Está en la página 1de 166

VERDADERA TRAICIÓN

Recupérate de la traición del pecado sexual de tu cónyuge

Escrito por:
Brad Hambrick, M.Div., Th.M.
Pastor de Consejería, The Summit Church
www.bradhambrick.com

Traducido con permiso del Autor por


www.proyectocoramdeo.com
Aprende más sobre consejería bíblica en nuestras redes sociales:
Instragram: @alesura @stefanfelizkent
YouTube: Alejandra Sura

Agradecimientos especiales a los colaboradores de traducción:


Alejandra Sura, Daniela Chávez, Dominique Barros, Ema Silva, Juan Manuel López, Kelly Pérez,
Ligia Chang, María Atiaga, María Pedriel y Nancy Carrera.

Edición: Alejandra Sura, Karen Durán y María José Rivera

2
Tabla de contenido
Capítulo 1 4
«¿Qué se supone que debo hacer con esto?» 4
Capítulo 2 21
«Siento que lo que ahora sé, podría matarme» 21
Capítulo 3 44
«¿Qué está pasando con mis pensamientos y emociones?» 44
Capítulo 4 59
«Lo que estoy pensando... ¿es verdadero, correcto, real, útil, loco?» 59
Capítulo 5 79
«Siento como si hubiera perdido algo» 79
Capítulo 6 94
«Reemplazando lo que es real con lo que es verdadero» 94
Capítulo 7 111
«¿Qué significa avanzar y cómo llego allí?» 111
Capítulo 8 126
«Viviendo una vida que no esté definida por lo que estoy superando» 126
Capítulo 9 137
«Soñando y yendo tras los sueños de nuevo» 137
Apéndice A 141
¿Cómo llevar a cabo una intervención para el pecado sexual? 141
Apéndice B 146
Cómo hablar con los hijos cuando el pecado sexual afecta a la familia 146
Apéndice C 154
Lecturas recomendadas 154
Apéndice D 156
Consejos para padres y devocionales familiares 156
Apéndice E 165
¿Qué hago ahora? 165

3
Capítulo 1
«¿Qué se supone que debo hacer con esto?»
PREPÁRATE física, emocional y espiritualmente para afrontar tu sufrimiento

«Vivir en negación por el pecado de mi cónyuge sería más costoso que cualquier cosa por la
que Dios me hiciera pasar en el proceso de restauración. Dios es bueno por llevarme al punto
de saber lo que ha pasado. Por lo tanto, me pondré en la mejor posición física, emocional,
relacional y espiritual posible para enfrentar mi sufrimiento».

Memoriza: Jeremías 7:9-11 (NBLA) «¿Robarán, matarán, cometerán adulterio, jurarán


falsamente, ofrecerán sacrificios a Baal y andarán en pos de otros dioses que no habían
conocido? ¿Y vendrán luego y se pondrán delante de Mí en esta casa, que es llamada por Mi
nombre, y dirán: “Ya estamos salvos”; para después seguir haciendo todas estas
abominaciones? ¿Se ha convertido esta casa, que es llamada por Mi nombre, en cueva de ladrones
delante de sus ojos? Yo mismo lo he visto, declara el Señor». Al memorizar este pasaje, reflexiona
acerca de estos puntos clave:

● «Cometerán adulterio, jurarán falsamente» – Dios entiende la traición que trae el pecado
sexual y el ser engañado por la persona que amas.
● «Se pondrán delante de mí en esta casa» – Dios entiende la forma en la que el pecado
sexual puede cambiar la percepción de tu hogar.
● «Ya estamos salvos» – Dios ha escuchado a Su novia (la iglesia) prometer falsamente que
dejaría a sus amantes.
● «Seguir haciendo» – Dios tuvo que responder cuando esas promesas llegaron vacías
repetidamente.
● «Cueva de ladrones» – Tu experiencia estuvo en la mente de Jesús cuando Él limpió el
templo (Mateo 21: 12-13).

Notas de enseñanza

«Escuché entrar a Gary y escuché a los niños saludar a su padre. Todo se escuchaba como siempre.
Pero éste no era un hogar normal. Ya nada era normal. No era normal. Todo lo que podía hacer
era llorar y hacer preguntas. Estaba obsesionada. Todos estarían bien si tan sólo yo pudiera seguir
adelante. Todos podían simplemente vivir sus pequeñas vidas normales con todas las demás
personas normales (p. 41) ... Ya nada me sorprendía. Excepto yo, me sorprendía a mí misma todo
el tiempo (p. 177)». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

«En momentos de gran dificultad, es común que las personas descuiden su propio cuidado
personal... Los sentimientos de lástima o vergüenza con los demás a menudo impiden que la pareja
recurra a recursos que normalmente podrían ser una fuente de consuelo (p. 105)». [Testimonio]

4
«Fluctúo entre querer perdonarlo y presentar papeles de divorcio. Siempre he sido la 'estable' en
nuestra relación y, recientemente, siento que me estoy volviendo loca (p. 37)... En general, es
recomendable no tomar decisiones importantes en los primeros días, a menos que sea necesario
salir por su seguridad (p. 32)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered Heart (traducido como
«Reparando un corazón destrozado»)

«Los coadictos pueden asumir que cuando el adicto al sexo se recupere, todos sus problemas
habrán terminado. Pueden pensar que sus problemas se deben únicamente a la práctica sexual y
cuando eso se detenga, todas las demás dificultades se detendrán. El problema es que esperan
que el adicto al sexo haga todo el trabajo de recuperación (p. 173)». Mark Laaser en Cómo sanar
las heridas de la adicción sexual

«La mayoría de los matrimonios en los que ambos cónyuges están comprometidos a hacer que la
pareja funcione y pasan por el proceso de confesión y arrepentimiento, generalmente sobreviven
y, a menudo, se vuelven aún más íntimos (p. 347)». Doug Rosenau en Una celebración del sexo

«El cónyuge debe darse cuenta de que él o ella también puede contribuir al dolor de muchas
maneras. Una de las más comunes es a quién cuentan sobre el adulterio y cómo comparten esa
información... La verdad es que a quienes se les cuentan todos los detalles sobre la infidelidad,
rara vez se les informan todos los detalles sobre el proceso de restauración a medida que avanza.
Sin embargo, esperamos que esas mismas personas sigan nuestro camino hacia la sanidad con
sólo la mitad de la información. Es una carga injustamente puesta sobre aquellos que te aman y
quieren protegerte del daño (p. 117)... Como regla general, sugerimos que, así como has
compartido con los demás el dolor, así también puedas compartir sobre el proceso de sanidad (p.
252)». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

Aplicación personal

No estabas preparado para esto... y no tendrías por qué estarlo. Estar preparado habría significado
vivir con miedo, resentimiento o negación adormecida. Ser sorprendido con la guardia baja y
abrumado es la mejor respuesta posible y más saludable al pecado sexual por parte de tu cónyuge.
Eso no disminuye tu dolor, pero debería ayudar a aliviar parte de la sensación de vergüenza y
fracaso que puedas sentir.

En las primeras etapas no sabes si conoces toda la verdad y no sabes cómo discernir cuándo te
has enterado de todo lo que necesitas saber (o incluso cómo discernir qué necesitas saber, y qué
no quieres saber). Es una posición de total desorientación. Es como si te dieran 20 vueltas sobre
tu propio eje, te dieran una brújula rota y te dijeran que corras hacia el norte como si tu vida
dependiera de ello.

En esta etapa del proceso, el pecado sexual se usa como un término amplio, que abarca
pornografía, infidelidad emocional y adulterio. En el capítulo dos haremos algunas diferencias
entre ellos. En este momento no estás completamente seguro de que tu cónyuge ha sido honesto

5
acerca de su pecado. Por lo tanto, este capítulo se centrará en cómo prepararte para recibir la
información que deberá ser revelada.

El propósito de este capítulo es darte una barandilla de la cual puedas sostenerte en este
momento tan confuso. El manual «Verdadera traición» ha sido pensado para ser estudiado con un
compañero de confianza mientras caminas (no corres) hacia el norte. Este compañero de
confianza no es tu cónyuge, al menos no todavía. Ninguno de los dos es lo suficientemente
objetivo en esta etapa como para servir de compañero del otro en esta lucha (que sin duda es
parte del aguijón y la vergüenza asociados al pecado sexual en el matrimonio).

Un pastor o consejero debe participar en la jornada en la que se encuentran tú y tu cónyuge. De


lo contrario, es probable que asumas un papel paternalista hacia tu cónyuge, te rindas
innecesariamente o declares que las cosas se resolvieron prematuramente para «cerrar el libro»
en este capítulo tan incómodo. Cada respuesta puede parecer correcta (mi cónyuge necesita saber
qué tan equivocadas fueron sus acciones y debe asumir responsabilidad o no podré seguir con
esto, necesito irme o se supone que debo perdonarlo y seguir adelante ¿verdad?), pero cada una
te suele conducir a una recuperación malsana.

Este material asume un nivel inicial de reconocimiento, arrepentimiento y voluntad de restaurar


el matrimonio por parte de tu cónyuge. Si eso no está presente, recibirás alguna orientación para
tu recuperación personal-emocional, pero también puedes consultar el Apéndice A sobre cómo
realizar una intervención para el pecado sexual.

¿Cómo te preparas?
De modo que es bueno y saludable haberte sorprendido y conmocionado al conocer la verdad,
entonces ¿qué significa prepararse? Para ayudarte en este paso, tenemos cinco áreas claves que
debes considerar:

1. No te apures ni te rindas
2. Crea expectativas realistas
3. Encuentra una comunidad adecuada
4. Establece acuerdos no negociables
5. Cuídate físicamente

Hacer «bien» estas cosas no facilitará tu jornada. Uno de los desafíos de la recuperación de la
traición del pecado sexual, es que las acciones correctas no siempre son acompañadas de alivio
circunstancial o emocional. Cuando haces una dieta adecuada, puedes ver que los números en la
báscula disminuyen. Cuando haces un buen presupuesto, puedes ver que tus deudas disminuyen
o que tus ahorros aumentan. Pero aun cuando respondes bien a la traición del pecado sexual,
todavía te duele y te preguntas: ¿estoy haciéndolo bien?

Es necesario que reconozcas esta tendencia, sino cambiarás de dirección una docena de veces en
las próximas semanas. El resultado será que sentirás que has vuelto al punto de partida. Esto no

6
está muy lejos de la verdad. Das cinco pasos hacia el oeste y te frustras, das siete pasos al sur y te
sientes culpable, das cuatro pasos hacia el norte y sientes que se han aprovechado de ti; corres
seis pasos hacia el este, y finalmente colapsas para llorar (o enfurecerte); sólo para mirar hacia
arriba y darte cuenta de que estás dos pasos al sur de donde empezaste y demasiado exhausto
como para dar otro paso. El objetivo de este manual es ayudarte a escapar de esa trampa.

1. No te apures ni te rindas
«Enséñame qué dirección es mejor y déjame ir. Si esa realidad no existe entonces dímelo para
dejar de tener esperanzas». La noticia del pecado sexual de tu cónyuge puede parecer una alarma
llamando a una acción intensa e inmediata, o una tragedia que necesita una ceremonia de luto. Es
una noticia muy fuerte y grande, tomarse el tiempo necesario para entender la verdad no parece
coincidir con la magnitud de tus emociones o tus deseos de hacer algo al respecto.

A. Evita las amenazas. Es muy fácil quedar atrapado en «lo que debes hacer» o en «lo que tienes
todo el derecho de hacer». La ira es una respuesta apropiada al pecado sexual. Sin embargo, las
amenazas sólo refuerzan la sensación de inseguridad e incertidumbre. En las próximas semanas y
meses, es importante que ambos eviten hablar en códigos.

Es preferible decir: estoy enojado... me siento herido... no me siento seguro contigo... no creo
nada de lo que dices... no sé si estoy dispuesto a permanecer casado, que decir: ¿qué pasa si me
acuesto con tu mejor amigo?... tal vez debería enviarle algunas fotos en Facebook… no creas que
no he tenido la oportunidad de acostarme con otro, tal vez la próxima vez me arriesgaré... estabas
dispuesto a arriesgar a nuestra familia por estar con la cabeza caliente, así que no creas que te
dejaré ver a los niños si nos divorciamos.

La simple verdad no parece transmitir todo lo que estás experimentando, pero amenazar sólo
confunde más en lugar de aclarar lo que estás tratando de comunicar. La siguiente conversación
se tratará de Facebook, de quien se te insinuó o de los horarios de visitas de los niños, en lugar de
tratarse del impacto de la infidelidad de tu cónyuge en ti y en el matrimonio. Te alejas más
convencido de que tu cónyuge no te entiende, mientras que él se aleja pensando en el contenido
de las amenazas y no en la raíz de su pecado y el cambio requerido.

«Es importante para la relación que dejes clara tu ambivalencia en las primeras etapas de
la restauración. En otras palabras, comunicar que no estás del todo en la relación y no estás
del todo fuera de ella, es una forma honesta de mostrarle al adicto dónde te encuentras
emocionalmente. Esto le da al adicto la oportunidad de caminar hacia la recuperación y
reconocer que la relación está en un terreno muy inestable, y que él o ella necesita poner
la recuperación en primer lugar (p. 49)». Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart
(traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

B. Sé paciente al hacer cambios. La revelación del pecado sexual cae como una bomba. A menos
que tomes una decisión significativa para cambiar, puede parecer que estás tolerando o ignorando
la explosión. Cuando un niño se pierde en un lugar público, lo primero que le dices es que se quede
quieto (que no corra para que no se desoriente más) y que busque a alguien que pueda ayudarlo

7
(un policía o un empleado del lugar). Un consejo similar aplica después del descubrimiento del
pecado sexual.

Realizar cambios de forma audaz y sin la información correcta puede aumentar la confusión en tu
vida y en tu matrimonio. Si te das cuenta de que estos cambios iniciales no se ajustan bien, puedes
fácilmente sentir que estás incumpliendo tu palabra o que estás siendo débil cuando los reviertes
o los modificas. Lo más importante que puedes hacer cuando el polvo se asiente, es encontrar a
alguien que te ayude. Se hablará más sobre esto en la sección «Una comunidad adecuada». Lo
mejor que puedes hacer al inicio es dejar de estar solo, y permitir que alguien te guíe en el proceso,
en lugar de no saber qué hacer y seguir caminando a ciegas.

«Abandonar la relación en este punto es como tener un hueso roto y no sanarlo. Las
relaciones rotas también necesitan atención. No prestar atención a tu sanidad emocional
puede paralizar tus relaciones futuras. Y si hay niños involucrados, los problemas son
inevitables. Ya sea que te vayas o te quedes, no hace la diferencia. Necesitará ser reparado.
Y por doloroso que sea, habrá menos dolor y un proceso de sanidad más efectivo cuando
se resuelva la fractura lo más pronto posible (p. 54)... La ironía de usar el divorcio como
una forma de escapar del dolor es que crea más dolor (p. 59)... Es probable que sientas
presión de los demás para terminar tu relación como si eso fuera a poner fin a la confusión
emocional en la que te encuentras... La mayoría de los terapeutas sugieren que no hagas
cambios significativos durante el primer año de recuperación (p. 75)». Stephanie Carnes,
en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

Una de las decisiones más difíciles es hablar de separación. Hay pocas situaciones donde la
separación inmediata es aconsejable:

● Cuando el pecado sexual es en contra de otro miembro del hogar.


● Cuando el cónyuge infractor niega continuamente evidencia clara de una relación sexual
en curso.
● Cuando el cónyuge infractor tiene un historial activo de abuso físico o control de los
recursos familiares.
● Cuando el cónyuge infractor se niega de forma persistente a comprometerse a los
acuerdos no negociables.

8
De lo contrario, la separación o el divorcio se convierten en el enfoque de tu vida y reemplaza la
prioridad de eliminar el pecado sexual. La pregunta principal es: ¿qué tiene que hacer el cónyuge
infractor para volver a casa o detener el proceso de divorcio? La pareja se distrae mucho con
decisiones terciarias (encontrar un apartamento, quién paga qué facturas, tiempo con los niños,
con qué frecuencia hablar por teléfono, etc.) en lugar de abordar el pecado sexual.

El objetivo de la toma de decisiones durante este tiempo es que mantengas lo principal como lo
principal. La separación prematura, atacar a la pareja adúltera, contárselo a los padres o amigos
del cónyuge o tener una aventura amorosa en venganza, finalmente todo logra una sola cosa:
reemplazar el pecado sexual original como el eje del cambio.

C. No justifiques ni niegues el pecado. Si los dos puntos anteriores hablan de la importancia de


no apresurarse, este se trata de no rendirse. Rendirse puede presentarse de dos maneras: en
forma de negación o en forma de justificación. Cuando vives en negación intentas vivir como si el
hecho nunca hubiese ocurrido; equiparas olvido con perdón (se hablará mucho acerca del perdón
en el capítulo siete; si bien es cierto que Dios nos llama a perdonar, eso no es lo único que le
preocupa a Dios de tu respuesta inicial al pecado sexual de tu cónyuge).

Lee Juan 8:32. Es fácil dudar de este pasaje después de la revelación del pecado sexual de tu
cónyuge. Es fácil pensar: ahora sé la verdad, pero no me siento libre. Me siento abrumado y
atrapado. El conocimiento no es poder. Mis fuerzas están agotadas. Sin embargo, la ignorancia no
es libertad. La ignorancia es ficción. Parte de prepararte para enfrentar tu sufrimiento es poder
agradecer a Dios por haberte sacado de la oscuridad de la ignorancia. De la misma manera que
Dios está sacando a tu cónyuge de las tinieblas del pecado (Juan 12:46).

La segunda forma de rendirse es cuando se usa la justificación y se termina explicando el pecado


del cónyuge en categorías amorales, culpables o fatalistas. Hay muchas versiones de este tipo de
pensamiento:

● «Esto es lo que hacen hombres y mujeres»


● «Seguro no satisfice sus necesidades, así que esto es realmente mi culpa»
● «Quizá si tengo más sexo o soy más romántico, él/ella dejará de hacerlo»
● «Quizá no merezco tener un cónyuge fiel. Después de todo, yo tampoco soy perfecto»
● Otro:
________________________________________________________________________
● Otro:
________________________________________________________________________

Lee Gálatas 5:14 y Santiago 2: 8. Cuando haces que el pecado se trate de ti (culpar al género, al
tanque del amor, el sentido de valor personal, etc.); redefines radicalmente el pecado y, por lo
tanto, todo el evangelio. Toda la ley, incluso amar a Dios con todo tu ser, se resume en el
mandamiento de amar al prójimo como a ti mismo. En el pecado sexual, las personas usan a su
prójimo para amarse a sí mismas y poder sentirse como Dios, muy alabados y afirmados. El pecado
sexual de tu cónyuge fue ante todo una afrenta a Dios. Cualquier otra interpretación que le des a

9
su pecado (como en los ejemplos anteriores) conducirá a una solución efímera e ineficaz, y va a
transformar cualquier intento de crecimiento matrimonial en actos de prevención contra el
pecado sexual, lo que hará muy difícil resistirte a la amargura o a la inseguridad.

2. Expectativas realistas

¿Qué tengo permitido esperar? ¿Es demasiado pedirle que cambie de teléfono celular? ¿Está mal
esperar que nunca más se vuelva a masturbar? ¿Puedo esperar que él/ella invierta
completamente en su recuperación y al mismo tiempo me busque? ¿Es egoísta querer que me
busque? Las preguntas pueden seguir y seguir, y éstas son sólo las preguntas que tienes para ti.
La letanía de preguntas que hay para tu cónyuge será tema del capítulo dos.

En esta etapa del proceso, es válido reconocer que tú y tu cónyuge no están en el mismo lugar. Tu
cónyuge ha sabido acerca de su pecado sexual por mucho más tiempo que tú. Descubrir el pecado
de tu cónyuge fue impactante, pero es muy probable que para él/ella haya sido un alivio que así
fuera (si es que está arrepentido). Lo que fue una noticia desconcertante para ti, es historia para
él/ella. La batalla a la que acabas de entrar es una batalla que él/ella ha estado peleando (hasta
cierto punto) durante algún tiempo.

Estos factores tienen un gran impacto en las expectativas. En el capítulo dos, comenzará el proceso
de descubrir la historia que tu cónyuge (y tú) han estado viviendo. En el capítulo tres, aprenderás
más sobre cómo estas líneas de tiempo separadas afectan tus emociones, tu sentido histórico de
identidad y tu matrimonio. Para tener expectativas realistas, empieza reconociendo que no están
en la misma página. Recién empiezas a descubrir por qué es que ambos están en páginas
separadas.

A. Tú mismo. Puedes esperar sentirte como en una montaña rusa. Enojado por el pecado. Herido
por la traición. Deseoso de perdonar y seguir adelante. Triste por tu pérdida. Abrumado hasta el
punto de sentir náuseas. Listo para divorciarte. Anhelando aquellos momentos cuando las cosas
iban bien (aunque sólo fuera durante el noviazgo). Temeroso de que todo tu matrimonio haya sido
una mentira. Cuestionando tu juicio, porque si no te diste cuenta de que esto estaba pasando,
¿qué más te perdiste? Preguntándote si tus pensamientos se detendrán alguna vez. Deprimido
porque no crees que las cosas volverán a ser iguales. Inseguro y con necesidad de ser abrazado o
tener sexo para reafirmar el matrimonio. Asqueado ante la idea de ser tocado o tener intimidad
nuevamente. Luego te enojas de nuevo y te preparas para otro paseo en el carrusel de tus
emociones.

Lo que la mayoría de la gente quiere y no puede tener en esta situación es control. Eso es lo que
hace que la mayoría de las falsas interpretaciones de la sección anterior sean atractivas: dan cierta
sensación de control (es decir, si puedo llenar su tanque de amor hablando su lenguaje de amor y
ver el mundo a través del lente rosa/azul de su género, entonces estoy a salvo de experimentar
este dolor nuevamente). Tiene sentido, pero canjear la verdad por el control, siempre es un mal
intercambio.

10
«Cuando los coadictos se ensimisman, quieren una gratificación inmediata y quieren
garantías a largo plazo. El proceso de sanidad empieza cuando abandonas la necesidad de
controlar cómo ocurre la sanidad (p. 59)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered Heart
(traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

Entonces, ¿cuáles son las expectativas razonables acerca de ti mismo?

● Tus emociones van a fluctuar, tendrás con frecuencia emociones desagradables, y eso no
significa que estás retrocediendo.
● Enterarte de nueva información acerca del pecado sexual de tu cónyuge, interrumpirá el
progreso que habías tenido.
● Los episodios comunes de sexualidad en la televisión, en las películas y en los libros te van a
incomodar.
● Te será difícil tolerar los pequeños conflictos que otros tengan, incluso no te parecerán
interesantes, ni serás compasivo con ellos. Al menos por un tiempo.
● Los hábitos de sueño y alimentación serán un reflejo más fiel de tu progreso que tus propias
emociones.
● Puede ser que te aferres de forma excesiva a aquellas cosas o personas que consideras fiables
o sobre las que tienes control.

B. Tu cónyuge. El cambio no es una línea recta. Hay pocas instancias donde esta declaración
genera mayor dolor, sobre todo cuando se habla de pecado sexual dentro del matrimonio. Esto
no significa que cualquier recurrencia sea aceptable porque es normal. A continuación,
discutiremos qué establecer como no negociable. Pero antes de llegar allí (para protegerte y evitar
que te retires de aquellas cosas que no puedes controlar), discutiremos las expectativas poco
realistas a la luz del desorden de los cambios que estás viviendo.

Las frases o pensamientos «si me amas» o «si realmente estás arrepentido» son una de las formas
más comunes de expresar expectativas poco realistas. Por lo general, no son realistas debido al
momento que estás viviendo (ahora) o al efecto esperado (mejorar las cosas) en lugar del
contenido (fidelidad). A pesar de eso, el tipo de expresiones que se enumeran a continuación

11
resultarán en que tu cónyuge no pueda cumplir con tus expectativas y cada falla cargará con todo
el peso del dolor de la revelación inicial:

● Si me amaras, nunca más lucharías con la lujuria.


● Si me amaras, nunca más volverías a pensar en la persona con la que me fuiste infiel con
sentimientos de afecto.
● Si me amaras, serías el esposo/esposa que siempre quise que fueras.
● Si me amaras, sabrías que ________ me lastimaría sin que yo tuviera que decírtelo.
● Si me amaras, mejorarías en __________responsabilidades, mientras trabajas en tu
pecado sexual.
● Otro:
________________________________________________________________________

Una expectativa muy razonable y funcional acerca de tu cónyuge sería que complete el manual
«Falso amor» o algún otro material sobre el tema. Esto te daría una sensación de seguridad, ya
que se abordarán las cosas que son importantes para ti y que son necesarias para el cambio,
incluso si no avanza al ritmo que tú quisieras. Si bien discutiremos la restauración de la confianza
en el capítulo siete, en esta etapa puede ser útil darse cuenta de que, a menudo, la confianza se
le da inicialmente a un tercero (en última instancia a Dios, pero también a un consejero) y mientras
tu cónyuge trabaja en cooperación con esa persona de confianza, tu confianza comienza a
transferirse de nuevo a tu cónyuge.

C. Sexo. El sexo conyugal puede adquirir muchos significados diferentes después del pecado
sexual. A veces, el cónyuge ofendido se vuelve hipersexual e intenta utilizar el sexo para recrear la
seguridad y la unidad perdida. La tendencia puede ser aún más fuerte cuando se malinterpreta
que el pecado sexual es causado por necesidades emocionales insatisfechas. Otras veces, el
cónyuge ofendido puede sentirse asqueado por el sexo; recordando el pecado incluso en el
contexto sano de la intimidad marital.

El peligro en cualquiera de las reacciones, es la forma en que la respuesta es interpretada después.


Cuando ves hacia atrás la respuesta hipersexual, a menudo se mira con vergüenza: mi cónyuge me
engaña o mira pornografía y yo me le lanzo sin pena, como si tuviera la suerte de ser parte de su
harén. El deseo de seguridad a través del sexo marital se interpreta más como una debilidad, en
lugar de mirarlo como parte del diseño creado por Dios.

Aquella respuesta que expresa asco por el sexo a menudo se considera como una fuente de
seguridad: evitar el sexo me mantiene a salvo. No seré herido nuevamente, al menos no de la
misma manera. Aquí el deseo de seguridad se saca del contexto del matrimonio. Si esta creencia
persiste, la esfera de las relaciones consideradas seguras se limita y es posible que sólo te
relaciones con tus hijos o tus amistades del mismo sexo.

En esta etapa temprana, ten en cuenta que el sexo no será normal por un tiempo. Incluso, puede
haber ocasiones en las que te sientas peor después de tener relaciones sexuales. No te apegues
al significado que el sexo tiene durante este tiempo y no midas el matrimonio en función de la

12
calidad o frecuencia del sexo. El sexo es la celebración de la intimidad. Hay trabajo por hacer antes
de que se reestablezca esa intimidad. Hasta ese momento, el sexo no será lo que fue diseñado
para ser. Permite que tus expectativas del sexo reconozcan eso.

Habrá ocasiones en las que deba establecerse un periodo de abstinencia. A menudo, durante y
después del pecado sexual, el sexo se convierte en lo fundamental en la vida del cónyuge infractor.
Cuando esto ocurre, más sexo o mejor sexo no será una bendición, sino que sólo alimentará la
mentira que alimenta el pecado. En caso de que sea aconsejable, podrás tomar un ayuno sexual
de 90 días, lo cual discutirás junto a tu cónyuge en el capítulo seis del manual «Falso amor». Si
crees que esto es necesario o beneficioso para tu matrimonio, puedes recomendarle a tu cónyuge
que lea «Qué es y qué no es el perdón» en el capítulo siete de este material.

«Al principio de la recuperación, los adictos al sexo necesitan tener un periodo de celibato
para cambiar la creencia de que el sexo es su necesidad más importante... Durante el
proceso de sanidad, la pareja puede querer ser célibe en ciertos momentos para poder
centrarse en el área emocional y espiritual... Los adictos al sexo deben aprender a ser
sexuales como una expresión de sus sentimientos emocionales y espirituales por su
pareja». Mark Lasser en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual
3. Una comunidad adecuada

Es más difícil hablar sobre el pecado sexual que sobre cualquier otro pecado que domina o
interrumpe la vida. Esto es cierto incluso en contextos donde las personas están comprometidas
abiertamente a luchar con las batallas dominantes de su vida.

«El problema es que incluso en los círculos de personas en recuperación, las adicciones al
sexo rara vez se discuten o abordan (p. 17)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered
Heart (traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

Sin embargo, el aislamiento sólo agranda el dolor de la traición. Con mucha frecuencia el divorcio
es la única razón por la que se habla abiertamente del pecado sexual. El resultado es un doble
impacto en el que (a) el divorcio o un matrimonio miserable parecen ser tus únicas posibilidades
futuras y (b) faltan ejemplos positivos de los que puedas extraer esperanza durante este tiempo.

La pregunta es: ¿con quién hablo? Los criterios expuestos a continuación están destinados a
ayudarte a identificar a las personas más adecuadas.

● Díselo a quienes tienen autoridad espiritual sobre ti. Te sientes falso cuando no has sido
honesto. Será sumamente difícil recibir aliento o apoyo de tu iglesia cuando tus líderes no
conocen tu situación. Esto significa que debes informar al líder de tu grupo pequeño y al pastor
que mejor conozcas. De lo contrario, rápidamente sentirás que sólo estás cumpliendo con las
formalidades de la iglesia o que su pastoreo en tu vida se vuelve cada vez menos personal o
relevante.

13
● Ponte de acuerdo con tu cónyuge sobre aquellos con quienes compartirás tu sufrimiento.
Cuando menos, informa a tu cónyuge acerca de la(s) persona(s) con quien(es) estás hablando.
Si tu cónyuge está en contra de este tipo de apoyo, es aconsejable comenzar con un consejero
que tenga acuerdos de confidencialidad, para así dar tiempo a que la actitud defensiva de tu
cónyuge disminuya. Con quién hablas y cómo te comunicas con tu cónyuge es una parte
importante del apoyo que recibes, ya que es una bendición a largo plazo para la salud del
matrimonio.

● Compártelo sólo con quienes estás dispuesto a incluir en el proceso de restauración.


Cuando compartes tu sufrimiento (el pecado de tu cónyuge), estás invitando a alguien a un
proceso. Debe ser alguien que esté dispuesto a involucrarse durante todo el proceso.
«Vomitar» en tus círculos sociales todo lo que sientes dejará a tu cónyuge como villano o
sospechoso por tiempo indefinido y, por lo tanto, no será saludable para una posible
restauración.

● No se lo digas a quienes te podrían aconsejar rápidamente que te separes . Si tu situación


cumple con los criterios para la separación inmediata discutidas anteriormente, entonces
necesitas el apoyo (no el consejo) para separarte. De lo contrario, querrás evitar a las personas
cuyo apoyo requiere que estén en contra de tu cónyuge o tu matrimonio. Ésta es una falsa
dicotomía. Tus emociones fluctuarán dramáticamente en los próximos días y semanas. Quieres
que aquellos en quienes confías sean una fuente de estabilidad y perspectiva; no personas que
están reaccionando emocionalmente al pecado de tu cónyuge como si se sintieran ofendidos
personalmente.

● Asegúrate de que tu motivación sea buscar consuelo y no venganza. Cuando tu cónyuge te


lastima, es natural querer que él/ella también sienta dolor. Descubrirás que cuando la
venganza es tu motivo, a quién le cuentas y qué le dices creará más caos que alivio. Al contener
tus deseos de venganza, no estás simplemente protegiendo a tu cónyuge o al matrimonio,
estás expresando fe en los caminos de Dios como tu fuente de protección (Proverbios 3: 5-8).

● Ten un comentario previamente preparado para aquellos que hacen preguntas, pero no
necesitan saber lo que está ocurriendo. Es probable que quienes te rodean noten que algo
anda mal. Hay dos principios para lidiar con la tensión: (a) siempre puedes contar más; no
puedes contar menos, y (b) la verdad detiene la especulación y, por lo tanto, reduce los
chismes. En la mayoría de los casos, pueden reconocer tu dolor y puedes apreciar su
preocupación: estoy enfrentando algunas cosas difíciles en este momento y agradecería tus
oraciones. En este momento lo estoy manteniendo como un asunto personal y te pediría que
no participes de cualquier especulación que escuches de otros sobre lo que podría estar mal.
Si es obvio para los demás que las dificultades provienen de tu matrimonio, podrías decir:
estamos enfrentando algunos desafíos en este momento y estamos trabajando en ellos.
Apreciaríamos tus oraciones y te pediría que no participes de cualquier conversación que
especule acerca de lo que podría estar mal.

14
● Si es posible, permite que los padres y otros familiares estén dentro del grupo al que se le
confesará la verdad. La confesión es una parte importante de la recuperación y la
restauración. Parte de superar la mentira asociada con el pecado sexual es que tu cónyuge sea
honesto a un costo, sin ser atrapado. Se debería considerar incluir en la confesión a los padres,
familiares o amigos cercanos afectados por su pecado, o a aquellos que deberán estar en la
estructura de rendición de cuentas. Se le pedirá a tu cónyuge que haga una confesión completa
en el capítulo cinco de «Falso amor». A menos que se requieran cambios de trabajo,
separación u otras alteraciones de vida obvias, es mejor permitir que tu cónyuge informe a sus
padres y familiares en el momento en el que su madurez espiritual le permita participar en
esta confesión como una forma de ser parte de la obra de Dios en su vida.

● Habla con tus hijos. El Apéndice B proporciona pautas apropiadas para la edad y la situación.
Es mejor tener conversaciones intencionales cuando hayas preparado lo que vas a decir en
lugar de evitar el tema hasta que las circunstancias desencadenen la conversación; haciendo
que tus palabras y emociones sean mucho menos predecibles.

«En la recuperación temprana, los padres deben realizar reuniones familiares para que
los niños sepan en términos simples lo que está sucediendo». Mark Lasser, en Cómo
sanar las heridas de la adicción sexual

4. Establece acuerdos no negociables

«¿Qué puedo o debo pedir?» es una pregunta común. Puedes sentir una intensa sensación de
presión sobre estas primeras expectativas. Puede parecer que las cosas mejoran; eso depende de
que sepas qué pedir en los minutos y horas después de enterarte del pecado de tu cónyuge. El
propósito de estos materiales es aliviar esa carga.

Tu petición fundamental es que tu cónyuge tome las medidas necesarias para abandonar su
pecado y restaurar el matrimonio. Pero eso no es lo que se denomina aquí como no negociables.
No negociables, de acuerdo con el uso que le estamos dando a ese concepto, significa los pasos
inmediatos que son necesarios para evitar un daño mayor y mostrar los frutos iniciales del
arrepentimiento. Hasta que no se cumplan estos no negociables, el proceso de restauración no ha
comenzado porque las acciones de destrucción continúan.

● Si el pecado sexual involucra la interacción directa con una persona real, debe de
interrumpirse todo contacto. Esto se aplica al adulterio emocional y a la infidelidad sexual. El
Apéndice B de «Falso amor» brinda orientación sobre cómo debe hacerlo tu cónyuge y cómo
debes participar en el proceso. Hasta que no se realice este paso, no debes realizar ninguno
de los otros pasos de restauración de esta guía.

«Tu cónyuge debe saber que, para que su matrimonio mejore, la relación adúltera
debe cortarse. La indecisión en este asunto es una decisión en contra de tu
matrimonio. Hasta que tu cónyuge se haya comprometido realmente a poner fin a la

15
comunicación con la otra persona, la incertidumbre de tu matrimonio se reflejará en
el hogar (p. 15)». Winston Smith, en Help! My Spouse Committed Adultery (traducido
como «¡Ayuda! Mi cónyuge cometió adulterio»)

● Si hubo algún contacto sexual con otra persona, tu cónyuge debe hacerse la prueba de
enfermedades de transmisión sexual. Ésta es tanto una medida de protección para tu salud
física, como un paso que demuestra el riesgo real del pecado sexual. Hasta que no se haga
esto, no debe haber intimidad sexual entre ustedes. Ésta es una acción de humildad para tu
cónyuge que a menudo hace que lo que él/ella te ha hecho, se vuelva más real.

● Si el pecado sexual involucró actividad online, debes instalar un software para la rendición
de cuentas en la computadora. Este software se puede encontrar en xxxchurch.com (gratis)
o covenanteyes.com (tiene más funciones). Inicialmente, deberías recibir el informe de
actividad de Internet elaborado por estos programas. Más tarde, propondremos que un
compañero del mismo sexo sea a quien tu cónyuge le rinda cuentas, y sea él/ella quien reciba
estos informes para protegerte de asumir el papel de policía con tu cónyuge y así facilitar la
restauración de la confianza.

5. Cuídate físicamente

Si bien la mayoría de personas reconoce que el pecado sexual de tu cónyuge es un periodo


intensamente estresante (a veces incluso traumático), la mayoría de las personas que enfrentan
el pecado sexual de su cónyuge descuidan los elementos básicos del cuidado personal, ya que
todo lo demás parece más importante.

Si descuidas tu autocuidado, multiplicarás el impacto del pecado de tu cónyuge en tu vida. Esto


aumentará tu sensación de dolor, la tentación del resentimiento y el número de cosas que
comenzarán a salir mal. Disminuirá tu deseo o capacidad de trabajar en el matrimonio. La cantidad
de cosas que deseas que tu cónyuge comprenda y la brecha en su comprensión se hará mayor a
medida que experimentes los efectos de un cuidado personal deficiente.

Un obstáculo principal para tu cuidado personal adecuado es estar naturalmente enfocado en que
tu cónyuge se esté «portando bien». Los acuerdos no negociables están destinados a limitar tus
expectativas en esta etapa del proceso. El mayor grado de seguridad que puedes tener sobre el
comportamiento de tu cónyuge es estar razonablemente seguro. Tratar de estar más seguro que
esto resultará en ser consumido por cosas fuera de tu control.

«Puedes estar preguntándote constantemente qué está haciendo el adicto. Gran parte de
tu energía puede estar concentrada en tratar de curar al adicto, a expensas de tu propio
cuidado personal (p. 12)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered Heart (traducido
como «Reparando un Corazón Destrozado»)

16
● Descansa. Esta puede ser la parte más difícil del cuidado personal. El pecado sexual de tu
cónyuge parece una amenaza, y lo último que eres propenso a hacer cuando te sientes
amenazado, es descansar. Es posible que debas recordar que descansar no es una forma de
permitir o perdonar el pecado de tu cónyuge. El descanso se trata de entender que eres una
persona finita, no es simplemente un lujo después de saber que tu cónyuge se está portando
bien. En estas primeras etapas, la mayor parte de lo que hay que hacer debe hacerlo tu
cónyuge.

Tus roles en esta etapa son principalmente roles de descanso: (1) permitir que los hechos
salgan a la luz; (2) aguantar hasta que la restauración avance y haya ocurrido el
arrepentimiento y la confesión; (3) entender la influencia que esta traición tiene en ti; (4) basar
tu identidad en el evangelio, en lugar de prestarle atención a los mensajes distorsionados de
tu sufrimiento; y (5) estar preparado para responder con sabia gracia a medida que se conocen
los hechos y se produce la confesión. Estos objetivos de descanso te llevarán hasta el final del
capítulo seis de este manual.

En cuanto a la lucha frecuente por dormir, las siguientes sugerencias pueden ser útiles:

o Confía en que el sueño es un buen regalo de Dios y no te sientas culpable por descansar.
o Ora para que Dios te dé un sueño reparador y confía en que Él quiere que lo tengas.
o Memoriza pasajes de las Escrituras y repítelos lentamente mientras te acuestas a dormir.
o Pon música suave o sonidos de la naturaleza para evitar que tu mente piense mientras
tratas de dormir.
o Reduce el nivel de cafeína y azúcar en tu dieta.
o Evita las siestas durante el día para que tu sueño sea concentrado.
o Establece una rutina para la hora de dormir. Esto puede ser particularmente difícil ya que
la hora de acostarte es un momento en el que usualmente tienes mayor intimidad y
cercanía con tu cónyuge.
o Toma un baño tibio para relajar tu cuerpo.
o Prueba ejercicios de relajación o estiramiento muscular antes de acostarte.
o Establece un patrón de respiración profunda y lenta que simule la respiración durante el
sueño.
o Habla con un profesional médico sobre la posibilidad de recetarte algo que te ayude a
dormir.

● Come. La pérdida de apetito y, por ende, la pérdida de peso son reacciones comunes al
enterarte del pecado sexual de tu cónyuge. Esto puede deberse al deseo de ser más atractivo
para tu cónyuge, pero la mayoría de las veces la pérdida de apetito está ligada a la naturaleza
traumática de ser traicionado por tu cónyuge y no saber qué creer. Algunas sugerencias para
la nutrición cuando se suprime el apetito son:

o Toma un refuerzo de vitamina C para fortalecer tu sistema inmunológico.


o Toma bebidas de frutas o verduras ricas en nutrientes.

17
o Come comidas más pequeñas más veces durante el día.
o Programa cuándo comerás y no esperes hasta que tengas ganas o recuerdes comer.
o Alimentos sólidos húmedos y nutritivos como el yogur o la fruta son más fáciles de comer
cuando tu apetito es bajo y sientes la boca seca.

● Haz ejercicio. El ejercicio cardiovascular ayudará a reducir la acumulación fisiológica del


estrés, aumentará el apetito y fatigará el cuerpo para dormir. El ejercicio también ayuda a
contrarrestar la pasividad o el enojo energético que son respuestas comunes al enterarse del
pecado sexual de tu cónyuge.

● Exprésate. No comunicar tus emociones en un momento como éste es una forma de


silenciarte. Puedes comunicar tus emociones verbalmente, por escrito o mediante una
autorreflexión honesta. En este punto, no hay una forma correcta de sentirse. Es importante
tener en cuenta que todo lo que sientes durante este tiempo es real, pero puede que no sea
cierto. Esa distinción se desglosará en capítulos posteriores. Idealmente tu
cónyuge estará dispuesto a escuchar lo que piensas y sientes como parte de haber descubierto
su pecado y cómo te impactó (capítulo dos de «Falso amor»). Si tu cónyuge no está dispuesto
a escuchar o responde de manera malsana (tiene una actitud defensiva, expresa
autocompasión, te echa la culpa por lo sucedido, o mantiene un silencio inquietante, etc.), es
mejor esperar hasta que complete el capítulo dos de «Falso amor» antes de abrazar esta
expectativa. Hasta entonces, aquellos que has identificado en la sección Una comunidad
adecuada deben ocupar este rol.

Idealmente, permitirás que el contenido de tus palabras exprese el corazón de lo que sientes
sin llegar al dramatismo. Puedes ver la influencia de vivir en presencia de un pecado oculto
cuando comienzas a comunicarte en código o por medios secundarios (acciones o palabras
pasivo-agresivas, permitiendo que el volumen demuestre el grado de dolor, usando el drama
de la amenaza de divorcio o separación, o amenazas de devolver el daño «con la misma
moneda» para trasmitir el nivel de traición que estás experimentando).

● No te aísles. Es probable que después de enterarte del pecado de tu cónyuge, te sientas falso
o expuesto en otras relaciones. Evitar a las personas es una forma atrayente de escapar de esa
sensación. Pero cuando haces eso, sucede otra cosa dolorosa: el pecado sexual de tu cónyuge
consume un porcentaje aún mayor de tu mente, tu tiempo y tu vida social. Prepararte para

18
enfrentar tu sufrimiento también consiste en resistir las acciones (como el aislamiento) que
harían que tu sufrimiento consuma tu vida. Aun cuando los pasatiempos te parezcan poco
agradables, las conversaciones poco interesantes o las relaciones falsas, siguen
desempeñando un papel saludable en tu vida que es vital para la lucha que se avecina.

● Ve al médico, si es necesario. El valor potencial de una ayuda para dormir ya se ha discutido,


pero un medicamento para aliviar la ansiedad o la depresión también podría ser beneficioso si
estás experimentando ataques de pánico o si sientes un alto nivel de desesperación.
Cuando tu ansiedad o depresión son el resultado de este tipo de eventos traumáticos de la
vida, no estás experimentando ansiedad o depresión causada por un desequilibrio químico,
por lo que el tratamiento debe ser a corto plazo (habla de esto con tu médico), sin embargo
puede ayudarte a reducir estos síntomas. Recuerda que no hay ningún mérito espiritual o
relacional al enfrentar todo el peso de tus emociones por ti mismo, sobre todo si está siendo
abrumador.

Sí puedes hacerlo

Leer las últimas páginas a la luz de todo lo que sucede en tu vida tiene que ser abrumador. Es fácil
mirar la incertidumbre que se avecina y pensar automáticamente: esto es demasiado y es muy
confuso. Pero es importante recordar que escapar (en cualquier forma que pueda tomar ese
escape) no es una opción más segura.

«Les decimos a las parejas que tengan más miedo de no sanarse que de pasar por
el proceso de sanación». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad
después del adulterio

Lee Salmos 91. Éste es un salmo que clama a Dios como refugio y fortaleza. Observa cómo el
salmista ora durante los distintos momentos del día en los versículos 5 y 6 (día, noche, mediodía).
El salmista se consuela de que el pecado será castigado en el versículo 8. El salmista se recuerda a
sí mismo la protección invisible de Dios en los versículos 11 y 12, pero reconoce el entorno
peligroso en el que se da esa protección en el versículo 13. Finalmente, en los últimos tres
versículos, el salmista se recuerda a sí mismo que su responsabilidad es aferrarse a Dios en medio
de los problemas. Lee los versículos 14-16 como palabras de Dios especialmente para ti (reemplaza
con tu nombre el pronombre él).

19
Conversaciones de ánimo para PREPARARTE para afrontar tu sufrimiento
Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de pérdida
o dolor.

• ¿En cuál de las cinco áreas de preparación eres más fuerte? ¿O más débil?
• ¿Te sientes tentado a tratar de controlar las acciones de tu cónyuge o de
comportarte como un policía con él/ella?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.
• _______________________________________________________________
• _______________________________________________________________

20
Capítulo 2
«Siento que lo que ahora sé, podría matarme»
RECONOCE la historia específica y la realidad de tu sufrimiento
«Miraré mi vida y reconoceré lo que ha sucedido como mi historia.
No intentaré salir adelante con una historia falsa o sin una historia. Confío en que Dios puede
redimir y redimirá lo que es y lo que ha sido. Como prueba de mi fe en Dios, reconocí mi
historia específica ante [nombre del consejero o grupo]. Esto trajo mucho miedo [describe] y
luego alivio [describe]».

Memoriza: Santiago 4:4-6 (NBLA) «¡Oh almas adúlteras! ¿No saben ustedes que la amistad del
mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye
enemigo de Dios. ¿O piensan que la Escritura dice en vano: Dios celosamente anhela el
Espíritu que ha hecho morar en nosotros? Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los
soberbios, pero da gracia a los humildes». Al memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos
puntos clave:

● «¡Oh almas adúlteras!» – Dios puede entender el sentimiento de traición que sientes. Cada
pecado que cometes viola tu pacto con Él.
● «La amistad… es enemistad» – Dios no va a aceptar la excusa de «somos sólo amigos» o
«es solo pornografía» para violar el pacto.
● «Celosamente» – El celo es la respuesta emocional que Dios tiene a la traición del pacto.
● «El Espíritu que ha hecho morar en nosotros» – Es la relación de unidad que Dios comparte
con Su pueblo, la que causa Su respuesta.
● «Soberbios… humildes» – El criterio de Dios para reestablecer una relación no es
remordimiento intenso, sino humildad.

Notas de enseñanza

«El cónyuge puede ser el último en aceptar esta evidencia. Una parte no quiere lidiar con el dolor
de aceptar la verdad. El cónyuge puede incluso involucrarse en explicaciones elaboradas de por
qué eso no puede ser cierto. Puedes haber escuchado la frase: “la familia es la última en darse
cuenta”. Las familias a menudo no son las últimas en darse cuenta, pero puede que sean las
últimas en aceptar los hechos». Mark Lasser en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual

«Una esposa lastimada e incitada vino a mí por consejo, y me dijo que ella había practicado la
sumisión, con la esperanza de ayudar a su cónyuge a hacer ciertos cambios necesarios. Respondí
que la sumisión no era la herramienta de Dios para lograr cambios. La herramienta necesaria es la
confrontación. Ella necesitaba confrontar a su cónyuge asertivamente, sin enojarse, sino con gran
paciencia e instrucción cuidadosa (2 Timoteo 4:2)». Doug Rosenau en Una Celebración del Sexo

21
«Sin importar qué tantos detalles conozcas sobre las malas acciones de tu pareja, la decisión final
por cambiar su comportamiento está en él o ella, no en ti. Tener más información no te dará más
control. Por el contrario, a veces mucha información puede causarte problemas adicionales.
Podrías terminar obsesionándote aún más con el comportamiento de tu pareja… La revelación
formal podría tomar hasta dos horas o más… Muchas parejas consideran esta sesión como un
punto de quiebre en su relación, como una oportunidad para establecer un matrimonio más
saludable (p.29)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando
un corazón destrozado»)

«Yo supe cuál era la siguiente pregunta, aún antes de haberla oído. Supe la respuesta antes de
que él la dijera. No había satisfacción aquí, no había nueva información. Busqué una forma de
obtener nueva información, tratando de descubrir lo que necesitaba saber. Y entonces el
pensamiento cruzó mi mente. No me importa. Pero no era un pensamiento de no me importa
porque no hay nada en mí para que me importe. Éste fue simplemente un no me importa saber
nada más – porque ya lo había escuchado todo. ¡Porque estaba aburrida!» Gary y Mona Shriver,
en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

«Sin importar si tu matrimonio sobrevive o no, tendrás que perdonar y dejar ir la amargura. Pero
no podrás perdonar una herida que no has reconocido – no sabrás ni siquiera qué tendrás que
perdonar. Estás poniendo un fundamento para el perdón al ser honesto, sobre cómo has sido
herido (p.6). Para que tu matrimonio mejore, tienes que hablar sobre lo que pasó y por qué pasó
(p.19)». Winston Smith en Help! My Spouse Committed Adultery (traducido como «¡Ayuda! Mi
cónyuge cometió adulterio)

Aplicación personal

Es posible que tu imaginación haya estado dando vueltas fuera de control. Cuando no se conocen
los hechos sobre una mala situación, se tiende a llenar el espacio en blanco con los peores detalles
posibles. Y lo que es aún más doloroso es que tu imaginación tiene la capacidad de crear más
posibilidades de las que en realidad pudieron haber sucedido, pero por el hecho de no saber la
verdad, reaccionas emocionalmente como si cada hipótesis fuera la realidad.

Durante este tiempo de reconocer la historia específica y la realidad de tu sufrimiento,


posiblemente entenderás el sentido de ciertas cosas que pudieron haber parecido fuera de lugar

22
por un tiempo extenso. Mientras esto sucede, mantente humilde hacia tus interpretaciones. Cada
interpretación será influenciada por la información limitada que tienes y las personalizaciones
intensas que vienen con la traición sexual.

«El que está siendo traicionado, a menudo sabe que algo no está del todo bien pero no
sabe exactamente qué es. El que está teniendo una aventura, a menudo no advierte los
cambios que suceden: los diferentes patrones de comportamiento, la irritabilidad o
indiferencia hacia la pareja y el matrimonio, y tiene pensamientos distorsionados, como
que su pareja se está volviendo menos atractiva; la tensión es, de algún modo, culpa de su
pareja; su pareja ya no es comprensiva y, de todas formas, el matrimonio nunca fue tan
bueno». Doug Rosenau en Una Celebración del Sexo

Existe una tentación que viene con la información que obtendrás en este capítulo: tratar de usarla
para controlar o dominar el comportamiento de tu cónyuge. Conforme aprendas más sobre el
qué, cuándo y cómo del pecado de tu cónyuge (el «por qué» se explica en el capítulo tres de «Falso
amor» y rara vez es la respuesta satisfactoria que deseas), es natural pensar que puedes usar esta
información para proteger a tu cónyuge de su pecado. O puedes protegerte a ti mismo,
controlando a tu cónyuge. Cualquiera de las dos aproximaciones, inevitablemente, lleva a una
dinámica malsana, de tomar responsabilidad por el pecado de tu cónyuge o tener una relación de
estilo paternal.

«Si estás en una relación con un adicto, por favor entiende que es responsabilidad del
adicto identificar y evitar el material pornográfico. No es tu responsabilidad proteger al
adicto de todas las cosas que piensas que son pornográficas». Mark Laaser en Cómo sanar
las heridas de la adicción sexual

Esto explica por qué y cómo, aun la dolorosa verdad, te hace libre (Juan 8:32): libre de infinitas
hipótesis, libre de sentirte responsable por el pecado de tu cónyuge y libre de la ignorancia. En
este capítulo conocerás el proceso de aprender el alcance del pecado sexual de tu cónyuge (de
acuerdo con cuánto él o ella te revelará en este momento) y recibirás cierta guía inicial sobre qué
hacer con esa información.

En este capítulo se responderán cinco preguntas:

1. ¿Qué debo preguntarle a mi cónyuge y cómo debo hacerlo?

23
2. ¿Qué beneficios obtengo al saber esta información?
3. ¿Qué beneficios obtiene mi cónyuge al compartir esta información?
4. ¿Cómo y cuándo debemos evaluar la salud de nuestro matrimonio antes del pecado?
5. ¿Qué debo hacer con la revelación de esta información?

¿Qué debo preguntarle a mi cónyuge y cómo debo hacerlo?

El contenido real principal que tu cónyuge debe compartir contigo es la idea general de la
descripción de su revelación en el capítulo dos de «Falso amor». Esto está pensado así para
eliminar el juego de tengo que hacer las preguntas correctas para recibir las respuestas completas
(no es un juego ni divertido ni justo). Si tu cónyuge no está dispuesto o procrastina al completar
este ejercicio, entonces no hay una forma «mágica» de hacer preguntas que produzcan la
información que deseas. No te presiones a ti mismo queriendo hacer preguntas perfectas. En estos
casos, privarse del contacto sexual, dormir en habitaciones separadas, pedir un mayor
involucramiento en consejería y contactar a los líderes de tu iglesia para pedir intervención
disciplinaria, podrían ser respuestas apropiadas a la situación.

Aunque probablemente a tu cónyuge no le guste, será una medida beneficiosa para él hasta que
complete el ejercicio de la revelación total. Darte cuenta de que esto les ayudará a ambos durante
el proceso de la revelación.

«[Testimonio] Ese fue el mejor y peor día de mi vida. Supe de una vez por todas, que él
estaba diciendo la verdad, corriendo el riesgo de un gran costo personal. Me dio esperanza
que él pudiera crecer y afrontar las responsabilidades de la vida. Fue la primera vez que
sus palabras y sus acciones fueron congruentes. Me sentí indignada y harta, sin embargo,
me sentí también respetada y aliviada. Me dio esperanza para nuestra relación (p.31)».
Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón
destrozado»)

«El adulterio es como un funeral, y necesitas ver el cadáver. Las parejas necesitan una
confesión completa y honesta (mirando el cadáver) para validar que ha ocurrido una
pérdida real. Entonces ellos podrán lamentarse y recuperar el matrimonio. Si la confesión
surge poco a poco, la confianza continúa rompiéndose». Doug Rosenau en Una Celebración
del Sexo

Lee Job 1:13-22. Escuchar noticias de cosas malas invadiendo tu vida es increíblemente duro.
Fíjate que cuando lees la intensa respuesta emocional de Job (v.20), no lo ves como alguien débil,
sino que lo admiras. Incluso cuando lees sus palabras que son verdaderas, pero que bordean el
límite de la desesperanza (v. 21a), naturalmente lees estas palabras llenas de fe porque están
dirigidas a Dios y buscando esperanza en Él (v. 21b). Usa la respuesta inicial de Job como un
ejemplo para tu respuesta inicial ante la revelación de tu cónyuge: emocionalmente honesta,
físicamente expresiva y dirigida hacia Dios. Es sabio discutir la revelación de tu cónyuge con Dios,
antes de tratar de discutirlo con tu cónyuge.

24
Discutir la confesión de tu cónyuge con Dios antes de discutirla con tu cónyuge, no reemplaza el
hacer preguntas a tu cónyuge. Será atractivo para ambos creer que una conversación intensa y
honesta debería poner el tema en receso. Arrepentirse y perdonarse en una conversación larga,
¿cierto? No es así. En «Falso amor», tu cónyuge ha aprendido que la confesión y revelación son
dos acciones separadas. Rara vez la vergüenza, el engaño, la reincidencia y la actitud defensiva
sobre el pecado sexual, permiten que estas acciones ocurran simultáneamente, aunque la mayoría
de las personas consideran que cuando hacen revelaciones, también se están confesando.

«Lo primero que debes reconocer es que la confesión no es un evento de una sola vez, es
un proceso (p.32)». Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart (traducido como
«Reparando un corazón destrozado»)

Por esta razón, es falso pensar que hacer preguntas adicionales, sólo empeora la situación.
Vendrán momentos donde las preguntas adicionales son contraproducentes, pero esto es cuando
(1) las preguntas son hechas como una forma de castigo para forzar al cónyuge ofensor a revivir
su vergüenza o (2) tú ya sabes las respuestas a las preguntas y estás aferrándote a la falsa
esperanza de que eventualmente las respuestas se conviertan en falsas. De otro modo, las
preguntas pueden ser una parte saludable para asimilar el pecado oculto en la historia de tu vida,
y reunir la información necesaria para saber que las decisiones futuras serán hechas con una
percepción adecuada.

«Nosotros creemos equivocadamente que amar o perdonar significa nunca traer la


realidad del pecado al foco de atención porque producirían dolor. Tal modo de pensar es
peligroso y debilitante; evita el dolor a expensas de la sanación (p.79). Earl y Sandy Wilson
en Restoring the Fallen (traducido como «Restaurando al caído»)

Seguimiento después de la revelación completa: Después de la revelación completa de tu


cónyuge, de tomarte el tiempo de pensar en esto y hablar con Dios sobre lo que has escuchado,
aún tendrás preguntas. Tendrás preguntas para clarificar lo que se te ha dicho y tendrás preguntas
que estarán surgiendo en tu cabeza aleatoriamente. Si le haces esas preguntas a tu cónyuge de
forma desordenada, hará que la asimilación de la nueva información sea más difícil. Cuando estás
lastimado, estas conversaciones aleatorias y desordenadas, afectan negativamente la confianza
construida por medio de la revelación adicional. Las preguntas que son emocionales, y
aleatoriamente conectadas, producen respuestas que son aleatoriamente lógicas y
desconectadas, que pueden parecer sospechosas, aunque sean ciertas (y tu dolor actual hace que
sea muy difícil ser objetivo al respecto).

Por esta razón, se sugiere que escribas tus preguntas tal y como te vienen a la mente, y que
después las organices. Tener tus preguntas juntas, ayudará a que las respuestas de tu cónyuge se
ajusten a una historia cohesiva, y, por lo tanto, te ayude a asimilar las respuestas. Hay varias formas
en que puedes organizar tus preguntas.

25
● Basadas en la estructura de la revelación completa – La estructura recomendada de la
revelación completa fue organizada de acuerdo con las diferentes expresiones que puede
tomar el pecado sexual. Esto te permitirá hacer preguntas basadas en diferentes aspectos
del pecado. Esta estructura es a menudo más útil cuando tú aún no sientes que sabes o
entiendes lo que tu cónyuge ha hecho.

● Basadas en la historia del matrimonio – En esta aproximación, las preguntas son


organizadas basadas en una línea de tiempo que puede empezar con la época del noviazgo
y llegar hasta el presente. Esta estructura es más útil cuando las mentiras asociadas con el
pecado sexual removieron la seguridad de que conoces a tu cónyuge o tu propia historia
personal (el tema de historia interrumpida va a ser desarrollado en el capítulo cuatro).

● Basadas en áreas específicas – Podrías notar que tus preguntas se agrupan mejor
alrededor de ciertos temas (el comportamiento en el trabajo, las noches de amigos, tomar
llamadas telefónicas fuera de la casa, etc.). Esta estructura puede ser más útil cuando tus
inseguridades involucran ciertos eventos, dispositivos o personas.

● Basadas en las emociones dominantes que estás sintiendo – Cuando las demás estructuras
parezcan inefectivas, puedes organizar las preguntas basadas en las emociones de las que
provienen (enojo, miedo, tristeza, etc.). Esta estructura es recomendada para cuando
crees que tu cónyuge ha sido honesto contigo, pero no crees que entiende el impacto que
tiene su pecado en ti.

La pregunta ¿por qué?: Esta es la pregunta más común con la respuesta menos satisfactoria. La
mayoría del tiempo, la pregunta ¿por qué? crea un escenario complicado: la respuesta puede traer
culpabilidad (porque tú no eras…) o ignorancia (no sé… simplemente sucedió). La primera es
insultante; la segunda es exasperante.

«La realidad es que nunca encontraremos una razón lo suficientemente buena para las
malas acciones cometidas… Ninguno de los dos encontró la respuesta o la razón por la
que Gary escogió arriesgar todo por una aventura. Él simplemente lo hizo. Mona tuvo
que aceptar eso como un hecho, para poder seguir adelante». Gary y Mona Shriver en
Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

Para llegar a lugares productivos con esta pregunta legítima, debes luchar con la naturaleza del
pecado. El pecado es en el fondo estúpido, y la estupidez nunca se podrá explicar racionalmente.
Cuando tratas de explicar el pecado racionalmente, siempre, de algún modo, se crea culpabilidad.

«Todo pecado es en el fondo irracional… Aunque las personas se persuaden a sí mismas


de que tienen buenas razones para pecar, cuando sean examinadas en la luz fría de la

26
verdad en el último día, se verá en cada caso que el pecado finalmente no tiene sentido».
Wayne Grudem en Teología Sistemática.

Cuando haces la pregunta ¿por qué? necesitas reconocer que la mejor respuesta que conseguirás
es, o una expresión de insatisfacción arrepentida (estaba enojado contigo por no apreciarme, y
equivocadamente, encontré a alguien que sí me apreciaba o estaba bajo tanta presión que usé la
pornografía como una forma de escape) o una expresión de estupidez admitida (eso no tiene
ningún sentido ahora, pero yo quería aprender sobre ciertas experiencias sexuales, y la
pornografía fue una forma divertida de hacerlo «sin riesgo» o cuando empecé a recibir atención,
me gustó y no hice nada para impedir que la situación siguiera aumentando).

Ninguna respuesta a la pregunta ¿por qué? va a ser satisfactoria. En el fondo, cuando haces esta
pregunta, estás buscando la idolatría en la raíz del pecado; ¿qué quería tu cónyuge tanto, que
estaba dispuesto a pecar para conseguirlo? En esta etapa, tu cónyuge puede ser incapaz de ver su
deseo como un ídolo. En el capítulo tres de «Falso amor» tu cónyuge explorará los motivos de su
pecado. Aquí es cuando puedes anticipar que empiecen a surgir conversaciones más productivas
sobre el porqué.

Jugando al detective: Podrías preguntarte qué pasará si no crees que tu cónyuge te está diciendo
toda la verdad, qué tan lejos debes ir para obtener la verdad, si deberías revisar su computadora,
su teléfono, sus cuentas bancarias, etc. Idealmente, en esta situación, tú serías honesto con tu
cónyuge y dirías: se me está haciendo difícil creerte, y quisiera que fueras lo suficientemente
transparente como para resolver mis miedos. En los capítulos cinco y seis de «Falso amor» tu
cónyuge aprenderá que la transparencia en el matrimonio es lo normal, y no es una respuesta
punitiva para el pecado sexual.

Si tu cónyuge responde negativa o negligentemente a tu petición, entonces podrías verificar


aquello que te genera preocupación. Si buscas verificar tu preocupación, revisando la actividad de
tu cónyuge sin su consentimiento, entonces debes adherirte a los siguientes principios:

● Si tu cónyuge está estudiando activamente «Falso amor» con un consejero, mentor, o


grupo, y participando en el proceso de restauración, no es aconsejable que busques
información sin que tu cónyuge lo sepa.

● Antes de tomar cualquier paso de investigación, debes estar viendo a un consejero


matrimonial, o al menos a un consejero personal. Para una relación con un nivel de
confianza deteriorada, será muy difícil sobrevivir, aun si tus miedos son refutados, sin la
ayuda de una guía externa.

● Si decides revisar la información de tu cónyuge, debes decirle lo que has hecho, lo que has
encontrado, y por qué consideraste necesario este paso. Obtener información que no
compartirás, sólo va a servir para dañar más la relación, y a ti mismo.

27
● No debes hacer nada ilegal con el propósito de conseguir información. El pasado de tu
cónyuge, o sus acciones inmorales presentes, no te justifican para realizar acciones
ilegales, sin importar qué tan lastimado te sientas.

● No debes hacer de esto una práctica regular. La investigación, aun cuando no consigue
nada, no construye confianza. Si en tu búsqueda encuentras material dudoso y tu cónyuge
no reconoce claramente sus pecados, entonces podría ser necesario que dieras el próximo
paso, que está expuesto en el Apéndice A. Si en tu búsqueda no descubres nada, entonces
debes informar a tu cónyuge sobre tu búsqueda y tu preocupación, y confiar en que Dios
va a exponer el pecado sexual de tu cónyuge (si está sucediendo), tal y cómo Él fue fiel
para exponerlo las veces anteriores.

«Es importante para la esposa, caminar la delgada línea entre confianza y precaución.
Un extremo mantiene a una esposa en ignorancia y al cónyuge en su pecado secreto.
El otro extremo mantiene a la esposa en una vida miserable, de miedo que no
desaparece completamente, sin importar qué tanto se esfuerce el cónyuge p.34)».
Katy Gallager, en When His Secret Sin Breaks Your Heart (traducido como «Cuando su
pecado secreto rompe tu corazón»)
¿Qué beneficios obtengo al saber esta información?

Podrías estar pensando: recuérdame una vez más, porqué saber sobre el pecado sexual de mi
cónyuge es una buena idea. Reconocer la historia específica y la realidad de tu sufrimiento es algo
bueno, aun si es doloroso. Stephanie Carnes resalta siete beneficios de conocer la verdad sobre el
pecado sexual de tu cónyuge (lista adaptada del libro Mending a Shattered Heart, traducido como
«Reparando un corazón destrozado», p.26-31; sólo el texto en negrita).

1. Claridad sobre la situación: Aceptar trabajar en un matrimonio donde no se ha definido


el alcance del pecado sexual es como comprar una casa sin antes inspeccionarla, es tonto.
No sabes si la casa es una buena compra hasta que sabes en qué condición está; y puedes
suponer lo peor si el dueño se niega a que hagas una inspección antes. De forma similar,
no sabes qué estás perdonando, o qué vas a mejorar, hasta que no conozcas el alcance del
pecado sexual de tu cónyuge, y te abstengas de dar el beneficio de la duda si él se niega a
hacer una confesión completa.

2. Darte cuenta de que no estás loco, cuando el pasado te hace sentido: Las mentiras que
cubren el pecado sexual vienen con una historia alternativa que no tiene sentido. Cuando
aprendes la historia específica del pecado sexual de tu cónyuge, las cosas que antes eran
confusas o contradictorias, se aclararán. Esto es importante para que tengas un sentido de
confianza y seguridad sobre la vida o el matrimonio.

28
«[Testimonio] Para mí, una de las cosas más útiles sobre la confesión, fue el hecho
de que confirmó mi realidad. Mi cónyuge me había dicho repetidamente que yo
estaba loca y era celosa. Con el tiempo empecé a creerle. Darme cuenta de que yo
no había malinterpretado la situación, me ayudó a empezar a confiar en mí misma,
en que yo no estaba loca como él decía, y en cómo yo había pensado (p.31)».
Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un
corazón destrozado»)

Lee Jeremías 6:14-17. Dios está confrontando a Su pueblo porque la explicación que
daban de sus acciones no estaba de acuerdo con la situación que vivían. Ellos decían «Paz,
paz» (es decir: todo está bien, no está pasando nada, no tienes nada de qué preocuparte),
cuando en realidad debían haber confesado su pecado (v.14-15). Dios confronta sus
mentiras y aconseja al pueblo que examine sus vidas por medio de los estándares de Dios
(lo repite múltiples veces, v. 16-17). Dios está modelando la respuesta que quisiera que tú
le dieras a esa voz en tu mente que pregunta: ¿realmente quiero saber la verdad?, ¿no
sería más fácil vivir en ignorancia y feliz de nuevo?

3. Validar las sospechas que el ofensor negó: Esta forma de validación tiene menos que ver
con el pasado y más que ver con el futuro. Cuando hay evidencias razonables de pecado
sexual que son negadas (especialmente si tus preguntas son respondidas con enojo o
intentos de hacerte sentir culpable), entonces pierdes confianza de que, en algún
momento, sabrás la verdad. La revelación completa debe incluir enunciados como: estabas
en lo cierto al preguntarme sobre ________. Y la continuación de la revelación debería
incluir preguntas como: ¿estaba yo en lo correcto al preocuparme acerca de_________ y
preguntarte al respecto?

4. Tener cierto sentido del control: Cuando el cónyuge ofensor está en control de la
información a través del engaño, entonces tiene el control del matrimonio. Esto no quiere
decir necesariamente que él es un cónyuge controlador; esa designación corresponde a
un cónyuge cuyo comportamiento controlador se extiende más allá de cubrir el pecado
personal. Cuando hay información adecuada que se comparte a través de la revelación
completa, el control puede equilibrarse otra vez. Sin embargo, debido al cambio en el

29
poder (de unilateral a balanceado), conforme las cosas vuelven a ser saludables, el cónyuge
ofensor puede empezar a sentirse controlado mientras se ajusta de nuevo a la normalidad.

Antes de la revelación, la información que salía a la luz era vista como algo que se
descubrió, y creaba un miedo intenso en tu cónyuge. En su esfuerzo por mantener la
información escondida, estos momentos de revelación involuntaria estaban
probablemente acompañados de varias formas de manipulación (un intento artificial de
recuperar el control). Conforme el factor control se equilibra durante la revelación, tú
debes ser capaz de notar una diferencia en el tono de tu cónyuge.

«Es obvio que tu esposo te está manipulando. Mencionas que cada vez que tratas
de discutir sus problemas con él, él de algún modo le da vuelta a la conversación y
enfoca la discusión en ti, en lugar de enfocarse en él. También dijiste que cuando
lo confrontas con evidencias innegables sobre su infidelidad, él logra poner todo
tan complicado, que tú terminas muy confundida (p.43)». Katy Gallager en When
His Secret Sin Breaks Your Heart (traducido como «Cuando su pecado secreto te
rompe el corazón»)

5. Evaluar el compromiso del cónyuge ofensor hacia el futuro de la relación: La honestidad


es el indicador principal del nivel de compromiso de una persona. Muy a menudo, en el
pecado sexual, tanto el engaño como la lujuria son el problema. Muchas veces el ofensor
cree la mentira: sólo lastimaré a mi cónyuge si le digo lo que he hecho, por eso lo estoy
protegiendo. Esto hace que la mentira parezca noble y demuestra un compromiso consigo
mismo que excede el compromiso con el matrimonio. Una revelación completa y sin
autodefenderse es un momento para que el cónyuge ofensor reaprenda y experimente
cómo se ve, se escucha y se siente el compromiso en el matrimonio.

Lee Mateo 15: 1-20. Jesús dijo que, si no eres honesto, es en vano adorar a Dios y procurar
honrar tu pacto y tu relación con Él (v. 8-9). Jesús utilizó los juegos de palabras que los
fariseos y escribas usaban para decir que ellos estaban técnicamente honrando las
expectativas del pacto (v. 3-7). Jesús estaba respondiendo a una pregunta en la cual los
fariseos y escribas estaban tratando de voltear el tema en su contra y lo que ellos creían
que Jesús estaba haciendo mal, basados en su forma distorsionada de pensar (v. 1-2). Lo
que Jesús quería de ellos era honestidad para entender lo que significaba honrar el pacto,
y cómo sus acciones y aun sus esfuerzos mal orientados de corregir su pecado, violaban el
pacto (v. 10-20). Esa honestidad fue el principio de honrar el pacto.

6. Esperanza para el futuro de la relación: La ignorancia y la esperanza genuina son


mutuamente exclusivas. La ingenuidad es a la ignorancia, lo mismo que el conocimiento es
a la esperanza. Mientras lo que aprendes en este capítulo no parece ser nada
esperanzador, saber la verdad te permite tener una seguridad más grande de que los
próximos pasos serán más efectivos que tus esfuerzos pasados por mejorar el matrimonio.

30
7. Finalmente tener la información necesaria para decidir sobre el futuro: La revelación
completa te permite tomar una decisión informada sobre tu disposición de continuar en
el matrimonio. En ausencia de una divulgación completa y un seguimiento no defensivo,
tu decisión está influenciada tanto por las mentiras, la mala educación o la distancia de tu
cónyuge, como por su pecado sexual. No es recomendable que trates de tomar una
decisión sobre el divorcio en este paso del proceso (esto se trata en el capítulo siete). Pero
un beneficio de la revelación completa es que tendrás el contenido real para ayudarte a
tomar tal decisión, después de que proceses el dolor de lo que ha pasado.

Es cierto que estos beneficios son agridulces, pero el valor y la fuerza que reúnes para recibir estos
beneficios te cambian a ti y a tu matrimonio para bien. Al conocer la verdad, es importante tomar
una decisión en vez de tener una reacción. Estarás sensible como resultado de lo que has
aprendido. Eso es saludable y normal. Pero deja que tus acciones (lo que haces durante y después
de esas emociones) sean guiadas por pensamientos y reflexiones en vez de sólo atacar el dolor.

¿Qué beneficios obtiene mi cónyuge al compartir esta información?

Es importante que la revelación completa no sea un ejercicio de penitencia para tu cónyuge. La


revelación no es un castigo; bajo ese punto de vista, el cónyuge ofensor busca pagar por su
pecado, tomando su medicina. La revelación es una oportunidad de participar en la redención de
Dios volviendo a vivir a la luz de la verdad. Debes estar pendiente de no ver la confesión como
penitencia o castigo, porque eso te distrae de ver la gracia de Dios en acción, y es otra forma de
colocar al cónyuge ofendido en un rol parental.

Para ayudarte a ver la confesión como una oportunidad de participar en un acto de la gracia de
Dios en la vida de tu cónyuge, considera los siguientes cinco puntos que describen los beneficios
de la revelación para tu cónyuge (adaptado de Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart,
traducido como «Reparando un corazón destrozado», p.30; sólo el texto en negrita).

● El fin de la negación: Ésta es la parte más dolorosa de la revelación completa de tu


cónyuge. Pero el hecho de llamar a la revelación un acto de la gracia de Dios, significa que
no debes sentirte presionado a responder a este dolor con culpa, o tratar de aliviarlo. Sería
bueno que seas capaz de mostrar compasión por la dificultad del ejercicio. Es durante la
revelación que tu cónyuge no sólo deja de mentirte, sino que también deja de mentirse a
sí mismo. Para mentir bien, tienes que empezar a creer lo que le estás haciendo creer al
otro. La revelación es cuando surge de pronto la realidad de lo que he hecho y el yo soy el
que lo hizo.

«Si amas y te preocupas por el adicto, resiste la tentación de apresurarte a aliviar


su desesperación con soluciones rápidas o simples. Dios puede estar trabajando en

31
la desesperación, para traer cambios permanentes a la vida del adicto». Mark
Laaser en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual

● Se acabó el uso de caretas: Ésta es la parte más vergonzosa de la revelación completa de


tu cónyuge. Las historias crean personajes. Las mentiras crean personas falsas. Las historias
requieren un escenario. Las mentiras requieren una historia falsa. Conforme tu cónyuge
completa su revelación, logra ser una persona real en el mundo real por primera vez desde
empezó a cometer pecado sexual.

Lee 1 Juan 1:8. Cuando tu cónyuge niega su pecado, se decepciona a sí mismo. Puesto de
otra forma, cuando se niega a arrepentirse no es quien piensa que es. En ese momento
tiene que redefinir cosas alrededor de sí mismo para explicar lo que debe ser atribuido a
sus decisiones egoístas e insensatas. Él/ella y el mundo en el que cree vivir se vuelve más
y más falso. Reconocer su pecado es el primer paso para vivir en la realidad.

● Esperanza para el futuro de la relación: El pensamiento: si mi cónyuge realmente me


conociera (ver el paso siguiente), odiaría lo que estoy haciendo y quedaría destruido por
eso, ahoga cualquier esperanza real para el futuro del matrimonio. Aunque la confesión
implica afrontar este miedo, también crea el fundamento sobre el cual se pueden construir
esperanza y cambios reales.

● La oportunidad de ser realmente conocido por su cónyuge: La pornografía y el adulterio


crean relaciones ficticias o secretas que refuerzan el mensaje de que nadie más entiende
realmente, o a nadie más le importa. Ese mensaje se refuerza aún más, cuando la persona
se mantiene aislada o en secreto. Esta es la razón por la que la pornografía y el adulterio
fomentan la soledad. A menudo después de la confesión, tu cónyuge sentirá alivio, como
si una carga le hubiera sido quitada. Para ti puede ser difícil entender la respuesta
emocional positiva que tu cónyuge podría tener, para beneficio de su revelación.

● Un nuevo comienzo para el cónyuge ofensor: Un nuevo comienzo no significa que tu


cónyuge va a empezar a vivir como si nada hubiera pasado. Lo que significa es que el punto
de referencia de la vida cambia. Antes de la revelación, cada día era vivido como un
esfuerzo para que no llegara el día en el que el pecado fuese revelado (porque, al fin y al
cabo, el pecado sexual no se mantiene escondido para siempre). Cada día es vivido en la
espera de cuándo se tendrá que empezar de nuevo; todo lo bueno que pueda ser hecho
hoy, será inevitablemente desecho por el surgimiento del secreto. Después de la
revelación, el cónyuge ofensor puede comprometerse libremente a la vida sin razones para
luchar contra una destrucción inminente.

¿Cómo y cuándo debemos evaluar la salud de nuestro matrimonio antes del pecado?

32
Ésta puede ser la parte más difícil de reconocer la historia específica y la realidad de tu sufrimiento.
La revelación sólo requiere que escuches y su contenido hace referencia a los hechos. La
continuación de la revelación requiere que reúnas las preguntas que surgen de forma natural en
tu mente y ordenarlas de algún modo. Durante la confesión todo lo que se discute es malo o
incorrecto.

Evaluar el matrimonio antes del pecado, requiere un grado de objetividad durante un tiempo de
emociones muy fluctuantes. Durante esta evaluación, las cosas serán al mismo tiempo buenas y
malas; pero las cosas buenas no serán una excusa para el pecado sexual, y las cosas malas tampoco
serán una explicación para el pecado sexual. Sin embargo, hay dos razones para realizar la
evaluación.

1. El pecado sexual, aunque es el asunto más obvio y emocionalmente urgente, podría no ser
el factor más destructivo en el matrimonio. Si hay más problemas significativos en el
matrimonio, además del pecado sexual, entonces la pureza no «arreglará» el matrimonio.
Es probable que el pecado sexual tenga raíces comunes (idolatrar el poder, inmadurez,
control, etc.) con estos problemas mayores. Durante este tiempo de cambio concentrado,
la búsqueda de la pureza por parte de tu cónyuge debe también abarcar estas
preocupaciones mayores.

2. En casos donde estos problemas mayores no existen, la pareja puede empezar a tratar de
arreglar el matrimonio, volviendo a lo que tenían antes. Si tu pasado es más brillante que
tu futuro, tienes una receta para la desesperanza. Durante una crisis, puedes pensar que
lo que sucedió antes de ella era como estar en el Cielo, eran «los días buenos».

La siguiente evaluación está hecha para ayudarte a valorar la condición del matrimonio antes de
que interfiriera el pecado sexual. Sería poco sabio permitir que esta evaluación cambiara tu
enfoque de la restauración matrimonial al enriquecimiento matrimonial. La restauración
matrimonial (el tema de este material) implica reparar el daño único y significativo causado por el
pecado sexual de tu cónyuge. El enriquecimiento matrimonial implica crear un patrón de vida e
interacción que fomenta el diseño de Dios para una vida personal y matrimonial saludable. El
enriquecimiento matrimonial solidifica la restauración matrimonial; no es un reemplazo para la
restauración matrimonial.

33
Instrucciones: Lee los siguientes enunciados descriptivos. Considera qué tan bien describen tu
matrimonio antes del pecado sexual de tu cónyuge. Este ejercicio debe ser completado después
de la revelación completa, para asegurar que sabes cuándo empezó el pecado sexual.

(CD) Completamente en desacuerdo, (UD) un poco en desacuerdo, (NS) no estoy seguro, (AA)
algo de acuerdo, o (CA) completamente de acuerdo

1. Yo conocía los eventos importantes de la vida de mi CD UD NS AA CA


cónyuge, que formaron su carácter y creencias.

2. Mi cónyuge conocía los eventos importantes de mi vida, CD UD NS AA CA


que formaron mi carácter y creencias.

3. Yo disfrutaba escuchar sobre los eventos cotidianos de la CD UD NS AA CA


vida de mi cónyuge.

4. Mi cónyuge disfrutaba escuchar sobre los eventos CD UD NS AA CA


cotidianos de mi vida.

5. Yo regularmente pensaba en cómo bendecir a mi cónyuge, CD UD NS AA CA


basado en lo que sé sobre él.

6. Mi cónyuge regularmente pensaba en cómo bendecirme, CD UD NS AA CA


basado en lo que sabe sobre mí.

7. Yo me resistía a hacer una lista de las cosas que quiero CD UD NS AA CA


cambiar sobre mi cónyuge.

8. Mi cónyuge se resistía a hacer una lista de las cosas que CD UD NS AA CA


quiere cambiar sobre mí.

9. En nuestro matrimonio no se utilizaban drogas ilegales. CD UD NS AA CA

10. En nuestro matrimonio no se abusaba o usaba CD UD NS AA CA


excesivamente el alcohol.

34
11. En nuestro matrimonio no se realizaban apuestas. CD UD NS AA CA

12. En nuestro matrimonio no se utilizaba la mentira para CD UD NS AA CA


cubrir eventos dolorosos o vergonzosos.

13. Yo reconocía que el matrimonio es una relación viva que CD UD NS AA CA


requiere trabajo y atención.

14. Mi cónyuge reconocía que el matrimonio es una relación CD UD NS AA CA


viva que requiere trabajo y atención.

15. Mostrábamos la habilidad de amarnos y apoyarnos el uno CD UD NS AA CA


al otro en buenos y malos tiempos.

16. Yo me resistía al impulso de pensar que el matrimonio o CD UD NS AA CA


mi cónyuge debían resolver las luchas de mi vida.

17. Mi cónyuge se resistía al impulso de pensar que el CD UD NS AA CA


matrimonio o yo debíamos resolver todas las luchas de su
vida.

18. Yo permitía que mi cónyuge viera mis debilidades sin CD UD NS AA CA


ponerme a la defensiva.

19. Mi cónyuge permitía que yo viera sus debilidades sin CD UD NS AA CA


ponerse a la defensiva.

20. Yo me sentía cómodo animando a mi cónyuge cuando él CD UD NS AA CA


estaba desanimado.

21. Mi cónyuge se sentía cómodo animándome cuando yo CD UD NS AA CA


estaba desanimado.

22. Yo no tenía expectativas de mi cónyuge que regularmente CD UD NS AA CA


me hicieran sentir celoso.

23. Mi cónyuge no tenía expectativas de mí que regularmente CD UD NS AA CA


le hicieran sentirse celoso.

24. Yo disfrutaba y estaba de acuerdo en cómo dividíamos las CD UD NS AA CA


responsabilidades de administrar nuestro hogar.

25. Yo consistentemente cumplía con mis responsabilidades CD UD NS AA CA


del hogar, conforme habíamos acordado.

26. Mi cónyuge consistentemente cumplía con sus CD UD NS AA CA


responsabilidades del hogar, conforme habíamos
acordado

35
27. Éramos capaces de conversar sobre nuevas CD UD NS AA CA
responsabilidades, conforme surgían.

28. Yo tenía tiempos de lectura bíblica regulares. CD UD NS AA CA

29. Mi cónyuge tenía tiempos de lectura bíblica regulares. CD UD NS AA CA

30. Yo compartía regularmente con mi cónyuge, lo que CD UD NS AA CA


aprendía en mis tiempos de lectura bíblica.

31. Mi cónyuge compartía regularmente conmigo, lo que CD UD NS AA CA


estaba aprendiendo en sus tiempos de lectura bíblica.

32. Nos sentíamos cómodos pidiendo el uno a otro orar por CD UD NS AA CA


asuntos específicos.

33. Estábamos de acuerdo en la importancia y frecuencia de CD UD NS AA CA


asistir a la iglesia.

34. Estábamos de acuerdo en la importancia de asistir a un CD UD NS AA CA


grupo pequeño.

35. Yo creía que los amigos de mi cónyuge eran una influencia CD UD NS AA CA


positiva y una bendición para nuestro matrimonio.

36. Yo creía que mis amigos eran una influencia positiva y una CD UD NS AA CA
bendición para nuestro matrimonio.

37. Teníamos amigos que eran pareja, y quienes eran un CD UD NS AA CA


modelo para nosotros, quienes activamente buscaban
tener un matrimonio saludable.

38. Yo voluntariamente me abstenía de hábitos o prácticas CD UD NS AA CA


que hacían a mi cónyuge sentirse temeroso o molesto.

39. Mi cónyuge voluntariamente se abstenía de hábitos o CD UD NS AA CA


prácticas que me hacían sentir temeroso o molesto.

40. Yo hacía los cambios que el matrimonio necesitaba sin CD UD NS AA CA


sentir resentimiento o amargura.

41. Mi cónyuge hacía los cambios que el matrimonio CD UD NS AA CA


necesitaba sin sentir resentimiento o amargura.

42. Mi sentido del humor no hacía sentir mal a mi cónyuge, ni CD UD NS AA CA


resaltaba sus debilidades.

43. El sentido del humor de mi cónyuge no me hacía sentir CD UD NS AA CA

36
mal, ni resaltaba mis debilidades.

44. Yo valoraba las cosas que mi cónyuge me decía, lo CD UD NS AA CA


suficiente como para recordarlas.

45. Mi cónyuge valoraba las cosas que yo compartía con él, lo CD UD NS AA CA


suficiente como para recordarlas.

46. Yo me sentía cómodo de expresar mis pensamientos y CD UD NS AA CA


opiniones con mi cónyuge.

47. Mi cónyuge se sentía cómodo de expresarme sus CD UD NS AA CA


pensamientos y opiniones.

48. Yo era capaz de lidiar con los cambios, sin alterar el CD UD NS AA CA


matrimonio.

49. Mi cónyuge era capaz de lidiar con los cambios, sin alterar CD UD NS AA CA
el matrimonio.

50. Hacíamos un buen trabajo en cuanto a seleccionar los CD UD NS AA CA


momentos apropiados para tener conversaciones difíciles
y profundas.

51. Yo estaba dispuesto a ser interrumpido para escuchar lo CD UD NS AA CA


que mi cónyuge tenía que decir.

52. Mi cónyuge estaba dispuesto a ser interrumpido para CD UD NS AA CA


escuchar lo que yo tenía que decir.

53. Estábamos de acuerdo en el tipo de ofensas que CD UD NS AA CA


discutiríamos.

54. Yo honraba a mi cónyuge aun cuando estábamos en CD UD NS AA CA


desacuerdo o discutíamos.

55. Mi cónyuge me honraba aun cuando estábamos en CD UD NS AA CA


desacuerdo o discutíamos.

56. Yo me resistía a la tentación de quedarme en silencio CD UD NS AA CA


cuando tenía que decir algo difícil.

57. Mi cónyuge resistía a la tentación de quedarse en silencio CD UD NS AA CA


cuando tenía que decir algo difícil.

58. Yo no usaba la excusa de ser honesto, para ser duro o CD UD NS AA CA


dogmático.

37
59. Mi cónyuge no usaba la excusa de ser honesto, para ser CD UD NS AA CA
duro o dogmático.

60. Yo no permitía que mis metas personales o matrimoniales, CD UD NS AA CA


fueran predominantes sobre nuestro matrimonio.

61. Mi cónyuge no permitía que sus metas personales o CD UD NS AA CA


matrimoniales, fueran predominantes sobre nuestro
matrimonio.

62. Yo era capaz de perdonar efectivamente, y no llevar CD UD NS AA CA


cuenta de los errores.

63. Mi cónyuge era capaz de perdonar efectivamente, y no CD UD NS AA CA


llevar cuenta de los errores.

64. Mi cónyuge se sentía a salvo cuando yo expresaba mi CD UD NS AA CA


enojo o lo que me hería.

65. Yo me sentía a salvo cuando mi cónyuge expresaba su CD UD NS AA CA


enojo o lo que lo hería.

66. Yo reconocía que no podía esperar que mi cónyuge CD UD NS AA CA


supliera todas mis necesidades emocionales.

67. Mi cónyuge reconocía que yo no podía suplir todas sus CD UD NS AA CA


necesidades emocionales.

68. Yo me resistía a valorar a mi cónyuge o el matrimonio CD UD NS AA CA


basado en qué tan satisfecha me sentía.

69. Mi cónyuge se resistía a valorarme o valorar el CD UD NS AA CA


matrimonio, basado en qué tan satisfecho se sentía.

70. Éramos capaces de hablar sobre nuestras finanzas CD UD NS AA CA


familiares sin estar a la defensiva o discutir.

71. Yo me sentía seguro por la forma en que manejábamos CD UD NS AA CA


nuestras finanzas.

72. Mi cónyuge se sentía seguro por la forma en que CD UD NS AA CA


manejábamos nuestras finanzas.

73. Yo me sentía libre de tomar decisiones sobre los gastos CD UD NS AA CA


dentro de nuestro presupuesto familiar.

74. Mi cónyuge se sentía libre de tomar decisiones sobre los CD UD NS AA CA


gastos dentro de nuestro presupuesto familiar.

38
75. Mis hábitos de gasto del dinero contribuían a un sentido CD UD NS AA CA
de paz y estabilidad en el matrimonio.

76. Los hábitos de gasto de mi cónyuge contribuían a un CD UD NS AA CA


sentido de paz y estabilidad en el matrimonio.

77. Yo no escondía gastos o deudas a mi cónyuge. CD UD NS AA CA

78. Mi cónyuge no me escondía gastos o deudas. CD UD NS AA CA

79. Estábamos dispuestos a vivir lo suficientemente simple, CD UD NS AA CA


como para dar tiempo a las cosas que realmente
importaban.

80. Estábamos de acuerdo en cuáles eran las distracciones CD UD NS AA CA


que interferían con nuestras prioridades de tiempo.

81. Mi amor por mi cónyuge era un sacrificio gozoso. CD UD NS AA CA

82. El amor de mi cónyuge por mí era un sacrificio gozoso. CD UD NS AA CA

83. Mi cónyuge sacaba lo mejor de mí. CD UD NS AA CA

84. Pienso que yo sacaba lo mejor de mi cónyuge. CD UD NS AA CA

85. Yo me resistía a la tentación de mantener memoria de CD UD NS AA CA


quién había hecho más por el otro.

86. Mi cónyuge se resistía a la tentación de mantener CD UD NS AA CA


memoria de quién había hecho más por el otro.

87. Yo era una persona en crecimiento y sentía que tenía CD UD NS AA CA


cosas nuevas que compartir con mi cónyuge.

88. Mi cónyuge era una persona en crecimiento y tenía cosas CD UD NS AA CA


nuevas que compartir conmigo.

89. Yo regularmente invertía tiempo y esfuerzos intencionales CD UD NS AA CA


en ser romántico con mi cónyuge.

90. Mi cónyuge invertía tiempo y esfuerzos intencionales en CD UD NS AA CA


ser romántico conmigo.

91. Yo estaba creciendo en mi habilidad de disfrutar y apreciar CD UD NS AA CA


las cosas que eran importantes para mi cónyuge.

92. Mi cónyuge estaba creciendo en la habilidad de disfrutar y CD UD NS AA CA


apreciar las cosas que eran importantes para mí.

39
93. Yo sabía qué cosas comunicaban amor a mi cónyuge más CD UD NS AA CA
efectivamente.

94. Mi cónyuge sabía qué cosas me comunicaban amor más CD UD NS AA CA


efectivamente.

95. Yo buscaba nuevas formas de expresar las cosas que CD UD NS AA CA


afirmaban a mi cónyuge.

96. Mi cónyuge buscaba nuevas formas de afirmarme. CD UD NS AA CA

97. Yo era capaz de escuchar y recibir el amor y afirmación CD UD NS AA CA


que mi cónyuge me daba.

98. Mi cónyuge era capaz de escuchar y recibir el amor y CD UD NS AA CA


afirmación que yo le daba.

99. Yo era capaz de encontrar palabras para compartir mis CD UD NS AA CA


pensamientos con mi cónyuge.

100. Mi cónyuge era capaz de encontrar palabras para CD UD NS AA CA


compartir sus pensamientos conmigo.

101. Manteníamos un balance sobre quién pedía e iniciaba el CD UD NS AA CA


sexo.

102. Yo estaba satisfecho con la frecuencia y la calidad del CD UD NS AA CA


sexo en nuestro matrimonio.

103. Mi cónyuge estaba satisfecho con la frecuencia y la CD UD NS AA CA


calidad del sexo en nuestro matrimonio.

104. Yo sentía que podía satisfacer las expectativas y deseos CD UD NS AA CA


sexuales de mi cónyuge.

105. El lenguaje que mi cónyuge utilizaba para describir el CD UD NS AA CA


sexo era integral y no ofensivo para mí.

106. Yo no era egoísta durante el sexo y buscaba encontrar un CD UD NS AA CA


placer mayor en el disfrute de mi cónyuge.

107. Mi cónyuge no era egoísta durante el sexo y buscaba CD UD NS AA CA


encontrar un placer mayor en mi disfrute.

108. Yo no usaba el sexo como una herramienta para CD UD NS AA CA


conseguir las cosas que quería o para castigar a mi
cónyuge.

40
109. Mi cónyuge no usaba el sexo como una herramienta para CD UD NS AA CA
conseguir las cosas que quería o para castigarme.

110. Mi cónyuge y yo estábamos de acuerdo sobre la CD UD NS AA CA


diferencia entre el sexo y la intimidad/cercanía.

111. Mi cónyuge y yo estábamos de acuerdo sobre el balance CD UD NS AA CA


que queríamos entre el sexo y la intimidad/cercanía.

112. Mi cónyuge y yo podíamos hablar sobre lo que CD UD NS AA CA


disfrutábamos y queríamos de nuestra relación sexual.

113. Mi cónyuge y yo podíamos hablar sobre nuestros CD UD NS AA CA


temores o inseguridades relacionados con el sexo.

Recuerda que esta evaluación no es tu nueva lista de pendientes para reemplazar los esfuerzos de
restauración que están en marcha. Cualquier pareja que tome este cuestionario encontrará
aspectos en los que debe trabajar para enriquecer su matrimonio. Tu meta con este cuestionario
es identificar cualquier problema marital que viene desde tiempo atrás, que pudo haber
contribuido al pecado sexual o a quebrantar el progreso conseguido durante el proceso de
restauración.

Si hay algunas áreas particulares del enriquecimiento matrimonial que necesitan atención,
después de que la restauración marital esté completada, entonces debes saber que esta
evaluación es una versión abreviada de cinco manuales que conforman la serie «Matrimonio
centrado en el evangelio» que están disponibles en bradhambrick.com/gcm (en inglés) y en
www.proyectocoramdeo.com (en español), que abarca los temas: fundamentos del matrimonio,
comunicación, finanzas, toma de decisiones, y sexo/intimidad.

¿Qué debo hacer con la revelación de esta información?

En la mayoría de los casos, lo primero y lo más saludable que puedes hacer es descansar. Hay
posibilidades de que hayas recibido una gran cantidad de información conflictiva. Algunos de tus
temores se han hecho realidad. Otros de tus temores están en proceso de ser calmados (aunque
se resistan a ello). La revelación es un tiempo difícil que, aunque es beneficioso y necesario, es
traumático mientras sucede.

En muchos casos, la mayoría de la información que estás recibiendo es nueva solamente para ti,
pero en realidad no es nueva. Y por ser nueva para ti, tu mente y tus emociones están prontas a
responder, como si acabara de suceder aquello de lo que te estás enterando. En tu mundo, estas
cosas son noticias de última hora y producen todo el impacto que conlleva una amenaza
inminente. Es importante tomar un tiempo, aunque sea unas horas, para apartarte de tu cónyuge
y dejar que estas cosas se asienten en tu mente como eventos pasados.

41
La mayoría de lo que harás con esta información está cubierta en los siguientes pasos: capítulo
tres (entender el impacto de estos eventos en ti, tu cónyuge y tu matrimonio), capítulo cuatro
(entender los mensajes destructivos y significados que vienen junto con la traición por pecado
sexual), capítulo cinco (lamentar la realidad de lo que ha ocurrido y el daño producido), capítulo
seis (aprender cómo el mensaje y el significado del evangelio es capaz de redimir el impacto y los
falsos mensajes de la traición) y capítulo siete (decidir qué hacer a la luz de lo que has aprendido
sobre tu cónyuge, sobre ti mismo, sobre tu matrimonio y sobre tu Dios).

Lo más importante en este punto es no abrumarte o utilizar mal la información que descubriste.
Las siguientes citas demuestran formas comunes en las que esta cantidad de nueva información
puede ser abrumadora o mal utilizada. Mientras luchas con lo que has aprendido, es importante
tomar un tiempo para utilizar la red de soporte que desarrollaste en «Una comunidad adecuada»
en el capítulo uno.

«Ella insistía en que yo invirtiera cada momento convenciéndola de que yo estaba ahí para
quedarme, y que no iba a renunciar. Y yo debía contestar cada pregunta exactamente de
la misma manera como la había respondido la vez anterior y la vez anterior, y la vez
anterior. La más pequeña variación en mis respuestas era una causa de sospechas: ¿Por
qué había cambiado mi respuesta? ¿Qué no le estaba diciendo? ¿En qué mentira me había
descubierto? Era una amenaza constante». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza
y sanidad después del adulterio

«El cónyuge está ahora en posesión de algunas armas muy efectivas que podrían ser
fácilmente usadas contra el infiel. El compromiso del uno hacia el otro significa que
escogen utilizar el conocimiento que tienen, para el bien del matrimonio, no para su
destrucción». Gary y Mona Shriver, en Infidelidad: esperanza y sanidad después del
adulterio

«Me he vuelto paranoica y temerosa a través de los años… Mi obsesión con lo que él estaba
haciendo, pensando, diciendo, tramando y demás, reforzaba mis temores… Mi
imaginación hiperactiva me mantuvo en una prisión de desesperación durante todo este
período (p.33)». Katy Gallager en When His Secret Sin Breaks Your Heart (traducido como
«Cuando su pecado secreto te rompe el corazón»)

42
Conversaciones de ánimo para RECONOCER tu sufrimiento
Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de pérdida o
dolor.

• ¿Escuchaste la revelación de tu cónyuge e hiciste las preguntas para las cuales


querías respuestas?
• ¿Evaluaste la condición del matrimonio antes de la traición, de una forma
justa y apropiada?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en
Cuídate físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento a


tu compañero de ánimo.
• _______________________________________________________________________
• _______________________________________________________________________

43
Capítulo 3
«¿Qué está pasando con mis pensamientos y
emociones?»
ENTIENDE el impacto de tu sufrimiento

«Solía temerle al pecado de mi cónyuge y no quería mirarlo, así que esperaba vivir como si su
pecado nunca hubiera sucedido [describe]. Puedo ver como su pecado me ha afectado
[describe]. Fue incorrecto interpretar el impacto de su pecado como mi fracaso o mis
emociones como debilidad. Dios es más misericordioso que eso y debo estar de acuerdo con
Él y no con mis temores. El impacto está comenzando a tener sentido y ayudándome a ver la
vida diferente [describe]».

Memoriza: Salmos 55:12-14 (NBLA) «Porque no es un enemigo el que me reprocha,


si así fuera, podría soportarlo; ni es uno que me odia el que se ha alzado contra mí, si así fuera,
podría ocultarme de él; sino tú, que eres mi igual, Mi compañero, mi íntimo amigo; nosotros que
juntos teníamos dulce comunión, que con la multitud andábamos en la casa de Dios». Al
memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos puntos clave:

● «Salmos» – Dios sabía que necesitarías palabras para expresar el dolor del impacto de la
traición y Él te las dio en Su gracia.
● «No es un enemigo el que me reprocha» – Esto aumenta el dolor. Por tanto, David lo
repite dos veces. El amor te deja vulnerable a la traición.
● «Si así fuera, podría ocultarme de él» – Cuando la traición ocurre en el hogar, parece
imposible ocultarte. Es difícil encontrar descanso.
● «Mi compañero, mi íntimo amigo» – No sólo estás herido, sino que te han arrebatado tu
fuente de consuelo.
● «Juntos teníamos dulce comunión» – Duele cada vez que ves algo que solían disfrutar
juntos. Duele porque es difícil disfrutarlo ahora y duele porque te preguntas si todo fue
una mentira.

Notas de enseñanza

«La noticia de que Carol estaba en una relación con otro hombre sacudió el fundamento mismo
en el cual Ron estaba construyendo su vida. En el momento de su crisis, las cosas que él había
considerado tan importantes ya no tenían valor (p. 14)». Mike Summers, en Help! My Spouse Has
Been Unfaithful (traducido como «¡Ayuda! Mi cónyuge me ha sido infiel»)

«Esposos y esposas son a menudo destrozados luego de la revelación porque creían que
conocían tan bien a sus cónyuges que ellos no podrían haber llevado a cabo una infidelidad...
Los infieles frecuentemente se sorprenden de su propia habilidad para llevar una doble vida, de
separar una vida de la otra». Gary y Mona Shriver, en Infidelidad: esperanza y sanidad después

44
del adulterio

«Muchos de los cónyuges se encuentran a sí mismos haciendo compromisos en una relación


que los lleva a la pérdida de sí mismos. Algunos ejemplos incluyen actuar en contra de tu propia
moral, valores o creencias, así como renunciar a metas en tu vida, pasatiempos e intereses.
Otros ejemplos incluyen cambiar tu vestimenta o apariencia para satisfacer al adicto o aceptar
las normas sexuales del adicto como propias... Puede que luches con sentirte indigno o luches
con el perfeccionismo. Como resultado, te has conformado con sentirte necesitado en la
relación y comprometido a mantener la paz o sentirte valorado (p. 14)». Stephanie Carnes, en
Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

«El cariño que había querido recibir por tanto tiempo era ahora mío en abundancia. Él
constantemente quería tomarme la mano, abrazarme y besarme – y yo solo me sentía enferma
de toda la situación (p. 23)». Kathy Gallagher, en When His Secret Sin Breaks Your Heart
(traducido como «Cuando su pecado secreto rompe tu corazón»)

«Gary no era el hombre que pensaba que era, pero ya no estaba segura tampoco de quién era
yo. ¿Quiénes éramos como pareja? ¿Éramos pareja? (p. 24)... Esa noche mi vida adoptó un
nuevo cronograma: antes de la infidelidad, durante la infidelidad y después de la infidelidad.
Todo lo que sucedió durante la infidelidad ahora estaba dañado y distorsionado: nuestro paseo
familiar a Disneylandia, Gary y yo yendo a Hawái. Recordé fragmentos de conversaciones con
Gary y mi amiga, y de pronto escuché y vi las cosas completamente diferente (p. 26). Cada uno
procesará las cosas a su propio ritmo. Recuerda, el infiel comienza este proceso incluso antes
que comience la infidelidad. Mientras que el cónyuge lo comienza con la revelación». Gary y
Mona Shriver, en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

«Una infidelidad deteriora tu sistema de seguridad cuidadosamente construido. Levanta un


muro interior de secreto en el matrimonio, y al mismo tiempo abre una ventana de intimidad
entre la pareja infiel. La pareja deja de ser una unidad. La persona con la que se es infiel está
adentro de la intimidad y el esposo está fuera de ella (p. 25)». Shirley Glass en Not “Just Friends”:
Recovering Trust and Recovering Your Sanity After Infidelity (traducido como «No sólo amigos:
recuperando confianza y recuperando tu sensatez después de la infidelidad»)

Aplicación personal
Una cosa es experimentar el impacto de tu sufrimiento; otra cosa es entender el impacto de tu
sufrimiento. Has estado experimentando la fuerza total de este impacto desde la revelación del
pecado sexual de tu cónyuge y, probablemente, incluso antes del descubrimiento, estabas
batallando para entender el impacto sin la pieza central del rompecabezas. En este capítulo,
comenzarás a entender la conexión entre lo que pasó y los cambios en tu vida, emociones y
relaciones.

45
En este capítulo revisaremos tres temas.
1. Factores que aumentan el impacto.
2. El impacto en ti
3. El impacto en el matrimonio
A medida que avances por este capítulo, necesitas tener expectativas realistas sobre ti mismo.
Obtener una mejor comprensión del caos no lo va a ordenar. Al principio, lo que leas, puede
hacer sentido y proporcionar un grado de alivio; pero simultáneamente puede no tener ningún
sentido y dejarte más abrumado. Eso podría tentarte a pensar que fracasaste o que el esfuerzo
no vale la pena. Esto simplemente significa que, dentro de una tormenta, ninguna cantidad de
conocimiento sobre meteorología (el estudio del clima) evitará que te mojes.
«La recuperación del adulterio es abrumadora y consume completamente. De hecho, es
rara la persona que puede pensar con claridad en estas circunstancias». Gary y Mona
Shriver, en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio
Al final de este capítulo, deberías ser capaz de poder decir las siguientes afirmaciones: No soy
la única persona que se ha sentido así... No estoy loco... Hay razones por las que mi cónyuge y
yo vemos las cosas de manera tan diferente… Eso no significa necesariamente que él/ella sea
de corazón duro o que esté reaccionando exageradamente… Tiene sentido del por qué mi
capacidad para recordar o mantener el seguimiento del tiempo se altera… etc.

Factores que aumentan el impacto


Todo pecado es igualmente malo, pero no todo pecado tiene el mismo impacto. Mientras te
preparas para examinar el tipo de impacto que el pecado de tu cónyuge ha tenido en ti y en el
matrimonio, es importante examinar primero los factores que influyen en el grado de impacto.
El propósito de esta reflexión no es determinar la cantidad de arrepentimiento que tu cónyuge
debe mostrar. La cantidad tiene más que ver con la penitencia que con el arrepentimiento.
Recuerda, tu sanidad puede llevarse a cabo sin importar si tu cónyuge se arrepiente.

La meta es proporcionar un marco para responder a preguntas frecuentes como: ¿estoy


reaccionando demasiado o muy poco?, ¿debería sentirme así de lastimado o peor?, ¿confío
demasiado o muy poco debido a lo que ha sucedido? No existe una fórmula para estas
preguntas o siquiera una escala para calcular el nivel de daño o el nivel de confianza. Pero

46
entender los factores claves que aumentan el impacto debería permitirte a ti y a tu cónyuge
hablar sobre la influencia de su pecado de una manera más abierta y objetiva.

Si al tratar de discutir estos factores, tu cónyuge se pone a la defensiva (es decir, dice cosas
como: puede que no sea perfecto, pero al menos no soy [nombra tu falta]... Si tú no perdonas,
entonces eres tú el que está pecando ahora… O ¿confías en mí o no? No veo cómo va a ayudar
hablar de esto… Ya dije que lo sentía. ¿Qué más quieres de mí?). Estas conversaciones deben
posponerse hasta que se puedan tener con un consejero u otro mediador.

Hay diez factores que aumentan el impacto del pecado sexual en el cónyuge ofendido y en el
matrimonio. La mayoría deben exponerse durante la revelación completa. El propósito de esta
sección no es enseñarte algo nuevo, sino ayudarte a discernir cómo sopesar la información que
estás recibiendo.

1. Tipo de pecado: Todo pecado sexual es una forma de traición. Traición menor es una
frase como cirugía menor. Sólo tiene significado para aquellos que no lo están
experimentando. Sin embargo, esto no debe usarse para validar todos los temores que
surgen de la traición (como «si mi cónyuge mira pornografía, ¿qué le impide visitar a una
prostituta?»). El propósito de que ocurra la revelación completa es eliminar la sensación
de misterio que hace que esta situación sea inestable, y otras formas de lógica que no
ayudan y son poco convincentes.

2. Duración del pecado: Cuanto más larga sea la lucha con el pecado sexual, el cónyuge
ofendido sentirá que conoce aún menos a su cónyuge, y tendrá menos confianza en que
el pecado será eliminado de inmediato. Además, cuanto más tiempo el cónyuge ofensor
haya luchado con el pecado, más impacto tendrá el pecado en su carácter, valores y
pensamiento. Mientras más valores tenga que cambiar, es más probable que el cónyuge
ofensor presente actitudes defensivas o ataques de autocompasión durante el proceso
de cambio.

3. Grado de la mentira: La mentira le obliga al cónyuge ofendido a vivir en una realidad


artificial creada por el cónyuge ofensor. Cuando la revelación ocurre, todas las partes
falsas de la realidad creada se derrumban y al cónyuge ofendido se le presenta el nuevo
mundo real. Esto crea una gran confusión, incertidumbre e ira. Algunos esquemas de
engaño muy complicados, llegan hasta el punto de crear una doble vida. En estos casos,
el impacto del engaño supera con creces el impacto del pecado sexual.
«El mayor daño experimentado por el cónyuge es el engaño. Cualquier cosa que
se parezca remotamente a un engaño causa más dolor». Gary y Mona Shriver, en
Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio
4. Número de veces en que se descubrió el pecado y se volvió a caer en él: Cuando el
pecado sexual no se trata adecuadamente, casi siempre se repite. Esa es la razón por la
que este estudio y su complemento son tan extensos. Cada vez que una pareja siente

47
«ya hemos estado aquí antes», mayor es el impacto del pecado sexual. La repetición del
pecado aumenta tu impacto al atacar la esperanza y creer que «esta vez» las cosas
pueden ser o serán diferentes.

5. Número de revelaciones incompletas: La confianza es el bien principal de la relación


que ha sido dañada por el pecado sexual. La revelación incompleta amplifica
intensamente el impacto del pecado sexual en la confianza. Con cada revelación
incompleta, el cónyuge ofendido se queda pensando: ¿siempre habrá más, no importa
cuánto sepa? Las únicas noticias en las que confías son las malas noticias. Las buenas
noticias las ves sólo como una historia incompleta.

6. Impacto social y económico: ¿Quién sabe (amigos, familia, compañeros de trabajo,


etc.)? ¿Cuánto costó (tarjeta de crédito secreta, pérdida de trabajo, degradación del
puesto de trabajo, obsequios para el cómplice de adulterio, etc.)? Estos sirven como
recordatorios, puntos de vergüenza y límites innecesarios. Cada uno debe aceptarlo a
manera de sacrificio forzoso. Para el cónyuge ofendido los sacrificios forzosos son
difíciles de ver como un acto de amor porque contienen dolor y carecen de la naturaleza
voluntaria con la que el amado suele honrar y proteger al dador del amor.

7. Factor de riesgo del pecado: Los riesgos varían desde: «sabías que saldría lastimado si
me enteraba» o «nuestros hijos podrían encontrar estas imágenes en la computadora»,
hasta enfermedades de transmisión sexual, la concepción de un hijoo, situaciones
causantes de despido en el trabajo y alterar de forma permanente la estructura de la
familia. Con el incremento de los factores de riesgo relacionados al pecado sexual, el
cónyuge ofendido se sentirá menos protegido y menos seguro.

8. Cercanía de la(s) persona(s) y lugares involucrados: Si el pecado sexual involucró a un


amigo del cónyuge ofendido, la profundidad de dolor emocional y la reestructuración de
la vida que será necesaria para restaurar el matrimonio aumentará significativamente.
En estos casos, la traición del pecado sexual es doble, ya que se habrán perdido dos
fuentes primarias de consuelo (cónyuge y amigo). Cuando el pecado sexual,
especialmente adulterio, ocurre dentro del hogar, el dolor emocional aumenta, pues el
número y frecuencia de recuerdos se multiplica.

9. Acusaciones del cónyuge para defender su pecado: Antes de que se revele el pecado
o durante el momento del descubrimiento, a menudo el cónyuge ofensor acusa al
cónyuge ofendido para defender, explicar o desviar sus acciones. Estas declaraciones se
convierten en puntos de ira, división e inseguridad que expandirán el impacto del pecado
sexual.

10. La interpretación que le das al pecado: Añadirás interpretaciones a lo que ha hecho tu


cónyuge. Si bien puedes esperar que tu cónyuge se arrepienta por los primeros nueve
elementos, tu cónyuge sólo puede sentir compasión por este elemento. Estos son
mensajes que tú creas y que tu cónyuge no puede refutar o rebatir mientras te aferres

48
a ellos. Estos mensajes serán el tema principal del capítulo cuatro y encontrarán su
reemplazo a través del evangelio en el capítulo seis.

El impacto en ti
A medida que buscas comprender el impacto del pecado sexual de tu cónyuge en tu vida, es
importante reconocer que estos impactos se presentarán en dos variedades: (1) impactos para
los cuales la comprensión, el tiempo y la eliminación de los elementos destructivos de la historia
de sufrimiento son el remedio; y (2) impactos que requieran de tus acciones o las de tu cónyuge
para contrarrestar los efectos del sufrimiento.

Para la primera variedad, los elementos correctivos se definirán en los capítulos cuatro a seis.
Para la segunda variedad, los elementos correctivos se definirán en los capítulos siete y ocho.
Tu objetivo en este capítulo es simplemente entender. Si reflexionar en estos aspectos del
impacto en ti es abrumador, recuerda que puedes tomarte tu tiempo: recuperarte no es una
carrera.

Existe el impacto emocional obvio del pecado sexual de tu cónyuge: insensibilidad, ira,
desesperación, miedo, celos, arrepentimiento, vergüenza, humillación, depresión y otras
emociones. Estas emociones las asumes en cada uno de los impactos que se comentan a
continuación. Pero los diez cambios siguientes se enfocan más en los afectos relacionales o
disposicionales, no en las expresiones emocionales. La mayoría de ellos tienen que ver con
influencias que comenzaron antes del descubrimiento del pecado de tu cónyuge o con formas
comunes y malsanas de responder al pecado sexual de tu cónyuge.

1. Tolerar un estilo de vida malsano: Ser malsano no siempre significa ser infiel, pero ser
infiel requiere grados cada vez mayores de hábitos malsanos. Los tipos de hábitos
maritales malsanos pueden ser pequeños o grandes: mantener la computadora en un
área de poco tráfico de la casa, no comunicar horarios y tener bloques de tiempo no
contabilizados, presupuestos separados, gastos no monitoreados, actividades de
recreación con personas de distinto género sin tu cónyuge, permitir que los pasatiempos
personales o el trabajo le quiten tiempo al matrimonio, lenguaje grosero o exigente
sobre el sexo, responder con enojo a las preguntas, o un creciente desinterés y poca
frecuencia en el sexo. Cuando el pecado sexual es parte de la vida de tu cónyuge y tú no
lo sabes, entonces estos cambios de estilo de vida malsanos se convierten en algo
«normal» en tu hogar.

Lee Efesios 4:3-13. Pablo dice que el estilo de vida asociado al pecado sexual «ni siquiera
se mencione entre vosotros (v. 3)». Las características del estilo de vida descritas
anteriormente deben cambiarse; no sólo porque te hacen sentir incómodo, sino porque
crean una atmósfera donde el pecado sexual (y muchos otros pecados) se facilitan.
Cuando Pablo habla de cambios importantes en el lenguaje que «no es apropiado (v. 4)»,
dice que debes hacerlos con acción de gracias (tanto en el contenido del habla como en
la actitud del corazón). No es en respuesta a tus preferencias que tu cónyuge debería

49
hacer estos cambios (insinuando que cuando estés «menos sensible» las cosas pueden
volver a la «normalidad»), sino en respuesta al diseño de Dios para un matrimonio
saludable.

2. Cambio de rol o identidad: Es difícil vivir en pecado y vivir responsablemente. A medida


que el cónyuge ofensor se vuelve menos responsable, el cónyuge ofendido asume el
papel de padre, regañón, desconocido o rescatador. Si el cónyuge ofensor es
generalmente irresponsable, estos roles relacionales pueden convertirse en una
identidad. Después de que se ha descubierto el pecado, los roles pueden volverse aún
más pronunciados. Después del descubrimiento, el cónyuge ofendido puede sentir una
sensación de confusión de identidad (me siento perdido; ya no sé quién eres o quién soy
yo) o escapar a otros roles (se dedica por completo a los niños o trabaja para evitar el
dolor y la confusión que conlleva ser cónyuge).
«[Estudio de caso y testimonio] Lorie, de 34 años, es enfermera y madre de dos niños
pequeños. Ella creía que su matrimonio de 10 años con Todd, un ingeniero, era
bueno. Es cierto que su vida sexual disminuyó recientemente, pero Todd le dijo que
era porque estaba involucrado en un proyecto importante y exigente en el trabajo,
y por lo general estaba agotado por la noche... La vida de Lorie comenzó a
desmoronarse cuando descubrió accidentalmente la vida sexual secreta de Todd en
la computadora... Más tarde dijo: “Sentí una desconfianza total en mí, mi cónyuge y
la relación. Me siento traicionada, confundida, asustada y aturdida. La persona a la
que más amaba y en quien más confiaba en el mundo me mintió sobre quién era.
Siento que he vivido un gran y siniestro encubrimiento” (p. 24)». Stephanie Carnes,
en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón
destrozado»)
Lee Efesios 5:22-33. En este momento es mejor que leas este pasaje para refrescar el
funcionamiento de tu matrimonio. Tu matrimonio está dañado, lejos de lo que Dios
diseñó que fuera. Pero es importante notar que, en cada caso, tu rol de cónyuge (esposo
o esposa) es secundario y un ejemplo de la relación con Dios (como al Señor y como
Cristo). Siempre que enfrentas pruebas, tienes la tendencia a definirte por tu lucha. En
tiempos como estos, es más fácil que tu matrimonio te defina más que Dios. Cuando ese
es el caso, cómo te ves a ti mismo y cómo te relaciones con tu cónyuge se verá afectado
negativamente.

3. Adquirir tendencias controladoras: «No quiero que me lastimen de nuevo». La


tendencia controladora tiene un origen muy comprensible. Lo saludable (discutido en la
variable de impacto uno) se vuelve controlador cuando no permite a la otra persona
elegir lo saludable de manera voluntaria. El control afirma saber lo que estás pensando,
se siente amenazado de estar equivocado, debe tener voz y no sólo conciencia del dinero
y el tiempo, o exige pruebas de realidades subjetivas. Después de la traición del pecado
sexual, esta forma de responder suele estar más ligada a protegerse uno mismo, que a
estar castigando al otro. Pero independientemente del motivo, si eres el cónyuge
traicionado, el control te devora y debilita tus esfuerzos por la restauración del

50
matrimonio. El control promete seguridad, pero te da una versión falsa de seguridad a
costa de crear un verdadero entorno saludable para la restauración.
«Lo que tendrás que enfrentar, Kelly, es que no puedes obligar a tu esposo a hacer
lo correcto. No puedes convencerlo de que lo haga; no puedes avergonzarlo para
que lo haga; no puedes controlarlo para que lo haga; y no puedes amenazarlo para
que lo haga. Sin embargo, lo que puedes hacer es comenzar a aprender el secreto
de cómo confiarlo a las manos del Señor. Después de todo, sólo Dios puede cambiar
su corazón (p. 94-95)». Kathy Gallagher, en When His Secret Sin Breaks Your Heart
(traducido como «Cuando su pecado secreto rompe tu corazón»)
4. Ser inconsistente: Éste es el otro lado de la tendencia controladora. La inconsistencia
puede aparecer en tu vida de varias maneras. Primero, antes del descubrimiento, es
posible que te des cuenta de que nada de lo que hagas hará una diferencia en tu
matrimonio; y entonces empezarás a renunciar a las cosas que son importantes.
Segundo, después del descubrimiento, puedes hacer tantas declaraciones sobre los
cambios que deberían hacerse, que no todos se pueden hacer de manera coherente, o
descubrir que algunos de ellos no eran tan relevantes como lo parecían con tu temor
inicial. Empiezas a sentirte débil o hipócrita por no cumplir con lo que dijiste. Tercero,
después del descubrimiento, te sentirás emocionalmente abrumado y renunciarás a
áreas de la vida o del matrimonio que sabes que son importantes. Independientemente
de la causa, establecer un estilo de vida inconsistente destruye las buenas intenciones
de un matrimonio saludable.

5. Volverte crédulo o cínico: Las mentiras sobre el pecado sexual de tu cónyuge pueden
empujarte a volverte en una de dos direcciones malsanas: crédulo o cínico. Te sientes
dividido. «En algún momento tengo que darle el beneficio de la duda, ¿cierto? Pero, por
otro lado, mucho de lo que parecía creíble era una mentira, ¿por qué creer ahora en
algo más que en mis dudas?» Parece que la única opción es creer todo o no creer nada.
La verdad comienza a parecer una broma cruel. Quieres saber la verdad, pero cada vez
que has pensado que la sabes, cambia (te enteras de algo que no sabías de la historia o
tu cónyuge hace otra elección que te lastima).

Lee Hebreos 2:10-18. Este pasaje plantea el problema de la confianza en medio del
sufrimiento. Esa es la difícil batalla a la que te enfrentas mientras buscas resistirte a
volverte crédulo o cínico: aprender a confiar sabiamente en medio del sufrimiento. Nota
que el pasaje termina con la compasión de Jesús por tu situación (v. 18). Jesús también
fue traicionado por alguien a quien había entregado su vida (Mateo 10:1-4), en quien
confiaba lo suficiente como para administrar su dinero terrenal (Juan 13:29), y tenía el
poder de destruirlo con afecto (Lucas 22:47-48). Es posible que sientas que este
escepticismo e incertidumbre serán una esclavitud de por vida (v. 15), pero debes saber
que Jesús puede librarte. Él está contigo en medio de esta incertidumbre (Hebreos
13:20-21) y finalmente dará a conocer la verdad (Hebreos 4:12-13). «Traición
verdadera» y «Falso amor» están diseñados para permitir que la verdad se conozca

51
mediante la confesión, lo cual es lo mejor para la restauración de tu cónyuge y el
beneficio de tu familia.

6. Ser pasivo en la vida: «Ya no importa lo que haga». Estas son palabras dolorosas.
Siempre que lo dices, revelan que has perdido la capacidad exclusiva de hacer, proteger
o crear lo que es más importante para ti. Son las palabras de un padre cuyo hijo tiene
una enfermedad terminal, del propietario de un negocio que se enfrenta a la quiebra y
del cónyuge cuya pareja ha sido infiel. Ya nada parece permanente, sólido o confiable.
La inversión emocional o relacional ya no te garantiza el resultado deseado como antes
parecía hacerlo. En este ambiente es fácil volverte pasivo de tal manera que la depresión
se convierte en un capullo que te protege de las realidades desagradables de tu
matrimonio y tu familia.

Lee Filipenses 3:7-16. Pablo sabía que no tenía lo necesario para continuar (v. 12a) y
que aquello sobre lo que había estado edificando su vida no podía sostenerlo en su
situación actual (v. 7). Tenía que recordarse a sí mismo y a sus lectores que debían seguir
adelante y no permitir que esta sensación de estar abrumados los paralizara (v. 12b).
Pablo no olvidó su pasado (v. 13). Con frecuencia se refirió a él (2 Corintios 11:21-33; 1
Timoteo 1:12-17). Pero Pablo se refiere a no permitir que tu pasado te defina, más que
a la capacidad de Dios para trabajar en tu presente y futuro. Ésta es la marca de la
madurez (v. 15) por la que él estaba luchando y a la cual te llama a luchar.

7. Creciente inseguridad: Esta inseguridad puede expresarse a través del miedo o la ira,
pero independientemente de su expresión, comienzas a vivir con un aluvión constante
de preguntas sobre ti mismo, tu cónyuge y tu matrimonio. Todo está siendo evaluado y
parece que no hay respuestas seguras a ninguna de las preguntas. El resultado de vivir
en este tipo de cuestionamiento es que todo comienza a sentirse personal, como si fuera
un comentario sobre tus acciones y tu valor. Es a partir de esta forma de pensar
autorreferencial que cada acción, palabra o incluso silencio, te comienza a generar
miedo, duda, ira, esperanza breve, decepción profunda y otras emociones intensas.

Lee 2 Corintios 10:1-18. Pablo se encuentra en medio de un conflicto intenso y


personal. Él está luchando con cómo se ve (débil en persona, fuerte en sus cartas).
Quiere mantener la humildad de Cristo mientras responde con valentía a los críticos que
cuestionan su ministerio. Observa cómo Pablo lucha por evitar que un conflicto
intensamente personal sea autorreferencial. Por el tono de su carta pública, es seguro
decir que Pablo también luchó por mantener esta distinción en su pensamiento
personal/vida emocional. Anímate con su vulnerabilidad mientras aprendes de su
ejemplo.

8. Vivir una vida de una sola variable: Vivir tu vida a partir de una sola variable puede
suceder de varias maneras después del pecado sexual de tu cónyuge. Primero, a medida
que tu matrimonio se convierte en el tema más intenso de tu vida, es fácil permitir que
la condición de tu matrimonio defina tu vida. Segundo, te puedes concentrar en una

52
cosa que tu cónyuge debería hacer a continuación, como si eso mejorara todo. Tercero,
puedes usar tu respuesta fluctuante al pecado de tu cónyuge, como medida de tu fe o
de tu caminar con Dios. Sin embargo, reducir tu vida a una sola variable, tiene dos
efectos: (a) hace que tu mundo sea más pequeño, y (b) hace que cada problema, en tu,
ahora pequeño mundo, parezca más grande. El resultado es que creas un ambiente
mental que es inhóspito para la esperanza o el aliento.

9. Relacionarse como una persona codependiente: La codependencia se puede definir


como un estilo relacional construido sobre la falsa premisa de que el pecado juega con
reglas consistentes. El juego en la codependencia es aprender las reglas del pecado (al
menos el pecado particular de la persona que te está afectando) para que puedas evitar
que el pecado ocurra. La «ventaja» del juego es que da la fachada de control sobre otra
persona. El problema con la codependencia es que estas reglas no existen, te haces
responsable por el pecado de tu cónyuge y resulta que las preferencias de tu cónyuge
se convierten en tu dios funcional. A medida que resistas el impulso de relacionarte de
manera codependiente, experimentarás el miedo de darte cuenta de que el pecado
sexual de tu cónyuge está fuera de tu capacidad de control. Pero también estarás
sentando las bases para un matrimonio que puede ser una relación de personas
mutuamente responsables, que se honran el uno al otro.

10. Estrés postraumático: Después del descubrimiento del pecado sexual de tu cónyuge,
es común vivir con un alto grado de intensidad emocional y situacional durante un
período de tiempo. Esto puede ser traumático tanto en el sentido descriptivo como
clínico de la palabra.
«El engaño y la vida secreta del adicto al sexo traen confusión, miedo y dolor sin
precedentes a la pareja (p. 11)». Stephanie Carnes en Mending a Shattered
Heart (traducido como «Reparando un Corazón Destrozado»)
En algunos casos, este trauma puede crear la experiencia del trastorno de estrés
postraumático (TEPT). Esto sucede cuando una persona se enfrenta a un evento que no
está preparado para manejar y el efecto de ese evento tiene un impacto persistente en
el funcionamiento de la vida. Si estás experimentando alguno de los siguientes síntomas
seis meses después del descubrimiento del pecado de tu cónyuge, es probable que estés
sufriendo los efectos del TEPT. A medida que crees un entorno familiar seguro y
transparente, estos síntomas deberían desaparecer. De lo contrario, es aconsejable
buscar consejería personal sobre estos efectos:
- Recuerdos intrusivos de los eventos que rodearon el pecado sexual de tu cónyuge
o de su descubrimiento.
- Sueños recurrentes asociados al pecado sexual de tu cónyuge.
- Flashbacks en los que sientes que vuelves a experimentar el pecado de tu cónyuge
o su descubrimiento.
- Angustia intensa cuando experimentas cosas que te recuerdan el pecado sexual

53
de tu cónyuge.
- Sentimientos de desapego de los demás.
- Dificultad para concentrarte en tus niveles normales.
- Hipervigilancia: siempre atento a aquello que pueda salir mal.

El impacto en el matrimonio
El pecado sexual de tu cónyuge no sólo te afecta como individuo. También afecta tu matrimonio
de formas distintas a las que te impacta a ti. Es posible que ya hayas experimentado los impactos
del pecado sexual de tu cónyuge, pero no pudiste expresarlos y no sabías a qué atribuirlos. En
esta sección veremos dos tipos de impacto del pecado sexual en la relación matrimonial: (1) la
creación de dos horarios y (2) el principio de la trampa del menor interés.

Dos momentos diferentes


Ésta puede ser la dinámica relacional más importante de entender. Usando la metáfora del
baile, los dos pueden aprender todos los pasos correctos en este material, pero debes darte
cuenta de que están en diferentes lugares de la canción. A menos que te des cuenta de esto y
tengas en cuenta sus implicaciones, es posible que hagas un gran esfuerzo para aprender a
bailar, pero que falles al no lograr sincronizar un matrimonio armonioso.

La división comenzó cuando tu cónyuge comenzó a pecar y no te lo dijo. Pero es probable que
haya comenzado a experimentar algo similar a la siguiente progresión. A medida que incurrió
en pecado sexual, sus emociones probablemente siguieron un patrón similar al patrón que tus
emociones han seguido al sospechar y enterarte de su pecado.

● Conmoción: «No hay forma de que esa persona se interese por mí». O «¿podría ser tan
fácil encontrar cosas en Internet?»
● Negación: «Lo que estamos haciendo no significa nada. Sólo somos amigos». O
«realmente no estoy lastimando a nadie. Es solo pornografía y nadie lo descubrirá».
● Ira: Una sensación de autocondenación por hacer algo que sabías que estaba mal.
● Negociación: Convencerte a ti mismo de que no es tan malo, basándote en uno de los
motivos del capítulo tres en «Falso amor».

54
● Depresión: Un sentimiento de culpa y desesperanza cuando él/ella quería salir de su
pecado, pero se sentía atrapado.
● Aceptación: El pecado se volvió normal y parecía que él/ella se iba a salir con la suya.
● Perdón: Creer la mentira de que el pecado era necesario o correcto, basado en un
compromiso que crecía cada día con el motivo del pecado que satisfacía su vida. O
aceptar en privado el perdón de Dios, si el adulterio terminó antes de que te enteraras
de su existencia.
Probablemente no te enteraste del pecado de tu cónyuge hasta que él/ella se encontraba en
las últimas etapas de esta progresión. Sin embargo, en el momento en que te enteraste de su
pecado, o cuando comenzaste a sospechar de él, te encontraste al comienzo de una jornada
emocional extrañamente similar.

● Conmoción: «¿Podría mi cónyuge estar pecando realmente contra mí sexualmente?»


Incluso hacer la pregunta parece incorrecto.
● Negación: «No, tiene que haber otra explicación». Dedicas tiempo explicando las pistas
basadas en una historia diferente.
● Ira: A medida que aumenta la certeza o llega el descubrimiento, te encuentras
respondiendo a través de la ira hacia las acciones de tu cónyuge.
● Negociación: Por lo general, esto se centra en todas las posibles explicaciones que creas
para la pregunta ¿por qué? y las implicaciones que desarrollas para cada respuesta
potencial.
● Depresión: Una forma de depresión es aceptar una realidad dolorosa que no puedes
cambiar. Otra forma de depresión proviene de los temas de tu historia de sufrimiento
que examinaremos en el capítulo cuatro.
● Aceptación: Para que esta aceptación sea algo más que una mera resignación al dolor
inmutable, el pecado de tu cónyuge y su impacto en ti deberán ser lamentados (capítulo
cinco) y procesados a la luz del evangelio (capítulo seis).
● Perdón: Independientemente de si elegiste restaurar el matrimonio, tendrás que llegar
a un lugar de perdón hacia tu cónyuge o dejarás que ese dolor marchite tu vida a partir
de este momento. Pero hablaremos del perdón en el capítulo siete.

Ojalá puedas comenzar a ver porqué ha sido tan difícil para los dos comunicarse, incluso si están
de acuerdo con los hechos en una conversación determinada. Los dos están hablando desde
dos lugares diferentes. Esta realidad no es el reflejo de una futura incompatibilidad o de que el
dolor sea reconciliable. Es simplemente el efecto de mentir.

Esto explica por qué hay tantas referencias cruzadas de otros capítulos entre este manual y
«Falso amor». Lo que está cambiando no son sólo los hábitos y el estilo de vida, sino los
momentos. Tu cónyuge no te entiende de la manera que quieres, porque (al menos en parte)
él/ella no está donde tú estás. Sigues diciéndote que no entiendes porque (al menos en parte)
tú no estás donde él/ella está.

«Falso amor» y «Verdadera traición» están escritos no sólo para guiarte a través de los próximos

55
pasos de lo que debes hacer, sino para llevarte al mismo lugar nuevamente (o por primera vez).
Pero estas diferencias en los momentos harán que sea muy tentador creer que esto no está
funcionando porque no sienten que están «en la misma página». Si sientes que lo que está entre
ustedes es más que el dolor del pecado, tienes razón. También es este engaño en la distancia
que existe entre sus momentos. Mientras haya honestidad a través de este proceso, esa
distancia debería disminuir.

Principio de la trampa del menor interés


La persona que está menos interesada en una relación tiene más poder en la relación. Éste es el
principio del menor interés. Cuando este principio se activa dentro de tu matrimonio, nunca es
saludable. El matrimonio comienza a operar sobre la base del poder y la influencia, en lugar del
amor y el sacrificio. Cuando esto sucede, el matrimonio deja de ser un microcosmos del evangelio
y se convierte en un microcosmos del mundo.

Típicamente (no siempre) el cónyuge que peca sexualmente es el primero en estar menos
interesado en el cónyuge ofendido. Esto se debe a que tanto su apetito sexual es satisfecho en
otro lugar, como a un sentimiento de culpa cuando está cerca del cónyuge ofendido. Esa culpa a
menudo se verbaliza como sentirse juzgado. Este menor interés viene con una doble
recompensa: satisfacción sexual y mayor voz en el matrimonio. Si esto último no sucede,
entonces, en la mente del cónyuge ofensor, eso sólo se usa como una razón adicional para pecar.

Después de que se descubre el pecado sexual, como cónyuge ofendido obtienes rápidamente
todo el poder, a menos que el cónyuge ofensor esté cometiendo adulterio y esté considerando
terminar el matrimonio. En el transcurso de los próximos días y semanas, comienzas a pensar
que la única forma de hacer algo es amenazar la relación expresando menos interés. Sin
embargo, incluso cuando esto se hace por una buena razón, el efecto acumulativo es negativo.
Pronto ninguno de los cónyuges se sentirá seguro. El divorcio comienza a parecer la única opción.

Con frecuencia, esta dinámica de juego de poder existe en el matrimonio antes del pecado
sexual. Cuando éste es el caso, ambos cónyuges están familiarizados con las reglas del juego.
Cuando esto es cierto, la dinámica del juego de poder es menos inocente (consecuencias del
pecado sexual para el que ni tú ni tu cónyuge estaban preparados) y, más claramente, hay una
continuación de la manipulación por parte de ambos cónyuges. Es sólo que después del pecado
sexual, tú y tu pareja pueden jugar su antiguo juego con un arma mucho más poderosa. En estos
casos, el arrepentimiento mutuo por jugar con el matrimonio mucho antes del pecado sexual es
un requisito previo para continuar con estos materiales.

Cuando el principio del menor interés no es parte de un patrón matrimonial que ha prevalecido
por mucho tiempo, la pregunta es: ¿cómo salen tú y tu cónyuge de esta nueva dinámica de juego
de poder? La dinámica va a existir tanto si se usa como si no. La dinámica la sentirás ya sea que
el cónyuge menos interesado esté aprovechando su influencia recién adquirida, o no. Aquí hay
varios puntos que te ayudarán a atravesar el principio de la trampa del menor interés.

56
● La razón principal para hacer cambios en el matrimonio debería ser porque son
saludables y se adhieren al diseño de Dios para el matrimonio; no porque se adhieran
a las preferencias de uno de los cónyuges. Un consejero externo ayudará a discernir
esta distinción. Una vez que el matrimonio ha vuelto a operar sobre el amor y el
sacrificio, tus preferencias personales pueden comenzar a tener nuevamente la
influencia saludable que Dios había planeado para la toma de decisiones.

● Cuando existe inseguridad debido al pecado o engaño sexual del cónyuge ofensor,
él/ella debe hacer todo lo posible para aliviar esta preocupación porque es saludable,
no sólo por hacer feliz a su cónyuge. Si hay resistencia al cambio necesario y el motivo
principal del cónyuge ofensor es complacer al cónyuge ofendido; esto dará lugar al
resentimiento o a la expectativa de reciprocidad. Ambos perturban el proceso de
restauración.

● Cuando pidas cambios para restaurar el matrimonio, no use frases similares a «si
realmente lo lamentaras, lo harías…» o «porque me lastimaste, me debes…» Estos
alimentan la diferencia de poder creada moralmente en el matrimonio. Incluso cuando
se acepta la solicitud, la naturaleza de estas solicitudes hace poco para restaurar el
matrimonio. La solicitud de poder sólo demuestra que le temes, no que le amas; así
que debes permanecer fuerte, en lugar de tener la libertad de confiar. Es mejor dejar
que tu solicitud sea independiente, «me ayudaría a recuperarme [relajarme, confiar,
etc.], si pudiera...»

● Reconoce que este momento de comunicación y toma de decisiones es único. No


empieces a pensar que así es como van a ser las cosas a partir de ahora. Esta mentalidad
alimentará la desesperación hacia el divorcio o reforzará una competitividad basada en
el miedo que hace que sea lógico mantener la ventaja. Ésta es una temporada única
en tu matrimonio, que, si se maneja correctamente, será solo eso: una temporada.

● Empieza a separar el cambio del poder. Ésta es una distinción vital para la salud a largo
plazo de cualquier matrimonio. De hecho, es sólo otra forma de definir lo que significa
confiar. La confianza es la creencia de que las peticiones razonables se cumplirán sin la
necesidad de la ventaja relacional. Esta definición debería permitirte comenzar a
generar confianza sin pensar que significa ponerte en una posición para ser lastimado
nuevamente; una definición de confianza que disminuye radicalmente la probabilidad
de que se otorgue confianza. Cuando una petición razonable te pide cierta ventaja, la
confianza aún no está garantizada. La progresión o el desarrollo de la confianza se
analizarán en el capítulo siete.

Lee 1 Corintios 9:8-14. Pablo estaba en un conflicto que tenía el gran potencial de convertirse
en dinámicas de juego de poder; algunos en la iglesia de Corinto lo acusaban de estar en el
ministerio por dinero. Nota que Pablo comienza declarando lo que es sano y santo (v. 8). Los
que trabajan merecen compensación y esto es lo que Dios estableció tanto para el hombre
como para la bestia. Después de establecer esto, Pablo tuvo cuidado de permitir que el

57
enfoque permaneciera en el punto donde su audiencia más necesitaba recibir el evangelio (v.
12). Del mismo modo, a medida que avanzas en la comprensión del impacto de tu sufrimiento
con tu cónyuge, tus metas deben ser: (a) establecer claramente lo que es sano y santo para el
matrimonio, y (b) mantener el enfoque en lo que tu cónyuge necesita para abrazar el evangelio
y experimentar un cambio duradero.

Conversaciones de ánimo para ENTENDER tu sufrimiento


Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de
pérdida o dolor.
• Teniendo en cuenta los factores de impacto, ¿has evaluado personalmente el
impacto del pecado de tu cónyuge en ti?
• Teniendo en cuenta los factores de impacto ¿has evaluado personalmente el
impacto del pecado de tu cónyuge en tu matrimonio?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.

• _______________________________________________________________
• _______________________________________________________________

58
Capítulo 4
«Lo que estoy pensando... ¿es verdadero, correcto,
real, útil, loco?»
CONOCE LA HISTORIA DE TU SUFRIMIENTO, la cual da sentido a tu experiencia

«Basado en la traición de mi cónyuge, formé creencias [describe qué] acerca de mí mismo,


de mi vida y de Dios. Viví de esas creencias [describe cómo] porque eran todo lo que conocía
y porque “se ajustaban” a mí. Esas creencias se volvieron los temas que guiaron la historia de
mi vida.
Me asusta poner en palabras esas creencias [describe por qué]. Rechazo esa falsa narrativa
de mi vida y me comprometo a aprender cómo mi vida se ajusta a la gran historia de
redención de Dios».

Memoriza: Cantares 8:6-7 (NBLA) «Ponme como un sello sobre tu corazón, Como un sello sobre
tu brazo, Porque fuerte como la muerte es el amor, Inexorables como el Seol, los celos; Sus
destellos, son destellos de fuego, La llama misma del Señor. Las muchas aguas no podrán extinguir
el amor, Ni los ríos lo apagarán. Si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor,
Sólo lograría desprecio». Al memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos puntos clave:

● «Ponme como un sello» – Esperar que tu cónyuge evite el pecado sexual y honre el pacto
matrimonial es razonable.
● «Fuerte como la muerte es el amor» – La traición del pecado sexual duele mucho porque
el amor es bueno y poderoso.
● «Inexorables como el Seol, los celos» – La traición sexual es una experiencia muy tangible
tanto como que la paga del pecado es la muerte (Romanos 3:23).
● «Sus destellos, son destellos de fuego» – La intensidad del dolor emocional puede tener
efectos psicosomáticos de dolor, náuseas o enfermedad.
● «Si el hombre diera» – Por eso duele y es ofensivo que tu cónyuge trate de hacer u ofrezca
algún tipo de penitencia.

Notas de enseñanza

«¿Cuántas personas sabían de la aventura? No lo supe entonces y nunca lo hubiera sabido... Sentí
como si trajera un letrero que decía: ¡NO SOY LO SUFICIENTEMENTE BUENO! Dios, necesito un
milagro. Eres el gran Sanador ¡Sánanos! Déjame despertar de esta pesadilla. Estamos sentados
aquí respirando y, sin embargo, tan certero como hay aire entrando y saliendo de mis pulmones,
ahora sé que nos estamos muriendo. ¡Pero quiero saber por qué tengo que morir cuando el
pecado no es mío! No hice esto. En mi cerebro agotado solo había tres alternativas: mentirme,

59
que me mintieran o sentir dolor. Si no hay dolor, entonces alguien debe estar mintiendo». Gary y
Mona Shriver, en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

«Muy a menudo escucho en la consejería: “si él me ama, no habría tenido la aventura”. Con
tristeza respondo: “él te ama y también tuvo una aventura”». Doug Rosenau en Una celebración
del sexo

«La vergüenza de pareja los hace sentir que tienen un mal matrimonio y que la gente no querrá
juntarse con ellos». Mark Laaser en Sanando las heridas de la adicción sexual

«[Estudio de caso] Tiffany no podía creer lo que acababa de escuchar. Después de todos los
improperios sexuales en los que se había involucrado su esposo Jason, él la estaba culpando por
su comportamiento. Según Jason, Tiffany era criticona, acusona, no lo apoyaba y no estaba
satisfaciendo sus necesidades sexuales (p. 7). Algunos ejemplos de los pensamientos incorrectos
de los codependientes incluyen: Merezco ser tratado de esta manera. No puedo hacerlo mejor. Si
me estuviera desempeñando mejor sexualmente, esto no habría sucedido (p. 21). Muchos
codependientes, incluso antes de casarse con un adicto al sexo, han llegado a creer que el sexo es
la señal más importante del amor. Esto los convierte en la pareja perfecta para un adicto al sexo,
que generalmente cree que el sexo es su necesidad más importante (p. 35)». Stephanie Carnes,
en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

«¡Y estaba enojada! Gary y su compañera se habían arrepentido y habían sido perdonados. Podían
seguir adelante con sus vidas. ¡Bueno, yo no pude! Me molestaba el hecho de que yo no había
cometido este pecado, pero todavía tenía que cargar con el dolor del mismo. ¿Por qué no se
escaparon juntos? A estas alturas podría haber seguido adelante con mi vida en lugar de estar
estancada. Y al menos no habría tenido que sufrir en silencio; si se hubieran escapado, todo el
mundo lo sabría. Incluso mientras pensaba en estas cosas, sabía lo absurdas que eran. Todos
sufrimos. Todos estábamos sufriendo. Pero fue tan injusto. ¡Nadie había querido nunca tener una
aventura conmigo! No había tenido un deseo tan fuerte por el cual lo hubiera arriesgado todo con
tal de satisfacerlo. Gary lo había arriesgado todo y a todos por ella. ¿Qué había arriesgado él alguna
vez por tenerme? Quizá yo no valía la pena. Quizás debería simplemente desaparecer». Gary y
Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

Aplicación personal
Los profesionales médicos que trabajan en el área del dolor crónico suelen diferenciar entre dolor
y sufrimiento. El dolor es la experiencia física (por ejemplo, un nervio comprimido) que viaja de
nervio a nervio y se registra en el cerebro. El dolor se puede tratar con medicamentos. El
sufrimiento, sin embargo, es la sensación de desesperanza o desánimo que acompaña al dolor. No

60
viaja a través de terminaciones nerviosas, sino que es parte de la mente inmaterial (no del cerebro
físico). Por tanto, no existe un tratamiento médico para el sufrimiento. Ese es un trabajo que se
hace en el alma, no en el cuerpo.

Mientras observas la historia de sufrimiento que usas para darle sentido a tu experiencia, estás
examinando el sufrimiento (el significado que le has dado a tu experiencia) en lugar del dolor
(como el acto de traición o la forma cómo te enteraste). Como ocurre con el dolor crónico, tanto
el dolor como el sufrimiento son reales y deben tratarse. En los capítulos cuatro a seis trataremos
el sufrimiento. Mientras tu cónyuge trabaja en «Falso amor», en los capítulos siete y ocho de
«Verdadera Traición», trataremos el dolor de tu experiencia.

Tal vez te hagas la pregunta: ¿por qué estamos lidiando con el sufrimiento antes que con el dolor?,
¿no podemos hacer ambas cosas al mismo tiempo? Lo estamos haciendo. Si tu cónyuge está
trabajando con «Falso amor», ese es el componente más importante del proceso de trabajar en
el dolor que se puede abordar en esta etapa.

En esta etapa del proceso de tu cónyuge, él/ella estará aprendiendo lo que significa arrepentirse
genuinamente ante Dios, cómo confesarte completamente su pecado (buscar humildemente el
perdón, no solo darte una historia precisa) y aprender qué es razonable esperar de él/ella en el
proceso de restauración. Éste es un momento importante para tu cónyuge, pero estos pasos
pueden no ser tan interactivos como los pasos anteriores.

«Sin embargo, en la etapa temprana de recuperación, hay poco disponible para ti, pues
toda la energía que tu pareja ha puesto en su adicción ahora debe dirigirse hacia su
propia recuperación... El adicto no puede entender claramente tu necesidad por su
arrepentimiento, más de lo que tú puedes entender cómo es para él el no portarse mal
durante 30 días (p. 50)». Stephanie Carnes, en Mending a Shattered Heart (traducido
como «Reparando un corazón destrozado»)

A menos que te tomes un tiempo para trabajar en el sufrimiento de tu experiencia, serás tentado
a volverte cada vez más pasivo, impaciente y amargado a medida que tu cónyuge transita de los
pasos en los que hay una gran transferencia de información, hacia los pasos en los que se produce
menos información para compartir.

Estos no tienen porqué ser pasos silenciosos para ti. Puede ser un tiempo en el que trabajes con
la información que has obtenido en los primeros tres pasos de tu proceso. Has recibido una
cantidad inquietante de información. No sería prudente avanzar rápidamente sin tomarte el
tiempo para asimilar lo que has aprendido, separar los mensajes destructivos (capítulo cuatro),

61
afligirte por la traición (capítulo cinco) y replantear estos eventos dolorosos a la luz del evangelio
(capítulo seis).

Si bien puedes compartir con tu cónyuge parte de los capítulos cuatro y cinco, la versión más
completa de lo que debe ser dicho se expresará a medida que completes el capítulo seis. Ten en
cuenta que tu cónyuge estará en un lugar similar en su jornada a través de los capítulos cuatro a
seis de «Falso amor». Ojalá que la honestidad y la apertura de los capítulos uno al tres, hayan
desarrollado la confianza suficiente para sostener esta etapa intermedia del proceso.

Definiremos y examinaremos la historia de sufrimiento que usas para darle sentido a tu


experiencia, a través de tres secciones.

1. El pecado sexual: una historia interrumpida


2. Diez ideas potenciales de tu historia de sufrimiento.
3. El trayecto desde los hechos hasta los conceptos y la historia

El pecado sexual: una historia interrumpida

El sufrimiento arraigado en el engaño tiene una capacidad única para alterar tu vida; afecta el
sentido de quién eres, qué quieres, qué es seguro y hacia dónde vas. El sufrimiento no arraigado
en el engaño afecta el presente. Puede ser intenso, pero es «ahora». Tienes cierta capacidad para
decidir qué hacer con él y tus decisiones influyen. Por ejemplo, si te han maltratado físicamente,
sabrías quién te estaba golpeando, cuándo comenzó, cuántas veces te golpeó y qué tan intenso
fue cada golpe. Tendrías opciones que afectarían la situación: ¿devolverías el golpe, te separarías
o llamarías a la policía?

Sin embargo, el pecado sexual está oculto, sucedió en el pasado, antes de que tú te enteraras.
Parece imposible luchar en el presente contra el pasado. Aun así, este pasado desconocido es
parte de tu historia. Es muy raro, pero estás haciendo preguntas sobre tu vida de la misma manera
en que lees una novela: queriendo saber qué pasa después. Eres como un niño adoptado que

62
escucha una anécdota de sus padres adoptivos de un tiempo anterior a que él se convirtiera en
parte de la familia, preguntándose: ¿recuerdo eso? El mero hecho de que no conozcas tu propia
historia es a la vez inquietante, exasperante y espantoso.

«Una esposa me dijo al darse cuenta de las aventuras de su esposo: “¡Devuélveme mi


vida! Regresemos veinte minutos en el tiempo antes de que empezáramos a hablar;
¡Quiero que mi esposo vuelva a ser quien era!” (p. 103)». Harry Schaumburg en False
Intimacy (traducido como «Falsa Intimidad»)

El hecho de que no conozcas tu propia historia facilita que las historias falsas (incluso si son
parcialmente verdaderas) comiencen a dominar la forma en que le das sentido a tu vida. Cosas
que sólo pueden ser ciertas en esta situación (o potencialmente ciertas en esta situación)
comienzan a generalizarse y las aplicas a toda tu vida. Cuando esto sucede, el miedo, la ira, la
inseguridad u otras emociones que sientes se convierten en parte permanente de tu vida.

De nada sirve decir: toda mi vida o el resto de mi matrimonio no será como esta temporada. No
veías venir esta temporada. Cuando tienes un enemigo que no puedes ver, sólo tiene sentido estar
siempre en guardia ¿verdad? El engaño hace que la traición sexual se sienta como un fantasma.
Estaba atormentando tu vida antes de que te dieras cuenta.

¿Cómo responder?
Es probable que la descripción anterior sólo haya empeorado las cosas temporalmente. Al
principio, expresar el dolor con palabras puede hacerlo más doloroso. Lo que puedes obtener de
esta sección es una mejor comprensión de por qué no te puedes desprender de los argumentos
destructivos que examinaremos. Sientes un dolor intenso y tienes un vacío que lo explica. Por lo
tanto, sólo los mensajes más negativos parecen ajustarse a la situación. A la luz de eso, considera
las siguientes recomendaciones a medida que avances en este capítulo.

▪ Ve lento. Es probable que éste sea un paso en el que tengas que reflexionar más
profundamente. Considerar el significado que le das a los eventos traumáticos,
generalmente requiere introspección. En momentos de volatilidad emocional no piensas con
claridad. Por tanto, este paso puede tardar más que los anteriores.

▪ No confundas repercusión y verdad. Conforme leas, tal vez te identificarás con varias ideas.
A medida que conectes con esas ideas, la realidad de cómo esa idea ha impactado tu vida
hará que esa idea parezca verdadera. Este paso no pretende validar esas ideas como
verdaderas (en realidad, la intención final es hacer lo contrario). El objetivo de este capítulo

63
es ayudarte a poner en palabras los mensajes más destructivos que podrías obtener a partir
de esta experiencia para que puedas refutarlos con la verdad y la esperanza del evangelio.

▪ Permítete sentir. El hecho de que las ideas sean reales en tu experiencia, aun cuando no
sean verdaderas, significa que tendrán un impacto emocional. Si bien no es agradable, no
está mal (no debes sentirte culpable por ello). No debes permanecer indiferente, incluso
mientras luchas con estas ideas falsas. Por fe, es posible saber que no son ciertos y aun así
estar molesto por cuán intensamente parecen definir tu vida.

▪ No esperes una sola respuesta. Una sola respuesta significaría que tu situación y
circunstancias son simples. Esto no es verdad. A medida que lees, intenta desarrollar oídos
para escuchar los mensajes falsos que utilizas para darle sentido a tu vida. Anteriormente,
pueden haberla definido sin ser detectados. A medida que aprendes a escucharlos como
falsos, sin sentirte culpable por su presencia, comienzan a perder su poder.

▪ Intenta vincular emociones a ideas. Es en este paso que tus emociones comenzarán a tener
más sentido para ti. Es posible que hayas sentido que un solo detonante pudiese causar un
cambio entre el miedo, la ira, la inseguridad y el disgusto sin una razón para la variación. En
la medida en la que identifiques las ideas que fortalecen emocionalmente a cada detonante,
las variaciones de tus emociones tendrán más sentido. Por ejemplo, el detonante puede ser
que tu cónyuge te haga un cumplido, pero las respuestas van desde la inseguridad (idea: la
confianza es peligrosa; «¿cómo puedo confiar en que seguirás pensando lo mismo?»), la ira
(idea: si me amaras, entonces nunca le habrías dicho eso a nadie más) y disgusto (idea:
hombres/mujeres son mentirosos; «es obvio que dirías eso»).

Diez ideas potenciales de tu historia de sufrimiento


¿Cómo pasas de la experiencia a la historia? Comienzas a resumir tu experiencia en declaraciones
temáticas. Ya sea que verbalices estas declaraciones o simplemente te parezcan verdaderas, estas
ideas se convierten en la base de cómo te preparas para el futuro e interpretas el presente. Estas
ideas hacen que algunas experiencias sean muy relevantes y otras sean «excepciones a la regla».
Estos temas comienzan a definir quién eres, quién es Dios y qué debes esperar de los demás o de
la vida.

Vamos a ver diez ideas malsanas que puedes estar usando para darle sentido al pecado sexual de
tu cónyuge: (1) algo está mal conmigo, (2) esto fue mi culpa, (3) si me amaras, entonces..., (4) la
confianza es peligrosa o ingenua, (5) el sexo es lo más importante, (6) el sexo es el «anillo de
poder», (7) yo no soy deseado, (8) la vida sería más fácil si..., (9) estereotipos
masculinos/femeninos exacerbados, y (10) ahora todo es de segunda clase.

64
A medida que analices cada una, querrás lograr un balance. Por un lado, es importante que seas
descriptivo y compasivo, para que puedas escucharte a ti mismo en estas ideas y sepas que no
eres el único que piensa así. Por otro lado, queremos refutar estos mensajes destructivos para que
no confundas el que expliquen cómo te sientes, con el saber si son verdaderos.

Cada idea puede ser parcialmente cierta. Por ejemplo, hay algo malo en todos nosotros: nacemos
pecadores (Romanos 3:23). Lo que convierte a estas ideas en ideas falsas es cuando se tratan como
si fueran totalmente ciertas, y se utilizan para explicar el pecado de tu cónyuge, o se convierten
en la regla absoluta y necesaria mediante la cual te relacionas con los demás.

1) Algo está mal conmigo: Esta idea evoca inseguridad a través de una autopercepción
deficiente. Asume que tu excelencia es la única barrera entre tu cónyuge y el pecado. Cuando
este tema se vuelve dominante en tu vida, rápidamente hace que cada cosa desagradable en
tu mundo sea una fuente de culpa y vergüenza. En poco tiempo, tu incapacidad para hacer
bien las cosas es la razón por la que todo sale mal.

Esto suele comenzar después de la traición del pecado sexual cuando te comparas con las
imágenes pornográficas favoritas o con el cómplice de adulterio de tu cónyuge. Lo que sea
diferente entre tú y él/ella, se convierte en lo que está «mal» en ti. No pasa mucho tiempo
antes de que comiences a compararte con las cualidades más favorables de cada persona que
conoces. La vida se convierte en un juego emocional donde tus debilidades tienen que
competir con las fortalezas de los demás.

El mundo ya no parece seguro, porque asumes que tus deficiencias son más obvias para el
resto del mundo que para ti. Percibes los cumplidos y las palabras de aliento como palabras
de lástima que se ofrecen a alguien que «obviamente las necesita». Sólo aquellas relaciones
en las que tienes una función clara con resultados medibles (como el trabajo) o en las que
desempeñas un papel claro de cuidado (como con tus hijos o tus padres) pueden sentirse
seguras.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: algo está
mal conmigo?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Santiago 2:1-13. Esta idea trata el pecado de la parcialidad. Asume que aquellos que son
«mejores» por una preferencia cultural (en el caso de Santiago era la riqueza y la moda) son

65
más merecedores de ser tratados con honor. Cualquier tema de la vida que incluya pecado
generará disfunción. Lee las palabras de Santiago en el versículo 12 como si estuvieran escritas
para ti: [parafraseando] piensa, habla y actúa como alguien que no es juzgado por la apariencia
física o el desempeño, sino por los requisitos de Dios, que se regocija cuando los corazones
humildes viven libres de condenación.

2) Esto fue mi culpa: Esta idea va un paso más allá de «algo está mal conmigo». Ahora mi
«maldad» explica tu «maldad»; mi «deficiencia» resultó en tu «depravación». A menudo, las
palabras defensivas del cónyuge infractor favorecen esta idea. Incluso las palabras de
arrepentimiento del cónyuge infractor que intenta responder la pregunta del por qué, sirven
para reforzar este tema.

La parte atractiva de esta idea es que proporciona una fachada de control. Si realmente fue tu
culpa, entonces, si lo haces mejor, puedes garantizar que nunca vuelva a suceder. Tu aparente
utilidad hace que esta idea sea muy atractiva cuando todo parece fuera de control. En medio
del caos, parece plausible intercambiar la verdad por este sentido de dirección.

El problema es que, todo lo que haces para bendecir a tu cónyuge, se convierte en prevención
de la pornografía o prevención del adulterio. Esto convierte lentamente las bendiciones en
amargura. El alivio a corto plazo (que esta idea realmente proporciona) incluye el costo de
convertir los actos de amor (que deben estar centrados en el otro para dar vida) en actos de
autoprotección. Con el tiempo, inevitablemente vuelve la duda de que si lo que estás haciendo
es suficiente bueno, lo cual genera molestia y miedo.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase esto fue mi
culpa?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Ezequiel 18:1-20. Observa que era común en la época de Ezequiel explicar el
comportamiento de una persona basándose en el de otra (el padre come algo ácido y los hijos
fruncen el ceño). A menudo se piensa que este tipo de explicaciones son nuevos
descubrimientos de los pensadores «profundos» de estos tiempos modernos. Dios refuta esta
forma de entender la vida con un lenguaje fuerte. Dios es intenso y persistente (ver Jeremías
31:27-30). Esta idea es falsa y Dios se duele al ver a Sus hijos viviendo bajo el peso de esta
falsedad.

66
3) Si me amabas, entonces…: Esta idea intenta hacer las cosas más simples de lo que son. Se
puede aplicar retrospectivamente (si me amabas, entonces no hubieras mirado a nadie más)
o en tiempo presente (si me amas, entonces entenderías cómo me hace sentir esto). De
cualquier manera, esta idea se basa en la premisa de que no se puede amar a alguien y herirlo.
La vida y el amor no son tan bonitos. Estos sentimientos son reales, como los que se describen
en la cita a continuación, pero no son necesariamente toda la verdad.

«Nuestra intimidad sexual había sido abaratada, de hecho, anulada, porque se


compartía con muchos otros. Tenía poco o ningún valor para él porque prefería una
emoción barata a la auténtica; yo, su esposa. El placer que deseaba de nuestra
unión se podía encontrar o comprar en cualquier esquina de la calle o en cualquier
salón de masajes (p. 153)». Katy Gallagher en When His Secret Sin Breaks Your Heart
(traducido como «Cuando su pecado secreto te rompe el corazón»)

Es preciso decir: «Si me amabas bien, entonces…» La decisión de pecar sexualmente contra el
cónyuge, y todas las elecciones y motivos precursores que acompañan a esa acción, son una
contradicción con el amor de pacto. Este tema capta con precisión el acto de traición, pero
define falsamente a tu cónyuge y el futuro del matrimonio mediante esa acción. Ninguna
escena (ni tampoco una serie de escenas) tiene que definir una película completa.

Ver la verdad y la probable exageración de este tema les permite sentirse a ambos, tanto
heridos como esperanzados. A medida que cristalizas los mensajes que te sientes tentado a
recibir a través de este sufrimiento, luchas contra la tendencia a hacer de la traición el evento
o eventos definitorios de tu matrimonio. Una forma de pensar en el perdón, anticipándose al
capítulo siete, es permitir que otra idea, la sabia redención y restauración, se convierta en el
tema dominante de tu matrimonio.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: si me


amabas, entonces...?
___________________________________________________________________________

67
___________________________________________________________________________

Lee Apocalipsis 2:1-7. Éfeso fue una gran iglesia. La carta que lleva su nombre (Efesios) es una
de las más ricas del Nuevo Testamento. Pablo tenía un amor único y poderoso por ellos y esta
iglesia por él (Hechos 20:36-38). Pero ahora, algunos años después, la acusación de Jesús
contra ellos fue: «Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor (v. 4)». Pero Jesús
no perdió la esperanza. Más bien, pidió un cambio decisivo (v. 5), reconoció las cualidades (v.
6) y les dio la responsabilidad de responder mientras mantenía la esperanza de un resultado
positivo (v. 7).

4) Confiar es peligroso o ingenuo: El propósito del amor es hacerte sentir seguro (1 Juan 4:18).
El amor asume confianza. Por eso duele tanto la traición del pecado sexual. El miedo a volver
a experimentar ese dolor es lo que te dificulta ver la confianza como algo que podría ser bueno.
Por lo tanto, es muy fácil comenzar a ver la confianza a través de un lente negativo y catalogar
la confianza como la práctica de los jóvenes tontos o de las personas que no viven en el mundo
real.

La confianza prematura es peligrosa e ingenua. Y por esa razón, en el capítulo siete


discutiremos formas saludables y sabias de restaurar la confianza. Te preparas para ese paso
resistiendo la tentación de tratar el tema de la confianza como si fuera propiedad exclusiva de
Stephen King (u otros autores de temas de terror). La confianza no te hizo daño. El pecado te
lastimó. Si alguien se despierta de su sueño debido a un terremoto, debe darse cuenta de que
el sueño no destruyó su casa; el terremoto lo hizo.

La confianza es el descanso del alma. Cuando permites que se desacredite el tema de la


confianza, comienzas a escribir una historia de vida muy agotadora. Si bien es posible que
debas aprender las señales de advertencia a las que hay que darle más crédito, eso no significa
que la confianza sea peligrosa o ingenua. Simplemente significa que tu máxima confianza e
identidad debe estar puesta en algo más grande y sólido que tu cónyuge.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: la confianza
es peligrosa o ingenua?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Isaías 50:10-11: Isaías señala que el único lugar donde el miedo y la confianza pueden
coexistir sin confusión interna es en tu relación con Dios: el temor del Señor y la confianza en
el nombre del Señor (v.10). Sin embargo, esto no impide que se tomen las medidas necesarias

68
para favorecer la seguridad. Por ejemplo, encender un fuego y llevar antorchas en lugares
oscuros (v. 11a). Estos vienen de Dios y son un regalo de Su mano (v. 11b). Sin embargo,
cuando tu confianza está en la antorcha (tu capacidad de encontrar información) más que en
el Dador de la antorcha (Su fidelidad para dar a conocer lo que es vital saber), entonces no
tendrás descanso (v. 11c).

5) El sexo es lo más importante: Otra idea retorcida que surge después del pecado sexual de un
cónyuge es que el sexo es lo más importante. Puede tomar varias formas: un buen matrimonio
se define por una buena vida sexual, un buen cónyuge se define por su capacidad para
desempeñarse sexualmente o el valor de una persona se define por su capacidad para
complacer a los demás visual y sexualmente. Es de esperar que, en pocas palabras, las
declaraciones concisas que se desprenden de esta idea suenen falsas.

Esta idea se refuerza cuando tu cónyuge (y también tus amigos o consejeros) te dicen que la
razón del pecado sexual es que tú no estabas «llenando el tanque de amor» de tu cónyuge.
Entonces el mensaje se convierte en que el sexo es lo más importante, porque sólo estás a
salvo de una futura traición si cumples consistentemente (con alguien que acaba de lastimarte)
este estándar ambiguamente definido (llenar el tanque de amor de tu cónyuge). Si no lo haces,
entonces eres responsable de su traición.

El sexo es lo más importante se refuerza aún más porque el pecado sexual cambia el apetito
por el sexo en el pecador. Con la pornografía, el pecado sexual crea una expectativa alimentada
por un mundo de fantasía de atletas sexuales profesionales y una gran cantidad de variedad
visual. Con el adulterio, el pecado sexual crea una expectativa alimentada por el nivel de
planificación y riesgo que acompaña a cada encuentro sexual. Ambas dinámicas crean un
subidón artificial y centran la vida en el sexo. Hasta que el sexo deje de ser lo más importante,
nunca cumplirá consistentemente su función máxima de dar placer dentro del matrimonio.

«Es difícil para los cónyuges cristianos confrontar demandas sexuales inapropiadas
en el matrimonio porque tal vez asumen que su deber es ser sumisos». Mark Laaser
en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual

«Nuestra tarea cristiana es recordar que toda unión sexual es profunda. Siempre
apunta a la unión más profunda que tenemos con Cristo por fe. El sexo refleja la
gloria de Dios en el evangelio. Existe porque expresa la unidad de Dios con Su
pueblo, Su fidelidad hacia nosotros, Su propiedad sobre nosotros, Su autosacrificio
y el placer que podemos obtener en esta relación... El sexo es algo bueno, no hay
duda de eso, pero nosotros no necesitamos sexo. La humanidad, que se encuentra

69
en Jesús, no se define por las relaciones sexuales». Edward T. Welch, en The Apostle
Paul: On Sex (traducido como «El apóstol Pablo: sobre el sexo») de The Journal of
Biblical Counseling (otoño 2005)

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: el sexo es
lo más importante?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee 1 Corintios 6:19-7:5. Con frecuencia, el final de 1 Corintios 6 se separa del comienzo del
capítulo siete. Este pasaje, como una unidad completa, habla de las dos personas que tienen
autoridad sobre tu cuerpo: Cristo, como tu Salvador, y tu cónyuge (si estás casado). Vemos
que el sexo dentro del matrimonio tiene el papel, entre otros, de evitar las tentaciones (7:2),
pero Pablo no da el siguiente paso para decir que la ausencia del sexo en el matrimonio causa
pecado. Más bien, Pablo continuaría diciendo que nunca hay una excusa para pecar (1
Corintios 10:13). En este pasaje, él dice que la razón del pecado es la falta de autocontrol del
cónyuge infractor (7:5). El punto que debes tomar de este pasaje es: el sexo es bueno y debe
disfrutarse con frecuencia en el matrimonio, pero no puede ser lo más importante.

6) El sexo es el «anillo de poder»: Esta imagen está tomada de la serie El Señor de los anillos de
J. R. R. Tolkien. Puede ser un tema establecido mutuamente y, a menudo, comienza antes de
la traición (no tener relaciones sexuales para castigar o dar sexo para obtener algo que deseas),
o incluso antes del matrimonio (basar tu valor o estatus social, por quién está dispuesto a tener
sexo contigo). Con este tema preestablecido, la traición de un cónyuge sólo aviva el fuego.

Esta idea convierte el sexo en una herramienta para el beneficio personal o la validación, en
lugar de ser un instrumento para bendecir a tu cónyuge. Hay una razón por la que almacenar
«herramientas de poder» (martillo neumático, cortadora o taladro) en el dormitorio es una
mala idea por naturaleza: destruyen el entorno en el que se puede hacer el amor de verdad.
Cuando haces del sexo una herramienta de poder, has contribuido a la destrucción del sexo
con el sexo mismo.
Nunca despojarás al sexo del poder, pues el placer y la unidad que genera (para bien o para
mal) le da poder. Pero puedes hacer que el sexo no se trate de poder. Hasta que lo hagas, serás
como la Comunidad del Anillo en el libro de Tolkien. Cada uno piensa que puede usar el poder
del anillo para el bien, pero tu definición limitada del bien, magnificada por el poder del anillo,
crea un mal que destruye. El sexo sólo es bueno cuando lo usas para bendecir y no para
obtener algo.

70
¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: el sexo es
el «anillo de poder»?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Filipenses 2:1-11. Ésta puede ser la idea más difícil de quitar de la historia matrimonial,
porque trasciende el sexo. Tienes la tendencia a usar todo (no sólo el sexo) para ganar en lugar
de bendecir. Este pasaje es uno de los pasajes matrimoniales más importantes de la Biblia,
aunque nunca menciona el matrimonio. A medida que los dos cónyuges progresen a través de
«Falso amor» y «Verdadera traición», deben comenzar a notar el comportamiento de este
pasaje que define más áreas de su matrimonio (finanzas, tiempo para mí, temas de
conversación, etc.). Comenzarás a definir otras áreas antes de que puedas redefinir (o definir
por primera vez) el sexo. Nota que Pablo comenzó a escribir este pasaje a un grupo que
experimentaba una gran tensión (el uso repetido de la palabra «cualquiera» en el versículo 1),
y resume el principio clave en el versículo 4, antes de ilustrar el ejemplo definitivo de las
relaciones en Cristo, en los versículos 5-11.

7) No soy deseado: Después de la traición del pecado sexual es fácil caer en la misma ficción
romantizada que tuvo tu cónyuge. Esto puede ser muy evidente al querer que alguien te desee
y arriesgue todo por ti como alguien lo hizo por tu cónyuge. O puede ser más sutil: estar celoso
del disfrute sexual de tu cónyuge y comenzar, inadvertidamente, a etiquetar el adulterio como
una experiencia buena y deseable.

Incluso si no intentas convertirte en alguien deseado a través de algunos medios


extramaritales, el tema de no ser deseado puede ser muy fuerte. Puede manifestarse al hacer
una lista de todas las cosas que el otro hombre/mujer obtuvo de tu cónyuge y que tú no
obtienes. O bien, puede manifestarse en la forma en que enumeras todas las cosas que
hicieron que el otro hombre/mujer (o imágenes) fueran más deseables que tú.

Otra manifestación común de este tema es refugiarte en las relaciones en las que otros
dependen de ti y donde tu función es deseable y muy clara (con los hijos o en el lugar de
trabajo). Estas relaciones se utilizan para mantener a raya el sentimiento de no ser deseado,
en lugar de refutar la legitimidad del tema en sí mismo. Cuando sólo tratas de silenciar estos
sentimientos, te alejas de todo lo que te recuerda que no eres deseado (esto incluye a tu
cónyuge) y haces que los esfuerzos de restauración sean mucho más difíciles.

«Ella ya no era su mejor amiga… Los niños estarían pronto en casa. Después de
todo, ella seguía siendo madre. Y nunca antes su instinto maternal había sido más

71
agudo. Pasara lo que pasara, no permitiría que esto perjudicara a sus hijos». Gary
y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: no soy
deseado?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee 1 Pedro 2:9-10. Este pasaje se puede resumir en una sola declaración: ¡eres deseado!
Pedro traza imagen tras imagen para reforzar su punto. Lo bueno de este pasaje, aunque a
veces es difícil de aceptar, es que tu deseo de Dios como su pueblo elegido no se basa en nada
que provenga de ti (Deuteronomio 7:6-7). Esto significa que no puedes perder el deseo que
Dios tiene hacia ti, ni dejar que te lo roben. No tienes que competir para mantenerlo porque
no compites para recibirlo. Esto debe proporcionar la base y el valor con los que enfrentas el
dolor del pecado de tu cónyuge. Alguien ha dicho: tu identidad es lo que piensa de ti la persona
más importante de tu vida. Cuando la intensidad del dolor causado por el pecado de tu
cónyuge te tiente a ponerte la etiqueta de no deseado, este pasaje y la prioridad de tu relación
con Dios será algo que tendrás que recordar con frecuencia.

8) La vida sería más fácil si…: Esta idea es la búsqueda de un alivio rápido. Puede sonar como: la
vida sería más fácil si siguiéramos adelante y nos divorciáramos… mi cónyuge se hubiera ido
con su cómplice de adulterio… hubiera sido mejor que no nos casáramos… yo todavía viviría
ignorando su pecado. Cada uno de estos enunciados tiene la ventaja imaginaria de no ser real.
Puedes imaginar que son mejores porque la realidad es muy dura. Es fácil imaginar que
cualquier cosa o irreal es mejor que la circunstancia actual.

Usar como escape estas historias que contienen los enunciados: «si _____, entonces_______»
es similar en dinámica (aunque no equivalente en moral) al pecado de tu cónyuge. Mientras
luchas contra esta idea, puedes crecer en empatía, ya que ves lo fácil que es regresar
continuamente a una idea de escape que en realidad es indeseable. Incluso cuando tu cónyuge
se involucre sinceramente en la batalla de abandonar el pecado sexual, esta lucha puede durar
un tiempo. Usa tu lucha como un momento para orar por ambos y pídele a tu cónyuge que
haga lo mismo.

Es útil que recuerdes lo injusto que es el campo de batalla con estas historias con enunciados
del tipo «si…». Imagina que tuvieras que elegir entre dos trabajos. Si aceptaras el trabajo A,
cada vez que éste se tornara difícil (jefe exigente, muchas horas, trayecto largo) resultaría
tentador pensar que el trabajo B no habría sido así. El trabajo B nunca tendría problemas, sólo

72
tendría no-problemas. De manera similar, cada una de tus historias de enunciados tipo «si…»
nunca tiene problemas, sólo no-problemas.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: la vida sería
más fácil si ...?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Mateo 6:25-34. Cuando la forma de pensar se construye de forma condicional, se parece
mucho a la manera en cómo funciona la ansiedad, que comúnmente se construye a partir del
pensamiento «qué pasaría si». Ambos tienen sus raíces en escenarios hipotéticos que nunca
serán vividos; obtienen la ventaja de existir sólo en tu imaginación. De esa manera, tienes el
control de tu dolor, algo que anhelas cuando estás en medio de una prueba. Jesús es honesto
al decir que la vida tiene problemas (v. 34), también sabe que Dios es fiel y que ya tienes
suficiente con la realidad de hoy, aun sin tener pensamientos hipotéticos acosándote.

9) Estereotipos masculinos/femeninos exacerbados: «¡Esto es exactamente lo que hacen los


hombres/mujeres!» puede ser la declaración resumida que da sentido al pecado sexual de un
cónyuge. El género se convierte en el enemigo. Las diferencias personales de carácter e
integridad ya no importan frente a ciertos órganos sexuales. Cualquier fortaleza o atractivo
(no solo física) del sexo opuesto se pierde en la ira-miedo de lo que «ellos/ellas» harán.

Con esta idea, casi inevitablemente, viene un conjunto de reglas malsanas que debe ser usado
cuando se relaciona con el sexo opuesto (siempre dales lo que quieren o te traicionarán, nunca
confíes en ellos/ellas, ponlos/ponlas en su lugar, etc.). Este tipo de reglas se cumplen solas. O
te sentirás usado, o las relaciones se irán deteriorando hasta el punto en que se demostrará
que tenías razón.

Más allá de esto, esta idea codifica la necedad como sentido común. Cualquiera que no esté
de acuerdo contigo no entiende o simplemente no ha experimentado lo que tú has
experimentado... todavía. Quizá más que cualquier otra, una vez que abrazas esta idea, se
vuelve impenetrable. La evidencia necesaria para refutarla o incluso el contexto en el que la
evidencia podría ser revelada se rechaza de plano.

¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de estereotipos


masculinos/femeninos exacerbados?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

73
Lee Génesis 2:24-3:24. Dios sabe cómo el pecado afectó las diferencias de género. Pero
también vemos que Dios tenía el control de cómo el pecado afectaba las diferencias de género;
las consecuencias no fueron aleatorias y no sorprendieron a Dios. Dios tomó una acción
decisiva donde fue necesario: sacar a Adán y a Eva del Jardín del Edén (3:22-23).

Pero no disolvió la institución del matrimonio. Las diferencias no fueron tan grandes como
para que el daño fuera irreparable. Más bien, Dios eligió hacer del matrimonio un cuadro de
la obra de la Gran Reconciliación que estaba haciendo a través del evangelio (Efesios 5:29-32).
Decir que no se puede confiar en hombres/mujeres es centrar tu atención en el género en
lugar de en el enemigo real: el pecado, ante el cual hombres y mujeres son igualmente
susceptibles.

10) Ahora todo es de segunda clase: Esta idea asume lo mejor y lo peor al mismo tiempo. Se
asume que tu cónyuge puede dejar atrás su pecado, que el matrimonio puede reconciliarse y
que podría haber un largo futuro para el mismo. Se asume que el mejor escenario posible,
siempre estará un poco por debajo de lo que podría haber sido. No hay nada bueno, ni un
pequeño progreso, que no venga acompañado de un suspiro.

El impacto de esto es que cualquier aspecto bueno del matrimonio se percibe como si «pudiera
haber sido mejor». Tu imaginación permite que sea de esta forma. Siempre puedes imaginar
un edificio un piso más alto, una fresa un poco más dulce, un atardecer un poco más brillante,
un Gran Cañón un poco más profundo o cualquier otra cosa un poco más grande o mejor.

«Puedes pensar que, si tu matrimonio sobrevive, siempre será una relación dañada
y de segunda clase. Esto no es verdad. Todos los matrimonios se dañan de una
forma u otra. Un matrimonio se vuelve hermoso cuando el esposo y la esposa
enfrentan su imperfección e invitan a Jesús a trabajar en ellos... El matrimonio
redimido no es menos hermoso porque ha pasado por la muerte; más bien es más
hermoso (p. 9-11)». Winston Smith en Help! My Spouse Committed Adultery
(traducido como «¡Ayuda! Mi cónyuge cometió adulterio»)

Esto te enfrenta con uno de los más grandes misterios de Dios. Dios decidió que un mundo de
personas redimidas y libres sería más perfecto que un mundo puro, pero sin libertad. Se
interroga a Dios sobre esto cada vez que hay sufrimiento. Se cree que el mundo hubiese sido
mejor si no se tuviera la oportunidad de pecar. Pero Dios cree que las relaciones redimidas
tienen una belleza especial y única. No eres el único confundido por esto, incluso los ángeles
del cielo están intrigados (1 Pedro 1:12).

74
¿Cómo has sido tentado a interpretar el pecado de tu cónyuge a través de la frase: ahora todo
es de segunda clase?
___________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

Lee Hebreos 7:15-25. Dios no es un Dios de restauración limitada. Lo peor de esta idea no es
lo triste que te hace sentir, sino lo pequeño que hace que Dios parezca ante tus ojos. El autor
de Hebreos señala repetidamente la superioridad de Cristo. En este pasaje señala cómo Cristo
puede ofrecer una mejor esperanza (v. 19). La calidad de esta esperanza es tan grande que
puede salvar hasta lo último (v. 25). Cuando esta idea comience a nublar tu apreciación por lo
que se hace o lo que se puede hacer por tu matrimonio, recuerda quién es la persona más
activa en tu matrimonio: Cristo, tu Sumo Sacerdote, intercediendo en nombre de tu
matrimonio.

«Todo se centró en cómo me afectaban las acciones de mi esposo. Mi dolor y las


circunstancias eran grandes, mientras que Dios era muy pequeño ante mis ojos (p. 29)».
Katy Gallagher en When His Secret Sin Breaks Your Heart (traducido como «Cuando su
pecado secreto te rompe el corazón»)

Estas no son las únicas diez ideas destructivas del sufrimiento que pueden usarse para darle
sentido a tu matrimonio. Ojalá te ayuden a expresar las ideas que te han estado atormentando.
Más que esto, se espera que esta sección te brinde un patrón (1) para expresar los mensajes
destructivos de tu sufrimiento, (2) para reconocer honestamente el dolor y (3) para
contrarrestarlos con las Escrituras incluso antes de que veas (4) cómo son reemplazados por el
evangelio (capítulo seis).

Expresa: ¿Qué otras ideas destructivas usas para darle sentido al pecado de tu cónyuge?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Reconoce: ¿Cómo estos mensajes intensifican el dolor que sientes?


______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Contrarresta: ¿Cómo contrarrestan las Escrituras estas creencias centrales o la perspectiva de tu


historia de sufrimiento?
______________________________________________________________________________

75
______________________________________________________________________________

Reemplaza: Conocer la verdad es diferente a que esa verdad se convierta en el concepto


dominante de tu vida. Es posible que te sientas desanimado al haber leído réplicas a tu historia de
sufrimiento, que aún no han parecido contrarrestar el miedo, la ira o la depresión que sientes.
Comienza ahora haciendo una sencilla y honesta oración a Dios acerca de dónde te encuentras.
Utiliza como esquema la oración sencilla y desesperada del padre que temía por la vida de su hijo:
«¡Creo; ayuda a mi incredulidad (Marcos 9:24)!»

El trayecto desde los hechos hasta los conceptos y la historia

¿Cómo desarrollas una experiencia o un conjunto de experiencias en una historia? La respuesta a


esta pregunta será única para cada persona. Aunque todos podemos interpretar experiencias
vitales dolorosas con temas o combinaciones de temas similares, la forma en que pasas de los
acontecimientos a la historia no es uniforme. Al final de este paso, queremos proporcionarte un
cuadro para ayudarte a identificar posibles conexiones entre el material que has estado
aprendiendo.

Situación o Problema Marital (capítulo Tema Destructivo Comportamientos (objetivo


Impacto (capítulo tres)
dos) (capítulo cuatro) del capítulo siete)

Discusión sobre detalles de una Aumento de dudas Todo es mi culpa Pedir disculpas y planear de
situación forma excesiva

* Cuadro adaptado y modificado de Leslie Vernick en How to Act Right When Your Spouse Acts Wrong, p. 38 (traducido
como «Cómo actuar bien cuando tu cónyuge actúa mal»)

76
Algunas personas se benefician más de las preguntas reflexivas que de un ejercicio gráfico. Las
preguntas a continuación están destinadas a proporcionar un recorrido guiado e inductivo de
cómo has pasado de una experiencia a otra. Empieza por reflexionar sobre lo que has aprendido
hasta este punto del proceso.

• ¿Cómo has empezado ya a dar sentido a tu vida con las 10 ideas anteriores o las que has
añadido a la lista?
• ¿Hacia cuáles de las ideas gravitas de forma más natural?
• ¿Esta gravitación es nueva (apenas comienza con el más reciente episodio doloroso en tu
relación) o es una tendencia de hace ya tiempo?
• ¿Cómo han distorsionado estas ideas tu interpretación de los nuevos acontecimientos de
la vida que no están directamente relacionados con la traición?
• ¿Tu interpretación de los acontecimientos pasados no están directamente relacionados
con la traición?
• ¿Cómo han distorsionado estas ideas tu previsión de futuros acontecimientos o relaciones
futuras de la vida?
• ¿Qué frases o pensamientos captan tu(s) idea(s) preferida(s)? ¿Con qué frecuencia te las
dices a ti mismo o a los demás?
• ¿En quién o en qué has confiado más y menos a medida que tu relación conflictiva ha
perdurado?

Reflexionar sobre estas preguntas, debería ayudarte a ver cómo pasas de los hechos a la historia.
Si no te gusta lo que descubres, no te alarmes. El hecho de que puedas ver los conceptos
destructivos como no buenos, significa que los conceptos destructivos no tienen el lugar de
dominio en tu corazón y mente.

77
Conversaciones de ánimo para la HISTORIA DE SUFRIMIENTO
Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de pérdida o
dolor.
• ¿Pudiste ver cómo la historia de tu vida se alteró después de la
revelación del pecado de tu cónyuge?
• A medida que identificabas las ideas que usaste para darle sentido a tu
sufrimiento, ¿pudiste experimentar algún grado de consuelo (por
ejemplo, sabiendo que no eras el único)?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en
Cuídate físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.
• _______________________________________________________________
• _______________________________________________________________

78
Capítulo 5
«Siento como si hubiera perdido algo»
LAMENTA la maldad de lo que ocurrió y recibe el consuelo de Dios

«Estoy dispuesto a estar emocionalmente de acuerdo con Dios acerca de mi sufrimiento.


Puedo ver que Dios no sólo quiere que supere esto, en cambio desea amarme a través de mi
dolor [describe la diferencia]. Aceptaré que los que lloran son bienaventurados porque serán
consolados (Mateo 5:4), como Dios lo expresa amándome personalmente a través de este
grupo. Lamentar mi sufrimiento con Dios y con este grupo me ha cambiado [describe]».

Memoriza: Sofonías 3:18-19 (NBLA) «Reuniré a los que se afligen por las fiestas señaladas,
tuyos son, oh Sion, el oprobio del destierro es una carga para ellos. En aquel tiempo me ocuparé
de todos tus opresores. Salvaré a la coja y recogeré a la desterrada, convertiré su vergüenza en
alabanza y renombre en toda la tierra». Al memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos
puntos clave:

● «Reuniré» – Dios está involucrado voluntariamente. No tienes que suplicarle. Dios está
más deseoso por ayudar de lo que tú estás desesperado.
● «Los que se afligen» – Dios tiene una compasión especial por aquellos que están en duelo
(Salmos 56:8).
● «El oprobio… es una carga» – Dios entiende que en tu dolor hay más que la pérdida de algo
precioso.
● «Me ocuparé de todos tus opresores» – Puedes confiarle tu cónyuge a Dios y a todos los
demás involucrados en su pecado.
● «Coja… desterrada… vergüenza» – Dios conoce tu experiencia, Él sabe que te sientes
impotente, rechazado y avergonzado.

Notas de enseñanza

«Descubrimos que no reconocer la pérdida, no llorar, sólo empeoraba las cosas… Nos tomó un
tiempo identificar las cosas que habíamos perdido, e incluso cuando lo hicimos, aceptar que
realmente se habían ido fue más difícil de lo que esperábamos que fuera. Sin embargo, una vez
que pudimos nombrarlas, parecía que habíamos dado otro paso en el camino de la sanidad. No
nos sentíamos tan estancados». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después
del adulterio

79
«Perdonar prematuramente al adicto es un problema común para muchas parejas... Es esencial
que lamentes tus pérdidas antes de ser capaz de perdonar (p. 50)». Stephanie Carnes en Mending
a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

«Definitivamente es un momento de sanidad, sin embargo, cuando tanto el infiel como el cónyuge
pueden reconocer la profundidad del dolor que ha causado el adulterio, es cuando el cónyuge
puede decir que cree que el infiel 'lo entiende'». Gary y Mona Shriver, en Infidelidad: esperanza y
sanidad después del adulterio

«Tuvimos que llorar al momento de la infidelidad de Gary, pero eso no significó que su fidelidad a
Mona o a Dios no pudiera reanudarse». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad
después del adulterio

Aplicación personal
Exponer tu historia de sufrimiento ha sido doloroso y agotador. Ahora la tentación es anhelar que
lo que sea que venga sirva para alejarte del dolor, pero la gracia de Dios va más allá, la gracia de
Dios no es ardua ni rápida. Dios quiere cuidar de ti como persona, y eso implica saber cuándo no
necesitas progreso, sino descanso y consuelo. Éste es uno de esos momentos. El duelo es
encontrar descanso en medio de algo doloroso y triste, pero sin vivir en la negación o rendirte al
cinismo.

Habiendo identificado las ideas destructivas de tu historia de sufrimiento, ahora puedes lamentar
las diversas pérdidas asociadas con el pecado de tu cónyuge sin reforzar esas mentiras. Hasta que
expreses tu historia de sufrimiento como falsa o distorsionada, serás propenso a meditar sobre tu
historia de sufrimiento en lugar de lamentar y vivir el duelo de tus verdaderas pérdidas de una
manera saludable y honrando a Dios.

El duelo no significa que la esperanza haya muerto. La confusión en este punto, es a menudo la
razón por la que las parejas se resisten a este paso en su proceso de recuperación personal y
marital. El duelo es un momento de transición emocional. En un vehículo, el conductor debe

80
detenerse antes de cambiar la transmisión de reversa a conducir, o presionar el embrague para
cambiar de una marcha a la siguiente. El duelo cumple una función similar en una relación. Es la
pausa que permite que un nuevo tipo de trabajo comience.

En este capítulo examinaremos el duelo en tres secciones.


1. ¿Cuáles son las pérdidas que estás lamentando?
2. El gemelo malvado del duelo: la amargura.
3. Cómo atravesar el duelo

¿Cuáles son las pérdidas que estás lamentando?


Esa puede ser una pregunta aún más difícil de responder que lo que muchas parejas anticipan,
especialmente cuando eligen restaurar el matrimonio. Hay una clara sensación de tristeza y de
que algo se perdió, pero las parejas no siempre pueden expresar qué es lo que se ha perdido. El
cónyuge ofendido puede sentir que está exagerando el asunto si es que inicia estas
conversaciones. El cónyuge infractor puede mencionarlo en su confesión, pero incluso cuando lo
hace, lo aborda desde el punto de vista de la culpa y no del dolor.

Para otras parejas, cuando se discute el componente de duelo en el proceso de restauración, éste
degenera en conflicto. El propósito de esta sección es plantear la pregunta en un entorno neutral.
Pueden seguir leyendo y ninguno de los dos tiene que adivinar cuál es la intención de la otra
persona al sacar a relucir el tema. Puedes leer lo que está escrito y ofrecer tus opiniones sin estar
en desacuerdo o sin que sea percibido como un ataque.

En la medida que leas la lista de cosas que comúnmente se lloran después del pecado sexual de
un cónyuge, es importante darte cuenta de que cada elemento puede llorarse tanto a nivel
personal como colectivo. De forma personal, como cónyuge ofendido, lamentarás la ausencia de
estas cosas. Sin embargo, si tu cónyuge está arrepentido, él/ella también se unirá a ti para llorar
la ausencia de estas cosas. El proceso de restauración estaría incompleto si sólo lo hiciera uno o el
otro.

A continuación, se muestra una lista de diez cosas que comúnmente lamentarás después del
pecado sexual de tu cónyuge. La lista (sólo el texto en negrita) es una compilación de listas
adaptadas del libro Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio de Gary y Mona Shriver,
y del libro de Stephanie Carnes, Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un
corazón destrozado», p. 42-43). No pienses que todos los puntos tienen que aplicarse a ti o a tu
matrimonio.

81
1. Pérdida de la relación como era antes: No hay vuelta atrás; no se puede borrar la historia.
Esas palabras llevan un aguijón de dolor. Si bien el futuro puede ser más brillante que el
pasado, el matrimonio habrá perdido una parte de la inocencia que antes tenía. El
matrimonio será algo nuevo y diferente. Nuevo puede ser mejor, peor o simplemente
diferente. Eso aún se debe determinar. Pero el duelo por la pérdida de lo que fue es una
parte importante para impulsar el desarrollo de lo que será.

2. Pérdida de la relación soñada: Nadie sueña con que su matrimonio sea violentado por el
pecado sexual, por lo que procesar estos eventos definitivamente se sale de lo esperado. El
impacto de esto es más que simplemente decir: esto no es lo que quería que pasara. Los
sueños que tienes para una relación tan central en la vida como el matrimonio, se vuelven
parte de tu identidad y de cómo evalúas los eventos de la vida. Entonces, cuando este ideal
es alterado, influye en casi todas las áreas de tu vida. Es por eso que este duelo puede tener
todos los efectos desorientadores del duelo relacionado con la pérdida de un cónyuge.

3. Pérdida de la pureza del lecho matrimonial: Ésta es una forma de duelo que a menudo
presenta picos con mucha intensidad. El sexo es un pico de intensidad (para bien o para mal),
por lo que tiene sentido que, si tienes un duelo relacionado al sexo, ese duelo conlleve el
mismo grado de volatilidad emocional. Cada uno se podría preguntar: ¿en qué está
pensando mi cónyuge mientras tienes relaciones sexuales? Detrás de esa pregunta está el
duelo. Es un momento en el que los mensajes destructivos de tu historia de sufrimiento
regresan con estrépito. Pero a medida que resistes estos temas tu objetivo debe ser
experimentarlos como un duelo en lugar de huir a emociones más atractivas y «más seguras»
(ira o desesperación autoprotectora).

4. Pérdida de la fidelidad: El dolor y la tensión interna son grandes cuando lo mismo que Dios
creó para simbolizar fidelidad (matrimonio y sexo) se convierte en un recordatorio de alguna
forma de infidelidad. Es el equivalente a que cada abrazo te recuerde el rechazo y cada
cumplido haga eco de tu inseguridad más profunda. El pegamento de la relación se ha
convertido en un repelente. Si sólo intentas luchar a través de esta dinámica sin llorar la
pérdida de la fidelidad, (a) sentirás que estás fingiendo que no pasó nada o (b) gritarás
enojado: ¡no puedo hacerlo! y te alejarás. Ésta es una pérdida que hay que llorar antes de
poder restaurarla.

5. Pérdida de confianza o seguridad emocional: El pecado sexual de un cónyuge hace que la


casa se sienta menos como un hogar: ese lugar de seguridad y refugio de las tensiones de la
vida. Uno de los lugares de descanso ordenados por Dios se convierte en el lugar en el que
desearías poder descansar. La persona de la cual más deseas consuelo, es la misma persona

82
que causó el dolor del que buscas consuelo. Aunque esto no tiene porqué ser permanente,
es triste y debes llorarlo como una pérdida o, de lo contrario, puedes pensar que estás siendo
tonto y exagerado.

6. Pérdida de la seguridad sexual: Las ETS (Enfermedades de transmisión sexual) son el peligro
más obvio asociado con el pecado sexual, pero no son lo único que causa una falta de
seguridad. La seguridad del sexo es la forma en que se expresa: «yo soy de mi amado y mi
amado es mío (Cantares 6:3)». Cuando esa afirmación se pone en duda, la incertidumbre
ocupa una gran parte de esa seguridad esperada, la brecha entre lo que debería ser y lo que
te hace sentir inseguro, incluso si no hay peligro físico. Si no lloras esta pérdida, entonces
tratarás de ser más fuerte o más valiente, pero este tipo de fuerza y valentía obstinada
socava la ternura y la vulnerabilidad que deben caracterizar al sexo.

7. Pérdida de estabilidad financiera: El duelo puede desencadenarse de forma tan práctica


como emocional. El pecado sexual puede afectar las finanzas de muchas maneras: la pérdida
de un trabajo, incurrir en deudas mientras se peca, impedir un ascenso o tener que rechazar
oportunidades para proteger la confianza dañada del matrimonio. Estos son sacrificios
involuntarios por parte del cónyuge ofendido. No pudiste elegir si querías que esto se
incorporara o no a tu matrimonio. A menos que estos cambios sean lamentados, se
convertirán en raíces de amargura y en armas. Son pérdidas reales que, si bien no son tan
importantes como el matrimonio y la familia, sí son muy significativas. Es el duelo el que te
permite evitar de forma saludable ser silenciado acerca de estas pérdidas.

8. Pérdida de identidad (personal y como pareja): El cambio de identidad es siempre parte


del duelo, aunque muchas personas pasan esto por alto, pues el duelo trae consigo
emociones poderosas. Puedes empezar a tomártelo personal y verte como el cónyuge
rechazado o no deseado. A menudo, esto se vuelve menos acerca de cómo te sientes y más
en una etiqueta que te colocas. Como pareja, puedes comenzar a definir el matrimonio como
dañado, manchado o simplemente no quienes éramos antes. Es correcto reconocer que el
matrimonio está dañado y manchado, esto es cierto y debería pasar por un proceso de duelo.
Sin embargo, cuando usas estas palabras para definir el matrimonio en lugar de describir la
condición actual del matrimonio, llevas el dolor hacia la desesperación. También es correcto
reconocer que no son quienes eran antes, pero mientras lloras, separa el dolor de la historia
de sufrimiento, la cual tan fácilmente se une a la traición, y haz los cambios necesarios en el
matrimonio para que quién seas en el futuro pueda ser mejor que quién eras en el pasado.

9. Pérdida de la iglesia: La iglesia se sentirá diferente… al menos por un tiempo. Si tú y tu


cónyuge mantienen el pecado completamente en secreto, entonces tu participación en la

83
iglesia probablemente parecerá cada vez menos relevante y más superficial a medida que
piensas que nadie sabe realmente por lo que están pasando y te preguntarás cómo
responderían si supieran. Es por eso que «Falso amor» y «Verdadera traición» te guían a ti y
a tu cónyuge a confiar en personas estratégicas dentro de tu iglesia. Sin estas
conversaciones, probablemente agregarás el distanciamiento de muchas relaciones
cristianas cercanas y el sentido de comunidad a la lista de cosas por las que estás de duelo.
Incluso con una apertura sabia y una iglesia que los apoye (individuos dentro de ella), la vida
de la iglesia y la fe personal pueden parecer diferentes. Puedes mirar hacia atrás y ver esto
como una de las mayores bendiciones de Dios durante este tiempo. Incluso si éste es el caso,
es apropiado que lamentes los cambios, para que la bendición de Dios no se convierta en
una razón para vivir en negación.

10. Pérdida del sentido de la presencia de Dios: El dolor tiene una manera de hacerte sentir
que Dios está lejos. El dolor (por definición) está cerca; si no estuviera cerca, entonces no
podrías sentirlo. Debido a esto, el dolor a menudo se siente más cercano que Dios. Cuando
parece que el dolor se ha interpuesto entre tú y Dios, entonces tu sentido de la presencia de
Dios a menudo se disipa. Esta pérdida es parte de la historia de sufrimiento: es real pero no
es cierta. Dios no está lejos incluso cuando el dolor se percibe más cercano. Pero si las piezas
de tu historia de sufrimiento son ciertas, su realidad y el hecho de que tienes que luchar para
evitar que definan tu vida, es algo que tienes que lamentar. Poder vivir el duelo de estas
pérdidas debería recordarte que es seguro ser auténtico, gracias al cuidado de Dios. Sin la
presencia de Dios, el peso de tus pérdidas sería aplastante. Tu capacidad de clamar a Dios,
incluso en medio de un dolor airado y desconcertado, es evidencia de Su compasión.

¿Qué otras pérdidas has enfrentado relacionadas con el pecado de tu cónyuge que deben ser
lamentadas?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Lee Mateo 5:4. Es fácil resentirse por el duelo. Cualquier cosa que cause el duelo es mala. Pero
Dios dice que la experiencia del duelo es bendita ¿Por qué? Es la ternura del dolor lo que impide
que tu corazón se endurezca en un mundo quebrantado. Por eso el duelo puede parecer
arriesgado; es el primer paso para volver a ser vulnerable. No puedes reconocer el impacto de tu
sufrimiento y ser honesto sobre tu historia de sufrimiento sin ser vulnerable. El duelo requiere
ponerse en una posición que le permita a otro consolarte. Esto debería comenzar con Dios. Deja
que los pensamientos que tengas al leer estos materiales se conviertan en conversaciones con
Dios (oraciones). Deja que el hecho de que Dios conozca tu dolor signifique un consuelo para ti,
no un sentimiento de que Dios se entromete en tu vida. Luego, tu duelo debe expresarse con tu

84
consejero, mentor o con el círculo cercano de amigos que están revisando este material contigo.
Finalmente, una señal importante de la salud de la relación es cuando te sientes cómodo
compartiendo, y tu cónyuge es capaz de escuchar tu dolor con compasión sin ponerse a la
defensiva o caer en la autocompasión.

El gemelo malvado del duelo: la amargura


Antes de hablar sobre cómo procesar el duelo, es importante tomarse un momento y definir qué
no es el duelo. El duelo tiene un gemelo malvado que inicialmente se ve, suena y se siente muy
similar al dolor. Pero cuando crece, este gemelo se ve muy diferente. Ese gemelo es la amargura.
La amargura es el gemelo malvado que finge ser tu amigo, pero se vuelve más destructivo cuanto
más estrecha se vuelve tu relación. El duelo es el gemelo bueno, pero el que a menudo evitas
porque te intimida.

¿Qué tienen en común la amargura y el duelo?


• Ambos son desencadenados por una circunstancia de vida no deseada.
• Ambos existen en el extremo desagradable del espectro emocional.
• Ambos parecen lógicos y justificados a la luz de la experiencia desencadenante.
• En ninguno de los dos sientes que lo estás «ocasionando», sino que es algo que te está
«sucediendo».
• Ambos implican un alto grado de repetición mental.
• Ambos buscan dar sentido a la vida a la luz de la experiencia desagradable.
• Ambos moldean la forma en que interpretas los eventos y a las personas que te rodean.
• Ambos moldean la forma en que anticipas y te preparas para el futuro.
• Ambos cambian la forma en que recuerdas eventos pasados.

Lee Hebreos 12:15. La amargura es un tema incómodo porque se aloja en la intersección del
pecado y el sufrimiento; el pecado de tu cónyuge y tu sufrimiento. El sufrimiento lleva consigo la
fuerte tentación de amargarse. El parecido que tiene el duelo (una parte necesaria del proceso de
sanidad) y la amargura, hacen que sea aparentemente imposible huir de la tentación. Sería fácil
leer la instrucción de Hebreos 12 para arrancar la amargura desde la raíz como una condenación
apremiante. Pero, así como los pasos anteriores tomaron tiempo, esto también lo hará. No sientas

85
que el tiempo se acaba, como para tener que hacerlo inmediatamente. Observa la compasión en
las instrucciones de Dios sobre la amargura: Él no quiere que surjan problemas adicionales en tu
vida.

A medida que comiences a resistir la amargura, el péndulo de actividad comenzará a oscilar más
en tu dirección. La forma en que tú y tu cónyuge manejen esto es muy importante. Es un momento
en que ambos deben involucrarse en los pasos necesarios para que el matrimonio se restaure.
Hasta este momento, tu cónyuge ha sido (legítimamente) el cónyuge más activo en el proceso de
restauración. Tu papel era el de escuchar, cuestionar y sanar personalmente. El hecho de que te
estés volviendo más activo al punto de luchar contra la amargura es un signo de progreso, pero
también de precariedad.

El duelo puede entenderse como un preperdón. Ser capaz de enfrentar el impacto de la realidad
del pecado y las pérdidas que trajo, sin sucumbir al deseo de venganza es un paso importante para
reunir la fuerza para decir: te perdono. Si el perdón implica la restauración de la relación (no todo
perdón llega tan lejos), entonces aprender a ser neutral en la presencia del ofensor es un paso
importante para sentirte positivo (con confianza, afecto, calidez, cercanía) hacia él/ella.

En su folleto Help! My Spouse Has Been Unfaithful (traducido como «¡Ayuda! Mi cónyuge ha sido
infiel»), Mike Summers describe seis cosas que provocan la amargura (sólo el texto en negrita y
las declaraciones de amargura; p. 23-25). Con el fin de distinguir mejor el duelo respecto de la
amargura, hemos incluido ejemplos de duelos saludables como contraste. A medida que leas esta
sección, es de esperar que comiences a ver dos cosas: (a) la amargura es rumiar sobre el pecado
de tu cónyuge junto con la historia de sufrimiento integrada y (b) el duelo es procesar los efectos
del pecado de tu cónyuge mientras resistes la tentación de definir la vida según las ideas de tu
historia de sufrimiento.

▪ La amargura interrumpe la paz, pero el duelo la hace posible nuevamente – No hay paz
donde a lo malo se le llama bueno o es pasado por alto. La negación y la falsa paz te dan un
«jugo de paz» tan falso como el que te daría una naranja de plástico. Sólo reconocer un error
no trae paz. Pensar en un error una y otra vez es la esencia de la amargura. Una de las pruebas
de fuego para el grado de amargura es el nivel de detalle que tienes en tu memoria acerca de
la ofensa. Este detalle se mantiene mediante la repetición.

Es el duelo lo que le quita al mal su poder emocional sobre ti. El duelo es algo que sólo haces
cuando te sientes seguro. Los soldados no lloran a un amigo caído en medio de una batalla;
ellos sobreviven. Y una vez que regresan a casa, lloran. Llegar a un lugar donde puedas

86
lamentar lo sucedido (ojalá que el trabajo de tu cónyuge en «Falso amor» haya ayudado con
esto) es una indicación de que estás comenzando a sentirte seguro nuevamente.

▪ La amargura destruye el gozo, pero el duelo lo fundamenta – La amargura mantiene el


dolor en el presente. La amargura no conoce límites de tiempo. La amargura no tiene
recuerdos; tiene experiencias. Si un recuerdo duele, se responde a la ofensa como si estuviera
sucediendo de nuevo. Cuando éste es el caso, la alegría se percibe como un espejismo
emocional que desaparece cada vez que un pensamiento doloroso entra en la mente.

El duelo permite que el dolor quede en el pasado. Aún puede doler, pero puedes ver la
diferencia entre el dolor pasado y el dolor presente. La pérdida por la que estás de luto se
puede restaurar aun cuando el dolor pasado no pueda ni deshacerse ni borrarse. Mientras
lloras, te das cuenta de que esas cosas en tu presente pueden volver a ser buenas. Puedes
reconocer esto sin caer en el autoengaño de declarar que el pecado pasado de tu cónyuge es
bueno. Esto proporciona una base para el gozo a medida que tu presente mejora sin tener
juegos mentales contigo mismo sobre el pasado.

▪ La amargura agota la fuerza, pero el duelo la repone – La amargura es una forma de


enojo y el enojo requiere una gran cantidad de energía. La ira parece fuerte, pero eso se debe
a que estás extrayendo una cantidad excesiva de tus reservas corporales para aumentar
artificialmente tu resistencia físico-emocional. El resultado es un colapso inevitable.

El duelo es una forma de descanso. Cuando lloras dejas de luchar para controlar un dolor que
no causas y que se encuentra en una zona horaria que no puedes alcanzar (el pasado). Te
rindes, no al mal de tu pasado, sino a vivir en el presente. Esta rendición requiere incluir el
pecado de tu cónyuge en la historia de tu vida de manera redentora (capítulo seis), pero el
cese de una batalla invencible proporciona el descanso que repone la fuerza.

▪ La amargura distorsiona el enfoque, pero el duelo lo restaura – La amargura no puede


pensar en nada por mucho tiempo sin regresar a la ofensa que la encendió. Cada tema parece
estar conectado a tu dolor. Emocionalmente, tu dolor parece relevante para todo y cuando tu
dolor es relevante, triunfa sobre cualquier otra cosa.

El duelo es el proceso que te permite ver los acontecimientos actuales tal y como son.
Habiendo lamentado las pérdidas relacionadas con el pecado de tu cónyuge, su pecado no
tiene que ser relevante en momentos irrelevantes. Inmediatamente después de perder a un
cónyuge, todo te lo recuerda. Es difícil pensar en otra cosa. Después de hacer el duelo, todavía

87
lo recuerdas, pero puedes participar plenamente de la vida (incluso en las actividades de las
que formaron parte) sin perder el enfoque.

▪ La amargura contamina las relaciones, pero el duelo las honra – La amargura define una
relación por el evento doloroso. A menudo, la amargura define a todo un género por el evento
doloroso. Cuando estás amargado, el cinismo se confunde fácilmente con sabiduría. Las
preguntas que guían la vida se convierten en: ¿cuándo me volverás a hacer daño?, ¿cómo me
vas a hacer daño esta vez?, ¿cómo puedo detenerlo? Incluso si se mantiene el matrimonio, el
ambiente creado por la amargura es hostil para la restauración del matrimonio.

El duelo reconoce el evento doloroso como real, pero ve al matrimonio como algo más grande.
El duelo puede ver el pecado del cónyuge como parte del matrimonio; pero no como todo el
matrimonio. El matrimonio se honra porque se lo reconoce como bueno, mientras que el
pecado se lamenta por ser malo. Es el duelo lo que te permite hacer esta distinción. Le das
honor a alguien o a algo cuando reconoces que no está definido por su peor o más débil
momento.

▪ La amargura desagrada a Dios, pero el duelo le agrada – La amargura es un pecado (no


«el pecado»). Como cualquier otro pecado, desagrada a Dios y crea separación en tu relación
con Él. En un momento en el que ya te sientes separado de tu relación más cercana, esto puede
ser particularmente difícil de aceptar.

Sin embargo, Dios está complacido con tu duelo y se acerca a ti en tu dolor. Cuando te resistes
al enfoque captado en el viejo adagio «es más fácil estar enojado que herido», Dios aprueba
el valor demostrado en tu dolor. Dios no se deleita en tu dolor, pero se complace cuando
muestras Su carácter con Su fuerza en medio de él. Si bien el duelo puede no parecer fe, en
medio del sufrimiento puede ser la esencia de la fe.

¿Cómo describirías tu respuesta emocional actual al pecado sexual de tu cónyuge: hay más
amargura o hay más duelo?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Cómo atravesar el duelo

Esperamos que hayas identificado el duelo por el que estás atravesando y aprendido más acerca
de la destructiva falsificación del duelo: la amargura. Pero la pregunta sigue siendo: ¿cómo
atravieso el duelo? No parece correcto tener un funeral. No hay nada que enterrar. Entonces,
¿cómo proceso el duelo?

88
Lee Joel 1:1-2:25: A menudo se cita Joel 2:25 sin ver la jornada que lo precedió. El duelo cristiano
es duelo con esperanza por el poder de la resurrección de Dios (1 Tesalonicenses 4:13-18).
Sabemos que Dios puede, y en última instancia, «restaurará los años que comió la oruga, el saltón,
el revoltón y la langosta». Pero nota cómo Dios usó el duelo como preparación para recibir esa
promesa (1:8-9, 1:12-14, 2:12-13). En este pasaje de la Escritura estaban lamentando su propio
pecado. Tú estás lamentando tu sufrimiento. Pero el principio sigue siendo aplicable, el duelo es
una preparación importante para la obra que Dios pretende hacer en tu vida. Cuando no te das
cuenta de esto, comienzas a sentirte culpable y condenado por Dios por participar en esta obra
preparatoria de restauración que Él está haciendo en tu vida.

El duelo no es tan activo ni voluntario como quisieras que fuera. Quieres dominarlo para poder
acelerar el proceso. Los intentos de hacerlo son generalmente malsanos, así que, si eso es lo que
esperas, los puntos a continuación pueden decepcionarte. Pero los seis puntos a continuación te
darán orientación práctica y activa para ayudarte a lamentar las pérdidas que has experimentado
relacionadas con el pecado sexual de tu cónyuge.

• Date cuenta de que el duelo no es un evento que puedas agendar. No hay receta ni
horario. El duelo no es cuestión de llorar durante cinco horas consecutivas con veinte
minutos intermitentes de descanso para reflexionar en preguntas dolorosamente
relevantes, terminando con una ceremonia para destruir lo que has escrito. El duelo puede
incluir llanto y reflexión. Incluso, destruir simbólicamente lo que has escrito, puede
ayudarte. Pero ni estos pasos, ni otros, implican atravesar el duelo.

El duelo requiere dejarse ser débil y ser cuidado por Dios a la luz de tu dolor. La intrusión
del pecado de tu cónyuge probablemente ha hecho que estar fuera de control parezca
muy inquietante. Pero esta voluntad o capacidad para entregarse a la protección de Dios
es la primera evidencia de que el duelo está teniendo su efecto redentor previsto.

«No es necesario que te arreglen... Los coches y los refrigeradores se


descomponen; la gente no. Derramamos lágrimas, lloramos y nos dolemos. Fuimos
creados para llorar. Es una respuesta adecuada a la tristeza... El dolor te lleva al
mundo de lo desconocido... El duelo es un proceso desordenado. No lo controlarás,

89
ni puedes programar su expresión.» H. Norman Wright en Cómo recuperarse de las
pérdidas de la vida.

• No terminarás el duelo antes de que pases al siguiente paso – Definir el duelo como un
paso en esta jornada puede ser algo engañoso. Como puedes haber descubierto con los
pasos anteriores, no resolverás completamente este paso antes de continuar. Es de
esperar que: (a) hayas entendido la importancia del duelo en esta etapa del proceso, (b)
tengas una idea más clara de lo que implica el duelo, (c) comprendas cómo el duelo sienta
las bases para los pasos futuros, y (d) hayas hecho los suficientes avances en esta área, que
permita que los próximos pasos sean efectivos.

El duelo se enfatiza aquí para brindar un descanso emocional y un tiempo de recuperación


emocional necesario en tu jornada. No sentirás que ha terminado porque tu jornada aún
no está completa. En este momento estás estableciendo un patrón de descanso por el
duelo para cuando estés emocionalmente cansado.

• Tu objetivo es asimilar los pasos uno al tres sin la contaminación del paso cuatro –
Escuchar o ver videos, leer un manual y responder preguntas no es lo mismo que permitir
que algo se asiente en tu corazón. Las cosas que has aprendido sobre tu cónyuge, el pecado
y el sufrimiento, sobre ti mismo y sobre Dios no significan que respondas
satisfactoriamente a las preguntas que surgen en tu mente (como si eso fuera posible).

Estas verdades están destinadas a llevarte de regreso a la realidad (después de vivir en el


mundo artificial del engaño de tu cónyuge) y eliminar las mentiras mediante las cuales tus
miedos y dolor daban sentido a la realidad. El duelo implica decir adiós a la realidad que
pensabas que era real y posiblemente a algunos de los planes futuros que habías
construido a partir de esa realidad.

Al hacer esto, es posible que te sientas muy solo y traicionado, no solo por tu cónyuge, sino
también por Dios. El duelo es un momento en el que te das cuenta de que Dios está de
acuerdo contigo sobre lo incorrecto de lo que sucedió. Dios fue tan traicionado por el
pecado de tu cónyuge como tú. Sin embargo, Su capacidad para permanecer constante,
consolándote sin herir a tu cónyuge, es la base de la esperanza para ti, para tu cónyuge y
para tu matrimonio. Mientras lloras, sabes que Dios puede ser compasivo contigo e
inquebrantable en Su capacidad para brindarte Su cuidado.

• Estás solidificando un entendimiento del consuelo de Dios para tu sufrimiento antes de


considerar cambios en tus pensamientos y acciones – Al considerar cómo el evangelio le

90
da sentido a tu sufrimiento (capítulo seis), se te pedirá que pienses en el pecado de tu
cónyuge de manera diferente. Diferente no significa menos incorrecto. Significará que
encontrarás diferentes ideas con las cuales dar sentido al pecado de tu cónyuge de las que
identificaste en el capítulo cuatro.

A medida que consideres cómo responderás a tu cónyuge en el futuro (capítulos siete y


ocho), se te pedirá que respondas a tu cónyuge de manera diferente a como te guían tus
instintos. De manera diferente no significa actuar como si nada hubiera pasado. Significará
(incluso si eliges el divorcio) que resistes la tentación de tratarlo como una amenaza
presente. Si eliges no divorciarte, significará que comenzarás a tomar medidas para confiar
y reavivar la cercanía en el matrimonio.

El duelo es ese momento de transición entre la recopilación de información y la


autoevaluación, y los cambios en el pensamiento y las relaciones. Dios da este tiempo de
transición debido a Su cuidado por ti. El consuelo y la gracia de Dios se anteponen a Su
llamado al cambio. A medida que tu cónyuge aprenda a amarte de manera piadosa,
comenzarás a responder con la misma paciencia y gracia.

• Te estás recordando a ti mismo que no tienes que apresurarte en el proceso – Puede


parecer que todo y todos están esperando que lo superes o que, si no estuvieras
molesto/herido, entonces todo estaría bien. Eso es como culpar al pez por seguir saltando
en el suelo después de que tú volteaste su pecera y la pusiste de nuevo en el estante. Las
consecuencias vienen después y a menudo duran más que las acciones. Por lo tanto, tu
recuperación puede ser lo último que ocurra en el proceso de restauración.

Es difícil reconocer esta realidad sin sentirse apurado. Lo primero para detener esta
dinámica es hablar de ello. Cuando sientas que alguien te está apurando (incluso si esa
persona eres tú), responde honestamente: sé que mi recuperación es lo que sigue. Ese es
el orden natural de las cosas: pecado, descubrimiento, revelación total y luego
recuperación. Estoy empezando a confiar en que sé la verdad sobre lo que ocurrió y ahora
estoy aprendiendo qué hacer y qué no hacer con esa información. Les pediría que me
dieran tanto tiempo a mí para recuperarme, como a mi cónyuge para revelarlo.

Es fácil creer que ese sentimiento social de rapidez viene de Dios. El duelo es un momento
en el que se gana la fuerza de conciencia para resistir esa tendencia. Cuando comprendes
que Dios no te apresura, obtienes la libertad emocional para permitir que el duelo suceda
de forma natural.

91
• Puedes estar triste al mismo tiempo que reconoces que la tristeza de esta temporada
no es el capítulo final ni el definitivo de tu vida – El dolor revela que todavía estás vivo.
Es posible que te sientas abatido, pero tu capacidad para llorar demuestra que no lo estás.
La historia de tu vida tiene un capítulo siguiente.

En el duelo te entristeces por los eventos dolorosos que rodearon el pecado de tu cónyuge.
Pero el duelo es el momento que crea una división entre esa etapa de la vida y la siguiente.
Esto es similar a cómo después de una muerte, un momento de dolor sirve como un
marcador mental entre la temporada de la vida con un cónyuge y la temporada sin él/ella.

El duelo no significa que tengas una respuesta a la pregunta: ¿qué sigue? Pero sabes que
has llorado lo suficiente como para continuar cuando comienzas a hacer la pregunta: ¿y
ahora qué? sin un sentimiento de culpa. El duelo se resuelve cuando, después de una
pérdida o tragedia, tus principales puntos de enfoque se trasladan del pasado al futuro.

¿Qué aspectos de estas representaciones de duelo te brindaron más consuelo o cambiaron tu


visión del dolor?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Cuándo o con quién necesitas definir con más claridad cómo luce el duelo saludable?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

92
Conversaciones de ánimo para LAMENTAR tu sufrimiento
Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de
pérdida o dolor.

• ¿Has encontrado con honestidad las pérdidas por las que estás de duelo, aquellas
relacionadas con el pecado de tu cónyuge?
• ¿Te estás protegiendo activamente para que este tiempo de duelo no degenere en
amargura?
• ¿Tú o los que te rodean tienen expectativas de duelo diferentes a las descritas?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.
• _________________________________________________________________
• _________________________________________________________________

93
Capítulo 6
«Reemplazando lo que es real con lo que es verdadero»
DESCUBRE TU HISTORIA A TRAVÉS DEL EVANGELIO con el cual Dios le da
significado a tu experiencia

«Ya te he contado cómo el pecado de mi cónyuge moldeó mi vida [revisa el capítulo cuatro].
Dejar ir esa historia, identidad y conjunto de creencias me dejó solo con Dios. Fue bueno
comenzar a reconstruir mi vida desde esa base sólida. Ahora estoy comenzando a entender
mi vida centrada en Dios y en el evangelio [reinterpreta los ejemplos de la lista anterior]».

Memoriza: Oseas 2:23-3:1 (LBLA) «La sembraré para mí en la tierra, y tendré compasión de la que
no recibió compasión, y diré al que no era mi pueblo: “Tú eres mi pueblo”, y él dirá: “Tú eres mi
Dios”. Entonces el Señor me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así
como el Señor ama a los israelitas a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con
tortas de pasas». Al memorizar este pasaje, reflexiona sobre estos puntos clave:

● «Tendré compasión» – La búsqueda de justicia en la traición de cualquier pecado te dejará


cada vez más adolorido y solo.
● «La que no recibió compasión» – Contexto: Oseas nombró a sus hijos No Compadecida y
No es mi pueblo para representar a Israel.
● «Él dirá» – La respuesta del cónyuge infiel es necesaria para que el perdón pueda
convertirse en restauración.
● «Ve otra vez» – Si la restauración va a ocurrir, se necesitará más que tu cónyuge te busque.
● «Como el Señor» – Cada paso para abrazar la historia del evangelio en tu sufrimiento te
llama a recordar a Cristo.

Notas de enseñanza
«De repente se dio cuenta de que había perdido no sólo su matrimonio y su esposo, sino también
parte de sí misma. No quedaba absolutamente nada a lo que aferrarse. Se encontró
completamente insuficiente por primera vez en su vida, y el terror se apoderó de ella... Llegó a
comprender que había puesto a Gary por encima de Dios. No era que pensara que Gary era Dios,
especialmente ahora, sino que buscaba a Gary como su fuente de fortaleza, consuelo y amor...
Nuestra fe creció porque descubrimos que no éramos suficientes y Dios lo era». Gary y Mona
Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

«El fundamento sobre el que reconstruiste será el fundamento originalmente diseñado para el
matrimonio: Dios mismo. Ese fundamento es sólido porque Dios es digno de confianza.

94
Reconstruyes la confianza como si estuvieras reconstruyendo una casa, ladrillo a ladrillo. La casa
se derrumbó, pero el fundamento de Dios aún está a salvo». Gary y Mona Shriver en Infidelidad:
esperanza y sanidad después del adulterio

«El pasado de uno nunca termina excepto a los ojos de Dios. Nuestros fracasos están entretejidos
en el tejido de nuestras vidas. El pecador puede regocijarse en la bondad y el perdón de Dios
mientras al mismo tiempo se le recuerda su propia vulnerabilidad y se le ayuda a resistir la
tentación en curso (p. 137)». Earl y Sandy Wilson en Restoring the Fallen (traducido como
«Restaurando al caído»)

«Cuando examinas la enseñanza de la Biblia sobre el perdón, es útil distinguir dos niveles. Cultivas
la actitud o corazón perdonador ante Dios con respecto a todos los ofensores; extiendes un
perdón a los ofensores que se arrepienten, ya sea al ponerte de acuerdo o por cuenta propia».
Robert Jones en Restaurar tu matrimonio

«Los creyentes deben disipar de sus mentes el mito de que, si has perdonado a alguien y amas a
esa persona, nunca recordarás el pasado. En realidad, el pasado está inseparablemente
entretejido con el presente e impacta el futuro (102)». Earl y Sandy Wilson en Restoring the Fallen
(traducido como «Restaurando al caído»)

Aplicación personal
Hay otro paso que debes tomar en tu recuperación personal antes que tu enfoque cambie hacia
la posibilidad de la restauración marital (si es que lo deseas, y si es que es posible). En este punto,
la línea entre la restauración personal y conyugal puede parecer borrosa a medida que una
conduce de forma más natural hacia la otra.

Al leer este capítulo, es importante enfatizar nuevamente que no estás buscando la explicación o
la manera de darle sentido al pecado de tu cónyuge. El pecado es ilógico. Tratar de darle sentido
te mantendrá atrapado en el dolor y la confusión. Lo que buscas en este capítulo es recuperar un

95
propósito para la vida que puede incluir el mal que se cometió y, al mismo tiempo, brindar
esperanza y dirección para el futuro.

Durante los primeros cinco capítulos has examinado cómo se ha alterado tu vida. Has mirado el
dolor, la historia y las consecuencias como si fueran piezas de un rompecabezas. Has ordenado las
piezas para entenderlas mejor. Has visto cómo eres propenso a unir las piezas de manera
destructiva. Y también te has lamentado porque el rompecabezas está desarmado.

Ahora vas a comenzar a juntar las piezas nuevamente dentro del marco del evangelio. Este marco
extiende la imagen más allá de cualquiera de las piezas que has examinado y crea un contexto más
amplio para experimentar cada pieza del rompecabezas de manera diferente. En contraste con la
forma en que la historia del sufrimiento conectó las piezas, esta reestructuración de la historia del
evangelio convierte una imagen de tragedia en una de redención. Esto no será ni rápido ni fácil,
pero puede impregnarlo todo y valer la pena.

Trabajarás para comprender cómo la historia del evangelio le da sentido a tu matrimonio usando
cinco preguntas: (1) ¿Quién soy ahora?, (2) ¿Quién es mi cónyuge ahora?, (3) ¿Quién es Dios?, (4)
¿Qué es el pecado?, y (5) ¿Vale la pena sufrir por amor? Examinarás estas preguntas a la luz de la
lectura que ya has realizado. No podrás reformular particularmente la historia específica de tu
matrimonio, pero obtendrás el marco para darle sentido a tu matrimonio de manera diferente y
con verdadera esperanza.

¿Quién soy ahora?


Es natural preguntar: ¿qué dice el pecado de mi cónyuge acerca de mí? Aceptar la realidad de que
tú no eres la causa del pecado de tu cónyuge, no es el final de las preguntas de identidad. El
impacto del pecado sexual de un cónyuge puede sacudir la percepción de ti mismo, aun cuando
no llegues a pensar que esto fue tu culpa. Es posible que todavía te preguntes: ¿seré alguna vez el
mismo?, ¿soy las sobras de alguien más?, ¿me estoy degradando al perdonar?, ¿soy un tonto?,
¿no estoy viendo otras cosas importantes? Este tipo de preguntas afectan tu capacidad para
aceptar la historia del evangelio como la historia de tu vida.

Con cambios y sin cambios


Vives con una tensión real. Eres la misma persona que siempre has sido. Pero la vida es diferente
y tú eres diferente. Debes tener en cuenta ambas realidades para que puedas dar sentido a tu
experiencia de una manera saludable.

Primero, tú eres y siempre serás únicamente tú. Eres la persona viviendo la vida e historia que
Dios quiere que vivas. El «nuevo tú» no puede escribir una carta al «viejo tú» (o viceversa) y que

96
ésta sea leída por dos personas diferentes. Cuando te piensas como «una persona diferente» le
das al pecado de tu cónyuge la misma importancia que a tu nacimiento y conversión (nuevo
nacimiento). Es importante que sepas que hay un «tú» que trasciende estos eventos dolorosos.

Segundo, eres menos ingenuo de lo que eras. Los eventos y las experiencias no pueden ser
desaprendidas. Puede que empieces a marcar el tiempo como antes o después del pecado de tu
cónyuge. Éste es el efecto de cada experiencia de vida (estás cambiando día a día), pero los
momentos traumáticos crean un cambio indeseado en un corto periodo de tiempo.

Lee Gálatas 2:20. En este versículo vemos a Pablo luchando con la dinámica de lo cambiado y lo
no cambiado. Pablo ha sido cambiado – «y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí».
Pablo permanece sin cambio – «y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de
Dios». Pablo no fue menos dependiente de Dios después de su conversión. Fue sólo que después
de su conversión, Pablo se dio cuenta de cuán dependiente era de Dios. De manera similar, a
medida que luchas con la idea de que estás tan cambiado como sin cambio, muchas de las cosas
que ahora realmente sí sabes, eran verdad antes de que apreciaras su peso completo. Es probable
que Pablo se haya sorprendido por cuán arrogante y poco preparado vivía antes de su conversión.
De manera similar, tú podrías experimentar un sentido de miedo-culpa por cuán ingenuamente
pudiste haber vivido antes de tu trauma. Después de la conversión ves la protección de Dios sobre
tu vida antes y después de ella. De la misma manera, necesitas comenzar a ver la protección de
Dios sobre tu vida cambiada-sin cambio.

Pregunta: ¿Cómo es que tratar de darle sentido a la vida como si fuera sólo de una forma u otra,
o sólo cambiada o sin cambio, hizo que te resultara más difícil obtener un sentido de paz o
estabilidad? ¿Cómo esta mentalidad de que ambas son ciertas alivia esos desafíos?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Libre para elegir


Cuando las opciones que más deseas (detener el dolor, reescribir tu historia, hacer que el proceso
de restauración sea más ordenado) no están disponibles, puedes sentir que no tienes opciones ni
libertad. Si a eso le sumas el peso moral asociado con lo que «deberías» hacer (deberías perdonar,
deberías estar comprometido con tu matrimonio), sientes como si te quitaran más libertad.

Es fácil que nazca el resentimiento. La respuesta natural es: «¿Mi cónyuge tenía la libertad para
elegir el pecado y yo no tengo libertad para elegir en medio de mi sufrimiento? No es justo. Creo
que es horrible y estoy enojado. Debería poder ser más libre; no menos libre». Es fácil quedar
atrapado en esta mentalidad, pero al menos que veas la vida de manera diferente, incluso hacer
las «cosas correctas» producirá más confusión interior que fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).

97
En este sentido, es mejor pensar en direcciones correctas y no en reacciones o respuestas
correctas. Incluso la naturaleza altamente estructurada de este estudio no puede darte la
respuesta correcta o universal para tu situación. Parte de ser libre es caminar en una dirección
que requiere improvisación y cambios de ritmo a lo largo del viaje. Las direcciones generales (es
decir, norte, sur o hacia Dios) no definen el ritmo al que viajas. Dios es paciente mientras viaja
contigo y conoce muchos caminos a través del valle de sombra de muerte (Salmos 23:4).

Para darte una dirección general, considera los siguientes puntos de libertad hacia la esperanza.

● Eres libre de elegir no permanecer casado con un cónyuge activamente infiel.


● Eres libre de elegir si te reconcilias con tu cónyuge que cometió adulterio.
● Eres libre de elegir no permanecer en silencio ni aceptar una aventura emocional.
● Eres libre de elegir no decir que la pornografía está bien ni aceptar su presencia en tu
hogar.
● Eres libre de incluir el apoyo de amigos cristianos y líderes de la iglesia en las diferentes
formas descritas en este material.
● Eres libre de elegir el ritmo al que caminas a través de los pasos descritos en estos
materiales.

Lee 1 Corintios 7:12-16. Este pasaje capta bien la dinámica de la dirección hacia la libertad. Sobre
la libertad, Pablo dice que el cónyuge creyente no debe ser esclavizado (v. 15) al pecado voluntario
de su cónyuge. En este caso, Pablo está hablando del abandono de un cónyuge incrédulo como
motivo de divorcio. El principio de no ser esclavizado, es decir, obligado a participar o moralmente
obligado a permanecer en silencio por el pecado voluntario de un cónyuge, es una libertad dada
por Dios. En cuanto a la dirección, Pablo dice que el objetivo final debería ser ver el alma de tu
cónyuge restaurada para con Dios (v. 16). «Falso amor» facilita esto al buscar priorizar el
arrepentimiento hacia Dios antes que los pasos de la restauración matrimonial.

Pregunta: ¿Te ves a ti mismo en dirección hacia la libertad en general? ¿Qué libertades ignoras
debido a la presión de los demás? ¿Qué libertades ignoras debido a la resistencia a la dirección
general de Dios?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Amado por Dios


La crisis tiene una forma de redefinir todo lo que toca. Después de un robo, puede ser difícil no
pensar en tu casa como una escena del crimen o una ventana como un lugar de acceso. Después

98
del pecado sexual de tu cónyuge, puede ser difícil no pensar en ti como abandonado o no amado.
Cuando haces esto, haces del pecado sexual el centro definitorio de tu vida e identidad.

De manera indirecta, el pecado de tu cónyuge ocupa el lugar de Dios en tu vida. Por lo general,
Dios es reemplazado por el placer del pecado. En este caso, Dios es reemplazado por el impacto
del sufrimiento que redefine la vida. Aceptar la historia del evangelio sobre estos eventos es
permitir que en tu vida y en tu identidad el amor de Dios sea más central que la falta de tu cónyuge.
Hasta que esto ocurra, no habrá fundamento para la paz personal de la restauración marital.

Sería incorrecto llamar a esto idolatría; como si estuvieras adorando el pecado de tu cónyuge. Pero
eres tú quien le da a algo que no es Dios la última palabra sobre tu vida. Es creer que las acciones
de tu cónyuge te definen más que el afecto de Dios hacia ti. En ese sentido, debes someterte al
señorío de Jesús sobre tu vida tanto en tu sufrimiento como en tu pecado.

Lee Romanos 8:35-39. Pon en este pasaje todos los miedos sobre lo que tu cónyuge podría decir
de ti. Pon en estos versículos todos los argumentos que usas para convencerte de que no eres
amado. Lee el pasaje en voz alta cambiando las palabras «ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni
gobernantes, ni presente ni futuro…» con lo que a ti te da miedo. Que ésta sea la palabra definitiva
en tu vida. Toma tu identidad y sentido de seguridad de la verdad revelada en este pasaje.

Pregunta: ¿Tú crees que Dios te ama? ¿Cómo impactan tus pensamientos, emociones y respuestas
hacia tu cónyuge cuando sientes el dolor de su ofensa?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Quién es Dios?
Debido a que a menudo se presenta a Dios exclusivamente como el perdonador de los pecados
(lo cual es cierto), puedes sentir que Dios está más disponible para el pecado de tu cónyuge que

99
para tu sufrimiento. Eso sólo aumenta la sensación de abandono y aislamiento que sientes.
Esperamos que, a través de este estudio, hayas ganado la apreciación de que Dios consuela el
sufrimiento y perdona el pecado. Queremos seguir destacando este lado del cuidado de Dios de
formas que sean relevantes para este momento del proceso.

Fiel
Es fácil pensar que, si un cónyuge fue infiel, nadie es fiel, y que en consecuencia siempre estarás
completamente solo. De esta manera, comienzas a redefinir a Dios tomando como base tu
experiencia en el matrimonio. Esto multiplica el miedo que sientes, pero Dios promete estar
siempre presente.

Dios promete que nunca se irá, pero también promete nunca abandonarte. Esto significa que a
Dios no se le puede mentir, Él no puede ser engañado, ni burlado. Dios no estaba descuidado, ni
sintió que tenía que huir cuando el pecado de tu cónyuge se hizo público, aunque tú si te hayas
sentido así. Cuando sientas un impulso basado en miedo o ira para controlar a tu cónyuge o a las
circunstancias, recuerda que hay un Dios fiel que tiene el control y que te permite estar seguro sin
controlarte.

Lee Deuteronomio 31:6-8, Josué 1:5, 1 Crónicas 28:20 y Hebreos 13:5. Esta promesa se muestra
a lo largo de las Escrituras y siempre enfatiza que Dios no se va y que Dios no desampara. Dios
sabe que tiendes a verlo como ausente o indiferente y, por lo tanto, hace de ésta una de las
promesas más repetidas de las Escrituras. Es lógico que Dios sea repetitivo en Sus promesas
porque eres repetitivo en tus temores. Lo que más te dices a ti mismo es lo que tiendes a creer.
Dios repite Su promesa como una invitación y ejemplo de cómo debes aferrarte a ella,
repitiéndola.

Pregunta: ¿Cómo has visto la fidelidad de Dios hasta este punto de tu jornada? Utiliza estas
realidades para contrarrestar las supuestas creencias de miedo que te vienen a la mente.
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Nuestro pionero
Las parejas quieren saber que alguien ha estado donde ellos están y que han logrado llegar al
otro lado del recorrido. ¿Habrá alguien que haya conocido este nivel de traición, dolor y
rechazo? Si ese es el caso, ¿puedes aprender de su ejemplo? Aún mejor, ¿podrías extraer de su
fortaleza y encontrar una manera de ser infundido con su victoria? Este tipo de preguntas
generalmente se responden con una sonrisa incómoda que expresa: «pues sí sería muy bueno,

100
pero…» Sin embargo, la respuesta a estas preguntas es «¡sí!» La respuesta a estas preguntas es
«de eso se trata el evangelio».

Una de las imágenes más frecuentes y poderosas donde Dios muestra quién es Él en relación con
nosotros es la del cónyuge traicionado. La novia de Dios se prostituye con muchos, muchos otros
ídolos (Ezequiel 6:9). Cuando uno no la satisface, la novia de Dios no regresa a casa con
arrepentimiento y quebranto. No. Va y busca otro amante de ídolos y escucha todas sus promesas
estúpidas y vacías.

Dios inició el camino que tú estás atravesando. Era un camino imposible antes de que Sus pies de
Dios-hombre despejaran el camino que tú estás andando con dificultad. Por Su gracia, tienes en
el evangelio tanto el mapa como los recursos con los cuales atravesarlo. Al querer rendirte o
preguntándote si es posible, reflexiona sobre cómo debió ser caminar este camino sin ningún
precursor, cargando el peso del pecado del mundo. No uses esta imagen para disminuir tu lucha,
sino para crecer en apreciación por el sacrificio de Jesús. Tu experiencia debería maximizar tu
entendimiento de lo que Jesús hizo. Lo que Jesús hizo no minimiza lo que tú estás pasando.

Lee Hebreos 12:1-3. Nota que dice que consideren a Cristo para que no se cansen ni se
desanimen (v. 3). ¿Qué dice que debes considerar para recibir este ánimo? Parte de la reflexión
es que Jesús caminó despreciando la vergüenza de Su recorrido. Jesús verdaderamente caminó
el camino en el que tú estás ahora. Él ha cargado el peso por sí solo y ofrece compartir Su yugo
contigo (Mateo 11:28-30). De esta forma, el resumen de cómo el evangelio ministra al pecado es
el mismo que el resumen de cómo el evangelio ministra al sufrimiento – Jesús en tu lugar.

Pregunta: ¿Qué aliento te da saber que Jesús fue tu pionero victorioso en este difícil camino?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Poderoso
Cuando te enfrentas a algo abrumador, algo que excede tu capacidad emocional, te cuesta
imaginar algo más grande o poderoso. Aquí nuevamente, el pecado de tu cónyuge puede cambiar
indirectamente tu visión de Dios. No es que pienses que Dios es más pequeño. Es que estás tan
consumido con el momento que estás viviendo, que no puedes o no quieres imaginar nada más
grande. Esta es una reflexión particularmente beneficiosa en este punto de tu jornada.

Has escuchado la historia completa del pecado sexual de tu cónyuge y has considerado su impacto
total en tu vida y matrimonio. Eso tuvo que parecer más grande de lo que podías o querías
imaginar. Sé consciente de cómo eso te afectó y luego date cuenta de que Dios es más grande. El

101
poder de Dios para redimir excede el poder del pecado para destruir, como el océano supera a
una piscina.

Lee Efesios 3:14-21. ¡Alabado sea el Señor! Él es más grande que tu imaginación. Tu imaginación
no limita la capacidad de Dios. Lo único que tu imaginación puede limitar es tu fe. Mientras lees
este pasaje, deja que cualquier temor, culpa o dudas que hayas sentido, descansen en el poder de
Dios. Lánzate directamente a alabar a un Dios que aún es más grande de lo que puedes imaginar,
incluso si experimentaras la expansión de lo que imaginas actualmente.

Pregunta: ¿Cómo expresarías con palabras la imagen del poder de Dios que has obtenido con esta
reflexión?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Quién es tu cónyuge ahora?


Cada historia tiene chicos buenos y chicos malos («chicos» se refiere a ambos géneros). Cuando
te casaste, tu cónyuge era uno de los chicos buenos de la historia. Con pequeñas discusiones, el
sombrero de tu cónyuge pasó de blanco a gris, pero con suerte, con el perdón, se volvió blanco
nuevamente. Sin embargo, después de la traición, es fácil etiquetar permanentemente a tu
cónyuge como uno de los malos. Si la historia del evangelio va a echar raíces, entonces debes
cambiar radicalmente esta mentalidad, de tal manera que equilibre la responsabilidad personal
con la posibilidad de redención.

Un pecador, no pecado
En una época en que se etiqueta a las personas según su diagnóstico psicológico, se tiene una
fuerte tendencia a nombrar a las personas por sus debilidades y fracasos. Se hacen afirmaciones
fuertes de «yo soy» o «tú eres» sobre cosas que solían ser solo descriptivas (siento, hice, lucho

102
con). Se dice: «Yo soy un adicto. Soy depresivo. Soy anoréxico». Con esta mentalidad, la etiqueta
que calificará a tu cónyuge es «adúltero» o «adicto al sexo».

Ésta puede ser una descripción precisa de tu cónyuge, pero cuando esa es la etiqueta definitoria
que utilizas para identificar el rol/carácter de tu cónyuge en tu vida, impide que la historia del
evangelio comunique la esperanza apropiada en su vida. Tu cónyuge es un pecador que pecó en
esas maneras específicas, pero cuando se rinde a la gracia de Dios, esa etiqueta no tiene que
definir quién es.

Cuando fallas en hacer esta distinción, te mantienes atrapado en su pecado (incluso si eliges el
divorcio). Tu cónyuge es una figura importante en la historia de tu vida. Por lo tanto, pensarás en
él/ella a menudo. Si defines su personalidad por su pecado, entonces cada vez que pienses en ellos
su pecado destellará en tu mente.

Para obtener una imagen de lo que se está argumentando, recuerda la película Bambi cuando el
cervatillo está aprendiendo a hablar y ve al bebé zorrillo. Bambi dice: «Flor». Todos se ríen y el
zorrillo dice: «Puedes llamarme flor si quieres». Cuando miras a tu cónyuge, lo identificarás de
alguna manera. La manera en que lo llames contribuirá en gran medida con tu potencial sanidad
personal y marital.

Lee 1 Corintios 6:9-11. Pablo le estaba hablando a una iglesia que estaba llena de pecado sexual
en una ciudad conocida por eso. Esto significa que la gran mayoría de sus lectores se habrían
enfrentado a una gran traición en sus relaciones. Pablo no minimiza el pecado. Pero en el
versículo 11, él indica que su carácter/nombre podía cambiar cuando dice «tales eran (verbo en
tiempo pasado) algunos de ustedes». Mientras buscas identificar quién es tu cónyuge en esta
historia del evangelio, no es saludable para ti permitir que el tipo de pecado que cometió se
convierta en ese personaje/título en la historia de tu vida.
Pregunta: ¿Qué título le das a tu cónyuge en la historia de tu vida? ¿Qué otros nombres son
verdaderos actualmente y serían menos destructivos que definir a tu cónyuge por su pecado
sexual contra ti?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Un portador de frutos
Para bien (arrepentimiento, otra mentalidad, autenticidad, vulnerabilidad, paciencia,
preocupación) o para mal (pecado continuo, autocompasión, egoísmo, aislamiento, actitud
defensiva, exigencia) tu cónyuge dará fruto que revele la condición actual de su corazón. Si tu
pregunta en el apartado anterior era: entonces ¿cómo le llamo?, la respuesta es: su fruto actual.

A través de «Falso amor», se le pide a tu cónyuge que tome medidas decisivas que te den una
certeza razonable sobre la forma de vida que está adoptando, la cual facilitará un matrimonio que

103
honre a Dios. Estos materiales también deben poner a tu cónyuge en relación con otras personas
de confianza que puedan ayudarlo a evaluar la sinceridad de esos frutos.

Lee Mateo 12:33-37. La frase que resume este pasaje es que somos «conocidos por [nuestro]
fruto (v. 33)». A diferencia de los árboles, las personas pueden cambiar de fruto cuando son
injertados en el tronco de la sumisión a Dios (Romanos 11:11-24). Sin embargo, como la fruta de
los árboles, toma tiempo producir carácter personal. El tipo de fruto discutido anteriormente no
aparece en las horas, días y semanas después de que se descubrió el pecado. Pero el fruto se
puede discernir en las semanas y meses siguientes. En esta etapa del estudio conjunto de ambos
materiales, el nivel de cambio de tu cónyuge debería ser evidente.

Pregunta: ¿Qué fruto ves en la vida de tu cónyuge? ¿Qué fruto ve su consejero o compañero de
ánimo?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Capaz de cambiar
La esperanza no se trata de dónde estás, sino de a dónde puedes llegar por la gracia de Dios. Pocos
cónyuges en tu posición ven todo el fruto (por tipo o cantidad) que quieren ver en esta etapa. Si
el fruto que deseabas hubiera estado completamente presente, probablemente habrías detenido
este estudio y reanudado tu vida normal.

Recuerda que la historia del evangelio es una historia viva que concluye con un encuentro cara a
cara con Cristo (tu muerte o Su regreso). Hasta entonces, la historia está en proceso y con muchos
giros en la trama. Durante una temporada como ésta, eres propenso a preguntarte cuándo va a
terminar. Eso te lleva a pensar que, si eso no ha sucedido todavía, entonces no va a suceder.

Esta tendencia hacia la desesperanza o al cinismo se relaciona más fácilmente con (a) la
incapacidad percibida de que tu cónyuge cambie o (b) que te percibes incapaz de volver a confiar
o expresar afecto a tu cónyuge. En el siguiente capítulo hablaremos de la confianza y el afecto.
Pero si tu cónyuge está trabajando fielmente a través de «Falso amor», y las personas de confianza
alrededor de tu cónyuge ven más cambios que tú, es posible que no tengas suficientes esperanzas
para ver el cambio que está sucediendo. El miedo tiene una forma de cegarte a la esperanza. Pide
la oportunidad de hablar con el consejero o el compañero de ánimo de tu cónyuge sobre tus
preocupaciones y la evidencia de que se está produciendo un cambio.

Lee 1 Corintios 1:18-31. Pablo está escribiendo a la altamente fracturada iglesia de Corinto acerca
de la posibilidad de cambio y lo que lo provocaría. Los griegos pensaban que el cambio provendría
de la sabiduría y la introspección profunda, mientras que los judíos pensaban que el cambio
vendría del poder y traería fuerzas externas para influir en la situación (v. 22). Los cristianos no
encajaban en ninguno de los campos y tanto griegos como judíos, se burlaron de ellos. Pablo

104
muestra cómo el evangelio es el poder para cambiar (v. 23-25) y usa el propio testimonio de los
corintios para verificar su afirmación (v. 26-31). El hecho de que Pablo tuviera que escribir una
segunda carta a los corintios revela que estaban lejos de ser perfectos. Pero aún había suficiente
fruto para verificar que Dios estaba obrando en sus vidas.

Pregunta: ¿Qué frases te dices para convencerte que el cambio no es posible? ¿Cómo moldean
estas frases tus pensamientos, emociones, respuestas y sentido de esperanza más que la Palabra
de Dios y la actividad de Dios en tu matrimonio?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Qué es el pecado?
El pecado probablemente parece una palabra mucho más importante y profunda en este
momento de tu vida. Puedes sentir cómo pesa más que «las cosas malas que hacemos». El pecado
es una fuerza destructiva que, una vez desatada, parece cobrar vida propia. Lidiar con el pecado
requiere algo más que pronunciar las suaves palabras «te perdono». Requiere que algo muera. La
idea de que Jesús tuviera que morir brutalmente en la cruz por el pecado, probablemente te
parezca menos exagerada ahora. En esta sección, veremos tres aspectos del pecado que son
importantes para ayudarte a continuar construyendo una narrativa del evangelio para tu
experiencia.

Adulterio espiritual
Quienes no han experimentado el peso de ser traicionados por un compañero de pacto, con
frecuencia le otorgan un significado frívolo a esta frase, como decir que es algo muy malo. Puede
ser utilizado como una aprobación bíblica pero inútil para entender la dimensión vertical del
pecado. Cuando eso sucede, lo espiritual comienza a tener la connotación de menos real o
simplemente algo en lo que debes pensar, en vez de ser una elección desgarradora que cambia la
vida (Génesis 3).

105
Pero no es así como Dios usó esta metáfora en las Escrituras. La usó sabiendo todo el peso y el
dolor de la traición al pacto. Dios la usó para abrir nuestros ojos y traer sobriedad a nuestras
mentes cuando nuestros corazones están más duros. Pero Dios usó esta descripción para todos
los pecados contra Él. Esto significa que tu experiencia durante las últimas semanas y meses es el
epicentro de la narrativa del evangelio. Tu experiencia es una muestra de lo que Dios hace a
nuestro favor con el evangelio.

Aunque tu experiencia ha sido absolutamente miserable, sería un desperdicio no maravillarse del


evangelio. Pero esto no debería ser un ejercicio de culpabilidad al intercambiar lugares con tu
cónyuge diciendo: supongo que también soy un adúltero, ¿por qué debería estar enojado con mi
cónyuge? La primera parte es cierta cuando no se usa para intercambiar lugares, pero la pregunta
minimiza radicalmente el poder del evangelio y el asombro por lo que Dios hizo. Dios estaba
molesto. Tu respuesta refleja la suya. Tu dolor debería darte una imagen más clara y sólida de la
narrativa del evangelio, no un llamado a la falta de respuesta, silenciada por la culpa, hacia una
verdad teológica expresada con la intención de manipular.

Lee Romanos 9:22-10:4. Romanos es una carta de verdades teológicas profundas y fascinantes,
pero Pablo usa la verdad del adulterio físico y espiritual de Oseas para exponer un punto que
resuena emocionalmente. Pablo quiere que el lector se identifique con lo que Dios hizo en el
evangelio para hacer posible la salvación. Pablo quiere que el lector sienta cómo el corazón de
Dios quiere restaurar la relación con Su pueblo infiel si se arrepiente y es restituido. Lee este pasaje
y aprecia a tu Dios pionero que sabe la profundidad de tu dolor y el gozo de la restauración cuando
Su pueblo responde con arrepentimiento; incluso Dios tenía un grupo no remanente de Su pueblo
(9:27-29; 10:1-4), pero ha sido restaurado a un pueblo arrepentido de muchos «indignos» (9:30-
33).

Pregunta: ¿Cómo tu experiencia te ha dado un mayor aprecio por el evangelio y confianza en el


carácter de Dios?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

El pecado es ilógico

106
Con frecuencia, la pregunta ¿por qué? no desaparece. Con cada avance significativo, miras hacia
atrás para ver si el pecado ya tiene sentido y no es así. En ese momento, la tentación es
desanimarte y comenzar a cuestionar si alguno de tus avances es real y preguntarte si realmente
puedes estar más seguro cuando el progreso aún no ha explicado el problema.

Puedes comprender los motivos del pecado y las idolatrías de las cuales surgen. Puedes
comprender los aspectos malsanos de tu matrimonio y cómo pueden haber creado un ambiente
de tentación. Pero todo esto no da como resultado el pecado cometido. Puedes ver el auténtico
fruto del arrepentimiento y animarte por la transparencia o cercanía que surge de él. Puedes
comprometerte con planes para un matrimonio más saludable y crecer en un optimismo cauteloso
para el futuro que se avecina. Pero estas cosas no construyen una seguridad que silencie tus
miedos.

Cuando tratas al pecado como un experimento científico que debe seguir una receta o un
protocolo para garantizar la seguridad, nuevamente desechas la historia del evangelio. Lo único
que protegerá el matrimonio es la dependencia continua y mutua de ambos cónyuges a Dios y el
servicio humilde y voluntario que se brinden el uno al otro. Lo único que irrumpe en esto es la
elección, no la causa. El pecado nunca es una elección lógica o necesaria. Entonces, si vas a
permitir que la narrativa del evangelio redefina tu experiencia, debes estar dispuesto a vivir con la
tensión y la dependencia que requiere.

Lee Génesis 3:1-21. Al leer este pasaje, observa que ninguna descripción o conversación hace que
el pecado sea lógico. Mientras lees el pasaje te quedas con la pregunta persistente: ¿por qué? Sé
todo lo que pasó. Escuché lo que se dijo, pero ¿por qué pensaron que el fruto era mejor que lo
que ya tenían con Dios? Cuando tu vida se ve afectada por el pecado, miras a Adán y a Eva para
desahogar tus frustraciones con la pregunta retórica ¿por qué? A medida que maduras como
cristiano, aprendes a vivir sin una respuesta satisfactoria, porque llegas a comprender que la
naturaleza del pecado es ilógica. Te satisface buscar a Dios (en la dirección opuesta al pecado)
sabiendo que la seguridad no se encuentra en la respuesta sino en la dependencia de Dios.

Pregunta: ¿Qué significaría para ti responder tu pregunta del por qué y encontrar seguridad al
confiar en Dios más que en una respuesta que sólo crearía presión para actuar de ciertas maneras
para protegerte?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Un enemigo conquistado

107
Al decir que el pecado es ilógico puede parecer que te has rendido… y lo has hecho. Pero te rindes
al Señor que conquistó el pecado, no a la confusión ilógica que crea el pecado. Puede que el
pecado no tenga que someterse a la lógica (en realidad, no puede someterse a la lógica porque el
pecado, por definición, es contrario al orden creado por Dios), pero debe someterse a Dios.

Si tu cónyuge no se arrepiente, su pecado no será libre para reinar salvajemente, desafiándote a


ti y a Dios por toda la eternidad. Ese pecado encontrará un dolor mayor del que te causó a ti y un
dolor igual al que le causó a Dios: el infierno. Debido a que nadie se burla de Dios, puedes
descansar sabiendo que el pecado contra ti no tendrá la última palabra.

Si tu cónyuge está arrepentido, su pecado no saldrá gratis, desvaneciéndose en el olvido como si


nunca hubiera pasado, sólo para vivir en la privacidad de tu memoria. Ese pecado encontrará un
dolor mayor que el que te causó a ti y un dolor igual al que le causó a Dios: la cruz. Puedes
descansar sabiendo que incluso el pecado perdonado no es simplemente borrado; ha sido pagado
en su totalidad.

Como parte de la narrativa del evangelio para tu sufrimiento debes orar por el arrepentimiento
de tu cónyuge y la capacidad de celebrarlo cuando suceda o si sucede. Cuando realmente crees
que el pecado ha sido conquistado y que no quedarás en desventaja cuando éste se olvide,
entonces estás comprendiendo lo que significa vivir con un enemigo conquistado en el mundo del
Conquistador.

Lee Apocalipsis 20:7-15. Este no es el momento de tratar de encontrar la interpretación más


precisa del libro de Apocalipsis. Lee la gran historia incluso si no comprendes todos los detalles.
En este pasaje puedes ver el destino de tu enemigo (Satanás) y de tus enemigos (aquellos que
cooperan con el plan destructivo de Satanás). Ves lo clara y definitiva que es la victoria y el juicio.
Muerte y Hades son lanzados y obligados a obedecer como muñecos de trapo. Los que se burlan
de Dios ya no tienen voz en su destino. Aquellos que se someten a Dios no tienen orgullo ni deseo
secreto por su pecado. El pecado que ha trastornado tu vida, está contundentemente vencido.

Pregunta: ¿Cómo puedes recordarte esa gran protección que tienes en Cristo, más grande que
cualquier respuesta o compromiso que busques para hacer que el pecado tenga sentido?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

108
¿Vale la pena sufrir por amor?
En un mundo caído no hay amor sin dolor. Eso no significa que lo que sucedió en tu matrimonio
esté bien. Pero es una advertencia contra la tendencia a buscar garantías después de una traición
significativa. El amor siempre lleva implícito el riesgo del dolor. Entonces, la respuesta a la
pregunta: ¿vale la pena sufrir por el amor?, debe ser sí, porque no se puede tener otro tipo de
amor terrenal.

El pastor Mark Driscoll habla de un caso de consejería que capta bien este punto y la narrativa más
amplia del evangelio de la que hemos estado hablando en este capítulo. Esta historia está
parafraseada.

Una joven esposa sintió la convicción de que debía contarle a su esposo que había
cometido adulterio con su mejor amigo durante el primer año de matrimonio. Temía
que su esposo se divorciara de ella, porque él le había dicho muchas veces que nunca
se recuperaría si ella le era infiel. Al darse cuenta de que era un pecado seguir viviendo
una mentira, se lo confesó a su esposo en la oficina del pastor.

Su marido salió furioso de la oficina, dejando las marcas de los neumáticos de su


camioneta en el estacionamiento de la iglesia. Ella se preguntó si volvería a verlo alguna
vez. Después de orar, se fue a casa, a una casa vacía y en silencio. Después del
anochecer, su esposo llegó a casa con una bolsa, la tomó del brazo y la acompañó de
regreso al dormitorio. Dejó la bolsa en la cama y desnudó a su esposa.

Ella se quedó fría y temblando, sin saber lo que estaba a punto de suceder. El marido
metió la mano en la bolsa y sacó un vestido de gala color blanco. Le puso el vestido a
su esposa y le dijo: debo elegir verte como Cristo te ve.

Con esto comenzó su viaje de sanidad y restauración. Esta declaración no fue la conclusión de su
jornada, así como la salvación no es la culminación de la madurez en Cristo. El cónyuge infiel estaba
arrepentido y comprometido con la restauración. El cónyuge traicionado comprendió el riesgo y
la batalla del perdón, y al mismo tiempo, estaba comprometido con la restauración. Esto es lo que
permitió que la narrativa del evangelio replanteara su lucha sin minimizar la dificultad que se
avecinaba.

Lee Apocalipsis 19:6-10. A la luz del estudio del caso anterior, reflexiona sobre la frase: le fue
concedido [a la esposa de Cristo, la iglesia] vestirse de lino fino, resplandeciente y puro (v. 8). Estas
ropas no eran suyas por derecho, sino ropas lavadas con la sangre del sacrificio del Novio. Nota la
respuesta que el Novio le da al apóstol Juan en este pasaje. El Novio no trata a su novia rescatada

109
como sierva, y esto es por Su bondad (v. 10). Cristo tomó el riesgo del amor, perdió la apuesta y
cambió por completo el juego con Su victoria.

Pregunta: ¿Cuáles son los riesgos sabios del amor que están frente a ti actualmente? Al responder
a esta pregunta, no te dejes atrapar mirando semanas/meses hacia el futuro o tratando de
responder esas preguntas de pesimismo de «y si…».
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Reflexión final: A medida que has trabajado en este capítulo, ¿cuáles dirías que son los aspectos
más importantes de tu historia que estás comenzando a ver de manera diferente?
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Conversaciones de ánimo para DESCUBRIR TU HISTORIA A TRAVÉS DEL EVANGELIO


Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de
pérdida o dolor.
• ¿Has sido capaz de evitar sentirte culpable o has actuado como si Dios sólo
estuviese preocupado, dado que has permitido que Él reinterprete elementos
clave de la vida, después de conocer el pecado sexual de tu cónyuge?
• ¿Eres capaz de identificar momentos específicos en tu vida donde has necesitado
permitir que estas nuevas interpretaciones permeen tu pensamiento, emociones
y decisiones?

110
Capítulo 7
«¿Qué significa avanzar y cómo llego allí?»
IDENTIFICA LAS METAS que te permitan luchar contra el impacto de tu sufrimiento

«Ahora puedo ver que la inocencia y la impotencia no son la misma cosa. Solía pensar que
"no fue mi culpa"; era lo mismo que "no hay nada que pueda hacer". Mi vieja historia de
sufrimiento vino con un estilo de vida que yo viví. La nueva historia, identidad y creencias
que vienen con el evangelio me permiten vivir activamente de forma diferente sin ceder a la
antigua falsa vergüenza o a la culpa. Puedo cambiar [describe cómo] sin una sensación de
condenación [describe por qué]».

Memoriza: 1 Pedro 4:1-2 (NBLA) «Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne,
ármense también ustedes con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha
terminado con el pecado, para vivir el tiempo que le queda en la carne, ya no para las pasiones
humanas, sino para la voluntad de Dios». Al memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos
puntos clave:

● «Ármense» – Siempre que sufrimos debemos involucrarnos activamente y cambiar nuestra


forma natural de pensar.
● «Padecido… ha terminado con el pecado» – Una parte clave para vencer el pecado en un
mundo caído y quebrantado es aprender a sufrir bien.
● «El tiempo que le queda» – Identificar objetivos es un paso que va de procesar el pasado a
prepararse para el futuro.
● «Ya no para las pasiones humanas» – El sufrimiento enciende las pasiones. Esto no está
mal, pero es una fuente de tentación.
● «Para la voluntad de Dios» – Cuando estás en medio del sufrimiento, a veces buscas más el
alivio que la voluntad de Dios.

Notas de enseñanza

«El dolor prolongado indica el grado de herida o daño, no la presencia o ausencia de perdón.
Cuando el dolor sale a la superficie, revela cuán severos son los resultados del pecado; no
significa que el perdón no haya ocurrido. El dolor y el perdón son diferentes, pero están
interrelacionados. El dolor puede continuar después del perdón (p. 60)». Earl y Sandy Wilson en
Restoring the Fallen (traducido como «Restaurando al caído»)

«Igual de engañoso y dañino es el compromiso a asegurarse que tu cónyuge ahora se convierta


en la persona que siempre quisiste que fuera... Confiar en él de nuevo no se trataba sólo de que
él fuera digno de confianza; también se trataba de que yo reconociera que habría ocasiones en

111
que se requeriría de mi confianza». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad
después del adulterio

«Cualquiera que sea tu estilo [autoprotector] de relacionarte, probablemente parece funcionar


para ti. Pero bajo los pretextos, te has comprometido a no volver a ser lastimado si puedes
evitarlo. Este compromiso entra en conflicto con el compromiso de amar (p. 107)». Harry
Schaumburg en False Intimacy (traducido como «Falsa Intimidad»)

«El siguiente paso, si y cuando ambos estén listos, es volver a comprometerte con el pacto
matrimonial y explorar los problemas matrimoniales que existían antes de la infidelidad. El
asunto no surgió en el vacío; los buenos matrimonios rara vez engendran adulterio». Robert
Jones en Restaurar tu matrimonio

«El involucrado en el adulterio se siente aliviado de ya no encontrarse en medio del secreto y la


culpa, y por el contrario está redescubriendo algunas de las razones que le atrajeron de su pareja
original. El que fue engañado, después de lidiar con la ira y la traición, está emocionado de no
haber perdido a su pareja… El problema con la luna de miel es que puede barrer los problemas
debajo de la alfombra, los cuales luego pueden volver a atormentar el matrimonio». Doug
Rosenau en Una celebración del sexo

«Si acabas de perder los estribos con tu cónyuge, este es un buen momento para que tomes un
descanso. Y cuando te hayas calmado, ve con tu cónyuge y pide perdón. Pide perdón por todo
lo que dijiste o hiciste que no ayudó al proceso de restauración. No creemos que debas pedir
perdón por los sentimientos, esos son reales y verdaderos, pero sí debes pedir perdón por la
forma en que los manejaste en ese momento en particular… El otro aspecto de honestidad
transparente que Mona tuvo que aceptar fue el hecho de que, al final, tendría que confiar a
Gary a Dios y colocarse en una posición de vulnerabilidad». Gary y Mona Shriver en Infidelidad:
esperanza y sanidad después del adulterio.

Aplicación personal
Hasta este punto, hemos enfatizado el conocimiento de los hechos, la comprensión del impacto
y el procesar más que el hacer. El pecado sexual de un cónyuge crea un contexto de dolor y
trauma. Estos efectos a menudo se pasan por alto y se hace más énfasis en averiguar qué hacer.

112
Cuando esto sucede, el cónyuge ofendido se siente como si nadie lo entendiera y como si todas
las acciones fueran sólo arreglos con curitas, manipulación moral o echarle la culpa a alguien
más. Esperemos que el camino que has recorrido haya aliviado el miedo a este paso.

En este paso, comenzarás a enfocarte en responder. El duelo por las pérdidas y el


procesamiento del trauma estaría incompleto sin una dirección hacia el futuro. En el capítulo
siete asumiremos que tu cónyuge ha cooperado con su papel en el proceso de restauración
descrito aquí y en «Falso amor». Sin embargo, incluso si tu cónyuge no coopera, el capítulo siete
sigue siendo aplicable a tu jornada personal hacia lo saludable y no a la jornada marital hacia la
restauración.

Es posible que, al leer este capítulo, te pongas a la defensiva y pienses: ¿por qué debería hacer
eso? Mi cónyuge pecó contra mí. Esto no es justo. Mi cónyuge no tiene derecho a pedirme eso.
Probablemente tengas razón. La justicia no tiene forma de permitir la restauración después del
pecado. La restauración, incluso la sola liberación de la amargura, siempre se construye sobre
un fundamento de gracia que es «injusto». Si estas emociones surgen, sería prudente repasar
el trabajo que realizaste en los capítulos cuatro al seis para ayudarte a procesar esas reacciones.

En estos pasos, el tipo de objetivos, acciones o decisiones que deberías tomar se analizan en
cuatro secciones.
1. Perdón: qué es y qué no es
2. Confianza: un viaje sabio
3. Comunicando todo en el matrimonio
4. La decisión del divorcio

Perdón: qué es y qué no es


¿Qué es lo primero que necesitas hacer con todo lo que has aprendido, comprendido y
procesado hasta este punto? Perdonar. Hasta ahora el perdón probablemente ha sido sólo una
promesa bien intencionada. Cuando perdonas, absorbes el costo del pecado de otra persona.
Pero el perdón no debe ser un cheque en blanco o se convertirá fácilmente en una capacidad
ridícula o en ingenuidad deliberada. Jesús sabía el costo de decir las palabras «tus pecados te
son perdonados» (Lucas 7:48) o «yo tampoco te condeno» (Juan 8:11). El perdón sabio, en
especial cuando conduce potencialmente a la restauración, conoce el costo del cheque que
emite.

Lee Mateo 18:21-35. Observa que se dan cantidades precisas de lo que se perdona. Parte del
beneficio de los capítulos dos a cuatro fue que tú podrías saber lo que estás perdonando. Con
frecuencia, un pasaje como éste se usa para implicar que, debido a que las ofensas contra ti son
pequeñas en comparación con tus ofensas contra Dios (lo cual es cierto), todas las ofensas
contra otros son pequeñas (lo cual es falso). En respuesta a esa lógica, a menudo resistes
perdonar porque el acto de perdonar parece minimizar la ofensa. El acto de decir: te perdono,
asume la declaración: me hiciste daño de una manera que no debe pasarse por alto ni
minimizarse. También debe incluir la suposición: sólo puedo asumir la deuda de tu pecado

113
contra mí porque Dios ha asumido mi deuda contra Él y prometió cubrir cualquier pérdida que
incurra al perdonar a los demás.
«El hecho es que, lo que tu cónyuge ha hecho contra ti y contra Dios puede ser
intolerable, pero no es imperdonable (p. 30)». Mike Summers, en Help! My Spouse Has
Been Unfaithful (traducido como «¡Ayuda! Mi cónyuge me ha sido infiel)
Entonces, ¿qué es el perdón? El perdón es la opción de dejar de exigir que alguien reciba el
castigo que merece por su pecado. El perdón es un acto de fe que confía en que la pena por el
pecado fue pagada por Cristo, de manera suficiente en la cruz o será pagada por el pecador en
el infierno. Perdonar es tratar al ofensor con sabiduría amorosa a pesar de la respuesta del
ofensor a su pecado.
«El perdón no es una función humana. Puede que tenga que empezar pidiéndole a Dios
que le dé el deseo de ser obediente. No tiene sentido fingir». Gary y Mona Shriver en
Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

Perdón vs. restauración: Estos términos son distintos, pero tienen una superposición
significativa. Toda restauración tiene sus raíces en el perdón, pero no todo el perdón resultará
en restauración. En las ideas que se exponen a continuación, el tono del perdón implica un
movimiento hacia la restauración. Sin embargo, si tu cónyuge no se arrepiente de su pecado,
entonces aplicarás estos principios a tu recuperación personal y no tanto a la restauración.

Gary y Mona Shriver en su libro Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio, describen
lo que no es el perdón (sólo el texto en negrita). A medida que leas esta lista de cinco cosas,
utilízala para calmar los temores de «nunca podría perdonar porque…» Probablemente
encontrarás que muchas de las cosas que decías que no podías hacer, no son en realidad lo que
el perdón requiere.

● El perdón no es contener o restringir el dolor y la ira. Si así es como concibes el perdón,


entonces el perdón se convierte en sinónimo de falsedad. El perdón se convierte en una
forma de silencio autoimpuesto en lugar de una expresión de gracia ajena. Con esta mala
definición de perdón, resistes el autocontrol piadoso en nombre de resistir el perdón
hipócrita.
«Hay un par de principios que pueden ayudarte a lidiar con el enojo no resuelto.
No permitas que tu ira te controle. Si estás fuera de control verbal o físicamente,
estás en pecado. Y la verdad es que no se puede hacer ningún trabajo real en esa
atmósfera... Además, es importante comprender que procesar y desahogarte
son dos cosas diferentes». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y
sanidad después del adulterio.
El perdón es lo que te permite expresar el dolor como dolor en lugar de hacerlo como
ira. Incluso después del perdón, el dolor todavía duele. Es sólo que, después del perdón,
el que perdona ya ha renunciado a la pena que la ira intenta generar. Cuando perdonas,

114
no te comprometes a no sentirte herido. Te estás comprometiendo con lo que harás con
el dolor cuando éste se presente.

● El perdón no es dejar que alguien se libre de la culpa. El perdón es todo lo contrario a


decir: «no importa, está bien». Si la acción que se perdona estuviera bien, entonces no
se necesitaría perdón. Perdonar no es lo mismo que decir: esto ya terminó, no es
necesario decir nada más. El perdón es el comienzo de la restauración, no el final.
Cuando Dios te perdona, no asume que eres un producto terminado. Dios permanece
activo en tu vida para eliminar el pecado que perdonó. De manera similar, perdonar a tu
cónyuge es el comienzo de restaurar el matrimonio a lo que Dios quiso que fuera y que
puede implicar continuar lidiando con la caída de tu pecado.
«El perdón es una parte importante de la recuperación del adulterio, pero el
perdón no es la forma en la que Dios ‘termina el tema’ (p. 18)». Winston Smith,
en Help! My Spouse Committed Adultery (traducido como «¡Ayuda! Mi cónyuge
cometió adulterio»)
● El perdón no es una excusa. El perdón no reclasifica la ofensa de pecado a error. Los
errores se excusan. Los pecados se perdonan. A veces te resistes a perdonar porque no
quieres validar esta percepción de degradación en el significado de la ofensa. El perdón
no es una degradación. El perdón clasifica inherentemente una ofensa en el nivel más
alto de maldad.

En el lado opuesto de poner una excusa por el pecado de tu cónyuge, está el


sobrepersonalizar su pecado. Si bien el pecado de tu cónyuge fue absolutamente en tu
contra, puede o no haber sido debido a ti. A medida que buscas expresar el perdón al no
insistir en el pecado de tu cónyuge, es posible que debas luchar contra la validación de
todas las formas en que tu imaginación puede concebir que el pecado de tu cónyuge
tuviera la intención de dañarte o insultarte.

● El perdón no es olvido ni una especie de amnesia sentimental. El perdón no es la


culminación de un viaje, sino el compromiso de completarlo. Perdonar no requiere una
avalancha de emociones cariñosas hacia tu cónyuge que son consistentemente más
fuertes que las emociones de dolor que sientes hacia su pecado. Esta concepción haría
del perdón un estado a alcanzar en lugar de una promesa dada.

Una visión ingenua del perdón como amnesia implica que la lucha de tu cónyuge con la
lujuria ha terminado y que cualquier ofensa futura puede/debe ser respondida sin hacer
referencia al pecado sexual pasado/perdonado. El perdón significa que permitirás que
se examinen hechos poco claros antes de hacer acusaciones y que se considerará el
progreso para determinar cómo responder a una recaída. La red social que cada uno de
ustedes ha construido mientras trabajaba a través de «Falso amor» y «Verdadera
traición», debería permitir que estas evaluaciones se realicen de una manera sabia y
saludable.

115
Entonces, ¿qué significa perdonar y qué te comprometes a hacer con tus recuerdos,
miedos e imaginación? El perdón no añade nada nuevo a la forma en que respondes a
tus recuerdos, miedos e imaginación que lo que la sabiduría te aconsejaba antes de que
perdonaras. La honestidad del paciente que se describió en los capítulos dos a seis es el
tipo de respuesta que debes dar. El perdón no es el compromiso de dejar de ser
emocional; sino de ser honradamente emocional.

● El perdón no es confianza ni reconciliación. La siguiente sección hablará sobre el


proceso de restaurar la confianza. Pero, por el momento, sabrás que perdonar y confiar
y perdonar y decir: las cosas han vuelto a la normalidad, no son lo mismo. Si sientes que
aún no estás «allí todavía» para perdonar, esta creencia afectará tanto tu capacidad para
perdonar como tu progreso hacia la restauración del matrimonio.

Lee Efesios 4:31-32. Este pasaje describe dónde deberías estar en esta etapa del proceso. Debe
haber un compromiso de desechar toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia (v. 31). El
perdón es hacer este compromiso, no la declaración de su cumplimiento. Después de leer esta
sección acerca del perdón, a la luz de la jornada en la que has estado, ¿entiendes de manera
diferente la frase «perdonándose unos a otros como Dios también los perdonó a ustedes en
Cristo (v. 32)»? ¿Ves de manera diferente el perdón de Dios hacia ti? ¿Qué es diferente con
respecto a lo que crees que Dios te está pidiendo en relación con los demás?

Confianza: una jornada sabia


O confías en mí o no confías, es el epítome de una declaración manipuladora (ya sea que la persona
que hace la declaración esté siendo intencionalmente manipuladora o simplemente esté
desesperadamente desesperada). Es una necedad de todo o nada que trata de acelerar la
restauración. La confianza es algo que se desarrolla.

Una progresión de confianza

La serie de diez pasos que se ofrece a continuación comienza con una relación en su mayor punto
de ruptura de la confianza. No todas las relaciones comenzarán en el nivel uno (el más roto).
Mientras lees esta serie, debes hacerte dos preguntas clave: (a) ¿Cuál fue el punto más oscuro en
el que estuve después de enterarme del pecado de mi cónyuge? y (b) ¿Dónde estoy ahora?

El progreso que ya has hecho debería ser una fuente de ánimo para la jornada que tienes por
delante.

El objetivo de esta sección es ayudarte a ver que, aunque actualmente pienses que nunca podrías
volver a tener una confianza perfecta, hay muchos pasos prácticos que pueden y deben darse
entre el punto en el que te encuentras y la «perfección». Tu y tú cónyuge se darán cuenta de que
hay aspectos de la confianza que ya eran débiles aún antes de la traición (debido a la personalidad,
historia personal, etc.). En estos casos, el estudio de este material cumplirá un doble propósito: la
restauración marital y el enriquecimiento del matrimonio.

116
El avance a lo largo de esta serie será un baile entre el esfuerzo de cambio de tu cónyuge y tu
disposición a tomar riesgos relacionales. El crecimiento de tu cónyuge por sí solo no creará
confianza si tú no tienes la voluntad de asumir un riesgo relacional. Tu disposición a un riesgo
relacional por sí solo, sin el crecimiento de tu cónyuge, no producirá confianza. Puede ser que el
baile no sea un paso de tu cónyuge seguido de un paso tuyo. Pero a menos que ambos se muevan,
no estarán bailando.

1. Pide la mediación de un tercero: En este nivel de ruptura de la confianza no te sientes seguro


de estar con tu cónyuge sin que otra persona esté presente. El extremo superior de este nivel
suena como: puedes ir a consejería, pero yo no voy a ir contigo, voy a ir solo y le voy a contar al
consejero mi lado de la historia. En esta etapa, la confianza se construye cuando escuchas a tu
cónyuge ser honesto con otra persona y recibe corrección/instrucción de esa persona. Aún dudas
de que tu cónyuge sea honesto, pero también te das cuenta de que no es un total mentiroso y
que no está comprometido de tal manera con sus mentiras, que no puede escuchar objetivamente
a un tercero. A medida que tu cónyuge coopera, comienzas a confiar en él/ella a través de la
confianza que tienes en el consejero.

2. Escucha y exige validación: Ahora estás dispuesto a hablar con tu cónyuge en una conversación
individual, pero eres escéptico de casi todo lo que dice. No le crees a tu cónyuge, crees en los
hechos. Si tu cónyuge tiene hechos para respaldar lo que dice, confiarás en eso y poco más. Ésta
es una forma tediosa de comunicarse, pero es necesaria para evitar un mayor dolor. Cualquier
afirmación que no sea factual (es decir, promesa futura, interpretación de un evento, expresión
de un sentimiento, etc.) es vista como engañosa, insegura, manipuladora o insultante. A medida
que surge un patrón de hechos validados, se empieza a confiar en que existe algún compromiso
de vivir en una realidad que excede el deseo de tu cónyuge por lo que es más conveniente para
él/ella.

3. Escucha y exige menos validación: En esta etapa de restauración de la confianza, escuchar a


tu cónyuge se siente menos como un trabajo. A medida que escuchas, disminuye el ritmo de
búsqueda de preguntas y de procesamiento de la información. Dar el beneficio de la duda a las
cosas sobre las que no estás seguro sigue siendo poco natural y parece peligroso. Cualquier
declaración incompleta o con un sesgo demasiado positivo se asume como un engaño
intencionado y crea una regresión de la confianza. A medida que las afirmaciones de tu cónyuge
resultan ser mayoritariamente exactas, las necesidades prácticas de la vida crean una dependencia
cada vez mayor hacia tu cónyuge. Sin embargo, cada vez que notes que esto ocurre puedes seguir
sintiéndote cauteloso.

4. Apóyate funcionalmente en tu cónyuge: Ya sea que estén separados o en la misma casa, ahora
vuelven a hacer vida juntos. Comienza a crearse o reinstaurarse un proceso de tareas básicas de
la vida (hacer un presupuesto, planear horarios, llevar y traer a los niños, etc.). Este nivel de
confianza dentro de un matrimonio es muy parecido a vivir como compañeros de departamento.
La naturaleza insatisfactoria de este arreglo puede a menudo desalentar el crecimiento continuo,
pero este desaliento debe disminuir al entender el lugar que ocupa en el proceso de restauración
de la confianza.

117
5. Comparte hechos: A medida que vives funcionalmente con tu cónyuge, existe la oportunidad
de que empieces a compartir más de ti. Hasta este momento has estado recibiendo información
mucho más que dando información. Comienza el proceso de «darte» nuevamente a tu cónyuge.
Te permites conocerte a nivel de los hechos. Las preguntas que comienzan con ¿por qué? o ¿cómo
es posible? pueden ser recibidas con una actitud defensiva. Durante esta etapa, las preguntas que
comienzan con ¿quieres? se vuelven más cómodas, ya que permites que tu pareja influya en los
hechos (por ejemplo, el horario) de tu vida.

6. Comparte creencias: Sentirte más cómodo compartiendo hechos, te llevará naturalmente a


compartir lo que piensas sobre esos hechos. Las conversaciones adquieren más sentido a medida
que compartes más lo que te gusta, lo que no te gusta, en lo que estás de acuerdo, en lo que no
estás de acuerdo y lo que quieres de los acontecimientos de la vida. Ahora puedes hablar de cómo
crees que deberían ser las cosas sin que un tono de juicio, tristeza o culpa domine la conversación.
Al compartir tus creencias, te sientes más comprendido y honrado. En esta etapa, es posible que
tú y tu cónyuge tengan que reaprender (o aprender por primera vez) a tener opiniones o
perspectivas diferentes sin dejar de proteger la unidad del matrimonio.

7. Comparte sentimientos: Hasta esta etapa, es probable que las emociones hayan sido forzadas
o mostradas más que compartidas con tu cónyuge. En este nivel de confianza estás dispuesto a
recibir apoyo, ánimo o participación compartida en tus emociones. Un aspecto de la relación de
una sola carne, es regresar (Génesis 2:24). Empiezas a experimentar que tu carga se reduce y tus
alegrías se multiplican al compartirlas. El matrimonio empieza a sentirse de nuevo como una
bendición.

8. Apóyate emocionalmente en tu cónyuge: Ahora te ves capaz de relajarte cuando él/ella está
lejos. Eres capaz de creer que tu cónyuge es transparente y sincero cuando te cuenta sus
experiencias o comparte contigo cómo se siente. Ahora, las sospechas que surgen en tu interior
acerca de los motivos de tu cónyuge para decir o hacer algo, son la excepción a la regla.

9. Permite que tu cónyuge se preocupe por ti: Permitir que tu cónyuge te exprese aprecio o
cariño, ya no te hace sentir invadido o sucio. Cuando tu cónyuge se ofrece a servirte, ya no piensas
que está haciendo un acto de penitencia o que le quedas debiendo algo para más tarde. Los
esfuerzos de tu cónyuge por bendecirte pueden ser recibidos como bendiciones en lugar de ser
tratados como acertijos que hay que resolver o pesos peligrosos en la balanza de la justicia que se
utilizarán para presionarte más adelante. Puedes saborear la dulzura del amor sin prepararte para
un regusto amargo.

10. Relájate y siéntete más seguro al lado de tu cónyuge que estando separados: Esto es la
confianza restaurada. La presencia de tu cónyuge se ha convertido en una fuente de seguridad en
lugar de inseguridad. La presencia de tu cónyuge reduce el estrés en circunstancias problemáticas.
Te encuentras instintivamente atraído por él/ella cuando algo es difícil, molesto o confuso. Incluso
cuando no tiene la respuesta, su presencia es su propia forma de alivio y consuelo.

118
Confianza y ultimátum u horarios: Intencionalmente no hay una guía de ritmo para este avance
de la confianza. En este sentido, crecer en confianza requiere confianza. Es un acto de fe no decir:
le daré tres meses y si no estamos en el nivel siete, entonces no hay ninguna esperanza para
nosotros. Ese tipo de ambiente presionado por el tiempo ahoga el crecimiento de la confianza. Los
ultimátums son aún más ineficaces. Cuando tratas de hacer un trato (por ejemplo: a menos que
dejes de_______ o me digas________, entonces no voy a pasar al siguiente nivel de confianza)
socavas la confianza real que se está construyendo (por ejemplo: sólo hiciste eso, porque te
obligué). El objetivo de la lectura de esta serie es simplemente comprender en qué punto del
desarrollo de la confianza te encuentras. Los esfuerzos por acelerar artificialmente el proceso
acabarán siendo más perjudiciales que beneficiosos.

«Las amenazas o los ultimátums no han funcionado en el pasado y aprender nuevas formas
de manejar situaciones que suelen confundirte es difícil al principio. Al marcar el ritmo de
tus respuestas, te das tiempo para ganar perspectiva de forma objetiva, lo que te aleja de
la personalización de los comportamientos y te capacita para actuar de forma más eficaz.
El adicto actúa por su dificultad para relacionarse con la vida de forma responsable y
adulta, no por lo que tú eres (p. 71)». Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart
(traducido como «Reparando un corazón destrozado»)

Confianza y sexo
Intencionalmente, no se incluyó la intimidad física en la progresión de la confianza descrita
anteriormente. Al final de la progresión, debería ser obvio que toda la relación matrimonial sea
íntima, no sólo el acto sexual físico. Sin embargo, el resurgimiento de la intimidad física será
diferente para cada pareja. Ser capaz de comunicarse sobre la incomodidad y la frustración del
sexo será uno de los temas que atraviese la progresión de compartir hechos, compartir
creencias, compartir sentimientos, confiar el uno en el otro emocionalmente y permitir que tu
cónyuge te cuide.

Cuando la confianza se ha dañado en los niveles más básicos, es común que las parejas tengan
relaciones sexuales en las primeras etapas, pero luego se dan cuenta de que no tienen un nivel
general de confianza para apoyar ese nivel de cercanía. Esa es una reacción normal a una
circunstancia marital anormal.

«Descubrimos por nuestra experiencia y la de las parejas en nuestros grupos que las

119
lágrimas durante los momentos íntimos son comunes… Ésta puede ser una oportunidad
invaluable para que el infiel reafirme la elección de su cónyuge y no de su cómplice de
adulterio». Gary & Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del
adulterio

Tú y tu cónyuge no deben ver el trayecto por este terreno difícil, como un problema a resolver
o una carrera para terminar lo más rápido posible. Restaurar la confianza que apoyará la
intimidad del sexo es una inversión. Recuerda que aquellas cosas que pueden brindar el mayor
placer también pueden generar el mayor dolor si se manejan con torpeza. Por contradictorio
que parezca, la paciencia es el mejor acelerador de la restauración íntima.

Lee Santiago 5:7-12. En este pasaje, Santiago entrelaza los temas de la paciencia y la confianza.
Comienza con un repetido énfasis en la paciencia. Su ilustración central es la de un labrador que
espera los frutos de la tierra (v. 7). Si el agricultor manosea con impaciencia el suelo en el que
plantó la semilla, la semilla nunca se convertirá en una planta. Lo mismo ocurre con la semilla
de la confianza y el fruto del sexo. Curiosamente, Santiago pasa de esta discusión sobre la
paciencia, directamente a un mandato de ser completamente honestos (v. 12). Cuando no
obtienes lo que quieres, te sientes tentado a volverte deshonesto o manipulador para
obtenerlo. Presta atención a la advertencia de Santiago mientras permites que crezca la cosecha
de confianza e intimidad.

Comunicando todo en el matrimonio


Si el perdón sienta las bases de la confianza, entonces la confianza abre la puerta para hablar
sobre el matrimonio. Desde la evaluación preliminar en el capítulo dos, se ha dicho muy poco
sobre la condición del matrimonio antes de que el pecado sexual tuviera sus efectos. Había un
crecimiento que cada uno de ustedes necesitaba experimentar personalmente antes de que el
enriquecimiento del matrimonio pudiera comprometerse productivamente. Ahora es el
momento de crecer más allá de donde estabas antes.

Proporcionar lo que se necesita para el enriquecimiento matrimonial integral está más allá del
alcance de este manual. Las diferencias en las parejas y la amplitud de temas hacen que ésta
sea una tarea imposible de abarcar en la mitad de un capítulo. Pero lo que se puede hacer (y lo
que ya ha comenzado) es sentar las bases para el enriquecimiento matrimonial que permitirá
que los esfuerzos que hagas para mejorar tu matrimonio sean más efectivos de lo que podrían
haber sido antes. Ustedes dos deben ser más realistas acerca de dónde están y quiénes son, y
deben estar arraigados en el evangelio más profundamente que nunca.

En esta sección, veremos los obstáculos comunes que interfieren con la transición saludable de
una restauración marital al enriquecimiento marital. Se trata de un cambio de mentalidad que
puede resultar difícil o inquietante si no comprendes que se está produciendo una transición
significativa y lo que implica la misma. La mayoría de estas dificultades de transición tienen que
ver con hablar de viejos problemas en un nuevo contexto después de una tensión prolongada.

120
Viejos problemas
Empieza por revisar la evaluación matrimonial que hiciste en el capítulo dos. Consigue un lápiz
de color diferente y comenta las diferencias que ves en tu matrimonio antes del pecado sexual
hasta hace unas semanas o meses. Pídele a tu cónyuge que haga lo mismo. Hablar de esto será
un momento importante en la construcción continua de confianza.

¿En qué aspectos están de acuerdo los dos en que el matrimonio fue débil o inmaduro?
_____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________

«Es más probable que ocurra el adulterio cuando un matrimonio ya está débil. Tú no
debes asumir la responsabilidad por el pecado de tu cónyuge, pero es posible que debas
examinarte y reconocer cómo contribuiste a las debilidades de tu matrimonio (p. 16)».
Winston Smith en Help! My Spouse Committed Adultery (traducido como «¡Ayuda! Mi
cónyuge cometió adulterio»).
Ejercicio: Mientras te preparas para examinar dónde pueden estar en desacuerdo los dos, quién
es responsable de las diversas debilidades de tu matrimonio y qué se debe hacer para fortalecer
estas áreas, responde estas cuatro preguntas que Mark Laaser hace a las parejas que están
sanando después del pecado sexual en su libro Cómo sanar las heridas de la adicción sexual:
1. Define la pareja ideal.
2. ¿Cuáles de los ideales que describiste son realistas?
3. ¿Cuáles de los ideales que describiste se pueden restaurar?
4. ¿Cuáles de los ideales que describiste se pueden lograr con ayuda?

¿Qué áreas del matrimonio deben abordarse primero en el proceso de enriquecimiento


matrimonial? (Enumera y clasifica los tres primeros)
1. ______________________________________________________________________
2. ______________________________________________________________________
3. ______________________________________________________________________

Un nuevo contexto

Es de esperar que hayas encontrado una mayor habilidad para discutir abiertamente esos
problemas preexistentes con tu cónyuge. Si no es así, puede que necesites ver dónde te
encuentras en la progresión de la confianza y reanudar estas conversaciones una vez que cada
uno de ustedes esté en el nivel de confianza de compartir sentimientos o confiar
emocionalmente en el cónyuge. Hasta ese momento, se aconseja continuar con algún tipo de
consejería o tutoría.

Una vez que puedan discutir sobre los viejos problemas sin ponerse a la defensiva, es
importante darse cuenta de que los están discutiendo en un nuevo contexto. No están

121
intentando arreglar lo que era como si la restauración requiriera viajar en el tiempo. Lo que
trabajan ahora debe trabajarse en tiempo presente. Sin embargo, están reconociendo que
muchos (no todos) de sus instintos matrimoniales recaerán en lo que ya conocían (hábitos
personales, patrones de horarios, pereza, control, etc.) a menos que se comprometan
conjuntamente a cambiar esos patrones.

Lee Marcos 2:21-22. Tanto tú como tu cónyuge han pasado por un proceso intenso al permitir
que el evangelio transforme sus luchas con el pecado y el sufrimiento. Ambos son personas
nuevas que viven en un matrimonio antiguo. Las verdades que han abrazado personalmente no
se han pensado en conjunto. Lo que Dios ha hecho en sus vidas personales debería darles
esperanza de cuánto quieren transformar su matrimonio, y será bueno cuando lo hagan. Pero
ese trabajo recién comienza. Al examinar los viejos problemas del matrimonio, recuerda que los
están abordando desde el nuevo contexto de vidas transformadas personalmente.

Lee Colosenses 3:5-10. Este pasaje describe vívidamente cómo Dios cambia a las personas.
Tanto el viejo hombre como el nuevo hombre están vivos y activos en ti. Esto debería ser un
sobrio recordatorio de que los viejos problemas no desaparecerán simplemente por el trabajo
que Dios ha estado haciendo personalmente en ustedes dos. Cada uno tendrá que seguir
aprendiendo cómo es vivir la nueva obra que Dios ha estado haciendo en el contexto de su
matrimonio.

Después de una larga tensión


El enriquecimiento matrimonial tiene que corregir mucho más que sólo los viejos problemas del
matrimonio. Durante la tensión de pasar por el proceso de restauración matrimonial, la mayoría
de las parejas adquieren algunos malos hábitos (además de muchos buenos). Cuando la
confianza es baja y la actitud defensiva es alta, no se comunican bien. Hay partes de la
restauración de las que deben recuperarse.
«Un hábito en particular fue extremadamente destructivo. Cada vez que Gary sentía que
Mona no lo deseaba sexualmente, se retiraba emocionalmente en un intento de darle
espacio y una oportunidad para desearlo, Mona percibía su distancia como si él no la
deseara y luego ella misma se retiraba hasta que él la deseara de nuevo. Por supuesto,
a medida que pasaba el tiempo, ambos terminarían sintiéndose cada vez más no
deseados por el otro y heridos por ello. Cada palabra y acción parecían subrayar esta
creencia». Gary y Mona Shriver en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

¿Qué patrones de conflicto malsanos surgieron desde el descubrimiento del pecado sexual hasta
ahora (sarcasmo, vergüenza, etc.)?

¿Qué hábitos personales destructivos surgieron desde el descubrimiento del pecado sexual
hasta ahora? (trabajar, comer, etc.)

122
La decisión del divorcio
Hay dos grupos de personas que probablemente tuvieron dificultades para leer este capítulo:
(1) aquellas cuyo cónyuge todavía está comprometido con su pecado, y (2) aquellas que se
resisten a la noción de perdonar, crecer en confianza o examinar el matrimonio para su
restauración. Si no te encuentras en uno de estos dos grupos, puedes omitir esta sección.

Sin embargo, otros de ustedes no pueden evitar esta pregunta. Se enfrentan a la elección de
(A) permanecer en un matrimonio infeliz confiando en que Dios puede cambiar tu corazón, el
corazón de tu cónyuge o ambos o (B) buscar el divorcio. En el capítulo uno, citamos recursos
seculares (lo que significa que no contenían el sesgo cristiano de creer que el matrimonio es un
pacto sagrado) que aconsejaban no considerar el divorcio hasta que se hubiera pasado por un
tiempo de recuperación personal y evaluación del matrimonio. Si has trabajado con estos
materiales, ese tipo de trabajo se ha realizado. Suponiendo que no ocurran otros eventos
emocionalmente traumáticos en tu vida, es probable que estés en un lugar apropiado para
tomar esta decisión.

Hay dos escenarios en los que la opción de aceptar el divorcio es clara. Primero, tu cónyuge ha
elegido a su cómplice de adulterio y ha iniciado un divorcio. Segundo, tu cónyuge no está
dispuesto a vivir en un matrimonio donde el pecado sexual está ausente y abandona el
matrimonio para tener «libertad». En cualquier caso, eres moralmente libre ante Dios para
aceptar la elección de tu cónyuge sin ningún sentimiento de condena (1 Corintios 7:12-16).

Hay dos escenarios más difíciles en los que las opciones son menos claras. Primero, ¿qué pasa
si tu cónyuge no ha cometido adulterio físico, pero se niega a dejar o continuamente cede al
pecado sexual: pornografía o aventuras emocionales?

Lee Mateo 5:21-30. La pregunta en torno a la pornografía, los asuntos emocionales y el


divorcio es: ¿las palabras de Jesús en Mateo 5:27-30 permiten que la lujuria habitual califique
como motivo de divorcio bajo la cláusula de adulterio de Mateo 19:1-12? Mirando el Sermón
del Monte en su conjunto, tendríamos que concluir que, si Jesús tenía la intención de permitir
la consecuencia legal del divorcio por lujuria, entonces Jesús también tenía la intención de
permitir la consecuencia legal de la pena capital por arrebatos degradantes de ira (v. 22). No
es contextualmente factible que Jesús quisiera abordar las consecuencias legales de los
pecados del corazón. Jesús estaba diciendo cuán seriamente se debe tomar el pecado y a qué
nivel luchar contra él.

El cónyuge cuya pareja se dedica a la pornografía o al pecado sexual de forma perpetua o


desafiante tendría dos opciones. En primer lugar:

123
● Elegir vivir con tu cónyuge sin participar en su pecado y buscar ganarlo de regreso para
Dios a través de tu ejemplo de carácter piadoso y amor desinteresado (1 Pedro 3:1-7).
● Estar separado de tu cónyuge con el propósito de reforzar la gravedad de su pecado
sexual, pero no buscar el divorcio. Si eliges esta opción en esta etapa del proceso, debes
(a) estar preparado para una separación indefinida y (b) tener una expectativa clara de
lo que pondría fin a la separación. Esta opción no se recomienda sin consultar a los
ancianos de tu iglesia o al personal pastoral.
En segundo lugar: ¿qué pasa si tu cónyuge está arrepentido y has tratado de superar tus
heridas, pero te resulta más doloroso de lo que estás dispuesto a soportar al permanecer
casado? En este caso, preguntamos: ¿existe un estatuto de limitaciones en la cláusula de
divorcio de Mateo 19?, ¿caduca tu libertad bíblica para elegir el divorcio? Ahora estamos
haciendo una pregunta sobre la cual la Escritura no habla directamente. No hay razón para
asumir que la cláusula de divorcio expira. Dicho esto, el cónyuge que cree que su dolor es
demasiado grande para permanecer casado, tendría dos opciones:
● Elegir permanecer casado y continuar orando para que Dios traiga un nivel de sanidad
y restauración a tu dolor y que el matrimonio pueda ser una relación agradable.
● Elegir buscar el divorcio con la libertad que brindan las Escrituras. Si eliges esta opción,
se recomienda, con base en Marcos 10: 1-12, que ninguno de los cónyuges piense: me
voy de este matrimonio para poder empezar de nuevo en un nuevo matrimonio.

124
Conversaciones de ánimo para IDENTIFICAR LAS METAS que te permiten luchar contra el
impacto de tu sufrimiento
Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las
haga abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso
de pérdida o dolor.

• ¿Te has comprometido a perdonar y has evaluado dónde te encuentras


actualmente en la progresión de confianza?
• ¿Has realizado una evaluación completa y precisa de dónde estaba el
matrimonio y su nuevo contexto?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.
• ___________________________________________________________________
• ___________________________________________________________________

125
Capítulo 8
«Viviendo una vida que no esté definida por lo que
estoy superando»
PERSEVERA en la nueva vida e identidad a las que Dios te ha llamado

«Algunos elementos del dolor relacionado con el pecado de mi cónyuge permanecen


[describe] pero me definen cada vez menos. También estoy experimentando más de lo que
Dios tiene para mí. No sabía que la vida podía incluir [lista de experiencias] de nuevo. Ahora
veo que Dios no me ocultaba estas cosas, ni que tampoco yo había perdido el derecho de
tenerlas. Estoy aprendiendo a disfrutar de ellas sin culpa, miedo o cautela. Me he dado
cuenta de que “sano" significa más que la ausencia de dolor o pena. Estoy aprendiendo a
confiar y disfrutar de Dios en el ascenso y descenso de mis circunstancias».

Memoriza: Romanos 5:3-5 (NBLA) «Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y
el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado». Al
memorizar este pasaje reflexiona acerca de estos puntos clave:

● «Gloriamos» – Si lees el pasaje con atención, verás que en realidad te regocijas en el fruto
de las tribulaciones; y no en el dolor.
● «Paciencia… carácter probado… esperanza» – En estas palabras, es probable que puedas
ver la travesía que has recorrido en este estudio.
● «Desilusiona» – Dios es fiel no sólo para redimir el sufrimiento, sino también para eliminar
la vergüenza asociada con el sufrimiento
● «El amor de Dios» – El amor perfecto de un Dios perfecto te permite vivir con el amor
imperfecto de un cónyuge imperfecto.
● «Espíritu Santo» – Este sello (2 Corintios 1:22) del pacto permanente de Dios proporciona
la seguridad para todos los pactos terrenales.

Notas de enseñanza
«Incluso con todos estos factores complejos, abunda la gracia sanadora de Dios. Si ambos
cónyuges se comprometen a restaurar el matrimonio, casi siempre tienen éxito. El trauma a
menudo crea una intimidad más profunda y realista con límites mejor establecidos. La mayor
madurez surge de la crisis que han atravesado». Doug Rosenau en Una celebración del sexo

«Esa noche sucedió en 1993 [libro publicado en 2005]. Ahora podemos decir con absoluta
sinceridad que hemos sanado completamente del adulterio. Nuestro matrimonio es fuerte y

126
mutuamente satisfactorio. Tenemos amor y confianza». Gary y Mona Shriver en Infidelidad:
esperanza y sanidad después del adulterio.

«Una de las pruebas para una relación íntima es responder a la pregunta: ¿Puedo ser yo mismo
en tu presencia? ¿Puedo ser creativo, divertido, vulnerable, productivo, fuerte, débil,
extravagante, tímido o incluso inteligente? ¿Puedo combinar alguna de esas palabras con sexo
y romance? ¿Puedo ser tenaz, indulgente, generoso, espiritual, intuitivo, elegante, torpe,
perezoso, autoindulgente y disciplinado? ¿Me siento como un igual, exitoso, atractivo, animado,
confiable y que me crees? ¿Puedo ser tan competente como es posible y que así mi pareja no
desaparezca? ¿Me siento desafiado? ¿Puedo ser responsable y hacer que mi pareja rinda
cuentas? ¿Está bien cometer un error? ¿Parece realmente importante nuestro tiempo juntos?»
Stephanie Carnes en Mending a Shattered Heart (traducido como «Reparando un corazón
destrozado»)

«El perdón es una dirección que estás tomando. Sigue caminando hacia él». Gary y Mona Shriver
en Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio

Aplicación personal
En esta etapa del proceso se puede sentir un alivio aterrador al no estar lidiando activamente
con un problema o estar controlando constantemente emociones poderosas. Después de una
temporada de estar siempre en guardia, vigilante y tener que estar al tanto de las cosas, puede
ser inquietante estar relajado. Eso es lo que puedes experimentar cada vez más en este paso:
sentirte cómodo y relajado nuevamente.

Hasta que no te sientas cómodo estando relajado, estarás viviendo los efectos de estar en modo
hipervigilante del pecado de tu cónyuge. La hipervigilancia es una respuesta común a un evento
muy perturbador como la traición de tu cónyuge. En este capítulo consideraremos tres aspectos.

1. Indicadores de una nueva normalidad: Estos elementos son indicadores de que tu


recuperación personal y la restauración matrimonial (si es posible) se están acercando a
una resolución saludable. Recuerda que la conclusión de la restauración matrimonial es
el comienzo del enriquecimiento matrimonial.

127
2. Armando tu nueva historia: Éste es el paso final en la parte narrativa de la recuperación
personal. Si bien tus emociones aún pueden subir y bajar, en este punto el
procesamiento de esas variaciones será un repaso de los pasos anteriores en lugar de el
comienzo de un nuevo proceso.

3. Preparación para la transición: Parte de sentir ese alivio aterrador del paso de
perseverancia es pasar de un estudio formal que ayude a las relaciones a volver a la vida
normal y el discipulado. Esta sección te ayudará a prepararte para esa transición y a
minimizar los efectos inquietantes de estar por su cuenta otra vez (que no deberían estar
por su cuenta, ahora pueden pertenecer a un grupo pequeño y ya no depender de la
relación de consejería).
Indicadores de una nueva normalidad
Resiste la tentación de leer los siguientes diez elementos como una lista de tareas pendientes.
No tienes que seguir una serie de pasos para recuperar estas cosas, más bien irán regresando a
medida que procesas tu experiencia de una manera saludable. Mientras lees la lista, marca con
un asterisco (*) las cosas que ya estás experimentando. Deja que esto sea un aliciente para ti
acerca de la fidelidad de Dios para lograr aquellas cosas que quizá aún no estés percibiendo.
Pide a los miembros de tu red de apoyo que oren por los elementos que aún no puedes marcar.

No se incluyen en esta lista, pero son muy relevantes, las últimas etapas del desarrollo de la
confianza del capítulo siete. Puedes incluir en esta lista, los elementos del desarrollo de la
confianza que comienzan con los verbos compartir, confiar y relajarse (números 4-10).
1. El nivel de energía vuelve a la normalidad: El trauma de enterarte del pecado sexual
de tu cónyuge causa estragos en tus niveles de energía. El miedo y la ira crean picos
artificiales de energía y luego pueden dejarte aniquilado durante horas o días. La
depresión y una sensación de desesperanza pueden minar tu motivación y hacer que te
sientas como si estuvieras pisando brea. Darte cuenta de lo que has descuidado mientras
estabas deprimido, te da una sacudida de energía que te lleva a ponerte al día con el
resto de la vida. A medida que alcanzas la nueva normalidad, estas variaciones deberían
ser menos intensas y menos frecuentes.

Lee Isaías 40:27-31. Es probable que te hayas sentido ignorado por Dios (v. 27) y esto se
sumó al agotamiento (v. 30), pero tú has esperado fielmente en Dios y estás
experimentando Su renovación (v. 31). Es después de experiencias como el trauma que te
das cuenta de que tu nivel de energía es un regalo de Dios. A menudo lo das por sentado
como tuyo, pero incluso en tu mejor época (v. 30) puedes ser consumido por una vida sin
Dios.

2. La toma de decisiones se vuelve más fácil: Si el pecado sexual de tu cónyuge era de


conocimiento público, tenías que intentar tomar decisiones con un coro de opiniones
variadas dándote consejos. Si el pecado sexual de tu cónyuge era privado, tenías que

128
intentar tomar decisiones sin que nadie supiera a qué te enfrentabas realmente. Cada
interacción con tu cónyuge hizo que te preguntaras si estabas siendo demasiado duro o
demasiado indulgente. Las decisiones del día a día se tomaron sin pensarlo mucho
porque tu dolor-miedo-ira ocupaba la mayor parte de tu procesamiento cognitivo. Ahora
que los ritmos de vida están regresando, las decisiones cotidianas y únicas están
recuperando su peso nuevamente.

Lee Isaías 46:3-4. Es en la realidad de este pasaje que existe una clara y sabia toma de
decisiones. Durante la experiencia del trauma, obtienes una experiencia en primera
persona de las promesas de Dios, «sostendré... cuidaré... libraré... (v. 4)» y te das cuenta
de lo mucho que esto ha estado sucediendo desde tu nacimiento (v. 3) y desde el día en
que te enteraste del pecado de tu cónyuge. La conciencia permanente del cuidado y la
guía de Dios proporciona la base para una buena toma de decisiones. Ya no te sientes
obligado a compensar con tu esfuerzo las cosas que ya son tuyas en Cristo. Además,
habiendo llegado a este conocimiento a través del sufrimiento, te conoces mejor y eres
capaz de tomar decisiones más claramente dentro de las pasiones e intereses con los
que Dios te creó (Salmo 37:4).

3. El apetito y el ciclo de sueño vuelven a la normalidad: Después de enterarte del pecado


sexual de tu cónyuge, la comida y el sueño se convierten en fuentes de consuelo, ya sea
como un escape o como formas de cuidado personal desatendidas debido a los efectos
perpetuos de estar molesto. Incluso cuando experimentas estas necesidades básicas de
la vida, no puedes disfrutarlas. Los dones diarios de cuidado y provisión de Dios se
transformaron en distracciones o ilusiones durante tu tiempo de trauma. Ahora puedes
comenzar a disfrutarlos nuevamente como Dios quiso que fueran; recordatorios diarios
de Su amor.

Lee Salmos 4:6-8. Después de un trauma, eres como los que hicieron la pregunta del
versículo 6. Ahora, das el testimonio de los versículos 7 y 8. Disfrutar de una buena
comida y la capacidad de disfrutar de un buen sueño son bendiciones muy dependientes
de Dios. Ahora puedes saborearlas porque su propósito siempre fue ese. Los versículos 7
y 8 serían buenos pasajes para memorizar y usar en tus oraciones antes de las comidas y
antes de dormir.

4. El sentido del humor regresa: Con frecuencia, después del pecado sexual de tu
cónyuge, tu sentido del humor se contamina con cinismo y sarcasmo. Te ríes de la
esperanza y alegría en vez de con esperanza y alegría. Para que tu nueva normalidad sea
saludable no debe llevar consigo el escepticismo del humor hastiado. Un sentido del
humor honroso es una indicación de que la redención de Dios está echando raíces
profundas en tu vida.

Lee Efesios 4:29. No debes olvidar que este versículo se aplica tanto a las bromas como

129
a tus argumentos. Una de las formas en que hablas de una manera constructiva es a
través de un sentido del humor que honra a la persona con la que estás hablando y
revela que tienes esperanza en el futuro.

5. Juegan juntos en pareja: El arrepentimiento y la recuperación son gratificantes, pero


no divertidos. El arduo trabajo de la restauración del matrimonio puede ser desgastante
para el matrimonio de formas distintas al daño causado por el pecado original. Pasar
semanas y meses erradicando el pecado y procesando el dolor, significa que no pasan
ese tiempo disfrutando el uno del otro. Esto afecta negativamente al matrimonio.
Durante el arrepentimiento y la recuperación, un carácter juguetón se siente fuera de
lugar (muchas veces sí lo está). A medida que entras a tu nueva normalidad, este
carácter juguetón debe regresar y es bueno abrazarlo sin culpa.

Lee Sofonías 3:14-20. Ésta es una imagen de cómo Dios responde a su novia cuando se
restaura su relación. Si algo se destaca en este pasaje, es que ésta es una ocasión alegre.
Tanto Dios como Su esposa se divierten a pesar de la vergonzosa experiencia por la que
han pasado (v. 19). Un carácter juguetón es vulnerable, pero Dios modela el colmo de la
vulnerabilidad en una relación restaurada cuando devuelve su reputación a las manos
de Israel, su otrora novia descarriada (v. 20).

6. Comienza a hacer planes para el futuro: La planificación requiere un grado de certeza


razonable. Las mentiras que rodean el pecado sexual eliminaron esta certeza razonable
tanto o más que el pecado sexual en sí. Pasaste mucho tiempo tratando de reaprender
tu pasado; prepararte para el futuro era un lujo que no te sentías capaz de realizar. Ahora
la certeza razonable ha regresado y eres lo suficientemente humilde como para
aceptarla por lo que es. El orgullo de un futuro asumido, que hace que el pecado de hoy
parezca menos peligroso, se ha ido. Pero la esperanza de un buen mañana hace que la
posibilidad de planificar sea un ejercicio agradable para afirmar tu compromiso con el
matrimonio.

Lee Proverbios 12:20. Este versículo contrasta el engaño con la planificación de la paz.
Su contexto es único para comprender este proverbio. Estás saliendo de experimentar
el impacto del engaño y entrando en la alegría que proviene de poder planificar la paz.
Alaba a Dios por el lugar en el que te encuentras en esta jornada y ora para que Él te dé

130
sabiduría y protección para permanecer en este viaje «angosto y estrecho» (Mateo 7:13-
14).

7. Aquello que desencadena tus recuerdos es menos intenso: Es posible que todavía
odies cada escena de una película, libro o programa de televisión que romantice el
pecado sexual, pero el odio puede comenzar a convertirse en un odio moral en lugar de
un odio de autodefensa. Es posible que aún te sientas incómodo cuando tu cónyuge llega
tarde a casa o te habla de perder el tiempo en la computadora, pero ahora estos son
sentimientos que te pertenecen en lugar de que tú pertenezcas a ellos. La vida ya no
parece una trampa emocional esperando explotar bajo tus pies. Te das cuenta de que
es raro que las cosas te molesten, en lugar de sorprenderte cuando algo no te molesta.

Lee Filipenses 3:12-16. Este pasaje a menudo se aplica incorrectamente. Pablo no está
estableciendo un principio de olvidar el pasado o vivir en negación sobre eventos
dolorosos. En Filipenses 4:9 Pablo le pide a esta iglesia que recuerde cómo manejó sus
experiencias desagradables de ansiedad mientras estaba con ellos. En Filipenses 4:12
Pablo recuerda haber sido abatido y estar hambriento o necesitado. El principio es que el
dolor de tu pasado no debe convertirse en un bloqueo mental para perseguir la misión
de tu futuro. En esta etapa del proceso deberías empezar a sentir ese cambio de
perspectiva dentro de tu propio corazón.

8. Ves personas del mismo sexo con naturalidad: El pecado sexual no sólo afecta la visión
de tu cónyuge del sexo opuesto (atracción pecaminosa), sino que también afecta tu
visión de los miembros de tu género (amenaza marital). Notas que competías por la
atención y el afecto de tu cónyuge incluso cuando no te dabas cuenta, por lo que durante
un tiempo cada miembro de tu género puede haberse sentido como un competidor.
Este puede ser uno de los aspectos que emerge más lento en la nueva normalidad
saludable. Pero a medida que tu matrimonio se recupere, comenzarás a descansar en el
hecho de que la atención y el afecto son cosas que tu cónyuge debe dar, no cosas que
tú debes ganar.
Lee 1 Timoteo 5:1-2. Este pasaje se usa generalmente para enseñarte a honrar a los
ancianos o expresar pureza hacia todas las personas (ambas son aplicaciones correctas).
Pero a la luz de tus circunstancias, también es instructivo sobre cómo ves a los miembros
de tu mismo género que pueden darte inseguridad. Para que tu matrimonio sea
saludable, tanto tú como tu cónyuge deben aprender a ver a los miembros de tu género
como familia (sexualmente irrelevantes, con toda pureza).
9. Estar dispuesto a usar tu experiencia para ayudar a otros: Éste es un gran indicador de
cambio en la nueva normalidad. Hasta ahora, la vida ha consistido en esconderte
(exposición antes del pecado) y sanar (exposición después del pecado), lo cual parece lo
contrario a compartir en beneficio de los demás. Éste eres tú en la transición del rol de

131
ayuda al rol de ayudante; no sobre la base de tu pericia, sino de tu propia experiencia.
Contar humildemente tu historia sobre la fidelidad de Dios, puede ser una fuente de
esperanza para aquellos que han perdido todo sentido de esperanza y se preguntan si su
vida se ha vuelto demasiado oscura para conocer la bendición de ver la luz de nuevo. En
el capítulo nueve, considerarás varios ejercicios de lluvia de ideas para ayudarte a
considerar qué expresiones podrías tomar.
Lee 2 Corintios 1:3-5. ¿Recuerdas haber pensado: ojalá conociera a alguien que haya
pasado por esto, que haya visto su matrimonio restaurado y me hablara sobre ello?
Antes de continuar con esa pregunta, Nota el lapso de tiempo implícito en este pasaje.
Dios te consuela. Es Padre de misericordias y Dios de todo consuelo en cualquier
aflicción que enfrentes. Haz pausas, no establezcas un horario fijo durante todo el
tiempo que dure esta parte del proceso para que puedas dar testimonio del consuelo
de Dios a los demás en cualquier aflicción que enfrenten. La pausa es esencial para la
comodidad. Si piensas que Dios te ha puesto un límite de tiempo para obtener una
devolución de su inversión en la comodidad en ti, entonces no sentirías que tienes
mucho consuelo que ofrecer. Una vez que experimentes la paciencia de Dios antes del
para qué (v. 4) comienza a compartir abundantemente el consuelo de Cristo (v. 5).

10. Sentir que prevalece la bondad y la fidelidad de Dios: El dolor tiene una forma
de hacer que Dios parezca lejano. Incluso Jesús experimentó este sentimiento de
la ausencia de Dios durante un gran dolor (Mateo 27:46). La sabiduría que trae el
dolor es que te muestra que Dios estaba cerca y activo incluso en tu hora más
oscura. Tu capacidad de confianza en Dios aumenta enormemente una vez que
ves que Él nunca se fue. Este conocimiento de la fidelidad de Dios ahora tiene una
influencia que cambia la perspectiva acerca de los problemas futuros que
enfrentas.
Lee Salmos 34:18-22. Lee estos versículos como testimonio. Los Salmos están
destinados a ser cánticos de adoración que captan la historia del pueblo de Dios y
celebran el carácter inmutable de Dios y Su actividad en tu vida. Permite que el
recuerdo de cómo habías dudado de estos versículos haga que su verdad sea aún
más dulce y segura al adorar a Dios con ellos.

Armando tu nueva historia


Es en este punto de tu travesía, con la nueva normalidad asentándose, que puedes ver cómo tu
historia se une nuevamente a una narrativa única y significativa. Esto no significa descifrar la
razón por la que tu matrimonio ha pasado por lo que pasó, sino entender los pedazos de tu
vida, incluyendo tu lucha emocional, como partes de una historia más grande y redentora.

Vuelve a las cinco preguntas que examinaste en el capítulo seis. Utiliza el siguiente cuadro para
reflexionar sobre cómo ha cambiado la narrativa más amplia en la que procesas tu trauma. En
la columna de la izquierda, resume cómo habrías respondido a cada pregunta antes de este

132
estudio. Es probable que completes la totalidad de la columna izquierda antes de reflexionar
sobre cómo estás abordando cada pregunta ahora; que es lo que pones en la columna de la
derecha. Esto debería proporcionarte una mejor idea de cómo ha cambiado la narrativa de tu
vida en general.
Si hay verdades, experiencias o prácticas particulares que han sido más útiles para reforzar el
tipo de cambio narrativo representado en cada pregunta, regístralas también. Esto permitirá
que este registro te recuerde no sólo lo que Dios te ha enseñado, sino cómo ha hecho que
estas lecciones cobren vida y permanezcan afianzadas a tu vida.

Antes de este estudio Después de este estudio


1. ¿Quién soy yo ahora?

2. ¿Quién es mi cónyuge ahora?

3. ¿Quién y dónde está Dios?

133
4. ¿Qué es el pecado?

5. ¿Vale la pena el dolor que viene con el amor?

Prepárate para la transición


Asegúrate de pertenecer a un grupo pequeño. La confianza toma tiempo. Tu grupo pequeño
o tu mentor te darán la confianza para que avances a un ministerio más regular en el cuerpo de
Cristo. El primer lugar donde esto ocurre es en grupos pequeños en la iglesia. Las lecciones
(cognitivas y emocionales) que Dios te ha enseñado en el transcurso de este estudio han
mejorado, protegido y aplicado, en gran parte, a causa de las relaciones a través de las cuales
aprendiste. Lo mismo sucede con las lecciones siguientes (y todas las demás) que Dios tenga
para ti.
Por esta razón, si todavía no lo has hecho, es sabio que empieces a conectarte con un grupo
pequeño. Si necesitas ayuda para identificar cuál grupo pequeño sería adecuado para ti,
convérsalo con tu mentor o con el pastor de tu iglesia.

Aprender sobre rendición de cuentas y exhortación en una escala más amplia.


Probablemente, estudiar este material con otra persona, fue tu primera oportunidad de
experimentar una continua rendición de cuentas y exhortación dentro de un ambiente cristiano.
La rendición de cuentas no es sólo para las luchas que dominan nuestra vida. Es parte de cómo
Dios define lo que es saludable. Las personas malsanas son las que no tienen relaciones donde
pueden ser honestas acerca de sus luchas, las que no buscan rendir cuentas, ni ser exhortadas.

Hasta ahora estabas en un grupo o en una relación de mentoría que se enfocaba


primordialmente en trauma. Quizá pasarás a un grupo pequeño en tu iglesia y te preguntas
cómo será ahora esa rendición de cuentas y exhortación. Los siete puntos que se encuentran a
continuación tienen el propósito de guiarte para que sepas el tipo de relaciones que buscas
formar con tu grupo pequeño.

1. Voluntaria – La rendición de cuentas no es algo que tienes, es algo que haces. Debes
exponerte para que puedas beneficiarte de la relación. Lo que se espera es que la
experiencia positiva que has tenido al estudiar este material te anime a seguir siendo
transparente y vulnerable.

134
2. En confianza – La(s) otra(s) persona(s) es(son) alguien en quien(es) confías, admiras la
integridad de su carácter y crees que tiene(n) buen criterio. Unirte a un grupo pequeño
lo más pronto posible, te permitirá desarrollar esta confianza o una relación de mentoría.

3. Mutua – Las relaciones que son de una sola vía no suelen durar mucho. En el grupo
pequeño oirás sobre las debilidades y luchas de otras personas, al mismo tiempo que
compartes las tuyas. Ayudarás a llevar sus cargas al mismo tiempo que ellos te ayudan a
llevar las tuyas (Gálatas 6:1-2).

4. Planificada – La rendición de cuentas que no es planificada tiende a extinguirse. Por este


motivo los grupos pequeños que se reúnen semanalmente son el lugar ideal para que se
lleve a cabo la rendición de cuentas. Todos saben cuándo será la reunión y tienen la
expectativa compartida de cómo empezarán las conversaciones en las que se rendirán
cuentas.

5. Relacional – Quieres que el crecimiento espiritual se convierta en un estilo de vida, no en


un evento. Esto significa que la rendición de cuentas es parte de tus conversaciones
cotidianas, no sólo como algo que haces en una reunión semanal. Eso implica que habrá
veces en que rindes cuentas sin siquiera darte cuenta.

6. Completa – La rendición de cuentas que se enfoca exclusivamente en un tema tiende a


volverse repetitiva y se extingue. También tiende a reducir el «éxito» de confiar en Dios
en una sola área de la vida.

7. Alentadora – Con mucha frecuencia la expresión «rendición de cuentas» lleva la


connotación de «cacería de pecados». Cuando ese es el caso, se percibe como si la
rendición de cuentas sólo funcionara cuando es negativa. Sin embargo, una rendición de
cuentas que perdura celebra el crecimiento en el carácter con el mismo fervor con el que
trabaja en las fallas del carácter. Esto significa que nos hacemos preguntas unos a otros
acerca del desaliento y de nuestras tentaciones.

Arma un plan para un estudio en el futuro. Caminamos hacia adelante. Caemos hacia atrás.
Por algún tiempo has sido parte de un proceso intencional y estructurado. Si antes de salir de
esa estructura, no tienes un plan para profundizar continuamente en tu entendimiento de la
Escritura y aplicarla a las dificultades de la vida, tendrás un retroceso. Efesios 5:15-16 nos llama
a la intencionalidad porque reconoce que tiempo menos dirección es igual a deterioro, no a
sanidad.

Este manual está lleno de estudios bíblicos devocionales. Si no has tomado el tiempo de leer los
pasajes y reflexionar en los pensamientos devocionales y preguntas que los acompañan,
considera usarlos como una guía para leer la Biblia diariamente. Esta será una manera de

135
reforzar lo que has aprendido en este manual y fortalecer las bases bíblicas de lo que has
aprendido.

El manual «Identidad y Confianza» que puedes encontrar en www.proyectocoramdeo.com (en


inglés: «Finding Your Identity, Security, and Confidence in Christ» en bradhambrick.com/identity)
también es una excelente manera de continuar y fortalecer tu progreso.

Haz un plan formal de transición. Pon por escrito tu plan de transición. Enumera las prácticas
importantes que hayas iniciado en este estudio y que necesitas mantener. Escribe cuáles son las
posibles «banderas amarillas» de advertencia (no esperes llegar a las rojas) que necesitas tratar
con seriedad, si llegaran a aparecer.

Revisa tu plan con tu grupo pequeño o tu mentor. Recibe sus sugerencias acerca de lo que
deberías agregar al plan. Consulta con ellos para decidir cuáles aspectos de esa lista deberías
incluir en la conversación de rendición de cuentas con tu nuevo grupo pequeño.

Conversaciones de ánimo para PERSEVERAR


Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de pérdida
o dolor.
• ¿Has mostrado una cantidad significativa de características de la nueva normalidad?
• ¿Estás empezando a ser capaz de hablar acerca de los acontecimientos más recientes de
tu vida con Dios como el personaje principal de tu historia?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

Con cada paso te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento


a tu compañero de ánimo.
• ____________________________________________________________________
• ____________________________________________________________________

136
Capítulo 9
«Soñando y yendo tras los sueños de nuevo»
EJERCE MAYORDOMÍA en toda tu vida para la gloria de Dios

«Dios me ha mostrado tanta gracia; gracia más grande que mi dolor. Estoy aprendiendo lo
que significa vivir mi nueva identidad en Cristo. Eso me ha llevado a preguntarme cómo
puedo ser un conducto de la gracia de Dios hacia otros. Conforme he buscado a Dios,
examinado mi vida y consultado con otros creyentes, pienso que esto [describe] es lo que
para mí significa ser un mayordomo de la gracia de Dios».

Memoriza: 1 Pedro 4:19 (NBLA) «Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien». Al memorizar este pasaje, reflexiona
acerca de estos puntos clave:

● «Los que sufren» ̶ Este pasaje aplicará a muchas personas, en varias ocasiones, a lo largo
de su vida.
● «La voluntad de Dios» ̶ Esperamos que en este momento de tu proceso puedas leer esto
sin entenderlo como un castigo de Dios.
● «Encomienden sus almas» ̶ La vida es una elección entre confiar tu alma a Dios o buscar
protegerte a ti mismo.
● «Al fiel Creador» ̶ Si llegaste hasta este punto en el estudio, tienes muchas evidencias de
la fidelidad de Dios.
● «Haciendo el bien» ̶ Sin volver a tener un sentido de misión-propósito, el sufrimiento
drenaría tu vitalidad para enfrentar la vida.

Notas de enseñanza

Ejercer mayordomía en algo significa usarlo para la finalidad para la que Dios la creó. Es
importante recordar que estamos hablando de ejercer mayordomía en la vida de la persona en
general, no en el pecado específicamente.

Ser un testimonio vivo del poder transformador de la gracia de Dios, puede sentirse como estar
expuesto. Debes estar dispuesto, cuando sea apropiado, a compartir lo que Dios ha hecho por ti.
Para muchos que experimentan sufrimiento, esto será difícil; no porque ellos no saben apreciar,
sino porque compartir la gracia de Dios también implica compartir su sufrimiento.

La vulnerabilidad es la disposición de tomar el riesgo de poner sobre la mesa cualquier evento,


creencia, preferencia, interés o emoción de tu vida cuando es útil para glorificar a Dios, motivando
a otro creyente, permitiendo que otro creyente te motive o evangelizando a un no creyente. Es

137
en esta disposición que yace la vida de autenticidad en las relaciones, y les permite disfrutarse
mutuamente, enriquecerse mutuamente y moldear juntos el carácter.

«Amar es ser vulnerable. Ama algo y tu corazón ciertamente será exprimido y posiblemente roto.
Si quieres asegurarte de mantener tu corazón intacto, no debes dárselo a nadie, ni siquiera a un
animal. Envuélvelo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños gustos, evita todas las
interacciones, guárdalo a salvo en el ataúd de tu egoísmo. Pero en ese ataúd seguro, oscuro,
quieto, eso cambiará. Tu corazón no estará roto; se volverá irrompible, impenetrable, irredimible.
La alternativa a la tragedia, o al menos al riesgo de la tragedia, es la condenación. El único lugar,
además del cielo, donde puedes estar perfectamente seguro de todos los peligros y las
perturbaciones del amor, es el infierno». C. S. Lewis en Los cuatro amores

Aplicación personal

Sería fácil desear que este estudio, como esta etapa en tu vida, simplemente terminaran. Pero
este estudio, como tu vida, tiene al menos un capítulo más (y varios apéndices) por delante.
Cuando te esfuerzas mucho, como seguramente lo has hecho, en pasar a través de algo, puede
ser fácil olvidar de que hay algo más adelante. El hecho de que Dios te ha traído hasta este punto,
debería ser evidencia suficiente de que Él tiene más para ti y más para hacer a través de ti.

Tú escribirás la mayoría de este capítulo, pues es en tu vida en la que estás ejerciendo mayordomía
para la gloria de Dios. Nadie más que tú puede escribir este capítulo. Te damos nueve preguntas
a través de las cuales evalúes tu vida y determines dónde quiere Dios que le sirvas ahora y dónde
quiere Él prepararte para que le sirvas en el futuro.

Lee Lucas 11:24-26. Esta es una terrible advertencia acerca de usar el sufrimiento como consuelo
cuando ese consuelo no resulta en servir a los propósitos que Dios tiene para tu vida. El consuelo
por sí mismo no satisface el corazón humano. Cuando falta una misión, la vida no tiene propósito.
Esta falta de propósito, a menudo se experimenta como depresión. Cuando la depresión se
establece después de hacer todo lo que sabes para procesar un reto de vida en particular,
empiezas a pensar que no hay esperanza. Si pierdes la esperanza, entonces verdaderamente tu
estado final es peor que el primero.

Lee Efesios 2:8-10. En este estudio has viajado a través del evangelio (v.8-9) hasta las buenas
obras (v.10). Los nueve pasos son solamente el evangelio en cámara lenta. No es que ahora te
salgas del evangelio para hacer buenas obras, sino que cultivas los frutos del evangelio. Pablo decía
que hay buenas obras que Dios ha preparado para cada creyente y deben definir su vida diaria
(andar en ellas) (v.10). Esto debería darte la esperanza para las preguntas que te serán hechas en
este capítulo. Tienes la confianza que viene de las promesas en las Escritura, que Dios ha diseñado
para tu vida y quiere que sepas cuáles son.

Mientras lees las respuestas a las nueve preguntas, recuerda la paciencia y el tiempo de Dios.
Habrá algunos aspectos del diseño de Dios con los que podrás comprometerte de inmediato. Pero

138
también habrá maneras en que quieras servirle a Dios que requerirán que madures más o que
estés mejor equipado antes de estar preparado para llevarlas a cabo. Lo principal es que
comiences a tener una visión para la vida que involucre ser un siervo de Dios, activo y
comprometido con esa visión para la que actualmente estás equipado.

1. ¿Estoy dispuesto a comprometer mi vida a lo que sea que Dios me pida? Si tu respuesta es
«no», no puedes continuar, ya que perjudicará las respuestas que das a las preguntas
subsecuentes. No te pierdas en la culpa o finjas que tu respuesta es «sí» (ambas respuestas te
llevarán de regreso al pecado). En lugar de eso, identifica los obstáculos. ¿Qué aspecto de tu
historia de sufrimiento hace que este sacrificio parezca muy arriesgado (capítulo cuatro)?
¿Hay algunas cosas específicas que creas que Dios te está pidiendo? Asegúrate de registrar tus
pensamientos en esta pregunta antes de reflexionar en las preguntas siguientes.

2. ¿He descuidado roles en los que Dios me ha puesto? La primera parte de ser un buen
mayordomo de tu propia vida es realizar tu rol primario con excelencia. Cuando Pablo dice en
Efesios 5:17 que debemos entender cuál es la voluntad del Señor, continúa describiendo el diseño
de Dios sobre los principales roles de vida (cónyuge, padre, hijo y trabajador en 5:22-6:9).

3. ¿Cuáles son mis dones espirituales? La mayordomía de tu vida para la gloria de Dios involucra
que utilices los dones espirituales que Dios te ha dado. Dones espirituales dados por Dios que
coincidan con el llamado que Él ha puesto en la vida individual de cada uno. Lee Romanos 12:1-8
y 1 Corintios 12:1-30. Si necesitas más ayuda discerniendo esto, habla con un pastor para hacer
un inventario de dones espirituales.

4. ¿Por qué grupo de personas (edad, problema, carrera, etnia, etc.) tengo carga? Desde el
pacto más antiguo de Dios con Su pueblo, Su intención era bendecirte para que pudieras bendecir
a otros (Génesis 12:2). Al invertir tu vida en aquellos por los que tienes carga, te permite tener
otra mentalidad y encontrar alegría en eso.

5. ¿Qué es lo que me apasiona? En este punto de la evaluación de mayordomía, puedes ver el


Salmo 37:3-8 cumplirse en tu vida. Hay un nivel de vulnerabilidad involucrado en ser apasionado
otra vez, pero permítete expresar fe en Dios a través de esta vulnerabilidad y busca la vida que Él
tiene para ti.

6. ¿Con qué habilidades o talentos me ha bendecido Dios? Estos no tienen que ser dones
espirituales. Lee la increíble descripción de habilidades que Dios le dio a Bezalel y cómo usó esas
habilidades para servir a Dios (Éxodo 3:1-11). Piensa qué habilidades y experiencias has acumulado
en tu vida.

7. ¿Cuáles son mis experiencias de vida únicas? Debes enlistar tanto tus experiencias placenteras
como las que no lo son. A veces puedes ser tentado a pensar que Dios solamente puede usar las
experiencias buenas o espirituales de tu vida. Dios se alegra de usar tus éxitos (Mateo 5:16), pero
también se deleita en desplegar Su gracia transformando tus debilidades para Su gloria (2 Corintios
1:3-5).

139
8. ¿En qué punto se encuentran mis talentos y pasiones con las necesidades de mi iglesia y de
mi comunidad? Debes buscar que la mayordomía de tu vida esté en cooperación con tu iglesia
local. El camino por el cual Dios bendice y hace madurar a aquellos que le sirven es a través del
Cuerpo de Cristo, la iglesia. Al identificar dónde tus dones, cargas, pasiones y habilidades se ajustan
con o expanden los ministerios de tu iglesia, estás maximizando el impacto de servicio que puedes
tener en aquellos que buscas bendecir y te estás protegiendo del desánimo que viene con el
aislamiento.

9. ¿Cómo quiere Dios que reúna estas cosas para glorificarlo? Esta no es una pregunta más, es
una pregunta que resume las demás. Vuelve a ver lo que ya has escrito. Habla sobre esto con
amigos cristianos, familia, tu mentor o pastor. Dedica un tiempo de oración para pedirle a Dios
que te dé dirección. Luego comienza a servir de manera que seas mayordomo de tu vida para la
gloria de Dios.

“Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia”. Mateo 5:7

Conversaciones de ánimo para EJERCER MAYORDOMIA en tu vida


Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que pueda conocer tu situación y animarte en tu proceso de pérdida o
dolor.

• ¿Hay cambios necesarios que has omitido que harían que no fuese sabio terminar
este estudio?
• ¿Has demostrado una cantidad significativa de características de la nueva
normalidad que evidencian que estás listo para terminar?
• ¿Te estás cuidando a ti mismo de las seis formas que se enumeran en Cuídate
físicamente en el capítulo uno?

140
Apéndice A
¿Cómo llevar a cabo una intervención para el pecado sexual?
Una intervención es una confrontación grupal que a menudo se usa como último recurso cuando
un individuo es consumido por una lucha por la libertad de la vida en pecado, pero no admite que
el pecado está presente. Para los propósitos de este estudio, la lucha que domina la vida en este
caso es el adulterio o la pornografía.

Antes de que se lleve a cabo una intervención, ya deberías haber enfrentado el pecado sexual en
la vida de tu cónyuge en múltiples ocasiones (Mateo 18:15). En la mayoría de los casos, es
aconsejable que amigos, el líder del grupo pequeño o el pastor, hayan iniciado conversaciones
acerca del pecado sexual con el cónyuge que provoca la ofensa.

Si tu cónyuge no se arrepiente o no reconoce hechos concretos, entonces una intervención es un


lenguaje moderno para dar lugar al segundo paso, la disciplina de la iglesia (Mateo 18:16). Incluso
si tu cónyuge no es cristiano o no es miembro de una iglesia, este paso se puede tomar, pero no
sería parte de cualquier proceso formal de la iglesia.

«La intervención grupal sigue entonces el mismo proceso que la intervención uno a uno…
Cada participante expresa cuidado e inquietud, proporciona evidencia, articula el impacto
que las conductas sexuales han tenido en él personalmente, define límites, establece
consecuencias y ofrece ayuda. Si el adicto al sexo se resiste a todos estos pasos, los
involucrados no deben asociarse con esa persona. Un cónyuge debe tomar medidas para
separarse del adicto, los amigos deben negarse a socializar con el adicto y la Iglesia debe
impedir que el adicto participe en la Cena del Señor. Rechazar a una persona es
intensamente doloroso para todos, pero es la mejor forma de cuidarlo y lo más honesto
que hacer». Mark Laaser en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual

Lo que sigue es el proceso para guiarte a través del antes, durante y después de la puesta en
escena de una intervención.

Paso 1: Reúne tus hechos


Únicamente debes confrontar a tu cónyuge con la evidencia más sólida. Si mezclas pruebas débiles
y sólidas, tu cónyuge separará la evidencia débil y sentirás que has desacreditado todo el caso.
Debes asumir que tu cónyuge estará a la defensiva. Si hubiera razones para creer que sería
cooperador, entonces la intervención no sería necesaria.

Paso 2: Reúnete con un consejero


Presenta tu evidencia y solicita la confirmación de que ésta es una situación que justifica una
intervención. El consejero también debe poder proporcionarte una lista más adecuada de los
recursos nacionales, locales y de la iglesia que se convertirán en una parte importante del plan de
acción que le propondrás a tu cónyuge en la intervención.

141
Paso 3: Recluta al equipo de intervención
Esto requiere reunir al equipo de intervención, aunque la mayor parte del material se puede
esbozar antes de la reunión. El propósito de la reunión es planificar e informar al equipo de lo que
es una intervención, proporcionando la evidencia que tienes que corrobore la necesidad de la
misma, explicando su función y ensayando la reunión. La intervención debe tener una agenda
escrita que indique cuándo hablará cada persona y el propósito de su intervención. Cada persona
debe tener una copia de la agenda escrita durante la reunión de intervención.

El plan para la reunión de intervención debe incluir:

● Lugar y hora de la intervención: Al final de la reunión de planificación, todos deben saber


cuándo y dónde ocurrirá la intervención. Se deben hacer arreglos para que haya asientos
que acomoden a todos los que estarán presentes para que esos detalles no se conviertan
en puntos de distracción o desacrediten el propósito de la reunión.

● Planea cómo llevar a tu cónyuge a la intervención: Los principales criterios para


determinar el lugar de la intervención son:

(1) ¿Dónde puede llegar el cónyuge infractor sin sospechas?, y…


(2) ¿Dónde puede haber suficiente privacidad para que la incomodidad social no
ahogue el mensaje de la reunión? El hogar del cónyuge suele ser un lugar natural
para que esto ocurra. Habría que hacer arreglos para que los niños se ausenten y
para que el camino de entrada no se llene de automóviles.

● Un plan definido con claridad para empezar la recuperación: Después de consultar con
el consejero, querrás tener un plan en marcha que el cónyuge pecador pueda poner en
práctica de inmediato. Esto puede ayudar a determinar cuándo se planea la intervención.
Si parte del plan implica asistir a un grupo de recuperación y el grupo se reúne los jueves a
las 7:00 de la noche, entonces la intervención debe ser el jueves por la noche a las 6:00
con uno de los miembros del equipo de intervención preparado para asistir a la primera
reunión con el esposo infractor.

Si parte del plan implica reunirse con un consejero, entonces ya debes programar una cita
dentro de las 24 horas posteriores a la intervención y los formularios de admisión deben
estar listos para ser firmados.
Una intervención no debe terminar con una afirmación como «lo pensaré». Una
intervención es una llamada decisiva a la acción. Cualquier cosa que no sea un compromiso
total con el plan de recuperación propuesto debería resultar en la promulgación de
consecuencias predeterminadas (siguiente punto).

● Consecuencias claramente definidas si no coopera: El equipo de intervención no está


sólo para ejercer una influencia positiva de presión de grupo sobre el cónyuge infractor.
También están allí para asegurarse de que, si es necesario, las consecuencias del
incumplimiento se comuniquen claramente y se cumplan.

142
De manera similar al plan de recuperación, la capacidad de promulgar las consecuencias
del incumplimiento debe estar lista para ser promulgada de inmediato. Si las
consecuencias son la separación, entonces es necesario empacar las maletas del cónyuge
infractor y preparar un calendario de visitas con los hijos. Si las consecuencias implican
informar a un empleador, promover la disciplina de la iglesia u otras consecuencias
basadas en la comunicación, entonces la carta ya debe estar escrita.
La presencia del equipo está ahí para comunicar que estas consecuencias no son la
reacción emocional de un cónyuge rechazado, sino la respuesta razonada de un grupo de
personas que se preocupan por el cónyuge y quieren que esté libre de su pecado.

● Programa quién hablará y cuándo: La reunión debe transcurrir sin problemas y no debe
durar más de 30 minutos. El cónyuge infractor no debe sentirse invitado a hablar hasta el
final de la reunión. Las pausas entre partes de la intervención invitarían al cónyuge a
comenzar a refutar cada cosa que se diga.
Cuando el cónyuge infractor entra en la habitación, una persona designada
(preferiblemente el cónyuge ofendido, si tiene la serenidad suficiente para hacerlo con
eficacia) debe agradecerle y decirle: lamento que sea necesario sorprenderte así. He
intentado hablar contigo en persona sobre [pornografía o adulterio] pero no me
escuchaste. Es un problema que no se puede ignorar. Queremos abordarlo contigo. Por
favor siéntate. Cuando hayamos terminado, tendrás oportunidad de responder.

Después de analizar el propósito de la reunión, deberá haberse alcanzado lo siguiente:

a. Dejar evidencia de que existe un problema: Revisa los registros financieros, registros
telefónicos, historial de internet, intercambios de correo electrónico, testimonios de
personas en el trabajo u otras pruebas que revelen la existencia del problema. Si hay
consecuencias verificables que el cónyuge o la familia infractora han experimentado como
resultado del pecado sexual, esas también deben expresarse.

Éste no es el momento de hablar sobre lo hiriente u ofensivo que ha sido el pecado sexual.
No es el momento de hablar sobre cuál será la influencia sobre los niños si el pecado
continúa. Esto daría pie para que los análisis de cosas subjetivas (verdaderas, pero
subjetivas) traten de ser descartadas por una persona de corazón duro con expresiones
como «eres sensible» o «estás exagerando». Esas cosas sólo se pueden discutir de manera
efectiva una vez que ha ocurrido el arrepentimiento.

b. Cada persona comparte: Cada persona presente se turna para expresar su


preocupación por el cónyuge infractor ya que los hechos apuntan a una necesidad
inmediata de cambio. Cada uno de estos tiempos para compartir debe ser breve; de dos a
cinco minutos. Se puede reiterar que quienes están en la intervención no están tomando
partido por el cónyuge ofendido como el cónyuge inocente. Puede que sea necesario
realizar el enriquecimiento matrimonial, pero después de que se abandona el pecado que
rompe el pacto y se realiza la restauración del matrimonio.

143
El mensaje central de estas declaraciones es: te amamos tanto que no podemos guardar
silencio. La situación es demasiado grave para ser pasiva. Estamos aquí para llamarte a
reconocer la verdad, arrepentirte y tomar medidas para ser restaurado por Dios y tu
matrimonio.

c. Llamado a tomar una decisión: La reunión termina con una presentación del plan de
recuperación propuesto por el equipo o las consecuencias si ese plan es rechazado. Tanto
el plan de recuperación como las consecuencias deben expresarse con evidencia visual
clara de que ambos están preparados para ser promulgados. Es en este punto que se invita
al cónyuge infractor a hablar en respuesta a las preguntas: ¿es cierto lo que estamos
diciendo? Si es así, ¿cuál de las opciones que hemos discutido elegirás?

Paso 5: Ensayar la intervención, evaluar los motivos y orar.


Al final de la reunión de planificación de la intervención, es aconsejable ensayar la reunión para
que los miembros del equipo se familiaricen con el ritmo de la misma. Para la mayoría de las
personas, ésta será su primera intervención y crear comodidad con el proceso es importante para
realizarla de manera eficaz.

Una vez que todos sepan lo que está involucrado, hay dos cosas que cada miembro debe hacer en
preparación para la intervención.

Primero, cada miembro debe comprometerse a orar por el cónyuge infractor y la reunión de
intervención. Las estrategias y las reuniones no cambian los corazones. Esa es la obra de Dios, por
lo que se debe orar fervientemente por una intervención. En segundo lugar, cada miembro debe
evaluar sus motivos. Mark Laaser da cuatro áreas de evaluación personal en preparación para una
confrontación personal, que también se aplican bien a una intervención grupal.

«Si estás pensando en enfrentarte solo a un adicto al sexo, primero debes hacer un balance
de ti mismo. Considera estas cuatro preguntas: (1) ¿Puedes confrontar al adicto con un
espíritu de amor y gentileza?... (2) ¿Estás en una relación codependiente con el adicto?...
(3) ¿Tienes tu propia conciencia limpia en esta área?... (4) ¿Podrás seguir adelante con la
intervención?» Mark Laaser en Cómo sanar las heridas de la adicción sexual

Paso 6: Realiza la intervención.


En este punto, simplemente necesitas la valentía para seguir adelante. Una intervención es muy
incómoda para todos los involucrados.

Nadie se siente calificado. Es común pensar que no se han realizado todas las apelaciones que
podrían haberse realizado o que el plan de recuperación y las consecuencias del incumplimiento
son demasiado estrictos/indulgentes. Pero llegaste a este punto gracias al consejo colectivo de
profesionales y amigos que oraron por ti. Mientras la evidencia del pecado sea fuerte, entonces
es prudente seguir adelante a pesar de las segundas conjeturas que surgen naturalmente de
cualquier interacción social tan incómoda.

144
Paso 7: Seguimiento basado en la respuesta del cónyuge.
Los planes viven y mueren más en su ejecución que en su preparación. Si el cónyuge infractor se
arrepiente, entonces es esencial que el equipo de intervención sirva para rendir cuentas y aliento
durante el tiempo en que se promulga el plan de recuperación. Con una respuesta de
arrepentimiento, se debe alentar a la pareja a trabajar en «Falso amor» y «Verdadera traición»
como parte de su proceso de restauración.

Si el cónyuge infractor no se arrepiente, entonces es igualmente esencial que el equipo de


intervención apoye al cónyuge ofendido en la implementación de las consecuencias. En esta
situación, el cónyuge ofendido se enfrentará a intensas emociones de rechazo, ira, culpa y miedo.
El equipo de intervención debe cuidar al cónyuge ofendido mientras experimenta estas oleadas
de emociones. Al mismo tiempo, el equipo debe contactar con regularidad al cónyuge infractor
para recordarle que están orando por él, y animarlo a aceptar el plan de recuperación propuesto.

145
Apéndice B
Cómo hablar con los hijos cuando el pecado sexual afecta a la familia
Escrito por Caroline Van Helm, M.A. y Brand Hambrick, Th.M

Cuando el pecado sexual invade la vida de la familia, cada miembro de la misma es afectado. No
sólo es un impacto a gran escala, sino que el impacto es único sobre cada miembro de la familia.
Las víctimas más inocentes y quienes muchas veces reciben el mínimo cuidado son los hijos.

Los hijos, pequeños y grandes, necesitan honestidad y esperanza durante y después de la crisis.
Los hechos, los cuales deben ser honestamente apropiados a su edad, deben darse de una forma
que sea clara y optimista hasta donde la situación lo permita. Los padres (tanto el que ofende
como el ofendido), tienen el instinto de proteger a los hijos de esta realidad dolorosa y tratan de
hacer las cosas menos dolorosas para ellos.

«Menos doloroso» es una meta apropiada siempre y cuando no menoscabe el esfuerzo de ser
veraces o deje un vacío para las preguntas válidas que un hijo puede tener acerca de su familia, su
hogar y su futuro. Si «menos doloroso» pone en riesgo la habilidad del niño (de acuerdo a su edad)
para saber la verdad, o ser capaz de anticipar el futuro (en el grado que sea posible), entonces lo
«menos doloroso» crea más daño en lugar de aliviar el dolor.

Caso de estudio:
El siguiente caso de estudio es un ejemplo ficticio de una familia de seis en el proceso de una
madre que descubrió poco a poco que su esposo estaba cometiendo adulterio con una compañera
de trabajo. El objetivo es ayudarte a aplicar las recomendaciones que siguen, al contar con un
ejemplo menos personal que tu situación actual.
Caitlyn tiene tres años. La mayoría de los días, ella se queda en casa con su madre, le
encanta estar afuera y le encanta que su padre le lea cuentos. Ella tiene hermanos mayores
que van a la escuela. Caleb tiene seis años y está en primer grado, Kayla tiene once años y
acaba de entrar a la secundaria, y Jacob tiene catorce años y está comenzando el
bachillerato. Desde afuera, todo luce bien en esta familia.
Ellos son miembros activos de su iglesia, y son parte de un grupo pequeño que les encanta.
Los niños son parte de los equipos de deportes, teatro y otras actividades extracurriculares.
El padre trabaja duro para sostener financieramente a la familia. Ellos parecen la típica
familia estadounidense, el tipo de familia que te gustaría invitar a cenar a tu casa.
A puerta cerrada las cosas son muy diferentes. Papá es crítico y emocionalmente ausente
la mayor parte del tiempo. Él hace lo que se le pide, pero no se muestra emocionado al
hacerlo y no propicia el tiempo de familia, ni busca tiempo individual con los niños. Hace
las preguntas básicas sobre sus calificaciones, la escuela y los amigos; pero fuera de esos
temas, muestra desinterés.

146
Mamá hace todo lo posible para compensar la falta de participación de papá con una
participación excesiva. Ella intenta asegurarse de tener todo lo que necesitan… y quieren.
Esto crea tensión entre ella y papá, porque nunca pueden salir adelante en las finanzas.
Por esta y por otras razones, mamá y papá no valoran el tiempo entre ellos.
La tensión que surgió recientemente fue porque mamá encontró algunos correos
electrónicos dirigidos a una compañera de trabajo que, a su parecer, eran coquetos e
inapropiados. Papá rápidamente los minimizó y después comenzó a reprender a mamá por
revisar sus objetos personales y por no confiar en él.
En el curso de algunos meses más, mamá continúa viendo correos electrónicos y, en algún
punto, mensajes de texto que confirmaron las sospechas de que papá estaba teniendo un
amorío. Después de varios intentos de confrontación y muchas discusiones, papá admite
sus acciones. Mamá quedó devastada, papá estaba furioso y los niños estaban
confundidos.
¿Qué hace la familia ahora?
El escenario anterior pretende servir de marco para discernir cómo discutir el pecado sexual de
un padre con sus hijos. Hay muchas cosas para considerar en este tipo de conversación. Los
siguientes puntos pretenden servir para orientarte en cómo estas situaciones afectan a un hijo,
las expectativas correspondientes cuando él/ella se entera por primera vez del pecado sexual,
expectativas después de enterarse del pecado sexual y el tipo de ayuda que necesita para procesar
esta información.
1. Un evento de esta magnitud y el conflicto parental subsecuente/la ausencia/distracción
pueden ser traumáticas para los niños involucrados, incluso hijos adultos.

2. Si tu hijo no ha llegado a la pubertad y/o no tiene conocimiento de o exposición al sexo, tu


conversación acerca de lo que ha pasado no debe describir con lenguaje sexual lo
sucedido.

3. Mientras los hijos crecen y desarrollan su sexualidad, ellos pueden hacer preguntas acerca
de cosas que han pasado durante ese tiempo. Contestar esas preguntas en maneras
apropiadas para su edad, es una parte importante para ayudarles a procesar el duelo.

4. Los sentimientos de tu hijo pueden ser más o menos intensos que los sentimientos del
cónyuge ofendido. Ambos padres deben aceptar cualquier sentimiento que salga a la
superficie, ayudar al niño a nombrar esos sentimientos, y entender cómo esos
sentimientos se relacionan con los cambios en su vida, hogar y familia.

5. Si un evento traumático ocurre a un niño de preescolar o a uno un poco mayor, él/ella lo


recordará y necesitará procesar esos recuerdos en etapas posteriores del desarrollo
mientras es capaz de comprender más de su historia personal de familia.

147
6. La mayoría de los niños no procesan (asimilan sanamente en su historia de vida) sus
emociones acerca de un evento traumático hasta que se sienten lo suficientemente
seguros para hacerlo. Una vez que tú y tu cónyuge han llegado a un lugar mejor y sienten
que están superándolo, ahí será cuando los niños decidirán procesar sus propios
sentimientos. Esto hará que los padres sientan que se alarga el proceso de sanidad, pero
no puedes apresurar a tus hijos en sus procesos más de lo que el cónyuge ofensor podría
apresurarse al arrepentimiento y el cónyuge ofendido apresurar el perdón.

7. El daño más grande que se ha hecho es debilitar el sentido de seguridad y la definición de


amor del hijo. Esto es cierto sin importar su edad. El cuidado y la atención posterior para
un hijo deben centrarse en proporcionar una sana sensación de seguridad y expresión
equilibrada de amor.

8. Cuando se trata de tener la conversación de «qué es lo que está pasando», la situación


ideal sería que ambos padres estén presentes, así como una tercera persona neutral para
conversar con los hijos.

9. El contenido de la conversación de «qué es lo que está pasando» debe ser decidido antes
de hablarlo con el hijo. Si no se puede llegar a un acuerdo, entonces esperen hasta que
lleguen a un acuerdo. El periodo de tiempo que pase debe ser tan corto como sea posible,
esperar más de cuatro a seis semanas puede comenzar a ser muy confuso para los hijos.

10. Puede que haya más de una conversación, dependiendo de las diferencias de edades de
los hijos. Si tus hijos se encuentran en la misma etapa de desarrollo, entonces una sola
conversación puede llevarse a cabo con todos los miembros de la familia presentes.

Si tus hijos están en diferentes etapas de desarrollo, no intentes hablar con ellos en una
sola oportunidad. Más bien, debes asegurarte de que lo que comuniques a todos sea
consistente en contenido y en el lenguaje apropiado para cada edad, tanto como sea
posible. Los hijos mayores deben ser informados de cosas que sus hermanos menores no
saben y no necesitan saber en ese momento.

11. Asegúrate de que haya alguien en la vida de tus hijos que pueda ser su apoyo. Esto es de
suma importancia para los hijos mayores e incluso para los hijos que ya son
independientes, quienes con frecuencia son ignorados en este proceso.

12. Si el pecado sexual no da como resultado un cambio en el estilo de vida (separación de los
padres, acciones legales, pérdida del trabajo, embarazo, etc.), busca consejo acerca de qué
contar a tus hijos. Toda la información que tus hijos puedan necesitar es que tú y tu
cónyuge han tenido problemas debido a las dolorosas decisiones de uno de los padres, y
que mamá y papá están tratando de mejorar las cosas.

13. Anima a tus hijos a que hagan las preguntas que puedan tener. No es razonable ni sano
esperar que los hijos hagan todas sus preguntas en la «reunión de información». Cuando

148
les das la libertad para hacer preguntas, también es sabio decirles que no tienes todas las
respuestas y que habrá algunas cosas que sólo se quedarán entre mamá y papá.

14. Recuerda que los niños procesarán las cosas a un ritmo más lento y que podrán hacer
preguntas muchos años después del suceso. Estar preparado para esto evita que el
proceso emocional de tus hijos te haga retroceder o te dé motivos para no perdonar. Una
respuesta emocional negativa de los padres hacia una pregunta de un hijo es un factor que
refuerza la falsa creencia común de que el hijo tiene cierta responsabilidad por lo sucedido
en el matrimonio.

15. Evita sentir la necesidad de compensar lo que sucede en tu familia. Ni los regalos ni las
penitencias podrán compensar la ofensa o aliviar el impacto. En todo caso, enseñarán una
visión distorsionada del evangelio, el arrepentimiento, la reconciliación y la
familia. Someterse pacientemente al proceso de la reconciliación es lo más importante
para tus hijos (cuando sea posible). Sólo Dios puede sanar el dolor de tus hijos, el amor
desequilibrado no puede sanar ese dolor.

Si el pecado sexual resulta en un cambio en el estilo de vida, entonces considera lo siguiente:


Recién nacidos a cinco años
Aunque se pueda pensar que en esta etapa del desarrollo los niños no son capaces de darse cuenta
de que algo ocurre, los niños son muy perceptivos a la hora de leer los cambios emocionales de
su entorno. Si mamá está siempre llorando, papá está siempre enojado o si siempre hay
discusiones y peleas, los niños de este rango de edades pueden notarlo muy bien. Pueden
comenzar a mostrarse más necesitados, experimentar retrasos en el desarrollo o retrocesos en
habilidades que ya habían aprendido, todo esto como una expresión de cómo los cambios en el
entorno del hogar los ha afectado.
La meta para ambos padres es ser auténticos (fingir que todo está en calma cuando crees que el
niño está viendo, no es suficiente) y alentadores. A pesar de que tu cónyuge haya tenido un amorío
extramarital, todavía tienen que ser padre y madre. No puedes pasar los días llorando, enojado o
buscando más/nueva información. Si contener este comportamiento es difícil para ti, pide ayuda.
Toma tiempo para ver a un consejero o pide a un amigo que te ayude a trabajar a través del
material de «Verdadera traición».
No se deben tener conversaciones con los niños menores de cinco años hasta que el cónyuge
ofensor haya tomado la decisión de irse por un largo tiempo o un periodo de tiempo indefinido.
Si los cónyuges siguen juntos y ninguno ha de irse de la casa, entonces los niños de estas edades
no tienen que enterarse de lo que ha ocurrido. Después en sus vidas (como adultos o adolescentes
mayores) habrá un tiempo apropiado para compartir lo que Dios ha hecho o lo que ocurrió, pero
los niños menores de edades preescolares no tienen la capacidad de comprender lo que les
podrías decir. La meta principal en esta etapa de sus vidas es proveer consistencia, amor y
seguridad. Esa es su mayor necesidad. Apoyarse de amigos y cuidadores de confianza, será
importante durante este tiempo.

149
Si el padre ofensor deja la casa y el niño tiene entre dos y cinco años, debe explicarle a dónde se
va. El plan óptimo para tener esta conversación sería ser objetivos y hacerlo con la compañía de
un tercero. La persona que se va debe ser la primera en hablar y comunicar la siguiente
información:
«Voy a estar en (lugar ̶ el niño necesitará saber porque decir solamente que se va puede
causarle más ansiedad) por (duración ̶ es importante decirle al niño el periodo de
tiempo para que pueda saber cuándo termina. Si no se puede determinar el periodo de
tiempo, entonces sé honesto y dile que no sabes exactamente por cuánto tiempo). Sé que
puede ser difícil para ti que estés alejado de mí, por eso vendré a visitarte (dale un plan de
visitas)».
Fíjate en que en esta conversación no le has dado al preescolar la respuesta a la pregunta «por
qué». La mayoría preguntará, pero algunos no. No intentes responder a la pregunta «por qué» a
los niños de preescolar a menos que te lo pidan, ya que es difícil que pasen espontáneamente al
pensamiento abstracto, especialmente en un entorno emocionalmente fuerte.
Cuando ellos pregunten «¿por qué?» el padre ofensor debe decirles:
«Tomé decisiones que no debí haber tomado y, cuando tomamos malas decisiones que
afectan a las personas, necesitamos dar tiempo y espacio a la persona que lastimamos. Por
eso, voy a (lugar) para darle a mamá/papá un poco de espacio». [Reitera tu amor por ellos
y cuánto vas a extrañarlos.]
Habrá lágrimas, conmoción y una inhabilidad para comprender lo que estás diciendo. Sus cerebros
no se han desarrollado para este tipo de transiciones. Ellos no tienen la experiencia de vida para
comprender lo que significa o para saber qué hacer cuando uno de sus padres se ausenta por una
razón correctiva («castigo» es la categoría que ellos comprenden para un «tiempo fuera» en el
matrimonio). Sé paciente. Prepárate para las rabietas y las alteraciones de sus patrones de sueño
y alimentación.
La experiencia de los niños (en cualquiera de las edades mencionadas) se parecerá mucho al
proceso de duelo, porque estarán experimentando el dolor de haber perdido lo que para ellos era
normal. Por este motivo, el apéndice de consejos para padres y devocionales familiares, serán una
adaptación del manual «Esperanza en el proceso de duelo».
Si los padres permanecen juntos, entonces mantener la rutina de los niños en edad preescolar tan
normal como sea posible será de vital importancia. Involucrarse en los programas como el día de
la madre o participar en actividades escolares un par de días a la semana, puede dar a los padres
ofendidos tiempo para superar lo ocurrido.
El cónyuge ofensor a menudo le dirá al cónyuge ofendido: «La relación con tu hija/o es tu relación.
No me voy a meter en medio de ella». Este es un mensaje mortal para enviar a su hijo. Los niños
aún no han aprendido los entresijos de las relaciones; no han aprendido a hablar de sus
sentimientos.
Como padre, el cónyuge ofendido debería modelar el proceso del perdón. Esto incluye animar a
los niños a expresar sus sentimientos y a expresar verbalmente al padre ofensor lo que están

150
pensando. Tú no eres responsable del comportamiento del otro padre, pero puedes enseñar a tu
hijo, a través de este tiempo difícil, cómo manejar el conflicto y expresar sus emociones de una
manera saludable.
Durante este tiempo, es importante pensar en lo que enseñarás a tus hijos, mientras les modelas
cómo hacerlo. Los niños aprenderán más acerca de las emociones, relaciones y reconciliaciones
de la manera en que ven que tú lo haces con/hacia tu cónyuge que con lo que les enseñes en este
periodo de tiempo.
Hijos de edad escolar
En cada etapa del desarrollo en discusión, todos los materiales anteriores aún deberían
considerarse relevantes a menos que el siguiente material (con contenido para individuos más
maduros) diga lo contrario.
Los niños en edades escolares expresan más verbalmente y tienen una mayor habilidad cognitiva
que los niños preescolares, pero aún no deben tener conocimientos o comprensión sexual. A
menos que quieras explicarles acerca del sexo, no es necesario que reveles la naturaleza del
conflicto.
Cuando hables con tus hijos en edad escolar acerca de lo que sucedió, sería sabio decir cosas
como:
«Mamá/papá tomó decisiones que me lastimaron.»
«Mamá y papá están esforzándose por tener un mejor matrimonio.»
«Mamá/papá está trabajando en perdonar…»
«Mamá/papá está trabajando para construir la confianza de…»
Los niños de estas edades harán muchas preguntas como ¿qué hiciste? ¿se van a divorciar? ¿aún
amas a mamá/papá? Sé tan honesto como se pueda, pero cuando la respuesta a su pregunta no
sea apropiada para su edad o no se haya decidido (previamente, en pareja), es apropiado decir:
«para tu beneficio, no debes saber algunas de las cosas que pasan entre mamá/papá» o «esas son
cosas que te podremos contar cuando seas más grande».
Reafirmar tu amor por ellos es importante durante y después de mantener estas conversaciones.
La oración y llevarlos hacia Dios será esencial. Ora con tus hijos antes de tener estas
conversaciones. Pero, cuando ores, hazlo de manera que ellos sepan cuál es su posición y no
tratando de enseñarles qué o cómo pensar en vez de hablar con Dios en su representación.
Estas conversaciones son una gran oportunidad para hablar de cómo incluso los padres los pueden
decepcionar, pero Dios, que es fiel, nunca los decepcionará. Si se ha tomado la decisión de que el
cónyuge ofensor se vaya de la casa por un periodo de tiempo, entonces será necesario que tengas
una conversación como la que se mostró para hijos menores de cinco años.

151
Hijos de secundaria/preparatoria
Para esta etapa, los hijos comienzan a conocer más de la sexualidad y probablemente saben lo
que es el sexo. Ustedes, como sus padres, ya debieron haber tenido «la conversación» con ellos.
Si este es el caso, entonces ser sinceros sobre el pecado sexual es apropiado. Es mejor que tu hijo
escuche tu confesión directamente a que se entere por alguien más.
Si el pecado es adulterio o un amorío extramarital, no es necesario dar detalles de la relación
sexual. Ellos querrán saber por cuánto tiempo se mantuvo la relación y es importante decírselos.
Es posible que hagan preguntas sobre la otra mujer u hombre: cómo luce físicamente, si tiene
hijos, cuántos años tienen sus hijos, y preguntas similares. Estas son las preguntas más
importantes para los adolescentes y preadolescentes. Es apropiado contestar a esas preguntas.
Lo más importante en lo que pensarán los hijos de esta edad es: ¿cómo afecta esto en mi vida?
Ellos están en un periodo egocéntrico de la vida, así que su temor es que, de alguna manera, su
estándar o norma de vida será alterado.
Otra tendencia de los hijos en esta edad es que tomarán el rol de proteger al cónyuge ofendido.
Es muy importante no permitir que tu hijo tome esta posición. Será tentador querer tener un
equipo en contra del cónyuge ofensor, pero a largo plazo esto causará más daño, el cual también
deberá ser trabajado.
Si la situación se alarga y no se mantiene informados a los hijos en los aspectos generales del
proceso de restauración, algunos hijos podrían comenzar a justificar o defender comportamientos
del padre ofensor. Cuando esto sucede, la mayoría de las veces es porque el hijo intenta que las
cosas regresen a la normalidad, o porque se sienten mal por el padre que se ha ido de la
casa. Afirmar el interés de tu hijo por papá o mamá, validando lo difícil de la situación, y
reafirmándole que ustedes dos lo aman, es lo que tu hijo necesita. No trates de hacerlos a un lado,
dales tiempo y espacio para continuar con el proceso de sus propios sentimientos, pregúntales si
tienen preguntas, y dales la libertad para que expresen apropiadamente lo que están
experimentando.
Hijos adultos
Algunas veces se piensa que los hijos que ya han salido de la casa no resultan afectados. Esto no
es verdad. Cuando el matrimonio de los padres sufre un trauma o se disuelve, los hijos,
independientemente de su edad, sentirán que su base de seguridad se tambalea.
Los hijos adultos podrían llegar a pensar que todo lo que vivieron mientras crecían era falso. Se
preguntarán si el padre ofensor era realmente quien ellos pensaron que era, e incluso podrán
cuestionarse la validez del matrimonio. La confesión del pecado sexual puede ser usado como una
excusa para darle la espalda a Dios y la manera en la que ellos fueron educados.
Es de vital importancia para los hijos de estas edades que tengan a un adulto que los conozca y
que esté al tanto de la situación para que se acerque y esté al pendiente de ellos regularmente. A
no ser que alguien esté al pendiente de ellos, estarán forzados a procesar la situación por su propia
cuenta y sin el beneficio de ver lo que sus padres también están viviendo. Una opinión objetiva,

152
no sólo lo que su padre o madre dicen, será una parte importante para que ellos procesen los
cambios en su hogar de origen.
Cuando los hijos se enteran primero
¿Qué haces si tu hijo viene a contarte que vio a papá/mamá viendo cosas en internet, o
coqueteando con alguien públicamente? En esta situación, es importante que el cónyuge ofendido
le asegure a su hijo las siguientes cosas:
1. Ellos hicieron lo correcto al venir a contarte.
2. Harás lo posible por averiguar qué fue lo que pasó.
3. Una vez que tengas la respuesta, planea un tiempo para que ambos padres conversen con
el hijo.
4. Continúa validando el hecho de que tu hijo hizo lo correcto al hablar, que no están en
problemas, y que no han metido a nadie más en problemas (los testigos no causan
problemas; ellos solamente observan).
Si el hijo atestiguó el pecado sexual y después lo cuenta, es muy probable que se sientan
responsables por los trastornos que se produzcan en la familia. Necesitarán constante
reafirmación de que ellos no causaron la ruptura. Idealmente, esta reafirmación debe venir por
parte de ambos padres, así como de la persona adulta identificada como su defensor.

153
Apéndice C
Lecturas recomendadas

Este apéndice contiene recursos de alta compatibilidad con la teoría y la práctica de la consejería
y el estudio de «Falso amor». Muchos otros libros fueron referenciados en el estudio «Falso amor»
que no fueron recomendados aquí. Esos autores y libros son respetados por su experiencia en el
trabajo con el pecado sexual y el cuidado de las personas que luchan con esta área, pero para
proporcionar una lista de lectura concisa y útil, sus diferencias han sido suficientemente
significativas como para omitirlos de esta lista.

Infidelidad: esperanza y sanidad después del adulterio por Gary y Mona Shriver: Usando su
propia historia de restauración como escenario transparente y esclarecedor, los Shriver han
escrito un libro inmensamente valioso para parejas que buscan la restauración después del
adulterio. Este libro también resulta útil para aquellas parejas que se recuperan de asuntos
emocionales o del uso de pornografía.

How to Act Right When Your Spouse Acts Wrong (traducido por el equipo de traducción como
«Cómo actuar bien cuando tu cónyuge actúa mal», pero disponible sólo en inglés) por Leslie
Vernick: Si bien este libro no aborda directamente el pecado sexual, ofrece una guía bíblica
práctica para una de las preguntas más complejas en medio de la restauración matrimonial.

Restaurar tu matrimonio por Robert Jones: Este manual proporciona instrucciones concisas
tanto para el cónyuge ofendido como para el ofensor en el tiempo posterior al adulterio, cuando
a menudo suele sentirse que hay poca claridad al pensar en qué se puede o debe hacer.

Help! My Spouse Committed Adultery (traducido por el equipo de traducción como «¡Ayuda!
Mi esposo cometió adulterio» pero disponible sólo en inglés) por Winston Smith: Este manual
habla directamente al cónyuge ofendido y brinda orientación bíblica y consuelo en medio de la
dolorosa experiencia de saber que el cónyuge ha sido infiel.

When His Secret Sin Breaks Your Heart (traducido por el equipo de traducción como «Cuando
su pecado secreto te rompe el corazón» pero disponible sólo en inglés) por Katy Gallagher: A
partir de su experiencia al dirigir el programa residencial de los Ministerios Pure Life (Vida Pura)
para la adicción sexual, Katy presenta cartas que han sido escritas a las mujeres cuyos maridos
están sujetos al pecado sexual. Las cartas no proveen antecedentes sobre las personas que las
reciben, por lo que puede ser difícil aplicar o conocer el contexto de algunos de los consejos dados.

Mending a Shattered Heart (traducido por el equipo de traducción como «Reparando un


corazón destrozado» pero disponible sólo en inglés) editado por Stephanie Carnes: Un libro
secular que debe ser leído con discernimiento. Provee experiencia y una guía práctica en áreas en
que los libros cristianos recién están comenzando a abordar.

154
Restoring the Fallen (traducido por el equipo de traducción como «Restaurando al caído») por
Earl y Sandy Wilson: Basado en la restauración del matrimonio de Earl y Sandy, este libro ofrece
un modelo para la gran participación que la iglesia debe tener durante la restauración de
matrimonios en crisis.

Escoja perdonar por Nancy Leigh DeMoss: Después de que tu cónyuge ha pecado sexualmente
contra Dios y contra ti, el perdón es tan difícil como necesario. Este libro ofrece una sólida
enseñanza bíblica y una guía sobre cómo elegir perdonar.

Una celebración del sexo por Doug Rosenau: Este libro es un recurso general cristiano para una
vida marital sexualmente placentera, pero además tiene capítulos útiles dedicados a restaurar la
intimidad después del adulterio y de la adicción sexual.

The Emotionally Destructive Relationship (traducido por el equipo de traducción como «La
relación emocionalmente destructiva» pero disponible sólo en inglés) por Leslie Vernick: El
pecado sexual a veces puede ser un indicador de un patrón destructivo mucho más amplio en el
matrimonio. Si este es el caso, entonces el libro de Vernick puede ser el recurso más importante
que debes leer para recuperarte del pecado sexual de tu cónyuge.

Ponga su pasado donde pertenece… ¡en el pasado! por Stephen Viars: Después del pecado
sexual de tu cónyuge, el pasado puede ser algo difícil con lo que se debe lidiar. Este libro ofrece
las categorías bíblicas y la guía para ayudarte a procesar este aspecto.

Cuando la gente es grande y Dios es pequeño por Edward T. Welch: Después del pecado sexual
de tu cónyuge, la inseguridad es otra área donde hay una lucha frecuente. Este libro es un recurso
invaluable para comprender y superar la inseguridad dentro de una cosmovisión bíblica.

155
Apéndice D
Consejos para padres y devocionales familiares
Consejos para padres escritos por Caroline Von Helm y Brad Hambrick
Devocionales familiares escritos por Jason Gaston y Matt Allison

Consejos para padres


Ningún padre o madre quiere pensar en el día en que su hijo o hija empiece a desarrollar su
sexualidad y experimentar con ella. Puede ser algo tan inocente como preguntar a sus padres por
los cambios en sus cuerpos o sobre conversaciones que escuchan de sus amigos. También podría
ser que este descubrimiento involucre la masturbación, pornografía, sexting (enviar fotografías y
mensajes provocativos por el celular o internet) o relaciones sexuales con un amigo o amiga.

Como padre o madre de estudiantes de secundaria y bachillerato, es importante tener en mente


que la tecnología ha abierto para tus hijos un mundo que nunca estuvo disponible para ti. Nuestra
cultura nos ha insensibilizado a los mensajes, imágenes y contenido sexual. Los programas del
horario estelar de la televisión hacen que estas experiencias se vean normales, aunque no
deberían serlo. Por tanto, es tarea de los padres guardar sus hogares y enseñarles lo que es una
normalidad piadosa.

Si como padre o madre, descubres que tu hijo en secundaria o bachillerato se ha involucrado en


algún tipo de experiencia sexual, ya sea pornografía, enviar fotografías de sí mismo o relaciones
sexuales, es importante tener en cuenta algunos factores.

❖ Tu respuesta inicial es clave. No quieres minimizar tu reacción como para que no se


entienda el impacto, pero una reacción exagerada puede cerrar las puertas a las buenas
conversaciones y momentos de enseñanza. Es más fácil pensar bien tu respuesta si
encuentras pornografía en el historial de la computadora que si sorprendes a tu hijo
viéndola, pero tu reacción inicial establecerá las pautas para conversaciones futuras. Si tu
respuesta fue reactiva (avergonzar, condescendencia, etc.), entonces deberías
arrepentirte frente a tu hijo y buscar reestablecer un fundamento saludable para estas
conversaciones.

❖ Sentirás dolor como resultado de lo que encuentres. Tus emociones irán variando desde
el enojo hasta la tristeza. Esto es normal. Como padre puedes quedarte con la imagen de
que tus hijos son ingenuos y muy pequeños para saber tales cosas. No te quedes atrapado
en este patrón de pensamiento. Dios les dio padres a tus hijos para que caminen a su lado
al atravesar estos aspectos de la madurez física y relacional.

❖ Asegúrate de tener una persona con quién procesar lo que sientes sobre la experiencia de
tu hijo. Algunos de los sentimientos que compartirás con él o con ella serán expresados de

156
una manera constructiva, pero es útil que primero los proceses con otra persona, no con
tu hijo.

❖ La cuestión primordial que quieres abordar no es el comportamiento. Tu mayor


preocupación es la motivación (curiosidad, inseguridad, deseo de aceptación, etc.) que
está detrás del comportamiento, o sea, el corazón. Normalmente no ayuda preguntar «por
qué» a pesar de que es instintivo. Preguntar «por qué» usualmente creará una atmósfera
defensiva e insinúa que este tipo de experimentación es anormal. Así perderás credibilidad
como padre o madre.

❖ Comienza el diálogo con lo que descubriste, te contaron u observaste. Dale a tu hijo la


oportunidad de ofrecer su versión de la historia. Si lo niega o no es directo (la mayoría no
lo es en este punto) mantente firme en lo que sabes, pero no permitas que se desarrolle
el enojo o una discusión para probar tu punto. Termina esta conversación con una
declaración de los hechos, tu decepción y preocupación, y una promesa de tener otro
diálogo pronto.

❖ El tipo de preguntas que quieres hacer (si damos por sentado que el hijo coopera) son:
¿Dónde aprendiste sobre esto (masturbación, pornografía, sexting, etc.)? ¿Qué hizo que
sea tan atrayente? ¿Cómo te sentiste mientras lo estabas haciendo y después de hacerlo?
Es mejor ahorrarte las preguntas de «quién más está involucrado» hasta el final de la
conversación. Éste es un punto común de autoprotección y cerrará las puertas de otras
áreas de la comunicación.

❖ Da un espacio de, por lo menos, 12 a 24 horas entre el diálogo sobre la revelación y las
restricciones. Dale a tu hijo tiempo para pensar y procesar lo que le has dicho hasta ahora.
Es probable que se te acerque antes que se cumpla el tiempo. Si lo hace, para lo que estés
haciendo, y dialoga. No lo rechaces. Si alguno de ustedes empieza a enojarse o a ponerse
emocional, detén la conversación, toma un descanso y reanúdala cuando se sientan menos
emocionales.

❖ Cuando te sientes nuevamente con tu hijo, revisa los hechos de lo que sabes y explícale
por qué es decepcionante, inaceptable delante de Dios, inapropiado socialmente e
irrespetuoso de su propia persona y de los demás. Esto podría darse en varias
conversaciones más pequeñas y no necesariamente en una charla maratónica o un
monólogo. Las restricciones deben dialogarse al final. Explica que el propósito de las
restricciones es la protección, no el castigo. Explica también tus expectativas en lo
referente a la modestia, límites con el sexo opuesto y lo que tu hijo ve en internet.

❖ Los límites comunes que se deben fijar incluyen: instalar un software para rendir cuentas
en la computadora y otros dispositivos electrónicos, retirar privilegios de tecnología por

157
un tiempo, restricciones en las actividades sociales relacionadas con la experimentación
sexual o actividades aceptables que tengan que ver con salidas en citas amorosas.

❖ Después de que hayas establecido los nuevos límites, éste sería un buen momento para
empezar los devocionales incluidos en este manual y comenzar a enfocarte en el deseo de
Dios para ellos, el perdón que pueden recibir y recibirán cuando se arrepientan, y cómo se
ve en la práctica el apartarse del pecado. Si tu hijo está abierto a recibir corrección e
instrucción, aquí será cuando empiece la conversación más significativa sobre
motivaciones y cambio.

❖ Las motivaciones más comunes son impulsividad, inseguridad, humor, temor al rechazo
por parte del grupo de amigos o la pareja y/o fuertes deseos sexuales.

❖ Una vez que sientas que has identificado la(s) motivación(es), comienza a exponer cuáles
son las verdades que tu hijo debe entender para que pueda combatir estas raíces
pecaminosas en su corazón.

❖ Si tu hijo no está dispuesto a admitir lo que ha ocurrido, sigue estableciendo límites y


expectativas. No tienes que «probar» que tienes la razón para fijar límites. Se pueden
poner límites de protección antes de que ocurra cualquier eventualidad.

❖ Una vez que se hayan fijado las restricciones por un tiempo y tu hijo haya mostrado
cambios en actitud y acción, es apropiado devolver las libertades. Tu objetivo es enseñar a
tu hijo qué hacer con la libertad y la responsabilidad, de modo que, cuando esté fuera de
casa, pueda vivir responsablemente. Si lo único que tu hijo conoce son restricciones,
entonces, cuando deje el refugio de tu hogar, no sabrá qué hacer con la falta de restricción.
Lo que quieres es que tu hijo aprenda de sus errores bajo tu guía y amor, no bajo su propia
guía. Quieres que aprenda de ti a saber cómo usar la tecnología, ver televisión, mirar
películas, considerar al sexo opuesto y aprender sobre sexo. Por tanto, asegúrate de estar
siempre disponible a hablar de estos temas y continúa iniciando conversaciones en otros
momentos en que no estés reaccionando ante algo que tu hijo hizo mal.

❖ Cuando le devuelvas las libertades, conversa con tu hijo sobre lo que ocurrió para poner
las restricciones, cuáles son los cambios que has observado que demuestran que podría
estar listo para tener más libertad y repasa las expectativas.

❖ Ora consistentemente para que Dios revele el pecado y que te permita a ti, como padre o
madre, saber lo que sea necesario. Pídele al Señor que no permita que tu hijo pueda seguir
ocultando su pecado. Esto podría parecer trivial, pero la oración es un área integral para
mantener puro tu hogar. Permanecer cerca del Señor a través de la oración te dará una
visión y un entendimiento que no podrás alcanzar por tu propia cuenta.

158
Devocionales familiares

Capítulo uno
ADMITE que tienes una lucha que no puedes superar sin Dios

Devocional de Génesis 15:1-6 y 16:1-6. Comienza la conversación preguntándole a tu


adolescente qué es el pecado. Sí, el pecado es errar al blanco o hacer algo que no deberíamos,
pero el corazón del pecado es que te hace a ti mismo más importante que Dios. Es elegir lo que tú
deseas, sin importar lo que Dios diga. Después pregunta: ¿qué es el pecado sexual? Podrías
obtener ejemplos como: adulterio, pornografía u homosexualidad, pero también podría definirse
como cualquier manera en la que te entretienes por medio del sexo, al elegir lo que deseas, en
lugar de lo que Dios diseñó para el sexo.

Lean Génesis 15:1-6. Pregunta: ¿Qué le prometió Dios a Abram? Respuesta: Dios le prometió a
Abram que tendría un hijo. Pregunta: ¿Cómo crees que Dios iba a darle este hijo a Abram?
Respuesta: Sí, a través del regalo del sexo con su esposa, Sarai. ¡Así es como normalmente funciona
esto! Por tanto, en resumen, Dios le prometió a Abram un hijo; y el sexo con su esposa Sarai era
la manera en que Dios cumpliría esa promesa.

Lean Genesis 16:1-6. Pregunta: ¿Creyeron Abram y Sarai en la promesa de Dios? Respuesta:
Bueno, por mucho tiempo parecía que sí. Sin embargo, después de un tiempo decidieron que
tomarían el buen regalo de Dios para el matrimonio y lo usarían para lo que querían. Pregunta:
¿Crees que ellos sabían que estaba mal que Abram tuviera relaciones sexuales con la esclava de
Sarai? Respuesta: Sí, por supuesto; ¡sólo mira la manera en que Sarai reaccionó en el versículo 5!

Entonces, ¿qué enseña este pasaje sobre el pecado sexual? Enseña que cada vez que el sexo se
usa como una herramienta para conseguir lo que se quiere (placer, poder, respeto, hijos), en lugar
de creerle a Dios y confiar en lo que Él dice acerca del sexo, se comete pecado sexual. Dios ha
dado el sexo como un hermoso regalo que tiene el propósito de celebrar la relación de pacto que
Dios ha dado con el cónyuge. Asegúrate de enfatizar que el sexo no es malo ni repugnante, sino
que es increíble cuando lo entiendes y lo tratas como Dios lo trata.

Devocional de Juan 3:18-20 y 12:45-47. Cada vez que pecas, tu reacción natural siempre será
cubrir el pecado. Ya sea por vergüenza por lo que hiciste, porque no quieres afrontar las
consecuencias o porque no quieres que te obliguen a detenerte, tu inclinación natural es mentir,
ocultar, cubrir, cambiar de tema; lo que sea, menos decir la verdad.

Lean Juan 3:18-20. La luz es verdad. La luz es creer en el evangelio. Pregunta: ¿Por qué este
pasaje dice que la gente se queda en las tinieblas? Respuesta: El versículo 19 dice que es porque
aman la oscuridad y el versículo 20 afirma que las personas no quieren que su maldad quede
expuesta.

159
Pero… si deseas quedarte en las tinieblas porque amas tus malas acciones, ¿cómo podrás llegar
algún día a la luz?

Lean Juan 12:45-47. Pregunta: ¿Cómo entras en la luz? Respuesta: Sólo al creer en Jesús y lo que
Él ha hecho por ti.

El pecado sexual florece en un entorno de secretismo, mentiras y oscuridad. Cree en el plan de


Dios para el sexo y el plan de Dios para ti, en el evangelio puedes ver cuánto te ama. Cree en el
evangelio, entra en la luz y admite tu pecado sexual.

Capítulo dos
RECONOCE el alcance y el impacto de tu pecado

Devocional de 2 Samuel 11:1. El doctor Martin Luther King Jr. dijo una vez: «La oscuridad no
puede echar fuera la oscuridad; sólo la luz puede hacerlo». Así como la oscuridad es la ausencia
de luz, el pecado sexual es el sexo, pero sin la relación de pacto y las bendiciones que Dios diseñó
para que lo acompañaran. Por lo tanto, se convierte en una maldición.

En el capítulo uno aprendiste la importancia de admitir y reconocer tu pecado, sin embargo, esto
no puede darse sólo una vez. Si quieres permanecer en la luz, cada día es parte del proceso de
admitir y reconocer el pecado. El gran compositor de himnos, Robert Robinson, escribió estas
palabras increíblemente ciertas: «Propenso a desviarme, Señor, lo siento; propenso a apartarme
del Dios al que amo». A causa del pecado, tu corazón es duro, y aun cuando has admitido una vez
que has pecado, eso no evita que vuelvas a resbalar y caer en las tinieblas. Es por este motivo que
la honestidad y la rendición de cuentas son tan importantes.

Lean 2 Samuel 11:1. La mayoría conoce la historia de David y Betsabé (si no la conoces, lee todo
el capítulo 11 de 2 Samuel), pero muchas veces se omite este versículo. Pregunta: ¿Dónde estaba
David? Respuesta: En Jerusalén. Pregunta: ¿Dónde se supone que tenía que estar David?
Respuesta: En batalla, con sus tropas, porque era la época del año en que los pueblos salían a la
guerra. Pregunta: ¿Por qué? Respuesta: No se sabe, pero lo que sí se sabe es que David no debió
haber permitido que hubiera personas en su vida que pudieran decirle que no estaba cumpliendo
con lo que se supone que debía hacer.

Tu corazón es propenso a desviarse. Tu corazón se pierde en las tinieblas si los dejas seguir sus
impulsos. ¿Hay una persona en tu vida con la que puedas ser honesto, que te conozca, a quien has
dado el derecho de confrontarte y decirte que no estás donde se supone que deberías estar? La
rendición de cuentas es tan importante porque provee la luz del evangelio cuando las tinieblas
acechan y buscan la manera de entrar.

160
Capítulo tres
ENTIENDE el origen, el motivo y la historia de tu pecado

Lean Proverbios 5:1-8. Las personas aprenden de diversas maneras, pero una de las más efectivas
es a través de sus propias experiencias y las de personas cercanas a ellas. De hecho, como padre
o madre, una de tus principales responsabilidades es criar a tus hijos en la disciplina e instrucción
del Señor (Efesios 6:4). ¿Y de qué mejor manera puedes cumplir con esta tarea, sino compartiendo
tus propias experiencias, buenas y malas?

En este pasaje, un padre imparte sabiduría a su hijo al iluminar las luchas internas de su pecado
sexual. Pregunta: ¿Dónde crees que el padre adquirió esta preciosa sabiduría? Respuesta: De su
propia experiencia (y la de otros), por supuesto. Si es así, ¿cuál crees que sea la mejor manera de
formar a tu hijo para que entienda el pecado sexual? Correcto, al no tener miedo de compartir
con él o con ella la manera en que has aprendido a entender tu pecado sexual, especialmente en
lo relacionado con lo(s) motivo(s) de tu pecado (aburrimiento, soledad, estrés, frustración, fatiga,
etc.). Nota: Esto no significa que des detalles explícitos ni que compartas cosas que podrían herirlo
si lo supiera, pero sí significa que eres real con él o ella, lo cual requiere vulnerabilidad.

Por ejemplo, aquí se aprecia una conversación que podrías tener, en la que impartes sabiduría a
tu hijo que lucha con el pecado sexual:

Oye, hijo, hoy estaba leyendo el libro de Proverbios y encontré algo muy interesante. (Lee
Proverbios 5:2-8). ¡Me parece tan genial que Salomón conversara con su hijo sobre temas
importantes como el sexo y el pecado sexual! Sé que no he sido el mejor para liderar
conversaciones de este tipo, pero, hijo, te amo y simplemente no quiero que caigas en los
mismos pecados y patrones en los que yo caí. ¿Alguna vez has pensado en por qué luchas
con ______? En mi caso, yo era mucho más susceptible a caer en tentación cuando estaba
estresado. Me di cuenta de que era porque usaba el pecado sexual como mi consolación,
en lugar de confiar en Dios para que Él me consolara.

Todos saben que no existe un padre o madre perfecto(a), incluso tus hijos. No finjas ser
perfecto(a), porque tus hijos no necesitan un padre o madre perfecto(a); requieren un padre o
una madre que necesiten a Jesús tanto como ellos.

Capítulo cuatro
ARREPIÉNTETE ante Dios por la manera en que tu pecado lo sustituyó y lo representó de forma
equivocada

Devocional de Salmos 51. Todos hemos ido a alguna clase de campamento, ¿verdad? Conversa
por un segundo sobre algunos de tus recuerdos favoritos de alguno de los campamentos al que
hayas asistido durante tu juventud. Hay una realidad: todos hemos estado en el mismo
campamento. Es el campamento del pecado. El único camino que hay para salir de ese lugar es

161
Jesús. El arrepentimiento es alejarse de ese campamento y correr hacia uno mejor, el
campamento de Jesús.

El arrepentimiento es el núcleo de una relación con Dios en un mundo que está roto por el pecado.
Entonces, ¿qué es el arrepentimiento? Es un cambio en el que dejas de adorarte a ti mismo para
adorar a Dios. Cuando adoras alguna otra cosa que no sea Dios, pecas. Esto es exactamente lo
que David vivió en el Salmo 51; un arrepentimiento auténtico.

Tomen un momento como familia para confesarse unos a otros en qué áreas están confiando más
en el amor a las cosas que en el amor de Dios. Ahora, arrepiéntanse como familia. Aférrense a la
bondad de Cristo Jesús y a la disposición del Espíritu Santo de crear un corazón limpio y renovar
un espíritu recto en ustedes (Salmo 51:10).

Capítulo cinco
CONFIESA el daño causado a los afectados y busca enmendar los daños

Devocional de Santiago 5:15-16. En la película «Náufrago», Tom Hanks se queda varado en una
isla después de que se estrellara su avión. Él logra, por un tiempo, salir adelante «solo», pero
después asimila la realidad: está solo. Al final encuentra una pelota de volibol a la que nombra
«Wilson». Wilson se convierte en su mejor amigo. Conversa con Wilson, ríe con Wilson y le
confiesa sus penas a Wilson. Él necesita la compañía de Wilson. Eso se debe a que es la forma en
que la humanidad está programada. Nos necesitamos unos a otros.

Santiago entiende esta realidad. Nos necesitamos unos a otros para hacernos compañía. Nos
necesitamos unos a otros para entablar amistad. Nos necesitamos unos a otros para rendir
cuentas. Nos necesitamos unos a otros para la oración y la confesión. ¡Nos necesitamos unos a
otros para alentarnos en nuestra búsqueda perseverante del nuevo campamento, donde Cristo
está!

Pregunta a tu familia quiénes son estas personas en sus vidas. Tienen amigos que les ayudan, pero
¿quiénes son? Asegúrate de reforzar que ustedes, como padres, están ahí para ellos. Ninguna
persona puede vivir aislada.

Capítulo seis
REESTRUCTURA TU VIDA al depender de la gracia de Dios y de Su Palabra para transformarla

Devocional de 2 Timoteo 2:22. Utiliza algún tipo de bloques (o busca algo con lo que puedas
construir una torre), toma un segundo y dialoga sobre cómo la vida antes de Cristo era semejante
a construir una torre para los propios deseos, realización y placeres. Ahora derríbala. Dale. Que se
derrumbe. Eso es exactamente lo que sucede cuando le entregas tu vida a Cristo. Eso es lo que
ocurre cuando confiesas tu pecado a Cristo. Tu reino colapsa. Pero hay buenas noticias: Dios te da

162
todas las herramientas y el constructor para levantar una nueva torre (vida) con nuevas pasiones,
deseos y placeres.

Tu meta como creyente, tal como le recuerda el apóstol Pablo a Timoteo, debería ser el deseo por
Cristo. Tus metas anteriores eran para ti mismo. Ahora, como seguidor de Cristo, tienes una
reestructuración alineada en tu corazón y tus afectos.

Esto significa que buscas nuevas amistades que te animen en tu caminar con Cristo. Esto significa
que renuncias a los viejos hábitos y los reemplazas con hábitos saludables que te lleven hacia
Cristo. Cada paso en el proceso es un nuevo bloque que construyes en tu vida como seguidor de
Cristo.

Capítulo siete
IMPLEMENTA la nueva estructura integralmente con humildad y flexibilidad

Devocional de 2 Timoteo 3:14-17. Busca un mapa en internet (o si todavía tienes algún mapa
físico en la casa, ¡sácalo!) y elige un destino. Pídele a tu hijo que escoja un destino y luego pídele
que determine cuál sería la mejor ruta para llegar a ese lugar.

El destino al que todos quieren llegar es a ser más como Cristo. La realidad es que esto
simplemente no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso. Es un viaje. Y necesitas un mapa.
Requieres dirección.

Es así como es. Necesitas un plan. Necesitas una dirección. Necesitas un mapa. Invierte tiempo
con tu hijo para darle algunos planes, algo de dirección, algunos pasos que puede comenzar a dar
en la travesía de ser más como Cristo y huir de los deseos pecaminosos de su carne. Celebra las
victorias que ya ha encontrado en el camino (¡se replica aquello que se celebra!)

Capítulo ocho
PERSEVERA en la nueva vida e identidad a las que Dios te ha llamado

Devocional de Hebreos 12:1-2. ¿Alguna vez te has preguntado cómo alguien puede correr un
maratón? Sé realista. Esas personas no salieron un día y dijeron: «A ver, creo que hoy voy a correr
42 kilómetros». Se requirió tiempo para desarrollar su resistencia. Se requirió tiempo para que su
cuerpo se ajustara a la distancia. Puede que hayan salido a correr algunas carreras rápidas, pero
no es nada comparado con 42 kilómetros. La verdad es que lo mismo sucede en tu caminar con
Cristo. Es un maratón, no una carrera rápida.

El autor de Hebreos también lo entendió así. Todos corremos una carrera, que es la carrera de la
vida. Esta carrera no ha terminado hasta que cruces la línea de la meta, donde estarás con Dios
para siempre. Pero la carrera es dura. Habrá veces en las que querrás rendirte. Habrá veces en las
que sentirás dolor. Habrá veces en las que tu fe será probada. No te rindas. Fija tus ojos en Jesús.
Él corrió la carrera de manera perfecta por ti y no sólo te espera en la meta, sino que está

163
sumamente involucrado en ayudarte, en desarrollar tu resistencia y en darte nuevos deseos en el
camino.

Como familia, inviertan un tiempo para darle gracias a Jesús por correr esa carrera a la perfección.
Pídanle que les dé perseverancia en su esfuerzo por correr la carrera que Él ha marcado para
ustedes.

Capítulo nueve
EJERCE MAYORDOMIA en toda tu vida para la gloria de Dios

Devocional de 1 Timoteo 6:11-12. Pregúntale a tu hijo qué haría si se encontrara rodeado por
una manada de lobos, o incluso en un vecindario lleno de perros bravos. Espera que él explique
que correría para escapar, que huiría de los animales para estar a salvo. Enfatiza en preguntarle
en qué dirección escaparía y cuándo dejaría de correr.

En el proceso de llegar a ser más como Cristo, hay dos pasos importantes. Eres llamado, como
cristiano, a huir de la vida de la que has sido rescatado, para seguir el ejemplo que ha sido puesto
por Cristo delante de ti.

La primera mitad de esta nueva vida es huir de las cosas que te tenían enredado, pero no puedes
detenerte ahí. De hecho, casi todas las veces que la Biblia dice que huyas del pecado, también te
muestra simultáneamente cómo buscar la justicia.

Eres llamado a seguir el ejemplo de Cristo y procurar la justicia, la piedad, la fe, el amor, etc., con
el fin de glorificar a Dios con tu vida. El proceso de administrar este tiempo que Dios te ha dado
se conoce como «mayordomía», y ser buen mayordomo de la vida que Dios te ha dado es una de
las maneras más claras en las que puedes darle gloria. Si sigues corriendo sin una dirección
definida, nunca llegarás a ningún lugar intencionalmente.

«No existe un terreno neutral en el universo; cada centímetro cuadrado, cada


microsegundo, es demandado por Dios y contrademandado por Satanás». C. S. Lewis en
Christianity and Culture (traducido como «Cristiandad y cultura»)

164
Apéndice E
¿Qué hago ahora?
Una de las consignas de este ministerio de consejería es: No hacemos eventos; creamos
recursos. Eso significa que deberías estar preguntándote: «¿qué puedo o debo hacer con esta
información ahora?»

Hemos creado una serie de videos cortos (en inglés) que responden a la pregunta de «y ahora
qué» desde diferentes perspectivas. Cada uno de ellos los puedes encontrar en:

www.bradhambrick.com/whatnow

Estudio personal o en grupo pequeño

Pregunta: Estuve en varios seminarios de consejería y me di cuenta de que al parecer hay


una diferencia. Con frecuencia recomiendan estudiarlos en grupos pequeños o con un
amigo. Me parece una gran idea, pero como no lo he hecho antes, no estoy muy seguro
de cómo empezar algo así. ¿Me podrías orientar?

Buscar consejería personal

Pregunta: Después de asistir a este seminario, me di cuenta de que me gustaría recibir


consejería para ayudarme a crecer en esta área. Al parecer tienen disponibles varias
opciones. ¿Me puedes explicar cuáles son y cómo podría conectarme con el que mejor se
ajuste a mi necesidad?

Aprovechando al máximo mi lugar de trabajo

Pregunta: Escuché rumores de que se supone que puedo usar los seminarios de
consejería para aprovechar mi lugar de trabajo para la influencia del evangelio. Mi
primera impresión es que está fuera de lugar y que parece intrusivo; ¿cómo le digo a la
gente que tiene problemas o que necesita ayuda? Pero también me preocupa mostrar
material cristiano que pueda ser ofensivo para algunas personas que visitan mi lugar de
trabajo. Sin embargo, me gustaría escuchar lo que tienen que decir. ¿Cómo funcionaría
esto?

165
Como consejero profesional

Pregunta: Soy un consejero autorizado y me encontré con estos seminarios de


consejería. Estoy emocionado de ver la iglesia abordando este tipo de temas, y tengo
curiosidad por saber cómo podrían ver a alguien en mi posición utilizando los materiales.
Puedo verme recomendando estos seminarios a mis pacientes que están dispuestos a
escuchar un punto de vista abiertamente cristiano en ese aspecto de su consejería, pero
parece que podría haber más usos que simplemente labores de consejería. ¿Podrías
compartir tus pensamientos acerca de cómo los que trabajamos en la práctica privada
podemos utilizar estos recursos?

Nuestro objetivo en la consejería es (1) equipar a la iglesia para que se cuiden unos a otros y a
nuestra comunidad con excelencia; (2) brindar servicios de asesoramiento de calidad que
permitan a nuestra gente involucrarse en la vida de los demás con confianza ̶ saber que hay
atención adicional y experimentada disponible para acompañarlos si es necesario; y (3) crear
espacios para nuestros miembros y otros cristianos de nuestra comunidad para aprovechar su
lugar de trabajo y carreras para un mayor impacto del evangelio en sus esferas de influencia.

Esperamos que este seminario y estos videos te brinden una visión de cómo esto puede suceder
y despierte la pasión en ti para ser parte de la obra de Dios de redimir y restaurar a las personas
y familias heridas.

Más información, disponible sólo en inglés:

www.bradhambrick.com/truebetrayal

166

También podría gustarte