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TRABAJO INDIVIDUAL
La democracia y el totalitarismo son dos formas de gobierno opuestas que se pueden analizar en
el contexto de Bolivia.
La democracia es un sistema en el que el poder político se ejerce a través de la participación
ciudadana y el respeto a los derechos individuales y las libertades civiles. En una democracia, los
ciudadanos eligen a sus representantes a través de elecciones libres y justas, y tienen la
oportunidad de expresar sus opiniones y participar en la toma de decisiones políticas. En Bolivia,
la democracia se ha establecido como forma de gobierno desde la restauración de la democracia
en 1982.
El 10 de octubre de 1982 Bolivia dio sus primeros pasos como un país democrático, en el
gobierno de la Unidad Democrática Popular (UDP), la cual estuvo precedida de un período de
gobiernos militares y dictatoriales. Entre 1978 y 1981, 3 elecciones generales y nueve
gobiernos marcaron un período de inestabilidad, continua conflictividad y golpes de estado que
rezagaron a Bolivia en su desarrollo económico, social y politico.
10 de octubre de 1982 Bolivia dio sus primeros pasos como un país democrático
Por otro lado, el totalitarismo es un sistema en el que el poder político está concentrado en un
solo líder o partido, y no hay espacio para la oposición política ni para la participación ciudadana.
En un régimen totalitario, el gobierno controla todos los aspectos de la vida de los ciudadanos,
incluyendo la economía, la educación y los medios de comunicación. En Bolivia, el país ha
experimentado períodos de totalitarismo durante su historia, como durante el gobierno de facto
de René Barrientos en 1964 y Hugo Banzer entre 1971 y 1978.
Es importante destacar que la transición de un sistema totalitario a uno democrático puede ser un
proceso complejo y desafiante. En Bolivia, la lucha por la democracia ha sido una constante en
su historia reciente, con movimientos sociales y políticos que han trabajado para fortalecer las
instituciones democráticas y garantizar la participación ciudadana.
INDIVIDUALISMO VS. COLECTIVISMO.
GOBIERNOS MILITARES
Los gobiernos militares llevaron a cabo una política de reformas económicas conservadoras,
como la reapertura de la industria de las minas de estaño a las inversiones privadas extranjeras.
En julio de 1966 René Barrientos fue elegido presidente ya como civil. Sin embargo, se vio
obligado a depender de los militares para poder enfrentarse a los movimientos guerrilleros que
habían empezado a actuar en las regiones montañosas. En octubre de 1967 el Ejército boliviano
anunció haber derrotado a los rebeldes en un lugar próximo a la aldea de Vallegrande. Había
sido capturado en el campo de batalla Ernesto Che Guevara, siendo poco después ejecutado.
Barrientos murió en un extraño accidente de helicóptero en abril de 1969. Se sucedieron en el
poder una serie de gobiernos de corta duración, la mayoría militares, y en agosto de 1971 el
general Juan José Torres fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el coronel Hugo
Bánzer.
El régimen de Bánzer viró rápidamente desde una posición relativamente moderada a una de
mayor represión: suprimió el movimiento obrero, suspendió todos los derechos civiles y envió
tropas a los centros mineros. En 1978 Bánzer dimitió y una junta militar se hizo con el poder. A
comienzos de la década de 1980 el fuerte crecimiento económico de la década anterior -que
había sido sostenido por los altos precios del estaño en el mercado mundial- dio paso a la crisis.
La caída del precio del mineral y la mala administración de los regímenes militares habían dejado
a Bolivia con una inmensa deuda, una situación hiperinflacionaria y un descenso de los ingresos
por exportaciones. La exportación ilegal de cocaína fue el principal recurso que le procuró
divisas, por lo que Estados Unidos presionó al gobierno de Bolivia para que tomara medidas
efectivas contra el tráfico de esta droga.
Durante 1967, la guerrilla y el Ejército sostuvieron varios combates que terminaron con el
aniquilamiento del grupo comandado por el Che Guevara, incluyendo torturas, desapariciones y
entierro clandestino de los cuerpos. El propio Che Guevara fue capturado vivo el 8 de octubre y
fusilado sin juicio al día siguiente en la escuelita de La Higuera, por orden del general Barrientos
y con participación de la CIA.
Durante su gobierno Barrientos nombró también al criminal de guerra nazi Klaus Barbie, que se
hacía llamar en Bolivia Klaus Altmann, como presidente de la empresa estatal Transmarítima y
asesor de los servicio de inteligencia de Bolivia, sin oposición alguna por parte de los Estados
Unidos. Las actividades de Barbie se extenderían por casi dos décadas y estuvieron relacionadas
con el tráfico de armas y de cocaína.
Según amnistía internacional entre 1966 y 1968 se ejecutaron en Bolivia entre 3.000 y 8.000
asesinatos por parte de escuadrones de la muerte.
El 27 de abril de 1969 el general Barrientos murió en un extraño accidente de helicóptero y fue
sucedido por su vicepresidente, Luis Adolfo Siles Salinas quien fue derrocado cinco meses
después por un nuevo golpe de Estado militar, dirigido por el general Alfredo Ovando Candia
quien gobernó durante un año.
El general Juan José Torres se caracterizó por adoptar una posición explícitamente
antiimperialista y llevar adelante medidas que significaban profundos cambios económicos y
sociales, como la nacionalización de la Mina Matilde, la reposición salarial a los mineros, la
nacionalización de Colas y Desmontes, la expulsión del Cuerpo de Paz Norteamericano, el
incremento del presupuesto asignado a la Universidades Bolivianas, la creación de la
Corporaciones de Desarrollo (incubadoras de las empresas estatales), la creación del Banco del
Estado (Banco de Desarrollo), etc.
En 1971 el general Torres fue derrocado por un cruento golpe de Estado de extrema derecha,
dirigiéndose al exilio. Cinco años más adelante sería secuestrado y asesinado en Buenos Aires
en 1976 en el marco del denominado Plan Cóndor.
La dictadura de Bánzer
MANIFESTACIONES DE LA CULTURA
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
¿Qué fue la Revolución Industrial?
La Revolución Industrial fue un proceso histórico de transformaciones económicas y
sociales que tuvo lugar aproximadamente entre 1760 y 1840, y que desencadenó cambios sin
precedentes en las sociedades occidentales y luego en todo el mundo. Para diferenciarla de otros
procesos de industrialización posteriores se la suele llamar Primera Revolución Industrial.
Este proceso se caracterizó por el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la producción a
gran escala y la concentración de fábricas en ciudades. La invención más importante del período
fue la máquina de vapor, cuyo combustible era el carbón mineral y cuyo uso aumentó la
producción y el transporte a niveles sin precedentes. También fueron importantes otros inventos,
como las máquinas hiladoras y el telar mecánico, que permitieron producir más textiles en menor
tiempo.
La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra, donde habían confluido una serie de
condiciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas favorables a este gran cambio. A lo
largo del siglo XIX, se extendió a otros países de Europa occidental, así como a Estados Unidos
y Japón.
Características de la Revolución Industrial
Entre las principales características de la Revolución Industrial, se destacan:
La producción industrial a gran escala, especialmente textil, metalúrgica y de alimentos
(gracias a la llamada “revolución agrícola”).
El reemplazo de talleres artesanales y sistemas domésticos de producción de
manufacturas, por el sistema fabril (mecanizado y concentrado en fábricas).
La migración masiva de población del campo a las ciudades.
El enriquecimiento de la burguesía (industrial, comercial y financiera) y su creciente
dominio sobre la economía y la política, en detrimento de la nobleza.
El surgimiento de una nueva clase social: el proletariado.
El desarrollo de innovaciones tecnológicas (como la máquina de vapor) y de industrias
mecanizadas, como la textil, la metalúrgica, la siderúrgica (hierro y acero) y la minera.
La progresiva sustitución del hierro por el acero, una aleación de hierro y carbono más
dura y resistente que adquirió más importancia durante la Segunda Revolución Industrial.
La Revolución Industrial se produjo por la interacción de una serie de factores que tuvieron
lugar inicialmente en Inglaterra. Las causas principales de la Revolución Industrial fueron la
revolución agrícola (que aumentó la productividad en el campo), el crecimiento demográfico, el
traslado de población rural hacia las ciudades, la disponibilidad de materias primas, el ascenso
político de la burguesía y las innovaciones tecnológicas (como la máquina de vapor).
La revolución agrícola
Hasta el siglo XVIII, la actividad agrícola era muy similar a las prácticas de la Edad Media. Se
empleaba el trabajo manual y la tracción animal, existían tierras comunales (pertenecientes a la
colectividad para obtener leña o pastos) y el nivel de producción era modesto debido al sistema
de “barbecho” (que consistía en dejar descansar la tierra luego de la cosecha, para que se
regeneraran los nutrientes del suelo).
La revolución agrícola introdujo cambios que ampliaron la disponibilidad de recursos
alimenticios y promovieron el movimiento de la población hacia las ciudades:
Comenzó a utilizarse maquinaria para el trabajo de la tierra, y, una vez iniciada la
industrialización, se incrementó esta mecanización.
Los campos se convirtieron en propiedad privada acumulada por grandes terratenientes
mediante cercamientos, lo que provocó que campesinos sin tierras se convirtieran en
obreros urbanos.
Se reemplazó el viejo sistema de cultivo por el “sistema de rotación Norfolk”, que consistía
en rotar las variedades de cultivos, de modo que no se saturaran siempre los mismos
nutrientes del suelo.
El crecimiento demográfico
Debido a los cambios en la alimentación, a partir del siglo XVIII se experimentó un importante
incremento de población. Cuando comenzó la Revolución Industrial, esta población se
concentró cada vez más en las ciudades industriales.
La Revolución Industrial introdujo, a su vez, cambios que impactaron en el crecimiento de
la población, como la disminución de la mortalidad (debido a la mayor producción de alimentos),
el mayor desarrollo de la medicina (por ejemplo, el invento de las vacunas) y el consecuente
incremento de la tasa de natalidad.
La disponibilidad de recursos
Inglaterra contaba con dos ventajas que explican que fuera en este país donde comenzó la
industrialización. Por un lado, el suelo inglés contaba con recursos como el carbón mineral y
el hierro, indispensables para la transformación productiva.
Por otro lado, gracias a sus vínculos coloniales y a la posición dominante en el comercio
mundial, los ingleses accedían a materias primas fundamentales para la industria textil,
especialmente el algodón de la India y el sur de Estados Unidos.
La influencia política de la burguesía
Tras la Revolución Gloriosa de 1688, en Inglaterra se estableció una monarquía
parlamentaria que limitó el poder del rey y de la nobleza, al tiempo que concedió una creciente
capacidad de intervención política a la burguesía.
A partir de este hecho, se impulsaron medidas que favorecieron a los comerciantes y
banqueros, incluida la creación del Banco de Inglaterra. En otros países europeos, la toma del
poder político por parte de la burguesía liberal comenzó recién hacia fines del siglo XVIII,
mediante hechos más dramáticos, como la Revolución francesa, que algunos historiadores
incluyen en el grupo de las revoluciones burguesas.
La Revolución Industrial dependió en gran medida de la acumulación de capitales de la
burguesía inglesa, pero también de ciertas leyes de liberalización económica que la
favorecieron. Esto permitió la creación de emprendimientos y la circulación del capital, el
desarrollo de la industria mediante la defensa de la propiedad privada, la innovación tecnológica y
el comercio (muchas veces respaldado por el poder naval británico).
Consecuencias de la Revolución Industrial
El uso de combustibles en las fábricas contaminaba el aire.
Barco a vapor
Locomotora a vapor
Máquina de vapor
Las nuevas tecnologías aplicadas a la producción y el transporte marcaron un cambio radical en
la economía y la sociedad. El trabajo manual fue reemplazado por el uso de máquinas,
mientras que los talleres artesanales y el trabajo doméstico fueron mayormente reemplazados
por la fabricación a gran escala en fábricas. Las principales invenciones que desencadenaron la
Revolución Industrial fueron las máquinas textiles, la máquina a vapor y el alumbrado público a
gas.
La máquina de vapor
Patentada en 1769 por el escocés James Watt, la máquina a vapor resultó el invento más
importante de la Revolución Industrial. Sus primeros usos fueron:
en el transporte (aceleró y mejoró el traslado de materias primas y productos gracias al
ferrocarril y los barcos a vapor, y fomentó el comercio);
en la industria textil (permitió incrementar la producción a gran escala mediante
maquinarias);
en la industria metalúrgica y siderúrgica (facilitó el bombeo de minas de carbón y el trabajo
del hierro y el acero).
Las máquinas textiles
Las innovaciones en la industria textil fueron las primeras impulsoras del proceso de
industrialización, pues permitieron ampliar la escala de producción y reducir el tiempo
dedicado a cada pieza mediante el uso de máquinas. Esto supuso para los propietarios una
reducción de los costos de producción y un incremento de las ganancias, lo cual impulsó la
acumulación y reinversión de capital.
Los inventos más importantes fueron la lanzadera volante (creada por John Kay en 1733), la
hiladora Jenny (patentada por James Hargreaves en 1770), la hiladora hidráulica (patentada por
Richard Arkwright en 1769), el telar mecánico (introducido por Edward Cartwright en 1785), y la
desmotadora de algodón (patentada por Eli Whitney en 1794 ).
El alumbrado público a gas
La instalación de lámparas a gas en las calles revolucionó las ciudades, que se convirtieron en
lugares más seguros para transitar al estar iluminadas en horarios en los que ya no había luz
solar (aunque se hicieron frecuentes los robos).
También favoreció a los propietarios de fábricas, cuyos trabajadores asalariados podían
trabajar más horas gracias a la iluminación artificial, especialmente en los meses de invierno.
A fines del período de la Revolución Industrial, las ciudades se habían transformado y sus
poblaciones se habían duplicado o triplicado.
Etapas de la Revolución Industrial
Aunque la primera fase de la Revolución Industrial tuvo lugar entre 1760 y 1840, el proceso de
industrialización continuó a lo largo de los siglos XIX a XXI. Por esta razón, algunos historiadores
dividen la Revolución Industrial en cuatro etapas.
Primera Revolución Industrial
La primera etapa de la Revolución Industrial tuvo lugar en Inglaterra entre 1760 y 1840.
Introdujo novedades tecnológicas que revolucionaron la producción, el transporte y el comercio.
Los principales inventos fueron las máquinas textiles y la máquina de vapor, y esta permitió
el desarrollo del ferrocarril, los barcos a vapor (que dejaron de depender de los vientos y las
corrientes), la fundición del hierro con coque (combustible obtenido a partir de carbón mineral) y
diversas máquinas. La industrialización cambió el trabajo manual en los talleres por el trabajo
mecanizado en las fábricas.
Segunda Revolución Industrial
La segunda etapa de la Revolución Industrial comenzó en 1870 y terminó en 1914, con el inicio
de la Primera Guerra Mundial. Se desarrolló principalmente en Europa occidental, en Estados
Unidos y en Japón.
Algunas de sus características fueron la producción en serie mediante la cadena de montaje,
el incremento de la producción de acero, el uso de nuevos recursos y fuentes de energía
(petróleo, electricidad), la invención del automóvil y el avión, y el desarrollo de las
telecomunicaciones (el teléfono, la radio, el fonógrafo y el cinematógrafo). Estas innovaciones
implicaron un aumento de la productividad y el consumo de masas.
Sigue en: Segunda Revolución Industrial
Tercera Revolución Industrial
La Tercera Revolución Industrial tuvo lugar principalmente en las décadas de 1970 y 1980. Se
caracterizó por la incorporación de la tecnología digital y la informática en las empresas, la
automatización industrial (el uso de máquinas automáticas para la producción) y la simplificación
del procesamiento de la información.
Favoreció la constitución de grandes empresas multinacionales, la comercialización de
ordenadores personales, el desarrollo de internet y los primeros teléfonos celulares y el impulso
de la biotecnología y la ingeniería energética.
Sigue en: Tercera Revolución Industrial
Cuarta Revolución Industrial
El concepto de Cuarta Revolución Industrial hace referencia a los cambios experimentados en
la tecnología y la economía a nivel mundial a partir de comienzos del siglo XXI. Sus principales
características son el desarrollo de la robótica y la nanotecnología, los avances en la
inteligencia artificial y el procesamiento informático de macrodatos (Big Data), la multiplicación
de dispositivos interconectados y la extensión del uso de plataformas para tareas personales y
laborales.
Algunos estudiosos rechazan el concepto porque consideran que no se trata de una nueva
revolución sino de una profundización de la Tercera Revolución Industrial.
REVOLUCIÓN FRANCESA.
¿Qué fue la Revolución Francesa?
Se conoce como la Revolución Francesa a un movimiento de corte político y social que ocurrió en
el entonces Reino de Francia en el año 1789, que sacudió las bases de la monarquía absolutista
de Luis XVI y condujo a la instauración de un gobierno republicano y liberal en su lugar.
Este evento es considerado casi universalmente como el suceso histórico que marcó el inicio de
la época contemporánea en Europa y Occidente. La Revolución Francesa y el bonapartismo que
vino después conmocionaron al mundo entero y esparcieron por las ideas de la Ilustración
Francesa, resumidas en el lema revolucionario de “libertad, igualdad, fraternidad”.
La Revolución Francesa inició cuando las masas ciudadanas, empobrecidas y sometidas, se
opusieron al poder feudal, desobedecieron la autoridad de la monarquía y encendieron la mecha
del cambio histórico.
Así, derrocaron el gobierno aristocrático y emprendieron la caótica construcción de una sociedad
basada en los derechos fundamentales de todos los seres humanos.
Sin embargo, no todo acabó ese mismo año, sino que duró unos diez años (1789-1799) de
cambios violentos y organización popular, durante los cuales se dictaminaron los primeros
derechos universales del ser humano, se le arrebató a la Iglesia Católica mucho del poder que
detentaba y se redactó la primera constitución republicana de la historia occidental.
Tantos eventos, desde luego, no se dieron sin un margen importante de violencia, tanto por parte
de las tropas de la corona, que dispararon al pueblo insurrecto, como por filas revolucionarias
que guillotinaron a los reyes y sus edecanes, junto con aquellos ciudadanos leales a la
monarquía o a quienes luego hallaron culpables de ser contrarrevolucionarios, durante un
período conocido como “El terror” (1792-1794).
Además, la naciente república francesa tuvo que enfrentar la intervención de enemigos foráneos
como los ejércitos de Austria y Prusia, que acudieron en defensa de la monarquía, temerosos de
que ocurriera algo similar en sus propios países.
La Revolución Francesa tuvo su fin con la toma del poder por parte de Napoleón Bonaparte, un
general revolucionario que dio un golpe de Estado para devolver el orden a la convulsa República
Francesa, proclamando poco después su propio Imperio y lanzándose a la conquista de Europa.
Características de la Revolución Francesa
Revolución Francesa
La etapa republicana fue anárquica y difícil, con muchos enfrentamientos internos.
La Revolución se llevó a cabo rápidamente, pero los años siguientes fueron de complejas
reorganizaciones y enfrentamientos internos entre las distintas facciones revolucionarias
que aspiraban al poder. En líneas generales se distinguen tres etapas de la Revolución
Francesa:
Etapa monárquica (1789-1792). Durante la primera etapa se intentó convivir con la
monarquía, poniéndole cotos y limitando su poder, mediante una Asamblea Nacional en la
que el pueblo llano tuviera representación.
Etapa republicana (1792-1804). El fracaso de la etapa anterior condujo a la abolición de la
monarquía e instauración de la República mediante la organización política popular y el
debate respecto a cómo gobernar el nuevo modelo. Fue una etapa anárquica y difícil, de
muchos enfrentamientos internos.
Etapa imperial (1804-1815). El cierre de la Revolución se da con el ascenso de Bonaparte
al poder, quien paradójicamente se hizo proclamar emperador y retornó a Francia a un
esquema monárquico, aunque moderno.
Fin del orden feudal. Se acabó con la monarquía y con la separación de la sociedad en
clases fijas e inamovibles: aristocracia, clero y siervos. Así, renació la república como
sistema de gobierno en Occidente.
Proclamación primera de los derechos humanos universales. El lema de libertad, igualdad
y fraternidad condujo a la redacción de la primera ley de derechos humanos sin distinción
de raza ni credo ni nacimiento.
El lema de libertad, igualdad y fraternidad condujo a la primera ley de derechos
humanos.
2. Expectativa de vida
Han habido grandes avances en las
últimas décadas, y los niños
constituyen el grupo que ha tenido
más progreso en el tema de la salud
con disminuciones drásticas en las
tasas de mortalidad infantil de niños
menores de cinco años. Cuba, Perú,
Brasil, El Salvador y Uruguay han
logrado avances especialmente
impresionantes.
3. Educación
La región está cerca de alcanzar el acceso universal a la educación primaria. La matriculación
neta ha aumentado un 13% desde el año 1990 a un 95%. Sin embargo, las tasas de deserción
son altas, con un 17% de niños que abandonan la escuela antes de la calificación final.
4. Violencia
Los niveles de violencia permanecen altos. Los homicidios en la región aumentaron de 63.000 en
1995 a 110.000 en 2011. América Central y el Caribe son las únicas dos sub- regiones globales
que han visto un aumento en las tasas de homicidio durante ese período. Sólo seis países (Chile,
Surinam, Cuba, Argentina, Uruguay, y Antigua y Barbuda) están por debajo de la tasa de
homicidios promedio mundial de 6,9 por 100.000.
Para obtener más información sobre estas cifras y cuales políticas sociales han sido más
eficaces en la promoción de los derechos del niño, puede acceder el informe completo aquí: El
laboratorio del desarrollo: El impacto de las políticas sociales en los niños y niñas de America
Latina y el Caribe
Bibliografía
(s.f.). Editorial Etecé.