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2004, vol. 20, nº 1 (junio), 147-171 ISSN edición impresa: 0212-9728. ISSN edición web (www.um.es/analesps): 1695-2294
Defining deception
Jaume Masip*, Eugenio Garrido, and Carmen Herrero
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¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 11
oyente (es decir, la intención del hablante de provenientes de los campos de la psicología
influenciar el estado mental del oyente)
y de la comunicación, incluimos en nues-
(p. 50).
tra definición el componente intencional y
también el componente de la creencia del
De forma parecida, los diccionarios
comunicador. La presente definición se ba-
aluden a estas mismas características a la
sa en la noción de Gerald Miller (1983;
hora de definir mentira y engaño. Por ejem-
Miller y Stiff, 1993) de “comunicación
plo, según el Diccionario de la Real Acade-
engañosa”, aunque enriquecida con varios
mia Española una mentira es la “expresión
elementos que aportan otros autores. En
o manifestación contraria a lo que se sabe,
definitiva: se puede entender que el engaño
cree o piensa”, engaño se define como “ac-
es el intento deliberado, exitoso o no, de
ción y efecto de engañar”, y engañar como
ocultar, generar, y/o manipular de algún otro
“inducir a otro a tener por cierto lo que no lo
modo información factual y/o emocional, por
es, valiéndose de palabras o de obras apa-
medios verbales y/o no-verbales, con el fin
rentes y fingidas”. El Diccionario del Uso
de crear o mantener en otra(s) persona(s)
del Español de María Moliner define mentira
una creencia que el propio comunicador
como “cosa que se dice sabiendo que no es
considera falsa. Examinemos en detalle
verdad, con intención de que sea creída”,
esta definición.
engaño como “acción de engañar o hecho
de ser engañado” y engañar como “hacer
creer a alguien, con palabras o de cualquier
manera, una cosa que no es verdad”. El
Oxford Concise Dictionary define mentira organismos cognitivamente muy simples, los cuales
(lie) como “una afirmación intencionalmente sin embargo han desarrollado estrategias evolutivas
de engaño para protegerse de los depredadores o
falsa”, engaño (deception) como “el acto procurarse alimento, cuestiona la validez de los fac-
tores intencionalidad y conocimiento y/o creencia de
o una instancia de engañar”, y engañar lo que es cierto o no. Dado que en el presente
trabajo el foco de interés está en el engaño cometido
(deceiving) como “hacer creer aquello que por seres humanos dirigido a otros seres humanos, y
que la definición que se propone pretende ser útil
es falso, burlar intencionalmente”. sólo para dicho tipo de engaño, no vamos a profun-
Se intenta a continuación perfilar una dizar en consideraciones acerca de la mentira en
organismos inferiores o sus conexiones, diferencias
definición comprehensiva de la mentira, y semejanzas con la mentira humana. El lector
interesado haría bien en acudir, entre otros, a Bond,
pretendidamente útil para los científicos Kahler y Paolicelli (1985); Chevalier-Skolnikoff
(1986), Kraut (1980), Menzel (1986), y Mitchell y
sociales1. Al igual que otros especialistas Thomson (1986a,b). Como más interesantes en este
sentido, recomendamos las consideraciones de
Bond y Robinson (1988), y las aportaciones de Mit-
1
Ciertas perspectivas próximas a la biología o la chell (1986) y sus “niveles de engaño”, aunque sin
sociobiología proponen otro tipo de conceptua- duda el análisis más atractivo y bien articulado sobre
lizaciones. Obviamente, la no-intencionalidad de el tema es el de Russow (1986).
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 13
Tabla 1. Distinción entre la provisión de información falsa de forma no-intencional y de forma intencional, y denominación, según diversos
autores, que ha recibido un tipo de distorsión y otro.
Undeutsch (1982) Capacidad (Ability) Voluntad del testigo para decir la verdad
(Witness´ willingness to tell the truth)
Miller (1983) Competencia (Competence) Veracidad (Trustworthiness)
ciones que introdujera en la declaración no del crimen (por ej., su gravedad, contexto
serían deliberadas. Otra posibilidad es que en que sucedió, etc.) y variables de los im-
el testigo sí que pueda ofrecer un testimonio plicados, es decir, el acusado y el testigo.
preciso, pero que no desee hacerlo. En este No resulta difícil advertir que tanto la
caso la inexactitud obedecería a razones de competencia como la credibilidad se inser-
tipo motivacional, que desembocarían en tarían dentro de este último grupo. Ahora
una comunicación deliberadamente alterada bien, tal como señalan algunos autores (por
de lo que de hecho se recuerda o se cree ej., Bussey et al., 1993; Köhnken, 1989;
recordar correctamente. En este caso sí que Undeutsch, 1982, 1984, 1989), mientras la
podríamos decir que el testigo miente. investigación en psicología jurídica ha pres-
Estas alteraciones cognitivas y motiva- tado gran atención al tema de la competen-
cionales han recibido diversas denomina- cia del testigo, poca ha sido la que ha
ciones por parte de distintos autores, tal dedicado al de la credibilidad de su testi-
como se muestra en la Tabla 1. En lo suce- monio. De hecho, la mayor parte de los
sivo, en el presente trabajo se aludirá a estudios experimentales sobre la detección
ellas con los términos competencia (plano del engaño desde la aproximación de sus
cognitivo) y credibilidad o veracidad (plano correlatos conductuales −orientación que,
motivacional). Si deseáramos insertar el es- como veremos más adelante, es la adop-
tudio de la competencia y la credibilidad tada en el presente trabajo− se han hecho
dentro de la psicología del testimonio en contextos ajenos a situaciones judiciales.
presencial, podríamos para ello acudir a la Ésta nos parece una omisión muy impor-
clasificación de Wells (1978), en que se tante: debemos tener en cuenta que a tra-
diferenciaba entre variables del sistema y vés del testimonio se pretende establecer
variables a estimar. Las primeras serían los hechos, y sobre la base de dichos he-
aquellas “que están (o potencialmente pue- chos se tomarán las decisiones judiciales.
den estar) bajo el control directo del sistema Esto es algo en que tanto la psicología
de justicia criminal” (p. 1548), tales como las como el derecho muestran acuerdo. Desde
técnicas de entrevista, modo en que se rea- la psicología, decir por ejemplo que Gud-
lizan las ruedas de reconocimiento, etc. Las jonsson (1992) señala que, dada la escasez
variables a estimar serían las que “afectan de evidencia forense en muchos casos
la precisión del testigo, pero no están bajo penales así como el hecho de que cierto
el control del sistema de justicia criminal” tipo de información (como la que refiere a
(p. 1548), y se dividirían en características intenciones, sentimientos y pensamientos)
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 15
El derecho pretende atribuir responsabili- Parece ser, por lo tanto, que la jurispru-
dad. Para determinar la responsabilidad, el dencia se muestra de acuerdo con nuestra
derecho tiene que asumir el libre albedrío. postura (y la de otros autores de los campos
La conducta se interpreta normalmente
de la psicología y la comunicación) de que
como el resultado de las creencias y los
no es tanto el resultado exitoso del acto,
deseos de una persona, y no como el resul-
tado de fuerzas genéticas, históricas, o si-
sino su propósito, el elemento esencial que
tuacionales (p. 686). hace que una conducta determinada sea
calificada de engaño. Ello queda recogido
Así que la provisión de información en la fórmula “exitoso o no” que sucede a
falsa en el testimonio de forma involuntaria “intento deliberado” en nuestra definición.
(competencia deficitaria), si se identifica co- Si, pongamos por caso, un sospechoso
mo tal (como falsa) y queda suficientemente niega haber cometido un delito que de
probado que la alteración de información hecho ha cometido, dicho sospechoso está
por el testigo no fue deliberada, no puede mintiendo, con independencia de si el re-
dar lugar a ningún cargo de falsa acusación ceptor de su comunicación (policía, abo-
o falso testimonio. Ahora bien, si dicha gado, Juez...) tiene la capacidad o la fortuna
información falsa obedece a un intento deli- necesarias para poder detectar la mentira.
berado de engañar (plano motivacional), Por ejemplo, puede haber pruebas mate-
aunque dicho intento no sea exitoso se riales incuestionables que demuestren que
podrán presentar cargos contra el decla- el sospechoso en realidad cometió el cri-
rante (Frank, 1992). En palabras de Magaldi men, o puede no haberlas. Pero la acción
(1987): de mentir no tiene nada que ver con tales
pruebas, sólo la percepción del potencial
No es tanto la efectiva lesión del bien
detector del engaño es susceptible de ser
jurídico como la peligrosidad que para los
influenciada por ellas: si existen pruebas el
fines del proceso comporta toda deposición
falsa en juicio, el fundamento de la prohibi- engaño resultará obvio, si no las hay puede
ción, con carácter de generalidad de todo que éste nunca se descubra. Pero en cual-
falso testimonio en juicio; el legislador ade- quier caso se habrá producido: la cualidad
lanta la barrera de protección penal a la sim-
objetiva de un mensaje como verdadero o
ple conducta de deponer en falso en juicio
falso no tiene pues nada que ver con su
aunque el falso testimonio emitido no perju-
dique ni favorezca ex post al reo, articulando
detectabilidad (ni con la existencia de prue-
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 17
bas que favorezcan la misma), sino sólo con testimonio, y no sólo las no-intencionales,
la intención del emisor, que altera delibe- merece consideración. Esto lo reconoce el
radamente la información. El énfasis debe derecho, que tipifica los delitos de falsa
estar por lo tanto en el emisor de la comu- denuncia y de testificar en falso en el juicio.
nicación, no en su receptor Para ser acusado de ellos, lo relevante no
En conexión con lo dicho, Miller (1983) es el éxito o fracaso del engaño, sino el pro-
advierte un serio problema con el criterio pósito (intencionalidad) del testigo de enga-
intencional: que “su evaluación implica una ñar. El problema es que a menudo el único
inferencia, o atribución sobre los estados que puede saber si el intento es deliberado
motivacionales del comunicador; y como o no es el propio mentiroso.
consecuencia, puede ser imposible estar
seguro de si un mensaje refleja la inten- ...de ocultar, generar, y/o manipular de
cionalidad de engañar ... los intentos de algún otro modo información...
clasificar algunos mensajes como engaño- Pasamos aquí al siguiente elemento de
sos o no engañosos vienen acompañados nuestra definición, que es el relativo al ocul-
de un elemento de ambigüedad” (p. 94). Es tamiento versus generación de información
decir, en realidad el único que puede saber o “falsificación” (Ekman, 1985, 1989b, 1992,
a ciencia cierta si se da el criterio intencio- 1997; Frank, 1992)4. El ocultamiento (con-
nal (y, por ende, si la comunicación es un cealment) refiere a la no-provisión de infor-
engaño) es el propio emisor de dicha comu- mación verdadera, sería un engaño por omi-
nicación. sión: “Estas mentiras toman la forma de una
Resumiendo lo dicho hasta aquí: Para ausencia de conducta, ya sea en respuesta
que podamos hablar de engaño no basta a una pregunta directa o en respuesta a una
con que el emisor proporcione información situación donde se espera que se ofrezca
falsa, sino que además debe hacerlo de for- información” (Frank, 1992, p. 133). Un testi-
ma intencional. Las alteraciones no-inten- go que al ser interrogado permanezca en si-
cionales del testimonio (relacionadas con la lencio está ocultando información.
competencia del testigo) se han estudiado
mucho en psicología jurídica. No así las 4
Véanse también los conceptos análogos de omi-
intencionales (que se relacionan con la cre- sión y falsificación según Meets (1989) y de oculta-
miento y distorsión de Turner, Edgley y Olmstead
dibilidad de la declaración). Ya que a través (1975). En breve presentaremos la Teoría de la Ma-
nipulación de la Información (Information Manipu-
del testimonio se pretende establecer los lation Theory o IMT) de McCornack (1992), en la cual
las violaciones de las máximas de cantidad y de cali-
hechos que servirán de base para las deci- dad del Principio Cooperativo de Grice (1989), que
introducimos más adelante, son similares al oculta-
siones judiciales, cualquier alteración del miento y la falsificación.
18 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
no logre éxito tanto en el proceso de ocul- Esto no quiere decir que toda mani-
tamiento como en el de falsificación, su con- pulación de la información con el fin de
ducta puede levantar las sospechas de la engañar al otro se reduzca al ocultamiento,
policía. Las estudiantes de enfermería la falsificación y la conjunción de ambos
de los estudios clásicos sobre el engaño del (en ocasiones etiquetada como enmascara-
grupo de Ekman (por ej., Ekman y Friesen, miento), sino que hay otras posibilidades, tal
1974; Ekman, Friesen y O´Sullivan, 1988), como se indica en nuestra definición. Pase-
que tenían que simular alegría mientras mos a describirlas, pero permítasenos antes
veían escabrosas imágenes de quemaduras delinear someramente el marco teórico en
y miembros amputados, debían ocultar sus que se inserta la perspectiva del engaño
emociones negativas y simular las positivas, como manipulación de la información.
al igual que los japoneses que, a diferencia Miller (1983; ver también Miller y Stiff,
de los americanos, optaron por enmascarar 1993) conceptualiza la comunicación en-
con una sonrisa su malestar cuando, mien- gañosa del mismo modo en que se puede
tras veían imágenes de idéntica naturaleza entender la comunicación veraz: como una
escabrosa, se personaba un científico en la estrategia de persuasión que, por lo tanto,
sala (Ekman, 1972; Friesen, 1972, citado en no es un fin en sí mismo, sino un medio
Ekman y Friesen, 1982). En todos estos para un fin:
casos estaban presentes ambos procesos:
La comunicación engañosa se orienta
ocultamiento y falsificación.
a fines persuasivos; o, dicho de forma más
Además del ocultamiento y la falsifica-
precisa, la comunicación engañosa es una
ción, en ocasiones encontramos en la litera- estrategia persuasiva general cuyo objetivo
tura científica relevante alusiones a los pro- consiste en influenciar las creencias, actitu-
cesos de minimización y maximización (por des y conductas de otras personas median-
te distorsiones deliberadas del mensaje ... El
ejemplo, Ekman y Friesen, 1975). No obs-
engaño exitoso raras veces representa el fin
tante, quizás sea adecuado caracterizar la
que busca el comunicador, más bien es el
maximización (por ejemplo, mostrar mucha medio para otra meta persuasiva (Miller,
alegría cuando se está moderadamente ale- 1983, p. 99).
gre) como una forma de falsificación en que
lo que se genera va más allá de la verdad, Por ejemplo, un delincuente niega
pero en la misma dirección (una exage- haber cometido el acto delictivo de que se le
ración), y la minimización como un oculta- acusa (engaño: medio) para no ser juzgado
miento de poca intensidad en que la infor- y condenado (fin). Desde esta perspectiva,
mación real se oculta sólo parcialmente. “la información veraz y mendaz sirven pa-
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 21
ción de la información que engañan al re- de a la teoría del empleo del lenguaje que,
ceptor o receptores de la comunicación. en 1967, Paul Grice presentó en Harvard y
McCornack inicia su artículo partiendo del que se conoce como Teoría de la Impli-
mismo punto en que estuvieran Miller cación Conversacional (Theory of Conver-
(1998) y Buller y Burgoon (1994): sational Implicature). Grice (1989) entiende
que una conversación es el resultado de los
Las personas a menudo se encuentran ante
esfuerzos cooperativos de sus participantes.
situaciones en que deben reconciliar los
Formuló su Principio Cooperativo, el cual se
objetivos opuestos de transmitir la informa-
ción que sus interlocutores tienen el derecho espera que siga todo participante en una
de recibir y minimizar el daño que transmitir conversación. También formuló cuatro máxi-
esta información pudiera causar. Una estra- mas que generarían resultados acordes con
tegia para reconciliar estas metas es pre-
dicho principio cooperativo. Tales máximas
sentar información alterada. Entonces, un
son la de cantidad, la de cualidad, la de
modo de describir los mensajes engañosos
es en términos de las maneras en que la
relación y la de manera. La máxima de can-
información relevante se manipula y se con- tidad alude a las expectativas en relación
trola (McCornack, 1992, p. 1) con la cantidad de información que debe
contener un mensaje, y se asume que en
A partir de este punto McCornack revi- una conversación cada contribución debe
sa los tipos de engaño identificados por ser tan informativa como se requiera dada
diversos autores (Bavelas, Blanck, Chovil, y la situación (y no más informativa ni menos
Mullen, 1990; Ekman, 1985; Meets, 1989; informativa). Si el marido llega tarde a casa
Turner, Edgley y Olmstead, 1975) y conclu- y la esposa le pregunta de donde viene y él
ye que hay cuatro formas básicas de alterar contesta “de fuera”, está violando esta máxi-
la información: (a) manipular la cantidad de ma, pues la información que proporciona
información que se ofrece, (b) distorsionar está por debajo de lo que se espera en esta
la información que se ofrece, (c) presentar situación conversacional. El guarda de una
la información de un modo equívoco o am- prisión que ha dejado escapar a uno de los
biguo, y (d) presentar información que es reclusos que, cuando se le pregunta, admite
irrelevante con relación al discurso prece- haber oído un ruido pero no menciona nada
dente. más, está violando también esta máxima.
Más adelante volveremos a estas La máxima de cualidad alude a la vera-
cuatro estrategias, pero sigamos ahora a cidad de la información que se presenta. Se
McCornack, que, llegado a este punto, alu- espera de los participantes en una conver-
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 23
sación que no presenten aquella informa- precedentes. Así, dice Grice, es posible que
ción que sepan que es falsa o que no estén uno de los participantes en una comunica-
seguros de si es cierta. ción viole una (o varias) de las máximas
La máxima de manera se basa en la y que los demás no lo adviertan. Y según
expectativa de que los participantes presen- McCornack (1992) esto tiene que ver con el
tarán la información de forma clara, directa engaño:
y sin ambigüedades. La frase “no me gustan
La principal afirmación de la Teoría de la
las rubias” para indicar a nuestra rubia
Manipulación de la Información es que los
amiga que no deseamos una cita con ella,
mensajes que comúnmente se consideran
violaría educadamente esta máxima. engañosos derivan de las violaciones encu-
Finalmente, la máxima de relación se biertas de las máximas conversacionales. Al
basa en que las contribuciones de los inter- violar el hablante, de forma deliberada, una
(o varias) de las máximas, se desvía de lo
locutores deben ser relevantes en relación
que podría considerarse una conducta racio-
con el discurso precedente: “por medio de
nal y cooperativa (es decir, la conducta que
evitar responder de un modo relevante (da- se adhiere al Principio Cooperativo). Dado
das las exigencias de la previa verbalización que la violación no resulta obvia para el
del interlocutor), una persona puede desviar oyente, éste es engañado sobre la base de
su asunción de que el hablante se adhiere
el curso de la conversación, evitando así la
al Principio Cooperativo y a sus máximas.
revelación potencial de información peli-
La producción y la presentación de mensa-
grosa” (McCornack, 1992, p. 12). Alguien jes mendaces se puede considerar como un
que contestara a la pregunta “¿Cogiste tú el fenómeno en que los hablantes sacan par-
anillo?” con la respuesta “¡Dios Santo, el tido de la creencia de los oyentes de que
ellos (los hablantes) están siguiendo los
anillo! Mañana es el cumpleaños de Alberto
principios que gobiernan los intercambios
y le iba a regalar “El Señor de los Anillos”.
cooperativos (pp. 5-6).
Pero he olvidado ir a comprarlo” estaría
violando la máxima de relevancia. También
Indica McCornack cómo su IMT puede
lo haría el marido del ejemplo anterior si en
dar cuenta de los distintos tipos de mentira,
respuesta a la pregunta de su esposa dijera
descritos por diversos autores, que nosotros
“¿A qué hora te vas a levantar mañana?
hemos mencionado unas líneas más arriba.
¿Podrías llamarme a las siete?”.
Así, la manipulación de la cantidad de
Ahora bien, las violaciones de estos
información que se ofrece constituiría una
cuatro principios no son siempre tan obvias
violación de la máxima de cantidad. El ocul-
como en los ejemplos que, con fines ilustra-
tamiento según lo presenta Ekman y según
tivos, se han proporcionado en los párrafos
24 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
se ha descrito aquí unas páginas más atrás, En definitiva: con el objeto de engañar
podría insertarse en esta categoría. La alte- al otro o a otros en una interacción comuni-
ración cualitativa de la información que se cativa, el sujeto puede manipular la canti-
proporciona sería una violación de la máxi- dad, la calidad, la claridad y la relevancia de
ma de cualidad. La falsificación o fabrica- la información que transmite.
ción que hemos descrito antes puede con- Se ha hecho investigación empírica so-
ceptualizarse de esta forma. La ambigüe- bre la IMT. La descripción de sus resultados
dad u oscuridad de la información que se excede las limitadas pretensiones de este
presenta sería una tercera estrategia de apartado, en que únicamente se aspiraba a
manipulación de la información que puede describir esta teoría para ejemplificar cómo
usarse con fines mendaces y que es distinta la manipulación de información es la vía que
del ocultamiento y de la falsificación. Consti- el mentiroso toma para producir mensajes
tuiría una violación de la máxima de mane- mendaces, y qué tipos de manipulación
ra. Finalmente, la presentación de informa- pueden realizarse para ello. El lector intere-
ción irrelevante, que también se puede sado en la investigación realizada en torno
hacer con fines engañosos, constituiría una a la IMT puede acudir a Jacobs, Dawson y
violación de la máxima de relación7. Brashers (1996), McCornack, Levine, Morri-
son y Lapinski (1996), McCornack, Levine,
7
Otras formas de engaño mencionadas por otros
autores y que no recoge McCornack (1992) pudieran
Solowczuk, Torres y Campbell (1992), y
también encajar en su IMT. Por ejemplo, Ekman Yeung, Levine y Nishiyama (1999).
(1997a) añade al ocultamiento y la falsificación las
estrategias de “contar media verdad como si fuera Como conclusión de lo dicho en este
una verdad entera” y “el truco de la inferencia
errónea” (the incorrect inference dodge). El primer punto resaltemos que mentir consiste en
caso lo ejemplifica con la historia de una esposa que
responde a la pregunta del marido sobre si a ella le manipular con fines instrumentales la infor-
gusta su vecino diciendo “es majo” cuando en rea-
lidad está teniendo una aventura con él. Es evidente
mación que se ofrece a un receptor o re-
que esto sería una violación de la máxima de can- ceptores. Las dos estrategias más obvias
tidad. La inferencia errónea la describe Ekman con el
caso de alguien que acude a una galería de arte de manipulación de la información son el
donde expone una amiga suya y encuentra que sus
pinturas son horrendas. Ante la cuestión de la “ar- ocultamiento (en que se esconde informa-
tista” sobre si le gustan sus pinturas, nuestro
protagonista responde “Increíble. No me lo puedo ción veraz, alterando pues la cantidad de
creer. ¡¿Cómo pudiste hacer esto?!”. Él está siendo
sincero, a sabiendas de que ella inferirá errónea-
información que se ofrece) y la falsificación
mente que a él le gustan sus cuadros cuando en (en que se genera y se ofrece información
realidad no es así. Esta estrategia se podría conside-
rar una violación de la máxima de manera de Grice. falsa). Pero existen otras posibilidades, co-
O´Hair y Cody (1994) dedican parte de su artículo
(pp. 184-189) a revisar las diferentes clasificaciones mo presentar la información de modo ambi-
de mentiras que excede la limitada revisión de taxo-
nomías realizada por McCornack (1992), aunque, a guo o dar información irrelevante para la
diferencia de éste, O´Hair y Cody no hacen intento
alguno de integrarlas dentro de la IMT.
cuestión precedente. Ya que el receptor
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 25
asume que la cantidad, la calidad (vera- emisores que ocultaran las emociones que
cidad), el modo (no-ambiguo) y la relevancia estuvieran sintiendo en ese momento y que
de la información serán los adecuados, la simularan los afectos opuestos. Comadena
manipulación de estos elementos pasará (1982) operacionaliza la mentira emocional
inadvertida y el receptor será entonces víc- como “una respuesta a una pregunta de una
tima de engaño8. entrevista en que el interrogado alteraba
por completo la representación de los senti-
...información factual y/o emocional... mientos que había experimentado al obser-
Se ha argumentado en los párrafos var una presentación audiovisual previa a la
precedentes que el emisor de una comuni- entrevista experimental” (p. 454, cursiva en
cación engañosa manipula la información el original). Por lo tanto, a diferencia de
que proporciona. Tal como se habrá ido Ekman y Friesen, Comadena no conceptua-
viendo a partir de los ejemplos que se han liza la mentira emocional como la alteración
ido proporcionando, esta información puede en la expresión de aquellos sentimientos
aludir a los estados emocionales del comu- que se tienen en el mismo momento en que
nicador (como en el caso del jugador de se emite la comunicación, sino como mentir
póquer, o en el del Sr. A, feliz asesino de su con relación a ciertas emociones experi-
aborrecida esposa) o bien a hechos presen- mentadas previamente. Por su parte, Miller
ciados o conocidos por dicho comunicador y Stiff (1993) definen el engaño emocional
(como en el caso del guarda de la prisión, o como ocasiones en que “la gente inventa
en el del ladrón del anillo que dijo querer mensajes engañosos para ocultar sus emo-
obsequiar a su amigo con la mítica obra de ciones verdaderas sobre una persona o
Tolkien). tema” (p. 82). Y Sánchez y Becerra (1991)
Ahora bien, cuando uno lee la literatura toman como no-emocionales ciertos temas
sobre el engaño y su detección, se lleva la inocuos, y como emocionales aquellos te-
impresión de que hay cierto desacuerdo mas sobre los cuales los sujetos emisores
entre los investigadores en torno al concep- manifiestan que les costaría hablar en públi-
to de mentira emocional. La postura más co.
extrema o “radicalizada” sería la de Ekman Otros autores son menos precisos al
y Friesen (1974), que pidieron a sus especificar el tipo de engaño que han utili-
8
zado en sus trabajos, en el sentido de que
“Todo engaño funciona dentro del contexto de la
sinceridad” (Mitchell y Thomson, 1986a, p. 358). Más uno no puede estar seguro de si éste ha
adelante se hablará del fenómeno del truth bias y de
la tendencia a considerar toda información como ver- sido emocional o factual. Por ejemplo,
dadera (véase Levine, Park y McCornack, 1999).
Sólo en este contexto puede funcionar el engaño.
Robert Feldman (Feldman, Jason, Toma-
26 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
sian y Coats, 1999; Feldman, Jenkins y hechos pero no sobre emociones. Veamos
Poppola, 1979; Feldman y White, 1980; algunos ejemplos tomados de la literatura
Parham, Feldman, Oster y Popoola, 1981) experimental: Biland, Py y Rimboud (1999)
ha venido empleando un paradigma en que mostraron a sus sujetos veraces una breve
los emisores tienen que probar bebidas. En película y proveían a sus mentirosos con
una condición la bebida es dulce y por lo una descripción o sinopsis de la misma.
tanto sabrosa; en la otra se omite el azúcar Al ser interrogados, los veraces debían
durante la mezcla, de modo que el sabor del describir lo visto, y los mentirosos debí-
zumo resultante es desagradable. En todos an intentar convencer al interrogador de
los casos los sujetos deben decir que que habían visto la película. Köhnken
ambas bebidas saben bien (Feldman et al., (1985) también utilizó una película, en que
1979; Feldman y White, 1980; Parham et aparecía un robo, pero se la mostró tanto a
al., 1980), o bien deben decir que ambas los emisores veraces como a los menti-
saben bien en una condición experimental, rosos. La tarea de estos últimos consistía
o que ambas saben mal en la otra (Feldman en cambiar la identidad del ladrón durante
et al., 1999). Knapp, Hart y Dennis (1974) su declaración. Bond et al. (1985) formula-
pidieron a sus sujetos que expresaran afir- ron a sus sujetos una serie de ocho pregun-
maciones en concordancia o en oposición tas sobre su último empleo (“¿cuál fue tu
con su postura en torno a un tema de último empleo?”, “¿qué hacías exactamente
interés público. Y DePaulo y Rosenthal (por cada día en ese trabajo?”, “¿qué era lo que
ej., 1979a,b; DePaulo, Rosenthal, Green más te gustaba de tu trabajo?”, etc.). Los
y Rosenkrantz, 1982) solicitaron de sus sujetos veraces debían responder con sin-
emisores que describieran a alguien que les ceridad, los mentirosos debían simular
agradara como si fuera alguien que les re- haber tenido un empleo que de hecho no
sultara desagradable, y a alguien que consi- habían tenido. Comadena (1982) escribe
deraran poco agradable como si fuera agra- que, en su experimento, “la mentira factual
dable. se operacionalizó como una respuesta a
La confusión se reduce en el extremo una pregunta de una entrevista en que el
factual de este continuo emocional - factual. interrogado alteraba por completo la repre-
En él estarían aquellas mentiras en las sentación de los hechos asociados con una
cuales, idealmente, no hubiera ninguna e- presentación audiovisual que había obser-
moción de por medio, y en que el emisor vado previamente a la entrevista experi-
debiera describir ciertos hechos. La mentira mental” (p. 454, cursiva en el original). Sus
factual consistiría pues en mentir sobre vídeos factuales trataban de nutrición,
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 27
relacionadas con la circunstancia misma de mentir no sólo sobre los hechos que preten-
estar mintiendo. de distorsionar, sino también sobre su senti-
Ekman (1981, 1985, 1992; Ekman y miento de culpa por mentir. Según Ekman
Frank, 1993; Ekman y O´Sullivan, 1989) y su equipo, la culpa será mayor cuando:
indica cuatro posibles vías para que esto (a) la víctima del engaño no esté dispuesta
suceda. Primero, aunque mienta sobre a ser burlada, (b) la víctima ignore que se le
hechos, el mentiroso puede experimentar está engañando, (c) el engaño sea total-
miedo a ser descubierto. Si el mentiroso no mente egoísta, sin beneficiar en absoluto al
quiere ser descubierto, debe por lo tanto receptor o perjudicándolo, (d) haya sancio-
simular que no está sintiendo miedo −una nes sociales por mentir en esta situación,
emoción−. Según Ekman y sus colaborado- (e) el mentiroso no haya mentido durante
res el miedo a ser descubierto será mayor mucho tiempo, (f) el mentiroso y el burlado
cuando el mentiroso: (a) crea que el interro- compartan valores sociales (por ejemplo,
gador es difícil de burlar, (b) crea que se provengan de idéntico contexto cultural, o
sospecha mucho de él, (c) tenga poca sean de la misma pandilla, etc.), (g) se
práctica y pocos éxitos previos al mentir, conozcan o sean amigos, (h) el receptor
(d) tema el castigo que va a recibir si se le confíe en el embustero, (i) el embustero no
descubre, o desee extremadamente lo que sea un psicópata, y (j) no exista justificación
va a obtener si no se le descubre, (e) no es externa por mentir: no sea un engaño por
lo que Ekman llama un mentiroso natural venganza, ni una “mentira social” para no
(Ekman, 1985) o un actor natural (natural dañar los sentimientos de otro, ni se trate de
performer, Ekman, 1992, 1997): persona, lograr un ansiado puesto de trabajo inal-
por lo demás absolutamente corriente, que canzable de otro modo, o, como no, de
miente de forma frecuente y hábil; (f) si lo evitar ser encarcelado. También es dudoso
que hay en juego es importante para él, y que en estudios empíricos en que el expe-
(g) si el depositario del engaño no recibe rimentador pide al sujeto que mienta, y en
ningún beneficio del mismo (es decir, no se que hay una finalidad científica para dicha
trata de una mentira altruista). mentira, éste experimente culpa por hacer-
Segundo, el testigo mentiroso, dada la lo: Podría desplazar la responsabilidad de
socialización que se recibe en nuestra su acción a la figura del experimentador, o
cultura, puede experimentar otro sentimien- encontrar una justificación moral para ella,
to al mentir sobre hechos: culpa por el apelando al avance científico del conoci-
hecho de estar mintiendo. Así que si el tes- miento (véase por ej., Bandura, 1991). No
tigo mendaz no quiere ser descubierto debe obstante, ciertos datos recientes, aún iné-
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 29
que no se le crea, debe ocultar su posible dores que delatan que estamos mintiendo
culpa por estar mintiendo, o quizás su ale- (claves del engaño) o la información que in-
gría por estar engañando al policía. Puede tentamos mantener oculta (filtraciones). De
además experimentar emociones tales co- esto se hablará algo más adelante. Según
mo tristeza de que su amigo haya cometido Buller y Burgoon aquí la información es,
el delito, o alegría si considera que la básica aunque no exclusivamente, no-ver-
víctima “se lo tenía merecido”, pero debe bal.
ocultarlas durante el interrogatorio si no Los dos primeros tipos de mensaje son
quiere que se descubra su engaño. de naturaleza estratégica e intencional: En-
Esta idea de varias mentiras en una gañamos, como hemos dicho unas páginas
está presente en Buller y Burgoon (1994, más atrás, manipulando conscientemente la
1996, 1998) de forma muy explícita, y la información para conseguir determinados
aportación de tales autores en este sentido fines. La alteración del mensaje principal
resulta sumamente interesante. Argumentan (por ej., decir que nuestro amigo no cometió
que, como acabamos de decir, hay varios el delito) es una mentira. Las emisiones
mensajes, de distinta naturaleza, que emi- auxiliares para dar la impresión de credi-
timos concurrentemente al mentir. Por un bilidad (por ej., no sonreír cuando estamos
lado está la propia información falsa (por ej., negando que nuestro amigo haya cometido
“yo no cometí el asesinato”). En contextos el delito, u ocultar nuestra inseguridad
forenses, donde como acabamos de ver la acerca de ser creídos) son otro tipo de
mentira primaria es una mentira factual, mentira, en ocasiones emocional, que emi-
este mensaje suele ser, por lo general, de timos concurrentemente. Finalmente, el ter-
naturaleza verbal. cer tipo de mensaje consiste en emisiones
Un segundo tipo de mensaje que no estratégicas ni intencionales que no son
emitimos son comunicaciones auxiliares. Su engañosas, sino que están constituidas por
objetivo es, por un lado, lograr que el men- aquello que no hemos logrado mantener
saje falso se considere verdadero (“es cierto oculto y que puede delatarnos.
que yo no cometí el asesinato”), y por otro En conclusión: Se puede mentir sobre
lograr dar la impresión de persona veraz información emocional o se puede mentir
(“soy sincero cuando digo que yo no cometí sobre información factual, aunque las barre-
el asesinato”). Su naturaleza puede ser tan- ras entre una y otra no estén muy claras.
to verbal como no-verbal. Más que de dos categorías excluyentes
Finalmente, un tercer tipo de mensaje deberíamos hablar de un continuo emocio-
que emitimos al mentir son aquellos indica- nal - factual. Además, las mentiras factuales
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 31
conducta pueden en principio ser manipu- que se enfaticen, las batutas se pueden
ladas por el emisor para mentir. emplear para engañar al receptor. “Yo no
Los emblemas serían “aquellos actos estaba allí” puede ser muy distinto de “Yo
no-verbales que tienen una traducción ver- no estaba allí”. En el primer caso, en que la
bal directa, o una definición de diccionario, palabra “yo” se enfatiza, la frase puede
consistiendo normalmente de una o dos significar que no era yo quien estaba allí,
palabras, o quizás una frase” (Ekman y Frie- sugiriendo que quizás era otra persona
sen, 1969b, p. 71)10. El corte de mangas quien estaba. El segundo caso, en que la
o la señal de “auto-stop” serían emblemas. palabra que se enfatiza es “allí”, puede
Un autoestopista que hiciera dicha señal no querer decir que, aunque yo no estaba allí,
porque deseara que lo llevaran a lugar algu- sí que estaba en algún otro sitio (por ej., en
no, sino para fastidiar al conductor de un las inmediaciones). La única diferencia
automóvil, estaría mintiendo con un emble- entre una frase y la otra es la palabra en
ma. Igual que haría quien contestara falsa- que se pone el énfasis, y este énfasis
mente que sí a una cuestión asintiendo con depende de las batutas (o, también, de
la cabeza. ciertas modulaciones vocálicas, lo cual
Los ilustradores son movimientos que también es, a fin de cuentas, una señal no-
ilustran aquello que se está diciendo, y se verbal, y por lo tanto útil para ilustrar cómo
pueden emplear también para mentir. Por se puede mentir mediante su empleo). Si
ejemplo, un tipo de ilustradores, las batutas, alguien quisiera implicar a una persona, en
enfatizan una palabra o frase en particular. realidad inocente, en un delito sugiriendo
Como el significado de ciertas afirmaciones que esta otra persona, y no él, estaba en la
puede variar dependiendo de las palabras escena del crimen cuando éste se cometió,
podría utilizar la fórmula “yo no estaba allí”,
sugiriendo que él no estaba, pero que sabe
Fericgla (1995), que la menciona sucintamente. Una
clasificación ya más detallada de los comportamien- de alguien que sí estaba. De modo que
tos no-verbales que sigue la taxonomía de Ekman y
Friesen puede encontrarse en el capítulo relativa- podemos mentir con los ilustradores.
mente reciente de Fernández Dols (1994). Por su
parte, Fernando Poyatos (1994) observa una limita- Las expresiones emocionales, que
ción de la clasificación de Ekman y Friesen: que se
refiere sólo a la kinésica, lo que lleva al autor a
aparecen fundamental aunque no exclusiva-
proponer nuevas categorías que incluirían manifesta- mente en el rostro, también se pueden
ciones no sólo de tipo kinésico, sino también
paralingüístico, proxémico, químico, dérmico, térmico utilizar para mentir. Ya hemos indicado an-
y objetual (ver Poyatos, 1994; también Poyatos,
1986). teriormente que el emisor puede pretender
10
La numeración de las páginas del artículo de
Ekman y Friesen no alude a las de la revista Semio-
tica en que fuera originariamente publicado en 1969, por Kendon en 1981, al cual nos fue más fácil acce-
sino a la reimpresión del mismo en el libro editado der.
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 33
ocultar la expresión de las emociones que ciéndose de que, en cierto modo, “son”
experimenta, o que puede simular estar ellos, para así lograr una representación
sintiendo algo que no siente. auténtica y convincente, en lugar de planear
Los reguladores “indican al hablante cuidadosamente las palabras que deben
que continúe, repita, elabore, se apresure, decir y los gestos que deben hacer. En
diga algo más interesante, menos salaz, estas circunstancias, pudiera ser que nues-
que dé al otro una oportunidad de hablar, tro culpable, perfectamente instalado en su
etc.” (Ekman y Friesen, 1969b, p. 90). papel, realmente llegara a realizar, sin darse
Aunque, según tales autores, las personas siquiera cuenta, esos “contactos oculares,
normalmente somos incapaces de manipu- ligeros movimientos hacia delante, leves
lar los reguladores para controlar el desa- cambios de postura, alzamientos de cejas,
rrollo de una interacción (la razón de esto es y gran cantidad de acciones no-verbales”
que “los reguladores son actos de los que que mencionaran Ekman y Friesen (1969b,
apenas somos conscientes cuando, bien p. 90) como ejemplos de reguladores. Al
como emisores o como receptores, esta- pretender ignorarlo todo sobre el delito, tras
mos bajo su influjo”, Fernández Dols, 1994, una pregunta directa el sospechoso quizás
p. 376), quizás fuera posible alcanzar un mire interrogativamente al policía, que lo
estado cognitivo - afectivo que permitiera a interpreta como que el otro no sabe de qué
las personas utilizar adecuadamente los está hablando y clarifica o repite la pregun-
reguladores para engañar mediante su em- ta, etc. Aquí nuestro culpable utilizaría con
pleo. Por ejemplo, imaginemos que el culpa- éxito (y de forma no consciente) los regu-
ble de un delito debe ser interrogado. Dicho ladores para mentir.
culpable decide que va a presentarse ante Finalmente debemos hablar de los
la policía como alguien que no sabe absolu- adaptadores. Éstos se denominan así por-
tamente nada del caso, aunque de hecho que, según Ekman y Friesen (1969b)
no es así. Esta persona no planea de “en principio se aprenden como parte de los
antemano los movimientos específicos que esfuerzos adaptativos para satisfacer las
realizará, sino solamente parecer ignorante necesidades corporales, o para realizar ac-
en relación con el tema del interrogatorio. ciones corporales, o para controlar emo-
Su técnica pudiera ser parecida a la em- ciones, o para desarrollar o mantener
pleada por los actores que utilizan el méto- contactos interpersonales prototípicos, o
do de Stanislavski, que procuran realmente para aprender actividades instrumentales”
ponerse en la piel de sus personajes, (p. 92). En realidad “los adaptadores son un
sintiendo y pensando como ellos, conven- cajón de sastre en el que caben una gran
34 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
(Ekman y Friesen, 1969b). Fernández Dols optar por controlar de forma consciente sus
(1994) considera la conducta de cuasi- automanipulaciones, inhibiéndolas (por ej.,
cortejo que describiera Albert Scheflen Hocking y Leathers, 1980; Vrij, Semin y Bull,
(1965) en situaciones de psicoterapia como 1996). Esto estaría en consonancia con la
un ejemplo de este tipo de conducta. vertiente del control que más adelante
Finalmente, los adaptadores orientados veremos al describir el modelo tetrafactorial
a objetos se relacionan con el aprendizaje de Zuckerman, DePaulo y Rosenthal (1981)
inicial de alguna tarea instrumental, como sobre los indicadores del engaño. Esta
manejar una herramienta, fumar, conducir, estrategia, sin embargo, puede resultar con-
etc. y, según Ekman y Friesen (1969b) traproductiva, ya que si el emisor intenta
pueden basarse en actividades aprendidas inhibir esas pequeñas conductas espontá-
más tarde en la vida de la persona que los neas de las que normalmente no tiene con-
autoadaptadores y los heteroadaptadores. ciencia, su ejecución final puede percibirse
Asimismo, los adaptadores orientados a como artificial, planeada, ensayada, carente
objetos son más conscientes que los otros, de espontaneidad y rígida (por ej., DePaulo,
y pueden emplearse con fines comunica- 1992; DePaulo, Lanier y Davis, 1981, citado
tivos. en Zuckerman et al., 1981a; DePaulo, Stone
Existe la creencia popular de que los y Lassiter, 1985). Algo parecido, es de es-
adaptadores (en especial las automanipu- perar, pudiera suceder en el caso de utilizar
laciones de Rosenfeldt) se incrementan al los reguladores, no “al estilo Stanislavski”
mentir (por ej., Akehurst, Köhnken, Vrij y que hemos indicado unos párrafos más
Bull, 1996; Al-Simadi, 2000b; Pryor y Leo- atrás, sino de forma consciente y delibera-
ne, 1981; Taylor y Vrij, 2000; Vrij y Semin, da, planeando cuidadosamente la conducta
1996; Zuckerman, Koestner y Driver,
1981)12. Por lo tanto, el mentiroso, puede
1974; Köhnken, 1989). Los primeros meta-análisis
(DePaulo, Stone y Lassiter, 1985; Zuckerman, De-
está presente, ya que ésta puede protegerlos de Paulo y Rosenthal, 1981) indicaban que, en realidad,
cualquier daño. Desviar la mirada a un lado forma sí que se producía un incremento en conductas de
parte durante la infancia de los mandriles del patrón este tipo al mentir, de modo que esta creencia podía
de conductas asociadas a la amenaza y el ataque, y ser correcta. Sin embargo, las revisiones recientes
tiene por objeto comprobar que, efectivamente, la de Aldert Vrij (1998b, 2000) no evidencian este in-
madre está presente. El hábito hace que esta con- cremento, y sus propios trabajos empíricos (Mann,
ducta se mantenga hasta la edad adulta, aunque Vrij y Bull, 2000; Vrij, 1995, 1997; Vrij et al., 1997;
entonces haya perdido ya su valor adaptativo. Vrij y Mann, 2001; Vrij, et al., 1996; Vrij y Winkel,
12
Probablemente, la creencia de que los autoadap- 1993) indican que, de hecho, los movimientos de
tadores o las automanipulaciones se incrementan al nerviosismo, en particular los realizados con las
mentir, se deba a que se asume que cuando mienten manos, se reducen al mentir. Esto pudiera deberse a
las personan experimentan nerviosismo, y por lo tan- que, como los emisores creen que los movimientos
to deben expresar conductas indicadoras del mismo de este tipo señalan engaño, pretenden inhibirlos,
nerviosismo, como un incremento general de movi- de tal forma que lo que acaban haciendo es
mientos y automanipulaciones (por ej., Knapp et al., sobreinhibirlos, reduciendo su ocurrencia por debajo
36 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
(es decir, los movimientos concretos) que Esto queda perfectamente recogido en
habría que hacer durante el engaño. una de las definiciones de engaño que
En conclusión: Se puede mentir tanto Russow (1986) introduce en su ejemplar
utilizando las palabras como mediante el artículo:
comportamiento no-verbal. De hecho, las
cinco categorías de conducta no-verbal Se podría decir que un organismo S engaña
sobre algo a D, si y sólo si el efecto de S
definidas por Ekman y Friesen en 1969 −es
sobre D es tal que incremente la proba-
decir, emblemas, ilustradores, expresiones
bilidad de que D se comporte como si estu-
emocionales, reguladores y adaptadores−, viera en la situación A (en la cual no está), y
se pueden emplear para mentir, aunque con que reduzca la posibilidad de que D se com-
desigual éxito dada la poca conciencia que porte como si estuviera en la situación B (la
situación en que está realmente), en donde
tenemos de algunos de estos tipos de con-
la conducta de D como si se encontrara en
ducta y de su moderada controlabilidad. la situación A es más ventajosa para S que
la conducta de D como si se encontrara en
...con el fin de crear o mantener en la situación B (p. 42).
nista, sino que el ser humano procesa la El impacto de cualquier estímulo situacional
“objetivo” depende del significado personal y
información que recibe; y es el resultado de
subjetivo que el actor otorga a esa situación.
este procesamiento, más que la mera pre-
Para predecir con éxito la conducta de una
sencia del estímulo o la situación en que el persona dada, debemos ser capaces de
individuo se encuentra, lo que determina la apreciar la construcción que el actor hace
conducta de la persona (por ej., Bandura, de la situación −es decir, el modo en que la
1986; Ross y Nisbett, 1991). Valga como persona entiende la situación como un
todo− (Ross y Nisbett, 1991, p. 11).
prueba de ello la constatación de que el
mismo estímulo puede “construirse” de for-
Llegados a este punto el paso siguien-
mas muy diferentes por sujetos distintos
te en nuestra línea de argumentación resul-
(ver Ross y Nisbett, 1991), dando lugar a
ta obvio: Si, tal como acabamos de señalar,
diferentes posturas actitudinales ante un
las acciones de un ser humano no se eje-
objeto que, aunque quizás “objetivamente”
cutan de forma automática al estar sometido
sea el mismo, no lo es para aquellos que lo
a una situación dada o al percibir un estímu-
han construido de forma diferente. Sirva a
lo determinado, sino que dependen de un
modo de ejemplo el experimento clásico de
proceso interno de interpretación de esa
Asch (1940), en que se halló que aquellos
realidad, el mentiroso, si desea que, tal co-
sujetos que habían evaluado la profesión de
mo hemos dicho anteriormente, su víctima
“político” en términos muy favorables y quie-
se comporte de un modo que sea benefi-
nes la habían evaluado en términos muy
cioso para él (para el mentiroso), antes de-
desfavorables, en realidad no es que difirie-
be influir en el modo en que ésta interprete
ran en el modo en que valoraban dicha
las circunstancias en que se encuentra. Vol-
profesión (en el juicio del objeto), sino que
viendo a la definición anterior de Russow,
lo que unos y otros entendían por “político”
ahora no se trata meramente de que D se
(el objeto de juicio) era lo que difería (ver
comporte como si estuviera en la situación
también Asch, 1948, 1952; Hastorf y Cantril,
A, sino que para que D pueda comportarse
1954; Lord, Lepper y Ross, 1979; Vallone,
así, antes debe creer que está en la situa-
Ross y Lepper, 1985; Ross y Nisbett, 1991).
ción A. La propia Russow, siguiendo otra
Esta construcción que se hace del objeto (o
línea de razonamiento y con otros fines dis-
de una situación dada), y no sus cualidades
tintos a los nuestros, da con una definición
“objetivas”, será lo que, a fin de cuentas,
que no obstante nos es útil para ilustrar
influirá sobre la conducta del sujeto:
nuestro punto:
¿Qué entendemos por engaño? Propuesta de una definición. 39
considera falso, pero que en realidad Miller y Stiff, 1993). Y ya hemos dicho
es verdadero, está no obstante engañando. anteriormente que las alteraciones debidas
Por ejemplo, supongamos que tenemos un a deficiencias cognitivas (falta de competen-
CD determinado bajo llave en nuestro cia) no pueden considerarase mentiras. Por
despacho, pues no queremos prestarlo a ejemplo, un testigo que haya sido suges-
nadie ya que es muy valioso y no deseamos tionado creerá que la información que nos
que se pierda. Sin que nosotros lo sepa- da es cierta. Según nuestra definición no
mos, una becaria de colaboración que tiene estaría mintiendo. Lo cual nos remite de
acceso a nuestro despacho ha visto el CD y nuevo al principio, del presente capítulo, en
lo ha cogido, sin comunicárnoslo. Y luego lo que hemos hablado de la intencionalidad
ha olvidado en el seminario de uso común del engaño.
del área. Si, en estas circunstancias, un En definitiva: El engaño consiste, más
compañero del área a quien en su día que en generar una creencia objetivamente
prometimos prestarle el CD nos lo pide, falsa en el receptor, en generar una creen-
y le decimos “mira a ver en el seminario, cia que el propio comunicador considera
que creo que está allí”, estaremos mintien- falsa. Si la información que el emisor pro-
do. Nosotros creemos que no está allí. La porciona es verdadera, pero él la considera
información es verdadera, pero nosotros lo falsa, podemos decir que está mintiendo. Si
ignoramos, y de hecho tenemos la intención la información que el emisor proporciona es
de engañar. falsa, pero él la cree verdadera, no pode-
Cabe pues matizar lo dicho en el mos decir que esté mintiendo.
subapartado anterior. No se trata tanto de Esto, como se puede deducir de lo que
generar en el receptor una creencia falsa veremos más adelante, tiene implicaciones
como de generarle una creencia que el pro- de cara a la detectabilidad del engaño. Aún
pio emisor considera falsa. Porque el emisor a riesgo de anticiparnos, permítasenos algu-
puede equivocarse, y considerar falso algo nas consideraciones. La aproximación no-
que no lo es o, como vimos al principio, verbal a la evaluación de la credibilidad
considerar verdadero algo que en realidad necesita que, para que una mentira se
es falso. En cuyo caso −este último− no detecte, el emisor sea consciente de que
estaría mintiendo. Por ejemplo, algunos está alterando la información. Un testigo
autores han argumentado que, dado que que dé una información que él considera
los pacientes psicóticos creen en sus fabu- verdadera pero que es falsa, en principio no
laciones, no deben ser considerados men- experimentará ciertos procesos psicológicos
tirosos (por ej., Ekman, 1985; Ford, 1996; que se asocian a la mentira (por ej., arousal,
42 La detección del engaño: Revisión teórica y aportaciones empíricas.
sobrecarga cognitiva, ciertas emociones y sugeridos, esto no es así (ver también Vol-
necesidad de controlar la conducta, Zucker- bert, 1999).
man et al., 1981a) y que pueden dar lugar a Conclusión
claves no-verbales del engaño, así que no
se le podrá detectar por esta vía. Por otro
lado, quien dé una información verdadera
que él considera falsa, creerá estar min-
tiendo, y por lo tanto experimentará los
procesos internos asociados al engaño, lo
cual puede dar lugar a algunos indicadores
conductuales que lo delaten. Esto contrasta
con lo que sucede con algunas técnicas
verbales como el CBCA o la técnica del
Control de la Realidad. En éstas el énfasis
no está tanto sobre los correlatos conduc-
tuales de ciertos procesos que se dan en el
emisor que se sabe mentiroso, sino sobre la
información misma: tratan de determinar
si lo que el testigo expresa son hechos que
ha experimentado de forma directa o he-
chos generados internamente. Por ejemplo,
se sostiene que un relato generado interna-
mente tendrá menos detalles contextuales y
sensoriales que el relato de una experiencia
que se haya vivido (Control de la Realidad).
Y esto será así con independencia de si el
emisor cree estar mintiendo o no. No obs-
tante lo dicho, algunos resultados empíricos
cuestionan este planteamiento, tan razona-
ble en el ámbito teórico. Así, Offe (2000)
expone que, pese a la esperanza inicial de
que las técnicas de análisis del testimonio
fueran capaces de separar entre declara-
ciones de hechos vividos y las de episodios
Defining deception 167
10 Probably the belief that self-adaptors or self-manipulations increase when lying is based on the assumption that people
get nervous when they lie, and therefore they must display behaviors indicating nervousness, such as a general increase
in movements and self-manipulations (e.g.., Knapp et al., 1974; Köhnken, 1989). The first meta-analyses on the cues to
deception (DePaulo, Stone, & Lassiter, 1985; Zuckerman, DePaulo, & Rosenthal, 1981) indicated that an increase in this
type of behavior actually occurred when lying, so that this belief could be accurate. However, recent reviews by Aldert
Vrij (1998, 2000) do not show any increase, and his empirical works (Mann, Vrij, & Bull, 2000; Vrij, 1995, 1997; Vrij et
al., 1997; Vrij & Mann, 2001; Vrij, et al., 1996; Vrij & Winkel, 1993) indicate that, in fact, nervous movements, in particu-
lar those made with the hands, decrease when lying. The reason for this may be that since the senders believe that hand
movements signal deception, they try to inhibit them during deception. However, they end up overinhibiting those
movements, reducing their occurrence to below their usual level during truthful communications.
11 According to Zuckerman, DePaulo et al. (1981) deception cues and leakages may be caused by four processes: the cogni-
tive complexity entailed in lying, the liar’s attempt to control his or her behavior when sending the deceptive message,
the leaking of his or her emotions, and the arousal that s/he may experience. Each of these processes has directly ob-
servable behavioral correlates, although these behaviors may also be originated by factors other than lying (see, for ex-
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