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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

DEFENSA PÚBLICA
UNIDAD DE DEFENSA PÚBLICA DEL ESTADO ZULIA

CIUDADANO (A):
JUEZ (A) SEPTIMO (A) DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA
SU DESPACHO.-

Quien suscribe, ABG. JUAN CARLOS GONZALEZ GONZALEZ, Defensor Público Provisorio
Vigésimo Primero (21°) con competencia Penal Ordinario e Indígena, Adscrito a la Unidad de la
Defensa Pública del Estado Zulia, actuando con el carácter de Defensor de los ciudadanos:
PABLO JOSE GUSMARY, RICHARD ANTONIO GARCIA Y NEISY ELENA VILLAOLOBOS,
respectivamente , plenamente identificado y cuya causa cursa ante ese Tribunal signada con el
N°. 7C-34324-22, ante usted con el debido respeto ocurro para exponer:

Mis defendido fue presentado por el Representante de la Fiscalía del Ministerio Publico en fecha
29 de Noviembre de 2018, por ante este Tribunal en funciones de Control, por la presunta
comisión del delito de CONTRABANDO SIMPLE Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD, y para
quien el Tribunal Decretó Medida Cautelar Sustitutiva de Privación de Libertad, de conformidad
242 Ordinales 3° y 4° del Código Orgánico Procesal Penal. Asimismo en fecha 18 de Junio de
2023, se celebro audiencia preliminar en la cual el Tribunal anulo el escrito acusatorio incoado en
contra de mis defendidos otorgando un lapso de QUINCE (15) DIAS, siendo que hasta la fecha
han transcurrido XX Meses y XX días sin que el Ministerio haya dictado el respectivo acto
conclusivo y encontrándose pues mi defendido bajo unas medidas cautelares que cercenan su
derecho a la libertad personal, toda vez que dichas medidas restringen el derecho que tiene mi
defendido a la misma.

Ciudadana Jueza, igualmente ha sido conteste la doctrina y la jurisprudencia patria al establecer


que toda medida cautelar cualquiera sea su naturaleza constituye una medida de coerción
personal que menoscaba los derechos de todo ciudadano a ser juzgado en libertad; siendo el
derecho a la libertad, un derecho humano fundamental, inherente a la Persona y es reconocido
después del derecho a la vida, como el mas preciado por el ser humano.

En apoyo a lo plasmado por ésta defensa responde nuestro máximo Tribunal Supremo de Justicia
en Sala Constitucional de fecha 22 de Abril de 2005, fungiendo como ponente el Magistrado
FRANCISCO CARRASQUERO LOPEZ quien expuso:
“…Conforme a la Disposición transcrita, las medidas de coerción
personal independientemente de su naturaleza, están sometidas a un
límite máximo de dos años, lapso que el legislador consideró
suficiente para la tramitación del proceso. Por lo tanto la medida
cautelar decae automáticamente; una vez transcurridos los dos
años,…”(Subrayado de la Defensa)

Criterio éste que fue ratificado por nuestro máximo Tribunal en Sala Constitucional, fungiendo
como ponente el Magistrado PEDRO RONDON HAAZ, de fecha 29 de Julio de 2005, donde se
sostuvo el criterio del decaimiento de la medida bajo los siguientes términos:
“…En este sentido, el Juez está obligado a declarar, a solicitud de
parte e inclusive de oficio, el decaimiento de la medida privativa de
libertad, tras verificar el transcurso de un lapso superior al
establecido como máximo, debido al mandato expreso contenido
en el citado artículo 244 de la ley procesal penal; de lo contrario, la
medida devendría ilegítima y, por tanto vulneraría el derecho a la
libertad personal, consagrado en el artículo 44.1 constitucional
”(Subrayado de la Defensa)

Tal como se desprende de las actas del proceso mi defendido está sometido a las medidas
cautelares contempladas en el artículo 256 Ordinales 3° y 4° del Código Orgánico Procesal Penal,
la cual recae sobre mi defendido desde hace mas de Tres (03) Años y Un (01) mes como se
apuntó anteriormente y ante éste tipo de medida de coerción personal se ha pronunciado
igualmente la Sala Constitucional en los siguientes términos:
“…En tal sentido, apunta la Sala, que el espíritu de toda medida que sea
expedida dentro de un procedimiento es de garantía de los fines del
proceso; sin embargo, no ha sido el espíritu del legislador venezolano la
creación de medidas que sean instituidas a perpetuidad o que se
mantengan en el tiempo a perennidad( …) La prohibición de salida del
país si bien está concebida en el texto adjetivo penal como una
medida cautelar sustitutiva, se trata de una medida de coerción
personal, ya que ésta no es solo la privación de libertad personal,
sino cualquier tipo de sujeción a que sea sometida una persona.
De allí que dicha medida esté íntimamente ligada al derecho a la
libertad y seguridad personales en virtud de la restricción al libre
tránsito a la que se encuentra sometida la persona contra quien
obra…”(Subrayado de la Defensa)

De igual manera el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, de fecha


treinta y uno (31) de enero de 2008. La Magistrada Presidenta, Ponente DEYANIRA NIEVES
BASTIDAS, se pronuncio de la siguiente manera:
“…..En relación al decaimiento de la medida, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en decisiones reiteradas ha señalado lo siguiente: “…En relación con lo estipulado en el
artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, esta Sala Constitucional en reiterada
jurisprudencia (vid. Casos: Rita Alcira Coy, del 24 de enero de 2001 e Iván Alexander Urbano, del
15 de septiembre de 2004) ha señalado que la medida de coerción personal que es decretada
contra un imputado o acusado decae, previo análisis de las causas de la dilación procesal,
cuando han transcurrido más de dos años de su vigencia, contados a partir del momento en que
fue dictada, siempre y cuando, no se haya proveído la prórroga establecida en el artículo 244 del
Código Orgánico Procesal Penal, dado que, en ese caso, deberá esperarse que culmine la misma
para que pueda existir dicho decaimiento. No procederá el decaimiento de la medida, aunque
hayan transcurrido los dos años, en aquellos casos en los cuales dicho lapso haya
transcurrido por causas imputables al procesado, o cuando la libertad del imputado se
convierte en una infracción del artículo 55 de la Constitución Vigente, todo lo cual debe ser
debidamente examinado por el Juez de Juicio…(Omissis)…

Ahora bien, si la libertad no es decretada, entonces el afectado, o su defensa, deben solicitar


simplemente la libertad, atendiendo al contenido del artículo 244 del Código Orgánico Procesal
Penal. No debe entenderse esta solicitud como una revisión de la medida de coerción personal,
según lo establecido en el artículo 264 eiusdem, por cuanto esta última disposición normativa sólo
se aplica en aquellos casos en los cuales las razones por las cuales fue dictado la medida han
variado, lo cual es distinto a la prolongación en el tiempo de la misma…
Ahora bien, si la libertad es negada por el tribunal que conoce de la causa –como sucedió
en el presente caso- ello permite que la parte afectada pueda interponer el recurso de
apelación establecido en el numeral 5 del artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal ,
dado que esa negativa le produce un gravamen y, además, no se trata de una decisión
inimpugnable, como ocurre cuando se niega la revisión de la medida de coerción personal.
Ese medio judicial ordinario –la apelación-, debe ser agotado antes de intentar el amparo, ya
que en caso contrario la acción deviene inadmisible conforme a lo señalado en el numeral 5
del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales…”. (Sentencia Nº 1315 del 22-6-05, Sala Constitucional). Subrayado de la
Sala……..
Es por lo que acudo a su competente autoridad para que en uso de sus atribuciones decrete el
CESE DE LA MEDIDA CAUTELAR, que constriñe en la actualidad a mis defendidos ciudadanos:
PABLO JOSE GUSMARY, RICHARD ANTONIO GARCIA Y NEISY ELENA VILLAOLOBOS; en
aplicación a los Derechos constitucionales que consagran el Derecho a la Libertad Personal y en
atención a todo el tiempo transcurrido desde su presentación por ante el Juzgado Cuarto de
Control, haciendo notar a este Magisterio que todo el tiempo transcurrido sin haber mediado acto
alguno ha sido por causas no imputables a mis defendidas por cuanto tal como se desprende
de los libros de Presentación llevados por este Tribunal y los actos fijado por su tribunal, los
mismos han cumplido fielmente con los acto fijados por el órgano Jurisdiccional.
Tal solicitud la fundamento igualmente de conformidad con lo establecido en los Artículos 44 y 49
ordinal 2° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en concordancia con lo
dispuesto en los artículos 08, 09,13 y 230 del Código Orgánico Procesal Penal, Artículo 45 de la
Declaración Americana Sobre Derechos Humanos (San José 1.969), el Artículo 9.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Nueva York Diciembre 1.996).

Al tal efecto me permito citar al profesor Fernando Fernández, uno de los redactores del C.O.P.P y
de nuestros más autorizados especialistas en el nuevo proceso penal acusatorio de la siguiente
manera: “Se encuentra en conexión con este principio la norma del debido proceso establecida en
el artículo 1° del C.O.P.P. Tan importante como la presunción de inocencia de un imputado es el
trato como tal que deben darle las autoridades del Estado, esto es: El Juez, la Policía y el
Ministerio Público se encuentran obligados a darle al afectado el mismo trato que alguien que es
inocente de determinado hecho hasta que se pruebe lo contrario (Fernando Fernández: Manual de
Derecho Procesal Penal, Caracas 1999, Pág.85), destacando que en el sistema acusatorio el
Juzgamiento el libertad es la regla y la prisión provisional es la excepción y que incluso hasta en
los delitos mas graves, no debe decretarse la prisión provisional de manera automática, sino en
casos de gran repercusión.
PETITORIO
Por todo lo anteriormente expuesto Ciudadana Jueza solicito a su digno Magisterio DECRETE EL
CESE DE LAS MEDIDAS CAUTELARES QUE CONSTRIÑEN A MI DEFENDIDO EN EL
PRESENTE PROCESO, fundamentando tal solicitud en el Principio de Presunción de Inocencia y
en el articulo 230 del Código Orgánico Procesal Penal.

Es Justicia en la Ciudad de Maracaibo del Estado Zulia, a los Diez (10) días del mes de Julio de
2023.-

ABG. JUAN CARLOS GONZÁLEZ GONZÁLEZ


Defensor Público Provisorio Vigésimo Primero (21°) con competencia Penal Ordinario e Indígena,
Adscrito a la Unidad de la Defensa Pública del Estado Zulia

ZU-MB1-PO-DP21-2022-2716
7C-34324-22

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