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Tema 6

PRODUCTO
Un producto es lo que se obtiene al final de la cadena productiva, una serie de acciones
planificadas para crear un bien capaz de cubrir una demanda existente en el mercado
DEFINICIÓN DE PRODUCTO
Un producto es aquello que se fabrica y se destina al mercado para satisfacer una
demanda. Es un elemento planificado que resulta luego de un proceso productivo, el
cual se pone a la venta posteriormente.
CARACTERÍSTICAS DE UN PRODUCTO

 Cubre una demanda: Un producto es algo aprovechable y que por tanto


responde a una necesidad.
 Tiene un precio de venta: Para adquirir un producto, la demanda debe pagar un
precio.
 Su elaboración conlleva un coste: Fabricar un producto supone dedicar ciertos
recursos a ello, como mano de obra, materia prima, marketing y otros costes
asociados.
 Es planificado: Un producto es el resultado de algo previamente estudiado.
 Pasa por un proceso productivo: El acto de fabricar un producto es conocido
como proceso de producción, el cual es la fase en la que se desarrolla un bien.
 Busca un beneficio económico: Un producto tiene como motivación obtener
ganancias a partir de su venta.
 Puede ser tangible o intangible: Dependiendo del elemento, este puede ser
tocado físicamente (producto) o no puede ser tocado físicamente (servicio). Sin
embargo, ambos tienen la facultad de resolver problemas.
 Es homogéneo: Se refiere a que los productos pueden ser fabricados en masa, lo
cual hace que los bienes producidos bajo una misma línea sean iguales entre sí.
Un servicio, por el contrario, es un elemento heterogéneo, ya que es
personalizado y cambia dependiendo de las necesidades y circunstancias de cada
cliente.
 Tiene dos terminaciones: Un bien puede ser un producto terminado o un
producto intermedio. El primero está listo para su consumo, y el segundo debe
pasar por un segundo proceso industrial para ser consumido.
DIMENSIONES

¿Cuáles son las dimensiones de un producto?

El concepto de dimensiones del producto surge durante el siglo pasado, y mediante dos
autores principalmente. Por un lado, Kotler definió 3 niveles de producto, observados
desde el punto de vista del mismo producto; sin embargo, Levitt identificó 5
dimensiones, observadas desde el lado del consumidor. Explicaremos aquí ambas
perspectivas de forma conjunta, ya que la visión de Levitt es una extensión de la
planteada por Kotler.

Dimensiones de un producto de Kotler-Levitt


Beneficio básico

Es el producto en sí mismo, con su funcionalidad más básica, la necesidad principal


que satisface. Si no cumple este requisito, todas las demás dimensiones no servirán de
nada. Si el producto que comercializamos es una lámpara, debe iluminar, si no ilumina
podrá ser muchas cosas, pero no una lámpara, ya que dejará de satisfacer la necesidad
por la que se consume.
Beneficio genérico

Consiste en darle forma al producto básico: al beneficio básico que te ofrece una mesa,
cumpliendo su utilidad principal, podemos agregarle un diseño, una forma que
complete al producto.
Beneficio esperado

En esta tercera dimensión es cuando entran en juego los atributos del producto que los
consumidores requieren, que puedes refrescar en este otro post. Estos atributos son los
esperados por el cliente en el producto, por tanto, son los mínimos requeridos para ser
competitivos. Es decir, consiste en igualar a los atributos incluidos por la
competencia, ya que, si ellos los incluyen, nosotros debemos al menos igualarlos.
Beneficio aumentado

Una vez igualadas las condiciones del producto de la competencia, es en esta dimensión
cuando tenemos la oportunidad de diferenciarnos de ellos, aportándole un valor único
a nuestro producto. Además, los aspectos incluidos en esta dimensión son los que
suelen usarse en los claim de publicidad para generar atracción; si quieres saber más
sobre los claim te lo contamos todo en este otro post.
Beneficio potencial

En la quinta y última de las dimensiones de un producto encontramos las perspectivas


futuras, es decir, todas aquellas ampliaciones, aumentos o variaciones que puede
sufrir en el futuro el producto o servicio a fin de satisfacer posibles necesidades
inexploradas hasta ahora. En cualquier caso, tendrá gran influencia en el diseño del
beneficio potencial las tendencias de consumo que se esperen sobre tal producto. Hace
unos años, podríamos considerar como un beneficio potencial en un coche un sistema de
geolocalización en caso de robo.

Ejemplos de dimensiones del producto

Sin embargo, creemos que la mejor forma de comprender cualquier definición o


concepto siempre es mediante ejemplos, por ello, vamos a ofrecerte un par de ejemplos
que te ayuden a terminar de formar la imagen mental adecuada de cómo aplicar las
dimensiones de un producto.
Una mesa

Comenzaremos con un ejemplo simple pero más comprensible.


 Beneficio básico: que cumpla con su función de apoyar cosas, ya sea para
trabajar, comer o realizar cualquier actividad similar.
 Beneficio genérico: realizar la función básica en una mesa con la altura
correcta, con un diseño que permita realizar tal actividad de forma cómoda y sin
malas posturas.
 Beneficio esperado: la mesa está correctamente barnizada o pulida, con un
concreto diseño o estilo: moderno, clásico, de jardín…
 Beneficio aumentado: el factor único o diferencial al comprar una mesa puede
ser el montaje (en caso de que no venga montada) o el envío al domicilio.
 Beneficio potencial: tener integrada una pantalla, permitiendo tener en la misma
mesa un ordenador o un sistema centralizado de hogar inteligente (smart home).
Un billete de avión

Es un ejemplo de un servicio de comprar un billete de avión con una compañía aérea,


por lo que las dimensiones del producto serán algo más complejas, pero a la vez más
ilustrativas.
 Beneficio básico: disfrutar del servicio de transportarte de un punto geográfico a
otro.
 Beneficio genérico: volar en un avión correctamente identificado con la marca,
los colores corporativos y en asientos con un mínimo espaciado.
 Beneficio esperado: debemos acudir entonces a la competencia y tratar de
igualar lo mínimo esperado por un cliente. En este caso, podría considerarse la
correcta atención en puerta de embarque, el recibimiento e indicaciones de la
tripulación de cabina, así como el ofrecimiento del servicio en los horarios
acordados (dentro de los retrasos asociados al transporte aéreo).
 Beneficio aumentado: el producto aumentado sería la oferta de productos o
servicios complementarios que tengan a bordo, los seguros de cancelación de
vuelo, los servicios de selección de asientos o el servicio de transporte de
animales vivos.
 Beneficio potencial: el servicio de transporte de equipajes desde la residencia
hasta el alojamiento de destino, de forma que el cliente no tenga que acarrear
con ella en ningún punto del transporte aéreo.

Esperamos que te haya sido útil este artículo sobre las dimensiones de un producto que
hemos elaborado desde Universo Apolo, y si te han surgido más dudas sobre este tema u
otros no dudes en seguir explorando nuestra web y todo lo que ofrece, así como ponerte
en contacto con nosotros. Seguramente podamos asesorarte, igual que hemos hecho y
seguimos haciendo con multitud de clientes.

DIMENSIONES MODERNAS
Estas son: Funcional, Social, Emocional y, por supuesto, Económica. Y lo interesante es
que estas dimensiones son relevantes tanto para el cliente como para la empresa.
Veamos por qué.
Funcional
Evidentemente un producto (o servicio) ha de ser funcional para el cliente, es decir, ha
de poder, saber y querer utilizarlo. Esto quiere decir que ha de ser técnicamente
adecuado para el cliente y ha de integrarse en su día a día sin que genere disfunciones ni
alteraciones. Para mí no es funcional un Porsche, porque necesito un coche familiar, con
un espacio adecuado y las características que como familia necesitamos.
Pretender ser relevante para un segmento sin tener en cuenta la dimensión funcional es
un error, porque muchas veces un producto puede fracasar por tener una curva de
aprendizaje muy larga o pronunciada. De hecho una de las ventajas competitivas de los
productos Apple es que tienen una elevada funcionalidad.
La funcionalidad también es clave para conocer el momento de aplicar o llevar una
innovación al mercado. Si no existe ni la preparación ni conocimiento adecuados para
comprenderla y utilizarla, una innovación se vuelve irrelevante.
Social
Ya lo he dicho en otras ocasiones: los productos resuelven problemas, y en cuanto tales
tienen una función social clara, hacer más fácil la vida de la gente. Los productos y
servicios tienen una función claramente social, puesto que son elementos que generan
relaciones y crean entornos más o menos cómodos. Un portátil es un producto con su
estrategia de precio, su segmentación en el mercado y su plan de comunicación, pero
también es un elemento que nos sirve para trabajar, comunicarnos o divertirnos.
En este sentido es fundamental tener en cuenta la funcionalidad de los productos y
servicios, es decir, su facilidad y comprensión de uso. Esta función social, de “anclar” a
las personas a sus entornos y facilitarles las relaciones, ha de ser muy tenida en cuenta
por las empresas cuando diseñen sus productos y servicios.
Emocional
Los productos nos afectan a nuestra parte emocional, bien por ellos mismos (lovemarks)
o porque nos permiten canalizar nuestras emociones a través de ellos, de formar parte de
nuestra experiencia emocional (una película, un ramo de rosas). Cuando elegimos un
Smartphone no lo hacemos sólo porque sea el más barato o su funcionalidad sea la
mejor para mi trabajo, también lo hacemos porque nos gusta visualmente, nos agradan
sus formas o nos sentimos a gusto con su tacto.
Evidentemente no todos los productos tienen el componente emocional igual de
marcado. Una barra de pan parece poco emocional, pero una hogaza de pan de pueblo,
recién calentada, oliendo a pan, nos recuerda a nuestra niñez, a cuando nuestras madres
nos ponían la merienda con pan y aceite.
Es importante que las empresas comprendan el contexto en el que va a ser consumido su
producto, para ver hasta qué punto la parte emocional va a ser importante para el
cliente.
Económica
La más evidente y la que suele ser el centro de toda atención. Aquí hay enfoques
distintos dependiendo de si somos la empresa o el cliente. Para la empresa es
fundamental la rentabilidad, y aquí juegan a la vez los costes y el precio de venta. Las
empresas han de ser eficaces y eficientes, y al mismo tiempo han de maximizar el precio
en el segmento con el que trabajan. Pero aquí viene la otra parte, porque los clientes
quieren minimizar el precio de compra.
En este juego de tira y afloja es donde entran las demás dimensiones que, bien
gestionadas por las empresas, pueden permitir que el cliente esté dispuesto a relajar sus
exigencias de precios baratos. Si conectamos emocionalmente con el cliente, si somos
una ayuda funcional para él y si facilitamos su existencia social, nuestra importancia
será mayor y la fidelidad de nuestro cliente también.
Por eso no podemos pensar en nuestros clientes como clientes, porque son más que eso,
porque nuestros productos van dirigidos a las personas, no a los clientes. Y es en ese
terreno de juego donde debemos construir nuestro valor como aliados en su día a día.
Trabajar con personas amplía nuestra visión y aumenta nuestras posibilidades de éxito.
Trabajar con clientes nos limita a las 4 Ps del marketing y hace de nosotros
prescindibles, porque no somos capaces de poner nuestra atención más allá del
momento de la compra/venta.
ELEMENTOS DEL PRODUCTO
Algunas de las causas por las que un producto puede generar demanda de un mercado
específico, se debe a los beneficios de sus atributos que, a continuación te mostramos:
1. Núcleo
Se refiere a las propiedades físicas, químicas y técnicas del producto.
2. Calidad
Es la valoración de los elementos que componen el núcleo, de acuerdo con unos
criterios que son comparativos con la competencia.
3. Precio
Determina el valor último de adquisición.
4. Envase
Es un elemento de protección del que está dotado el producto y que, junto al diseño,
aporta un gran componente de imagen.
5. Diseño, forma y tamaño
Estos componentes permiten la identificación del producto o la empresa y,
generalmente, configura la propia personalidad del mismo.
6. Marca, nombres y expresiones gráficas
Igualmente, estos elementos facilitan la identificación del producto y permiten su
recuerdo asociado a uno u otro atributo.
7. Servicio
Se trata de un conjunto de valores añadidos a un producto que nos permite poder marcar
las diferencias respecto a los demás.
8. Imagen del producto
Es la opinión que se crea en la mente del consumidor de acuerdo a la información
recibida, directa o indirectamente, sobre el producto.
9. Imagen de la empresa
Finalmente, se refiere a la opinión en la memoria del mercado que interviene positiva o
negativamente en los criterios y actitudes del consumidor hacia los productos. Una
buena imagen de empresa avala, en principio, a los productos de nueva creación; así
como una buena imagen de marca consolida a la empresa y al resto de los productos de
la misma.
CLASIFICACIÓN DE PRODUCTOS
¿Cómo se definen los tipos de productos?
Los tipos de productos se organizan con base en los hábitos de compra de los
consumidores, similitudes con otras marcas y rango de precios. Esto permite a los
expertos en marketing generar estrategias que respondan a las necesidades de su
audiencia.
¿Cuáles son los 4 tipos de productos más importantes?
Productos de conveniencia
Productos de comparación
Productos de convicción
Productos no buscados
Existen cuatro tipos de productos principales enfocados en la experiencia de compra del
público de consumidores. Cada uno de estos incluye una diversidad de productos de
acuerdo con los hábitos de los compradores, sus precios y algunas características
compartidas. Conoce sus detalles para utilizarlos en favor de tus estrategias de venta.
1. Productos de conveniencia
Los productos de conveniencia son aquellos que los consumidores compran
regularmente sin reflexionar mucho.
Es común que una vez que los consumidores eligen su marca preferida de estos
productos de conveniencia seguirán comprando sus productos, a menos que encuentren
buenos motivos para cambiar de elección. Esto puede ocurrir por publicidad atractiva,
precios competitivos o simplemente porque están al alcance de su mano en los
anaqueles del supermercado.
El papel de baño, las golosinas, el jabón, los alimentos enlatados o la leche son
productos que entran dentro de esta categoría.
Para vender eficazmente un producto de conveniencia deberás considerar que mucha
gente compra estos bienes por impulso. Situar los productos cerca de la caja de cobro
puede elevar la venta de la mercancía, en especial si ofreces una experiencia
momentánea satisfactoria o si es atractiva para los niños. Por ello es común encontrar
dulces y goma de mascar cerca de las cajas registradoras.
Debido a que muchos de los productos de conveniencia tienen precios bajos, las
promociones no suelen ser un factor decisivo a la hora de considerar una marca sobre
otra. Muchas personas no estarán dispuestas a cambiar su marca favorita de papel de
baño solo para ahorrarse algunos centavos. Sin embargo, es importante considerar que
existen audiencias que constantemente buscan promociones, por lo que deberás conocer
a tu público de consumidores para ofrecer precios competitivos si es que estos prefieren
pagar menos.
Sin embargo, para los productos de conveniencia el reconocimiento de marca es un
factor determinante. Por ello es necesario que implementes campañas masivas para
alertar a los compradores de la existencia de tu marca y para generar interés por
consumir tus productos.
Por ejemplo, la marca de pan Bimbo, famosa en todo el continente americano, debe
gran parte de su éxito a sus extensas campañas de publicidad. Gracias al «osito Bimbo»,
mascota de la empresa, Bimbo creó una identidad de marca que hoy en día es recordada
por su fiel público de compradores.
2. Productos de comparación
Los productos de comparación son todos aquellos que, como su nombre lo indica,
requieren de una detenida comparación por parte de los consumidores para elegir aquel
que se adecue más a sus necesidades, intereses y presupuestos.
Estos productos generalmente son más caros que los productos de conveniencia. Sin
embargo, tienen un rango muy amplio de precios e incluyen una vasta diversidad. Ropa,
objetos decorativos, automóviles e incluso casas forman parte de este tipo de productos.
Si bien solemos comprar regularmente productos de conveniencia una y otra vez, la
mayoría de la gente solo compra ropa en temporadas específicas y no suele adquirir
propiedades con frecuencia. Por este impacto económico que implica su compra, los
consumidores llevan a cabo un proceso de evaluación de los productos existentes que
ofrece el mercado.
Para vender un producto de comparación debes invertir en estrategias publicitarias que
convenzan a tu público del valor de tu producto y de los beneficios que implica su
compra sobre los que ofrece tu competencia.
En este tipo de productos, el precio tiene un papel determinante para la toma de decisión
de los consumidores, por lo que ofrecer promociones, descuentos y rebajas atraerá a los
compradores hacia tu marca.
3. Productos de convicción
Los bienes de convicción son los productos que los compradores buscan de manera
autónoma y que, generalmente, son ofrecidos por una sola marca. Ya sea porque los
productos tienen la mejor calidad o porque son los únicos en su nicho de mercado, estas
mercancías no tienen competencia y sus compradores no tienen que comparar productos
ni buscar alternativas.
Un buen ejemplo de este tipo de bienes son los iPhone. Es común que los usuarios de la
tecnología de Apple mantengan una convicción por seguir consumiendo sus productos y
no consideren otras opciones que ofrece el mercado. Esta lealtad a la compañía perdura
gracias a la fuerte identidad de marca que Apple ha creado, así como la percepción que
tienen sus usuarios de la calidad de los productos.
Al vender bienes de este tipo no es común crear grandes campañas para convencer a los
compradores del valor de los productos. Generalmente ellos lo conocen y activamente
buscan consumir los productos de la marca.
Por el contrario, estas compañías deben innovar constantemente para optimizar sus
productos y mejorar las mercancías. Esto asegura que los consumidores se mantengan
expectantes y fieles a la marca. Por ejemplo, si Apple dejara de innovar con su
tecnología año con año probablemente los compradores optarían por algunas otras
marcas.
4. Productos no buscados
Digamos que son lo opuesto a los productos de convicción, existen algunas mercancías
que los compradores no buscan activamente ni tienen el interés en adquirir. Los
extintores de incendios, las baterías y los seguros de vida son grandes ejemplos de este
tipo de productos.
Las personas suelen comprar estos productos solamente cuando es necesario y muchas
veces su adquisición está determinada por impulsos producidos por el temor o la
previsión. Por ejemplo, un comprador promedio no acudirá al supermercado a buscar el
último modelo de extintores de incendios. Por el contrario, considerará adquirir uno tras
una experiencia cercana a un incendio o para prevenir siniestros. Asimismo, los
compradores no adquieren baterías porque sean su producto favorito, sino porque
quieren evitar que sus eléctricos dejen de funcionar.
Al vender estos bienes es necesario recordarles a los consumidores que tu producto
existe y que es beneficioso contar con él.
Algunas agencias funerarias, por ejemplo, han optado por crear estrategias de marketing
alertando a sus audiencias de los costos que implica un servicio funerario no previsto.
4 ejemplos de tipos de productos
1. Ejemplo de producto de conveniencia: cereales
Un claro ejemplo de los productos de conveniencia son los misceláneos que compramos
regularmente para mantener nuestras alacenas llenas. Los cereales son productos de
consumo especialmente populares entre los niños que se han ganado su atención por
medio de estrategias de mercado basadas en la identidad de marca. Kellogg's, por
ejemplo, ha utilizado mascotas caricaturizadas para captar la atención de sus clientes.

Fuente: Kellogg's
Estas estrategias dejan ver que, a pesar de no ofrecer los precios más competitivos,
algunas marcas tienen un gran éxito comercial por sus campañas de publicidad y
marketing.
2. Ejemplo de producto de comparación: automóviles
El mercado automotor es uno de los más competitivos en todo el mundo. En buena
medida esta competencia se basa en las comparaciones técnicas y estéticas que se
pueden hacer entre marcas y gamas de productos.
Con la gran diversidad de marcas que ofrecen automóviles de calidad, los compradores
tienen que dedicar un gran esfuerzo a determinar cuál es la mejor opción que se adecua
a sus necesidades, presupuestos e intereses.
Para crear un diferenciador que atraiga a su público, Tesla ha generado publicidad que
destaca los beneficios que conlleva su tecnología para la seguridad de los usuarios.

Fuente: Tesla

Sin duda, existen productos que requieren la comparación con la competencia para
elegir la mejor alternativa debido al impacto económico que implica.
3. Ejemplo de producto de convicción: ropa de lujo
Al hablar de productos de convicción, hemos de reconocer que los compradores no
buscan alternativas, sino que están convencidos de la calidad del producto que buscan
comprar. La empresa de moda Pyer Moss atrae a sus clientes ofreciendo prendas lujosas
y esperando que ellos se acerquen a su marca.

Fuente: S Moda El País

Como puedes ver, Pyer Moss no tiene miedo a salir de la norma, lo cual es un elemento
atractivo para muchas personas que buscan un aire refrescante e innovador.
4. Ejemplo de producto no buscado: seguros de vida
Los productos no buscados suelen requerir campañas de marketing más extensas para
atraer públicos potencialmente interesados en adquirir un bien o contratar un servicio,
ya que, por sí mismos, no tienen mucho interés en acercarse a estos productos. La
aseguradora mexicana GNP tiene una de las campañas de marketing más populares que
ha atraído al público mediante su eslogan «Vivir es increíble».
Al colaborar con artistas del momento, la aseguradora atrae al público a consumir
productos que no buscan activamente, pero que prometen mejorar su calidad de vida y
liberarlos de preocupaciones.
CARTERA DE PRODUCTOS
La cartera de productos es el conjunto de los bienes y los servicios que una empresa
pone a la venta. Puede ser más o menos compleja, es decir, hay empresas que tienen una
cartera con cientos de marcas y otras con menos, pero que la cantidad sea elevada no
significa que su rendimiento sea bueno.
La clave está en establecer una estrategia que permita aumentar las ventas de los
productos de más éxito, distribuir recursos hacia las marcas según los objetivos que
establezca la empresa y analizar el impacto que las decisiones de la firma han tenido en
el éxito o no de la misma.
Cómo se gestiona una cartera de productos
Es preciso establecer estrategias que tengan en cuenta las dimensiones la cartera de
productos, el público objetivo al que va dirigido cada uno de estos y el comportamiento
de los consumidores. Las cuatro dimensiones de la cartera de productos son:
Amplitud: es el número de líneas de producto que tiene la cartera.
Longitud: se refiere al número total de productos que se comercializan.
Profundidad: tiene que ver con el número de variaciones de cada producto de la línea.
Una de esas variaciones puede ser el tamaño.
Consistencia: se trata del grado de similitud que hay entre las líneas. Por ejemplo, la
frecuencia de uso por parte de los consumidores, los métodos de fabricación, el precio,
etc.
Las empresas, cuyas carteras tienen una buena profundidad y amplitud, tienen más
facilidades para adaptarse a los posibles cambios del mercado. Es lógico, ya que al
poseer distintos productos pueden dar mejor respuesta a las necesidades específicas de
cada público.
Cómo se analiza una cartera de productos
El análisis de una cartera de productos tiene como objetivo tomar decisiones respecto a
sus posibles mejoras sobre los métodos de fabricación o sobre cómo aumentar su
rentabilidad. Existen varios métodos, entre ellos están:
Análisis de margen de contribución: diferencia entre los ingresos por ventas y los costos
de un producto.
Análisis multifactorial G.E.: las unidades de negocio de una empresa se evalúan
siguiendo factores externos e internos.
Despliegue de la función de calidad: se tiene en cuenta la voz del cliente y se diseñan
los productos o servicios en función de lo que este diga.
La matriz B.C.G.
Esta última permite obtener una visión general de una cartera de productos. El eje
vertical de la matriz define el crecimiento del mercado y, el horizontal, la cuota de
mercado. Cada cuadrante tiene un símbolo en el que se incluyen una serie de productos
según sus características:
Productos estrella. Son los que merece la pena potenciar, ya que gozan de un gran
crecimiento y participación en el mercado.
Ejemplos de productos estrella:
Facebook Ads es la segunda plataforma de anuncios publicitarios online (gran cuota de
mercado), y el mercado de publicidad online continúa creciendo.
Otro ejemplo es Netflix o Cabify. Tienen una gran cuota de mercado, y sus mercados
son crecientes.
Productos vaca. Tienen bajo crecimiento, pero alta participación en el mercado. Es
decir, su pronóstico es bueno.
Ejemplos de productos vaca lechera:
El iPhone es un producto que tiene una buena cuota de mercado en un sector que ya no
crece mucho (el de los smartphones).
Otro ejemplo es Coca Cola o McDonalds.
Productos perro. Poca participación y también poco crecimiento, por lo que, al no ser
rentables, es recomendable deshacerse de ellos.
Ejemplos de productos perro:
El MP3.
Los videoclubs.
Productos interrogante. Su crecimiento es alto, pero tienen poca participación.
Requieren de inversión para poder ser rentables.
Ejemplo de productos interrogantes:
Los smartwatches tienen una cuota baja en el mercado de relojes, pero está creciendo.
Los coches eléctricos tienen una cuota de mercado muy baja, pero tienen una tendencia
creciente.
CICLO DE VIDA DE UN PRODUCTO
El ciclo de vida de un producto es un proceso cronológico que transcurre desde su
lanzamiento en el mercado hasta su desaparición.
Este concepto hace referencia a la evolución que experimenta un producto en el
mercado en cuanto a ventas. Tiene 5 fases fundamentales, como se aprecia a
continuación:
1. Entrada al mercado: Es cuando el producto se introduce al mercado. Dada su
fase temprana, las ventas en este punto son bajas.
2. Crecimiento de ventas: Se comienza a percibir un aumento en las ventas.
3. Consolidación en el mercado: El producto comienza a madurar y a
estabilizarse en cuanto a número de ventas.
4. Descenso de ventas: Pasado un tiempo, las ventas comienzan a descender.
5. Desaparición del producto: Cuando un producto ya no es rentable o no es
viable mantenerlo, se elimina del mercado.

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