervioso nos pones de folios y revistas universitarias que
nerviosos a nosotros también. Lo abordan el tema medioambiental en
mejor es que te vayas para tu Europa y Norteamérica. A mis dos hijos,
casa y desde allá coordines todo—, Carolina, la mayor, y Luis, no les importa
me decía el antropólogo Antonio la aglomeración. Siempre hay motivos
Cardona. para jugar, correr por los estrechos pasillos
y esconderse detrás de las puertas de los
Fue en ese instante del recuerdo, cuartos.
cuando empecé a creer que no le
había mencionado nada sobre la Pero Bertha piensa que será mejor
entrevista que me iban a hacer ni cambiarse a una casa más amplia y
a mi esposa ni a mis hijos. menos circundada por esos autobuses
Autor: Omar David Taborda Perneth
que pasan veloces por la avenida cuarta, en qué momento se encaneció; porque
haciendo mucho ruido de bocinas, y con cuando llegué a Córdoba, por el año 76,
esos muchachos colgados de las ventanas y me integré como profesor de sociología
vociferando los barrios a donde se dirigen, y metodología de la investigación en la
o acercándose peligrosamente a las aceras universidad, aun mis cabellos guardaban
para dejar a los pasajeros estudiantes que el brillo azabache de los campesinos de la
vienen de la universidad. tierra cafetera donde nací y estudié. —Este
sol de la sabana es muy verraco—, pienso a
Recuerdo que no tuve tiempo de decirle veces, y otras, lo pronuncio a voz en cuello
nada sobre la entrevista que me iban a cuando tengo clases a las dos de la tarde. O
hacer. también cuando camino por todas aquellas
veredas de San Pelayo, donde inicié mis
—Bueno, todavía puedo. Ya casi termina trabajos etnográficos que me llevarían a
esta reunión. Voy rápido al edificio escribir uno de mis textos más preciados:
administrativo de la universidad, arreglo Situación del campesino Músico8, que
un par de cosas en la oficina del Comité de publiqué en 1980.
Investigaciones y alcanzo a llegar para el
almuerzo, y ahí le cuento a Bertha y a los En ese momento me llama Bertha para
niños—, pensé. decirme que mi amigo Alcides me está
esperando del otro lado de la línea telefónica.
Los laureles que sembré cuando apenas Lo invité para que estuviera también en la
empezábamos a levantar la casa Bertha entrevista.
y yo amainan un poco el sol y el calor
abrasador de julio. —Mira Alberto, no voy a poder
acompañarte porque tengo a un sobrino
Hablo un poco con mis hijos y mi esposa, con un brazo partido y debo llevarlo a
después me levanto de la mecedora y me la clínica—, fue lo primero que me dijo.
dispongo a tomar un baño. Al mirarme en —¡Eh! Usted si es guevón, se perdió de
el espejo observo que mi barba blanca está una oportunidad de oro de mostrar lo
un tanto desaliñada. Empiezo a recortarla, que estamos haciendo en el colegio—, le
a redondear sus márgenes. No recuerdo contesté.
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Autor: Omar David Taborda Perneth
Autor: Omar David Taborda Perneth
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Juntos elaboramos, con el acompañamiento Ahora son las cinco de la tarde y el sol
del Centro de Estudios Ambientales inicia su descenso. La brisa que viene del
de Córdoba9, la propuesta pedagógica río mueve las ramas de los laureles. Estoy
llamada Semiescolarización tutoriada, una listo.
alternativa para el desarrollo ambiental
local, y Alcides consiguió unos lotes en No me gusta abrir la puerta de la calle.
las afueras de Planeta Rica para construir Nunca atiendo los llamados insistentes
una escuela que más tarde se convertiría del timbre. Sin embargo, esta vez lo voy
en el lugar de aplicación de los proyectos a hacer porque ya es la hora destinada
de investigación de un postgrado en la para recibir a la periodista e iniciar la
universidad que llamamos Desarrollo entrevista.
Educativo Ambiental10. Todo este trabajo
mereció el reconocimiento del Ministerio Me sorprendo al observar que no es una
del Medioambiente, la Organización de mujer quien espera afuera.
los Estados Americanos11, y se convirtió
en modelo para ser replicado en países —¿Es usted el profesor Alberto Alzate
europeos. Patiño?—, me pregunta el hombre con
voz profunda.
Este reconocimiento nos unió aún más —Sí. ¿Qué se le ofrece? —, le respondo.
en la amistad, y en especial en las
discusiones, a veces acaloradas, que Y sin mediar más palabras aquel extraño
sosteníamos en las diferentes reuniones hombre saca una pistola y descarga veloz
con el gobierno nacional. Es más, algunos el primer disparo que entra por mi barbilla
días atrás habíamos estado en Bogotá y astilla detrás mi cráneo. Luego, al caer
y cuando salimos de aquella reunión mi cuerpo en la sala, hace tres descargas
en el Ministerio de Educación, le dije a más metiendo el arma por la ventana.
Alcides que después de esa discusión tan Después emprende la fuga.
altisonante bien valía la pena tomarnos
unos tragos de aguardiente, así ninguno No entiendo por qué las puertas y
de los dos tuviera experiencia en eso de ventanas de mi casa fueron selladas
ingerir alcohol. después de aquello. Todos los días vengo
y la observo desde la otra esquina. Está (pág.149)
3 CORELCA: Corporación Eléctrica del Caribe, entidad
descuidada. No puedo hallar a Bertha y encargada de llevar a cabo la financiación, diseño, y posterior
construcción de la Central Hidroeléctrica de URRÁ. Así mismo,
a los niños. El barrio ha cambiado. Los esta entidad, en convenio con la Universidad de Córdoba, finan-
ciaron la investigación sobre el impacto social y medioambiental
autobuses no son los mismos, ahora están que implicaría para las comunidades que habitan en el alto Sinú
la construcción de esta represa hidroeléctrica.
pintados de amarillo y los muchachos no 4 Alzate Patiño Alberto y otros, Impactos Sociales del
gritan desde las ventanillas. Todos los días Proyecto Hidroeléctrico de Urrá. Fundación del Caribe, Centro de
Investigación Social. Montería, Junio 1987.
rodeo los caminos, igual que rodeaba los 5 Alzate Patiño Alberto, Problemática Social de los Abo-
rígenes de Córdoba, a Propósito de los 500 años del Descubri-
caminos del bosque en el alto Sinú, sólo miento de América. Comité de Investigación Universidad de Cór-
doba, Montería, 1992.
para lograr entrar y continuar mis escritos 6 El Nudo del Paramillo es geográficamente una de las
en el cuarto de estudio. cuencas hidrográficas más ricas de Colombia, no solo por el he-
cho de que ahí nacen los ríos Sinú y San Jorge, sino también por
la riqueza mineral y la biodiversidad que habita en toda la zona
boscosa. Este lugar por más de cinco décadas ha sido objeto de
Pero lo único que sigue aquí son los luchas territoriales por parte de los grupos al margen de la ley. Y
las comunidades indígenas nativas han sufrido estas disputas.
laureles que sembré. El viento de la tarde 7 Según el informe publicado por el Centro Nacional de
Memoria Histórica: ¡Basta ya! Colombia: Memorias de Guerra y
los acaricia con suavidad y yo buscando a Dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia, 2013: El E.P.L.
Bertha y a mis hijos... (Ejército Popular de Liberación) se consolida en la región del alto
Sinú después de la década del cincuenta tras establecer alianzas
con las viejas guerrillas de la zona. Es “De hecho, la más campe-
sina de las guerrillas. Tuvo como santuario el alto Sinú y el alto
San Jorge, en Córdoba, y se ancló socialmente a los movimientos
1 Según el texto Impactos Sociales del Proyecto Hi- agrarios de nuevo tipo a través de las Juntas Patrióticas Popula-
droeléctrico de Urrá: “La construcción de la represa de Urrá ha res, imaginadas por sus artífices como embriones de poder alter-
sido una bandera enarbolada por los patricios conservadores y no.” (pág.125-126). Luego de su desmovilización en la década del
liberales creadores del Departamento de Córdoba, a raíz de los 90 se convirtió en el partido político Esperanza, Paz y Libertad.
estudios adelantados por la firma norteamericana R. J. Tripton 8 Alzate Patiño Alberto, Situación Social del Campesi-
desde el año 1952. Esta primera propuesta consistía en una pe- no Músico. Fundación del Caribe, Centro de Investigación Social.
queña represa de solo 5.000 hectáreas (Urrá I) cuya finalidad era Montería, 1980.
regular los caudales del río Sinú y utilizar el embalse para riego en 9 El Centro de Estudios Ambientales de Córdoba, CEAC,
la agricultura. Posteriormente el proyecto fue radicalmente trans- fue una organización sin ánimo de lucro que nació como iniciativa
formado en una gigantesca hidroeléctrica con dos centrales que de algunos estudiantes de la Licenciatura en Biología y Química
generarían 1’200.000 KW e inundaría un área total de cerca de de la Universidad de Córdoba en la década del 90 con el fin de ar-
60.000 hectáreas, en las que lógicamente los canales de riego, ticular al quehacer pedagógico la problemática social y medioam-
por los bordes de las serranías quedaban virtualmente descarta- biental en esta región. Esta organización recibió asesoría en ma-
dos porque toda el agua debería utilizarse en la caída para gene- teria de investigación del profesor Alberto Alzate Patiño.
rar energía eléctrica.” (pág. 17) 10 La especialización “Desarrollo Educativo Ambiental”,
2 Según el texto Impactos Sociales del Proyecto Hi- fue aprobada por el Consejo Académico de la Universidad de Cór-
droeléctrico de Urrá: “Actualmente los Embera están considera- doba como propuesta de postgrado el día 29 de junio de 1995.
dos como el grupo étnico más disperso geográficamente en el te- Fue el primer curso de postgrado que fundó esta universidad, y
rritorio nacional. Embera, que en lengua nativa significa “hombre”, alcanzó a graduar a tres cohortes hasta el año 1998 en el cual se
es el nombre que el grupo se ha dado a sí mismo. Los conquis- dejó de ofertar.
tadores españoles y antropólogos los han llamado Chocoes, Ca- 11 El Proyecto Semiescolarización Tutoriada, “Una Alter-
tíos, Emberá-Catíos, etc. Los Embera se hallan dispersos desde nativa para el Desarrollo Ambiental Local”, fue el proyecto am-
Panamá, Darién, toda la costa pacífica hasta Esmeralda (Ecua- biental ganador del primer concurso de proyectos ambientales
dor). En los departamentos de Antioquia y Córdoba también se significativos del país (1998-1999). Concurso auspiciado por la
localizan. Migraciones recientes los han llevado hasta Caquetá. Organización de los Estados Americanos, Ministerio de Educa-
ción Nacional y el Ministerio del Medioambiente.
70 M em o ri a d e v i d a y m u e rte
Gustavo Adolfo Hincapié
Vera
Carolina del Príncipe, Antioquia, 1980.
Marta Quiñónez
Apartadó, Antioquia. 1970.
72 A ut o re s
Omar David Taborda
Perneth
Montería, Córdoba, 1992.
74 I lus tra d o re s