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Esta cuenta tratara principalmente de tres personajes Rosa, Pinín y la Cordera.

Rosa y Pínin eran pastorcitos y hermanos gemelos, tenían la tarea de cuidar a la Cordera su
vaca madura, principalmente tenían que evitar que vaya a los rieles del ferrocarril y que se
fuera a la casa vecina, pero la vaca vivía en una gran paz, ella ya no recordaba sus viejas
aventuras.

Cuando La Cordera vio por primera vez el tren se volvió loca dio saltos por todos lados, pero
poco a poco se fue acostumbrando, empezó por ponerse de pie y mirar de frente, con la
cabeza erguida al ruido, más adelante solo lo miraba con desconfianza.

El lugar era tranquilo nada muy interesante pasaba ahí, los gemelos se amaban y ellos amaban
a la vaca, así como ella los soportaba en sus juegos.

No siempre la Cordera tenia al prado Somonte (porción de tierra con pasto en forma de
triángulo donde su punta inferior colgaba por una loma), donde podía estar tranquila,
anteriormente tenía que caminar para poder comer, en esos tiempos Rosa y Pínin tenían que
cuidarla de los diversos peligros y La Cordera aminoraba la miseria brindándoles su leche que a
veces tenían que compartir con sus crías para que estas sobrevivan.

Anton de Chinta nunca pudo cumplir su sueño de tener su corral propio con 2 yuntas, solo
llego a tener a la Cordera, después murió.

Ya Chinta un día de julio salió con La Cordera mientras los gemelos dormían, la llevaba a
venderla, pero había fijado un precio muy alto y nadie se atrevió a compararla, ya de retorno a
su casa en la carreta se encontró con un vecino borracho quien le había rondado todo el día
ofreciendo un poco menos que el precio de la Cordera, pero perdió la codicia y el capricho y
gano el gran amor que le tenían a la vaca.

A la semana un aldeano malo de la misma parroquia fue cobrar las deudas pendientes, y
nuevamente Anton salió a vender a la vaca al Humedal esta vez acompañado de Pinín, era
venderla o quedar en la calle. La Cordera fue comprada en su justo precio por un rematante de
Castilla quien la usaría para dar carne. Rosa y Pinín estaban muy tristes, estaban como en un
mundo desconocido, un viernes se la llevaron, la siguieron un buen trecho y luego la dejaron,
Rosa deshecha gritaba Adiós Cordera y Pinín repetía Adiós Cordera.

Al día siguiente Pinín y Rosa salieron al prao Somonte, que para ellos ahora parecía un
desierto. Días después de la partida de La Cordera, apareció el tren donde en uno de sus
vagones habían vacas, Rosa y Pinín creyeron que ahí estaba La Cordera, Rosa gritaba Adiós
Cordera y Pinín también. Pronto la Cordera se convertiría en carne ya que la llevaban al
matadero, sería alimento para los señores ricos glotones.

Años depuesta Pinín se hizo fuerte como un roble y fue llevado a servir al rey, no pudieron
salvarlo y lo llevaron a la guerra, Rosa lo despidió, estaba triste por separarse de su hermano
ahora si se quedaría en una gran soledad, gritaba adiós Pinín, adiós recordando a la vez a La
Cordera.

Rosa odiaba al tren, pensaba que el mundo se lo llevaba todo y a la vez oía la canción del
viento que era de lágrimas, de abandono, de soledad, de muerte, creyendo oir a lo lejos
¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera!

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