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CAMINO HACIA LA

Ordenes de facto y
sus respectivas
DEMOCRACIA
características LATINOAMERICAN
A
PROPIEDAD LATIFUNDISTA
SIGLO XVI-XVII

Los países latinoamericanos se constituyen históricamente desde tres matrices sociales


desarrolladas a partir de sendas unidades de producción económica:
• la plantación con trabajo esclavista
• la hacienda con trabajo semiservil
• la estancia con trabajo asalariado.
Plantación, hacienda y estancia tienen un común denominador: la propiedad latifundista de la
tierra. esta constituye el núcleo duro de sistemas políticos duraderos, cuyo desiderátum es la
dominación oligárquica llegando a dificultar la expansión de la democracia política y la
conversión de súbditos
LIBERALISMO DEMOCRÁTICO
1800-1880

En América Latina, la ruptura de la situación colonial implica para los diferentes actores
políticos y sociales la resolución de varias cuestiones, entre las cuales la primera y más
urgente es la del poder:
¿QUIEN MANDA?
El proceso de construcción de nuevos Estados se desarrolla invocando como principio
legitimador el corpus liberal, tanto en la economía como en el ordenamiento político. En el
cual dice El "pueblo" es proclamado titular de la soberanía.
• El liberalismo es entendido en América Latina como expresión de la
modernidad superadora del antiguo régimen y apunta, implícita o
explícitamente, al establecimiento de la democracia política. Pero El largo y
tortuoso proceso de construcción de los Estados y las sociedades
latinoamericanos posterga y/o resignifica el ideal de la democracia política. Es
decir, se establece el principio de la soberanía residiendo en la nación (más
que en el pueblo), la división tripartita de los poderes, la forma representativa,
incluso el sufragio universal masculino. Pero el precepto legal no se
corresponde con su observancia práctica
DOMINACIÓN OLIGÁRQUICA
1880-1940

• Los procesos de construcción de los Estados latinoamericanos pueden explicarse


empleando el concepto de revolución pasiva, es decir, un entramado de continuidades y
cambios, de persistencias y rupturas en el conjunto de la sociedad, que la modifican
(modernizan) sin transformarla radicalmente. Es un proceso que reconoce el poder y los
privilegios de clases o grupos tradicionalmente dominantes en regiones menos
desarrolladas y protagonizadas por las clases dominantes locales tienen componentes que
van más allá de lo estrictamente político-estatal, resuelto en el modo de dominación
oligárquica, y generan imaginarios sociales, símbolos y comportamientos colectivos
sintetizables en la expresión "modo de ser oligárquico".
• Oligarquía no designa una clase social. Es una categoría política que define una forma de
ejercicio de la dominación, caracterizada por su concentración y la angosta base social (o
sea, por la exclusión de la mayoría de la sociedad de los mecanismos de decisión
política) puede ser ejercida por clases, fracciones o grupos sociales (incluyendo redes
familiares) diversos: terratenientes no capitalistas, terratenientes capitalistas, burgueses
y/o una alianza de clases o fracciones de ellas. Siendo una forma de organización y
ejercicio de la dominación y no una clase, oligarquía define un tipo de régimen o de
Estado, el oligárquico, al que no se opone el régimen o Estado burgués o capitalista, sino
el democrático. Es decir, la forma contrapuesta de la oligarquía como dominación
política es la democracia.
• La dominación oligárquica es una red tendida jerárquicamente, combinando
centralización y descentralización entre grupos dominantes de diferente alcance
(nacional, regional, provincial o estadual y local), clientelismo y burocracia, con
mecanismos de control intraoligárquico.
• La dominación oligárquica termina de modo abrupto en el México de la revolución de
1910 y de modo pacífico en la Argentina, donde la Ley Sáenz Peña, de 1912, permite el
pasaje a la democracia política. En el resto de América Latina −con las excepciones de
Uruguay, Paraguay y Costa Rica, que no conocen la dominación oligárquica− se
prolonga más tiempo y en algunos casos se resuelve por una vía claramente violenta, sin
embargo . En Europa, El clima de época cuestiona la democracia liberal. Para la
izquierda, la democracia burguesa es insuficiente, un fetiche que vela la dominación de
clase y no resuelve los problemas de las grandes mayorías. Para la derecha, la
democracia liberal es inconducente y peligrosa, vía rápida al bolcheviquismo.
• En América Latina, la situación tiene, en cambio, otras características, puesto que aquí,
mucho más que en Europa, la democracia política aparece, más bien, como una petición
de principios postergada para un futuro impreciso. Sin embargo en La década de 1930 se
presenta la cuestión de la democracia política en su forma más clásica (liberal
representativa) en una perspectiva diferente: estas expresiones sociopolíticas,
manteniendo en lo formal los criterios de la democracia política, liberal representativa,
ponen el acento en el carácter plebiscitario que las caracteriza y refuerzan la inclusión
desde los derechos sociales, y en el caso argentino también la inclusión política, al
incorporar a las mujeres a los derechos de ciudadanía política.
DICTADURAS
1964-1990

• La invocación a la democracia realizada por los Estados Unidos durante la Guerra Fría se
convierte, en América Latina, en una desnuda política de apoyo a dictaduras
institucionales de las fuerzas armadas, basadas ideológicamente en la Doctrina de la
Seguridad Nacional.
• A diferencia de las tradicionales dictaduras autocráticas, las nuevas son el resultado de la
decisión de las Fuerzas Armadas, como institución, de tomar por asalto el Estado (del que
son parte), desplazar el poder civil y gobernar apelando a mecanismos de selección de los
gobernantes decididos y ejercidos por las jerarquías militares
• La primera de ellas es la instaurada en Brasil (1964-1985). En la
primera mitad de los años ochenta, esas dictaduras comienzan a ceder.
Varios factores se asocian para jaquearlas, entre ellos la crisis
financiera de la deuda externa y la pérdida del miedo de la gente que,
aun con inicios modestos, sale a ganar la calle para reclamar libertad y
democracia política. Los resultados son transiciones conservadoras,
pactadas, excepto en la Argentina, donde la derrota de las Fuerzas
Armadas en la aventura de las islas Malvinas priva a los militares de
cualquier posibilidad de imponer condiciones.
DEMOCRACIA
1990-ACTUALIDAD

• Mirada desde una perspectiva meramente institucional, la apariencia muestra, desde 1980,
una consolidación de la democracia. Pero se trata sólo de una formalidad: hay elecciones
periódicas, en muchos casos limpias y transparentes, si bien todavía persisten mecanismos
clientelares e, incluso, algún caso de fraude; hay alternancia de partidos en el ejercicio del
gobierno. Es decir que actualmente hay muchas acciones corrosivas en las democracias.
• La división de poderes está estatuida en todos los países, pero ella no es necesariamente
respetada, y los avances del Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial son una constante
en buena parte, si no en la mayoría, de ellos
• Hay casos en los que la administración de la justicia está o ha estado altamente subordinada a
los intereses políticos gubernamentales. El presidencialismo se ha acentuado por doquier, en
algunos casos (Argentina, Perú) reforzado por la introducción de la cláusula constitucional
que permite la reelección inmediata y por la consagración del poco republicano
procedimiento de los "decretos de necesidad y urgencia" que puede promulgar el presidente
La ciudadanía política es prácticamente universal, pero en la práctica se asiste a una licuación
del ciudadano en mero votante, cuando no en abstencionista, pues la abstención es una de las
manifestaciones de la creciente apatía política y del rechazo a las formas predominantes de
hacer política. el estudio realizado en 2004 por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD muestra que si bien la región ha alejado los riegos de quiebre institucional
violento, otras fragilidades han aparecido, Así, la democracia está perdiendo vitalidad y,
aunque todavía preferida, se desconfía de su capacidad para mejorar las condiciones de vida,
al tiempo que los partidos políticos están en el nivel más bajo de la estima pública (son las
instituciones que menos confianza inspiran: en ellos, el nivel de esta cayó del 20 % en 1996 al
11 % en 2003) y el Estado es mirado con expectativa y recelo a la vez
FRAGILIDADES DE LA
DEMOCRACIA
• La tarea de repensar la democracia es urgente, incluyendo su articulación con
el proceso de globalización económica, social, política, cultural e ideológica
neoliberal. La articulación entre Estado (mínimo) y grupos empresarios es una
de las formas que adquiere ese proceso. Otra manifestación es la opción
prioritaria del crecimiento económico por sobre la democracia, elección
indicativa de un triunfo ideológico del neoliberalismo, que privilegia la
primacía del mercado en la definición de los mecanismos de crecimiento
económico, mas no de desarrollo económico-social, postergando la extensión y
profundización de los derechos democráticos. El problema es, pues, el de la
colisión entre intereses económicos y valores político-sociales democráticos.
En sociedades con una historia de burguesías de rapiña, sin actores
democráticos fuertes y con ciudadanos licuados, una política tal amenaza
fuertemente el futuro inmediato de la democracia, aun cuando algunos
procesos en curso pueden servir de punto de inflexión.
• Un indicador inequívoco de los efectos negativos de las políticas de ajuste estructural
es el incremento de la pobreza. El PNUD señala que, en 2003, la pobreza alcanzó el
43,9 %, y la pobreza extrema el 19,4 % de la población regional. El incremento de la
pobreza ha ido acompañado de un también brutal aumento de la desigualdad en la
distribución del ingreso. Las políticas neoliberales de los años noventa generaron una
brutal fragmentación social, ruptura de los lazos de solidaridad, exacerbación de las
desigualdades sociales e incremento de la represión. En síntesis, América Latina es
hoy la región más desigual del mundo. No es necesaria demasiada perspicacia para
advertir que esta cuestión nos lleva a la de la relación entre democracia y exclusión o,
en expresión clásica, entre democracia y capitalismo. La democracia política −en su
forma hoy dominante, la liberal representativa− está lejos de estar consolidada en
América Latina. Las realmente existentes son democracias políticas relativamente
estables, no consolidadas ni, mucho menos, irreversibles. Están aún más cerca de la
precariedad que de la fortaleza. Son, en rigor, democracias de pobres y democracias
pobres, con un futuro de pobres democracias.
CRISIS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES DE PAÍSES
LATINOAMERICANOS EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS: SUS
CAUSAS Y DESENLACES Y CÓMO AFECTÓ A LA
DEMOCRACIA.

Durante los años 1970, el alza del precio de las materias primas (principalmente el petróleo) y el
abaratamiento del dólar desembocó en el arribo masivo de divisas a Latinoamérica, región que por aquel
entonces se debatía entre un modelo de industrialización dirigido desde el Estado o un modelo de mercado.
Para 1980, el menor precio de las materias primas y el alza de las tasas de interés en los países
industrializados generó una fuga de capitales, lo que provocó una masiva depreciación de los tipos de cambio,
aumentando el tipo de interés real de la deuda, situación agravada por la presencia de burocracias
excesivamente grandes o el colapso industrial provocado por su incapacidad de respuesta a la crisis, la
mayoría de las naciones debieron abandonar sus modelos económicos de industrialización por sustitución de
importaciones y adoptaron una estrategia de crecimiento orientada hacia las exportaciones, estrategia
fomentada por el Fondo Monetario Internacional, aunque hubo excepciones como Chile o Costa Rica que
brevemente adoptaron estrategias reformistas.
ARGENTINA

• El régimen militar autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, que había tomado el poder en
1976, inició una serie de reformas macroeconómicas, principalmente mediante un proceso de apertura
económica marcado por la masiva llegada de importaciones, lo que provocó el declive de la industria
nacional, con un importante aumento del desempleo sumado a numerosas corridas bancarias y quiebras
empresariales. El hecho de que la inflación siguiera alta, pese a ser menor que a mediados de la década
de 1970 generó una serie de devaluaciones durante 1981, la cual provocó un intenso malestar social, el
cual se agudizó tras la fallida Guerra de las Malvinas en 1982, lo cual selló el retorno de la democracia
al año siguiente.

• Al asumir Raúl Alfonsín en 1983, se intentó reactivar el modelo de sustitución de importaciones, sin
muchos resultados. En 1985 fue lanzado el "Plan Austral", concebido bajo la supervisión del FMI. Pese
a su éxito inicial, una política económica demasiado expansiva provocó que la Argentina no pudiese
concretar sus pagos, lo cual se tradujo en un gradual deterioro económico que llegaría a su más álgido
punto entre 1989 y 1990, con dos escenarios de hiperinflación. En 1989 fue elegido Carlos Menem,
quien luego de un nuevo acuerdo con el FMI en 1990 emprendió una serie de políticas liberales como la
masiva privatización de empresas públicas y la paridad del peso y el dólar, lo cual redujo la inflación a
costo de un mayor desempleo, hecho que quedó manifestado con la crisis de 1998-2002.
BRASIL

• Durante la década de 1970, el régimen militar aprovechó los altos precios del
petróleo para explotar sus "ventajas comparativas" con el objetivo de
profundizar su industrialización y así conseguir un elevado crecimiento
económico entre 1974 y 1980, a costa de un endeudamiento y una inflación
crecientes. Para 1981, Brasil se vio en graves problemas para pagar sus
obligaciones al subir la tasa de interés, lo que derivó en la imposición de un
plan de austeridad que intentó infructuosamente reducir los abultados déficits
fiscales. La situación económica causó una importante crisis política que en
1985 puso fin a 20 años de dictadura militar en Brasil y el regreso de la
democracia al alero del Partido Social Demócrata.
CHILE

• La Crisis económica en Chile de 1982 tuvo lugar durante la Dictadura Militar


encabezada por el general Augusto Pinochet, luego de años de reformas económicas.
Entre 1978 y mediados de 1981, la economía pasó por un período de expansión
económica ("milagro chileno") marcado por el bajo precio del dólar. Sin embargo,
para fines de 1981 el alza de las tasas de interés y el menor precio del cobre
provocaron un sobreendeudamiento, lo que sumado a la desventajosa situación de la
industria nacional frente a las importaciones significó una técnica paralización de la
economía, frente a la cual el gobierno intentó sortear con medidas de corte
keynesiano. En junio de 1982, el gobierno devaluó el peso en un 100%, subiendo el
precio del dólar de $39 (valor fijo desde 1979) a $78, liberalizándose el mercado
cambiario de un sistema fijo a un modelo híbrido en agosto de aquel año.
MÉXICO

• Concretamente, la década pérdida, se explica desde el comienzo de la quiebra


mexicana en el año 1982, cuando no pudo afrontar definitivamente los pagos
de su deuda externa, con los organismos internacionales y otros entes. Esta
bancarrota fue consecuencia en primer término, de un aumento de las tasas de
interés que se llevaron a cabo en muchos de los países industrializados, por
distintos problemas económicos, que ocasionó que los capitales fluyeran hacia
mejores posibilidades de rentabilidad a corto plazo. Así, dentro de este marco
coyuntural de la economía internacional, debemos distinguir al menos cuatro
momentos, que se desarrollan a continuación. Siendo cada uno de estos,
esencial en el transcurso de la historia política, económica, institucional y
social de los países con problemas de desarrollo
PERÚ

• Con el fin del Gobierno Revolucionario de la Fuerzas Armadas en 1980, el Presidente Fernando Belaúnde
Terry intentó emprender reformas de mercado para modernizar la economía. Sin embargo, la pesada herencia
del régimen anterior y la crisis de la deuda provocaron un importante deterioro económico, agravado por el
fenómeno de "El Ñiño", que devastó la agricultura y la escalada terrorista de Sendero Luminoso.

• La persistente inflación llevó a la introducción del inti como moneda nacional en 1985 en reemplazo del sol
antiguo. Aquel año asumió (por primera vez) Alan García como Presidente, con un programa económico
heterodoxo que buscaba un mayor gasto fiscal y la limitación de los pagos de la deuda externa. Sin embargo,
su gobierno fue marcado por la hiperinflación y el aumento de la pobreza, la cual pasó del 41% al 55% entre
1985 y 1991, año de la introducción del nuevo sol.

• En 1990 fue elegido Alberto Fujimori. Para entonces, el ingreso per capita en Perú era de 720 dólares anuales,
nivel comparable al de 1960 (en términos nominales). Fujimori implementó drásticas reformas liberalizadoras
como importantes recortes presupuestarios, la privatización de empresas, la eliminación de restricciones a la
inversión privada y el fin del proteccionismo, medidas que mantuvieron a raya la inflación, cabe anotar que
muchas de estas reformas fueron realizadas de forma antidemocrática luego del "autogolpe" de 1992 y que
sirvieron para reconducir al Perú a un crecimiento sostenido durante la mayor parte de la década de los 90,
sentando las bases económicas para el llamado "milagro peruano" de la primera y segunda década del nuevo
siglo.
VENEZUELA

• La economía venezolana aprovechó los altos precios del petróleo durante la crisis petrolera
de la década de 1970 y del superávit que esta le proveía; esto fue el detonante para que el
Gobierno de Carlos Andrés Pérez nacionalizara las industrias básicas y se endeudara con el
exterior en una época conocida como la "Venezuela Saudí". En 1981 y 1982 el crecimiento
fue prácticamente nulo, y para 1983 la deuda externa se tornó impagable, por lo que el
gobierno de Luis Herrera Campíns se vio obligado a devaluar la moneda en el episodio
conocido como el "Viernes Negro". Desde ese momento y hasta finales de la década de
1990, la crisis económica fue una vorágine de sucesivas devaluaciones y una volatilidad
inflacionaria, lo que llevó a que se perdieran miles de empleos y el país cayera en una grave
situación de pobreza, de la cual algunos economistas y políticos creen que el país no se ha
recuperado completamente. Algunas de las políticas empleadas para frenar los efectos
estructurales fueron el control cambiario llevado a cabo por Herrera Campins y un control de
precios instaurado por su sucesor Jaime Lusinchi, medidas que devinieron en corrupción
administrativa y mercado negro de bienes y divisas. Sin embargo la quiebra estructural del
mercado interno, la falta de soberanía económica y alimentaria, generó una escasez gradual.
DESENLACE DE LA CRISIS EN EL SIGLO XXI

• Las reformas (económicas) neoliberales introducidas a partir de la década de 1980 habían prometido a América Latina prosperidad y
participación para todos. Pero en lugar de incentivar el crecimiento económico y la construcción de instituciones estatales más
sólidas, solo beneficiaron a unas pocas personas y simultáneamente arrojaron a gran parte de la población a la miseria.
• Al iniciarse el siglo, más de 40% de la población latinoamericana era pobre. El neoliberalismo condujo además a un aumento de la
participación política, que contribuyó a dos tendencias. Por un lado, se fortalecieron en toda la región movimientos sociales y la
cuestión social volvió a la agenda política. Por otro lado –y relacionado con lo anterior–, muchos grupos indígenas se constituyeron,
tras siglos de marginación, en un movimiento político con cada vez mayor influencia. Con ellos, ganaron importancia nuevos
modelos de desarrollo como, por ejemplo, el concepto de «buen vivir» o una relación distinta con la naturaleza.
• Estos movimientos e iniciativas de base fueron un importante nexo para el ascenso al poder de los gobiernos social-liberales
democráticos (Chile), socialdemócratas (Brasil) o autodefinidos como socialistas (Venezuela), que comenzaron una primera fase de
gobierno progresista. Al principio, muchos de los nuevos gobiernos tuvieron que imponerse frente a las tradicionales elites
conservadoras. Este cambio no se hizo sin conflictos: resulta emblemático el intento de la oposición venezolana de dar un golpe con
ayuda de las Fuerzas Armadas en 2002 contra el presidente Hugo Chávez, elegido con 60% de los votos.
• También es cierto que las medidas de los nuevos gobiernos no fueron siempre elaboradas de manera democrática y que derribaron
alguna que otra institución de la democracia representativa. No obstante, las advertencias de que de este modo se abría un nuevo
flanco al autoritarismo no tenían en cuenta que esas políticas eran frecuentemente necesarias para una profundización de la
democracia. Sucede que el retorno de América Latina a la democracia a partir de fines de la década de 1970 se basó mayormente en
transiciones pactadas, en las que las viejas elites se habían reservado numerosos poderes de veto y derechos exclusivos que
obstaculizaban una real participación de todos. Por ejemplo, hasta el día de hoy, 10% de los ingresos del Estado chileno por la
extracción de cobre se depositan en una cuenta de las Fuerzas Armadas que no está sujeta a ningún control (parlamentario).

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