ESTO SON LAS OBRAS LA BIOGRAFIA ES LO PRIMERO DEL DOC.
DE 16 HOJAS…..
EL HOMBRE UNIDIMENCIONAL
“La expansión que salva al sistema, o al menos lo fortalece, no puede ser
detenida más que por medio de un contra-movimiento internacional y global. Por todas partes se manifiesta la interpretación global: la solidaridad permanece como el factor decisivo, también aquí Marx tiene razón. Y es esta solidaridad la que ha sido quebrada por la productividad integradora del capitalismo y por el poder absoluto de su máquina de propaganda, de publicidad y de administración. Es preciso despertar y organizar la solidaridad en tanto que necesidad biológica de mantenerse unidos contra la brutalidad y la explotación inhumanas. Esta es la tarea. Comienza con la educación de la conciencia, el saber, la observación y el sentimiento que aprehende lo que sucede: el crimen contra la humanidad. La justificación del trabajo intelectual reside en esta tarea, y hoy el trabajo intelectual necesita ser justificado.”
Herbert Marcuse; El hombre unidimensional; prefacio a la edición francesa
1967, traducción de Antonio Elorza.
El hombre unidimensional (1964) de Herbert Marcuse, es una obra que
analiza la sociedad capitalista de su momento desde una perspectiva crítica. Este libro fue influyente para los movimientos contestatarios que convergieron en las movilizaciones de 1968 y aún hoy en día es de lectura obligada para aquellos que pretendan comprender las razones profundas de nuestro actual sistema político y económico.
El filósofo alemán, en el contexto de la Guerra Fría, es igualmente crítico con el
comunismo y lo compara sin ambages al “totalitarismo capitalista”. Ambos movimientos, gracias a los órganos de control de la opinión, han planificado y racionalizado no solo la producción sino también el consumo. El exceso de producción, obtenido gracias al avance de la técnica y de la racionalización, promueve un exceso de consumo; esto fomenta, a su vez, que los órganos de control del poder político-económico induzcan en los individuos pautas de consumo pseudo liberadoras que acaban convirtiendo al sujeto en un engranaje más del sistema de producción-consumo. El hombre unidimensional es el hombre creado por esta racionalidad acomodaticia, ya que el sentido de nuestra propia existencia no es un bien cuantificable y, por tanto, no es racional. Son cuantificables y cosificables los objetos y bienes de consumo, sabemos cuanto valen y que representan una realidad tangible. Frente a esto, la lucha por la libertad en el ocio o la dignidad en el trabajo son tareas “irracionales” en tanto que no son medibles y no generan ningún bien objetivable. Por ejemplo, la felicidad para el hombre unidimensional, si significa algo, significará capacidad para consumir o para adoptar conductas cuantificables: poder comprarse un coche más grande, poder ver más canales de televisión o poder mantener relaciones sexuales con más gente, son ejemplos de aspiraciones unidimensionales que anulan otros conceptos de felicidad que no hacen referencia al más ni al menos sino al “ser”. Así el hombre unidimensional queda libre dentro de unos parámetros bien definidos, como un borrego en un cercado, y es incapaz de ver más allá de los barrotes impuestos por la sociedad del “bienestar”.
Es precisamente la eficiencia la mejor arma del capitalismo. El capitalismo es
relativamente eficiente en proveer de comodidades a sus fieles, aún cuando esta comodidad sea a consta de inferir un profundo sufrimiento material y moral a los individuos que viven dentro y fuera del sistema de producción total. Ese sufrimiento es convertido en espectáculo, y la compasión mercantilizada con donativos o modernos mensajes solidarios de SMS. Pero la verdadera contradicción del capitalismo es más profunda: el enorme nivel de producción material que hemos alcanzado y la mecanización de ciertas tareas productivas, parecía que iban a llevarnos a una sociedad en donde el trabajo ocupara cada vez menos tiempo. Sin embargo, en vez de liberarnos del trabajo para que los sujetos busquemos nuestro propio autodesarrollo en un mundo superabundante, el capitalismo lucha contra nuestra propia liberación. La liberación del hombre no entra los balances de cuentas y por tanto es una empresa irreal y utópica desde la óptica unidimensional. No obstante, lo que propone Marcuse es sencillo de entender, para poner un ejemplo concreto podríamos preguntarnos si la fuerza de trabajo que hemos ganado con el progreso de la tecnología y la organización no debería haber liberado de horas de trabajo al obrero para que buscase su autodesarrollo en otras actividades no productivas: cuidar a sus hijos, cultivar un huerto, aprender algo nuevo, etc. En vez de esto, el avance tecnológico produce más y nosotros, en consonancia, debemos consumir más, olvidándonos de otros modos de ser y estar ajenos al propio sistema de producción. En este sentido dice Marcuse que el capitalismo es un movimiento totalitario, como el comunismo y el fascismo, ya que pretende totalizar la vida y el universo de discurso de todos los hombres.
Gracias a la propaganda del estado y al adoctrinamiento que sufrimos en
nuestras escuelas, para muchos es difícil aceptar que los sistemas capitalistas democráticos sean sistemas totalitarios. Una vez tuve esta conversación con un compañero de trabajo y hablando de qué hubieran hecho los nazis si hubieran descubierto la bomba atómica antes que los “buenos” yo le respondí que hubieran arrojado la bomba sobre poblaciones modestas de la costa de Inglaterra, Rusia o EE. UU. Lo sé porque eso fue lo que, precisamente, hicieron los yanquis cuando la descubrieron. Efectivamente para los que estaban en el bando de los vencedores tras la II Guerra Mundial y la Guerra Fría su sistema político y económico es el “bueno”. Preguntemos a los desheredados de Latinoamérica, África o Asia o, mejor aún, a las víctimas de Hiroshima y Nagasaki, sobre las bondades de este imperio y encontraremos una respuesta bien diferente. La historia política del siglo XX en Europa se puede resumir con que salimos de la sartén para caer en el cazo, la sartén del fascismo y el cazo del comunismo y el capitalismo. Esta perspectiva no es planteada en los medios de masa que reproducen la idealización de la “vencedora” democracia capitalista. Los órganos de propaganda del sistema fomentan la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno que, en definitiva, impide el surgimiento de un nuevo concepto de ciudadanía global que pondría fin a la mentira tan flagrante e inhumana que supo denunciar Marcuse hace casi cincuenta años y que padecemos aún hoy.
“El mundo de los campos de concentración… no era una sociedad
excepcionalmente monstruosa. Lo que vimos allí era la imagen y en cierto sentido la quintaesencia, de la sociedad infernal en la que nos sumergimos cada día” EROS Y LA CIVILIZACION
En la conceptualización perteneciente a Freud, el aparato síquico humano
consta de 2 basamentos claves : Por una parte Eros, el instinto de la vida, cuya energía emana de la líbido, que a su vez es la energía sexual que impulsa a los hombres y a las mujeres a actuar. Como contrapartida de Eros, se ubica Tanatos ( Represión Básica ), el instinto de muerte y destrucción que equilibra al vital Eros. Ahora bien. Eros está ligado a la líbido, y se traduce en expresión de aquella, y por tanto, del denominado "Principio del Placer", que asimismo esta relacionado a una serie de valores tales como : 1- La satisfacción inmediata de las necesidades. 2- Gozo ( Juego ). 3- Receptividad. 4- Ausencia de Represión. Debido a su conexión con el "Principio del Placer", Eros aspira a covertirse en el dominador de la vida mental, para así conseguir un estado de gratificación permanente. Sin embargo, tal estado de gratificación continua no puede ser permitida por la Cultura, esencialmente por motivaciones económicas. Si las personas fueran guiadas sólo por Eros ( "Principio del Placer" ), sus energías ( Líbido ), estarían dirigidas en gran medida hacia la actividad sexual, la que tendría como resultado un aumento de la población, por una parte, y el descenso de la productividad laboral, por otra parte; ambas consecuencias provocadas por el uso del tiempo y energía en otras actividades distintas del trabajo. Por lo anterior, y conducida por la eterna lucha de la Humanidad contra la escasez ( Lebensnot, Ananke ) y la necesidad, la Cultura prohíbe la acción de Eros incontrolado, usando para ello al instinto opositor de la vida, es decir, Tanatos. Mediante la influencia de Tanatos, los valores adscritos a Eros sufren cambios de forma, fondo, y duración; transformándose en valores útiles económica y socialmente. La enumeración anterior quedaría así : 1- Satisfacción de las necesidades retardada. 2- Fatiga ( Trabajo ). 3- Productividad. 4- Seguridad. Este proceso de restricción de Eros por parte de Tanatos, se denomina también como el remplazo del "Principio del Placer" por el "Principio de la Realidad". En palabras de Marcuse : "La sustitución del Principio del Placer por el Principio de la Realidad, es el gran suceso traumático en el desarrollo del hombre; en el desarrollo del Género ( Filogénesis ), tanto como en el Individuo ( Ontogénesis ). De acuerdo con Freud, este suceso no es único, sino que se repite a través de la Historia de la Humanidad y en cada individuo. Filogenéticamente, ocurrió primero en la "Horda Original", cuando el padre original monopolizaba el poder y el placer, y obligaba a la renunciación a sus hijos. Ontogenéticamente, ocurre durante el periodo de la primera infancia, cuando la sumisión al Principio de la Realidad es impuesta por los padres y otros educadores. Pero tanto en el nivel genérico como en el individual, la sumisión se reproduce continuamente ( ... ) El Principio de la Realidad se materializa en un Sistema de Instituciones. Y el individuo, creciendo dentro de tal sistema, aprende los requerimientos del Principio de la Realidad, como los de la Ley y el Orden, y los transmite a la siguiente generación". ( Herbert Marcuse : "Eros y Civilización", 1955. ). Como vemos, la distinción entre sicología individual y social es inexistente, ambas caminan de la mano, en forma paralela. El sicologismo freudiano nos muestra que la subyugación de los instintos es llevada a cabo por la Humanidad, no por la Naturaleza : "...La Represión desde afuera ha sido sostenida por la Represión desde dentro. El individuo sin libertad, introyecta a sus dominadores y sus mandamientos dentro de su propio aparato mental. La lucha contra la libertad se reproduce a si misma en la psique del hombre, como la propia Represión del individuo reprimido, y a su vez, su propia Represión sostiene a sus dominadores y sus instituciones. Es esta Dinámica Mental la que Freud revela como la Dinámica de la Civilización". ( Herbert Marcuse : Op. Cit. 1955 ). La represión ejercida por el Sistema Social sobre las personas, y la represión dirigida contra si mismos por los individuos, es una represión impuesta por el sector dominante de la sociedad para sostenerse en una posición privilegiada. Este sector fundamenta la utilidad de la represión con el argumento de la escasez. Sin esta represión, la Humanidad quedaría a la deriva, en una inseguridad económica y social completa, la que no le permitiría desarrollarse ni proyectarse en el futuro. No obstante, el argumento se convierte en falacia cuando analizamos la distribución de la escasez y las formas del trabajo. Ambas han variado formalmente en los distintos Sistemas Sociales, pero en lo fundamental, coinciden en estar organizados de manera tal, que favorezcan a un sector social determinado : " La pobreza que prevalece todavía en vastas áreas del Mundo, ya no se debe principalmente a la pobreza de los recursos humanos y naturales, sino a la manera en que éstos son distribuídos y utilizados ( ... ) Mientras más cercana está la posibilidad de liberar al individuo de las restricciones justificadas en otra época por la escasez y la falta de madurez, mayor es la necesidad de mantener y extremar estas restricciones; para que no se disuelva el orden de dominación establecido. La Civilización tiene que defenderse a si misma del fantasma de un Mundo que pueda ser libre. Si la sociedad no puede usar su creciente productividad para reducir la Represión ( porque tal cosa destruiría la Jerarquía del Statu Quo ), la productividad debe ser vuelta contra los individuos; llega a ser en si misma un instrumento de control universal". ( Herbert Marcuse : Ibidem 1955 ). El término de la represión representa el objetivo más sobresaliente en el pensamiento de Marcuse, pero no lo mal interpretemos. La Civilización realmente no sería una posibilidad sin la acción de Tanatos, esto es, la represión básica, ya que sin esta influencia la Cultura se sumiría en un hedonismo carente de sentido y en la subsiguiente falta de recursos. Por esta razón, Herbert Marcuse específicamente apunta a la eliminación de la llamada Represión Excedente ( "Surplus Repression", distinta de la Represión Básica o Tanatos ); fruto de las restricciones provocadas e intensificadas por la dominación social. Consecuentemente, el fin de la Represión Excedente no acabaría con la Civilización, ni tampoco con la Cultura; sino que pondría final a la organización de toda la existencia humana como un instrumento de trabajo. Para realizar esto, el gran pensador judío-germano de la Escuela de Frankfurt, experto en dialéctica hegeliana, y cuya tesis hizo junto a Martin Heidegger; propone 3 puntos : 1-Una transformación que debe ser la transformación de la Fatiga ( El Trabajo ) en Juego, y de la Productividad Represiva en Despliegue, precedida por la Conquista de la Necesidad ( La Escasez ), como el factor determinante de la Civilización. 2- La Autosublimación de la Sensualidad ( del Impulso Sensual ), y la Desublimación de la Razón ( del Impulso de la Forma ); para Reconciliar a los dos impulsos antagónicos básicos. 3- La Conquista del Tiempo, en tanto que el tiempo destruye la gratificación duradera. En síntesis, el primer objetivo a conseguir es derribar la columna principal que sostiene a la Represión Excedente, es decir, terminar con la necesidad económica, lo cual desde ese momento ( 1955 ), ya era completamente posible, dados los recursos humanos y materiales de los que dispone la Civilización. Recordemos que la necesidad, la escasez, y en definitiva la pobreza; son el resultado de la distribución de los recursos motivada por el tipo de organización social, la cual está hecha deliberadamente para favorecer al sector dominante de la sociedad. Luego de dominar a la necesidad, la Civilización entera podría dedicarse a convertir al Trabajo en Juego. De esta forma, la productividad represiva pasaría a ser despliegue. ¿ Cómo se transforma al Trabajo en Juego ?. Aquí Marcuse se refiere al concepto de Sublimación. Para Freud, la sublimación es el mecanismo mental mediante el cual, Tanatos ejerce su acción sobre Eros. La sublimación permite que la Humanidad modifique y desvíe su líbido hacia los valores que constituyen el "Principio de la Realidad". En consecuencia, en el instante en que Marcuse indica como camino posible para transformar al Trabajo en Juego a la Autosublimación de la Sensualidad ( sensualidad que tendería según el modelo freudiano a no resistir control alguno ), y a la Desublimación de la Razón ( razón que tendería a no soportar el descontrol ); está poniendo la discusión en el centro mismo de la dinámica mental sicológica humana, ya que por medio de esta variación, llegaría a su fin la oposición básica del funcionamiento síquico individual y social, vale decir, la contradicción total existente entre el "Principio del Placer" y el "Principio de la Realidad"; contradicción causante del malestar en la Cultura y la Humanidad. Al eliminar tal contradicción, el Trabajo podría convertirse en Juego, y al convertirse en Juego, la Humanidad podría disponer de mayor cantidad y calidad de tiempo y energía, que le son arrebatados en nombre de la productividad; para de esta manera quedar en condiciones de desplegar todas sus potencialidades libremente, sin miedo a la necesidad económica y sin sufrir los efectos de la represión excedente. Habría sublimación, y por tanto, Cultura; pero tal sublimación modificaría al instinto libidinal sin desviarlo de sus objetivos, por lo cual, Eros se expandería autosublimándose en relaciones duraderas que aumentarían la gratificación instintiva. Sin embargo, este aumento de la gratificación instintiva todavía sería presa del tiempo. Para terminar con la angustia causada por la brevedad del goce, Marcuse declara que : "La restauración de los derechos de la memoria es un vehículo de liberación ( ... ) Sin la liberación del contenido reprimido de la memoria, sin la liberación de su poder liberador; la sublimación no represiva es inimaginable ( ... ) El Tiempo pierde su poder cuando el recuerdo redime al pasado".