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1) Abordaré el texto de Han (2020) desde la visión de la sociedad de Hebert Marcuse (1954), de
origen alemán, exiliado en EEUU durante la segunda guerra mundial.
En su obra El Hombre Unidimensional, nace esta visión tomando como centro a las potencias de
desarrollo industrial de la época, como principal exponente del capitalismo. Marcuse (1954)
entiende por sociedad industrial avanzada, un desarrollo continuo de las fuerzas productivas a una
gran escala, y la naturaleza en constante retroceso, como un recurso infinito al servicio del humano,
el que crea y satisface necesidades cada vez mayores.

Podemos encontrar estas características enunciadas anteriormente en el texto de Han (2020), por la
descripción de Asia y su tecnología, a la que solo se puede llegar mediante un desarrollo industrial
del más alto nivel conocido hasta el momento y de mayores perspectivas a futuro.

La dominación de la naturaleza por el hombre, que en definitiva es, la dominación del hombre por
el hombre: “el capitalismo continuará aún con más pujanza. Y los turistas seguirán pisoteando el
planeta (,,,) restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y
destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta.” (Han
2020). Como se explica en la cita anterior, salvar a la naturaleza es salvarnos, coincidiendo con la
visión de Marcuse (1954) en ese sentido.

-¿De que forma se manifiesta la unidimensionalidad de los habitantes de estas regiones?

En el caso de Asia, los individuos están habituados a la injerencia del Estado en sus vidas,
atravesados por normas y tecnología que intensifica los controles del gobierno. Esa tecnología que
abrazan como la salvadora, que promete la seguridad y confort, en el fondo está vacía, es carente de
lo primordial que representa la verdadera felicidad para el individuo. El modelo capitalista envuelve
a los individuos, canaliza aquello que necesita que el individuo haga, disfrazándolo como una
necesidad, una potencial obtención de placer o realización personal, con la idea de la felicidad. Por
otro lado filtra aquello que no beneficia al sistema y que podría hacer feliz al individuo, como
disponer de tiempo libre para realizar cualquier pasión personal, como pintar o hacer deporte, o
simplemente pasar tiempo con la familia. El capitalismo nos dice que debemos ser productivos por
el beneficio propio y ajeno, trabajar más para poder comprar un televisor más grande, ropa de marca
y estatus social. Estas ideas se contagian entre los individuos, difundidas por la tecnología y son los
individuos mismos los que las reproducen en su entorno, mientras critican al que está por fuera del
sistema, haciéndolos sentir por fuera de la sociedad (un sentimiento muy poderoso), mediante este
condicionamiento negativo, logra adosarlo a la carrera capitalista de lo cuantificable, lo material y
sus productos, sin saber que será ten infeliz de alcanzar sus objetivos como de no hacerlo.

Lo paradójico de esta situación es que muchos somos conscientes de que, no existe “la felicidad” en
el camino del capitalismo y el confort material, pero es ese mismo confort (el tener nuestras
necesidades básicas cubiertas y nuestro sentido de supervivencia satisfecho), lo que nos adormece y
nos priva de alcanzar el cambio. Si bien, muchas personas se encuentran en un nivel de vida
considerado en la actualidad como “bajo” (con respecto al resto), no les faltan las condiciones
básicas que permiten vivir, algo que es relativamente nuevo en la historia de la humanidad y para
aquellos que se encuentran por fuera del nivel de vida deseable, el sistema se encarga de hacerle
llegar su propaganda en forma masiva, del nivel de vida que les espera de embarcarse en la odisea
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capitalista, sea en un anuncio en la calle, en la radio o en el teléfono (porque hoy en día, te puede
faltar pasta de dientes, pero jamás un teléfono inteligente).

“Con los datos del teléfono móvil y del material filmado por vídeo se puede crear el perfil de
movimiento completo de un infectado”(Han 2020)
La tecnología (de la destrucción) acciona a varios niveles, como legitimador del poder, como
control social, como propaganda y como forma de dominación que, a su vez, (la dominación) pasa a
ser una tecnología, una herramienta del poder económico para subyugar a los individuos.
“Hoy, la dominación se perpetúa y se difunde no sólo por medio de la tecnología sino como
tecnología, y la última provee la gran legitimación del poder político en expansión, que absorbe
todas las esferas de la cultura.“ (Marcuse, 1954, p.184).

Europa está fracasando. ¿De qué sirve cerrar tiendas y restaurantes si las personas se
siguen aglomerando en el metro o en el autobús durante las horas punta? ¿Cómo
guardar ahí la distancia necesaria? Hasta en los supermercados resulta casi imposible.
En una situación así, las mascarillas protectoras salvarían realmente vidas humanas.
Está surgiendo una sociedad de dos clases. Quien tiene coche propio se expone a menos
riesgo. Incluso las mascarillas normales servirían de mucho si las llevaran los
infectados, porque entonces no lanzarían los virus afuera. (Han 2020).

El “quedate en casa” tan popularizado en la pandemia responde a la visión unidimensional, que

termina por agudizar las diferencias sociales presentes. Existen realidades muy diferentes, con otra
gravedad y urgencia para cada persona. El modelo capitalista enfatiza el problema particular que lo
afecta, y desecha todo lo demás. El discurso se unifica en una generalidad absoluta que ensombrece
otras crisis particulares o generales de todo el sistema, y hasta mucho mas importantes que la
pandemia. ¿Para que superar la pandemia sin cambiar nada, si es el modelo capitalista el principal
motivo de su surgimiento en primer lugar?. Marcuse (1954) estaría de acuerdo con la idea de que,
pasada la pandemia, todo continuará igual.

“China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia, el
capitalismo continuará aún con más pujanza.” (Han 2020).

La alternativa que nos propone Marcuse (1954) para alcanzar un cambio cualitativo y cuantitativo
que transforme la realidad, es la problematización intelectual para concienciar a cada individuo, que
debe comenzar con los intelectuales. De allí. alcanzar las clases bajas y obreras, quienes viven con
mas crudeza las deficiencias del sistema y son atravesados por la realidad, para suscitar una
revolución, que podemos ver reflejada en la conclusión del referido artículo, en el siguiente pasaje:

No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus
venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN,
quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y
también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar
el clima y nuestro bello planeta. (Han 2020)
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2) Michel Foucault (1966), en orden de comprender la realidad a través del transcurso del tiempo
hasta nuestros días, hace una arqueología del saber. Esta arqueología consiste en descubrir y
describir los discursos operantes desde la modernidad de Europa Occidental; es decir, desde fines
del sXVIII y durante gran parte del sXIX. Esta concepción de la realidad concierne a una cultura
determinada en un momento dado de un país o región, por lo que no se puede generalizar o separar
del tiempo-espacio, aunque tiene relevancia en los países ex-colonias que provienen de estos, en
cuanto a proporcionar una base común, que a partir de allí evoluciona con características propias.
La episteme moderna surge desde el giro cartesiano, cambiando la concepción de la realidad; ahora
sería explicado a partir de las ciencias formales (matemática, física y lógica). Estas ciencias
formales conforman el primer vértice del triedro de los saberes, los otros dos vértices las conforman
la filosofía y las ciencias empíricas, siendo la base triangular sobre la que se desempeña el dominio
de las ciencias humanas, como la cúspide de la pirámide o triedro, desde donde accede a partes de
las otras ciencias que lo conforman, en mayor o menor medida y aportan a su conocimiento.

Foucault (1966) tiene como objetivo principal, (desde su arqueología del saber), realizar una
búsqueda a través del tiempo, con la intención de identificar cuales son las prácticas discursivas, los
saberes, sus representaciones y construcciones, los problemas y las relaciones de poder que
posibilitan o impiden la aparición de determinado conocimiento en determinado lugar y momento.
Podemos relacionarlo al texto a analizar en el siguiente fragmento:

Estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una
mentalidad autoritaria, que les viene de su tradición cultural (confucianismo). Las
personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían más
en el Estado. Y no solo en China, sino también en Corea o en Japón la vida cotidiana
está organizada mucho más estrictamente que en Europa. Sobre todo, para enfrentarse al
virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. (Han 2020).

Así podemos relacionar una característica cultural predominante en Asia desde antaño, como una
consecuencia del surgimiento de la diferencia cualitativa en el éxito de Asia de hoy y el surgimiento
de tecnología, técnicas sociales y concepciones de la realidad, diferentes a las del resto del planeta.
Esto nos lleva al siguiente punto; dado la importancia de la crisis en gravedad y amplitud, es tan
dadas las condicionas para el surgimiento de nuevos saberes, como respuesta a los problemas
evidenciados por la pandemia y que deben solucionarse de forma urgente:

“el surgimiento histórico de cada una de las ciencias humanas aconteció en ocasión de un problema,
de una exigencia, de un obstáculo teórico o práctico” (Foucault, 1966, p.335).

“Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas de la vigilancia
digital proclamarían que el big data salva vidas humanas.” (Han 2020).

- ¿A que concierne el Dominio de las Ciencias Humanas y como podemos identificarlo?

Las Ciencias Humanas es un dominio abierto, que se encuentra en evolución desde sus inicios.
Foucault lo describió como un “conjunto de discursos que toma por objeto al hombre en lo que
tiene de empírico” (1966, p. 334). No se las puede ubicar en algún sitio especifico o integrada por
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un numero determinado de saberes o ciencias, Están mas bien, presentes en mayor o menor medida
en todas las disciplinas científicas, pero si podemos identificar los problemas a los que atienden.
Las Ciencias Humanas estudian las representaciones que la conciencia del ser humano hace de
aquello que se le presenta como concreto. Así pues, mirando la situación de la pandemia
nuevamente desde una concepción científica formal, podemos identificar estudios, basados en
números a gran escala, estadísticas, porcentajes, relaciones proporcionales, directas, inversas,
exponenciales, etc. Todos estos números comprobables, expresan solamente una cara de la realidad,
Detrás de esos números se esconden personas, que son afectadas en sus subjetividades personales y
particularidades sociales, desde otros lugares que le resulta imposible acceder a las ciencias
formales. Es allí donde entran las Ciencias Humanas y su concepción “todo terreno”
multidisciplinaria, nutriéndose de diferentes saberes según la situación lo disponga. En el caso
especifico de la pandemia, las Ciencias Humanas pueden brindar el lado humanitario de los
números, darles una cara, una historia y un contexto, datos no menores de los que pueden surgir
importantes descubrimientos para accionar o contener al virus.
Muchas veces los datos globales no reflejan las peculiaridades locales que aparecen en pequeños
pueblos y se aplican generalidades, se universalizan las medidas que, en estos caso puede
convertirse fácilmente en un acto de violencia al pasar por arriba justamente a los más necesitados;
esto también se puede evitar echando mano a las Ciencias Humanas.

Mientras las personas se sigan aglomerando en los autobuses o en los metros para ir al
trabajo sin mascarillas protectoras, la prohibición de salir de casa lógicamente no servirá
de mucho. ¿Cómo se puede guardar la distancia necesaria en los autobuses o en el metro
en las horas punta? (Han 2020)

En esta cita podemos identificar una medida general tomada que afecta de diferentes maneras a las
personas y termina por ser ineficiente. ¿Que objeto tiene guardar cuarentena obligatoria si luego se
aglomeran en otras instancias?, ¿Hasta que punto se puede restringir la movilidad sin afectar la
salud? ¿Que particularidades afectan a diferentes poblaciones que los hacen más o menos
susceptibles a contraer el virus y en que ámbitos?.

Lo que explica la dificultad de las "ciencias humanas", su precariedad, su incertidumbre

como ciencias, su peligrosa familiaridad con la filosofía, su mal definido apoyo en otros
dominios del saber, su carácter siempre secundario y derivado, pero también su
pretensión a lo universal, no es, como se dice con frecuencia, la extrema densidad de su
objeto; no es el estatuto metafísico o la imborrable trascendencia del hombre del que
hablan, sino más bien la complejidad de la configuración epistemológica en la que se
encuentran colocadas, su relación constante a las tres dimensiones, que les da su
espacio. (Foucault, 1966, p.338).
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3) Analizaré ahora el articulo de Han (2020) “La emergencia viral y el mundo de mañana” desde la
mirada propuesta por Michel Foucault (1976) y la Biopolítica.
Nos situamos en el mes de Marzo del 2020, en Europa y en Asia. Han (2020), desarrolla su visión
de dos contrastes de la realidad; mientras que en Europa mueren a diario personas por cientos y se
saturan los sistemas de emergencia y los Centros de Tratamiento Intensivos, en Asia se estabilizan
los contagios y se mantienen en niveles bajos. Las diferencias principales entre estas dos regiones
del planeta, responden a modelos culturales. Estos modelos están directamente relacionados a las
estructuras sociales y legislativas de un territorio, que son la estructura que conforma una nación.
Estas diferentes características que responden a los factores que las moldearon a través del tiempo y
espacio, surgen como respuesta a problemas que forzosamente transforman la realidad de los
individuos y que los gobiernos deben solucionar mediante políticas de intervención y controles
reguladores. Entendemos por biopolítica “lo que hace entrar a la vida y sus mecanismos en el
dominio de los cálculos explícitos y convierte al poder-saber en un agente de trasformación de la
vida humana” (Foucault,1976, p.173). De esa manera, con el surgimiento de los estados modernos,
se desarrolla esta forma de poder que, a diferencia de sus predecesores, se ejerce positivamente,
basado en la puesta de la vida al servicio del Estado.

Han (2020) en su artículo, describe como en ese momento de Europa en pandemia, no se

conseguían tapabocas para la población y el gobierno debió requisar los que quedaban para uso de
los médicos (a pesar de que no eran prácticos para ellos). La muerte de ciudadanos por la saturación
del sistema de emergencia y la desconexión de los respiradores para dejarlos a los más jóvenes.
(Necropolítica: politica por la muerte, inversa a la biopolítica y justificada por esta, en este caso)
La cultura Europea considera el uso del tapaboca como algo ajeno o fuera de lugar, haciendo su
utilización mas dificultosa y asimilación mas lenta. También podemos decir que las personas no
confían tanto en los gobiernos y la información se vé afectada por las fake news, esto baja la
efectividad de las intervenciones estatales. Podemos verlo como dificultades para aplicar el
biopoder de una forma eficiente, que se desprende de una biopolítica débil por un estado en crisis,
trayendo consecuencias de riesgo para la salud de los individuos y el bienestar general social.
Podemos además estimar la crisis por el fragmento que enuncia:

Probablemente el virus no sea más que la pequeña gota que ha colmado el vaso. Lo que
se refleja en el pánico del mercado financiero no es tanto el miedo al virus cuanto el
miedo a sí mismo. El crash se podría haber producido también sin el virus. Quizá el
virus solo sea el preludio de un crash mucho mayor. (Han 2020)

A partir de esto, podríamos incluso pensar que, es un salvavidas para el modelo capitalista Europeo:
la pandemia otorga la oportunidad de fortalecer las biopolíticas y, al mismo tiempo, brinda una
distracción que permite ocultar los problemas que se acumulan, inherentes al modelo capitalista.

Mientras tanto, en Asia, no solo se conseguían tapabocas de la mejor calidad, sino que se moviliza
la tecnología al servicio de la salud para poder asegurar el suministro de tapabocas para todos, se
“protocoliza” la vida en nombre del control, para mantener la vida. Esto ayudado de alguna manera
por la cultura de colectivo, que tiene confianza en el gobierno y su función como protector de la
vida, por lo que lo cuestiona menos y asimila las políticas mucho más rápido. Estas diferencias
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responden a una utilización eficiente de los recursos y las instituciones de la biopolítica, puestas al
servicio del objetivo final de mantener en marcha el modelo: “escuelas, colegios, cuarteles, talleres
(...) prácticas políticas (...) natalidad, longevidad, salud pública, vivienda, migración; explosión,
pues, de técnicas diversas y numerosas para obtener la sujeción de los cuerpos y el control de las
poblaciones.” (Foucault,1976,p.169). Son estas instituciones las que permiten a la biopolítica
aplicar a los individuos el biopoder, utilizando la tecnología y la técnica. Estas técnicas se aplican
con la intención de administrar y controlar los cuerpos para adecuarlos a el sistema capitalista.
Como resultado se logra eficiencia en un marco positivo para el desarrollo económico. Todo es
sustentado por el poder, que ya no se desprende de la figura de un Soberano, sino que se entiende
como omnipresente; desde la modernidad el énfasis del poder del gobierno cambia de un
condicionamiento negativo por amenaza de muerte a uno positivo de vida. Al mismo tiempo, al
estado no le conviene que el individuo muera, porque se termina su influencia sobe este,
desperdiciando la gran inversión realizada en ese individuo funcional al modelo capitalista. El
individuo le otorga poder al gobierno por la promesa de mejorar sus condiciones de vida, hacerla
más larga, más cómoda, más segura. Ese poder está implícito de forma omnipresente en las
pequeñas acciones que realizan los individuos y las relaciones entre ellos, que mantienen el status
quo.

“Ha comenzado un éxodo de asiáticos en Europa. Quieren regresar a sus países porque ahí se
sienten más seguros “ (Han 2020).

La predisposición de la que nos cuenta Han (2020) en los estados asiáticos de aceptar las medidas
de vigilancia e intromisión a la privacidad, son claras ventajas para la biopolítica, permitiendo al
Estado profundizar el biopoder. Pueden monitorear cada aspecto de la vida del individuo para
acercarlo al ideal de sujeto eficiente y así poder llevarlo al máximo rendimiento. Mientras, algunos
individuos que se encontraban en otras partes del mundo, quizás porque no estaban de acuerdo con
esta visión de la vida, y preferían la concepción mas liberal de Occidente (Como el propio Han
[2020]), con la llegada de la pandemia, pasan a sentirse inseguros, visto que, el Estado en Europa no
es tan fuerte, el biopoder se encuentra más limitado y por consiguiente se ven más expuestos.
Muchos solicitan volver a su país natal en Asia para recuperar la seguridad que les brinda aquel
modelo más extremo, donde el control quita libertades pero brinda mayores garantías en momentos
de crisis.

A pesar de todo, el problema principal sigue sin ser contemplado como corresponde, y se posponen
las condiciones de cambio “El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a
producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No
genera ningún sentimiento colectivo fuerte.” (Han 2020)

Para Foucault “donde hay poder hay resistencia, y no obstante (o mejor: por lo mismo) , ésta nunca
está en posición de exterioridad respecto del poder.” (1976, p.116). Esto no quiere decir que no haya
escapatoria al poder, la resistencia va más allá del poder porque logra transformar su ejercicio en las
prácticas mismas y en los sujetos, en sus formas de vida y en sus formas de comunidad.
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