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PERIPECIA DE MAÑU.

“Mañu” fue concedido al indio prieto Mateo Tampu, y llevado a lo que fuera su hogar,
conjuntamente con la esposa de Mateo de nombre Martina y su hijo Damián. Un día la
Martina se pone a llorar, mira los recuerdos de su esposo que ya no está, pone un
poncho multicolor tejido por ella a su hijo, llora, la yerba ya gana a las plantas que el
Mateo sembró, el Mañu estaba triste, otro día hijo y madre se ponen a llorar, es que al
Mateo se lo han llevado los Gendarmes para el servicio militar no se sabe si volverá o
no, otros han vuelto pero algunos no. Con tal ausencia la familia se encuentra
desprotegida, pero “en casa donde no hay hombre el perro guarda”, ello parecía que el
Mañu lo había  comprendido y ladraba a todo aquel que se le acercaba, mostrando los
colmillos, siempre tenía la mirada y los oídos alertas.

IV. EL PUMA DE LA SOMBRA.


Mastican la coca de noche especialmente el Simón, observan al ganado, los perros
ladran, piensan que hay zorro o pumas merodeando por el lugar, el Simón que es
hablador cuando mastica la coca se pone a contar: Sucede que nuestro padre Adán tenía
toda clase de facilidades, tenía frutas comida, no le faltaba nada, los animales Vivian
apaciblemente sin atacarse el uno contra el otro pero la condición del cristiano es
descontentarse con lo que tiene y de repente va donde nuestro Señor, y le pide que no
haya noche solamente día, pues dice que en la noche nuestro padre se asusta y teme ser
atacado por los animales, de repente se acerca un puma el más grande que había,
bramando con voz muy fea, entonces ya llegaba y ya lo pescaba a nuestro Señor,
cuando se va deshaciendo esfumándose, “era pues un puma de sombra”, no tengas
miedo le dijo el Señor a nuestro padre Adán, pues el miedo hace ver cosas y sombras en
la oscuridad, es así como se ven, diablos, duendes pumas y zorros y toda clase de
fealdades durante la noche. Los perros retornaron fatigados, el Simón Robles termino,
tal vez también hoy fue un “puma de sombra” dicho esto todos se fueron a dormir.

V. GÜESO CAMBIA DE DUEÑO.


Aquel día mientras la Antuca pastaba su ganado, a lo lejos mira acercarse a dos jinetes,
avanzando al galope, uno de ellos desenrolló una soga y se lo tiró diestramente al pobre
güeso que era el primero que encontraron,  el perro quedo inmóvil con el rabo entre las
piernas, mientras la Antuca viene presurosamente para suplicar suelten a su perro,
¡suéltelo por diosito suéltelo!, imploraba la Antuca. Eran los hermanos Julián y Blas
Celedón, famosos bandoleros de la región, le preguntan al nombre del perro a la Antuca,
y ella responde que se llama güeso, inmediatamente jalan a güeso que se encuentra
cautivo y le dan de latigazos para que se mueva, así avanzan hasta perderse tras la loma,
la Antuca llora desconsoladamente.

VI. PERRO DE BANDOLERO.
Güeso, es castigado cruelmente al negarse a caminar junto con los Celedonios, en la
oscura noche llegan a una choza donde los recibe un hombre con poncho negro, les da
comida, el Julián separa un poco y le da a Güeso, posteriormente es amarrado
fuertemente, y los hombres echan a dormir, por la noche Güeso muerde la cuerda y
logra romper dos hebras y cuando estaba en la tercera y última, los hombres se dan
cuenta y lo castigan y amarran con una soga de cerda que es difícil de morder. Así pasó
sus días el triste Güeso, caminó y caminó junto a los bandoleros, de pronto siente un
cansancio y calor profundo habían llegado a Cañar, un valle profundo lleno de monte
tupido, a su lado corría el rio Marañón. Poco a poco el Julián le prodiga amor a Güeso
palmeándolo el lomo, Güeso comprende y mueve la cola, y lame la mano del hombre
que fuera su enemigo, el Julián se alegra y lo libera. Desde allí güeso ya no era más un
perro arreador de ovejas sino hubo que entenderse con las vacas y poco a poco tuvo que
acostumbrarse a aquella vida junto a los Celedonios. Y así entre buenas y malas,
suscitadas por los enfrentamientos que tenían los bandoleros con la gendarmería de la
localidad, siempre perseguidos, paso sus días especialmente a lado del Julián, Güeso el
perro fiel que había cambiado de dueño.

VII. EL CONSEJO DEL REY SALOMON.


Mascando su coca cuenta el Simón: que en tiempos pasados había un cristiano que se
había casado con una viuda, cuando había alguna discusión la viuda siempre se
recordaba de su marido difunto. Sucede el caso que el pobre ya no podía vivir tranquilo
entonces acude a pedirle consejo al Rey Salomón. “Anda donde está el camino y te
sientas a esperar donde el camino se parte en dos. Va a venir un cristiano en su burro
oye lo que dices eso haces”. Llegado el momento se presenta un jinete montado en su
burro y en el sitio donde el camino se partía en dos, el burro se iba por el otro lado
mientras que el cristiano quería irse por el otro camino que le convenía, entonces se baja
y dale el burro que quiere de nuevo por el camino. Entonces el cristiano se bajó y cortó
un palo, juá le sonó por las orejas y todavía le aplico dos más, jiu, jua, y el burro salió
andando por donde el quería. “Al burro y a la mujer palo con ellos”. Entonces oyendo
esto el cristiano cogió su palo y se fue a su casa, la mujer comenzó con su cantaleta de
siempre “me voy” mi difunto esposo no era así”, entonces cogiendo el palo le sonó: jiu,
jua, jiu, jua, y la mujer ya no se quiso ir más. Bien dicen que el rey Salomón era bien
sabio. Rieron todos a carcajadas.

VIII. LA CHACRA DE MAIZ.


Un día Wanka y Shapra, deambulan fuera del redil y miran pasar Manolia y Rayo, se
dirigen a la chacra de maíz de la casa-hacienda de Paucar, donde hay una extensión
grande de maíz fresco, regada por el agua de la quebrada, tumban un tallo y se comen el
maíz tierno, todos los perros hacen lo mismo, al día siguiente nuevamente se dirigen al
mismo sitio pero algo no está bien, la nariz de wanka se inquieta al sentir la presencia de
un olor que no había anteriormente y no entra más al contrario Rayo entra y una trampa
puesta por don Rómulo Méndez empleado de la hacienda lo mata, posteriormente como
ya la trampa había sido activada todos entran, pero lo empleados matan a tiros a Shapra
y Manolia.

IX. LAS PAPAYAS.
El subprefecto de la provincia, don Fernán Frías y Cortés, se encuentra de mal humor,
su puesto corría el riesgo de perderlo dado a los mandamases de Lima, piensa: ¿Qué
hacer?, ¿Qué hacer?,  para agradar a los de Lima, entonces mira pasar al Alférez
Chumpi el apodado Culebrón, al cual le solicita explícitamente que vaya a Cañar y
capture vivos o muertos a los Caledonios que en múltiples oportunidades se han burlado
de la Ley, tomaron amistosamente varias copas de vino y se pusieron a reír a carcajadas.
A la mañana del tercer día el Alférez Chumpi, sale briosamente con una cabalgata
conformada por gendarmes, los hacendados de la región habían colaborado eficazmente,
la noche anterior el Culebrón estaba en la botica comprando no sé qué, solo él lo sabe ya
en las alturas se siente la soledad y el frio intenso, había orden de disparar, Chumpi
marcha a la cabeza valerosamente, reúnen todas las vacas que sea posible y lo arrean
por donde están los Celedonios en calidad de cebo, los Celedonios y el Crisanto que se
encuentran en la choza se deciden a arrear a las vacas extraviadas al día siguiente y
duermen. De pronto el ladrido de los perros los despierta cogen sus armas y entrecruzan
disparos con los gendarmes, se van por la quebrada pero es imposible otra ráfaga de
balas llueve, después por el monte tampoco se podía por había gendarmes cuidando, por
el lado del rio tampoco, solamente les queda la cueva, y ahí se dirigen entre intercambio
de balas con los gendarmes el Crisanto cae muerto, mientras los Celedonios se
parapetan en la cueva, desde allí intercambian disparos, pasan los días ni los Celedonios
ni los Gendarmes al mando de Culebrón se rinden, arrecia la sed y el hambre, los
gendarmes barren con toda clase de comida excepto con las papayas que por orden del
Alférez no se podía tocar, y queman la choza, posteriormente se van, el Culebrón
viendo las papayas les introduce el veneno comprado en la botica de la provincia, y
luego se van. Al observar esto los Celedonios bajan en búsqueda de alimentos, y agua
solamente encuentran el líquido elemento pero no comida barrieron con todo los
gendarmes, solamente están las papayas, lo comen y mueren envenenados, los
gendarmes al mando de Chumpi, “el Culebrón” se acercan y los matan a tiros lo mismo
sucede con el fiel Gueso que es muerto también por balazos que le destrozan el cráneo,
este es el fin del famoso Gueso “perro de bandolero”.

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