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Autor del libro: Juan.

(Su nombre significa: “Jehová ha hecho gracia”)


Las evidencias externas e internas demuestran que Juan es el autor de este libro:
• Evidencias externas
○ Policarpo (70–155 d.C.), fue discípulo de Juan y es quien afirma que Juan escribió el libro que
lleva su propio nombre. Policarpo aporta la información más importante sobre la cuarta versión
del evangelio.
○ Ireneo (130–200 d.C.), fue discípulo de Policarpo y afirma categóricamente que Juan había su
evangelio en Éfeso y que los otros tres evangelios ya existían antes.
○ Clemente de Alejandría, Tertuliano, y Orígenes afirmaban coincidiendo que Juan había escrito
el libro que lleva su nombre.
• Evidencias internas
○ Juan al principio de su libro se identifica en la primera persona del plural en 1:14; y lo afirma al
final de su libro en 21:20–24.
○ El apóstol de 21:17 fue uno de las siete personas mencionadas en 21:2.
○ El discípulo amado por Jesús es frecuentemente mencionado en, 13:23–24; 19:26; 20:2; 21:7,
20–21.
○ Juan fue uno de los doce porque él estuvo presente en la última Cena, 21:14; Mr. 14:17.
○ El griego del libro de Juan está matizado con el idioma arameo, la cual indica que su autor es
un judío; que conocía muy bien la historia de Palestina, la geografía, y las costumbres de la
época de Jesús.
Fecha: Juan fue escrito aproximadamente entre los años 94–96 d.C. [Este libro fue escrito 30 años des-
pués de los tres libros o evangelios sinópticos.]
Propósito: Juan mismo nos da su propósito diciendo: “Hizo además Jesús muchas otras señales en
presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para
que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”
20:30–31. En otras palabras el propósito de Juan es que sus lectores:
○ Crean → “…que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios…” (“Creer” se repite 98 veces)
○ Tengan vida → “…en su nombre.” (“Vida” se repite 46 veces”)
Enseñanza principal del libro: Es mostrar que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios vivo, la fuente de
salvación y el camino a la vida eterna.

AMBIENTE HISTORICO → Político y cultural


Durante los 400 años entre el A.T. y el N.T. no hubo palabra profética de parte de Dios. No hubo
ninguna escritura ni revelación directa por medio de los profetas; Pero si poseemos información de
este periodo entre los dos testamentos. Si podemos notar que Dios trabajaba en el ambiente político,
religioso y social del mundo que afectaron a los judíos, tal como fue predicho por Daniel en los capí-
tulos 2, 7, 8, 11. A continuación veremos un breve trasfondo histórico y cultural de lo que ocurrió en
los 400 años intertestamentarios.
El periodo babilónico (605–539 a.C.) → Tres deportaciones de Judá a Babilonia.
• 1º deportación, Dn. 1:1 → en el 605 a.C.
• 2º deportación, 2 Ry. 24:10–16 → en el 597 a.C. Fueron deportados 10,000 habitantes de Jeru-
salén entre ellos a Joaquín, rey de Judá.
• 3º deportación la más devastadora de todas → en el 586 a.C. Fue destruida la ciudad de Jerusa-
lén y el Templo de Salomón.
El ejército Babilónico de Nabucodonosor invadió a Judá en el año 605 a.C. en ese momento el
estado judío independiente llego a su fin, y durante los siguientes 20 años los judíos seguían te-
niendo un rey pero sometido a la autoridad de los Babilonios. Y en el 586, los judíos intentaron
revelarse contra los babilonios pero fracasaron, y el resultado fue la destrucción de la ciudad de
Jerusalén, del templo y la deportación de muchos judíos a Babilonia, de allí en adelante los judíos
permanecieron bajo el dominio babilónico por 50 años más.
El periodo Persa (539–331 a.C.) → Tres regresos de Babilonia a Jerusalén.
• 1º regreso, con Zorobabel, Esd 1–6. → 537 a.C.
• 2º regreso, con Esdras, Esd. 7–10. → 458 d.C.
• 3º regreso, con Nehemías, Neh. → 444 d.C.
En el año 539 a.C. los persas y sus aliados conquistaron a los babilónicos. Los judíos bajo el con-
trol de los persas fueron tratados muy bien, porque se les permitió practicar su religión y Ciro el
rey de los persas permitió a los judíos volver a su propia tierra y les dio permiso para reconstruir
el templo en Jerusalén, ver: 2 Cr. 36:22–23; Esd. 1:1–8. Y con la ayuda de los profetas Hageo y
Zacarías pudieron realizar esta construcción a pesar de la oposición y todos los problemas que se
presentaron.
El templo fue terminado en el año 516 a.C. luego Esdras y Nehemías reconstruyeron las murallas
de Jerusalén. Los líderes intentaron llevar a cabo una reforma moral y espiritual entre los judíos;
lamentablemente no tuvieron éxito total pero sí tuvieron un impacto fuerte en Israel. Elevaron la
palabra de Dios a nuevas altura de importancia y la aplicación de la ley a la vida diaria. Este fue
un tiempo de paz y contentamiento temporal porque inmediatamente vino la tormenta cuando
apareció Alejandro el Grande en la escena.
El periodo Griego (331–143 a.C.) → Helenización de la cultura hebrea.
• Alejandro Magno (331–323) → Nació en el año 356. Su maestro Aristóteles lo educó bien en
la filosofía y política griega. Alejandro, desafió a Darío de Persia e impuso ante el mundo el
gobierno griego. Su victoria sobre los persas fue rápida y total. Y después de haber derrotado a
los persas en Asia Menor conquistó a Palestina. Los judíos no resistieron mucho a Alejandro y
como resultado él los trató bien; y les inculcaba el estilo mundano de vida griego. Esto vino a
ser una amenaza no solo para el pueblo de Israel sino también para la religión Judía. Alejandro
al conquistar el mundo antiguo llevó a una profunda expansión y propagación de la cultura
griega conocida como el helenismo. Surgiendo así una lucha entre el pensamiento filosófico de
los griegos y el pensamiento hebreo de los judíos. Como resultado algunos judíos se asimilaron
a la cultura griega (helenización) y fueron conocidos como los “griegos”
PERIODO GRIEGO Alejandro Grande conquista el mundo antiguo y propaga la cultura griega
conocida como el HELENISMO (331–143 a.C)
Esta cultura llegó a todas partes y su lengua griega se hizo muy común en el comercio, y para
los tiempos del N.T. era la lengua del hombre de la calle en muchas partes de palestina. Luego
este factor de una lengua común y casi universal tenía un impacto significativo para la rápida
expansión del evangelio en el mundo conocido.
Alejandro murió en el año 323 a.C. y su imperio se dividió en cuatro partes y como no tenía
heredero sus generales tomaron el imperio griego. De las cuatro partes del imperio; los Ptolo-
meo y los Seleuco son los más importantes para este estudio del trasfondo histórico intertesta-
mentario del N.T.
Los Ptolomeos (321–198 a.C.) → Centrado en Egipto.
La tierra de los judíos vino a ser parte del imperio Ptolomeos. Ellos controlaron a los judíos
por más de un siglo de su historia. Por lo general fue un tiempo tranquilo y próspero para los
judíos pero las constantes guerras entre los Ptolomeos y los Seleucidas transformaron a palesti-
na en una zona de guerra. Había daño en la economía de los judíos pero los judíos eran trata-
dos de manera favorable por ambos lados porque querían obtener el apoyo de parte de los ju-
díos.
Un evento importante ocurrió durante el reinado de Ptolomeo Filadelfo (285–247 a.C.) Ptolo-
meo Filadelfo hizo que los eruditos judíos tradujesen el A.T. hebreo al griego para poder suplir
las necesidades de los judíos que se habían criado en la cultura griega. Por supuesto, los judíos
en Alejandría comprendían el griego mejor que el hebreo. Pero, esta traducción de las Escritu-
ras Bíblicas del hebreo del A.T. traducida en el 250 a.C. al griego, se la conoce como la Sep-
tuaginta (LXX), y vino a ser un documento muy significativo para los judíos que vivían fuera
de palestina y más adelante vino a ser la Biblia de la iglesia primitiva.
Los Seléucidas (198–143 a.C.) → Centrado en Siria. (Controlaron a Palestina)
Antíoco III de Siria, derrotó a los Ptolomeos, y con su victoria el helenismo conquistó todo el
territorio de palestina y continuó bajo Antíoco IV o Epífanes (175–163 a.C.)
Antíoco Epífanes no solo promovió el helenismo entre los judíos sino que también atacó la
religión y la cultura judía; sustituyendo al Sumo Sacerdote judío Onías III, por su hermano
Jasón.
Antíoco, realmente fue un traidor con los judíos; y comenzó a transformar a Jerusalén en una
ciudad griega construyendo teatros y un gimnasio donde los muchachos judíos se ejercitaban
desnudos a la manera griega tradicional. Confeccionó vestidos griegos e hizo cirugías para
eliminar la marca de la circuncisión. Cambió los nombre hebreos por los nombre griegos. To-
dos estos cambios en la cultura de los judíos fue un escándalo entre los judíos piadosos en pa-
lestina. Pero, aun lo peor que hizo fue que el 15 de Diciembre del 168 a.C. colocó en el altar
del templo judío una imagen del dios griego Olímpico Zeus, y diez días más tarde hizo el peor
de los ridículos sacrificando un cerdo en el altar del templo judío, véase Mr. 13:14.
Antíoco Epífanes, forjó a todo el país obligatoriamente a que se deben de practicar las fiestas
paganas. Esta orden derramó el vaso de agua en la comunidad Judía y no la pudieron soportar
especialmente los judíos piadosos. Por lo tanto, se formó la rebelión judía en contra de los Se-
léucidas de Siria. Y fue el sacerdote judío Matatías de la ciudad de Modín el que desafío a un
oficial Sirio cuando este llegó a su pueblo Modin a obligar el sacrificio pagano. Matatías no
solo reusó obedecer al representante del rey sino que mató a un judío que pasó bien dispuesto a
ofrecer el sacrifico. Como resultado Matatías huyó al monte con sus cinco hijos.
En poco tiempo Matatías murió; pero el movimiento fue conducido por su hijo Judas conocido
como “Macabeo” y significa el “martillo”. Los rebeldes tuvieron muchas victorias y fue impo-
sible para el ejército de Antíoco Epífanes vencer la resistencia judía. Esto hizo que el linaje
sacerdotal judío sea restaurado y rescatado el Templo tres años después que Antíoco profanó el
templo de Jerusalén.
Macabeo y sus fuerzas derrotaron a los sirios, purificaron y redificaron el templo esto ocurrió
en Diciembre 165 a.C. y finalmente después un breve período de más guerras, violencia y lu-
chas internas en el año 143 a.C. por fin se logró la paz con los sirios.
El periodo Asmoneo (143–63 a.C.) → Independencia política, empieza el sanedrín.
De los “hijos de Asmón” sale el nombre de “Asmoneo” con la cual se identificó la familia de Ma-
tatías, quien fue miembro de la familia sacerdotal y el que se opuso al sacrificio pagano aplicado
por Antíoco Epífanes.
• Simón, hermano de Macabeo, fue uno de los primeros gobernantes del estado independiente
Judío. Lo declararon como Sumo Sacerdote y dirigente civil de los judíos. Lo increíble en la
comunidad judía es que durante este periodo el Sumo Sacerdote también tenía el poder civil. Y
aunque sus cargos duraron muy poco, fue de gran beneficio para el pueblo judío, la economía
mejoró, y la vida religiosa volvió a surgir, de tal manera que hubo un tratado de independencia
del estado judío con los romanos.
No obstante, hubo envidias y contiendas por el poder durante este periodo.
• Juan Hircano, es el segundo hijo de Simón y le sucedió a su padre en el poder político religioso
por 30 años (135–106 a.C.). Él fue un gran líder militar de tal manera que reconquistó territo-
rio perdido derrotando a los Sirios, Samaritanos e Idomeos. Hircano murió en el año 106 a.C.
• Pompeyo de Roma, cerca de año 63 a.C. invadió y conquistó Palestina. Se tomó el templo a la
fuerza matando a miles de judíos durante el asalto. Impuso sobre Judea tributos fastidiosos, y
mantuvo a toda Judea bajo el control de los césares. Todo esto hizo que el emperador romano y
el senado pusieran a Herodes como rey de Judea para que cobrara los impuestos, controle a
todos los judíos, y eventualmente asesinaran al Mesías en la cruz romana. Por último, las cultu-
ras hebrea, griega, y romana, estaban mezcladas juntamente en Judea, con la común utilización
de los tres idiomas.
El periodo Romano (63 a.C. – Nuevo Testamento) → Gobierno de roma, idioma común, sistemas
de carreteras.
Con la intervención de Pompeyo los romanos establecieron a Juan Hircano II, para que reinara
entre los judíos. En aquel entonces Antípater el rey de los romanos colocó a sus hijos en posicio-
nes de poder en palestina uno de ellos se llamaba Herodes el Grande y fue declarado rey en pales-
tina durante los años 37–4 a.C., este restauró el Templo durante su reinado y construyó muchos
edificios en Jerusalén incluyendo el palacio de Herodes. Samaria también fue redificada. Se hizo
un puerto en el mar en Cesárea, y muchas otras obras públicas se hicieron.
Por otro lado, Herodes fue súper que malvado porque mató a muchos miembros de su familia, e
hizo muchos crímenes monstruosos, por ejemplo, la matanza de los bebes descrito en Mt. 1:13–
23. Tuvo diez mujeres durante su reinado. Después de su muerte, Mt. 1:19, tres de sus hijos reci-
bieron la división de su territorio: Arquelao, recibió Judea y Samaria. Antipas, recibió Galilea y
Perea. Y Felipe, recibió los distritos al norte y este de Galilea.
LOS GOBERNANTES HERODIANOS
• Herodes el Grande → 37–34 a.C. Rey de Palestina, Mt. 2:1; Lc. 1:5
• Herodes Antipas → 4 a.C.–39 d.C. Tetrarca de Galilea, Perea → Hijo - Lc 3:1; 13:31; 23:7
• Arquelao → 4 a.C, 6 d.C. Tetrarca de Judea, Samaria, Idumea → Hijo – Mt. 2:22
• Herodes Felipe II → 4 a.C.–34 d.C. Tetrarca de Iturea, Traconite→ Hijo – Lc. 3:1
• Herodes Agripa I → 37–44 d.C. Rey de Palestina → Nieto – Hch. 12:1–23
• Herodes Agripa II → 48–70 d.C. Tetrarca de Calcis, y otros territorios → Biznieto - Hch. cp. 25–
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La Diáspora (Dispersión)
Por siglos el lugar principal donde los judíos residían era Palestina, pero la mayoría de los judíos por
razones de cautiverio Babilonia, por razones de comercio, etc. vivieron dispersados fuera de Palesti-
na. Para el comienzo de la era cristiana ya habían más judíos viviendo fuera, que en su propia tierra
de Palestina. Vivían en todas las ciudades grandes y pequeñas del imperio Romano. Había dos gru-
pos de judíos en la diáspora:

• Los hebraístas o “hebreos.” El apóstol Pablo los menciona y él era uno de ellos, Fil. 3:5. Los he-
braístas no solamente guardaban la fe tradicional del judaísmo; sino que también, hacían uso del
hebreo, del arameo y guardaban las costumbres y tradiciones Judías durante el primer siglo de la
era cristiana incluyendo la caída de Jerusalén en el año 70 d.C.
• Los helenistas. Estos habían absorbido la cultura grecorromana y habían dejado de ser judíos ex-
cepto en los asuntos de la fe. Hablaban el griego o cualquier otra lengua donde ellos vivían. Estos
grupos se mencionan en Hch. 6 donde la división entre ellos comenzó a poner en peligro la uni-
dad de la iglesia del primer siglo.
Este fue el ambiente histórico en cuanto a lo político y cultural de los judíos durante el periodo 500
años antes de Jesús y durante el primer siglo en Palestina.
AMBIENTE RELIGIOSO → Sectas y partidos
Esta segunda parte del periodo intertestamentario sirve para entender los encuentros de Jesús con los
fariseos, saduceos, esenios, y zelotes. Saber de estos grupos es importante para entender el contenido
del N.T.
Los Fariseos → Guardadores de la Ley y las tradiciones.
Esta fue la secta más grande y la de mayor influencia en el judaísmo del 1º siglo. Después de la
caída de Jerusalén en los años 70 el grupo continuó hasta el siglo II. El apóstol Pablo y el historia-
dor Josefo eran Fariseos.
Los fariseos no eran sacerdotes sino laicos dedicados a la fiel observancia de la ley y de las tradi-
ciones de los ancianos. Ellos eran personas de negocios, por lo tanto estaban en contacto con la
gente de clase media y con gente común y corriente, por eso fueron muy populares y teniendo el
apoyo de todo el pueblo y que los trataban mejor que a los saduceos durante el 1º siglo.
Los fariseos posiblemente vienen de los Hasidim que fueron un grupo judíos que se opusieron a
la helenización de los periodos Sirios - Macabeos. El nombre fariseo viene del verbo hebreo “Pa-
rash” y del arameo “Perash” y quiere decir “separatistas” Pero, ¿separación de qué? Fue separa-
ción del pecado y de toda contaminación ritual. Porque ellos creían en el A.T. como la Palabra de
Dios escrita es inspirada por Dios mismo.
Los fariseos demostraron un profundo celo por sus tradiciones por sus interpretaciones de la ley
Mosaica sus deseos eran nobles obedecer completamente cada uno de los preceptos de la ley es-
crita y oral. Pero, añadían a la Palabra de Dios las tradiciones por ejemplo: Mt. 9:14; 15:1–9;
23:5; 23:16, 23; Mr. 7:1–23; Lc. 11:42. A pesar de todo este legalismo, fueron más fieles a las
doctrinas más elementales de Palabra de Dios que los Saduceos.
Los fariseos:
• Creían en la existencia de los ángeles y de los espíritus demoniacos, Hch. 23:8
• Creían en la inmortalidad del alma y en la resurrección del cuerpo, Hch. 23:6
• Practicaban la oración ritual, el ayuno y diezmaban meticulosamente.
• Guardaban el sábado estrictamente.
• Se consideraban el Israel de Dios.
• Eran admirados por el pueblo por causa de su piedad como hombres santos.
• Custodiaban la fe de los padres.
• Eran rivales de los Saduceos, y odiaban a los romanos.
Hay que recalcar que no todos los Fariseos eran hipócritas; y por eso ellos tenían mucha influen-
cia entre la gente, las instituciones del pueblo y sobre todo en las sinagogas.
El N.T. presenta a los fariseos como los grandes enemigos de Jesús y de los cristianos. Aunque
algunos fariseos protegieron a Jesús y a unos cristianos véase: Lc. 13:31; 7:36–50; Lc. 14:1; Jn.
3:1–21; 7:45–53; 9:13–16; Hch. 5:34–39; 23:6–9.
En Hch. 23:8 se encuentra una de las creencias más contundente y clara de los fariseos en el N.T.
también en Mr. 7:3–4 nos dice acerca de la observación de las tradiciones de los ancianos y de su
preocupación de lavarse las manos. Todo esto nos enseña que los Fariseos históricamente son un
grupo de hombres dedicados a la tradición de los ancianos, dedicados a la escrituras, dedicados a
vivir de una manera de glorificar a Dios según su propio entendimiento. La dificultad que Jesús
tenía con ellos no fue en su obediencia en la ley de Moisés sino en el hecho de que ellos no tenían
los ojos de fe y ellos no querían aceptar este amor de Dios el plan salvífico a través de Jesús mis-
mo.
Los Saduceos → Los de la aristocracia, los hombres sin fe que buscan la prosperidad.
Los saduceos, tomaron su nombre de “Sadoc” era un Sumo Sacerdote en los tiempos de David y
Salomón. Fueron menos numerosos que los fariseos, pero tenían:
• Mucha influencia entre el liderazgo judíos.
• Mucha influencia en el templo de Jerusalén.
• Mucha influencia en el sanedrín
• Mucha influencia en el poder político.
Eran el grupo gobernante de la vida civil del judaísmo bajo el gobierno de los Herodes; por esa
razón ansiosamente trataban de complacer a los romanos. Y aunque entre el grupo de políticos
había algunos fariseos el control estaba en sus manos de los sacerdotes aristócratas saduceos y no
en manos de los fariseos.
Los saduceos no sobrevivieron a la caída de Jerusalén en el año 70 d.C., porque se terminó el
sacerdocio con la destrucción del templo y también a causa de la hostilidad de los romanos contra
los líderes judíos. En cambio los fariseos debido a la dedicación de las tradiciones y las Escrituras
no fueron destruidos como grupos en sus posiciones de autoridad y liderazgo entre los judíos.
Los Saduceos:
• Sus creencias son conocidas a través del N.T.,
• Rechazaban todo el cuerpo de la Ley oral del A.T., a excepción del Pentateuco.
• Insistían que solo la Escritura que tiene autoridad era estrictamente la interpretación literal
del Torá y era la única parte de las Escrituras que ellos consideraban canoníca, Hch. 23:8.
• Negaban la existencia de los ángeles y de espíritu y los paralelos de Marcos 12:18.
• No creían en la inmortalidad personal y aceptaban las influencias helenizantes de los fariseos.
• Fueron completamente auto-suficientes, de tal manera que negaban la intervención de Dios
en los asuntos de la vida diaria.
• Negaban cualquier resurrección de los muertos, Mt. 22:23; Mr. 12:18–27; Hch. 23:8.
• Negaban cualquier vida después de la muerte, argumentando que el alma se acaba con la
muerte, y que no había ningún castigo o recompensa después de la vida terrenal.
• Negaban la existencia del mundo espiritual, o sea de los ángeles y demonios (Hechos 23:8).
Los Saduceos, invertían mucho tiempo en la política de tal manera que no se interesaban de Jesús;
sino solo cuando se dieron cuenta de que Él atrajo la atención de Roma. Fue en este momento que
los saduceos y fariseos se unieron y tramaron la muerte de Jesús, Jn. 11:48–50; Mr. 14:53; 15:1.
También se mencionan a los saduceos en Hch. 4:1; 5:17, como también se los culpa de la muerte
de Jacobo, Hch. 12:1–2, tal como Flavio Josefo el historiador también lo menciona.
Los Esenios → Los que enfatizaban la caridad y santidad alejándose de las ciudades.
Este fue un grupo débil en autoridad, no eran tan reconocidos y fueron muy diferentes a los sadu-
ceos y fariseos. Los esenios eran una fraternidad ascética porque creían en la purificación progre-
siva y el esfuerzo constante para conseguir un ideal moral llevando una vida simple lejos de las
grandes ciudades para agradar a Dios.
Los Esenios:
• Se separaron de los fariseos por un desacuerdo acerca de la política de los Asmoneos y no
participaron en los sacrificios en el templo porque lo consideraban parte de un sacerdocio
corrupto.
• Los que deseaban ingresar a este grupo tenían que estar dispuestos a someterse a las reglas
del grupo pasando por todas las ceremonia de iniciación. Por ejemplo: Se abstenían del ca-
samiento.
• El grupo creció a través de conversiones de personas al movimiento.
• Tenían en común todas sus propiedades, o sea sus bienes muebles e inmuebles.
• Enfatizaban el trabajo manual y comían con moderación.
• No tenían esperanza ninguna esperanza de que la situación en Palestina mejorara.
• Usaban ropas blancas y cuando no estaban trabajando eran sobrios y severos en su conducta.
• Enseñaban que el alma era inmortal y que con la muerte los buenos pasan a la región donde
brilla el sol y los malvados son deportados al lugar de la oscuridad
Los Esenios fueron descritos como una comunidad cuando en 1947 en la cueva de Qumran fueron
descubiertos una colección de Rollos en el Mar Muerto. Los Esenios y la comunidad de Qumran
se caracterizaban por llevar una vida monástica bajo un reglamento disciplinario estricto.
Los Zelotes → Los bandidos y revolucionarios armados en contra del imperio Romano.
Los zelotes no eran una secta o un partido religioso sino un grupo de ardientes nacionalistas que
usaban la violencia y la espada para librarse de Roma.
Los Zelotes:
• Se negaban a pagar los impuestos a Roma.
• Iniciaron varias revueltas en contra de Roma el 1º siglo.
• Una de sus rebeliones resultó en la destrucción de Jerusalén por el general Romano Tito en el
año 70.
• En el N.T, Los Zelotes no son mencionados tanto como los Saduceos, Fariseos, y Saduceos
quienes tuvieron un impacto en el judaísmo del primer siglo.
El Templo
El primer Templo fue construido por el rey Salomón, y destruido en el año 586 a.C., por Nabuco-
donosor.
El segundo Templo en el año 516 a.C.; se terminó de edificar como parte del proceso de restaura-
ción del pueblo de Israel.
Herodes en el año 20–19 a.C., empezó nuevamente la reconstrucción del Templo e hizo que los
sacerdotes hicieran el trabajo parte por parte y lentamente para que el culto no se interrumpiera.
Esta reconstrucción se terminó en el año 62–64 d.C. Los judíos le dijeron a Jesús que en 46 años
fue edificado este templo, Jn. 2:20
El templo era el centro principal para la adoración en Jerusalén. Era el enfoque de todos los judíos
del mundo, y fue destruido en el años 70 d.C.
La Sinagoga
Sinagoga en griego es “synagoge” que significa: “reunir, congregar, lugar de asamblea, o casa de
adoración” era un centro social, espiritual, y un medio educativo para hacer el culto judío donde
se guardaban los rollos de la Escritura para ser leída y explicada en ese lugar. Diez hombres po-
dían formar una sinagoga para reunirse a orar y adorar en el séptimo día, y se desarrollaron entre
la cautividad y el nacimiento de Cristo.
La sinagoga empezó en la dispersión de la cautividad como un sustituto para el culto, debido a
que hubo la destrucción del templo de Salomón, durante el exilio babilónico del siglo VI a.C. fue
un lugar importante para continuar con las tradiciones del Judaísmo, pero sin los sacrificios. Esta
palabra se usa una sola vez en el N.T. para referirse a una reunión cristiana en Stg. 2:2.
En las sinagogas:
• Los laicos tenían un rol importante.
• La lectura de las Escrituras y la oración eran la prioridad.
• Había lecturas regulares, y escuelas para niños y jóvenes.
• Los líderes eran los ancianos.
• No había la separación de hombres y mujeres sentados.
En época de Cristo las sinagogas siguieron existiendo a pesar de la reconstrucción del templo; y
había una sinagoga en cada comunidad. Debido a que muchos no podían acudir al templo, y llegó
a ser el centro para la vida judía, no fue una sustitución para la adoración en el templo, sino un
suplemento.
• Cristo → Asistía a las sinagogas para enseñar, ministrar, y sanar, Mt. 4:23; 9:35; Lc. 4:16–
30; 13:10; Jn. 6:59; 18:20.
• Los primeros misioneros de Cristo → Empezaron a predicar el Evangelio desde las sinago-
gas, Hch. 9:20; 13:5, 40–42; 17:1, 10, 17; 18:4, 26.
• La división entre el cristianismo y el judaísmo en el principio de 1º siglo → Permitió que se
estableciesen congregaciones o iglesias cristianas totalmente aisladas de la sinagoga.
Cuando muchos judíos se opusieron al Evangelio de Cristo, el apóstol Juan les llamó a este grupo
“sinagogas de Satanás” Ap. 2:9; 3:9; Jn. 9:22; 12:42; 16:2. Una tradición rabínica decía que había
480 sinagogas en Jerusalén, pero probablemente sea una exageración.
Los encargados de la sinagoga
• El archisynagogos → Era el encargado de todos los detalles y actividades de la sinagoga, era
nombrado por los ancianos. Mr. 5:22 menciona a Jairo quien era un alto dignatario “archisy-
nagogo” de la sinagoga. Más ejemplos están en: Lc. 13:14; Hch. 13:15.
• El hazzan → Lucas 14:2, Jesús, dio el rollo al ministro o hazzán, que significa ayudante o
ministro, quien ayudaba al desenvolvimiento del culto. Daba aviso del inicio del sábado, y
era responsable del culto y del cuidado del edificio mismo.
• Todas las personas de las sinagogas podían participar en términos de liderazgo.
El libro de la ley en las sinagogas
• Cada sinagoga tenía un nicho donde se guardaba el libro de la Ley de Moisés.
• Se leía este libro de la Ley.
• Se predicaba el libro de la Ley en un púlpito. Mt. 23:2 dice que los escribas y fariseos se sen-
taban en la catedra de Moisés. En otras palabras se sentaron en la catedra más alta de autori-
dad Mosaica para instruir a las personas en cuanto a la Ley. Pero, Jesús se indignó y por eso
los condenó.
¿Para qué se escribió? para revelar:
• Que Jesús es Dios.
• Que Jesús es el Cristo, el Mesías prometido.
• Que solo creyendo en Jesucristo podemos tener la vida eterna.
• Que las enseñanzas de Cristo refutan indudablemente todas las existentes doctrinas heréticas.

ENSEÑANZAS IMPORTANTES
• Jesucristo es la Palabra de Dios eterno.
• Jesús es Dios.
• Jesús participó en la creación de todas las cosas.
• Jesús la luz del mundo para la humanidad en tinieblas.
• Jesús es el único camino al cielo.
• Solo a través de Jesucristo podemos conocer a Dios.
• Jesús el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
• Jesús demostró su deidad cuando también hizo milagros.
• Jesús conoce todo lo que hay en el corazón humano.
• Solamente por el nuevo nacimiento del Espíritu Santo podemos entrar al cielo.
• Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a Su Hijo Jesucristo.
• El que no cree en Jesucristo vive en tinieblas.
• Dios es espíritu, y es necesario adorarle en Espíritu y en verdad.
• Los verdaderos discípulos de Cristo, están dispuestos a pagar el precio por Él.
• El pecado imperdonable es no creer en Jesús.
• El evangelio no es una religión, sino una relación correcta con Dios.
• Jesús es el gran “Yo Soy”
• Jesús es el buen pastor.
• Jesús y el Padre uno son.
• Jesús es la resurrección y la vida.
• Jesús fue condenado a muerte por la envidia de sus enemigos.
• Jesús mantuvo el control de su arresto.
• Jesús dio Su vida en la cruz para redimir al hombre.
• Jesús murió voluntariamente por nuestros pecados.
• La resurrección de Cristo venció a la muerte y al diablo.
• El cuerpo de Cristo resucitado, ya no tenía la formación molecular que tenemos nosotros, porque
Su cuerpo ya no estaba regido bajo la ley de gravedad.
• El cuerpo resucitado de Cristo no estaba gobernado a la 1º y 2º ley de la termodinámica; la ley de
la entropía y la ley de la corrupción, porque Su cuerpo era un cuerpo glorificado.
• Jesús envió al Espíritu Santo para abogar por todos los hijos de Dios.
• Todos los cristianos somos llamados a apacentar los corderos.
• En este libro no están escritos todos los hechos que hizo Jesús, porque no cabrían todos los libros
del mundo para escribir las muchas cosas que hizo Jesús.

Doctrinas teológicas en las cartas juaninas

Cristología: La doctrina de la persona y obra de Cristo es el punto central de la teología cristiana; la di-
vinidad, la humanidad y la salvación se juntan en Cristo. La cristología responde a la pregunta de quién
tiene que ser Jesús para lograr nuestra salvación: cuáles son sus cualificaciones, sus roles, sus oficios,
mediante los cuales lleva a cabo esa salvación. Luego se fija en la obra de Jesucristo en sí, su consecu-
ción de la salvación en nuestro nombre.
Cristo es una de las personas de la Trinidad, y el estudio del testimonio bíblico acerca de él nos
lleva de nuevo a la “teología propia”; en realidad aquí estamos estudiando nuevamente la doctrina
de Dios dentro de la doctrina de la persona y obra de Cristo. El que vino y obró nuestra salvación es
completamente Dios, con la plena naturaleza divina. Por nosotros y por nuestra salvación él asume
nuestra naturaleza humana.

Hamartiologia El origen de la raza humana y su caída en el pecado son temas clave de la Biblia que se
han vuelto controvertidos en los tiempos modernos. La Biblia enseña que la humanidad fue hecha al
final de un proceso creativo que ya estaba completo cuando apareció por primera vez. Adán, que así se
llamaba este hombre, originalmente estaba solo, pero Dios no quería que esa situación continuara, así
que creó a Eva del cuerpo de Adán e instituyó la diferencia sexual que sigue siendo la fuerza procrea-
dora que tan básica es para la supervivencia de la humanidad. Al principio, Adán y Eva vivían en una
condición que se describe como “paraíso” o el “jardín del Edén”. Estaban “desnudos” pero “no se aver-
gonzaban” (Gn 2:25), porque no sabían nada de la experiencia del mal, el pecado o la corrupción. Sin
embargo, eran mortales, y Dios les advirtió que no comieran del árbol del conocimiento moral, porque
si lo hacían, morirían. Lamentablemente, el jardín del Edén no era completamente idílico. En él estaba
la presencia del mal en forma de serpiente. Esta serpiente, a quien podemos identificar como Satanás
(Ap 12: 9), tentó a Adán y Eva para que se alejaran de Dios, persuadiéndolos a comer el fruto prohibi-
do. Satanás habló primero con Eva, y ella convenció a su esposo para que hiciera lo que ambos sabían
que estaba mal. La promesa de Satanás era que si comían el fruto se volverían como Dios, un objetivo
deseable en sí mismo, tal vez, pero que nunca deberían haber perseguido rechazando el mandato de
Dios.

Soteriología (σωτηρια, sotería, “salvación”; λογος, lógos, “palabra”) es la rama de la teología cristiana
que trata las doctrinas de salvación, incluyendo: (1) expiación por el pecado, la provisión de salvación
por medio de Cristo; y (2) salvación del pecado, la aplicación de la salvación por el Espíritu. La muerte
de Cristo en la cruz expía el pecado del hombre como sustituto condicional por el castigo merecido. Por
lo tanto, la expiación es vicaria, sustitutiva y suficiente para todos. Se anuncia en los sacrificios del AT
y las predicciones proféticas, y lo motiva el amor de Dios. A la expiación se la denomina propiciación
(1 Jn. 2:2; Ro. 3:25), redención (v. 24; 1 Co. 6:20; Gá. 3:13), rescate (Mt. 20:28; 1 Ti. 2:6) y reconcilia-
ción (Ro. 5:10–11; Col. 1:20–22). La expiación ha sido provista para todos (2 Co. 5:14–15; He. 2:9; 1
Jn. 2:2). Sus beneficios incondicionales incluyen la continuación de nuestra raza, la restauración del
hombre a la posibilidad de ser salvado, la gracia preveniente que guía al hombre al arrepentimiento, la
salvación de los infantes y la intercesión continua de Cristo. Los beneficios condicionales de la expia-
ción son todos los ministerios salvíficos de Dios a la persona. El Espíritu Santo administra el plan y la
provisión de redención. El llamado de la gracia de Dios está disponible para la humanidad por medio
del Espíritu y la Palabra (Ap. 22:17). La gracia preveniente de Dios imparte misericordia (Ro. 2:4), el
Espíritu convence de pecado (Jn. 16:8), atrae a las personas hacia Cristo (6:44) y obra con el libre albe-
drío del hombre en cada paso que la persona da hacia Dios. El arrepentimiento por el pecado cometido
es esencial para la salvación (Lc. 13:2–5; Hch. 3:19; 17:30), junto con la fe salvífica (Ro. 1:16; 10:10;
Ef. 2:8). El arrepentimiento se prueba mediante un pesar santo por el pecado (2 Co. 7:9–10) y el aban-
dono del pecado (Mt. 3:8). Este giro, del pecado hacia Dios, se llama conversión (18:3; Stg. 5:19–20).
La justificación es el acto judicial y de gracia que realiza Dios al declarar que el pecador arrepentido es
perdonado, librado del castigo y aceptado como justo. Se recibe por gracia (no por obras) mediante la
fe (Ro. 3:24–25; 5:1; Ef. 2:8) y por medio de la sangre derramada de Cristo (He. 9:12).

Pneumatologia Una de las áreas clave de discusión con respecto al Espíritu Santo ha sido su estado
ontológico y su relación dentro de la Divinidad con Dios el Padre y Dios el Hijo. La fórmula bautismal
de Mateo 28:19 contiene un punto de partida inicial y sucinto para esta discusión. Aquí, a Dios se le
describe como “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. Dado que esta fórmula bautismal implica un compromi-
so radical y sincero a Dios, los autores cristianos en el Nuevo Testamento y en la antigua iglesia natu-
ralmente incluían al Espíritu Santo dentro de la Deidad. Hay numerosos textos en el Nuevo Testamen-
to, así como también algunos presagios en el Antiguo Testamento que hablan implícitamente de su dei-
dad y de que hace lo que sólo Dios puede hacer. El Espíritu permite a hombres y mujeres confesar la
verdadera identidad de Cristo y adorarlo a él (1 Cor 12:3; Fil 3:3; Ef 2:18); él es la fuente de la vida
espiritual (Gal 5:25; 6:8; Ef 1:13–14); les da a los creyentes una visión de los misterios divinos, ya que
sondea las profundidades de Dios (1 Cor 2:10); él transforma gloriosamente a los creyentes a la imagen
de Cristo y los convierte en el templo de Dios (2 Cor 3:18; 1 Cor 3:16). También se le describe como
eterno (Heb 9:14) y omnipresente (Sal 139:7); implícitamente se le da el epíteto de “Dios” (Hch 5:3–4);
y es llamado con el título divino de “Señor” (2 Cor 3:17). Como persona, puede ser entristecido y se le
puede mentir (Is 63:10; Ef 4:30; Hch 5:3–4); él guía a los creyentes (Gal 5:17), hace posible la oración
(Judas 20; Ef 6:18) e incluso ora (Rom 8:26–27). Hay numerosos pasajes en las epístolas del Nuevo
Testamento donde el Espíritu Santo se une al Padre y el Hijo como co-causante de las bendiciones divi-
nas que pertenecen a los creyentes en Cristo (véase 2 Cor 13:14; Tito 3:4–7; 1 Cor 12:4–6; Ef 4:4–6; 1
Pe 1:2; Judas 20–21). Varias declaraciones de Cristo en su discurso de despedida (Jn 14–16) son espe-
cialmente ricas en relación con el estatus ontológico del Espíritu Santo. Por ejemplo, el Espíritu está
siendo enviado en el lugar de Jesús como “otro Abogado (Consolador)” (Jn 14:16), pero es sólo a tra-
vés de la presencia del Espíritu en la vida de los discípulos que Jesús y el Padre también están presentes
(Jn 14:23).

Angeologia Las Escrituras indican que, como todas las demás criaturas, los ángeles fueron creados por
Dios. Sin embargo, no explican cuándo se produjo esta creación. La Biblia se refiere a los ángeles con
una serie de términos como “huestes”, “hijos de Dios”, “santos” y “espíritus”. Los ángeles son seres
inteligentes que poseen un gran poder. Sus principales funciones, tal como se revelan en las Escrituras,
son dedicarse a la adoración de Dios en el cielo y llevar a cabo sus propósitos en la tierra. Dios encarga
a los ángeles que protejan a su pueblo, los libren del peligro, transmitan mensajes divinos y alienten a
los creyentes.
No se sabe el número exacto de ángeles, pero Juan en Apocalipsis dice que vio un gran número:
“millones de millones” (Ap 5:11, RV60). El número de ángeles también es fijo ya que (al parecer) no
procrean. Además, las Escrituras señalan que los ángeles están organizados según una jerarquía,
con Miguel, que recibe el nombre de “arcángel” al frente, y que por tanto parece ser el líder principal
de los ángeles. La Biblia también da fe de la existencia de varios tipos de ángeles, como los “querubi-
nes”.

La Escritura apunta que los demonios fueron una vez ángeles que se rebelaron contra Dios y siguie-
ron a Satanás en su desobediencia y pecado (Ap 12:1–12). Al igual que los ángeles, los demonios son
seres inteligentes que poseen un gran poder. Si bien los demonios son espíritus malignos invisibles para
los humanos, a veces aparecen en las Escrituras poseyendo a seres humanos y hablando a través de
ellos (Lc 4: 31–37). Sus principales actividades en el mundo son participar en la guerra cósmica con los
ángeles (Dn 10:13; Ap 12:1–12), tentar a la gente para que peque (Ef 6:11) y engañar al mundo con
mentiras que ciegan a las personas a la verdad espiritual (1 Tim 4:1). La Biblia también habla de demo-
nios que agreden físicamente a las personas e incluso toman posesión de ciertos individuos para hacer
su voluntad (Marcos 5:1–20). Como en el caso de los ángeles, se desconoce el número exacto de demo-
nios. Las Escrituras parece sugerir que el número total de ángeles excede al número total de demonios,
ya que en Apocalipsis 12:4 tan sólo un tercio de los ángeles siguió la rebelión de Satanás, aunque algu-
nos intérpretes creen que este pasaje es un símbolo de la guerra cósmica y no debe pretenderse extraer
de él detalles concretos. Aunque los demonios siguen a Satanás, en última instancia todavía están suje-
tos a la voluntad soberana de Dios (Job 1:6–12; 2:1–10; Marcos 5:1–20). En su soberanía, Dios utiliza
a los demonios para llevar a cabo sus propósitos buenos y santos en el mundo. Los demonios también
aparecen en momentos significativos en la historia de la redención. Concretamente, Jesús se encontró
con varios demonios, lo que podría indicar que se mostraban muy activos en su oposición al ministerio
encarnado de Cristo. En última instancia, con el regreso de Cristo, los demonios serán arrojados al lago
de fuego y padecerán la ira de Dios para toda la eternidad por su rebelión contra él (Mt 8:29; 25:41;
Ap. 20:10).

Satanás es el líder de los demonios y dirigió su rebelión contra Dios; ahora los lidera en la propaga-
ción del mal en el mundo. Según las Escrituras, Satanás era particularmente poderoso y un ángel de
alto rango que encabezó la rebelión de un tercio de las huestes angélicas contra Dios (Ef 2:2; Ap 12:1–
12). Satanás es una palabra hebrea que significa “adversario” (‫)ָׂש ָטן‬. La Biblia también se refiere a Sata-
nás como “el diablo” (Mt 4:1, 5, Lc 4:2, 3; Ef 6:11), “la serpiente” (Gn 3:1; 2 Cor 11:3; Ap 20:2), “el
gran dragón” (Ap 12:9; cf. Ap 20:2), “el príncipe de la potestad del aire” (Ef 2:2), “el dios de este si-
glo” (2 Cor 4:4), “el maligno” (Mt 13:19, 38; Jn 17:15; Ef 6:16), “el príncipe de los demonios” (Mt
9:34; 12:24; Mc 3:22; Lc 11:15), “el acusador” (Ap 12:10) y “el tentador” (Mt 4:3; 1 Tes 3:5). Al igual
que los otros ángeles y demonios, Satanás es un ser invisible que es muy inteligente y muy poderoso.
Satanás fue responsable de tentar a Eva en el jardín y de hacer que los primeros padres de la humanidad
pecaran. Aunque Génesis nunca identifica explícitamente a la serpiente como Satanás, posteriormente
las Escrituras identifican a la “serpiente antigua” como “Satanás” (Ap 12:9; 20:2). Desde su rebelión
inicial, Satanás ha continuado trabajando contra los propósitos justos y salvadores de Dios en el mun-
do. Se opone activamente a la propagación del evangelio cegando a los incrédulos a su verdad (2 Cor
4:4), persiguiendo a la iglesia (2 Cor 12:7; 1 Tes 2:17–18; Ap 2:10), y promoviendo la falsa doctrina
(Jn 8:44; cf. 1 Tim 4:1) Satanás busca activamente incitar a los cristianos para que caigan en pecado y
está tratando constantemente de atraparlos en la injusticia (2 Cor 11:3). Satanás también es un acusa-
dor, poniendo en duda la fe de los cristianos delante de Dios y acusándolos de pecado (Job 1:9–11, Ap
12:10). Como ser creado, Satanás, aunque poderoso, no es igual a Dios. Más bien, como sucede con los
demás demonios, está totalmente sujeto a la voluntad soberana de Dios (Job 1:6–12; 2:1–10). Juan
Wesley representa a gran parte de la tradición cristiana cuando dice: “Parece extraño que Dios le haya
dado a Satanás un permiso como este. Pero lo hizo para su propia gloria, para el honor de Job, para la
explicación de la providencia y el aliento de su pueblo afligido en todos los tiempos” (Notas explicati-
vas sobre el Antiguo Testamento, 2: 1521). A su regreso, Cristo derrotará completamente a Satanás y a
los demonios y los arrojará en el lago de fuego (Mt 8:29; 25:41; Ap 20:10).i
i
Sam Emadi, «Satanás», en Sumario Teológico Lexham, ed. Mark Ward et al. (Bellingham, WA: Lex-
ham Press, 2018).

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